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Educación y Política: notas para pensar más allá de las dicotomías

 

Por: Margarita Pacheco

¿PUEDE LA EDUCACIÓN SEPARARSE VERDADERAMENTE DE LA POLÍTICA? CONTRARIO A LO QUE AFIRMAN Y DIFUNDEN CIERTOS DISCURSOS PÚBLICOS, EMPEÑADOS EN SEGMENTAR LA REALIDAD EN DICOTOMÍAS FALSAMENTE OPUESTAS ENTRE SÍ, EN EL CASO DE EDUCACIÓN Y POLÍTICA EL VÍNCULO ES, QUIZÁ POR FORTUNA, MÁS INDISOLUBLE DE LO QUE A VECES SE NOS QUIERE HACER VER.

En el modelo de producción social que vivimos en estos tiempos, se dan fenómenos sospechosos todos los días, la mayoría relacionados con la forzada separación de cosas que no están separadas en realidad; a estas les podemos llamar dicotomías (división en dos partes de algo que es complementario). Aquellos que buscan mantener y reproducir el orden de cosas tal y como está en la sociedad capitalista, en su versión neoliberal, constantemente tratan de explicarnos el mundo a partir de dicotomías, de separar las cosas que están relacionadas. Este afán de diseccionar tiene como finalidad dificultar la comprensión de la realidad misma y facilitar la legitimación de lo no-legitimable; es decir, además de los efectos en la construcción del pensamiento –aunque de la mano con esto-, pensar en términos dicotómicos la realidad, tiene implicaciones profundamente políticas.

Estas escisiones, que sólo pueden sostenerse recurriendo a discursos retóricos, son inexistentes en los hechos, no obstante cumplen un propósito específico: crear la ficción de que los intereses económicos de ciertos grupos no inciden en la organización del poder y, al mismo tiempo, que estos no pautan las líneas que han de seguir las instituciones sociales de acuerdo a proyectos de sociedad encaminados a beneficiar a determinadas élites.

Es usual que cuando escuchamos hablar del, por demás complejo, asunto de la educación sea común que se dicotomice economía–política, educación–política, educación-economía, sin reconocer que todas estas dimensiones de lo social se encuentran relacionadas. Para los ideólogos que pretenden preservar el poder tal y como está, resulta conveniente presentar a la educación como un terreno “neutral”, más allá de los intereses de los grupos que controlan el poder o los que manejan la economía ―que casi siempre son los mismos. Es corriente escuchar en las declaraciones de los secretarios de educación frases como “la educación debe estar por encima de intereses partidistas”, “la formación de nuestros niños es la prioridad de este gobierno” y más del estilo. Mientras de manera discursiva se sostiene que los programas de las instituciones educativas deben ser ajenos a los intereses de los grupos políticos, en los hechos, estos programas atienden a las necesidades e intereses concretos de éstos.

Debemos tener claro que procesos educativos nunca son neutros, encarnan en todo momento un proyecto político, es decir, en última instancia, da cuenta de un proyecto de sociedad específico. Cuando hablo de proyecto político quiero referirme a una forma específica de organizar el poder para la producción y reproducción de una sociedad. En este sentido, cada sociedad demanda sujetos ―personas, hombres y mujeres― que hayan sido formados de acuerdo a los valores, creencias, costumbres, formas de producir y consumir, con una manera de entender el mundo y su movimiento de acuerdo a la historia que les ha tocado encarnar.

Siendo así, es necesario reconocer en todo momento que la educación, la manera y los contenidos  con los que se forma a los sujetos de una sociedad, es un terreno que se encuentra en permanente disputa; que se halla en tensión entre los intereses de los diferentes grupos de poder (políticos, empresarios, organismos internacionales…) y las necesidades profundas de las sociedades en las que se insertan. Depende de la fuerza de una sociedad para organizarse y su capacidad de reconocer y defender sus necesidades, que se trasluzcan sus demandas educativas en el sistema de educación, en cualquiera de sus niveles. Una sociedad poco reflexiva en torno a la formación que requiere para transformar sus condiciones de existencia, se encuentra a expensas de la imposición de programas educativos que buscarán, primordialmente, generar ganancias a partir de la explotación del trabajo de una población que difícilmente se beneficiará de ellas.

En la sociedad capitalista contemporánea, en la que las pautas sobre las que se organizan mujeres y hombres dimana de la organización del mercado, y ésta a su vez de las necesidades de acumulación de un grupo muy, pero muy reducido de personas, la educación lógicamente está encauzada a alimentar la acumulación de los dineros en las manos de este grupo. No solamente en términos de la preparación de cuadros aptos para realizar tal o cual trabajo en la cadena productiva; el diseño del sistema escolar también busca establecer los contenidos y mecanismos que susciten la legitimación del modelo de sociedad en el que emerge, es decir, su aceptación en el imaginario social. El trabajo de formación y aceptación ideológica en una sociedad como la nuestra se construye de manera cotidiana  a través de los medios de información masiva y los sistemas educativos, de allí que sea indispensable analizarlos con lupa crítica.

Si estamos de acuerdo en que cada proyecto educativo está vinculado a un proyecto político específico, hay que poner atención entonces a cuáles son los intereses a los que éste responde. En el caso del sistema educativo mexicano (como en la mayoría de los casos del mundo), es posible ubicar históricamente a qué propósitos ha servido el aparato educativo institucional de acuerdo a las necesidades sociales, económicas y políticas de los grupos de y en el poder en cada momento. Tristemente, tras un recuento de las transformaciones que ha sufrido la educación institucional en este país, es posible reconocer que, salvo honrosas excepciones (las Casas del Pueblo en los años 20, el proyecto Cardenista de educación socialista –con sus limitantes-, la creación de las Normales Rurales, y mucho más recientemente, la fundación de los Colegios de Ciencias y Humanidades por Pablo González Casanova), los movimientos que se operan en el sistema educativo mexicano han estado encaminados a reacomodarlo en función de las necesidades de los grupos políticos en el poder y, a últimas décadas, cada vez más de las necesidades de los empresarios (verbigracia la Educación por competencias, que traspasa la evaluación en las organizaciones empresariales, a los sistemas escolares).

En estos tiempos en los que el debate en torno a lo educativo en México cobra nueva actualidad, es importante trascender los discursos popularizados que pretenden desconocerla como real terreno que es disputado por los diferentes proyectos de sociedad, para estar atentos a cuáles son los intereses profundos que guían las transformaciones del sistema educativo en el país. A fin de ir deshebrando la enredada madeja de lo educativo, es necesario profundizar en un análisis que asuma la educación como elemento central en la organización y legitimación del orden social, que sea capaz de ubicar la relación que la dimensión educativa mantiene con lo político, lo económico, lo cultural; es imprescindible reconocer cómo es que se tejen estas relaciones, de qué manera se condicionan o determinan y cómo impactan en la vida cotidiana de mujeres y hombres, niñas y niños.

Quedan un puño de aristas que considerar para ir avanzando en la comprensión del tema educativo; en siguientes entregas trataré de ir planteando algunos elementos que considero centrales para elaborar una crítica reflexiva y concienzuda sobre la educación. Nos quedan pendientes temas como la diferenciación entre educación y escolarización,  la transformación de los modelos en los últimos años en beneficio del mercado, la pauperización de la enseñanza, pero también, nos resta hablar de las experiencias de educación que, a veces desde el terreno institucional y otras fuera de él, proponen formas educativas desde el diálogo, la equidad y el reconocimiento del otro, para la construcción de sociedades que trabajen para la libertad.

Tomado de:

http://pijamasurf.com/2013/03/educacion-y-politica-notas-para-pensar-mas-alla-de-las-dicotomias/

https://www.google.com/search?q=Educaci%C3%B3n+y+Pol%C3%ADtica&espv=2&biw=1366&bih=623&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjN4JK2jJzNAhVMmx4KHXlmB3cQ_AUIBigB#imgrc=G0LrPDUKKcrtvM%3A

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La religión de Gandhi: Una conversación sobre la Satyagraha Con Ajay Skaria.

Ajay Skaria habla de su nuevo libro, incondicional Igualdad: La religión de la resistencia de Gandhi.

Por: Omair Ahmad

Ajay Skaria, miembro de la facultad en la Universidad de Minnesota, uno de los co-editores de Estudios Subalternos vol.XII y autor de Historias híbridos: Los bosques, fronteras y el salvajismo de la India Occidental (1999), habló con The Wire sobre su nuevo libro, incondicional Igualdad:. La religión de la resistencia de Gandhi  El libro examina crítica de las ideas liberales de libertad e igualdad de Mahatma Gandhi y su propia práctica de una libertad y la igualdad organizado en torno a la religión.  Extractos:

Es raro hablar de «religión» en el dominio político en estos días y que menciona sus propias dificultades en romper el molde secular para leer Gandhi en esta luz. ¿Podrías explicar?

Debo confesar que como la mayoría de los que habían alcanzado la madurez intelectual como parte de la izquierda de la India, que era por mucho tiempo sospechoso de Gandhi por su religiosidad manifiesta. Por cierto, si me hubieran preguntado en fecha tan tardía como 2000, si había alguna posibilidad de que me gustaría trabajar en Gandhi, tendría enfáticamente dijo «no». Y yo he dicho en parte porque tanto como un estudiante de la universidad y más tarde en mi el trabajo en las regiones adivasi, que a menudo se encuentran demasiados seguidores de Gandhi corriendo ashrams que practicaron efectivamente una casta superior hinduismo. Incluso ahora, en mi opinión, el hinduismo como un fenómeno social probablemente permitió a la subida posterior de Hindutva.

Me dibujaron en los escritos de Gandhi completamente por accidente. En 2000, yo estaba enseñando el Inglés Hind Swaraj en una clase de grado y un pasaje de ella me ha intrigado. Desde que pasó a tener el texto cerca Gujarati a mano (que tenía, de hecho, acaba de comprar durante mi viaje a principios de año a Ahmedabad ya que la persona entonces yo estaba trabajando, Indulal Yagnik, fue el primer asociado y luego un crítico de Gandhi) , consulté a él. Hubo una considerable divergencia entre el gujarati y Inglés. A medida que leía más, me di cuenta de que las divergencias eran bastante frecuentes. Se hizo cada vez más claro que la escritura de Gandhi estaba haciendo algo muy diferente de lo que puede haber tenido la intención que lo haga.

Gandhi es uno de los pensadores más tenaces del dharma o «religión». Pero es el destino de todos los pensadores de la nueva de que su contexto y el trabajo del lenguaje oscurece su novedad, incluso de ellos mismos. Lo mismo sucede con Gandhi. Lo que trato de hacer en mi libro es suscitar tanto lo que piensa y lo que Gandhi no puede pensar. A veces, hacer que esta última requiere llevar a cabo cómo los argumentos explícitos de Gandhi se deshacen en su propia escritura. Esta ruina no es mi interpretación de Gandhi, ni tampoco es una crítica.

He encontrado la religión de Gandhi en este otro sentido cada vez más inquietante y estimulante. Gandhi describesatyagraha como la religión que se mantiene en todas las religiones. Dice que no puede haber política sin religión. Él describe la «civilización moderna», como adharm, irreligión. Pero, ¿qué es esta religión? La mayoría, evidentemente, se articula una política profundamente conservadoras. En una mayor atención a las fisuras y divergencias, sin embargo, está claro que la escritura de Gandhi también ofrece, a menudo en contra de sus intenciones explícitas, tal vez incluso en contra de sus deseos (a diferencia de las intenciones, uno no está en control de los propios deseos), una crítica de largo alcance del secularismo liberal y la igualdad liberal; que potencialmente nos ofrece algunos términos para pensar acerca de la igualdad de todos los seres.

Usted menciona cómo Gandhi hizo hincapié en que los mismos británicos quedaron atrapados por la modernidad y que debe estar libre de las dos Britishisms británicos y, como el parlamento. ¿Es coherente era este pensamiento? ¿Qué otras formas de gobernación se Gandhi realista esperar que trabajar?

Esto no es un pensamiento coherente. Cuando estamos inmersos en la tarea de interpretación, que con frecuencia están tratando de desentrañar un argumento coherente a partir de un texto. Pero cuando, como en este libro estamos asistiendo a los argumentos que Gandhi incluso puede oponerse explícitamente, pero que, sin embargo, salir de su escritura, esta cuestión de la coherencia no es tan importante. Lo que estamos asistiendo a la vez es el momento de peligro cuando la coherencia del texto puede ser deshecho. Si prestamos atención a los escritos de Gandhi en este espíritu, entonces podríamos decir que uno más inquietante (de nuevo, aviso, no más evidente) tropo es la forma en que se cuestiona la igualdad de la «civilización moderna», de lo que hoy somos propensos a identificar como la igualdad liberal.

Gandhi está profundamente perturbado por esta igualdad liberal, y lo describió como una «igualdad de espada ‘. Como esa frase indica, intuye que la igualdad liberal se basa en la dominación. Y uno puede sentir cómo. Como he argumentado en el libro y enotros lugares , en primer lugar, por este orden otorga igualdad sólo a aquellos seres que supuestamente poseen la facultad de razonar y medida, y de esta manera sistematiza el dominio sobre todos los otros seres – igualdad sólo puede ser entre los seres humanos. Y debido a que la línea entre el ser humano y el animal pasa a través de los seres humanos, esta igualdad también exige el dominio sobre otros seres humanos – no son los seres humanos que se presumen de ser no del todo humano, como las mujeres, los esclavos, los colonizados o en nuestros días los terroristas y antinacionales. En segundo lugar, seres autónomos infligen una violencia masiva en sí mismos, porque ellos pierden el poder de amar, que en los escritos de Gandhi requiere la rendición de autonomía e incluso la soberanía (que es a causa de esta pérdida que en Gandhi de la escritura del Inglés merecen ‘piedad’). En ambos modos, institutos de autonomía Una regla de la mayor, incluso una igualdad de la principal. Aquí, la libertad y la igualdad sólo es posible a través de la dominación sobre el menor. Lo que se pierde es la posibilidad de una salida de la subalternidad que no participa en la dominación o la mayoría. Es en parte debido a estas jerarquías que Gandhi se puede describir «civilización moderna», como adharm o irreligión, que el editor en Hind Swaraj describe parlamentos como «emblemas de la esclavitud ‘.

La alternativa a la igualdad de medida para él es satyagraha . Pero él es muy consciente de que satyagraha no es una forma alternativa de gobierno. Satyagraha requiere en lugar de abandonar la soberanía o la gobernabilidad sobre ambas demás y de uno mismo. Así satyagraha no es una alternativa institucional o gubernamental para la igualdad de la medida. Por esta razón, aún cuando critica los parlamentos, que conserva un fuerte gusto por la democracia parlamentaria. A medida que el líder del Congreso, que está exigiendo constantemente representación parlamentaria;también puede ser en parte por qué tal vez él afirma Nehru sobre Bose o Patel.

Hay una anécdota que he discutido en uno de mis ensayos  que ilustran muy bien este punto: En alguna parte de la década de 1920, uno de los socios de Gandhi escribe a él, informar de un robo en su casa. De acuerdo con lo que Gandhi defendió, el asociado escribe, no se había registrado un caso con la policía. Pero todavía se sentía enojado con el ladrón.Gandhi responde con el argumento de que si el asociado estaba resentido del robo, a continuación, que era su deber de informar a la policía; debe abstenerse de registrar una queja, Gandhi añade, sólo si él podía perdonar o prácticasatyagraha contra el ladrón. En otras palabras, si el satyagrahi no puede abandonar el deseo de acción policial contra el ladrón, entonces los satygrahi deben por todos los medios la buscan. El punto es que renunciar en lugar de dominar el deseo de la acción del Estado contra el ladrón. En una línea similar, satyagrahis puede disciplinar a sí mismos de modo que sean más capaces de renunciar al deseo de dominio, medida o parlamento. Pero no pueden optar por renunciar a ese deseo; más bien, la renuncia debe hacerse con ellos. Esta es quizás también uno sentido en el que Gandhi dice a menudo que él no elige hacer satyagraha , que la compulsión de satyagraha se apodera de él.

¿Por qué usted describe su filosofía política como una religión?

Es Gandhi, que describe su política como una religión, que insiste en varias ocasiones que no puede haber política sin religión. Todo lo que estoy tratando de hacer es averiguar lo que esta política religiosa implicaba e implica. Desde la perspectiva del secularismo liberal que es nuestro sentido común, las afirmaciones de Gandhi parecen francamente peligroso. tradiciones liberales, porque la autonomía privilegio, necesariamente consideran la religión con cierto recelo.Desde su perspectiva, la religión está constituido por afectar o fe. Y para ser religioso en la esfera pública es ser no libre, porque es para funcionar con leyes que no se ha dado a sí mismo.

Esto no es, por supuesto, decir que las tradiciones liberales rechazan la religión. En lugar, instituyen alguna versión de la distinción entre sociedad política o de la esfera pública y la sociedad civil o de la esfera privada. Aquí, la esfera pública es donde se ejercen los derechos de los ciudadanos ‘y la esfera privada es donde se ejercen los «derechos del hombre», o lo que hoy llamamos derechos humanos (derechos de la persona privada). Esto no es sólo una libertad de la religión en la esfera pública; también es una libertad para la religión en la esfera privada, por lo que la religión se convierte en un asunto privado. Y el secularismo que se crea en el proceso podría ser descrito como un secularismo teológica: el secularismo ahora los valores más altos en el mundo inmanente.

Ha habido algunas críticas seculares muy potentes de secularismo liberal. Esto, por ejemplo, es lo que ofrece el joven Marx en La cuestión judía . Señala que a pesar de que las dos esferas se supone que deben ser distintos, con la sociedad política que domina la sociedad civil, en realidad las cosas son al revés y la sociedad civil domina la sociedad política. En otras palabras, el Estado laico es el «Estado cristiano perfeccionado ‘. Como ya hedicgo en otro lugar , esto no significa que el Estado conserva subrepticiamente algunos valores cristianos, o incluso que encarna una versión secular de los valores cristianos – no en todos. Ese tipo de argumento hegeliano, que sigue siendo sorprendentemente generalizada entre los especialistas, es lo que el joven Marx critica. Para Marx, el Estado laico es el estado cristiano perfeccionado en un sentido profundamente irónica. Lo que el joven Marx es el argumento es que el cristianismo – y la religión en términos más generales – se caracteriza por la alienación del hombre de su especie «ser» y esta alienación se perfecciona por el estado liberal y secular. Así, Marx tiene una crítica a la vez de la religión y el laicismo liberal. Hemos recogido lo general hasta su crítica a la antigua, pero pasado por alto su crítica de este último. (Esto puede ser en parte porque el propio Marx no se sigue a través de su crítica de este último, pero eso es otro tema).

Pero Gandhi no está ofreciendo una crítica secular. Él está en su lugar insistiendo en una crítica religiosa. Y con esto, estamos en terreno desconocido. Mantener relaciones con él, hay que empezar con la pregunta: ¿qué es la religión en los escritos de Gandhi (nótese que no digo ‘de Gandhi’). Creo que hay que recordar que Gandhi escribe después de la muerte de Dios – es decir, después de que el laicismo ha surgido en el mundo como una fuerza que debe ser enfrentado. Y lo que llama la atención acerca de la escritura de Gandhi es la forma en que se escenifica ese enfrentamiento.

¿No nos pide que replantear lo que el término «religión» es en sí?

Sí, lo que Gandhi hace es de hecho una reformulación de la religión. Sólo añadiría: aquí, reencuadre es también un retorno: se está volviendo a lo que es fundamental para el «concepto» de la religión. JacquesDerrida ofrece en uno de sus ensayos una hermosa «pre-definición» de la religión: «siempre es una respuesta que se prescribe, no elegido libremente … No hay duda de que implica la libertad, voluntad y responsabilidad, pero vamos a tratar de pensar esto:. albedrío y la libertad sin autonomía «me gusta el cuidado de esta palabra» pre-definición «. Puedo entender que mientras que una definición identificaría los contornos formales del objeto que está siendo definido, un pre-definición describe la abertura dentro de la cual se despliegan estos contornos. Y me gusta el pre-definición también. Evita la presunción de costumbre secular – compartida por ejemplo por Marx – que ve la religión como un reino de la falta de libertad. Más bien, hay aquí una libertad donde uno no uno mismo da leyes de uno (como se hace en la autonomía, la libertad de los ciudadanos).Uno puede darse cuenta por qué Derrida prologa su pre-definición diciendo, «vamos a tratar de pensar en esto». De hecho, es difícil pensar: ¿cómo se puede ser libre si uno está siguiendo las leyes prescritas por otro, las leyes que uno no puede decir que ha consentido en libre y racionalmente (como estamos ampliamente presume que tiene en una democracia liberal, aunque una vez más recuerda Marx nosotros que no estamos haciendo nada por el estilo)?

Si en esta pregunta Gandhi es tan convincente para pensar con, entonces eso es porque su escritura se reactiva una vieja distinción – que entre la teología y la mística. Se encuentran estas dos tradiciones «a los» casi todas las religiones (en el hinduismo, por ejemplo, en el contraste entre mendigos errantes y el sacerdocio de la orden de castas estable): doctrinas e instituciones se organizan en torno a las teologías, mientras que la mística retrocede ante este tipo de puestas a tierra y fundación – la búsqueda de Dios, se encuentra con el abismo, que mantiene dios que falta. (Por supuesto, uno puede decir que la mística sólo en un sentido no histórico: el momento en que nos fijamos en algo como un fenómeno histórico, que se encuentra tegumentos sociales que constituyen necesariamente todos los misticismo histórico Ni siquiera uno nunca se encuentra una mística pura – históricamente. ., la mística y la teología son siempre fenómenos entrelazados quiero hacer notar es que la mística como un «concepto» tiene una relación agonística con sus tegumentos, su locus social) la escritura de Gandhi -. una vez más, no siempre Gandhi en sus pronunciamientos explícito – activa y se intensifica religión en este sentido místico.

En segundo lugar, y esto es lo que es sorprendentemente nueva sobre Gandhi, la suya es una mística política. Es decir, a diferencia de muchas tradiciones místicas, que se ocupan de una libertad que requiere derramamiento de lazos sociales, la mística de Gandhi implica una libertad en la sociedad. Esto es lo que lo lleva con tanta fuerza en la conversación con el secularismo liberal, con la democracia autónoma o republicano, que también se ocupa de la libertad en la sociedad. Pero donde el secularismo liberal organiza su libertad en torno a una igualdad de medida, Gandhi de escritura (aunque no sus formulaciones explícitas) ofrece una libertad organizada en torno a la igualdad incondicional.

Una parte clave de su descriptor de la «religión» de Gandhi es su idea de la inmanencia, de que Dios es una fuerza viva en el mundo. ¿Cómo resucitar Gandhi dios después del entierro elocuente de Nietzsche de él?

Entierro elocuente de Nietzsche, como bien ha señalado, es el dios de la teológica – del dios que sería soberano sobre nosotros, del dios encarnado en diversas instituciones. Y no sólo enterrar el dios que solemos asociar con la religión.Como dice heidegger , cuando Nietzsche dice ‘Dios ha muerto’, esto también señala la muerte del mundo suprasensible – de ese mundo de las ideas y los ideales que se ha tenido en tantas tradiciones, incluyendo aquellos en el subcontinente de Asia del Sur, para ser más verdadera y real que el mundo cambiante y sensorial. Después de la muerte del mundo suprasensible, no puede dejar de ser una afirmación directa de los «valores superiores» como los que participan en el humanismo o lo que yo he llamado laicismo teológica. Esta es la razón, dice Heidegger, para Nietzsche ahora «nihilismo, ‘el más extraño de todos los invitados’ está de pie en la puerta». Nihilismo: Las señales de esta palabra, en un registro totalmente diferente, la crítica que vio la toma de joven Marx – que los valores más altos se presuma que están incorporados en la sociedad política son constantemente sobornado dominados por los valores de la sociedad civil, del «hombre egoísta ‘.

Pero Gandhi se ocupa de un dios mística, no un dios teológica. Y a pesar de que invoca a Dios todo el tiempo, Gandhi habita un mundo después de la muerte de Dios. Para empezar, le resulta difícil afirmar una «KINGLIKE ‘o un dios soberano. En cambio, dice en repetidas ocasiones, que satya  (verdad) es dios. Y esto satya en sí no es soberano o KINGLIKE – no puede ordenar a la lealtad de todo el mundo. Más bien, Satya es una cuestión de fe – uno sabe satya sólo a través de bhakti (devoción). Este énfasis en el bhakti implica que ahora satya es solamente la propia satya  y hay una pluralidad de Satya . Mientras lucha con la cuestión de cómo exigir justicia donde hay una pluralidad de Satya , llega a sus formulaciones sobre ahimsa y satyagraha.

Su referencia es el de «igualdad», pero gran parte del pensamiento de Gandhi también se centra en la corrección, lo llamas un «radical conservadora». Y aunque esto evolucionó – usted menciona cómo sus palabras fueron de «cafre» a «Zulu» – continuó siendo un problema en su imaginación del sistema de castas, al igual que su incapacidad para imaginar los de sus lugares «apropiados», tales como prostitutas.

Yo diría más bien: cómo pensar acerca de la igualdad y la propiedad juntos es una de las cuestiones que plantea Gandhi para nosotros. Las cuestiones de la SWA o el buen o el «más propia» son cruciales para Gandhi. Basta pensar en lo que muchas de las palabras que son importantes para él – swaraj , swadeshi , swadharma  o swabhav . Su crítica de la «civilización moderna» lo lleva a este énfasis en el correcto. Para él, incluso en sus formulaciones explícitas, la violencia fundamental de la «civilización moderna» es que no conoce límites, que practica una abertura límites y hace que los seres finitos infinita. De hecho, cada vez infinita través de la medida – en concreto, la medida ciudadana contra condensada en razón autónoma – es la violencia distintivo de la civilización moderna. Para esto, Gandhi contrasta ‘verdadera civilización’, que se organiza en torno a la autolimitación.

En el libro y en otros lugares, describo la religión de Gandhi como un conservadurismo radical. Aquí, los radicales no se refiere a la izquierda oa la derecha. Por el contrario, deseo recordar la etimología de radicales – que el que va a las raíces, ya sea para arrancar de raíz o reroot. Gandhi se dibuja al conservadurismo quizá porque ofrece la forma más poderosa (a veces temo que la única manera) de cuestionar la «civilización moderna». Pero procura conservar algo extraño – fe sin suelo o la igualdad sin condiciones. Estos no son valores sustantivos de la clase que por lo general afirma conservadurismo. Con el fin de conservar la igualdad incondicional, por ejemplo, sería necesario destruir casta, como también las jerarquías de género. Existe, pues, una tensión, incluso se atreve uno decir una aporía, en los escritos de Gandhi entre el conservadurismo que debía comenzar el viaje y la igualdad o la fe que debe conservar.

Es quizá por esta aporía que existe una inestabilidad fundamental e incluso indecidible en la política de Gandhi, que hay dos conservadurismos radicales en lugar de uno. Por un lado, muy a menudo el conservadurismo que comienza desde hace imposible para él pensar igualdad incondicional. Usted puede encontrar muchos síntomas de esto en todo – sus observaciones sobre varnadharma , el concepto mismo de Harijan y la forma en que él es incapaz de considerar la posibilidad de que las prostitutas de Barisal pueden ofrecer satyagraha . Por ejemplo, cuando Gandhi defiendevarnadharma , él no lo hace, proporcionando una cuenta funcionalista de ella como una división del trabajo (de los cuales defensa Ambedkar comenta con acritud que la casta es una división de los trabajadores, no la mano de obra). Por el contrario, para él, varnadharma nombres de la idea de que las personas se limitan a su casta y sus obligaciones asociadas, y que tal auto-limitación les permite centrarse en lo que es realmente importante – su bienestar espiritual. A juzgar por este argumento, la desigualdad entre castas es una acreción más tarde y puede ser quitado para quevarnadharma se deja en su pureza. Este es el conservadurismo radical en el sentido de que el conservadurismo empuja mucho más lejos que nunca; pero los restos adecuados Sovereign en este nuevo conservadurismo. No sólo eso, la soberanía de varnadharma incluso podría ser fortalecida desde su propiedad ahora se puede mantener con la conciencia tranquila.

Por otro lado, están los momentos más raro, pero sin embargo a menudo desestabilizadora o incluso abriéndose paso en sus declaraciones explícitas, donde la soberanía conservadora se destruye por el énfasis en una fe sin tierra y una igualdad sin condiciones. Aquí, satyagrahis practican la impropiedad adecuada a la igualdad incondicional. Gran parte del libro está dedicada a las burlas de este segundo «forma» del conservadurismo radical.

Todo lo que es quizás todas partes visible es sólo el primer conservadurismo radical. ¿Alguna vez practican el conservadurismo en el segundo sentido? El problema con esta pregunta es que es imposible de responder. Si el conservadurismo en el segundo sentido nunca se ha practicado, pertenece a su naturaleza que se ha practicado unknowably y de forma invisible, no menos importante de todos a partir del practicante. Lo cual no quiere decir, sin poder.

Al igual que la muerte de la religión, también se ha producido una muerte del estado – en la que los que tenían fe en que la modernidad conduciría a una vida más moral parecen estar confundidos por la amoralidad, incluso la inmoralidad, de los estados. ¿Tiene la filosofía de Gandhi nos permita salir de esta trampa?

Efectivamente se ha producido la muerte del ideal del Estado – si el estado comunista o el estado liberal. Que la muerte puede ser en parte debido a la realización (no fundido, por supuesto, en estos términos) que la sociedad política o de la esfera pública siempre se está deshechos por la sociedad civil en sus diversas formas: el capitalismo, la casta y las religiones teológicas, por nombrar algunos. La solución comunista – la abolición de la sociedad civil – dio lugar a lo que Arendt ha descrito con tanta fuerza como el totalitarismo. El auge del neoliberalismo y el Estado neoliberal es entre otras cosas un síntoma de esta desilusión tanto con el socialista y el Estado liberal.

No creo que Gandhi nos permite una manera de salir de este aprieto – que el Estado y la sociedad política está constantemente dominada por la sociedad civil. Pero sí indica una forma, una manera muy convincente, para habitar con responsabilidad este aprieto. De una manera bastante clarividente, que ataca a la «civilización moderna».Satyagraha es una profunda desconfianza de la sociedad civil y la sociedad política, y ofrece otra sociabilidad, otra disciplina. Esta sociabilidad no supera la sociedad civil y política. Queda fuera de ellos y trata de hacerlos más responsables.

Hoy en día, ¿cómo son estos pensamientos y este acercamiento a la filosofía relevante?

Me gustaría poder decir que el pensamiento de Gandhi ofrece algunas respuestas, que ahora es sólo una cuestión de la voluntad política necesaria para seguir o aplicarlas. Pero con los pensadores más rigurosas las cosas nunca son tan claros. Lo que recibimos de ellos no es respuestas, sino preguntas nuevas y aún más nuevas maneras de formular preguntas de siempre. Y la escritura de Gandhi, lea cuidadosamente, ofrece muchas preguntas con las que pensar.

Por encima de todo, nos da la cuestión de la religión como la mística política. Recordemos: la mística política (a diferencia de la teología política) emerge de ser golpeado por la aprehensión (pero no el conocimiento) que sólo hay fe sin tierra y que adecuado para tal fe es la igualdad sin condiciones de todos los seres. Para su articulación de este misticismo político Gandhi dio el nombre satyagraha . Teniendo en cuenta lo mucho que la primera conservadurismo radical corre a través de los escritos de Gandhi, tal vez ni ese nombre, satyagraha , ni su articulación de lo necesita necesariamente ser retenido hoy en día (aunque me preocuparía que cualquier esfuerzo para comenzar de nuevo demasiado rápido podría terminar repetir viejos errores de nuevas maneras ).

Aún así, a menudo me preocupa: es la mística política siquiera relevante en un momento como éste, cuando la violencia vicioso del BJP amenaza con sustituir a la igualdad de medición de la laicidad teológico con Hindutva como una teología cultural? Está planteando nuevas preguntas o reformulación de las preguntas de uno incluso una preocupación válida en un momento como este? ¿No deberíamos simplemente empuje para la aplicación de – incluso la voluntad para la ejecución de – las respuestas que ya conocemos un poco? No estoy seguro de esto, ni estoy seguro de que estas dos opciones se oponen entre sí. Pero también me recuerdo que satyagraha en sí está formulado durante el dominio británico, un tiempo que probablemente aún más brutalmente violenta que ahora.

Fuente: http://thewire.in/2016/06/06/the-religion-of-gandhi-a-conversation-about-satyagraha-with-ajay-skaria-40893/

Imagen: http://i2.wp.com/thewire.in/wp-content/uploads/2016/06/15868812355_ee83c184f6_k.jpg?resize=750%2C500

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Reflexiones sobre la guerra del imperio USA contra Venezuela

Mario Sanoja Obediente-Iraida Vargas-Arenas (*)

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La Guerra Mediática

Para desmontar la adulteración maliciosa de la verdad que subyace a la guerra mediática internacional y nacional contra Venezuela, es necesario que el público sea capaz de analizar la avalancha de oscuras y retorcidas noticias e informaciones sobre Venezuela y la Revolución Bolivariana, que conozca las motivaciones reales que tienen las transnacionales que conforman el núcleo duro del imperio estadounidense que hoy quiere volver a apoderarse y colonizar a Venezuela.

Venezuela, desde inicios del siglo XX, ha sido y es la joya de la Corona Imperial de los Estados Unidos: reservas petroleras por más de 250 millones de barriles, cuantiosas reservas de gas, oro, hierro, bauxita, coltan, uranio y demás recursos, así como una posición geoestratégica y geopolítica de primera magnitud en el mar mediterráneo caribeño que conforma el primer anillo defensivo sur oriental de los Estados Unidos. Por volver a apoderarse de Venezuela, el Comando Sur está dispuesto a hacer la guerra, a matar lo que sea y a quien sea, tal como ya asesinaron al comandante Hugo Chávez

Para desplegar urbi et orbi su ofensiva, el cartel internacional de medios de prensa escrita o televisiva y de redes sociales ha desatado una feroz ofensiva contra mi pequeño país. No pasa un día sin que hasta órganos ingleses de prensa digital supuestamente serios como The Guardian o La Jornada de México reproduzcan el cotilleo político antivenezolano que ha sido previamente rebotado desde la prensa española que forma el nido de huevos de la serpiente. Uno tiene la impresión que se trata de publicidad pagada por personas u organismos de la derecha internacional, esto es, lo que los periodistas venezolanos denominan “caliche”, noticias sin ninguna profundidad de contenido que en condiciones normales dichos diarios no se habrían tomado la molestia de reproducir ni comentar.

La campaña de desprestigio de la prensa internacional es orquestada y amplificada vergonzosamente incluso por el impresentable Secretario General de la Organización de Estados Americanos, el tristemente célebre Luis Almagro, coludido de manera impúdica con los sectores más reaccionarios de la derecha venezolana (alias Mesa de la Unidad Democrática); dicho funcionario saltó sobre las disposiciones estatutarias de la OEA para intentar aplicar a mi país la llamada Carta Democrática Interamericana y justificar así una intervención militar. Este hecho, unido a la campaña de odio mediático, intenta preparar la opinión pública mundial y nacional para una posible intervención bélica en Venezuela al estilo de Libia, Irak y Afghanistán, o como la cobarde aventura de invadir países latino-caribeños inermes como República Dominicana , Haití, Panamá y Grenada. Felizmente, gracias a la solidaridad sincera de la mayoría de las naciones sudamericanas, el intento fue derrotado, acordándose, por el contrario una resolución que saluda el diálogo entre el gobierno y la oposición que se está llevando a cabo bajo la guía de UNASUR.

La Guerra Económica Petrolera

La parte económica de esta guerra general contra Venezuela, tiene como primer objetivo quebrar la industria petrolera de los países que son considerados como una amenaza a la hegemonía imperial de los Estados Unidos y provocar el colapso de las finanzas de los estados que son aliados políticos y económicos de Venezuela. Para provocar el colapso de los precios mundiales del petróleo, los Estados Unidos, cuyas reservas de petróleo regular estaban a punto de agotarse, desarrollaron la tecnología llamada “fracking”, mediante la cual se rompen los estratos de la corteza terrestre para llegar a los depósitos profundos de gas y petróleo. El uso de esta tecnología requiere monumentales inversiones para producir un petroleo y un gas muy caros; dicha producción, que es altamente contaminante, produce daños irreversibles tanto en el ambiente natural (aguas, aire, suelos, biota en general) así como enfermedades en las personas producto de la intoxicación ambiental. Otra grave consecuencia es la fractura de las capa geológicas profundas, lo cual ocasiona movimientos sísmicos regulares que podrían llegar a ser letales para la existencia de las poblaciones locales. Pero los Estados Unidos, para lograr el objetivo, no ha vacilado en pagar ese alto costo económico y social para volver a convertirse en exportador de petróleo y gas y, de esa manera, hacer bajar los precios mundiales del petróleo y el gas, derrumbar la economía de Rusia, Venezuela e Irán y de paso la su odiado compinche de fechorías, Arabia Saudita, financista del ataque a las Torres Gemelas (¡Remember September Eleven !).

El Frente Interno: la Guerra Económica

El elemento estructural de la actual economía venezolana es el dominio del capitalismo rentista sobre la economía venezolana: la burguesía venezolana es básicamente importadora o ensambladora de productos; no genera renta a la nación salvo los impuestos, pero capta a su vez buena parte de la renta petrolera que pertenece a todos los venezolanos. Si invirtiera en Venezuela el 10% de sus capitales colocados en el exterior, podrían resolver fácilmente su necesidad de divisas. Contrariamente a las normas del capitalismo productivo, acostumbran maximizar sus ganancias a través de la distribución, no de la producción. Ello ocurre así desde por lo menos mediados del siglo XVIII: desde siempre en Venezuela ha dominado el capital comercial sobre el industrial, carácter que se agravó con la imposición del modelo petrolero y la cultura petrolera orientando la actividad económica privada hacia el desarrollo de una burguesía importadora, más interesada utilizar medios cada vez más sutiles, como la corrupción de empresarios y funcionarios del gobierno, para ampliar cada vez más la captación de la renta petrolera: estos dólares luego se sacan del país para ser depositados en la banca extranjera e invertidos en negocios especulativos en el exterior.

Es un caso bien documentado que durante el primer período de Carlos Andrés Pérez, el exagerado endeudamiento del país se llevó a cabo con base a capitales extraídos fraudulentamente del país por la burguesía venezolana que regresaron bajo la forma de empréstitos privados, que luego el gobierno adeco de Jaime Lusinchi acumuló a la deuda nacional para ser pagados, por supuesto con los dólares producidos por el estado venezolano vía la renta petrolera.

Aquella burguesía rentista y su brazo político, los partidos de la derecha venezolana (Acción Democrática, Copei, Primero Justicia, Voluntad Popular, Bandera Roja, etc.) no le perdonan a la Revolución Bolivariana haber logrado reducir significativamente los índices de pobreza, eliminado el analfabetismo y haber propiciado un salto cualitativo y cuantitativo extraordinario en el nivel de vida de la población venezolana mediante mecanismos justos y democráticos para la redistribución de la renta petrolera, estimulando la creación de comunas y consejos comunales donde domina la propiedad social sobre la propiedad capitalista, rasgo esencial para la construcción de una forma no monopólica de la producción.

Luego de la desaparición física del Presidente Hugo Chávez, la inflación inducida comenzó a aumentar por encima del 180% mientras la tasa monetaria (salarios y sueldos) llegaba a aumentar a un ritmo anual acelerado, hecho que se materializó, por ejemplo, en la creación el dólar negro o paralelo que dirige los procesos especulativos que opera la burguesía en el intercambio comercial. Otro aspecto perverso de esta manipulación económica es el aumento del riesgo país inducido por las casas aseguradoras internacionales que se apoyan en los índices especulativos subjetivos creados por la burguesía venezolana que sirven para construir una falsa imagen de país sumido en una profunda crisis humanitaria y estrechar cada vez más el cerco económico y financiero internacional contra Venezuela.

El objetivo central de aquella conspiración económica contra nuestro país es lograr revertir los logros sociales obtenidos por la Revolución Bolivariana, sobre la base de una democracia protagónica y participativa. Esto es lo que constituye una amenaza inusual para la seguridad nacional de países como los Estados Unidos o la España de Rajoy, donde el 99% los ciudadanos y ciudadanos viven sometidos al arbitrio de los designios del 1% de la población rica que los explota de forma inmisericorde.

El actor material de la conspiración económica en el frente interno es, como vemos, la derecha venezolana (MUD, empresarios, comerciantes, empresas transnacionales, el partido Conferencia Episcopal, etc.) aliada local de los Estados Unidos. Después de 17 años de ofensiva mediática, de una larga campaña psicológica y cultural basada en inocular valores negativos como el miedo al futuro, la derecha logró afectar la autoestima de un sector del pueblo chavista acostumbrado a una vida sin sobresaltos económicos. La desaparición física del Comandante Hugo Chávez aumentó la pérdida de autoestima y confianza en el futuro de la Revolución Bolivariana; con base a este hecho, la derecha logró desmoralizar y atraer un sector del voto chavista prometiéndole resolver el desabastecimiento selectivo de bienes de consumo y medicinas y la inflación inducida que ellos mismos provocan, el día posterior a la elección si votaban por ellos en la elecciones parlamentarias. Esta oferta engañosa y la compra pública de votos, les permitió asaltar la Asamblea Nacional el 6 de Diciembre de 2015, mediante la compra de votos bajo el lema malinchero de: no tendrán Patria, pero tendrán Harina Pan (harina de maíz precocida fabricada por el grupo económico Polar, de Lorenzo Mendoza, para confeccionar el pan de arepa, ingrediente de la dieta básica de los venezolanos).

La derecha, utilizando como órgano subversivo la Asamblea Nacional, se propuso como meta derrocar al Presidente Maduro en un plazo no mayor de seis meses, plazo que finaliza el 5 Junio 2016, tratando de coincidir con las primarias presidenciales en Estados Unidos. Los dirigentes de la derecha, una vez colapsado el gobierno de Maduro, supuestamente viajarían a Washington para presentar al Congreso de USA y al presidente Obama los despojos de la Revolución Bolivariana, como ya hizo la derecha argentina y también la brasileña, y demostrar así que el pago de millones de dólares que sus partidos han recibido hasta el presente de los gobiernos de Estados Unidos y España y la ayuda logística concedida por la oligarquía colombiana, no había sido una inversión a fondo perdido. Pero el cumplimiento de aquel acto de sumisión se ha complicado: la candidata demócrata Hilaria está perdiendo terreno frente al candidato antisistema Bernie Sanders y el republicano Donald Trump amenaza con alzarse con el primer lugar en la carrera presidencial empujando a los Estados Unidos, si ganase, a una posición internacional aislacionista donde nosotros, los latinoamericnos “marrones” (Bush dixtit) no tenemos mucho que buscar. Por otro lado, la conspiración urdida por la derecha venezolana conjuntamente con el Secretario de la OEA, Mr. Almagro para aplicar a Venezuela la carta democrática y abrir la puerta a la intervención militar extranjera en nuestro país, fracasó estruendosamente: la mayoría de las naciones latino-caribeñas apoyaron, por el contrario el diálogo político entre el gobierno bolivariano y la oposición derechista que tiene lugar con el acompañamiento de UNASUR.

El presupuesto nacional de Venezuela está calculado sobre una renta petrolera de 40US$ por barril. Los precios mundiales del petróleo Opep han subido hoy sobre 40 dólares el barril, alejando, de cierta manera, el punto de quiebre de la economía nacional y complicando los planes bélicos internacionales del imperio contra Venezuela, contra Rusia e Irán, fortaleciendo por el contrario el bloque geopolítico conformado por China. Rusia, Irán y sus aliados, entre ellos Venezuela.

El fracaso del golpe diplomático experimentado por la derecha venezolana de la OEA como ya expusimos, destinado a desconocer y suplantar las atribuciones del poder ejecutivo venezolano, aunado a la fortaleza de la economía de Rusia, China e Irán y la solidaridad sincera de muchos países latinoamericanos y del BRIC con Venezuela, alarga los plazos fijados por la conspiración económica para conquistar a Venezuela, hecho el cual ya comienza también a afectar las ganancias mundiales de las transnacionales petroleras del imperio. Queda por ver cuáles acciones políticas tomará el ejecutivo bolivariano si la Corte Suprema de Justicia acoge el recurso de amparo contra la Directiva de la Asamblea Nacional y los diputados que votaron desconociendo y usurpando las funciones del poder ejecutivo nacional: ¿aplicarles, como debería ser, el artículo 236, parágrafo 21 de la Constitución Bolivariana que faculta al Presidente de la República para disolver la Asamblea Nacional cuando sus actos atenten contra el orden constitucional?

Análisis de la Guerra Económica

El día 27 de Mayo de 2016 se celebró un extraordinario foro en la Escuela Venezolana de Planificación Social, de la cual somos profesores, con la participación de destacados especialistas como Pascualina Curcio, el ministro Ricardo Menéndez y Santiago Lazo. Las exposiciones presentadas consideran que el año 2012, cuando se agrava la enfermedad del Presidente Chávez, fue el punto de inflexión de la guerra económica. Desde 2012 -2013, todas las variables económicas han mostrado un comportamiento atípico en relación con las leyes económicas que se expresa en variables concretas.

La inflación se origina en los tipos de cambio que influyen sobre los precios; el 35% del PIB está constituido por las importaciones que realizan empresas monopólicas a la tasa de cambio del dólar negro o paralelo, no el oficial, lo cual influye sobre el nivel de las reservas internacionales de Venezuela.

El desabastecimiento de los productos de primera necesidad no es un problema de la producción, es una estrategia inducida artificialmente por la empresa privada; ello se refleja en una tasa de desempleados baja, un 7%, lo cual indica que hay un alto porcentaje de personas que gozan de puestos de trabajo. No podemos hablar de una baja en la producción que influya en las crisis, ya que el desabastecimiento es selectivo, enfocado hacia el acaparamiento de aquellos productos relacionados con la higiene personal y el cuidado de los niños (jabones, champú, desodorantes, toallas sanitarias, pañales, etc.), alimentos de consumo diario como pastas, café, arroz, azúcar, leche líquida o en polvo, mantequilla, margarina, aceite comestible, etc.

La carencia de bienes utilizados para la higiene, por ejemplo, que son producidos por empresas monopólicas transnacionales, se debe a un proceso inducido de mala distribución. Este hecho, que analizaremos más adelante, genera un mercado paralelo dominado por la buhonería controlada por la mafia llamada bachaqueros. Aunado a ello, observamos que lo que genera el desabastecimiento no es el control de precios, el cual está muy por debajo de la estructura de precios de año 2003, sino que aquel es selectivo e inducido para forzar la contracción artificial de la oferta y la inflación, aumentando así un nivel de demanda que no puede ser satisfecha a pesar de los aumentos sucesivos de salario que ha efectuado el gobierno bolivariano. Otra estrategia perversa para fomentar el desabastecimiento es la simplificación de la producción, lo cual se traduce en envasar el producto en recipientes más grandes. Por ejemplo, en el caso de la margarina, de alto consumo por las familias populares, se descontinuó la producción de barras individuales para favorecer el empaque en envases más grandes; igual proceso ocurre con los jabones líquidos para fregar la vajilla, los desinfectantes para lavar los pisos, etc., lo cual reduce la cantidad de unidades producidas, que son vendidas más caras aumentando así la tasa de ganancia, pero dejando a muchas familias sin poder consumir el producto.

El gobierno bolivariano ha otorgado a las transnacionales farmacéuticas que dominan el mercado nacional, suficientes divisas para importar los insumos necesarios que garanticen la producción de fármacos; sin embargo, continúa el desabastecimiento en fármacos estratégicos tales como la medicinas para la hipertensión, la diabetes, calmantes, vitaminas, etc. cuya ausencia de los anaqueles de las farmacias provoca sentimientos de angustia y desesperanza. No hay disminución de ventas, tampoco de ganancias. Se producen medicamentos, pero estos no aparecen en los anaqueles de las farmacias, ya que se persigue forzar –por la vía de una oferta artificialmente deficiente– el aumento constante de la demanda no satisfecha.

En Venezuela el capital está demasiado concentrado (y cartelizado) en ciertos sectores de la producción de insumos de consumo diario tales como pastas alimenticias, productos para la higiene, para la limpieza, etc., lo cual no ocurre con la producción de rubros vegetales que está en manos de una gran diversidad de unidades de producción que no están tan concentradas. Ello nos lleva a concluir que en Venezuela el gobierno bolivariano debería diseñar políticas económicas para promover la mediana y pequeña industria y facilitar la desconcentración del capital, cuya hegemonía es el factor que determina la desigualdad socioeconómica, clasista, entre los actores sociales.

Aspectos Socioculturales de la Guerra Económica

El objetivo central de la guerra económica es incentivar el sentimiento de frustración en la vida cotidiana de los y las venezolanas, matar su esperanza en alcanzar un futuro más feliz y mejor. Un factor importante para lograr aquel objetivo es el fomento de la inseguridad personal, para lo cual, con la ayuda de los paramilitares colombianos de Álvaro Uribe Vélez, la oposición ha dotado a la delincuencia venezolana de una estructura igualmente paramilitar organizada en bandas delictivas regionales como la del tristemente celebre delincuente alias Picure, dado de baja por las fuerzas de seguridad, lúgubre personaje que luego resultó ser ficha política importante de un partido de la oposición de derecha (MUD).

¿Qué hacer?

  1. Para hacer frente a esta ofensiva del imperio, sería recomendable crear una Misión o un Ministerio de Guerra Económica que elabore, centralice y coordine transversalmente todas las medidas que deben ser tomas en esta coyuntura histórica.
  2. Modificar el patrón de la distribución de bienes de consumo; establecer menos distancia entre el productor y el consumidor final.
  3. Socializar al máximo la distribución de la renta petrolera.
  4. Diversificación productiva que nos permita desconectar nuestra economía de la economía capitalista neoliberal.
  5. Diseñar y aplicar, a la brevedad posible, políticas culturales y mediáticas que tengan como meta la recuperación de los valores positivos y la confianza en el futuro de la Revolución Bolivariana, que se expresan en la cotidianidad.
  6. Enfatizar la producción de programas educativos para la juventud que promuevan el conocimiento de la historia social venezolana y el lugar que ocupan los diferentes actores sociales en la lucha de clases que desató el capitalismo venezolano.
  7. Enfatizar la producción y estandarización de los bienes escolares (uniformes, calzado, cuadernos, libros y útiles en general) para bajar los costos de la escolaridad.
  8. Consolidar y extender la economía comunal para cortar las líneas de abastecimiento del capitalismo monopólico.
  9. Terminar con el financiamiento del estado a la industria privada monopólica antipatriota.
  10. Aplicar el arma impositiva a las ganancias provenientes de la especulación con la venta de alimentos y de bienes esenciales para la higiene personal.
  11. Cancelar la patente comercial de todos aquellos que infrinjan las leyes de la República sobre fijación de precios.
  12. Crear una corporación nacional o mixta que se ocupe de importar y distribuir los bienes necesarios para el funcionamiento de la industria de ensamblaje de productos o de producción de los bienes demandados por la sociedad venezolana.

Caracas, 4 de Junio de 2016.

(*) Profesores Titulares Jubilados UCV.. y de la Escuela Venezolana de Planifición Social.

Imagen tomada de: http://cayapatrujillana.org/wp-content/uploads/2015/01/guerra-economica-web.jpg

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En Brasil se disputa el futuro de América Latina

Con el gobierno de Mauricio Macri se ha roto el eje de los procesos de integración en América Latina, constituido por la alianza entre Brasil y Argentina, que distanciaba el continente de la influencia de EEUU. Con el riesgo de que Brasil también se sume a la tendencia asumida por el gobierno argentino, haciendo que el continente pase a sumarse al predominio mundial del neoliberalismo, que afecta particularmente a Europa, de forma devastadora, entre otras regiones del mundo.
El gobierno de Macri camina para volverse la referencia central del neoliberalismo en América Latina. El gobierno mexicano de Peña Nieto, candidato anterior a servir como modelo de esas políticas en el continente, ha fracaso tempranamente. El estilo empresarial de Sebastián Piñera también ha fracasado en Chile. Álvaro Uribe también se ha desgastado como referencia de la política norteamericana en el continente.

La inesperada victoria de Macri fue rápidamente saludada por Washington como una superación del estilo de confrontación de Cristina Kirchner y recibió rápidamente una visita de Obama, que no se ha cansado de elogiar la política económica de Macri.

La eventual destitución de Dilma Rousseff y el final de la experiencia de gobierno del PT en Brasil, aparece, para la derecha latinoamericana, como lo que sería un viraje histórico. La similitud de las políticas del presidente interino de Brasil con las de Argentina representaría un retorno a lo que esos dos países y prácticamente la totalidad del continente ha vivido en los años 1990, con resultados económicos y sociales desastrosos para todos los países que las han aplicado.

La disputa todavía vigente en Brasil hace que su desenlace sea decisivo para el futuro de toda la región. Si Brasil se suma efectivamente a la corriente hoy representada por Argentina –en la cual están México y Perú, entre otros países -, el continente pasaría a asumir al neoliberalismo como su corriente predominante. Independientemente de lo que ocurra en Venezuela, Ecuador y Bolivia tendrán dificultades para sobrevivir, mientras que el Mercosur, así como Unasur y Celac bajarán su perfil, con la OEA volviendo a recuperar protagonismo en el continente.

Si, al contrario, el interinato de Michel Temer no tiene continuidad y Dilma vuelve a la presidencia o, por alguna otra vía, se convocan nuevas elecciones y la continuidad de los gobiernos progresistas es garantizada, Argentina tendrá en Brasil un contrapunto fuerte en la región, el mismo Macri ya ha demostrado que buscaría una convivencia amistosa con un gobierno con esas características y los otros gobiernos de la región podrían contar con Brasil como aliado.

Son dos destinos muy diferenciados, hasta contrapuestos. El continente podría seguir exhibiendo gobiernos en contravía del neoliberalismo que devasta gran parte del mundo, en un caso. O se sumaría dócilmente y sin protagonismo internacional alguno, como ocurría en la década de 1990.

Por todo ello, los ojos del continente –así como los de EEUU– se vuelven hacia Brasil, escenario de una dura disputa entre el retorno a políticas centradas en el mercado o de una recuperación, continuidad y profundización de las políticas de afirmación de los derechos de todos, con desarrollo económico y distribución de renta. Latinoamérica concluirá así este año crucial con una fisionomía distinta de aquella con que entró en este año: la cara del retroceso neoliberal o la de la disputa de dos modelos contradictorios, con Argentina y Brasil representando esas alternativas.

Fuente: http://www.alainet.org/es/articulo/177832#sthash.FMRaCpjJ.dpuf

Imagen tomada de: http://i1.wp.com/www.celag.org/wp-content/uploads/2016/03/clima-destituyente.jpg?resize=800%2C533

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Política y educación, ¿para qué?

 Rafael Mendoza Castillo

Enmarco esta reflexiones con el pensamiento de Manuel Pérez Rocha: “El pensamiento crítico también implica que el conocimiento se valora, se busca, se ama, no por lo que podemos obtener a cambio de él (dinero, honores, poder, “buenas calificaciones”), sino por lo que aporta para dar sentido a la vida propia y comunitaria, y para mejorarlas y enriquecerlas”. Ningún conocimiento, saber o creencia son neutrales o inocentes. Reforma Educativa prianista como máscara, para reprimir la voluntad del otro, del inconforme, del insumiso.

Este es el fondo del asunto. Por eso decimos que la Reforma Educativa que defiende no con razones, con ideas, sino con autoritarismo e irracionalidad el sargento Aurelio Nuño Mayer (practica el monólogo), como miembro de una mafia de mirreyes, no es neutral, porque afecta en lo laboral y administrativo a los trabajadores de la educación. Lo educativo, dejar sin clases a los niños, evaluar, se usan para golpear al otro, al disidente, al que protesta y descubre las mentiras del poder de dominación y explotación. Aurelio Nuño Mayer debe ser enjuiciado en lo político, moral y ético por mentirle a la sociedad y golpear a los maestros y maestras de México. No olvidemos. El discurso dogmático del político y del burócrata Aurelio Nuño Mayer apunta no al esclarecimiento del destino del pueblo mexicano, sino hacia la fundamentación del concepto vacío de autoridad (autoritarismo prianista), desde donde se descalifica, como catastrofista, la rebeldía y la crítica de las personas, clases o grupos, los cuales tienen otro proyecto de país, de cultura y de educación. Hoy el Estado mexicano, achicado y simplificado, otorga preferencia al proyecto acumulativo de capital sin importar las secuelas de hambre, miseria, desigualdad y enfermedad que van quedando en los amplios sectores de la población.

El pensamiento racionalizado, tecnocrático del prianismo en el poder, que escinde medios y fines, niega toda posibilidad de convivencia y rechaza la incorporación de la conciencia protestativa, y más bien apunta hacia el fortalecimiento del dogmatismo, de la intolerancia, donde la “verdad” única es la que emana del poder de dominación y explotación. Escuchemos al amo Aurelio Nuño: “Pedir diálogo en esas condiciones es buscar no tenerlo, y son ellos los que se están cerrando la puerta porque es una puerta que siempre ha estado abierta, pero a partir de que acepten la Reforma Educativa”. A este funcionario le importa defender a los ricos empresarios (Mexicanos Primero), la oligarquía, y no le importa la educación.

El país no sólo está atravesado por una aguda crisis económica, sino que también se presenta el derrumbe de los valores humanos y, por ende, la aceleración de la destructividad, de la violencia política y social. Todo lo anterior afecta en lo más profundo a los ciudadanos. Nos parece que los grupos hegemónicos y los poderes fácticos que manejan los asuntos públicos en el país, por alguna circunstancia o razón han perdido la orientación correcta del proceso histórico en todos los órdenes. La política desde el poder y su capitalismo corporativo, mediático, empresarial, militar y policiaco cancela todo movimiento de los trabajadores, del campo y de la ciudad (huelgas de puertas abiertas) que luchan por mejorar sus condiciones de vida.

La derecha en el poder, insensible socialmente, niega de raíz la opinión, la duda y la disidencia de los otros, de las mayorías sociales (movilización en contra de las reformas estructurales). Quienes rechazan la duda de los demás, la crítica, como Aurelio Nuño, no sólo se ubican o se encaminan hacia un pensamiento autocrático, absoluto, sino que cierran todo posible espacio democrático como única posibilidad para el reencuentro con las auténticas fuerzas sociales del cambio y de la utopía.

Todo grupo político como el prianismo, que sustenta sus prácticas en ideologías circulares, maniqueas, esquemáticas, se pone de antemano anteojeras que no le permiten observar y asimilar lo novedoso del movimiento real de la sociedad y de la historia viva del país. Aceptar la opinión del “otro” es ascender a los peldaños de una estructura social que ha alcanzado madurez política en el ejercicio de la democracia directa, y no reconocerlo es mantener a una sociedad civil ajena a la verdad y, sobre todo, provocar el aislacionismo del conjunto social en la decisiones claves que hoy reclama el país. Como decía Carlos Fuentes: “Más bien más cultura centrífuga, más heterogénea que homogénea, más empeñada en recuperar diferencias que en imponer semejanzas”. La grave problemática que vive el país ya no puede ser decidida únicamente desde la cúpula del poder o poderes, sino que el desarrollo social exige la incorporación de otros sectores sociales para que se produzca un debate nacional sobre la reorientación de la política económica neoliberal hacia la solución de las necesidades cotidianas de la población.

Es muy riesgoso para la paz social que en México se continúe, por capricho, por autoridad, con un sistema social que produce y reproduce enormes desigualdades sociales, y además se defienden esquematismos políticos que fundan relaciones sociales en el egoísmo y el individualismo. El pensamiento político que no duda, que ve la historia como dogma, como herencia lineal, en sus acciones se encamina hacia la destrucción de la inconformidad, de la protesta; estas situaciones se pueden efectuar muchos años pero jamás toda la vida, ya que las contradicciones sociales y las fuerzas actuantes buscan lo posible, las revoluciones. En las últimas décadas el tiempo histórico ha sido dirigido por un pensamiento vertical, caracterizado por el monolitismo en las acciones y por decisiones unipersonales. Estos aspectos invalidan la participación de otras fuerzas políticas que intentan dar un viraje al modelo neoliberal hacia otros proyectos de país. De continuar por el camino de la apropiación individual de lo social, de lo histórico, entonces el conflicto de lo individual y lo colectivo será inevitable.

Es necesario que se haga evidente, o al menos clarificar, las condiciones importantes para que los análisis institucionales conlleven la posibilidad de trastocar las propias instituciones, descubriendo el significado y actuación de las mismas y el campo de la ideología dominante como sustento de las relaciones entre política y educación. De acuerdo con la ideología dominante, de derecha, conservadora y fascista, se intenta ocultar lo político de todo acto educativo, y a partir de esa premisa se fetichiza todo el proceso. De esa forma la educación estaría, en cuanto a sus posibles funciones, más allá de cualquier compromiso con el cambio de las relaciones sociales en que aquella se inscribe, confirmando con esos planteamientos un marco total de “neutralidad política” en las instituciones de educación. Otro mundo es posible.

Fuente: http://www.cambiodemichoacan.com.mx/columna-nc5235

Imagen: http://www.cambiodemichoacan.com.mx/fotos/_7541589a87369366116ffff0a77eb203,aurelio.jpg
Este texto ha sido publicado en el sitio Cambio de Michoacán, en la dirección http://www.cambiodemichoacan.com.mx/columna-nc5235
Si lo cita por favor cite la fuente, manteniendo un enlace a la información original. Derechos Reservados, Sociedad Editora de Michoacán S.A. de C.V.

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Meritocracia o democracia en la educación

Por Adriana Puiggrós

El filósofo y pedagogo estadounidense John Dewey tuvo una influencia notable en el progreso de la pedagogía en la Argentina durante el siglo XX. Los buenos educadores aprendieron en sus textos que educación y democracia tienen un vínculo esencial, e incorporaron las expresiones pedagógicas de la democracia.Una de las ideas principales de Dewey es que el niño “aprende a trabajar por amor a la cosa misma, no por una recompensa o por temor al castigo”. Valora la energía, la iniciativa y la originalidad como “cualidades que tienen más valor para el mundo que la más perfecta fidelidad al obedecer órdenes”.

En las escuelas primarias argentinas, hasta hace unas décadas, se calificaban las tareas de los alumnos con “suficiente” o “insuficiente” y lo más frecuente era que el/la maestra llamara a la mamá o el papá cuando el niño presentaba dificultades. Entonces intervenía la “maestra particular” y aquellos cuya escolaridad no era interrumpida por factores socio-económicos, salían adelante. También ahora los docentes acuden a las familias y en algunas escuelas públicas del país hay tutores, psicólogos y psicopedagogos que acompañan a los alumnos y a los maestros en los avatares del proceso de enseñanza-aprendizaje.

El carácter complejo, arrítmico y cambiante de este último no solamente ha sido objeto de innumerables estudios teóricos sino reflejado de manera instrumental en opciones didácticas y tecnológicas, y forma parte del discurso corriente de los docentes. Asimismo, la mayoría comprende la inminencia de combinar la atención al carácter “común” de la educación (que instaló Sarmiento inspirado en el reformista norteamericano Horace Mann) con las diferencias en los caminos del aprendizaje, nacidas en la historia personal, cultural o social de los alumnos. El valor “igualdad” como meta a alcanzar es un presupuesto de la educación democrática, cuyos orígenes se remontan al siglo XVII, cuando Juan Amós Comenio fundaba la institución educativa moderna, donde proponía enseñar todo a todos, defendiendo el acceso irrestricto a la lectura, la escritura y el cálculo, animándolos, sin “dar ocasión a nadie para estimar a unos y menospreciar a otros”.

Comenio rubricó la decrepitud de la máxima “la letra con sangre entra”, pero hay razones para que los métodos que de ella se derivan regresen una y otra vez de la mano de quienes prefieren la desigualdad (que no es lo mismo que la diferencia). Marcar y establecer jerarquías o méritos entre los alumnos basándose en los logros de aprendizaje, en lugar de atender los obstáculos que se interponen para algunos, está al servicio de intereses que llamaré de la manera más directa: clasistas. El ejemplo al cual me refiero son las medidas tomadas por el gobierno de la Provincia de Buenos Aires, que impuso la calificación numérica y suprimió el pasaje automático entre los primeros grados, acusando de populistas y demagógicos los alcances pedagógicos de las última década.

El propio Comenio y ni hablar John Dewey quedaron de esa manera en la misma bolsa. ¡Cómo penarían ante este atraso pedagógico los inspectores del antiguo Consejo Nacional de Educación (radicales, socialistas, liberales democráticos y anticonservadores) que recorrían el país difundiendo las ideas de la “Escuela Nueva”, corriente nacida a fines del Siglo XIX que resalta a la educación democrática! Ni hablar de la reacción de Jean Piaget ante el atropello al ritmo propio del aprendizaje o de Paulo Freire al advertir que se le planta a un niño un aplazo para castigar su falta de “esfuerzo”.

Antediluviana es la pedagogía de la voluntad. Pero calza como anillo al dedo con el protocolo pedagógico destinado a formar al meritócrata.

Definamos al meritócrata del Siglo XXI: es el que logra alcanzar metas que se imponen desde la sociedad del conocimiento corporativo, potenciadas por los prejuicios clasistas de los dueños del poder. Para ser meritócrata hay que ganarles a todos, meritócrata sólo hay uno, el que gana la carrera y se compra el Chevrolet. Pero no se trata de una rifa sino de una carrera cruel que deja en el camino a miles y miles de niños y jóvenes cuyo mérito destruye consignándolos como desertores en diversos escalones del sistema escolar, convertido en maquinaria de clasificación social. Sobre la correlación entre nivel de escolaridad y clase social hay una abundante literatura europea, norteamericana y latinoamericana.

La relación entre ambos factores no es automática, pero la intención de usar las diferencias en el proceso educativo como instrumento que afirme a los alumnos en el sector de clase del cual provienen ha cobrado fuerza en la era neoliberal. Hay cierto placer, cuando no saña, en ilusionarse con ser meritócrata. Hay que tener voluntad y esforzarse para no equivocar un renglón en los comportamientos y contenidos impuestos. Nada de imaginación. Es especialmente importante otorgar consenso a la evaluación. Esta sustituye la enseñanza pues en la pedagogía meritocrática lo que vale es medir bien, no saber. Sustituye el enseñar por la tasación de los conocimientos.

Esa es la línea que rige la política educativa del gobierno. Sin embargo, el viejo Comenio decía que “el viento sopla por donde quiere y que los hijos de los ricos, los nobles o los que dirigen el Gobierno no son los únicos que han nacido para esas dignidades (…) dejando a los demás como inútiles y sin esperanza.” Así es. La sabiduría popular ha logrado muchas veces restaurar la enseñanza democrática en la Argentina. No será fácil empaquetar el sistema educativo para venderlo en el mercado.

Tomado de: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/subnotas/299501-77720-2016-05-17.html

Fuente de la imagen: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/b0/Colegio_Nacional_de_Buenos_Aires_-_aula_(01).jpg

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La escuela de Bigott

Por: Alí Ramón Rojas Olaya

El viernes 26 de febrero de 2016 estaba solo en el aula 545 del Pedagógico de Caracas. Releí algunas páginas al azar de algunos libros del maestro Luis Antonio Bigott que sustraje de mi biblioteca. Cada lectura resultaba una lección. El prólogo que Goyo Pérez Almeida hace de «El educador neocolonizado» en la edición del Fondo Editorial Ipasme que dirigía José Gregorio Linares es una oda irreverente a la libertad. A las 8 y 20 llegó Daniela, una de las estudiantes de Juegos y Recursos Matemáticos de la mención Educación Integral. Le dije que me sentía muy abatido por la prematura muerte de mi maestro. Le pedí que leyera una página al azar. Escogió la que empieza así: «Venezuela no es ‘un país bellísimo de personas buenas que gracias a su bondad se han dado a conocer en todo el mundo’ (maestra graduada, 36 años, 11 años en la docencia, 4to grado, san Cristóbal, estado Táchira); Venezuela es más que ‘un país humillado, violado, subdesarrollado, superexplotado, escopetado y masoquista’ (grafito, facultad de Ingeniería, Universidad Central de Venezuela, 5 de agosto de 1971)». «Primera vez que oigo hablar de ese profesor», me dijo sincera. ¿En qué semestre estás?, «en el sexto». Me quedé pensativo. «Fíjese profesor, el único que me ha enseñado quién fue Simón Rodríguez es usted. Acá no nos hablan de esos educadores».

Tomé el libro y leí lo siguiente: «En las escuelas de Educación todos son conservadores definidos o conservadores potenciales, reaccionarios activos o reaccionarios latentes que, en política doméstica, suspiran impotentes y nostálgicamente por el viejo orden de cosas. Como bien lo apuntaba José Carlos Mariátegui, o como gritábamos en el ayer cercano, la casi totalidad del profesorado universitario es reaccionaria por pecado original y vaya usted a buscar el agua mágica que lo redima definitivamente y logre transformar al profesorado-amalgama, al profesor-gramófono y al profesor-lector, en sencillamente hombres que estén más al lado del crear que del creer».

Bigott es el más importante pedagogo de su tiempo. La universidad queda huérfana porque se fue un bastión ético que combatió la mediocridad académica, esa que se debate entre la mera consigna fatua y el monólogo eunuco. La misma que prefiere un chisme a un libro. Simón Rodríguez creó la Escuela contra la colonización, y al morir pocos trabajaron en ella. Ya Bigott creó la escuela desneocolonizadora. Hay vacantes. ¿Quiénes desean inscribirse?

Fuente: http://www.aporrea.org/actualidad/a223609.html

Imagen tomada de: http://1.bp.blogspot.com/-cLryxRV2a7g/TqaFLrce2sI/AAAAAAAAAVQ/ck7nVzkbiWE/s1600/P1020561.jpg

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