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Colombia: Agitadas elecciones en Universidad de Pamplona

Cucuta7Días/12 de mayo de 2016/Por Juan Diego Restrepo E.

La renovación del Consejo Superior Universitario se ha convertido en una disputa política rodeada de aparente corrupción en el proceso electoral. ¿Qué está en juego?

La Universidad de Pamplona, en Norte de Santander, es una de las más importantes de esa región y su oferta atrae a estudiantes de todo el país, quienes ven en este centro educativo una opción para iniciar su camino a la profesionalización. Sin embargo, entre telones, hay una agitada actividad política para nombrar nuevo rector, quien deberá regir los destinos de esta institución entre 2017 y 2020.

En ese proceso se debe renovar el Consejo Superior Universitario, razón por la cual hay que elegir nuevos representantes de egresados, docentes y estudiantes, pues los actuales ya acaban su periodo de dos años. Quien quiera ser rector sabe que allí hay tres votos claves para sus propósitos. Los otros sufragios vienen del representante de los exrectores, que nombrarán a su vocero en agosto próximo, así como de los delegados de la Presidencia de la República, el Ministerio de Educación, el Gobernador de Norte de Santander, el sector productivo y de las autoridades académicas.

La escogencia de cada uno de los representantes de egresados, docentes y estudiantes se hace mediante un proceso electoral en el que se habilitan urnas, jura dos de votación, testigos electorales. Es un mecanismo que, en principio, es democrático, pero que, como toda elección de esas características, padece los males de la manipulación para beneficiar intereses particulares.

Muestra de ello fueron las elecciones realizadas el pasado 7 de mayo, cuando fueron convocados a las urnas cerca de 76 mil egresados en 20 ciudades del país para que eligieran su representante al Consejo Superior Universitario. No fue un proceso transparente, según denunciaron algunos sectores.

Evidencia de esas sombras de corrupción arrancan por la ausencia de un listado de votantes por mesa, lo que permitía que alguien podía votar en varias mesas sin ningún tipo de restricción; asimismo, no se dispuso de una base de datos depurada y actualizada, lo que a juicio de los denunciantes permitía la suplantación o doble votación. Quienes tuvieron la oportunidad de revisar el documento, observaron que había personas fallecidas y otras estaban doblemente registradas por aquello de que han cursado o más carreras.

Otra de las anomalías denunciadas está relacionada con la no utilización en esta jornada electoral de un software que permite sistematizar la base de datos, lo que habría facilitado que un egresado pudiera votar varias veces en diferentes ciudades; por ejemplo, en Cúcuta y Pamplona, en Bogotá y Cajicá o en Fundación y Santa Marta. Si bien hubo requerimientos con varias semanas de anticipación para que se habilitara ese sistema, no hubo respuesta alguna.

También se denunció que en algunas mesas de votación no hubo bases de datos disponibles, lo que impedía confirmar a los sufragantes. Un caso puntual fue el de Maicao, en Guajira, donde todo aquel que se presentara con cédula de ciudadanía o carné podía votar sin verificación previa. La anomalía fue registrada por el testigo electoral Carlos De Luque.

Otro de los fenómenos que observaron los denunciantes es que las bases de datos en las que estaban registrados los potenciales votantes no fueron subrayadas a la hora de sufragar, que es uno de los mecanismos más simples de control para evitar que una persona vote dos o más veces. Así lo dejaron registrado dos jurados electorales en una de las actas de escrutinio.

Las presuntas irregularidades denunciadas también pasaron por obstaculizar el ingreso de los testigos electorales a cumplir con sus funciones, entre ellas verificar la transparencia del proceso de votación y conteo de votos, pese a que estaban previamente autorizados por el Comité Electoral. Cintas de seguridad, miembros de la Fuerza Pública y presencia de funcionarios de la administración habrían impedido sus labores.

Este proceso electoral también estuvo enrarecido por los ataques a través de Internet contra una de las candidatas a la Rectoría y su círculo de colaboradores, sindicándolas de “guerrilleras” y “comunistas”, buscando con ello desprestigiar sus nombres y su propuesta. Para reforzar sus intimidaciones, se han creado perfiles falsos en redes sociales.

Bajo ese ambiente se deberán realizar hoy las elecciones del representante de los docentes y el próximo 27 las de representantes a estudiantes. Se presagia una intensa actividad para que estos procesos sean transparentes ante lo ocurrido con los egresados, que será impugnada por quienes se vieron afectados.

No es nuevo este ambiente opaco en la Universidad de Pamplona. El año pasado escribí sobre hechos de corrupción ligados a la venta de títulos profesionales, oferta irregular de ingresos al programa de Medicina, falsificación de pruebas de suficiencia en inglés, vulneración del sistema de notas de estudiantes, fraudes y venta de pruebas en concursos de jueces, procuraduría y directores de hospitales en el país.

Tales denuncias han sido presentadas ante diversas autoridades, locales, regionales y nacionales, entre ellas a la Fiscalía, la Procuraduría y la Contraloría, sin que se conozcan, a la fecha, algún tipo de sanción contra los responsables de esos hechos.

La Universidad es un botín atractivo para los corruptos. Además de tener bajo su responsabilidad diversos concursos de méritos, que exigen un alto nivel de transparencia, es la principal universidad de la región, que dinamiza la economía de Pamplona, donde está la sede principal; cuenta con un presupuesto anual de más de 110 mil millones de pesos; tiene capacidad de contratación y vinculación de más de 700 docentes provisionales, 330 profesores de cátedra y por lo menos 500 profesionales por orden de servicios para laborar en diversos proyectos.

No es despreciable lo que está en juego. Por eso, quien llegue a la Rectoría de esta institución debe ser un funcionario con las mejores calidades humanas y profesionales para superar ese oscurantismo que desde hace varios años rodea la institución y le dé el verdadero valor a un centro educativo que es patrimonio de Norte de Santander. No debe admitirse a quien lastima y perjudica su buen nombre y lesiona los intereses de la comunidad académica.

 

Fuente: Tomado de: Revista Semana

http://cucuta7dias.com/empoderemonos/elecciones-unipamplona/

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La Justicia bloqueó el ingreso irrestricto a la universidad Educación. Una ley sancionada al final del kirchnerismo

ElClarin/12 de mayo de 2016

Lo decidió un juez, ante un amparo de la Universidad de La Matanza. La institución había pedido anular dos artículos de la Ley de Educación Superior por violar la “autonomía universitaria”.

La corte federal suspendió la vigencia de dos artículos de la Ley de Educación Superior Nº 27.204, que habían sido modificados en octubre, poco antes de las elecciones, por un proyecto de la ex diputada Adriana Puiggrós. La reforma de la ley estableció expresamente la gratuidad de las universidades públicas y prohibió los exámenes de ingreso eliminatorios. Ahora, esta segunda disposición –el ingreso irrestricto– quedó anulada con el argumento de que violaba la “autonomía universitaria”.

El fallo del juez federal Pablo Cayssials suspendió los artículos 2 y 4 de la Ley, que establecían que el Estado debe “garantizar la igualdad de oportunidades y condiciones en el acceso, la permanencia, la graduación y el egreso”, y que “todas las personas que aprueben la educación secundaria pueden ingresar de manera libre e irrestricta” a la universidad. La decisión judicial se dio a raíz de un recurso de amparo de la Universidad de La Matanza (UNLAM). Dicha Universidad consideró que los nuevos artículos violaban la autonomía universitaria y que iban a generar “desfinanciamiento” del sistema y a “bajar la calidad educativa”, según explicó el rector de la UNLAM, Daniel Martínez.

“Es una ley demagógica, que apela al facilismo y confunde a la sociedad. Nosotros planteamos que vulnera el principio de autonomía universitaria porque fija un régimen de permanencia, graduación y acceso a la universidad, cuestiones que deben ser definidas por cada institución”, agregó Martínez. El fallo alude al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, suscripto por Argentina, que reconoce “el pleno ejercicio del derecho a la educación superior, pero sobre la base de la capacidad de cada uno”.

Cada año se anotan en la UNLAM unos 24 mil alumnos, de los cuales ingresa el 60%, informó la Universidad. “No tenemos aulas, ni capacidad financiera ni docentes para recibirlos a todos. La ley no preveía fondos para garantizar el acceso irrestricto”, argumentó Martínez. Y añadió: “Establecer la gratuidad por ley es redundante: la universidad pública es gratuita de hecho desde 1949, y eso está garantizado por la Constitución”.

La reforma del año pasado, que modificó la Ley N° 24.521 de 1995, surgió de un conflicto entre la Universidad Nacional de La Plata y la Facultad de Medicina de esa universidad, que tenía un curso de ingreso muy eliminatorio (ver aparte). Según estimó Marcelo Rabossi, investigador de la Universidad Di Tella, “el único cambio que promovió la ley es que el viejo curso de ingreso se convierta en el primer año de la carrera. Ya no hay ingreso eliminatorio, pero te ‘eliminan’ en primer año”.

La autora de la ley, Adriana Puiggrós, defendió los artículos suspendidos: “Me preocupa que un fallo y un rector sostengan que la autonomía universitaria está por encima del derecho a la educación superior”. La pedagoga y ex legisladora explicó que la ley autorizaba a cada universidad “a definir sus mecanismos de ingreso” y que “no avasallaba la autonomía”, sino que buscaba “ordenar la heterogeneidad del sistema universitario”.

Puiggrós anticipó que la decisión judicial será apelada. “Si hay un problema en la secundaria, hay que resolver ese problema. Pero es inconcebible que la Argentina no pueda garantizar el acceso a la universidad para todos sus ciudadanos”, consideró. Puiggrós señaló que “si una universidad no quiere ser una fábrica de ni-ni, hoy tiene muchas alternativas pedagógicas y metodologías que permiten retener a los alumnos”, y mencionó a las universidades de Quilmes, General Sarmiento y Florencio Varela como “ejemplares” en ese sentido.

Mientras el juez decide sobre la cuestión de fondo, el amparo está vigente. La Cámara en lo Contencioso Administrativo rechazó ahora un pedido de apelación del fiscal, y en su resolución advirtió que el Ministerio de Educación dio “instrucciones de no apelar la sentencia”, con lo cual la respuesta que recibió la UNLAM deberá mantenerse también para otros “casos similares en los cuales se halle en contradicción los artículos de la Ley de Educación Superior cuestionados”.

Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/Justicia-bloqueo-ingreso-irrestricto-universidad_0_1574842707.html

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Así se elaboran los rankings mundiales de universidades

Por: Shirabe Masashi

El Gobierno de Abe Shinzō se ha fijado, como una de las metas cuantificables que guiarán su política universitaria, situar al menos 10 universidades japonesas entre las 100 que comandan los rankings mundiales. Pero, ¿es esa una meta correcta? Un investigador que conoce a fondo los criterios utilizados en los rankings nos previene contra una excesiva fe en estas mediciones.

Los rankings penetran en las políticas de ciencia y tecnología

El periódico Nihon Keizai Shimbun publicó en su edición matinal del 2 de noviembre de 2015 un artículo impactante, que informaba de que el Gobierno de Japón había decidido introducir en la quinta etapa del Plan Básico de Ciencia y Tecnología, plan rector de la política del país en esos campos durante los próximos cinco años, metas cuantificables para medir los resultados, y que una de las mediciones concretas que se realizarían sería la posición que ocupan las universidades japonesas en los rankings mundiales.

En la propuesta presentada el 10 de diciembre, juntamente con el informe sobre el Plan Básico, por el Comité de Estudios Especializados para el Plan Básico (órgano del Consejo de Política Científica, Tecnológica e Innovación), la expresión que aparece no es “rankings mundiales de universidades” sino “comparaciones internacionales entre universidades”, pero si con esto se pretende significar lo primero, nos vemos obligados a decir que esta decisión no va a atajar el problema.

La idea de introducir en las políticas oficiales de nuestro país esos rankings como metas cuantificables cuajó por primera vez en la Estrategia de Revitalización de Japón, y ahí es donde encontramos el origen del error que se está cometiendo ahora.

A la citada estrategia vino a sumarse el objetivo ideado y hecho público en junio de 2013 por el Consejo de Competitividad Industrial de colocar, a lo largo de los próximos 10 años, 10 universidades japonesas entre las 100 que encabezan los rankings mundiales. Este es el curso que ha seguido la idea de introducir dichos rankings entre las metas de planes, programas, políticas y medidas oficiales.

Rankings que favorecen a las universidades más grandes

Actualmente, los tres rankings más ampliamente difundidos son el Ranking Académico Mundial (ARWU) que comenzó a publicar la Universidad de Shanghai Jiao Tong en 2003, los World University Rankings (Rankings THE) de la revista Times Higher Education, desde 2004, y los QS World University Rankings la compañía QS, desde 2010(*1).

Sin embargo, personalmente, creo que el primero de ellos el ARWU no debe ser tenido en cuenta. Tengo varias razones, pero creo que lo que más estropea este ranking es el hecho de que el 90 % de los factores que conforman la puntuación están definidos de forma que, supuesta la igualdad en el resto de los factores, resultan proporcionales al tamaño de la universidad.

El ranking está hecho de una forma tan extraña que si, por ejemplo, fundiéramos las siete instituciones japonesas que antiguamente formaban la Universidad Imperial (Teikoku Daigaku), obtendríamos quizás la universidad número 1 del mundo. Los otros rankings citados, el THE y el QS, si bien en menor medida que el ARWU, cojean del mismo pie, pues el principal elemento que se tiene en cuenta en las puntuaciones, la reputación, depende(*2) igualmente del tamaño de la universidad.

Los rankings THE y QS se elaboran siguiendo un método similar y sus resultados tienden a parecerse mutuamente, aunque tampoco son totalmente iguales, como se ha visto este año en el hecho de que, mientras que el THE incluía solo dos universidades japonesas entre las 100 mejores del mundo, el QS daba el pase a cinco. También se dan en estos rankings algunos fenómenos difíciles de explicar, como que la institución en la que trabajo, el Instituto Tecnológico de Tokio, haya logrado encaramarse este año hasta el puesto 56 en el QS, mientras que en el THE ha sufrido una fuerte caída hasta quedar relegada al bloque 201-250.

Por muy similares que puedan ser los métodos de cálculo, se trata de rankings elaborados desde perspectivas diferentes y, por tanto, es lógico que los resultados no sean los mismos. Es, precisamente, esa variación que puede ocurrir en función del punto de vista adoptado lo que caracteriza a estos rankings y a cualquier otra forma de valoración. Pero, aun conviniendo lo anterior, sigue habiendo en ellos algo que no convence del todo.

La errónea idea de que el desconocimiento perjudica a los centros japoneses en los rankings

La Tabla 1 muestra los indicadores que son objeto de valoración y el peso relativo o porcentaje que se concede a cada indicador en el cómputo general en los rankings THE y QS. Como se ve, en un ranking hay más indicadores que en el otro, pero ambos coinciden en otorgar el mayor peso relativo a la encuesta en la que se pregunta por la reputación de las universidades. Los siguientes indicadores que más influyen sobre la valoración final son los que incluyen la frecuencia de cita(*3), es decir, el número de veces que son citados los trabajos académicos (tesis, etcétera) producidos por esas universidades. A partir de lo anterior se suele señalar que podría ocurrir que el bajo nivel de conocimiento de las universidades japonesas estuviera condicionando muy negativamente su valoración.

Tabla 1 Criterios utilizados en los rankings y sus pesos relativos

THE
Categoría Indicador Peso relativo
Docencia Encuesta sobre reputación 15 %
Razón docentes/alumnos 4,5 %
Razón doctorados/graduados 2,25 %
Razón doctorados/personal docente 6 %
Ingresos institucionales 2,25 %
Investigación Encuesta de reputación 18 %
Ingresos por investigaciones 6 %
Razón trabajos presentados/investigador 6 %
Número de citas Citas por trabajo 30 %
Internacionalidad Razón alumnos extranjeros/nacionales 2,5 %
Razón docentes extranjeros/nacionales 2,5 %
Proporción de trabajos en colaboración internacional 2,5 %
Ingresos recibidos de las empresas Razón ingresos industriales/personal docente 2,5 %
QS
Indicador Peso relativo
Reputación académica 40 %
Reputación entre las empresas 10 %
Razón alumnos/docentes 20 %
Razón citas/docente 20 %
Proporción de alumnos extranjeros 5 %
Proporción de docentes extranjeros 5 %

THE, paralelamente, hace público cada primavera una serie de rankings que tienen en cuenta solo la reputación. Sus resultados nos revelan que, al menos en lo que se refiere a la Universidad de Tokio y a la de Kioto, es falsa la idea de que se están viendo perjudicadas. El siguiente gráfico muestra, en el eje de abscisas (horizontal) los resultados obtenidos en la encuesta de reputación y en el de ordenadas (vertical) la puntuación total obtenida por las 50 universidades que ocupan las primeras posiciones en el ranking THE de 2014. La curva muestra la regresión logarítmica. Las universidades que aparecen situadas en la parte interior de la curva son aquellas cuya reputación fue valorada, proporcionalmente, por encima de la puntuación total que obtuvieron. Las que están en el caso contrario (peor reputación en proporción a la puntuación total) quedan en la parte exterior de la curva. Se ve claramente que las dos universidades citadas, marcadas en color amarillo, lejos de resultar perjudicadas por la encuesta de reputación, se han beneficiado de ella.

Cambio de criterios produce fuerte bajada de las universidades japonesas

Los resultados de los rankings elaborados por THE y QS para 2015 trajeron grandes variaciones para las universidades japonesas, especialmente el primero de ellos. En el THE, la Universidad de Tokio bajó del puesto 23 al 43, la de Kioto del 59 al 88 y el Instituto Tecnológico de Tokio cayó del puesto 141 a la banda comprendida entre el puesto 201 y el 250. La Universidad de Osaka, que estaba en el 157, cayó a la banda 251-300 y la Universidad de Tohoku (165) a la 201-250. La debacle afectó, pues, a todas las universidad japonesas. En el ranking QS, si exceptuamos el Instituto Tecnológico de Tokio y la Universidad de Waseda, que ascendieron, el resto perdió muchas posiciones. Esta variación refleja un cambio en el método de calcular el número de veces que fueron citados los trabajos académicos producidos por cada universidad, que es el segundo indicador más valorado, después de la reputación.

Hasta ahora, en el ranking QS no se tenían en cuenta las grandes diferencias en el número de citas recibidas existentes entre un campo de investigación y otro. 2015 fue el primer año en que se tuvo en cuenta este hecho, procediéndose a hacer una rectificación (compensación numérica). A consecuencia del cambio, descendió el influjo relativo de campos como las ciencias de la vida o la medicina, ascendiendo el de otros campos como la ingeniería. Todo ello quedó reflejado en los resultados finales.

Por su parte, el ranking THE, en el apartado del número de citas, venía haciendo una rectificación numérica por país(*4) que tenía en cuenta el influjo de su lengua, cultura, etcétera. En esa misma edición de 2015 se moderó, hasta reducirla a la mitad, la magnitud de la rectificación que se venía haciendo. Fruto de este cambio, las puntuaciones en el apartado de “citas recibidas” de las universidades japonesas, que se sitúan por debajo de la media mundial, experimentaron, sin excepción, un fuerte bajón. En el ranking THE se introdujeron otros muchos cambios además del que afecta al número de citas recibidas y resulta difícil hacerse una idea precisa de cómo afectan al resultado cada uno de esos cambios.

Se comprenderá, en vista de todos estos hechos que vengo exponiendo, que estos rankingsmundiales que varían de tal forma en virtud de los planteamientos de quienes los elaboran no deberían causarnos una impresión demasiado honda ni para bien ni para mal, no deberían influir nuestras actuaciones, y menos aún deberían llevarnos a convertir la posición que nuestras universidades ocupan en ellos en objetivos cuantificables de nuestras políticas. Dicho lo cual, quisiera llamar la atención sobre la penosa situación en la que se encuentra la universidad japonesa, una realidad subyacente en todos estos rankings.

Las universidades asiáticas van a dar alcance a las japonesas

Impulsado por la lectura de cierto artículo periodístico, quien suscribe estas líneas recogió, el pasado otoño, una serie de datos de la base de datos bibliográficos Scopus. Los resultados los muestro en la Tabla 2 , que expone(5) el número de trabajos académicos que fueron citados más de 1.000 veces por universidades(6).

Tabla 2 Número de trabajos citados más de 1.000 veces

Publicados entre 2000 y 2014 Publicados entre 2008 y 2014
Universidad de Tokio 74 19
Universidad de Kioto 47 9
Universidad de Pekín (China) 14 8
Universidad Nacional de Singapur 31 16

Vemos que durante el largo periodo que va desde el año 2000 hasta prácticamente el momento presente (2014) la posición ocupada en el contexto de Asia por las dos universidades japonesa es muy destacada. Sin embargo, la medición para el periodo 2008-2014 nos indica que las principales universidades asiáticas, que últimamente están recibiendo un fuerte apoyo estatal, podrían estar próximas a dar alcance a las japonesas. Otros muchos datos apuntan a esa misma posibilidad. Sería deseable que las universidades japonesas obtuviesen un apoyo oficial similar.

Los rankings mundiales de universidad presentan numerosos problemas en sí mismos, pero muchos indicativos y otros datos relacionados que se ocultan tras ellos podrían estar señalándonos hechos que merece la pena analizar seriamente.

Fotografía del titular
El Auditorio Yasuda de la Universidad de Tokio (izquierda) y el Pabellón Memorial de la Torre del Reloj, de la Universidad de Kioto (derecha).

(*1) ^ Hasta 2009, la compañía QS colaboraba en la elaboración del Ranking THE, pero la colaboración terminó ese año y desde 2010 elabora sus propios rankings.

(*2) ^ De hecho, si el Instituto de Tecnología de California, número 1 en el ranking THE en 2015 y 2016 no obtuvo un buen puesto en el ranking específico de reputación fue, probablemente, por su pequeño tamaño.

(*3) ^ La forma de entender la estandarización del número de citas difiere entre THE y QS y esta es la causa de las grandes diferencias en los puestos que ocupan las universidades japonesas en uno y otro ranking.

(*4) ^ No se ha explicado suficientemente en qué consiste esta rectificación por país, lo cual supone un problema.

(*5) ^ El método que se sigue habitualmente no considera las citas en número absolutos sino en porcentajes, pero los trabajos citadas más de 1.000 veces merecen una consideración especial. Además, en tanto sea alto ese número, cabe pensar que la investigación realizada en ese trabajo es líder en su campo. No obstante, debido a la gran cantidad de factores que intervienen, la medición no deja de ser un indicativo aproximado.

(*6) ^ Debe tenerse en cuenta que, al haberse hecho las búsquedas por observación ocular de los nombres de las universidades, cualquier error o deficiencia en la anotación ha podido afectar al cómputo.

*Articulo tomado de: http://www.nippon.com/es/in-depth/a05102/#auth_profile_0

 

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España: El Consejo Escolar del Estado pide al Gobierno que aumente las becas

ElMundo/12 de mayo de 2016

El Ministerio pone más dinero que antes y hay más becados, pero la cuantía media ha bajado. El Gobierno modifica la ley para que los universitarios que cambian de carrera también tengan becas.

El Consejo Escolar del Estado ha pedido al Gobierno que aumente la cuantía media de las becas para el curso que viene. Esta partida está congelada desde hace cuatro años, cuando cambió el sistema de reparto de las ayudas al estudio. El Ministerio de Educación pone más dinero que nunca y hay más becados que antes, pero la cuantía media que llega al bolsillo de cada estudiante ha bajado.La Comisión Permanente del máximo órgano consultivo del Gobierno en materia educativa ha aprobado este jueves incorporar a su Ponencia una docena de enmiendas presentadas por la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (Canae), que agrupa a 300 asociaciones de alumnos de Secundaria y Universidad.En las enmiendas, a las que ha tenido acceso EL MUNDO, el Consejo Escolar del Estado pide al Ministerio de Educación que eleve la cuantía variable de las becas de los 60 euros actuales a 150 euros como mínimo y la cuantía fija de los 1.500 actuales para los universitarios a 3.500 euros.

También proponen recuperar la cuantía fija ligada al desplazamiento que antes existía, al considerar que los alumnos que estudian lejos de donde viven tienen que afrontar «un gasto importante que debe ser cubierto para garantizar la igualdad de oportunidades». Para ello proponen 192 euros adicionales para quienes se desplacen de cinco a 10 kilómetros de distancia de su lugar de residencia; 386 euros para quienes se desplacen de 10 a 30 kilómetros; 763 euros para los que se desplacen de 30 a 50 kilómetros, y 937 euros para quienes vayan más allá de 50 kilómetros. Y piden, además, 2.556 euros adicionales ligados a la residencia.

El Consejo Escolar también plantea al Gobierno que habilite beca en los créditos en los que los estudiantes se hayan matriculado «por segunda vez», ya que el sistema actual exige, por un lado, la matriculación de todos los créditos, y, por otro, excluye las segundas matrículas, produciéndose una «incongruencia». En la reunión de la Comisión Permanente se ha debatido, asimismo, el proyecto de real decreto sobre las reválidas de la ESO y Bachillerato, que el ministro en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, discutirá mañana en la Conferencia Sectorial de Educación. La mayoría ha respaldado este decreto y los cambios que se han realizado al borrador han sido «muy técnicos» y de «escasa relevancia».

Fuente: http://www.elmundo.es/sociedad/2016/05/12/5734b539ca4741176f8b4611.html

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Argentina: Docentes y Estudiantes Universitarios Marchan en Defensa de la Educación Pública y la Dignificación del Salario Docente

VOCES UNIDAS EN PRO DEL DERECHO A LA EDUCACIÓN PÚBLICA.

Argentina/12 mayo 2016/Autora: María Magdalena Sarraute. Prensa OVE/ Fotografías: Alberto Croce. Docente Argentino

IMG-20160512-WA0016A las 16:30 en Argentina, inició una de las marchas más históricas en pro de la defensa de la educación pública, mejoras salariales y mayor inversión en educación.

Histórica, ya que tenían más de 15 años que todas las federaciones y gremios docentes y decenas de federaciones y centros de estudiantes de las universidades públicas no se unían para ser una misma voz y hacer un reclamo colectivo.

La Conadu histórica, UDA, Fedum, Conadu,  Ctera  y Fagdut, sindicatos de docentes universitarios se reunieron y marcharon ésta tarde junto con las organizaciones estudiantiles desde la Plaza Houssay, hasta el Ministerio de Educación, mejor conocido como el Palacio Pizzurno, después del fracaso de la sexta reunión paritaria y la crisis presupuestaria detonaron un conflicto de alcance nacional.

El movimiento universitario día tras día fue captando más adhesiones por los claros síntomas de crisis presupuestarias, la eliminación de programas financiados por la nación, destiempos en los pagos y la disminución o recortes en las partidas. Lo que hizo que terminará de explotar la situación crítica, fue cuando la UBA aprobó en su Consejo Superior un presupuesto que no contenía alguno el aumento salarial.

Clases públicas y protestas de calle están desde Tierra del Fuego hasta Santiago del Estero, los movimientos estudiantiles han apoyado a sus docentes y han incluido sus reivindicaciones propias, como el boleto educativo provincial en La Plata.

Macri ha unido lo que parecía imposible y ha generado un movimiento de lucha cuya fuerza es impredecible, que tienen una capacidad grandiosa de causar molestias sociales y promover sentimiento de solidaridad, aunque había hecho todo lo posible por desconfigurar y desvanecer la lucha en algunas universidades, comprando voluntades rectorales,  el movimiento en vez de caer, se potenció, incluso rectores peronistas del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) señalaron su insuficiencia.

Sin duda alguna, hoy ha sido un día histórico en Argentina, los defensores y defensoras de la Educación Pública, han dicho con sus acciones No al Apagón Pedagógico Global, que se viene dando en diferentes parte del mundo.

 

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Los retos de las universidades japonesas

Por: Suzuki Kan (Hiroshi)

El desconcierto sigue reinando en la educación superior japonesa, acuciada por problemas como la falta de salidas laborales para los nuevos doctores (el llamado problema posdoctoral) o el fracaso de las escuelas de posgrado de derecho. La universidad se encuentra ante la necesidad de reformar sus estrategias con medidas como adaptar los exámenes de acceso al panorama global. En este artículo el experto en políticas educativas Suzuki Kan analiza el trasfondo y la dirección de las reformas universitarias en Japón.

Reformas que provocan confusión

Antes de empezar permítanme realizar un apunte sobre la idiosincrasia de las políticas educativas en Japón: aunque las nuevas políticas suelen aplicarse con éxito cuando pueden ejecutarse exclusivamente en el seno del Ministerio de Educación, los comités educativos o la comunidad escolar, la confusión reina cuando se trata de introducir nuevos sistemas abiertos que implican a terceras partes. Los nuevos sistemas educativos conllevan desconcierto porque se introducen sin un buen plan de acción concreto que defina variables cuantitativas como a cuántos estudiantes se aplicarán o qué resultados se esperan.

Un buen ejemplo de política que se ha llevado a cabo con éxito dentro de la comunidad educativa es la mejora del nivel académico de los estudiantes de 15 años. En 2012 Japón obtuvo la puntuación global más alta de los 34 países que participaron en el informe PISA —un estudio sobre el nivel académico que realiza la OCDE cada tres años—, superando a Finlandia en todas las materias evaluadas. Las actividades de lectura matutina que se llevan a cabo con diligencia en las escuelas primarias de todo el archipiélago han rebajado la tasa de estudiantes de primaria que no leen (es decir, niños que no leen ni un libro al mes) hasta el 3,8 %. La media de lectura de los niños de primaria japoneses es de 11 libros al mes, dato que ilustra la exhaustividad de las medidas de fomento de la lectura.

Los problemas de las escuelas de posgrado de derecho y los posdoctorados

Las dificultades que actualmente experimentan las escuelas de posgrado de derecho y los posdoctorados son ejemplos de políticas educativas de tipo abierto fracasadas. Primero el intento de ampliar la escasa plantilla de abogados del país mediante una serie de medidas aprobadas por el Gabinete falló por la oposición de la Federación de Colegios de Abogados de Japón. Y luego se rebajaron los requisitos para la constitución de nuevas escuelas de posgrado de derecho confiando en que la competitividad regularía la situación, pero se acabó generando un exceso de centros poco cualificados.

Algo parecido sucedió con la ampliación de los programas de posgrado. La iniciativa iba bien encaminada, ya que en el mundo hay cada vez más trabajos que requieren una formación doctoral. Sin embargo, las estrecheces financieras del Gobierno frenaron la creación de plazas en las universidades y los centros de investigación para los nuevos doctores, que tampoco encontraron su lugar en la empresa privada ni lograron abrirse camino como emprendedores. Así surgió lo que en Japón se conoce como el problema posdoctoral, que es la falta de salidas laborales con las que los nuevos doctores puedan explotar sus competencias.

Así pues, aunque al principio el lanzamiento de los nuevos sistemas educativos atrajo a un buen número de estudiantes con potencial, la falta de oportunidades laborales de los nuevos graduados acabó sembrando un clima de decepción que ahuyentó a los estudiantes cualificados de las siguientes generaciones. También el sector empresarial acabó decepcionado ante la escasez de graduados bien preparados para los puestos que habían creado.

En el trasfondo de este problema yace la costumbre de elaborar los presupuestos de educación de año en año y el protagonismo excesivo que otorgan las autoridades y los medios de comunicación a las políticas más “vistosas”. En su primer año de lanzamiento las políticas estrella suelen recibir los fondos necesarios, pero a partir del año siguiente el presupuesto se empieza a limar para fundar la siguiente remesa de políticas abanderadas. Eso obliga a lanzar políticas sin contar con la preparación suficiente. Sería mejor asignar los presupuestos de educación por quinquenios, pero el Ministerio de Finanzas se niega a adoptar ese sistema.

La priorización de las ciencias

Como desde el fin de la Segunda Guerra Mundial Japón ha venido dando prioridad a la financiación de la educación científico-técnica, los departamentos de ciencias e ingeniería de las universidades nacionales han conseguido mantener una proporción entre estudiantes y profesores a la par con la de los países líderes del mundo. Además el sistema de seminarios de investigación, en que los investigadores veteranos tutorizan a los novatos, ha permitido formar investigadores muy bien preparados.

Desde el año 2000 Japón ha cosechado una buena remesa de premios Nobel, algunos de los cuales procedían de universidades públicas regionales; son ni más ni menos que los frutos de décadas de generosa inversión en la educación y la investigación científico-técnica.

Las universidades públicas japonesas se mantienen entre las primeras del mundo en el número de citaciones de artículos científicos: la Universidad de Tokio es la tercera en el campo de la física, la Universidad de Kioto es la cuarta en química, la Universidad de Osaka es la cuarta en inmunología y la Universidad de Tōhoku es la quinta en ciencia de materiales. Pero existen fuertes dudas sobre si Japón podrá mantener estos niveles en el futuro. Hoy en día los estudiantes más prometedores se marchan a trabajar a la industria tras terminar la maestría, y solo un 9,9 % continúa estudiando el doctorado. Mientras que otros países impulsan su inversión en educación superior e investigación, el presupuesto japonés lleva 15 años congelado, por lo que las universidades y los centros de investigación no han podido crear nuevas plazas para las nuevas horneadas de doctores.

Para que los posdoctorados japoneses puedan participar en la empresa privada, ser emprendedores y competir en el mercado internacional (en las universidades, instituciones de investigación y empresas de los países emergentes), Japón debe mejorar la calidad de su formación doctoral, no solo en términos de capacidad investigadora sino también en la capacidad de comunicación en un entorno global, el diseño y la gestión de proyectos, y la aplicación a la resolución de los problemas de la sociedad. Con ese fin se lanzó el Programa para Escuelas de Posgrado Líderes, que ofrece apoyo a 62 programas de 33 universidades japonesas. La primera promoción de los 3.300 estudiantes matriculados hasta la fecha se graduará en 2017.

Humanidades y ciencias sociales: las grandes olvidadas

Los estudios universitarios de humanidades y ciencias sociales arrastran aún más problemas que los de ciencias. Para empezar, Japón dedica un presupuesto raquítico a la educación superior comparado con los países occidentales; mientras que EE. UU. invierte un 2,6 % del PIB, Japón solo un 1,5 %. Como además Japón ha venido priorizando la inversión en los estudios científico-técnicos, los de humanidades y ciencias sociales llevan varias décadas pasando penurias.

La paupérrima situación de los estudios de humanidades y ciencias sociales se pasó por alto hasta mediados de los años noventa porque las grandes empresas se encargaban de suplir la falta de preparación de los jóvenes que reclutaban formándolos en su propio seno. Sin embargo, tras el estallido de la burbuja económica y la llegada del temporal de los despidos en masa, las empresas se quedaron sin margen para formar a los nuevos empleados. Al mismo tiempo la relajación de las regulaciones de subcontratación de personal impulsó la contratación de personal no regular, en el que las empresas no invierten ningún recurso formativo.

Los recortes de inversión en la formación del personal nuevo por parte de las empresas hicieron que la preparación de los jóvenes trabajadores cayese en picado, y con ello empezaron a crecer las expectativas y las exigencias de la educación superior en las ramas de humanidades y ciencias sociales. Aunque correspondía al Gobierno suplir el vacío formativo dejado por la empresa, las dificultades financieras, la carencia de liderazgo político y la falta de apoyo por parte de los contribuyentes impidieron asignar la inversión necesaria a la formación de las nuevas generaciones de mano de obra.

Una reforma a tientas para las letras

El sector industrial no comparte una opinión unánime sobre qué formación hay que exigir a las universidades ni de qué parte deben encargarse las propias empresas. Existe una postura que aboga por clasificar las universidades en dos tipos, globales y locales, y designar a las locales para impartir la formación vocacional práctica. En una publicación de septiembre de 2015 tituladaEnfoque sobre la reforma de las universidades nacionales, la Federación Empresarial de Japón (Keidanren) señala lo siguiente: “Lo que buscan las empresas no son recursos humanos que estén listos para trabajar de inmediato, sino personas que tengan cierta resistencia física y sentido moral, y que en la escuela primaria y secundaria hayan adquirido una educación amplia y capacidad para identificar y resolver problemas, comunicarse en idiomas extranjeros y expresar sus ideas y opiniones de forma lógica. Una vez en la universidad, esas personas deberán adquirir conocimientos especializados y conocimientos sobre la diversidad cultural y social mediante experiencias como las estancias en el extranjero”.

El Ministerio de Educación debate con tesón reformas educativas relacionadas con la conexión entre el bachillerato y la universidad. En agosto de 2015 el Ministerio señaló la necesidad del aprendizaje activo dirigido a la identificación y la resolución de problemas, así como la urgencia de medidas para mejorar la calidad y la cantidad de personal docente de bachillerato. También lanzó una política para cambiar el enfoque de los exámenes de acceso a la universidad y pasar de los actuales exámenes tipo test, que evalúan conocimientos y técnicas, a exámenes de redacción que evalúen la capacidad de reflexión, juicio y expresión. Paralelamente, en septiembre de 2015 la Asociación de Universidades Nacionales de Japón acordó ampliar al 30 % el cupo de estudiantes admitidos por recomendación del centro de bachillerato, con el objetivo de no limitar la admisión al examen de acceso y otorgar mayor valor a los méritos cosechados durante la secundaria.

El Ministerio de Educación también trabaja en una reforma del currículum universitario para introducir el concepto del aprendizaje basado en proyectos (PLB, por sus siglas en inglés), que nutre las capacidades de resolución de los problemas del mundo real.

Se buscan profesores preparados

La clave para materializar las reformas de las que hablábamos es captar un personal docente cualificado en humanidades y ciencias sociales y mejorar la proporción entre estudiantes y profesores en esas ramas que se han descuidado durante décadas. Para ello es imprescindible aumentar el presupuesto público, la inversión privada y las tasas de matrícula. Sin embargo, en Japón sigue existiendo un estereotipo muy arraigado de la educación universitaria como un período de vacaciones de cuatro años que impide reunir consenso sobre la necesidad de aumentar los fondos para los estudios de humanidades y ciencias sociales.

Por otro lado las empresas no reconocen las universidades de letras (humanidades y ciencias sociales) japonesas como el destino de su contribución. También un sector de los estudiantes de bachillerato más brillantes y los docentes e investigadores más reputados ha despreciado estas instituciones, y cada vez son más los que eligen desarrollar su carrera en universidades estadounidenses.

Ahora bien, las tasas de matrícula de las universidades privadas más prestigiosas de Estados Unidos cuestan diez veces más que las de las universidades nacionales japonesas de humanidades y ciencias sociales. Y además de que en países como Reino Unido, EE. UU. o Australia las tasas universitarias de las universidades públicas son más altas para los estudiantes japoneses que para los autóctonos, las becas también se otorgan prioritariamente a los estudiantes del país. Así que solo los japoneses de mejor nivel económico o académico pueden acceder a estudios de humanidades y ciencias sociales reconocidos internacionalmente. Por eso es crucial garantizar en Japón una educación universitaria a la que puedan acceder cuantos más estudiantes mejor. Y los medios de comunicación deben encargarse de difundir este problema.

La universidad requiere una gestión estratégica

La única forma para las universidades y el Ministerio de Educación de recabar la comprensión y el apoyo necesarios para mejorar el sistema de la educación superior es llevar a cabo iniciativas que engendren éxitos visibles. La gestión estratégica de la universidad levanta grandes expectativas en ese sentido. El Ministerio de Educación ha emprendido acciones como el proyecto Mejores Universidades Globales, el proyecto de apoyo a las universidades investigadoras y el refuerzo de la autoridad de los rectores universitarios (enmienda de la Ley de Educación), con las que se espera imprimir un carácter propio que haga destacar a las universidades japonesas.

A pesar de todo, ¿es posible o conveniente aplicar a la universidad una estrategia de “selección y concentración” como la del sector empresarial? ¿Quién debe hacerse cargo del coste de la reforma y cómo debe hacerlo? Se impone someter estas cuestiones a un debate serio y minucioso entre los distintos actores sociales implicados. Las universidades no deben esperar a que sea el Gobierno quien prepare la mesa para debatir, sino que deben tomar las riendas para emitir su propio discurso, educar la opinión pública y liderar un debate fructífero.

Suponiendo que se lograse decidir la estrategia a seguir, actualmente las universidades carecen de las herramientas necesarias para buscar, formar, explotar, evaluar y gestionar al personal necesario para llevar la empresa a buen puerto. Además, antes que nada urge analizar la gestión universitaria e identificar en qué se parece y en qué difiere de la gestión empresarial y la gubernamental.

En la década de los ochenta el sistema universitario estadounidense se enfrentó a problemas parecidos a los que ahora afronta Japón. El presupuesto nacional de defensa y energía sufrió grandes recortes, y hubo que cambiar radicalmente el modelo de gestión de las universidades. En aquellos tiempos la gestión universitaria empezaba a establecerse como profesión con estudios reglados. Ahora que Japón se ve ante la necesidad de diseñar y poner en marcha un nuevo modelo de gestión universitaria, puede tomar el caso estadounidense como referencia e identificar los puntos que tienen en común y aquellos en los que divergen a causa de los factores contextuales. En cualquier caso, parece que la dolorosa transición del sistema de la educación superior japonesa todavía va a alargarse una buena temporada.

*Fotografía del encabezado: Ceremonia de graduación celebrada en marzo de 2015, en el campus de Hongō de la Universidad de Tokio, con 3.160 participantes. (Cortesía de Jiji Press.)

*Articulo tomado de: http://www.nippon.com/es/in-depth/a05101/?pnum=2

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