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Quién es Elisa Loncon, la profesora mapuche elegida presidenta de la Convención Constituyente de Chile

Se tituló como profesora de inglés de la Universidad de La Frontera, en La Araucanía, y cuenta con estudios de posgrado en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya y en la Universidad de Regina en Canadá. También posee un doctorado en Humanidades por la Universidad de Leiden y un doctorado en literatura en la Universidad Católica. Nacida en Traiguén en la región de La Araucanía, en el sur de Chile, bastión mapuche, vivió su infancia en la comunidad Lefweluan. Con mayoría absoluta, Loncon, profesora indígena mapuche y lingüista, fue elegida para presidir una asamblea que planteará el reconocimiento de los pueblos originarios en Chile.

En una decisión cargada de simbolismo y reflejo del espíritu de la nueva Convención Constituyente inaugurada este domingo en Chile, Elisa Loncon fue elegida presidenta del órgano que debe redactar una nueva Constitución.

Los 155 miembros de la Constituyente que harán la nueva Constitución de Chile eligieron este domingo a Loncon, una mujer indígena de 58 años, para presidir el órgano que creará la nueva Carta Magna, la que debe sustituir a la actual, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Loncon, una profesora, lingüista y activista mapuche -la etnia indígena mayoritaria en Chile-, fue elegida por mayoría absoluta (96 votos) en segunda vuelta en la sesión inaugural de la Convención, que se detuvo durante casi una hora por la protesta de un grupo de constituyentes tras los enfrentamientos en el centro de Santiago entre policía y manifestantes.

«En estos momentos en los que todos los pueblos esperan lo mejor de nosotros agradezco los apoyos otorgados hasta ahora. Juntos podremos construir el Chile plurinacional que soñamos», expresó Loncon en su cuenta de twitter este domingo.

Loncon Antileo, de 58 años, es madre, profesora, defensora de los derechos lingüísticos de los pueblos originarios, nació en la comunidad mapuche Lefweluan, comuna de Traiguén, Provincia de Malleco, en la Araucanía. Su lengua materna es el mapudungun, habla, además, castellano e inglés.

Durante la dictadura cursó sus estudios primarios y secundarios en Traiguén, ingresó a la Universidad de la Frontera en Temuco graduándose de Profesora de Estado mención en inglés, vivió en el hogar universitario mientras trabajaba para aportar en su mantención durante las vacaciones como asesora del hogar.

Nació en la comunidad mapuche Lefweluan, comuna de Traiguén, Provincia de Malleco, Región de la Araucanía.

Posee un magíster en Lingüística de la Universidad Autónoma Metropolitana de México y Doctora en Humanidades en la Universidad de Leiden, Holanda, así como el Doctora en Literatura de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Además, cursó postítulos en el Instituto de Estudios Sociales de la Haya (Holanda) y en la Universidad de Regina (Canadá).

Actualmente se desempeña como académica del Departamento de Educación de la Universidad de Santiago de Chile, como profesora externa de la Pontificia Universidad Católica de Chile y es coordinadora de la Red por los Derechos Educativos y Lingüísticos de los Pueblos Indígenas de Chile.

Ha dedicado su vida profesional al rescate de las lenguas indígenas, al sistema lingüístico del mapudungun, las metodologías de enseñanza, así como el diseño curricular de la asignatura de lengua mapuche. Además, ha publicado libros y artículos académicos referidos a la filosofía y las lenguas indígenas, fundamentalmente del mapudungun.

Participó de diversas organizaciones sociales mapuche desde su infancia, en la universidad lo hizo en grupos de estudiantes indígenas y del Teatro Mapuche Admapu, fue miembro activo del Consejo de Todas las Tierras destacando en la creación de la Bandera Mapuche y la recuperación de tierras indígenas.

El compromiso social de Elisa Loncon Antileo fue heredado de su familia y comunidad. Su bisabuelo, de apellido Loncomil luchó contra la ocupación militar del wallmapu y fue aliado de José Santos Quilapan (1840-1878) reconocido como el último lonko que resistió la ocupación de La Araucanía y derrotó al ejército chileno, en Quechereguas (1868) entre otras múltiples aportes a la defensa del pueblo y territorio mapuche.

Es la cuarta de siete hermanos y hermanas, su bisabuelo paterno, como líder de su comunidad, participó en las recuperaciones de tierras previo a la reforma agraria de los años 60.

Su madre, Margarita Antileo Reiman, en la década del 70 participó de la experiencia de autogestión territorial en Lumaco-Quetrahue. Por los mismos años, su padre, Juan Loncon, fue militante socialista y candidato a diputado por la USOPO. La agricultura y la construcción de muebles, son algunos de los oficios que la madre y el padre de Elisa cultivaron durante su vida. Después del Golpe de Estado su familia fue perseguida y su abuelo materno, Ricardo Antileo, líder de la zona Lumaco-Quetrahue fue encarcelado por la dictadura cívico militar por dirigir la recuperación de tierras a fines de los años 60 y comienzos de los años 70.

Elisa tiene siete hermanas y hermanos, uno de ellos abogado y militante del PPD, otra hermana es hablante e intérprete de mapudungun y trabaja en literatura mapuche, con todos hay colaboración en el rescate de la lengua y la reivindicación de los derechos de las naciones originarias.

*En su época universitaria, Loncon participó de la lucha contra la dictadura en diversas organizaciones estudiantiles de izquierda y mapuche. El año 1983 por participar en las movilizaciones estudiantiles, junto a un centenar de compañeros universitarios quedaron como estudiantes condicionales en la universidad. En su labor como lingüista y defensora de los derechos de los pueblos originarios abraza las luchas de otros pueblos de América Latina donde se le reconoce su contribución sobre los derechos lingüísticos de las naciones originarias del continente.

Elisa Loncon, desde su rol de mujer y educadora mapuche, ha promovido la educación intercultural bilingüe en la Ley General de Educación y presentó el proyecto de ley de Derechos Lingüísticos para los pueblos indígenas. Lidera actualmente la reivindicación de los derechos de las mujeres indígenas desde la filosofía mapuche, los derechos colectivos en clave feminista y desde la descolonización.

Sus primeros pasos como profesora los realizó en la enseñanza del inglés y mapudungun fundamentalmente en la región de la Araucanía, colaborando con el Ministerio de Educación, la UNESCO, las universidades del Bío-Bío, La Frontera, Católica de Temuco, entre otras.

En el extranjero asesoró la Coordinación General de Educación Intercultural Bilingüe de la Secretaría de Educación Pública SEP México, incorporando el enfoque de la educación intercultural en el currículo nacional de la Educación Secundaria en México.

Desarrolló múltiples investigaciones sobre la morfología y aspectos del mapudungun, metodologías de enseñanza del mapudungun, el uso de la tradición oral en los procesos de enseñanza de la lengua y la reivindicación de los derechos de los pueblos a la lengua, la autodeterminación, la interculturalidad, la plurinacionalidad y el goce pleno de los derechos como naciones originarias.

Cabe mencionar que el acuerdo entre partidos es que la presidencia de la Convención vaya rotando, aunque aún no está definido cuánto duraría cada período al frente de la asamblea.

Elección simbólica

Su elección es simbólica debido a que uno de los principales debates para redactar la nueva Carta Magna es el reconocimiento de los pueblos indígenas

La definición de los derechos para las comunidades originarias y el debate sobre un Estado plurinacional es uno de los temas fundamentales de la Convención.

La Convención Constitucional instalada este domingo incorpora a 17 representantes indígenas pertenecientes a los diez pueblos originarios chilenos reconocidos por el Estado, entre ellos, los mapuches, aimaras, quechuas y diaguitas.

Entre las demandas de estas comunidades está la de crear un Estado plurinacional, con el que se acepte su autonomía y sus derechos. Además, plantean la necesidad de contar con garantías en términos territoriales y el reconocimiento de su cultura y su lengua, entre otras cosas.

«Este es un tema grande, que va a costar, donde habrá que hacer mucha reparación histórica. Y obviamente es complicado, porque toca derechos de propiedad. Pero es fundamental. Los modelos de Nueva Zelanda y Canadá son los más interesantes», propuso hace unas semanas en conversación con BBC Mundo Juan Pablo Luna, doctor en Ciencia Política y profesor en la Universidad Católica de Chile.

Chile y Uruguay son de los pocos países de América Latina que carecen de un reconocimiento explícito de los pueblos indígenas en su Carta Fundamental.

En la otra vereda están Bolivia y Ecuador, dos naciones que no sólo reconocen a estos pueblos, sino que han optado por consagrar el carácter plurinacional del Estado en sus Constituciones.

Gráfico de la conformación política de la Convención Constituyente

Luna dice que el resultado sobre la inclusión de derechos garantizados y reconocidos en la Constitución para las comunidades indígenas no representa sólo un fuerte efecto simbólico.

«Hay varios países de América Latina que incorporaron esos derechos y que hoy se hacen justiciables como ocurre en Brasil o Colombia, donde la salud se empieza a litigar en cortes a partir de su reconocimiento como un derecho constitucional», recuerda.

Fuente: https://www.elmostrador.cl/nueva-constitucion/2021/07/04/quien-es-elisa-loncon-la-profesora-mapuche-elegida-presidenta-de-la-convencion-constituyente-de-chile/

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Las Hurdes: de tierra sin pan a tierra de mujeres

El libro “Las Hurdes: Tierra de Mujeres”, publicado por la asociación AlmaHurdes y que va ya por la tercera edición, cuenta en primera persona las vivencias de las mujeres hurdanas de la generación que encontró Buñuel cuando realizó su famoso documental sobre la comarca extremeña.

“Nací en la provincia de Salamanca y en Ciudad Rodrigo me echaron al hospicio. De allí me trajeron a Riomalo de Arriba y me criaron de teta. El gobierno le daba una paga a las mujeres que criaban a uno de esos niños. Luego, la que quería se quedaba con él y la que no podía, porque tenía familia, lo devolvía al hospicio cuando lo destetaba”. Así comienza la historia de Melinda Martín Gil, una de las 27 protagonistas del libro “Las Hurdes: Tierra de Mujeres”. Melinda fue una de las que devolvieron al hospicio, aunque luego, a los dos años, volvió a ser recogida por otra familia hurdana convirtiéndose en lo que se conocía en aquella época (años 30) como niña pila de pan (pilos de leche para los lactantes). Melinda dice que tuvo suerte porque la madre que la crió la quería. Desde niña trabajó los helechos, como el resto de la familia, con el que se hacían las camas. Vivían de los huertos y de las cabras, durante la guerra siempre había castañas para comer. La vida era trabajar y los domingos, al llegar de pasar todo el día en el monte con las cabras, Melinda se preparaba y se iba al baile. Allí conoció a su marido con el que se casó a los 18 años. Después venían los hijos: “Las mujeres iban a recoger al niño. A mi Pili me la cogió Metria, una mujer que se fue a vivir para Miranda. A todos los demás me los recogió Juana. Ellas les cortaban la vida, los lavaban y los vestían. Tuve ocho partos en casa y todos nacieron bien”. Aunque el hijo más pequeño se le murió a los dos años de bronquitis, otro de sarampión a los tres años y su mellizo también de meningitis.

Era una vida sin relojes, Melinda dice que el primero que tuvo se lo trajo su hijo cuando se fue a trabajar a los pinos en Navarra. Ella nunca salió de Extremadura. Normalmente eran los hombres los que emigraban y las mujeres se quedaban en la casa a cargo de todo: la casa, los mayores, los huertos, los animales y los hijos.

Como este testimonio el libro recoge también el de Marina Mateos Sánchez, Emérita Martín Moriano o Mercedes Gordo Hernández, por citar solo algunos nombres. Todas ellas hurdanas nacidas entre los años 20 y 40, la generación de nuestras abuelas. Mujeres valientes que vivieron una vida que nos parece imposible ahora. En un territorio físico muy particular (“aisladas del mundo por montañas de difícil acceso, cubiertas de tupidos matorrales de brezo y jara“) y con unas condiciones socioeconómicas distintas de las que había en el resto del país.

Para las personas que nunca visitaron esta comarca extremeña, Las Hurdes se sitúa en el norte de la provincia de Cáceres, limítrofe con la provincia de Salamanca. En la actualidad viven en ella unos  6.000 habitantes distribuidos en 40 núcleos de población, muchos aún de la apicultura y otros tantos también del turismo. Que es un lugar mágico lo dijeron ya Lope de Vega, Unamuno, Buñuel y un sinfín de fotógrafos, músicos y pintores que se acercaron a Las Hurdes atraídos por una leyenda construida al amparo de la miseria del lugar y de la atracción poderosa que ejerce la naturaleza en las personas que allí habitan.

Miguel de Unamuno lo resumió en una frase: “Si en todas partes los hombres son hijos de la tierra, en Las Hurdes la tierra es hija de los hombres”.

El libro

Pero como suele pasar con las leyendas, las mujeres quedaron olvidadas. Así nos cuenta Jesús M. Santos que surge la idea del libro ”Las Hurdes: Tierra de Mujeres“, un trabajo colectivo realizado por la asociación cultural AlmaHurdes: “ la frase de Unamuno ocultaba, tras el genérico “los hombres”, a quienes más han tenido que trabajar por la pervivencia de la comarca. Las mujeres la han mantenido viva y en pie. Los varones se vieron obligados en su mayoría a la emigración y a ellas les correspondió la atención de los hijos, de la casa, de los mayores, de los huertos y el ganado; hacían y acarreaban el carbón, recogían el estiércol de las caballerías para abonar el huerto… Ellas mantuvieron también las tradiciones y los valores de una vida de escasez y abnegación, e incluso, muchas veces, de pobreza”.

En sus más de 300 páginas se respira esa vinculación íntima de las mujeres con la tierra, una tierra áspera, poco fértil, con cultivos en bancales, cuyo trabajo había que combinar con el cuidado de las cabras y las abejas. Los testimonios están recogidos con mimo, Jesús dice que las mujeres colaboraron activamente en la corrección de los textos, y aunque recuerdan momentos de verdadera dureza, siempre transmiten una nota de buen humor y optimismo.

Aún así, como señala Jesús, la lectura del libro no deja lugar para la nostalgia: “ Se vivía mucho peor. Los mayores se sienten orgullosos de las generaciones más jóvenes. Hay algo, sí, que echan en falta: el compromiso con los vecinos, la actitud más proclive a la solidaridad y a la empatía. Incluso en este territorio tan concreto y reducido se alude al creciente individualismo, a cierto aislamiento, a la pérdida de un sentimiento de pertenencia a una comunidad más fuerte, intensa e íntima”.

Tierra con alma

Aunque el libro se centra en el testimonio oral de sus protagonistas, la inclusión de sus retratos, obra del fotógrafo alicantino José Benito Ruíz, permite acceder a la personalidad de las entrevistadas desde otra perspectiva. No fue tarea fácil, señala Jesús, “dado el carácter reservado de la mujer hurdana”. A la postre, y así se vio el día de la presentación del libro en Pinofranqueado, las mujeres se sintieron reconocidas, admiradas y queridas al ver sus retratos expuestos. La exposición que acompaña el libro, que estuvo en Cáceres hasta la semana pasada, ha tenido una muy buena acogida y ha generado buenos debates, no solo acerca del pasado de Las Hurdes sino sobre su identidad y proyección futura.

La asociación cultural AlmaHurdes trabaja ya desde hace unos años para dinamizar la vida cultural de la comarca. Formada por una veintena de voluntarios y voluntarias, organizan exposiciones, charlas y caminatas en la zona. Como dice el presidente de la asociación, Jesús M. Santos, “Las Hurdes son un territorio físico, pero también un espacio emocional cargado de símbolos con capacidad para dinamizar su reconocimiento e incluso su propia economía”.

Transformada por la reforestación y acosada por los incendios, esta tierra ha podido mantener la riqueza de su flora y su fauna. Algunos pueblos conservan pequeños núcleos de arquitectura tradicional, pequeñas viviendas levantadas con la técnica de la piedra seca, la superposición de pizarras sin argamasa, que caracterizan los espacios más representativos de aquella manera de convivir entre las personas y, con frecuencia, el ganado.

“Recorrer Las Hurdes en este tiempo es un ejercicio formidable para comprender la relación entre el ser humano y la naturaleza” – concluye Jesús-. “Ese es el elemento central que ha elevado a la comarca a la condición de símbolo, de metáfora de la España rural o vacía. La leyenda que ella ha suscitado se ha amplificado a través de los escritores, los artistas, los fotógrafos o los cineastas que la han recorrido y la han recreado para convertir ese territorio singular en un mito”.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/saltamontes/las-hurdes-de-tierra-sin-pan-a-tierra-de-mujeres

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El papel de las mujeres en el Parlamento nacional de Uzbekistán

Uzbekistán se posiciona como un país que está experimentando importantes cambios con la llegada al poder del nuevo líder Shavkat Mirziyoyev, que asumió la presidencia a finales de 2016.

Tanzilya Narbayeva, Presidenta del Senado del Parlamento de la República de Uzbekistán, dijo que el Presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev, presta especial atención a aumentar el papel de las mujeres en la vida política y pública del país. «Esta es una de las principales prioridades de la política del jefe de Estado. Cabe señalar que Uzbekistán ha tomado medidas activas para garantizar la igualdad de género en los últimos años». En particular, destacó que las autoridades uzbekas han adoptado una veintena de actos jurídicos para proteger y ampliar los derechos de las mujeres, han elaborado la Estrategia para lograr la igualdad de género hasta 2030 y han introducido un procedimiento especial según el cual todos los nuevos proyectos de ley se analizan desde la perspectiva de género. Además, Tanzila Narbayeva señaló que el número de mujeres en el gobierno, su participación en los asuntos públicos y la toma de decisiones está aumentando. La representación de las mujeres en puestos de responsabilidad y liderazgo ha alcanzado el 26,6%. El número de mujeres en el nuevo parlamento se ha duplicado. Actualmente, el Parlamento de Uzbekistán ocupa el puesto 37 entre los 190 órganos legislativos del mundo según este indicador.
Tanzilya Narbayeva, Presidenta del Senado del Parlamento de la República de Uzbekistán.
Tanzilya Narbayeva, Presidenta del Senado del Parlamento de la República de Uzbekistán.

 

El 22 de febrero de 2021, el Presidente de la República de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev, abordó la cuestión del género en el principal evento político anual -la 46ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU- entre las prioridades de las reformas democráticas en Uzbekistán y el trabajo del país en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, y dijo: «En materia de política de género tenemos la intención de aumentar radicalmente el papel de la mujer en la vida pública, política y empresarial del país».

Uzbekistán entiende firmemente que es imposible democratizar el desarrollo social sin la plena participación de las mujeres en la vida política.

El derecho de las mujeres a la plena participación en todos los ámbitos de la vida pública sigue siendo una cuestión fundamental abordada en las declaraciones y resoluciones de la ONU. En documentos como la Resolución 1990/15 del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, de 24 de mayo de 1990, la Declaración y Plataforma de Acción de Pekín, las Conclusiones Acordadas de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de 2006 y la Resolución 66/130 de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la mujer y la participación política, los gobiernos han pedido que se tomen medidas para aumentar sustancialmente el número de mujeres en puestos de elección y nombramiento en todos los niveles y ámbitos de la actividad pública y política para lograr una representación igualitaria de mujeres y hombres.

En Uzbekistán se han establecido mecanismos para garantizar y proteger los derechos de las mujeres, incluidos los derechos políticos, a nivel de legislación y política pública.

Con el fin de aplicar los instrumentos jurídicos (incluidos los internacionales) que establecen normas básicas de derechos humanos, el artículo 18 de la Constitución establece la igualdad de los sexos ante la ley y prohíbe tanto la discriminación por razón de sexo en el ejercicio de los derechos y libertades como su restricción. Según la Constitución, los ciudadanos de Uzbekistán tienen derecho a participar en la gestión de los asuntos de la sociedad y del Estado tanto directamente como a través de sus representantes. Esta participación se ejerce a través del autogobierno, los referendos y la formación democrática de los órganos del Estado, así como el desarrollo y la mejora del control público sobre las actividades de los órganos del Estado.

La continuación lógica de las disposiciones de la Constitución se refleja en la legislación electoral.

En particular, el Código Electoral y la Ley de Referendos estipulan que los ciudadanos de Uzbekistán que hayan cumplido 18 años el día de la votación tienen derecho a participar en las actividades electorales estipuladas por la ley y en otras elecciones y en los procedimientos de preparación y celebración de referendos. Además, tienen derecho a votar y a participar en los referendos independientemente de su origen, situación social y patrimonial, pertenencia racial o étnica, sexo, educación, lengua, actitud ante la religión o tipo o naturaleza de la ocupación.

Así, de hecho, la participación de las mujeres en el proceso electoral en Uzbekistán en cuanto a su regulación legal no difiere de la de los hombres.

La Ley de la República de Uzbekistán «Sobre las garantías de la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres y los hombres» garantiza la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres y los hombres a la hora de ser elegidos para los órganos representativos del poder, así como cuando los partidos políticos proponen candidatos a diputados.

El Código Electoral mejora aún más las oportunidades de participación de las mujeres en todas las etapas de la preparación y realización de las elecciones.

Con el código, las mujeres pueden tener un impacto real en la toma de decisiones políticas. La participación de las mujeres en las elecciones les da acceso a la representación en el gobierno.

No hay restricciones para que las mujeres se presenten a las elecciones, hagan campaña o sean elegidas para cargos representativos.

El Presidente de la República de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev, intervino en una ceremonia dedicada al Día Internacional de la Mujer en 2020: «Actualmente, como resultado de las reformas democráticas a gran escala en curso, la actividad de las mujeres en los procesos públicos y políticos está aumentando. Así lo demostraron, una vez más, las elecciones al parlamento del país y los kengashes locales del pasado diciembre».

Se observó que, por primera vez en la historia de Uzbekistán, los resultados de las elecciones se ajustaron a las recomendaciones de la ONU sobre la representación numérica de las mujeres en el parlamento nacional. Por el número de diputadas, el parlamento de nuestro país ha ascendido al puesto 37 entre los 190 parlamentos nacionales del mundo, mientras que hace 5 años Uzbekistán ocupaba el puesto 128 en esta clasificación.

La Ley de la República de Uzbekistán «sobre las garantías de la igualdad de derechos y oportunidades para mujeres y hombres» exige también un equilibrio de género en la administración elegida. La representación de las mujeres en los órganos electos, incluidas las comisiones electorales a todos los niveles, ha aumentado. Los cambios en la composición del CEC en 2019 supusieron un aumento del número de mujeres del 19% al 33%.

El aumento del papel de las mujeres en los procesos políticos en Uzbekistán y su mayor participación en la campaña electoral de 2019 también ha recibido el reconocimiento internacional.

El Informe Final de la Misión de Observación Electoral de la OSCE/OIDDH para las elecciones de 2019 destaca específicamente:

– Cumplimiento de la cuota de género del 30% del número total de candidatos nominados por cada partido; la nominación por todos los partidos de 310 candidatas (41%);

– El aumento del número de mujeres en la Cámara Legislativa (16%): el número de mujeres en el nuevo Parlamento se duplicó (48 mujeres, es decir, el 32%);

– Aumento del número de mujeres en los órganos electivos: en 2019, el número de mujeres miembros de la CEC aumentó de 3 a 7, las mujeres constituyeron la mitad de los miembros de las comisiones electorales de los distritos.

Entre los principales retos para lograr la participación igualitaria de las mujeres en la esfera política en Uzbekistán se encuentran la concienciación, la educación pública y cívica de mujeres y hombres para que comprendan mejor la importancia de la participación de las mujeres en los procesos políticos, la difusión de información sobre los compromisos y acuerdos internacionales y nacionales en materia de igualdad de género, incluida la legislación nacional, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, la Declaración y Plataforma de Acción de Pekín y los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Además, el fortalecimiento de las organizaciones de mujeres existentes, las organizaciones de la sociedad civil, los medios de comunicación y el mundo académico para aumentar la participación política de las mujeres a través del intercambio de prácticas y mejores prácticas son áreas importantes de trabajo. Así como garantizar una representación equitativa de mujeres y hombres como candidatos u otras figuras políticas en la cobertura de los medios de comunicación.

En general, en los últimos años en Uzbekistán se ha hecho un enorme trabajo para garantizar la igualdad de género y la participación de las mujeres en la vida pública, política y empresarial del país. Y ese trabajo continúa constantemente.

 

 

El papel de las mujeres en el Parlamento nacional de Uzbekistán

Fuente: https://www.elmundofinanciero.com/noticia/94565/analisis-y-opinion/el-papel-de-las-mujeres-en-el-parlamento-nacional-de-uzbekistan.html

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Educación espacial y el futuro de las ciudades en África: Una entrevista con Matri-Archi Guarda esta imagen en tus favoritos

Dirigido por las diseñadoras arquitectónicas Khensani de Klerk y Solange Mbanefo, Matri-Archi es un colectivo con sede entre Suiza y Sudáfrica que tiene como objetivo unir a las mujeres africanas para el desarrollo de la educación espacial en las ciudades africanas. A través de la práctica del diseño, la escritura, los podcasts y otras iniciativas, Matri-Archi se enfoca en el reconocimiento y el empoderamiento de las mujeres en el campo de la concepción del espacio y la industria arquitectónica.

ArchDaily tuvo la oportunidad de hablar con las codirectoras del colectivo sobre el espacio hegemónico, la arquitectura informal, la tecnología, las idiosincrasias locales y el futuro de las ciudades africanas y globales. Lee la entrevista completa a continuación.

ArchDaily: Hablas con frecuencia de un «espacio interseccional» y de la necesidad que tiene para lograr un desarrollo progresivo en África. ¿Puedes contarnos más sobre este espacio interseccional? ¿Cómo lo catalizamos?

Matri-Archi: Para comenzar, tenemos que reconocer la raíz histórica de la interseccionalidad, originalmente citada en 1989 por la abogada afroamericana y teórica crítica de la raza Kimberlé W. Crenshaw. Esto, como un término que describe las dinámicas y rasgos en conflicto, que se pasan por alto dentro de grupos de identidad discriminados, que afirman su desventaja a través de fuentes de opresión que incluyen raza, clase, género, religión y otras características de identidad. Además, las estructuras institucionales desempeñan un papel consecuente como vehículos que infligen vulnerabilidad y discriminación mediante la retención del poder y la exclusión de los miembros no dominantes de la sociedad.

¿Puede nombrar diez ejemplos de arquitectas africanas negras de renombre mundial?

Presentamos esta pregunta retórica como una introducción para contextualizar la urgente condición contemporánea de reconocer esta crisis. Es visible también a través de fallas interseccionales en las construcciones sociales geopolíticas, particularmente dentro del ámbito arquitectónico. En este sentido, vemos el espacio interseccional como una respuesta, reaccionando al cambio de paradigma de transformación hacia futuros social y ecológicamente sustentables en el entorno construido.

Para Matri-Archi, el espacio interseccional es tanto parte del contexto como de la acción. El contexto globalizador en el que vivimos está creciendo en diversidad con las capas de culturas y estratos sociopolíticos que alberga el entorno construido. En este sentido, el espacio al que nos referimos es una superposición resultante de lo discursivo, lo digital y lo físico; afectados y a menudo informados por diseño.

Matri-Archi adopta un impulso colectivo para desmantelar, reparar y evaluar las fallas que están bloqueando el potencial de nuestra profesión para celebrar y desarrollar la diversidad dentro de la educación y la práctica espacial. Al ocupar y crear el espacio interseccional, el diseño puede fomentar relaciones simbióticas con interacciones humanas que reflejan un paisaje heterogéneo policéntrico en el que las ideas idiosincrásicas catalizan continuamente futuros compartidos no discriminatorios.

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Hogar; Ilustración de Matri-Archi (tecture). Diseño gráfico: Kizzy Memani, Phathu Nembilwi

AD: Su trabajo en Matri-Archi explora el ámbito de la educación espacial. ¿Qué quieren decir con educación espacial y por qué es tan importante para el desarrollo de las ciudades en África?

MA: Como lo vemos, la educación espacial es la piedra angular para explorar, apreciar y dar forma al entorno construido. La academia se ha mercantilizado en la condición capitalista contemporánea, nacida de injusticias históricas coloniales y empíricas. Por lo tanto, es inevitable que las herramientas y teorías de diseño, el contenido histórico, los métodos de construcción y otros medios de adquisición, asimilación y reproducción del conocimiento de lo construido no favorezcan el desarrollo de los futuros urbanos africanos.

Esta narrativa inquietante se anula hasta el punto de la ausencia en la escala institucional que despliega el desarrollo formal a través de la arquitectura, la planificación, la educación y la construcción. Por el contrario, la calidad espacial está determinada por sus usuarios: cómo ocupan, cómo usan y cómo tratan los espacios. Cualquiera que interactúe con el entorno construido es un usuario y contribuye a la calidad de ese espacio.

Esto trae a colación una dura realidad en el sentido de que la mayoría de los usuarios en condiciones urbanas, viven por debajo de la línea de pobreza en condiciones climáticas y culturales excluidas del discurso dominante. Como miembros de Matri-Archi que trabajamos en múltiples geografías, usamos nuestra ocupación, tanto del margen como del centro, dentro de las instituciones educativas entre lo binario del Norte y Sur Global con la intención de expandir el espacio interseccional. ¿Cómo? Utilizamos los recursos existentes en espacios restringidos como un medio para aumentar el reconocimiento de la diversidad en la praxis arquitectónica y, al hacerlo, intentamos reflejar el mundo diverso en el que vivimos, ampliando y explotando este binario problemático en sí mismo.

En este sentido, vemos la educación espacial como una herramienta para incrementar las intervenciones cualitativas en el desarrollo de las futuras comunidades africanas urbanas.

AD: ¿Creen que las etiquetas que configuran lo formal como efectivo y lo informal como ineficaz surgen en línea con el hecho de que la mayoría de los proyectos de arquitectura tienen el propósito de establecer un supuesto “orden” que no se encuentra en la informalidad? En otras palabras, ¿es necesario difamar al informal para que sea posible mantener el control de los cuerpos?

MA: Para nosotras, esta pregunta es retórica y, a menudo, agotadora al tener que justificar. Aunque, de hecho, la falta de una percepción alternativa de la informalidad crea un informe arquitectónico continuo para mapear los fenómenos intangibles que impulsan los mercado y las vidas informales, en las que vive la mayoría de la población mundial. Más aún, este debería ser un punto de responsabilidad a quienes viven en condiciones formales e instituciones en las que los recursos humanos y ambientales del mundo informal, mantienen las ganancias y el status quo del mundo formal. Sin la explotación de las comunidades pobres, el desarrollo histórico del Norte Global dejaría de existir y también la desigualdad contemporánea. Intentar remediar la desigualdad y la injusticia histórica, que consideramos que funcionan a la inversa, es apartarse de la comprensión espacial de la informalidad.

La arquitectura, como profesión tanto de proyectos como de servicios, eventualmente deberá responder a las crecientes presiones y necesidades del supuesto mundo informal que constituirá la mayoría de la población urbana para 2050.

De nuestras investigaciones de los patrones nómadas urbanos en Johannesburgo, con un enfoque particular en las necesidades de infraestructura de las mujeres que comercian en los nodos de transporte informal; también vemos los mercados informales como sistemas que son extremadamente creativos para canalizar y movilizar personas, bienes y servicios de formas completamente alternativas, y, a menudo, no registradas. La mera existencia de tales sistemas destaca una de las muchas grietas en nuestra creencia de que la formalidad es normativa.

Con el tiempo, estos sistemas se cruzarán cada vez más hasta un punto incontrolable, definiendo el papel de los profesionales e investigadores espaciales como socialmente competentes y pluridisciplinarios, lo que nos parece emocionante. Nuestros persistentes intentos de desafiar estos binarios sistémicos esperan alentar un cambio del diseño que se aleja de la complejidad de la informalidad, a un diseño que sea proactivo en la optimización de aspectos de la informalidad que pueden resultar en la promoción activa de la dignidad espacial, que eventualmente se convertirá en un incentivo. si las trayectorias de la población son realmente ciertas.

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Explorando nuestro (s) conocimiento (s); ilustración de Matri-Archi (tecture). Diseño gráfico: Kizzy Memani, Phathu Nembilwi

AD: La arquitectura informal mantiene una mayor libertad de cambio en el objeto construido que, de alguna manera, puede adaptarse con mayor facilidad a diferentes ocasiones. ¿Qué pueden aprender las(os) arquitectas(os) de esto y cómo pueden intervenir, si es necesario, sin desfigurar sus principales características?

MA: Haciendo eco de la Arquitectura sin arquitectos de Bernard Rudofsky, “La arquitectura vernácula no pasa por los ciclos de la moda. Es casi inmutable, de hecho, imposible de mejorar, ya que cumple su propósito a la perfección «.

Estaríamos de acuerdo en que las formas arquitectónicas derivan de una improvisación informal de utilizar e interactuar con el entorno. En antropología, el término «patrones culturales» elabora cómo la repetición natural de un acto lo convierte en un hábito. Si se demuestra que es más eficaz y/o superior a otras tendencias, se convierte en una práctica socialmente fomentada, en una cultura, en una norma y, finalmente, en una metodología que luego se enseña a las generaciones posteriores. El arte, el oficio o la ciencia de la enseñanza se apartaron de las pruebas informales antes de ser nominados al salón estático del dogma histórico. En otras palabras, una característica común de lo informal es el flujo. Los patrones que eventualmente podrían definir un objeto construido específico todavía se están transformando, lo que nos brinda espacio para aceptar el desafío de la libertad creativa.

Las necesidades de las personas y de las comunidades son uno de los mejores indicadores que determinan los parámetros de diseño, en particular, teniendo en cuenta la capacidad de respuesta y el impacto de las múltiples habilidades potenciales de la práctica espacial. Los análisis de mercado a menudo ayudan al éxito de los desarrollos a través de proyecciones, en las que vemos a los(as) arquitectos(as) usando sus habilidades para servir a las poblaciones como clientes a través del trabajo participativo. En este sentido, la forma en que percibimos el diseño se vuelve más considerada con las vidas que implican las intervenciones. Para nosotras, estos procesos requieren una comunicación continua y no extractiva con los usuarios que no solo utilizan infraestructuras informales, sino que crean y mantienen su eficacia. Como arquitectas jóvenes en la profesión, nos apasiona experimentar con muchas versiones de la misma solución (informal), manteniendo un dinamismo en nuestros procesos y resultados. Creemos que nuestras habilidades de traducción creativa y nuestras competencias profesionales para diseñar pueden transformar y amplificar la energía, ya funcional de los sistemas informales, en sistemas ecológicamente sostenibles y socialmente responsables.

Formalizar los sistemas informales no es de ninguna manera nuestro objetivo, ya que muchos sistemas formales se basan en prácticas ecológicamente insostenibles y socialmente abusivas.

Simplemente esperamos recordar a otros profesionales del espacio que hay alegría en la arquitectura como profesión social y que cada línea y palabra que legitimamos a través de nuestro trabajo tiene implicaciones en la sociedad. La informalidad de nuestros casos de estudio actuales es una invitación a pensar más en nuevos estilos de vida y hábitos que aún no se han abordado en el ámbito arquitectónico. A medida que vemos a los profesionales espaciales asumir el desafío creativo de trabajar dentro de geografías informales, tenemos la esperanza de que la arquitectura como profesión finalmente pueda evolucionar hacia el establecimiento de estándares multicualitativos que satisfagan el momento de complejidad. Los clientes, los comisionados y los mercados formales deberían aceptar esta realidad.

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Pelar lejos en el Patriarcado; ilustración de Matri-Archi (tecture). Diseño gráfico: Kizzy Memani, Phathu Nembilwi

AD: La relación entre la tecnología y las idiosincrasias locales se explora con más detalle en un artículo que publicó en el sitio web de Matri-Archi y también en ArchDaily. En esa función, analiza el papel de las nuevas tecnologías digitales, como BIM, y la necesidad de un pensamiento crítico y positivo hacia los aspectos culturales locales. ¿Creen que en este cruce se puede encontrar una posible alternativa para el desarrollo de las ciudades africanas? ¿Si sí, cómo?

MA: Lo primero que hay que tener en cuenta antes de responder esta pregunta por completo, es por qué se debe poner el caso de las ciudades africanas en un compartimento especial en relación con el futuro del entorno construido que funciona con la tecnología a través de la orientación de las idiosincrasias locales.

Una vez que rompemos el complejo de superioridad del punto de vista eurocéntrico y comenzamos a reconocer todas las formas de existencia humana, historias, avances tecnológicos y educación en un nivel de impacto equitativo en nuestra economía global, la pregunta comienza a desarrollar una nueva mentalidad para examinar los problemas.

La tecnología deriva del término griego de principios del siglo XVII para el tratamiento sistemático: tekhnologia. Donde Tekhne se refiere al arte o la artesanía. Cuando la tecnología se utiliza como una herramienta para mejorar sistemáticamente la eficiencia general y la calidad de vida, las cosas tienden a ir más rápido, a hacerse más pequeñas, a ser más livianas y a durar más, etc. El uso de recursos ha rebotado en la tercera revolución industrial donde ahora funcionamos en una economía inflada, impulsada por el valor emocional que atribuimos a las cosas. Es decir, el precio real de la materia prima o los recursos utilizados para producir un producto ya no está en coherencia lineal con lo que vale. Con esto en mente, el potencial del desarrollo tecnológico está trayendo una nueva escuela de pensamiento sobre cómo nos involucramos con esto como herramienta.

Actualmente vivimos en una era en la que el diseño espacial está evolucionando desde el diseño asistido por computadora (CAD) hacia la llegada de la era de la información del diseño, como BIM, diseño generativo, modelado computacional, etc. El hecho de que la estandarización y la asequibilidad hayan direccionado los desarrollos del entorno construido contemporáneo no significa que estos sean el único camino a seguir. Como contemporáneos que experimentan estas muchas transiciones, la era de la información y la nueva economía del intercambio de conocimientos han ampliado nuestros horizontes para buscar más allá de nuestras zonas de confort, explorar lo desconocido y desafiar los rígidos sistemas institucionales y sociales que están obsoletos. Por lo tanto, la cuestión de poder pensar en posibles ciudades alternativas del futuro es una cuestión que todos los profesionales del diseño espacial, político, arquitectónico y urbano deberían considerar, abiertamente, porque es inevitable que nuevas formas más tecnológicas e interconectadas de vivir, ya se ha convertido en la nueva normalidad.

El caso de las ciudades del continente africano es paradójicamente prometedor y preocupante debido a la inmensidad de la tarea. La mayoría de las naciones africanas han experimentado alrededor de solo 60 años de la llamada independencia, mientras siguen estando fuertemente influenciadas por el actual desorden geopolítico que impulsa los mercados globales. En el lado prometedor, esto marca la pauta para las revoluciones digitales respaldadas por una búsqueda radical de apreciar nuestras historias, culturas, idiomas, ecosistemas, recursos y las experiencias del mundo de las generaciones futuras en todos estos aspectos. No existe una agenda estricta sobre cómo debería/y ocurrirá la emancipación de las ciudades afrofuturistas. Sin embargo, es un proceso que requiere un movimiento más holístico para los(as) africanos(as) por los(as) africanos(as) y, esencialmente, volver a la filosofía del igualitarismo de origen central e igualitario del continente.

AD: ¿Qué caminos se deben tomar para romper el pensamiento colonial y hegemónico presente en la arquitectura?

MA: No podemos pretender conocer o totalizar una lista de acciones definitiva que pueda romper las fuerzas dominantes, tanto coloniales como hegemónicas, arraigadas en nuestro modo de vida actual, que es capitalista. Creemos que para incidir en el cambio como individuos es fundamental el reconocimiento y la reflexión constante de cómo ocupamos posiciones en y de las instituciones, dado el mundo cada vez más individualista en el que vivimos como resultado de las redes sociales digitales. En el reciente ETH Zurich Parity Talks V en el que fuimos invitadas a dar una conferencia y a colaborar en la realización de un taller, enfatizamos estos caminos en un proceso continuo de alteración, transformación y diversidad.

Entendemos la diversidad como una simbiosis liberadora entre las dimensiones de lo tangible (físico) y lo intangible (libertad abstracta, discursiva del pensamiento humano). Reconocer (por autoría y finanzas) los intereses, el trabajo y la energía de las personas y las iniciativas que actualmente se centran en la diversidad a través del pensamiento crítico y la resolución creativa de problemas puede ser una forma de actuar en el compromiso institucional. Tales individuos e iniciativas se convierten en canales capaces de hacer prototipos transformadores sin las barreras codificadas en el ADN de las instituciones que fueron diseñadas intencionalmente para resistir el cambio fuera de las normas hegemónicas. Creemos que la incorporación a través de la colaboración y no la reinvención de la rueda, son formas en las que podemos presenciar e iniciar el cambio, con suerte durante una fracción de nuestra vida y para las vidas de las comunidades que continúan sufriendo a expensas de las condiciones espaciales de las cuales las(os) arquitectas(os) pueden y deben responder.

Fuente: https://www.plataformaarquitectura.cl/cl/952581/educacion-espacial-y-el-futuro-de-las-ciudades-en-africa-una-entrevista-con-matri-archi

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De la agricultura al empoderamiento femenino

Reseñas/30 Julio 2020/Autor: M Niaz Asadullah/elpais.com

Las mujeres están sobrerrepresentadas en el trabajo no remunerado, y están infrarrepresentadas en la fuerza laboral. Sin embargo, existe un sector del que las mujeres se están adueñando: el agrícola

El registro histórico de Asia meridional con respecto a la igualdad de género es débil, por decir lo menos. La región tiene la tasa más alta del mundo de matrimonio infantil, y la violencia doméstica contra las mujeres es generalizada. Las mujeres están sobrerrepresentadas en el trabajo no remunerado, y están infrarrepresentadas en la fuerza laboral, incluso esto ocurre en países como Sri Lanka, que ha hecho grandes inversiones en la escolarización de las niñas. Sin embargo, existe un sector del que las mujeres se están adueñando: el agrícola. Esta es una oportunidad para el empoderamiento económico de las mujeres que no se debe desaprovechar.

A medida que se desarrollan las economías del Asia meridional, los hombres van cada vez con más frecuencia tras conseguir empleo en la industria manufacturera (o conseguir empleo en el extranjero), dejando a las mujeres como responsables de una proporción cada vez mayor de la mano de obra agrícola. En Bangladés, Bután, India, Nepal y Pakistán, la proporción de mujeres económicamente activas que trabajan en la agricultura oscila en la actualidad entre el 60% y el 98%. En cada uno de los sectores agrícolas de estos países, las mujeres superan en número a los hombres.

Se produjo un cambio parecido en algunos países de ingresos altos durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando los hombres partieron al campo de batalla, las mujeres ocuparon los puestos de trabajo civiles que quedaron vacantes, incluyendo aquellos en la agricultura. En Estados Unidos, por ejemplo, la proporción de trabajadoras agrícolas dio un salto desde el 8% en 1940 al 22,4% en 1945.

Cuando terminó la guerra, las mujeres no iban a volver simplemente al status quo anterior a la guerra. En algunos sectores, especialmente en los puestos de mayor cualificación, el shock laboral de la Segunda Guerra Mundial al parecer alteró directa y permanentemente el empleo remunerado de las mujeres. En términos más generales, sin embargo, las mujeres saborearon la libertad económica y personal que proporciona el empleo, adquirieron habilidades comercializables y demostraron el valor de sus capacidades. La experiencia de las mujeres en tiempos de guerra, consiguientemente, proporcionó un poderoso impulso al movimiento a favor de la igualdad de género.

¿Tendrá un efecto similar la feminización de la agricultura en las economías en transición de Asia? No se puede garantizar que así será. La evidencia muestra que una mayor presencia femenina en la agricultura no contribuye necesariamente al empoderamiento socioeconómico de las mujeres.

De hecho, incluso cuando las mujeres asumen más deberes agrícolas, su poder de decisión sigue siendo limitado. En Bangladés, la revolución de las micro-finanzas y los programas de capacitación dirigidos por las ONG han permitido que miles de mujeres de las zonas rurales se conviertan en trabajadoras de primera línea e incluso que inicien sus propias pequeñas empresas desde la década de 1990. El país es ahora líder en Asia meridional con respecto a la reducción de la brecha salarial entre hombres y mujeres. Sin embargo, en la agricultura, las mujeres tienen aproximadamente la mitad del poder que los hombres, medido según variables como la propiedad de los activos y el control sobre los ingresos.

Además, investigaciones realizadas en la India han revelado que la creciente participación de la mujer en la agricultura está fuertemente vinculada a varios indicadores de pobreza. Esto refleja, al menos en parte, el hecho de que el ingreso de las mujeres a la fuerza laboral remunerada no va acompañado de ninguna reducción de su ya pesada carga de trabajo no remunerado. Y, una creciente proporción de mujeres empleadas en el sector agrícola no recibe, en absoluto, remuneración por su trabajo.

Agregue a ese escenario la naturaleza impredecible de la producción agrícola y, como señalaron los investigadores en India: “La feminización de la agricultura puede describirse mejor como la feminización de la angustia agraria”. En el Estado indio de Maharashtra, las crecientes deudas han llevado durante los últimos cuatro años a que se duplique el número de suicidios entre mujeres agricultoras.

Por el contrario, mis colegas y yo hallamos que, entre las mujeres de las zonas rurales de Bangladés, el empoderamiento —que se muestra, por ejemplo, en la capacidad de influir en las decisiones de compra y de unirse a asociaciones voluntarias— contribuyó sustancialmente a su sentimiento de satisfacción con la vida, independientemente de la situación económica. Como Amartya Sen en una ocasión escribió: “Las vidas que las mujeres salvan mediante un albedrío más empoderado, sin duda, incluirán las suyas propias”.

Entonces, ¿cómo pueden los gobiernos de Asia meridional traducir la creciente participación femenina en la agricultura en un verdadero empoderamiento?

Uno de los enfoques se centra en los ingresos obtenidos fuera del hogar. Los datos de las zonas rurales de Bangladés indican que no es el empleo remunerado per se el que aumenta la autonomía de las mujeres agricultoras, sino más bien el empleo afuera de las granjas agrícolas de sus maridos.

Sin embargo, el hecho es que la mayoría de las mujeres que trabajan en la agricultura en el Asia meridional lo hacen en granjas familiares, donde no pueden obtener un ingreso independiente (o, en muchos casos, ningún ingreso en absoluto). Una forma de abordar esto podría ser promover las exportaciones de productos agrícolas de alto valor agregado, como por ejemplo mariscos. La formalización del proceso de producción podría fomentar la monetización de la mano de obra femenina y mejorar las condiciones de trabajo, como lo hizo en muchas economías emergentes de Asia la fabricación orientada a la exportación de prendas de vestir, textiles y calzados.

La tecnología también puede ayudar inclusive permitiendo que las mujeres eludan barreras arraigadas en normas sociales. Por ejemplo, a pesar de que las mujeres bangladesíes son quienes hacen más en las granjas, ellas están tradicionalmente excluidas de la acuicultura. Sin embargo, las redes de enmalle de bajo costo del proyecto Aquaculture for Income and Nutrition que es financiado por USAID han hecho posible que las mujeres bangladesíes pesquen de manera rápida y fácil en pequeños estanques locales, de forma que ellas no tengan que competir con los hombres por obtener acceso a fuentes de pesca más grandes.

Del mismo modo, la tecnología digital puede mejorar la capacidad de las mujeres para vender sus productos. En muchos lugares, las mujeres están excluidas de los mercados, y un miembro masculino de la familia debe estar presente para la venta de las cosechas; esto no ocurriría en el caso de ventas en línea. Los gobiernos deberían apoyar el desarrollo y la difusión de tales tecnologías, que también podrían permitir a las mujeres ejercer más poder adquisitivo, como por ejemplo, sobre los insumos agrícolas.

Otro elemento de crucial importancia dentro una estrategia eficaz para empoderar a las mujeres en el sector agrícola del Asia meridional es la reducción de la mano de obra no remunerada de la que son responsables. Ir tras la consecución de este objetivo es complicado, habida cuenta que en las sociedades patriarcales las intervenciones que empoderan a las mujeres a expensas de los miembros masculinos de la familia con seguridad provocarían una resistencia formidable. Sin embargo, esquemas de mejora de la productividad, como por ejemplo Biotech-KISAN, pueden ayudar a allanar el camino para una distribución más equitativa de las tareas domésticas.

La antropóloga Penny van Esterik en una ocasión escribió: “Las mujeres son vulnerables y poderosas —victimizadas y empoderadas— a través de la comida”. Con las políticas correctas y el uso eficaz de la tecnología, podemos inclinar la balanza en la dirección correcta.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/07/21/planeta_futuro/1595344689_534727.html

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Foro Económico Mundial: Los 10 países que más se acercan a la igualdad de género

Redacción: Entrepreneur

Islandia ha vuelto a ocupar el primer puesto en el último Índice de brecha de género global del Foro Económico Mundial.

De acuerdo con las últimas cifras del Foro Económico Mundial, la brecha global de género se redujo ligeramente a 68.6%, aún así la igualdad de género todavía está a un siglo de distancia de ser alcanzada si se sigue el ritmo actual de cambio. El primer lugar en el Índice de brecha de género mundial se encuentra Islandia, país que ha sido el líder durante 11 años conseutivos.

La nación nórdica con una población de poco más de 360,000, ha cerrado casi el 88% de su brecha de género y ha aumentado su liderazgo sobre Noruega, que ocupa el segundo lugar. Por otro lado, Estados Unidos ocupa el puesto 53 en el ranking, con una caída de dos lugares, mientras China bajó tres y se posiciona en el 106.

Foto: Foro Económico Mundial 

A un siglo de distancia

Las últimas cifras indican una dirección positiva general.

La brecha global de género, que se mide en cuatro áreas clave o subíndices: salud, educación, trabajo y política, se ha reducido ligeramente al 68,6%. La brecha promedio que queda por cerrar ahora es del 31,4%, en comparación con el 32% del año pasado.

No obstante, todavía hay una espera insoportablemente larga para la igualdad de género: se necesitarán 99,5 años para lograr la plena paridad entre hombres y mujeres al ritmo actual de cambio.

Los mejores en el índice

La mayoría de los países avanzó hacia la paridad en los últimos 12 meses, algunos avanzando más rápido que otros. Los 16 países que conforman el 10% superior del índice registraron una mejora de más del 3,3% interanual.

Desde que comenzó el informe en 2006, los países nórdicos con frecuencia han monopolizado los primeros lugares en el ranking, y 2020 no es una excepción. Justo debajo de Noruega, en segundo lugar, se encuentran Finlandia y Suecia.

En quinto lugar está Nicaragua, seguida de Nueva Zelanda, Irlanda, España, Ruanda y Alemania.

Los países que mejoraron más son Albania, Etiopía, Malí, México y España.

Estados Unidos ocupa el puesto 53 este año, una caída de dos lugares. La segunda economía más grande del mundo, China, ha bajado de tres a 106.

En cuanto a los datos por región, Europa occidental ha hecho el mayor progreso en el cierre de la brecha de género, seguido por América del Norte, América Latina y el Caribe, Europa del Este y Asia Central, África Subsahariana, Asia del Sur y Oriente Medio y Norte África.

Progreso en política

85 de los 153 países cubiertos en la última edición nunca han tenido una jefa de gobierno. Quizás no sea coincidencia que cinco de los 10 países con mayor igualdad de género tengan mujeres a cargo.

La mejora general de este año fue principalmente el resultado del progreso en la política, a medida que aumentó el número de mujeres en los parlamentos de todo el mundo. Aun así, solo el 24.7% de la brecha en el subíndice de Empoderamiento Político se ha cerrado hasta ahora.

Foto: Foro Económico Mundial 

También hubo ganancias marginales en Logro Educativo y Salud y Supervivencia, los cuales se están acercando a la paridad en 96.1% y 95.7%, respectivamente.

Sin embargo, la brecha de Participación Económica y Oportunidad se agrando ligeramente, lo que significa que ahora tomará aún más tiempo para cerrar, 257 años, en comparación con la estimación anterior de 202 años.

Fuente: https://www.entrepreneur.com/article/344521

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Las algueras de Zanzíbar: feminismo e innovación a orillas del Índico

África/Tanzania/12 Diciembre 2019/El país

El cultivo y venta de plantas marinas, un sector herido de muerte por la crisis climática, constituye el salvavidas de unas 23.000 mujeres en un archipiélago tanzano. Es la tercera mayor industria del país

Maryam Pandu se viste como un animal al que le gustaría pasar inadvertido en el ecosistema que le da de comer. La túnica que le cubre es azul marino, y azul celeste es el turbante que la protege del sol. Su misma voz es acuosa y profunda, capaz de empapar a todo aquel que le pregunta por qué entrega su vida al mar.

«Nos dedicamos a esto porque por lo menos podemos sacar algo de dinero, a diferencia de otros negocios a los que (como mujeres) nos resulta muy difícil acceder», explica esta alguera de Bwejuu, poblado situado en el sureste de Zanzíbar, y quien lidera una especie de cooperativa formada por otras veinte compañeras.

El cultivo y la venta de algas marinas —un sector herido de muerte por la crisis climática— constituye el salvavidas de cerca de 23.000 mujeres en este archipiélago tanzano, llegando a ser la tercera mayor industria solo por detrás de la exportación de clavo y del turismo de playas cristalinas.

Un negocio despreciado por los hombres que, sin embargo, otorga a miles de mujeres como Pandu (incrustadas en una sociedad musulmana altamente conservadora y tradicional) cierto poder monetario y una mínima independencia.

Una mujer recoge un cultivo de algas a orillas del océano Índico en Bjwejuu.
Una mujer recoge un cultivo de algas a orillas del océano Índico en Bjwejuu. PATRICIA MARTÍNEZ EFE

«En una sociedad musulmana no se espera que la mujer salga de casa. Pero en 1989 llegaron las primeras algueras a Zanzíbar e hicieron algo realmente extraño: dirigirse al océano, cuando todos sabían que eso era cosa de los hombres», recuerda Flower Msuya, investigadora del Instituto de Ciencias Marinas de la Universidad de Dar es Salaam.

«El cultivo de algas marinas ha empoderado a las mujeres. Si el esposo es un pescador, él traerá pescado y ella comprará arroz; o compartirán los gastos educativos y médicos de los hijos. Ahora son personas capaces de hacer algo, de ayudar, e incluso algunas se han convertido en lideresas», continúa Msuya.

Mucho más que sushi

Nada interrumpe la tranquilidad de Bwejuu mientras las cinco mujeres aguardan a la sombra a que baje la marea para poder dirigirse al mar. Niños en bicicleta zigzaguean entre altas palmeras, algún burro rebuzna con esmero, coloridas coladas se apagan bajo un ardiente sol.

Su alto valor nutricional es innegable, pero el 99 % de las algas marinas que produce Zanzíbar no se usa para consumo interno, sino que se exporta, entre otros, a países como Francia, Dinamarca o Estados Unidos, donde son procesadas y convertidas en gel de carragenina, un recurrido agente espesante.

«Indonesia, Filipinas, Japón o China producen decenas de millones de toneladas de algas marinas y se las comen en el desayuno, el almuerzo y la cena», detalla la científica marina Elizabeth Cottier-Cook. Pero la mayoría de las personas del mundo, sin saberlo, también las consumen: «La carragenina está presente en la cerveza, la pasta de dientes, el helado, el papel…».

Sin embargo, en los últimos años, cultivar algas marinas en Zanzíbar ha dejado de ser sinónimo de buena cosecha. La variedad de alga por la que las mujeres obtenían más dinero, la eucheuma cottonii (que posee una mayor concentración de carragenina) no soporta las aguas superficiales tan cálidas de hoy en día próximas a los 38 grados centígrados.

Los océanos del mundo se están calentado un 40% más rápido de lo previsto, según alertaron científicos en un nuevo estudio publicado en la revista Science. Absorben del 93% del calor que se queda en la atmósfera atrapado por los gases de efecto invernadero, pero las consecuencias son devastadoras. Las pestes y las enfermedades en el caso de las algas se han vuelto comunes. Cottier-Cook, a través de un programa de la Asociación Escocesa de Ciencias del Mar, lleva años formando en materia de bioseguridad a algueras de Tanzania, Filipinas o Malasia para que sepan cómo actuar cuando esto ocurre.

«Antes plantábamos cada dos semanas y contábamos otras cuatro hasta la recolección. Ahora, debido al cambio climático necesitamos el doble de tiempo, lo que significa que la productividad ha caído de forma drástica», explica el comerciante Haji Saidi, quien compra la mercancía a estas algueras y se la vende a una filial danesa.

Como muchos otros países de África —azotados por ciclos cada vez más cortos de sequías e inundaciones, y por ende, de hambruna y muerte— Zanzíbar nota cada día más los efectos de una crisis de la que no es responsable. El nivel tanzano de emisiones de dióxido de carbono no supera el 0,03%.

Nuevas tecnologías y crisis climática

Msuya todavía recuerda cuando la temperatura superficial de las verdosas aguas del Índico no superaba los 30 o 31 grados y las algas crecían sanas. Apenas tiene que remontarse una década atrás; el mismo tiempo que lleva investigando cómo desarrollar nuevas tecnologías que se adecúen a unas condiciones climáticas más arduas. «Si el cultivo de algas se trasladase a aguas más profundas la temperatura sería óptima para el crecimiento de la alga cottonii«, revela la científica tanzana sobre algo que ya se hace en el sureste asiático. «Pero aquí las mujeres no saben nadar y, además, se necesitarían barcas. Eso requiere dinero, chalecos salvavidas, recursos. Algunas están incluso dispuestas a aprender a nadar, no para llegar a nado hasta la zona más profunda, pero porque dicen que así se sentirían más cómodas», explica.

Sin embargo, antes de dar forma a retos del futuro, muchas de las algueras todavía dan vida a dificultades más propias del pasado o de un presente que apenas cambia. «El precio de venta es bajo y nos falta equipamiento», detalla Nali Hassan. «A veces entramos en el mar sin ningún tipo de zapato y hay plantas venenosas y erizos. No tenemos tratamiento y cualquier percance puede dejarte parada durante seis meses», añade. Y estar parada significa regresar a la pobreza, a la dependencia económica, al no ser nadie fuera del hogar. «El dinero que ganamos solo es una ayuda, no nos satisface y no es suficiente; pero al menos es algo», reflexiona Hassan.

La brusca caída en la producción de los últimos años hizo, por el contrario, que el precio de venta aumentase de forma significativa, y ahora un kilo seco de algas marinas puede llegar a alcanzar los 25 centavos de dólar; 40 el de cottonii. Cantidades nada despreciables en una población en la que el salario medio no supera los 250 dólares al mes, pese a que estas mujeres raramente ganan más de 40 dólares.

Hace tres décadas un grupo de mujeres de Zanzíbar se adentró en un lugar reservado para los hombres.
Hace tres décadas un grupo de mujeres de Zanzíbar se adentró en un lugar reservado para los hombres. PATRICIA MARTÍNEZ EFE

Con ingenio ante la escasez, Msuya lleva años enseñando a centenares de algueras tanzanas -a través de una agrupación que creó en 2006 y de la que también forman parte compradores, funcionarios del Gobierno o académicos- a que generen valor añadido a través de la elaboración de productos como polvo, mermelada o cremas hidratantes de algas. «Ahora podemos comer mermelada de algas, hacer jabones y ensaladas. Esto nos permite ayudar a la familia y tener algo de dinero para nosotras mismas», subraya Maryam, convencida de que seguirá cultivando los mares hasta que el cambio y su cuerpo se lo permitan.

«Seguiré haciéndolo hasta que sea tan vieja que ya no pueda ni caminar. Por lo menos ahora no tengo que rogar a nadie para poder comer y dependo de mí misma».

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/12/03/planeta_futuro/1575380097_314060.html

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