En Francia los móviles se quedarán sin recreo

Por: Liliana Arroyo

El primer error es pensar en el móvil como pantalla y no como herramienta. Cambiar el punto de vista es un paso indispensable para repensar las medidas desde la inteligencia emocional, el acompañamiento y la maduración del autocontrol.

Hace pocos días el ministro de educación francés anunciaba las nuevas medidas sobre el uso de los móviles en las escuelas francesas para el curso que viene. En las aulas ya estaban prohibidos, pero en septiembre de 2018 se extenderá la restricción de uso a los patios y los pasillos. Más allá de su aplicación en los distintos centros, vale la pena analizar las motivaciones que llevan a esta propuesta. Las medidas, explicó Jean-Michel Blanquer, parten de razones pedagógicas pero también emplazan la preocupación sobre las pantallas por el riesgo que según él conllevan en términos de salud pública.

Ante este escenario, es importante dar un paso atrás y tomar perspectiva. Más que entrar a discutir la conveniencia o no de la prohibición, vale la pena revisar los principios en los que se fundamenta.

  1. Asumir que el uso de las pantallas afecta a la salud pública: el primer error es pensar en el móvil como pantalla y no como herramienta. Digamos que lo piensan des de un uso exagerado, demonizando “las pantallas” y hablando de adicción sin considerar la dimensión patológica del término. Una cosa es mal uso, otra cosa es una dependencia enfermiza. Esto nos lleva a recordar que el móvil no es sólo una pantalla o un dispositivo. Es una herramienta multiusos que puede disrumpir por completo el sistema educativo. Es una ventana al mundo entero y es la posibilidad de alimentar la curiosidad en cualquier momento y lugar. Está claro, eso tiene ventajas e inconvenientes. Pero es como los cuchillos: no los vamos a prohibir en el comedor por los posibles usos violentos, lo que haremos es educar en el cómo, cuándo y para qué usarlos.
  2. Pensar que prohibir el móvil soluciona el ciberacoso: Una de las intenciones es evitar los vídeos grabados en reciento escolar que después se puedan subir a internet para burlarse. Quien quiera hacer un vídeo, lo hará a la salida. Y quien quiera burlarse, no necesita un vídeo para ello. El ciberacoso es justamente una línea roja que hay que trabajar. Pero es una cuestión conductual y no instrumental. Las soluciones contra el bullying pasan por educar el respeto, educar en la identificación de las situaciones del abuso de poder y hacer conscientes de su responsabilidad a los cómplices necesarios. Se puede educar el ciberacoso sin el móvil en la mano, pero irá bien trabajarlo en combinación con ello.
  3. Creer que los centros educativos libres de móviles ganan la guerra “interminable” entre profes y alumnos: algo estamos planteando mal si los móviles son motivo de guerra y discusión en las aulas. Con todo el potencial educativo que tienen que sólo sirvan para generar discusión indica que estamos todavía muy verdes.

A su favor diré que donde menos me preocupa que se prohíba el móvil es en los espacios del recreo. Ahí sí que me parece acertado favorecer la conexión con los niños y niñas que te rodean, el estímulo de la imaginación y sobretodo la interacción y el juego simbólico son fundamentales para el desarrollo. Aunque deberíamos revisar qué perjuicio tiene que vean vídeos de su youtuber de referencia y los comenten. Quizá lo interesante es ayudarles a identificar qué es educativo y qué no, qué conviene ver y qué no. De qué nos podemos reír y qué cosas no hacen ninguna gracia. Y ya de paso, planteemonos si creemos que lo “bueno” o “normal” es algo que se parezca a la socialización que tuvimos en el siglo XX cuando estamos en el XXI y los avances son de vértigo.

En definitiva, la prohibición es una solución cortoplacista que no pretende comprender el fenómeno en su complejidad y que deja los móviles a la altura de un estorbo que hay que apartar, ladear y obviar en lugar de gestionarlo. No estamos ante un problema pedagógico o un riesgo para la salud. Estamos ante un fenómeno social muy relevante que ha venido para quedarse. Queramos o no, cuanto antes lo abordemos pensando en términos de cómo mejoramos los procesos de aprendizaje y cómo los ponemos a nuestro favor para explorar nuevos límites, nuevos temas y trascender las propias paredes de los centros, mejor.

Cambiar el punto de vista es un paso indispensable para repensar las medidas desde la inteligencia emocional, el acompañamiento y la maduración del autocontrol. Los alumnos, y de hecho todos, necesitamos aprender qué nos aportan los móviles y en qué circunstancias está bien usarlos y cuándo no. Esos códigos de relación con o sin móvil o a través de él, forman parte de la experiencia de la socialización. Y hoy, educar en la socialización digital es tan o más importante que en la socialización analógica. Lo que seguro no veo es cómo vamos a educar en ello desde la prohibición. Porque lo que se prohíbe se tacha. Se ladea. Se empuja al margen. Y si educar es una conversación constante sobre la danza entre los límites y las posibilidades, la prohibición coarta el cuestionamiento. Porque lo que se prohíbe, no se puede educar.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/12/22/francia-los-moviles-se-quedaran-sin-recreo/

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Entrevista a Mariano Martín: «Educar es mucho más que enseñar: es humanizar»

Entrevista realizada por Manuel Crespo. OEI-IBERCIENCIA a Mariano Martin Gordillo.

 Mariano Martín Gordillo es profesor de educación secundaria desde hace casi 25 años. Trabaja en Avilés, una ciudad del Principado de Asturias, en el norte de España, donde da clases de Filosofía, Ética y también sobre temas relacionados con ciencia, tecnología y sociedad. Sobre su propia experiencia como estudiante, recuerda lo siguiente: «Cuando yo era alumno, los pupitres estaban clavados en el suelo y formaban filas de a dos, mirando siempre a la pizarra, donde estaba el profesor. Él hablaba siempre, nosotros pocas veces. Él preguntaba y nosotros debíamos responder. Eso era lo que se esperaba de nosotros: el silencio, las respuestas y, si se daba el acaso, alguna pregunta pertinente. Aquello no me gustaba. A mí me gustaba y me gusta hablar. Por eso ahora tiendo a hablar mucho cuando me invitan a hacerlo con otros profesores y a hablar menos cuando estoy con mis alumnos, para que sean ellos quienes lo hagan».

Alrededor de esta inquietud giran algunos de los conceptos que el profesor expondrá durante la entrevista, dedicada en su mayor parte a la inclusión de las nuevas tecnologías en el aula. Martín Gordillo, que también es miembro de la Comisión de Expertos de la OEI, dice que está de acuerdo con la llegada de ordenadores, entornos virtuales y libros-computadora, siempre y cuando estos progresos nunca dejen de ser lo que son: una herramienta para asegurar la participación cada vez más integral del alumno en la clase y la construcción de un espacio en el que primen el diálogo y el intercambio como principales métodos de enseñanza.

PREGUNTA: El aula de la escuela no ha cambiado en muchísimo tiempo. Siguen estando el pizarrón y la tiza, mientras que afuera las tecnologías evolucionan sin cesar. ¿Cómo puede hacer la escuela para capturar la atención del alumno de hoy, que está muy pendiente de los actuales cambios tecnológicos?

RESPUESTA: Creo que hay que pensar en términos de metáforas. Me refiero a la lógica 2.0 de la que tanto se habla, a la integración no mediada por el espacio y el tiempo. Sería interesante verla como una metáfora de la relación educativa. Durante un tiempo Internet fue 1.0. Hubo unos poquitos años de redes escaparates, de páginas que mostraban cosas y se suponía que uno era un mero espectador. Y en ese sentido el 2.0 es una metáfora de lo que puede ser el ámbito escolar. No es tanto cómo entran las TIC como artefactos en el aula, sino de qué manera podemos hacer que el aula recupere la dimensión dialógica que siempre debió tener. Porque en los orígenes de la educación estaba el diálogo. Parece que eso se nos ha olvidado. Las primeras reflexiones de la educación están en Platón. El espacio público que era el ágora, el espacio de encuentro en las polis griegas, donde se intercambiaban y se compartían razones. Es aquello lo que podemos y debemos recuperar en el ámbito escolar. Hoy en día, muchas aulas son un escenario demasiado contemplativo donde alguien habla y alguien escucha, pero podría ser un espacio dialógico que tuviera además una ventaja frente a los otros entornos: junto a los alumnos hay un adulto. Y ese adulto, que teóricamente tiene contacto con un conocimiento que viene de antes, es una oportunidad que en otras redes sociales los jóvenes no van a tener. En el mundo de la comunicación virtual, la comunicación intergeneracional no es tan fácil. El aula es una oportunidad para ello se produzca.

P: ¿Qué beneficios podrían traer innovaciones como el e-book a la enseñanza?

R: Respondo a esta pregunta a comienzos del 2010, cuando se anuncia la llegada del iPad, y con eso me excuso de que con el tiempo lo que ahora digo pueda resultar ingenuo o descaminado. Sin embargo, tengo ciertas expectativas hacia estos nuevos cacharros, no sólo por lo que tienen de novedad, sino también por lo que tienen de viejo. Para los nativos digitales puede ser novedoso un artilugio que les pone adelante la inmensidad de la cultura del libro. Para los inmigrantes puede ser amigable un dispositivo digital con el que pueden interactuar sin perder algunos de los códigos del mundo comunicativo del que proceden. Creo que, sobre todo en las aulas, las TIC pueden ser un interesante lugar de encuentro entre ambas especies generacionales. Al menos como escenario de transición, me interesa ver la forma en que esos nuevos artefactos pueden llegar a ser útiles para que las lógicas 1.0 y 2.0 puedan encontrar un puente en las aulas.

P: ¿Y qué piensa de iniciativas como las de «una laptop por niño»?

R: No seré yo quien se oponga a que todos los niños del mundo accedan a recursos de los que yo disfruto desde hace tiempo. Es evidente que nunca debe ser visto como problema que todos los niños tengan un ordenador, pero tampoco creo que deba ser considerado como la única solución. Como mucho es una parte de las soluciones que requieren los muchos problemas educativos existentes en los entornos más carenciados. Me gusta esa imagen de los niños, y sus familias, disfrutando con el mundo al que acceden a través de esos pequeños ordenadores, pero no me gusta ese discurso que a veces acompaña a estas iniciativas, según el cual los niños pueden ser educados casi sin maestros. También me preocupa la sostenibilidad de esas iniciativas: su visibilidad inmediata no siempre se conjuga con suficientes garantías de reposición y continuidad.

P: ¿Cuál será, en lo específico, el rol del maestro dentro de un esquema que integre a las nuevas tecnologías?

R: Será el artesano del diálogo. Tendrá que generar el contexto y hacer posible un espacio donde se pueda intercambiar, crecer y aprender intercambiando. Más que preocuparse por qué conocimientos debe llevar al aula -eso es una cuestión superada: los conocimientos están constantemente en todos los lugares-, deberá preocuparse por cómo crear dispositivos y situaciones de organización que favorezcan el acceso al conocimiento y su discusión. Otra cuestión que está presente es que el aula se concibe como un lugar donde sólo ocurre una transmisión de conocimientos, pero no se plantea como un espacio de cuestionamiento de conocimientos, de intereses, de valores.

P: Cuando habla de educación unidireccional, ¿por qué cree que hasta el momento se ha educado así?

R: Desde que existe la escolarización masiva, todos hemos sido educados en un aula. Todos tenemos una idea de lo que es o debe ser un aula. La transformación de esa tecnología supondría una renuncia a los preconceptos que uno tiene sobre cómo debe ser la educación. Nuestra aula no era dialógica, de modo que tenemos que crear escenarios de relación que no tenemos en nuestra memoria. Creo que esto es un obstáculo importante para el cambio. Haber sido educados de cierta manera supone un lastre muy grande para todos. Por eso los modelos son tan importantes. Aprender como docentes a crear otros escenarios de participación en el aula es vital. Si no lo haces, no te das cuenta de cómo se puede hacer. No es una cuestión teórica.

P: Dentro de un potencial esquema dialógico, ¿no hay riesgo de que se produzca una descentralización de la autoridad?

R: ¡Hombre, la descentralización nunca es mala! La autoridad concebida como el espacio donde yo hablo y tú te callas es una autoridad no democrática. La superación de este modelo autoritario -que no es autoridad sino autoritarismo- me parece perfecta. La autoridad es otorgada por la legitimidad que tiene tu rol. Es una legitimidad en ejercicio, en la medida en que el maestro sea capaz de crear situaciones y aportes a los alumnos. Se trata de un rol muy importante: en un espacio de debate la voz del profesor siempre es una voz autorizada, pero no solamente porque sea la del profesor, sino porque aporta o incorpora objetos que no están en el escenario mental de los niños. La voz del maestro debe ser respetada por lo que dice, no por quién lo dice. Claro, esto supone un paso previo que es muy importante: el profesor tiene que contar con una densidad cultural que esté por encima del nivel medio de las familias de sus alumnos. Esto es crucial. Sin un cierto nivel cultural, sin un cierto interés por la cultura en el rol del profesor, el aula es un escenario problemático. Y eso tiene que ver con algunos contextos nacionales, donde la formación del profesorado está en baja.

P: ¿Cómo se puede establecer un diálogo horizontal entre maestro y alumno si se tiene en cuenta que las competencias de uno y otro no son las mismas?

R: Es evidente que las competencias no son las mismas, pero el que yo planteo no es sólo un diálogo entre dos sujetos, sino entre muchos más. El diálogo más vivo, y quizá más rico educativamente, es el que se da en el aula entre los propios alumnos. Ellos también son diversos en competencias, intereses y actitudes, pero esa diversidad es muy fértil si se sabe aprovechar educativamente. Ahí es donde entra el docente como organizador crucial de la comunicación en el aula, como experto competente en propiciar espacios para la interacción y la cooperación. Su competencia epistemológica en las materias que enseña es muy importante, pero no lo es menos su densidad cultural general o su capacidad para generar espacios propicios para el diálogo, la colaboración y el aprendizaje. Ser un docente competente es, por tanto, mucho más que ser un docente bien formado en una disciplina. Son competencias que se adquieren con una sólida formación inicial. Y también con una formación continua que permita al docente aprender con sus compañeros y aprender de las mejores experiencias que ellos le puedan aportar.

P: Llegado un momento, también se discutirán los contenidos de enseñanza…

R: Si, pero eso será tan sencillo como abrir un poco las ventanas a la vida. Los contenidos que tradicionalmente estaban presentes en los libros de texto tenían que ver con saberes disciplinados tradicionalmente por la academia, por la escuela, por la historia. Es el formato de la enciclopedia del siglo XVIII: un saber ya estructurado en cada escuela, con un currículo ordinario. Pero si miramos cómo es y cómo se difunde el saber, en los medios de comunicación encontramos una metáfora muy clara de lo que podemos hacer en la escuela. En el contexto de la ciencia, por ejemplo, el contenido científico no es un contenido de saber puro: hay un saber que tiene que ver con el hacer, con la tecnología, y también con la controversia, con los problemas. Es decir, sobre todo el contenido científico, un porcentaje altísimo de lo que los medios de comunicación incorporan no tiene que ver sólo con cuestiones de hecho o de saber, sino también con cuestiones de deber, con controversias de carácter valorativo. Incorporar en el aula toda la ciencia real -no solamente la ciencia conceptual, sino la ciencia controvertida, la ciencia que está en la agenda de las decisiones macro y micro, aquellas que tienen que tomar tanto el ciudadano particular como el conjunto de la sociedad- es una buena forma de hacerlo. Llevar los periódicos al aula y ver cómo se maneja el conocimiento científico en la prensa, cuándo la prensa lo hace bien y cuándo lo hace mal, es una de las herramientas más útiles para entender cómo debería ser el cambio de los contenidos.

P: ¿Se debería poner en duda la obligatoriedad de la educación formal?

R: ¡Hombre! Jamás deberíamos poner el acento en esa idea. La educación ha sido y es un bien social indiscutible. Los pueblos que han apostado por escolarizar a más gente, durante más tiempo y en mejores condiciones, son los pueblos que más han progresado. La extensión de la obligatoriedad -no en el sentido del encerramiento, sino simplemente de la obligación de los Estados de proveer servicios educativos a todos los ciudadanos, de la obligación de los padres de manejar el tiempo para que sus hijos estén en las aulas y de la obligación de los niños de asistir a clase- no debe ser relativizada bajo ningún aspecto.

P: Algunas TIC ya se usan en las escuelas, pero aún no hay un programa que explique los cambios que implican esas nuevas tecnologías. ¿Los estudios CTS podrían ayudar en ese sentido?

R: Sí, creo que son fundamentales. En el enfoque CTS hay una nueva mirada que es muy positiva. Muestra qué son la ciencia y la tecnología y cómo están afectadas por la historia y la vida social. Las sociedades están presentes en la propia construcción de la verdad, así que no hay verdades puras y aisladas del contexto en las que han nacido. Los estudios CTS, para la ciencia que se muestra en las aulas, también evidencian que la ciencia es humana e incorpora las condiciones que permitieron su gestación. Incluso la otra parte de los estudios CTS -aquella más involucrada en temas como la participación pública, el cambio social y demás- sería de mucha utilidad en el aula. La clase debe convertirse en un escenario donde los chicos puedan aprender a tomar decisiones en relación con la ciencia y la tecnología. Yo suelo hablar de dos paradigmas en educación. De un lado estaría el escenario siempre conocido, el paradigma narrativo y contemplativo, donde el aula es un espacio físico en un sentido tradicional y donde se construyen relatos que se transmiten. Aquí estamos hablando de narraciones y de una actitud contemplativa por parte del educando. Del otro lado nos encontramos con el paradigma dialógico-participativo. El que va a llevar la organización del espacio tiene que promover el diálogo, mientras que el alumno es un sujeto que se educa participando. Allí está la clave del cambio, pero vuelvo a lo de la memoria que dije antes: en el tránsito del paradigma narrativo-contemplativo al dialógico-participativo, no hay que descontar que todos hemos sido socializados en el primero. Este punto debe ser tenido muy en cuenta, ya que implica un obstáculo que no es menor a la hora de modificar el esquema tradicional de enseñanza.

P: En definitiva, ¿está de acuerdo con la implantación de TIC en las escuelas?

R: Una respuesta negativa a esta cuestión sería tan patética como seguir aferrado a la pluma y al tintero cuando ya se dispone de bolígrafos, o como oponerse al uso de los libros tras la invención de la imprenta. Pero más allá de lo obvio, conviene que nos demos cuenta de que asistimos a un cambio histórico descomunal. No se trata sólo de la entrada de cacharros digitales en las aulas. La escuela tuvo durante mucho tiempo funciones alfabetizadoras y ése fue el saber hacer propio que la hacía socialmente imprescindible. Sin embargo, el mundo digital no requiere tanto, al menos no como el mundo académico, de enseñanzas específicas para entrar en él. Pero sí puede seguir siendo relevante una educación para las nuevas formas de socialización en los nuevos entornos virtuales. Sigue siendo importante diferenciar entre enseñar y educar. Al aludir a una educación para los nuevos entornos virtuales no quiero referirme a esas ñoñas cantinelas llenas de prevenciones que insisten en educar frente a los peligros de esos nuevos entornos. Se trata, más bien, de instalar un nuevo contrato educativo en el que sea posible entender que, para muchas de las competencias que los nativos digitales necesitan, siguen siendo funcionales las aulas presenciales. El diálogo en el ágora, la participación cooperativa en el aula y la interacción en las redes sociales forman un continuo históricamente coherente. Lo que no es coherente es imaginar tarimas 2.0 o insistir en perpetuar formatos de aulas como la de la película Entre les murs. Si nos enrocamos, como muestra esa película, en el rancio paradigma narrativo-contemplativo, la escuela tendrá poco futuro y se quedará petrificada, añorando un tiempo que ya no existe. Los pesimistas disfrutan de esa película porque confirma su visión apocalíptica sobre el presente y sus pronósticos agoreros sobre el futuro. Bienvenidas sean pues las redes digitales y las TIC en las aulas, aunque sólo sea para que nos enredemos buscando la manera de disolver esos muros simbólicos que a veces han aislado a la escuela del mundo.

P: Recién dijo que «enseñar» y «educar» son dos conceptos distintos. ¿Podría decir algo más al respecto?

R: Efectivamente, hay diferencias significativas. La educación es más que la enseñanza. Incorpora ese valor añadido que le da sentido a ésta última. Educar es humanizar, favorecer el desarrollo de las potencialidades de las personas. Antes se consideraba que ese proyecto podría lograrse sumando las enseñanzas de los distintos campos del saber, pero hoy sabemos que eso no es suficiente. Siendo muy importante, la mera instrucción no conduce a una educación integral. De la suma de los saberes conceptuales no emergen las actitudes que permiten a las personas valorar el mundo en el que viven y apreciarlo. A valorar se aprende valorando y a participar se aprende participando. Quizá en esos verbos se sitúe ese valor añadido que tienen los buenos sistemas educativos sobre los buenos sistemas de enseñanza.

P: ¿Cuál es hoy el rol del examen en la escuela?

R: Muchas veces les digo a mis alumnos que la lógica de los exámenes se parece a la de un simulacro teatral: ellos hacen como que dominan ciertos contenidos en una fecha determinada y yo hago como que lo constato para siempre. Todo se basa en que nadie se salga del guión ni de la fecha. Si se pregunta o se responde lo que no toca o cuando no toca, todo se desmorona. ¿Aprobaríamos el último examen que hicimos si tuviéramos que repetirlo sin aviso un año después? La lógica del examen no es la de la buena educación, ni siquiera la de la verdadera enseñanza ni la del verdadero aprendizaje. Es la lógica de la acreditación, la del valor de cambio de lo que la escuela certifica frente al valor de uso de lo que la escuela promueve o debería promover. El problema es que esa escenificación impregna nuestra cultura escolar desde que somos alumnos y hace que un mecanismo tan simple como el del examen monopolice muchas veces la interpretación de lo que es, lo que puede ser y lo que debe ser la educación. Usando términos chomskianos, los exámenes muestran actuaciones, pero no siempre demuestran competencias. Lo educativo está en lo potencial, en las competencias, mientras que lo instructivo está en los actos, en las pruebas. El examen se ha convertido en un artefacto escolar que condiciona muchas otras cosas, pero esa pretendida objetividad acaba condicionando los roles y las posibilidades de interacción de los sujetos de la relación educativa. Cuando el alumno le pregunta al docente «Profe, ¿esto entra en el examen?», está haciendo, sin saberlo, una lúcida denuncia de lo que sucede: lo único que tiene valor es lo que se evalúa.

P: ¿Considera que algo debería cambiar?

R: Sí. Para empezar, convendría cambiar las actitudes hacia la escuela y hacia lo que sucede en ella. Últimamente parece que está de moda decir que la escuela está en crisis, que las nuevas generaciones son intratables y que los docentes no podemos hacer nada. Esa es una buena forma de intentar convertir un mal diagnóstico en un pronóstico peor. Pero la realidad de las aulas no es así. Y lo que es más importante: no debe ser así. Las nuevas generaciones son lo más importante que tiene una sociedad. A diferencia de muchos de los que opinan sobre los jóvenes desde lejos y con desconfianza, quienes trabajamos cada día con ellos podemos constatar que los de hoy no son peores que los de otros tiempos. Al contrario, nacen en un mundo mucho más ancho y abierto a sus inquietudes y, por ello, son muchos más los que pueden formarse y hacerlo en sentidos mucho más variados. Yo tengo confianza en estas nuevas generaciones que se mueven con desparpajo en los nuevos entornos virtuales. Las escuelas que tienen problemas no requieren discursos pesimistas o excusas para no afrontarlos. Pero también pienso que en la escuela hay cosas muy importantes que conservar. Por ejemplo, la voluntad de educar: esa vocación de los docentes, esas decisiones de los políticos y esa complicidad de la sociedad que han permitido durante décadas que en todos los lugares del mundo donde se ha ensayado sea siempre cierto que más educación es igual a más progreso social y a más felicidad individual. La novedad en los últimos tiempos es que podemos hacer que ese proyecto alcance a todos.

Fuente entrevista: http://www.oei.es/historico/divulgacioncientifica/?Mariano-Martin-Gordillo-Educar-es&utm_content=bufferbb7c5&utm_medium=social&utm_source=facebook.com&utm_campaign=buffer

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Nicaragua: Las plataformas educativas en línea contribuyen a la educación de calidad

Centroamérica/Nicaragua, 3 de junio de 2017. Fuente: www.elnuevodiario.com.ni  Autora: Catalina Chávez*

Las plataformas digitales enfocadas a la enseñanza constituyen un abanico de recursos y herramientas digitales que tienen como propósito el aprendizaje de los usuarios, especialmente porque permiten la interactividad, la retroalimentación, el uso de formatos multimedia y la creación de contenido de forma colaborativa.

Es una tendencia creciente que educadores y estudiantes, integren cada vez más esos espacios educativos en los procesos de enseñanza–aprendizaje, para aprovechar al máximo estas ventajas.

En ese sentido, las autoridades del sistema educativo nicaragüense han venido trabajando por ofrecer una formación de calidad que aproveche el desarrollo de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y en especial los recursos que disponen las plataformas virtuales.

Fundación Telefónica desde 2009 apostó por la innovación educativa y pedagogías innovadoras a través de su programa Aulas Fundación Telefónica, que incluía espacios colaborativos en redes donde se conectaban docentes y estudiantes para intercambiar experiencias. Sitios como Educared donde los docentes podían acceder a contenidos digitales, que respondía a la denominada web 1.0, como una biblioteca virtual ante la carencia de sitio on line con recursos educativos para aplicar en la clase. Otras experiencias como Escuelas Amigas integraron las TIC a través del intercambio cultural y digital entre escuelas de Nicaragua y España.

Ahora, gracias a la evolución de las tendencias educativas y el desarrollo de herramientas digitales, Fundación Telefónica ha creado Scolartic como una Comunidad Educativa online de aprendizaje, innovación y calidad educativa en el que se ofrecen cursos online gratis, recursos para el aula así como charlas, ponencias y talleres.

Scolartic es una plataforma que cuenta con recursos educativos agrupados por etapas y materias distribuidas en cuatro áreas: recursos, contiene propuestas didácticas de aplicación directa en el aula; cursos, detalla la formación en metodologías didácticas aplicadas a la docencia; iniciativas innovadoras, muestra proyectos de innovación tecnológica educativa y la comunidad Scolartic, espacio destinado para el diálogo sobre el mundo educativo.

En sí la plataforma  se ajusta al nivel educativo y de conocimiento sobre el uso tecnológico de los docentes, por lo que pueden desenvolverse sin problemas en este espacio de aprendizaje.

Mediante Scolartic, en 2 años, más de 4,000 docentes han encontrado un espacio de formación y debate educativo a través del cual acceden a cursos gratuitos, ponencias, talleres, foros, charlas y propuestas didácticas que les brindan herramientas para hacer sus clases más atractivas e innovadoras.

Estos espacios virtuales, además de fortalecer el acceso a la información a los usuarios, también traen consigo el desarrollo de la nueva dinámica social de colaboración que nos brinda la cultura digital. Es así como docentes y alumnos buscan soluciones a temas cotidianos a través de la conexión entre distintas áreas académicas, utilizando la tecnología para integrarlas.

Aplaudimos el modelo de aprendizaje que aprovechan las plataformas educativas en línea. De la misma forma que el maestro del futuro esté adquiriendo las competencias digitales y metodologías educativas acordes a la sociedad del Siglo XXI, nuevo contexto que demanda nuevas habilidades y capacidades tecnológicas.

* Especialista de Responsabilidad Corporativa de Telefónica.

Fuente noticia: http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/429648-plataformas-educativas-linea-contribuyen-educacion/

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Tecnología y su uso racional en educación

José A. Guilbauth G.

¿El uso de medios y tecnologías aplicadas a la educación es un acto de innovación o de práctica científica?

Cada día en el sector educativo escuchamos los ofrecimientos de centros educativos y docentes que cuentan y emplean las últimas tecnologías en su acto didáctico.

Esta experiencia frecuentemente está llena de mucho mercadeo y publicidad comercial, no así educativa, ya que no ha sido elegida para tal fin mediante una selección tecnológica.

Para el cumplimiento del uso de tecnologías con matiz educativo debemos hacernos las siguientes interrogantes: ¿Qué necesita aprender el estudiante para avanzar en su propuesta formativa?

¿Qué tipo de aprendizaje es el que emplean más efectivamente los estudiantes en su aprendizaje?

¿Cuál es la tecnología que debo seleccionar según los contenidos que deseamos desarrollar en los estudiantes hasta producir el aprendizaje efectivo?

Ante estas interrogantes, es imprescindible que el docente conozca qué contenidos curriculares son los que requiere aprender el estudiante para lograr las competencias exigidas en un determinado nivel educativo.

Otro aspecto a considerar por el docente al emplear adecuadamente una tecnología es el de identificar los tipos de aprendizajes que más emplean sus alumnos y seleccionar aquellas tecnologías que se ajustan al tipo de contenido curricular, tipo de aprendizaje y, por consiguiente, a las características de los contenidos que deben dominar los estudiantes.

Una vez que el docente cumpla con los requerimientos de selección de aquella tecnología que pueda facilitarles las mejores experiencias de aprendizaje a sus estudiantes, entonces deberá iniciar el diseño de los mensajes educativos más pertinentes, hasta convertirse en una verdadera comunicación educativa eficaz.

La planificación sistemática de tecnologías en el acto didáctico es un requisito indispensable en la implementación del proceso de enseñanza, pues cualquier otra utilidad sería empírica y una enseñanza ineficiente e improvisada para el logro de las competencias deseadas en nuestra población estudiantil.

Utilizar tecnologías en la educación basadas en la innovación nos puede llevar a una decepción y provocar una mala reputación de la tecnología educativa, si sólo se justifica su utilidad en la novedad de la tecnología y no en mejorar el potencial de adquisición del aprendizaje.

Muchas experiencias locales como en otros contextos han fracasado por basar la inversión económica sólo en la compra de equipos tecnológicos, descuidando la capacitación del recurso humano, en este caso de los docentes y directivos de los planteles educativos. Por lo anterior, es indispensable que antes de tomar una decisión sobre la adquisición de nuevas tecnologías para nuestras escuelas se tenga presente a los usuarios de los mismos.

Fuera de estos requerimientos pedagógicos para el buen uso de una determinada tecnología educativa, está el costo de la misma; muchas veces invertimos mal por no ser la herramienta que logrará la calidad de aprendizajes en los estudiantes y, por el otro, lado el alto costo en los padres de familia de un recurso diseñado y confeccionado en otras latitudes para estudiantes con experiencias previas diferentes y características de un entorno educativo no compatible con nuestra realidad.

Antes de comprar un producto tecnológico para ser aplicado al trabajo pedagógico, deben analizarse sus características, funcionalidad y potencialidad en la mejora que le pueda ofrecer a los estudiantes para que aprendan y logren la adquisición de competencias en su formación personal y profesional.

Por lo anterior, se requiere que todo docente en su perfil profesional cuente con el dominio de competencias en la selección, diseño, implementación y evaluación de tecnologías educativas, al enseñar y capacitar al alumno mediante estrategias didácticas apoyadas con la tecnología educativa.

Debemos recordar que el material, recurso o tecnología educativa no enseña, que es el andamiaje de estrategias didácticas y la buena implementación de esa tecnología educativa bien seleccionada la que producirá un aprendizaje efectivo, pertinente y de calidad en la educación de nuestros estudiantes panameños.

Fuente del articulo: http://laestrella.com.pa/panama/politica/tecnologia-racional-educacion/23992179

Fuente de la imagen: http://www.icesi.edu.co/blogs_estudiantes/educandoalmundo/files/2016/12/Tecnología-y-Educación.jpg

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España: Experto de UNIR aboga por integrar recursos digitales en la educación «para que no se limite al libro de texto»

España / www.lainformacion.com / 15 de Marzo de 2017

El vicerrector de Transferencia y Tecnología de la Universidad Internacional de La Rioja, Daniel Burgos, ha abogado este martes por integrar los nuevos recursos digitales y «la enseñanza no formal» en la educación, para que ésta «no se limite a la memorización y al libro de texto», un sistema «que funciona en parte, pero que debe evolucionar».

Burgos ha realizado estas declaraciones a Europa Press, a raíz de la conferencia que va a impartir este miércoles, a las 18,15 horas, bajor el título «Aprendizaje transgénico e innovación sin medida: implicaciones para los centros educativos hoy». La ponencia se podrá seguir en streaming y de forma presencial (hasta completar aforo) desde la sede de UNIR en Logroño.

Enmarcada dentro del ciclo «Diálogos sobre Talento, Educación y

Tecnología» promovido por el vicerrector de Innovación y Desarrollo Educativo, Javier Tourón, la conferencia abordará el tema de la educación desde un prisma diferente e innovador: el del aprendizaje transgénico.

Se trata, como ha explicado Burgos, «de un concepto que parte de la base de que el actual modelo educativo necesita una gran evolución, es un modelo que funciona en parte, no hay que quemarlo entero, pero sí que necesita cambios profundos en aspectos como la presencialidad o los métodos de evaluación, por ejemplo».

El concepto de transgénico «surge tomando como base lo que ocurre con los alimentos: se extrae algo que no funciona o que se puede modificar para que funcione mejor, para, posteriormente, volver a reintroducirlo con mayor rendimiento».

Una teoría que, en el caso de la educación, se plasma «en la integración de los recursos de la enseñanza que conocemos de toda la vida con su programa reglado y sus títulos, con lo que no sea ese aprendizaje formal, y que tiene que ver con todo lo que ocurre fuera de las aulas, donde existen ahora mismo mil recursos muy diversos».

«El aprendizaje no se puede limitar ya al libro de texto o a la memorización. Es un modelo que ha estado ahí toda la vida, y que no hay que matar, pero hay que compatibilizarlo con los nuevos modelos, en los que los estudiantes pueden obtener fuentes múltiples o hablar con gente que está al otro lado del planeta», ha dicho Burgos.

Esta compatibilización, «para la que todos, especialmente los estudiantes, estamos preparados», es, precisamente «el gran reto» que, a su juicio, tiene la educación en el futuro más inmediato, «porque se trata de integrar una parte interactiva que, en otras áreas, ya es algo normal, así que estamos lo suficientemente maduros para ello».

Eso sí, ha considerado también como «esencial» que esta asunción de retos «se haga desde la estabilidad» de un sistema de enseñanza para el que ve «necesario» un gran pacto educativo «porque no tiene sentido que un alumno se tire 20 años en las aulas, con 4, 5 ó 6 gobiernos y que hagan 7 u 8 modificaciones de las leyes, es una montaña rusa».

A su juicio, es imprescindible «un poco de lógica política que dé estabilidad» al sistema, «sin que se maree a los estudiantes, que deben centrarse en aprender y en desarrollar sus habilidades, no en el acrónimo que le toque al curso que esté haciendo según la ley que le toque».

Solo así se podrá desarrollar el nuevo concepto educativo «en el que prime la curiosidad de los alumnos, la mejora de su capacidad de expresarse y de atender a diversas fuentes», una habilidades «que se aprenden bien desde pequeñitos». «Estamos en un momento de privilegio para acceder a la información, no podemos limitarnos tampoco en la educación», ha aseverado Daniel Burgos.

El enlace para seguir la conferencia «Aprendizaje transgénico e innovación sin medida: implicaciones para los centros educativos hoy «en streaming y previa inscripción es http://masterclass.unir.net/openclass/dialogos-sobre-talentoeducacion-

y-tecnologia.html

UNIR RESEARCH.

El Vicerrectorado de Transferencia y Tecnología (UNIR Research, http://transfer.unir.net) se centra en potenciar el ciclo de vida de

proyectos de investigación e innovación.

Busca realizar una aplicación práctica de resultados de estos proyectos en la vida de la universidad, como la personalización del proceso de aprendizaje, la mejora del rendimiento académico o la adaptación de la metodología de enseñanza.

Desarrolla proyectos públicos, privados y propios para las diversas ramas de conocimiento de UNIR. Desde el diseño, la ejecución y la evaluación, hasta la implementación práctica, la explotación, la divulgación, el posicionamiento y la transferencia de los resultados obtenidos, con especial énfasis en proyectos internacionales, bajo la marca UNIR Research.

La Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+i) depende de este vicerrectorado, así como la división de proyectos internacionales de investigación, UNIR Research (http://research.unir.net).

SOBRE UNIR.

100% online, la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) tiene un modelo pedagógico propio con una metodología que permite desarrollar una formación de calidad y personalizada.

Los alumnos reciben clases online en directo, se imparten más de 1.350 clases online semanalmente. El estudiante tiene un tutor que le acompaña y ayuda durante toda su carrera y dispone de un campus virtual con la tecnología más innovadora y los recursos académicos que necesita.

En la actualidad UNIR cuenta con más de 27.000 alumnos, de los cuales

7.000 son internacionales, y 1.584 empleados (794 docentes e investigadores). Se imparten 15 Grados, 45 Másteres Universitarios, 37 Títulos Propios y 6 Estudios Avanzados. Fue aprobada oficialmente en el año 2009 y desde entonces se han graduado 38.900 estudiantes.

Fuente:http://www.lainformacion.com/educacion/universidad/Experto-UNIR-integrar-digitales-educacion_0_1007899892.html

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UNICEF-Global Infancia: Acompañamiento parental para adolescentes en el uso seguro de las Tics

América del Sur, Paraguay, 15 de enero de 2016. Fuente: Global Infancia /Unicef

Global Infancia realizó en 2016 un estudio denominado «A mí no me va a pasar». Dicha investigación recogió información a través de encuestas realizadas a 2.208 adolescentes sobre el uso de las TICs.

Los resultados muestran que:

• 76 de cada 100 adolescentes encuestados accede todos los días o casi todos los días a Internet.

• 16 de cada 100 lo hace de 1 a 3 días por semana.

• 87 de cada 100 tiene un celular propio.

• 93 de cada 100 usa el celular para ingresar a Internet.

• 67 de cada 100 no son supervisados en cuanto a su acceso a Internet.

• 47 de cada 100 usa Internet entre una y cinco horas por día.

Estos datos nos muestran con cuánta facilidad las y los adolescentes acceden hoy a las tecnologías de información y comunicación. Son inmensos los beneficios de las TIC en la vida del ser humano y de los/as adolescentes, pero también crecen enormemente los peligros a los que ellos/as se exponen cuando no les acompañamos o no les formamos para el autocuidado.

Niños, niñas y adolescentes que usan las TIC de manera inadecuada o no protegida, están expuestos a situaciones de violencia de todo tipo, y particularmente a la violencia sexual. Los y las delincuentes encontraron en las TIC mecanismos que les ayudan a captar a sus víctimas de manera más fácil y rápida.

Esta Guía fue elaborada para ayudar a responder esas preguntas; para construir puentes de diálogo con nuestros hijos e hijas, y acercarnos a su mundo tecnológico de manera amigable. Así podremos lograr que se sientan protegidos y seguros.

Para descargar la investigación completa hace clic aquí.

Fuente: http://www.globalinfancia.org.py/?p=9168

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