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Colombia: La educación en Colombia está llamada a ser pertinente

De acuerdo con el informe “Aprender es más, hacer realidad el derecho a la educación en América Latina”, de la fundación Sura y la Red Latinoamericana de Organizaciones de la Sociedad Civil por la Educación, Reduca, en el país y la región, persisten los obstáculos para formarse.

“En el sistema educativo de la región se ven muchos casos de extra edad y hay barreras que finalmente conllevan al abandono definitivo del colegio, también vimos en el estudio que hay que centrarse en manteter un liderazgo en los procesos de enseñanza”, explicó Tatyana Orozco de La Cruz, vicepresidenta de Asuntos Corporativos del Grupo Sura.

De acuerdo con Orozco, es clave vincular a los rectores y estar alineados en una política educativa desde el inicio de la infancia, al mismo tiempo que deben encargarse de temas administrativos.

“Se deben definir estándares, perfiles y estructuras adecuadas para que el colegio tenga una buena calidad, así mismo se deben promover cambios internos en las aulas, que los alumnos también puedan ser propositivos en su procesos de formación”, dijo.

De acuerdo con el estudio, se debe buscar promover la innovación en el proceso formativo, así como en docentes y directivos.

“También se hace un llamado a las alianzas entre los sectores para realmente ofrecer un aprendizaje pertinente, para hacer la inclusión de temas de ciudadanía y preparar para la realidad actual del país y lo que se demanda”, apuntó.

LA REALIDAD NACIONAL

Entre las preocupaciones del estudio, está la diferenciación y la brechas existentes entre las zonas urbanas y rurales en el país, pues la inversión social privada en educación está concentrada, sobre todo, en las zonas de influencia de las empresas y muchas de estas zonas se encuentran sobre-intervenidas por varias organizaciones, dejando de lado aquellas con necesidades importantes.

“Por otro lado, todavía existe un desconocimiento del funcionamiento y las dinámicas del sector educativo por parte de organizaciones civiles y del sector empresarial, que hace que lo que se invierte no necesariamente responda a los retos y prioridades tanto de las instituciones educativas como del país”, añade el informe.

En las zonas urbanas, cerca del 60% culmina la secundaria, mientras que en las zonas rurales esta proporción es menor al 40%.

Las brechas más grandes las tienen países como Paraguay, Colombia, Perú, Honduras, El Salvador y, en menor medida, Uruguay, Chile y República Dominicana.

Por otro lado, si se miran las desigualdades en términos de nivel socioeconómico, las brechas son aun mayores.

Según Orozco, “hay mucha pobreza en el campo y por eso los niños entre 12 y 15 años no acuden a la escuela, si bien hay esfuerzos importantes para lo rural con infraestructura adecuada y demás, no se puede caer en el error de centrar los recursos”.

La directiva también agregó que “en el ámbito rural hay insuficiencia en la infraestructura y que los conocimientos no son del interés del los estudiantes, las distancias de las sedes y el talento de los docentes”.

Para mejorar la calidad de los programas y la vida escolar de los estudiantes, hay que hacer una reconfiguración que apunta a la participación de los interesados. “Se debe incluir en la educación temas de cuarta revolución, cada vez somos más digitales y necesitamos esas competencias para la actualidad”, puntualizó.

La región tiene un avance importante en ciencias, pues Perú, Colombia y Trinidad y Tobago están entre los diez mejor calificados en este aspecto.

Fuente de la Información: https://www.portafolio.co/negocios/la-educacion-en-colombia-esta-llamada-a-ser-pertinente-531845

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Argentina: Marcha de estudiantes en Cipolletti desnuda las falencias de la Escuela Secundaria rionegrina

por: Izquierda Diario/ 12-06-2019

La masiva movilización de los colegios secundarios de Cipolletti reclamando las mejoras en la escuela pública, busca garantías en el acceso a una educación de calidad, tanto en lo edilicio como en lo pedagógico.

La marcha que se realizó en Cipolletti este lunes 10/06 ha sido sin dudas una bocanada de aire que nos regala la juventud en defensa de la educación pública. Es que la movilización que fue llamada por la comunidad educativa de la ESRN 152 del Barrio Anahi Mapu, y a la que se plegaron las ESRN 120, 5, 89, 147, 35, 15, 17 y el CET 22 dejó demostrado que la reforma educativa dista mucho de ser la mejora en la educación que tanto promovieron desde el Gobierno.

La situación de los diferentes establecimientos educativos varía en complejidad, algunos de ellos reclaman mejoras edilicias importantes como calefacción, vidrios, mobiliario, pizarrones, en otros. En el caso de la ESRN 152 la situación demuestra la improvisación con la que se implementó la reforma educativa, ya que en su caso particular demandan que el Gobierno provea todos los elementos necesarios para el dictado de la orientación en artes visuales. Modalidad que le asignó la reforma educativa implementada en la provincia de Río Negro.

Desde el Gobierno, ante la multitud de estudiantes que se concentraron en las puertas de la Supervisión accedieron a recibir a una comitiva que representaba a cada colegio para recabar la información de los reclamos. En una reunión que se desarrolló durante un par de horas y que fue acompañada por una bulliciosa manifestación de estudiantes que cantaron exigiendo respuestas al Gobierno y combatiendo la fría mañana del lunes.

Desde los representantes de Educación solo se comprometieron a enviar veedores para certificar los pedidos de los estudiantes en cada establecimiento. Los estudiantes en una improvisada asamblea informativa comunicaron que ellos no van a firmar nada y que van a llevar a sus colegios lo que se comprometió el Gobierno, pero remarcaron que los funcionarios ya saben de antemano cuales son los reclamos de cada colegio porque es aquello que ellos no garantizan.

En la reunión las comunidades educativas les entregaron las demandas de cada establecimiento y demandaron el presupuesto necesario para el funcionamiento de una educación de calidad. Ante la requisitoria de los funcionarios de Educación una madre de la comunidad de la ESRN 152 le increpó que la plata para garantizarles sus pedidos estaba en el dinero que le destinan todos los meses a la educación privada. Que si le interesaba la lleve adonde corresponde, a la educación pública.

Un Gobierno que se ve apremiado en querer mostrarse preocupado por la educación se ve jaqueado por la movilización estudiantil que desnuda las falencias de la reforma, donde entre otras cosas no se contempló el presupuesto necesario para su implementación, donde la juventud empieza a hacer su experiencia con la propuesta educativa del Gobierno y denuncian que se les garantice el derecho a una educación pública de calidad.

Párrafo aparte merece el nefasto rol de la burocracia sindical de Unter Central quienes se reunieron a espaldas de los estudiantes e intentando dinamitar la unidad que comenzaba a gestarse entre los colegios unificando sus reclamos. En dichas reuniones sellaron acuerdos que fueron rechazados por los estudiantes y principalmente por la comunidad educativa de la ESRN 152 epicentro donde nació el conflicto.

Sin dudas la jornada de hoy marcó un punto importante en la lucha que vienen desarrollando los estudiantes en Cipolletti que se mantiene en alerta para garantizar sus demandas. Es que ahora el Gobierno tomó nota de la fuerza de la juventud movilizada, que tiñó la mañana de la tranquila ciudad valletana. “Es hermoso ver a los chicos peleando por la educación” deslizó una vecina al paso de la movilización, donde la rebeldía combatió al conformismo y ganó las calles.

Fuente de la información: https://laizquierdadiario.com/Marcha-de-estudiantes-en-Cipolletti-desnuda-las-falencias-de-la-Escuela-Secundaria-rionegrina

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Juan Pablo Abratte: El desafío es incorporar a los excluidos al sistema educativo

El licenciado en Educación apunta a los temas de género y de derechos humanos. Foto: Nicolás Bravo

Es fundamental que los temas de género, violencia, educación sexual, la construcción de ciudadanía y los derechos humanos se incorporen, se mantengan y se profundicen en las escuelas. De lo contrario –sostiene Juan Pablo Abratte– “el riesgo a 10 años es que tengamos una sociedad más violenta, que se generen situaciones individualistas y más competitivas, y que se pierdan la solidaridad y la construcción de comunidad”.

Abratte, licenciado en Ciencias de la Educación y actual decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), esboza, de ese modo, algunos de los desafíos de la educación con la mirada puesta en el año 2030.

“Es difícil pensar en proyecciones en este contexto. El desafío de la inclusión sigue siendo central, garantizar la obligatoriedad del secundario, incorporar a los estudios superiores y a la universidad como un derecho (…), incorporar a sectores excluidos de la población en todos sus niveles”, enumera Abratte como objetivos básicos. El interrogante planteado fue cómo pensar la educación hacia 2030.

Sostiene que no es posible hacer un diagnóstico sobre la situación de la educación en Córdoba sin atarla a lo que ocurre en el país. Y recuerda, en este punto, las condiciones desiguales que se generaron en la década de 1990, cuando la Nación transfirió las escuelas a las provincias.

“Después de la reforma educativa de los ’90, la Ley de Educación Nacional y la Ley de Financiamiento Educativo posibilitaron la recuperación del papel del Estado nacional en relación al financiamiento del sistema y a la definición de políticas que, en este momento, están en crisis”, subraya Abratte.

Hoy, la falta de definición de una paritaria nacional docente, indica a modo de ejemplo, ubica a las provincias en una nueva situación de desigualdad.

Además, cita a la transferencia a las provincias de programas nacionales vinculados a la inclusión como otro reto para cada jurisdicción.

“Es complejo en términos de la meta central, que es sostener la educación como un derecho y la inclusión de distintos sectores sociales en la escuela”, manifiesta el decano.

Abratte considera que, si bien es difícil pensar a futuro cuando se transita un contexto de crisis económica y de ajuste presupuestario, la Argentina mantiene “una tradición educativa fuerte, con actores muy activos”, como los docentes. “Por ahí pasa la posibilidad de dar respuesta a la demanda de inclusión”, asegura.

En relación al sistema educativo, en general, alerta sobre la necesidad de revisar hacia los próximos años la estructura, el formato escolar y la manera de incorporar las nuevas tecnologías.

Observa, además, la obligación de reforzar la figura del docente para imaginar cualquier mejora.

“Veo como tendencia de las políticas educativas de los últimos tres años, en todos los niveles, la inclusión de nuevas tecnologías, con una suerte de ilusión de que determinados recursos tecnológicos permitirían mayor inclusión, pero sacarían al docente de un lugar central, que es constitutivo de la educación”, remarca

Agrega : “No podemos pensar la educación sin un vínculo pedagógico, sin un vínculo intersubjetivo en todos los niveles educativos, porque es fundamental para la constitución del sujeto social”.
Fuente de la Información: https://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/juan-pablo-abratte-desafio-es-incorporar-excluidos-al-sistema-educativo
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¿La educación como derecho o mercancía?

Por: John Freddy Gómez y Camila Andrea Galindo

“La ignorancia mata a los pueblos, y es preciso matar a la ignorancia” José Martí

El sistema de educación superior en Colombia ha tenido grandes transformaciones después de la instauración de la Ley 30 de 1992 (Congreso de Colombia, 1992), en la cual se contempla la educación superior como servicio público y no como derecho fundamental, caracterización que conlleva a dos premisas: i) la posibilidad de la prestación del servicio por parte de privados; y, ii) la apertura a la mercantilización de la educación superior en el país.

Este proceso de convertir la educación superior en servicio y por ende en mercancía es reflejo de la profundización y radicalización del sistema socioeconómico capitalista en la década de los años 70, que será consolidada y constitucionalizada en varios países de nuestra américa en la década de los años 90 del siglo XX con la imposición de un sistema neoliberal en el que se pretende ampliar al máximo la mercantilización de cualquier espacio de relacionamiento de las personas con el fin de generar una ampliación del mercado para posibilitar una mayor acumulación de capital. (Estrada Alvarez, 2006)

Es así como se establecen términos como el capital humano que cosifica a las personas y pretende generar índices e indicadores de precios a la fuerza laboral conforme al adoctrinamiento de esta, como también comprende una violencia simbólica directa e interiorizada en la sociedad y es el pensamiento de que las personas con mayores logros académicos -cada vez más técnicos y menos reflexivos- pueden acceder a una mejor posición económica en la sociedad, lo cual ocasiona un ideal de logro individual y de competencia inscrita a la acumulación de técnicas relevantes para el sistema socioeconómico imperante y muchas de las veces en contradicción con las necesidades de la sociedad en conjunto.

La teoría del capital humano permite hacer unas profundizaciones fundamentales que no existían en versiones anteriores de la teoría neoclásica. Primero, vuelve a la tradición ricardiana y marxista y la amplía al considerar el trabajo como un medio de producción producido, cuyas características dependen de la configuración total de las fuerzas económicas. Segundo, rechaza el supuesto simplista del trabajo homogéneo y centra su atención en la diferenciación de la población activa. Tercero, introduce en el terreno del análisis económico instituciones sociales básicas (como la escuela y la familia), relegadas antes a las esferas culturales o superestructurales” (Bowles & Herbert, 2014)

Este proceso de mercantilización consolida, por un lado, la susceptibilidad de generar acumulación de capital en el mercado de la educación superior y, por otro lado, el adoctrinamiento y servilismo de las sociedades por medio del control de instituciones que son llamadas a la normalización y encajonamiento de las personas a un sistema socioeconómico predeterminado donde no se discuta el sistema en sí, sino a lo máximo las consecuencias de este. Todo esto permitido y consolidado por la intensificación de la parcialidad y particularidad de cada ciencia, donde se observa el árbol cada vez más detalladamente sin entender el papel de este en el conjunto del bosque.

En Colombia el papel de la mercantilización de la educación como fuente de acumulación ha sido impedida parcialmente [ 1 ] debido a la imposibilidad legal de transferir recursos desde el sistema de educación superior hacia otros sectores o hacia la acumulación individual, pero esto no implica que no se viva en la realidad material en varias instituciones debido al bajo control y/o al contubernio entre instituciones privadas de educación superior y el Estado colombiano.

La segunda relación de la mercantilización como fuente de subordinación, alienación, cosificación y normalización ha tenido un proceso altamente preocupante donde los procesos educativos superiores son vistos como transferencia de conocimientos técnicos y matemáticos con baja reflexibilidad y critica, mucho más intensificado en las universidades privadas que en las públicas donde las personas que habitan estos espacios y los mismos espacios se niegan en parte a la ausencia de la crítica y disputan por la construcción en común de una sociedad más justa.

A partir de esto el Estado colombiano pretende el adoctrinamiento neoliberal en la universidad pública y a la normalización bajo el concepto de capital humano por medio de: i) la desfinanciación por parte del Estado, ii) la subordinación de la universidad ante los recursos privados de las empresas nacionales y trasnacionales, iii) la financiarización de la educación, iv) el bombardeo de la técnica y matematización del conocimiento y, v) la postración del sistema de educación superior público en el país.


2. Estrategia y táctica del sistema socioeconómico por la privatización y mercantilización de la educación superior en Colombia.

Como hemos enunciado, la transformación de la educación superior en Colombia en las últimas décadas tiene como origen la emisión de la Ley 30 de 1992, en la que se pretendió generar un espacio de mercantilización del sistema de educación superior aun insipiente, gestando los procesos de deterioro de este, debido a la falta de financiación pública y a la exigencia propia y externa de aumentar la capacidad del sistema de educación publica.

Este proceso de largo aliento por la privatización de la educación superior en Colombia se puede evidenciar en el capítulo quinto de la Ley 30 de 1992 -DEL REGIMEN FINANCIERO- donde se establece que el incremento del presupuesto destinado desde el Estado hacia las Universidades Públicas se rige sobre el incremento en pesos constantes -IPC- que tiene como fin mantener en el tiempo el poder adquisitivo de la destinación presupuestal en el año de expedición de la Ley 30. (Congreso de Colombia, 1992)

Es decir que la universidad pública en el año 2018 cuenta con el mismo presupuesto del año 1992, lo que conlleva a un grave problema debido a que no se cuenta con los gastos derivados en el aumento de la capacidad de estudiantes, tecnificación de las plantas, mantenimiento de los espacios y ampliación de las sedes, entre otros rubros que han aumentado exponencialmente mientras que los recursos se mantienen invariables con referencia al poder adquisitivo como se puede evidenciar en el siguiente extracto.

Durante la década del 90, esta fue más o menos la característica que adoptó la financiación de las Universidades Estatales; así las Universidades fueron creciendo sus presupuestos en términos reales, aunque nunca de manera relevante. De esta forma y no sin dificultades, las Universidades fueron sorteando los costos crecientes por la expansión de su matrícula (…) Esta temporada de limitación presupuestal coincidió con grandes presiones de los Gobiernos por ampliar la cobertura y no de cualquier manera. No solamente había que construir infraestructura, actualizarse tecnológicamente, mejorar el nivel de formación de los profesores, hacer investigación, mejorar la planta, para atender los rigores de sistema de calidad, sino que había que pensar en cerrar las brechas sociales, llevando ofertas a las regiones apartadas, e incluso incursionado en la formación técnica y tecnológica” (Sistema Universitario Estatal , 2012, pág. 9)

Es así como el aumento en la cobertura de las Universidades Públicas en el país entre el año 1993 y 2018 está alrededor del 11% índice anual, mientras que la destinación presupuestal se mantiene congelada en el tiempo acarreando diferentes procesos de crisis estructural del sistema de educación superior. Esta es la manifestación más clara de la estrategia de largo plazo del Estado por debilitar y transitar hacia la mercantilización de la educación superior basada en una degradación paulatina del sistema y no así ante un choque directo por la privatización del sistema.

Ahora bien, si revisamos cómo ha sido el comportamiento de las transferencias de la Nación a los presupuestos de las Universidades Estatales en comparación con el aumento de cobertura estudiantil, encontramos que mientras los estudiantes matriculados en las 32 Universidades pasaron de ser 159.218 en el año 1.993 a 611.800 en el año 2016, el aporte anual del Estado promedio por estudiante pasó de $10.825.890 a $4.785.338 en el mismo período” (Sistema Universitario Estatal, 2018, pág. 9)

Este desequilibrio entre gastos e ingresos en las universidades públicas como estrategia de privatización, llevó a que las universidades en las ultimas 3 décadas viviera en un constante déficit, que se recrea, hoy en día, en una deuda histórica de aproximadamente 15 billones de pesos, lo cual consolida las diferentes estrategias de desgaste de la universidad pública [ 2 ] y la puesta en marcha en el año 2011 de la reforma a la Ley 30 que tenía como propósitos, entre otros:

A. La completa mercantilización de la educación superior introduciendo el ánimo de lucro y la transferencia de recursos entre sectores que está impedido en la Ley 30 de 1992.
B. La desaparición de la universidad pública derivado de la apertura de financiamiento de sectores privados con estímulo a la acumulación de capital.
C. Mayor control de las universidades tanto por el sector privado como por el estado, soterrando la de por si baja autonomía universitaria.

Aunque varios sectores sociales y políticos exigen una reforma a la Ley 30, esta reforma emanada por el gobierno de Juan Manuel Santos en el año 2011 no contenía como base la gratuidad, universalidad, autogobierno, autonomía y calidad, todas y cada una exigidas por el pueblo colombiano y el sector de la educación en el país, sino que fue la táctica para la completa privatización y aniquilación de la universidad pública, garantizada, claro está, por la estrategia de desfinanciación y posteriores reformas derivadas de este proceso.

Aunque el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos mantuvo la propuesta de la reforma durante algunos meses, el movimiento estudiantil junto a los diferentes sectores sociales y políticos concretados en la Mesa Amplia Nacional Estudiantil -MANE- doblaron la mano del gobierno que consideró en desistir en su táctica de reforma a la Ley 30 como articulado, mientras implementó e implementan tácticas más técnicas y de más largo aliento con pequeñas reformas como el Acuerdo por lo Superior 2034, Ser Pilo Paga, Generación E y el papel preponderante del ICETEX como fuente de transferencia de recursos públicos hacia los entes privados.


3. Desfinanciación, burbuja especulativa y subordinación de la educación superior en Colombia

La desfinanciación de la educación superior por parte del Estado colombiano desde el año 1993 es la dosis que gota a gota aumenta y jalona la mercantilización del sistema, donde se observa, como ya evidenciamos un déficit en los ingresos con relación a los gastos de las universidades públicas como también la transferencia cada vez más grande del gasto público para la educación superior hacia diferentes sectores como son el ICETEX y sus políticas de transferencia de capital público hacia universidades privadas por medio de los programas Ser Pilo Paga y Generación E, como se puede evidenciar en la siguiente gráfica.

http://www.cadtm.org/local/cache-vignettes/L640xH402/i1-a1d92.jpg?1549813737

 

Relación entre el gasto público en educación superior con respecto a los aportes de la nación a las universidades públicas en Colombia.

En la anterior gráfica, podemos evidenciar el desplome de la inversión desde el gasto público del presupuesto de educación superior hacia las universidades públicas en el país pasando del 55,7% en el año 2002 al 37% en el año 2016, poniendo de manifiesto que no solo el desplome de inversión hacia el presupuesto de educación ha golpeado a las universidades públicas sino que también la destinación de este presupuesto se ha deteriorado derivado a que en los últimos años se ha intensificado los llamados subsidios a la demanda que no es más que créditos captados por el ICETEX con el fin de trasladar dineros públicos hacia entes privados y trasladar la carga de la educación desde el Estado hacia las familias colombianas que al final terminan pagando créditos insostenibles.

Este sistema de subsidios a la demanda por medio de los programas Ser Pilo Paga y ahora con el programa Generación E, no solo es injusto con el pueblo colombiano al transferir las cargas de la educación superior a las familias y al trasladar dineros públicos hacia los entes privados de educación superior, sino que es ineficiente en términos económicos y ha generado un hueco fiscal de alrededor de 2 billones de pesos para el año 2018, acusando un posible detrimento patrimonial por medio de la emisión de este tipo de programas que manifiestan inconfundiblemente el compromiso del estado por la privatización del sistema y no por la dignidad del pueblo colombiano.

Según los datos obtenidos del documento Conpes 3914 de 2018, la inversión en este programa ha significado al Estado alrededor de 3,5 billones de pesos entre los años 2015 y 2018 con un alcance de estudiantes beneficiados de tan sólo 40.000 en todas las cohortes. Si se realiza un análisis simple, los aportes que por todo concepto realiza el Estado para financiar el funcionamiento de las Universidades Estatales correspondió este año a 3,6 billones de pesos y benefició a más de 600.000 estudiantes; lo que indica una gran desproporción en el impacto de los recursos destinados a este programa de gobierno frente a los invertidos en el sistema universitario público” (Sistema Universitario Estatal, 2018, pág. 29)

Este tipo de programas estatales de subsidio a la demanda que en la práctica se consolidan en las universidades privadas debido a su relativa facilidad de ingreso, ha generado una burbuja especulativa en las matrículas de dichas universidades, causado por el aumento de la demanda que propicia un aumento del valor de la mercancía en este tipo de universidades vista la educación superior como mercancía y a las y los estudiantes como clientes, y donde el Estado es un agente de transferencia de dineros públicos hacia las universidades privadas alimentando la especulación en dichas entidades.

Tres años después de ponerse en marcha Ser Pilo Paga, sólo el 15,6 % de los beneficiarios están matriculados en universidades públicas, el 83,8 % lo están en universidades privadas y el 0,6 % en instituciones de carácter especial. Las universidades privadas que más pilos reciben son: Javeriana (2.541, 8 %), La Salle (1.881, 6 %), los Andes (1.869, 6 %), Pontificia Bolivariana (1.741, 6 %) y Jorge Tadeo Lozano (1395, 5 %). Los Andes es la tercera universidad que más pilos tiene, pero la que más plata recibe: $49.065’428.800 (…)” (Correa & Pardo, 2017)

Este proceso de burbuja especulativo por medio del programa ser Pilo Paga y ahora el programa Generación E donde las universidades públicas han subido sus matrículas exponencialmente en los últimos años, ha sido confrontada por diferentes senadores y representantes a la cámara como la representante María José Pizarro que increpando a la actual Ministra de Educación María Victoria Angulo, hizo que esta reconociera el proceso especulativo y prometió el control eficiente que se debe tener con estas entidades donde los dineros no pueden ser trasladados hacia otros sectores o hacia personas jurídicas o naturales.

En 2015, la Universidad de los Andes, después de armado el modelo de Ser Pilo Paga, incrementó su matrícula en 5,3 %, en 2016 el incremento fue de 6,9 % y este año el aumento llegó al 9,6 %. Cerca del 35 % de sus nuevos estudiantes matriculados hacen parte del programa” (Correa & Pardo, 2017)

Como todas las promesas gubernamentales todo se queda en eso, promesas, no se ha movido una piedra por observar donde recayeron estos dineros y si fueron trasladados hacia el lucro individual violando la normatividad del país. Este tipo de programa muestran la ineficiencia, injusticia social, traslado de dineros públicos hacia privados, transferencia de las cargas económicas por la educación superior desde el Estado hacia las familias, la financiarización de la educación, reducción de la inversión directa a las universidades públicas, entre otras catastróficas consecuencias que parecen no importarle al Gobierno manteniendo y remasterizando al Ser Pilo Paga ahora con la Generación E, evidenciando tajantemente la estrategia de largo plazo de desfinanciación y mercantilización de la educación acompasada con procesos de corrupción y captación del Estado para incentivar el lucro individual.

Estos procesos de desfinanciación de la universidad pública han configurado que en búsqueda de recursos: i) se aumenten las matrículas de las y los estudiantes, ii) la reducción dramática del bienestar estudiantil, iii) reducción de planta profesoral con relación al total de estudiantes, iv) tercerización y flexibilización laboral dentro de las universidades con cargas excesivas y denigrantes para los y las trabajadoras y, v) venta de bienes y servicios, entre otras dinámicas que se acompasan con la violencia simbólica de la cultura neoliberal que se interioriza poco a poco en nuestras universidades y en los currículos de las diferentes carreras universitarias.

Todas estas consecuencias merecen un análisis exhaustivo, tan solo enumeramos las consecuencias haciendo énfasis en la venta de bienes y servicios por parte de la universidad pública, donde evidenciamos como esta institución que ha sido vista como creadora y procreadora de justicia social alrededor del país, en los últimos años se ha deteriorado por su complacencia con las empresas trasnacionales y multinacionales que se valen de la necesidad de financiamiento para imponer sus agendas corporativas por encima de la ética de las universidades públicas, y hemos de manifestar también de algunas personas que en complicidad con el sistema y manteniendo un papel preponderante en la burocracia universitaria potencian estas relaciones de corporativismo que golpean directamente las necesidades de las comunidades alrededor del país como son los proyectos extractivistas.

Por todo esto, como estudiantes y personas de la comunidad debemos interponernos ante la estrategia del sistema por la mercantilización y privatización e imponer la transformación del sistema de educación donde se propenda por la gratuidad, universalidad, calidad, autonomía y autogobierno con un énfasis directo en concatenar la educación con las necesidades de los sectores populares y las comunidades en resistencia con el fin de construir un país con justicia social e impedir que el sistema neoliberal transite en el tiempo tanto en el sistema educativo como en el país.

Desde el pasado 2018, se ha vivido un incremento de la reflexión, construcción y movilización en el movimiento estudiantil colombiano con diferentes reivindicaciones que engloban las necesidades de una educación pública, gratuita, de calidad, universal, con autonomía y autogobierno. En el segundo semestre del año pasado se vivió un paro nacional de las universidades públicas y su movilización anudado con la gran mayoría de los estudiantes de las universidades privadas bajo la reivindicación de educación gratuita y exigiendo el desmonte gradual del programa ser pilo paga y la transformación del ICETEX, programa y entidad respectivamente, que endeuda a millones de familias colombianas.

Tras aproximadamente 60 días de cese de actividades en las universidades públicas [ 3 ] , con decenas de movilizaciones alrededor del país, con altos niveles de violencia y represión por parte del ESMAD -Escuadrón móvil antidisturbios- y con horas tras horas de asambleas donde se discutió y se decidió el porvenir del movimiento, el 13 y 14 de diciembre tras una mesa con el gobierno nacional exigida y conquistada al calor de la movilización estudiantil se logró un acuerdo provisional con la destinación de: I) aproximadamente 4,5 billones de pesos en los próximos 4 años, II) diferentes mesas técnicas, III) reforma del ICETEX IV) reformas constitucionales enfocadas en blindar y garantizar el presupuesto de la educación pública en el país y, V) reformar los formatos, misión y sentido de las revistas indexadas y del saber en el país.

Aunque se entiende por la gran mayoría de las y los estudiantes que la reivindicación de una educación publica no se limita a tan solo la financiación, se comprende que sin esta no es posible la conquista de las diferentes reivindicaciones como es la calidad, autonomía, autogobierno, entre otras reivindicaciones del movimiento estudiantil. Y más claramente que sin la construcción de un país basado en la justicia social y no en el interésparticular no se podrá lograr una verdadera educación que se acople con las grandes necesidades de nuestro pueblo y no así de los grandes capitales.

El porvenir del movimiento estudiantil se basará en la administración de las victorias de finales del año 2018 y la puesta en marcha de la articulación en la construcción alternativa de un paro cívico nacional donde se confluya las necesidades de los estudiantes, trabajadores, campesinos, indígenas, resistencias territoriales, entre otras capas de la sociedad que exigen un país que garantice una vida digna y con soberanía nacional diseminada por un activo y determinante poder popular.


Conclusión

El país se enfrenta a un contexto bastante preocupante con el regreso de la extrema derecha al poder con lo cual hemos visto el recrudecimiento de la violencia física y estructural, además de usar el miedo para aumentar y fortalecer su poder. Ante este panorama y entendiendo el contexto internacional de crisis económica que repercutirá de igual forma en el contexto nacional, se hace urgente la constante manifestación y articulación de la sociedad colombiana, pues será el pueblo en las calles quien realmente le podrá hacer frente a las políticas austeritarias y autoritarias de este gobierno que ya se han implementado y las que están por venir.


Bibliografía

Bowles, S., & Herbert, G. (2014). EL PROBLEMA DE LA TEORIA DEL CAPITAL HUMANO: UNA CRITICA MARXISTA. Revista de Economía Critica , 220-228.

Congreso de Colombia. (28 de Diciembre de 1992). Ley 30 de 1992. Obtenido de SISTEMA DE INFORMACIÓN NORMATIVA, JURISPRUDENCIAL Y DE CONCEPTOS : http://www.legal.unal.edu.co/rlunal/home/doc.jsp?d_i=34632

Correa , P., & Pardo, T. (29 de Abril de 2017). Los Andes, ¿la universidad pública más costosa del país? Obtenido de El tiempo:https://www.elespectador.com/noticias/educacion/los-andes-la-universidad-publica-mas-costosa-del-pais-articulo-691584

Estrada Alvarez, J. (29 de 07 de 2006). Espacio Critico. Obtenido de Las reformas estructurales y la construcción del orden neoliberal en Colombia:http://www.espaciocritico.com/sites/all/files/artcls/a0261_je_refesturcturales.pdf

Sistema Universitario Estatal . (Diciembre de 2012). DESFINANCIAMIENTO DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN COLOMBIA. Obtenido de Sistema Universitario Estatal : https://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-341914_archivo_pdf.pdf

Sistema Universitario Estatal. (Julio de 2018). Sistema Universitario Estatal 2016-2018. Obtenido de Sistema Universitario Estatal:https://www.utp.edu.co/cms-utp/data/bin/UTP/web/uploads/media/comunicaciones/documentos/Informe-presidencia-SUE.pdf

Fuente: http://www.cadtm.org/El-sistema-de-Educacion-Superior-en-Colombia-La-educacion-como-derecho-o

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=252353

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Manifiesto por la equidad en educación

La educación debe tener como objetivo la equidad para garantizar los mismos derechos y oportunidades para todos. Para ello debe garantizarse la justicia social y la educación como bien público.

Decía Aristóteles que si el fin de la educación es la justicia, la educación debe ser única y la misma para todos de modo que no sea el dinero y la clase social la que diferencia la educación.

Las personas que formamos parte del Foro de Sevilla queremos manifestarnos para que la educación tenga como objetivo primero la equidad. Porque todos los alumnos y alumnas, sean quienes sean, puedan tener una educación equivalente que les proporcione los mismos derechos y oportunidades ante la vida. Para ello debe garantizarse la justicia social y considerarse la educación como un bien público.

Una nueva ley de educación debe ser consensuada con la comunidad educativa, colectivos y organizaciones sociales que trabajan por la educación y cumplir con los siguientes principios:

Financiación: Un sistema educativo público y de calidad necesita una financiación suficiente y adecuada. Pero tan importante como la inversión es la intencionalidad política que define los fines que pretendemos y los objetivos que le atribuimos. Un sistema basado en la equidad como principio, que desarrolle instrumentos y acciones dirigidos a compensar las desigualdades y a garantizar una educación de calidad para cualquier persona requiere un esfuerzo económico notable (consiste en que una desigualdad de origen no implique nunca una desigualdad en las oportunidades educativas), pero el retorno exponencial, en términos de progreso, bienestar y cohesión social, es impagable para cualquier país. La inversión en un sistema educativo público y de calidad debe ser suficiente y sostenida. Requerimos una ley de Financiación de la educación pública que garantice un nivel de inversión del PIB en educación que se sitúe en la media de los países más avanzados de la Unión Europea. Un 5% en una legislatura con el compromiso a medio plazo del 7%, trasladando ese incremento al gasto por alumno en todos los territorios, vinculando esa subida a programas y proyectos socialmente debatidos, con objetivos y prioridades que respondan a las necesidades educativas compartidas por toda la sociedad (Pedro Badía Alcalá).

Escuela plural: Cada escuela debe ser una foto microscópica del conjunto de la sociedad donde conviven alumnos y alumnas plurales y diversos. En las escuelas de público homogéneo se aprecia una segmentación y segregación de la educación democrática, disminuye el aprendizaje y la capacidad de reconocimiento del “otro”, los y las que son diferentes, hurtando el aprecio por los demás y la capacidad de convivencia. La segregación social también disminuye las posibilidades del sistema educativo para enseñar, se inhibe el efecto de los pares (con quienes se aprende) y son escuelas con menos recursos y menos oportunidades. El efecto principal de obtener menores logros educativos no proviene del origen social individual, sino de agregar estudiantes de similar origen social a la misma escuela; bajan las expectativas hacia los estudios y se producen situaciones de vulnerabilidad y bajo desempeño escolar, mientras el profesorado tiene dificultades, baja motivación para el trabajo y para mantener su estabilidad en estos centros (Carmen Rodríguez Martínez).

Inclusión educativa: El mundo de ideas que orienta la manera de pensar y actuar se encuentra colonizado por un modo de conocer positivisto, centrado en la mejora de la productividad de las sociedades. Esta lógica afianza la línea divisoria entre ‘excluidos’ e ‘incluidos’ y es contraria al principio de inclusión educativa. La comprensión numérica de la realidad contribuye a asociar ‘diferencia’ y ‘déficit’. La imposición administrativa de una práctica racionalista y clasificatoria desvirtúa el significado genuino del principio de inclusión. Apremia romper esta secuencia, en la que al diferente se le asignan espacios marginales, profesorado especial y un currículo degradado. Es preciso dotar a los sistemas escolares de las condiciones estructurales básicas que exige una educación inclusiva, en la que todos y todas tengamos las mismas posibilidades de construirnos como personas comprometidas con una  sociedad más justa en lo económico, sabia en lo social y ecológica en lo ambiental (Rodrigo J. García Gómez).

Red de titularidad y gestión públicas: Sabemos que en nuestra sociedad quien hace suyo el derecho de todos a la educación en condiciones de equidad es la escuela de titularidad y gestión públicas. Su compromiso es garantizar el éxito educativo de todos desde el profundo respeto a la diferencia para conseguir la mayor igualdad. Es el espacio en el que es posible aumentar siempre el grado de justicia escolar y social sin ningún tipo de discriminación y segregación. Es el lugar donde se hace efectivo el derecho a la fraternidad y la fraternidad como derecho. Por ello tenemos la obligación de trabajar en esta dirección para hacer realidad la escuela pública democrática y equitativa, donde el protagonismo de los que aprenden se dé en condiciones de máxima libertad y calidad para garantizar que nadie quede, respetando su singularidad, al margen de su pleno desarrollo y realización humana (Julio Rogero Anaya).

Laicidad: Una educación laica responde a las necesidades de los pueblos, que han aspirado a asegurar no solo la libertad de conciencia de todas las personas, tanto la de quienes adoptan alguna religión como la de quienes no lo hacen; sino también a afianzar, mediante la educación, una forma de organización y un sistema de vida democráticos en los que se pueda expresar el pluralismo ideológico, social y político de toda sociedad, respetando plenamente las garantías individuales y los derechos humanos de cada persona. La educación laica no cuestiona las religiones, que son formas de vida y creencia respetables. Pero tampoco quiere que los contenidos educativos se basen en dogmas y creencias particulares, sino en los resultados del progreso de la ciencia. Prescinde así, de pretensiones dogmáticas y se ubica en la libertad; no se trata de una educación atea o agnóstica, sino de una educación independiente de religiones y creencias particulares. Las familias que quieran que sus hijas e hijos reciban formación religiosa son muy libres de hacerlo, pero evidentemente al margen del sistema educativo (Enrique Javier Díez Gutiérrez).

Coeducación: La educación debe ofrecer a las niñas y a los niños las mismas oportunidades de vida y de conocimiento. En el momento actual la educación tiene que ir eliminando los mensajes relativos a las desigualdades de género y no diferenciar ni las actividades, ni los espacios ni los mensajes que van dirigidos a unos y otras. Pero para ello debemos avanzar en una cultura andrógina que permita valorar igualmente los antiguos saberes masculinos y femeninos, y debemos integrarla en la educación ofreciéndola de modo universal a unas y otros, para que cada criatura pueda encontrar su personalidad y configurar su proyecto, a partir del descubrimiento de sus propias capacidades y posibilidades, y con independencia de su sexo biológico. Sólo así podremos acabar con el androcentrismo en la cultura, superar la violencia de género masculino que se sigue valorando y exigiendo a los chicos, y la inseguridad que se continua transmitiendo a las chicas. Y evitaremos también el sufrimiento de las criaturas que no encajan en los moldes de género, y que ahora se ven obligadas a acogerse a la etiqueta “transgénero”, con las consiguientes dificultades para sí mismas, sus familias y el profesorado. (Marina Subirats Martori).

Participación democrática: La participación plena y efectiva de toda la comunidad educativa debe presidir la ordenación del sistema educativo, el proceso educativo y la gestión y control de los centros educativos, obligando a las administraciones a impulsar y garantizar dicha participación. La educación es democrática o no es educación y sí mera instrucción ideológica. Una sociedad democrática existe cuando sus ciudadanos y ciudadanas se comportan democráticamente, y cuando sus instituciones se rigen por normas democráticas y actúan según ellas. Una escuela democrática es la que enseña a ejercer la democracia, dando ejemplo al plasmarla en todas sus actuaciones y buscando con ello que los menores interioricen el comportamiento democrático en su aprendizaje personal y social. Es imprescindible que la escuela revise sus normas y las formas que mantiene al aplicarlas, abandonando estilos de relación que se muestran inoperantes, alejados de los requerimientos de una sociedad democrática, justa y moderna. (José Luis Pazos).

Saberes contextualizados y aprendizajes relevantes: Si queremos tener alguna posibilidad de influir con las ideas en las instituciones educativas, si pretendemos que estas sean valiosas, relevantes y mejores para los individuos, no deberíamos dejar de contemplarlas como agentes y canales de  conocimiento, de saberes diversos y, en definitiva, de cultura. A eso lo denominamos contenidos de la enseñanza. Estos son inherentes a la actividad de la educación y no podemos entender que hubiera una pedagogía vaciada de  contenidos, pues  eso sería otra cosa y no educación. Una pedagogía liberadora (crítica) somete a escrutinio el valor de las prácticas, de las tradiciones y de los contenidos. El conocimiento puede ser emancipador cuando colabora a la comprensión del mundo físico, el material, el social, el relativo a las actividades humanas, la cultura artística… Elegir contenidos potencialmente valiosos, traducidos a experiencias positivas, donde los tiempos asignados a las tareas sean los necesarios para que la experiencia despliegue sus posibilidades, cambiarían la calidad de los sistemas educativos, de los cuales parece que las administraciones estén más preocupadas por controlarlos desde fuera que mejorarlos por dentro (José Gimeno Sacristán).

Formación del profesorado y equidad: Es importante una formación del profesorado que desarrolle una verdadera autonomía poniendo énfasis en la equidad profesional. Dada la heterogeneidad del alumnado es de importancia fundamental formar al profesorado en procesos educativos no homogeneizadores, en instituciones y organizaciones más flexibles, en inclusión educativa y diversidad en todos sus niveles y ámbitos. La formación del profesorado ha de permitir asumir una profesionalidad basada en la diversidad en las aulas y en los centros. Promover el trabajo colaborativo entre los docentes y con el alumnado y, por supuesto, trabajar conjuntamente con la comunidad que envuelve la escuela ya que la equidad no está únicamente dentro de la institución educativa sino en la sociedad para conseguir un cambio hacia la equidad, el respeto, la convivencia y la democracia en la escuela (Francisco Imbernón Muñoz).

Acción global de la equidad: Existen desigualdades que requieren una acción global, una respuesta integrada que trasciende el centro escolar y que impacta, en gran medida, en la eficacia de las oportunidades educativas. En este sentido, garantizar unas condiciones de educabilidad adecuadas (sean materiales o afectivas), generalmente degradadas en contextos de pobreza, puede resultar tan determinante como contar con un proyecto pedagógico de calidad o con profesionales bien cualificados. Ello exige que cualquier sistema educativo orientado a la equidad considere la necesidad de diseñar estrategias de colaboración y coordinación conjunta, como puedan ser planes interdepartamentales o acciones intersectoriales, para resultar más eficaces (Montse Milan Hernàndez).

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/12/05/manifiesto-por-la-equidad-en-educacion/

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Las fronteras de la educación

POR SILVIA CHACÓN RAMÍREZ.

Educar es un quehacer humano que no podemos evitar. Como especie nos educamos unos a otros y nadie, por más que así lo quisiera, puede sacudirse de sus actuaciones educativas, sean estas simples o más complejas. Nuestra relación con otros es la base para que ocurra un cambio en los comportamientos de cada quien. ¡Así es! Nuestra naturaleza es ser educables, nuestra obligación es reconocernos como educadores.

Es esta naturaleza humana la que crea cultura y nos ha llevado como humanos a crear civilizaciones, muchas desaparecidas ya, pero todas asentadas en “territorios educativos”. Nuestra civilización actual intenta preservar esos territorios mediante sobresalientes figuras sociales: la familia, la escuela y la iglesia (en esta ocasión no me estaré refiriendo a esta última).

De las tres anteriores, en nuestra legislación la figura obligatoria derivada de un mandato constitucional es la escuela, por cuanto “La educación preescolar y la General Básica son obligatorias” y porque “Todo habitante de la República tiene derecho a la educación y el Estado la obligación de procurar ofrecerla en la forma más amplia y adecuada”.

Hasta el momento la estrategia que pretende garantizar ese derecho y esa obligatoriedad, es la conformación de un sistema escolar.

Claramente, cuando por constitución se establece la educación como un derecho, se está refiriendo a un ámbito educativo diferenciado de la educación familiar. Pero veamos el punto de encuentro, a pesar de que la familia no es una instancia obligatoria, sino una figura social natural, si comparte junto con el sistema escolar, la responsabilidad educativa de las personas menores de edad. Es allí donde las fronteras se desdibujan y lo territorios educativos se empiezan a compartir.

En el buen sentido de su significado, las fronteras más que divisiones, son espacios de encuentro, tránsito y trasiego. Hay temáticas educativas que viven y se desarrollan en esas fronteras, es decir, son de unos y de otros, se comparten entre la escuela y la familia (y con la calle), tal es el caso de la educación ciudadana, la educación de valores y particularmente la educación para la afectividad y la sexualidad.

Disputarse estas temáticas como parte de un territorio privado y adulto, escapa a la realidad de la vida adolescente. Mientras las personas adultas batallan por esas pertenencias, las personas adolescentes trasiegan conocimientos, desarrollan afectos y aprenden (para bien o para mal) con o sin nosotros.

Se requiere de adultos bien informados, sean estos padres, madres o docentes, para que las y los adolecentes sienten la confianza de acercarse con sus dudas a ser escuchados y no juzgados.

Fuente: https://delfino.cr/2018/02/las-fronteras-la-educacion

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Entrevista: “La educación debe garantizar capacidades ciudadanas para asumir la construcción de la paz como una responsabilidad”

Entrevista del Equipo des CLADE al Ministro de Educación de El Salvador.

El Ministro de Educación de El Salvador, Carlos Canjura, comenta la iniciativa que planea inserir la temática de la educación para la paz en la política educativa de este país

A principios del 2017, el Ministerio de Educación de El Salvador ha instituido el “Foro Cultura de Paz”, un espacio de reflexión y discusión sobre esta temática entre académicas/os, docentes y sociedad civil con miras a inserirla en el currículo nacional y en su política educativa. En esta entrevista al OREI, el Ministro de Educación, Carlos Canjura, comenta el contexto de esta iniciativa y plantea el rol de la educación en la promoción de la paz. “Hay que concebir la educación como una instancia, entre otras, que debe hacer lo suyo para construir paz social y capacidades de cultura de paz en la población asumiendo la complejidad del fenómeno de la violencia. La educación tiene la tarea de encarar a largo plazo la construcción de bases que permitan asegurar la profundización de una paz duradera, más que resolver en lo inmediato la situación”, afirma.

¿Podría presentarnos el contexto en que se ha impulsado la constitución de este foro para debatir la inserción de la cultura de paz en el currículo en El Salvador? ¿De qué trata esta iniciativa y quien integra este foro?

El “Foro Cultura de Paz” surge a partir de la necesidad de repensar lo andado por el sistema educativo y el país en materia de cultura de paz. Se trata de hacer un balance de estos 25 años transcurridos tras la firma de la paz, en el marco de la declaratoria de la Asamblea Legislativa de 2017 como año de la promoción de la cultura de paz, y de la solicitud del Presidente de la República de incorporar en el currículo nacional la cultura de paz.

Para fortalecer el sistema educativo a este respecto es sustancial plantearse la superación del autoritarismo histórico, en especial las tendencias que más nos afectan, entre estas, sin duda, la violencia, que tiene diversas expresiones en la sociedad y en la escuela.

Nuestro sistema educativo debe desarrollar un método, en el que a todo nivel gocemos de prácticas políticas y culturales ejemplares. Nuestro sistema educativo debe formar un carácter íntegro en el estudiantado, que comience por darle seguridad en lo que sabe y puede hacer. Estudiantes con conocimientos endebles serán profesionales inseguros y proclives a la corrupción y fácil presa del autoritarismo. La cultura de paz es una necesidad del sistema educativo y partimos de varias ideas fundamentales: el valor que damos al conocimiento; el reconocimiento a nuestros centros de educación superior; el aprecio por la escuela como centro de paz, que forja la convivencia en paz, así como un núcleo dinámico de la comunidad y espacio de integración de la familia en el proceso educativo.

En el centro del enfoque se encuentran: el reconocimiento de nuestras diferencias, el respeto a la dignidad de las personas, la convicción sobre nuestras capacidades para solucionar los conflictos sin violencia y el compromiso con la democracia. Creemos firmemente que una educación de calidad es la mejor contribución que podemos hacer al desarrollo de una cultura de paz.

¿Cómo el Ministerio de Educación planea estimular que este nuevo plan de estudio sea incorporado por las escuelas? ¿En el tema de la formación docente, cuáles son los desafíos para promover este diálogo sobre la no violencia y el cambio de las prácticas pedagógicas?

La estrategia del MINED avanza en tres direcciones. En primer lugar, el proceso de reflexión y de compromisos generados a través del Foro en la comunidad educativa y la sociedad civil. En segundo lugar, el desarrollo e implementación de la asignatura “Moral, urbanidad y cívica”. La asignatura tiene como eje temático la cultura de paz, con lo cual se busca desarrollar prácticas y dotar de instrumentos a los niños, niñas y jóvenes para resolver creativa y pacíficamente los conflictos que se les presentan.

En los últimos años hemos venido insistiendo en que uno de los nudos gordianos está en la calidad de nuestros docentes. Con ellos hay que encarar en primera instancia las formas tradicionales de enseñanza basadas en la reproducción de contenidos y en la ausencia de una profunda especialización disciplinar en tanto punto de partida de una constante reflexión pedagógica y metodológica centrada en el aprendizaje de capacidades ciudadanas y productivas. Formar cultura de paz implica docentes capaces de hacerlo, y esto no es tarea sólo de los docentes de una asignatura, sino de toda la planta nacional.

En un primer momento, la formación docente a este respecto iniciará con maestros y maestras de estudios sociales, pues ellos/as impartirán la nueva asignatura. No obstante, posteriormente, se pretende formar a toda la planta a este respecto. En esta línea se está trabajando con la Universidad de Chile, que nos hará transferencia tecnológica y de experiencias para montar una plataforma en línea que nos permita llegar a todos y todas los/as docentes.

Los datos sobre violencia indican que el problema está muy presente en la vida cotidiana de las y los adolescentes en América Latina y el Caribe y, en particular, en algunos países de Centroamérica. ¿De qué manera el Ministerio de Educación considera que la inserción de la paz en el currículo puede beneficiar los/as estudiantes de su país e impactar su trayectoria escolar?

Nosotros partimos de una concepción compleja de violencia, donde está claro que esta se manifiesta en diferentes formas y esferas de la sociedad. Hay una tendencia histórica nacional de la violencia como el modo privilegiado de gestionar conflictos políticos, sociales, familiares, etc. Asimismo, hay una serie de causas estructurales. De allí que hay que concebir la educación como una instancia, entre otras, que debe hacer lo suyo para construir paz social y capacidades de cultura de paz en la población asumiendo la complejidad del fenómeno de la violencia. La educación tiene la tarea de encarar a largo plazo la construcción de bases que permitan asegurar la profundización de una paz duradera, más que resolver en lo inmediato la situación.

El sistema educativo debe garantizar que la gestión escolar en general, así como la gestión pedagógica, coadyuven a la formación de capacidades ciudadanas, para que el/la estudiante tenga las herramientas, los conocimientos, las habilidades y las prácticas que le permitan asumir la construcción de paz como una responsabilidad. Los ambientes escolares son también un asunto clave, pues para formar ciudadanía es necesario un ambiente adecuado, donde el respeto, la tolerancia y la valoración de las diferencias nos impulsen a buscar creativamente formas y mecanismos de entendimiento productivo.

Por otra parte es fundamental señalar que la educación seguirá teniendo un papel central en la superación de desigualdades, las cuales son causa estructural de violencia. No obstante, los resultados no pueden esperarse en lo inmediato, sino como producto de procesos sostenibles.

Las y los estudiantes de distintos países de América Latina y el Caribe están planteando más espacios de participación dentro y fuera de las escuelas. ¿Cómo usted ve esa demanda por participación y por el reconocimiento de las culturas juveniles en los espacios escolares y su relación con la promoción de la cultura de paz?

Consideramos que el desarrollo de capacidades ciudadanas debe permitirnos construir ciudadanas y ciudadanos capaces de desenvolverse en diferentes esferas de la vida pública y privada. La formación de ciudadanía política hoy debe incluir además de la nación al mundo, además del ámbito electoral a la sociedad civil, así como la escuela y los nuevos escenarios públicos abiertos por el Internet. Asimismo es importante imaginar que la escuela y la comunidad son esas primeras instancias donde los/as jóvenes tienen sus primeras experiencias políticas o ciudadanas en un sentido amplio, por lo que dinamizar creativamente estos escenarios es clave para que estas primeras experiencias sean la base de posteriores participaciones responsables. Para esto necesitamos reinventar la escuela, acercarnos a la comunidad y formar a nuestros/as directores/as escolares, así como a los/as docentes, para que sean agentes de formación ciudadana.

Los espacios escolares deben afinarse y aprovecharse al máximo para que propicien un encuentro horizontal de expectativas, proyecciones e ideas entre la niñez y la juventud. El dialogo intergeneracional es clave. Necesitamos docentes que, desde su generación, dialoguen, intercambien y formen a una nueva generación ávida de desenvolverse públicamente.

Fuente de la Entrevista:

http://v2.campanaderechoeducacion.org/

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