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ESTADOS UNIDOS Las demandas de cuotas raciales aumentan en las universidades de élite de EE. UU.

América del Norte/EEUU/Universityworldnews

Se han hecho llamamientos en varias universidades estadounidenses de élite para implementar cuotas raciales en respuesta a las protestas multirraciales masivas por el asesinato policial de George Floyd, escribe Jonathan Burleigh para el sitio web socialista mundial .

Una carta abierta al presidente y rector de la Universidad de Stanford, publicada el 19 de junio en el Stanford Daily, exigieron que para diciembre de 2021, el 20% de todos los estudiantes, investigadores posdoctorales, personal y profesores de la universidad sean afroamericanos. La carta fue firmada por un grupo de organizaciones profesionales y estudiantiles lideradas por la Asociación Stanford Black Postdoc. Una carta abierta similar de estudiantes actuales y anteriores de la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales Woodrow Wilson de la Universidad de Princeton exigía que el 25% de los profesores de la escuela fueran negros para 2022. (La carta también pedía la eliminación de Woodrow Wilson del nombre de la escuela, un demanda a la que Princeton ha aceptado).

Mientras tanto, los regentes de la Universidad de California, que supervisan uno de los principales sistemas de universidades públicas del mundo, votaron para restablecer la acción afirmativa. La decisión, que afectará a toda la educación superior pública en California, será decidida en última instancia por un referéndum estatal en noviembre.

Fuente: https://www.wsws.org/en/articles/2020/07/13/unis-j13.html

 

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Hacer frente a la injusticia racial a través de la educación

Europa/ReinoUnido/

Un museo nacional de la esclavitud podría no ser la respuesta, escribe Sean Creighton , la Dra. Carol Fox habla de la lucha para implementar un plan de estudios más diverso, mientras que la profesora Stephanie Marshall habla de los cambios en la Universidad Queen Mary de Londres y George Lambrick pide más acción. redistribuir legados mal habidos

Si bien existe un fuerte argumento para un museo nacional de la esclavitud, su inconveniente será que la gente tendrá que tomar una decisión consciente de viajar allí (los activistas llaman al museo para documentar el papel del Reino Unido en el comercio de esclavos , 14 de junio). Un desafío importante es el trabajo continuo necesario para garantizar que todos los museos y casas de campo reflejen su esclavitud y las historias negras británicas en sus exhibiciones y publicaciones.

La conferencia y el grupo de trabajo de la Asociación de Estudios Negros y Asiáticos (BASA) de 1999 sobre los grupos étnicos minoritarios y el grupo de trabajo comenzaron un proceso que permitió a muchas instituciones comenzar a hacer esto. Marika Sherwood ( Cartas , 14 de junio) es solo uno de los muchos ex miembros de BASA que continúan investigando, hablando, publicando, haciendo campaña y trabajando en red. Más de 100 personas asistieron al lanzamiento de una nueva serie de seminarios en enero para escuchar a Marika y al cofundador Prof Hakim Adi reflexionar sobre el estado actual de la historia negra británica. Parecía muy saludable, pero el programa del seminario ha sido víctima de encierro.

Fue Marika quien, mientras investigaba en los EE. UU., Descubrió que Allan Glaisyer Minns, al que se refería Colin Jones ( Letters , 14 de junio), era un antillano negro, lo que permitió que otros descubrieran más sobre él. Minns y John Archer, también mencionados en la carta de Jones, fueron alcaldes antes de la primera guerra mundial, pero a través de la elección de su grupo político del partido gobernante, a diferencia de Marvin Rees, quien es el primer alcalde negro elegido directamente.
Sean Creighton
Ex secretario, BASA; biógrafo de John Archer

David Olusoga argumenta poderosamente que la inclusión de la trata de esclavos en el Atlántico, junto con el imperialismo y el colonialismo británico y su apuntalamiento de la prosperidad de Gran Bretaña como potencia mundial, debería ser obligatoria en el plan de estudios nacional ( Gran Bretaña ya no puede ignorar sus capítulos más oscuros: debemos Enseñar historia negra , 15 de junio).

Sabrá que desde la década de 1960 hasta la década de 1980 hubo esfuerzos serios para establecer dicha educación en historia e inglés en Londres y otras partes del Reino Unido. Fueron apoyados por la Autoridad de Educación del Inner London con su inspección multicultural, por organizaciones como la Asociación Nacional para la Enseñanza del Inglés, y por revistas como Teaching London Kids y The English and Media Magazine.

De 1963 a 1972 trabajé en una escuela de Londres que tenía un personal multiétnico y un rico plan de estudios de literatura negra combinado con una variedad de materiales de enseñanza de historia, intercambios de maestros hacia y desde el Caribe, y vínculos con escritores caribeños a través de New Beacon Books.

La implementación de estas iniciativas siempre fue una lucha, y los maravillosos jóvenes que ahora piden tales cambios deben ser conscientes de cuán profundamente política será la oposición. Fue el currículo nacional en sí mismo, aclamado como una «reforma», lo que redujo tanto los estudios negros en las escuelas que mi maestro que formó a estudiantes en los años 90 y 2000 tuvo que aprender todo sobre la esclavitud desde cero, para poder leer y comprender a Toni El amado de Morrison.
Dra. Carol Fox
Bexhill-on-Sea, East Sussex

Como institución comprometida con ser la universidad más inclusiva en investigación intensiva del mundo, la Universidad Queen Mary de Londres asume su responsabilidad de enfrentar la injusticia social con extrema seriedad. Contrariamente a la impresión dada por su artículo ( solo una quinta parte de las universidades del Reino Unido dicen que están ‘descolonizando’ el plan de estudios , 11 de junio), Queen Mary está avanzando en múltiples iniciativas destinadas a garantizar que la educación que ofrecemos refleja nuestro diverso cuerpo estudiantil. Un aspecto central de esto es el compromiso de dar a los estudiantes no solo una voz, sino también un papel activo en la configuración de la naturaleza de la educación que brindamos. Este principio de «co-creación» se está aplicando en todas nuestras facultades y escuelas para garantizar que todos los estudiantes puedan verse en el plan de estudios de la disciplina.
Prof Stephanie Marshall
Vice-director (educación), Queen Mary University of London

El legado de Cecil Rhodes a la Universidad de Oxford, basado en la riqueza masiva obtenida de la explotación de las personas y los recursos naturales del sur de África, está dedicado a su visión de un liderazgo bien educado. Originalmente imperialista en distribución, la asignación actual de becas sigue siendo fundamentalmente parcial: solo alrededor del 7% de los ingresos de £ 32 millones del Rhodes Trust se destinan a becas del sur de África, en comparación con alrededor del 66% para América del Norte y Australia. La actual «expansión global» del Fideicomiso está diluyendo aún más el beneficio para el sur de África (proyectado en alrededor del 3%). Hasta ahora, la voluntad de Rhodes ha sido alterada por dos actos del parlamento, un medio por el cual tal vez todos los legados mal habidos podrían ser redistribuidos mejor para beneficiar a las comunidades que aún sufren privaciones poscoloniales.

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La educación superior, ante los desafíos del racismo

Educación. Son pocos los docentes de pueblos originarios en el país.

El 21 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. La Asamblea General de Naciones Unidas escogió este día para destacar tan desafiante meta porque seis años antes, en esa fecha, la Policía de Sudáfrica reprimió con armas de fuego una protesta que personas desarmadas realizaban contra las leyes del apartheid. Casi 200 personas resultaron heridas y 69 fueron asesinadas.

Desde entonces, leyes, instituciones y prácticas racistas fueron abolidas en numerosos países. Pero el racismo continúa vigente de diversas formas, incluso en ámbitos donde podríamos no sospecharlo.

En 1995, una educadora de ascendencia colla, graduada universitaria, presentó sus papeles para acceder a un cargo e n una escuela secundaria en la provincia de Tucumán.

La docente fue preseleccionada y convocada a una entrevista. Entonces, quien la entrevistaba, la rectora del establecimiento, también graduada universitaria, le dijo que no podrían darle el cargo.

Cuando la colega preguntó por qué, la rectora le respondió: “Por tu color de piel”. Este es un ejemplo de lo que podemos llamar “racismo explícito”. Pero abundan los casos de “racismo oculto”. El problema es que este es más difícil de identificar y de erradicar.

En los países de América latina, la mayoría de los medios de comunicación que informan sobre hechos de racismo suelen hacerlo especialmente acerca de los que acontecen en otras latitudes.

Si bien hay excepciones, rara vez informan sobre las numerosas situaciones y procesos que afectan de modo cotidiano a personas y a comunidades de pueblos indígenas y afrodescendientes de sus propios países.

Estas situaciones y procesos no suelen convertirse en noticia. Esto es así porque ocurren “desde siempre” y afectan a personas y a comunidades que no nos sorprende que sufran estos hechos. La ausencia de noticias sobre el racismo que afecta a estas comunidades no parece conmover demasiado a otros grupos de población.

En estas sociedades, se ha naturalizado que estas personas y comunidades deban enfrentar palabras y comportamientos humillantes o prejuicios que afectan sus posibilidades de acceder a oportunidades laborales.

Además, se ha naturalizado que hayan sido desplazados de sus territorios originales y hoy vivan en otros espacios, en condiciones ambientales y sanitarias deplorables.

También se ha naturalizado que sus tierras sean usurpadas por terceros, que sus niñas sean víctimas de violaciones, que sus miembros trabajen sin derechos laborales en la agricultura, que las escuelas y los hospitales cercanos a sus comunidades presenten condiciones incluso peores que las que atienden a otros sectores sociales nada favorecidos por las políticas y los presupuestos públicos.

¿Por qué nada de esto sorprende? Porque el racismo es un elemento constitutivo y estructuralmente vigente en estas sociedades. Este problema, originado en el período colonial, continúa vigente.

Si bien los comportamientos abiertamente racistas hacia estas personas y comunidades son menos habituales, existen desventajas acumuladas a lo largo de la historia, mecanismos institucionales, prejuicios y prácticas que continúan reproduciendo inequidades. Las expresiones “racismo oculto”, “estructural” o “sistémico” permiten llamar la atención respecto de estos problemas.

Las instituciones y las políticas de educación superior no escapan a los problemas derivados del racismo. Ellos se expresan en la escasa participación de personas indígenas y afrodescendientes entre el estudiantado y los cuerpos docentes, y entre autoridades y funcionarios.

También se expresan en la exclusión de las historias, las lenguas y los conocimientos de esos pueblos en los planes de estudio. De este modo, el racismo también afecta la calidad de la educación que las universidades ofrecen, la investigación que realizan y su papel en la formación de profesionales, de ciudadanos y de opinión pública.

Además, las ideologías y las prácticas racistas impregnan la formación de docentes, y así se irradian hacia todo el sistema educativo.

En vista de estos problemas, la Tercera Conferencia Regional de Educación Superior, realizada en Córdoba en junio de 2018, entre otras recomendaciones enfatizó que las políticas y las instituciones de Educación Superior deben contribuir a desmontar todos los mecanismos generadores de racismo.

Como una manera de asegurar esto, también destacó la necesidad de promover la diversidad cultural y la interculturalidad en condiciones equitativas y mutuamente respetuosas. Y planteó que el reto no es sólo incluir en las instituciones de educación superior a miembros de pueblos indígenas y afrodescendientes e individuos de grupos sociales históricamente discriminados, sino transformar a estas instituciones para que sean pertinentes desde lo social y cultural.

Ahora se trata de poner estas recomendaciones en práctica.

* Investigador de Untref-Conicet, director de cátedra Unesco Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes

Fuente: https://www.lavoz.com.ar/opinion/educacion-superior-ante-desafios-del-racismo
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Informe: La situación de las comunidades indígenas y afrodescendientes en la Universidad Argentina “Los mecanismos invisibles del racismo”

América del Sur/Argentina/pagina12.com.ar

Un informe elaborado por especialistas de Latinoamérica advierte sobre las dificultades en el acceso, la permanencia y el egreso que sufren los pueblos originarios en las universidades nacionales. Aconseja promover la educación intercultural y modificar el marco normativo.

Argentina es uno de los países de Latinoamérica con peores condiciones para el acceso, la permanencia y el egreso universitario de las comunidades indígenas y afrodescendientes, de acuerdo con un informe elaborado por especialistas de toda la región. La escasez de profesionales formados en educación intercultural y la actual Ley de Educación Superior son algunos de los obstáculos que los expertos aconsejan resolver para mejorar la participación en la universidad de comunidades que suman más de un millón de personas en todo el país.

El informe fue presentado en la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES), realizada en Córdoba el mes pasado. Uno de los siete ejes temáticos de las jornadas fue “Educación superior, diversidad cultural e interculturalidad”, coordinado por Daniel Mato, doctor en Ciencias Sociales e investigador del Conicet con sede en el Centro Interdisciplinario de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Como parte de los preparativos para enriquecer el debate, Mato coordinó un trabajo de investigación desarrollado durante casi un año por especialistas latinoamericanos, un informe que ofrece un amplio panorama sobre la relación de los pueblos indígenas y afrodescendientes y la educación superior en la región.

En Argentina, el último censo nacional (2010) incluyó por primera vez una pregunta que permitió a los ciudadanos autoidentificarse voluntariamente como indígenas o afrodescendientes. El resultado indicó que 955.032 personas se reconocieron como indígenas, cifra que representa un 2,5 por ciento de la población nacional. Las comunidades mostraron presencia en todas las provincias del país y el pueblo mapuche figura como el más numeroso, representando al 21 por ciento de los indígenas argentinos. La población que se reconoció como afrodescendiente fue de 149.493 personas, un 0,4 por ciento del total. Sólo un 8 por ciento de los afrodescendientes nació en el extranjero, lo que rompe con un imaginario instalado que “extranjeriza” a esta población o los “confina al pasado colonial”, según destaca el informe sobre Argentina, que estuvo a cargo del investigador de la Universidad Nacional de Salta Álvaro Guaymás.

Pero el avance del censo no se vio acompañado por estadísticas que informen sobre la cantidad de estudiantes universitarios provenientes de pueblos indígenas, lo que lo especialistas denuncian como parte de una política de “invisibilización” del sector. Sin dudas, es una población que está subrepresentada, ya que conforma el 2,5 por ciento de la población nacional, pero lejos está de verse en las aulas un 2,5 por ciento de estudiantes indígenas, o de docentes.

Además de los obstáculos para el acceso a la universidad que afectan a todos los sectores populares en general, los pueblos indígenas y afrodescendientes enfrentan una serie de dificultades particulares, que Mato sintetiza como “mecanismos invisibles de racismo”, presentes también en otros niveles educativos.

Entre estos mecanismos, uno de los más importantes es el hecho de que las escuelas no cuenten con docentes formados en educación intercultural bilingüe, ya que en muchos casos el castellano no es la primera lengua que se habla en los hogares indígenas, por lo que los jóvenes llegan al nivel universitario con trayectorias escolares deficientes. Pero además, las instituciones educativas suelen ubicarse a grandes distancias de sus hogares y sus períodos escolares no coinciden con el calendario agrícola, que rige la vida de gran parte de las comunidades.

Pero una vez sorteadas las dificultades para el acceso, la universidad que los recibe, ¿tiene algo que ofrecer a sus proyectos de vida? ¿Es un espacio en el que se sientan cómodos? Al pensar las posibilidades de permanencia y egreso de las comunidades, la problemática demanda una transformación más profunda, que interpela directamente al modo de funcionamiento de las universidades.

“No se trata sólo de hacerle un lugar al otro. La universidad tiene que interculturalizarse, es decir, superar el racismo que está incrustado en sus estructuras institucionales y empezar a incluir contenidos, modos de aprendizaje y de producción de conocimiento, cosmovisiones y lenguas diversas. Hoy hacemos investigación como si estuviéramos en Suiza. La universidad no refleja la diversidad cultural local”, alerta Mato.

La mirada antropocéntrica y eurocéntrica que aún mantienen las universidades argentinas puede verse en la exclusión en los planes de estudios de autores y contenidos indígenas o afrodescendientes. Los estudiantes de Ciencia Política o de Derecho poco o nada saben de las formas jurídicas indígenas y sus mecanismos de resolución de conflictos, que no incluyen, por ejemplo, la utilización de cárceles. Lo mismo pasa en carreras como Farmacia, que excluyen los conocimientos de medicinas ancestrales. “Es importante formar docentes conscientes de la diversidad. No somos sólo un país de inmigrantes, y no todos los barcos vinieron de Europa. No se trata solo de que las comunidades puedan acceder para estudiar, tienen que formar parte como docentes y en roles de gestión y dirección”, agrega Mato.

Una de las recomendaciones para revertir esta situación es modificar el marco normativo que regula la enseñanza superior universitaria, la Ley de Educación Superior (LES). Mientras que la Ley de Educación Nacional, aprobada en 2006, establece como uno de los objetivos de la política educativa el “asegurar a los pueblos indígenas el respeto a su lengua y a su identidad cultural, promoviendo la valoración de la multiculturalidad en la formación”, y dedica un capítulo entero a la Educación Intercultural Bilingüe; la LES, sancionada en 1995, no incluye ninguna referencia a los pueblos indígenas, ni a la población afrodescendiente del país.

“La LES, al no estar pensada en un contexto diverso culturalmente ni de desigualdades sociales, parece estar diciendo justamente lo contrario de lo que expresa reiteradamente su letra: que la universidad no es un lugar para todos”, afirma Guaymás en su informe. Para “ser para todos”, la universidad debe dejar de ser monocultural.

Informe: Inés Fornassero.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/127352-los-mecanismos-invisibles-del-racismo

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Ruby Bridges en su entrada el primer día en la escuela

Jurjo Torres Santomé

Ruby Bridges (n. 8 de septiembre, 1954) es la primera niña afroamericana que se escolariza en una escuela primaria, hasta ese momento “sólo para raza blanca”, en Estados Unidos, en la William Frantz Elementary School de New Orleans, el 14 de noviembre 1960. La entrada y asistencia durante los primeros meses la tuvo que hacer custodiada por un grupo de policías federales. En su primer día fue recibida con insultos y gritos de todo tipo, con pancartas con la consigna: «Two, four, six eight, we don’t want to integrate» y un lanzamiento de objetos contra ella.

El 2 de julio 1964, el Congreso de los Estados Unidos había aprobado la Civil Rights Act of 1964 (Ley de Derechos Civiles), que prohibía la aplicación desigual de los requisitos de registro de votantes y la segregación racial en las escuelas, en el lugar de trabajo y en las instalaciones de servicio público. Ley que había sido propuesta por John F. Kennedy, pero que se aprobaría durante el gobierno de Lyndon B. Johnson. En la firma de dicha Ley estuvo presente Martin Luther King, líder del movimiento por los derechos civiles.

Aunque las leyes aprobaran la integración, una gran parte de la sociedad estaba en contra de esas medidas, de ahí que una vez que Ruby entró en la escuela, descubrió que no había estudiantes porque habían sido retirados por sus familias debido a su presencia. La única maestra dispuesta a trabajar con Ruby Bridges fue Barbara Henry, de raza blanca, que hacía muy poco tiempo que se había incorporado a la plantilla.

Ese primer años estuvo sóla en el aula, pues las familias no querían que sus hijas e hijos compartieran aulas con niños y niñas negras.

Su padre y su madre eran miembros de la NAACP (National Association for the Advancement of Colored People), fundada el 12 de febrero de 1909.

Cinco décadas más tarde, en un entrevista a la BBC recordaba ese histórico momento de la siguiente forma:

“Recuerdo que ese día todo el mundo parecía estar muy emocionado. Los vecinos vinieron a la casa en la mañana para ayudarme a vestir para la escuela. Alguien golpeó a la puerta y cuando mis padres abrieron pude ver unos hombres blancos muy altos en trajes, con bandas amarillas en los brazos. ‘Somos policías federales. Nos ha enviado el presidente de Estados Unidos’. Estaban ahí para escoltarme a la escuela.

Entré al auto con ellos. No sentí miedo. Llegamos a la escuela y había cantidades de personas en frente y agentes de policía a caballo y en motocicletas. Todo parecía como un gran evento. Viviendo en Nueva Orleans, pensé que se trataba de las fiestas de Mardi Gras.

Jamás imaginé que todo eso era por mí. Los policías federales me tomaron y me metieron rápidamente en el edificio hasta la oficina del rector. Vi como la gente de afuera entraba apresurada y me miraban por la ventana, gritando. Fueron a todas las aulas para sacar a sus hijos. Se los llevaron a casa y nunca los dejaron regresar.

Siempre hubo gritos y más gritos. Unos aparecían sosteniendo una pequeña caja, que era un ataúd de bebé en el cual habían colocado una muñeca negra.

Cuando regresé el segundo día, la escuela estaba vacía. El rector me esperaba en el descanso de la escalera y me indicó dónde quedaba mi clase. Cuando entré vi una mujer que dijo: ‘Hola, soy tu maestra -mi nombre es Sra. Henry‘. Lo primero que pensé fue, ‘¡Es blanca!‘, porque nunca había tenido una profesora blanca y no sabía qué esperar.

Resultó ser la mejor maestra que jamás tuve y amé la escuela por ella. Era una mujer que había llegado desde Boston para enseñarme porque los profesores de la ciudad rehusaban darle clase a niños negros. Fue como una segunda madre para mí y nos convertimos en las mejores amigas.

No falté un solo día ese año. Afuera la gente gritaba diciendo ‘la vamos a ahorcar, la vamos a envenenar’. Recuerdo sentir mucho miedo esos días. Pero estaba confusa, no entendía por qué lo hacían.

Mis padres también sintieron la presión. Mi papá fue despedido de su trabajo en una estación de gasolina cuando su jefe se enteró de que era su hija la que asistía a la escuela, y los clientes se empezaron a quejar.

Meses más tarde caí en cuenta de lo que pasaba cuando me topé con otro niño en la escuela que me dijo: “Mi mamá me dijo que no puedo jugar contigo porque eres una negra“. Con eso entendí todo. Era por el color de mi piel.

Me sentía muy sola. Creo que eso fue lo peor, tener seis años y ningún amigo. Muchas veces me preguntaba ‘¿Por qué yo?‘, pero a medida que crecí me empecé a dar cuenta del significado de ‘¿por qué no yo?‘. Ahora me siento feliz de lo que sucedió. Me siento orgullosa de que mis padres aceptaran que fuera a esa escuela.

Como afroamericanos en ese entonces, la gente pensaba que si realmente querían ver cambios, tendrían que tomar el toro por las astas ellos mismos, y eso fue lo que hicieron. Pero siempre le digo a la gente que hay mucho más camino por recorrer. Creo que uno se debe preguntar: ¿Qué he hecho yo?‘, porque eso es lo que se va a necesitar, que cada quien afirme ‘Esta es mi contribución, esto es lo que voy a hacer’”.

Bibliografía:

Ruby Bridges Foundation:  http://rubybridgesasingh.weebly.com

Young and Brave: Girls Changing Historyhttps://www.nwhm.org/online-exhibits/youngandbrave/bridges.html

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"The Problem We All" - Norman Rockwell (1963) .

Ruby Bridges

 “The Problem We All Live With” – Norman Rockwell (1963)

Fuente del Artículo:

http://jurjotorres.com/

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Entrevista a Karoline Ferández: “El racismo es, de alguna manera, inherente a la sociedad y, por tanto, también existe en las aulas”

05 junio 2017/Fuente: El Diario de la Educacion

Karoline Fernández asegura que observar más atentamente lo que ocurre en los centros puede ayudar a detectar problemas de racismo, acoso o violencia. Detalles como la falta de relación con los demás o la separación por grupos en el patio pueden ser clave.

Médica de formación, la vida y sus propias decisiones han llevado a Karoline Fernández a la dirección del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (Oberaxe). Hasta aterrizar en el observatorio, Fernández había desarrollado su carrera profesional en el ámbito de la Salud Pública. “Aparentemente no puede no tener mucho que ver, pero desde Salud Pública el objetivo del trabajo es la población general y los grupos vulnerables”, explica. De ahí saltó al Oberaxe: “Filosóficamente, este sitio era apropiado y me interesaba mucho”. Entre las atribuciones de este organismo está vigilar el mundo educativo reflejo, dice, del racismo “inherente a la sociedad”.

¿Hay racismo en las aulas de España?

Hay racismo en todas partes. El racismo, la xenofobia, de alguna manera son inherentes a la sociedad, y por tanto también existe en las aulas. Si pensamos en cómo desarrollamos nuestro conocimiento, aprendemos a través de la abstracción, la generalización y la clasificación de objetos en categorías. Clasificamos el mundo y a las personas, y depende de cómo se aplique, si se utilizan indicadores como la apariencia, la nacionalidad o la religión, se pueden llegar a crear estereotipos y prejuicios y aplicar ideas generales a personas individuales en vez de las particulares de ese sujeto. Los niños en concreto aprenden primero a conocer un grupo de personas cercano que le cuida, el endogrupo, y otro lejano de gente de la que desconfía. Es otra forma de clasificación. Esto significa que al final tenemos que aprender a convivir, a aceptar a los demás, lo diverso. Y podemos aprender de una forma tolerante o intolerante.

¿Tenemos datos sobre esta materia?

Un estudio del Ministerio de Sanidad sobre discriminación revela que en la escuela uno de cada cuatro alumnos dice haberla sufrido. Los colectivos más discriminados son el magrebí y el subsahariano. A nivel general, Eurostat, en su Eurobarómetro de 2012, explicaba que la causa de mayor discriminación es el origen racial o étnico, tanto en España como en Europa. Pero la discriminación puede ser sutil, no aparente, o llegar a situaciones de acoso y violencia, que son las que sí podemos detectar. Incluso las cosas sutiles hacen daño a la persona, porque se siente humillada, maltratada, porque lo sufre por pertenecer a un grupo, y si alguien es marroquí no va a dejar de serlo. Están expuestos a que les pase algo en cualquier momento por ese motivo. Esto genera una ansiedad y un daño que es mayor que si te pegan en una pelea normal por una causa menor.

Pero los niños son un folio en blanco, ¿no? Uno piensa que no deberían tener prejuicios per se.

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El folio en blanco se empieza a escribir muy rápido. Los niños, de bebés, ya diferencian quién es la gente cercana a ellos y quién no. Algunos expertos dicen que la violencia de género empieza a prevenirse en grupos de tres años ya. Hay cosas que empiezan a pasar desde que son pequeños. Todo lo que sea trabajar la diversidad, la inclusión, la diversidad de los demás, hay que enseñárselo a los niños desde muy pequeños, desde preescolar.

¿Están formados los profesores para acometer este fenómeno del racismo y la xenofobia?

Es variado. Hicimos una pequeña encuesta a los primeros participantes de los primeros seminarios que organizamos en la que les preguntábamos a los asistentes si pensaban que se producen incidentes racistas en sus centros educativos y el 89% creía que sí. Les preguntamos también si creían que pasan desapercibidas y el 96% dijo que sí. Sin embargo, solo el 3% piensa que el profesorado tiene suficientes herramientas para luchar contra este fenómeno. Las comunidades autónomas están haciendo un esfuerzo con protocolos y planes de convivencia, pero hay que seguir trabajando.  Ante un incidente de acoso a un niño no es fácil saber qué tienes que hacer. Lo que nos puede parecer que se debe hacer -juntar a agresor y agredido y preguntarles qué ha pasado- es lo contrario de lo que hay que hacer. Hay que tener cuidado. Hace falta formación y herramientas. Por otra parte, hemos cambiado de población en España. Teníamos una población muy homogénea y ahora hay más de cinco millones de extranjeros y 632.000 son menores de 16 años. En el curso pasado había 8,1 millones de alumnos, de ellos 715.846 no eran españoles. La mayoría se concentra en las escuelas públicas, y en algunas zonas hay una gran densidad de extranjeros que requiere trabajo para integrar y convivir. La diversidad es una ventaja, aporta riqueza y como tal hay que tomarla, no como un obstáculo. Donde se toma la diversidad como una ventaja, los alumnos de esos centros van a generar más capacidades.

Los centros saturados de inmigrantes, ¿provocan más racismo o al revés?

Depende del trabajo que se haga. En los centros que tienen una proporción de alumnos extranjeros elevados, el profesorado o la dirección se sensibiliza y tienen que tomar medidas porque otros alumnos nacionales no quieren ir. En muchos sitios se han puesto a trabajar y consiguen resultados estupendos. Un ejemplo es el IES Francisco Montoya, de Las Norias (Almería). Tiene un 70% de extranjeros y ha apostado por estrategias para mejorar la convivencia y por adquirir valores y educar en multiculturalidad. Les está yendo muy bien. Utilizan alumnos mediadores que se ocupan de resolver los conflictos en primer lugar. Están entrenados y disponibles en horario escolar y hacen resolución pacífica de conflictos.

En muchos patios de colegio, las niñas en general ocupan un pequeño espacio, las musulmanas están en una esquina juntas, los niños con discapacidad en otro juntos y el espacio central son los niños blancos nacionales jugando al fútbol. A quien no se fije igual le parece normal, pero no lo es, significa que los niños no están integrados. Hay que trabajar estas cosas. En el proyecto IN-CLUDED, por ejemplo, una de las cosas que se hace son las comunidades de aprendizaje, que implican a todas las personas que tienen que ver con la comunidad educativa de manera directa o indirecta en el aprendizaje de los niños. Incluir a profesores, padres, vecinos, miembros de ONG, etc. Este tipo de actividades ayuda a mejorar la inclusión no solo en el centro educativo sino en toda la comunidad.

Ha mencionado antes que hay indicadores que adelantan que se van a producir conflictos o incidentes. ¿Cuáles son?

Son cosas que pasan, las vemos y no les prestamos la suficiente atención -este es uno de los problemas muchas veces- porque “son cosas de chavales”. Por ejemplo, conductas discriminatorias con alumnos: un chico al que sus compañeros ignoran; alumnos a los que sus profesores no les hacen caso; que lo que digan o hagan niños de ciertas minorías se ignore; niños que son rechazados de algunas actividades; que cuando hay algún incidente siempre se piense en que ha sido fulanito; ser nombrado por el grupo al que se pertenece. También pasan cosas curiosas, como que hay profesores que estimulan a los niños a seguir con los estudios, pero a según qué grupos (gitanos, por ejemplo), como seguramente no van a estudiar no les estimulen. Si un niño es víctima de algo, puede haber indicadores de ello como el absentismo o que llegue sistemáticamente tarde porque no quiere entrar al colegio a la vez que los demás. Hay cosas a las que creo que se le presta poca atención, pero si a un niño le están pasando algunas de ellas, el daño que sufre es importante. Creo que todos las hemos visto, pero igual no les hemos dado la importancia que tiene.

¿Nos preocupamos más por algo que ha pasado siempre y no nos parecía tan grave o antes nos preocupábamos de menos por situaciones que deberían habernos hecho sonar alguna alarma?
Nos preocupamos más, pero creo que está bien. También nuestra sociedad es mucho más heterogénea que antes. Para integrar esa diversidad necesitamos trabajar, ser cuidadosos y prestar atención. El rechazo al diferente existe, es fácil manifestarlo. Si hay muchos diferentes es más fácil que ocurra con más frecuencia. Ocurren las dos cosas: le prestamos más atención, pero también hay más diversidad.

¿Qué hay que hacer cuando se detecta un incidente con tintes racistas o xenófobos?

A muy grandes rasgos, hay que actuar con la víctima, con los agresores y con el alumnado en general. Y hay que hacerlo de forma inmediata. Es necesario mantener la calma con todo el mundo. Una cosa que es importante es no ignorar el incidente: lo que ha pasado ha pasado. Los niños igual no lo pueden resolver solos y la víctima se va a sentir desprotegida si se dice que es una cosa de chavales. En los centros donde hay protocolos hay que activarlos. Con la víctima hay que hablar, pero hacerlo sin que sea evidente y sin hacerle preguntas que la culpabilicen. Hay que explicar qué se va a hacer, tanto a la víctima como a la familia. Hay centros que tienen establecida la figura del camarada protector, otro alumno que le acompaña. Esto es importante. Con el resto del alumnado, por un lado, es importante hacerle saber qué se va a hacer en el centro escolar. Que el centro manifieste públicamente que no acepta los incidentes violentos o de acoso. Hay algún colegio que cuando ha ocurrido algún incidente ha escrito una carta a todos los padres en este sentido. Es importante que las víctimas sepan que lo que les ha pasado no se va a repetir y que el centro será un factor protector. Con los niños que agreden hay que intentar tomar medidas para que se hagan responsables. Sanciones proporcionadas, pero educativas para que aprendan a ser responsables y empáticos, que probablemente el que lo hace no lo es mucho y necesita un aprendizaje. No hay que estigmatizarlo tampoco, debe saber que a él se le valora, pero no a sus acciones.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/06/01/el-racismo-es-de-alguna-manera-inherente-a-la-sociedad-y-por-tanto-tambien-existe-en-las-aulas/

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Polémica en Sudáfrica por las normas racistas de una escuela

Sudáfrica/05 junio 2017/Fuente: mundo.sputniknews

Una escuela de Pretoria ha sido acusada de racismo por obligar a sus alumnas de raza negra a alisarse el pelo, según informan varios medios del país.

Las alumnas de raza negra de la prestigiosa escuela denunciaron que algunos profesores las obligaban a alisarse el pelo. Además, se informó de que el centro impidió a las alumnas hablar idiomas africanos dentro del recinto de la escuela.

El ministro de Educación de la provincia de Gauteng, Panyaza Lesufi, visitó la escuela el 29 de agosto para abordar la polémica después de que más de 4.500 personas firmaran una petición en la que se solicitaba la intervención de las autoridades.

«Quiero ir allí y dejar que la escuela y los estudiantes presenten sus versiones de lo sucedido», comentó Lasufi antes de su visita. Es necesario «contener la situación antes de que salga de control», añadió.

La petición busca asegurar que los alumnos de raza negra y musulmanes no se conviertan en objeto de discriminación, proteger a los estudiantes que protestaron contra la persecución y tomar medidas disciplinarias contra el personal del centro responsable de implementar estas políticas racistas.

No obstante, el código de conducta de 36 páginas de la escuela no prohíbe específicamente los peinados afro. «Todos los estilos deben ser conservadores, ordenados y de acuerdo con el uniforme escolar. No se permiten estilos excéntricos y de moda», dice el documento.

Las fotos de la protesta escolar con el hashtag #StopRacismAtPretoriaGirlsHigh se hicieron virales en las redes sociales y provocaron un debate nacional acerca del racismo en el país africano.

Fuente: https://mundo.sputniknews.com/africa/201608311063169132-polemica-sudafrica-racismo-escuela/

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