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La educación en Irlanda del Norte ‘se habría cerrado’ si se tratara de un negocio

Irlanda del Norte/ BBC Mundo

Si el sistema educativo en Irlanda del Norte fuera un negocio, se habría «retirado hace años», dijo el comisionado de Irlanda del Norte para niños y jóvenes. Koulla Yiasouma hizo los comentarios en su informe inaugural.

Su informe también afirma que los recursos no se han gastado adecuadamente para abordar la pobreza y las preocupaciones de salud mental.

Agrega que muchos de los problemas eran anteriores al colapso del ejecutivo de Stormont.

Irlanda del Norte ha estado sin un gobierno descentralizado en funcionamiento desde que el poder compartido entre el DUP y el Sinn Féin colapsó hace 18 mesesLas conversaciones posteriores no han podido restaurar el poder compartido.

El informe «Declaración sobre los derechos de los niños en Irlanda del Norte» destaca los «fallos sistémicos» en áreas que incluyen educación, pobreza y salud mental.

Gráfico de informe de educación de NI
Imagen de derechos de autorBBC / GETTY IMAGES

‘Avance lento en los problemas de los niños’

Evalúa cómo el gobierno y sus agencias estatutarias se han desempeñado en una serie de áreas de la vida de los niños.

También analiza cómo se han avanzado las recomendaciones formuladas hace dos años por el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas.

La Sra. Yiasouma dijo que, si bien la falta de un gobierno puede estar impidiendo mejoras, todavía había una «historia de lento progreso en los problemas de los niños» anterior al colapso.

El comisionado destacó el fracaso del gobierno para abordar el tema del «bajo rendimiento educativo».

los niños en la escuela levantan la manoDerechos de autor de la imagenGETTY / MONKEYBUSINESSIMAGES

El informe también encontró que los recursos no se habían gastado tan bien como podrían y dijo que había poca evidencia de que los diversos sectores educativos en Irlanda del Norte representaran una «relación calidad-precio».

Pobreza

También establece que los niños con necesidades educativas especiales «no se identifican lo suficientemente temprano» y tienen que esperar demasiado para ser evaluados.

«Cada vez que visito una escuela, particularmente una escuela primaria, los niños con necesidades educativas especiales es el problema número uno que se plantea conmigo», dijo el comisionado.

El informe encontró que los niños siguen siendo el grupo de edad más probable en la pobreza en Irlanda del Norte.

Dijo que esto tiene un impacto adverso en sus logros educativos, su salud mental y física.

El comisionado también analizó el tema de la salud mental y criticó el «inaceptablemente bajo» 8% del presupuesto de salud mental asignado a niños y jóvenes.

‘Excusa por falta de progreso’

El tema del Brexit también se abordó en el informe.

«Es más que decepcionante que no tengamos una voz de Irlanda del Norte informada por los jóvenes aquí, para discutir cómo se protegerán los derechos futuros, la frontera, el financiamiento y los arreglos de salvaguardia de los niños», dijo la Sra. Yiasouma.

Reiteró que la falta de gobierno «ya no se puede utilizar como excusa por la falta de progreso».

Fuente: https://theconversation.com/how-refugee-children-make-american-education-stronger-97908

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Día del Niño Africano: una oportunidad para la reflexión

Europa/Ciudad del Vaticano/ Sofía Lobos/vaticannews.va

La Unión Africana impulsa la celebración de este día internacional, con el fin de concienciar a la población mundial sobre las duras condiciones de vida que padecen los más pequeños del continente africano.
El 16 de junio la Unión Africana celebra el Día Internacional del Niño Africano.

Este aniversario fue aprobado para honrar a todos aquellos que habían dado sus vidas por la libertad en Sudáfrica, y conmemora una marcha que tuvo lugar en 1976 en Soweto, en la que miles de escolares africanos salieron a las calles para protestar por la escasa calidad de su educación y para exigir su derecho a recibir enseñanza en su propio idioma.

Cientos de niños fueron abatidos y en las dos semanas de protestas que siguieron, más de cien personas murieron y miles resultaron heridas. En memoria de los asesinados y el valor de todos los que se manifestaron, el Día del Niño Africano se celebra cada 16 de junio desde 1991.

Una oportunidad para la reflexión

Con la incorporación de esta fecha como día internacional, esta organización busca captar la atención social sobre la precaria y difícil situación que padecen, no sólo los más pequeños del sur de África, sino también, los millones de niños y niñas de todo el continente africano que sufren los estragos de la pobreza, la guerra, la desnutrición y la explotación infantil.

El lema propuesto para este año es «No dejemos a ningún niño detrás del desarrollo de África», en alusión a que el progreso económico y social de este continente, debe ir acompañado por la garantía del respeto y la defensa de los derechos de los más indefensos de la sociedad.

Llamamiento de UNICEF: no olvidar a los niños africanos

En este contexto UNICEF hace un llamamiento a los gobiernos para que fortalezcan los sistemas de apoyo a las familias y a las comunidades, con el fin de mantener a los niños en un entorno seguro, que los libre de caer en contextos sociales donde sus vidas corran peligro.

La  pobreza generalizada, los  conflictos, el  VIH/SIDA y el  cambio climático, así como la violencia en el hogar están obligando cada vez a más niños a abandonar sus hogares para irse a vivir y trabajar en las calles, donde están expuestos a la violencia y la explotación.

Muchos terminan en situaciones menos visibles de explotación, trabajando en casas, granjas, minas o incluso formando parte de grupos armados.

Un duro panorama, que es consecuencia de factores socioeconómicos como la falta de recursos, la explosión demográfica, la migración rural-urbana, las crisis políticas, así como los problemas interpersonales, la violencia y el rechazo de los menores en las familias disfuncionales.

 Fortalecer el papel de las familias

Estos retos refuerzan la necesidad de fortalecer el papel de las familias y las comunidades en la promoción y la protección del bienestar de los niños.

Los gobiernos, con el apoyo de sus aliados, necesitan invertir los recursos adecuados en las comunidades rurales o provinciales desfavorecidas, para reducir las disparidades entre las regiones y los grupos de ingresos, así como para luchar, entre otros factores, contra la discriminación por razón de sexo, edad o etnia.

Salvar el futuro de los niños olvidados

Asimismo, UNICEF señala que en los últimos años, varios países africanos han logrado importantes avances en la aplicación del marco de los derechos de la infancia. Muchos países han introducido mecanismos de protección social, incluidas las transferencias en efectivo, que juegan un papel clave en el apoyo a familias vulnerables y en evitar que los niños dejen sus hogares.

No obstante, aún queda un largo camino por recorrer, por ello el Día Internacional del Niño africano, es una buena oportunidad para reflexionar sobre cómo viven los más pequeños del continente africano y sobre qué podemos hacer los demás, para cambiar esa injusticia social que condiciona el futuro de estos niños para siempre.

Fuente: https://www.vaticannews.va/es/mundo/news/2018-06/dia-del-nino-africano-oportunidad-reflexion-sufrimiento-infantil.html

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Aditya Chakrabortty: «La escuela que ofrece buena comida no es solo para niños elegantes»

Aditya Chakrabortty

Son las 11 horas en primaria Stanley Road en Oldham. Es entonces cuando comienza el almuerzo para los más pequeños y es pura emoción; el tipo que solías tener cuando los horizontes eran cortos, los días eran largos y no había nada más por lo que preocuparse. Primero viene el balbuceo de voces, mucho más grande que los pequeños cuerpos que siguen, envueltos en anoraks regordetes a pesar del sol afuera. Toman vajilla, estos niños de cuatro y cinco años que, en septiembre, no sabían cómo sostener un cuchillo y el tenedor, y se dedicaban a la tarea seria de elegir. Detrás del mostrador se encuentra Sheena Fineran: sombrero negro, gafas grandes, polo magenta y, después de 30 años como dama de la cena, en completo dominio de su dominio. «Cuando comencé, era abulón lleno de bultos. Fue hígado. Era comida barata, frita y desagradable.

«Hoy somos los mejores». Las comidas escolares de Oldham son de alta calidad, sanas y premiadas. «Lo que veo ahora, eso es lo que le daría a mi familia».

Casi todo en estas bandejas de servicio ha sido cocinado desde cero esta mañana en la propia cocina de la escuela. Ese pollo asado proviene de una de las 14 aves que legaron  a las 6 de la mañana para asarlas y pelarlas, chamuscando sus propios dedos mientras lo hacía. La torta de pescado se hornea con una captura certificada por el Marine Stewardship Council. Aquí se presentan más opciones que en la mayoría de los comedores de oficinas que he visitado y, a partir de las zanahorias, la mayor cantidad de comida posible es orgánica y de origen local.Entonces un chico mucho más bajo y más tímido que el resto llega al frente de la cola.

«¿Cómo estás, cariño?» Fineran se agacha al nivel de los ojos de los bebés. Asif (no es su nombre real) tuvo un trasplante de riñón hace dos años y ella lo cuida. «¿Te gustaría …» – una pausa, como todos los buenos dulces merecen – «un panqueque?O te gustaría … una galleta? O te gustaría … «y ella reparte prácticamente una fruta fresca de puesto.

Niños que almuerzan en la escuela primaria de la comunidad de Stanley Road
«Cualquier consejo se sentiría orgulloso de servir comidas que induzcan a los niños a presentarles a los maestros sus platos limpios como si fueran trofeos deportivos».

Un susurro vuelve: «Piña». «Apuesto a que hay algo escondido», se ríe un colega, y Fineran se apresura a arrancarlo de raíz.

Cualquier consejo se enorgullecería de servir comidas que induzcan a los niños a presentar a sus maestros sus platos limpios como si fueran trofeos de deportes, pero para ver qué hace de este ballet diario un logro tan vasto, es necesario contrastarlo con los que llevan fiambreras.

De uno, un niño de siete años saca un kebab y queso procesado. Unas pocas mesas abajo se encuentra una niña masticando nuggets de pollo duro. Otros aparecen con tostadas frías o patatas fritas de la noche anterior.

Algunos niños llegan a la escuela con el estómago vacío y se van a casa sin cenar. La directora Rebecca Howarth dirige un club de desayuno y se asegura de que reciban almuerzos dobles, a pesar de que proviene de su presupuesto cada vez menor. «Encontraremos alguna manera de hacerlo. No puedes tener hijos pasando hambre. No puedo».

En 2016, la Oficina de Estadísticas Nacionales descubrió queOldham era la ciudad más pobre de Inglaterra . En algunos de sus vecindarios, un niño nacido hoy puede esperar morir poco después de llegar a los 70. Se prevé que su homólogo criado justo al lado de la elegante calle Brompton Road de Londresviva hasta los 96 años . En una de las sociedades más ricas de la historia de la humanidad, algo tan simple como nacer en la clase equivocada en la ciudad equivocada puede afectar a más de 25 años de tu vida.

Niños almuerzan en la escuela primaria Stanley Road, Oldham
Por £ 2.10 Oldham sirve un menú que es aproximadamente un 20% orgánico, con mucho más de origen regional». Fotografía: Christopher Thomond para The Guardian

Como recuerdos de su pasado industrial y radical, Oldham tiene algunos hermosos edificios de ladrillo rojo. Lo que le falta es efectivo. Mientras Fineran y yo estamos conversando, uno de sus colegas viene a preguntar si es cierto que Theresa May va a desechar las comidas escolares gratuitas para los menores de siete años. Cuando no oye nada , su alivio es como el sol que atraviesa las nubes: su propio muchacho comienza la recepción en septiembre.

«¿Qué valen los niños pobres? ¿Qué se merecen? La respuesta oficial es todo, como cualquier otro niño. La realidad es que cientos de miles de niños en Gran Bretaña pasan hambre ahora. Los directores informan que los alumnos de piel gris «sellenan los bolsillos » en el comedor de la escuela, mientras que los médicos de cabecera de Londres tratan a los jóvenes con esa enfermedad victoriana causada por una dieta deficiente, el raquitismo .Sin embargo, en Oldham, el servicio de cenas escolares se basa en el principio de que los que menos tienen merecen lo mejor posible. Entrega eso dentro de presupuestos muy ajustados, gastando un mínimo de 65p en comida para cada comida y cobrando solo £ 2.10.

Por ese precio, sirve un menú que es aproximadamente un 20% orgánico, con mucho más de origen regional. El departamento organiza clases de cocina comunitaria para padres. Entre los galardones por la calidad y la sostenibilidad de sus productos, es el único consejo en el noroeste que ha ganado la marca de oro Food for Life , «las estrellas Michelin por calidad de ingrediente», según Rob Percival de la Soil Association.

Incluso Jamie Oliver, quien casi por sí solo mató a Turkey Twizzler , suspiró: «Alimentar bien a tu hijo se considera muy elegante y de clase media». Sin embargo, aquí está, sucediendo en el rincón más pobre de Inglaterra, y no en un bijou café sirviendo a 20 gourmets y sus cuentas de Instagram, pero una oficina municipal con 86 cocinas escolares repartiendo 17,000 comidas al día. Sin un subsidio municipal, el servicio tiene que pagarse y compite con empresas como Compass, que también ofrece contratos escolares locales.

Entonces, ¿cuál es la fórmula mágica?Quienquiera que preguntes, todo se reduce a dos palabras: Anne Burns.Directora del departamento de cenas escolares de Oldham, también es «una fuerza de la naturaleza», dice el académico de alimentos públicos Kevin Morgan . Los visitantes de la oficina del alcalde de Manchester, Andy Burnham, que quieren que el resto del área aprenda del ejemplo de Oldham sobre las comidas escolares, le dicen: «Si pudiéramos cortarte en pedazos y separarte».

Cualquiera que corte en Burns encontraría inmediatamente dos cosas: una experiencia en la comida y un amor por los animales. Después de haber hecho cenas escolares durante 40 años, desde que se formó como cocinera de 16 años, aborrece las «comidas de ping» y «comida de plástico». Cuando «Jamie comenzó a sacudir el árbol» y realizó una campaña para mejorar las comidas escolares a mediados de la década pasada, encontró un público preparado en Burns, recientemente promocionado.

En el tablón de anuncios de la oficina hay una página de la revista Chat titulada «¡Salvada por mi perro!» Cuenta la historia de cómo, una mañana hace tres años, Burns comenzó a escupir sangre y moco antes de desmayarse. Solo su lustrosa weimaraner marrón, Alice (uno de sus seis perros y siete gatos en ese momento) la trajo a la boca lamiéndola y golpeándola con sus patas. Al precipitarla al teatro del hospital, el cirujano declaró: «Debería firmar su certificado de defunción».

Ella necesita esa dureza, argumentando a favor de una mejor comida en un consejo que siempre puede encontrar usos para obtener dinero extra y cuenta con personal en gran parte por hombres vestidos de traje. Como para ejemplificar su condición de personas ajenas, ella y su equipo de mujeres, con 125 años de experiencia en la restauración entre ellas, trabajan en un bungalow junto al ayuntamiento. Es un servicio de Cenicienta, ya que el catering escolar está en todo el país, pero como le dice a su equipo: «Esta noche, chicas, ¡Cinderella se va al baile!»

Educación catering manager Anne Burns
«Anne Burns es una funcionaria pública que mira, escucha y entiende al público al que sirve».Fotografía: Christopher Thomond para The Guardian

Más profundamente, Burns es un servidor público que mira, escucha y entiende al público al que sirve. Nacida al final de la calle en Rochdale, todavía vive allí, y en más de cuatro décadas solo ha trabajado para dos autoridades locales. Mamá, un ama de casa, papá, un decorador-pintor que, a los 80, todavía hace un trabajo extraño. La casa familiar no tenía teléfono, pero cuando recuerda su infancia de «clase trabajadora normal», es de acampar durante todo el verano y los partidos de cricket duraron semanas. Ella no fue criada para ser la segunda mejor, ni lo espera de los niños a los que alimenta.

«Esos niños son nuestro futuro», dice ella. «Son las personas más importantes. Sin ellos, ¿a dónde vamos? «Contraste esa locura con el volador que va de consejo a consultor y cuyo trabajo principal es decirle a los residentes que pagan su salario cuán terribles son sus estilos de vida y cómo sus hogares deben ser reemplazados con pisos de lujo.

Cuando Burns comenzó a alterar su menú, de lejos el proveedor principal de su departamento era Brakes. Sin embargo, la gigantesca multinacional era demasiado grande para acomodar las modas dietéticas de un nuevo gerente en un ayuntamiento. Harina integral orgánica? Frenos nunca iba a mantener una paleta exclusivamente para el uso de Oldham.

Lo que dejó un vacío en el mercado para los pequeños independientes, como TC Meats. Entre en sus oficinas y no tiene dudas sobre el tema principal de la conversación. Sobre la fábrica hay un santuario de Wayne Rooney, del Manchester United, que presuntamente funciona como lugar de trabajo: un cartel gigante aclama «The Maradona of Manchester», una camiseta firmada está en la pared y sus botas de color amarillo neón se sientan en una caja de vidrio en el mesa de centro del jefe. Algún conglomerado sin rostro esto no es.

TC Meats clasificó Burns con carne orgánica y leche y, después de llamar un poco, también encontró una granja que vendía huevos orgánicos. ¿Y por qué no harían el esfuerzo? A diferencia de en Frenos, TC Meats necesita Oldham para una gran cantidad de negocios. Junto con un distribuidor de frutas y verduras en Preston, estas dos empresas relativamente locales han asumido una parte mucho mayor del presupuesto de Burns, mientras que ella sabe exactamente de dónde proviene su producto. La profundidad de esas asociaciones significa que Burns a veces puede apoyarse en sus proveedores para mantener sus costos dentro del presupuesto.

Pudines en Stanley Road Primary School en Oldham
Pudines en Stanley Road Primary School en Oldham Fotografía: Christopher Thomond para The Guardian
Esto es localismo con una pequeña «l». Mantiene el dinero público cerca de casa y lo usa para hacer crecer la economía local; y es por eso que Morgan describe a Burns como «una heroína de la innovación del sector público».

Para Burns, es una elección hecha no por ideología sino por pragmatismo.»Cuando llegó el escándalo de la carne de caballo , dormí profundamente en mi cama», dice. «No servimos cosas del otro lado del mundo». Sabemos exactamente de dónde viene «.

Esto puede ser difícil, especialmente ahora que el reciente desvanecimiento de la libra inducido por el Brexit está haciendo subir los precios de los alimentos. Las encuestas de la Asociación de Suelos sugieren que los precios de verduras frescas han aumentado un 20% en los últimos 12 meses, mientras que algunos yogures han subido un 60%. Burns gime sobre los precios «locos, locos» por el queso y está teniendo que recortar la proporción de productos orgánicos que sirve en sus comidas. Y aunque hacer todo desde cero ahora es un hecho, recuerda la primera vez que el personal de cocina intentó hacer bizcochos.

«¡Oh Dios mío! Teníamos esponjas tan altas [su mano se eleva al nivel de un niño pequeño]. Los teníamos tan bajos [a media pulgada de su escritorio]. Pero ahora es la norma. Galletas caseras, lasaña, curry. Estamos orgullosos de lo que estamos produciendo «.

En primaria de Stanley Road, Fineran y su equipo están repartiendo a los niños de 10 años. ¿A los estudiantes realmente les importa si sus papas son orgánicas o si sus pescados provienen de fuentes sostenibles? «Para mí, es un gasto; para ellos es una educación. Estamos dando a estos niños un buen comienzo aquí «, dice Fineran.

«Los veo llegar a los cuatro años y llegar a los 11, y es una absoluta alegría verlos haciendo matemáticamente e inglés y socializando. Es como mirar a mis hijos. Es un logro al que he contribuido una pequeña parte. «Estamos privados, pero no lo somos».

Aditya Chakrabortty es comentarista de economía senior para The Guardian

Fuente: https://www.theguardian.com/commentisfree/2018/apr/25/school-good-food-not-just-posh-kids-poorest-town-oldham

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Save the Children alerta de los efectos de la segregación socioeconómica en la escuela y pide que se aborde de forma urgente y prioritaria

Europa/España/plataformadenfancias.org

La segregación escolar socioeconómica es uno de los principales problemas del sistema educativo español. Se produce cuando hay una distribución desigual en centros escolares de los niños y niñas que pertenecen a las familias con menos recursos. Cuando esta situación se agrava se producen situaciones de alta concentración de alumnado vulnerable en determinados centros.

Save the Children ha denunciado que la concentración de alumnado de perfil socioeconómico bajo en España afecta al 46,8% del total de los centros educativos y que de estos últimos el 90% son públicos. Los datos pertenecen al informe Mézclate conmigo. De la segregación socioeconómica a la educación inclusiva, que alerta de que este problema se ha agudizado en los últimos diez años y de que los sistemas educativos no inclusivos “limitan las posibilidades de desarrollo de la infancia, sobre todo de la más vulnerable”.

El estudio establece que un colegio tiene una alta concentración de alumnado en situación de pobreza cuando esta realidad afecta a más del 25% de sus matriculados. Sobre esta premisa, hay un 9% de los colegios a los que la Save the Children califica directamente de ‘centros gueto’ por tener más de un 50% del alumnado en situación de vulnerabilidad y otro 37,8% de las escuelas con niveles altos de concentración (entre el 26% y el 50% de los estudiantes con nivel socioeconómico bajo).

En la actualidad, el 44% del alumnado en España está escolarizado en centros que sufren concentración de alumnado vulnerable. En el caso de los estudiantes con nivel socioeconómico más bajo, el 72% acude a estudiar a colegios con este problema.

“Es intolerable la situación que vive casi la mitad del alumnado en España con un acceso a los recursos educativos precarios y que no responden a las necesidades especiales que requieren. El Estado debe garantizar políticas educativas que aseguren una educación equitativa que no deje atrás a los niños y niñas que proceden de entornos socioeconómicos más desfavorables impidiéndoles romper así con su círculo de pobreza”, ha señalado el director general de la ONG, Andrés Conde.

Sexto país que más segrega en la Unión Europea

El informe, presentado este miércoles en Bilbao, también denuncia que España es el sexto país de la UE con mayor índice de este tipo de segregación en la escuela (0,31) frente a la media europea del 0,27. En los últimos diez años (2006-2015), este marcador ha aumentado un 13,4% en el país.

Se necesita poner en marcha medidas que luchen contra la segregación escolar

Luchar contra la segregación escolar beneficia no solo a la infancia que procede de contextos socioeconómicos más desfavorecidos, sino a toda la sociedad en su conjunto. La falta de oportunidades de interaccionar con niños y niñas de otros contextos limita la formación y el desarrollo de habilidades de empatía que pueden tener consecuencias negativas en el futuro a nivel de cohesión social dando lugar a actitudes de intolerancia y exclusión. Los altos niveles de repetición y abandono en España, a los que la segregación contribuye, tienen un alto coste económico y social.

Tanto la legislación española en su Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE) como la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), reconocen la necesidad de impulsar un sistema educativo equitativo. El Comité de los Derechos del Niño, así como la Comisión Europea, han instado recientemente al Gobierno de España a revisar e implementar políticas que aborden la segregación y apuesten por una educación inclusiva basada en dar apoyo a los niños y niñas.

Por eso Save the Children pide a las administraciones educativas que aborden la segregación escolar de forma urgente y de manera prioritaria. Piden un Plan Estatal por la Equidad y la Inclusión en la Escolarización.

Save the Children propone: 

  • Políticas de oferta o planificación implicadas en el diseño del mapa escolar con medidas como la reserva de plazas en centros educativos, la apertura y cierre de grupos y centros o la oferta académica especializada.
  • Políticas de admisión del alumnado que regulen los niveles de concentración de manera más sistémica con medidas como el establecimiento de cuotas mínimas y máximas, el desarrollo de acciones informativas a las familias o el establecimiento de zonas de escolarización que favorezcan la reducción de la segregación escolar.
  • Políticas de compensación y atracción que ayuden a paliar los efectos de la alta concentración con medidas como la dotación de más recursos, planes de incentivos especiales al profesorado o la puesta en marcha de proyectos de innovación en este tipo de centros.

Descarga el informe Mézclate conmigo en la web de Save the Children

Fuente: http://plataformadeinfancia.org/save-the-children-pide-abordar-segregacion-escolar-urgentemente-a-favor-equidad-inclusion/

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Acerca de los diagnósticos psicotécnicos, las adecuaciones curriculares y la repetición. ¡Qué pobres son los pobres!

Por Julio Moreira

El 22 de diciembre de 2017, el juez letrado Gerardo Álvarez Escursell dejó sin efecto el fallo de repetición que una maestra realizó sobre el desempeño de una estudiante. El 20 de febrero de 2018, el Tribunal de Apelaciones de Familia de Primer Turno revocó la sentencia de primera instancia. El caso se instaló en la agenda pública de discusión.

Hemos conocido los puntos de vista de diputados, magistrados, abogados, consejeros, jerarcas del Ineed, reformistas desempleados, docentes jubilados, psicólogos, “especialistas en infancia”, escritores, comunicadores y lectores de periódicos, entre otros. La mayoría de los planteos se centraron en dos aspectos. Uno propio del campo de la abogacía: la pertinencia jurídica de que el poder judicial se pronuncie sobre temas educativos. Y otro de carácter pedagógico: la validez de la repetición como herramienta pedagógica.

Desde estas líneas, pretendemos aportar insumos a un tema que, por ser invisible para algunos, por ser incómodo para otros, no ha estado presente en el debate público del caso: la carencia de diagnósticos psicotécnicos de buena parte de los estudiantes de la educación pública, y la fachada con que los jerarcas de la ANEP pretenden ocultar la referida carencia.

¿Es la repetición un mecanismo discrecional?

A pesar de que ciertos consejeros y comunicadores han insistido las últimas semanas en la idea de que no existen mecanismos claros para establecer la repetición de un estudiante, lo cierto es que todos los procedimientos docentes que se dan dentro de una institución educativa están regulados por normas.

Al establecer una promoción o repetición, el docente debe atender al menos a dos grandes cuestiones: el acceso o no a un desempeño mínimamente aceptable en relación a los objetivos del curso (pautados en los planes y programas oficiales), y la regularidad en la asistencia.

El control de la asistencia es algo “objetivo”. Si existen topes máximos permitidos y se superan, se repite. Las causales y procedimientos para justificar inasistencias están previamente establecidos por cada consejo desconcentrado de la ANEP.

En cambio, el cumplimiento de los objetivos de cada curso es algo que se encuentra en debate. Denostando la secular tradición de la educación media uruguaya, existe una “rosca reformista” que pretende despojar de centralidad el papel de los conocimientos en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Habilidades, competencias y destrezas son los nuevos ejes. El sistema partidario, los jerarcas que se suceden al frente de la ANEP y fundaciones como Eduy 21 y Ceres, con la ayuda de las cadenas mediáticas, confluyen en el referido discurso.

Pero una cosa es el debate sobre cuáles deberían ser los objetivos de un curso, y otra cosa es cuáles son hoy esos objetivos. La libertad de cátedra nos permite a los docentes decidir de qué manera presentar cada tema, qué lecturas proponer, de qué manera abordar los emergentes, cuáles son las estrategias más adecuadas para evaluar cada unidad, etc.

Pero los docentes no tenemos discrecionalidad para decidir si un estudiante cumplió o no con los objetivos del curso. Y ello por dos razones. Primero, porque está reglamentado qué enseñar, qué evaluar y en qué momentos del año evaluar. Y tanto el desarrollo del curso como las evaluaciones quedan registrados y sujetos a contralor.

Segundo, debido a la existencia de criterios claros, inherentes a los conocimientos de cada disciplina, para evaluar el desempeño de los estudiantes. Si trabajamos con la historia de la edad media, no parece grave que el estudiante no recuerde quién es Carlomagno, pero si no ha comprendido cuáles son las relaciones sociales que caracterizan al feudalismo, parecería, en principio, que su desempeño no es aceptable, ya que, por ejemplo, no podrá significar como resabio feudal el uso de un rebenque para castigar a un peón rural.

No obstante, sería tonto negar que puedan existir discrecionalidades de algunos docentes al evaluar el desempeño de estudiantes. Pero para evitarlas existen mecanismos de contralor que cada consejo desconcentrado de la ANEP debe realizar aunque no exista denuncia alguna.

¿Qué sucede si se entiende que un estudiante ha sido perjudicado por parte de un docente y, agotada la vía administrativa, éste es respaldado en su actuación por su institución educativa y por la ANEP?

Nos parece discutible el argumento de que el poder judicial no tiene competencia para pronunciarse sobre la evaluación de un estudiante. La ANEP dispone de autonomía técnica para definir las orientaciones educativas, homologar planes de estudio, definir proyectos presupuestales y dictar reglamentos. Pero la ANEP no es autárquica. Si trasgrede normas, es pasible de denuncia ante el poder judicial. Si se piensa que una institución educativa desconoció el reglamento de pasaje de grado, algo que puede suceder sin necesaria mala intención, debe existir algún mecanismo de contralor al que la parte afectada pueda recurrir. Se llama “estado de derecho”. Claro, es indignante que dicho orden institucional haya funcionado a la perfección para analizar el fallo de repetición escolar de una niña, mientras duermen en un cajón las denuncias de delitos de lesa humanidad cometidos en dictadura.

En este caso, el problema radicó en la forma de intervención del poder judicial (no correspondía un recurso de amparo), en el avasallamiento de la autonomía técnica de la ANEP (se pretendió establecer el pasaje de grado de la niña desde fuera del ente) y en el tipo de disquisiciones en que el juez de primera instancia sustentó su sentencia (“razonable expectativa de seguir avanzando”). Este artículo se centrará en este último aspecto.

¿Qué es la “razonable expectativa de seguir avanzando”?

“Resulta ser inaceptable y discriminatorio afirmar de antemano que la niña no podrá enfrentar 5° año escolar, por su historial, sin permitirle poder razonablemente demostrar lo contrario”.

“Este sentenciante entiende que existen elementos indiciarios firmes y coherentes que analizados a la luz de la sana crítica permiten concluir que efectivamente se arribó a una decisión clara y manifiestamente ilegítima que afecta el derecho a la educación, pero no en cuanto a su acceso a la misma, sino que se afectó un derecho intrínseco aún más esencial de todo niño o adolescente que es la razonable expectativa de seguir avanzando en su educación y preparación”.

Sentencia N° 174 / 2017

No hemos encontrado en toda la literatura pedagógica que conocemos ni una sola referencia más o menos clara a algo parecido a la “razonable expectativa de seguir avanzando”.

Queremos creer que el juez no cometió un error tan básico como el de afirmar que la repetición no permite a la niña seguir estudiando. Por el contrario, se trata de un mecanismo que ofrece una nueva oportunidad para lograr ciertos aprendizajes que son necesarios como punto de partida en el siguiente grado.

Sin duda, la expresión tiene que hacer referencia a otra cosa. Si la abstraemos del marco educativo que la rodea, remite más bien a manuales de autoayuda (“cuando algo te inspira a seguir adelante, allí es cuando te encuentras mejor preparado para tener éxito”) o a consignas motivadoras para emprendedores (“tener grandes expectativas es la clave de todo”).

Pero, si en vez de abstraerlo, nos detenemos en el discurso educativo que rodea a la “razonable expectativa de seguir avanzando”, parece claro lo que el juez quiso decir: la repetición no le permite a la niña demostrar que puede enfrentar un grado con mayor complejidad. Por ello, jurídicamente resulta inaceptable, discriminatoria y violatoria del derecho a la educación. Más no sólo sería ilegal, sino también ilegítima. Trascendiendo el campo de lo jurídico, el juez sugiere la inmoralidad de la institución educativa por responsabilizar a la niña del fracaso de las estrategias pedagógicas del mundo adulto.

Consideremos la validez formal de este planteo del juez mediante un ejercicio de analogía. El pensamiento del magistrado es comparable al de quien dice: “negarme la libreta de conducir porque reprobé la prueba es discriminatorio, ya que se me impide demostrar que no volveré a cometer los mismos errores”.

Sin duda alguna, casi todo es posible en el terreno de las probabilidades. Podría ocurrir que quien no pudo estacionar el vehículo al dar el examen, pueda hacerlo sin problemas de ahí en más. Y podría suceder que la niña del caso logre alcanzar un rendimiento aceptable en quinto año. Pero la pedagogía no se maneja con probabilidades.

Muchas veces cometemos el error de pensar que las enseñanzas escolares son muy básicas. La naturalización de las expectativas sociales respecto a las edades en que debemos apropiarnos de ciertos conocimientos (leer, escribir, sumar, restar, etc.), nos hace olvidar que nuestra especie tardó cientos de miles de años en construirlos.

Hemos alcanzado tal complejidad en ciertas manifestaciones culturales (ciencia, filosofía, arte) que, para apropiárselas individualmente, cada sujeto debe lograr antes aprendizajes más “simples”. No es un capricho de las instituciones educativas que los conocimientos se hayan organizado secuencialmente.

¿Es posible saber qué es el sistema nervioso sin previamente saber qué es una célula? ¿Es posible entender la geometría del espacio sin previamente saber qué es una recta? ¿Es posible comprender la guerra fría sin conocer los grandes acontecimientos de la primera mitad del siglo XX? ¿Cómo explicar un acróstico a un estudiante que no sabe qué es una poesía? Las corrientes pedagógicas más antagónicas confluyen en la secuencialidad de los conocimientos.

Pero, además de falaz y antipedagógica, la conjetura del juez según la cual la repetición impide demostrar que se estaba en condiciones de promover, es una negación de la psicología del aprendizaje, en especial de las teorías acerca de los procesos cognitivos que habilitan el aprendizaje significativo: asimilación, acomodación, mediación, etc.

El aprendizaje es un proceso que mediante el cual un sujeto, a través de la experiencia, la manipulación de objetos y la interacción con las personas, construye conocimiento modificando, en forma activa, sus previos esquemas cognitivos del mundo que lo rodea. ¿Qué sentido tiene promover a un niño que no ha logrado incorporar a sus esquemas cognitivos los conocimientos que fueron trabajados en el grado anterior? ¿Mejorar indicadores?

¿Quiénes están detrás de la “razonable expectativa de seguir avanzando”?

El juez Álvarez Escursell no inventó la idea de que la repetición es un castigo. Varios de los jerarcas de la ANEP cuestionan el papel de la repetición desde hace años.

La directora general de Primaria, Irupé Buzzetti, fue quien promovió la actual Circular del Codicen que busca restringir la repetición a los cursos de tercero y sexto de escuela: “Yo me acuerdo de los alumnos repetidores que había en mi clase. ¿Y quién soy yo para después de más de 50 años recordar a una persona porque repitió de año? La repetición estigmatiza y a mí no me gusta etiquetar a la gente». (https://www.elpais.com.uy/informacion/primaria-da-primer-paso-eliminar-repeticion.html)

Quienes escribimos estas líneas, recordamos a muchos de nuestros compañeros de escuela, pero por ciertos atributos que los identificaban, que en ningún caso era la repetición: la estudiosa, la bromista, la que corría muy rápido, la conversadora, etc.

La repetición no es, por esencia, un mecanismo estigmatizador. En una institución educativa en la que los adultos aceptan con naturalidad que hay estudiantes que pueden necesitar recursar cierto grado, la repetición no debería estigmatizar.

Otra cuestionadora de la repetición es Celsa Puente, directora general de Secundaria: “No estoy de acuerdo con la repetición como la tenemos concebida en Uruguay. (…) Se supone que la decisión de repetición nace de la constatación de que (un niño o un adolescente) no desarrolló los aprendizajes que debió haber desarrollado durante ese período. Pero la única respuesta que nosotros damos es que vuelva a cursar lo mismo que ya sabemos que no le dio resultado. Repetir es realmente repetir: hacer exactamente lo mismo que ya hizo”. (https://oceano.uy/todopasa/escuchame-una-cosa/10667-no-estoy-de-acuerdo-con-la-repeticion-como-esta-concebida)

Es cierto que la profesora Puente reconoce que la ANEP carece de dispositivos de acompañamiento de carácter compensatorio para estudiantes con dificultades de aprendizaje. Pero en vez de exigir a quien debe exigir la dotación de recursos que permita crear tales dispositivos, corta por el lado más fino y se manifiesta en contra de la repetición.

Además, el supuesto de que la repetición consiste en volver a hacer lo mismo que ya se hizo, parece desconocer que, atendiendo a la maduración cognitiva del estudiante, repetir un curso, aunque sea con los mismos docentes, no conduce necesariamente a los mismos resultados.

Y algo más. ¿Cuál es el problema de que un estudiante repita lo mismo? Máxime cuando se trata de un niño que tiene un ritmo de aprendizaje más lento que el de otros compañeros. El comentario de Puente parece cargado de la lógica posmoderna de la satisfacción inmediata de los deseos, determinada por el hedonismo.

Otro gran detractor de la repetición es el hoy consejero de Formación Docente, Luis Garibaldi: “Uno deja a un niño repetidor para que pueda mejorar sus aprendizajes y los resultados de esos niños repetidores es que normalmente vuelven a repetir” (http://www.vozyvos.org.uy/mec-propone-eliminar-la-repeticion/)

Al observar la evidencia de que, en general, quienes repiten un grado, vuelven a repetir más adelante, Garibaldi extrae falazmente la conclusión de que es la repetición la responsable de no mejorar las condiciones de aprendizaje del estudiante. Nos preguntamos: ¿Las condiciones materiales de vida y las dificultades de aprendizaje desatendidas, están exoneradas de responsabilidad sobre los malos desempeños educativos?

El pasado 16 de febrero, tras reunirse con una sala de abogados, el Codicen de la ANEP emitió un comunicado en el que reivindicó la autonomía de la ANEP y aseguró que fallo judicial de primera instancia transgredió la Constitución. Consideramos cínico impulsar la eliminación de la repetición y luego defenderla por cuestiones leguleyas. Dado que han promovido (o no han enfrentado) la propaganda que identifica la repetición escolar con un delito, los consejeros deberían hacerse cargo de su responsabilidad sobre la sentencia judicial: “No se debe gastar la repetición antes del tercer año escolar. (…) Porque no se puede condenar a un niñito. (…) Repitiendo cascoteás al niño, con seis o siete años… es criminal” (http://www.busqueda.com.uy/nota/hacer-repetir-al-nino-en-primero-los-seis-anos-es-criminal)

¿Qué se oculta detrás de la “razonable expectativa de seguir avanzando”?

“(El recurso) no resulta ser un capricho de los padres en tanto y en cuanto todos los informes de la Clínica “Centro de Atención a las Dificultades de Aprendizaje” (…) son contestes en afirmar que (la niña) posee el potencial suficiente para enfrentar un nuevo año”.

“Fallo haciendo lugar a la demanda impetrada y en consecuencia deberá disponerse que la niña sea promovida a 5° año escolar”.

Sentencia N° 174 / 2017

Como se desprende de su sentencia, el juez letrado de primera desestimó los informes técnicos de la institución educativa, jerarquizando los informes de una clínica. Más allá de las razones particulares por las que Álvarez Escursell actuó así, el caso nos invita a una mirada más general. La niña en cuestión dispone no de uno, sino de dos diagnósticos psicotécnicos: el del colegio y el de una clínica. En Uruguay, la mayoría de los niños y jóvenes no dispone de asistencia profesional para diagnosticar y tratar sus dificultades de aprendizaje.

Gran parte de los niños más pobres del Uruguay no tiene derecho siquiera a saber si tiene dificultades de aprendizaje. En los hechos, no disponen de asistencia médica para consultar un especialista: en salud pública suele demorarse un año para conseguir número para un neuropediatra, un fonoaudiólogo, un oftalmólogo o un otorrinolaringólogo. A lo que debe sumarse un año más para comenzar un tratamiento. En una mutualista, cada orden de consulta con especialistas oscila entre $300 y $700, montos con los que las familias más pobres se alimentan varios días.

A modo de ejemplo, la policlínica infantil del Centro de Salud del Cerro ofrece un programa de lectura que surgió de la preocupación de un grupo de pediatras respecto a los altos índices de dificultades de aprendizaje que se dan en la población infantil y juvenil de la zona. Niños que viven con adultos no escolarizados; niños que atraviesan situaciones de violencia y abandono; niños que jamás vieron un libro. (https://ladiaria.com.uy/articulo/2015/12/al-ritmo-de-la-palabra/)

¿Cuáles han sido las respuestas de la ANEP ante esta orfandad de los estudiantes pobres frente a sus dificultades de aprendizaje? Analizaremos el caso de Educación Secundaria, pues es el que más conocemos. Pero, a juzgar por la normativa a la que se hace referencia en la sentencia judicial de primera instancia, la concepción de base que fundamenta las estrategias de Educación Primaria es exactamente la misma.

De 1984 a 2014 existió un régimen de tolerancia y exoneración. Al identificar un estudiante con dificultades de aprendizaje, los docentes realizaban un informe que era trasladado al Departamento del Estudiante del subsistema. Allí existía un equipo psicotécnico que evaluaba y diagnosticaba al estudiante, diseñando una serie de recomendaciones que los docentes debían tomar en cuenta. En ciertos casos, la unidad psicotécnica llegaba incluso a exonerar a un estudiante de cursar una o más asignaturas.

Evidentemente, el sistema no funcionaba de la mejor manera, fundamentalmente por dos razones: 1) los estudiantes no recibían un tratamiento que les permitiese corregir sus dificultades de aprendizaje, optándose en su lugar por renunciar a la educación de los jóvenes en ciertas disciplinas; 2) los docentes no tenían ni formación ni acompañamiento técnico en los centros para ensayar estrategias didácticas pertinentes; 3) el equipo psicotécnico recibió denuncias de no personalizar los diagnósticos, proponer a los estudiantes un tratamiento en clínicas privadas, y cobrar sin ir a trabajar. Así, el Departamento del Estudiante fue cerrado.

Pero, en vez de corregir las deficiencias del régimen de tolerancia (para lo cual hubiese sido necesario un fuerte incremento presupuestal), las administraciones progresistas lo sustituyeron por uno nuevo en el que se mantienen las mismas carencias, pero en el que desaparece lo mejor del anterior: los diagnósticos técnicos de las dificultades de aprendizaje con recomendaciones a los docentes.

Así, el nuevo régimen (que se autoidentifica con el individualismo posmoderno) agrega a las tradicionales responsabilidades docentes la de identificar las dificultades de cada estudiante (sin que tengamos la menor formación para ello) y, a partir de tal identificación, crear “un plan de trabajo realizado por cada centro educativo a medida de cada estudiante” (https://www.ces.edu.uy/files/2017/+ces/die/Guia_de_adecuacions_regulares.pdf)

Los mismos jerarcas que fustigan la injerencia del poder judicial y reivindican la autonomía técnica del ente, abandonan a su propia suerte a cada docente en un grupo con 30, 35 o 40 estudiantes, pretendiendo que éste sea capaz de adecuar a cada uno los contenidos, enfoques, estructuras y estrategias del curso.

En definitiva, la ANEP ha privado a los estudiantes más pobres que recibe la educación pública de la única oportunidad que estos tenían para -por lo menos- disponer de un diagnóstico por parte de profesionales. Consideramos que lo que las administraciones progresistas reivindican como un cambio de paradigma acorde con políticas inclusivas y respetuosas de la diversidad, no es más que una estafa que golpea a los hijos de los trabajadores.

Así, pues, el procedimiento judicial desnuda una realidad que nos debería interpelar:

1. La niña del caso dispone de apoyo familiar y profesional, a diferencia de decenas de miles de niños y jóvenes pobres, que están bajo el cuidado de adultos analfabetos o semianalfabetos, y que no tienen recursos para acceder a diagnósticos y tratamientos psicotécnicos, pues el Estado es omiso respecto a la prestación de dichos servicios.

2. El vacío que deja el Estado es llenado por empresas con fines de lucro que profundizan las brechas de clase entre ricos y pobres.

3. Es cierto que cada vez se sabe más acerca de los problemas cognitivos, pero también es cierto que el acceso a dichos saberes está restringido a quienes puedan pagarlos.

4. No existen mecanismos de contralor hacia las empresas (incluidas las instituciones educativas privadas) que ofrecen apoyo a una creciente gama de dificultades de aprendizaje.

5. Una cosa es crear una “adecuación curricular” a un estudiante que fue diagnosticado en una clínica, y que asiste a un colegio privado que dispone de acompañamiento psicotécnico a los docentes. Y otra cosa es diseñar la “adecuación curricular” a un estudiante que no tiene recursos para que lo diagnostiquen, en una institución pública en la que, con suerte, hay un psicólogo con 20 o 30 horas semanales de trabajo para orientar respecto a las potenciales dificultades de aprendizaje que puedan existir en una población de 500 a 1.000 estudiantes.

¿Educar o ahorrar?

Las falaces y generalizadoras críticas a la repetición, así como las defensas de dicho mecanismo entendido como castigo. El discurso de la “razonable expectativa de seguir avanzando”, así como el paralizante lamento de que “no le da”. El abandono a su propia suerte de los pobres con problemas de aprendizaje, y la posibilidad de una familia con cierto poder adquisitivo de recurrir ante la justicia para rechazar una evaluación docente. Todo ello descansa sobre una misma sacrosanta verdad que nadie parece discutir: “Es la propia institución (…) que debe hacer una autocrítica en cuanto a que el niño no debe estar al ritmo que le marque la institución, sino esta última es la que debe implementar un abordaje adecuado para estar al ritmo del niño o adolescente que presente cierta problemática atencional y/o de motricidad”. (Sentencia N° 174 / 2017)

Parece claro que cada persona tiene distintos ritmos de aprendizaje y que las instituciones educativas deben hacer los mayores esfuerzos por identificar y respetar dichos ritmos. Pero resulta contradictorio que la repetición, que es una herramienta que ofrece más tiempo para aprender, sea considerada una inadecuación al ritmo de un estudiante con dificultades de aprendizaje. Evidentemente, existen supuestos ocultos que conducen a la conclusión de que la repetición representa el fracaso de un docente y/o una institución educativa.

¿Por qué tomarse un año más para lograr ciertos aprendizajes es malo? Abundan los ejemplos de brillantes referentes de nuestra cultura que tardaron mucho en comprender ciertas cosas, y su mérito radica precisamente en que no vivieron el aparente “estancamiento” como un fracaso, sino como un necesario proceso fermental hacia un pensamiento complejo.

Aristóteles tenía más de 55 años cuando escribió varias de sus grandes obras. Kant tenía 63 años cuando escribió la versión final de su “Crítica de la Razón Pura”. Darwin tenía 62 años cuando escribió “El origen del hombre”. A Marx le insumió al menos diez años la construcción de su modelo teórico del capital. “He tenido un desarrollo tan lento que no he empezado a plantearme preguntas sobre el espacio y el tiempo hasta que he sido mayor”, escribió Albert Einstein. “Pintar como los pintores del renacimiento, me llevó unos años; pintar como los niños me llevó toda la vida”, expresó Picasso.

¿Por qué motivo, entonces, existe tal denostación hacia la necesidad de más tiempo para lograr algo? La respuesta la ofrece Andreas Schleicher, director de educación en la OCDE: “Pisa demuestra que los estudiantes que repiten un curso escolar no obtienen ningún logro relevante en su rendimiento, pero pierden un año en su vida laboral, por lo que la sociedad paga al menos 20.000 euros extra por estudiante que repite”(http://faparm.es/index.php/historico-web/64-resultados-de-murcia-en-la-prueba-pisa/sobre-los-resultados-de-las-pruebas-pisa/516-la-repeticion-estigmatiza-es-ineficaz-y-una-perdida-de-tiempo).

Desde la perspectiva del “club de los países ricos”, la repetición es una pérdida de dinero, porque cuantos más años le insuma a un estudiante completar un ciclo educativo, más gastos tendrá el Estado, y más tardará esa persona en ingresar al mercado laboral y volverse un sujeto productivo. Eliminar la repetición responde, pues, a la exigencia neoliberal de reducir el gasto público en políticas sociales, abriendo así nuevos mercados al lucro empresarial.

A esta perspectiva adhieren (o, al menos, con ella parecen coincidir) las últimas direcciones de la ANEP. A modo de ejemplo, en 2012, al evaluar los resultados en matemática, ciencia y lectura de las pruebas PISA 2009, el Codicen de la ANEP expresó en una publicación: «Algunas políticas que se utilizan para agrupar a los estudiantes según su potencial académico, intereses y comportamiento, como por ejemplo hacer que los estudiantes repitan cursos, pueden ser costosas para los sistemas educativos” (https://www.elobservador.com.uy/anep-dice-que-la-repeticion-no-ayuda-mejorar-los-resultados-n222824)

En definitiva, la idea de que la repetición estigmatiza, hace propios los postulados del ajuste neogerencial que ha recibido el neoliberalismo: calidad, eficacia, eficiencia, clientelismo, rentabilidad, resultados…

¿Educación para la transformación social?

“¿Usted comprende que la raíz principal de todos los males en la vida de los trabajadores es la pobreza; y que esa pobreza es una consecuencia directa de la actual organización económica de la sociedad?”

Bakunin. “La política del Consejo”. 1869

No nos son ajenas las dificultades de aprendizaje de los niños y jóvenes que acuden a las instituciones educativas. De hecho, les dedicamos buena parte de nuestras vidas. Pero no habrá dignos procesos de enseñanza y aprendizaje si no están dadas ciertas condiciones.

Todo niño y adolescente con dificultades de aprendizaje debería recibir un diagnóstico y un tratamiento clínico adecuado, sin que los costos sean una limitación.

Debería reducirse significativamente la cantidad de estudiantes por aula para que, de esa manera, puedan contemplarse un poco más los ritmos de cada uno.

En cada centro educativo del país, deberían existir equipos técnicos que acompañen el trabajo de los docentes con los estudiantes con dificultades de aprendizaje.

Correspondería que existan instancias gratuitas de perfeccionamiento docente en materia de dificultades de aprendizaje, con cursos académicamente sólidos.

Mientras tales condiciones no existan, la educación tenderá a reproducir las diferencias de clase.

Fuente: https://www.hemisferioizquierdo.uy/single-post/2018/02/27/Acerca-de-los-diagn%C3%B3sticos-psicot%C3%A9cnicos-las-adecuaciones-curriculares-y-la-repetici%C3%B3n-%C2%A1Qu%C3%A9-pobres-son-los-pobres

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Película «El buen Maestro» : El reto de sobrevivir en el instituto más conflictivo

Olivier Ayache-Vidal estrena «El buen profesor», una crítica sobre la educación basada en una escuela real y protagonizada por alumnos del propio centro

Europa/España/abc.es/Alex Jiménez

Imagínese ser un reconocido profesor de una prestigiosa escuela de su ciudad, en la que nadie le rebate nada y dónde es usted una eminencia. Y de la noche a la mañana, pasar a enseñar en uno de los centros educativos más conflictivos de su país, en el que nadie le conozca de nada y no se le respete. Bajo ese conflicto estrena Olivier Ayache-Vidal (París, 1969) su primer largometraje, «El buen maestro», una tragicomedia muy humana sobre un reto complicado al que debe hacer frente el célebre docente François Foucalt, al que da vida el reputado Denis Podalydès, con una premisa de doble rasero: reinventarse o morir.

«En los años en los que fui reportero fotográfico, me gustaba llegar a un sitio, observar, buscar, descubrir un tema y trabajar sobre él. En mi película, quería hablar sobre el problema real de educación que existe en Francia, pero como no soy un profesional en el campo, pensé en cómo viajar al núcleo del sistema y ver lo que allí ocurría. Y verdaderamente, hay escuelas que son muy conflictivas». Ayache-Vidal, que trabajó varios años como fotógrafo para UNESCO y la agencia Gamma, presenta con ese alegato su estreno en la gran pantalla y que protagoniza Podalydès, que con casi 125 trabajos a sus espaldas es uno de los intérpretes franceses más icónicos del mundo.

Al actor se unen en el reparto los peculiares alumnos del Collège Barbara de Stains, un centro de los suburbios de París en el que está inspirado el filme. «La vida en esa escuela es como se ve en la película. Los actores son los alumnos del colegio, que viven en ese sitio, en ese extrarradio. No es un decorado», cuenta Ayache-Vidal, que incide en la idea de su filme. «Quería hablar sobre la educación a través del punto de vista de ese profesor que pasa de un colegio a otro que, a pesar de estar en la misma ciudad, son tan diferentes entre sí», comenta el cineasta en base a una de las problemáticas principales que observa en su país. «Creo que habría que invertir el doble de dinero en educación de lo que se hace», rubrica.

Para el director, su película es un homenaje a los docentes. «Los profesores que la han visto se identifican al 100% con lo que cuento» enfatiza, aunque va más allá y aplica el valor de la enseñanzaa cualquier ámbito, como el fútbol. «Si un entrenador pone a un niño delante del portero y éste se deja encajar gol dos veces seguidas, el chico que dispara está tan convencido de que va a marcar también al tercer intento que, por mucho que el portero, ahora sí, quiera pararla, no va a lograrlo. El poder de la mente es impresionante».

La educación como arma

El cineasta estampa a la perfección la realidad de su filme a través de los ojos de su protagonista. «Al llegar al nuevo centro, y a pesar de su dilatada experiencia, el profesor se da cuenta de que debe cambiar y buscar el mejor método para que los alumnos se interesen por el curso, llegando incluso a cuestionarse sus propias maneras de enseñar. Si yo tuviera que impartir un curso de cine y a mis alumnos no les interesase mi clase, no pensaría que son unos idiotas, sino que igual el problema lo tengo yo», argumenta al respecto sobre el maestro de su película y su grupo de impertinentes alumnos, envueltos en absentismo escolar, gamberradas, malas costumbres e incluso trapicheos con las drogas.

En ese sentido, Ayache-Vidal es claro. «Hay veces en las que tienes que cambiar y pensar en el porqué de lo que haces no funciona. En Francia, la gente mayor dice: “Antes tenía principios. Ahora soy padre”. Con el tiempo, es una expresión que terminas comprendiendo», asegura el director. De entre todos los niños del largometraje, destaca uno: el desgarbado Seydou, al que interpreta Abdoulaye Diallo y que coprotagoniza la cinta junto a Podalydès. «El casting lo hicimos en el propio colegio. Y en cuanto le vi, supe que le daría ese papel. Tiene unas expresiones buenísimas para la interpretación, puede hacerte reír y llorar. Y la personalidad del chico, además, se corresponde muy bien con su papel. Aunque ha sido muy fácil trabajar con todos ellos», señala.

El profesor, así las cosas, trata de inculcar un método de trabajo totalmente nuevo en un centro en el que casi todos sus compañeros han tirado la toalla. Un problema que trasciende más allá de la ficción y que existe también en la vida real. «Hay profesores que no quieren cuestionarse a sí mismos. Que dicen: “¡Estos alumnos son idiotas, no puedo hacer nada por ellos!”. Pero lo fácil es rendirse. Hay una frase en mi película que dice que no existe el mal alumno. Y es muy cierta, porque hay que conseguir interesarles. Aunque no solo un día, sino todos», argumenta el cineasta, que se enfoca más en la trama educativa que en la propia historia personal del profesor, escarceos amorosos incluidos.

El descubridor de Omar Sy, el protagonista de «Intocable»

«El buen maestro» es el primer proyecto en la gran pantalla del cineasta, que antes había hecho varios cortometrajes. El tercero de ellos, «Mon dernier rôle», ganó en 2006 en los festivales de comedia de Meudon y Montreal. «Igual la educación no es el tema ideal para hacer mi primera película, pero sí es algo que todo el mundo conoce. Al fin y al cabo, y mejor o peor, ¡todos hemos ido al colegio!», argumenta sobre su película, que presenta similaridades con otras como «Escuela de rock», la exitosa «El club de los poetas muertos» y dos clásicos franceses: «Los chicos del coro» y «La clase».

Aunque el filme de Ayache-Vidal, pese a su aparente parecido, es diametralmente opuesto a «La clase», pues se centra en el énfasis de un profesor por seguir haciendo lo que quiere más que en su derrota y frustración por no poder inculcar sus conocimientos a los niños. En su estreno en España, el destino ha querido que coincida en las salas con «Una razón brillante», otro filme francés de temática similar. Sin embargo, el cineasta no cree que la coexistencia de ambas sea un problema en taquilla. En Francia, de hecho, «El buen maestro» gustó tanto que las semanas posteriores a su lanzamiento en cines «tuvo más éxito» entre los espectadores que en la del estreno.

Años antes de dirigir a Podalydès, «un grandísimo actor», Ayache-Vidalse puso al frente de Omar Sy en su cortometraje «Coming-out». El intérprete no había saltado aún al estrellato con «Intocable». De hecho, el corto que hicieron juntos fue «el primer rodaje» para cine del actor. «Años más tarde, después de “Intocable”, me dijo que le había sido muy útil en su trabajo el corto que hicimos juntos. Y me dio una alegría inmensa. La gente me decía en broma que yo le había descubierto», cuenta el cineasta. Quién sabe si ahora «El buen maestro» servirá para revelar el talento cinematográfico de alguno de los alumnos del Collége Barbara de París, un centro tan conflictivo como a ratos entrañable.

Fuente:http://www.abc.es/play/cine/noticias/abci-buen-maestro-pelicula-201804150119_noticia.html

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