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Simon Cancino: La pedagogía en la educación es como querer y poder aprender

¿Qué debe tener un buen profesor? Es la pregunta que desarrolló el maestro Simon Cancino en el programa de Datéate Radio desde UNIMINUTO Radio.

Nombre del artículo: La pedagogía en la educación es como querer y poder aprender
Descripción: ¿Qué debe tener un buen profesor? Es la pregunta que desarrolló el maestro Simon Cancino en el programa de Datéate Radio desde UNIMINUTO Radio.
Autor: Daniel Rojas Chia
UNIMINUTO Radio: Datéate Web

La educación como herramienta de formación es clave para desarrollar con éxito todos los procesos de educativos pero estas dinámicas han cambiado de manera progresiva con el tiempo.

No todos los estudiantes aprenden de la misma manera, pero la idea es encontrar espacios comunes de como los estudiantes tienen que interpretar el conocimiento y como lo decía el invitado de Datéate Radio, el Dr. Benjamin Varón, los estudiantes promueven diferentes formas de conocimiento como, por ejemplo, los estudiantes que siempre cruza las manos tal vez sugiriéndole al profesor de turno, una profunda apatía, pero puede que solo sea proxémico o kinésico frente a la clase. Es decir, que sus procesos educativos sean acompañados de movimientos y expresiones, es decir: proxémico.

Mucho estudiante también tiene procesos kinésicos que se refieren a la pasividad y lo escaso de sus movimientos, pero esto no quiere decir que no estén demostrando un proceso de aprendizaje insuficiente, solo es diferente como lo señala el Dr. Benjamin Varón y el maestro Simon Cancino.

La práctica de la educación desde el punto de vista del estudiante y hacia otro ser humano desde la pasión se vive en el kairós, el cual es un concepto de la filosofía griega que representa un lapso indeterminado en que algo sea importante. Eso quiere decir que ni el estudiante ni el maestro delimitan su tiempo a desarrollar el entendimiento sin angustia, ni mirar el reloj y desde su manera de verlo por supuesto, pero sin tener en cuenta el tiempo como lo es el otro tipo de estudiante el cual es preso del kronos o delimitado por ser preso del paso del tiempo.

Desde los procesos educativos también se deben mirar los procesos de reflexión luego de un algo, luego del que hacer, se debe ver con todos los sentidos según el magíster del Institut Catholique De Paris, el señor Carlos Germán Juliao Vargas.

El primer momento es el de observación propia y pueda llegar a verse usted mismo. El segundo cuando se pide una contemplación de parte de los demás e intentar tener una objetividad mayor. El tercero de actuar y mejorar nuestros procesos singulares desarrollando una devolución creativa que nos ayude poco a poco a validar nuestros conocimientos.

La educación, a fin de cuentas, es un proceso propio el cual pocas personas se apersonan y lo hacen con pasión y orgullo, esos seres poco comunes y llenos de puertas conceptuales para nosotros para nuestros conocimientos les llamamos maestros.

Escuche el programa aquí
Fuente: https://www.uniminutoradio.com.co/la-pedagogia-en-la-educacion-es-como-querer-y-poder-aprender/
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El profesor de filosofía

Extraña, la sensación de que tu hija te pida que dediques la columna del sábado a su profesor de filosofía. Hoy únicamente escribes con la esperanza de que él te lea.

Juanjo se llama.

Poco más sabes que su nombre. Fue aparecer este individuo y todo empezó a ser muy raro. A ella se la notaba cambiada, como si un alien se le hubiese metido dentro. Cenando, hablaba de Platón. Que si el mito de la caverna. Que si el engaño de lo que vemos. Que si conocemos porque recordamos… Te tiraste varios años diciéndole que tenía que madurar, pero ahora parecía haberlo hecho de golpe.

La veías deambulando filosóficamente por las habitaciones, atenta a todos y cada uno de los estímulos de la realidad. Iba, por ejemplo, a la cocina, cogía un yogur de la nevera, y se lo comía intentando establecer una reflexión sobre la fecha de caducidad. En un primer momento creiste que la criatura se había golpeado en la cabeza. Pero no. Luego, que a lo mejor se había enamorado del profe madurito e intelectual, en plan Emmanuel Macron y Brigitte Trogneux. Pero tampoco. Se lo preguntaste, por si acaso. De aquel repentino interés por ser más culta cabía culpar a Juanjo, sin duda, y a las humanidades.

Llegó Descartes en el segundo trimestre. Epicuro, en el tercero. El placer, la felicidad, todo eso. Entonces quedó confirmado que esa especie de delirio, ni era algo pasajero, ni se curaba con un ibuprofeno. Ella quería buscarle sentido a todo, un porqué. Por qué hacíamos algo o por qué dejábamos de hacerlo, la razón de la política, de lo que sentimos, de los recuerdos.

Con tal envite, un día, al salir del trabajo, entraste en una librería en busca del manual de filosofía para dummies. Un libro escrito en tu idioma que contenía palabras que no lograste comprender. El caso era interpretar la realidad (o aparentarlo) ante un plato de pasta y así, cada noche, soltar una frase. “La felicidad es no buscarla” (Séneca). “Tenemos que estar dispuestos a liberarnos de la vida que hemos planeado para llevar la vida que nos espera” (Campbell). Hasta llegar a Viktor Frankl: “No se trata de lo que esperas de la vida, sino de lo que la vida espera de ti”.

Esto debe de ser la cultura, pensaste.

Hasta que, por fin, acabó el curso.

Desde que Juanjo ya no flota en el ambiente, las cenas ya no son lo que eran. Hay una cierta sensación de orfandad. Tú, que a la edad de tu hija no tuviste la suerte de tener esa devoción por un maestro, sientes una profunda envidia. El profesor filósofo le había enseñado a mirar. A saber qué cosas merecen la pena ser miradas y cuáles no, sacándole algo de dentro que ni ella sabía que tenía. En definitiva, le había dado los planos para escapar de alguno de los laberintos en los que te metes a los 17 años, mientras él esperaba pacientemente a la salida. Y al final se descubrió ella: porque ese tipo lo había revuelto todo y ya era otra.

…“Somos lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros” (Sartre). Gracias, Juanjo.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/opinion/20190608/462722576450/profesor-filosofia-susana-quadrado.html

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Genera Filosofía

Como decía Marx, repitiendo a Hegel en su Filosofía de la Historia: “… la historia se repite dos veces: primero como tragedia, luego como farsa” (Ricardo Espinoza Lolas)

Por Rodrigo J Garcia

Nuestro entorno relacional y de comunicación se encuentra secuestrado por relatos, mensajes ‘atiborrados’ de intereses de parte, profusamente difundidos… en los que la referencia al ‘bien común’ es solo aparente.

Las nuevas generaciones necesitan, sin embargo, construirse como sujetos autónomos en ideas, creencias, actitudes y comportamientos, precisando espacios de libertad y escenarios de aprendizaje social, formalmente configurados. Contextos en los que imaginar y elaborar el destino deseado.

En esta andadura la reflexión y construcción individual y colectiva, y el ejercicio de la capacidad de pensar son herramientas imprescindibles.

El actual distanciamiento relacional entre jóvenes y personas mayores, más allá de los contextos familiares, no es el mejor de los escenarios para el ejercicio del pensamiento y la confrontación dialogada.

Para Trinidad Andrés Labrador, profesora de Filosofía del Instituto Público de Educación Secundaria ‘Pradolongo de Madrid, este aislamiento de unos y otros es una gran pérdida. La humanidad a lo largo de la historia ha colocado a las personas mayores en un lugar de referencia, reconociendo y apreciando su potencialidad en el apoyo a los más jóvenes.

En una sociedad orientada por el principio de eficacia y rentabilidad, cuando una persona deja de ser rentable para el sistema económico, se la relega a un plano marginal, incorporándola a la categoría de ‘clases pasivas’. De la ‘persona mayor’ se espera que asuma un ‘rol’ de observador inactivo, sobrellevando las consecuencias de una determinada evolución social, de la que poco debería decir, tan solo puede deambular por un camino más o menos entretenido hacia la muerte. En otros casos, se la utiliza y carga con la responsabilidad de cuidar de los nietos para facilitar que sus hijos ejerzan de productores y consumidores, en un contexto laboral precario y ausente de políticas decididas de conciliación familiar.

Estas circunstancias hacen de la materia de Filosofía una poderosa herramienta de construcción de identidad, de pensamiento y de acción y, según la manera de desplegar su enseñanza, una ventajosa vía de construcción de red social-vecinal, de barrio… y mejora de las relaciones humanas.

El proyecto de innovación educativa que nos ocupa, denominado ‘Genera Filosofía’, consciente de esta situación y del cometido formativo de la labor docente, elabora y desarrolla una experiencia de aprendizaje intergeneracional, en la que jóvenes y personas mayores comparten juntos, a lo largo de todo el curso escolar, un recorrido por los grandes interrogantes, escuelas de pensamiento (Helenismo, Cristianismo, Escolástica, Ilustración, Escuela de Frankfurt…) y filósofos que han participado en su elaboración (Aristóteles, Platón, Rousseau, Nietzsche, Kant, Hume, Descartes, Santo Tomás, Maquiavelo, Ortega…).

Esta iniciativa pedagógica ha supuesto la configuración de un escenario de aprendizaje que ofrece a las personas jubiladas del barrio de ‘Usera’ en Madrid, donde está ubicado el IES ‘Pradolongo’la posibilidad de asistir a las clases de Filosofía, Historia de la Filosofía y Psicología junto a estudiantes de cuarto curso de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y de segundo de Bachillerato.

Genera Filosofía’, un proyecto de mejora curricular liderado por Trinidad Andrés, se inicia en el curso 2016-2017 con un colectivo de 18 jubilados, de edades comprendidas entre los 60 y los 80 años, que asisten a las clases de Filosofía del Instituto ‘Pradolongo’ junto a dos grupos de estudiantes de cuarto de la ESO.

Continúa en el siguiente curso 2017-2018, asistiendo a las clases de Historia de la Filosofía y, en el 2018-19, se amplía a otras materias, acudiendo a las clases de Historia de España, de segundo de Bachillerato, con la jefa del departamento de Historia, Rosa Isabel Pulido, y a las de Psicología, con Trinidad Andrés. En la actualidad avanzan en su cobertura institucional participando también en el proyecto los departamentos de Música, Lenguas Clásicas e Historia.

‘Genera Filosofía’. Mayores acuden a las clases de Filosofía
‘Genera Filosofía’. Mayores acuden a las clases de Filosofía IES ‘PRADOLONGO’

A lo largo de los tres cursos han continuado uniéndose mayores del barrio; para los estudiantes ya es habitual ver la imagen de los ‘abuelos’ con sus carpetas, entrando y saliendo de las aulas del instituto.

– Trinidad Andrés: “En el IES ‘Pradolongo’ creemos en la comunicación y en la necesidad de transmitir la memoria de lo vivido. Ha sido nuestra motivación a la hora de diseñar esta experiencia educativa.

En un contexto social en el que todo se banaliza, en el que la experiencia tiene valor solo en lo relativo a conocimientos de carácter técnico, que desprecia lo que se desconoce y en donde los dispositivos electrónicos sustituyen a la palabra como medio de relación interpersonal, creemos que la interacción de generaciones distantes en el tiempo puede aportar un enorme valor a todos, jóvenes y mayores.”

El IES ‘Pradolongo’ se encuentra situado en el distrito municipal de Usera. Un barrio de clase trabajadora, especialmente castigado por la crisis económica y con una de las mayores tasas de paro de la ciudad de Madrid.

GENERA FILOSOFÍA

Genera Filosofía

TRINIDAD ANDRÉS LABRADOR

El proyecto “Genera Filosofía” parte de la necesidad que tenemos de la experiencia y de la memoria de los mayores.

Su principal objetivo es enseñar a escuchar. Hacernos preguntas, compartirlas, responderlas…

Necesitamos estar atentos a lo que sucede. Tomar conciencia de que si no escuchamos, ni prestamos atención: no estamos viviendo …

Crear y fomentar el espacio necesario para que lo habite el pensamiento crítico.

El instituto escolariza a una nutrida población estudiantil procedente de distintos países latinoamericanos, China y Rumania. Es pionero en programas de compromiso social y de cuidado, de construcción de un buen clima de acogida y de resolución pacífica de conflictos. Despliega actuaciones y pone en marcha estructuras de mediación entre iguales, promoviendo, además, una cultura de protección del medio ambiente y de desarrollo sostenible.

En el desarrollo del proyecto se ha contado con la colaboración y el apoyo entusiasta de la Asociación vecinal “Barrio Zofío” y de los técnicos de la Junta Municipal del Distrito de Usera, que trabajan con las personas mayores del Barrio.

Más allá de las referencias estructurales y de ideas, la experiencia en clase es realmente enriquecedora; los mayores aportan reflexiones que surgen de lo vivido y que calan profundamente en los estudiantes.

El caso de Julio, la persona “más mayor” del grupo, es paradigmático. En un instituto con mayoría de estudiantes inmigrantes, él es un español que ha sido inmigrante durante 40 años en Bélgica. Fue emocionante —cuenta Trinidad— oírle relatar sus experiencias de los primeros años fuera de España, en Alemania, al principio, y luego en Bélgica. Muchos estudiantes, procedentes de otros países, se sintieron identificados ¡Sus dificultades de aquí y ahora eran muy parecidas a las de Julio!

Al debatir sobre algunas de las páginas más oscuras de la reciente historia europea, Annemieken, una jubilada alemana que vive en nuestro país, desde hace más de treinta años, contaba su infancia en Alemania y su estancia en España, durante el franquismo, cuando llegó a nuestro país.

HACIA UNA REVOLUCIÓN DEL NOSOTROS

¿De qué forma podemos pasar al NosOtros de ese nosotros vacío que ya no dice nada?

«Conectándonos del singular al universal. Es decir, reconocer lo material de nuestro pasado histórico: la calle, los lugares donde nos reunimos, nuestros barrios y plazas, las formas en que cenamos, los sitios donde jugamos, donde nos enamorábamos, dónde comprábamos para comer, nuestras escuelas, etc. Eso produce nuevo tejido socio histórico y genera una potencia creadora para armar un modelo distinto: abre futuro.» (Ricardo Espinoza Lolas)

Todos los estudiantes, mayores y jóvenes, realizan las lecturas de textos y autores, de acuerdo con las referencias curriculares oficiales. Los más jóvenes se enfrentan a las habituales pruebas de conocimiento y sus resultados se reflejan en las evaluaciones, pero Trinidad desea de ir mucho más allá. Se ocupa de que los estudiantes se interroguen sobre lo establecido, lo obvio… y aplica los conceptos leídos a la realidad concreta (las redes sociales y su papel en la comunicación, la inmigración, los refugiados, la memoria histórica, la vida en el barrio…). Invita al ejercicio del pensamiento rebelándose ante el enmascaramiento, la hipocresía y la injusticia.

Analizar el aquí y ahora, incorporando el relato y el debate sobre el pasado reciente, encierra un formidable valor educativo y en este formato es fundamental la explicación de los mayores, sobre la base de las experiencias vividas en primera persona.

– Trinidad Andrés: “Nada es más potente que estos relatos para los estudiantes… No hay libro o discurso del profesor o de la profesora que pueda compararse a la presencia, al testimonio de lo vivido. Ésta es la belleza deGenera Filosofía’.”

El proyecto encierra el valor añadido de promover y potenciar un trabajo curricular transversal y motivador, como ejemplo hacemos referencia a una de las tareas, realizada, en este caso, en colaboración entre los departamentos de Filosofía y Lenguas Clásicas y a la que denominan ‘Palabras-Puerta’.

Laura Lamata, profesora de Latín y Griego, comenta cómo acordaron, en el curso 2016-17, realizar esta tarea en colaboración, bajo el paraguas de ‘Genera Filosofía’. Parten de algunos de los términos utilizados en la clase de Filosofía como libertadsabiduríarazónéticaconocimientocienciaverdad… y sobre la base de su origen latino los estudian, en su significado epistemológico, en clase de Latín. Este aprendizaje abre puertas de compresión insospechadas.

Entre otras actividades, se les pide que busquen palabras en castellano que, por derivación o composición, se hayan formado, partiendo de los mismos vocablos. Posteriormente expresan plásticamente sus descubrimientos presentándolos y compartiéndolos, a modo de producto final, con el resto de estudiantes de la clase.

¿Realmente tienen el mismo origen naturaleza, nación o nada? Aunque parezca increíble todas proceden del verbo latino ‘nascor’ (nacer). Tanto naturaleza como nación son fáciles de relacionar con ‘nascor’, pues son orígenes, lugares en donde “nacen” seres vivos…” (Laura Lamata, Colaboración con ‘Genera filosofía’. Palabras-Puerta)

De la misma manera trabajan de manera trasversal La Guerra’ con participación, además, en este caso, del departamento de Historia y de Jaime Buedo, profesor responsable de la materia de Valores éticos. Pero escuchemos mejor la explicación detallada que nos ofrece Laura Lamata en el siente audio.

En esta entrada hemos ofrecido el marco de fundamentación de un proyecto educativo y algunas referencias sobre su tratamiento interdisciplinar. Nos queda el relato de lo que acontece en la clase de Filosofía… pero de eso nos ocuparemos en el siguiente ‘post’

Continuará…

(*) Versión para profesionales: ResearchGate (Descargar en PDF)
(**) Trinidad Andrés Labrador, lleva treinta años impartiendo clase de filosofía, y va a hacer diez años que es la jefe del departamento de filosofía en el IES ‘Pradolongo’ de Madrid. Lleva, además, junto a tres compañeros, el proyecto de mediación escolar del que el Instituto es pionero y dinamiza una tertulia literaria con los padres y la gente del barrio de Usera, que se realiza en el instituto y que acaba de cumplir diez años. En el curso 2016-17 puso en marcha la idea de compartir sus clases de filosofía con los jubilados del barrio para que los estudiantes se beneficiaran de su experiencia y sabiduría vital. Era algo que deseaba hacer desde hace tiempo y ha implicado a algunos de sus colegas en esta tarea; a la profesora y jefe del departamento de música Cristina Gutiérrez Andérez que ha dirigido toda la parte artística del proyecto y ha colaborado en la parte del curso sobre la memoria, y a todos los invitados que han enriquecido con sus intervenciones las clases de filosofía.
(***) Gracias a Rosa Isabel Pulido, Laura Lamata, Jaime Buedo… a los estudiantes de cuarto de ESO y segundo de Bachillerato, a los estudiantes ‘más mayores’ y al resto de la comunidad educativa del IES ‘Pradolongo’ por su trabajo diario y mirada amplia y generosa, albergando y promoviendo este tipo de iniciativas educativas innovadoras.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/01/09/escuelas_en_red/1547067650_643378.html

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La educación por Dario Sztajnszrajber (Vídeo)

Por: Seminario anual en la Facultad Libre de Rosario.

Filosofía de lo contemporáneo | Por Dario Sztajnszrajber
Seminario anual en la Facultad Libre de Rosario | 2018

1er Cuatrimestre
1 – Lo contemporáneo
2 – La tecnología
3 – El fútbol
4 – El posamor

2°Cuatrimestre
5 – La posverdad
6 – La educación
7 – Lo femenino
8 – La democracia

www.facultadlibre.org
www.rizoma.facultadlibre.org
info@facultadlibre.org

Fuente del vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=35PiXDPb9BI

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Nicaragua, filosofía, cooperación genuina

El arte en la escuela o el complejo del jarrón chino

Por: Saray Marqués

¿Podrían seguir las artes la estela de la filosofía y ganar peso en la próxima ley educativa? ¿Es eso lo que quieren los educadores de materias artísticas o el cambio legislativo es solo el principio?

Hace una semana, en parte gracias a la presión ejercida desde 2013 por diferentes colectivos como la Sociedad Española de Profesores de Filosofía o la Red Española de Filosofía, y tras una propuesta de Unidos Podemos apoyada por unanimidad en el Congreso, el Ministerio se comprometía a devolver la obligatoriedad a la asignatura de filosofía en 1º y 2º de bachillerato.

2013 tampoco fue un buen año para las materias artísticas, que desde entonces vienen resintiéndose del efecto Lomce. Como plasma Sofía de Juan, cofundadora de Plataforma indómita, en su investigación –de próxima publicación– Formas de acción. Aprendizaje y formación artística del profesorado de educación formal, la división de las asignaturas en troncales, específicas y de libre configuración autonómica supuso el fin de la obligatoriedad de la educación artística (plástica y música), “dejando margen a las comunidades para su impartición”, y una reducción de su carga horaria “para alimentar a esas otras asignaturas prioritarias de diverso modo según el territorio”. Con gran disparidad según las comunidades, desde entonces cunde el modelo de las que otorgan una hora a la música y otra a la plástica en cada curso de primaria, pero otras como Murcia no las contemplan en todos, y las hay, como Galicia, que dedican dos horas a la semana a las artísticas, pero sin especificar el reparto. Mientras, en secundaria se suele apostar por la alternancia entre música y educación plástica y audiovisual en los distintos cursos.

Esto, cuenta De Juan, ha desembocado en la actual situación en que el tiempo medio de docencia dedicado por el profesor especialista en exclusiva a las asignaturas artísticas es del 66% mientras que con el 34% restante cubre otras. Según datos de la Asociación de profesores de Dibujo 09 Madrid, el 62% de los departamentos de estas materias tiene menos de tres profesores (cada vez más, los hay unipersonales). También se imponen las jornadas parciales. Y, aunque esto no es culpa de la Lomce sino de la implantación del modelo de bilingüismo, educación artística plástica se ha reconvertido en muchos casos en arts&crafts por ser “una asignatura con una carga de contenidos mucho menor, que implica numerosas instrucciones y procesos verbales, los cuales pueden ser transmitidos de forma sencilla y directa, bien de forma visual y gestual, al tratarse de una materia manipulativa”. Como consecuencia, al profesorado se le exige ser especialista en lengua extranjera, sin ninguna formación específica en educación artística plástica.

Tampoco ayudan los estándares de aprendizaje Lomce. Y todo ello a pesar de que esta llegaba después de la recomendación en 2009 del Parlamento Europeo de convertir la educación artística en obligatoria en todos los niveles educativos por su impacto en las competencias clave del alumnado. Y de que la propia Lomce aseguraba entre sus objetivos “propiciar las condiciones que permitan el oportuno cambio metodológico” y daba por superados los modelos que apuestan “solo por las habilidades cognitivas”.

¿Tiempos dorados?

La situación de las materias artísticas en la educación formal nunca ha sido boyante, pero la LOGSE (1990) es vista como una especie de balón de oxígeno para el sector. “De la nada sentimos que se empezaba a caminar, se reconocía a los profesores especialistas en educación musical, y supuso grandes esperanzas”, relata el catedrático del Conservatorio Superior de Música de Madrid, Víctor Pliego de Andrés, que lamenta: “Ojalá se hubiera cumplido lo que recogía”. La LOGSE, como señala también De Juan, fue una teoría “no tan afortunada en su aplicación”, en parte por la falta de recursos.

Hoy, con el recambio de la Lomce encima de la mesa del Ministerio, Pliego de Andrés reclama a las autoridades educativas “que de verdad crean que la educación artística, con su promoción de la creatividad, de la inteligencia, de la capacidad de razonar, es fundamental en la educación integral del ser humano”. “Yo la veo muy conectada con la filosofía, interpela a la parte más humana y más social de la educación”, asevera Pliego de Andrés, que reconoce que la vuelta de la Filosofía ha generado cierta esperanza de nuevo entre el colectivo docente de música.

Como sus colegas filósofos, los profesores de materias artísticas (la Confederación de Asociaciones de Educación Musical del Estado Español, la Sociedad para la Educación Musical del Estado Español, la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana, la Asociación de Profesores de Música de Galicia, la Asociación de Profesores de Música 009 de Madrid y un largo etcétera) no han dejado de moverse desde 2013, tanto a escala autonómica como estatal. En ocasiones, la reclamación, en vez de reivindicación corporativa, viene en formato de reflexión colectiva, como sucedió en el encuentro #ArteyEscuelaCarasso, organizado este verano por la Fundación Daniel y Nina Carasso con la colaboración y facilitación de ZEMOS98. En realidad, se trata uno más de los 25 proyectos que la fundación tiene en marcha para reflexionar sobre arte y escuela. Durante él, a modo de performance, se elaboró una ley orgánica de arte y escuela que recoge el papel que deberían jugar la comunidad educativa y las instituciones educativas y políticas.

Lectura del articulado de la Ley de arte y educación en el encuentro #ArteyEducaciónCarasso. Fotografía: ZEMOS98

Cristina Sáez, del programa de Arte ciudadano de la Fundación en España, explica cómo la intención es promover el cambio desde lo micro, desde el profesorado y los centros, apoyando proyectos artísticos en las escuelas. “El reto está en trasladar esos cambios que se están consiguiendo a nivel micro a las instituciones”, plantea. “Sí vemos algo más de permeabilidad y cierto interés hacia estos temas, cierto cambio de mentalidad de los gobernantes, en parte gracias a toda la fuerza del colectivo docente en contra de la actual ley, pero las cosas van muy lentas. Que la Filosofía haya vuelto nos parece un buen paso”, reflexiona, al tiempo que anhela una ley ideal que recoja las artes como centrales: “Han de servir como conector de las distintas materias, pues el pensamiento artístico detona reflexiones más allá de las artes, todo lo cuestiona, todo lo critica, y esto es clave para formar ciudadanos y personas completas, no solo receptores de conocimientos”.

Entretanto, apunta, el primer cambio fundamental sería que dejaran de ser optativas y pasaran a ser obligatorias. Otro, que se revisara el modo de impartirlas para que de verdad promuevan el pensamiento artístico y la creatividad, con cambios en el currículum y la formación del profesorado, y con conversaciones con todos los actores implicados. “La ley no puede ser lo único, ni será la panacea, habrá que articular otros mecanismos alrededor, pero si una ley lo favorece, siempre es más fácil. Sin esa ley sentimos que estamos todo el tiempo remando a contracorriente”, concluye.

Coincide Sofía de Juan, que de su análisis deduce que las leyes educativas nunca han encontrado hasta ahora el sitio para las materias artísticas. “Nadie las ha logrado encajar de manera real. Es como si hubiera un enorme problema en la adaptación de las teorías a la realidad. Pasa incluso con la LOGSE: todo lo que plantea sobre el papel está bien, pero cada uno lo aplica a su manera, no hay unas directrices reales, una coordinación real”.

Lo que late a su juicio detrás del desencuentro entre arte y escuela es “la desvalorización a nivel pragmático de las materias artísticas, que claramente se sitúan por debajo de las troncales, también a escala de comunidad autónoma y de centro”. De Juan, que escuchó a 35 docentes y formadores de materias artísticas en el curso de su investigación, plantea cómo otra causa del desencuentro es la falta de referentes para “un educador que o bien utiliza el arte de manera transversal, como medio, o bien como fin en el aula de educación formal”. “Al artista que visita la escuela se le mitifica, mientras que los profesores que trabajan en el arte o a través del arte todos los días en esa misma escuela son invisibles”, señala.

Arteeducadores

Adolf Murillo es profesor de música en ESO y Bachillerato en el Institut Arabista Ribera de Carcaixent (Valencia). Para él, sí, ha habido avances, ahí está la LOGSE, que incluye en el currículum las materias artísticas, amplía las horas, pero “hay un problema de raíz, cultural, político, y es que no se entiende el alcance de estas asignaturas, que siempre se han movido en el terreno de lo marginal”.

Murillo reclama un cambio de visión, de enfoque: “Durante un tiempo han funcionado como áreas auxiliares, se han metido con calzador y se han respetado en el currículum porque favorecían el rendimiento académico, podían ayudar en lengua, en matemáticas. Esto ya no da más de sí. No queremos más horas si son para reforzar lo que se está haciendo mal. Reclamamos la centralidad del arte. Creemos que se ha de trabajar el tema de la creatividad, y que debe gozar de un espacio del que nunca ha gozado, en un currículum que sitúe el alumno en el centro”.

Como profesor de Música, siempre ha apostado por la idea de que todos somos creadores, artistas, y por la hibridación con otros tipos de arte. También por el uso del arte de forma transversal. En sus clases no hay exposición, repaso, ejercicios y deberes. Hay documentación, experimentación, encaje, producto. “Claro, están las barreras. Con 55 minutos, trabajar en procesos de creación es muy complicado”, asume. Pero cada vez se presta más atención a esta forma de trabajar. En Valencia se acaba de crear un centro de formación del profesorado específicamente de artes, y se está incidiendo en esta línea de la creatividad y de los lenguajes contemporáneos.

También se apuesta cada vez más por el aprendizaje basado en proyectos artísticos, por los proyectos multidisciplinares: “En la escuela no deberíamos trabajar en parcelas separadas cuando todo funciona de forma más compleja, en el mundo laboral, en el de la investigación. Las carreras STEM, de ciencia, tecnología y matemáticas, por poner un ejemplo, han incorporado la A de artes”.

Lucía Sánchez es profesora de educación plástica, visual y audiovisual en ESO, y de dibujo artístico y dibujo técnico en bachillerato en el IES Francisco de Quevedo de Madrid. Para ella, la ley que sustituya la Lomce debería empezar por dotar de una mayor carga horaria a las artísticas. En la elaboración, además, reclama que se escuche a expertos en educación artística en secundaria, no solo en la universidad, y también a expertos del mundo del diseño, de la ilustración o la arquitectura que estén actualizados. “Al final, creo que no es tan distinto lo que sucede en artes y lo que sucede en ciencias: la ciencia va por un lado y la educación científica, por otro. En ambos casos es necesaria una actualización, pues los profesores están tan centrados en el currículum que no pueden abarcar lo que ocurre fuera de las aulas”.
Sánchez comparte, por tanto, la posición de los compañeros de Filosofía que han aprovechado para pedir que se replantee la asignatura: “Hay clases en que se dan láminas a los alumnos para que las coloreen con puntos. Si es así da igual tener dos horas o cuatro. No hay proceso creativo posible”. Sánchez plantea que el pensamiento crítico ha de partir del profesor, que ha de reflexionar para qué ha de servir su asignatura, cómo vincularla con el mundo real…

“Creo que el problema de la educación artística es un problema de la educación en general. Este año tengo 22 horas de docencia, por ejemplo. Me pueden responder ‘No te quejes’, pero esas 22 horas dejan en realidad muy poco espacio para preparar cosas y coordinar proyectos. Aun así estoy organizando un seminario con 15 profesores, de Matemáticas, de Biología, de Música… sobre cómo emplear el arte como herramienta en el aula. Tenemos los mismos grupos y estamos trabajando con medios audiovisuales. Yo aporto la técnica y ellos, el contenido. Empleamos el arte, el lenguaje visual, de un modo similar a como se emplea en publicidad, por ejemplo, conscientes de que la forma (los colores, la tipografía…) es tan importante como el fondo”, explica.

“Los profesores, por lo general, no tienen conciencia de cómo han de usar la imagen. Les da igual no saber hacer un Power Point o entregar fotocopias que se leen mal. Los hay que sí tienen conciencia pero no saben. Yo creo que sería fundamental que todos los profesores tuvieran una formación en educación artística”, zanja.

Por lo demás, se muestra optimista. La ley que sustituya la Lomce solo puede ser mejor para las materias artísticas. “Yo no he perdido el optimismo desde 2013. Ahora creo que existe cierta conciencia, que se cree que el arte puede funcionar muy bien como transversal, que no debemos obsesionarnos tanto con los contenidos. Y todo el discurso en torno a las competencias clave, que poco a poco va calando, ayuda”, añade. “Por otra parte, yo nunca me he sentido aludida cuando se ha hablado de ‘asignaturas que distraen’. Yo pensaba que se referían a la religión”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/arteyeducacion/2018/10/26/el-arte-en-la-escuela-o-el-complejo-del-jarron-chino/

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España: El Congreso pide por unanimidad que la Filosofía vuelva a ser obligatoria en Secundaria

Europa/España/18 Octubre 2018/Fuente: El país

La intención es que los alumnos tengan que cursar Ética en 4º de secundaria e Historia de la Filosofía en 2º de bachillerato

Los grupos PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos han aprobado este miércoles una proposición no de ley en la comisión de Educación del Congreso de los Diputados que refuerza la presencia de la asignatura de Filosofía en los institutos. La intención de los partidos es que Ética vuelva a impartirse en 4º de secundaria con carácter obligatorio, y en 2º de bachillerato Historia de la Filosofía. El PP, que fue quien arrinconó la asignatura, desde el pasado año mostraba su interés en recuperarla. “No podemos permitir que ningún alumno termine la enseñanza obligatoria sin tener conocimientos filosóficos», apuntó entonces su portavoz de Educación, Sandra Moneo.

La Filosofía salió muy mal parada en la reforma del currículo que estableció la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa), más conocida como ley Wert, que se aprobó en 2013. En esta ley se mantuvo como troncal la materia de Filosofía de 1º de bachillerato, pero se eliminó el carácter troncal de la Historia de la Filosofía de 2º de bachillerato y de Ética de 4º de la ESO.

En 4º de secundaria Ética es una optativa sin apenas carga horaria y alternativa a Religión. Para muchos, un hueso en comparación con Religión considerada una «maría» que se aprueba sin dificultad. En Madrid, de hecho, las matriculaciones en Religión se dispararon con el cambio de currículo.

«La Filosofía es la única materia de bachillerato que se encuentra en una situación anómala, ya que es troncal en 1º de bachillerato y obligatoria para la prueba final de etapa, pero el alumnado puede no volver a verla en 2º de bachillerato», explica Unidos Podemos en su proposición respaldada por unanimidad. Muchas comunidades autónomas, que tienen un pequeño margen de actuación en los currículos, han incluido estos años Historia de la Filosofía como obligatoria en muchas ramas del bachillerato. Pero ahora lo que se quiere imponer es su carácter común e ineludible en todos los itinerarios formativos.

La Red Española de Filosofía (REF), que aúna a 56 asociaciones de filósofos de toda España, ha estado movilizada desde la promulgación de la LOMCE en 2013 contra la supresión de esta materia. Durante estos seis años han organizado olimpiadas, congresos, debates e incluso justas callejeras, para llamar la atención sobre la necesidad de la filosofía para la articulación democrática de la sociedad.

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2018/10/17/actualidad/1539790211_552468.html

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La pedagogía moderna o el sueño de Pestalozzi

España / 26 de agosto de 2018 / Autor: Marcos Santos Gómez / Fuente: PAIDEIA

I.

Lo singular de la conducta humana es que, por muy mecánica que parezca, siempre expresa una relación implícita con algo “exterior” a la cadena de las causas y los efectos, con el espacio donde sucede, con el éter en el que se despliega la opiácea red de los estímulos y respuestas a que nuestra condición animal nos obliga. No nos libramos de ese páramo presentido ni siquiera tomando el café de sobremesa en una tarde de primavera, en la que, como decía Bécquer, los terrores no pueden asaltarnos. En realidad, ese “desasosiego” jamás nos abandona. Ni siquiera con el estómago bien lleno, con el cielo sin amenaza de tormenta, disfrutando de una temperatura amable y mientras vemos algún episodio de una adictiva y absorbente serie televisiva que nos haga creer la victoria de la razón más desnuda y raquítica sobre la maldad del universo. A pesar de tales victorias de esa razón pretenciosa del dato y el cálculo, la de un Sherlock cocainómano y arrogante (aunque en la serie, obedeciendo al pudor puritano de nuestra época, que consiste en ocultar lo que inquieta y molesta como en una cárcel de seda, la cocaína y el tabaco se han sustituido por discretos parches de nicotina), hay algo de lentitud y pesadez en el aire que respiramos y que como un lastre coarta nuestros deseos y alegrías. Para el hombre, a diferencia del niño y el animal, la paz jamás puede ser plena.

Aunque mejor detener este hilo de observaciones o reflexiones. Me paro sobresaltado por albergar estos pensamientos amargos y me increpo a mí mismo, como un oficial arengando a la tropa (lo que quizás sea, en definitiva, la mejor imagen tangible de ese “guía interior” al que Marco Aurelio tanto se refiere), para retomar el nervio de vivir como hombre, como filósofo y como soldado, o sea, como quien también aguarda a morir sin el menor pábilo de agonía en el rostro, sin mover un solo músculo de la cara, del modo en que lo hizo aquel pagano romano, hermano de secta del egregio emperador, que, un siglo antes, fue el mayor pedagogo de todos los tiempos.

Miro a mi alrededor en el prado apacible y veo al animal que vive saltando de estímulo en estímulo y cuya respuesta es una reacción mecánica a la cadena natural donde habita ciegamente engarzado, en la clausura de un presente espléndido. No puede haber existencia más inocente. Retoza y sufre sobre la brillante superficie del lago de la existencia, sin tener la experiencia, como un hormigueo o sudor frío, como un raro presentimiento, de que la realidad guarda un secreto.

Ese secreto solo puede insinuarse en las preguntas. Se cree que la ciencia ofrece respuestas y ocurre justamente lo contrario, que lo que ofrece son nuevas y más perturbadoras e irresolubles preguntas. Desde luego el hombre puede vivir una existencia inocente, en un simulacro, pero la condena del hombre, su caída, lo que perdió al ser expulsado del Paraíso, es esa bendición que sí le fue concedida al resto del reino animal. No hay pues tarde ni sobremesa inocente, porque, del mismo modo que el animal vive inserto en su cadena causal, el hombre se halla fatalmente ligado a lo incomprensible que le remueve por dentro y al lastre del pasado y del futuro. No hay ya para él tranquilidad posible y se ve forzado a incluir, en el caso de las existencias verdaderamente lúcidas, el turbio presentimiento de que la nada, su no saber, su insignificancia, impugnan cualquier felicidad que no sea el tranquilo recostarse en dicha insignificancia, propio del sabio estoico.

Resulta clamorosamente falso que pueda darse una construcción de lo humano que no sea al mismo tiempo advertencia de su precariedad, insinuación de su final y presentimiento de que hay algo desbordante, glorioso y terrible, que cerca nuestras sobremesas. Así sucede con cualquier hecho o institución. Toda esperanza y horizonte lo son porque partimos de un vacío y una nada esencial más próxima a la desesperanza y la angustia que a los exultantes coros angélicos que traza nuestra imaginación. El estoico puede actuar, y es de hecho muy activo, porque su resignación, esa pasividad que se le atribuye, es solo el efecto de la más desoladora lucidez. Es a esa lucidez, la del vivir sin otro fondo que el puro ser, a la que la razón, en última instancia, conduce al hombre. La pedagogía de la razón, porque la razón nos educa, nos sitúa en el mayor trono que puede disfrutar el ser humano, el de su soledad y la pregunta.

Por todo esto, no hay posibilidad de una educación y pedagogía inocentes, es decir, sin un último y fatal apoyo en la pregunta. Si la Pedagogía debe centrarse en el estudio de las metodologías de enseñanza y cuestiones didácticas relacionadas con la educación, es en la medida en que estas son la superficie del abismo de preguntas elementales que fundan lo humano. Así, la pedagogía, la educación, las máscaras, se fundan en la pregunta. ¿Qué es el hombre? ¿Cómo se forma? ¿Cómo ayudar a su formación? No se debe abordar estas cuestiones como simples cuestiones técnicas, sino en lo que las conecta con la antropología y la filosofía, con el sombrío ámbito donde el hombre se sabe incierto. Tras la aparente plenitud y placidez del curso habitual de las cosas, cuando la educación nos ha marcado el camino, está la posibilidad de desmontarlo todo. En saberlo y en incorporarlo al propio ser estriba la mayor madurez a que cabe aspirar.

El nervio íntimo de la pedagogía, pues, es filosófico o, a lo sumo, antropológico. Y por ahí debe andar, y de hecho ha andado, el pensamiento pedagógico. No la técnica pedagógica, el arte de crear la máscara, sino la teoría que se pregunta por lo que hay detrás de ella, si es que hay algo.

II.

Hablando ayer de Rousseau ha sido evidente que es preciso no centrarse tanto en sus desarrollos didácticos, algunos válidos que resuenan aún hoy y otros cuestionables y anticuados que no nos sirven. Hay que aspirar, por el contrario, a captar el manantial exacto desde el que se despliega todo el Emilio, su perspectiva, su nervio. Lo que en el Emilio está más allá de su utilidad. Este punto es un posicionamiento filosófico y antropológico que siempre se halla, del modo que sea, a la base de cualquier teoría o práctica educativas.

De lo que señalamos, resulta obvio el componente ilustrado de Rousseau y su adscripción, contra lo que parece, a un modelo más próximo a la ciencia y las matemáticas que al humanismo. De hecho, Château (2013) concluía su exposición sobre el ginebrino resaltando este íntimo formalismo de la pedagogía rousseauniana que nosotros vinculamos al recurso estoico de tomar la ciencia y la lógica, o las matemáticas, como un asidero firme en el que agarrarse para sobrevivir a la tormenta. En este sentido (quizás en otros no) tenía razón este comentarista en que frente a un Voltaire, por ejemplo, Rousseau no es exactamente un humanista. La ironía respecto a la tradición, que es elaborada y releída sonrientemente por Voltaire, el saberse obligado a tratar con un océano de textos que van agarrándose unos a otros hasta sugerir la divertida eternidad sin fondo a que hemos comenzado aludiendo en este artículo, es lo que Château considera la versión humanista de la Ilustración, la voltaireana, la que se desplegaría en los filólogos del siglo XIX. Rousseau es más grave, como un profeta bíblico, y con esa aspiración estoica a la armonía última del mundo como íntima y única certeza. Ambos, pues, ilustrados y, en este sentido, uno de espíritu estoico y el otro más humanista y proclive a caminar sobre pantanos.

Aunque yo diría que sí podemos considerar humanista al ginebrino en el sentido de que el Emilio es también el intento de realizar la encarnación del ideal humano, ideal que es el de la razón, o logos, que dirige la orquesta de la naturaleza (y que el cuarto evangelista confundió con Dios). Esa última razón o paz que irradia toda la pedagogía rousseauniana es un remedo de la paz y la razón del estoico, reinantes en el cosmos, como vimos.

Es decir, Rousseau constata la serena, amplia e infinita presencia de lo humano (o lo natural) en la cultura, como lo que nos forma (la “forma” en la terminología filosófica es la figura concreta que adquiere la materia), es decir, que educarse es adquirir un modo particular de ser lo humano que habita en la cultura. O animar la idea con la carne, la sangre y el hueso de los individuos vivos que no serán propiamente individuos ni libres, en una paradoja que no entienden los simples, hasta que se impregnen de lo general. Estamos ya con esto anticipando la Bildung en el idealismo alemán. Es lo que la pedagogía denomina “formación” y lo que, en efecto, constituyó la base de la concepción pedagógica humanista que se fue trazando en Europa, sobre todo en Alemania, después de la Ilustración y en coexistencia con otro derivado pedagógico del movimiento ilustrado que cobra especial importancia en la actualidad: el modelo técnico. Este nace como una reducción de la formación a la enseñanza y adquisición de saberes técnicos, los requeridos por los oficios o los nuevos estudios promovidos por las monarquías ilustradas, los enciclopedistas y la Revolución francesa: ingenierías, agricultura, cálculo y matemáticas. Será esta versión técnica de la Ilustración el germen de las escuelas, academias y facultades técnicas en la reestructuración del currículum universitario que se prolongaría todo el siglo XIX.

Hemos de admitir, a esta altura, que ambas versiones son Ilustración, aunque nos tienta extender la metáfora de la luz y la sombra para referirnos al luminoso mediodía de la cultura humanista (burguesa), cuya sombra serían los muy “proletarios” saberes técnicos. Sin ambas facetas la Ilustración está incompleta y nos desplazaríamos por otro paradigma civilizatorio y epocal.

Adscrito a la concepción de la cultura como el lugar donde habitan los ideales en espera de tornarse carne y hueso, que vamos a ver inigualablemente expresada por el gran reformador de la universidad del que escribiremos próximamente, Humboldt, emerge la figura de Pestalozzi. Este es el primer diseñador de la pedagogía contemporánea. Es prácticamente su creador. La idea básica de las actuales teorías pedagógicas más “nuevas”, tienen su epicentro en este autor que, a diferencia de su compatriota suizo Rousseau, es ya propiamente un educador y no tanto un filósofo. El primer educador y pedagogo contemporáneo. En varios sentidos, pero sobre todo en que es quien primero, más allá de escribir un tratado como Rousseau, pone en práctica la idea de que es preciso educar antes que instruir, lo que se puede valorar como un avance en la comprensión y emancipación del hombre o, como hace Fernández Liria en el libro que hemos comentado días atrás, como un movimiento típicamente totalitario. Y aunque tememos reconocerlo, nos parece que Liria tiene algo de razón en esto tan perturbador. Hay que educar, o sea, formar a la persona y el carácter antes que transmitir saberes y conocimiento, o información. Este es el principio de Pestalozzi, pero también el principio de la Revolución francesa en sus momentos más, digamos, totalitarios, cuando se pretendía crear un mundo nuevo mediante la destrucción del anterior en la historia y en el alma de cada uno de los “ciudadanos”. En otra obra que comenté hace algo más de un año, se afirmaba algo parecido, cuando se insistía en que Pestalozzi significa el giro “educacionalista” de la civilización, o sea, la pretensión de transformar o incluso re-crear el mundo desde las “interioridades” del sujeto. Una suerte de querer colarse en el alma de los hombres para reconstruirlos a ellos y a la historia.

Así, este giro será el que mejor protagoniza el bueno y sentimentaloide de Pestalozzi. Entre otras consecuencias tiene la de sustituir lo verbal y reflexivo por lo afectivo que, en la figura de la madre, logra la formativa encarnación en el niño de los grandes ideales y valores de la cultura. Por eso Pestalozzi insiste tanto, y con páginas tan inflamadas, en la importancia de la educación maternal. A él le interesa el proceso de creación de la persona, que es, primero, como señala claramente el Emilio, afectivo y emocional. La madre encarna esta imprimación del ideal en el inconsciente del niño. Un proceso que, además, Pestalozzi califica y considera como “integral”, por esto mismo, porque alcanza todas las facetas de la personalidad del niño. Se dirige a toda su persona. Así que este inventor de la educación moderna y contemporánea, es también el creador de la educación integral.

El niño va ejercitando su razón emergente, pero al mismo tiempo, funciona su corazón y su mano, dice el suizo. Y todo ello, como ocurría con Rousseau, se comprende como la plasmación en el individuo de la cultura humana que debe ligarse con el último y mayor bien de la naturaleza y, en definitiva, con Dios. Dios es, para él, la fuente del bien y de lo humano, por lo que coinciden, al estilo de Rousseau, lo humano con la virtud y el bien que, en última instancia, reposan en la bondad de la Creación, garantizada y personificada por Dios (de nuevo, quizás, el Prólogo de Juan).

Dios sería una especie de emanante alteridad fontanal que funda lo que en el mundo humano se ha de producir con procesos donde se hallan presentes el amor y la vocación. Estas ideas aproximan a Pestalozzi, como ya está adivinando el lector, a los filósofos personalistas del siglo XX. Pestalozzi esgrime una concepción de la persona como el continente en el que la educación convierte el “deber” en el “querer”, lo que “debo” en lo que “quiero”. El suizo realiza una especie de traspaso de la ética a la psicología evolutiva, a la cual él también anticipa e inventa. O sea, que no andamos lejos de aquellas preguntas básicas a las que me refería al comenzar estas letras y que nos retrotraen a lo antropológico, es decir, ¿quiénes somos?, o ¿qué es el hombre? Pestalozzi trata de ubicarse en ello para responder con un cierto idealismo por el que la materia humana ha de vertebrarse y nutrirse con la forma que le infunde la cultura. Es el estudio de este proceso de formación el que obliga a Pestalozzi a esforzarse por comprender de qué materia estamos hechos los seres humanos y cómo esta, que es ciega vida animal, emerge y cobra una vida superior cuando absorbe los bienes e ideales que pueblan la cultura. Es lo que, en una próxima entrada, veremos que va a constituir el núcleo del pensamiento pedagógico y de las reformas universitarias de Humboldt.

Al considerar las cualidades de esa materia humana, con cuyas características se va encauzando esa impregnación cultural en el individuo, ha tocado Pestalozzi el campo de la psicología, en un salto definitivo a lo óntico que anticipa a esa ciencia del alma o del espíritu que será la psicología evolutiva. Pero también algo que anticipa la crítica a la concepción racionalista e ilustrada del hombre por esa otra forma de disolvente ilustración con pretensiones frustradas de ser positiva y empírica que constituirían Freud y el psicoanálisis. El bien y la buena conducta, el altruismo, la bondad, son derivados del amor a la madre. La moral se fraguaría, entonces, en la relación del niño con la madre. Es esta vinculación afectiva la que obra la realización y encarnación de los ideales de la cultura, en torno a los valores, por ejemplo, en la persona del niño y por supuesto antes de la escuela. Es su medio, su camino, el amor que liga a la cultura y a lo normativo (la figura freudiana del padre), que la dulcifica y llena de afectos. Todo esto tuvo, también y por la relación que señalábamos entre las concepciones filosóficas y las metodologías didácticas, una consecuencia a nivel metodológico: la pedagogía se empezó a entender como un tanteo experimental con la realidad educativa, que implicaría la constante necesidad de ir perfeccionando las metodologías educativas en una suerte de irrupción de lo afectivo y (en la ideología y terminología de Pestalozzi) lo “maternal”, en la escuela que fuera otrora lugar de la pura instrucción en historia, gramática y latines. Esto ocurre, decíamos, en el contexto por el que lo instructivo comienza a entenderse y practicarse como lo educativo. “Instruir” va dejando paso a “educar”. La disciplina deja paso al cariño y la ciencia y el saber, o la erudición, llegarán cuando tengan que llegar, al estilo de Rousseau, sin forzar su irrupción en la vida infantil. Sólo se aspirará a tratar con lo que requiere ser pensado, cuando la facultad de pensar esté plenamente preparada.

Así pues, en Pestalozzi tenemos las mismas ideas que se dieron en distintos momentos de la Revolución francesa (que lo halagó y llenó de honores); en especial, como imaginará el lector, en las memorias escritas por Condorcet, filósofo y diputado girondino de la Convención (publicadas hoy en español por la editorial Morata), para establecer los principios de un futuro sistema público educativo (aunque en la época aún lo denominaban, como todavía ocurre en algunos países, “de instrucción pública”).

Por último, si queremos interpretar lo que quiso expresar con el título de una de sus obras, El canto del cisne, el apremio de este educador, su pasión, su prisa, que lo llevaron a pérdidas millonarias (en alguna época de su vida, cuando paseaba, es fama que era confundido con un mendigo) y a la construcción compulsiva de centros educativos admiradísimos en Europa (entre otras personas, por Madame de Stäel, la cronista y crítica de la Revolución francesa), se dio porque entendió que todo lo humano con lo que trataba era algo que no podía librarse de la sombra de la muerte. Pero dejemos esta especulación sentimental cuyo único fundamento es su belleza o, tal vez, mi deseo de que este artículo adquiera una forma circular, en un eterno retorno que lo llene de paz e impugne, a su discreta manera, el fantasma de la innovación en el mercado de las novedades. Quizás lo retomemos, ampliando el círculo, y emprendamos un análisis menos impulsivo de todo esto para cuando el frío que me cerca ahora, pasada la medianoche, arrecie menos, si es que alguna vez puede dejar de arreciar. 

Algunas ideas y datos han sido extraídos del siguiente libro:

Château, J. (2013). Los grandes pedagogos. México: FCE. Primera edición en francés 1956.

Fuente del Artículo:

https://educayfilosofa.blogspot.mx/2018/04/la-pedagogia-moderna-o-el-sueno-de.html

Fuente de la Imagen:

10 estrategias innovadoras de aprendizaje para la pedagogía moderna

ove/mahv

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