Paraguay: Pedagogía de la independencia

Pedagogía de la independencia

Claudia Korol

Reseña del libro de Martín Almada «Paraguay: Educación y dependencia»

Martín Almada escribe este libro y con el libro escribe su vida. Cuenta simultáneamente su historia personal y la historia de su pueblo guaraní, de su país, de su continente.

Martín, el compañero de tantas luchas, intentó llevar a la práctica en Paraguay la experiencia de Paulo Freire, promoviendo una escuela que hiciera “educación como práctica de la libertad”, el Instituto Juan Bautista Alberdi de San Lorenzo. La osadía le costó la represión, la muerte de su compañera de vida, Celestina Pérez de Almada, y la cárcel.

Martín Almada escribe con la tinta del sobreviviente. Con la sangre de su compañera y la de sus compañeros asesinados por la dictadura de Stroessner, Martín escribe sobre la educación en Paraguay. Escribe con dolor. Pero también, escribe con rebelde esperanza.

Fundamenta en estas páginas que la educación dominante es uno de los engranajes aceitados que posibilitan y naturalizan la dependencia. Bucea en la historia del continente, buscando claves de interpretación del drama paraguayo. El papel de la oligarquía, de la Iglesia, del Estado, de las fuerzas armadas, de los gobiernos y de las oligarquías de los países vecinos, de los distintos agentes del poder, son analizados en esta perspectiva latinoamericanista.

Dice Martín Almada en el artículo que completa este libro –escrito 30 años después-, que esta publicación … “en el fondo es la carta de un sobreviviente dirigida a sus torturadores. Es la carta de un educador sobreviviente que busca un remedio para curar dolores del alma. No olvidemos que debajo del dolor está el amor…. Es la historia de la reconstrucción de mi mismo luego de tutearme con la muerte”.

En esa identidad de sobrevivientes se escribieron muchas páginas en Nuestra América, y en especial en Paraguay, donde el pueblo hermano sufrió sucesivos genocidios, el del pueblo guaraní, y de otros pueblos originarios, durante las guerras de conquista, las guerras por territorio y por petróleo, la Guerra de la Triple Alianza, y la prolongada dictadura stronista.

Me interesa decir en estas líneas, que el pueblo argentino no puede permanecer indiferente frente a la opresión vivida por el pueblo paraguayo. Hay una responsabilidad de la oligarquía argentina en la Guerra de la Triple Alianza, y en el sostén a la dictadura de Stroessner. También en las modalidades de opresión que llegan hasta la actualidad, con los acuerdos leoninos de saqueo de recursos hidroeléctricos. Tal vez estos tiempos en los que se buscan nuevas posibilidades de integración latinoamericana, sean momentos para poner en marcha profundas reparaciones frente a todo lo destruido, lo saqueado, y lo aniquilado por la imposición de los intereses imperialistas, que contaron con diversos gobiernos argentinos como instrumentos de ejecución de sus políticas. Y esto sólo puede ser impulsado activamente desde abajo y desde la izquierda, donde se tejieron también los lazos de solidaridad profundo con las víctimas de la dictadura, que por miles recibieron abrigo en nuestras tierras.

Pero Martín Almada no es sólo un sobreviviente. Es también un creador de nuevas posibilidades para la aventura libertaria. Abogado de causas justas. Defensor de los derechos humanos. Inventor de modelos que buscan el estímulo a la producción agroecológica, promoviendo los usos populares de la energía solar, impulsando la creación de aldeas solarizadas, y hasta editando un libro de recetas solares elaboradas con alimentos locales. Siendo la educación popular -fundamentalmente- pedagogía de la autonomía, Martín Almada contribuye en esta dirección, estimulando maneras de pensar la vida que no se basen en los paradigmas del desarrollo que destruyen a la naturaleza y a la gente en ella.

Educador. Investigador –por su obsesiva búsqueda de la verdad fue posible el descubrimiento de los “Archivos del Terror” y por su terca voluntad de denuncia fue posible la creación del Museo de las Memorias-. El descubrimiento y estudio de los Archivos del Terror, en los que se encontraron los documentos del Plan Cóndor, son una pieza fundamental para el momento actual de lucha por la justicia que se está llevando adelante en los Tribunales argentinos, con el enjuiciamiento a los criminales de lesa humanidad. Es un material de enorme valor, para desnudar la complicidad de los gobiernos latinoamericanos, y del gobierno norteamericano en la ejecución de las políticas de terrorismo de estado. Por estas contribuciones realizadas a la lucha por la justicia, Martín Almada recibió en el año 2002 el Premio Nobel Alternativo de la Paz, que al mismo que otros muchos premios que le fueron otorgados, es un reconocimiento a su coraje, a su coherencia como defensor de los derechos humanos, como pedagogo de la justicia.

Quiero decir que siempre pensé que Martín Almada cumple cabalmente con la recomendación de Paulo Freire, que es la de vivir “sanamente locos, y locamente sanos”, como condición para seguir siendo creadores… y creadores revolucionarios. Como el loco Simón Rodríguez, ha puesto en la libertad y en la educación su pasión completa.

Escribe Martín Almada: “El miedo, en nuestro país, se volvió cultural. La segunda piel del paraguayo es el miedo, porque la ignorancia y la tortura fueron la base de la represión, fueron el corazón del sistema dictatorial”. Con ese miedo, y contra ese miedo es la vida y la lucha de este pedagogo de las luchas libertarias. Y sabe que la educación, es uno de los caminos para aportar a la organización del pueblo en la lucha emancipatoria. Y que es la acción colectiva, un largo proceso de desafío al miedo que tiende a aislarnos y a desorganizarnos.

En este libro, el repaso de las prácticas educativas en Paraguay, terminan constituyendo una radiografía de la dominación, y también una búsqueda activa de caminos para la descolonización y para la desmercantilización de la enseñanza en América Latina, porque tal como él investiga y denuncia, las políticas educativas son producto de una estrategia continental ordenada por instituciones del gobierno mundial, que administran la subordinación cultural, en diferentes terrenos -incluido el pedagógico-. Martín Almada se concentra en el estudio de Paraguay, pero lo pone en espejo con los modelos educativos de Chile, y de otros países latinoamericanos. Hoy, cuando muchos de los gobiernos que se llaman progresistas siguen utilizando chalecos de fuerza como los modelos educativos que impone el Banco Mundial, o como las Leyes Antiterroristas que impone el CIADI[1], es interesante utilizar este texto para pensar una nueva pedagogía, que nazca y crezca contra todas las formas de dominación, las históricas y las actuales. Una pedagogía descolonizadora que sea regada desde las raíces con nuestras propias miradas del mundo. Una pedagogía originaria, libertaria, y audazmente democratizadora. En esta dirección, el libro de Martín Almada es sobre todo una invitación para esa búsqueda, y para crear –con la audacia y el riesgo ineludibles en todo acto transformador- un camino en el que todas las tradiciones de lucha de Nuestra América, se rebelen junto con los nuevos gritos de Ya Basta, frente a la mediocridad y el conservadurismo. Le agradezco por ello a Martín y a su locura, la posibilidad de mirarnos sin anteojeras, de pensarnos sin muros, y de atrevernos a caminar sin chalecos de fuerza, con la pasión intacta y ese alegre dolor que nos sigue conmoviendo.

Notas:

[1] Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones. Organismo del Banco Mundial que tiene por objetivo propiciar la solución de disputas entre gobiernos (N. del E.).

MARTÍN ALMADA

(Paraguay, 1937) Profesor, abogado y reconocido activista y defensor de los Derechos Humanos en su país natal durante la dictadura de Alfredo Stroessner. Líder del movimiento “Por un techo para cada educador” de la Federación de Educadores del Paraguay, fundador y director de la Escuela Juan Bautista Alberdi en San Lorenzo, que fue cerrada en 1974 por órdenes dictatoriales.
Ese año, Almada presenta su tesis doctoral “Paraguay, Educación y Dependencia” en la Universidad Nacional de La Plata, en Argentina, siendo calificada de “subversiva y terrorista” por la Policía Federal Argentina, lo que le significó ser detenido y torturado, y que su primera esposa, Celestina Pérez, falleciera de un infarto al escuchar telefónicamente las torturas a las que era sometido Almada.
En 1977 es liberado después de una huelga de hambre y el apoyo de distintos grupos de derechos humanos, asilándose en Panamá, retornando a su país después de la caída del dictador Strossner, en 1989.
Con la ayuda del juez José Agustín Fernández, el 22 de diciembre de 1992, en la ciudad de Lambaré (Paraguay) descubre los “Archivos del Terror”, la prueba documental de la existencia de la Operación Cóndor en América Latina, que contiene las comunicaciones y acuerdos entre las autoridades militares y policiales, para reprimir las sociedades y mantener las dictaduras de Paraguay, Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, entre 1970 y 1980.
Martín Almada ha recibido varios galardones internacionales por su actividad a favor de la aclaración histórica de la Operación Cóndor y de las violaciones de Derechos Humanos en Sudamérica, donde destaca el Premio Right Livelihood, o Premio Nobel Alternativo de la Paz, en 2002.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/pedagogia-de-la-independencia/

 

 

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Hacia un perfil del docente investigador para Latinoamérica

María Margarita Galindo

La transformación de la profesión docente tiene que partir de una cuidadosa reflexión respecto a qué se espera de ella en el siglo XXI. Esto significa definir las competencias básicas que requiere para desarrollar los procesos de enseñanza y el aprendizaje acordes con las necesidades de la sociedad en un mundo globalizado.

La formación para la profesión docente exige tener claridad respecto de hacia dónde ir. Los profesores reproducen lo que aprendieron cuando fueron alumnos y se corresponden a la formación que recibieron. Por eso es fundamental definir claramente el perfil del profesor que se pretende lograr, entendiendo que el perfil son todos aquellos rasgos y competencias que determinan la actuación, en este caso profesional, de un individuo.

En este orden de ideas, el docente en su actuación como profesional, debe desempeñar diferentes roles que según Serrano (1999) son el rol de facilitador, orientador, promotor social e investigador. Al respecto Ramírez, Escalante y Pena (2006) señalan lo siguiente “El rol del docente como investigador implica que posea conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y valores que le permitan conocer la realidad socio-educativa e incorporarse efectiva y permanentemente a la investigación…”

En este sentido queda explicito la necesidad de formación a la hora de investigar. Bajo este contexto, existen habilidades, destrezas, conocimientos y capacidades indispensables para el desarrollo de un proceso investigativo.

Samaja (2004), destacado epistemólogo e investigador argentino, concienzudamente señala lo siguiente respecto a la formación en investigación

…Creo, de igual modo, que sí se puede enseñar a investigar, aunque agrego un importante requisito para que esto sea viable’ que la enseñanza tenga como objeto fundamental, no la transmisión de preceptos metodológicos, sino la comprensión del proceso de investigación: esto es, la comprensión de la naturaleza de su producto; de la función de sus procedimientos y de las condiciones de realización en que transcurre. (p. 13)

Si bien analizamos la afirmación del autor se identifican tres elementos básicos: el primero es que si es posible asumir la formación de docentes investigadores como un ejercicio de primer orden para el desarrollo del sector universitario primordialmente, el segundo elemento es comprender que formar un docente investigador no es enseñarle manuales de metodología, es un una tarea indispensable dejar a un lado la posición de que saber investigar es aprender metodología y el tercer y último elemento es comprender que formar un docente investigador significa direccionar una formación sustentada en la comprensión del acto investigativo como un “proceso” que implica el reconocimiento de la naturaleza del producto (objeto del conocimiento), la función de cada paso y procedimientos (método-metodología)  que se da dentro del proceso investigativo, así la comprensión del entorno (medios) donde ocurre dicho proceso investigativo.

Lo precedente lleva al profundo análisis del significado de la tarea investigativa dentro la función docente. La investigación debe reconocerse como lo que es; un proceso de producción de conocimiento científico y hacia ese horizonte debe apuntalar el perfil del docente investigador que indudablemente debe diseñar y construir la universidad latinoamericana.

Dentro de este orden de ideas, en el ámbito educativo permanentemente existirá una preocupación por el cuerpo docente, por su interacción directa con la producción y la difusión del saber. Es necesario abogar por la sana interacción entre profesores e investigadores o, mejor aún, por un alto desempeño del docente investigador, fortaleciendo espacios para la reflexión que conduzcan a su formación pedagógica e investigativa, en procura de una educación con calidad, entendida ésta como la coherencia existente entre todos los estamentos comprometidos con el sistema educativo y el cumplimiento de las expectativas generadas por la estructura social. (Hernández, 2009, p.4)

El docente investigador tiene la autoridad que le confiere el ser constructor y creador de conocimiento a partir de sus propias investigaciones, a diferencia del docente repetidor de teorías ajenas, los centros educativos deben promover la apertura de espacios académicos, donde la investigación sea la base de la docencia. (Hernández, 2009, p. 6)

Ahora bien, cabe preguntarse si la universidad latinoamericana esta contribuyendo a la formación de ese docente investigador que aspira y que exige de manera urgente la sociedad en Latinoamérica. La educación es indudablemente el motor de mayor empuje para el desarrollo de una nación y para ello es necesario consolidar un docente investigador capacitado lo suficientemente para generar el conocimiento científico que se requiere.

Al respecto, Elizondo y Ayala (2007) señalan

La escasa demanda de conocimientos endógenamente generados ha caracterizado al sector productivo latinoamericano. Esta es una de las debilidades más fuertes del proceso de desarrollo de Latinoamérica, la falta de producción científica y la poca relación entre el conocimiento producido y el sistema económico, y en las consecuencias de ello para la investigación y la enseñanza superior en el continente.

El desarrollo está sujeto al conocimiento que se produzca desde el sector universitario y para ello hace falta que nuestras universidades capaciten el talento humano encargado de producir tal conocimiento, por ello el perfil que se reclama está centrado en un docente capacitado en el campo de investigación, que implica el desarrollo de competencias ontológicas, filosóficas, teóricas, epistémicas y sociológicas propias del acto investigativo.

Las demandas actuales de la sociedad exigen reconocer que es la investigación la que orienta el camino para despejar las dudas, formar para el trabajo emancipador, construir, desarrollar y socializar los nuevos conocimientos que se constituyen en fuentes de paz, progreso y desarrollo; pero ante todo, reconoce la investigación como gestora de pensamiento, conocimiento, tecnología y creadora de saberes.

La región reclama un docente – investigador; un docente comprometido con su labor de formar profesionales de alto nivel que tengan las herramientas necesarias para llevar a la practica el proceso investigativo que le permita transformar su realidad.

En este sentido, Terán (s/f) afirma “las competencias del docente-investigador se caracterizan por ser multidimensionales: integran holísticamente conocimientos, habilidades, principios y comportamientos direccionadas a las prácticas investigativas; así como una reflexión y análisis crítico sobre los contextos que las condicionan…” (p.55)

Lo citado no hace otra cosa sino resumir el significado del docente investigador, un docente que mantiene contacto directo con la realidad, que mantiene una práctica originaria, asume responsabilidades, fomenta el pensamiento crítico y reflexivo en sus estudiantes, promueve la investigación desde su propio testimonio de vida entre otros elementos que hacen que ese docente no sea un docente más sino un docente investigador.

En este sentido, es pertinente señalar que durante el periodo de las escuelas normales que nacieron en la región, el docente solo fue formado para “dar clases” y no para hacer ciencia, ese docente solo recibió formación para “transmitir conocimientos” y no para investigar (Peñalver, 2005). En la actualidad, ese docente requiere de su transformación y evolución, vivimos en un mundo globalizado y dominado por las tecnologías de información y comunicación que exige un docente con pertinencia en su práctica, un docente capaz de combinar su función pedagógica con su quehacer investigativo.

Para lograrlo, el gran paso es constituir desde el seno del sector universitario una aproximación del perfil del docente investigador que nuestra región necesita, es urgente sentar las bases del docente que aspiramos tener. En este sentido, el reto de la sociedad y sus instituciones universitarias deben estar enfocados a formar profesionales altamente capacitados para generar conocimientos capaces de conducirnos a los cambios y las transformaciones necesarias que particularmente deben nacer desde el sector educativo y sus docentes, por ser estos los lideres que amparan la formación y transformación de la sociedad.

Es indispensable que los cambios giren en torno a la nueva concepción de un docente formado en y para la investigación. Un docente no conformista, comprometido con la producción de conocimiento científico para lo cual requiere una genuina formación donde nuestras universidades, a través de políticas públicas de Estado establecidas, son las Instituciones responsables de ofrecer dicha formación.

El docente ya no puede ser un simple repetidor de las teorías de otros, debe estar capacitado para; desde el abordaje de sus praxis diaria, poder construir sus propias teorías que den sustento científico a su hacer pedagógico; es esta precisamente la base de la concepción del perfil del docente investigador que requiere la región latinoamericana.

REFERENCIAS

Elizondo, L. y Ayala, F. (2007). El equilibrio entre la enseñanza y la investigación en países latinoamericanos. Revista Iberoamericana de Educación. [Revista en línea]. Disponible: http://www.rieoei.org/deloslectores/1913Elizondo.pdf [Consulta: 2017, Enero 3]

Hernández, I. (2009).El docente investigador en la formación de profesionales. Revista Virtual Universidad Católica del Norte. Nº27.pp 1-21. Fundación Universitaria Católica del Norte: Colombia.

Peñalver, L. (2005).  La formación docente en Venezuela. Estudio diagnostico.  UNESCO – IESALC

Ramírez A, Escalante S. y Pena G. (2006) Perfil de los docentes de formación para el trabajo y de la educación técnica: centros educativos de fe y alegría en los estados Táchira, Mérida, Trujillo y Apure. [Revista en línea]. Disponible en http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1316-49102006000300013&lng=es&nrm=iso. [Consulta: 2016, Diciembre 29].

Samaja, J. (2004). Epistemología y Metodología. Elementos para una teoría de la investigación científica. 3ª edición, 4ª reimpresión. Buenos Aires-Argentina: Editorial Universitaria de Buenos Aires. [Libro en línea]. Disponible: http://ens9004.mza.infd.edu.ar/sitio/upload/12-%20SAMAJA,%20J.%20-%20LIBRO%20-%20Epistemologia%20y%20metodologia.pdf [Consulta: 2016, Noviembre 30]

Serrano, M. (1999). El proceso de enseñanza-aprendizaje. Mérida, Venezuela: Consejo de Publicaciones de la Universidad de Los Andes.

Terán Acosta, G. (s/f). Formación y Gestión de desempeño del docente Investigador en la Educación Superior: Modelo Teórico Basado en Competencias. Eidos 53-59.

 

Fuente de la imagen:

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/cd/Biblioteca_Casa_de_Col%C3%B3n_Nacho_Gonz%C3%A1lez.JPg

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Argentina: «Ser científico no es sólo para iluminados», afirmó el ministro bonaerense de Ciencia.

América del Sur/Argentina/11.04.2017/Autor y Fuente: http://diariohoy.net

A 130 años del nacimiento del científico argentino Bernardo Houssay, galardonado en 1947 con el Nobel de Medicina, «buscamos despertar en los más pequeños el interés por la ciencia y demostrarles que está al alcance de cualquiera que se lo proponga, que ser científico no es sólo para iluminados», afirmó el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación bonaerense, Jorge Elustondo.

Con motivo del «Día del Investigador Científico», que se celebra cada 10 de abril en conmemoración del nacimiento de Houssay, consideró que el campo de aplicación de las nuevas tecnologías es actualmente «extenso y sirve para resolver la mayoría de las situaciones cotidianas».

«La mayoría de los problemas tienen una respuesta que parte desde la ciencia y la tecnología, por eso es fundamental acercar a nuestros jóvenes a ese ámbito, romper los mitos de que son tareas aburridas o que para ejercerlas tienen que viajar lejos», aseguró.

Enfatizó que «hay que llevar la ciencia a la gente y a cada pueblo, para que puedan aplicar sus conocimientos y logros a la propia región».

Elustondo remarcó el «extraordinario capital humano» que tiene Buenos Aires y lo equiparó a los «vastos recursos naturales» que posee la provincia.

«De la mano de políticas públicas que apunten a mejorar la educación desde el inicio y con la introducción de nuevas herramientas tecnológicas vamos a reposicionar a la provincia a nivel mundial», apostó.

El ministro reafirmó además el anuncio que el presidente Mauricio Macri había hecho seis meses atrás en la localidad bonaerense de Pipinas sobre un plan de 12 proyectos de innovación tecnológica, uno de los cuales es el «Programa Nacional de Popularización de la Ciencia».

«El programa busca acercar a los jóvenes para promover la cultura científica, contribuir a la comprensión de la importancia de la investigación y de sus resultados para el desarrollo de la sociedad», definió.

Con ese contenido, el ministerio bonaerense de Ciencia lanzó «Estación Ciencia», una feria itinerante dirigida a niños y adolescentes que busca, a través de diversas actividades, «aproximarlos a las disciplinas tecnológicas» a través de talleres de robótica, conducción de drones y charlas con investigadores.

«Estación Ciencia» formará parte de la edición de este año de la «Feria de la producción, el trabajo, el comercio y los servicios del sur argentino», que se realizará próximamente en la localidad de Bahía Blanca, ya que debió ser reprogramada por el temporal que azotó a esa ciudad.

Leandro Díaz, miembro del equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires (UBA), quien recibió uno de los reconocimientos «Ubatec 2016» por su labor en la Innovación e Investigación Aplicada, apuntó que «un gran desafío que tenemos los científicos es el de atravesar las barreras del laboratorio y llevar la ciencia a los más jóvenes».

«Muchas veces ellos tienen preguntas que nunca nos hicimos y líneas de pensamiento que nos llevan a evaluar otros enfoques en nuestras investigaciones, por lo que el intercambio es muy enriquecedor e interesante», reivindicó Díaz, quien colabora además con la «Fundación Bosques Nativos Argentinos para la Biodiversidad».

Contó también que los especialistas de las organizaciones no gubernamentales «trabajan mucho con chicos en edad escolar en todas partes del país».

«La mejor forma de hacer ciencia es trabajar con ellos, mostrar que se puede, que en nuestro país hay gente muy capacitada y que a veces el resultado no es inmediato, pero que vale el esfuerzo de trabajar para el bien común de todos los argentinos», enfatizó Díaz.

Fuente: http://diariohoy.net/interes-general/ser-cientifico-no-es-solo-para-iluminados-afirmo-el-ministro-bonaerense-de-ciencia-92932

Imagen: http://diariohoy.net/adjuntos/galerias/000/225/0000225157.jpg

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La formación del Docente-Investigador : ¿una política pública de la región?

María Margarita Galindo *

Las instituciones de Educación Superior están obligadas a formar profesionales que respondan a las exigencias que demanda la sociedad para su desarrollo y transformación, a partir de la generación de nuevos conocimientos, siendo la investigación el medio idóneo para producir el conocimiento transformador requerido.

De acuerdo con Padrón (2009), la investigación debe ser entendida “…como aquella clase de procesos de producción de conocimiento científico y tecnológico” (p. 1); la cual, tal como lo señala Rodríguez (2009), debemos asumirla “como forma de vida que posibilita la construcción, elaboración y producción del conocimiento” (p. 27).

Ahora bien ¿cómo ser investigadores y cómo aprender a investigar en la Universidad?, dos interrogantes con una respuesta en común, la investigación solo se aprende cuando se toma conciencia y se comprende lo que este proceso significa, y es al Estado, a través de las instituciones de Educación Superior, en su condición de instituciones de formación profesional, a quienes les corresponde la responsabilidad de formar investigadores, para lo cual requieren contar con docentes-investigadores, profesores que asuman la investigación como parte de su quehacer como docentes.

Para lograr una mejor comprensión de lo que aquí se plantea debemos puntualizar que un docente investigador es aquel que fundamenta su práctica en aula a partir de sus propias investigaciones, que convierte su aula en su mayor laboratorio para constatar lo que investiga; en tal sentido, Pírela y Prieto (2006) señalan:

Los docentes como investigadores deben desarrollar las competencias, con énfasis en el dominio de los términos, procesos y teorías del campo de la investigación, fundamentadas en el razonamiento científico, que le permita abordar de manera crítica la realidad, construir mapas cognoscitivos y valorativos que expliquen la misma, utilizar la capacidad de análisis y síntesis, juicio crítico, motivación al logro, entre otros, para generar de esta forma nuevos conocimientos (p. 121).

De modo que constituye un requerimiento la formación permanente del docente en y para la investigación, lo que implica capacitarlo en el dominio de los elementos (filosóficos, epistémicos y ontológicos) propios de la investigación, siendo la Universidad el principal escenario de referencia para dar respuestas a las exigencias de dicha formación.

A tenor de lo señalado, la investigación, como política de estado, debe ser promovida desde los primeros niveles del sistema educativo por lo que todo maestro o profesor debe ser un docente-investigador, y su acción se debe sentir en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo.

En otro orden de ideas, Maggiolo y Perozo (2007) afirman que:

El término políticas públicas (PP), se asocia de inmediato con asuntos del gobierno y sistemas políticos o como actividades de las instituciones públicas, que van dirigidas a tener una influencia determinada sobre la vida de los ciudadanos; para considerarse como pública tiene que haber sido generada, o al menos procesada, en el marco de los procedimientos, instituciones y organizaciones gubernamentales.

Partiendo de lo citado, las líneas gruesas de las políticas públicas se construyen a partir del proyecto de país que se prefigura en la Carta Magna de toda Nación, y que posteriormente son desarrolladas en mayor detalle y amplitud en las leyes orgánicas, reglamentos y otros elementos normativos, para atender las demandas y necesidades de la población, que van desde lo social, lo económico, lo educativo, y la salud, entre otras.

Ahora bien, con base a lo señalado, ¿Existen políticas públicas en desarrollo orientadas a la formación de docentes-investigadores en Latinoamérica?

Para dar respuesta, en primer lugar es necesario presentar una breve indagación de la existencia de políticas públicas orientadas a la formación de docentes-investigadores en las Constituciones Políticas o Nacionales de algunos países latinoamericanos, como Venezuela, Colombia y México, para constatar lo que señalan al respecto.

En el caso venezolano, la Constitución Nacional (1999) señala en el artículo 109 que

El Estado reconocerá la autonomía universitaria como principio y jerarquía que permite a los profesores, profesoras, estudiantes, estudiantas, egresados y egresadas de la comunidad dedicarse a la búsqueda del conocimiento a través de la investigación científica, humanística y tecnológica, para beneficio espiritual y material de la Nación.

Este artículo resulta esclarecedor cuando, amparado en el principio de “autonomía universitaria”, el Estado concede la responsabilidad tácita a las Instituciones de Educación Superior de la formación del recurso humano desde y para la investigación.

Por otra parte, el artículo 3 de la Ley de Universidades (1970) específica el alcance de la actividad formativa al indicar que:

Las Universidades deben realizar una función rectora en la educación, la cultura y la ciencia. Para cumplir esta misión, sus actividades se dirigirán a crear, asimilar y difundir el saber mediante la investigación y la enseñanza; a completar la formación integral iniciada en los ciclos educacionales anteriores; y a formar los equipos profesionales y técnicos que necesita la Nación para su desarrollo y progreso.

Por otra parte, la Constitución Política de Colombia (1991) en su artículo 68 expresa que “El Estado garantiza las libertades de enseñanza, aprendizaje, investigación y cátedra…”; y en el artículo 69 señala que “…El Estado fortalecerá la investigación científica en las universidades oficiales y privadas y ofrecerá las condiciones especiales para su desarrollo”; por otra parte, en la Ley 30 del 28 de diciembre de 1992 (Ley que organiza el servicio público de educación superior), en el artículo 38 indica que “Las funciones del Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior (ICFES), son…Fomentar la preparación de docentes, investigadores, directivos y administradores de la Educación Superior”.

Se puede apreciar que la legislación colombiana resulta ser más explícita en la materia en referencia, ya que por una parte involucra a las universidades privadas, y por la otra, cuenta con un Instituto específico, como es el ICFES, para asumir la función formativa del docente-investigador.

Igualmente, al revisar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1917), se observa en el apartado V del artículo 3, que “…el Estado promoverá y atenderá todos los tipos y modalidades educativos -incluyendo la educación inicial y a la educación superior- necesarios para el desarrollo de la nación, apoyará la investigación científica y tecnológica, y alentará el fortalecimiento y difusión de nuestra cultura”; asimismo, en su apartado VII del mismo artículo expresa que “Las universidades y las demás instituciones de educación superior a las que la ley otorgue autonomía, … realizarán sus fines de educar, investigar y difundir la cultura …, respetando la libertad de cátedra e investigación y de libre examen y discusión de las ideas”.

Aun cuando este artículo no resulta clarificador en lo que se refiere a la formación del docente-investigador, en Ley General de Educación (1993) encontramos que el artículo 7 indica que:

La educación que impartan el Estado, sus organismos descentralizados y los particulares con autorización o con reconocimiento de validez oficial de estudios tendrá, además de los fines establecidos en el segundo párrafo del artículo 3 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los siguientes: … VII.- Fomentar actitudes que estimulen la investigación y la innovación científicas y tecnológicas, así como su comprensión, aplicación y uso responsables.

Se puede entender que dentro del “fomento de actitudes que estimulen la investigación” se encuentra la formación del docente-investigador; sin embargo, al estar cargado de subjetividad su implementación se convierte en condición de posibilidad de la autoridad universitaria.

Si algo tienen en común los modelos educativos latinoamericanos es que la investigación es una actividad exclusiva del sector Universitario, las políticas públicas declaradas en estas naciones expresan en líneas generales que la investigación es función indeclinable del ámbito de la Educación Superior; asimismo, estas políticas públicas reconocen la necesidad de apoyar y fomentar la investigación pero no se aprecia claramente la formación de docentes-investigadores como una política clave y fundamental para el desarrollo que declaran y aspiran alcanzar.

Nuestras universidades deberían contar con programas específicos para la formación de docentes-investigadores, preparados no solo en el dominio de un área del conocimiento sino capacitados realmente para hacer investigación en dicha área y que conlleve a enriquecer su acción docente.

En atención a lo expuesto, se observa carencia de claras políticas públicas en materia de formación de docentes-investigadores. Aun cuando algunas universidades han formulado programas de formación de sus docentes, son pocos los programas consolidados orientados a la formación de docentes-investigadores.

Lo anterior no implica el desconocimiento de la existencia de docentes-investigadores, cuya actividad académica se nutre a partir del producto de la investigación que realiza, pero si el reconocimiento de docentes exclusivos dadores de clases, atados al aula sin hacer investigaciones.
Es urgente que la región reflexione sobre la necesidad de conectar la docencia y la investigación y no separarlas, es indispensable reconocer los procesos de formación de docentes-investigadores, que se diseñen programas de formación en investigación de carácter obligatorio.

Investigar no es trasmitir datos producidos por otros, investigar es acudir a la búsqueda de la verdad desde la racionalidad critica y la formación de docentes-investigadores debe estar fundamentada dentro de esa concepción.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999). [Documento en línea]. Disponible: http://unefm.edu.ve/web/motor_constitucion/constitucion.pdf [Consulta: 2016, agosto 15]

Constitución Política de la República de Colombia (1991) [Documento en línea]. Disponible: http://www.registraduria.gov.co/IMG/pdf/constitucio-politica-colombia-1991.pdf [Consulta: 2016, agosto 15]

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1917) Diario Oficial de la Federación 5 de febrero de 1917. Ultima reforma del DOF 29 de enero de 2016. [Documento en línea]. Disponible: HYPERLINK «http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/htm/1.htm»http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/htm/1.htm [Consulta: 2016, agosto 15]

Ley 30 de Diciembre 28 de 1992 de la República de Colombia [Documento en línea]. Disponible: http://www.cna.gov.co/1741/articles-186370_ley_3092.pdf [Consulta: 2016, agosto 15]

Ley de Universidades. (1970). Gaceta Oficial de la República de Venezuela, 1.429 (Extraordinario). Septiembre 8, Caracas.

Ley General de Educación de los Estados Unidos Mexicanos (1993). [Documento en línea] Disponible: https://www.sep.gob.mx/work/models/sep1/Resource/558c2c24-0b12-4676-ad90-8ab78086b184/ley_general_educacion.pdf [Consulta: 2016, agosto 15]

Maggiolo, I. y Perozo Maggiolo, J. (2007). Políticas públicas: proceso de concertación Estado-Sociedad. Revista Venezolana de Gerencia, 12(39), 373-392. [Documento en línea] Disponible: HYPERLINK «http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-99842007000300004&lng=es&tlng=es»http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-99842007000300004&lng=es&tlng=es. [Consulta: 2016, agosto 15]

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* María Margarita Galindo
correo de contacto:mariagalindo2008@hotmail.com

La autora forma parte del Doctorado Latinoaméricano en Educación: Políticas públicas y profesión docente.

Fuente de la imagen: https://escritoradebolsillo.files.wordpress.com/2015/06/librosss.jpg

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Principios Fundamentales del Núcleo de Investigación Gestión Educativa Local (NIGEL)

Por Mildred Heredia*

Resumen

Este ensayo es un intento por ir construyendo la ruta cognitiva, que nos ha ido definiendo como grupo de investigación consolidado. Para ello nos hemos planteado la hermenéutica de la investigación común, como la metódica que construimos desde las experiencias. De aquí que los principios fundamentales de Nigel sean la voluntad de aprender que la describimos con tres palabras, tendencia-determinación-acción, o con tres interrogantes ¿Qué? ¿Cómo? ¿Para qué? del aprendizaje, el aprendizaje significativo crítico que apunta a la creación de unas prácticas de aprendizaje común, que nos permiten ir construyendo los sentidos y significados del colectivo de investigación, la investigación colectiva y el diálogo que nos permite compartir con los otros lo que estamos pensando en torno a una temática de investigación. Estas acciones desarrolladas se mantienen como una constante dentro del colectivo. A través de los cuales se ha venido desplegando una praxis, un discurso sobre qué somos y cómo nos identificamos dentro de la comunidad ubevista. El Núcleo de investigación “Gestión Educativa Local” (Nigel) es un espacio de investigación, formación y autoformación permanente para los docentes, estudiantes y comunidades donde hacemos vida. Es un proceso de educabilidad, es aprender a ser libre, creativos, innovadores para la transformación de nuestra realidad, es crear conocimiento con conciencia. Esta reflexión tiene como propósito dar cuenta del quehacer del núcleo, y en qué nos basamos para nuestro desarrollo. Esto nos ha permitido ir tejiendo un discurso común, una subjetividad compartida, acciones reciprocas en torno a la investigación y la construcción del conocimiento colectivo. Es reconocernos como seres de conocimiento, que a través del diálogo horizontal reflexivo, crítico y argumentado, se produce un aprendizaje.

Descriptores: voluntad de aprender, aprendizaje significativo, investigación colectiva, diálogo.

Introducción

La praxis pedagógica del núcleo de investigación “Gestión Educativa local” es uno de los propósitos que nos hemos planteado los participantes de esta comunidad de aprendizaje, la cual consiste en poner por escrito nuestra praxis en la docencia-investigación-integración socio comunitaria, partiendo de las experiencias desarrolladas por el grupo de investigación. En este sentido asumimos esta tarea de reflexionar y argumentar lo que consideramos las características fundamentales del trabajo que estamos desarrollando: la voluntad de aprender, aprendizaje significativo crítico, la investigación colectiva, el diálogo como la base de nuestra praxis, la cual apunta hacia la construcción de conocimiento desde nuestro contexto y no la trasmisión del mismo. Nos planteamos el conocimiento como un medio de liberación del ser humano y no de dominación, ni de relaciones de poder como se ha venido implementando hasta ahora. Estas características están enrumbadas a la interacción sujeto-sujeto de investigación, de aprendizaje, diálogo, y conocimiento colectivo.

Praxis pedagógicas del Nigel

La praxis pedagógicas del núcleo de investigación en “Gestión Educativa Local” (Nigel), está basada en la experiencias que se vienen desarrollando en la docencia, la investigación y la integración socio comunitaria. Entendiendo que el proceso de acción-reflexión–acción es fundamental para la resignificación de nuestra praxis. Entre los principios fundamentales de este proceso podemos mencionar; la voluntad de aprender, aprendizaje significativo crítico, la investigación en colectivo, el diálogo; lo cual es una interacción tal como se señala en el siguiente esquema.

La voluntad de aprender es la capacidad que tiene el ser humano para decidir en libertad que desea aprender y que no, en el Nigel nos hemos planteado la importancia de que los procesos de aprendizaje sean gratificantes tanto para el responsable del proceso como para los participantes del mismo. Es el establecimiento de una relación sujetos–sujeto de aprendizaje centrado en la persona como fuente de conocimiento y constructor del mismo. En este proceso se realiza el acompañamiento, pero el aprendizaje es autónomo, de formación y autoformación. La voluntad de aprender la podríamos describir con tres palabras, tendencia-determinación-acción, o con tres interrogantes ¿Qué? ¿Cómo? ¿Para qué? del aprendizaje.

En cuanto al aprendizaje significativo crítico nos lo planteamos como un elemento fundamental del proceso de aprendizaje como praxis del núcleo. El aprendizaje significativo como lo proyecta Romero debe ser:

Un comportamiento de responsabilidad pública, que desde nuestro punto de vista, se ancla en un aprendizaje socio cultural, orientado a fortalecer el saber cómo conocimiento e intercambio de información que el ser humano realiza, además del saber hacer, como comportamiento, habilidades y destrezas, afirmándose en el ser social, mediante reforzamientos en las estructuras mentales y en sus compromisos sociales con actitudes y valores adquiridos responsablemente mediante el aprendizaje reciproco y común, y el desarrollo social, personal, afectivo y profesional del aprender haciendo1.

Este aprender haciendo apunta a la creación de unas prácticas de aprendizaje común, que nos permiten ir construyendo los sentidos y significados del colectivo de investigación. Estos procesos dialógicos nos conduce a la conformación de múltiples perspectivas en cuanto a los enfoques de investigación, los procesos de aprendizaje significativo crítico2, el cual tiene una visión antropológica de la educación, donde los elementos socioculturales son fundamentales para el proceso de aprendizaje. Lo cual como colectivo nos ha permitido ir construyendo una metódica3 de trabajo común, donde los encuentros de aprendizaje se realizan con la participación de varios docentes, donde los foros, los grupos de discusión, conferencias, conversatorios, asambleas cognitivas forman parte de la cotidianidad del grupo de investigación, en los diferentes escenarios donde particípanos en la universidad, en la comunidad, en las instituciones, se ha ido tejiendo los principios y valores que identifican al Nigel.

La investigación colectiva es otra de las características de la praxis pedagógica que estamos implementando, entendiendo la investigación como el eje central de la docencia y la integración socio comunitaria. Tal como lo plantea Figuera: “Los sujetos en un  colectivo piensan, enuncian y significan con toda la comunidad de autores4.” En nuestro caso hablamos de colectivos de investigación que van adquiriendo autonomía, porque son sujetos de aprendizaje que construye su praxis a través de las experiencias investigativas. La investigación colectiva en América Latina tiene sus orígenes en los proyectos de acción comunitaria y en la educación de adultos, entre sus principales representantes tenemos a Luis Antonio Bigott5 “maestro agitador, investigador venezolano”, Orlando Fals Borda6 investigador Colombiano. Estos dos investigadores estaban convencidos de que la investigación colectiva es una de las vías para la trasformación social.

Para Bigott la metódica de investigación nace de la realidad, al respecto señala:

Esa metódica, a su vez traduce en actividad los planteamientos que implican una concepción del hombre y de la historia; en consecuencia trae consigo una teoría de la acción. El militante de esta concepción necesita tener una conciencia abierta y sensible y una conciencia libre y dinámica; en él predomina el desarrollo del sentido crítico, la comunicación alternativa dialógica, la desmitificación de los medios masivos, la organización popular, el reconocimiento de la capacidad del pueblo para generar conocimientos, la horizontalidad, la igualdad, la modestia y la coherencia con el proceso transformador7.

Esta metódica nos plantea los principios éticos de la investigación colectiva como un proceso de reciprocidad donde se reconoce el conocimiento, la sabiduría del otro donde el contexto histórico es una categoría central para la investigación colectiva. Por su parte Fals Borda hace énfasis en la construcción de una ciencia propia, donde la experiencia y la participación son fundamentales, esta ciencia propia (comprometida-subversión-cambios social)8. Estos dos pensadores de la investigación colectiva, Bigott desde la investigación militante, y Fals Borda desde la IAP, hicieron de la investigación una herramienta de lo político, para la construcción de pensamiento y un conocimiento autónomo que dan cuenta de la realidad a partir del territorio y la cultura, como elementos centrales de la investigación.

Desde este enfoque tal como lo señala Alvarado:

La investigación, más que escuela de pensamiento, es un pensamiento en acción, de acción colectiva, sustentado por las características particulares y las relaciones de los participantes de esta. Así, la diversidad de pensamientos o heterogeneidad de cada miembro del colectivo se constituye en el fundamento de la construcción del tejido que da la identidad colectiva9.

En cuanto a la construcción ontológica, epistemológica, metodológica como en los principios y valores de la ética de la investigación del colectivo, creemos y trabajamos con la construcción colectiva del conocimiento a través de la investigación con los otros, para la trasformación del pensamiento nuestro y de los otros con respecto, reciprocidad y libertad de pensamiento y autonomía de creatividad, innovación. Es romper con la cultura de la reproducción de conocimiento descontextualizado de nuestras realidades.

La investigación colectiva apunta hacia una praxis de la investigación, de interacción entre los sujetos protagónicos de la investigación ¿Qué somos? un nosotros, con muestras particularices, en un proceso de desarrollo permanente, de formación y autoformación, lo cual requiere una constante reflexión sobre que somos, lo que hacemos, los sueños, las dificultades, y las posibilidades de superarlas tanto a nivel individual como colectivo.

Por eso destacamos la voluntad de aprender como una de las características fundamental para la investigación colectiva. Es romper con la visión individualista, homogénea, por una visión colectiva, plural, diversa, crítica, reflexiva, propositiva, creadora, innovadora, es a atrevernos a pensar y cuestionar lo que hacemos en la docencia, investigación e integración socio comunitaria. Es la construcción del tejido común de la investigación, el cual esta plasmado en el programa de investigación10 al cual tribunas el área de académica y las líneas de investigación del colectivo las cuales están articuladas con el proyecto país.

En cuanto al diálogo como otro de los principios fundamentales del Nigel para el trabajo colaborativo contributivo, ¿Cómo nos comunicamos? ¿Cómo nos atrevemos a escucharnos? Es un reto constante para el grupo de investigación donde la comunicación la entendemos más allá de trasmitir una información, es participar en común, poner en relación, compartir con los otros lo que estamos pensando en torno a una temática de investigación. Es generar una ruptura tal como lo plantea Gerstlé con:

La concepción epistemológica, todavía dominante, concibe la comunicación como producción y trasmisión de conocimiento sobre el entorno; se trata de la comunicación–representación. La concepción praxeológica, por el contrario, la considera como la construcción de un mundo común por la acción reciproca que hace concebible el espacio público11.

En este sentido, la comunicación reciproca hace del diálogo, ese espacio de discusión, argumentación, tomar posturas, enfoques para la construcción del aprendizaje significativo crítico y el conocimiento colectivo. El cual se expresa a través del tejido de aportes cognoscitivos en el contexto de una lógica de sentido y significados en el diálogo intersubjetivos que produce (percepción-pensamiento-acción) basadas en las diversidad de posiciones y miradas que se entrecruzan que pueden ser contradicciones, opuestas, complementaria en el intercambio hermenéutico de la investigación en común.

La hermenéutica de la investigación en común tal como lo sostiene Vattimo es “un evento dialógico en el cual los interlocutores se ponen en juego por igual y del cual salen modificados; se comprenden en la medida en que son comprendido12”. De aquí de la importancia de escuchar con atención, expresarnos de manera adecuada para la construcción del discurso común del grupo de investigación.

En este sentido hacemos referencia al educador-investigador-agitador13 que plantea Bigott que comprende la realidad, para la construcción de otras formas, modos, ¿Cuáles? hay que construirlos, ¿Con quiénes? nosotros mismos, pensando, saber, mirando, escuchando, sintiendo, existiendo, para la libertad de pensamiento, la creatividad, la construcción de nuestros referentes que den cuenta de lo que vivimos, hacemos, sentimos, es por ello que nos planteamos el Nigel como un espacio de formación y autoeducación no de instrucción, de cumplir tareas. El reto está en seguir construyendo con alguien, sin imponer a nadie, seguir aprendiendo con los otros sin desconocer sus conocimientos.

Reflexiones finales

El colectivo de investigación Nigel como grupo consolidado de investigación en los cinco de años de investigación, nos identificamos como un espacio para la construcción de investigación colectiva, espacios de aprendizajes significativos crítico, dialógico. Desde mi opinión particular es un espacio para soñar y hacer la universidad revolucionaria, de subversión del conocimiento. Somos una alternativa de creación, unos modos, formas de hacer la investigación- docencia-integración socio comunitaria. En el colectivo Nigel no tenemos una organización jerárquica, pero creemos en el compromiso, la participación protagónica de cada uno de las personas que formamos parte del grupo de investigación.

Estos principios fundamentales han surgido de las experiencias vividas en los procesos de investigación y de acompañamientos pedagógicos desarrolladas. Los cuales apuntan a hacer de la investigación un proceso placentero, de descubrimiento y creatividad. En donde el investigador como sujeto de aprendizaje resignifica su praxis a partir de la realidad, forma, autoforma y transforma su modo de pensar porque está en una relación dialógica entre la teoría y la praxis, somos militante de la investigación del conocimiento común.

Referencias Bibliográficas

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Bigott, Luis (2011). Redes socioculturales investigación y participación comunitaria. Caracas: CIM/OPSU.

Bigott, Luis (2011). ¿Qué es un educador intercultural? 4 Foro del Futuro Tema: Didáctica Critica. Educación para la emancipación y la liberación. Caracas: Ipasme.

Figuera, Edgar (2012). Epistemología e Investigación Cualitativa Antropología Estructural de las Prácticas Sociales. Mimeografiado Caracas: UBV.

Gerstlé, Jacques (2005). La comunicación política. Santiago de Chile: LOM.

Moreira Marco (2005). Aprendizaje significativo crítico. Lisboa: Indivisa, Bol Estud. Investigación, Nº 6, pp 83-101. Disponible. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1340902. Consultada 25 de marzo de 2016.

Romero, Lenin (2014) El aprendizaje solidario y el diseño de proyectos comunitarios. Caracas: Universidad Bolivariana de Venezuela. Cuadernillo: Los Núcleos Académicos de investigación de Investigación. Origen y aportes. Caracas: Imprenta UBV.

Vattimo, Gianni (1991). La ética de la interpretación. España: Paidós.

1 Romero, Lenin (2014). El aprendizaje solidario y el diseño de proyectos comunitarios. Caracas: Universidad Bolivariana de Venezuela. Los Núcleos Académicos de investigación de Investigación. Origen y aportes. Caracas: Imprenta UBV. p. 17.
2 Aprendizaje crítico “es aquella perspectiva que permite al sujeto formar parte de su cultura y al mismo tiempo estar fuera de ella se trata de una perspectiva antropológica en relación a las actividades de su grupo social que permite al individuo participar de tales actividades, pero al mismo tiempo, reconocer cuando la realidad se está alejando tanto que ya no se está captando por parte del grupo”. Moreira Marco (2005). Aprendizaje significativo crítico. Lisboa: Indivisa, Bol Estud. Invest, N° 6, pp 83-101. pp, 87, 88. Disponible https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1340902. Consultada 25 de marzo de 2016.
3 La metódica nos permite la posibilidad de utilizar distintos  método para organizar nuestro proceder de investigación el contexto y los según los sujetos de investigación.
4 Figuera, Edgar (2012). Epistemología e Investigación Cualitativa Antropología Estructural de las Prácticas Sociales. Mimeografiado Caracas: UBV
5 Nunca he creído en la investigación académica cuyo paradigma teórico es el alto nivel de “objetividad” y “neutralidad”. Luis Antonio Bigott.
6 Sustituir las definiciones discriminatorias entre lo académico y lo popular y entre lo científico y lo político. Orlando Fals Borda.
7 Bigott, Luis (2011). Redes Socioculturales Investigación y Participación Comunitaria. Caracas: CIM/OPSU. p. 32.
8 Fals Borda, Orlando (2013). Socialismo raizal y el ordenamiento territorial. Colombia: Desde abajo. p. 8.
9 Alvarado, Luis (2008). Investigación Colectiva: Aproximaciones Teórico-Metodológicas. Brasil: Estudio Pedagógicos XXXIV, Nº 1: 157-172. p. 163. Disponible: http://dx.doi.org/10.4067/S0718-07052008000100009. Consultada 25 de marzo de 2016.
10 Programa de Investigación es una “plataforma de trabajo colectivo que permite construir un proceso de formación humana, académica y política en el contexto de la contracultura que emerge institucionalizada en la UBV como “crítica radical”. Tiene el propósito de generar procesos reflexivos a partir de la experiencia de la investigación colectiva participativa”. Figuera, Edgar (2016). Programa de Investigación. Saber –hacer contar la modernidad/colonialidad desde la UBV: Los desafíos históricos del CESYC–NIGEL. Mimeografiado Caracas. Pp. 15-16.
11 Gerstlé, Jacques (2005). La comunicación política. Santiago de Chile: LOM. p. 42.
12 Vattimo, Gianni (1991). La ética de la interpretación. España: Paidós. Pp. 61-62.
13 Bigott, Luis (2011). ¿Qué es un educador intercultural? 4 Foro del Futuro Tema: Didáctica Critica. Educación para la emancipación y la liberación. Caracas: Ipasme. p. 211.
Articulo enviado por su autora a la redacción de OVE
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