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En 50 años, el calor insoportable para 3.500 millones de personas

En 50 años, el calor insoportable para 3.500 millones de personas

Ian Angus

Crisis climática

¿Cuál es el peligro del calentamiento global? Para 2070, hasta el 30% de la población mundial podría enfrentarse con temperaturas literalmente insoportables.

Los estudios climáticos predicen un aumento de la temperatura mundial de 2 o 3 grados en el escenario de la situación actual. Sin embargo, estas medias incluyen los océanos más fríos. Pero ellos cubren el 70% del planeta. El aumento de la temperatura en la tierra será mayor, y las temperaturas en áreas ya cálidas serán aún más altas.

Si el promedio mundial aumenta en 3 grados, las regiones donde realmente viven las personas serán al menos 6 grados más cálidas que hoy. Como resultado, grandes áreas estarán demasiado calientes para vivir en ellas.

Future of the human climate niche, un estudio publicado el 4 de mayo de 2020 en la web de la Proeedings of the National Academy of Sciences (PNAS), revela que durante al menos 6.000 años, casi todos los humanos han vivido en regiones donde la temperatura media anual es de entre 11 y 25 grados. Ese es el nicho climático humano, el rango de temperatura en el que el trabajo al aire libre no es fatal y en el que hemos podido producir suficientes alimentos para sobrevivir.

Los autores del estudio, localizados en China, Dinamarca, Holanda, el Reino Unido y los Estados Unidos (Chi Xu, Timothy A. Kohler, Timothy M. Lenton, Jens-Christian Svenning y Marten Scheffer), afirman que cada grado de calentamiento climático empujará a mil millones de personas fuera de esta zona de supervivencia.

Hoy, menos del 1% de la superficie del planeta tiene una temperatura media anual superior a 29°C, y casi toda esta superficie se encuentra en el desierto del Sahara. Si las emisiones de gases de efecto invernadero no se reducen rápidamente, hasta el 19% de las tierras, donde viven 3.500 millones de personas, tendrán una temperatura media anual superior a 29°C.

Como uno de los principales autores del estudio del PNAS declaró a The Guardian el 5 de mayo de 2020, “las temperaturas medias superiores a 29°C son invivibles”.

Incluso con una fuerte atenuación del calentamiento -una transición del escenario extremo RPC8.5 del IPCC al RPC2.6, más controlada- 1.500 millones de personas se seguirán enfrentando con temperaturas insoportables. Las que trabajan en interiores y pueden pagarse el aire acondicionado se adaptarán, pero en su mayor parte la única opción será la inmigración. Los países que construyen muros fronterizos condenarán a muerte a cientos de millones de personas.

10/05/2020

http://alencontre.org/ecologie/environnement-dans-50-ans-une-chaleur-invivable-pour-35-milliards-de-personnes-des-migrations-des-murs-la-mort.html

Traducción: viento sur

Autor: Ian Angus

Fuente de la Información: https://vientosur.info/spip.php?article15966

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La emergencia climática como negocio.

Por: Silvia Ribeiro

Justo antes de que los superricos del planeta se reunieran en el Foro Económico Mundial en Davos el mes pasado, la trasnacional Microsoft anunció sus planes de volverse una empresa negativa en emisiones de carbono para 2030. Poco antes, BlackRock, la billonaria y mayor gestora de inversiones especulativas del globo, aseguró que cambiaría parte de sus inversiones para atender el cambio climático. La emergencia climática fue uno de los temas centrales en las sesiones del Foro de Davos este año. Otras grandes empresas, muchas culpables del caos climático, como las de agronegocios, energía, automotoras, plataformas digitales, han hecho recientemente declaraciones similares.

¿Significa esto que las trasnacionales, principales causantes del cambio climático, finalmente asumirán la gravedad de la situación y cambiarán sus causas? Claro que no. Lo que están haciendo es asentar una nueva ola de oportunidades de negocio. Por ejemplo, nuevas formas de apropiarse de la tierra y los ecosistemas –con graves impactos sobre las comunidades y el ambiente– y el desarrollo de tecnologías de geoingeniería.

Engloban estas propuestas con expresiones engañosas, como soluciones basadas en la naturaleza, reducción neta de emisiones, carbono neutral, cero emisiones netas o el aún más absurdo emisiones negativas. Absurdo porque no existe ningún gas que una vez emitido sea menos que cero. Todas son trampas de lenguaje, ya que no reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que alegan compensar esas emisiones para justificar el seguir contaminando. No son reducciones, sino malabarismos contables para que la suma termine en cero o incluso en negativo, caso en el cual la humanidad quedará debiéndoles el favor a las empresas que causaron el desastre.

Microsoft, justamente, afirma que para 2030 tendrá emisiones de carbono negativas y para 2050 habrá removido toda la huella histórica de carbono de la empresa, incluso la de los usuarios de sus productos. Para ello, por una parte, continuará con compensaciones de carbono (por ejemplo, invertir en monocultivos de árboles u otras actividades que compensen sus emisiones supuestamente absorbiendo carbono). Además, anunció nuevas acciones, como el cambio en sus instalaciones a transportes eléctricos o basados en agrocombustibles. Medidas similares anunciaron también Amazon, Apple y Alphabet (dueña de Google), ya que las plataformas digitales consumen una enorme cantidad de energía. Es poco conocido, pero todas están entre los principales consumidores de energía en Estados Unidos. Este cambio podría parecer positivo, pero debe ser analizado a la luz de a qué fuente de energía se refieren y cómo se obtiene. Por ejemplo, la bioenergía y los biocombustibles, si se analiza su ciclo de vida completo, usan más petróleo y emiten más gases de lo que dicen sustituir.

Microsoft explica que no sólo compensará emisiones, sino también removerá carbono de la atmósfera, usando una mezcla de soluciones basadas en la naturaleza y soluciones tecnológicas. Lo primero debe traducirse como la intención de apropiarse de territorios que considere fuentes significativas de absorción y retención de carbono, de bosques a humedales, turberas y mares. Además, promoción y cabildeo para que los suelos agrícolas sean aceptados como sumideros de carbono, algo que actualmente no sucede, porque la absorción en suelos no es permanente. No sólo Microsoft, sino todas las empresas que ahora hablan de soluciones climáticas basadas en la naturaleza se proponen abrir nuevos frentes de disputa por el control de campos agrícolas y territorios, que esperan les sirvan para obtener nuevos créditos comerciables en los mercados de carbono, pese a que está demostrado que esos mercados no han funcionado para combatir el cambio climático.

En cuanto a soluciones tecnológicas, Microsoft anunció el aumento exponencial de apoyo a tecnologías de geoingeniería. Bill Gates, fundador de esta empresa, es actualmente el principal financiador privado de investigación en estas tecnologías de manipulación del clima. Ahora Microsoft anunció la creación de un fondo por mil millones dólares para desarrollo de tecnologías de geoingeniería. Comenzarán con bioenergía, con captura y almacenamiento de carbono (Beccs, por sus siglas en inglés), y captura directa de aire, que son megainstalaciones que filtran aire y separan el dióxido de carbono con sustancias químicas. No está claro dónde lo almacenarían para que no retorne a la atmósfera. Como todas las tecnologías de geoingeniería, requieren grandes cantidades de energía, son de alto costo y no está técnica ni ambientalmente probado que puedan funcionar a la escala necesaria para afectar el cambio climático. El fondo estará abierto a financiar también otras técnicas de geoingeniería, incluso la modificación de radiación solar, con lo cual se convertirá en el mayor fondo de promoción de la geoingeniería hasta ahora.

Por sus altos riesgos e incertidumbres, el despliegue de geoingeniería está bajo moratoria en Naciones Unidas, algo que será necesario afirmar ante estos nuevos ataques corporativos  (https://tinyurl.com/vztyloz).

Fuente: https://insurgenciamagisterial.com/la-emergencia-climatica-como-negocio/

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Desde la Antártida: el batallón de científicas que se forma para salvar el planeta

Desde la Antártida: el batallón de científicas que se forma para salvar el planeta

Cientos de mujeres científicas de todo el mundo se están formando como líderes frente a la emergencia climática que enfrenta nuestro planeta. Sputnik comparte historias de las participantes del proyecto de expedición de mujeres a la Antártida más grande de la historia.

A lo largo de 10 años, este proyecto promete formar a una red internacional de 1.000 mujeres de los cinco continentes con el objetivo de cambiar los modelos de liderazgo que nos llevaron a desconfiar de nuestros actuales líderes. Desde 2016, el programa global Homeward Bound está llevando a mujeres expertas en ciencia, tecnología, ingeniería, matemática y medicina a la Antártida para formarlas como líderes conscientes frente a la crisis climática que enfrenta nuestro planeta.

La cuarta camada del programa zarpó del puerto de Ushuaia, Argentina, el 22 de noviembre de 2019 llevando a 100 científicas, convirtiéndose así en la expedición de mujeres al continente blanco más grande de la historia. Representan 35 países desde Australia, India, Zimbabwe, Alemania, Costa Rica, Paquistán, Francia hasta Kenia, Argentina y Rusia.

Sus edades van de 23 a 70 años. Sus areas de experticia incluyen biología marina, pediatría, oceanografía, geoquímica, ingeniería, guardaparques, diplomacia científica, manejo de desastres naturales, astronomía, política medioambiental y comunicación científica. También es extensa la lista con ejemplos de los temas que investigan: cambio climático, biodiversidad, ecosistemas marinos, ondas gravitacionales, protección de océanos, epidemiología, plásticos, ingeniería aeroespacial y salud pública, entre otros.

Si bien cada una había sido seleccionada por una razón, llevó al menos tres semanas conocer las historias de cada una y las razones personales para salir de la zona de confort y formar parte de este proyecto.

Cada una presentó su historia durante un simposio en altamar. Algunas eligieron darle un enfoque estrictamente profesional mientras que muchas se animaron a mostrarse vulnerables. Sin excepción, cada una generó una gran admiración.

Evguenia Alechine – Simposio en altamar

¿Qué tienen en común las mujeres y la crisis climática?

La emergencia climática que está viviendo nuestro planeta pone en evidencia la extrema vulnerabilidad del ecosistema en el que vivimos. Y nos exige esa misma vulnerabilidad para hacer un verdadero cambio.

La experiencia en la Antártida nos dio la posibilidad de ser vulnerables, de mostrarnos como realmente somos y vernos reflejadas la una en la otra. Detrás de cada una de estas mujeres tan exitosas se esconde una historia, de logros y de fracasos, de desafíos y luchas en una sociedad que históricamente ignoró la igualdad de género.

Gran parte de nuestro trabajo en la Antártida estuvo enfocado en la visibilidad; para nosotras mismas, para otros y como comunidad. Uno de los factores clave de la verdadera visibilidad es la vulnerabilidad. «No se puede ser visible sin ser vulnerable, y no se puede ser vulnerable sin ser valiente», comenta Julia May, docente a bordo y especialista en visibilidad de Australia. «El estilo de liderazgo que aportan las mujeres en su mejor expresión es inclusivo, colaborativo y centrado en el futuro y el bien común» asegura.

Zona Violeta

El permiso que nos dimos de ser vulnerables, de sentir en carne propia el daño que le estamos haciendo a nuestro planeta, nuestro único hogar, nos permitió encontrar juntas la fuerza para transformar nuestro dolor en acciones. Tanto las mujeres como la naturaleza han sido históricamente explotadas y necesitamos trabajar en conjunto para cuidar el ambiente y defender la equidad de género.

«Fue mágico e inspirador ver a 100 mujeres abrazar la vulnerabilidad y el coraje para hacerse más visibles para sí mismas, y luego ponerse en el lugar de los líderes visibles que desean ser», recuerda Julia, emocionada.»

Las mujeres frente a la emergencia climática

Evguenia Alechine en la base antártica Carlini

Para tomar acción frente a la crisis del planeta, hay que necesariamente salir de la zona de confort, sentir en carne propia el daño que le estamos haciendo a nuestra Madre Tierra y cambiar radicalmente la forma de vivir. La sociedad consumista y descartable a la que estamos acostumbrados, explotando indiscriminadamente los recursos naturales, es un modelo que tiene que cambiar si queremos seguir existiendo como especie humana; y el liderazgo de las mujeres es fundamental en este proceso.

La activista por los derechos humanos y presidenta del Fondo Mundial para las Mujeres, Musimbi Kanyoro, se enfocó en debatir temas como la diversidad y la inclusión. Muchas de las mujeres de Homeward Bound representan a grupos minoritarios como comunidades aborígenes, homosexuales o minorías étnicas que se sintieron sistemáticamente desplazadas del liderazgo y la toma de decisiones durante sus carreras profesionales. Musimbi hizo hincapié en nosotras debemos velar por traer a las mesas de discusión las voces de los grupos minoritarios, que somos privilegiadas por tener la posibilidad (y responsabilidad que eso conlleva) de ser escuchadas.

El rol de la mujer en posiciones de liderazgo no se puede discutir sin tratar el tema de la maternidad. Esto se discutió desde diferentes puntos de vista: mujeres que dejaron todo para ser madres, mujeres que hacen todo para proteger el futuro de sus hijos, aquellas que sienten que la sociedad las obliga a elegir entre ser madres o profesionales exitosas y aquellas que son juzgadas por su decisión de no traer hijos a este mundo.

También trabajamos en colaboraciones, especificando nuestros objetivos individuales y colectivos, lo que cada una tiene para ofrecer y en qué necesita ayuda. Un proyecto que la mayoría nos comprometimos a apoyar es una campaña para declarar la península antártica como Área Marina Protegida, algo que hasta el momento no se logró a pesar de la evidencia científica y que va a requerir de los contactos y experticia de cada una de nosotras.

Mujeres que inspiran

Conocer la trayectoria, desafíos y logros de cada una nos ayudó a comprender por qué estábamos ahí. Si bien no es posible reproducir las historias de vida de cada una de las 100 mujeres de estuvieron conmigo en la Antártida, quisiera compartir algunas entre tanta inspiración.

Emma Kennedy es ecologista e investigadora postdoctoral de arrecifes de coral en Australia. Desde pequeña, Emma sintió la pasión por la naturaleza y la biología marina y sintió un fuerte dolor al observar que desde su infancia a la actualidad, los arrecifes de coral que ella tanto amaba prácticamente habían desaparecido; estas pintorescas y coloridas fuentes de absorción de carbono se habían convertido en pálidos recuerdos fantasma debido al calentamiento global y la acidificación de los océanos. Tanto Emma como su equipo de científicos, se comprometió a no dejar que estas especies terminen en los museos como único lugar donde las generaciones futuras los puedan observar, y ella lo cuenta con lagrimas en sus ojos.

Samia Elfekih es una luchadora que nació en Túnez y de pequeña creía que nunca iba a poder cumplir su sueño de ser científica debido a la falta de recursos económicos y manejo del idioma inglés entre otras limitaciones. Sin embargo, eso no la detuvo. Samia estudió ingeniería, recibió una beca Fulbright para realizar su doctorado en genética en Estados Unidos, recibió el premio UNESCO-L’Oréal para mujeres en la ciencia que le permitió realizar su postdoctorado en Londres e incluso fue entrevistada para la revista Elle. Hoy, lidera proyectos multimillonarios alrededor de todo el mundo investigando y previniendo epidemias de dengue y malaria. Estos estudios son de vital importancia frente al cambio climático ya que con el aumento de las temperaturas las enfermedades tropicales se van a propagar cada vez de manera más rápida.

Yuxi Lei es investigadora en nanomateriales y fundadora de NANOxARCH en China, un emprendimiento de diseño de indumentaria sustentable confeccionada con materiales reciclados. Yuxi afirma que no deberíamos generar residuos en la tierra ya que todo se puede reutilizar y todos deberíamos repensar nuestras conductas de consumo para sostener aquellos proyectos y productos que sean sustentables.

Lily Brown es guardaparques y lucha contra incendios forestales en Australia. Ella vio con sus propios ojos el impacto devastador de los incendios forestales en su país, que este año llegaron a escalas sin precedentes con enormes pérdidas de vida silvestre e incluso humanas. Para ella, Antártida fue tan similar como diferente a su labor cotidiana. La urgencia en las acciones frente a la crisis climática es tan relevante para los incendios en Australia como para los deshielos en Antártida. «Este lugar es tan especial y lo estamos modificando de manera irreversible» comenta Lily.

Tuve momentos de culpa, vergüenza y tristeza. Pero estando en la Antártida, particularmente con este grupo de mujeres, me hace querer transformar estas emociones negativas en acciones».

Una de las mujeres más inspiradoras que conocí es Rachel Cooper. Con tan solo 23 años, la participante más joven de Homeward Bound está cambiando el curso de la política medioambiental de Nueva Zelanda. Hace pocos meses redactó e impulsó la ley de carbono cero para 2050 poniendo precio a las emisiones de gases del efecto invernadero provenientes de la actividad agropecuaria y ayudando a los productores a reducir sus emisiones. A su corta edad, Rachel es asesora del jefe científico del primer ministro y tiene toda la vida por delante para seguir trabajando por el bien común.

Estas son solo algunas de las razones por la cuales estas mujeres dejaron la comodidad de sus hogares, sus familias y muchas incluso sus trabajos para luchar juntas por un futuro sustentable para nuestro planeta.

El futuro de nuestro planeta

La Antártida

Estamos viviendo un momento clave en la historia de la especie humana en este planeta. Como muy elocuentemente puso en palabras Joaquín Sánchez Mariño, «los dinosaurios también pensaban que les quedaba tiempo». Y todavía podemos decidir ser parte del problema o de la solución.

La Antártida (imagen referencial)

Los niños y adolescentes están pidiendo a gritos un sistema diferente, y mujeres de todo el mundo preocupadas por el legado que les dejamos a las generaciones futuras están alzando sus voces para proteger a sus hijos. Desde la ciencia, ya sabemos las causas, las consecuencias y las soluciones, pero el mensaje está fallando en generar conciencia individual y políticas públicas para lograr el cambio a tiempo.

Como describió a la perfección la doctora en microbiología molecular Jana Schniete, «somos solo una pieza muy pequeña de algo mucho más grande, pero hemos tenido un gran impacto en la tierra. Estamos esencialmente destruyendo nuestro propio hábitat, nuestra propia casa. A la naturaleza no le importará si estamos o no, así que si queremos cuidar el lugar donde vivimos, tenemos que hacer algo al respecto. Somos invitados aquí y tenemos que comportarnos como tales».

El mayor aprendizaje que me llevo de la Antártida es el efecto que tenemos en el ambiente que nos rodea. Cuando visitamos el continente blanco, nos aseguramos de modificarlo lo menos posible, de no dejar ni llevarnos nada, de alterar mínimamente los ecosistemas que lo habitan. Por alguna razón, nos sentimos con derecho de alterar la naturaleza que nos rodea en nuestra vida cotidiana. Talamos bosques para agricultura y ganadería, matamos animales por deporte, cambiamos el curso de los ríos y contaminamos el aire que respiramos, ya sea de manera consciente o inconsciente. Y me pregunto:

¿Qué pasaría si cuidamos nuestro entorno de la misma manera que cuidamos la Antártida o nuestra propia casa?

Las temperaturas del planeta aumentan, los océanos se calientan y se acidifican, desaparecen especies y los desastres naturales destruyen la vida de miles de personas. Este panorama no va a cambiar ni mejorar a menos que activamente hagamos algo al respecto. Las mujeres de Homeward Bound estamos comprometidas con un cambio que viene desde los más profundo de nuestras entrañas. Una vez que vimos con nuestros propios ojos que una realidad diferente es posible, que nuestras acciones cotidianas destruyen ambientes tan lejanos y vírgenes como la Antártida y que nosotros tenemos la posibilidad de cambio en nuestras manos, ya no hay vuelta atrás.

Ingenieras, científicas, madres, esposas, profesionales, luchadoras, estudiantes, frágiles, fuertes, conscientes, líderes. Hijas de la Madre Naturaleza. Cada una de estas mujeres me dejó una enseñanza, de sus éxitos y sus fracasos, y sobre todo de su perseverancia para no bajar los brazos. Contrario a lo que uno imagina sobre las mujeres en la ciencia, que somos fuertes y podemos con todo, esta experiencia nos invitó a repensar los paradigmas en los que vivimos y a encarar la problemática de la crisis climática desde nuestra vulnerabilidad y la del planeta y protegerlo desde la comunicación, la búsqueda de conciencia, la diplomacia científica y el bien común. Una realidad diferente es posible, y empieza hoy.

Fuente de la Información: https://mundo.sputniknews.com/ecologia/202001211090198454-la-mision-de-100-mujeres-cientificas-en-la-lucha-para-salvar-el-planeta/

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Trump y Thunberg cruzan reproches sobre crisis climática en Davos

Trump y Thunberg cruzan reproches sobre crisis climática en Davos

Mientras Trump presumió de su posición negacionista sobre la crisis climática, Greta Thunberg criticó la inacción de líderes políticos y económicos

El Foro Económico Mundial de Davos fue escenario de un nuevo cruce de reproches entre el presidente estadounidense Donald Trump, y la joven activista sueca Greta Thunberg, en materia de la crisis climática.

Mientras que Trump presumió de su posición negacionista sobre el calentamiento de la Tierra y ha arremetido contra los “profetas de la fatalidad“, Thunberg endureció su mensaje y criticó a los líderes políticos y económicos su “inacción” en la lucha por la supervivencia del planeta.

Las visiones completamente antagónicas que ambos tienen sobre el clima ya son conocidas, como lo son también algunos de los mensajes que se han cruzado a cuenta de este tema, pero este martes Thunberg y Trump los enfatizaron con sus discursos en Davos.

A primera hora de la mañana, Greta Thunberg participó en un panel con otros jóvenes como ella en el que lamentó que no se haya hecho “nada” en la lucha contra la emergencia climática.

Después, en su discurso principal en el foro criticó a los dirigentes políticos y económicos por haberse “rendido” y por no detener de una vez por todas -y no ya solo reducir- el uso de combustibles fósiles.

Pero antes de esta intervención ya había sido la de Trump en el auditorio principal del Foro.

El presidente estadounidense hizo un discurso triunfalista repleto de cifras económicas y centrado en el mensaje de que con él en la Casa Blanca ha vuelto “el sueño americano”, en el que además presumió de la independencia energética que está a punto de lograr su país, que ya no tiene que importar combustibles a países “hostiles”.

Pero sobre todo, Trump arremetió contra los “pesimistas” sobre el clima y pidió a los asistentes a Davos que rechacen a los “profetas de la fatalidad”, en un claro mensaje a Thunberg y a quienes como ella alertan de esta emergencia.

En su opinión, quienes promulgan ese mensaje son los “alarmistas” que siempre buscan “lo mismo”, tener el “poder absoluto” y controlar “cada aspecto” de la vida de los demás.

“Nunca dejaremos a los radicales socialistas destruir nuestra economía o erradicar nuestra libertad”, ha dicho el mandatario estadounidense en un discurso en el que también ha presumido de que su país tiene en este momento el “aire más limpio de los últimos cuarenta años”, dijo.

Tras asegurar que está comprometido con conservar la “majestuosidad de la obra de Dios”, Trump anunció que su país se unía a la iniciativa de Davos de plantar un billón de árboles en el planeta mientras insistió en que “este no es un tiempo para el pesimismo sino para el optimismo”.

Un gesto que después criticó implícitamente Greta Thunberg en su discurso en Davos.

“Plantar árboles está bien pero ni de lejos se acerca a lo que es necesario hacer”, dijo Thunberg, para quien no se trata ya de reducir las emisiones de carbono, sino acabar con ellas para siempre si se pretende lograr el objetivo de París de que la temperatura del planeta no suba más de 1.5 grados.

Además, dijo comprender que a todo el mundo le preocupe que Estados Unidos abandone el Acuerdo de París, pero reprochó que a nadie le preocupe o indigne que todos los firmantes lo estén “incumpliendo”.

Greta Thunberg dijo comprender lo dura que es la transición ecológica, sobre todo económicamente, pero insistió en que el beneficio o la reducción de pérdidas a corto plazo no puede detener este proceso imprescindible.

Y a los políticos les dijo, además, que no le puede importar más su afiliación, porque tanto la derecha como la izquierda o el centro “han fracasado” en la lucha contra la emergencia climática.

La joven de diecisiete años lamentó además que los adultos llamen a los niños como ella ‘pesimistas’ y les pidan que no se preocupen por estos asuntos, pero después no hagan nada ellos para solucionarlos.

Un año después de haber advertido en este mismo foro que nuestra casa, el planeta Tierra, está “en llamas”, Greta Thunberg subrayó que el incendio sigue, y la “inacción” de todos lo está avivando.

Un discurso al que se han unido muchos en Davos, que al mismo tiempo han criticado las palabras de Trump.

Con información de EFE

Fuente de la Información: https://lopezdoriga.com/internacional/trump-y-thunberg-cruzan-reproches-sobre-la-crisis-climatica-en-davos/

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Australia: La guerra climática está aquí

La guerra climática está aquí

 Pip Hinman

El horror de los devastadores incendios apocalípticos en los Estados de Nueva Gales del Sur y Victoria (Australia) no solo ha aguado los ánimos festivos de Año Nuevo, sino que ha avivado la indignación por la evidente incapacidad del gobierno para responder a la emergencia climática. La peineta dedicada por el cantante Tex Perkins al primer ministro durante el concierto de Nochevieja fue un fiel reflejo de lo que pensaba la gente en aquel momento. Sin embargo, la clase gobernante está decidida a librar la guerra climática en nombre de las empresas de combustibles fósiles.

El mensaje de Año Nuevo del primer ministro Scott Morrison de que Australia es “el país más asombroso de la Tierra” se refirió a la manifestación de buena voluntad que mostró la gente durante los incendios. Era un intento desesperado de calmar los ánimos, pero si cree que esto le permitirá encubrir la inacción de su gobierno con respecto a la emergencia climática, mejor que se lo replantee. Es cierto que si no fuera por los esfuerzos heroicos, sobre todo, de la gente voluntaria que fue a combatir el fuego, del personal de emergencia y de otros esfuerzos comunitarios, habrían perdido la vida más personas y habrían sido destruidas más casas en Nueva Gales del Sur y Victoria.

¿Qué clase de sistema es este que tiene que recurrir al voluntariado para llevar a cabo tareas peligrosas de primera línea en situaciones de crisis? ¿Qué clase de sistema fracasa de modo tan espectacular a la hora de movilizar los recursos urgentemente necesarios para responder con rapidez a lo que constituye sin duda un estado de emergencia sin precedentes? La respuesta es: un sistema en crisis.

Conocemos los peligros que comporta la emergencia climática desde hace décadas. Los bomberos vienen advirtiendo desde hace meses, por no decir años, que el calentamiento del planeta causa muchos más problemas que simplemente un verano más caluroso. A pesar de todo ello, la planificación de cara a esta temporada de incendios ha sido desastrosa; la gente voluntaria ha evitado que todo fuera peor; hasta hace poco no se ha movilizado al ejército. Claro que después de años de recortes presupuestarios, no hay gente suficiente ni equipos suficientes. Las comunidades se han visto forzadas a aportar fondos para un servicio que nunca habían consentido en cercenar.

Hasta este momento, la temporada de incendios se ha cobrado, en toda Australia, la vida de 18 personas, bomberos incluidos, y ha destruido más de 1.200 viviendas. Por otro lado, se han salvado más de 16.000 hogares. En Victoria, hasta 4.000 personas han tenido que refugiarse en la playa, perseguidas por el fuego. Los focos han generado microclimas que han provocado nuevos incendios. El coste devastador en animales salvajes, incluidas muchas especies en peligro de extinción, ni siquiera ha empezado a contabilizarse.

Los gobiernos estatales y el gobierno federal cuentan con recursos significativos que no han movilizado, o lo han hecho demasiado tarde. El sector empresarial dispone de recursos suplementarios que también podrían haberse socializado para hacer frente a la catástrofe. Cediendo a los intereses empresariales, el ayuntamiento de Sidney y el gobierno del Estado de Nueva Gales del Sur decidieron mantener el espectáculo de fuegos artificiales de la Nochevieja, perdiendo así una gran oportunidad para alimentar el nuevo debate nacional sobre la naturaleza de las acciones reales necesarias para afrontar la emergencia climática.

La incapacidad del sistema de responder está generando muchos debates. Cada vez más personas concluyen que cualquier sistema de prioriza los beneficios por encima de las personas y del medioambiente será incapaz de responder como es preciso. Por otro lado, intervienen importantes medios que defienden el status quo –incluidos los que dicen que necesitamos bomberos voluntarios y que los incendios acabarán cuando caiga algo de lluvia– y tratan de frenar esta tendencia.

Para evitar la pérdida de confianza del público en el sistema fallido se alegarán toda clase de excusas y se proferirán falsas disculpas para parar lo que realmente hace falta: foros de emergencia en todo el país para debatir sobre soluciones reales. El debate nacional sobre las causas de la incapacidad del Estado de proteger a las comunidades frente a los incendios favorecidos por el cambio climático abre la puerta a un debate más profundo sobre las medidas necesarias para abordar seriamente el problema de la emergencia climática.

El movimiento de defensa del clima ha crecido rápidamente durante el año pasado, y podemos confiar en que seguirá creciendo en la medida en que la temporada de incendios continúa alargándose. Quienes ya forman parte de este movimiento han de ser receptivas a nuevas iniciativas y buscar la unidad de componentes dispersos en intersecciones cruciales en torno a soluciones concretas, como por ejemplo la retribución de los bomberos rurales, un fuerte aumento del presupuesto para combatir los incendios y la rápida descarbonización de nuestra energía.

El movimiento organizado de defensa del clima todavía es demasiado débil. Es preciso que se expanda rápidamente, y para ello necesita nuevos y nuevas activistas, jóvenes y mayores, que ayuden a la gente a juntarse para la acción. Es preciso que construyamos una respuesta a la emergencia climática sobre la base del espíritu práctico y generoso que se ha puesto de manifiesto durante semanas a raíz de estos incendios catastróficos. Vivimos en una época de guerra climática, fruto de un sistema capitalista tóxico en el que priman los beneficios privados. La única esperanza que tenemos de sobrevivir a la larga en este planeta pasa por parar los pies a la pequeña elite negacionista y restablecer el control social colectivo sobre los recursos de la sociedad.

Fuente de la Información: https://vientosur.info/spip.php?article15523

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Las 12 palabras que no dejarás de oír en 2020

Redacción: Observatorio RH

Innuba presenta las 12 palabras que marcarán nuestras conversaciones en 2020. Desde la convicción de que el lenguaje tiene la capacidad para cambiar realidades e, incluso, para construirlas, la consultora de Innovación Social propone integrar estas palabras para definir un futuro en positivo en nuestro día a día.

1. SOCIAL-TELLING
Es una nueva forma de contar historias que trasciende al Storytelling. El Social-Telling es el arte de contar historias que ponen el foco en el impacto positivo.

2. BRANDED DOING
Es un nuevo modelo de Branded Content que va un paso más allá: no solo comparte contenido relevante que aporte valor al target al que se dirige, sino que resuelve una auténtica necesidad social dando la oportunidad al usuario de involucrarse en una causa, actuar con tan solo un clic y generar así un impacto.

3. CONSUMO RESPONSABLE
Es una nueva actitud del consumidor, un cambio social que se está produciendo en torno a los hábitos de consumo. El consumo responsable es elegir los productos y servicios que se consumen en base a su impacto medio ambiental, social y las políticas de derechos humanos y justicia social de las empresas que elaboran esos productos. Además, implica un cambio en nuestro estilo de vida consumiendo únicamente lo imprescindible.

4. EMERGENCIA CLIMÁTICA
Es un nuevo concepto impulsado por la joven activista Greta Thunberg que ha sido reconocido como palabra del año por el Oxford Dictionary. Emergencia climática hace referencia a “una situación en la que se requieren medidas urgentes para reducir o detener el cambio climático y evitar el daño ambiental potencialmente irreversible resultante de este proceso”.

5. INVERSIÓN DE IMPACTO 
Es un nuevo modelo de inversión de capital cuyo objetivo principal es beneficiar a la sociedad o al medio ambiente. Son inversiones medibles que generan un impacto al mismo tiempo que tiene un retorno económico igual o mayor al invertido. Es una mezcla entre la filantropía y la inversión tradicional (Según la definición de GIIN).

6. ESPACIO CONSCIENTE
Es un nuevo concepto de espacio de trabajo cuyos valores clave son la escucha, la empatía y el respeto entre las personas que lo habitan. Es un espacio donde la toma de conciencia individual es fundamental para generar relaciones, conversaciones y actividades alineadas con el bienestar colectivo.

7. “FLYGSKAM”
Es el movimiento contra la contaminación que provocan los aviones que nació en Suecia (2018) y se traduce como “la vergüenza de volar”. Este movimiento conciencia sobre el impacto que tienen los aviones en el medio ambiente e impulsa a los ciudadanos a elegir medios de transporte alternativos para reducir su huella de carbono.

8. ENRICRECIMIENTO COLECTIVO
Es un juego de palabras que alude al resultado de generar riqueza y crecimiento emocional / social en cada persona y grupo. Es un nuevo concepto que atiende a un modelo sistémico de cambio cultural de dentro hacia fuera: yo-tú-nosotros. Vinculado a la empresa, es una nueva promesa empresarial que apunta a que es posible que las compañías se enriquezcan al tiempo que crece la calidad de vida de todas las personas que lo rodean.

9. RIQUEZA SOCIAL COLECTIVA
Es el valor que se genera cuando las acciones de un proyecto tienen impacto en todos los campos que lo rodean de forma global: clientes, empleados, sociedad, medio ambiente y la propia compañía. La riqueza social colectiva provoca un cambio de mirada en la forma en la que diseñamos proyectos, una mirada que nos permite entender la importancia que tiene generar valor más allá del beneficio propio.

10. VALOR COMPARTIDO
Es una nueva visión en la que empresas y sociedad deben unir sus fuerzas para alcanzar un beneficio común. Así, el concepto de valor compartido no es un sinónimo de filantropía ni RSC, es una nueva forma de éxito que pone en el centro de los proyectos las necesidades sociales.

11. LEGADO TRASCENDENTE
Es la herencia inmaterial que una persona o compañía deja al planeta y a las futuras generaciones trascendiendo a su propia existencia. El legado trascendente de una organización es el impacto social que genera y que perdura en el tiempo una vez esta ya no exista.

12. TRANS-FORMACIÓN
Es un juego de palabras que alude a la capacidad que tiene la formación para transformar a las personas. Además, la formación tiene un efecto multiplicador: mejora la vida de la persona que refuerza sus conocimientos ampliando horizontes y formando un pensamiento más crítico en torno a un tema, pero además beneficia a todas las personas a su alrededor.

Fuente: https://www.observatoriorh.com/comunicacion-y-branding/las-12-palabras-que-no-dejaras-de-oir-en-2020.html

 

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¿Puede la literatura generar en los niños conciencia medioambiental?

Por: Adrián Cordellat

Cada vez se lanza al mercado más álbumes y libros que de alguna u otra forma abordan uno de los problemas más importantes de la Humanidad: la emergencia climática

A la par que se anunciaba que Madrid acogería la Cumbre anual del Clima de Naciones Unidas, que se celebra del 2 al 13 de diciembre en la capital española, llegaban a los estantes de las librerías varios álbumes ilustrados y libros informativos infantiles abordando distintos aspectos relacionados con la educación medioambiental. No se trata de una estrategia de marketing perfectamente diseñada por las editoriales de común acuerdo con la ONU, ni tampoco de una asombrosa coincidencia. Simplemente es el reflejo de una tendencia creciente en el ámbito de la literatura infantil, que cada vez lanza al mercado más álbumes y libros que de alguna u otra forma abordan uno de los problemas más importantes a los que se enfrenta la Humanidad: el cambio climático.

“Las cosas que vemos, aprendemos y descubrimos de pequeños suelen acompañarnos toda la vida, para bien y para mal. Así que, si los libros pueden dejar un poso, por pequeño que sea, que ayude a conformar una conciencia ecológica y a establecer pautas de comportamiento y prácticas responsables y sostenibles, bienvenido sea”, afirma Emilia Lope, editora de la colección ‘Los pequeños Salvajes’ de la editorial Errata Naturae.

En Errata saben de lo que hablan. Tras la gran acogida de Walden, de Henry David Thoreau, en la editorial se dieron cuenta de que les apetecía lanzar una colección que propusiera a los lectores historias sobre naturaleza y ecología, así como relatos donde primaran la conciencia social y el activismo medioambiental. “Pensamos que nuestro tiempo y nuestra sociedad demanda y necesita estas historias, y estamos realmente contentos con la excelente acogida que han tenido”, señala Lope. El desarrollo de una colección similar destinada a los pequeños lectores era solo cuestión de tiempo, ya que muchos de los lectores de ese género son padres y madres que quieren compartir su pasión por la naturaleza con sus hijos. “Nos parecía importante hacer un hueco a libros que nos hubiera gustado leer de niños (¡y que nos encanta leer como adultos!), libros en los que la aventura y la exploración, el respeto a todos los seres vivos, al medioambiente y al planeta, la conciencia ecológica… fueran el hilo conductor”, explica.

En un momento en el que, por regla general, hemos perdido el contacto con la naturaleza, ¿puede ser la literatura una forma de acercar los niños a la misma?, pregunto a Emilia. “Nos gusta creer que sí”, responde. Y la base de su argumento es muy sencilla: “Los niños tienen una curiosidad innata por la naturaleza, los animales, los bichos, todo lo que tiene que ver con el mundo natural. Pero es cierto que eso se va perdiendo, y que la vida en las ciudades parece ahogar un poco esa pasión innata con la que nacemos”. Por eso, asegura, desde el primer libro infantil publicado por Errata Naturae han querido mostrar “que también se puede buscar y encontrar lo natural en el paisaje más radicalmente urbano, porque la literatura puede ser una piedra de resonancia para despertar las ganas de salir a la aventura y encontrarse con lo verde”. Así lo demuestra uno de sus títulos, En busca de lo salvaje, elegido recientemente Libro del Año al Mejor Álbum Ilustrado por el Gremio de Librerías de Madrid.

Un mar de plástico

Pero si hay un tema de conciencia medioambiental que está generando ríos y ríos de tinta, también en la literatura infantil, ese es el del excesivo consumo de plástico. Paremos la invasión(Andana Editorial), escrito a cuatro manos por Raül Hurtado y José Ibáñez e ilustrado por Claudia Mosquera, es un ejemplo de ello. Un álbum informativo que tiene un origen poco común: una campaña de sensibilización que los autores, miembros de un estudio creativo, llevaron a cabo en 2017 a petición de la concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento del municipio valenciano de Algemesí. “Decidimos vaciar los contenedores de la localidad y crear con los plásticos recuperados unos monstruos que transmitieran lo realmente peligrosos que son este tipo de residuos”, cuenta a El País Raül Hurtado, que señala que la acción de marketing de guerrilla llamó la atención de la editorial Andana, que les propuso aprovechar la “enorme cantidad de información” que habían recopilado en la fase de investigación de la campaña para transformarla en un formato con el que poder entrar en muchos hogares y centros educativos.

El resultado, tras descartar material que, asegura, daría para publicar dos libros más, es un álbum que permite dos niveles de lectura, por lo que gustará tanto a adultos como a niños. Por un lado está la aventura de descubrimiento y evolución de los tres personajes protagonistas, el gancho para los lectores más jóvenes; por otro, toda la información más objetiva sobre los plásticos que “justifica la necesidad de que, como sociedad, vivamos esa transformación de hábitos junto con estos personajes” porque, como destaca Hurtado, la responsabilidad de preparar un futuro mejor “no puede recaer sobre nuestros hijos, sino que debemos ser nosotros los que los guiemos con nuestros actos”.

También en la invasión de plásticos centra su atención la autora británica Victoria Furze, autora de Hogar (Vegueta), un álbum con ilustraciones preciosas y evocadoras, reconocido por los Premios Creative Conscience de Reino Unido, en el que narra la historia de una tortuga que ve cómo su hábitat natural es colonizado por miles de bolsas de plástico.

“He sido buceadora durante muchos años y he tenido la suerte de bucear en algunos de los mares más increíbles del mundo, desde Indonesia hasta la costa de España y las islas del Caribe. Todos tienen una cosa en común y es que, por muy remoto que fuera el lugar, el plástico estaba allí”, explica. De ahí el libro, en cuyo tramo final recopila algunos datos significativos, como que cada día cerca de ocho millones de piezas de plástico terminan en los océanos o que 100.000 tortugas y mamíferos marinos mueren cada año a causa de la contaminación por plásticos. “Pasé un año viviendo en Indonesia y vi la tortuga verde todos los días, así que cuando empecé a hacer las imágenes para Hogar sentí a la tortuga como el protagonista obvio, esa criatura hermosa y gentil que no hace daño a nadie y que, sin embargo, está en peligro por nuestras acciones”, argumenta.

Literatura para un mundo mejor

En la última página de Hogar se ve a la tortuga escapar del plástico, nadar hacia nadie sabe dónde. Un final abierto con el que Victoria pretende que los lectores se pregunten qué está sucediendo, hacia dónde puede ir la tortuga, qué escape hay para ella. “La historia aún no ha terminado, tenemos la oportunidad de darle esperanza a la tortuga, devolverle su hogar”, asegura la autora.

Y la literatura infantil puede ser parte de esa “esperanza”, porque como indica Victoria Furze los álbumes ilustrados son “una herramienta excelente” para permitir a los niños y niñas “visualizar el efecto” de las acciones humanas en el medio ambiente. “Mi intención es que Hogar promueva el pensamiento y la discusión sobre una parte desconocida de nuestro mundo, una parte que rara vez es visualizada, incluso por los adultos, ya que está fuera de nuestra vista y, por tanto, fuera de nuestra mente».

Su opinión la comparte Raül Hurtado, que considera que el hecho de que los álbumes ilustrados permitan tratar estos temas, con diferentes aproximaciones y puntos de vista y con contenidos adaptados a cada franja de edad, convierte a la literatura infantil en “una herramienta esencial con la que descubrir el mundo a los más pequeños”. También sus reversos más oscuros, como el del cambio climático y la contaminación, temas para los que los niños y niñas están más preparados de lo que muchas veces pensamos: “Cuando trabajamos campañas de concienciación casi siempre preparamos mensajes para los más pequeños, ya que suelen ser los más permeables a los problemas sociales y ambientales, y gracias a ellos el debate entra en casa, e incluso son los que suelen promover los cambios de hábito familiares. Por lo tanto, los beneficios de utilizar los álbumes ilustrados, como vía de acceso directa para la generación de valores en los adultos del futuro, son incuestionables”.

La duda entonces es si los padres somos conscientes del potencial de la literatura infantil a ese respecto y de la importancia de compartir ratos de lectura con nuestros hijos para abordar con ellos estas preocupaciones y problemas, así como sus posibles soluciones. Victoria Furze lamenta que los álbumes ilustrados que tratan temas serios sean percibidos por algunos padres y editores como “inapropiados” para los niños y niñas. “Como madre entiendo el deseo de proteger a nuestros hijos de la tristeza del mundo, pero siento que es vital tener conversaciones con los niños sobre los problemas ambientales a los que sin duda tendrán que hacer frente en el futuro”, asegura.

Raúl Hurtado, por su parte, afirma que, sin querer generalizar, “es mucho más habitual ver a los niños y niñas con pantallas en las manos que con libros”, algo que atribuye al “escaso valor” que padres y madres dan a la literatura infantil, así como a la escasez de tiempo de calidad que dedicamos en el día a día a nuestros hijos e hijas: “Al momento nocturno del “cuento” solemos llegar bajos de energías y recursos, así que desgraciadamente éste se convierte en un trámite rutinario, sin interacción ni diálogo con los más pequeños, que están deseando disfrutar con nosotros de estos espacios compartidos”.

Para Emilia Lope, por último, el momento en el que leemos un cuento a nuestros hijos e hijas y surgen preguntas que intentamos responder lo mejor posible es “especial”, porque en su opinión “invita a hablar de muchísimos temas”. Por eso, sostiene la editora, es importante que tanto los autores como los padres y madres “no paupericen el lenguaje ni los conceptos” en la literatura infantil y juvenil, tampoco cuando se traten temas como la contaminación o el cambio climático. “Si hacemos eso, ¿qué ganamos? ¿cómo convertimos esos momentos de lectura en común en algo motivador, enriquecedor e interesante?”, concluye.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/12/04/mamas_papas/1575473743_178583.html

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