Educación y demagogia

Juan Ruz

Hay temas que provocan una sensibilidad especial. En mi caso, admito que es el de la educación, sobre la que pienso que recae una parte muy importante de lo que será esta sociedad el día de mañana y marca las relaciones actuales en el ámbito de las familias. Tal vez por ello, me causa cierto estupor comprobar cómo hay partidos políticos que se posicionan con cierta ligereza sobre la enseñanza y el sistema público que les ha tocado gestionar, de manera que lanzan afirmaciones que dejan a más de uno abrumado.

Hace unos días, Córdoba acogió un encuentro organizado por el PSOE andaluz que se presentó como algo parecido a un foro de debate y propuestas en materia educativa no sólo para la comunidad autónoma, sino para toda España, una cita en la que el autoelogio estuvo por encima de la autocrítica -qué novedad, verdad- y de la que me van a permitir que saque mis propias conclusiones, sobre todo porque pude leer algunos exabruptos que causan verdadera sorpresa.

Vaya por delante que en estos últimos 40 años ha habido avances significativos en el sistema público andaluz y que se ha recorrido un camino, con más o menos curvas, digno de destacar en muchos aspectos. Pero claro, eso significa necesariamente que todo se haya hecho bien, ni tan siquiera que algunas cosas se hayan hecho, por lo que bien harían estos dirigentes del PSOE -y los del resto de partidos también- en conocer un poco más cuál esa la realidad y el día a día en las aulas. Sirva como ejemplo lo dicho por el responsable socialista de Educación y Universidad, el exconsejero Francisco Menacho, quien señaló que nuestra comunidad es un referente porque se ha pasado de un escenario en el que una de cuatro personas era analfabeta en 1977 a 15 premios nacionales de Bachillerato en institutos públicos. O que la propia consejera de Educación, Sonia Gaya, diga que existe un «pequeño margen de mejora» en inversiones. Todo esto sería más o menos asumible si no fuera porque sólo un día después de este foro se publicó una nueva estadística que dice que los alumnos andaluces de cuarto de Primaria -los de nueve años- están por debajo de la media de rendimiento de comprensión lectora de España, de la OCDE y de la Unión Europea, si bien es verdad que hemos mejorado respecto al estudio anterior en unos diez puntos.

Así las cosas, uno llega a pensar que seguimos utilizando la educación más como arma electoral y política que como una responsabilidad global, de toda la sociedad, y en la que las familias también tenemos nuestras obligaciones, pero que tal vez por comodidad aparcamos. Reconozco que me molesta esa actitud de las madres y padres, tanto como cuando estos dirigentes del PSOE culpan a otros de los recortes y eluden que son ellos los que más han los han aplicado o cuanto elogian sus políticas educativas como si fuera algo extraordinario y no reparan en que simple y llanamente sólo estaban cumpliendo con su obligación, que para eso les pagamos. Mejor hagamos borrón y cuenta nueva. Más trabajo y menos demagogia, que ya tenemos bastante. Ingenuos ya no quedan tantos, aunque ustedes lo duden.

Fuente del Artículo:

http://www.eldiadecordoba.es/opinion/articulos/Educacion-demagogia_0_1198680469.html

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