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Protestan estudiantes de Albania frente a Ministerio

Europa/Albania/23 Mayo 2019/Fuente: Prensa Latina

Estudiantes universitarios albaneses protagonizaron hoy una manifestación ante la sede del Ministerio de Educación para presentar una serie de demandas en aras de mejorar la situación existente en la enseñanza superior.

Se trata de cinco puntos, de una agenda de 14, que consideran no negociables y deben ser implementados.

Exigen la abolición de la ley de Educación Superior vigente, enseñanza de calidad para todos los jóvenes y apoyo financiero para los dos ciclos de estudio y clasificación de los programas en correspondencia con los mejores modelos existentes.

También reclaman una representación mayor de estudiantes en los órganos de gestión de los centros y una auténtica autonomía de las instituciones de ese nivel de enseñanza.

En un comunicado, calificaron la protesta de simbólica, como un mensaje a esa cartera de que debe cumplir con sus pedidos so pena de que mañana sean muchos más en las calles y no haya lugar ni tiempo para sentarse a dialogar, como ocurrió en diciembre.

Entonces se realizaron grandes manifestaciones que continuaron hasta febrero de 2019 en reclamo de la reducción de las tarifas y mejoras en las condiciones de los centros docentes y las residencias estudiantiles.

Hoy los estudiantes recibieron el apoyo de los mineros, quienes se unieron a la marcha.

Sin embargo, las tensiones crecieron con el sobredimensionamiento de la presencia policial y se produjeron acciones violentas durante las cuales un grupo de participantes lanzó bombas de humo y piedras que rompieron numerosas ventanas de la sede ministerial.

Ante estos hechos, la titular de Educación, Deportes y Juventud, Besa Shahini, reaccionó con una declaración en la cual afirmó que lo sucedido hoy no es una protesta estudiantil, sino una reunión de un grupo de militantes violentos.

Lamentó que un pequeño grupo convirtió la marcha en un escenario de violencia.

Esto, remarcó, estuvo muy lejos del Pacto Universitario y de las acciones de diciembre pasado y calificó la rotura de las ventanas de acto de revoltosos que responde al peor modelo de los políticos de la oposición.

Desde fines de 2018 la situación política en Albania se tensó sensiblemente debido a las grandes manifestaciones casi semanales de partidos rivales al primer ministro, Edi Rama, a quien acusan de encabezar un gobierno de corruptos y demandan su dimisión.

Piden además el establecimiento de un gobierno interino y la celebración de elecciones legislativas adelantadas.

Para el sábado 25, el líder del Partido Demócrata, Lulzim Basha, quien lidera las protestas, anunció que saldrá la población de forma masiva a las calles para reiterar las demandas, al tiempo que confirmó el rechazo de esa y otras fuerzas políticas opositoras a un diálogo, sin condiciones, propuesto por el premier.

Imagen tomada de: https://www.prensa-latina.cu/images/2019/mayo/22/dsh-protesta-estudiantes-albania.jpg
Fuente:
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África tiene la tasa más baja de escolarización, a pesar de duplicar su número de matriculados

Redacción: Rome Reports

La ONG Harambee ha publicado un nuevo informe sobre la enseñanza superior en África subsahariana.

Para realizarlo ha estudiado las características de la educación superior en países como Nigeria, República Democrática del Congo, Costa de Marfil y Sudáfrica.

ROSELLA MIRANDA
Harambee Italia
“Hay desigualdad de género, faltan infraestructuras, los profesores están malpagados o no pueden actualizar los planes de estudio. Hay tanto que hacer, pero lo que se registra en este estudio es que hay una gran fuerza de trabajo, más instruida y capaz de hacer el bien a la sociedad”.

Harambee promueve un proyecto cultural de comunicación y sensibilización sobre África. Por eso también ayuda a proyectos que los propios africanos realizan en sus países.

RAQUEL RODRIGUEZ
Harambee España
“Harambee lucha por la escolarización sobre todo de las niñas, y de los niños también, hay muchos proyectos de salud materno infantil, para que ninguna mujer tenga que morir por estar embarazada dando a luz”. “En Costa de Marfil se ha ayudado a sacar de los problemas de malnutrición severa a más de 500 niños. Cada tratamiento contra la malnutrición severa cuesta menos de cien euros. Ochenta y tantos euros es salvar la vida de un niño”.

Desde 2002 Harambee ha ayudado a más de 80 proyectos educativos y de desarrollo. El año que viene apoyará otros 10 proyectos nuevos. Cada año, Harambee España otorga el premio “Africana del año” a la mujer que haya dirigido o puesto en marcha un proyecto de desarrollo importante.

RAQUEL RODRIGUEZ
Harambee España
“Lo que más me impresiona es lo que son capaces de hacer los africanos con los pocos medios que les damos, es decir que hacen multiplicar todo por mil”.

La buena noticia es que hay países como Nigeria o Sudáfrica donde el desarrollo educativo y económico está mejorando y Harambee trabaja para que esas mejoras se consoliden.

Según la UNESCO el número de estudiantes matriculados en enseñanza superior en África se ha duplicado en los últimos 15 años y ha pasado de 6 millones a 12 millones. Sin embargo, el acceso a la educación superior, en particular para las mujeres, sigue siendo la media regional más baja del mundo.

Fuente: https://www.romereports.com/2018/11/24/africa-tiene-la-tasa-mas-baja-de-escolarizacion-a-pesar-de-duplicar-su-numero-de-matriculados/

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Guía para convertir las universidades africanas en líderes en investigación

Redacción:  El País

Para revitalizar la enseñanza superior se necesitan tres acciones interrelacionadas fundamentales

África subsahariana representa el 13,5% de la población mundial, pero menos del 1% de la producción mundial de investigación. En 2008, se publicaron 27.000 estudios en África, la misma cifra que Países Bajos.

Sin embargo, el índice general sigue siendo deficiente. En parte, el problema se debe a que el continente contribuye con menos del 1% del gasto mundial en investigación y desarrollo. Los gobiernos no invierten un porcentaje significativo de su producto interno bruto (PIB) en investigación.

Además, África subsahariana depende en gran medida de la colaboración internacional y de los académicos visitantes para llevar a cabo sus trabajos. En 2012, el sur generó el 79% de su producción investigadora a través de colaboraciones internacionales. Por su parte, en África oriental las cifras fueron del 70%; y en África occidental y central, del 45%.

África subsahariana representa el 13,5% de la población mundial, pero menos del 1% de la producción mundial de investigación

Esto supone un fuerte contraste con la colaboración intraafricana, sumamente escasa. La colaboración entre investigadores locales varía del 0,9% en África occidental y central al 2,9% en el sur del continente.

En el corazón de esta problemática se encuentra la reducida financiación pública que se dedica a las universidades. Es en este ámbito donde también se deben buscar soluciones. Ha llegado la hora de que las universidades, los gobiernos y las organizaciones para el desarrollo tomen medidas para fomentar el progreso de las instituciones académicas con mejores resultados en investigación.

El modelo que hemos desarrollado en el Consortium for Advanced Research Training in Africa (CARTA; Consorcio para la Formación en Investigación Avanzada en África) evidencia que se puede revitalizar el mundo académico africano y de la mano de africanos. CARTA es un consorcio de ocho universidades y cuatro centros de investigación, todos africanos.

África subsahariana depende en gran medida de la colaboración internacional y de los académicos visitantes para llevar a cabo sus trabajos

CARTA se sometió a una evaluación independiente que recomendó una aplicación más amplia de su modelo.

Plan de acción

Se necesitan tres acciones interrelacionadas fundamentales para revitalizar la enseñanza superior:

  1. La primera es diferenciar el sistema de enseñanza superior del continente. Algunas universidades deben convertirse en centros líderes, focalizando sus recursos en la formación de graduados y en la investigación.
  2. En segundo lugar, se deben crear nuevos mecanismos de financiación para estas universidades líderes.
  3. Por último, se deben poner en marcha nuevos sistemas de rendición de cuentas para garantizar unos elevados estándares. También debe haber espacio para que nuevas instituciones entren en el sistema.

Una razón muy convincente para diferenciar entre las universidades líderes en investigación y las que se centran en la enseñanza de grado es que la población de África subsahariana se habrá duplicado para el 2050, lo que generará una demanda continua de enseñanza superior. Al mismo tiempo, esta requiere una formación apropiada del cuerpo docente con grados avanzados.

Dicha población es la que se necesitará para dotar de personal a las nuevas universidades y conservar unos altos niveles de calidad en todo el sistema de educación superior. Así pues, las universidades líderes en investigación son el lugar óptimo para formar a tales personas.

Financiación y rendición de cuentas

Se requerirán nuevos mecanismos de financiación para apoyar a las universidades de investigación.

• En primer lugar, estas instituciones deben dedicar sus propios recursos a la investigación.

• Segundo, los gobiernos africanos deben fortalecer su apoyo a la investigación en general. También deben proporcionar financiación específica para las universidades de investigación, capital que supera sobradamente los fondos operativos disponibles en la actualidad y los ingresos procedentes de las matrículas. Por tanto, los gobiernos pueden fomentar la colaboración relacionada con la ciencia mediante la financiación conjunta a escala regional y multinacional.

• Los organismos regionales y continentales, los socios para el desarrollo bilaterales y multilaterales y las fundaciones filantrópicas han de complementar estas inversiones. Tales financiadores deberían destinar parte de sus inversiones en África a respaldar a las universidades con mejores resultados en investigación.

• Los ciudadanos, las empresas privadas y los egresados deberían fundar cátedras subvencionadas en las universidades dedicadas a la investigación.

• Se deben fomentar y promover las asociaciones con entidades de investigación no universitarias.

La iniciativa CARTA, en colaboración con sus socios del norte, ha aprovechado algunas de estas fuentes de financiación. Asimismo, ha forjado alianzas que le han permitido reforzar la capacidad de investigación del continente, y parte de sus acciones se pueden replicar.

Hemos inscrito a más de 200 becarios de doctorado desde 2010, todos ellos seleccionados entre el personal de las instituciones que forman parte del consorcio africano. También hemos trabajado con más de 160 inspectores para revitalizar la supervisión de doctorados, y con más de 570 funcionarios universitarios para que nuestras instituciones miembros respalden la investigación de manera más firme.

Nuestros becarios de doctorado y graduados han producido 579 publicaciones revisadas por pares, y 36 han ganado premios o subvenciones para realizar trabajos de posdoctorado. Más aún, han recaudado más de 9 millones de dólares para financiar sus estudios de doctorado.

CARTA ha invertido más de 1,4 millones en infraestructuras para las instituciones miembros y ha desarrollado un programa de seminarios interdisciplinares para la promoción de graduados de alto nivel.

Los mecanismos de financiación que sugerimos fortalecerán a las universidades de investigación en varios ámbitos. Podrán atraer a investigadores líderes, crear infraestructuras y desarrollar sistemas de apoyo para la ciencia. También es una manera de traer de vuelta a los ciudadanos africanos migrantes para replicar sus programas en el continente.

Las universidades dedicadas a la investigación servirán de base para la formación de los jóvenes científicos, lo que desembocará en un ciclo virtuoso. Se incrementará la producción a través de publicaciones, los investigadores competitivos a escala internacional permanecerán en el continente o regresarán a él, se concederán subvenciones… Todos estos factores son fundamentales para garantizar la sostenibilidad a largo plazo.

Se debe impedir que las universidades seleccionadas se duerman en los laureles. También debe haber espacio para que ingresen al sistema las futuras instituciones de alto rendimiento. Proponemos una revisión por pares cada tres o cinco años, haciendo hincapié en la responsabilidad y la transparencia. La función revisora se podría confiar a un cuerpo supranacional con amplia representación.

Las universidades designadas como líderes en investigación podrían perder su nombramiento en función de su historial científico.

Los cimientos adecuados

No cabe duda de que, si bien las universidades han realizado una aportación marginal a la producción mundial del conocimiento, comienzan a darle la vuelta a la tortilla.

No obstante, seguimos encontrando obstáculos, especialmente en el caso de aquellas instituciones que aspiran a ser líderes en investigación. Trabajando con ellas para hacer efectiva esta transición, se podría transformar el panorama de la enseñanza superior en África subsahariana.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/09/25/planeta_futuro/1537884817_694826.html

 

 

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Juventud y liderazgo en África

Redacción: Rebelión

Cómo convertir la expansión demográfica del continente en un dividendo.

Según las Naciones Unidas, un joven es una persona entre 15 y 24 años de edad. En la actualidad, de los 1.200 millones de personas que componen la población africana, aproximadamente el 77% tiene menos de 35 años. A diferencia del resto del mundo, que se enfrenta al envejecimiento de su población, África tiene más de 200 millones de jóvenes, que son cada vez más numerosos, y se prevé que sean el doble en 2045.

Esta tasa de crecimiento demográfico sin precedentes en la historia moderna de la humanidad presenta retos y oportunidades por igual. Por eso, uno de los principales desafíos que tendrá que afrontar África en el siglo XXI será el de convertir la explosión juvenil en crecimiento y prosperidad que incluyan a todos. Una mala gestión del crecimiento demográfico tendrá graves consecuencias para África, Europa y el mundo en general. Para evitarlo, los países africanos necesitarán estrategias completamente distintas en materia de liderazgo, instituciones y políticas.

Si examinamos la historia reciente de África, vemos que la falta de liderazgo y el mal gobierno han sido las grandes causas de conflicto y subdesarrollo en el continente. Para empezar, es importante destacar que los 54 países africanos abordan de formas diferentes el liderazgo, las instituciones, las políticas y los programas de promoción de los jóvenes. Sin embargo, en todos ellos es llamativa la escasa participación de líderes juveniles, sobre todo en el sector público. Un continente joven como África no puede permitirse el lujo de menospreciar el papel de la juventud a la hora de avanzar.

Lo cierto es que, hasta ahora, África se ha beneficiado considerablemente de la existencia de líderes jóvenes que marcaron la diferencia. En 1976, durante la revuelta de Soweto , en Suráfrica, el niño de 13 años Hector Peterson murió por disparos en una manifestación pacífica de estudiantes contra la implantación del afrikaans como lengua educativa en las escuelas locales. Pero no murió en vano. La fotografía de su cuerpo en brazos de Mbuyiso Makhubo ocupó las portadas en todo el mundo, y se convirtió en el símbolo, no solo de la lucha de los jóvenes, sino también de la lucha contra el régimen represivo del apartheid en Suráfrica.

Más recientemente, en 2016, los jóvenes nigerianos llevaron a cabo con éxito una campaña con el lema “No somos demasiado jóvenes para presentarnos”, que provocó la enmienda de varios artículos de la Constitución y bajó el límite de edad para ser candidato a la presidencia del país de 40 años a 30.

 

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Diáspora congolesa en Bruselas con retratos del ex primer ministro de República Democrática del Congo, Patrice Lumumba, que protesta contra el líder actual del país, Joseph Kabila. Hatim Kaghat/AFP/Getty Images

También ha habido muchos líderes africanos jóvenes e importantes. Cuando Nelson Mandela fundó, en colaboración con otros, la Liga Juvenil (ANCYL)del Congreso Nacional Africano (ANC) para luchar contra el régimen del apartheid en Suráfrica, no tenía más que 26 años. Julius Nyerere fue primer ministro de Tanzania a los 39, y Patrice Lumumba fue primer ministro —el primero legalmente elegido— de la República Democrática del Congo a los 35. Todos ellos fueron jóvenes que impulsaron grandes transformaciones no solo en sus respectivos países sino en todo el continente.

¿Por qué, entonces, un continente tan joven como África está hoy gobernado por tantos ancianos? La edad media de la población africana es 19 años, y la edad media de los presidentes, 70, frente a la edad media de los gobernantes de los 10 países más desarrollados del mundo, que es 52.

La enorme diferencia de edad hace que a los dirigentes, muchas veces, les sea difícil sintonizar con los problemas de la juventud. Y muchos líderes septuagenarios tienden a aferrarse al poder de por vida, lo cual complica su sucesión por parte de las generaciones más jóvenes.

Para desarrollar todas las posibilidades que ofrece la juventud africana en materia de liderazgo, desarrollo económico y auténtica participación política, es necesario un gran cambio en la educación.

En las últimas décadas, el acceso medio a la educación y la proporción del PIB dedicada a ese capítulo han aumentado de forma considerable, hasta el punto de que la escolarización en la etapa de primaria en el África subsahariana pasó del 56% en 1990 al 76% en 2011. La escolarización en secundaria también ha aumentado. Sin embargo, el acceso a la educación superior sigue siendo un gran problema en la región. De acuerdo con uninforme del Africa-America Institute, las instituciones de enseñanza superior del continente no pueden acoger más que al 6% de los jóvenes africanos, frente al promedio mundial del 26%. Como consecuencia, según World Education Services , cada año, más de 350.000 estudiantes africanos buscan plazas en instituciones de enseñanza superior de otros continentes. Los principales destinos son Francia (alrededor de 95.000), China (50.000) y Estados Unidos combinado con Gran Bretaña (40.000). Teniendo en cuenta el gran vacío de liderazgo existente en África y la escasez de plazas en las instituciones de enseñanza superior, parece lógico que los jóvenes busquen oportunidades fuera. Pero es fundamental que escojan lugares que les proporcionen conocimientos y aptitudes aplicables al proceso de desarrollo y el contexto africanos.

 

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Jóvenes senegaleses participan en una competición nacional sobre robótica. Seyllou/AFP/Getty Images

 

Volviendo a la región del África subsahariana, es urgente que haya un cambio profundo en la educación. Un cambio de modelo que no solo incluya la perspectiva africana y mejore la calidad en general, sino que utilice los recursos existentes para satisfacer las necesidades de la gente.

Por ejemplo, la tierra y los jóvenes, dos recursos muy abundantes. El 60% de las tierras cultivables no aprovechadas están en África y, sin embargo, muchos países africanos tienen que importar alimentos básicos. Además, los jóvenes no piensan que la agricultura sea una opción de vida atractiva. Como consecuencia, la edad media del agricultor keniano es 63 años, y la del surafricano, 62. La formación técnica y profesional en el sector agrario podría dar empleo a millones de jóvenes africanos, garantizar que se queden en las zonas rurales, en vez de ir a vivir a unas ciudades ya superpobladas y, sobre todo, garantizar la seguridad alimentaria. Pero los jóvenes africanos, en su mayoría, están interesados en ser empresarios o trabajar en el sector servicios, como la banca y las telecomunicaciones.

Otra tarea fundamental es ofrecer a la juventud una educación que les permita beneficiarse de los avances tecnológicos. La cuarta revolución industrial, caracterizada por unas transformaciones tecnológicas fundamentales, exige cierto nivel de conocimientos, no solo para aprovechar sus beneficios sino para comprender los numerosos retos que la acompañan. Cuando se produjeron las revoluciones industriales anteriores, África, por motivos históricos, quedó al margen. Para que el continente se beneficie de las oportunidades que ofrece la actual, necesitará líderes dotados de conocimientos y capaces de adaptarse con rapidez a los cambios y de innovar.

Igualmente importante es la inversión en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEMS, en sus siglas en inglés), tanto para los niños como para las niñas, con el fin de que, además de consumir las nuevas tecnologías, puedan crearlas y fabricarlas.

Según un informe del Banco Africano de Desarrollo, entre 10 y 12 millones de jóvenes se incorporan cada año al mercado de trabajo, pero solo se crean 3,1 millones de empleos estables, lo cual hace que millones de ellos tengan que trabajar en la economía sumergida o permanezcan desempleados.

 

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El surafricano Tony Mbuya trabajando para su start up en Johanesburgo. Leon Neal/Getty Images

 

Para acelerar la creación de empleo, debería incorporarse a los programas de las escuelas africanas cómo desarrollar el espíritu emprendedor, una materia que no suele enseñarse. Al fin y al cabo, de acuerdo con un estudio del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), entre los africanos de 18 a 34 años, el 60% quieren ser empresarios, mucho más que sus homólogos de otras regiones: 17% en la Unión Europea, 30% en Norteamérica y aproximadamente 40% en Latinoamérica. El informe muestra también que, en 2013, el 56% de los jóvenes ugandeses aspiraban a ser emprendedores, seguidos de los jóvenes nigerianos y ghaneses, con el 53% y el 41% respectivamente. Es decir, lo que hace falta es un entorno que facilite y fomente el espíritu emprendedor y permita expandir las empresas ya existentes, en especial las start-ups creadas por jóvenes.

También será muy importante transformar las instituciones en África. Según Daron Acemoglu y James Robinson, estas son “las normas que rigen y configuran la vida política y económica”. Por tanto, unas instituciones integradoras benefician más a los ciudadanos, porque democratizan el acceso a los servicios básicos como la sanidad y la educación y aumentan la participación en el proceso de toma de decisiones. Eso lleva a un crecimiento económico incluyente y, en definitiva, permite que los países prosperen. Los gobernantes coloniales y autoritarios dejaron muchos Estados africanos con instituciones débiles o sin ninguna. África debe educar a sus jóvenes para que creen y administren unas instituciones que promuevan la participación política de todos y el desarrollo económico.

Es evidente que los jóvenes africanos parecen tener menos compromiso político que las generaciones anteriores. Las causas pueden ser la falta de confianza en las instituciones y la inexistencia de unos canales de participación apropiados. De acuerdo con un sondeo de Afrobarometer llevado a cabo en 2016 en 36 países africanos, solo el 53% de la juventud se interesa por los asuntos públicos. La cifra cae aún más —hasta el 48%— entre las mujeres. Pero los jóvenes, la mayor franja de electores en la mayoría de los países africanos, podrían utilizar su voto para cambiar las cosas y presentarse como candidatos a cargos públicos. Así se responsabilizarían más de construir su futuro.

Por otra parte, existe la necesidad acuciante de una formación para los africanos que trabajan en el ámbito político que les permita formular políticas relevantes para el continente. En África es muy frecuente que se elaboren políticas con influencia extranjera y que, a menudo, no tienen en cuenta la perspectiva regional, por lo que resultan ineficaces.

Modelos de liderazgo en África

 

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El Primer Ministro etíope, Abiy Ahmed , saluda en un evento en Addis Ababa, 2018. Samuel Gebru/AFP/Getty Images

 

Desde que los Estados africanos se independizaron del poder colonial, casi todos ellos han vivido con modelos de liderazgo verticales u horizontales.

El liderazgo vertical es un modelo en el que el poder está concentrado en manos de un hombre o de sus más estrechos aliados. En África, este tipo de sistema ha conducido sobre todo a la creación y el establecimiento de instituciones extractivas y regímenes autoritarios. Es decir, unas instituciones que se utilizan para extraer los recursos de un país en beneficio de unos cuantos que ocupan el poder.

El modelo horizontal, de liderazgo compartido, tiene menos cadena de mando; en lugar de ello, cuenta con distintos líderes en muchos campos y muchos niveles. Este modelo facilita la creación de instituciones integradoras, y ofrece más oportunidades para que los jóvenes se pongan al frente.

Está claro que en África, hoy, el liderazgo está cambiando hacia el modelo horizontal. Gracias a un mejor acceso a la educación, existen líderes en muchos más ámbitos y más niveles que en décadas anteriores. Kenia y Etiopía son buenos ejemplos. En 2010, Kenia promulgó una constitución que consagraba un sistema de gobierno descentralizado, con una estructura que ofrece a los ciudadanos más oportunidades de participación en el servicio público a nivel nacional y regional. Desde que entró en vigor el sistema descentralizado, en 2013, ha aumentado el número de mujeres y jóvenes en posiciones de liderazgo en el espacio político. Asimismo, el primer ministro recién elegido en Etiopía, el doctor Abiy Ahmed, de 42 años, es el dirigente más joven de África y, aunque acaba de tomar posesión, ya ha empezado a tomar medidas como la liberación de miles de presos políticos y varias reformas institucionales que indican el giro hacia un modelo de liderazgo horizontal.

En conjunto, la mejora de la gobernanza ha producido trasnformaciones visibles, como el cambio económico gracias a una mejor gestión de las políticas macroeconómicas. Este extraordinario crecimiento reciente, tuvo su apogeo en 2010, cuando siete de cada 10 de las economías que más estaban creciendo se encontraban en África. Otros cambios positivos han sido la diversificación de algunas economías, por ejemplo Tanzania y Kenia, la integración regional y el reciente acuerdo de paz entre Etiopía y Eritrea.

Además, de acuerdo con un informe del Banco Mundial , la pobreza disminuyó del 56% en 1990 al 43% en 2012. La calidad de vida mejoró y, como consecuencia, se incrementó la esperanza de vida.

Todos estos avances permiten ser optimistas y vislumbrar en distintos lugares de África lo que puede proporcionar un liderazgo responsable y sensible. Con un mayor acceso a la educación secundaria y terciaria, es de esperar que los jóvenes africanos ocupen el vacío de liderazgo.

 

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Una chica participa en un evento de naturaleza política en Accra, Ghana. Pius Utomi Ekpei/AFP/Getty Images

 

¿Y está África haciendo todo lo posible para llenar ese vacío y permitir que los jóvenes desarrollen todas sus posibilidades? La Historia lo juzgará, pero, de momento, parece que hay varias iniciativas dignas de mención. Por un lado, la Unión Africana ha diseñado varias herramientas políticas para aprovechar el dividendo demográfico mediante inversiones en la juventud. Por otra parte, la Carta Africana de la Juventud (AYC), el Plan de Acción para la Década de la Juventud (2009-2018) y la Hoja de Ruta para la Juventud de la Unión Africana (2017) tienen como objetivo crear oportunidades para que los jóvenes desarrollen todas sus posibilidades en los países firmantes.

A escala nacional, muchos países africanos tienen diversos programas dirigidos a dar más poder a los jóvenes. Un buen ejemplo es Ruanda. Desde 2012, el Ministerio de la Juventud y Tecnología de la Información y la Comunicación, en colaboración con la Cumbre Africana de YouthConnekt , ha creado millones de oportunidades para los jóvenes ruandeses y otros países africanos.

La sociedad civil también está contribuyendo de forma importante a fomentar el talento de los jóvenes en todo el continente. Lo que todavía falta en la mayor parte de estas iniciativas es un mecanismo de observación y evaluación de impacto. Medir las repercusiones será crucial para adaptar las políticas antes de que sea demasiado tarde.

De aquí en adelante, el reto fundamental es que algunos países africanos como Somalia, Malí, Sudán del Sur o la República Democrática del Congo no están en situación de poner en práctica programas de empoderamiento de los jóvenes, principalmente debido a los conflictos políticos o la fragilidad de las estructuras de gobierno. No obstante, en términos generales, y en comparación con décadas anteriores, existe ya una masa crítica de africanos con educación que pueden contribuir de forma significativa a llenar el vacío de liderazgo.

Aunque la política en África sigue, en gran parte, dominada por la vieja guardia , lo que es innegable es que el continente ha emprendido un proceso de transición de los líderes. En este recorrido, cada país tendrá que marcar su propio ritmo. Y será necesario empujar a los jóvenes a asumir posiciones de líderes que les permitan crear empleo, dirigir instituciones y diseñar, implantar y gestionar políticas. Para que el proceso de transición tenga éxito, los jóvenes africanos tendrán que ser una parte integral de él.

La historia precolonial de África muestra que, en el pasado, el continente tuvo unos líderes importantes. El reino de Malí, el reino de Ghana y las civilizaciones etíope y nubia tuvieron gran influencia. Ahora, los jóvenes pueden conducir África hacia una prosperidad para todos en el siglo XXI.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=246101

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Crisis en Brasil saca a 170 mil estudiantes de la universidad

América del sur/Brasil/Fuente: Telesur Tv

La fuerte depresión económica de Brasil obliga a los jóvenes a canjear sus estudios por el campo laboral para poder cubrir sus gastos diarios de alimentación y subsistencia.

De acuerdo con un estudio realizado en Brasil por el Instituto Brasileño de Estadística y Geografía (IBGE), unos 170.000 estudiantes universitarios brasileños han desertado de la educación superior debido a los altos índices de inflación y la crisis que embarga al país carioca.

La encuesta realizada refleja que los estudiantes que se ven obligados a pausar la preparación universitaria están en un rango de edades de 19 a 25 años.

«El promedio del aumento del stock de estudiantes que tuvieron que abandonar sus cursos de graduación era de alrededor del 5 por ciento al año, entre 2013 y 2016, evasión que aumentó un 47,8 por ciento en 2017, acompañando el movimiento de cierre de los puestos de trabajo y la reducción de la oferta de financiamiento estudiantil», informa el estudio de IBGE.

Entre los detonadores y causales del abandono de la educación universitaria se delimitan los aumentos inscripción, matricula, y aranceles académicos, aunado a los altos costos de la vida y las dificultades para la obtención de un empleo con una remuneración salarial digna y acorde a la realidad que enfrenta Brasil.

«Esto también tiene que ver con el aumento de la oferta de la enseñanza superior y con el mayor acceso a las universidades en los años anteriores a la crisis. La evasión es naturalmente grande, pero en 2017 fue peor por las restricciones de empleo y de renta «, evalúa el economista Cosmo Donato, de la LCA.

IBGE apunta además que una razón que se une al aumento de este índice de deserción académica es la disminución porcentual de los financiamientos ofrecidos por Financiamiento Estudiantil (FIES) que redujo en 2017 y lo que va de año sus patrocinios de 732.700 becas a 98.900.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/crisis-brasil-saca-estudiantes-universidad-20180521-0022.html

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Hazte un Cifu: no hagas exámenes, súmate a la lucha contra las pruebas externas

Por: Enrique Díez

Es necesario un modelo social de universidad pública, que ponga el conocimiento al servicio y al alcance de toda la sociedad frente a los objetivos clasistas, privatizadores y mercantilistas de la ofensiva neoliberal.

Corría este y otros mensajes similares por las redes estos días con motivo del escándalo de la presidenta de la Comunidad de Madrid del Partido Popular, en cuyo currículum figura un Máster de Derecho de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), que a todas luces parece que obtuvo de forma fraudulenta.

Los datos que han salido a la luz muestran que aprobó asignaturas que se habían impartido antes de que Cristina Cifuentes se matriculase en el Máster en que se impartían, cuando además se había matriculado tres meses después del plazo legal para hacerlo. Falsificación de firmas en actas, trabajos de fin de máster que no se presentaron, tribunales que no existieron, no asistencia a clases en un máster presencial, aprobar sin hacer exámenes obligatorios… Algo que hasta la propia presidenta de la Comunidad de Madrid admitió ante el parlamento regional, que ni fue a clase ni hizo los exámenes.

Todo un despropósito, que en cualquier Estado “civilizado” habría supuesto la inmediata dimisión o destitución de un cargo público de este nivel, no solo por el presunto fraude universitario cometido, sino especialmente por su reiterada persistencia en falsear la realidad o dicho más claramente, mentir, y cambiar las versiones de sus declaraciones en función de las nuevas denuncias periodísticas que se iban sucediendo.

Este tipo de actuaciones de algunos dirigentes políticos (aunque no solo políticos, por cierto), se asienta en la impunidad que parece regir en este Estado, donde se encarcela a raperos por cantar estrofas críticas y prescriben delitos de grandes causas de corrupción, se amnistía a las grandes fortunas que defraudan fiscalmente o se rescatan a los bancos con 1,5 billones de euros (no los 60.000 millones que nos suelen decir).

Impunidad cimentada por la cúpula de determinados partidos (los denominados partidos del régimen) y sus connivencias con el poder económico y mediático (véase el listado de dirigentes políticos de estos partidos que ocupan consejos de administración de empresas públicas privatizadas o de grupos de comunicación). Dirigentes políticos que han tratado de convertir la política en un negocio, como manifestaba Vicente Sanz, exsecretario general del PP de Valencia, cuando afirmaba “yo he venido a la política para forrarme” y que el exministro y Portavoz del Gobierno del PP, Eduardo Zaplana, confirmaba diciendo “me tengo que hacer rico” (de ahí buena parte del hastío de la población ante la política en general, y los partidos en particular).

Este clima de impunidad está generando que el humor se convierta en válvula de escape ante una realidad que parece desbordar todas las previsiones. Cada mañana nos desayunamos con nuevos casos de corrupción, sí, pero también de impunidad y vemos cómo Urdangarín celebraba su cumpleaños en Ginebra rodeado de la familia “real”, sin devolver un euro de lo que nos ha robado a todos y todas. Por eso el tuit que circula por las redes “hazte un Cifu: no hagas exámenes, súmate a la lucha contra las pruebas externas” emplea la ironía, casi el cinismo, para señalar quizá lo que se nos pasa por alto, en este espectáculo frenético de noticias de corrupción y escándalos, recordando el dicho: “cuando el sabio señala la luna, el necio mira el dedo”.

Porque mientras se señala la corrupción, la “normativa” del PSOE y del PP legalizan la evasión fiscal a través de las SICAV. Mientras señalamos el rescate de autopistas, han desmantelado la banca pública y quebrado las cajas de ahorro. Mientras denunciamos el brutal aumento de la compra de armamento, han privatizado el sector estratégico de la energía y nos han convencido de que no tiene sentido el artículo 128 de la Constitución que señala que “toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”.

Lo mismo pasa en este caso con la Universidad. Nos centramos en el escándalo Cifuentes, olvidando que ha sido esta presidenta de la Comunidad de Madrid la abanderada en el intento de aprobar una legislación universitaria, la LEMES, concebida como una avanzadilla de una próxima ley estatal, como denuncia la Coordinadora Universidades Públicas de Madrid.

Ya no se trata de que dos de los partidos del régimen, PSOE y PP, creen universidades a su imagen y semejanza (la Carlos III, el primero o la Rey Juan Carlos, el segundo). O que alguna de éstas parezca estar al servicio del partido (en el caso de la URJC cargada de escándalos como el del rector plagiario, el refugio dado a dirigentes implicados en la Púnica, la contratación ilegal de la hermana de Cristina Cifuentes o ahora el culebrón del master de la propia Cifuentes con la manipulación de un expediente para beneficiar a un cargo público). Ni siquiera de las conexiones con el poder, que amenazan la independencia de uno de los órganos vitales de toda democracia que debe generar progreso científico, humano, social y cultural. Se trata del modelo de Universidad Pública gerencial, elitista y segregadora que pretenden consolidar y que pone en evidencia este reguero de escándalos.

La doctrina neoliberal aplicada a la enseñanza superior en la LEMES, en un contexto de recorte presupuestario continuado, conduce a lo que se ha denominado el “capitalismo académico”: universidades cada vez más comprometidas en una competencia de tipo comercial, en busca de fuentes de financiación complementarias y con una formación y docencia fundamentalmente orientada por las competencias pre-identificadas por el mercado de trabajo. Otras capacidades que podrían promover una sociedad más justa y mejor van quedando “obsoletas” y se las obvia progresivamente. Este modelo pone la universidad al servicio del mercado, recortando la financiación pública, asignando presupuestos en función de la posición en rankings, utilizando los contratos-programa para decidir prioridades (incentivan, por ejemplo, el uso del inglés o la investigación frente a la docencia), y fomentando una lucha competitiva por los escasos recursos entre universidades, en vez de potenciar la cooperación interuniversitaria. Crea figuras de profesor visitante “distinguido” para conseguir la anhelada “flexibilización” en la contratación del profesorado, asegurándose el control del profesorado universitario y creando docentes de “elite” con contratos blindados y otros a 5 euros la hora.

Las universidades han dejado de ser espacios para enseñar, realizar trabajo académico, investigar y debatir sobre la ciencia y el conocimiento a ritmo pausado y profundo, y se están transformando en “universidades corporativas o emprendedoras” que requieren la obtención de resultados cuantificables, que puedan ser patentados, transferidos y explotados, mientras se recortan presupuestos para proyectos “improductivos” de orientación humanística o crítica. Orientándose de manera creciente a la formación para el mercado laboral, con un doble modelo: de élite para quienes se lo pueden pagar y de precariado para quienes no tienen recursos y medios. La universalidad propia del conocimiento universitario ha sucumbido al modelo pragmático e instrumental del saber al servicio de la economía. Parece no encontrar ya más razón de ser legítima que la salida profesional de los estudiantes universitarios y el beneficio que las empresas pueden extraer de las investigaciones y del “entrenamiento” que pueden recibir en ella los futuros trabajadores y trabajadoras de sus empresas, formados a costa del dinero público.

Fruto de ello es la penetración de la lógica del beneficio inmediato, que se va introduciendo progresivamente también en las dinámicas de investigadoras y académicos en que se enmarca este “cifuentesgate”. Lo que se está jugando, en definitiva, es el modelo de Educación Superior que se pretende y que responde a un modelo de sociedad.

Es hora de defender un modelo de universidad pública al servicio de las necesidades sociales reales y prioritarias, que pare los recortes privatizadores y mercantilistas de la ofensiva neoliberal. Es necesario conseguir una Universidad pública y gratuita para asegurar el derecho de toda la ciudadanía a la educación superior, como sucede al menos en diez países europeos. Pero también es necesario profundizar y priorizar la función social de la universidad, consiguiendo un contrato educativo con la sociedad en su conjunto, que entienda la institución académica como un bien público y permita su desarrollo como tal, con una democratización radical de su funcionamiento y contenido.

En definitiva, un modelo social de universidad pública, que ponga el conocimiento al servicio y al alcance de toda la sociedad frente a los objetivos clasistas, privatizadores y mercantilistas de la ofensiva neoliberal, exigiendo una universidad pública de todos y todas y para todos y todas.

Por cierto, mi enhorabuena, desde aquí al equipo de periodistas de eldiario.esque han destapado este “cifuentesgate”, recuperando la tradición de investigación más admirable del periodismo al servicio de la verdad y como vigilancia y denuncia del poder corrupto.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/04/19/hazte-un-cifu-no-hagas-examenes-sumate-a-la-lucha-contra-las-pruebas-externas/

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Villar Palasí, el ministro que reformó la educación española

España/17 de abril de 2018/Por: TAMARA MONTERO/Fuente: https://www.lavozdegalicia.e

La Ley General de Educación estuvo vigente hasta los noventa.

La universidad exigía a gritos un cambio. Lo exigía en la calle, en un conflicto sin precedentes. Al final, Manuel Lora Tamayo se vio desbordado. Y dimitió. Con las universidades todavía en pie de guerra -incluyendo la compostelana- asumió el Ministerio de Educación de los últimos estertores del franquismo un valenciano, José Luis Villar Palasí. El 18 de abril de 1968 accedió al cargo. En el siguiente Consejo de Ministros presentó una de las grandes reformas educativas de España. La que implantó la EGB y el BUP y que logró mantenerse vigente hasta 1990.

La Ley General de Educación, que se aprobó en 1970, venía precedida de un profundo análisis del sistema que fue capaz de poner el foco en los grandes errores que estaba cometiendo España. Reconocía que estaban coexistiendo dos sistemas educativos, uno para las clases acomodadas y otro diferente para las populares y que lo que debiera ser un promotor de la movilidad social a través de la meritocracia actuaba en realidad como un instrumento de estratificación social. Cada etapa educativa funcionaba en una total desconexión con la siguiente y los planes de estudios eran rígidos, uniformes y enciclopédicos. Tan solo había que mirar el sistema de reválidas para ver que se basaba en tragar para después escupir conocimientos. Y el primer corte se producía a los diez años.

Así que un grupo de tecnócratas se dedicó a diseñar un sistema educativo integral, que diera diferentes salidas al término de cada etapa, que fuese universal y que por primera vez contemplase el concepto de educación permanente. Habían nacido la EGB, el BUP y el COU, una estructura básica que permaneció vigente hasta que en los noventa se puso en marcha la actual, que amplía la educación obligatoria hasta los 16 años y la divide en dos niveles: la primaria y la educación secundaria obligatoria (ESO).

Una ley posfranquista

«Foi unha lei franquista pero pensada para unha etapa posfranquista». Lo explica el catedrático de Pedagoxía de la USC Miguel Anxo Santos Rego. El gran defecto de la ley es haber sido promulgada por una dictadura. La gran virtud, cree el profesor, es que fue «proxectada para facer fronte a un cambio social, a unha sociedade con clase media, valores distintos, unha apertura e circunstancias totalmente diferentes ás anteriores leis».

Y estuvo en vigor durante veinte años. «Durou bastante porque foi promulgada nunha conxuntura política que permitía a súa duración», aclara Santos Rego. Porque la Transición suponía un reajuste de toda la vida política y social. Sin embargo, no fue la más longeva. Aspectos de la ley de 1857 estuvieron vigentes hasta los setenta.

El sistema que siempre daba opciones

Según el sistema de la que acabó conociéndose como ley Villar Palasí, todos los pequeños de entre 6 y 14 años debían estar obligatoriamente escolarizados en la conocida como etapa general, que luego se bifurcaba en la formación profesional de primer grado o el acceso a un bachillerato común de tres años y asignaturas optativas, el BUP. Después, se escogía entre un curso de orientación universitaria o la FP de segundo grado.

También la enseñanza superior fue reformada y la estructura general funcionó hasta la implantación del Plan Bolonia, cuando desaparecieron diplomaturas y licenciaturas. Había carreras de primer ciclo, con tres años de duración -las diplomaturas-, y de segundo ciclo, que duraban cinco años y con las que se obtenía el título de licenciado. El tercer ciclo era el doctorado.

No fue un camino de rosas. La ley se implantó de manera bastante precipitada, sin programas piloto ni ensayos previos y además los recursos necesarios para su puesta en marcha no llegaron. De hecho, ante la escasez de financiación, no se creó realmente un preescolar gratuito. No era una etapa obligatoria.

Fuente de la Reseña:

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2018/04/16/villar-palasi-ministro-reformo-educacion-espanola/0003_201804G16P8991.htm

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