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República Dominicana: Puntos nodales del sistema educativo

América Central/República Dominicana/19-08-2022/Autor: RAFAEL MÉNDEZ/Fuente: acento.com.do

Aun cuando el ministro Hernández ha colocado en la opinión pública algunas insoslayables verdades, su enfoque sobre la problemática de la educativa ha sido muy limitado.

El nuevo ministro de Educación, doctor Ángel Hernández, en un denodado esfuerzo por presentar un diagnóstico objetivo de la realidad de la educación preuniversitaria, ha colocado en la opinión pública algunas insoslayables verdades, como parte de los males cuasi seculares de los que adolece el sistema educativo de la República Dominicana.

Sin embargo, para algunos el enfoque ministro Hernández sobre la problemática educativa ha sido muy limitado, porque ha dejado de lado lo que algunos consideran puntos nodales, sin que se pueda negar la realidad describiera al establecer sin ningún dejo que la instrucción pública del país es “la peor educación a nivel global, de acuerdo con todas las mediciones internacionales y nacionales”.

“Duele pensar que por más de 10 años el país esté invirtiendo el 4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB)”, que anualmente se traduce en “un presupuesto de casi 250,000 millones de pesos, y todo se va al zafacón”.

Con esas afirmaciones el nuevo incumbente dejó por sentado una penosa realidad que toda la sociedad buscó en las calles que se transformara, con la asignación presupuestaria que se proyectó como la panacea para dar al traste con esa retranca del desarrollo nacional.

Sin embargo, y como si pretendiera moderar sus juicios sobre lo que ha pasado en el sistema educativo público en los ocho años del anterior gobierno, y los dos años de la presente administración, en un segundo encuentro con funcionarios de la cartera, pareció volver sobre sus palabras cuando “se preguntó qué ha estado pasando en el sistema educativo dominicano… a lo que observó que hay que saber por qué la sociedad decidió invertir el 4 % del PIB en educación”, y como si olvidara la caracterización anterior, se preguntó “qué pasa con dicha inversión”.

Una caracterización limitada

“Por eso llamo la atención a la burocracia del sistema, y la burocracia del sistema son ustedes, y los directores de centros, somos nosotros, que estamos a nivel central, que no se justifica el dinero que me pagan a mí, y que les pagan a ustedes, si no hay una preocupación por lo que es fundamental, que es el aprendizaje de los niños… “Ninguno de nosotros tenemos sentido en el sistema si no hay una conciencia de que lo fundamental es que el aula funcione bien, y para funcionar bien necesitamos tener un buen aprendizaje”, expresó durante el segundo encuentro con funcionarios, a los que corresponde la ejecución de la política diseñada por el Ministerio de Educación.

Sin pretender quitarle justeza a muchos de los aspectos que el ministro Hernández ha puesto en el debate público, se entiende que la caracterización de la realidad educativa ha sido limitada porque el proceso hacia el logro de una educación de calidad no solamente es responsabilidad de los funcionarios medios del sistema, como son educadores y en la estructura física.

Los tratadistas definen el público interno como aquellos que inciden directamente en la estructura organizacional de la institución, en tanto público externo, para este caso son, la Asociación Dominicana de Profesores y la Cooperativa Nacional de los Maestros, por solo mencionar dos instancias, que por ciento son las que el ministro Hernández debe prestar una atención especial porque inciden de manera determinante en el ánimo, conducta y en la actitud y aptitud de los educadores.

Y aseguramos lo expuesto en relación a la ADP y a Coopnama porque, como instancias de integración de los educadores, parece que no se sienten aludidas ante los bajos niveles de la calidad educativa y el bajo desempeño magisterial que reflejan las mediciones que se realizan sobre el sistema. La primera se orienta como un gremio economicista, y a la segunda, solo le importa inducir a los educadores a decidirse por los costosos servicios que ofrece

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/politica/puntos-nodales-del-sistema-educativo-9095421.html

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Lecturas para la Educación | El futuro de la educación: Edgar Morin

Por:

En esta nueva entrega de “Lecturas para la Educación”, Andrés García Barrios reflexiona sobre tres grandes conceptos: futuro, complejidad e incertidumbre, a través de las ideas de Edgar Morin. 

“Para el espíritu es tan mortal tener un sistema como no tener ninguno.
Debe, pues, decidirse a tener los dos”.

Friedrich Schlegel
(citado por Edgar Morin como epígrafe en La vida de la vida)

“Lo complejo no es otra cosa que «lo que está tejido en conjunto»”.

Edgar Morin

Hace unos meses, el que era el Observatorio de Innovación Educativa se convirtió en el Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación. Lo anterior fue no sólo un reacomodo administrativo sino un cambio de fondo. Recordemos que el concepto de futuro abarca más que el de innovación (pese a la gran amplitud de éste). Explicar ambos términos es importante en un mundo que tiende a confundirlos. La innovación tiene el valor de lo fresco, de lo original; implica un esfuerzo transformador y puede ser siempre el inicio de algo diferente, por lo que admite la esperanza. Sin embargo, sin una estrategia a futuro, lo innovador corre el riesgo de convertirse en obsesión por el cambio y volverse rutina, de tal forma que las cosas, a fuerza de renovarse, acaban por permanecer siempre igual. Vertiginosa inmovilidad, le llamaba el filósofo Horst Kurnitzki. El futuro implica empeñarnos por conseguir que los cambios construyan una realidad diferente.

A finales del siglo pasado, la palabra futuro había perdido gran parte de su fuerza comunicativa. Habíamos caído en el error de hacer del futuro un tiempo ideal, en el cual alcanzaríamos el mejor de los mundos y por el cual valía la pena abandonarlo todo, hasta el presente. “Igual que a un Dios ―decía la filósofa María Zambrano―, no hay sacrificio que el hombre de hoy deje de ofrecer al futuro”.  Pero a la realidad no se le puede posponer indefinidamente a riesgo de que se nos vaya de las manos sin darnos cuenta. Un chiste político se burlaba de esto con amargo humor: “Lo malo es que el futuro de nuestro país ya pasó”. Por fortuna, no hemos logrado que el verdadero futuro desaparezca aún: ideas y acciones siempre frescas llegan una y otra vez para renovarlo. Gracias a ellas, hoy el futuro resulta mucho más modesto, y su utopía ya no es la de alcanzar un mundo perfecto sino la mucho más humilde de crear simplemente un mundo mejor.

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Creador de la idea de pensamiento complejo, el francés Edgar Morin recibió, en 1999, el encargo de la UNESCO de escribir un libro sobre educación que diera la bienvenida al nuevo milenio. Morin respondió con un pequeño texto que sintetiza de alguna forma su filosofía entera: Los siete saberes necesarios para el futuro de la educación. Es difícil describir la proeza de este pensador francés que en apenas un centenar de páginas se aventura a explicarnos lo que hay que hacer, deveras, si queremos un mundo mejor. En este libro (especie de Indice Comentado de su pensamiento), Morin presenta un inmenso andamio de ideas en el que reúne desde observaciones concretas (casi prácticas) sobre, por ejemplo, el riesgo de cometer errores intelectuales, hasta otras tan complejas y paradójicas como la forma de hacer frente a eso que, por definición, no se puede enfrentar: la incertidumbre. Nuestras certezas ―nos explica― son islas en las que hacemos tierra para volver a emprender el viaje por el océano de lo incierto.

La complejidad de Morin es un intento por dar coherencia a la experiencia humana con la condición de admitir que, en el centro de todo conocimiento (como en el de toda galaxia), hay un hoyo negro donde es mejor no aventurarse a riesgo de caer. El conocimiento tiene límites y la proeza humana está en acercarse a ellos sin despeñarse. Morin intenta, pues, identificar y ofrecernos la mayor cantidad de recursos ante la proximidad de la incertidumbre, sabiendo que lo mejor es que los imprevistos nos agarren bien equipados. En Los siete saberes nos entrega un libro complejo, sintético y bien ordenado, que es a la vez pedagógico y didáctico: didáctico en el sentido de presentar sus ideas de forma simple y accesible a un vasto público, y pedagógico en el de ser un confiable interlocutor en nuestra comprensión y aceptación de la realidad.

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Una advertencia: así como en un tiempo se banalizó la palabra futuro, en nuestra época se corre el riesgo de creer que la palabra incertidumbre señala algo demasiado cierto. Al familiarizarnos con el término, podrá parecer que empezamos a entender a qué se refiere. Pero no es así. Mucho mejor será respetar siempre el hueco de lo que no podemos ver, sabiendo que éste es quizás (como nos dice María Zambrano) el poro por el que respira la piel de lo visible.

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Sólo una acrobacia cómica intentaría resumir lo ya sintetizado por Morin en esa destilación de saberes que es el libro que aquí comento. Por eso, sólo me atreveré con algunos extractos para dar al lector una probada y motivarlo a la lectura. Antes de pasar a ellos, quiero invitarlo también a encontrar en las ideas de Morin muchos de los principios que animan al Instituto para el Futuro de la Educación y en general a la escuela global contemporánea: educación para toda la vida, multidisciplinariedad, límites a la especialización, conocimiento adecuado al contexto y al mundo, comprensión de lo humano, y por supuesto, conciencia de que el saber se ha vuelto planetario y concerniente a la humanidad entera.

Por último, aprovecho la oportunidad para celebrar al maestro Edgar Morin que, nacido en 1921, cumplió cien años el pasado 8 de julio.

EXTRACTOS

Del capítulo 1: Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión

Necesitamos intercambios y comunicaciones entre las diferentes regiones de nuestra mente, y estar alertas permanentemente para tratar de detectar cuando nos mentimos a nosotros mismos.

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Un racionalismo que ignora la vida es irracional. La racionalidad debe reconocer el lado del afecto, del amor, del arrepentimiento. La verdadera racionalidad conoce los límites de la lógica; sabe que la realidad comporta misterio. La verdadera racionalidad es capaz de reconocer sus insuficiencias.

Del capítulo 2: Los principios de un conocimiento pertinente

Como nuestra educación nos ha enseñado a separar, compartimentar, aislar y no a ligar los conocimientos, el conjunto de estos constituye un rompecabezas ininteligible.

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No se trata de abandonar el conocimiento de las partes por el de las totalidades, sino de comprender que el pensamiento que separa y el pensamiento que religa están juntos.

Del capítulo 3: Enseñar la condición humana

Estamos en la era planetaria; donde quiera que se hallen, los seres humanos viven una aventura común.

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El ser humano de la racionalidad es también el de la afectividad, el mito y el delirio. El ser humano del trabajo es también el del juego. El ser humano empírico es también el de la imaginación.

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El hecho mismo de considerar racional y científicamente el universo, nos separa también de él.

Del capítulo 4: Enseñar la identidad terrenal

Debemos abandonar el sueño prometeico del dominio del universo para alimentar la aspiración de la convivencia en la Tierra.

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El planeta no es un sistema global sino un torbellino en movimiento, desprovisto de centro organizador. Este planeta necesita un pensamiento policéntrico.

Del capítulo 5: Enfrentar las incertidumbres

Conviene ser realista en el sentido complejo de comprender la incertidumbre de lo real, saber que aún hay algo invisible en lo real.

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El conocimiento es navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certezas.

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La “estrategia” debe prevalecer sobre el “programa”. El programa establece una secuencia de acciones que deben ser ejecutadas sin variación en un entorno estable; pero cuando se enfrenta a un entorno inestable e incierto, el programa se bloquea. En cambio, la estrategia elabora su escenario de acción tomando en cuenta las certidumbres y las incertidumbres, las probabilidades y las improbabilidades. La estrategia debe privilegiar tanto la prudencia como la audacia y si es posible las dos a la vez.

Del capítulo 6: Enseñar la comprensión

La comunicación triunfa; el planeta está atravesado por redes, celulares, modems, Internet. Y sin embargo, la incomprensión sigue siendo general.

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Ninguna técnica de comunicación, del teléfono al internet, aporta por sí misma la comprensión. La comprensión no puede digitalizarse.

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La comprensión humana sobrepasa la explicación. La explicación es suficiente para la comprensión intelectual u objetiva de las cosas. Es insuficiente para la comprensión humana.

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Comprender incluye necesariamente un proceso de empatía, de identificación y de proyección. Siempre intersubjetiva, la comprensión necesita apertura, simpatía, generosidad.

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Si sabemos comprender antes de condenar estaremos en la vía de la humanización de nuestras relaciones.

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Es sólo en el siglo XX cuando el arte africano, las filosofías y místicas del Islam, los textos sagrados de la India, el pensamiento de Tao, el del Budismo se vuelven fuentes vivas para el alma occidental encadenada en el mundo del activismo, del productivismo, de la eficacia, del divertimiento… (Un alma) que aspira a la paz interior y a la relación armoniosa con el cuerpo.

Del capítulo 7: La ética del género humano

Ya decía Kant que la finitud geográfica de nuestra tierra impone a sus habitantes un principio de hospitalidad universal, reconociendo al otro el derecho de no ser tratado como enemigo.

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La regeneración democrática supone la regeneración del civismo, la regeneración del civismo supone la regeneración de la solidaridad y de la responsabilidad, es decir el desarrollo de la antropo-ética.

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Podríamos preguntarnos si la escuela no podría ser prácticamente, concretamente, un laboratorio de vida democrática.

*

(El aula) debe ser el lugar de aprendizaje del debate argumentado, de las reglas necesarias para la discusión, de la toma de conciencia de las necesidades y de los procesos de comprensión del pensamiento de los demás, de la escucha y del respeto de las voces minoritarias y marginadas.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/lecturas-para-la-educacion-edgar-morin

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Consejos para mejorar la enseñanza y la atención a alumnos TEA

Por: Educación 3.0

José Ramón Alonso, coautor de ‘El Autismo: reflexiones y pautas para comprenderlo y abordarlo’ y experto en neurociencia, ofrece consejos para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje del alumnado TEA.

El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que afecta aproximadamente a uno de cada 100 niños. Por eso, cada vez es más común que tengamos uno de ellos en nuestras aulas. Es de dos a tres veces más frecuente en niños que en niñas, aunque parece que muchas niñas lo camuflan y estarían sin diagnosticar.

Las pautas

Las personas con autismo tienen muchas cualidades entre las que destacan su bondad y su honestidad, pero tienen dificultades para comprender nuestras pautas sociales y se calcula que en torno al 70% son víctimas de acoso escolar o bullying.

Por ello, es importante seguir algunas pautas para trabajar en el aula con este alumnado:

  • Adapta lo que se pueda de la enseñanza a su aprendizaje y aprovecha, como con cualquier otro niño, sus fortalezas y sus peculiaridades.
  • Organiza las cosas paso a paso, en orden, con una secuencia pautada, bien concretado todo.
  • Da instrucciones muy claras. Por ejemplo, es mucho mejor decir algo como “dejad los lápices, cerrad los cuadernos y poneros en fila para salir al patio” que “hoy hace muy bueno. Vamos a dar la clase fuera. Tan pronto como terminéis de escribir, dejad lo que estáis haciendo y vamos para la salida”; es, una instrucción mucho más enrevesada para el alumno.
  • No des nada por asumido: es posible que haya escuchado las instrucciones pero no las comprenda o que ayer lo tuviera claro y hoy ya no.
Una niña sujeta un puzle, símbolo del TEA
  • Explica con nitidez cuándo está terminada la tarea. Hay quienes hacen una foto a cómo tiene que quedar y lo enseña al estudiante (explicándole que así tienen que quedar las pinturas cuando termine, por ejemplo). Usar imágenes es a menudo una buena idea y muy fácil de hacer con nuestros teléfonos móviles.
  • Dirígete a él en primera persona y de forma individual. Cabe la posibilidad de que no entienda que una instrucción para toda la clase es también para él o que necesite más práctica que otros compañeros para dominar algunas tareas.
  • Usa sistemas diversos para enseñarle: imágenes visuales, guiarle la mano, un compañero que sirva de ejemplo… repetir la información no suele estar de más.
  • Haz preguntas cerradas mejor que abiertas. Al dirigirse a alumnos TEA, funciona mejor decir “¿Quieres leer o dibujar?” que preguntar “¿Qué quieres hacer ahora?”.
  • Da pocas opciones, si tiene que elegir algo, por ejemplo un cuento, que tenga que hacerlo entre dos o tres, no toda la estantería.

Otros factores a tener en cuenta: comunicación, trabajo en grupo… 

Dentro de la comunicación, hay alumnos TEA que no son verbales, a muchos les resulta complicado inicial una comunicación social y tienen dificultades para estimar correctamente el espacio personal. Algunos no tienen contacto visual y pueden tener dificultades de atención.

En cuanto al uso del lenguaje expresivo pueden utilizar mensajes inadecuados, tener un pensamiento literal, sin matices ni metáforas; son muy francos, sin considerar el impacto que sus palabras tienen en los demás. A menudo tienen un área de interés donde pueden tener un vocabulario muy especializado.

Por último, la competencia comunicativa de los alumnos TEA puede ser diferente del uso del lenguaje y parecer que entienden más de lo que en realidad han comprendido. Los niños con autismo requieren tiempo extra para procesar las instrucciones verbales.

¿Y en el aula?

Niños jugando juntos en clase - alumnos TEA con sus compañeros

Es conveniente que esté cerca del maestro, pero no aislado, de manera que esté alejado de puntos de distracción y en un espacio de fácil supervisión.

En el trabajo en grupo, por otro lado, resulta adecuado que esté situado con compañeros con buena atención, pero no hace falta que sean de alto rendimiento; hay que dar preferencia al trabajo individual o en grupos pequeños (dos o tres alumnos) y explicarle su tarea, lo que se espera de ellos y aumentar la frecuencia de supervisión. Es mejor no juntarle por afinidad, sino con compañeros que ayuden a regularizar su conducta.

A la hora de darle instrucciones, es mejor establecer contacto visual antes, formular una sola instrucción cada vez y después de dársela pedir que la verbalice para verificar que ha sido comprendida. También resulta útil supervisar con frecuencia el seguimiento de las instrucciones y enseñarle a que pida ayuda.

Además, en la asignación de tareas puede ayudar fragmentarlas en subtareas, darle hojas solo impresas en el anverso con instrucciones sencillas y tener en cuenta el período de atención. Los exámenes han de hacerse en un ambiente tranquilo, recalcar que es una actividad de aprendizaje, explorar la evaluación oral y otros sistemas y darle tiempo extra si es necesario.

Fuente: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/consejos-ensenanza-atencion-alumnos-tea/

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Una mirada crítica al proceso de enseñanza-aprendizaje

Por: Galo Adán Clavijo Clavijo


“Tenemos la costumbre arraigada de transmitir conceptos a una generación que ya no requiere de las mismas formas de aprender, por el contrario, necesita respuestas a sus propias necesidades”.

La enseñanza y el aprendizaje están directamente relacionados y forman parte de un proceso más complejo. ¿Qué es aprender? ¿Qué es enseñar? ¿Cuál es la relación entre estos dos conceptos? ¿Es posible asegurar que un estudiante ha aprendido porque le hemos enseñado? No hay una respuesta única a estas preguntas, más bien depende de las perspectivas teóricas de aprendizaje desde la cual se pretende dar una respuesta (Conductismo, Cognitivismo, Constructivismo, Sociocultural). Asimismo, la educación se realiza de acuerdo con una visión del mundo y de la vida de cada época, por tanto, se consideran los fundamentos filosóficos, sociales, económicos y políticos de cada periodo.

Los conceptos de enseñar y aprender vuelven al escenario privilegiado de la discusión académica y pedagógica a propósito de los nuevos contextos que las apuestas contemporáneas obligan. La relación entre la enseñanza y el aprendizaje se plantea en muchos casos como si fuera una relación causal. Sin embargo, una nueva perspectiva pone en riesgo esta relación directa y causal.

“¿Ves tú, Hipias, que digo la verdad al afirmar que yo soy infatigable en las preguntas a los que saben? Es probable que no tenga más que esta cualidad buena y que las otras sean de muy poco valor. Una prueba de ello, suficiente para mí, es que, cuando estoy con alguno de vosotros, los bien considerados por una sabiduría de la que todos los griegos darían testimonio, se hace visible que yo no sé nada… Al contrario, alabo como sabio al que me ha enseñado, dando a conocer lo que aprendí de él.” Sócrates en Hipias Menor, 372 a-c. (Platón, 1985, pp. 371- 396).

Fenstermacher (1979, pp. 157-185) cree que la confusión se origina en la dependencia ontológica del concepto “enseñanza” respecto del concepto “aprendizaje”. En la estructura del lenguaje, no habría una idea de enseñanza si el aprendizaje no existiera como posibilidad; el concepto “enseñanza” depende para existir del concepto “aprendizaje”. Del mismo modo que en el caso de “buscar” y “encontrar”, de “correr una carrera” y “ganar”, el segundo fenómeno debe existir como posibilidad, aunque no necesariamente como realidad, para que pueda existir la primera idea.

El hecho de que, con mucha frecuencia, el aprendizaje se produzca después de la enseñanza, no debe ser explicado como una consecuencia directa de las acciones de enseñanza, sino de las actividades que el propio estudiante emprende, a partir de la enseñanza, para incorporar un contenido.

El enfoque tradicional de la enseñanza considera a los estudiantes como receptores pasivos de la información. La memorización del contenido narrado por el profesor era el objetivo principal del proceso de enseñanza. El conocimiento almacenado sólo era abstraído. El aprendizaje y la enseñanza se consideraban procesos individuales con el profesor individual situado enfrente de un auditorio, compuesto por un conjunto de estudiantes individuales (Segers, Dochy & De Corte, 1999; Dochy & McDowell, 1997).

De la enseñanza al aprendizaje

La enseñanza incide sobre el aprendizaje como tarea y son las tareas de aprendizaje desarrolladas por el alumno las responsables del aprendizaje como rendimiento. Fenstermacher (1979) denomina “estudiantar” al conjunto de actividades que los estudiantes desarrollan para apropiarse del contenido (tratar con los profesores, resolver las tareas asignadas, leer la bibliografía, elaborar resúmenes, identificar dificultades, hacer consultas, ejercitarse, etcétera).

De acuerdo con esta postura, la enseñanza sólo incide sobre el aprendizaje de manera indirecta, a través de las tareas de aprendizaje del propio estudiante. Se pasa así de una concepción causal de la relación entre enseñanza y aprendizaje a una concepción que asume mediaciones entre las acciones del docente y los logros de los estudiantes. Mediaciones de carácter cognitivo (resultantes de los procesos psicológicos a través de los cuales los estudiantes intentan la comprensión, logran una representación mental del nuevo contenido y su integración con elementos disponibles de su estructura cognitiva) y mediaciones sociales (derivadas de la estructura social del aula y las interacciones a través de las cuales el conocimiento se pone a disposición y se comparte).

“Un virus obligó a profesores y maestros a salir de su zona de comodidad para empezar a diseñar estrategias de enseñanza y aprendizaje diferentes a la clase magistral”.

Presentar a la enseñanza como uno de los términos del binomio “enseñanza-aprendizaje” podría ser, más bien, una advertencia sobre el fin último de las acciones de enseñanza, sobre la responsabilidad social de los profesores de utilizar todos los medios disponibles, y sobre la necesidad de considerar las características de los destinatarios y no sólo los rasgos propios del cuerpo de conocimiento a transmitir.

Por otro lado, pensar a la enseñanza como un intento de transmitir un conocimiento cuya apropiación efectiva depende de las actividades desarrolladas por el destinatario no exime al docente de sus responsabilidades sobre el aprendizaje de los estudiantes; más bien ayuda a dirigir sus mejores y mayores esfuerzos (Basabe, L. y Cols, E., 2007, pp.125-161).

La educación contemporánea requiere para lograr sus objetivos adaptarse al contexto actual y resignificar los conceptos que han estado ligados a sus formas de actuación y procedimientos a lo largo de la historia. Reflexionar sobre el enseñar y el aprender parece una actividad connatural a los procesos educativos, pues las diferentes teorizaciones pedagógicas conducen a concepciones y posicionamientos diversos frente a estas prácticas. Recientemente se ha venido constituyendo un desplazamiento de la enseñanza por el aprendizaje, que ha producido grandes transformaciones en la manera como los sujetos contemporáneos se forman, y también en la manera como profesores e instituciones asumen su rol en las nuevas dinámicas del conocimiento (Pulido Cortés, 2017, pp. 9- 14).

Un virus obligó a profesores y maestros a salir de su zona de comodidad para empezar a diseñar estrategias de enseñanza y aprendizaje diferentes a la clase magistral, lo cual es interesante porque llevará necesariamente a derribar muros, mitos, creencias y actitudes cimentadas en la costumbre arraigada de transmitir conceptos a una generación que ya no requiere estas formas de aprender y que necesita que se le dé respuesta a sus propias necesidades.

Hoy en día, las formas organizativas convencionales han sido reemplazadas por docencia virtual, a distancia o remoto. Se han habilitado repositorios con recursos educativos abiertos relacionados con este tipo de metodologías educativas y se han organizado seminarios vía web conocidos como webinars. El docente es un mediador pedagógico, como lo expresa Gabriel García Márquez en “El amor en los tiempos del Cólera”: “La alarma sirvió para que las advertencias del doctor Juvenal Urbino fueran atendidas con más seriedad por el poder público. Se impuso la cátedra obligatoria del cólera y la fiebre amarilla en la Escuela de Medicina, y se entendió la urgencia de cerrar los albañales y construir un mercado distante del muladar”. La educación superior ha sido lenta en la transición hacia la enseñanza online, pero ahora que el sector se ve forzado a ofrecer módulos en línea, las universidades probablemente no volverán al statu quo previo.

El coronavirus ha tomado al planeta por asalto. Y como en toda crisis, aparecen los desajustes sociales; se generan contradicciones y se evidencian las tensiones del orden social. La necesidad de pasar de la enseñanza al aprendizaje hace reflexionar el tema en aulas universitarias desde las exigencias de la educación para el siglo XXI, lo que reclama un currículo y estrategias didácticas con procesos abiertos, flexibles y transdisciplinares.

La Mesa de Educación para la Conversación Nacional coordinada por la Ministra de Educación Nacional de Colombia, se enfoca en tres importantes ejes. Este artículo es mi aporte en torno al tercer eje, presentado a la Presidencia de la República el 8 de junio de 2020, y enviado al Ministerio de Educación Nacional para su análisis y estudio el 11 de junio de 2020.

  1. Construcción de una política pública de formación de maestros.

  2. Construcción de un sistema articulado, participativo, descentralizado y con mecanismos eficaces de concertación.

  3. Reforma al modelo educativo. Pasar de un modelo basado en la enseñanza a uno basado en el aprendizaje contextualizado, que enseñe a pensar, que propicie la crítica constructiva, que apunte a enfrentar retos desde la innovación y la creatividad y posibilite soluciones de contexto.

Las conclusiones generales de la mesa de Conversación Nacional sobre Educación se pueden consultar en la versión completa del artículo.

Acerca del autor

Galo Adán Clavijo Clavijo (gaclavijo95@gmail). Doctor en Ciencias Pedagógicas, República de Cuba, Universidad de Oriente. Doctor Honoris Causa. Líder del grupo de investigación Pegasso sobre cuatro líneas de investigación: el poder y el gobierno en la Universidad, diseño curricular desde los aprendizajes, las nuevas pedagogías, y formación de maestros.

Referencias

Basabe, Laura, y Cols, Estela. (2007). La enseñanza (capítulo 6). Camilloni, Alicia (2007) (Comp.), El saber didáctico. Buenos Aires: Paidós.

Dochy, F., & McDowell, L. (1997). Assessment as a tool for learning. Studies in Educational Evaluation, 23, 279-298.

Fenstermacher, G. D. (1979). A philosophical consideration of recent research on teacher effectiveness. Review of Research in Education, 6.

Ministerio de Educación Superior (1991). Reglamento del trabajo docente metodológico en la Educación Superior. La Habana: MES.

Platón (1985) Hipias Menor. Diálogos 1 Madrid: Editorial Gredos

Pulido Cortes (2017) Praxis y saber. Vol.8. No.18. Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Tunja

Segers, M., Dochy, F., & De Corte, E. (1999). Assessment practices and students’ knowledge profiles in a problem-based curriculum. Learning Environments Research, 2, pp. 191-213

Segers, M.S.R. (1999). Assessment in student-centered education: does it make a difference? UNISCENE Newsletter, 2

Edición por Rubí Román (rubi.roman@tec.mx) – Observatorio de Innovación Educativa

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-bits-blog/mirada-critica-al-proceso-ensenanza-aprendizaje

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Una cápsula del tiempo para recordar y entender la pandemia

Por: Educación 3.0.

 

Durante la pandemia, los niños han tenido que luchar contra todo tipo de emociones. Para entenderlas y sobrellevar los momentos de crisis, una docente de Primaria, María José Martínez, propuso a los estudiantes la creación de una cápsula del tiempo con el objetivo de compartir los momentos vividos con el resto de los compañeros.

El cierre temporal de los centros educativos llevó a las escuelas a continuar el proceso de enseñanza-aprendizaje en modo online utilizando, para ello, canales de comunicación digital. Así pues, las aulas se convirtieron en pantallas distribuidas en cuadrantes con videollamadas grupales. Hemos utilizado diversas aplicaciones no solo para reunir al alumnado con los docentes sino también para tejer hilos invisibles de afecto, ternura, empatía y proximidad a pesar de ser medios, en un principio, distantes y fríos.

Una ‘cápsula del tiempo’ para entender el momento vivido

Fruto de esta nueva ‘escuela en casa’ (‘home schooling’) planteamos la propuesta de realizar una ‘cápsula del tiempo’ durante el confinamiento. A través de Classroom, propusimos esta tarea para aunar la expresión escrita, oral y artística, potenciar la imaginación y dar rienda suelta al mar de emociones en el que navegábamos.

¿Cómo? Planteamos la creación de una ‘cápsula del tiempo’ con objetos reutilizables (caja de zapatos o de galletas, tubo de patatas fritas, botellas, sobres…) teniéndolos que transformar con imaginación. En cuanto al diseño, podían inspirarse en las películas de ficción y su temática sobre los viajes en el tiempo. Pero tanto la creatividad como la originalidad de cada uno de los alumnos tenía que aflorar y, para ello, podían emplear diversas técnicas de collage: recortes de papeles de colores, revistas, fotos, mapas, pintura, rotulación…

¿Y el contenido? En las cápsulas del tiempo se almacenan mensajes y objetos representativos de cierto periodo que tienen significado para una comunidad, grupo de personas o para la humanidad ocultándose con la esperanza de que sean recuperadas en un futuro. Nuestro propósito era explicar cómo estábamos viviendo los momentos de confinamiento, las primeras salidas y el devenir de los acontecimientos más significativos que se nos presentaban: aprender desde y en casa, con quién hablar, qué hacer, con qué y a qué jugar, qué leer, qué escuchar…

Podían utilizar diferentes vías para informar sobre ello haciendo uso de la tecnología (USB con grabaciones, audios y fotos) o materiales como el papel (dibujo, dedicatoria, carta, postal, diario personal…).

Los resultados se compartieron por videollamada para aunar inquietudes compartidas y generar fortaleza de grupo. Así, cada estudiante iba presentando su cápsula, mostrando algunos de los objetos o mensajes que había incluido en ella y explicando el motivo de su elección.

Muchas emociones, lectura y manualidades

En ellas, aparecían dibujos de corazones que simbolizaban el apoyo mutuo, la solidaridad colectiva, en definitiva, la unión mundial ante la adversidad de la pandemia o el Arco Iris y la frase ‘¡Todo irá bien!’, símbolo y grito de esperanza y del triunfo deseado. Las pancartas multicolores, que contenían mensajes reconfortantes y rebosantes de ánimo, iban rotuladas con lettering y decoradas con purpurina. Sin duda, las manualidades han contribuido a vencer a la monotonía y la inquietante espera, a regular el miedo y la tristeza.

También leían pequeños fragmentos de sus diarios personales donde explicaban sus emociones, sentimientos, vivencias, experiencias y afectos hacia sus familiares (abuelos, tíos, primos, amigos y compañeros de clase…) y mascotas. Incluso, añadían a sus escritos reflexiones sobre su firme compromiso con el medioambiente debido a los índices tan bajos de contaminación registrados durante la emergencia sanitaria. Evidentemente, habían contemplado el cielo más azul y se habían maravillado de las increíbles formas de las nubes y, a la vez, habían pensado en la oportunidad de crear un mundo mejor.

Comentaban que habían jugado con su familia a juegos de mesa que tenían hasta entonces arrinconados: el parchís, la oca, el ajedrez, Monopoly, Hundir La Flota o  Quién Es Quién… y que habían sido momentos entrañables que les aportaban bienestar y seguridad. Relataban cómo habían hecho puzles en compañía de sus familias siempre con sonrisas y ayuda mutua. Y que en las conversaciones entre adultos y pequeños habían rememorado los juegos más tradicionales como el yoyo, el hula hoop, la peonza o las canicas.

emociones confinamiento

Habían leído libros y cuentos y algunos los recomendaban por su temática, comentaban cómo habían vivido aventuras en diferentes escenarios o cómo les interesaban los personajes con los que se habían identificado. Añadían que los momentos de contar cuentos en familia habían sido más frecuentes y más intensos, por lo que se había potenciado el hábito lector y el gusto por la lectura.

Por otro lado, las adivinanzas y los chistes habían amenizado los momentos de ‘hibernación’ vividos. La inventiva y el ingenio se habían materializado en los juegos de palabras, acrósticos, crucigramas y jeroglíficos. Del mismo modo, referían cómo se habían aficionado a la cocina, cómo habían preparado suculentos y saludables platos o deliciosos postres en familia. Gracias a la repostería, el cariño, la dulzura y los mimos habían sido los ingredientes indispensables que habían garantizado el sosiego y la seguridad. Los dibujos y las fotos habían inmortalizado tan apetecibles recetas: algunos habían creado mandalas con frutas y hortalizas disponiéndolas con gracia. Otros habían convertido las frutas en representaciones artísticas dándoles formas de animales, plantas… Así, habían elaborado recetarios que encuadernaron con grapas o con cordeles de colores.

Los experimentos caseros, siempre con la supervisión y ayuda de los adultos, les acercaron a la ciencia. Por supuesto, los trucos de magia, con disfraz de auténticos magos, fascinaron a los miembros de la familia sin tener en cuenta algún que otro despiste que dejaba entrever el truco.

También se recomendaban películas y series mientras explicaban la trama. Habían escrito palabras clave o reflexiones del tipo: “He visto ‘Viaje al Centro de la Tierra’ con mi familia con palomitas y chuches. Ha sido más divertido que en el cine”. Habían jugado a adivinar películas con gestos y mímica. ¡Todos ellos instantes imborrables de risas y algún que otro enfado para el que no le gustaba perder!

Por supuesto, las canciones, el baile, las coreografías y la música también han sido el bálsamo para aliviar la intensidad de las emociones durante este periodo de intranquilidad. Compartieron y resaltaron fragmentos de canciones que les han servido para mitigar los momentos vividos, tarareando estribillos. Otros se ponían delante de la cámara y ofrecían a su auditorio virtual pequeños acordes con sus instrumentos musicales. Aportaron diseños de circuitos, sesiones de yoga y mindfulness o varios retos como ejemplos de las dinámicas familiares y de los esfuerzos diarios por emprender un nuevo día en un mundo ralentizado.

Instantáneas para la autorregulación emocional

Y llegó el momento de salir. Las primeras salidas fueron oportunidades únicas para ver la ciudad desde otra perspectiva, y así lo describían: ‘Parece una calle diferente’, ‘no vemos las sonrisas de las personas porque llevan mascarilla’, ‘mi vecino y yo hablamos, pero no chocamos las manos. Nos saludamos con el codo’. Una nueva mirada a la ‘nueva normalidad’.

Todas estas impresiones y experiencias del confinamiento y de la posterior desescalada se iban aderezando con humor y alegría en estos encuentros en grupo a través de las videollamadas. Han sido instantáneas no solo del paso del invierno a la primavera (con vistas a un verano luminoso) sino también de la necesidad de autorregulación emocional.

Ciertamente, ha sido una etapa de aprendizaje para todos en la que era, y aún sigue siendo importante, estar ocupado y distraer la mente. Sin embargo, también han sido necesarias las ocasiones de disfrutar no haciendo nada, de que el aburrimiento se instalase en nuestros hogares para pasar del ‘multitasking’ que imperaba en nuestras rutinas diarias al disfrutar del aquí y del ahora en familia manejando las emociones que nos abrumaban. ¡Sin duda, una gran lección de tolerancia, resiliencia y empatía!

Fuente de la reseña: https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/educacion-emocional/capsula-tiempo-recordar-entender-pandemia/

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Opinión: Una Libreta Para La Vida, Para Cambiar Nuestra Mirada Y La De Nuestros Alumnos

Por: Jonquera Arnó y Xavier Aragay

Escribir, una práctica sencilla pero profunda, es una herramienta poderosa que se hace imprescindible en estos momentos de incertidumbre.

Ya llevamos bastantes días confinados en casa observando cómo somos capaces de vivir sin hacer tantas cosas fuera de ella. Las escuelas están cerradas y todos los docentes y directivos, con un gran espíritu de generosidad y compromiso, hemos ido buscando maneras de asegurar el ritmo de aprendizaje de nuestros alumnos. Hemos querido trasladar la escuela que teníamos y vivíamos, a cada casa, con nuestros alumnos y sus familias. Está siendo un esfuerzo épico.

Casi sin quererlo, hemos creado una nueva vía para educar. Y junto a esa nueva manifestación de ser educador, mayoritariamente desconocida para muchos y muy poco entrenada, hay que gestionar el ritmo de la familia, la preocupación por los seres queridos, por la salud y por el futuro. Nadie nos avisó de este viaje. No estábamos preparados, ni como escuela, ni como educadores, ni como directivos. Creíamos que la escuela era casi inamovible, estática, siempre ha estado allí y justo ahora se para y no precisamente para irnos de vacaciones, sino para situarnos en otra perspectiva, en otra mirada, en la tesitura de rescatar lo esencial, acompañar, ayudar a crecer, ayudar a pensar y quizá menos a hacer o solamente a transmitir contenidos. La realidad nos ha obligado a frenar. Y sabemos que aunque tarde, volverá aquella escuela presencial que dejamos, volverá la “normalidad”. ¿Cómo anticipamos y nos preparamos desde ahora para que sea distinta? ¿Cómo aprovechamos este tiempo para transformarnos para transformar?

Para nosotros, una de las herramientas que nos puede ayudar es la Libreta del Itinerario Personal, que también podemos llamar, el cuaderno de la vida. En Reimagine Education Lab iniciamos todos los seminarios entregando un cuaderno para este cometido. Invitamos a directivos y docentes a incorporar esta poderosa herramienta a su vivir diario, como un aliado, un amigo…un confidente que nos acompaña a encontrarnos con nosotros mismos, con lo esencial, con la incertidumbre, con la gratitud, con la inspiración. Una herramienta que nos ayuda a tomar perspectiva de las situaciones que vivimos. En definitiva, como dice Otto Scharmer, para conectar con nuestra fuente interior y dejar fluir, sin ponernos freno alguno, como quien deja fluir la corriente de un río. Así de simple y así de complejo.

El proceso de cambio que estamos viviendo, tanto nosotros como nuestros alumnos y familias, pide caminar y adoptar maneras de hacer diferentes. Requiere tiempo, tiempo para transformar marcos mentales, para conocernos y para hacernos preguntas: ¿Qué deseo? ¿Qué persona quiero ser? ¿Qué educador? ¿Qué directivo? ¿Qué quiero dejar porque, en esta nueva realidad que está surgiendo, ya no me será útil? ¿Qué es aquello que voy a necesitar y quiero que nazca en mí? Cuando termine todo, ¿imagino y quiero la misma escuela?

Así pues, ahora que todo se ha parado (sí, ¡ahora!), te invito a que cojas una libreta, la que tú quieras, la personalices con colores, frases, imágenes y cuando ya te hayáis conocido, párate y piensa qué quieres compartir con ella. ¿Quizás aquellos aprendizajes sobre tu ser educador que estás haciendo estos días? ¿Quizás qué líder van a necesitar nuestros equipos y nuestra escuela? ¿Qué es lo que me da sentido como educador? ¿Cuál es a la semilla que quiero que nazca en mí cuando vuelva a la escuela? ¿Voy a ser igual? ¿Qué mirada quiero tener hacia mis compañeros y alumnos? Elige un camino, una recorrido, deja fluir y disfruta. Es en estos momentos donde se hace imprescindible MI LIBRETA, un lápiz y un espacio/tiempo para escribir cada día. El valor de escribir estriba en dejar fluir para anclar, vislumbrar, descubrir patrones, esquemas, agradecer, amarte, perdonarte y permanecer en tu esencia real, en aquello que eres y vives. Y esta práctica sencilla pero profunda, unida a un tiempo de meditación, se convierte en el anclaje más poderoso de nuestro ser.

Y esta herramienta también podemos utilizarla con nuestros alumnos, en nuestra tutoría. Tenemos una gran oportunidad de compartir esta acción-reflexión con ellos. Que escriban su diario del confinamiento. En casa. Escribiendo lo que piensan, lo que hacen, lo que sienten. Y después, lo compartimos, juntos.

El viaje hacia nuestro interior es una aventura a la vez arriesgada y apasionante para toda persona —educador, directivo, alumno— que quiera vivir a fondo su vida, su vocación en conexión consigo mismo, con el otro y con el universo. Esta es una experiencia que hacemos y practicamos y que deseamos compartir: un viaje en solitario al interior de uno mismo en barco de papel y pluma.

La vida va de caminos. Ahora tenemos uno por recorrer, pero esta vez es en solitario, a la profundidad de uno mismo. Necesitamos poco equipaje, simplemente una LIBRETA y un lápiz. ¡Atrevámonos! ¡Nuestros alumnos y la escuela lo necesitan!

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/cuaderno-de-vida-educacion-reflexion

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El presupuesto para la nómina docente en el centro de interés de la neoprivatización educativa

Los aterradores números de la OIT

Los datos de seguimiento de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) al empleo, en el marco del Coronavirus, evidencian la crisis del sistema financiero internacional, pero también el curso de la reingeniería en el mundo del trabajo. De 3.300 millones de trabajadores que conforman la fuerza laboral global, 2.000 millones lo hacen desde el empleo informal, siendo estos últimos los más vulnerables. En el sector informal 1.200 millones de empleos son altamente inestables y son los que más rápido están siendo alcanzados por los efectos de la pandemia. En el primer ciclo (enero-abril) del Coronavirus se están perdiendo 195 millones de empleos y el impacto continúa expandiéndose. No sería atrevido plantearse que si la cuarentena se prolonga hasta julio el desempleo podría duplicarse.

El cálculo lo hacen a partir del número de horas efectivas que se están perdiendo en la actividad económica mundial, vinculados en su mayoría al sector manufacturero, comercial e independiente. Se establece que el impacto en la región de América puede llegar a los 24 millones de pérdidas de empleo, siendo Asia y el Pacífico la región mas afectada con la perdida de 125 millones de empleos.

En la segunda edición del Informe del Observatorio de la OIT sobre el “Covid-19 y el mundo del trabajo: estimaciones, actualizaciones y análisis” (07-04-2020) se establecen rangos de empleos en los cuales las repercusiones actuales de la crisis sobre la producción económica son “bajos”, bajos-medios”, “medios”, “medio-altos” y “altos”.  Entre los considerados bajos en esta etapa está el sector de la enseñanza que representa el 5,3% de empleo mundial y el 1,23% en su relación salarial en función de los ingresos mensuales promedio por sector/ingresos totales promedios a nivel mundial. Sin embargo, la OIT está viendo lo actual, no la tendencia que esto marcará en el mundo de la educación.

El Banco Mundial (2018) estima que la curva promedio de inversión en educación en el mundo, entre 2000 y 2018, oscilo del 4,163% del PIB al 4,487%. Esto no niega que países como Cuba destinan el 13% de su PIB a lo educativo mientras que en África encontramos indicadores muy por debajo de la media mundial. Sabemos que en muchos de nuestros países el peso presupuestario de la nómina docente puede ir del 75% al 85% de los recursos destinados a la educación. Esta cifra debe ser valorada en el marco del acuerdo de Incheón, Corea (2015) en el cuál se contempló que el 6% del PIB de cada país, debe ser el mínimo del PIB  destinado a educación.

En la actual recesión económica y en el marco de la reestructuración capitalista a gran escala que tiene como telón de fondo la pandemia del Coronavirus, surgen presiones para el asalto de los dineros públicos como uno de los paliativos para salir de la crisis capitalista global. En ese contexto la profesión docente se convierte en blanco de las apetencias de la lógica mercantil.

En ese marco debemos valorar lo que está ocurriendo con la cuarentena y la convocatoria de los ministerios a la educación virtual. Como he insistido en mis artículos, mientras los gobiernos se muestran incapaces y desbordados para garantizar internet, computadoras y contenidos, las trasnacionales de la informática, arquitectura de la nube y contenidos educativos digitales, tienen más de una década preparándose para la actual coyuntura pedagógica, para el día “D” que les posibilite la construcción de hegemonía sobre el inicio del tránsito entre la tercera y cuarta revolución industrial a nivel de lo escolar.

Las transnacionales de la informática ya habían capturado el porcentaje educativo destinado a la actualización tecnológica (computadoras, redes, proveedores de internet, impresoras, softwares privativos), el cuál llegaba por distintas vías a las cinco más importantes empresas proveedoras de equipos tecnológicos en el mundo. Ahora su mirada está colocada en un nuevo nicho presupuestario.

Entre el 2005 y la actualidad, Google, Microsoft, Discovery Education, Pearson Educación, entre otras desarrollaron una batería de contenidos interactivos, ágiles, con la lógica de imagen sonido y brevedad que caracteriza a la comunicación del siglo XXI. Son propuestas que se encuentran en el formato de la educación bancaria virtual pero que resultan atractivas ante el vacío de alternativas, tanto de los ministerios de educación como de los movimientos magisteriales.

La crisis del Coronavirus ha construido hegemonía sobre la necesidad de vincular el mundo virtual con los procesos de enseñanza-aprendizaje. Pero ¿de dónde saldrán los enormes recursos presupuestarios y financieros que se requiere para ello? Más aún en un marco de recesión global. Y las miradas del mercado global, preocupado por  reactivar la economía y construir las condiciones de posibilidades para el modelo de gobernanza de la cuarta revolución industrial, se posan sobre el apartado presupuestario que se usa para el pago de nómina docente.

No ha terminado de ser controlada la pandemia y ya muchos gobiernos están suscribiendo acuerdos con Pearson Educación o Google para ayudar a resolver la coyuntura y establecer un vínculo de largo alcance en materia formativa. Se trata de la operacionalización del Apagón Pedagógico Global (APG) que vengo denunciado desde 2015.  Ante la carencia de uso del mundo digital en el aula, por resistencias o falta de formación de los docentes para ello, la virtualidad comienza a disputar el otrora espacio hegemónico de los y las maestras(os) como líderes de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Por ello, lo que viene a nivel de propaganda, una vez superada la crisis del Coronavirus, será la profundización de la campaña de desprestigio a los docentes y la profesión docente, acusándonos a les maestros(as) de obsoletos ante la vorágine de la aceleración de la innovación. Esta será la tensión de los meses y años siguientes al retorno a la “normalidad” escolar, una vez superada la pandemia.

Como hemos aprendido no siempre el capital logra sus propósitos. Las luchas y las resistencias serán muy importantes para sostener la escuela pública, presencial, científica y popular. Pero ello demanda una actualización urgente del magisterio, sus gremios y las praxis de construcción de alternativas. Tenemos que aprender a trabajar el mundo digital en el aula en diálogo e interacción permanente con la presencialidad, el afecto, el diálogo y el encuentro. Una parte del mañana dependerá de nuestra disposición, voluntad y de la capacidad de aprender lo nuevo rápidamente. El capital juega lo suyo, los trabajadores de la educación tendremos que hacer lo propio desde una perspectiva humanista y anticapitalista.

Fuente: El autor escribe para OVE

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