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Argentina: Revuelo en una escuela de educación especial por masivas renuncias y despidos «sin causas»

América del Sur/Argentina/01-12-2023/Autoría y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

Se trata de la E.E.E. Susana de Castelli, dependiente de ASAL, ubicada en calle Urquiza, entre Córdoba e Ignacio de la Roza.

Un grupo de padres de alumnos que asisten a la Escuela de Educación Especial Susana de Castelli, que depende de la Asociación Sanjuanina de Adaptación Laboral (ASAL), ubicada en calle Urquiza, entre Córdoba e Ignacio de la Roza, en Capital, se han nucleado en las puertas de la institución para pedir la renuncia de la Comisión Directiva (CD).

Los motivos de la solicitud es que en poco tiempo se han dado renuncias múltiples, como así también despidos. En diálogo con este medio, Olga García, una mamá del establecimiento de gestión privada aseguró que la Comisión se gestó sin avisarle al resto de los papás y sólo comunicaron quiénes lo conformaban. Posteriormente, se dieron una serie de salidas que llamaron la atención: la vicedirectora y el director, en un lapso cinco días pusieron a disposición su renuncia; además del despido de una portera.

Los padres que reclamaron explicaciones y desde la Comisión se limitaron a decir que la «portera tuvo abuso de poder». «Quienes más que nuestros hijos para que nos cuentes sin problema qué hacen con ellos en la escuela. Ellos adoraban a todas las personas que se fueron y creemos que sus salidas tienen que ver con el mal manejo de la Comisión Directiva», destacó.

En este sentido, el grupo de papás tomó la decisión de presentar una nota pidiendo la renuncia de la CD y del asesor legal de la escuela, como así también se restituya a las personas que renunciaron y que despidieron. Asimismo, han reclamado convocar a una asamblea extraordinaria y presentarán una denuncia en Personería Jurídica para que intervenga en el conflicto.

Este sector que está disconforme de las decisiones de la CD asegura que no sólo están llevando a cabo «malas decisiones» con respecto al personal docente sino que hace tiempo han notado que «a los chicos no los alimentan como debe ser; están de 9 a 17 horas y los alimentan con un té, por ejemplo».

Advierten que son 105 alumnos, entre jóvenes y adultos con diferentes discapacidades, que están «a la deriva» y que van a luchar por lo canales legales correspondientes para mejore su condición.

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/Revuelo-en-una-escuela-de-educacion-especial-por-masivas-renuncias-y-despidos-sin-causas-20231129-0018.html

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La educación inclusiva: un proceso complicado pero necesario

Por: Paulette Delgado

Durante junio, mes del orgullo, se habla mucho de la importancia de la inclusión y la diversidad. ¿Cómo están las escuelas en este rubro? ¿Qué tan inclusivas son las escuelas? ¿La educación inclusiva es realmente inclusiva?

Cuando se habla de educación inclusiva no se trata sólo de incorporar estudiantes diversos a las instituciones, sino también de la importancia de readaptar las escuelas, los planes de estudio y todo lo que sea necesario para que todos los estudiantes tengan acceso a un proceso educativo realmente inclusivo. El tema de la inclusión no es nuevo, pero sí es una temática que se escucha más en el mes de junio por ser el mes del orgullo. También se habla mucho de este tema cuando se trata de incluir a estudiantes que tienen algún tipo de discapacidad, sin embargo, la inclusión es mucho más que eso. Es ver por las necesidades educativas de cada estudiante, considerando sus condiciones sociales, interculturales, de salud, personales, etcétera. Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos de educación inclusiva?

La UNESCO define la educación inclusiva como “un proceso para responder a la diversidad de todos los estudiantes, garantizando su presencia, participación y logros; atendiendo especialmente a quienes, por diferentes razones, están excluidos o en riesgo de ser marginados, por lo que es necesario definir políticas y programas educativos, con el fin de que la educación sea para todos”. En el 2017, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) junto a los ministros de educación de América Latina y el Caribe (ALC) se comprometieron a desarrollar políticas inclusivas para “mejorar la calidad y la pertinencia de la educación”. Para cumplir con esto, las escuelas de cada país no deben tener mecanismos de selección ni discriminación de ningún tipo, y deben adaptarse para incluir a los diversos estudiantes y sus necesidades. “La educación inclusiva se fundamental en principios como la equidad, la igualdad de oportunidades, el acceso sin distinciones ni privilegios y la atención a las necesidades educativas como elementos centrales del desarrollo; por tanto, se imparte gratuitamente y se definen acciones para garantizar el derecho de todos los ciudadanos, sin distinción ni privilegio, a los primeros niveles de educación”.

La ONU incorporó a la educación inclusiva como su cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible y realizó un estudio sobre cómo los países de ALC se están esforzando para hacer la educación más inclusiva. En la región, de los 19 países estudiados, la mayor parte no comparte información de cómo y qué hacen para alcanzar estos objetivos. De la proporción de las escuelas primaria con infraestructura para estudiantes con discapacidad, por ejemplo, sólo cinco tienen información al respecto. De estos pocos países, menos de la mitad tienen la infraestructura que se necesita para ofrecer una educación adecuada a estos estudiantes. Aún más grave es que se desconoce la proporción de docentes que tienen la formación requerida para trabajar con estudiantes que tienen algún tipo de discapacidad.

La mayoría de las escuelas educan a los estudiantes en cuatro diferentes entornos: 1) ser educado en un salón de clases regular con el apoyo de un asistente de maestro, 2) ser educado en un salón de clases regular con un maestro de apoyo adicional. 3) ser educado en una clase especial dentro de una escuela ordinaria y 4) ser educado en una escuela especial segregada. Para medir la eficiencia de cada uno de estos entornos se requiere involucrar a los docentes, familias e infantes con dificultades de aprendizaje, de conducta, con alguna discapacidad, entre otros. Cada uno debe dar su punto de vista sobre la educación inclusiva, dar a conocer cuáles son sus metas, si están satisfechos con el sistema educativo actual, si les gustaría intentar otras metodologías, qué quieren lograr a corto y largo plazo, y cómo sienten que toma la comunidad la educación inclusiva.

Otro punto importante por considerar en la educación inclusiva es crear un entorno de aprendizaje seguro ya que, según el informe de la UNESCO titulado “Políticas de educación inclusiva: estudios sobre políticas educativas en América Latina”, más de uno de cada cinco estudiantes reportan haber sufrido algún tipo de bullying. En Perú, 48 % de las niñas y 47 % de los niños reportaron haberlo experimentado en algún punto; en Chile las niñas en un 14 % y los niños en un 16 %, pero lograr crear un entorno seguro y realmente inclusivo demanda tiempo, ya que se necesita que cambie la actitud de cada uno de los integrantes de una comunidad educativa.

Además, se debe capacitar a los docentes sobre prácticas inclusivas y no discriminatorias. En este informe se menciona que “la educación inclusiva atiende las necesidades educativas en un ambiente de calidez para los estudiantes, docentes y familias; además, busca lograr en todos los estudiantes su presencia, participación y éxito académico en los diferentes niveles educativos y según los contextos de estudio”. Los diferentes países incluidos en el estudio se han concentrado principalmente en los estudiantes, dejado la formación docente de lado. Muchos de los docentes no aprendieron sobre educación inclusiva durante su formación, por eso es importante capacitarlos al respecto y mantenerlos actualizados.

Según el reporte, estos programas deben incluir “las normativas locales e internacionales; el nuevo enfoque de la educación inclusiva, desde su epistemología, fundamentos y las diferentes condiciones que pueden presentar los estudiantes en el marco de una a educación inclusiva; los principios de intervención temprana; los modelos para hacer inclusión, enfocados a la gestión de los docentes y directivos; la implementación de metodologías innovadoras e inclusivas, como comunidades educativas, grupos interactivos, aula invertida, aprendizaje basado en proyectos y/o problemas, tertulias literarias o la definición de metodologías en las cuales el docente haya tenido mucho éxito; metodologías de evaluación de aprendizajes adaptadas, entre otras líneas de actualización”. Debe llevarse a cabo un trabajo de atención y motivación a los docentes ya que ellos están en el centro de todo, si no cuentan con una buena formación o no tienen las herramientas para saber cómo formar a estudiantes con distintas necesidades, la educación inclusiva nunca será posible.

¿La educación inclusiva es realmente inclusiva?

Como es el mes del orgullo, es necesario mencionar a las infancias y juventudes LGBTQ+ ya que, según un informe de la organización Stonewall, muchos de ellos sufren de bullying y acoso. Tan sólo el año pasado, en Hungría se aprobó una ley que prohíbe la enseñanza de contenido LGBTQ+ en las escuelas, lo cual puede generar aún más discriminación contra esta comunidad.

Muchas familias están a favor de prohibir este tipo de enseñanza ya que consideran que no es “apropiada para la edad”, pero según investigaciones de Stonewall del 2018 la educación inclusiva no puede esperar. Las actitudes anti-LGBTQ+ y discriminatorias se ven desde temprana edad, si las escuelas buscaran desarrollar en los estudiantes actitudes inclusivas desde una edad temprana, disminuirían los casos de acoso más adelante.

Otra encuesta realizada por GLSEN en el 2017 en Estados Unidos, reportó que sólo a uno de cada cinco estudiantes LGBTQ+ se les enseñó sobre representaciones positivas de personas que pertenecen a esta comunidad en las clases de historia. Un 64.8 % de los estudiantes dijeron que no tenían acceso a información sobre esta minoría en la biblioteca de sus escuelas ni a través de las computadoras de las instituciones, ni en lecturas asignadas. Por eso es importante comprender cómo es realmente la educación inclusiva y los beneficios que tiene para todas las personas.

La educación inclusiva busca enseñar sobre el respeto y la aceptación de personas de todo tipo, ya sea diferentes etnias, género, orientación sexual, fe, (dis)capacidades, etcétera. Se trata de asegurar que todas las personas  tengan acceso a un ambiente escolar seguro y donde puedan ser felices. Para ello, es vital tener políticas educativas, programas, planes de estudio, entre otros, que reflejen la diversidad total del mundo en el que los estudiantes viven, debido a que al integrarse en la sociedad en su adultez, convivirán con una gran diversidad de personas en distintos aspectos y momentos de sus vidas. Si desde la infancia, contamos con este tipo de información, la vida adulta será mucho más llevadera, empática y armoniosa.

Según un artículo publicado para la revista Education Sciences, las familias argumentan que las políticas públicas de inclusión total les negará el derecho a elegir lo que consideran el entorno educativo más apropiado para sus hijos. Además, muchos creen que las escuelas no cuentan con el personal preparado para brindar a sus hijos la mejor educación. Por su parte, los docentes indican que, para poder trabajar con  estudiantes LGBTQ+, con discapacidades, dificultades de aprendizaje o de comportamiento, necesitan una mayor preparación. Los docentes  necesitan más apoyo y, en varios casos, incluso ayudantes, y recursos apropiados para el aula. Sin un sistema de apoyo garantizado y que se actualice constantemente, los educadores seguirán viendo la educación inclusiva como algo negativo o que hay que evitar, en lugar de ser vista como una propuesta a su favor y que podría beneficiar a toda la comunidad educativa.

Educación inclusiva, educación especial y la lucha por brindar la mejor educación para todas las personas

Debido a que muchos docentes  e instituciones educativas no cuentan con las herramientas necesarias para poder brindar apoyo a todos los estudiantes, se habla de las escuelas especiales como una modalidad paralela a la educación regular. La realidad es que el sistema educativo aún tiene un largo camino que recorrer para realmente ser inclusivo y aún así muchos estudiantes  no tienen otra opción más que asistir a una institución tradicional. Muchas veces los docentes de estas escuelas no están capacitados para brindar la atención requerida, ni saben cuáles son las estrategias más idóneas para facilitarles una enseñanza más acorde.

En Latinoamérica, según el informe de la UNESCO que se mencionó al inicio, varios países no cuentan con “un equipo multidisciplinario requerido, como lo son: psicólogos, docentes especialistas en educación especial, psicopedagogos, trabajadores sociales, entre otros, que puedan brindar el abordaje que los niños con necesidades educativas especiales necesitan”. La educación especial separa a los estudiantes con discapacidades o desafíos de aprendizaje de la educación general, mientras que en la inclusiva todos conviven dentro del mismo entorno. La primera tiene un enfoque individual y busca brindar a cada niño los recursos que necesitan para progresar, la segunda, en teoría, debería brindar apoyo adicional para apoyar a que cada alumno se adapte al plan de estudios regular, aceptando los diferentes patrones de aprendizaje de cada alumno y adaptándose a sus necesidades individuales.

La educación inclusiva es menos costosa que las aulas separadas y tiene mejores efectos positivos, inclusive para la Universidad de Princeton, los “modelos de instrucción empleados y el entorno del aula parecían tener un mayor impacto en el éxito académico y social de los estudiantes”. Por otro lado, las escuelas especiales tienen personal especializado con la experiencia para instruir a los estudiantes utilizando las mejores prácticas. Los estudiantes pueden obtener mejores calificaciones y socialización al juntarse con gente con las mismas diferencias neurológicas o mismas discapacidades que ellos.

El problema es que no existen escuelas especiales accesibles para todas las personas o en todas las ciudades. En el caso de Australia, se estima que el 10 % de los escolares de entre 5 y 8 años tienen alguna discapacidad y la mayoría de estos, el 89 %, asiste a escuelas ordinarias. Por ley, todo niño tiene derecho a la educación y aunque tenga alguna discapacidad, debe tener acceso a la educación gratuita, por eso los sistemas educativos deberían pensar en todos sus estudiantes, cómo incluirlos y ayudarlos a tener éxito.

En Australia existe La Coalición Australiana para la Educación Inclusiva donde organizaciones y defensores de la discapacidad han desarrollado un plan de diez años para que exista educación inclusiva en todo el país. Para esta coalición, se debe empezar por eliminar las escuelas especiales no dejando que se matriculen estudiantes nuevos, especialmente a primero de primaria para que no haya nuevas generaciones en el futuro.

Un punto importante que mencionan en su plan es que los jóvenes con discapacidades ayuden a diseñar enfoques de enseñanza en escuelas ordinarias y recibir un pago por su asesoramiento. Ya que tener una educación inclusiva requiere de la participación de todos, debería de incluirse la opinión también de minorías, alumnos neurodivergentes, entre otros, para poder satisfacer sus necesidades. Además, se necesita un acuerdo sobre lo que significa «educación inclusiva» para los maestros, alumnos, padres de familia, administradores y la comunidad para dar capacitaciones y fondos.

La educación inclusiva es un servicio para todos los estudiantes, sin discriminación alguna. A medida que la sociedad se vuelve cada vez más diversa, todos los estudiantes tendrán que interactuar con personas de grupos étnicos diferentes, de diversas nacionalidades, con alguna discapacidad, que sean neurodivergentes, que tengan otro tipo de fe, u orientación sexual, entre otros. Es por eso que integrar en la escuela temas de diversidad e inclusión desde temprana edad, contribuirá a formar personas mejor preparadas para navegar diversas interacciones en el futuro.

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Nicaragua: Escuelas de Managua participan en Festival de la Ciencia y la vida “Innovando mis Aprendizajes”

Escuelas de Managua participan en Festival de la Ciencia y la vida “Innovando mis Aprendizajes”

Con el objetivo de promover la implementación de tecnología para mejorar el aprendizaje, en el Instituto Miguel de Cervantes se realizó el Festival de Ciencia y la Vida “Innovando mis Aprendizajes”, donde 9 escuelas del Distrito III compartieron las técnicas que se emplean en las asignaturas para incorporar la innovación y tecnología.

“Estamos trabajando fuertemente para innovar y usar la tecnología en diferentes disciplinas, por ejemplo en matemáticas. Tenemos algo que no puede faltar y es la educación especial, hay un stand de la escuela Melania Morales donde nos explican como llevar un excelente proceso de aprendizaje en estos casos”, dijo Brenda José Campos, Directora del Instituto Miguel de Cervantes.

En total participan 5 centros de primaria y dos de secundaria, entre ellos: Colegio San Luis, Chiquilistagua y Miguel de Cervantes. También se unieron las escuelas Melania Morales, Escuela Panamá, Fernando Gordillo e Instituto Benjamín Zeledón.

Implementación de la tecnología en las aulas de clases

Honniel Rachel Ramírez, estudiante con discapacidad de noveno grado A, dijo que la tecnología es importante para los retos actuales y futuros. “Con esta los estudiantes asumimos roles al convertirnos en conductores de nuestro aprendizaje y nos formaremos como profesionales capaces de desarrollarnos en esta sociedad cambiante”.

“Este festival está orientado a que presentemos las diferentes estrategias que ayuden a los muchachos a aprender más y mejorar su rendimiento académico. Los jóvenes están enfocados a utilizar los diferentes dispositivos electrónicos que hay; recordemos que todos los centros que están equipados, y nos permiten mantenernos actualizados en las estrategias de aprendizaje”, compartió el docente Oscar Villavicencio.

Asimismo compartió, que la implementación de la tecnología facilita el intercambio entre los docentes y estudiantes. “Tenemos recursos multimedia que nos ayudan a hacer más ágil nuestro trabajo y que los estudiantes aprendan de manera interactiva que es lo que se necesita en este contexto tecnológico”, agregó Villavicencio.

Festival de tecnología

Festival de tecnología

Fuente de la Información: https://www.mined.gob.ni/escuelas-de-managua-participan-en-festival-tecnologia-de-la-ciencia-y-la-vida-innovando-mis-aprendizajes/

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CAED: rostros de la precarización y la simulación

Por: Sabina Itzel Hermida Carrillo*

La SEP está violando la ley y vulnerando el derecho a la educación de miles de adolescentes y jóvenes.

Los Centros de Atención a Estudiantes con Discapacidad (CAED), son un proyecto educativo surgido de la necesidad y urgencia de que personas con discapacidad tengan acceso a la educación media superior; se trata del único servicio a ese nivel, dirigido a este vulnerado sector de la población.

Lamentablemente, hablar de CAED es hablar de precarización para estudiantes y maestros; más de 10 años después de su creación, la Secretaría de Educación Pública (SEP) sigue negándose a formalizar el servicio, a ofrecer las condiciones mínimas para que los estudiantes ejerzan su derecho a la educación y a reconocer a maestras y maestros como trabajadores de la educación al servicio del Estado. Cada ciclo escolar, CAED está sujeto a la buena voluntad de la SEP, carece de certeza presupuestal y  mantiene maestros y maestras sin sueldo por varios meses.

Mientras el Artículo 3° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece la gratuidad de la educación, los alumnos de CAED deben pagar un aproximado de $70 por cada examen realizado para acreditar una materia; evaluaciones que no están adaptadas ni adecuadas a sus necesidades específicas de aprendizaje y condenan a alumnos al fracaso constante y a pagar el examen hasta que logran acreditarlo.

Aunado a la problemática de las evaluaciones, se suma la carencia de instalaciones propias, adecuaciones curriculares, infraestructura accesible, materiales adaptados y otras herramientas; de tiflotecnología, libros en Braille, macrotipo y microtipo, tableros de comunicación, pictogramas, etcétera, ni hablamos, simplemente no existen.

La incertidumbre laboral de maestras y maestros, el nulo reconocimiento a su experiencia y dedicación, la violación constante a sus derechos laborales y la nula voluntad de la SEP para formalizar su situación resulta ofensiva después de años de lucha.

Ante una problemática que se repite año con año, es pertinente recordar lo establecido en el Artículo 7, Fracción II, inciso d de la Ley General de Educación, que a la letra dice:

 “Establecerá la educación especial disponible para todos los tipos, niveles, modalidades y opciones educativas, la cual se proporcionará en condiciones necesarias, a partir de la decisión y previa valoración de los educandos, madres y padres de familia o tutores, personal docente en su caso, por una condición de salud”.

Es decir que ante la negativa a formalizar y transformar los CAED, y ante la falta de otro servicio de Educación Especial a nivel medio superior, la SEP está violando la ley y vulnerando el derecho a la educación de miles de adolescentes y jóvenes que ven obstaculizada su trayectoria escolar y truncadas sus expectativas profesionales.

Lo anterior no parece preocupar ni al Estado ni a las instituciones educativas, tampoco parece preocupar mucho a las organizaciones de personas con discapacidad más poderosas e influyentes; la problemática de CAED podría pasar desapercibida si no fuera por sus alumnos, maestros y padres de familia quienes llevan años protestando y exponiendo sus demandas a quien quiera escucharlas.

El 3 de febrero pasado, la diputada federal Norma Aceves García, presentó un punto de acuerdo en la Cámara de Diputados para exigir que se regularicen las condiciones laborales de los maestros de CAED, esperamos que la respuesta sea la esperada.

Es así como en épocas de inclusión, nuestro sistema educativo sigue sin asumir su responsabilidad con la educación de las personas con discapacidad, sigue simulando y aumentando las brechas de desigualdad, discriminación y rezago educativo; porque para la SEP, todos los derechos no son para todas las personas.

Solución YA a la problemática de CAED.

* Colectivo Educación Especial Hoy

Fuente de la información e imagen: https://www.yotambien.mx

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La lucha de las familias de chicos con discapacidad por conseguir vacante.

Por: Lorena Oliva/La Nación 

A pesar de las normas que respaldan la educación inclusiva, muchas familias sienten que el sistema educativo le cierra las puertas a sus hijos con discapacidad; a dónde recurrir en caso de rechazo

“No tenemos vacante”, “Ya cubrimos el cupo de integración”, “No contamos con los recursos para manejar un caso como el de tu hijo”, o, lisa y llanamente: “No hacemos integración”. Cada vez que llega diciembre y comienza a vislumbrarse el próximo ciclo lectivo, la desazón se apodera de muchas familias con hijos con discapacidad. A pesar de que la educación inclusiva es obligatoria en nuestro país, conseguir una vacante se vuelve, para ellas, una misión imposible que demanda recorrer, a veces, decenas de escuelas.

Organizaciones que trabajan en este tema, como la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), aseguran que no se trata de casos aislados sino de una práctica sistemática que se da, especialmente, en los colegios privados sin que puedan precisarse cifras, ya que los rechazos suelen darse en contextos informales y no todos los denuncian.

“¿Por qué me tienen que llevar a tantos colegios?”

En algunos casos, la acumulación de negativas ante la búsqueda de vacante es tan grande, que los padres de los chicos han perdido la cuenta. Dicen que es frecuente que, ante un primer “sí” a la matriculación, las instituciones se queden “mágicamente” sin cupo justo en el momento en que el diagnóstico en cuestión sale a la luz.

Tal es el caso de Verónica Frágola, mamá de Félix, de doce años, que es amante de los autos y de los animales, hipersensible y muy buen hermano. Verónica aún no logra dar con un colegio que tome a su hijo para primer año del secundario. Está buscando desde marzo y perdió la cuenta de la cantidad de colegios que visitó. “Llegó a pasarme que me llamaran de un colegio en el que había averiguado y, cuando comenté que Feli tiene TGD me respondieran: ‘Ay, qué cosa… no te lo puedo aceptar’. Me puse a llorar”, recuerda la mujer, influencer y creadora de contenidos de belleza.

“Lo de la inclusión es un invento. Las instituciones se quieren sacar de encima a los chicos neurodivergentes (N. de la R.: que están dentro del espectro autista)”, se lamenta sollozando. Frágola todavía conserva la nota que recibió del colegio al que iba su hijo en sala de 4. Allí puede leerse que, según el personal a cargo, las conductas del nene ponían “en riesgo a otros compañeros de la sala” y dificultaba “el trabajo pedagógico de la docente”. Lo que siguió fueron etiquetas, rechazos de todo tipo, hasta que, en cuarto grado, ella y su marido decidieron cambiarlo de colegio. Hoy en día, ocho años más tarde, siente que poco ha cambiado en el sistema educativo.

"Un riesgo para otros compañeros": Verónica conserva la carta que recibió de los directivos del colegio de su hijo cuando estaba en sala de 4
«Un riesgo para otros compañeros»: Verónica conserva la carta que recibió de los directivos del colegio de su hijo cuando estaba en sala de 4

“En aquella ocasión, resignamos calidad educativa por calidez humana. En el nuevo colegio, Felix pudo avanzar en un entorno más relajado. Pero no tiene secundario. Mientras buscamos, Feli nos pregunta: ‘¿Por qué me tienen que llevar a tantos colegios?’. Le decimos: ‘Porque queremos el mejor colegio para vos’. No le vamos a decir: ‘En este no quedaste’, o ‘En este te rechazaron’, porque esos rechazos no son gratuitos para nuestro hijo. Es un dolor muy grande”, se sincera Frágola, quien agrega que, si bien la familia vive en Benavídez, ya han recorrido desde Florida hasta Pilar y Los Polvorines consultando en diferentes colegios.

El ingreso es apenas el comienzo

Negar la matriculación a un chico por su diagnóstico de discapacidad es una acción tan discriminatoria como ilegal, ya que nuestro país adhirió a la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que reconoce el derecho a estudiar en un sistema de educación inclusivo.

Sin embargo, en no pocos casos, las familias terminan dándose por vencidas. Desisten a ese derecho y envían a sus hijos a escuelas especiales o bien los sacan del sistema escolar. De esta manera, la cantidad de chicos que cursan en las escuelas de modalidad común con un proyecto de inclusión es ínfimo con respecto al alumnado total. Por ejemplo, mientras que en la ciudad de Buenos Aires hay casi doscientos mil chicos cursando el secundario tanto en escuelas de gestión estatal como privada (unos 192.457 según cifras aportados por el Ministerio de Educación porteño), en las instituciones de gestión estatal hay, apenas, algo más de 450 chicos cursando con proyecto de integración.

El desfasaje se da, en general, en todos los distritos del país. Según un informe realizado por ACIJ junto a la organización Grupo Artículo 24, que toma como base un relevamiento realizado por el Ministerio de Educación de la Nación en 2019, la proporción de chicos con discapacidad en escuelas de modalidad común con respecto al resto del alumnado es de 1,13% en el nivel inicial, de 1,65 en la primaria y de 0,97 en el secundario.

“Los niveles primario y secundario son obligatorios según la Ley de Enseñanza. Pero la agenda de derechos de las personas con discapacidad no es prioridad para ningún gobierno. Entonces el rechazo se naturaliza”, denuncia Celeste Fernández, coordinadora del Programa de Derechos de las personas con discapacidad y directora adjunta de ACIJ, quien agrega que la negativa a otorgar vacantes por discapacidad se da, más que nada, en instituciones privadas. Y cita el caso de la Ciudad de Buenos Aires.

“Hay que recordar que la inclusión es mucho más que obtener una vacante. Es también todo lo que ocurre después, una vez que el alumno es parte del sistema educativo. En ese sentido, si bien en las instituciones de gestión pública porteñas no suele haber trabas para el ingreso, a veces hay pocos apoyos. En ocasiones, te recomiendan la derivación a escuela especial, obligan al chico a repetir, o proponen jornadas más reducidas”, enumera Fernández.

Tanto desde el Ministerio de Educación porteño como del de la provincia de Buenos Aires hicieron saber que no se puede negar la matriculación o rematriculación por razones vinculadas con la discapacidad del alumno. De la misma manera, no hay topes de integración por aula en ninguno de los dos distritos.

“La perspectiva de la inclusión es un tema sobre el cual aún restan profundizar instancias de formación, de trabajo conjunto, donde no se asigne necesariamente un recurso para cada estudiante sino que se piense una escuela inclusiva con los recursos que ya tiene más otros que puedan venir de apoyo. Así y todo, hoy estamos acompañando a todos los estudiantes que necesitan una configuración de apoyo”, sostiene la subsecretaria de Coordinación Pedagógica y Equidad Educativa de la ciudad de Buenos Aires, María Lucía Feced, quien no ve falta de recursos para la inclusión en las escuelas de gestión estatal. “Me gusta pensar que la inclusión va poniendo nuevos desafíos y en este profundizar la mirada inclusiva van surgiendo nuevas necesidades”, agrega.

Inclusión como abrazo a la diversidad

Valeria Masucco es mamá de Ema (16) y Benicio (12), dos chicos con hipoacusia que fueron preparados para escuelas de modalidad común y que hoy están cursando su escolaridad en instituciones de gestión privada dentro de CABA. Si bien su hija mayor acaba de pasar a cuarto año del secundario, no se olvida de aquellos largos meses en los que recibió múltiples rechazos hasta dar con un colegio que le otorgara vacante.

Masucco es docente de Educación Física, psicomotricista y especialista en estimulación temprana, y, a partir del contacto con otras familias, sabe que al paradigma de la inclusión dentro del sistema educativo le resta mucho camino por recorrer. Cuenta un ejemplo cercano: en las escuelas donde hay alumnos con hipoacusia, no todos los docentes están dispuestos a utilizar máscaras o barbijos transparentes que faciliten la lectura de labios.

“Hacer valer los derechos de nuestros hijos dentro de las escuelas es una lucha constante. Cuando las instituciones los aceptan, demuestran una apertura hacia la inclusión. Pero después dependés de los docentes con los que tu hijo se va cruzando, que no siempre tienen la misma predisposición”, asegura Masucco, quien sueña con que la inclusión sea entendida en términos más amplios que los actuales.

“Todos los que trabajamos en discapacidad, luchamos por un cambio de paradigma, en el que se valore la diversidad. Hay muchas otras diversidades que necesitan ser abrazadas por el sistema educativo. Las escuelas tienen que dejar de buscar la homogeinización y acompañar la diversidad”, concluye.

Qué puede hacer una familia que no consigue vacante:

  • En Caba:

. Cuando la institución es de gestión privada, llamar al 0800-333-3382 – opción 6, de lunes a viernes de 9 a 17. Por mail a denunciasmatriculacion.dgegp@bue.edu.ar. También es posible acercarse en forma presencial a la Mesa General de Entradas del Ministerio de Educación de la Ciudad: Perette y Calle 10, de lunes a viernes de 10 a 14

. En el caso de las escuelas de gestión estatal, el sistema de inscripción se vale de criterios objetivos que, según las autoridades, no da lugar a rechazos. Pero ante cualquier consulta previa o una vez iniciado el ciclo lectivo, las familias pueden dirigirse al Ministerio de Educación o al supervisión del área.

  • En provincia de Buenos Aires:

Dirigirse a las jefaturas distritales (hay una en cada distrito)

  • También puede realizarse una denuncia en el Inadi: 0800-999-2345 o en la línea nacional Convivencia: 0800-222-1197
  • Organizaciones que pueden brindar orientación:

ACIJ y Grupo Artículo 24 ofrecen un sitio con información sobre las herramientas que pueden utilizarse para reclamar el efectivo cumplimiento del derecho a la educación inclusiva: www.porunaeducacioninclusiva.org

  • Hablemos de Educación Inclusiva: esta guía, confeccionada por LA NACION consultando a especialistas del área, brinda información y múltiples abordajes sobre el tema

https://www.lanacion.com.ar/comunidad/la-lucha-de-las-familias-de-chicos-con-discapacidad-por-conseguir-vacante-cuando-me-dijeron-no-te-lo-nid30112021/

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Gemma Vilanova: «Necesitamos encontrar esa pausa que permite identificar y acercarse a la diferencia sin miedo»

Por:

  • Hablamos con Gemma Vilanova, madre de un chico con autismo (un ‘hijo inesperado’) y escritora. Considera que «como sociedad, deberíamos mejorar nuestro conocimiento sobre el autismo, más allá de los cuatro tópicos de las películas»

Gemma Vilanova (Barcelona, ​​1973) es madre de tres hijos, uno de ellos, Josep, con trastorno del espectro autista. Un día, a raíz de una entrevista con una periodista, se dio cuenta de que su cabeza derramaba recuerdos y sentimientos sobre Josep y que tenía que verterlos en un papel. De ahí surgió, en 2019, el libro 1 hijo inesperado y 1 sofá. La vida con #josepvalent (Símbol Editors), cuya versión en castellano acaba de publicarse con el título El hijo inesperado. Comprender el autismo, abrazar la diferencia (Arpa). Entretanto, Vilanova ha seguido reflexionando sobre lo que significa crecer y convivir con un hijo con autismo a través de un blog en el diario Ara, y con su pareja alimentan una página de Instagram (@josep_valent) donde se puede seguir el día en día de un niño (ahora adolescente) con TEA. Todo este material algún día volverá a tomar forma de libro porque, dice Vilanova, al igual que ahora ha relatado la infancia de Josep, espera poder hacer lo mismo con su adolescencia y aún más adelante con su edad adulta.

¿Qué quiere transmitir el libro?

La experiencia de convivir con una persona con autismo. Evidentemente no pensaba sólo en las personas que de alguna manera ya conocen el trastorno, sino también en la gente que no lo conoce de nada, que no ha conocido a ninguna persona con autismo a largo de su vida, o que quizás no se ha dado cuenta de que aquella persona con la que se ha cruzado tiene autismo. Lo que pretende el libro es esto, a partir de nuestra historia y de pequeñas anécdotas que nos han pasado con nuestro hijo Josep: compartir y trasladar la emoción y sentimientos de estas vivencias para que la gente pueda comprender un poco más a las personas con autismo y empatizar con las familias que lo cuidamos.

El libro no es lacrimógeno, sino que más bien tiene una mirada optimista. ¿También hay un mensaje para otras familias con niños con TEA?

Creo que sí, pero está escrito desde la realidad y la experiencia que hemos tenido nosotros. No es un mensaje fabricado para darle esperanzas. La vida va cambiando, ahora Josep acaba de cumplir 14 años y lo escribí cuando tenía 10. Fueron unos años al principio duros, si bien poco a poco fuimos cambiando nuestra mirada y percibiendo a nuestro hijo y nuestra vida de otra forma. Uno de los secretos del libro es que el impacto que supone saber que tienes un hijo con autismo ya estaba digerido cuando lo escribí, lo que te permite explicarlo viendo también las partes positivas.

El libro se cierra con Josep pronunciando sus primeras palabras con 10 años. ¿Esta parte ha evolucionado desde entonces?

Dice algunas palabras más, pero sigue teniendo un lenguaje muy pobre. Prácticamente no tiene. Lo que sí ha mejorado mucho es la comprensión, no sólo del lenguaje -esto le sigue costando mucho-, sino, sobre todo, del entorno, de lo que sucede, de entender qué es lo que está pasando y lo que puede pasar.

Fue muy rápidamente a un centro de educación especial. ¿Cómo ha sido su experiencia escolar?

Durante la etapa de infantil fue a una escuela pequeña, de una sola línea, y cuando ya tenía que empezar primaria tomamos la decisión, conjuntamente con el EAP (equipo de atención primaria), que quizás era más conveniente que fuera a una escuela de educación especial donde pudieran atender sus necesidades específicas. En primaria ya comienza todo el tema de la lectoescritura y todo esto se alejaba mucho de lo que era capaz de hacer y de lo que le interesaba a Josep. Primero hicimos unos meses de escuela compartida, pero esta etapa de transición yo siempre digo que es casi más necesaria para los padres que para los hijos, al menos ésta es nuestra experiencia, porque Josep se adaptó muy bien y rápidamente.

¿Y sigue ahí?

Sí, y estamos contentos. Él va contento.

Pero separando a los niños con autismo al final es mucho más difícil que la sociedad tenga otro tipo de mirada hacia la diversidad, ¿no cree?

Esto está claro. Pero cada niño con necesidades especiales requiere un abordaje a medida. Quizá nuestro caso sea algo extremo, porque el autismo de Josep es muy pronunciado. Yo creo en la inclusión, pero cuando se aplica a actividades en las que se pueda incluir de verdad. Por ejemplo, a Josep el deporte le gusta mucho y tiene facilidad, pues estaría muy bien que pudiera compartir las actividades relacionadas con el deporte en una escuela ordinaria con compañeros que, de otra forma, no tiene oportunidad de conocer ni de que le conozcan. No le acabo de ver el sentido a la inclusión meramente física, es decir, a compartir el mismo espacio pero haciendo cosas distintas.

En el libro se explica que les sorprendió mucho que, como familia, tuvieran que elegir entre dos metodologías distintas, incluso antagónicas, para tratar a su hijo con autismo.

Creo que ahora las aguas están más calmadas, pero en ese momento había una suerte de trifulca entre profesionales o entre entidades que batallaban para que los recursos fueran hacia una determinada forma de tratar el autismo desde la psicología. Hay dos corrientes, una basado en terapias conductistas y, la otra, en terapias psicomotrices, que parten de planteamientos diferentes, pero yo no soy ninguna experta en este tema. Los padres de niños y niñas con autismo sólo queremos lo mejor para nuestros hijos. No queremos ponernos en el bando de unos u otros. Queremos dirigir nuestros esfuerzos hacia todo lo que les permita desarrollar al máximo sus capacidades para adaptarse a un mundo que no está construido a su medida. Por eso solemos probarlo todo. Hay mucho prueba-error en este sentido. Si una terapia o un enfoque no funciona, pues pruebas otro. Lo importante es ver que tu hijo avanza y que es feliz.

Los padres no nos metemos en si la terapia debe ser conductista o psicomotriz, acabamos haciendo prueba-error, porque lo importante es ver que tu hijo avanza y que es feliz

¿Y con qué corriente se quedaron?

La verdad es que a Josep el conductismo no le ha funcionado mucho, siempre que ha visto que teníamos la intención de enseñarle cosas se ha puesto mucho de espaldas. Y tampoco ha funcionado el tema de las recompensas, que es uno de los métodos de este tipo de terapias. Lo que nos ha ido mejor es fomentar su espíritu autodidacta, proponerle cosas que le interesaran y a partir de ahí que él aprendiera a su ritmo y hiciera su evolución. Pero conste que yo no justifico forma alguna de abordar el autismo. Como realmente tampoco sabemos cuál es la causa, y al final es un cajón de sastre en el que ponemos trastornos del neurodesarrollo que tienen síntomas muy parecidos pero seguramente un origen diferente, es muy difícil saber qué es lo que funciona y qué no con el tuyo hijo. Por lo que lo que tienes que hacer es probar y ver si por ahí vamos bien.

¿Mientras escribía no le asaltaba la duda sobre si una cuestión determinada de su hijo es generalizable a todo el colectivo?

Esta pregunta te las haces a menudo. Yo creo que, explicando tu experiencia, al final el lector conecta con el sentimiento y la emoción que quieres transmitir. Y se puede sentir identificado si vive cualquier situación de diversidad, y si no la vive puedes despertarle una emoción o un recuerdo, como ese día que pensaron algo feo de alguien y quizá deberían haber pensado diferente.

¿Qué consejo nos da a las personas que no tenemos a un familiar o conocido con autismo, es decir, qué hacemos mal cuando nos encontramos a una persona con TEA?

A veces, lo primero que hacemos mal es no darnos cuenta de que esa persona tiene autismo. Muchas veces, cuando no entendemos el comportamiento diferente o extraño de alguien, tendemos a juzgarle alegremente, sin detenernos a pensar que desconocemos las circunstancias de esa persona. Como sociedad, deberíamos mejorar nuestro conocimiento sobre el autismo, más allá de los cuatro tópicos que todo el mundo ha visto en las películas, y encontrar esa pausa que nos permita observar, identificar y acercarnos a la diferencia sin miedo. Alguien que no sigue las normas sociales no es necesariamente una persona mal educada, puede ser una persona con TEA. Por otro lado, también deberíamos darles tiempo, porque en ocasiones su respuesta es más lenta de lo que normalmente esperas cuando haces una pregunta o propones algo. Y tendemos a insistir y a querer continuar la conversación muy rápidamente. Creo que les ayuda mucho que no tengamos prisa.

La Gemma i el Josep | Foto cedida per Gemma Vilanova

¿Tuvo buena acogida el libro en el mundo de la educación?

Muy buena, especialmente entre los maestros de infantil y los primeros cursos de primaria, momento en el que suelen saltar las alarmas que indican que algo no acaba de ir bien con el desarrollo de los niños con autismo. Cuando se publicó el libro en catalán me di cuenta de que eran un público muy receptivo y con muchas ganas de saber más sobre autismo, para ayudar a sus alumnos y poder comprender mejor el proceso que hacen las familias para aceptar la situación.

El otro día me comentaba Efrèn Carbonell la importancia de anticipar las cosas a los alumnos con autismo.

La anticipación es importante y es un recurso muy útil. Por lo general, a las personas con autismo les cuesta comprender el entorno y el lenguaje. Son prudentes y no les gustan las cosas desconocidas. Por eso se encuentran cómodos y seguros con sus rutinas. Anticiparles lo que sucederá les ayuda a no estar ansiosos y hacer frente a los cambios con seguridad y calma. Nosotros utilizamos fotografías, acompañadas de una explicación oral sencilla, para mostrar a Josep todo lo que vamos a hacer, sobre todo si es algo nuevo, que no conoce o que ha hecho pocas veces.

¿Utiliza pictogramas?

Sí, aunque tratemos de no ser pesados. Con las cosas del día a día, como su comprensión del lenguaje ha mejorado tanto, la palabra suele bastar. Como te comentaba, si vamos a realizar una actividad que se sale de lo habitual, sí que utilizamos fotografías y pictogramas para anticiparle lo que vendrá y que no tenga miedo.

En algunas ciudades y pueblos se han puesto pictogramas en edificios públicos y escuelas, dentro y fuera, para facilitar la identificación de estos espacios. ¿Cree que sería útil generalizarlo?

Podría serlo. Para Josep en concreto no lo sé, porque es una persona que necesita ir acompañada en todo momento y, por tanto, siempre tiene con él un referente que le puede ayudar a comprender su entorno; pero a una persona más autónoma seguramente estas referencias visuales pueden ayudarla mucho. Al mismo tiempo, creo que también crearía una cierta conciencia ciudadana de que hay personas que necesitan de un apoyo visual para comprender su entorno. Todo lo que contribuya a dar visibilidad a la diversidad es muy positivo.

En el libro hay un momento en que Josep y su padre conectan a través del running. ¿Josep sigue corriendo?

Sí, cada miércoles sube con su padre alo alto del Tibidabo (Barcelona), desde plaza Bonanova, y después bajan. Le gusta y le va bien. Todo lo que sea estar al aire libre y el contacto con la naturaleza le entusiasma.

Me causa una sana envidia, porque yo no podría aunque quisiera. Encontrar este clic supongo que fue fundamental.

Compartir esta actividad con él ha sido fundamental, porque es algo que podemos hacer en familia. Muchas veces es difícil encontrar actividades con las que podamos disfrutar todos y correr, en nuestro caso, es una de ellas.

También le debe ir bien por la autoestima, imagino.

Exacto, porque es algo que puede hacer y hace bien. Muchas veces las personas con autismo, o con cualquier otra dificultad, se dan cuenta de que no hacen las cosas tan bien como la gente que les rodea, y en cambio esto es algo que lo hace igual o mejor que muchos niños de su edad.

¿Cree que José es consciente de sus limitaciones?

Creo que lo es, y precisamente por eso es una persona muy prudente. Su hermana pequeña se hace daño mucho más a menudo, corriendo o jugando. Él, en cambio, siempre ha calculado muy bien sus posibilidades antes de lanzarse a hacer algo y muy rara vez se ha caído o se ha hecho daño. Esta prudencia forma parte de su carácter. Sólo hace aquello en lo que se encuentra cómodo y seguro.

A raíz del libro ha conocido y podido compartir ratos con muchas otras familias. ¿Qué le transmiten? ¿Esta sensación de incomprensión es generalizada?

Esta sensación está ahí. De hecho, hay un capítulo en el libro, que se titula Miradas, que es el primero que escribí, sobre un incidente que tiene lugar en la playa, en el que una señora me reprocha el comportamiento de Josep y me acaba diciendo que estoy maleducando a mi hijo. Y este es el capítulo que más habitualmente me comentan otras familias con niños con TEA cuando leen el libro, porque todas ellas han vivido alguna experiencia similar. Y esta situación es fruto del desconocimiento social, de no fijarse en las características de ese niño que está haciendo algo fuera de la norma, de no detenerse a pensar que quizás hay algo más detrás Este tipo de situaciones suelen pasar en una edad muy concreta, que es entre los 3-4 y los 8-9 años, porque son niños de aspecto absolutamente normal pero que parecen ser súper mal educados, entonces es cuando la gente te lanza la caballería y tú, según el día que tengas, o te rebotas, o intentas una salida didáctica, o te hundas en la miseria, depende de tu estado de ánimo.

Muchas familias me comentan el capítulo en el que explico cómo una mujer me acaba diciendo que estoy maleducando a mi hijo, porque todas ellas han vivido experiencias similares

¿Qué más les dicen las familias?

Obviamente existe el tema de los recursos, porque las personas con autismo necesitan un acompañamiento individual prácticamente permanente y terapias muy intensivas, y esto es muy costoso. También existen otras cosas, como la dificultad de encontrar actividades extraescolares o de ocio inclusivas y/o adaptadas. Y después está el tema del futuro. Este es, seguramente, uno de los temas que más me obsesiona actualmente. ¿Qué ocurre cuando los chicos y chicas con autismo se hacen mayores? Veo que cada persona con autismo necesita un proyecto de vida a medida, con lo que la sociedad es todavía muy rígida. Los centros especiales de trabajo y los talleres ocupacionales no me parecen la solución óptima en todos los casos. Y con el autismo se añade la complejidad de que la forma de ver el mundo es absolutamente diferente a la nuestra y todo lo que a nosotros nos llena, puede que a una persona con autismo no lo haga, que no encuentre un sentido a trabajar o producir nada, por ejemplo, porque su mente funciona con una lógica completamente diferente, y encima no nos lo pueda trasladar porque le falta el lenguaje. Quizás ahora estoy poniéndome demasiado filosófica…

Pero sí sabe cuándo algo le gusta y cuándo no.

Esto sí que lo veo. Veo cuándo es feliz y cuándo no lo es, y él también ve si yo soy feliz o no. La comunicación entre nosotros está ahí, pero no de la forma tradicional. Y esto, al final, es lo que complica que le puedas ofrecer la opción de vida que más le encaje.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/11/09/necesitamos-encontrar-esa-pausa-que-permite-identificar-y-acercarse-a-la-diferencia-sin-miedo/

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Aplicaciones y redes sociales según las necesidades de los niños desde infantil a educación especial

Por: ABC

Estas son las sugerencias de Pilu Hernández Dopico, de «El Pupitre de Pilu», de cara a la nueva normalidad» en los colegios.

El uso de las redes sociales y de la tecnología está siendo cada vez más usual en los colegios, muchos profesores las integran para impartir sus clases. La experta en educación y CEO de El Pupitre de Pilu, Pilu Hernández Dopico, cree que esta es una buena opción para educar a los alumnos y hacer un uso responsable de internet. «Hoy en día es difícil escapar de las aplicaciones y las redes sociales. Utilizarlas en los colegios beneficia a los alumnos porque les da las herramientas necesarias para hacer un buen uso. Hay que dejar claro que los conocimientos que se enseñan no son distintos, el libro de texto sigue existiendo, pero en un formato distinto. Hemos cambiado el continente, no el contenido».

Desde El Pupitre de Pilu os dejamos unas recomendaciones sobre aplicaciones en función de las necesidades de los niños:

INFANTIL

Masha y el oso: es una serie infantil y han creado la app que contiene 30 juegos que se dividen en diferentes categorías y así poder trabajar distintas áreas. Disponible en IOS y Android.

Loopimal: iniciación a los más pequeños al gran mundo musical.

Cookie Monster´s Challenge: con el monstruo de las galletas como protagonista enseñará a los niños conceptos básicos.

Tangram: ¿quién no recuerda este juego?, pues sí ya lo tenemos en app y lo que quiere conseguir adentrar a los más pequeños en el mundo de la geometría y sus formas, creando múltiples figuras.

PRIMARIA

Mario Abecedario: una aplicación muy útil para aprender las letras. Con Mario irán atravesando diferentes mundos con sus respectivos obstáculos, las letras. Cuando se arrastra una letra reproduce su sonido y al superar la misión reproduce una palabra que empieza por esa letra. Lo mejor de esta app es que además es gratuita.

Cuadernos by Rubio: ¡sí! A lo mejor alguien pensaba que los clásicos cuadernos no estarían en app, pues erros, viene y pisando fuerte. Los tenemos de todo: operaciones, problemas y para educación infantil. Incluye al búho-tutor que será quien guíe al niño explicándole las actividades y lo mejor corrigiéndolas.

Geometría Montessori: con esta app aprenderán formas geométricas trabajando la lógica.

SECUNDARIA

1. Tik Tok: conocida por todos, pequeños y no tanto. Con ella se pueden hacer vídeos con música y filtros de más de un minuto.

2. Spotafriend: red social entre los más jóvenes de 13 a 19. Cuenta con 2 mill de usuarios.

3. Discord- habla, chatea: también una red social, pero más pensada en videojuegos.

4. Spotify: app de música.

5. Instagram: red social para compartir fotografías y donde los demás pueden ver lo que haces al instante.

EDUCACIÓN ESPECIAL

1. Soy visual: actividades interactivas para el desarrollo del lenguaje, adaptado al nivel del menor.

2. Jose aprende: cuentos visuales con pictogramas.

3. Araword: convierte cualquier texto en pictogramas.

4. Pictosonidos: una app que trabaja por categorías semánticas a través de las onomatopeyas.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-aplicaciones-y-redes-sociales-segun-necesidades-ninos-desde-infantil-educacion-especial-202108220038_noticia.html

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