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Guatemala: educación y alimentación de nuevo

Por: Beatriz Villarreal.

 

Las estructuras docentes anquilosadas junto a estereotipos pedagógicos que perpetúan la mala calidad, la ineficacia y la ignorancia en sus estructuras han engendrado un tipo de maestro que contradice el positivo y creador origen de toda enseñanza.  Por los resultados que se tienen hasta ahora, los que enseñan se han convertido en personajes sin sustancia, poseedores de conocimientos que no arraigan en su vida, que no configuran su biografía, que no muestran la lucha por el saber y la verdad, en la que parece coexistir con cualquier forma de vinculación pedagógica. Ante un suelo social que ha modificado radicalmente algunos de los elementos como son la rapidez y plasticidad de la comunicación. Hoy en la escuela y ante la televisión, el estudiante oye al mundo,  lo ve y lo siente más fácilmente. Sin embargo, por la inevitable inercia interna de las instituciones educativas y políticas en esta nación, la calidad de la relación pedagógica no ha mejorado, sino que ha empeorado.

La enseñanza mantiene la misma organización tradicional que es la definida como presencial en la que los alumnos aprenden viendo y oyendo pasivamente a los maestros. En los modelos educativos avanzados la comunicación se da cuando las informaciones y el saber viven la temporalidad inmediata de una inteligencia concreta, de un hombre concreto que convierte en voz, en discurso y por consiguiente en praxis el tiempo abstracto de la teoría. (Lledó, 2018, 236-237). La sociedad ideal de la democracia de hoy es educadora e informadora, que hace posible la toma de conciencia de la realidad en la que se está inserto. Novedades  y perspectivas que en el sistema educativo público de este país no logran tener ningún impacto.

Igual es en el aspecto alimenticio. Las tradicionales formas de concentración de la tenencia de la tierra y de la riqueza, de la producción y la alimentación, a pesar de los últimos acontecimientos sociales y ambientales, no han sido tocadas ni un milímetro. El actual gobierno no ha movido su brújula desde que llegó al poder. Por lo que en materia alimenticia lo que se espera es que se fortalezca el hambre y la desnutrición, causa fundamental, junto a la mala educación, de la emigración de los más pobres hacia Estados Unidos.

En educación la formación lleva al mundo de las realizaciones ya que la situación desde la que parte todo acto educativo está determinada por los vínculos que unen al individuo humano con su entorno social y con la naturaleza de la cual emerge. La educación es constituida por el humano y por la cultura. Es producto de la sociedad en la que el individuo está inserto, por lo que ésta es el desarrollo coherente de una serie de posibilidades que le lleven a la realización  de una personalidad libre, autárquica y solidaria, porque como derecho humano, es un proceso cambiante, articulado al paisaje social y a la historia. Su verdadera resolución solo puede darse en el dominio concreto de lo político. Por lo que la educación nunca es inocente, pareciera que el interés de tener un sistema educativo tan débil, mal fundamentado y pobre culturalmente por los actuales gobernantes guatemaltecos  es para que la población juvenil, además de aprender poco, no cuente o adquiera las competencias profesionales y ciudadanas que la califiquen para jugar su papel histórico y no intervenga en la solución de los grandes problemas  que tiene este país. Que cada vez más sobresalen por sus dimensiones y por su profundidad: la pobreza, la desnutrición, el analfabetismo, los escasos y bajos salarios.

Hoy en educación se debe desbordar el espacio cerrado del aula y extender por todas los espacios sociales y económicos, así como cubrir a todas las edades y grupos sociales. Superar el pragmatismo pedagógico y  social del lucro y el corto utilitarismo. Pues esto también deteriora la esencia de la función educadora. Los estudios tienen que estar conectados con las exigencias y necesidades de la sociedad guatemalteca, lo que solo puede hacerse si se eleva la calidad humana e intelectual de las personas. La democracia solo puede madurar,  perdurar y fructificar con las aguas de la educación moderna, ésta es la que permite que sea libre, creadora y solidaria. Estos son los grandes agujeros oscuros que ha mostrado ser irresolubles por cualquier gobierno hasta ahora  en este país.

Pues como dice Lledó “la educación permanente, en manos de quién tenga todavía un resquicio para programar y proyectar liberaciones, es la única posibilidad de humanismo y verdad”. En la que surjan instituciones para las que la mejor la educación es aquella que liberando al fanatismo de la ignorancia, sirva para establecer una  nueva forma de compañía con la naturaleza y para abrir fórmulas que confirmen entre los hombres los vínculos de una nueva fraternidad y racionalidad que tanto urgen especialmente en este país ante la casi irreconciliable división entre ricos y pobres, donde morirse de hambre un niño, es sólo un dato cotidiano que no tiene ninguna relevancia ni significa nada a nadie. Ni llama a la reflexión y a la acción a ninguna institución, supuestamente creada para ello como es el Ministerio de Desarrollo por ejemplo. Sólo se acepta alguna imposición o mandato de organismos internacionales para establecer formas y fondos para destinarlos a estos problemas. Acuerdos que son ejecutados sin ninguna responsabilidad ética  o legal pues los fondos son destinados o sustraídos para actividades poco aceptables.

Fuente del artículo: https://www.horizontegt.com/beatriz-villarreal/2018/12/26/guatemala-educacin-y-alimentacin-de-nuevo-beatriz-villarreal

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Mapas de gran precisión revelan las carencias de África en educación y nutrición infantil

Africa/agenciasinc.es

Las metas de desarrollo en salud y escolarización infantil no se están cumpliendo en el continente africano, pero hay regiones que están aún peor que otras. Con los datos del crecimiento y los logros educativos de niños y niñas en miles de aldeas, un equipo científico ha creado un atlas que detalla las desigualdades dentro de 51 países. Los resultados se publican en la revista Nature, donde Kofi Annan alerta de que los peor parados son las víctimas de guerras y desastres climáticos. La brecha de género también persiste.

En el año 2000 Naciones Unidas acogió la mayor reunión de líderes políticos jamás celebrada. Los 189 estados miembros y las principales instituciones de desarrollo se comprometieron con los Objetivos de Desarrollo del Milenio. El primero de ellos era reducir a la mitad la pobreza extrema y el hambre para 2015, problemas que sufre con especial intensidad el continente africano.

Ahora, investigadores del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME) de la Universidad de Washington, en colaboración con otras instituciones internacionales, han desarrollado mapas de gran precisión que desvelan las disparidades tanto en malnutrición infantil como en educación que afectan a 51 países de África, a pesar de las mejoras generales que se han logrado. Los resultados se plasman en dos estudios publicados en el último número de la revista Nature.

Efectos devastadores de la mala alimentación

La malnutrición puede causar fallos en el crecimiento infantil en forma de atrofia, debilidad y un peso corporal inferior al promedio. Está estrechamente relacionada con la mala salud, un peor desarrollo cerebral y riesgo de muerte prematura. Por otro lado, la educación es otro enfoque de desarrollo clave, que se relaciona con mejoras en el capital humano, la movilidad social, la igualdad de género y la salud para las mujeres y sus hijos.

“Los trabajos anteriores para rastrear estos factores se habían centrado solo en las tendencias a escala nacional, enmascarando la variaciones locales, que como demuestran ambos estudios, resultan muy marcadas”, señalan los autores.

En África subsahariana se ha reducido la desnutrición, pero persisten grandes disparidades dentro de cada país

El equipo liderado por Simon Hay, del IHME, recopiló datos de encuestas y censos sobre logros educativos individuales, así como la edad, estatura y peso de niños de miles de aldeas. Luego utilizó una técnica de modelado geoespacial para combinar estos datos con información del clima local y la geografía, con el fin de extrapolar valores de regiones donde faltaba información. “Con todo ello –dice Hay– hemos elaborado una serie de mapas con una escala de 5 km por 5 km de detalle, que muestran los cambios en el crecimiento infantil y el logro educativo en África entre los años 2000 y 2015”.

Los mapas revelan que la mayoría de los países del continente, especialmente gran parte del África subsahariana –en las regiones oriental y meridional– han reducido la desnutrición durante los quince años estudiados. Sin embargo, persisten grandes desigualdades regionales dentro de cada país.

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Probabilidad de que el logro educativo masculino sea mayor que el femenino en franjas de edad de 15 a 49 años en 2015. / IHME

Sahel, Chad y Somalia, los peores situados

Según denuncia Kofi Annan, presidente de la fundación que lleva su nombre y exsecretario general de Naciones Unidas, en un artículo de opinión que se publica en el mismo número de Nature, “los mapas muestran que estas disparidades son obvias en áreas afectadas por conflictos. Hay pueblos donde todos los niños son demasiado bajos para su edad. Por ejemplo, en la mayor parte del Sahel, una franja de tierra semiárida del Atlántico al Mar Rojo, persisten altas tasas de retraso del crecimiento infantil, sin atisbo de mejora”, subraya.

Ningún país en el continente africano cumplirá el objetivo de las Naciones Unidas de acabar con la malnutrición para el 2030

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Nature saca en portada las investigaciones sobre las disparidades en el desarrollo en África. / Nature

De hecho, “estas inequidades son un claro recordatorio de que los promedios nacionales no cuentan la historia completa –añade–. En Kenia, por ejemplo, las tasas de atrofia en niños menores de cinco años estaban por debajo del 6% en la media nacional en 2015, pero en ciertas regiones, plagadas por varios años de escasas lluvias, malas cosechas y brotes de enfermedades, los niveles estimados de atrofia alcanzan hasta el 28%”.

El exsecretario general destaca además que, según los datos expuestos, “Chad tiene áreas de retraso en el crecimiento que superan el 50%, a pesar de un promedio nacional de alrededor del 37%”. Este país destaca en los mapas como uno de los países que, junto a Somalia, han progresado menos tanto en nutrición como en educación. Ambas naciones han recibido menos asistencia internacional para la mejora de la salud infantil que otros del continente y han experimentado conflictos prolongados.

Muchas áreas de África deberían cumplir con los objetivos de nutrición infantil de la Organización Mundial de la Salud para 2025, pero tal y como revelan los nuevos estudios, al ritmo actual de progreso ningún país en el continente cumplirá el objetivo de las Naciones Unidas de acabar con la malnutrición para el año 2030.

En Chad los hombres reciben entre cinco y seis años más de educación que las mujeres

Del mismo modo, el mapeo revela que a pesar del progreso general en educación de 2000 a 2015, persisten también grandes inequidades y fallos en el cumplimiento de objetivos en todo el continente, particularmente en el Sahel.

La brecha de la educación

Además, la desigualdad de género en la educación sigue siendo común en toda África central y occidental; en el estado de Kabia en Chad, por ejemplo, los hombres suelen recibir de cinco a seis años más de educación que las mujeres.

Kofi Annan resalta en su artículo que “los mapas muestran tanto el progreso en el tiempo como las obstinadas disparidades. Este tipo de información puede mostrarle a los Gobiernos y agencias internacionales dónde dirigir programas y recursos. Una visión tan detallada trae consigo una tremenda responsabilidad para actuar», concluye.

Referencia bibliográfica:

Simon Hay et al. “Mapping child growth failure in Africa between 2000 and 2015”. Nature ( 28 febrero, 2018) DOI: 10.1038/nature25760

Simon Hay et alMapping local variation in educational attainment across Africa”. Nature ( 28 febrero, 2018) DOI: 10.1038/nature25761

Fuente: http://www.agenciasinc.es/Noticias/Mapas-de-gran-precision-revelan-las-carencias-de-Africa-en-educacion-y-nutricion-infantil

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Comida sana, niños felices

Por: Agencia Sinc

Una dieta saludable se asocia con una mejor autoestima y menos problemas emocionales en los menores, independientemente de su peso. Así concluye un nuevo estudio realizado en ocho países, entre ellos España, que también recoge datos a la inversa: la autoestima se vincula con pautas que restringen el consumo de azúcares y grasas, y fomentan el de pescados y verduras.

Tener pocos amigos o ser objeto de burlas son algunos de los problemas emocionales que sufren cada día muchos niños y niñas. Ahora, un estudio publicado en la revista BMC Public Health vincula estos aspectos con la alimentación.

El trabajo asocia la ingesta de productos saludables con una mejor autoestima y menos trastornos emocionales en los menores, independientemente del peso corporal. De la misma forma, una mejor autoestima se relaciona con una mejor adherencia a las pautas de alimentación sana.

“Una dieta saludable puede mejorar el bienestar de los niños”, explica Louise Arvidsson, una de las autoras de la Universidad de Gotemburgo (Suecia). “En los pequeños hay una asociación entre el cumplimiento de las pautas dietéticas saludables y un mejor bienestar psicológico –lo que incluye menos problemas emocionales, mejores relaciones con otros niños y una mayor autoestima– dos años después”.

Tras examinar a 7.675 niños de dos a nueve años de ocho países europeos (Bélgica, Chipre, Estonia, Alemania, Hungría, España y Suecia), los investigadores encontraron que una puntuación mayor en un índice de adherencia alimentaria saludable (HDAS) al inicio del estudio estaba asociado con una mejor autoestima y menos problemas emocionales y con sus semejantes un par de años después.

Además, las asociaciones entre HDAS y el bienestar fueron similares para los niños que tenían un peso normal y los que sufrían sobrepeso. “Fue sorprendente descubrir que la asociación entre la dieta inicial y un mayor bienestar dos años después era independiente de la posición socioeconómica de los niños y su peso corporal”, añade Arvidsson.

El HDAS tiene como objetivo capturar el cumplimiento de las pautas dietéticas saludables, que incluyen limitar la ingesta de azúcares refinados, reducir las grasas y comer frutas y verduras. Un HDAS más alto indica una mejor adherencia a las recomendaciones, es decir, una alimentación más saludable. Las pautas son comunes a los ocho países incluidos en este estudio.

Más pescado y verduras

Los autores utilizaron datos de un estudio prospectivo de cohortes que pretende comprender cómo prevenir el sobrepeso en los niños y al mismo tiempo considerar los múltiples factores que contribuyen a ello.

Al comienzo del período de estudio, se les pidió a los padres que informaran con qué frecuencia por semana sus hijos consumían alimentos de una lista de 43 artículos. Dependiendo de su consumo de estos alimentos, a los niños se les asignó una puntuación HDAS.

El bienestar psicosocial se evaluó en función de la autoestima, las relaciones con los padres, los problemas emocionales y con los compañeros. También se midieron la altura y el peso de los niños. Todos los cuestionarios se repitieron dos años después.

El estudio es el primero en analizar los componentes individuales incluidos en el HDAS y sus asociaciones con el bienestar de los niños. Los autores encontraron que la ingesta de pescado de acuerdo con las directrices (2-3 veces por semana) se asoció con una mejor autoestima y con una ausencia de problemas emocionales y entre compañeros. La ingesta de productos integrales se asoció con una falta de conflictos entre iguales.

Las asociaciones iban en ambas direcciones, es decir, un mejor bienestar se relaciona con el consumo recomendado de frutas, verduras, azúcar y grasa; una mejor autoestima se asocia con la ingesta de azúcar de acuerdo con las directrices; las buenas relaciones con los padres con el consumo de frutas y verduras ponderado; menos problemas emocionales con la toma de grasa aceptable; y menos problemas con los compañeros se asocian con el consumo de frutas y verduras saludable.

Los resultados deben confirmarse

Los autores advierten que los niños con mala alimentación y bajo bienestar eran más propensos a abandonar los estudios y, por tanto, estaban subrepresentados en el seguimiento a dos años, lo que complica las conclusiones acerca de las verdaderas tasas de mala alimentación y bajo bienestar.

Es más, como el estudio es observacional y se basa en datos facilitados por los padres, no es posible extraer conclusiones sobre la causa y el efecto. “Estas asociaciones deben confirmarse en estudios experimentales que tengan en cuenta a los niños con diagnóstico clínico de depresión, ansiedad u otros trastornos del comportamiento, en lugar del bienestar informado por los padres”, concluye Arvidsson.

Referencia bibliográfica:

Arvidsson et al.: Bidirectional associations between psychosocial well-being and adherence to healthy dietary guidelines in European children: prospective findings from the IDEFICS study. BMC Public Health 2017 DOI: 10.1186/s12889-017-4920-5

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/12/15/comida-sana-ninos-felices/

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Uruguay: Discrepan sobre el rol educativo de escuelas que dan de comer

América del sur/Uruguay/16 Diciembre 2017/Fuente: El país

Docentes ven que “asistencialismo” mejora la efectividad de la educación.

Los integrantes del Congreso Nacional de Educación realizado este fin de semana en la ciudad de Maldonado reclamaron la concreción en este período de gobierno de la creación y puesta en funcionamiento de la Universidad Nacional de la Educación.

No obstante, el tema de la alimentación escolar fue el que más debate generó entre los asistentes tanto a las asambleas territoriales como al propio congreso. Hay docentes que sostienen que la educación no puede caer en el «asistencialismo». Sin embargo, la mayoría, entendió que ambas situaciones: educación y alimentación, «pueden convivir a veces».

«Impulsar que se concrete en esta legislatura la ley que crea la Universidad Nacional de la Educación y que en la misma se consagre la autonomía y el cogobierno. Asimismo que se vuelve imprescindible dotar al nuevo ente de los rubros necesarios para su implementación y su funcionamiento», fue el punto del documento de cierre del Congreso Nacional de Educación que fue ovacionado y aplaudido por los delegados al caer la tarde del domingo en la cancha de pelota del Campus Municipal de Maldonado.

En el documento, cuyo texto final será redactado en los próximos días, si bien se destacó las obras de infraestructura de los edificios destinados a la educación concretados en este período de gobierno, se calificó a las mismas de insuficientes. «Si bien la inversión en infraestructura ha sido importante, la misma todavía no alcanza porque hay edificios que no habían tenido mantenimiento por décadas. Actualmente hay centros educativos con innumerables carencias, edificios que no fueron construidos con la finalidad de enseñar, pisos peligrosos, problemas sanitarios y eléctricos de dificil resolución», expresaron los asistentes al congreso en un documento al que accedió El País.

Alimentación.

La alimentación que se brinda en los centros educativos de enseñanza primaria fue uno de los temas debatidos tanto en las asambleas territoriales como en el propio congreso. Algunos integrantes calificaron como de «asistencialista» esta tarea y dijeron que no debería formar parte de la enseñanza. La subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), Edith Moraes, indicó que «hubo discrepancias en el tema de la alimentación escolar».

La jerarca se preguntó «si la alimentación escolar tenía que ser solo para los niños de Inicial y Primaria, o también extenderse a la Educación Media. Este punto fue muy discutido», reconoció Moraes.

Agregó que «en algunas asambleas territoriales había aparecido que eso era algo que no le correspondía a la educación pública porque era como hacer asistencialismo. Aquí se trabajó en que es algo bien diferenciable entre lo que es asistencialismo y lo que es educación». La subsecretaria de Educación dijo que «para que la educación sea efectiva, a veces hay que recurrir a cierto grado de asistencialismo, en este caso la alimentación, ambas cosas pueden convivir, no son antinómicas», precisó. La subsecretaria también enfatizó que «siempre hay que priorizar el rol de la educación para no desvirtuar su fin, de manera que la alimentación sea una necesidad imprescindible, un medio para que el alumno pueda aprender». El Campus Municipal de Maldonado fue sede del Tercer Congreso Nacional de Educacion «Enrique Compte y Riqué».

Fuente: http://www.elpais.com.uy/informacion/discrepan-rol-educativo-escuelas-dan-comer.html

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Mi niño no quiere comer: ¿Cuándo la “alimentación selectiva” se convierte en un trastorno?

Por: Jennifer Delgado Suárez

¡Mi niño no quiere comer! ¡No le gusta nada! ¡Rechaza casi toda la comida!
Estas son algunas de las quejas más comunes de los padres de los niños que no quieren comer, un problema que en el ámbito de la Psicología se conoce como “alimentación selectiva”. En esos casos, la hora de la comida puede convertirse en un auténtico calvario tanto para los niños como para sus padres.

Alimentación selectiva: Cuando preparar la comida para los niños se convierte en un problema

Se estima que aproximadamente el 50% de los niños presentan comportamientos muy selectivos a la hora de comer. Lo más usual es que los pequeños rechacen algunos alimentos, generalmente por su olor, textura o sabor.
El problema comienza cuando los niños no quieren comer prácticamente nada y se niegan a probar nuevos alimentos. De hecho, algunos siguen una dieta muy limitada y solo se alimentan de patatas fritas, pasta y queso. Les horroriza la idea de comer carne, verduras y frutas.
Obviamente, mediante este tipo de alimentación los pequeños no pueden obtener los nutrientes que necesitan para crecer, por lo que los padres deben complementar su alimentación con las vitaminas para niños. De hecho, el principal problema es que los alimentos rechazados son precisamente los más ricos en vitaminas, minerales y fibra como las frutas, legumbres y pescado.

El niño que no quiere comer se convierte en un joven muy exigente con la comida

Muchos padres se preguntan si en algún momento sus hijos lograrán comer con normalidad y si este comportamiento puede tener consecuencias más tarde en la vida. Un estudio realizado en la Universidad de Stanford analizó por primera vez el comportamiento de los niños que no quieren comer y les dio seguimiento hasta llegar a la juventud.
Estos psicólogos analizaron a 61 niños y descubrieron que el 60% de quienes llevaban una alimentación selectiva, seguían siendo melindrosos a la hora de comer incluso al cumplir los 23 años. Sin embargo, la buena noticia es que estos jóvenes no eran más propensos a padecer trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia. Tampoco mostraron signos de bajo peso u obesidad.
Estos investigadores también apreciaron que la tendencia de los niños a rechazar algunos alimentos va aumentando progresivamente, hasta llegar a un pico alrededor de los 6 años. Luego los niños comienzan a aceptar de mejor algunas comidas, alrededor de los 7 o 9 años. Sin embargo, muchos de esos niños melindrosos se convertirán en jóvenes muy exigentes a la hora de comer, por lo que es mejor ponerle coto cuanto antes.

Más allá del capricho: El trastorno de restricción de la ingesta alimentaria

Cuando un niño no quiere comer, solemos pensar que se debe a un capricho o a que se ha malcriado demasiado. Sin embargo, también existe el trastorno de restricción de la ingesta alimentaria, que va más allá del pequeño que se niega a comer el brócoli. Este problema se caracteriza por:
– Pérdida de interés por comer, que se manifiesta a través de una profunda apatía hacia la comida o la presencia de irritabilidad a la hora de comer.
– Rechazo intenso hacia algunos alimentos por sus propiedades, ya sea el color, olor, textura, temperatura o apariencia.
– Pérdida de peso significativa o problemas en el crecimiento.
– Deficiencias nutricionales causadas por una dieta desequilibrada e insuficiente.
– Miedo, asco o intolerancia a ciertos alimentos, aunque se trate de porciones muy pequeñas.
Este trastorno es más común en las personas altamente sensibles, aunque también se ha relacionado con las personas con tendencia a la ansiedad y a las obsesiones y compulsiones. De hecho, se ha apreciado que este trastorno es más común en los niños que crecen en hogares donde reina la ansiedad y el estrés.
En este sentido, un estudio llevado a cabo en el Duke Center for Eating Disorders reveló que de los niños que desarrollan una alimentación selectiva, aproximadamente el 3% padecen un trastorno de restricción de la ingesta alimentaria. Estos psicólogos analizaron a 3,433 pequeños y descubrieron que quienes padecían ese trastorno tenían una mayor vulnerabilidad a sufrir trastornos de ansiedad y depresión.

¿Cómo lograr que el niño coma? 5 cosas que los padres jamás deben hacer

La preocupación por la falta de apetito de los niños puede llevar a los padres a intentar que coman a toda costa, de manera que terminan dándoles solo los alimentos que les gustan y excluyen el resto. Sin duda, no es una buena idea porque así podemos sentar las bases para la neofobia, otro problema que consiste en la reticencia a probar alimentos nuevos.
Los psicólogos explican que si un niño se expone de manera repetida a un nuevo alimento que no le gusta, terminará aceptándolo al cabo de unos 10 o 15 intentos. Por tanto, lo ideal es ofrecerle el alimento dos o tres veces a la semana, de diferentes maneras, hasta que el pequeño termine probándolo.
Sin embargo, existen algunas estrategias poco recomendables y muy comunes en muchos hogares:
1. Distracción. Los padres intentan distraer al niño para que coma, recurriendo a la televisión o el móvil, agitando un sonajero o leyéndole un cuento. Incluso hay padres que corren detrás del niño por la casa para lograr que se coma una cucharada de comida.
2. Persuasión. Los padres intentan persuadir al niño para que coma determinados alimentos porque solo así se cumplirán alguno de sus deseos. Lo clásico es intentar persuadirle con que vendrán los Reyes Magos y le traerán regalos si come.
3. Chantaje. Es una estrategia horrible que le enseñará al niño a manipular a los demás. Estos padres le prometen que si come podrá hacer ciertas cosas, como acostarse más tarde, comprarle un juguete o comer más dulces.
4. Amenazas y fuerza. En este caso los padres amenazan al niño con frases como “si no comes vendrá el coco” o “si no comes no te querré”. En el peor de los casos se recurre a la fuerza física, lo cual puede terminar provocando el vómito.
5. Comidas a la carta. Algunos padres, con tal de que el niño coma, le permiten elegir entre un amplio menú, una idea que no es mala pero el problema es que el niño selectivo suele terminar eligiendo siempre los mismos alimentos.

La actitud de los padres es fundamental cuando el niño no quiere comer

Un simple «no quiero» o «no me gusta» del niño ante un plato de comida que no le agrada tiene que ser enfrentado con tranquilidad e inteligencia. Los padres no deben olvidar que los niños son imitadores natos, por lo que si ellos mismos son muy selectivos a la hora de comer, sus hijos también terminarán rechazando algunos alimentos.
Por otra parte, es importante recordar que muchas veces los niños intentan probar fuerza, por lo que es fundamental no prestarle demasiada atención a su negativa e insistir suavemente, pero sin obligarle ya que el momento de la comida siempre debe ser agradable y relajado.
Desde el inicio se debe incluir en la dieta de los pequeños todo tipo de alimentos, de manera que se acostumbren a las diferentes texturas y sabores de los alimentos. Si el pequeño se niega a probar un alimento varias veces, podemos buscar alimentos alternativos que le brinden los mismos nutrientes. Después de todo, debemos tener presente que a los niños, al igual que a nosotros, no tienen por qué gustarles toda la comida.
No obstante, si se sospecha que el niño no quiere comer porque padece un trastorno de restricción de la ingesta alimentaria, lo mejor es acudir a un psicólogo ya que será necesario buscar su causa y darle tratamiento.

Fuente: https://www.rinconpsicologia.com/2017/08/mi-nino-no-quiere-comer-alimentacion-selectiva.html

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Niños obesos, con menor esperanza de vida: UNAM

Por: Erick Juárez Pineda

Comúnmente la obesidad comienza en la infancia, entre los cinco y los seis años, o durante la adolescencia. Estudios han demostrado que quien padece esta condición entre los 10 y 13 años tiene un 80 por ciento de probabilidad de convertirse en un adulto obeso, señaló Gilda Gómez Peresmitré, profesora de posgrado de la Facultad de Psicología de la UNAM.

En los últimos años, esta condición ha aumentado de forma alarmante en México, a tal grado que la UNICEF establece que actualmente ocupamos el primer lugar mundial en obesidad infantil y el segundo en adultos, precedidos sólo por Estados Unidos, refirió.

Algunos especialistas afirman que la morbilidad (proporción de personas que enferman en un lugar y tiempo determinado) temprana por obesidad afecta el desarrollo normal de los niños, a tal grado que se ha pronosticado que la actual generación de infantes será la primera en la historia moderna que verá una esperanza de vida más corta (reducida hasta en siete años) que la de sus padres, apuntó.

Epidemia del siglo XXI

La también responsable del Laboratorio de Obesidad y Trastornos de la Conducta Alimentaria de la FP indicó que en la antigüedad estar obeso se relacionaba con el atractivo físico, la fuerza y la fertilidad. Pero hoy esta condición es vista como la epidemia del siglo XXI.

Las personas obesas no sólo se exponen a una larga lista de enfermedades como cardiopatías, hipertensión arterial y diabetes, sino también a psicopatías como depresión y ansiedad, que en estos casos están asociadas con trastornos de la conducta alimentaria (TCA) o distorsión de la imagen corporal.

Además, tienen dificultades para identificar sus propias sensaciones y no pueden distinguir entre el hambre y la saciedad, u otras emociones cotidianas, así que la respuesta es comer.

Aunado a ello están las consecuencias psicopatológicas, como el nerviosismo, debilidad e irritabilidad, resultado del seguimiento de dietas hipocalóricas estrictas y de los ciclos de pérdida–recuperación de peso, que los hace sentir culpabilidad y vergüenza al ser criticados por su fracaso.

Lo anterior deriva en el desarrollo de nuevas patologías, como la depresión, ansiedad, angustia y hasta el trastorno alimentario compulsivo, convirtiendo la situación en un círculo vicioso que impide la prevención y contribuye al mantenimiento de la obesidad, pues buscan calmar cualquier reclamo con una ingesta inadecuada.

La obesidad es una enfermedad multifactorial, en la que interactúan múltiples variables predisponentes como las genéticas, metabólicas, fisiológicas, psicológicas, sociales y culturales.

Por ello, el tratamiento debe ser multidisciplinario (médico, nutricional y psicológico) y estar conformado por diversos tipos de intervenciones dirigidas al incremento de la actividad física y a mejorar la conducta alimentaria, concluyó.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/ninos-obesos-con-menor-eperanza-de-vida-unam/

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Es posible alimentar a la humanidad de manera sostenible, afirma la Junta de Asesoramiento Científico del Secretario General.

América del Norte/Estados Unidos/10.01.2017/Autor y Fuente: http://es.unesco.org/

El mundo debe tomar conciencia de la gravedad del nuevo problema de seguridad alimentaria y nutricional e invertir en ciencia, tecnología e innovación, adoptando desde ahora políticas de apoyo para responder a las necesidades futuras del planeta en materia de alimentación y nutrición, de acuerdo con un nuevo informe de políticas publicado hoy por la Junta de Asesoramiento Científico del Secretario General de las Naciones Unidas. En dicho informe se ponen de relieve siete mensajes y recomendaciones clave destinados a determinar y abordar los problemas relacionados con la seguridad alimentaria y la salud, a fin de cumplir la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en particular el Objetivo para el Desarrollo Sostenible 2 “Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible”.

Alimentar a la humanidad de manera sostenible constituye un importante desafío mundial para la sociedad. A corto plazo, las preocupaciones sobre la seguridad alimentaria mundial se centran en el hambre y la pobreza entre los más pobres, siendo esta situación más aguda y apremiante en los países en desarrollo, en que unos 800 millones de personas pasan hambre y los niños corren el riesgo de sufrir retrasos en el crecimiento. La Junta examinó la cuestión de la seguridad alimentaria en un contexto más amplio, teniendo en cuenta la utilización y la conservación de los recursos naturales, unas prácticas más eficientes de producción de alimentos y de utilización de los recursos, los efectos del cambio climático y la reducción de la pérdida y el despilfarro de alimentos en el mundo. Entre las cuestiones que se tratan en el informe sobre políticas figuran los cambios que deben introducirse en la dieta alimentaria, pasando de una alimentación rica en calorías a otra más rica en proteínas.

El informe de políticas fue preparado bajo la dirección de Gebisa Ejeta, miembro de la Junta de Asesoramiento Científico. De acuerdo con la Junta, las capacidades humanas e institucionales de muchas naciones pobres necesitan de manera apremiante ser reforzadas para que esas naciones puedan ser parte de las soluciones en calidad de actores importantes en un nuevo sistema alimentario mundial que responda a las crecientes necesidades mundiales en materia de alimentación y nutrición.

La Junta aboga también por el establecimiento de alianzas sólidas entre los sectores público y privado, esenciales para promover el desarrollo de “sistemas alimentarios” comerciales sostenibles y prósperos a fin de favorecer el crecimiento económico, proporcionar empleo remunerado y satisfacer las necesidades alimentarias y nutricionales de la sociedad para mejorar la salud.

En el informe de políticas se destaca la necesidad de vincular la seguridad alimentaria mundial a políticas nacionales y mundiales más firmes que apoyen sistemas de producción inteligentes desde el punto de vista climático, con empresas rentables y sistemas alimentarios que se basen en la ordenación racional de los recursos del planeta Tierra.

“Al invertir en ciencia, creamos la posibilidad de frenar e invertir los actos y las tendencias dañinos mediante las decisiones que adoptemos hoy”, afirma la Junta.

“Hemos aprendido de la historia que las inversiones realizadas en ciencias agrícolas en el siglo XX han permitido evitar desastres y obtener grandes beneficios. En el marco de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, no es imposible que este planeta pueda producir por sí solo alimentos suficientes para alimentar a 9.000 millones de personas de manera sostenible para el medio ambiente gracias a la ciencia y la innovación creativas, así como a la sabiduría local y las políticas eficaces”, explica Gebisa Ejeta.

Creada en 2014 en reconocimiento de la función decisiva que desempeña la ciencia en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Junta de Asesoramiento Científico constituye una experiencia singular que sienta las bases para el asesoramiento científico interdisciplinario al Secretario General de las Naciones Unidas. La UNESCO hace las veces de Secretaría de la Junta.

Fuente: http://es.unesco.org/news/es-posible-alimentar-humanidad-manera-sostenible-afirma-junta-asesoramiento-cientifico-del

Imagen: http://es.unesco.org/sites/default/files/styles/img_688x358/public/focus_farmer_sorgum_sudan_un_photo-fred-noy_dpl.jpg?itok=Hd6vK4Ib

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