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México: Anuies sugiere proceso de educación en línea por actual contingencia

América del Norte/México/19-04-2020/Autor(a): Arturo Sánchez Jiménez/www.jornada.com.mx

Ante la necesidad de cancelar en este periodo las clases presenciales por la pandemia de Covid-19, todas las universidades pertenecientes a la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies) deben prever medidas para atender a sus alumnos que carecen de los medios tecnológicos para incorporarse súbitamente a un proceso de educación en línea, además de que deberán flexibilizar sus criterios de evaluación académica.

Así lo define un manual con recomendaciones para mantener los servicios educativos aprobado por el Consejo Nacional de la Anuies, que fue presentado ayer a los rectores del país en una conferencia virtual.

El documento señala que es muy probable que no se pueda regresar a las aulas durante el presente semestre, por lo que sugiere, entre otras medidas, diseñar un modelo de evaluación virtual para concluir el ciclo.

Con base en las estimaciones de las autoridades de salud sobre la evolución de la crisis sanitaria, se ha informado sobre la posibilidad de ampliar el periodo de distanciamiento físico, probablemente hasta inicio del mes de junio, lo cual repercutirá en el trabajo docente e incrementa la probabilidad de que no se pueda regresar a las aulas durante el presente semestre, indica el documento disponible en el portal de la Anuies.

Este panorama, dice el organismo, nos obliga a diseñar un programa de acción para atender la emergencia que reduzca el impacto negativo sobre los estudiantes.

La Anuies prevé que tampoco se puedan aplicar de manera presencial los exámenes finales en las fechas previamente acordadas por las instituciones educativas. Por ello, se debe pensar en el diseño de un modelo de evaluación virtual que implique la entrega de evidencias por parte de los estudiantes.

También propone que se redefinan desde ahora los criterios de evaluación de los estudiantes, será difícil que se apliquen los principios que se usarían en circunstancias normales. Por la emergencia sanitaria, se sugiere llevar a cabo las adecuaciones pertinentes a los criterios de evaluación y flexibilizarlos, señala.

Estamos en una coyuntura compleja, experimentando altos niveles de incertidumbre por las características propias de este fenómeno sanitario, plantea la asociación. ”Por ello, las sugerencias y recomendaciones deberán actualizarse y en la medida en que avancemos, habrá que planear el regreso a las aulas y la atención a los rezagos que nos deje el confinamiento”.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/04/18/politica/017n1pol

Imagen: fancycrave1 en Pixabay

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Las desigualdades de producir desde casa

Por: Vladimir Garay

Internet siempre ha sido presentada como una tecnología democrática y democratizadora. Pero de la crisis emerge una fotografía de segregación social.

Esta semana, dos hospitales en Milán han comenzado a repartir tablets entre los enfermos terminales incomunicados y en aislamiento, para que puedan despedirse de sus familias y seres queridos, en un gesto que busca darle un poco más dignidad a una muerte espantosa. En los últimos años, el cine, la televisión y la literatura se han encargado de imaginar todo tipo de escenarios tecno-distópicos, pero nada así de desolador.

La crisis mundial desatada por la agresiva expansión del COVID-19 ha sido descrita como un evento que ocurre una vez cada cien años y cuando acabe, el mundo será probablemente muy distinto al que conocimos. Lamentablemente, parece que todavía falta mucho para ello. Italia ha superado a China y es ahora el país con más muertes producto del coronavirus, que a nivel mundial ascienden a casi diez mil víctimas fatales.

El llamado ha sido a quedarse en casa y reducir el contacto social, como una forma de ralentizar la propagación del virus y evitar que los sistemas de salud colapsen. El teletrabajo y la educación en línea se han convertido en los modos sugeridos para que las personas puedan seguir realizando sus rutinas productivas desde casa. Internet —que siempre ha sido presentada como una tecnología eminentemente democrática y democratizadora — aparece como una de las principales maneras de sobrellevar la crisis.

Pero lo que emerge es una fotografía de segregación social, una expresión más de las condiciones precarias en las que millones de personas viven en nuestra región y que muchas veces son invisibilizadas en las declaraciones públicas de autoridades que son incapaces de imaginar que hay gente que simplemente no tiene acceso a internet. Las últimas cifras disponibles de la CEPAL, de 2017, cuantificaba que tan solo el 45% de los hogares de la región estaban conectados a la red. Y aunque probablemente esos números han aumentado en los últimos años, muy seguramente el porcentaje de personas excluidas todavía es alto.

 Además es importante comprender que no todas las formas de conexión son iguales ni equivalentes; la velocidad es un factor determinante y más todavía el dispositivo a través del cual nos conectamos a internet. Hoy, la principal forma de conexión a internet en el continente es por medio de dispositivos móviles. Consecuentemente, no es lo mismo pedirle a una niña que resuelva una tarea escolar utilizando su propio computador, a que lo haga a través de su teléfono celular. Aunque en ambos casos se tenga acceso a exactamente al mismo material de estudio, la segunda experiencia es sustantivamente peor, simplemente porque ese dispositivo no fue diseñado ni construido para ello. Así, nuevamente el ejercicio de un derecho fundamental queda sujeto a las posibilidades económicas de una persona o su familia.

A ello hay que sumar las condiciones ambientales del trabajo: no todo el mundo tiene la posibilidad de convertir un rincón del hogar en una oficina casera; todavía peor, mucha gente habituada a convivir un par de horas al día con el resto de su familia se verá ahora forzada a tener que negociar espacios, horarios, necesidades y también ancho de banda, muchas veces en casas hacinadas o concebidas más como dormitorios que como lugares de convivencia familiar y mucho menos oficina multifuncional. Todo esto sin mencionar a aquellas personas que desempeñan funciones que no pueden ser realizadas a la distancia, por ejemplo, los trabajadores de la altamente precarizada “gig-economy, que reciben órdenes de una app y que deben verse en la disyuntiva de salir a trabajar arriesgando su salud o simplemente perder su fuente de ingresos en tiempos de alta incertidumbre.

Evidentemente estamos viviendo un momento inédito y particularmente difícil. Pero esta experiencia debería ser valiosa para cuando lo peor haya pasado. Hay dos reflexiones en las que creo que será necesario profundizar: primero, el teletrabajo ha sido una parte importante de los discursos de flexibilización laboral, pero no nos engañemos: para mucha gente tener trabajar desde su casa se convertirá en otra forma de precarización si es que no se toman medidas tendientes a asegurarle a los y las trabajadoras condiciones mínimas para el desempeño de sus funciones a distancia.

En segundo lugar, es errado pensar que internet es una tecnología eminentemente igualitaria. Sin embargo, existe en ella un potencial para ayudar a corregir algunas desigualdades de base. Ello dependerá del modo en que la tecnología se implementa y se usa. Si lo dejamos en manos del mercado y la capacidad individual de las personas, las cosas seguirán siendo tan injustas como antes y quizás, hasta peores.

Fuente: https://rebelion.org/las-desigualdades-de-producir-desde-casa/

Imagen: StockSnap en Pixabay

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Padres, alumnos y docentes enfrentan los retos de adaptarse a la educación en línea

Por: Paulette Delgado

Padres de familia, docentes y alumnos  deben “desaprender” en esta época.

Debido al cierre de escuelas, oficinas y negocios a raíz de la contingencia por el nuevo coronavirus (COVID-19), muchos padres de familia, docentes y alumnos se encuentran tratando de adaptarse a la nueva “rutina” y los retos que implica aprender en línea. Ante esta situación, es muy importante que los padres y maestros se mantengan en constante comunicación y encuentren la mejor manera de que sus hijos continúen aprendiendo desde casa.

Laura K. Reynolds, decana de la Facultad de Educación, Desempeño Humano y Salud de la Universidad de Carolina aconseja que, aunque parece que los padres han tomado el rol de educadores, los maestros deben seguir presentes y mantenerse conectados tanto como sea posible. La directora incita a los padres a ser pacientes y evitar disciplinar a sus hijos durante las actividades escolares. Especialmente si los hijos están acostumbrados a que sus profesores usen un reforzamiento positivo, más que regaños.

Jacqueline Sperling, psicóloga clínica, apoya esta idea explicando que todos estamos pasando por un cambio muy abrupto que puede producir miedo y ansiedad. Una de las mejores maneras de contrarrestar ese sentimiento de inseguridad es con consistencia, por ejemplo, si antes una familia tenía una regla de cuánto tiempo los hijos podían pasar viendo la televisión, esa regla debería permanecer igual en la medida de lo posible. También invita a los padres a permitir que sus hijos tengan videollamadas para socializar con sus amigos para evitar que se sientan solos, aunque tengan cuatro años y sus conversaciones no tengan sentido, señala. Ambas expertas coinciden en que el uso de videollamadas puede beneficiar mucho a los alumnos en el tema de socialización.

Por otro lado, Reynolds insiste que los maestros deben apoyar a los padres de familia y recordarles que hay muchas formas en que sus hijos aprenden. Los niños pueden aprender mediante «juegos imaginarios, jugando libremente en el patio trasero, jugar en un fregadero lleno de agua o garabatear y dibujar”, señala Reynolds. “Cuando parece que no está sucediendo nada, los procesos cognitivos de los estudiantes están involucrados y hay un crecimiento y un aprendizaje que están sucediendo”. Es importante recordar que los niños aprenden jugando y es necesario usar la imaginación. Una manera creativa de enseñar fracciones, por ejemplo, es en la cocina al seguir una receta.

Los alumnos no necesitan pasar ocho horas en la “escuela”

Aunque mantener una rutina y consistencia, es aconsejable, diversos factores como la posibilidad de tener acceso a la tecnología necesaria, padres de familia ocupados trabajando desde casa, familiares enfermos y otras diversas circunstancias, intentar implementar un horario escolar tradicional de manera virtual puede ser imposible. Algo que tanto papás como alumnos deben “desaprender” en esta época es que no es lo mismo un horario virtual que uno tradicional. Además de los factores antes mencionados, el ritmo de aprendizaje a distancia es diferente, dado que la estructura de un día normal es muy diferente que cuando se está en casa y más cuando, ante la contingencia, todos los miembros de la familia tienen que convivir las 24 horas en casa.

En la escuela, los niños y adolescentes tienen un horario estructurado: la hora del recreo, el tiempo “perdido” que pasan caminando por los pasillos de la escuela de un aula a otra, hablando con sus compañeros u otras situaciones que no pasan en un programa escolar virtual. Entonces, ¿cuánto tiempo deben dedicar los estudiantes al estudio en casa? La psiquiatra Colette Poole-Boykin aconseja que para saber cuánto tiempo debería pasar un niño concentrado en una tarea, se debe de multiplicar la edad del niño por 2 a 5 minutos, y el resultado  es la cantidad de tiempo que pueden mantenerse concentrados. Usando esta regla, la Dra. Poole-Boykin sugiere que los estudiantes de primaria deben aprender de una a dos horas al día, los de secundaria de dos a tres horas y los de bachillerato de tres a cuatro horas al día como máximo.

El otro lado de la educación en línea

Otro reto del que se habla poco en referencia a la educación en línea es que esta modalidad resalta la desigualdad socioeconómica que viven millones de familias. Lamentablemente, muchos estudiantes no cuentan con la tecnología, el espacio ni el ambiente necesario para poder cumplir con sus expectativas académicas. Además de estas barreras, se encuentra el miedo y la angustia que genera el hecho de que muchos padres de familia se están quedando sin empleo o familiares se están enfermando o muriendo.

María del Carmen Morillas es una madre de familia que vive en su pequeño departamento con cuatro hijas y su esposo. En entrevista para  El Confidencial, comentó que sus hijas tienen de 11 a 15 años y que sólo tienen una computadora para todos, lo que dificulta el aprendizaje de sus hijas. Por suerte, les instalaron el internet hace poco y pueden tener acceso a las lecciones, comenta. Además, viven en un piso de 60 metros cuadrados, lo que tampoco ayuda a tener un espacio designado e ideal para aprender. Aún así, sobrellevan la situación haciendo la mayor parte de las tareas a mano y enviando fotografías a través del móvil como prueba a sus maestros.

Marta Físico, maestra de secundaria, comentó en el mismo medio que muchos de sus estudiantes son de clase baja por lo que algunos no pueden acceder a las clases que da en Google Classroom, pero algunos se apoyan en el dispositivo móvil de sus papás para cumplir con sus tareas. Noelia Otero, jefa de estudios de un colegio público dijo para El Confidencial que un 20 % de sus alumnos son víctimas de la brecha tecnológica ya que no cuentan con computadora e internet. Otro reto al que se han enfrentado es que las medidas de emergencia que se instauraron ante la pandemia del coronavirus, los tomó a todos por sorpresa, poniendo en evidencia que muchos docentes no tienen las habilidades tecnológicas y la formación necesaria para enseñar en línea, así como administraciones escolares que no cuentan con plataformas digitales idóneas para la enseñanza online. Ante estos retos, muchos educadores han recurrido a herramientas como Google Classroom para apoyarse y lograr dar clases a distancia.

Ante todos estos cambios que estamos viviendo a nivel mundial, se vuelve aún más importante la constante comunicación y cercanía entre padres de familia, educadores, administradores y alumnos, para saber cuales son los retos que están enfrentando y cómo superarlos juntos. Pero sobre todo, es importante que tanto padres como docentes tomen en cuenta que no todo tiene que salir perfecto, que está bien tener días malos y equivocarse. Todos estamos aprendiendo en este proceso.

¿Cuáles son los principales retos a los que te has enfrentado como mamá, papá, docente o alumno?

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/educacion-online-retos-escuela-en-casa

Imagen: Chuck Underwood en Pixabay

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Estudiantes en Estados Unidos navegan por territorios desconocidos mientras la pandemia los obliga a estudiar en línea

Redacción: CNN Español

Los estudiantes de todo el país están haciendo la transición a un formato en línea para terminar el año escolar. Puede parecer unas pequeñas vacaciones para algunos, pero para otros, su carga de trabajo se volvió un poco más difícil.

Varias universidades y escuelas públicas y privadas decidieron cerrar sus recintos para detener la propagación del coronavirus.

Mientras los estudiantes se preparan o pasan por el cambio en los entornos de aprendizaje, comparten sus experiencias en TikTok, la popular aplicación de redes sociales de vídeos cortos.

Aquí hay un vistazo a cómo se ven algunas de sus vidas académicas en este momento:

“No pagué todo este dinero de matrícula para sentarme en mi piso”

Syera Plitt es estudiante de primer año en la Universidad del Sur de California y se especializó en danza en la Escuela de Danza Glorya Kaufman. Ella ha estado tomando cursos en línea durante los últimos tres días.

“Normalmente estoy en el estudio casi todo el día haciendo actividad física”, dijo a CNN. “Alterno diariamente entre aproximadamente tres horas de ensayos en algunos días o clases de improvisación y acondicionamiento en otros días”.

La universidad llevó oficialmente a los estudiantes a Zoom, un servicio de video conferencia en línea.

“Ha hecho que todas mis clases sean menos activas”, dijo. “Mis compañeros de clase y yo estamos confinados a una cantidad limitada de espacio (dormitorios, pasillos, exteriores, etc.) donde no podemos hacer físicamente lo que normalmente hacemos. Nos reunimos con nuestros profesores en línea para clases modificadas”.

A Plitt le preocupa que esto afecte sus calificaciones y actuaciones programadas para abril.

“Mi especialidad requiere que mis compañeros de clase y yo nos juntemos”, dijo. “Tenemos que estar juntos para ensayar, aprender y actuar entre nosotros. Si no obtenemos nuestro tiempo de ensayo asignado, no estaremos listos para actuar, y hay una buena posibilidad de que mis presentaciones sean canceladas o pospuestas”.

Plitt dijo que se siente mal por las personas mayores cuyos proyectos deben terminarse y realizarse para que se gradúen.

“Nuestras actuaciones son calificadas, nuestras pruebas finales están en curso, así que no estoy segura de qué harán (la universidad) para combatir eso”, dijo.

“También es una pérdida de dinero. Esto es más un problema universitario, pero no pagué todo el dinero de la matrícula para sentarme en mi piso y apenas moverme. Pero en este punto está fuera de nuestras manos”.

Estudiantes de cine suspenden sus producciones

Camryn Brescia es estudiante de cine en la Universidad de Nueva York e hizo un video en TikTok de su profesor dándole a su clase en línea un descanso entre las clases.

El video de la canción salió de una clase de educación general que se supone que tiene 300 estudiantes, dijo. Y, sin embargo, sus profesores han hecho que las conferencias sean más personales y divertidas.

Un profesor de la Universidad de Nueva York (NYU) toma un “descanso musical” mientras trata de orquestar una clase en línea.

“Como estudiante de cine, las clases en línea han sido bastante extrañas”, dijo a CNN. “Como mis clases están relacionadas con la producción o con grandes debates sobre la película que hemos visto juntos, es bastante difícil hacer lo que es esencialmente un FaceTime gigante”.

Brescia, una estudiante no residente (en el campus universitario), dijo que sus clases en NYU cambiaron a un formato en línea el miércoles. Ella agregó que su clase de producción plantea un desafío.

“Es extremadamente difícil obtener la experiencia completa ya que la clase es extremadamente práctica”, dijo. “Estamos listos para hacer algunos cortometrajes para la clase antes de que termine el semestre y NYU ha detenido toda la producción hasta nuevo aviso, por lo que ha sido bastante decepcionante para los chicos de cine”.

Prepararse para solo tener clases en línea

Trevor Patchen, estudiante de último año de secundaria en Warren, Ohio, dijo a CNN que los estudiantes recibieron el 11 de marzo una encuesta en línea para evaluar la conectividad de cada hogar.

Pantallazo de la encuesta sobre conectividad enviada a estudiantes en preparación para recibir clases en línea.

Patchen dijo que las clases en línea comenzarán este martes.

“El viernes fue el primer día libre de clases desde que el gobernador instituyó el cierre de tres semanas ayer”, dijo.

“Lo que parece que estamos haciendo es tener asignaciones en línea a través de Google Classroom y Renweb. También estamos usando Remind para configurar notificaciones sobre el trabajo”.

Si los estudiantes o las familias no tienen acceso confiable a las herramientas que necesitan para completar las tareas, Patchen dijo que la notificación de la escuela indica que los arreglos se pueden hacer caso por caso.

¿Habrá más trampa durante los exámenes?

Tia Stamp-Querry, estudiante de primer año de ingeniería en la Universidad James Madison en Harrisonburg, Virginia, publicó un video en TikTok sobre la lucha por recordar todas las lecciones de matemáticas que aprendió en clase.

“Va a ser difícil para algunos como en matemáticas”, dijo Stamp-Querry a CNN. “Recibir respuestas será difícil”.

El video de TikTok de Tia Stamp-Querry sobre la dificultad para recordar lo que aprendieron en las clases de matemáticas durante el año.

Stamp-Querry tiene cuatro clases. Ella dijo que los profesores le dijeron que todos los exámenes y pruebas estarán ahora en línea, y algunos profesores están publicando lecciones en video y otros quieren probar una plataforma similar a FaceTime.

“Estoy segura de que los profesores no están contentos con la cantidad de trampas que se realizarán con los exámenes y pruebas en línea”, dijo. “No comenzaremos hasta el 26 de marzo porque muchos profesores no estaban completamente preparados para esto”.

Aunque no ha hecho la transición oficialmente, dijo que algunas de sus clases ya dan tarea en línea. La única diferencia ahora será que los exámenes también se realizarán en línea.

Stamp-Querry dijo que es estresante y que sabe que sus compañeros están molestos por no ver a sus amigos, pero está un poco aliviada.

“Estaba en medio de un proyecto que me estaba matando y ahora está cancelado”, dijo. “Puedo relajarme y ya hago la mayoría de mis tareas en línea, por lo que no será un gran cambio. El único cambio real serán las clases y los exámenes en línea”.

Graduación a través de FaceTime

Nora Alghazaly estudia ciencias conductuales y biológicas en la Universidad de Michigan. Ella vive en casa y no en los dormitorios universitarios, por lo que no se vio obligada a hacer las maletas y regresar a casa como resultado del cierre de la universidad.

“En este momento, nuestros profesores están trabajando muy duro para hacer la transición de nuestros cursos a un formato en línea durante el resto del semestre, que es hasta el 17 de abril”, dijo Alghazaly a CNN. “Esperamos pacientemente recibir noticias suyas y esperamos comenzar esta transición el lunes 16 (de marzo)”.

Como estudiante de último año que esperaba graduarse en mayo, Alghazaly hizo una broma de TikTok con sus padres y su abuela sobre graduarse de la universidad a través FaceTime.

Los padres y la abuela de Alghazaly estuvieron en su video en TikTok sobre graduarse a través de FaceTime.

“La abuela con el harmal/salvia porque cree que esa es la cura para este virus”, escribió en su video.

Con respecto a su graduación, Alghazaly dijo que no estaba preocupada y que hizo el video de TikTok para reír.

“Espero que Estados Unidos tenga esto controlado y resuelva este problema con bastante rapidez”, dijo. “Mis preocupaciones están con los que enfrentan dificultades durante estos tiempos”.

Territorio inexplorado

Sharnelia Johnson enseña a alumnos de séptimo y octavo grado en el sur del Bronx, en la ciudad de Nueva York. Su escuela cerró el viernes, unas horas antes de que ella hiciera un video sobre cómo maneja ser maestra durante el coronavirus.

“Me alegro de que hayamos cerrado”, dijo la maestra a CNN. “Quiero que mis alumnos estén seguros y no sean susceptibles a este virus”.

En el video, que estaba destinado a ser divertido, se puede ver a Johnson usando guantes mientras interactúa con sus alumnos. A medida que los estudiantes se acercan a ella para chocar los cinco, se la puede ver practicando el distanciamiento social.

“Ahora enseñamos en línea”, dijo. “Es algo que sé que el 99% de nosotros nunca habíamos hecho antes”.

Johnson dijo que su escuela entrevistó a los estudiantes y equipó a todos con computadoras portátiles antes de que la escuela cancelara las clases.

Practicando para el futuro

Ari Green está en el último año de la escuela secundaria en The Frisch School en Paramus, Nueva Jersey, y le dijo a CNN que su experiencia con sus clases en línea ha sido excelente hasta ahora.

El día virtual de Green consiste en seis clases de 10 a.m. a 2:35 p.m. Su primer día de clases formales fue el jueves y se extenderán hasta la próxima semana. Dijo que sus clases tienen entre 16-25 niños.

Una fotografía del salón virtual de Green con los estudiantes que participaron recientemente en la derecha.

“Al ir a una escuela física durante toda mi vida académica, no estaba segura de cómo funcionaría”, dijo. “Pero la administración de la escuela es progresista y los maestros han sido fantásticos trabajando en este momento tan delicado”.

Green publicó un video en TikTok preguntándole a su maestro si podía usar el baño con el subtítulo “Así son las clases virtuales”. En el video, su maestro responde riéndose y diciendo: “¿Tienes que preguntarme eso aquí? Vete de aquí”.

“Estar estrictamente frente a una pantalla podría obviamente ser una distracción, pero esta es una buena práctica para cuando esté trabajando en el futuro y tenga reuniones en línea”, dijo. “Afortunadamente, los maestros están bien organizados y pueden mantener a los estudiantes interesados”.

Fuente: https://cnnespanol.cnn.com/2020/03/16/estudiantes-en-estados-unidos-navegan-por-territorios-desconocidos-mientras-la-pandemia-los-obliga-a-estudiar-en-linea/

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Educación En Tiempos De Pandemia: El Desafío De La Equidad En El Aprendizaje Durante La Crisis Del COVID-19

Por: Paola Estrada Villafuerte

Las medidas llevadas a cabo ante la rápida propagación del coronavirus reflejan la realidad inequitativa que viven muchos estudiantes fuera de las aulas.

El coronavirus está cambiando instantáneamente la forma en que se imparte la educación, ya que la escuela y el hogar, ahora se convierten en el mismo lugar tras las necesarias regulaciones efectuadas. Según la UNESCO, más de 861.7 millones de niños y jóvenes en 119 países se han visto afectados al tener que hacer frente a la pandemia global que nos ha sacudido este año. Millones de familias en EE.UU. se han tenido que unir al 1.7 millón de niños que se encuentran enrolados en la educación en el hogar (homeschooling). Al igual que en México, donde la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha extendido el período vacacional desde el 23 de marzo al 17 de abril del 2020.

Estas medidas terminan por iluminar la realidad de los muchos otros roles que la escuela ofrece además de lo académico. Ya que, para algunos, resulta ser una complicación incómoda, mientras que para otros, la situación es aún más preocupante. En ciudades donde el 70 % de los estudiantes vienen de familias de bajos ingresos, llevar la escuela a casa significa enfrentarse a no poder ofrecer comidas adecuadas, y mucho menos la tecnología o conectividad necesarias para el aprendizaje online.

«Este es un enorme desafío de equidad educativa que puede tener consecuencias que alteran la vida de los estudiantes vulnerables», dijo Ian Rosenblum, director de The Education Trust-New York. Desafortunadamente, las escuelas que pueden ofrecer una experiencia académica virtual completa, con alumnos que cuentan con dispositivos electrónicos, profesores que saben cómo diseñar lecciones en línea funcionales y una cultura basada en el aprendizaje tecnológico, no son muchas. La realidad es que la mayoría de las escuelas no están preparadas para este cambio que permite reconocer que el acceso desigual a internet es tan sólo uno de los muchos problemas que enfrenta nuestro sistema educativo a nivel global, así lo plantea Tara García para The Hechinger Report.

Según el World Economic Forum, sólo alrededor del 60 % de la población mundial tiene acceso a la red. Generando que muchísimas instituciones busquen soluciones provisionales a esta crisis, tales como el sistema educativo mexicano, que fuera de colegios privados o facultades universitarias, no se acogió la implementación de aprendizaje en línea para el sector público. La brecha digital continúa expandiéndose a medida que los estudiantes en sectores vulnerables siguen quedándose atrás en su aprendizaje.

«El mayor cambio que requiere el aprendizaje virtual es la flexibilidad y el reconocimiento de que la estructura controlada de una escuela no es replicable en línea», señala  Noah Dougherty, director de diseño en la consultora de educación, Education Elements. Muchas preguntas surgen a raíz de las problemáticas que tienden a afectar de manera desigual a aquellos en desventaja. El apoyo que se proporcionará, por ejemplo, a miles de madres solteras mexicanas que necesitan escuelas abiertas porque tienen que trabajar y su empleador o rubro no le permiten trabajar desde casa, a familias inmigrantes que deberán averiguar cómo participar en la educación en el hogar con programas en inglés, que podría no ser su primer idioma, o a aquellos niños que dependen de la escuela para sus comidas, es aún desconocido.

«Han sido desalojados de su estabilidad, han sido desalojados de sus hogares, han sido desalojados de su capacidad de vivir de manera cómoda y segura».
Estas dificultades se replican mundialmente, no sólo en la educación básica, sino en miles de universidades que han tenido que cerrar sus aulas debido a esta crisis sanitaria. Harvard, Cambridge, MIT, UCLA, por nombrar sólo algunas instituciones de las que se han sumado, pusieron pausa a todas las clases presenciales, eventos académicos y demás servicios, para mudarse a lecturas y conferencias en línea. Consecuentemente, miles de alumnos en educación superior alrededor del mundo, han tenido que abandonar sus campus tras el aviso de desalojo que ha tomado a muchos sin recursos u opciones disponibles. Todas estas medidas fueron tomadas tras el estado de emergencia declarado en distintos estados, como en Massachusetts, EE. UU., donde fueron dados a conocer más de 100 casos confirmados.

Tal es la situación del 20 % de los alumnos totales en la Universidad de Harvard que se encuentran en ayuda financiera completa, los 10,000 estudiantes internacionales, además de aquellos que pertenecen a grupos minoritarios, quienes han sido los más afectados tras las normas preventivas llevadas a cabo estos últimos meses. Estos se preguntaban si podrían permitirse el lujo de regresar a casa, qué sucedería con las visas que no permiten educación en línea , qué acciones tomarían quienes son originarios de países que se encontraban en la lista que CDC recomienda evitar, cuáles serían los efectos que este periodo tendría en proyectos de años de investigación para los alumnos de posgrado y en carreras universitarias, como en las artes y ciencias, donde la educación frente a frente es pieza clave.

«Han sido desalojados de su estabilidad, han sido desalojados de sus hogares, han sido desalojados de su capacidad de vivir de manera cómoda y segura», menciona Jordan H. Barton, para The Crimson, periódico estudiantil de Harvard. Muchísimos casos de estudiantes que están atravesando este periodo de manera más turbulenta que otros están saliendo a flote. James A. Bedford, quien depende simultáneamente del apoyo financiero económico total y los distintos empleos que ejerce dentro del campus para subsistir, se verá privado de sus principales fuentes de ingreso, por lo que su regreso a casa se verá comprometido.

«Este es un enorme desafío de equidad educativa que puede tener consecuencias que alteran la vida de los estudiantes vulnerables».
Más escenarios se suman a la lista, como quienes viven en áreas rurales sin acceso a internet, o con zonas horarias distintas. «Digamos que tengo que volver a Japón. Eso significa que hay una diferencia de tiempo de 13 horas. Cuando ustedes estén tomando la sesión real, debería estar durmiendo», mencionó Satoshi Yanaizu al periódico estudiantil. Otro estudiante, Tomasz Wojtasik, quien se encuentra una situación mucho más crítica, dijo que fue expulsado de la casa de sus padres debido a su sexualidad hace un año y menciona que no sabe en dónde se estará quedando durante este proceso.

“El único ecualizador en Harvard es el hecho de que todos vivimos juntos y tenemos el mismo alojamiento. Vivimos juntos, comemos la misma comida, tenemos los mismos recursos docentes ”, agregó Wyville, quien es originario de Anniston, Alabama. «Pero si quitas la vida en el campus y la vida residencial, entonces quitas ese ecualizador».

Aunado a esto y de manera muy contigua, agregamos la situación en la que se encuentran las personas que ofrecen sus servicios al campus en áreas de limpieza, seguridad y mantenimiento. Personal que depende totalmente de la afluencia de estudiantes y docentes en el campus. Las posibilidades para ellos varían entre la reducción de horas, licencias no remuneradas hasta los muy posibles despidos.

Harvard, en respuesta a todas las necesidades de los estudiantes, ha estado desarrollando casos de excepción para aquellos estudiantes internacionales que no pueden regresar a casa, y reembolsos totales o parciales de vuelos y transporte de pertenencias, a quienes dependen del apoyo financiero otorgado por la universidad. A esto se le une la solidaridad de los alumnos que se encuentran ofreciendo resguardo y alimento a aquellos que lo necesitan.

«El mayor cambio que requiere el aprendizaje virtual es la flexibilidad y el reconocimiento de que la estructura controlada de una escuela no es replicable en línea».
En cuestión de semanas, se ha cambiado la manera en la que los estudiantes aprenden, y justo estas transformaciones nos dan un vistazo a las fallas en materia de equidad que sigue presentando nuestro sistema educativo, incluso en los círculos más privilegiados. El World Economic Forum, plantea que esta pandemia se convierte en una oportunidad para recordarnos las habilidades que nuestros estudiantes necesitan justo en crisis como estas, siendo así, la toma de decisiones informada, resolución creativa de problemas y, sobre todo, adaptabilidad. Para garantizar que esas habilidades sigan siendo una prioridad para todos los alumnos, la resiliencia también debe integrarse en nuestros sistemas educativos.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/educacion-en-tiempos-de-pandemia-covid19

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La universidad, ante el reto ‘online’ del coronavirus

Por: Nacho Meneses

La crisis sanitaria que ha obligado a suspender las clases presenciales en todo el país pone a la educación superior ante un desafío mayúsculo: continuar su formación digitalmente

Cuando el lunes 16, a las dos de la tarde, Laura Sanz, profesora de Derecho de la Seguridad Social, se sentó frente a sus alumnos, no lo hizo en su aula habitual de la Universidad Camilo José Cela (UCJC), en Madrid, sino frente a un ordenador y a través de un campus virtual. Para ellos, como para el resto de los 9,5 millones de alumnos cuyas clases quedaron abruptamente interrumpidas la semana pasada debido al ya infame COVID-19, su educación depende ahora de un entorno digital al que muchos han tenido que acostumbrarse en cuestión de días. Pero ¿de qué herramientas y recursos disponen profesores, estudiantes y familias? Y, sobre todo, ¿cómo está siendo esa transición?

La respuesta, como siempre, depende de dónde se mire. “Nosotros empezamos a trabajar para organizarnos ya desde la semana anterior, para poder trasladar todas las actividades formativas que se hacen en la presencial”, explica Ricardo Rejas, vicerrector de Calidad y Evaluación de la UCJC. La universidad madrileña tiene una amplia experiencia en la educación en línea, lo que sin duda facilitó la rápida adaptación de unos y otros; como el lunes en la clase de Sanz: “Casi sin darnos cuenta, empezamos a debatir la repercusión de las medidas adoptadas por el Gobierno en materia sociolaboral… Estos alumnos, de 4º de carrera, se convirtieron en verdaderos asesores y abogados laboralistas, donde los diferentes puntos de vista destacaron por el talante jurídico de sus aportaciones y deliberaciones”.

Sin embargo, y en términos generales, nada de esto es tan simple como sentarse y hacer una videollamada, y el grado de preparación para una situación extraordinaria como la que vivimos depende de muchos factores diferentes. “La Universidad Complutense es presencial, y hay carreras que tienen un alto grado de experimentalidad, incluso en carreras en las que en principio no pensarías, como Bellas Artes. ¿Cómo das una asignatura de restauración de lienzos? En un grado de Química, ¿cómo realizas un laboratorio?”, se pregunta Jorge J. Gómez, vicerrector de Tecnología y Sostenibilidad. “Ciertos alumnos, como los de la Facultad de Geológicas o Biológicas, tienen que hacer salidas al campo como parte de su formación, y también esto se ha parado… Las actividades presenciales en una universidad como la nuestra son de lo más variopintas, así que el principal reto es averiguar cómo trasladar todo esto a lo digital”.

La institución madrileña se ha dado de plazo 15 días para regular todo debidamente y que cada profesor disponga de las herramientas necesarias para seguir impartiendo docencia de calidad. Mientras tanto, las instrucciones desde el rectorado son las de transmitir contenidos complementarios: «Estamos trabajando con las circunstancias actuales», admite Gómez. «Si cambian los tiempos y se alargan los plazos, habrá que adaptarse. Pero lo haremos todas las universidades juntas, de la mano de los organismos competentes en cada comunidad y del ministerio».

Estudiantes sin recursos, con diversidad funcional, residentes en áreas geográficas sin cobertura… No se trata, apunta Gómez, de “simplemente” hallar una fórmula online. Esta tiene que ser, además, inclusiva, y no solo desde este punto de vista, sino también desde el de los colectivos: “Imagínate que tienes niños en casa… El rendimiento académico depende mucho del ambiente de trabajo o de las circunstancias que tengas en el hogar. A lo mejor, solo tienes la posibilidad de centrarte en tus estudios cuando todos los demás se han acostado”, aventura. “Hay que tener en cuenta toda una serie de sensibilidades”. Sin olvidar, añade, que hablamos de una institución con 6.000 profesores, y que no todos tienen el mismo nivel de competencias digitales.

¿Qué se necesita la educación en línea?

Más allá del conocimiento específico de las herramientas habituales en la educación digital, hay dos puntos fundamentales: contar con la infraestructura adecuada, tanto en apps y plataformas (BlackboardMicrosoft Teams, etcétera) como a nivel técnico (al disponer de unos servidores potentes para aguantar la carga de trabajo telemática que, por ejemplo, viene ahora, y disponer del ancho de banda necesario para conectarse). “Pero, para alcanzar los objetivos formativos, hace falta también tener un profesorado lo suficientemente formado en el plano metodológico de impartición online, incluyendo el uso de los recursos técnicos”, señala Rejas.

Un objetivo que se consigue gracias a la colaboración entre profesores y entidades públicas y privadas, que estos días comparten a todos los niveles numerosas guías y webinars orientados a enseñar tanto a alumnos como profesores. Es en este marco, por ejemplo, que Edul@b, el grupo de investigación en Educación y TIC de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), ha compartido un decálogo de buenas prácticas para aquellos centros y profesores menos familiarizados con el entorno digital, incluyendo aspectos como la selección del sistema y de las herramientas; organización del alumnado; rediseño del curso; generación de presencia social; explicar modelos de evaluación…

“No son solo recursos; también hay que saber qué hacer con ellos. Puedes enviar una grabación a tus alumnos, siempre que les mandes también un correo con instrucciones y estés en contacto e interactuando con ellos. Esto es fundamental en la educación online, y no podemos renunciar a ello, porque como alumnos no se pueden sentir aislados, has de poder trabajar con ellos”, asegura Albert Sangrà, profesor de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC. Si se hace de forma correcta, la lejanía física entre docente y alumnos no ha de ser obstáculo alguno, como no lo es para Carlos Carrillo, estudiante del grado en Transporte y Logística de la UCJC: “Podíamos hablar perfectamente, y escuchar al profesor de una manera nítida y sencilla. Incluso diría que esta vez ha sido la vez que más cercanía he notado con él y con mis compañeros. Estar todos en nuestras casas, en la misma situación y con nuestras familias hacía que fuera diferente”, asegura.

«El 100 % de las universidades y escuelas de negocios de España tienen un contrato campus con Microsoft, que incluye tanto Office como Teams, para fortalecer la comunicación de sus campus virtuales», esgrime Belén Gancedo, directora de Educación en Microsoft España. Y aunque se va dando salida a todos, una situación extrema como la que se está viviendo con motivo de la crisis sanitaria del coronavirus hace que a veces puedan existir contratiempos de tipo técnico: “Estamos trabajando para que el servicio sea estable y de calidad, pero hay que tener paciencia, ya que, si hay un pico de demandas, puede ralentizarse. Ahora, esta es muy superior a la de hace cuatro semanas”, afirma.

Las herramientas

Para poder desarrollar una enseñanza digitalmente, lo primero que se necesita es una plataforma o campus virtual como Blackboard o Moodle, algo que normalmente poseen ya las instituciones educativas. Lo siguiente, por supuesto, es que el profesorado sepa cómo funciona y esté en condiciones de usarlo. “Y, si no lo tienen, cualquier profesor puede descargarse gratuitamente Moodle a su ordenador, y ofrecérselo a sus estudiantes. Es bastante intuitivo y la curva de aprendizaje es muy corta; puede aprenderse en solo una semana”, sostiene Sangrà. En el caso de dudas, el profesor puede también recurrir a las comunidades online, en la que otros docentes ya acostumbrados a usarlo podrán responder a cualquier pregunta.

Estos recursos sirven no solo para mantener clases por videoconferencia (a través de herramientas como Teams, Zoom o Collaborate); sino también para organizar las clases y compartir muchos otros materiales como vídeos, transparencias, actividades o presentaciones; interactuar en directo a través de chats o en foros de debate; formar grupos de trabajo y recibir información acerca de cómo será el proceso evaluativo.»Las clases se pueden guardar y compartir a través de Streams, por ejemplo. Pero el profesor también puede grabarse explicando un Power Point, para que los alumnos lo consulten a posteriori», añade Gancedo.

Bien conducida, la experiencia no tiene por qué desmerecer a la formación presencial: “La plataforma en línea, la interactuación a través de un micrófono y una cámara y la responsabilidad del alumno de hacer el trabajo autónomo de una forma a la que no estamos acostumbrados son una preparación muy valiosa para los que el día de mañana tengamos que desempeñar nuestras funciones laborales desde casa”, argumenta Alejandra Artero, estudiante del grado de Comunicación en la UCJC. “De alguna forma, son unas prácticas para el sistema de teletrabajo que se da cada vez más en muchos sectores profesionales del mundo laboral al que nos enfrentamos”.

Las posibilidades que se abren con la enseñanza digital son numerosas: no solo puedes subir un documento y trabajar con los alumnos un caso práctico en directo, abordando la solución conjuntamente; también permite que todas las sesiones síncronas (en vivo) queden grabadas y a disposición del estudiante, en tanto y cuanto permanezca en los servidores de la universidad. Otra de sus ventajas es la capacidad de estas herramientas para integrarse unas con otras. Si el campus virtual de la Universidad Camilo José Cela es Blackboard, su profesorado usa Teams para comunicarse a nivel de gestión interna; mientras que en la Rey Juan Carlos, de Madrid, la plataforma de Microsoft (con capacidad para videollamadas de hasta 250 personas) se usa complementariamente a Moodle. “Nosotros tenemos un proyecto de integración con Aula Planeta, One Space. Cuando profesores y estudiantes entran en Teams, acceden a todo el contenido digital de Aula Planeta”, añade Gancedo.

Recursos y metodologías

Uno de los mayores desafíos que se presentan en esta crisis es mantener a todos esos estudiantes, hasta ahora ajenos a este tipo de enseñanza, no solo atentos sino enganchados a su propio proceso de aprendizaje virtual, manteniendo a la vez unas rutinas saludables tanto a nivel académico como personal. Con la enseñanza en línea, “sabemos lo que debemos hacer en cada momento, y conseguimos evitar no tener esa sensación de aburrimiento, de que los días pasan muy lentamente y no sabes qué hacer”, explica Hélène Colinet, profesora de Francés y formadora de docentes. Sus clases siguen con frecuencia la metodología de la clase invertida (o flipped classroom), por la que con anterioridad a la clase, el o la docente envía un vídeo o un documento para que los estudiantes trabajen previamente sobre él. Después, en la videoconferencia, profesores y alumnos sacan más provecho al tiempo debatiendo sobre ese contenido, resolviendo dudas o compartiendo explicaciones.

Con esta metodología, lo primero que se deberá tener claro es el objetivo formativo de las actividades; luego diseñar los materiales, saber cuánto tiempo va a invertir el estudiante en su casa y, finalmente, para la videoconferencia, contar con una herramienta de moderación que sea potente. “Hay que tener en cuenta todas estas situaciones, no solo para planificar la clase, sino también para formar a los profesores, marcar los tiempos de clase, moderarla con herramientas colaborativas, hacer material autoformativo…” cuenta Gómez.

Las metodologías activas son, en opinión de Colinet, las más efectivas, porque dan el protagonismo al alumno, que va haciendo cosas para poder procesar los contenidos. “También mandamos tareas por Edmodo o Socrative, que son muy útiles porque puedes hacer quizzes y otras actividades que la plataforma corrige automáticamente; mientras que EdPuzzle ofrece la posibilidad de ver un vídeo, que se para automáticamente en determinados puntos, para que los alumnos contesten preguntas de comprensión por escrito. El profesor sigue la evolución en directo y recibe las respuestas”, ilustra Colinet. Y, si no quieres perder la forma durante la cuarentena (o después), homEF es un grupo de profesores de Secundaria en Castilla y León que han llevado la Educación Física a las redes (puedes seguirles en Instagram, Twitter o YouTube).

Mirando al futuro

En todo este proceso de transición digital, así como en el futuro a medio y largo plazo, los mayores obstáculos serán humanos, opina Gancedo. “Habrá quien, estas semanas, haga un plan de mínimos y quien se empape y aproveche realmente la oportunidad, tanto profesores como alumnos. Va a haber un antes y un después; el uso de la tecnología para aprender y enseñar en remoto se va a incorporar a nuestra vida”. Ahora es, sin duda, el momento ideal para que se anime incluso el docente que nunca se ha atrevido a dar clase de otra manera, que jamás ha experimentado con metodologías como la clase invertida o ha probado alguna de las muchas apps educativas que existen.

“Y luego, veremos lo que se puede seguir haciendo para facilitarnos el trabajo del día a día en clase. Podemos grabar las lecciones y dejarlas en la nube, para que, si un alumno no está en clase, pueda seguirla de la misma manera que sus compañeros”, apunta Colinet. Se trata, en definitiva, de que todos abran su mente y exploren, de que analicen todas las posibilidades que te aporta lo virtual para, luego, cambiar tu enseñanza presencial. “Ganaríamos flexibilidad y mucha más capacidad de reacción ante situaciones inesperadas”, finaliza Sangrà.

Fuente: https://elpais.com/economia/2020/03/18/actualidad/1584509500_279435.html

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Así funcionarán las clases no presenciales de los colegios de Bogotá

América del sur/Colombia/19 Marzo 2020/semana.com

Estas son las medidas que se tomarán para garantizar que 780.000 menores de los colegios públicos de la capital puedan seguir estudiando.

Este martes, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, anunció varias medidas para seguir enfrentando la emergencia sanitaria por coronavirus. En primer lugar dijo que la alerta amarilla se mantiene en toda la ciudad y sigue recomendado a todos los ciudadanos a permanecer en sus casas.

Para que los 780.000 niños que estudian en colegios del Distrito puedan cumplir esta medida también presentó un plan con algunas estrategias para que puedan continuar sus estudios de forma no presencial entre el 16 de marzo y el 19 de abril. Este proceso será guiado y evaluado por los profesores. Se adecuó el portal Aprende en casa, en el cual se encuentran herramientas digitales y material que tanto los estudiantes como los profesores podrán trabaja desde sus hogares.

Como es un hecho que también hay muchos estudiantes que no cuentan con computadores, se enviará material a los padres para que puedan colaborar con sus hijos. También se están desarrollando estrategias de colaboración para aquellas familias en las que solo hay un adulto que tiene que trabajar y no puede apoyar a sus hijos con el material educativo.

Secretaría de Educación de Bogotá

@Educacionbogota

Continuará la entrega de refrigerios a estudiantes de colegios públicos de Bogotá que así lo requieran. En este comunicado te explicamos cómo será la logística 👇🏽

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Para las familias que requeiran de la entrega de refrigerios que da el Plan de Alimentación Escolar también podrán ir a recogerlos al colegio donde está inscrito el menor en los horarios establecidos, entre  las 6:30 de la mañana y la 1:00 de la tarde. Se entregarán las raciones de cinco días.

Pueden ir por estos alimentos los padres de familia o los acudientes. En caso de no haber manifestado la necesidad de la lonchera y necesitarla, los padres pueden hablar con los colegios y se los entregarán la semana siguiente. Si tienen hijos en diferentes grados no podrá recoger los dos refrigerios el mismo día, sino en el horario establecido.

De la semana del 16 al 20 de marzo

Miércoles: preescolar y primaria

Jueves: grados 6° a 9° Viernes: grados 10° y 11°

Semanas del 23 de marzo en adelante

Martes: preescolar y primaria

Miércoles: grados 6° a 9°

Jueves: grados 10° y 11°

Durante Semana Santa habrá receso escolar para los estudiantes, por lo que del lunes 6 al viernes 10 de abril no se entregarán refrigerios escolares.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/coronavirus-en-bogota-asi-funcionaran-los-colegios-en-medio-de-la-crisis/657393

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