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Davos pide a gritos una nueva educación

España / 3 de febrero de 2019 / Autor: Iñaki Ortega / Fuente: La Información

Un enero más Davos se ha convertido por unos días en la capital del mundo. La reunión anual del Foro Económico Mundial – y ya van 28 años- ha convocado a jefes de estado, presidentes de grandes corporaciones y los expertos con las mentes más privilegiadas. El tema más comentado este año ha sido como luchar contra las crecientes desigualdades en el mundo; los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU han estado en boca de todos los ponentes, pero también la propia organización ha querido darle todo el protagonismo con paneles y stands dedicados a los ODS en los diferentes espacios del foro.

Además, los informes presentados estos días también han coincidido en señalar que la cuarta revolución industrial -tan pregonada por el fundador del WEF, el profesor Klaus Schwab- ha de venir acompañada de actuaciones para que no solo las grandes corporaciones se beneficien de ella sino también trabajadores de todo el mundo que ven amenazados sus empleos y por ende las sociedades en las que viven que asisten impertérritas al crecimiento del populismo fruto de ese descontento.

Uno de esos objetivos de Naciones Unidas es la educación de calidad que en uno de esos estudios presentados en Suiza ha sido rebautizada como re-trainingVolver a educarse o formación continua será una de las claves para conseguir frenar las desigualdades y socializar las externalidades positivas de la cuarta revolución industrial.

Para el filósofo José Antonio Marina vivimos en una «sociedad del aprendizaje» regida por una ley impecable: «Para sobrevivir, las personas, las empresas y las instituciones deben aprender al menos a la misma velocidad con la que cambia el entorno; además, si quieren progresar, habrán de hacerlo a más velocidad». Es por ello por lo que muchos autores, entre ellos Jeffrey Selingo, defienden que estamos viviendo la tercera revolución de la educación.

La primera ola, a principios del siglo pasado, tuvo que ver con la llegada de la enseñanza obligatoria que propició una educación masiva que brindó una capacitación para la vida a millones de personas en todo el mundo. Por ejemplo, en 1910, sólo el 9 por ciento de los jóvenes estadounidenses obtuvieron un diploma de escuela secundaria, en 1935 eran ya el 40 por ciento. La segunda revolución surgió en el último tercio del siglo XX en Estados Unidos, pero también en otros países como España (en este caso a raíz de la llegada de la democracia y la «universidad para todos»). En el año 1965 se matricularon en primer curso 75.000 personas en España, que han pasado a ser 1,5 millones en la actualidad. En 1970, en Estados Unidos había sólo 8 millones de universitarios matriculados y hoy día superan los 20 millones.

Ahora, debido al fenómeno de la longevidad, pero también a las exigencias de la evolución tecnológica y su impacto en el mundo del trabajo, estamos en la tercera gran revolución de la educación. El nivel de preparación que funcionó en las dos primeras oleadas no parece suficiente en la economía del siglo XXI. En cambio, esta tercera ola estará marcada por la formación a lo largo de la vida para poder mantenerse al día en una profesión y adquirir habilidades para los nuevos trabajos que llegarán.

Gartner pronostica, por ejemplo, que la inteligencia artificial destruirá en los próximos cuatro años 1,8 millones de empleos a nivel global, pero generará 2,3 millones de nuevos puestos de trabajo. Es probable que los trabajadores consuman este aprendizaje de por vida cuando lo necesiten y a corto plazo, en lugar de durante largos períodos como lo hacen ahora, que cuesta meses o años completar certificados y títulos. También, con esta tercera ola, vendrá un cambio en cómo los trabajadores perciben la formación, que es como una maldición por la que hay que pasar por exigencias de la empresa o, peor aún, algo a lo que se recurre tras un despido. Estamos entrando en una etapa en la que el reentrenamiento será parte de la vida cotidiana puesto que con vidas laborales tan largas y variadas, reinventarse y volver a capacitarse será muy normal. Por ello nos tenemos que ir quitando de la cabeza la idea de que la formación y el mundo del trabajo son etapas de la vida o espejos de nuestra identidad.

Hasta ahora, uno no sólo estudiaba, sino que era un estudiante. Concluir la formación superior significaba acceder a la identidad adulta, marcada por la independencia económica. En los próximos lustros, será habitual volver con cuarenta, cincuenta o sesenta años a la universidad para estudiar un grado, programa o curso completamente diferente de la primera carrera. En general, el mundo laboral y el formativo estarán mucho más conectados: cruzar del uno al otro será bastante habitual.

A su vez, la incertidumbre y la velocidad de los cambios tecnológicos exigirán planes de estudios flexibles, ya que lo que podría parecer un trabajo o habilidades de gran demanda hoy día podría no serlo para cuando alguien termine de capacitarse para un nuevo trabajo. Uno de los rasgos característicos de nuestra época es la aceleración del tiempo histórico. Todo sucede tan deprisa que, a menudo, cuando aún se está desarrollando una tecnología, ya ha aparecido la siguiente, que convierte la anterior en obsoleta.

En este contexto de inmediatez, la educación, que por su propia naturaleza requiere planificación y tiempo, asume un gran reto. Los grados dobles, las titulaciones mixtas, los programas executive, blended, cursos de foco y experienciales, son algunas de las herramientas para obtener una formación de calidad, muy especializada y situar a los estudiantes de todas las edades ante problemas reales para que aprendan a tomar decisiones y solucionar problemas. Al respecto de estas nuevas habilidades que se requerirán, no todo será tecnología.

La capacitación laboral deberá centrarse en varias disciplinas técnicas, pero también en las habilidades clave que la complementan, como la resolución de problemas, el trabajo en equipo, la comunicación y sobre todo la empatía. En definitiva, como afirmó esta semana pasada el astrónomo español Rafael Bachiller, solo será útil Davos (y nuestros gobiernos, digo yo) en cuanto se centren en lograr que la tecnología mediante la educación nos haga más humanos.

Fuente del Artículo:

https://www.lainformacion.com/opinion/inaki-ortega/davos-pide-a-gritos-una-nueva-educacion/6490967

ove/mahv

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 3 de febrero de 2019: hora tras hora (24×24)

3 de febrero de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 3 de febrero de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

00:00:00 – Nicaragua: Jóvenes serán afectados con recorte de presupuesto universitario

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299516

01:00:00 – El aprendizaje autónomo en educación superior. Entrevista con Joan Rué

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299512

02:00:00 – Estados Unidos: Crece la rebelión docente en estados demócratas: educadores de Denver deciden iniciar la huelga mientras en Los Angeles gritan victoria

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299519

03:00:00 – La educación en México: balance de un sexenio

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299524

04:00:00 – Reino Unido: sindicatos piden una mejor financiación de la educación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299758

05:00:00 – Libro: Ideas en la educación latinoamericana. Un balance historiográfico (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299533

06:00:00 – Colombia: Sobre la incidencia del Banco Mundial en las políticas de educación superior

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299761

07:00:00 – La agenda 2030: un marco global para la privatización y el comercio educativo

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299755

08:00:00 – Libro: Aprendizaje activo, diversidad e inclusión. Enfoque, metodologías y recomendaciones para su implementación (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299950

09:00:00 – Podcast nº13 – Cita Educacional – Formación de profesores (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299741

10:00:00 – Libro: El aula diversificada (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299953

11:00:00 – Davos pide a gritos una nueva educación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299877

12:00:00 – Libro: Desarrollo y aprendizaje en el ciclo inicial. Valoración y abordaje pedagógico. Una reflexión a partir de la experiencia (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299889

13:00:00 – Preguntas para el INEE

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299880

14:00:00 – España: La ópera se transforma en un vehículo de aprendizaje

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299862

15:00:00 – Cruzada contra educación sexual socava avances en América Latina

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299872

16:00:00 – La ANP denuncia planes israelíes para cerrar escuelas palestinas en Jerusalén

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299865

17:00:00 – Señalados con la tiza – Cortometraje documental sobre la educación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299956

18:00:00 – República Dominicana: Advierten tendencia a privatizar educación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299959

19:00:00 – 10 reflexiones sobre educación que convendría debatir – Por Fander Falconí | Especial para NODAL

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299536

20:00:00 – Orden y retroceso en las aulas de Brasil

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299962

21:00:00 – Guatemala: Aulas que se caen a pedazos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299752

22:00:00 – Paraguay: Política y corrupción son culpables de la pésima educación, afirma ministro

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299883

23:00:00 – En las aulas se define el futuro de Cuba

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299746

En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

ove/mahv

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Colombia: ‘+Cómics +Paz’, una iniciativa sobre el ciberbullying

Redacción: Radio Santa Fe

El 26 de abril de 2018, el profesor Eduardo Pérez fue galardonado como el mejor maestro de Iberoamérica gracias a su proyecto ‘+Cómics +Paz’, una iniciativa que conjuga la escritura, lectura, cómic y herramientas digitales para que estudiantes identifiquen y eviten problemas presentes en las redes sociales.

El maestro que enseña informática explicó el sentido del proyecto. “El mejoramiento de la convivencia escolar, tratamos temas como bullying, cyberbullying, sexting, grooming; ayudar a ser prevención y promoción en los estudiantes de herramientas tecnológicas y por medio de cómics”.

Hoy, la estrategia se sigue fortaleciendo gracias al empoderamiento y compromiso de los jóvenes del Colegio Rafael Uribe Uribe en Cúcuta (Norte de Santander), donde labora Pérez, quienes han puesto en práctica los mensajes de tolerancia y empatía que plasman en las historietas, logrando un ambiente de convivencia en la institución educativa.

“Por cualquier bobada, que nos dijeran ‘boba’ o alguna grosería, nos íbamos a los golpes”, recuerda una estudiante. “No conocíamos el significado de la palabra amor, la palabra compañerismo, ahora sí entendemos eso”, reconoció otra menor.

‘+Cómics +Paz’ ha encontrado en el programa ‘Computadores para Educar’, estrategia del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), otro importante aliado que le ha dotado con los equipos tecnológicos necesarios para consolidarse.

La ministra de las TIC, Silvia Constaín Rengifo, visitó el colegio para observar de primera mano la dinámica de la iniciativa pedagógica que podría replicarse en otras instituciones.

“Tenemos que construir, en esas estamos. Muy contenta salgo de acá, por la forma en la que se trabaja, realmente juntos: la Alcaldía de mano de los profesores, de mano de ‘Computadores para Educar’, haciendo la diferencia en la vida de los niños”, sostuvo Constaín.

Entretanto, el director de ‘Computadores para Educar’, Alejandro Linero de Cambil, expresó la necesidad de involucrar a los padres en el fortalecimiento de ‘+Cómics +Paz’, y aseguró: “Bien pensamos en educar, en capacitar a los padres de familias; nos parece muy importante porque la educación empieza por casa”.

El profesor Eduardo, como lo llaman sus estudiantes, confía en que su iniciativa llegue a más escuelas del país para que más jóvenes puedan conocer los peligros presenten en la web y también pueda mejorar la convivencia escolar.

Fuente: http://www.radiosantafe.com/2018/10/25/comics-paz-una-iniciativa-sobre-el-ciberbullying/

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El trabajo colaborativo: informe de la OCDE

Por: Universia

La empatía y saber razonar en equipo son actitudes valoradas por la OCDE en relación a la calidad de la educación colaborativa.

  • La OCDE analiza las capacidades de trabajo en equipo de jóvenes de 52 países.
  • Factores como su actitud colaborativa, las actividades extraescolares que realizan y su condición social son tenidos en cuenta en el estudio.
  • En un mundo en el que la competitividad ha tomado un matiz global, el desarrollo de competencias desde Primaria es muy importante para acceder a mejores oportunidades laborables.

La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico ha presentado un informe sobre la situación de la educación a nivel mundial. En esta ocasión, la evaluación también ha incluido el trabajo en equipo.

La razón de incluir este nuevo factor se debe a que las competencias sociales son, cada vez, más tenidas en cuenta en la formación de los futuros profesionales. El trabajo colaborativo en el entorno familiar, en el escolar y en la comunidad son necesarios para paliar los problemas de la actual era digital y las diferencias sociales que ha podido causar.

Estas son algunas de las conclusiones que se extraen del informe y que marcarán la tendencia del sistema educativo:

  • Los estudiantes con mejores habilidades para la lectura y las matemáticas suelen ser muy activos en la resolución de problemas en equipo: su predisposición al razonamiento e interpretación de la información ayudan a desarrollar el trabajo en común.
  • Las chicas, a nivel mundial, presentan mejores habilidades para las tareas colaborativa y consigue una probabilidad media del 1,6 de éxito en la resolución de problemas, frente al género masculino. Este dato quizás es de los que más haya variado, porque hasta el 2012 eran los chicos los que siempre obtenían mejores resultados en las pruebas de resolución de problemas.

         La empatía o la reacción ante problemas ajenos son cuestiones que las chicas desarrollan mejor en edades más tempranas.

  • Los estudiantes que practican deporte tienen actitudes más positivas ante los trabajos en equipo y se muestran más dispuestos a colaborar. En el extremo opuesto, se encuentran los jóvenes que dedican mucho tiempo a los videojuegos y que presentan menos destrezas para conseguir un fin común.
  • Los estudiantes que asisten a centros que se caracterizan por la multiculturalidad de los jóvenes, tienden a relacionarse mejor y se desenvuelven con soltura en ambientes de cooperación. La condición social y procedencia no afectan a los resultados, en ambientes integradores y heterogéneos.
  • Las escuelas que incentivan las actividades sociales y proyectos inclusivos desarrollan mejores competencias para reducir el acoso escolar.
  • China es de los países donde los alumnos consiguen mejores puntuaciones en las materias de matemáticas, ciencia y comprensión lectora. Pero, a pesar de su soltura en la comprensión y el razonamiento lógico, al trabajar en equipo consiguen peores resultados frente a países con alumnos menos preparados.
  • Japón, Corea, Singapur, Finlandia, Estonia, EEUU y Canadá son los países con las calificaciones más altas en las pruebas de resolución de problemas en equipo.

En conclusión, y según la tendencia global del aprendizaje y del mercado laboral, los jóvenes con iniciativa y predisposición a resolver conflictos en equipo, tendrán perfiles más atractivos para conseguir trabajo.

Fuente: http://noticias.universia.net.co/cultura/noticia/2017/12/21/1156997/trabajo-colaborativo-informe-ocde.html

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La convivencia intergeneracional: una forma de trabajar la empatía

21 de junio de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Por: Carla Martínez

Felizmente, la investigación pedagógica y psicopedagógica ha llegado a un punto en el que la diversidad de inteligencias que un individuo posee, se reconocen y validan. Poco a poco, el paradigma de la inteligencia matemática que prima sobre el resto, se va deslavando y cediendo paso a un reconocimiento del resto de habilidades y potencialidades de los individuos.

Sin embargo, no es fácil abrir el camino a la enseñanza (sobre todo dentro del aula) a habilidades que mucho tiempo se creyeron como algo que se poseía o no de forma innata. Dentro de estas habilidades, y entre las que se consideran como pilares de la inteligencia emocional, se encuentra la empatía.

Son muchas las estrategias dentro del aula que pueden resultar útiles y válidas para cimentar este tipo de conductas. Evidentemente, resultaría un despropósito pretender que sólo dentro del salón de clases puede lograrse un aprendizaje completo de este tipo de habilidades sin un adecuado refuerzo en casa, pero sí es posible implementar estrategias que incidan positivamente en el proceso.

¿Enseñar empatía?

La idea de enseñar la empatía puede resultar extraña si pensamos en la empatía como un talento innato que se tiene o no. Pero investigaciones más recientes muestran que la empatía es un fenómeno complejo que sí incluye ciertas habilidades que se aprenden. Entre éstas están:

  • La consciencia de lo que sentimos internamente y la habilidad de distinguir los propios sentimientos de los de los demás.
  • Ver las cosas desde la perspectiva del otro (es decir, ponerse en los zapatos del otro).
  • Ser capaz de regular la propia respuesta emotiva ante lo que sucede.

A primera vista estas habilidades parecen muy simples: elementos básicos de las habilidades sociales que adquirimos al crecer de forma casi automática. Pero también es verdad que incluso los adultos podemos tener problemas con este tipo de habilidades. Un ejemplo sería una situación en que una persona se siente incapaz de ayudar a otra que está herida: no porque sienta asco o miedo, sino porque no es capaz de administrar sus propias reacciones ante el dolor y el sufrimiento del otro. La empatía vendría a ser entonces algo que no se maneja en “negro” y “blanco”. Hay grados de empatía y es por ello que tanto en la familia como en el aula es posible reforzar este aprendizaje. ¿Cómo docentes podemos incidir positivamente en este proceso? Aquí algunas claves que pueden resultar útiles:

  1. Hacer caso, poner atención a las necesidades emocionales de un niño (tanto en casa como en la escuela) le permite aprender que las emociones son importantes: las suyas y las de los demás.
  2. Se pueden tomar las experiencias cotidianas dentro del aula para presentar e inducir ideas de reconocimiento de las emociones del otro: cuando hay un compañero enfermo, cuando algún miembro de la clase está pasando por la pérdida de un familiar o simplemente cuando un niño pasa por una situación de estrés.
  3. Ayudar a los niños a descubrir lo que tienen en común con los demás. En este sentido, es interesante exponer a los pequeños a personas con las que aparentemente no tienen “nada” que ver: niños que provengan de otro país, adolescentes, adultos mayores. Y es justo en este detalle del aprendizaje en el aula de la empatía que queremos poner un pequeño acento.

Relaciones intergeneracionales en el aula

El exponer al niño (o a un adolescente) a una situación en que convive con personas diferentes le permite enriquecer mucho sus niveles de empatía, que como veíamos, es uno de los pilares de las habilidades sociales e inteligencia emocional que un adulto debería tener para desenvolverse saludablemente en distintos entornos sociales. Sin embargo, a veces los entornos en el aula están diseñados al contrario: un grupo de pequeños de la misma edad, del mismo barrio, que comparten en cierta medida una historia común.

Es por ello que un factor disruptivo como traer a adolescentes de 14-15 años a realizar actividades de pintura con una clase de niños de entre 3 y 5 años puede resultar una experiencia fascinante para ambos grupos de edad. Reconocer que pueden divertirse con las mismas cosas, que pueden reír juntos, abre las puertas a ese refuerzo en el aprendizaje de la empatía que puede ser tan benéfico.

Otra estrategia magnífica es integrar niños pequeños con personas de la tercera edad. Esta experiencia (explicada con mayor profundidad en el vídeo que encontrarás a continuación) es sólo un ejemplo más de diversas iniciativas que se llevan a cabo en territorio español, ya sea logrando una colaboración institucional entre una residencia para adultos mayores y la escuela, o invitando asociaciones de jubilados que realicen actividades culturales. Una clase de danza intergeneracional o el hecho de que los adultos mayores lean para los pequeños, sensibilizan a los niños ante el hecho de que hay personas diferentes a ellos, pero que se divierten igual. Verse en los ojos de otro no es sencillo, pero con este tipo de actividades dentro del salón de clases es más fácil incidir positivamente en el aprendizaje de la empatía desde una edad temprana.

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/la-convivencia-intergeneracional-una-forma-trabajar-la-empatia/

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Cuestión de educación, no de edad mínima de acceso

Por: Antonio Rial Boubeta 

Últimamente se me ha dado por participar asiduamente en jornadas, seminarios, tertulias radiofónicas y saraos de diversa índole en los que siempre, siempre, siempre alguien termina haciendo la misma pregunta: ¿A partir de qué edad es conveniente que los niños tengan móvil? Yo me pregunto si alguien se cuestiona a partir de qué edad pueden salir, beber su primera cerveza o tener su primer beso. «Cada casa é un mundo», diría mi madre. Por eso lo verdaderamente importante en cada uno de esos casos no es la edad concreta a golpe de calendario, sino más bien qué hemos hecho antes de ese momento y qué pensamos hacer a continuación, como madres y como padres.

Me aburre leer en los medios que la policía recomienda prohibir el uso del móvil antes de los 12 años y no permitir el WhatsApp hasta los 16, como si se tratase de una frontera exacta que pueda delimitar lo que puede o no puede hacerse, o como si fuese cuestión de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado sentar cátedra al respecto. Madres y padres debemos ser muy conscientes, eso sí, de que detrás del móvil hay un verdadero riesgo, no solo en los contenidos a los que nuestros hijos pueden acceder y la cantidad de líos en los que pueden meterse, sino sobre todo en lo que dejan de hacer y en lo que pueden llegar a convertirse. Algo tan aparentemente inocuo como un smartphone ha demostrado una capacidad enorme de influir en nuestras vidas. El móvil, queramos o no, puede modificar la rutina y el estilo de vida de grandes y menores mucho más de lo que podemos imaginar… y al final terminamos siendo lo que hacemos cada día, las cosas en las que ocupamos cada minuto y cada hora de nuestras vidas.

La clave, por tanto, no está en la edad a la que permitimos que nuestros cachorros tengan móvil, sino la educación (y también el ejemplo) que le proporcionemos y las pautas, normas y límites que establezcamos en el día a día. Una de las formas más básicas de educar consiste precisamente en establecer una buena rutina: en los horarios, en las comidas, en el sueño, en la higiene. Vivir y enseñar a vivir de una determinada manera. Paralelamente intentamos educar en valores y fomentar unas buenas habilidades de vida (asertividad, empatía, autonomía, solidaridad, respeto…).

El problema no son, por lo tanto, los móviles. El problema es que vivimos en una sociedad cada vez más individualista, estresada, atolondrada y despistada, en la que el lugar que ocupa la familia ya no es el que era y, a menudo, conscientes de nuestro error como padres e invadidos por un recurrente sentimiento de culpa, pretendemos sustituir la falta de atención a nuestros hijos con regalos, tablets y smartphones último modelo, que terminan por convertirse en nuestro peor enemigo. Sentido común, señores, que por desgracia es el menos común de los sentidos.

Fuente: http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2017/02/26/cuestion-educacion-edad-minima-acceso/0003_201702G26P14992.htm

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Kamikazes de la educación: la enseñanza a la contra

POR. MIKEL ALVIRA

Adiós a la clase magistral y la dictadura de las notas. Descubrimos otras formas de educar en las que prima la creatividad, la empatía y el respeto por el alumno

Alberto tenía 15 años cuando aterrizó en el colegio. Era despierto y amable; casi tanto como vago. Sólo le motivaba el balón del recreo. Repitió un curso; luego, otro. Nadie en el claustro apostaba por él. De no ser por el empeño de un tutor intuitivo y entusiasta que le dio el empujoncito necesario, Alberto habría abandonado los estudios. Aprobó selectividad por los pelos y entró con calzador en Empresariales. Fue entonces cuando descubrió que tenía un olfato especial para los números, una especie de talento no desarrollado. Hoy Alberto trabaja en el mundo de las altas finanzas, como analista, y sonríe agradecido al decir que, aunque en la escuela fue «de los torpes», el entusiasmo de aquel tutor le dio las alas necesarias para creerse capaz.

Con docentes entusiastas, la educación no es mera instrucción. Son los profes que se saltan lo convencional y relativizan la norma. Personas entusiasmadas que entienden que la labor en el aula se hace desde una perspectiva humana. Han desterrado la clase magistral y saben que, a nuevos tiempos, nuevos procedimientos. Se forman, reflexionan, nutren los foros y asisten a congresos, están a la última y, sobre todo, tienen una sensibilidad para la docencia. Son empáticos, creativos y flexibles. Son kamikazes de la educación, profesionales que apuestan por el cambio y hacen lo que haga falta con tal de sacar adelante a su alumnado. No se suicidan como hacían los aviadores japoneses, pero sí se dejan la piel innovando para que sus alumnos aprendan.

Como Jorge, que trabaja en un colegio concertado de Bilbao con alumnos susceptibles de convertirse en fracaso escolar. Ha rescatado del desván de su colegio un viejo escenario de guiñoles con el que monta obras de teatro para convencerles de que la asignatura de Lengua no es hacer análisis sintácticos, sino una excusa para aprender a comunicarse. Redactan los guiones, ensayan los diálogos, aprenden de los autores consagrados… Con la profesora de Tecnología preparan los decorados; con la de Plástica, los carteles que anuncian sus obras; en complicidad con el de Música, ensayan lo que será la banda sonora. Tal vez ninguno llegue a ser dramaturgo o actor, pero ganan en autoestima, en seguridad, en capacidad para relacionarse y, sobre todo, no tiran años por la borda siendo los parias del sistema.

Kamikazes como Marta, que en la asignatura de Filosofía de su colegio religioso de Valencia, monta el chill out de Sócrates para los debates, retirando pupitres y extendiendo cojines por el suelo. Con esa simple acción de cambio de escenografía, en lugar de caer en el desorden y el alboroto, principal temor de la Dirección de su centro, ha hecho que su alumnado participe desde la libertad, el respeto y el espíritu crítico, sintiéndose cómodos y, de alguna manera, recompensados. Dice que «el momento-cojín» es su particular cruzada, convencida de que el trinomio silla-mesa-pizarra no puede seguir siendo la única plataforma para aprender.

O como Javier, entusiasta profesor de matemáticas en la concertada en Madrid, que ha organizado una olimpiada de números simplemente sacando éstos de la pizarra y llevándolos a situaciones reales de la adolescencia: les habla de las pistas de skate, donde encuentran parábolas, poliedros, paralelas y diagonales, dimensiones, volúmenes y trayectorias. O como Natalia, que desde su asignatura de Historia del Arte les provoca manteniendo un blog cooperativo que se llama Los diez hilos de Aracne, mediante el que han creado una comunidad de aprendizaje que se escapa de los muros físicos del colegio.

DESARROLLAR COMPETENCIAS

Lo que la sociedad de este siglo ofrece y demanda a los niños y jóvenes es diferente a lo que ofrecía y pedía hace un par de décadas. Todo evoluciona, no hay duda, y también la forma de aprender. Nuestros hijos no sólo pueden aprender de otra manera, sino que deben aprender de otra manera para adaptarse al mundo del siglo XXI. Acabarán empleados en puestos de trabajo que ahora ni siquiera sospechamos, donde van a necesitar cualidades distintas a las del pasado. Se acabó el modelo tradicional. El escenario es otro y, por lo tanto, también el guión.

Ya no se trata de enseñarles sino de que aprendan. Educar no es transmitir conocimientos ni adoctrinar, sino contribuir a que cada persona desarrolle sus competencias al máximo posible.

¿Y de qué hablamos cuando decimos competencias? Inteligencias y competencias podríamos concluir que son lo mismo; no lo son exactamente, pero sirve para entendernos. Hablamos, pues, de desarrollar todas las dimensiones de la persona, no sólo la cognitiva. Es decir, desarrollar todas las inteligencias y no sólo la académica. Es lo que defiende Howard Gardner, uno de los más prestigiosos estudiosos de este tema. Según él, la inteligencia no se concibe como una única inteligencia global, sino que existen distintos tipos de inteligencias.

Por lo tanto, un profesor lo que tiene que hacer es propiciar situaciones en las que esas distintas inteligencias se desarrollen al máximo. Se suele denominar «trabajo por competencias» y es el marco en el que ahora los colegios desarrollan su actividad. Proyecto educativo, espacios físicos, metodología y talante del profesorado caminan de la mano para que esas competencias sean el motor de la acción en el aula. Un ejemplo puntero es el barcelonés Colegio Montserrat, que bebe directamente de las teorías de Howard Gardner.

ACOMPAÑAR

En el instituto de secundaria Hjalmar Lundbohmddkolsn de Kiruna tienen el Círculo Polar Ártico tan próximo que las auroras boreales no se estudian porque son parte del paisaje. Las aulas cuentan con radiadores para calentar los guantes, y en los pasillos, junto a las taquillas, vemos armarios para la ropa de nieve. Un grupo de estudiantes dialoga en los sofás del fondo de la sala. Hay mesas, sí, pero dispuestas de cuatro en cuatro y no obligatoriamente mirando a la pizarra; también hay un pequeño escenario, una biblioteca y una alfombra. Es Suecia, es la Escuela nórdica, y obtienen resultados muy por encima de la media europea. Quizás no sólo por cómo conciben el aula, pero también.

En Suecia, como en Finlandia, además de clases flexibles y amables, hay otro factor que hace que su sistema sea admirado: priman desde muy pequeños el esfuerzo, el trabajo cooperativo y la responsabilidad. Un estudiante nórdico es, sobre todo, un estudiante autónomo.

Óscar, coordinador de Bachillerato en un centro salesiano, lo sabe bien. No es Suecia, no es Finlandia, pero entiende que, como allí, el esfuerzo, la generosidad y la responsabilidad son valores que no pueden improvisarse en la adolescencia. Por eso, cuando se dirige al claustro con entusiasmo para transmitir los excelentes resultados de selectividad, asegura que el éxito es un éxito de todo el centro, no sólo de los últimos cursos. El trabajo con el alumnado empieza en Educación Infantil, dice, pues es ahí donde comienza el acompañamiento y el desarrollo de las inteligencias.

Viajamos a Canadá. Llueve al otro lado de los cristales en el Cobequid Educational Centre, el High School de Truro, en la región de Nueva Escocia. Están en sus 20 minutos diarios de lectura, el reading-period, y no se oye ni una mosca. Cuando suene la música (sustitutiva del timbre), irán a las clases, donde, por encima de todo, se sentirán protagonistas de su propio desarrollo, pues cursarán las asignaturas que el sistema les hace elegir casi «a la carta» para fomentarles autonomía y responsabilidad. Canadá tiene claro que el trabajo por competencias es un camino de acompañamiento a fuego lento. Sea o no por ello, lo cierto es que es un país a la cabeza en resultados preuniversitarios.

El logro de los sistemas educativos nórdicos y canadiense, junto a los de Corea del Sur, Japón o Israel, es una combinación de varios factores. Por un lado, la idea de la Educación como un valor social, con leyes educativas que no dependen de los cambios de Gobierno. Por otro, el hecho de que los planes de estudios vayan dirigidos al desarrollo global de cada estudiante. Y todo eso, en manos de un profesorado cualificado y con prestigio social.

En España hay también muchos ejemplos de este nuevo enfoque. Me refiero no sólo a casos puntuales de profesores entusiastas, sino a los colegios que se lanzan hacia una nueva manera de entender el aprendizaje. Son todos los centros que apuestan por la educación integral del alumnado. Proyectos educativos como los inspirados en la pedagogía de Montessori o el Modelo Pentacidad demuestran que el paradigma está cambiando. Colegios como Meres, Lauaxeta o San Patricio son sólo botones de muestra. Referentes como César Bona o José Antonio Marina, con sus publicaciones, o reflexiones como la que se hace desde Fábrica de Valientes, evidencian, asimismo, que existen buenas prácticas, héroes del aula y ganas de cambiar las cosas.

APROBAR O APRENDER

Lo importante es aprender, pero aprender no es ir aprobando exámenes. Aprender es construir un conocimiento, unas habilidades y unas actitudes. Si aprenden, aprobarán, pero no siempre que se aprueba es porque han aprendido. Desgraciadamente, muchas veces se aprueba por simple memorística, olvidando lo estudiado para el examen en cuanto éste se ha realizado. De hecho, si preguntamos al alumno si prefiere aprobar o aprender, suele responder que prefiere aprobar. Sobre esto habla Carlos Magro, de la Asociación Educación Abierta. Además, podemos obtener una segunda lectura: el miedo no es miedo a suspender, sino a las consecuencias, y al «te voy a quitar del deporte», «estarás un mes sin salir» o, peor aún, miedo al «me has fallado». Es decir, no aprobar les convierte en víctimas de la nota pues, como sanción, se pierden aficiones, espacios de socialización o fuentes de autoestima.

Ricardo es un profe de la escuela pública que busca poner en valor al alumno, por lo que el mensaje es siempre el mismo: las calificaciones no tienen que condicionar las actividades fuera del horario escolar. Piensa que no se debe privar al niño de ocasiones de socialización, desarrollo, superación… Quitar a un alumno sus fuentes de esparcimiento o de aprendizaje porque ha suspendido es un error tan mayúsculo como pensar que lo que tiene que hacer es «estudiar más». Quizás lo que haya que conseguir es que «estudie mejor», así que no le apartemos de lo que le completa como persona, ya sea practicar un deporte o una afición. Ricardo, aunque a veces discrepa con los compañeros, irradia tal pasión cuando habla, que sus alumnos, además de avanzar en sus asignaturas, continúan adelante con su vida extraescolar.

Ana, tutora de Primaria en un colegio cooperativa de enseñanza, también lo tiene claro. Educar ya no es transmitir información para que luego la repitan en un examen; educar es acompañar para que sepan cómo usar esa información, convirtiéndola en conocimiento. Mediante la evaluación, no se trata de diagnosticar lo que no dominan sino de que ellos reconozcan sus fortalezas, sus debilidades y sepan buscar maneras de mejorar. Para lograrlo, Ana se basa en la autoevaluación como complemento de la evaluación tradicional; también, en la evaluación entre compañeros de clase. Lo hace desde la confianza en sus alumnos, porque está convencida de que dándoles esta oportunidad, aprenderán a conocerse a sí mismos y a tener criterio.

Lo que importa es la persona, no sus notas. De hecho, nadie quiere un hijo con matrícula pero infeliz. El día que comprendamos que lo importante es la globalidad, y no sólo el expediente académico, nos relajaremos frente a las vacas sagradas del sistema educativo: las calificaciones. Hasta ese día, los kamikazes seguirán apostando por la persona como medida de todas las cosas.

Fuente: http://www.elmundo.es/vida-sana/familia-y-co/2016/11/13/5825942be2704e64678b46d5.html

Imagen: e04-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2016/11/11/14788569776904.jpg

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