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¿Educación sexual en las escuelas?

Por: Abelardo Carro Nava

Tremenda polémica nacional ha causado la propuesta sobre el matrimonio igualitario que, meses atrás, el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, envío al Senado de la República con la intención de que se modificara el artículo 4º de la Constitución Mexicana y el Código Civil Federal para garantizar el matrimonio igualitario entre adultos en todo el país. Esto, a decir del mandatario nacional, con la intención de “incorporar con toda claridad el criterio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que las personas puedan contraer matrimonio sin discriminación por motivos étnico, discapacidad, condición social, género o preferencias sexuales” (Milenio, 17/05/2016).

57bc6c57c4395_sexuality_and_gendergLa lucha férrea que han mantenido los que se oponen a tal propuesta y los que se encuentran a favor, ha generado a la fecha, que la mirada se desvíe de un asunto que, de manera personal, considero debe ser abordado con todo la seriedad que el caso amerita. Y es que mire usted, de buenas a primeras, pareciera ser que en el fondo del conflicto se hallan intereses contrapuestos y de muy diversa índole que, poco o nada, ayudan a la comprensión del fenómeno y encono social que prevalece en México.

Ciertamente, los que se identifican con una ideología fincada en la religión y la moral, han manifestado su postura brindando los argumentos habidos y por haber sobre el rechazo a la iniciativa presidencial. Los que se encuentran a favor, también han brindado sus opiniones dejando en claro que su aprobación, debe darse en términos meramente legales. Sin embargo, la pregunta que da inicio a esta serie de ideas, cobra relevancia y sentido, en tanto se discutan estos temas desde su carácter legal, pero también, del educativo.

¿Por qué no considerar a la educación sexual como un elemento que resulta fundamental en, sobre y para el desarrollo del ser humano?, ¿qué tipo de contenidos sobre esta materia deben abordarse en las escuelas por los maestros y alumnos?, ¿qué responsabilidad tiene la sociedad en el cúmulo de acontecimientos humanos que han llevado a reconfigurar al espectro social tal y como hoy lo conocemos? Éstas, son preguntas que se derivan precisamente, del debate que en estos días se ha generado en diversos espacios de diálogo y confrontación de ideas entre unos y otros, al fin y al cabo, humanos, como usted, como yo.

Hace unos años, Fernando Savater (1997), en un texto que me parece fundamental referir en estos momentos, “El valor de educar”, afirmaba que la educación transmite a cada uno de los seres pensantes – nosotros –, que no somos únicos, que nuestra condición implica el intercambio significativo con otros parientes simbólicos que confirman y posibilitan nuestra condición. En este sentido, si compartimos la idea de que la educación fue, es y ha sido construida por la sociedad, debemos tener claro que ésta tiene la función de educar – formar – a los seres humanos con los conocimientos, habilidades, actitudes y valores que son propios de la época que están viviendo.

Me parece bastante favorable que el diálogo sobre el tema del matrimonio igualitario se esté dando en mi México querido. Lo aplaudo y lo reconozco. Sin embargo, considero que también debemos centrar la mirada, dirigir un cúmulo de investigaciones o realizar diversos estudios sobre el tema de la educación sexual en las escuelas que conforman el Sistema Educativo Mexicano (SME). No hacerlo, implicaría regresar a la barbarie y el oscurantismo.

Tengo claro que el conocimiento se genera a partir del análisis, la reflexión y la crítica sobre tal o cual cosa, pero éste, debe estar fincado en la razón y en la objetividad que la misma ciencia otorga, de ahí que considere pertinente, centrar la atención en pensar y repensar qué es lo que la escuela está enseñando, más que pelearnos por las creencias y saberes del pueblo de México.

Se dice que el conocimiento nos permite dilucidar la configuración biológica y social del ser humano y, el conocimiento sobre nosotros mismos, es lo que nos lleva a tomar decisiones, cualesquiera que éstas sean, con relación a nuestra propia existencia.

Desde mi humilde punto de vista, la educación sexual, tiene que ser abordada en las miles de instituciones educativas que existen en nuestro país, así tal cual es, dado que el ser humano existe por un proceso biológico que todos, absolutamente todos conocemos, y cuya existencia, se va configurando por los procesos sociales en los que el propio individuo participa como ser social por naturaleza.

¿Qué de malo puede tener el que se hable de reproducción sexual en las escuelas cuando a partir de ese principio vinimos al mundo?, ¿qué dificultad existe al abordar cada una de las partes que conforman nuestro organismo?, ¿qué problema puede representar el que se hable de menstruación y cambios de voz y cuerpo como parte de un proceso fisiológico, por ejemplo?

Con seguridad alguien podría decirme: bueno, es que eso es una cosa, pero el asunto de los matrimonios entre personas del mismo sexo y la adopción que pueden lograr con ese vínculo, es otra cosa. Y efectivamente, les concedo la razón. Sin embargo, debemos considerar que la sociedad ha avanzando, aunque como bien lo afirma Jurjo Torres (2006) en su texto “La desmotivación del profesorado”, pareciera ser que no lo ha hecho. Lo cual me lleva a plantear la posibilidad de seguir debatiendo sobre este polémico tema pero desde varios enfoques: psicológico, pedagógico, filosófico, etcétera.

La cerrazón es principio básico de la ignorancia y, como seres pensantes, debemos estar dispuestos a ese diálogo antes de anteponer ciertas creencias y valores en una sociedad que se ha transformado. Insisto, los momentos en los que la santa inquisición juzgaba a las personas ha quedado en el pasado. Fue un mal momento por el que atravesamos los seres humanos.

En suma, ni todos los argumentos son malos, ni todas las verdades son absolutas.

Debatamos pues. Hagamos lo propio para que esa socialización primaria que se da en la familia – a la que alude Savater –, sea fortificante y se especialice en esa socialización secundaria que se logra en la escuela a la que este mismo autor hace referencia.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/educacion-sexual-en-las-escuelas/

Imagen: www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/10/GuiaEducacionDiversidad_MIDES.jpg

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Panamá: Sobre el proyecto de educación sexual: Vicente A. Caballero

Centro América/Panamá/ 11 de octubre de 2016/Fuente: la prensa

Conceptúo, en primer lugar, que la Asamblea Nacional no es el escenario indicado para analizar, discutir y aprobar una ley que tiene incidencia fundamental en los padres de familia, en el Ministerio de Educación (Meduca), en las escuelas, iglesias y la sociedad civil.

La Federación Nacional de Padres de Familia no puede estar al margen de una situación que tiene connotaciones internacionales. Este no es un tema de Panamá exclusivamente. No hay duda de que existe un problema de arrastre, que ni el Meduca ni los padres de familia y educadores han podido manejar con certeza.

Es una verdad que deja un vacío en la sociedad con los resultados que hoy estremecen, pero no es una ley la que dará con la cura de la llaga.

Observo algunas debilidades e incoherencias en el proyecto de marras: No especifica qué tipo de convenios internacionales se aplica; habla de manera global de la Constitución y de las leyes; igualmente, el ámbito de aplicación es utópico, y va más allá del artículo 3, al facultar a los menores para tomar decisiones responsables sobre sus relaciones sociales, etc.

Es una ilusión afirmar que este proyecto de ley reducirá la actividad sexual o impedirá que las menores salgan embarazadas en el hogar o en las escuelas; uno de los problemas obedece a causas meramente familiares.

Esta crisis social, lo aceptamos, deben asumirla los padres de familia, en primer lugar; además del Meduca, los educadores y hasta los comunicadores sociales.

En consecuencia, le corresponde al Meduca enderezar los programas para la orientación sexual desde kínder hasta secundaria, mediante guías para los maestros y padres de familia, quienes deben laborar mancomunadamente hasta lograr, con propiedad, una orientación y práctica certera y eficaz de un tema cuya enseñanza y orientación requiere de personal especializado, tal como ocurre en otros países.

Aquí está el meollo del asunto. Preparar guías y métodos efectivos y reales para lograr una educación agradable, científica y eficaz, mediante técnicas y una bibliografía comprensiva y adecuada a los educandos, respetando los valores éticos y morales de una sociedad en crisis, y que podía profundizarse con esta misma ley.

El proyecto de ley amarra una serie de servicios, en los artículos 9, 17 y similares; son puntos cruciales que no tienen que ver con la educación sexual. Y, de manera puntual y utópica, arremata con el artículo 26 que pretende comprometer a todo el engranaje de la nación en la divulgación y educación de la ley. Como afirmaba muy bien un expositor: “La ley no es un prerrequisito para la aplicación de las guías de la educación sexual”, a lo panameño, respetando los valores morales de la juventud, hoy día dislocada por el ambiente, por los medios de comunicación y por las ideas y costumbres importadas que irán, progresivamente, deteriorando la figura del matrimonio y de la sexualidad, sana y responsable.

Fuente: http://www.prensa.com/opinion/proyecto-educacion-sexual-Vicente-Caballero_0_4593290706.html

Imagen: metrolibre.com/images/2016/07-01/2016-07-11-le-ponemos-tarjeta-roja-a-la-ley-61-sobre-educación-sexual-75e-1140380861.jpg

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El clítoris, la nueva lección para este curso en los colegios franceses

 Europa/Francia/07 de octubre de 2016/smoda.elpais.com/

Los estudiantes galos dispondrán en sus colegios de una maqueta de este órgano para estudiar en profundidad su funcionamiento.
Si se le pregunta, no ya a un niño o adolescente sino a cualquier adulto, cuál es el equivalente al pene en la anatomía femenina, la mayoría responderá que la vagina. Pero se equivocan, porque la respuesta correcta es el clítoris. En este curso escolar que acaba de empezar, muchos niños franceses conocerán a fondo este órgano tan fascinante, el único del cuerpo humano dedicado, única y exclusivamente, al placer. Para ello, los colegiales galos de primaria y secundaria dispondrán de una reproducción elaborada en impresoras 3D e ideada por la investigadora independiente francesa, Odile Fillod, de esta parte de la anatomía femenina.

Gracias a esta pieza los estudiantes podrán comprender mejor que el clítoris va más allá de ese pequeño y tímido botoncito colocado en la parte superior de la entrada a la vagina, sino que más bien es un potente y extenso órgano –algunos le buscan parecido con un sofisticado boomerang– que posee 8.000 terminaciones nerviosas, solamente en la parte externa –el doble que las del pene–, que se comunican con otras 15.000 más en la región pélvica. Claro que todo esto se sabe desde hace muy poco. Durante siglos el clítoris no fue materia de estudio. No era rentable porque no servía para la reproducción. Freud lo calificó como “pene inacabado” y sostenía que las mujeres que solo experimentaban orgasmos clitorianos y no vaginales, eran inmaduras sexualmente. Hasta el año 2010, la ciencia no dispuso de una fotografía de esta parte de los genitales femeninos, gracias a los investigadores franceses Odile Buisson y Pierre Foldès, que crearon el primer sonograma completo en 3D de un clítoris estimulado.

Odile Fillod, la creadora de de la maqueta a la que tendrán acceso los estudiantes franceses, apuntaba recientemente al diario inglés The Guardian, algunas de las ventajas de su juguete, “es importante que las mujeres tengan una imagen mental de lo que realmente pasa en sus cuerpos cuando son estimuladas. Entendiendo el papel del clítoris pueden empezar a dejar de sentirse raras cuando no experimentan placer con la penetración. Las mujeres tienen erecciones cuando están excitadas, solamente que no se pueden ver porque la mayor parte del clítoris es interna.Quiero también mostrar que los dos sexos no son, fundamentalmente, tan diferentes como creemos”.

El invento puede situar a los colegios franceses como abanderados en educación sexual, después de que el pasado junio el Haut Conseil à L’Egalité, un organismo del gobierno galo encargado de monitorear la igualdad de género en la vida pública, publicara un estudio en el que se revelaba que la educación sexual no ha podido acabar con el sexismo y los tradicionales estereotipos. Los chicos siguen centrándose en la sexualidad genital, mientras que sus compañeras le dan más importancia al amor.

Pero además, esta reproducción del clítoris ha llegado en un momento en el que el país vecino parece decidido a reivindicar al responsable del placer femenino y hacerle las galas y homenajes que se merece. Les Infemmes, un grupo feminista con base en Niza, ha ideado un fanzine llamado L’Antiséche du Clito, algo así como la versión francesa de Clitoris para Dummies. Una forma divertida de acercarse a los secretos del cofre del placer con dibujos, caricaturas y divertidos personajes como el Punk Clit, Drácula Clit o Freud Clit. Una artista perteneciente a este colectivo, Amandine Brûlée, ha creado, junto a la joyera Anne Larue, un pendiente de bronce con la forma de este órgano, para sacarlo a la luz tras siglos de oscurantismo.

La educación sexual todavía deja mucho que desear

El pasado 13 de septiembre la revista médica BMJ Open publicó un estudio realizado por la School of Social and Community Medicine, de la Universidad de Bristol (Reino Unido), sobre lo que opinan alumnos de diferentes partes del mundo (EEUU, Canadá, Nueva Zelanda, Australia, Japón, Irán, Brasil, Reino Unido, Irlanda y Suecia) respecto a la educación sexual que reciben. La mayoría coincide en que los contenidos están obsoletos, son impartidos inadecuadamente por personas no profesionales que, a menudo, se sienten cohibidas en esta tarea; no tienen en cuenta el hecho de que la audiencia está formada por personas sexuales que, es muy probable, que estén experimentando o poniendo en práctica esta faceta de su personalidad y casi todos tachan los modelos educativos de higienistas, negativos y centrados más en las cuestiones científicas o de prevención, que en las psicológicas o de disfrute.

“Se nos habla básicamente del coito y una de sus consecuencias, los embarazos, pero nunca sobre masturbación, sexo oral u otro tipo de prácticas o sexualidades”, apuntaba uno de los alumnos entrevistados para el estudio. “Cuando empecé a experimentar el sexo me di cuenta de que la mayor parte de las cosas que nos contaron estaban mal explicadas”, se quejaba otro. Una chica denuncia la visión sexista y estereotipada de los comportamientos de ambos géneros frente a la sexualidad, “a nosotras se nos inculca que no debemos sentirnos presionadas para tener relaciones. Siguen con la idea de que el chico es el que está más interesado en hacerlo, mientras nosotras no. No se dan cuenta que muchas chicas también quieren tener sexo, probarlo, experimentarlo y disfrutarlo”. “No hablan de la parte emocional de la sexualidad, cómo afecta a la persona. Se centran en la anatomía y la biología. Ya he visto muchos vídeos de ese tipo. Deberían hablarnos de la presión que hay ahí fuera, de los medios, los amigos, la familia. Todo eso es importante y no lo contemplan”, afirma otro estudiante.

El caso español. El sexo entra dentro del campo de la ideología, la religión no

En España las cosas no han cambiado mucho desde los tiempos en los que un cura progre o una religiosa –personajes que, supuestamente, no tenían mucha experiencia en la materia– nos explicaban con diapositivas todo lo que pasaba desde el momento en que un espermatozoide alcanzaba el óvulo hasta el feliz día del parto. Claro que olvidaban un pequeño inconveniente, el sexo es todo lo que ocurre justo antes. Pero todavía perdura esa creencia errónea que plantea esta ecuación: a más información sexual, más promiscuidad y más problemas. Siguiendo esta lógica aplastante podríamos presumir que los alumnos de química acabarán siendo científicos locos, que idearán una fórmula para acabar con la raza humana; o que los que estudian para cirujanos tienen grandes probabilidades de emular las hazañas de Jack El Destripador.

El debate sobre si la sexualidad debe entrar en las aulas o ceñirse al círculo familiar sigue más vivo que nunca. La LOGSE de 1990, introducía la apertura de los centros escolares a la educación sexual afectiva y reproductiva, aunque no hablaba de contenidos específicos. La LOE (2006) apostaba más por la transversalidad, es decir, incluir estos temas en asignaturas como Educación para la ciudadanía y la LOMCE (2012), más conocida como Ley Wert, eliminó estos contenidos por considerar que podían estar muy ideologizados, aunque incluye la religión. La educación sexual queda entonces relegada a la consideración del centro educativo y el presupuesto de que se disponga.

Según Ana Yáñez, sexóloga, psicóloga, directora del Instituto Clínico Extremeño de Sexología, coordinadora y docente del Máster de Sexología de la Universidad de Extremadura y con una amplia experiencia a la hora de impartir clases sobre sexualidad en colegios, “la educación sexual es una materia trasversal, a criterio del colegio y que, en el mejor de los casos, se reduce a unas charlas esporádicas realizadas por sexólogos. Aunque también hay mucho intrusismo. A veces es impartida por padres de alumnos o por empresas de higiene íntima o preservativos que, en algunos casos, no llevan a profesionales y cuyos seminarios están más orientados a la venta del producto que a la información o educación”.

El sexo todavía levanta ampollas y es siempre una actividad extraescolar muy vigilada y monitoreada por padres y profesores. “En este sentido, siempre hay que contar con la aprobación de la asociación de padres para dar las charlas o utilizar las guías –libros de texto– elaboradas para esta materia”, apunta Yáñez. “Cuando impartimos la clase, hay siempre un profesor en actitud de oyente. Algo que considero inapropiado porque muchos alumnos pueden sentirse cohibidos a la hora de preguntar o comentar algo delante de su tutor. Es un tema delicado, que solemos tratar con el mayor anonimato posible para que no de a pie a estigmatizar a los compañeros. Antes de empezar la clase decimos que los alumnos escriban sus preguntas o temas a tratar en un pedazo de papel y lo echen a una urna para asegurarnos de que tratamos los asuntos que les preocupan”.

Según esta experta, los países que mejor nota sacan en esta asignatura son Finlandia, Suecia (con un programa en la tele para niños), Canadá, Holanda y Alemania; y añade, “una buena educación sexual que contemple la dimensión bio-psico-social del individuo, va más allá de evitar embarazos no deseados o contagios de ETS, contribuye a una sociedad menos machista, reduce la violencia de género y evita muchas patologías de índole sexual, que tienen su base en traumas psicológicos o concepciones erróneas respecto a la sexualidad”.

Tomado de: http://smoda.elpais.com/placeres/sexo/clitoris-asignatura-colegios-franceses/

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El gobierno critica declaraciones del Papa sobre la educación sexual en Francia

Francia / http://es.rfi.fr/ 5 de Octubre de 2016.

La ministra de Educación sostuvo que Francisco es “víctima de una campaña de desinformación masiva conducida por los integristas” luego de que el Papa asegurara que los manuales escolares franceses propagan un «adoctrinamiento solapado de la teoría de género».

El papa Francisco es blanco de críticas del gobierno francés, parte de la oposición conservadora y de la prensa local, disgustados con las declaraciones del jefe de la Iglesia sobre la educación sexual en Francia.

El origen de la controversia tuvo lugar durante una conversación que Francisco mantuvo con periodistas en el avión al término de su visita al Cáucaso.

Durante la charla, el Papa fustigó «el mal que hoy se hace con el adoctrinamiento de la teoría del género» y narró una anécdota.

«Me contó un papá francés, de una familia católica, que un día hablando en la mesa con sus hijos preguntó a su hijo de diez años qué quería ser de grande: ‘Una muchacha’. Y el papá se dio cuenta de que en los libros de colegio se enseñaba la teoría del género. Y esto es contra las cosas naturales», aseguró Francisco.

Para el jefe de la Iglesia católica, «tener tendencias homosexuales o cambiar de sexo es una cosa y convertirlo en «una enseñanza en las escuelas» es otra.

Se trata de una voluntad de «cambiar las mentalidades», de una «colonización ideológica», estimó el papa, que el sábado denunció en Tiflis la «teoría de género» como uno de los aspectos de una «guerra mundial para destruir el matrimonio».

La “teoría del género” es la expresión utilizada por sectores conservadores para describir una percepción matizada de la diferencia entre los sexos.

El gobierno francés reaccionó a través de su ministra de Educación, Najat Vallaud-Belkacem.

“Le aconsejo al Papa que durante sus próximos viajes en Francia que venga a ver a los docentes”, que “hojee él mismo los manuales escolares y me explique en dónde habría una teoría del género”, dijo.

“Veo que él también ha sido víctima de la campaña de desinformación masiva conducida por los integristas”, subrayó en declaraciones a la radio France Info.

Los dichos del Papa también fueron cuestionados desde la derecha. “Me parece que se apresuró un poco”, opinó la diputada Nathalie Kosciusko-Morizet. “Miro los manuales escolares de cerca, tengo dos varones de 11 y 7 años y nunca encontré nada parecido a la teoría del género”, agregó.

Entretanto, asociaciones feministas y editorialistas de la prensa francesa deploraron este martes que el Papa esté “mal informado”.

Fuente: http://es.rfi.fr/francia/20161004-el-gobierno-critica-declaraciones-del-papa-sobre-la-educacion-sexual-en-francia

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Educación sexual en Chile: más allá de lo moral

Por: Nicole Salas

Pensar en las políticas de educación sexual que se han implementado en nuestro país, nos conduce a un breve recorrido. Recién en la década del sesenta se institucionalizó por primera vez la educación sexual como práctica pedagógica al interior de las escuelas públicas, que si bien tenía solo como objetivo promover la planificación familiar, marcaba un hito al ser un primer paso en el abordaje de la sexualidad en el sistema educativo. Sin embargo, este proceso se interrumpió durante la dictadura militar, período en que fue censurada toda acción educativa relacionada con el aprendizaje en esta área, constituyéndose como un hecho regresivo para la época.

En la década de los noventa se volvió a incorporar una política de educación sexual desde el Ministerio de Educación, pero esta nueva experiencia no tuvo éxito. Un ejemplo fueron las Jornadas de Conversación sobre Afectividad y Sexualidad, más comúnmente conocidas como JOCAS, las cuales surgieron como un intento de generar espacios de diálogo y aprendizaje en torno a materias de afectividad y sexualidad al interior de las comunidades educativas. Sin embargo, luego de constantes presiones de sectores conservadores, asociados a la Iglesia Católica y a la derecha política, las JOCAS dejaron de realizarse un par de años después.

De este hecho ya han transcurrido dos décadas. En la actualidad solamente existe un documento oficial del Ministerio de Educación llamado “Programa en Educación Sexual, Afectividad y Género”, cuyo objetivo es entregar nociones generales a los establecimientos educacionales para que cumplan con lo exigido en la ley N° 20.418, que fija normas sobre información, orientación y prestaciones en materia de regulación de la fertilidad.

Si bien se han desarrollado algunas acciones aisladas a lo largo de los años sobre esta área de aprendizaje, urge tomar las medidas necesarias para lograr su institucionalización efectiva, desde un enfoque de género, que permita permear a la totalidad del sistema escolar y entregar herramientas profesionales a docentes. No olvidemos que la educación juega un papel importante en que niños y niñas tengan la oportunidad de desarrollarse en igualdad de condiciones como personas sanas y felices…

Dicha normativa establece que “toda persona tiene derecho a recibir educación, información y orientación en materia de regulación de la fertilidad, en forma clara, comprensible, completa y, en su caso, confidencial”. Esto, a través de la obligatoriedad de que todos los establecimientos educacionales reconocidos por el Estado implementen un programa de educación sexual en el nivel de enseñanza media. Pero hoy existen serias dudas sobre el porcentaje de escuelas que estarían implementando en la realidad un programa de educación sexual, aun cuando es exigido por ley. La razón de este desconocimiento radica en que no se poseen datos oficiales al respecto y la Superintendencia de Educación tampoco da cuenta de acciones fiscalizadoras en este sentido.

En síntesis, resulta a todas luces evidente que la ley N° 20.418 ha sido ineficiente. Primero, porque la responsabilidad de construcción e implementación de un programa de educación sexual recae únicamente en los colegios y liceos, sin importar las reales capacidades que poseen esas comunidades educativas, especialmente sus profesores y profesoras; porque en la educación sexual también existe un vacío en la etapa de formación docente, tanto a nivel universitario como el que se desarrolla durante el ejercicio profesional. Con tales antecedentes, ¿es justo que les exijamos a los y las profesionales de la educación generar aprendizajes en sus estudiantes sobre un tema que no se les ha enseñado a abordar?

Sumado a esto, es importante mencionar lo extemporáneo de esta ley, pues junto con reducir la educación sexual a la regulación de la fertilidad, restringe su público objetivo solamente a jóvenes de nivel secundario, dejando grandes vacíos para que los y las estudiantes reciban herramientas a lo largo de toda su trayectoria educativa que les permita no solo prevenir enfermedades de transmisión sexual y embarazos no planificados, sino que también puedan cuestionar y derribar aquellos patrones culturales que estigmatizan, vulneran y discriminan.

Así, la posibilidad de contar con una política pública de Estado permanente sobre educación sexual se constituye en una oportunidad para avanzar en diversas áreas, tales como: ampliar el aprendizaje a través de la inclusión de la perspectiva de género en el currículo actual; prevenir el abuso sexual infantil por medio de la incorporación de contenidos pedagógicos asociados al desarrollo de habilidades de autocuidado y de protección desde la primera infancia; promover la toma de decisiones de manera autónoma sobre sus proyectos de vida; prevenir la violencia de género; propiciar el respeto hacia la diversidad sexual; consolidar la alianza existente entre el sector educativo y el de la salud para robustecer los contenidos proporcionados en las aulas, y garantizar el acceso oportuno y efectivo a los servicios de salud sexual y reproductiva en niños, niñas y jóvenes. Por mencionar tan solo algunos efectos concretos posibles en el mediano y largo plazo.

Quedan en evidencia los distintos nudos críticos que posicionan a la educación en sexualidad como un desafío pendiente en nuestro sistema educativo, un tema que a la luz de lo señalado trasciende cualquier dilema moral, pues se trata del derecho de acceder a información veraz y contribuir a derribar mitos que afectan a hombres y mujeres durante sus trayectorias vitales. Si bien se han desarrollado algunas acciones aisladas a lo largo de los años sobre esta área de aprendizaje, urge tomar las medidas necesarias para lograr su institucionalización efectiva, desde un enfoque de género, que permita permear a la totalidad del sistema escolar y entregar herramientas profesionales a docentes. No olvidemos que la educación juega un papel importante en que niños y niñas tengan la oportunidad de desarrollarse en igualdad de condiciones como personas sanas y felices, que puedan establecer a futuro vínculos afectivos sin violencia, escogiendo libremente sus proyectos de vida, e imponiendo respeto hacia sus propios cuerpos. Entonces, ¿qué estamos esperando?

Fuente: http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2016/09/24/educacion-sexual-en-chile-mas-alla-de-lo-moral/

Fuente de la Imagen: https://www.google.co.ve/search?q=nicole+salas&espv=2&biw=1024&bih=494&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwiWjaK4l7PPAhXMlh4KHd4sC-YQ_AUIBigB#tbm=isch&q=educacion+sexual&imgrc=AK1Yoln4hZSFYM%3A

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Argentina: A 10 años de la ley, la educación sexual no termina de arrancar

América del Sur / Argentina / 02 de octubre de 2016 / Por: Por Mariana Otero

La norma que obliga a hablar de sexualidad aún no se aplica en todas las escuelas. Los especialistas aseguran que su implementación es dispar y subsisten resistencias de docentes y familias. Hay buenas experiencias, pero aisladas y vinculadas más a un compromiso de los maestros que a una política institucional. Los chicos dicen que hay que hablar en el colegio porque no lo hacen con sus padres.

Es importante tener educación sexual para informarse, para saber un poco más, porque en la familia no se habla. En eso coinciden Tomás Roldán, Franco Martínez, Camila Herrera, Tiago Peralta y Malena Andrada, alumnos de quinto año del Ipem 21 Alfonsina Storni, de barrio Liceo Segunda Sección.

A 10 años de la sanción de la ley N° 26.150, Programa Nacional de Educación Sexual Integral, los chicos del Alfonsina Storni dicen que en el colegio abordan esos temas y reconocen que aprenden.

El éxito de la implementación varía de escuela en escuela y, a pesar de que se observan avances en relación a una década atrás, los especialistas aseguran que queda mucho por hacer.

“Las escuelas llevan adelante procesos heterogéneos, con diversos grados de implementación”, sostiene Delia Provinciali, secretaria de Educación de Córdoba. Para la funcionaria, falta fortalecer la educación sexual integral (ESI) como proyecto institucional y convocar a las familias para que participen de este proceso.

En la provincia de Córdoba, entre 2013 y 2015, la capacitación llegó a 35.860 educadores. Y en todo el país se formaron de manera directa 115 mil docentes en los últimos años, y ellos replicaron la experiencia a otros colegas.

“Se hizo mucho, pero lo que falta es todavía mucho más. Las capacitaciones no se traducen inmediatamente en la implementación de la ley en las escuelas. El proceso es muy lento y no es lineal. Si bien hay escuelas con experiencias institucionales sistemáticas y sostenidas, en la mayoría de los casos lo que encontramos son experiencias aisladas y discontinuas producto más del compromiso individual de algunos docentes que de una política institucional”, refiere Facundo Boccardi, coordinador del Programa de Estudios de Género del Centro de Estudios Avanzados de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba.

“El obstáculo principal para la implementación no son las familias ni la comunidad ni mucho menos los estudiantes, sino fundamentalmente las propias dinámicas que rigen a las escuelas y a sus agentes”, agrega.

Para Mariana Dapuez, especialista en psicología educacional y magíster en género y salud sexual, la ley N° 26.150 marcó un antes y un después ya que puso en tensión enfoques tradicionales (el biologicista, que reduce la sexualidad a la genitalidad, y el moralista, que marca un modo “correcto” de vivir la sexualidad) para incorporar un enfoque integral.

Gabriel Femopase, director de la Fundación Sexológica Argentina, asegura, en este sentido, que “el sexo es un valor necesario para entender las identidades y las relaciones para la convivencia de una sociedad más empática”.

Lo interesante, explican los expertos, es que de a poco se fue instalando la idea de que la educación sexual es mucho más que las relaciones sexuales, las enfermedades y los embarazos.

“Es necesario hablar. No sabía que las cuestiones de género o la violencia son parte de la educación sexual. Pensaba que tenía que ver más con el cuerpo del hombre y de la mujer”, dice Malena, estudiante de quinto año.

Su profesora del Ipem 21, Soledad Fantini, explica que en el aula se habla de equidad, de las emociones en la pareja, de la necesidad de dialogar.

Una actividad fue presentar la imagen de un cuchillo a los alumnos y debatir sobre qué les evocaba; luego, mostrar una foto de un hombre violentando a una mujer y, por último, leer una noticia de un femicidio.“Hablamos del machismo y aprendimos cómo tratar a la mujer. Eso está bueno”, dice Tiago, también de quinto año.

Resistencias y negación

Facundo Boccardi explica que en los primeros tiempos hubo resistencia por parte de los docentes. “En muchos casos, no se trataba simplemente de desconocimiento o falta de información, sino de una negación, una voluntad que se empecinaba en no conocer sobre estos temas”, explica.

Dapuez sostiene, además, que los docentes que se oponían se basaban en mitos y prejuicios.

En este punto, Boccardi explica que la sexualidad entendida en sentido amplio –como un entramado histórico, social, corporal y afectivo– pone en juego el posicionamiento personal, las perspectivas morales sobre lo que cada uno considera que está bien o mal.

“Es un trabajo lento. Hay docentes a quienes les cuesta más hablar porque no tienen resuelto el tema desde lo personal”, opina Inés Rittatore, directora del jardín de infantes Gabriela Mistral, de barrio Juniors.

“Invisibles” o tabúes

La implementación de la ley, en verdad, no cumple 10 años. Si bien fue sancionada en octubre de 2006, recién en mayo de 2008 fueron publicados los lineamientos curriculares de ESI, con la creación del Programa Nacional de Educación Sexual Integral.

En 2009, la Nación comenzó a elaborar material y a capacitar. “Los docentes en ejercicio no contaban con formación en la temática y existía, y aún persiste en cierta medida, una resistencia explícita a trabajar el tema”, dice Boccardi.

“Muchas veces esto se hace mecánica y acríticamente repitiendo concepciones restringidas de la sexualidad”, dice Boccardi. Los temas relativos a la diversidad sexual, en general, no son percibidos como algo pendiente o una dificultad. Son tópicos “invisibles” en la currícula.

De todos modos, hay excepciones. En el Ipem 21, María Espíndola, profesora de Matemática incluye cuestiones de género en los enunciados de los problemas. La directora Kloppembur explica que Espíndola dicta algo así: “Juan y Martín compraron 500 gramos de galletitas para sus hijos…” Entonces, los chicos preguntan: “¿No será Martina?” Ella responde: “Es un matrimonio igualitario”. Y dispara el debate.

Fuente: http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/10-anos-de-la-ley-la-educacion-sexual-no-termina-de-arrancar

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La intimidad aparece cuando te quitas la piel, no solo la ropa

Por Arantxa Alvaro Fariñas

Después de una noche de sexo con otra persona a la que no conoces mucho, te despiertas con una sensación extraña. Has disfrutado, mucho, pero falta algo. No te sientes del todo bien contigo mismo, sientes un vacío. De hecho, pocos vacíos hay tan peculiares como este, pocas veces se echa tanto de menos a la intimidad como en estos momentos.

Esa sensación se debe, en la mayor parte de las ocasiones, a que buscas afecto, necesitas sentirte querido y lo haces a través del sexo, pensando que la intimidad de dos cuerpos desnudos es la única intimidad posible, y no es así. De hecho probablemente has abandonado la esperanza de otro tipo de intimidad, por el esfuerzo y el tiempo que cuesta construirla, por le coste que puedes pagar si es traicionada.

Hablamos mucho de sexo y de amor y los confundimos y mezclamos continuamente. Podemos tener una experiencia sexual muy placentera con alguien sin necesidad de que exista una relación de amor. La psicóloga Silvia Olmedo dice que el deseo sexual se puede dar sin amor y sin ningún otro tipo de afecto o emoción.

Sin embargo, los encuentros sexuales frecuentes, con todo lo que conllevan en cuanto a deseo, emociones, intimidad, sexo, pueden ser la base de una relación de amor romántico. No es extraño que tras la repetición de estos encuentros, poco a poco nazca la conexión y la complicidad entre la pareja.

La intimidad es mucho más que una noche de pasión

“Intimus” en la palabra latina que significa algo como “lo más interior”, “lo más profundo”. Es decir, se refiere a nuestro mundo interior, a aquel que no mostramos a los demás. Guardamos nuestros miedos, nuestros sueños, lo que nos ilusiona y lo que nos avergüenza. Lo guardamos porque de confiarlo a la persona inadecuada, nos exponemos a heridas profundas.

La intimidad con otra persona implica dar a conocer tu mundo interior y que el otro te de a conocer el suyo, complicidad, conocerse con tiempo, tener curiosidad por saber quién es esa persona, seducir. La intimidad se produce dando un paseo, charlando en una cafetería, cocinando una cena juntos, viajando, enviando un mensaje para saber qué tal está esa persona.

El sexo también es una manifestación de intimidad, pero no es la única. La intimidad, en general, tanto en el sexo como fuera de él, supone una situación en la que nos sentimos cómodos y seguros. Un espacio creado en el que somos nosotros mismos y no tenemos miedo.

Si lo piensas detenidamente, cuando conoces a una persona, no sabes nada de ella y al pasar el tiempo te das cuenta de que muchas cosas no son como tú pensabas, sino que son distintas y, a veces, mejores. También sientes que tú eres distinto porque has abierto tu corazón a esa persona.

La intimidad se alcanza cuando no hacen falta palabras. Es suficiente con una mirada para entender lo que el otro piensa, cuando te olvidas del reloj y dejas que pasen los minutos y las horas, cuando el tiempo parece que se ralentiza con cada gesto de cariño y de afecto.

¿Tenemos miedo a la intimidad?

En la sociedad actual todo va demasiado deprisa y en cuanto conoces a una persona puedes plantearte la posibilidad de un encuentro sexual, sin que sobre él exista la condena social de tiempos pretéritos. Puedes temer que la otra persona descubra tus secretos, tienes miedo a que te rechacen de nuevo y en cuanto surge un poco de intimidad emocional, huyes.

La intimidad nace cuando pierdes el miedo a mostrarte, a que otra persona vea tus defectos y te enseñe los suyos y eso requiere tiempo y paciencia. No es suficiente con que desnudes tu cuerpo si no te quitas la piel: hablamos de un proceso de conocimiento mutuo que requiere meses e incluso años.

Cuando la intimidad existe entre dos personas, el sexo mejora porque se convierte en una demostración de deseo, cariño, afecto y amor. La intimidad no solo invade la cama sino todo lo que rodea a la pareja, su día a día, sus miradas y sus caricias.

Sucede lo mismo con los amigos, cuando conoces a una persona con intereses afines sientes cierta conexión, comienzas a compartir, a hablar, a descubrir a esa persona y con el tiempo se forja una amistad profunda y sincera.

Superar el miedo a tener intimidad con una persona supone gestionar ese temor y saber que siempre que mostremos nuestra alma, nuestro corazón corremos un riesgo. Sin embargo, ese riesgo es necesario para vivir, para conocernos y para disfrutar de nuestra existencia.

Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/la-intimidad-parece-cuando-te-quitas-la-piel-no-solo-la-ropa/

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