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Un ‘podcast’ para aprobar Historia en selectividad es de los más escuchados de España

Europa/España/16 Mayo 2019/Fuente: El país verne

  • El profesor Juan Jesús Pleguezuelos también cuenta con otro programa para preparar Historia del Arte, y ambos pueden escucharse en Spotify

Para estudiar los 21 temas de Historia de España que entran en selectividad (ahora llamada EBAU), los alumnos de segundo de bachillerato pueden recurrir a reglas mnemotécnicas, subrayados, resúmenes, esquemas… Y también a un podcastJuan Jesús Pleguezuelos, profesor del instituto Virgen de las Nieves, en Granada, publicó en 2017 un programa de radio online en el que explicaba, tema a tema y con tono desenfadado, todos los contenidos que entran en este examen. Lleva más de un año entre los podcast más escuchados de Spotify, junto a programas de éxito como La Resistencia de David Broncano o Nadie sabe nada, de Andreu Buenafuente y Berto Romero.

Este podcast, titulado Historia de España para selectividad, [puedes escucharlos todos al final de este artículo] cuenta con más de treinta programas de entre 10 y 30 minutos. Cada uno de los 21 primeros («la primera temporada», como los denomina Pleguezuelos) están dedicados a un punto del temario de este examen: desde «Historia en la península Ibérica» (episodio 1) a «Los Gobiernos de la democracia» (capítulo 21). «Al principio los hacía para mis 60 alumnos de bachillerato, pero empecé a ver cómo subían las visitas y el interés por más programas y me volqué con ello», cuenta este profesor por teléfono a EL PAÍS.

Podcast más escuchados de Spotify. Consultado el 2 de mayo.

Pleguezuelos explica que comenzó a hacer podcast hace tres años con uno llamado Historia con el móvil, que todavía continúa. «Es un programa de divulgación de historia para jóvenes», cuenta. «Como los alumnos de segundo de bachillerato suelen ir muy pillados de tiempo para selectividad, se me ocurrió grabar otro programa específico para ellos, basado en los apuntes que yo utilizo en clase», explica.

Los programas que Pleguezuelos sigue publicando semanalmente profundizan en «los estándares de aprendizaje evaluable», es decir, los puntos dentro de cada tema que, por ley, pueden caer en el examen. Por ejemplo, dentro del tema 10 (La revolución liberal en el reinado de Isabel II), además del episodio dedicado a ese capítulo en su totalidad, también ha creado un programa dedicado al carlismo. «Aunque estos son para profundizar, para aprobar basta con el capítulo dedicado al tema general», reconoce. «Estos son para nota».

Además de Spotify, los programas de Pleguezuelos también pueden escucharse en la plataforma de podcasting Ivoox, donde todos ellos llevan miles de reproducciones. «Lo que más valoro es la cantidad de mensajes de alumnos de toda España que me escriben dándome las gracias y diciendo que han aprobado gracias a mis podcast«, cuenta el profesor. «Eso es lo que me motiva a, después de toda una semana de clase, llegue el fin de semana y me quiera poner a grabar».

Desde finales de 2018 también está disponible tanto en Spotify como en Ivooxotro podcast similar, también de este profesor, para preparar el examen de selectividad de Historia del Arte. Puedes ver su lista completa de episodios en la parte inferior de este artículo. Y, si tienes dudas, puedes consultárselas en los directos que hace semanalmente en su cuenta de Instagram.

Cómo usar bien estos podcast

Escuchar los podcast de Juan Jesús Pleguezuelos puede ayudar a que los estudiantes de bachiller lleguen mejor preparados a selectividad, pero tampoco son milagrosos. ¿Cómo hacerlos más efectivos? «Yo a mis alumnos les recomiendo que los escuchen antes de venir a clase, así cuando llegamos al tema todo les suena y, si les ha quedado alguna duda, pueden consultarla», explica. «Y, después de la clase, otra vez, para terminar de repasar».

Pleguezuelos cuenta que «la ventaja del podcast es que puedes estudiar en cualquier parte, así puedes escucharte la lección camino a clase e incluso haciendo deporte». Además, «casi todos los reproductores cuentan con la opción de acelerar el audio, así que la segunda vuelta puedes escucharla a mayor velocidad». Y, si quieres repasar el temario al tiempo que escuchas el podcast,también puedes descargarte los apuntes que el profesor utiliza como esquema para grabar sus programas.

Si quieres todavía más armas para enfrentarte a la selectividad con garantías, aquí puedes leer una serie de reglas mnemotécnicas para aprender a retener fechas y conceptos. Y aquí, un programa especial de Pleguezuelos de cómo estudiar para el examen.

A continuación, tienes la lista de reproducción completa de Historia de España para selectividad en Spotify. También puedes escucharla en Spotify.

Si lo que quieres es preparar Historia del Arte, esta es la lista de reproducción de los programas dedicados a esta signatura. También en Spotify.

Ïmagen tomada de: https://ep01.epimg.net/verne/imagenes/2019/05/02/articulo/1556789001_641072_1556802960_noticia_normal.jpg

Fuente: https://verne.elpais.com/verne/2019/05/02/articulo/1556789001_641072.html

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Historia de la Educación en Bolivia

Por: EducaBolivia 

POCA PRECOLONIAL COMUNITARIO

La educación incaica se dio en torno a tres ejes fundamentales:
– AMA SUA, no seas ladrón
– AMA LLULLA, no seas mentiroso
– AMA KJELLA, no seas flojo
Estas normas fueron los valores insustituibles de nuestros antepasados, la comunidad  obedecia y eran modelos de conducta. La Abuelos eran los encargados de la enseñanza de la niñez y juventud, se les considera como  eran los sabios de la comunidad por su experiencia. Para las mujeres existía la casa de las escogidas o «Ajllawaci». Que aprendían labores domesticas y practicas de artesania, tejidos. Yachaywasi era la escuela para la juventud, aquí instruían en el RUMASINI, (enseñanza oral), aprendizaje religioso, aprendían conocimientos importantes de gobierno – administración y finalmente se adiestraban en el arte militar y  conocimientos de historia.
EPOCA COLONIAL RACISTA
El monopolio de la instrucción estaba en manos de la Iglesia Católica. El modelo educativo en la colonia era el memorístico. La ideología dominante llevaba implícita la exaltación de los valores hispánicos coloniales y el desprecio por lo indígena y el trabajo manual.
Se expresaba la supremacía del criollo en la jerarquía social y el desplazamiento del indígena a una degradante condición social y humana.  El racismo fue el componente fundamental de la ideología conservadora colonial.
1825 – EPOCA REPUBLICANA
No existe en los primeros años de la república la instrucción primaria como tal, no existe una sola imprenta en el país. Se produce un desplazamiento del Poder Colonial a las élites post-coloniales, pero manteniendo intacta la formación social colonial, iniciándose todo un «proyecto de sociedad» que excluía totalmente a los sectores populares.
El más firme intento de romper el horizonte colonial mediante la educación popular es la obra de Simón Rodríguez, quien fue maestro de Simón Bolivar; intenta universalizar la educación, extenderla a todos los sectores sociales; estas y otras ideas están implícitas en el Primer Estatuto Educativo (Modelo Liberal Libertario) diseñado por Don Simón Rodríguez, en su condición de primer Director General de Educación en Bolivia.
1841 – ESCUELAS PARA UNOS CUANTOS
El país cuenta con 60 escuelas primarias, todas destinadas a la élite  y concentradas en la ciudad,  con una población escolar de 4.000 niños que aprendían: lectura, escritura, gramática y literatura. Están marginados de la educación la mujer y los indígenas.
1853 – ISIDORO BELZU
Isidoro Belzu, mediante decreto reiteró la intención del Estado en cuanto a la educación popular, de modo que las escuelas se dediquen «no sólo a la alfabetización, sino al desarrollo de las inclinaciones propias de cada estudiante, en razón de aptitud, del carácter de los habitantes, del clima y de los recursos propios de cada zona geográfica”.
1890 – EDUCACION TECNICA
Fines del siglo XIX, Bolivia se incorpora  a la economía capitalista  mundial  plantea a los gobiernos liberales de entonces la necesidad de democratizar y modernizar la educación, para permitir la formación de mano de obra calificada y la capacitación de los técnicos requeridos por la industria capitalista. La educación es discriminatoria, solo algunos podían educarse en la educación formal mientras las mayorías no logran el acceso a la educación.
1899 – REVOLUCION FEDERAL
La corriente liberal triunfante desarrolló una ideología de progreso, imita  los modelos pedagógicos  de Europa  y ve al indio campesino como  un sujeto portador de vicios y defectos y no era agente de progreso y desarrollo del país.
1931 – WARISATA
Surge la Escuela Ayllu de Warisata, creada en conjunto por un funcionario de educación del gobierno boliviano -Elizardo Pérez- y Avelino Siñani como representante de la comunidad de Warisata. Porque en realidad, Siñani fue la voz a través de la cual la comunidad indígena expresó su deseo de organizarse y alfabetizarse. Warisata nació un 2 de agosto como escuela rural indígena, financiada en parte con recursos del estado pero con la mano de obra, ideas e iniciativas de la propia comunidad. 150 niños/as y cuatro profesores comenzaron el proyecto.
La educación se realizaba en forma bilingüe (aymara-español) por una parte, a través de talleres productivos que buscaban tanto producir aquello necesario para sustentarse (alimentos, viviendas, herramientas) como para vender o intercambiar en trueque con las comunidades aledañas.
La educación en Warisata se basó en la reciprocidad, la solidaridad y el modelo de comunidad que vive en relación productiva pero sustentable con la naturaleza.
1932 – 1935 GUERRA DEL CHACO
En  estos años nuestro país se vio en vuelta en conflictos internos y externos. Se turnaron gobiernos civiles y militares que oscilaron entre el nacionalismo y el liberalismo. El conflicto bélico nos permite abrir los ojos, reconocernos entre los bolivianos y valorar la riqueza cultural  y diversa de la Patria.
1940 Las convulsiones políticas y la constante presión de la oligarquía terminan haciendo  desaparecer la Escuela de Warisata. Se inicia la persecución de los hacendados contra Avelino Siñani, lo echan, lo encarcelan y expulsan de su comunidad.
1944 – FRANZ TAMAYO
Aparece  este mestizo, intelectual y critico a los modelos extranjerizantes y  habla de una pedagogía nacional, donde exalta la fortaleza racial del indio,  y dice “El indio es el verdadero depositario de la energía nacional”. “por su gran vitalidad, por su superioridad energética latente de su sangre, parece el indio destinado a perdurar como raza y a mantenerse en la historia…”. En esa época las mujeres e indígenas  no tenían derecho a ingresar a la escuela, fue un privilegio de una casta criolla mestiza.
1953 – CREACION COMISION EDUCATIVA
A un año de la revolución de 1952 el gobierno de Victor Paz Estensoro impuso la educación universal a través de la creación de la comisión Nacional de Reforma educativa.
1955 – CODIGO DE LA EDUCACION
Se promulga el Código de la educación Boliviana, esta reforma para el MNR de entonces era anti feudal y antiimperialista, consolidaba la existencia de dos sistemas educativos o paralelos en nuestro país, el urbano y el rural, provocando un incremento explosivo de la educación campesina, aunque para varios investigadores se hizo bajo un enfoque colonialista, memorístico  y aculturante en desmedro de las culturas indígenas.
Estuvo orientada a reproducir la sociedad estructurada, sobre la base de la jerarquía colonial, es decir la división de la educación: una educación rural, especialmente para los indios, destinada sobro todo a que el campesino aprendiera a leer y escribir, mediante ello integrarlo a la lógica del estado nación. Con ello la universalización de una sola cultura y la educación urbana para los criollos y mestizos.
1964 – CONTRA REFORMA
Plantea la contra reforma educativa y desconoce los avances  que se operaron desde 1955. el pueblo levanta las banderas por el derecho a la educación. Los maestros  a nivel nacional, los trabajadores del campo y de la ciudad y sectores esclarecidos de las clases medias bolivianas emprenden una lucha sostenida por mantener la vigencia del Código de la Educación Boliviana y cualificar la educación nacional realizando sucesivos congresos educativos y formulando una serie de propuestas innovadoras.
1970 – ASAMBLEA POPULAR
El magisterio nacional impulsa una política para modernizar la educación en el país, incorporando la interculturalidad y el bilingüismo.  Se discute en la Asamblea popular de hacer cambios en la educación.
1971 – DICTADURAS
Con el golpe  de Estado del coronel Hugo Banzer Suárez. la dictadura militar emite una serie de normas que llevan el apellido del presidente de facto – conocidos luego como “códigos Banzer” y provoca un retroceso en el espíritu de la universalidad  en la educación.
Fue notoria la ausencia de menciones específicas sobre la problemática de género en todas estas reformas. Prácticamente se obvia el problema de la educación de las mujeres y se engloba a niñas y niños en el mismo discurso. La educación en el campo seguía siendo precaria y deficiente. El retraso de la mujer era creciente y la deserción general estaba en aumento.
1980 – INTROMISION
En esta década las transnacionales tienen interés en presionar a los gobiernos neoliberales para efectuar reformas educativas con un enfoque constructivista.
1989
LIBROS BLANCO Y ROSADO
Con el Ministro Enrique Ipiña  del gobierno de Paz Estensoro, se elaboraron dos libros el blanco y el rosado,  que impactaron a la opinión pública tanto por el contenido como por su enfoque ideológico y político. Fueron documentos fundamentales que abrían el camino a la Reforma Educativa. Rechazados por los maestros, en el cambio de régimen se perdieron, pero sus principios abrieron el camino para la reforma educativa.
1992 – I CONGRESO
Se desarrolla el I Congreso Nacional de Educación, de él surgen las bases para la reforma educativa.
1994 – LEY 1565
Se promulga la ley 1565 de la Reforma educativa, en ella se dispone  la incorporación de un enfoque intercultural y la modalidad bilingüe, que no se cumplió. La reforma educativa educativa neoliberal no solo se implemento en Bolivia sino en toda América Latina planteadas desde las instancias de poder internacional y nacional.
Se da la reforma educativa como expresión super estructural de la serie de medidas de ajuste estructural impuestas por el neoliberalismo como los procesos de capitalización de empresas estatales,  destinada a consolidar las medidas neoliberales y adecuar la educación boliviana a los dictados de la globalización transnacional y al no tomar en cuenta la realidad nacional y las demandas populares termina en un fracaso, pese a los ingentes recursos gastados en consultorías  y jugosos salarios del  equipo ETARE y otros consultores argentinos y españoles.
2006 –  2010 PROCESO DE CAMBIO
Asume la presidencia de Bolivia, Evo Morales, con un respaldo del 54% en las urnas y su gobierno se preocupa  por la educación e  inicia procesos de dialogo para escuchar las demandas y necesidades del pueblo.
El 2006 Se da el congreso educativo en Sucre y se presenta la propuesta educativa  de ley Avelino Siñani Elizardo Pérez, que permite acompañar los cambios promovidos en el proceso de cambio, es así que  logra respaldo y se desarrolla la discusión y construcción para la redacción del proyecto de ley.
El 2009 El Ministerio de Educación inicia un proceso  dialogo y consenso  con las organizaciones sociales  recogiendo las demandas y necesidades de los protagonistas de la educación  como el  magisterio, estudiantes, padres y madres de familia,  organizaciones sociales, organizaciones indígena campesino, consejos educativos, iglesia y Ongs.
Se alfabetiza a mas de 950 mil personas con el programa “yo si puedo” y continua con la post alfabetización  “yo si puedo seguir”;  se extiende Diplomas de bachiller gratuito, se amplia la cobertura del Bono Juancito Pinto para reducir la deserción escolar, se promueve la Certificación laboral  revalorizando las  capacidades  competencias laborales, se otorgan Becas de estudio para  educación superior y técnica, se dota de equipos e instalación de mas de 350 telecentros en el país, se crean las universidades indígenas quechua, aymará y guaraní,  se construyen como nunca en la historia infraestructura educativa y se inicia la elaboración de  la nueva curricula.
El 2010 Se presenta el anteproyecto de Ley Avelino Siñani – Elizardo Pérez como una propuesta que se construye con los protagonistas  de la educación. Es histórico por que se construye con los protagonistas, para hacer una educación participativa, comunitaria, descolonizadora, productiva y unitaria. Una educación que educa por la justicia, para la justicia social, la igualdad entre todas y todos los bolivianos.
*José Armayo, Comunicador Social
*Fuente: http://www.educabolivia.bo/index.php/estudiante/16-estudiante/actualidad-y-estudios/4681-historia-de-la-educacion-en-bolivia

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Los años dorados del siglo XX en la Universidad de La Habana

Por: Luis A. Montero Cabrera

La documentación corriente acerca de la vida universitaria en cualquier lugar del mundo suele abordar muchas facetas de esa componente indispensable de la vida humana de hoy. Los rendimientos y la reputación de los centros suelen dominar la información para los que conducen la actividad y también para los que se preparan para acceder a ella. Muchos de los más maduros sienten que reviviendo con recuerdos pueden de alguna forma replicar la felicidad, o las dulces desventuras, experimentadas en esos años de la vida. Los que gobiernan bien se preocupan por toda información que contribuya a la buena marcha de la educación superior como una pieza decisiva de la trama social moderna. Poco se conoce y está documentado, sin embargo, de intervenciones sistemáticas y efectivas de gobernantes en contacto directo con estudiantes y docentes en una universidad.

A partir de la Reforma Universitaria de 1962, documento abarcador y modernizador de un sistema de educación superior que mucho lo requería, se fueron cambiando estructuras y concepciones. La Universidad de La Habana resultante de ese proceso abarcaba la formación de todo joven que deseara y pudiera cursar estudios superiores en las provincias desde Matanzas hasta Pinar del Río, incluida la entonces Isla de Pinos. Comprendía todas las carreras, desde las médicas hasta las de enseñanza, pasando por las tecnologías, las ciencias básicas y las humanidades. Varios presidentes de la Federación Estudiantil Universitaria, secretarios generales de la Unión de Jóvenes Comunistas, rectores, vicerrectores y decanos conducían seria y paulatinamente los cambios que la reforma indicaba. Los estudiantes y profesores, todos muy nuevos y muchas veces indistintos, enfrentábamos el nuevo escenario con el entusiasmo del que confía en un futuro irremisiblemente maravilloso. Algunos éramos estudiantes de tercer año en la mañana y profesores conferencistas de otra carrera por la tarde. Un Ministro de Industrias como el Che, con alma de redentor y cultura multifacética le pedía a una decana, directamente por carta y también personalmente, que su Facultad se sumara a sus cometidos. Quería también aprender las matemáticas que su educación de médico no le había proporcionado.

Lo insólito comenzó a ocurrir en los años alrededor de 1965 y continuó prácticamente hasta iniciada la década de los 70. El primer ministro del país, que era Fidel, visitaba regularmente la Plaza Cadenas, corazón del campus central. Ocurría generalmente durante las horas de la activa noche de cursos para trabajadores, estudios en la Biblioteca Central, encuentros sentimentales y reuniones de las organizaciones que no se podían dar por el día porque las clases y su horario eran sagrados. Los que estábamos por esos entornos y súbitamente veíamos aparecer por la entrada de la calle J los tres Oldsmobile del año 1960 ya sabíamos que nos esperaban unas cuantas horas de diálogo activo, sobre temas publicables o no, y de la más variada índole. Desde la Revolución China, hasta los efectos de ciertas carnes para la salud, pasando por las formas de distribución de la tierra que habían seguido diversas revoluciones antes de la cubana.

En 1966 todos nos sorprendimos al conocer que había sido nombrado como rector un médico desconocido para muchos. Se trataba de José Millar Barruecos, con el apodo de “Chomi”. Un rector joven y con un apodo informal ya sonaba a “cosas de Fidel”. Se trataba de alguien que se había destacado en los primeros intentos de llevar la salud a los lugares donde vivían los olvidados de siempre en Cuba. Era un producto del llamado entonces “Servicio Médico Social Rural”. Nada más sabíamos de él.

Lo que si supimos después fue que esa medida significó la intervención decisiva de las ideas revolucionarias para realizar lo mejor de la Reforma de 1962 y bastante más. El estrecho y fresco contacto sistemático de Fidel con los estudiantes y profesores y ahora la frecuente, informal y efectiva comunicación entre el rector y el líder de la Revolución condujeron a años de cambios y fomento radicales.

Se crearon grupos multidisciplinarios con estudiantes y profesores de diversas áreas que se llamaron “polivalentes”, usando graciosamente un término químico para fomentar lo que hoy es una práctica modernísima de gestión en todas partes. De ellos salieron recomendaciones fundacionales de muchas iniciativas fidelistas de entonces. También se crearon “equipos económicos” con los de economía, contabilidad, y otras carreras que conviniera. Se fundaron centros de investigaciones, lo mismo de aplicaciones informáticas a las ciencias médicas que de ciencias marinas; se fundó un monumental jardín botánico; se cimentó la formación biológica, física, matemática, química. Se impartieron semestres completos de ciertas carreras en la Sierra Maestra, para conocer científicamente lo que ya se sabía empíricamente por los revolucionarios. También se diseñó y produjo en pequeñas series una computadora de las más modernas de entonces, acompañada de un inédito lenguaje de programación en español, que se llamó “LEAL”. Todos estos hechos y muchos más en tan poco tiempo y por parte de gente tan joven tienen pocos o ningún referente en este mundo, en cualquier época pasada o presente.

También, algunos de los problemas teóricos que más tarde conducirían a cataclismos de revoluciones anteriores fueron presentidos en un novedoso Departamento de Filosofía que tenía su propia revista, culta, joven, revolucionaria, esencialmente admiradora de las esencias de Marx y Lenin. Los que estudiamos entonces los cursos obligatorios de ideas filosóficas en cualquier carrera solo vimos en las librerías a los manuales que habían digerido otros de los fundadores, a imagen y semejanza de un proceso deformador de las raíces. Nuestros textos, por el contrario, eran los documentos originales de los autores de la teoría revolucionaria. Y eso era una indicación de Fidel.

Para los testigos y modestos protagonistas de aquellos tiempos en la Universidad de La Habana, la que entonces “solo” tenía 240 años, esos fueron sus “años dorados” del siglo XX. Entonces estaba entera, con todas las disciplinas que hacen a una universidad y éramos estudiantes o jóvenes graduados dedicados a las ciencias, o a las tecnologías, o a las humanidades. Un joven, culto, audaz, visionario y admirado líder revolucionario usaba parte de sus noches de trabajo conversando con los estudiantes y profesores que habitaban entonces la Acrópolis de La Habana, aceptando la invitación del Alma Mater para escalar por la colina hasta ella y poder participar en la conversación con Fidel.

En estos tiempos que la madre cumple 290 años, los simples y hermosos vínculos que se establecían entonces entre los jóvenes creativos y los líderes pueden reeditarse mirando hacia los tres siglos. Eso sí, en esos nuevos vínculos no cabrían ataduras formales, ni lenguajes aburridos y ni estilos artificiales. Las mentes jóvenes y fisiológicamente revolucionarias siguen ahí, en la misma plaza, y con nuevos futuros que deberían estar en Cuba y también cargados de ilusiones tan o más cautivadoras que aquéllas de los años dorados.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2018/01/20/los-anos-dorados-del-siglo-xx-en-la-universidad-de-la-habana/#.WmYel7zia00

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Colombia: ¡Vuelve la historia a los colegios!

América del sur/Colombia/13 Enero 2018/Fuente: Semana

El presidente sancionó la ley que convierte en obligatoria esta materia para todos los colegios del país. La decisión era una deuda pendiente de la educación en Colombia.

En 1994 el gobierno de César Gaviria tomó una decisión polémica: eliminó la cátedra de Historia del plan de estudios de los colegios y la fusionó con la de Ciencias Sociales. Desde entonces, los jóvenes colombianos no ven ni en primaria ni en bachillerato una materia dedicada exclusivamente a aprender los procesos históricos por los que han pasado el país y el mundo. En cambio, estudian una llamada Sociales que, durante los 11 años que dura el colegio, mezcla temas de geografía, democracia, Constitución Política e historia.

La medida, criticada por educadores e historiadores, generó un debate y un enorme malestar que acaba de terminar. Esta semana, el presidente Juan Manuel Santos sancionó una ley que obliga a todos los colegios del país a incluir en su plan curricular la “educación en Historia de Colombia como una disciplina integrada en los lineamientos de las ciencias sociales”. La norma aclara que esta disposición no puede afectar la intensidad horaria en áreas de Matemáticas, Ciencia y Lenguaje.

La ley fue impulsada por la senadora Viviane Morales quien asegura que «los niños y jóvenes deben comenzar a estudiar a través de la historia hechos que hacen parte de la democracia y de cada una de las etapas que le han permitido a Colombia, llegar a ser considerada una de las democracias más antiguas de América Latina».

El debate alrededor de ese tema tiene a muchos preguntándose qué tipo de historia de Colombia está contando la academia, y qué tanto sus libros e investigaciones les están llegando a los colombianos de a pie, que no tienen conocimientos especializados ni pertenecen a un nicho científico.

Para analizar el tema hay que entender que los especialistas de hoy escriben una historia muy distinta a la de hace varias décadas. De hecho, el primer gran manual de historia colombiana data de la primera década del siglo XX, de la pluma de Jesús María Henao y Gerardo Arrubla, y fue adoptado como texto oficial de enseñanza desde 1910, justo al celebrarse el centenario del grito de Independencia. Sus autores eran dos abogados, historiadores aficionados, que veían con preocupación la realidad del país de entonces, que aún sentía las secuelas de la guerra de los Mil Días, la pérdida de Panamá y la crisis económica.

Su texto exaltaba el patriotismo e intentaba crear una identidad nacional. Y aunque era un libro completo, bien investigado, lleno de fechas y datos históricos –que incluso hoy se sigue consultando–, las nuevas generaciones de historiadores lo cuestionan mucho. Para Javier Guerrero, director del doctorado de Historia en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, “estaba lleno de fechas, próceres, héroes, batallas y periodos presidenciales. Muy apologético, poco crítico, escrito desde arriba (desde las elites), enfocado en la población blanca del centro del país y poco representativo de la totalidad de Colombia”.

Eso cambió hacia los años sesenta, cuando nacieron los primeros programas académicos en las universidades. Los historiadores de esa nueva generación (más profesionales) comenzaron a escribir también sobre los procesos económicos y sociales, los grupos humanos y las poblaciones antes olvidadas, como los indígenas, los afrocolombianos, los campesinos y quienes vivían en las provincias. Como cuenta Álvaro Tirado Mejía, integrante de ese grupo, “se abrió el panorama. Además de los personajes, las fechas y los héroes, había una visión acerca de la sociedad, la economía y las costumbres”. Académicos como Jaime Jaramillo Uribe, Bernardo Tovar, Jorge Orlando Melo y el propio Tirado Mejía publicaron sus libros con esta nueva visión y, entre todos, sacaron una serie de nueve tomos a los que llamaron Nueva historia de Colombia (1989).

Y aunque la eliminación de la cátedra de Historia llevó a que ese tipo de publicaciones generales se estancaran un poco, una mirada a las novedades editoriales y a los libros publicados durante los últimos años, deja ver que hoy aparentemente hay un buen momento para la disciplina. No solo por el auge de las novelas históricas, que mezclan hechos del pasado con ficción literaria, sino también por los libros de historia pura.

Actualmente, por ejemplo, en las librerías se consiguen, entre otros, una biografía de María Cano, la líder sindical de los años veinte, escrita por Beatriz Robledo, y la tercera edición de un compendio de ensayos de varios autores llamado Historia de Colombia: todo lo que hay que saber, que analiza los hechos del país desde la época precolombina hasta hoy. Además, en librerías especializadas, como la Lerner, la historia es la tercera línea temática más vendida, luego de la literatura y la literatura infantil.

Eso, junto con los libros de Diana Uribe, la historia del mundo que escribió Daniel Samper Pizano o el libro digital sobre la historia del país que Antonio Caballero está publicando por partes, hace pensar que el público de hoy está ávido del tema.

Pero ello no es tan cierto. Aunque el mercado de los libros de historia sí ha crecido en comparación con lo que había hace unas tres décadas y hoy es más fácil que un autor publique un texto sobre el tema en una editorial grande, los tirajes siguen siendo pequeños (entre 1.000 y 3.000 ejemplares en los mejores casos) y los lectores no dejan de ser los del mismo nicho académico, que tal vez ha crecido por el aumento de pregrados, maestrías y doctorados en historia.

Un problema de fondo es que los historiadores no saben divulgar sus trabajos al público no especializado. Por supuesto que hay experiencias exitosas, como la de Diana Uribe en Colombia, pero muchos creen que no es suficiente y faltan trabajos más rigurosos y con más contexto que también se popularicen. En el mundo ya ha pasado. Según Alba Inés Arias, de la Librería Lerner, hay historiadores internacionales que hoy narran sus libros con una prosa amena, que atrae a los lectores.

En Colombia hay material, pues las universidades se siguieron profesionalizando y la investigación en historia actual es más completa que antes. Pero gran parte de estos trabajos se quedan en los anaqueles o se van a revistas indexadas y publicaciones científicas.

Ahora los historiadores se están enfocando en temas específicos. “Hay un interés por el sujeto y el individuo –cuenta Pablo Rodríguez Jiménez, profesor de historia en la Universidad Nacional–. Ya no en los héroes patrios como seres de monumento, ni solo en los grupos sociales y en los procesos, sino en los individuos de carne y hueso que vivieron esos tiempos”. Por eso ahora hay investigaciones acerca de historias muy locales: las comunidades, los barrios, las ciudades, las mujeres, los jóvenes, la sexualidad, el medioambiente, los movimientos sociales, etcétera.

Y aunque para muchos esa es una buena noticia porque permite diversificar el campo de estudios, otros creen que hay un exceso que ha llevado a perder el objetivo principal. “Estamos llegando a la microhistoria: unas historias demasiado particulares que pierden la perspectiva general”, cuenta Tirado Mejía. Con él coinciden otros historiadores, que piensan que hoy pocos se ocupan de contar una historia general, que explique los grandes procesos del pasado para entender el presente y planear el futuro.

La oportunidad se presenta ahora, cuando la cátedra de Historia vuelve a los colegios como una materia independiente. La idea es no repetir la fórmula fracasada de dictar una clase llena de datos y fechas en orden cronológico, sino bajar el conocimiento que los historiadores han dejado en los estantes a lo largo de todos estos años. Como explica Pablo Rodríguez, “nuestro trabajo puede llegar a tener significado si logramos que la gente se interrogue sobre qué país y qué sociedad somos, de dónde venimos y qué derroteros hemos recorrido, en los más amplios sentidos, para llegar a ser esta compleja nación llamada Colombia”.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/presidente-firma-decreto-clase-de-historia/552097

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Estonia, Letonia y Lituania: de la URSS a la Unión Europea en trece años

Jesús Aller
Rebelión

Las tres repúblicas bálticas, Estonia, Letonia y Lituania, integradas en la URSS a comienzos de 1991, alcanzan la independencia ese mismo año y tras no pocas vicisitudes, en 2004 pasan a convertirse en miembros de pleno derecho de la Unión Europea y la OTAN. Esta pasmosa transformación no pudo dejar de producirse sin una conmoción social que tiene un interés extraordinario, aunque sus detalles apenas se han divulgado. El libro La Europa báltica de Ricardo Martín de la Guardia y Guillermo A. Pérez Sánchez, publicado por Síntesis en 2010, es una buena base para acercarse a estos procesos, que puede fácilmente perfilarse y completarse con la abundante información disponible en Internet sobre ellos.

Los territorios que ahora comprenden las tres naciones se gobernaron a sí mismos en algunas épocas, pero estuvieron sometidos más frecuentemente a sus poderosos vecinos: Polonia, Prusia, Suecia y Rusia. A lo largo del siglo XVIII toda la región es incorporada al imperio ruso, y hay que esperar a la paz de Brest-Litovsk en marzo de 1918, para que la Rusia revolucionaria acuerde conceder la independencia a las repúblicas de Estonia, Letonia y Lituania. Esta se mantiene hasta 1940, cuando tras el pacto germano-soviético son integradas en la URSS, y en ella permanecerán hasta 1991, con el breve interregno de la ocupación alemana durante la II Guerra Mundial. Tal parece que la independencia de estas naciones va íntimamente asociada a la debilidad de su gran vecino del este, y así logran alcanzarla en dos momentos clave de la historia de este, que coinciden con los estertores del nacimiento y la disolución de la URSS.

Los movimientos que culminarán en la secesión de 1991 empiezan a gestarse con la llegada de Gorbachov a la secretaría general del PCUS en 1985 y son liderados por los propios dirigentes locales del partido que se declaran partidarios acérrimos de la Perestroika. Es interesante constatar que en el caso de Estonia en ese momento, solamente un 61,5% de población era de origen estonio, pero copaba el 82,2 de los puestos de responsabilidad en la administración. La misma tendencia encontramos en Letonia: 52 contra 63,15, y en Lituania: 79,6 frente a 91,5. Sin embargo, estas elites locales apenas tenían influencia sobre las grandes directrices económicas y esto generaba malestar en ellas, asociado a la instalación de industrias contaminantes y la inmigración masiva de rusos para trabajar en ellas, así como al predominio del ruso en la enseñanza y la administración.

En 1988 se constituyen, aglutinando corrientes ecologistas, nacionalistas y comunistas pro-perestroika, los frentes populares que liderarán los cambios en el futuro, y ese mismo año notorios reformistas son elegidos secretarios generales del partido en las tres repúblicas. A partir de 1989, los frentes y los propios soviets derivan hacia un abierto separatismo, basado en la denuncia del pacto germano-soviético, que es respaldada desde la URSS. En 1990 los soviets proclaman la soberanía de los tres estados, y esta es refrendada en elecciones semilibres. Los partidarios de la perestroika quieren ahora abandonar la URSS, mostrando a Gorbachov lo mal que había calculado la fuerza del nacionalismo en la región. Las minorías rusas, atacadas en ocasiones con alegatos etnicistas, comienzan a organizarse, pero conscientes de cómo van las cosas en Rusia no se oponen abiertamente a la independencia. Tengamos en cuenta que en ese momento los rusos representaban en Estonia un 28% de la población, en Letonia el 32% y en Lituania sólo el 9%.

En 1991 se pone en marcha el sistema multipartidista y la secesión es aprobada en referendos con amplias mayorías. Las nuevas constituciones son ratificadas en 1992 y poco después se eligen los parlamentos nacionales. Los años siguientes están marcados por la liberalización de la economía, notorios casos de corrupción y el hecho vergonzoso de que la población de origen ruso no accede a la ciudadanía plena y no puede votar en las elecciones. En Estonia, por ejemplo, las 1.144.309 personas con derecho a voto en 1991 pasan a ser sólo 689.319 en 1992. En 1995 arrancan las conversaciones para la adhesión a la UE, lastradas por el espinoso asunto de las minorías, que poco a poco se va solventando. En 2001 se decide que se cumplen ya los compromisos requeridos, aunque en 2005 en el caso de Estonia aún un 15% de la población (180.000 personas) seguían sin pertenecer a ningún estado, y en 2003 en Letonia había más de medio millón de “no ciudadanos”. De hecho Estonia y Letonia son consideradas aún por muchos analistas “democracias étnicas”.

La integración de las tres repúblicas en la Unión Europea y la OTAN, aprobada en referendos en 2003, fue un duro golpe para los intereses estratégicos de Rusia, que sin embargo sigue conservando el enclave de Kaliningrado, entre Lituania y Polonia, con una gran base naval. La respuesta de Moscú ha sido sobre todo a través de la presión económica y la adquisición de empresas que operan con el suministro de petróleo y gas y refinerías del área báltica. Además, no ha dejado de insistir en el carácter étnico de los regímenes establecidos tras la independencia y la marginación de las minorías en ellos, lo que a su vez ha sido un acicate para la presión europea que pretendía corregir estas situaciones. Es importante señalar que Rusia no hizo reivindicación territorial alguna sobre las zonas con amplia mayoría rusa que existen en Estonia, ni auspició movimientos secesionistas en ellas, y que la retirada de su ejército de las tres repúblicas se realizó de forma ordenada sin dar lugar a incidentes reseñables.

La historia que se acaba de sintetizar aporta un ejemplo emblemático de realineamiento estratégico y corrimiento de fronteras entre áreas de influencia de grandes potencias. En este caso, tal vez lo más notable sea el esfuerzo propagandístico por publicitar el reclutamiento por parte de la OTAN y el vasallaje económico a las elites burocráticas de Bruselas como una genuina emancipación. Hay que indicar además que esta “liberación” se asocia con la implantación de un nacionalismo étnico excluyente capaz de negar derechos elementales a un amplio porcentaje de la población, considerados “no ciudadanos”. Tengamos en cuenta que, según datos de 2016, por lo que respecta a Letonia, país en el que esta situación es más grave, todavía existe más de un cuarto de millón de personas (11,75% de la población), con este estatus legal, sin derecho al voto ni a ocupar puestos en la administración, entre otras discriminaciones.

Fuente :http://www.rebelion.org/noticia.php?id=235481

Imagen:https://lh3.googleusercontent.com/VCP6aN3iLthAje_F6B1sQBcUKVwgTEB17Yex6ofOWihriCf7JwcYRrL422PPATm34Lg8xQ=s112

 

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Vuelve la asignatura de Historia de Colombia

América del sur/Colombia/11 Noviembre 2017/Fuente: Vanguardia

Desde tiempo atrás venía criticándose la forma tradicional como se dictaba en los colegios la cátedra de Historia de Colombia, señalándose que era poco acorde con los avances en educación y ciencias sociales.

En el gobierno de Belisario Betancur se profirió el Decreto 1002 de 1984 que estableció el Plan de Estudios para la Educación Preescolar, Básica (primaria y secundaria) y Media Vocacional, norma que determinó integrar en una sola asignatura, llamada Ciencias Sociales, la enseñanza de Historia, Geografía y Cívica y más tarde se le anexaron dos materias más, Democracia y Constitución. En 1994, en el gobierno de César Gaviria se introdujeron nuevos cambios normativos en la educación que incidieron en el campo de tal asignatura.

¿Cuál ha sido el resultado palpable de tales reformas que limitaron mucho en el tiempo, rigor y pertinencia el estudio de las ciencias sociales que son fundamentales para el conocimiento del ser humano? Que los jóvenes que han llegado a la universidad en los últimos 15 años tienen un conocimiento bastante precario de la historia y deficiencias preocupantes en diversas áreas de las Ciencias Sociales.

El conocimiento de la historia es fundamental para reflexionar debidamente sobre los hechos sociales, establecer cómo se llegó al presente, saber cuál es nuestra identidad social y nacional para la formación de una memoria histórica, para desarrollar el pensamiento crítico sobre los hechos que han ocurrido y determinado el rumbo del país así como ubicarse en el concierto internacional con identidad nacional. Sin conocerla, se anda a tientas y no se pueden trazar con inteligencia los caminos de orientación colectiva.

Afortunadamente, por iniciativa parlamentaria se presentó un proyecto de Ley que restaura en los planteles educativos la cátedra de Historia como asignatura autónoma, el que ha sido acompañado en su trámite por la Academia Colombiana de Historia y que en pocos días será Ley de la República. Así, afortunadamente vuelve a las aulas la Historia de Colombia.

La Constitución de 1991 propició nuevas visiones e interpretaciones de la historia nacional que tienen en cuenta la diversidad étnica, social y cultural de nuestra población. Con base en ello debe enfocarse el estudio de la historia para no caer en la enseñanza tradicional de ella, cuyos pilares ya han sido superados por el signo de los tiempos.

Fuente: http://www.vanguardia.com/opinion/editorial/415356-vuelve-la-asignatura-de-historia-de-colombia

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Reseña de Libro: Chavismo .

Genealogía de una pasión política.

América del Sur/Venezuela/03.10.2017

Alba Carosio. Indhira Libertad Rodríguez. Leonardo Bracamonte. [Coordinadores]

Alba Carosio. Indhira Libertad Rodríguez. Iraida Vargas Arenas. Judith Valencia. Gonzalo Ramírez Quintero. Omar Hurtado Rayugsen. Ociel Alí López. Jesús Puerta. Gonzalo Gómez. Néstor Francia. Lilia M. Ramírez Lasso. Marianicer Figueroa Agreda. [Autores de Capítulo]

ISBN 978-987-722-260-9
CLACSO. Escuela Venezolana de Planificación – EVP. Centro Internacional Miranda – CIM. Centro de Estudios Latinoamericano Rómulo Gallegos – CELARG. Zamora Unión Cívico Militar.
Buenos Aires.
Septiembre de 2017

Quien quiera comprender la extraordinaria experiencia de los gobiernos nacional-populares que recorrieron el mundo latinoamericano a partir de la primera década de siglo XXI, debe concentrar sus esfuerzos comprensivos en un examen sobre el tipo de movilización que se emprendió durante las etapas previas, el perfil radicalmente plural de los sujetos movilizados y las diversas demandas desplegadas durante los años de las luchas en contra de los planes de ajuste macroeconómico. Este libro es fruto de un debate político apasionado, pero al mismo tiempo impostergable, que dio cuenta de las diferencias de un movimiento cuya composición radicalmente heterogénea es consecuencia constitutiva de su propia historia. 
Fuente: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20170929104851/Chavismo_Genealogia.pdf
Imagen: http://www.clacso.org.ar/clacso/novedades_editoriales/img_tapas/1283_Tapa.jpg
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