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Educación y sostenibilidad

La ministra de Educación anunció la creación de una materia sobre sostenibilidad y lucha contra el cambio climático. Todavía es pronto, pero sería interesante que contemple una mirada amplia y vigile que en otros puntos del currículo no hay contradicciones, que se dé información variada sobre las cuasas diversas del cambio climático y que tnga también un carácter práctico para el alumnado.

El pasado 9 de diciembre, coincidiendo con la cumbre del Clima de Madrid, la hoy ratificada ministra de Educación, Isabel Celaá, anunció formalmente algo que ya se había anticipado desde su Ministerio: la incorporación al currículo de la nueva Ley Educativa de una asignatura relacionada con la sostenibilidad ambiental y con la lucha contra el cambio climático.

Como ya hemos señalado en este medio, la preocupación por estas cuestiones ha cobrado un nuevo impulso que necesariamente tiene que tener su reflejo en el mundo educativo. Parece que la sociedad, al menos en una buena parte, se ha dado cuenta, por fin, de la magnitud de los problemas a los que nos enfrentamos. Algunas de las manifestaciones de esa toma de conciencia se están dejando ver ya en nuestros centros educativos. Por una parte, la agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible están empezando a movilizar, aunque puede que por el momento sobre todo en un plano formal y más bien timorato, a una parte del mundo educativo. Por otra, los propios alumnos y alumnas, muchos de ellos impulsados por o aglutinadas en el movimiento Fridays for future, empiezan a exigir que nos tomemos en serio los desafíos climáticos también en la escuela.

Al igual que ocurre en muchos otros ámbitos, la emergencia de un fenómeno como este y la toma de conciencia más global pueden movilizar, pero también se puede correr el riesgo de que el resultado sea algo más bien estético y de poco calado. Aunque teniendo en cuenta las dimensiones y la envergadura del desafío al que nos enfrentamos, la situación parece asegurar, al menos, una cierta continuidad en el tiempo de las medidas que se pongan en marcha y, seguramente, una mayor profundidad en la conciencia de profesorado, alumnado y familias.

Pero va a depender mucho de cómo se conciba esta propuesta nueva para que resulte eficaz y sirva para lograr los fines que pretende. Desde nuestro punto de vista, hay tres cosas que deberían tenerse en cuenta: contemplar estas cuestiones con una mirada amplia, donde lo climático no sea una circunstancia o algo aislado; abordarlo de forma transversal a lo largo de toda la escolaridad y, por último, trabajar estos temas no solo con teoría sino con metodologías activas que promuevan el debate crítico y la acción responsable de cada comunidad educativa.

Como decíamos, con independencia de la denominación final de la asignatura, de la forma que adopte y de su carga lectiva, su concepción y contenido no pueden quedar circunscritos al cambio climático o la sostenibilidad ambiental como si se tratara de escenarios más o menos acotados y de perfiles nítidos. La materia debe abordar en toda su complejidad las distintas dimensiones de la crisis ambiental y climática, sin eludir, por ejemplo, las causas que la provocan, el modelo de producción, distribución y consumo que se encuentra en su origen; la dependencia energética de los combustibles fósiles; las características de la industria alimentaria o del sistema de transporte, la depredación de los bosques, mares y ríos, etc. Tampoco puede eludir hablar de las consecuencias, que no son sólo, por dramáticas que sean, sobre los ecosistemas, sino que afectan a millones de seres vivos y provocan y provocarán migraciones masivas, hambrunas, guerras y mucha más injusticia social.

También ha de tenerse en cuenta que el trabajo sobre estas cuestiones, aunque tenga un lugar privilegiado en una asignatura o ámbito concreto del currículo –aún no sabemos bien cuál será el encaje final–, debe abordarse de una forma transversal en el conjunto de las áreas y materias y a lo largo de toda la escolaridad. Es imprescindible que exista una cierta coherencia –tal vez no quepa aspirar a la coherencia completa– en las distintas situaciones de aprendizaje y contenidos que se trabajan en la escuela. No puede haber una asignatura sobre sostenibilidad y a la vez contenidos en otras materias que aludan a las bondades del transporte aéreo o a las grandes ventajas que aportan y lo eficientes que resultan las industrias alimentarias convencionales frente a las de producción agroecológica; o las nuevas formas de distribución alejadas del territorio y controladas por unas pocas empresas.

Por último, es importante pensar, aunque seguramente esta debería ser la aspiración en todos los ámbitos del aprendizaje escolar, que abordar estas cuestiones debe hacerse con planteamientos metodológicos activos, en los que tengan cabida el diálogo, el debate y la discusión y en los que se pongan en marcha proyectos de indagación, experimentación, investigación y aprendizaje. La sostenibilidad o la lucha contra el cambio climático no puede basarse sólo en experiencias de aprendizaje conceptual: deben acompañarse del cuestionamiento de los valores y las actitudes personales y deben proporcionar herramientas de intervención personal pero también posicionamientos de carácter crítico con los modelos de funcionamiento actuales.

Pronto veremos cómo se concreta esta buena iniciativa. Falta nos hacía. Y falta nos hace no equivocarnos desde el principio sobre cuál es la mejor manera de enfocarla.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2020/02/02/educacion-y-sostenibilidad/
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Lograr una España «verde» y con una sanidad sostenible

Europa/España/abc.es

El nuevo Gobierno de coalición deberá hacer frente al gran reto ecológico y conseguir que el Sistema Nacional de Salud sea capaz de dar una respuesta eficiente a una sociedad cada vez más envejecida

Una de las principales prioridades para Gobierno en materia educativa es disminuir el porcentaje de abandono temprano de la educación, que se había fijado como objetivo para España en 2020 en el 15%. Pero esa meta es probable que no se se alcance, ya que la última Encuesta de Población Activa (EPA) señala que la tasa de abandono escolar se colocó en un 17,3%. Por lo tanto, llegar al 15% en 2020 será prácticamente imposible. El otro reto es bajar el porcentaje de alumnos que con 15 años ha repetido al menos una vez. También es importante recuperar la FP Media, que a diferencia de la FP Básica y la Superior, está estancada en los últimos años. Por otra parte, el Gobierno debe impulsar los estudios de ciencias y desarrollar el estatuto de la profesión docente. En cuanto a la formación docente, el secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, aseguró en junio del pasado año que había acuerdo entre los partidos al menos en «esencia de un MIR educativo».

Sostener una sociedad envejecida

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, tiene como principal encargo sostener la Sanidad universal. Con un ministerio sin competencias y mucha visibilidad, deberá gestionar con las autonomías y el resto de sectores de la sanidad los retos de una población envejecida que demanda grandes recursos sanitarios y unos profesionales –tanto médicos como enfermeros– muy precarizados. Además de la irrupción de una medicina personalizada con tratamientos que pueden alcanzar el medio millón por habitante.

Revolución climática sin perjudicar a la población

Las emisiones brutas de gases de efecto invernadero en España son hoy un 15,5% mayores que en 1990, y las cifras están lejos de las metas del Acuerdo de París. Para dar impulso a la agenda «verde», Pedro Sánchez creó un «superministerio» de energía y medio ambiente, ahora elevado a vicepresidencia, ha declarado la «emergencia climática», y ha terminado el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), cuyo último texto incluye un aumento del recorte de emisiones del 21 al 23% para 2030. Teresa Ribera se ha comprometido a llevar ya a las Cortes su Ley de Cambio Climático, con la neutralidad climática en 2050 y medidas que afectan a la energía, la automoción, la edificación, la agricultura o las finanzas y que se enfrentan al reto de no ahogar ni al tejido industrial español ni a la población. Lo más polémico sigue siendo la creación de un parque móvil sin vehículos contaminantes. También se «revisarán» los «beneficios fiscales» a productos energéticos de origen fósil, algo que apunta al impuesto al diésel y al recuerdo de los chalecos amarillos en Francia.

Toda una planificación por hacer sobre el agua

Una nueva sentencia en materia de agua, una multa, la configuración de los nuevos planes hidrológicos y la enésima guerra por el trasvase Tajo-Segura se han sumado en dos años al escenario hidrológico de España, con todo por resolver. La decisión del Gobierno de dejar sin provisiones para riego al Levante durante dos meses ha sublevado al sector y el Libro Verde del agua, un documento-guía no vinculante, ha alimentado el miedo entre los regantes al rescatar la idea del «canon» y de la desalación. Todo ello, en plena preparación de los planes hidrológicos, que deberían tener su primer borrador a finales de este año y que, en el caso del Tajo, debería recoger el dictamen del Supremo, en el que se estableció la necesidad de aumentar los caudales ecológicos. Mientras, España sigue pagando una multa millonaria impuesta por la Comisión Europea por depurar mal el agua. Todo apunta a que se alargará, al menos hasta 2023.

Lucha contra la desigualdad

La brecha de género en los sueldos podría tardar unos 87 años en repararse. La diferencia se intensifica en las edades donde se concentra la maternidad y el cuidado de los mayores. Las tasas de pobreza también son preocupantes, ya que alcanzan al 21,7 por ciento d e la población. El acceso a la vivienda se ha convertido en el principal obstáculo de las familias españolas, que ven incrementado el salario mínimo pero con más dificultades que nunca para conseguir un techo. El FMI acaba de denunciar que el gasto social en España no ayuda a las personas más pobres y que los jóvenes son los que han salido más perjudicados de la crisis.

Fuente: https://www.abc.es/espana/abci-lograr-espana-verde-y-sanidad-sostenible-202002020138_noticia.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F

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Según encuesta de inquietudes ambientales QS World University, los estudiantes internacionales quieren que las universidades sean más ecológicas

Europa/ReinoUnido/universityworldnews.com

Según una nueva investigación, casi todos los futuros estudiantes internacionales que buscan estudiar en los Estados Unidos, el Reino Unido, Australia o Canadá piensan que las universidades no están haciendo lo suficiente para ser ambientalmente sostenibles.

La encuesta de más de 3,700 encuestados de todo el mundo también encontró que más del 90% de los futuros estudiantes piensan que las universidades podrían hacer más para reducir su propio impacto en el medio ambiente.

Solo el 35% está totalmente de acuerdo en que las universidades se preocupan por el medio ambiente.

Por otro lado, más de las tres cuartas partes de los estudiantes internacionales tendrían más probabilidades de elegir un título si el contenido los ayudara a aprender a reducir su impacto ambiental.

La encuesta fue realizada por QS, que proporciona las clasificaciones de QS World University, así como ‘soluciones de reclutamiento, retención y relaciones internacionales de estudiantes’.

Al comentar sobre los resultados de la encuesta, Paul Raybould, director de marketing e inteligencia de mercado de QS, dijo que la Encuesta de inquietudes ambientales de QS 2019 es la primera en el tema y destaca las crecientes preocupaciones entre los futuros estudiantes sobre el impacto del cambio climático.

«Nuestra nueva investigación muestra que las universidades deben enfrentar el desafío de educar a los estudiantes sobre temas ambientales poniendo más énfasis en los cursos que se centran en el cambio climático, y haciendo más para descarbonizar a través de medidas como aumentar los fondos para la investigación en iniciativas sostenibles».

A los encuestados se les hizo una serie de preguntas relacionadas con cuán sostenibles perciben que son las universidades y cómo esperan que las universidades aborden el cambio climático.

La investigación revela que la sostenibilidad es un tema cada vez más importante para los estudiantes. Los hallazgos clave incluyen:

  • • El 94% de los encuestados piensa que las universidades podrían hacer más para ser ambientalmente sostenibles.
  • • El 88% de los encuestados piensa que es esencial o muy importante que una universidad tome medidas para reducir su impacto ambiental.
  • • El 78% de los encuestados dijo que las universidades son mejores que otros sectores, como las finanzas y la construcción, cuando se trata de ser amigables con el medio ambiente.
  • • El 79% de los encuestados tendría más probabilidades de elegir un título si el contenido les enseñara a reducir su impacto ambiental, y el 43% dijo que sería mucho más probable.
  • • Casi el 58% de los encuestados piensa que las generaciones mayores han descuidado el medio ambiente.

Como parte de la encuesta, QS también preguntó a los encuestados qué es lo que más quieren aprender de estudiar en la universidad. Más de la mitad de los solicitantes dijeron que usar los recursos de manera eficiente para limitar el impacto en el medio ambiente es una habilidad que más desean aprender mientras estudian.

Cuando se les preguntó qué deberían hacer las universidades para mejorar su sostenibilidad, los encuestados dijeron que aumentar la financiación para la investigación de iniciativas sostenibles es la actividad más importante para que las universidades participen.

Reducir el uso de plásticos de un solo uso y reducir la cantidad de desechos que se destina a Los vertederos fueron la segunda y tercera actividad más importante, respectivamente.

Cuando se les preguntó qué roles de sostenibilidad consideraban que las universidades tenían la responsabilidad, una mayoría del 60% o más estuvo de acuerdo en que son responsables de «proteger el medio ambiente», «desarrollar tecnologías sostenibles» y «desarrollar tecnologías de energía verde», y casi la mitad pensó que fueron responsables de mejorar la calidad de vida en las áreas locales.

La encuesta preguntó cuáles eran las mejores maneras para que los estudiantes aprendieran sobre el medio ambiente mientras estudiaban en la universidad. Las tres respuestas más populares (todas con 54%) fueron «realizar actividades extracurriculares dentro de los departamentos», «a través de prácticas o experiencia laboral» y «vincular los cursos o disertaciones con los problemas».

Al pedirles que elijan de una lista de las habilidades que más desearían aprender mientras estudian en la universidad, el 59% eligió «resolver problemas pensando en sistemas completos, incluidas diferentes conexiones e interacciones», seguido de «comprender cómo crear un cambio» (57) %), «Usar los recursos de manera eficiente para limitar el impacto en el medio ambiente y otras personas» (56%), «comprender cómo la actividad humana está afectando a la naturaleza» (52,9%) y «mirar los problemas globales desde la perspectiva de las personas de todo el mundo mundo «(53%).

La encuesta también preguntó cuáles eran los tres problemas más importantes que enfrentan los jóvenes en la actualidad. Lo principal fue la falta de oportunidades de empleo (60%) y el resto de los cinco principales fueron el abuso de drogas (44%), problemas de salud mental (37%), presiones de las redes sociales (35%) y el cambio climático (30%).

La nueva investigación se publicó el 18 de septiembre para coincidir con la Global Climate Strike que comienza el 20 de septiembre, en la que miles de jóvenes de todo el mundo saldrán de las escuelas, colegios y universidades.

La huelga se llevará a cabo en el transcurso de una semana a partir del viernes 20 de septiembre y exigirá más acciones de los gobiernos y las empresas para hacer frente al cambio climático.

Fuente: https://www.universityworldnews.com/post.php?story=20190917235833971

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Ciencia y educación para la sostenibilidad

Por: Orfilio Peláez.

 

Frente a los acuciantes problemas ambientales y desigualdades sociales imperantes en el mundo, la única alternativa es construir sociedades más justas basadas en el respeto al derecho de todos, poniendo los avances de la ciencia y la tecnología al servicio de la salvación del planeta y la dignidad humana

Frente a los acuciantes problemas ambientales y desigualdades sociales imperantes en el mundo, la única alternativa es construir sociedades más justas basadas en el respeto al derecho de todos, poniendo los avances de la ciencia y la tecnología al servicio de la salvación del planeta y la dignidad humana.

Lo anterior fue enunciado por la doctora Maritza García García, presidenta de la Agencia de Medio Ambiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), al clausurar la XII Convención Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo, que durante cinco días reunió en La Habana a unos 1 400 delegados de 40 países.

Resaltó que los debates efectuados permitieron evaluar la efectividad, eficacia y control de las políticas públicas en materia de desarrollo sostenible y humano, al tiempo que ratificaron que la situación ambiental actual es el resultado histórico de las políticas establecidas por sistemas económicos, donde ha primado la explotación irracional de los recursos naturales y del hombre.

Tras referirse al consenso prevaleciente en favor de promover el uso sostenible de la diversidad biológica, el transporte sin emisiones contaminantes, el manejo integrado de las cuencas hidrográficas y el empleo de las energías renovables, la doctora Maritza García enfatizó en la urgencia de lograr una formación científica desde y para la educación ambiental, como vía indispensable para asumir en mejores condiciones los retos que imponen los fenómenos globales actuales y potenciar la integración y la cooperación en función de la sostenibilidad.

Junto con la celebración de varios congresos, simposios, coloquios y paneles temáticos, en la cita se presentaron diferentes publicaciones científicas y educativas, entre ellas Orquídeas de Cuba Occidental, Incentivos financieros para la agricultura, Paisaje montañoso, una mirada escolar; Libro Rojo de los Invertebrados de Cuba, Ecotecnologías para la restauración ecológica, y la Multimedia Desastres de origen climático y geológico.

Asistieron a la ceremonia el Comandante de la Revolución Guillermo García Frías, Héroe de la República de Cuba; Elba Rosa Pérez Montoya, titular del Citma; José Ramón Saborido, ministro de Educación Superior; el general de división Samuel Rodiles Planas, presidente del Instituto de Planificación Física, y el doctor Luis Velázquez Pérez, presidente de la Academia de Ciencias de Cuba, además de otros invitados.

Fuente del artículo: http://www.granma.cu/cuba/2019-07-05/ciencia-y-educacion-para-la-sostenibilidad-05-07-2019-16-07-06

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Recurso didáctico: Educación para la sostenibilidad, nuestra deuda con el planeta

Coalición Española de la Campaña Mundial por la Educación

La educación es una herramienta imprescindible para formar a una ciudadanía consciente de las causas y consecuencias del cambio climático y de otros problemas medioambientales, así como para dotar a las personas de los conocimientos, competencias y actitudes necesarios para buscar soluciones, tanto desde el punto de vista económico, social y tecnológico como, sobre todo, ético.

Por ello, en este 2019, la Campaña Mundial por la Educación, en su Semana de Acción Mundial por la Educación que tendrá lugar del 1 al 7 de abril(#SAME2019), os propone, bajo el lema, “Defendemos la educación, sostenemos el mundo”, trabajar la unidad didáctica y movilizaros, para promover un cambio en las actitudes y comportamientos de las personas a fin de avanzar en la construcción de un futuro sostenible desde el punto de vista social y medioambiental.

LA SOLUCIÓN ESTÁ EN NUESTRAS MANOS, Y LA EDUCACIÓN ES LA CLAVE

La comunidad internacional ha mostrado su voluntad de abordar el cambio climático y sus efectos a través del llamado Acuerdo de París sobre Cambio Climático (diciembre 2015), por el que los países se comprometían a adoptar las medidas necesarias para limitar el aumento de la temperatura de la Tierra a, como mucho, 2ºC a finales del S.XXI, aunque lo ideal sería que ese aumento no sobrepasase los 1,5ºC.

Este compromiso se manifiesta también en la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ya que prácticamente todos ellos están directamente (ODS11, ODS12, ODS13, ODS14, ODS15 ) o indirectamente relacionados con la sostenibilidad medioambiental y social, entre ellos el ODS4 sobre educación.

Así pues, nuestro futuro y el de nuestro planeta dependen de que seamos capaces de transformar de manera urgente nuestro modelo económico y nuestros sistemas de producción y consumo, a través de soluciones basadas en el desarrollo sostenible, la justicia social y la equidad, y capaces de garantizar una distribución más equitativa de los impactos del cambio climático.

Debemos prestar atención a la sostenibilidad también desde el punto de vista social, garantizando el equilibrio entre la economía, el medioambiente y el bienestar de las personas y comunidades, especialmente de las más vulnerables.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Éste es sólo uno de los datos que nos dan idea de la situación de emergencia medioambiental en que vivimos, y de la medida en que las actividades humanas han afectado y afectan a nuestro entorno, desencadenando una serie de procesos cuyos efectos son, en algún caso, irreparables.

La producción y el uso de energía, el transporte, la agricultura y la ganadería son los principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero, que a su vez es una de las principales causas del aumento de la temperatura de la Tierra, el famoso calentamiento global.

El calentamiento global es a su vez el principal responsable de un proceso más complejo, el cambio climático. Otro ejemplo es el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos. El fenómeno de las migraciones climáticas va en aumento, y se estima que en 2050 afectará a aproximadamente 200 millones de personas.

LOS PAÍSES CON MAYOR NIVEL DE DESARROLLO E INGRESOS, PRINCIPALMENTE EN EUROPA Y AMÉRICA DEL NORTE, SON LOS QUE TIENEN UNA MAYOR HUELLA ECOLÓGICA.

Para reflexionar sobre todo ello, os compartimos también enlace a otros documentos adicionales que la SAME 2019 pone a vuestra disposición para trabajar y profundizar en la temática propuesta:

Fuente: https://ayudaenaccion.org/ong/educativo/defendemos-educacion-sostenemos-mundo/

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Uruguay: Maestros rurales y estudiantes de Magisterio accederán a formación en sustentabilidad

América del Sur/Uruguay/republica.com.uy

La organización Tagma mediante su programa Una Escuela Sustentable, junto a la empresa DIRECTV, a través de su programa Escuela+ de Educación Audiovisual, construirán un domo geodésico sustentable donde docentes y estudiantes de Magisterio podrán capacitarse en educación ambiental para enseñar luego la temática a los niños, informaron a LA REPÚBLICA desde Primaria.

El proyecto forma parte del compromiso con la educación y la intención de promover la sustentabilidad que impulsa DIRECTV, que en este caso hace posible la construcción y colaborará con la formación de los docentes en esta temática, extendiendo el proyecto a todas las escuelas rurales de Uruguay y Latinoamérica a través de Escuela+.

En la actualidad, la citada empresa llega con su programa audiovisual a 560 escuelas rurales distribuidas en todos los departamentos del interior uruguayo a través de su programa Escuela+, aportando innovadores recursos audiovisuales que enriquecen el aprendizaje de los alumnos.

El aula sustentable que se construirá ocupará 40 m2 y será construida por voluntarios, teniendo en cuenta principios de sustentabilidad como la gestión del agua, la energía, el reciclaje, el acondicionamiento térmico pasivo y la producción de alimentos.

El lugar elegido es el Centro “Agustín Ferreiro” y se localiza junto a la escuela técnica de agroecología familiar y la escuela pública N°137. Se trata de un espacio de formación permanente dependiente del Departamento de Educación para el Medio Rural del Consejo de Educación Inicial y Primaria del Uruguay.

Cada año se capacitan allí docentes de diferentes ámbitos de la educación pública, por lo que el nuevo salón sustentable será el complemento perfecto para motivar la creación y transmisión de contenidos sobre educación ambiental para los docentes rurales de Uruguay y Latinoamérica.

Fuente: https://www.republica.com.uy/maestros-rurales-y-estudiantes-de-magisterio-accederan-a-formacion-en-sustentabilidad-id699923/

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Medioambiente y escuela solo se entienden hoy en clave de sostenibilidad

Por: Carmelo Marcén

Las palabras que expresan ideas grandiosas deben manejarse con cuidado y respeto; de otra forma se deprecian para siempre. Una palabra como medioambiente puede acumular significados, por su simple concepto o por el uso; esconder en sí misma múltiples relaciones. En más, si muchas personas la pronuncian con la misma intención y tono, si se cultiva con amor y destreza, llega a provocar emociones, deseos y argumentos de vida a quienes la usan o la combinan acertadamente con otras similares; quienes en ella creen no dudan en expandirla entre los que les rodean e incluso más allá, porque el futuro les preocupa. Así ha pasado en las ocasiones en las que la escuela ha dejado que entrase en ella; hecho que afortunadamente sucede más en las últimas décadas. De esa forma, mientras disfrutaba de acogimiento en las aulas, y casi sin que nadie se diese cuenta, se ha encontrado con otra palabra grandiosa: que expresa una idea nueva, reciente aunque vieja en sus argumentos, inabarcable para algunas personas y docentes y fundamento de vida para cada vez más gente; esa idea creciente afortunadamente es sostenibilidad.

Por su modernidad, y por el incorrecto uso que de ella se hace, se ve sujeta a interpretaciones difusas; va de un lado a otro del lenguaje político y ciudadano sin quedarse en convicciones concretas, quizás es complicada de entender bein. ¡Ojalá encuentre su acomodo en la escuela; allí convertirá a esta institución en espacio ambiental y socialmente posible. Al mismo tiempo, la animará a enseñar el medioambiente –el profesorado se verá interpelado- y lo hará en clave de inquieta búsqueda de espacios y tiempos acordes con el maremágnum que se nos viene encima a diario. Ese complejo caos que provocan las incertezas –cambio climático y fenómenos asociados, migraciones, salud ligada a contaminación, desigualdades de generación territorial, etc.- lo sufrirán o disfrutarán dentro de unos años los chicos y chicas que ahora conviven en las aulas de la enseñanza obligatoria.

Para llamar a la sostenibilidad escolar nos hemos decidido a escribir Medioambiente y escuela para la editorial Octaedro. Es un librito de poco más de 100 páginas, lleno de preguntas y con algunas respuestas; unas y otras siempre abiertas y formuladas más en clave de estrategias metodológicas secuenciadas que de recetas de efectos seguros. En sus páginas se reflexiona sobre la existencia o no de una serie de saberes ambientales que tengan carácter universal porque, claro, la escuela necesita enseñar algo para que el alumnado aprenda. Pero esos saberes son complejos, cambian con el tiempo como lo hace cada sociedad.

Ahora mismo, la escuela puede ser un laboratorio de participación en torno a lo que es la vida, a cómo las sociedades han llegado a ser ecosociales, a debatir de qué forma se puede mitigar las complejas problemáticas ambientales o compartir si simplemente nos queda adaptarnos a ellas. Para lograrlo, debe llevar a cabo una revisión crítica de sus currículos, una buena parte de ellos obsoletos y marcadamente epistemológicos. Además, la escuela debe ser en sí misma sostenible, como institución formada por personas que se relacionan con distintos intereses: la gestión de los recursos, la generación de residuos, el uso de la energía, los planes de movilidad que aconseje al alumnado y al profesorado, etc. En el libro hay pistas para esa doble intención.

Han pasado más de 40 años desde que las cuestiones de la naturaleza llamaron a las puertas de las escuelas; se puede decir que entraron en ellas. Alguien opina que el camino ha sido largo y el recorrido demasiado corto. Es por eso que en el libro se habla brevemente del pasado ambiental escolar pero sobre todo se centra en mirar de forma crítica el presente e imaginar el futuro de un momento ecosocial extremadamente complejo: viejas problemáticas ambientales que se intensifican, sin duda ayudadas por otras nuevas que emergen con una rapidez que no nos da tiempo ni a entenderlas. La interacción de ambas nos reduce certezas y nos sume en continuas incertidumbres; de ambas debe hablar el alumnado con fundamento razonado, para resolver cómo y dónde participa en mitigar los efectos o adaptar su vida a la nueva dinámica ambiental.

El camino de adaptación se recorre con el alumnado de forma pausada, aunque haya que actuar con rapidez en algunos casos. En el libro se habla de cómo se ayudan o interfieren el conocimiento cotidiano de los sucesos o tendencias ambientales con el conocimiento escolar, demasiado estático y escasamente crítico en sus planteamientos; de lo que se trata realmente es de rescatar la posible trascendencia de la escuela en la mejora o el deterioro del escenario ambiental y social, y de sus múltiples expresiones.

El librito no se olvida de proponer pequeñas prácticas educativas en torno a un blog escolar sobre medioambiente, al cambio climático, a la ecoauditoría energética, al ciclo de vida de los productos y la gestión de residuos generados, a proponer visitar virtuales a espacios naturales o singulares, a analizar la incidencia de la contaminación en la salud urbana, a la relación entre migraciones masivas y percepción del medioambiente global que tiene su expresión en la ciudadanía sin fronteras, a la irrupción de plásticos en nuestras vidas y su incidencia en la calidad de los entornos naturales y la salud; entre otras propuestas. Para ello aporta estrategias metodológicas diversas, en las que prima la participación, el debate y la búsqueda de soluciones compartidas; que es una buena forma de adquirir/construir compromisos.

Quienes utilicen el libro para inspirar su quehacer pedagógico, nunca olviden que, al margen de un buen o mal material sobre la sostenibilidad, cuentan los liderazgos y en la escuela el profesorado tiene mucho que decir y, sobretodo, hacer. Y siempre tengan presente que cuando se crea disponer de todas las respuestas a las problemáticas socioambientales, después de un trabajo bien hecho, seguro que aparecerán nuevas preguntas; eso es el diálogo vivo entre medioambiente y escuela: (en)clave de sostenibilidad.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2019/02/01/medioambiente-y-escuela-solo-se-entienden-hoy-en-clave-de-sostenibilidad/

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