Page 1 of 6
1 2 3 6

Guía UNESCO: Educación en Emergencias en la E2030 – Reconstruir sin ladrillos.(PDF)

Educación en Emergencias en la E2030

Guía UNESCO

Reconstruir sin Ldrillos

«…En este escenario y ante la demanda de los países, la UNESCO ha redoblado sus esfuerzos para dar respuesta a las necesidades del sector educativo en contextos de emergencias, poniendo un foco especial en la regeneración de vínculos, confianzas y capacidades locales para una recuperación de largo plazo de las comunidades afectadas.» Cecilia Barbieri
Directora (a.i)

Tomado de Saludos Directora UNESCO

Descárguelo completo aquí: Guia_1_web_educacion_emergencias

 

Fuente de la Información: http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Santiago/pdf/Guia_1_web_educacion_emergencias.pdf

 

 

 

 

Comparte este contenido:

Siete pasos para que la rutina escolar sea una tarea fácil

Por: Semana Educación 

Los retos a la hora de pedirle concentración a un niño son cada vez más difíciles. Sin embargo, se pueden establecer parámetros y horarios que ayuden a los padres a desarrollar buenas prácticas escolares en casa.

Lograr que los niños desarrollen hábitos adecuados a la hora de hacer las tareas, es un esfuerzo que requiere de supervisión constante. Especialmente cuando los menores de edad usan la tecnología como entretenimiento. Para evitar esas distracciones, los niños deben contar con un guia que contribuya positivamente a iniciar una rutina escolar desde la casa, explica Claudia Marcela Rozo, profesora del Programa de Terapia Ocupacional de la Universidad del Rosario, quien destaca ciertos aspectos que pueden ayudar en este proceso.

“La tecnología en manos de menores de edad, es una herramienta que debe ser controlada, teniendo en cuenta el nivel de concentración de un niño promedio. Por lo tanto, el acceso a tablets, celulares y computadores durante el tiempo de estudio, debería limitarse a la búsqueda de información académica o actividades que desarrollen estas competencias”, explica Claudia Marcela Rozo.

Con el fin de lograr establecer una rutina sin que al niño le parezca aburrida o tediosa, es necesario desarrollar un programa diario de actividades, en donde se refuercen temas de responsabilidad, enseñanza y aprendizaje. La profesora del Programa de Terapia Ocupacional de la Universidad del Rosario propone siete prácticas a padres y tutores para crear buenos hábitos de trabajo escolar en casa:

1Lavar las manos antes y después de llegar del colegio. Es importante crear una conciencia de higiene para evitar futuras infecciones o alergias y permitirles acceder de forma más organizada a sus materiales y útiles escolares.

2Tener un tiempo de descanso no mayor a 20 minutos, en donde se dé el espacio para consumir alimentos livianos que permitan continuar con las actividades próximas. No son recomendables las siestas, ni la interacción con tecnología (televisión, redes sociales o videojuegos) antes de iniciar los deberes escolares, debido a que esto dificulta comenzar la rutina.

3. Una vez el niño inicia sus tareas, puede tener intervalos de descanso cada 30 minutos y que estos no superen los 10 minutos, durante los cuales no se debe prender el televisor, el celular o la tablet.

4. Durante el desarrollo de trabajos escolares, es necesario que sea el estudiante quien más esfuerzo académico realice. Es decir, el tutor no debe involucrarse tanto ni permitir que la tarea se convierta en su responsabilidad, su rol es solo facilitar la comprensión de la actividad que debe realizarse y priorizar su ejecución.

5. Es aconsejable que las tareas se realicen en un tiempo de máximo una hora diaria. Esto con el fin de que no se vuelva tedioso para el menor. Es necesario revisar si el niño se atrasa en el trabajo en el aula y por ese debe terminar en casa.

6Al finalizar esta rutina, se le permite al niño consumir su cena para que se realice la digestión adecuada y luego de esto proceder a las actividades normales de preparación para el siguiente día escolar.

7Antes de ir a la cama, se recomienda que los padres no permitan a sus hijos el acceso a celulares o televisores para que el descanso sea adecuado.

Para Rozo, estas prácticas deben realizarse a diario con el niño con el fin de lograr desarrollar un hábito. Es necesario el acompañamiento y supervisión constante que les enseñe a realizar de forma efectiva dichas actividades y que sea el menor quien al final pueda realizar sus tareas autónomamente.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/siete-pasos-para-que-la-rutina-escolar-sea-una-tarea-facil/633223

Comparte este contenido:

Vice primera ministra china subraya desarrollo de educación vocacional

Asia/China/30 Mayo 2019/Fuente: spanish.xinhua

La vice primera ministra china Sun Chunlan subrayó la necesidad de acelerar la construcción de un sistema de educación vocacional moderna.

Sun, también miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China, hizo estas declaraciones durante una gira de inspección por la provincia de Jiangsu del miércoles al viernes.

Sun pidió esfuerzos por profundizar en las reformas de la enseñanza y el aprendizaje en las escuelas vocacionales y alentar el desarrollo integrado de entidades industriales y educativas.

También exhortó a los organismos gubernamentales, centros educativos y empresas que se concentren en cultivar talentos con habilidades prácticas y mejorar la capacitación de maestros de alto nivel.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2019-05/25/c_138088717.htm

Comparte este contenido:

15 prácticas para la enseñanza y el aprendizaje

Por: Pluma Invitada

Existen muchos planteamientos que se hacen en función de optimizar el aprendizaje centrados en diversos factores derivados de la larga historia de la educación; la pedagogía ha sido objeto de múltiples estudios y estrategias, sin embargo, la educación, mas que avanzar, ha retrocedido debido a circunstancias diversas que no siempre está en nuestras manos controlar.

¿A qué se debe?, uno de los factores del atraso educativo radica, ya lo hemos dicho en notas anteriores, en que las políticas educativas se han estancado en eso, en la política. Desde el punto de vista de los juegos de poder, la educación no puede  sobrevivir en el remolino de la política, en un caos de ideas y de hasta ideologías incongruentes e inconexas; la política, así, no es más que politiquería de la que el educador, por simple conciencia, debe de permanecer alejado.

Sin embargo, existe otro ambiente educativo, uno indiferente a las posturas oficiales y propositivo de estrategias, sino más acordes con la realidad, al menos más congruentes.

Se trata de lo que a diario vemos en publicaciones nuevas –es muy sano darse una vuelta esporádica por las librerías-, en las redes sociales y/o en las múltiples páginas dedicadas al rubro de la educación, y que proponen consideraciones centradas en el aprendizaje efectivo y eficaz hacia la generación de competencias de toda índole, es decir, para ser competente y, por qué no, competitivo.

Se trata de foros que, gracias a la tecnología, alcanzan mucho más difusión, lo que nos lleva a ser selectivos, no porque estos espacios no sean bien intencionados, sino que, debido a su gran cantidad y variedad, no todos se adecuan a nuestras necesidades o a nuestras expectativas particulares, a nuestro tiempo o a nuestro contexto. Todo teórico de la educación, por definición, es positivo, plantea estrategias que, en teoría, son asertivas y funcionales; se trata de enseñar en el mejor de los mundos posibles, lo que, a veces, paradójicamente, resulta imposible, de ahí que en esta nota nos proponemos plantear, más que estrategias, prácticas no basadas en lo teórico, sino en la experiencia, y a partir de que no se debe caer en la utopía de la solución universal. Estas propuestas, en todo caso, están dedicadas a los desesperados.

Adecúate al contexto: todo educador sabe que ningún grupo es igual a otro, que ninguna escuela lo es, que la edad, el sexo, las condiciones de infraestructura, los intereses son distintos, que ayer no es igual que hoy y que mañana, las cosas podrán cambiar y, de hecho, cambiarán.

No enseñes lo mismo de la misma forma: cada aspecto de lo que se enseña tiene ángulos, aristas y vericuetos distintos y variables; un ejemplo puede llegar a ser bueno en el aquí y en el ahora, no en el todo y siempre.

Entrénate en la improvisación: improvisar no se trata de llenar espacios, se refiere, más bien, a saber “leer” al grupo, ya que a veces, una inquietud o una duda dan para el desarrollo de todo un tema.

Premia el esfuerzo: hay ocasiones en las que el número no refleja el aprendizaje o no, o el esfuerzo o la ausencia de él; fíjate en la perseverancia del alumno y en su preocupación por la mejora: el ensayo y error llevan al acierto.

Aclara dudas: no es necesario que lo sepas todo, pero sí que respondas con honestidad, usa términos o información que sí conozcas, y si no sabes, “no sé” puede ser la mejor respuesta.

Salpica de humor tu clase: no la inundes, pero muchas veces un comentario oportuno ayuda a relajar la tensión que se genera de forma natural en el aula.

Dale retos a tus alumnos: déjalos que usen sus teléfonos inteligentes y sus recursos para resolverlos. Pensamos que los alumnos saben todo acerca de la tecnología y, probablemente, así es, pero no siempre saben buscar y procesar la información: diles qué buscar y cómo; hay más en la red que Wikipedia o El Rincón del Vago.

Háblales con pasión de los libros que has leído: cuéntales historias que les llamen la atención, a veces, si cambias el tema del día por una historia, lo que se llevan aprendido podrá resultar más positivo. También ten algunos libros en tu salón de clases.

Usa el pizarrón como tu asistente educativo: no todo es cañón, Power Point o plataforma, y tú no eres un simple operador; propicia que tus alumnos tomen notas, que ni tu clase ni ellos se vuelvan dependientes de la tecnología; hasta la llegada de los millennials, durante milenios, hemos aprendido sin eso.

Genera tus propios ambientes de aprendizaje y busca que tus alumnos hagan lo mismo, que ellos vayan construyendo lo que necesitan, no ensayes teorías, más bien, fíjate en lo que tienes frente a ti y, en función de ello, actúa.

Sé exigente y poco tolerante en lo que se refiere a la entrega de productos escolares, como los ensayos o las presentaciones, no admitas faltas de ortografía, de acentuación, de puntuación o de sintaxis. Con los años, el alumno se va habituando al “yo así escribo”, pero no dejes que esto ocurra; el alumno debe seguir en la práctica de las estructuras lingüísticas aprendidas en cada grado escolar.

Revisa a conciencia los trabajos y tareas que asignaste: no acumules torres de papel que, al final, solo sirven para llenar los botes de basura, así, mejor deja trabajos y actividades cortas.

Explica tus objetivos al impartir una clase o asignar una actividad de esta manera, el alumno sabrá para qué la lleva a cabo.

Mueve de lugar a tus alumnos: no dejes que se empoderen en un espacio, porque estos se convertirán en áreas de influencia, casi siempre, negativas.

Haz que los alumnos participen en forma activa y mediante preguntas que activen el interés general.

Con lo anterior no se pretende echar abajo siglos de teoría pedagógica y con ello asegurar que se ha descubierto el hilo negro o el paradigma de la educación y la didáctica. Estas observaciones son de índole práctica, y producto de la experiencia, cuyo objetivo es el de transmitir algunas estrategias útiles en todo tiempo y lugar.

Quedan aparte la preparación del docente, sus años de formación y actualización, como herramientas invaluables a la hora de enseñar y a la hora de aprender.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/15-practicas-para-la-ensenanza-y-el-aprendizaje/

Comparte este contenido:

Los alumnos ¿protagonistas de su aprendizaje?

Por: Pere Alzina Seguí

La frase “los alumnos son los protagonistas del aprendizaje” se ha viralizado. La pregunta es obvia: los currículums prescriptivos (los de la gran mayoría de países) que fijan cómo, cuándo, dónde y qué hay que aprender ¿cómo consiguen que los alumnos sean protagonistas de su aprendizaje?

Cuando un determinado eslogan es repetido y va desplegando su significado en multitud de contextos (actividades de formación, lecturas, preinscripciones curriculares, materiales, seminarios, congresos, conferencias…) pasa a formar parte de “nuestro” vocabulario sin el necesario tamiz crítico, argumentativo y analítico que caracteriza el razonamiento humano.

Han sido muchos los eslóganes que han calado: aprendizaje significativo y funcional, diseños competenciales, educación inclusiva, evaluación formativa… No niego el enorme potencial de estos conceptos, pero dudo de su aplicación en las aulas. La vida me ha dado la oportunidad de trabajar en todas las etapas educativas y me ha brindado un gran aprendizaje; un aprendizaje continuo y trepidante surgido del análisis sosegado de los discursos y la observación de las prácticas concretas como tutor de estudiantes en prácticas de Magisterio. Juntos hemos construido conocimiento: un conocimiento en continua reconstrucción, gracias a la reflexión, al contraste y al debate. Son muchas las personas que tendrían que aparecer en este artículo: estudiantes, tutores y tutoras de los centros de educación infantil y primaria, familias y, por supuesto, los denominados alumnos.

La frase “los alumnos son los protagonistas del aprendizaje” aparece donde quiera que miremos. Así, casi de repente, todas las propuestas didácticas, todas las metodologías innovadoras y todos los materiales curriculares han incorporado el concepto a pesar de que la mayoría de currículos son prescriptivos. Si alguien fija claramente lo que hay que aprender, cómo, cuándo y dónde ¿cómo consiguen que los alumnos sean los protagonistas del aprendizaje? ¿Es una broma o mi mente me la está jugando? Si son los auténticos protagonistas ¿no van construyendo su vida, alimentando sus sueños, imaginando nuevas realidades? ¿O simplemente son protagonistas de una obra de teatro, con guion preestablecido y papeles asignados (tú debes aprender, tú debes decir, tú no sirves para este papel, tú puedes fingir que…)?

Somos seres humanos dotados de intelecto, emociones, sentimientos, con capacidades increíbles; vivimos en un mundo incierto, con un presente y un futuro por escribir, con mucho por hacer y por mejorar. Un mundo heterogéneo, con grandes retos y desafíos pero con grandes esperanzas y con muchas ilusiones. Si nos concebimos así, si todos nuestros congéneres pueden gozar de estos derechos recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ¿qué currículum debemos “representar” (repetir, recitar…)? Si la característica más humana y más deseada es la libertad ¿cómo conjugamos el ser protagonistas con adquirir unos determinados contenidos y “representar”, repetir o hacer aquello que nos dicen?

Puede parecer que las preguntas que planteo acabaran con el aclamado en otros tiempos laisser faire. Ni de lejos.

Adquirir el compromiso de ser el auténtico protagonista del aprendizaje supone contraer una enorme responsabilidad con uno mismo y con los demás. Siempre será más fácil no tener ninguna responsabilidad; sin responsabilidades no podemos equivocarnos; sin responsabilidades hay poco o nada que hacer; sin responsabilidades nunca sabremos a quién acudir, nunca encontraremos la persona indicada (la enorme telaraña de la burocracia es un buen ejemplo; nunca encontramos al “responsable” último).

Pero sin responsabilidades nunca podremos ser libres. Y una persona que no es libre es una persona enferma. Las personas hemos nacido para correr, gritar, saltar, llorar, reír, explorar, pensar, decidir… Ser libre implica tomar decisiones, ser responsable y saber explicarlas a la luz de argumentos y razonamientos comprensibles. Michael Mazzaniga, director del SAGE para el estudio de la mente afirma: “El cerebro es automático pero la persona es libre. Y por lo tanto responsable”.

Pero ser libres y responsables implica un amplio conjunto de habilidades éticas: la empatía, el altruismo, la confianza, el autocontrol y la capacidad de agradecer, de sentir y expresar agradecimiento, entre otras. Posiblemente este eslogan, como muchos otros, implica mucho más de lo que aparenta y si queremos realmente que deje de ser una simple frase, el trabajo que se nos presenta es inmenso. Inconmensurable, pero necesario. Y nada fácil. Olvidémonos de eslóganes y pongamos manos a la obra. Y reconozcamos el enorme esfuerzo que implica y aceptemos, humildemente, los errores que cometemos y que cometeremos; aceptemos nuestras limitaciones como humanos, nuestras virtudes y nuestras miserias… y mantengamos las brasas de la curiosidad, del descubrimiento, del deseo y de la emoción con las puertas y ventanas abiertas de par en par al conocimiento siempre cambiante, siempre sorprendente, siempre apasionante.

Las instituciones escolares y otras muchas instituciones, empresas y colectivos trabajan “de fuera para adentro”. Quieren inculcar, instruir o convencer al que no sabe. Legítimo si vivimos en libertad. Pero para sentirnos protagonistas de nuestro aprendizaje (en cualquier etapa de nuestra vida) debemos tener en cuenta otra alternativa: “de dentro a fuera”. Esto va más allá de metodologías. Implica un cambio de mentalidad. Si consideramos que todos disponemos de “algo” valioso dentro (ideas, teorías, preconcepciones, sentimientos, emociones, vivencias, experiencias…) conseguimos tres hitos importantes:

  • Reconocemos que todos podemos aportar algo valioso.
  • Reconocemos la dignidad; la dignidad nos hace sentirnos seres humanos, libres y respetuosos con los principios éticos que rigen nuestra convivencia.
  • Reconocemos que, mediante la educación, podemos ir mejorando lo que somos y adquirir, descubrir, crear y recrear el inmenso conocimiento acumulado. Y a la vez, construir conjuntamente, un profundo sentimiento de humildad ante la inmensidad del universo y ante todos los retos que se nos plantean día a día.

Si compartimos nuestros conocimientos, intuiciones, teorías, sentimientos, deseos, emociones, proyectos, ilusiones la “escuela”, la educación adquiere pleno sentido:

Solo con la educación es posible alcanzar una conducta humana digna y doblegar las conductas indignas, aquellas que vejan, violan, desprecian a cualquier otro ser humano por el color de piel, la conformación anatómica de su cuerpo, sus creencias, su cultura, su edad, su sexo, discapacidad o condición social.

Habilitemos espacios y tiempos para el diálogo, la conversación, la discusión guiada… para poner sobre la mesa sus intuiciones, teorías, sentimientos, emociones y, mediante una constante actitud interrogativa (profundamente respetuosa), reconstruyamos el conocimiento, replanteémonos aquello que pensábamos, aquello sobre lo cual teníamos certezas, aquello que hacemos por inercia (¡siempre ha sido igual!). Esta discusión guiada debe llevarnos a reflexionar sobre qué aprendemos, sobre cómo aprendemos, sobre cómo podemos saber lo que hemos aprendido…

Solo podemos sentirnos protagonistas del aprendizaje si vivimos en libertad, nos consideramos dignos y sabemos reflexionar sobre cómo aprendemos y cómo enseñamos. Reflexionar aprendiendo enseñando y enseñando aprendiendo. Concretemos.

  • Barreras, normas y limitaciones. Se habla de barreras arquitectónicas para personas con diversidad funcional. Hablemos entonces de barreras. Las aulas cerradas, en grandes edificios vallados aislados del entorno con grupos de niños y niñas organizados por edades cronológicas (o por otras características personales más sutiles) limitan e incluso impiden su participación activa, global, heterogénea, creativa y multidimensional. Si nuestra mente aprende siempre, ¿cómo limitar determinados aprendizajes a determinados espacios cerrados? Educar es transformar, actuar, mejorar… con barreras no puede educarse. Trasformar los espacios en los que vivimos mejorará, sin duda, el bienestar de todos.
  • Cuando alguien (o algún grupo) no confía en sus congéneres edita normas, dicta órdenes, impone sanciones, limita movimientos… Cuanto más normativizado y vallado más seguridad y más garantías, dicen. ¿Seguridad y garantías para quién? Sabemos que la confianza es esencial en todas las relaciones humanas positivas. Y debemos fomentarlas. ¿Por qué? Porque está en la base de nuestra humanidad: la oxitocina, en nuestro cerebro, fomenta la confianza entre los seres humanos. Y cada día, cada hora, cada minuto se producen en el mundo millones de intercambios basados en la confianza. ¿Por qué oscuro motivo algunos nos quieren hacer creer que hay que desconfiar? Algo ganan con ello. Y no es precisamente placer o felicidad.
  • Que los estudiantes sean realmente protagonistas de su aprendizaje no implica que hagan lo que quieran, que estén votando continuamente, que determinados proyectos se eternicen y se enquisten en un cúmulo de preguntas simples inacabables (¿cómo es por fuera? ¿Cómo es por dentro?…). O lanzarse a un viaje sin rumbo iniciando un proyecto sobre los animales y acabar describiendo toda la clasificación de seres vivientes, dejando claro dos conceptos trabajados de forma repetitiva a lo largo de décadas: los vertebrados y los invertebrados. Los educadores deben tener claros grandes ejes organizadores que deben permitir encajar las explicaciones científicas con las preocupaciones, intereses y motivaciones de los estudiantes. Sin estos ejes podemos instruir pero no educar. Sin estos ejes no conseguiremos personas más libres, más dignas, más respetuosas, más confiadas, más curiosas. Uno de estos ejes es especialmente relevante: los contenidos que trabajamos deben relacionarse sólidamente (aprender es relacionar) e incluir los procedimientos, las estrategias, las habilidades de razonamiento, los sentimientos y las emociones. Mantener la curiosidad (inicio de toda explicación científica) exige disponer de múltiples recursos y estrategias. ¿Por qué entonces intentar trabajarlas por separado? Ahora toca clase de emociones; ahora comprensión lectora, después razonamiento lógico… Trabajar así fracciona las mentes; las parcela y, por lo tanto, impide que los estudiantes se impliquen (que sean partícipes y protagonistas de su aprendizaje) en su totalidad biológica y cultural buscando explicaciones al funcionamiento del fascinante mundo en el que vivimos.
  • Para ser protagonistas de nuestro aprendizaje debemos reflexionar sobre algunos aspectos centrales en los procesos de enseñar y aprender. Y debemos fijar estos aspectos conjuntamente, siempre desde la flexibilidad y dispuestos a cambiar si no nos satisface:
    • Debemos fijar aquello que queremos conseguir; debemos poder imaginarnos un final, un producto, un conocimiento, un hecho, una ilusión, un deseo… Previsualizar lo que queremos conseguir nos orientará en un proceso que debe ser abierto, creativo y, por qué no, incierto.
    • Debemos pensar en las estrategias, razonamientos, conocimientos, procedimientos, herramientas… que necesitaremos para conseguir lo que nos hemos fijado.
    • También hemos de plantearnos algunos indicadores consensuados que nos guíen a lo largo del proceso; unos indicadores que nos permitan saber, por nosotros mismos, si vamos en la dirección correcta para conseguir lo que hemos previsualizado inicialmente.
    • Debemos compartir lo que hemos conseguido (un nuevo conocimiento, un producto, un hecho, un cambio substancial…) y saber explicarlo para someterlo al escrutinio de la discusión, del contraste y del debate público.
    • Y, finalmente, debemos saber reflexionar, repensar y revisar el proceso seguido para introducir los cambios que nos permitan mejorar.

No es fácil. Pero es fascinante la aventura. En el fondo nos jugamos mucho: el bienestar de toda la humanidad. Es alcanzable. Las personas humildes y anónimas somos los auténticos protagonistas de la historia. Sin nosotros no habría historia.

Nuestro potencial es casi ilimitado. Nuestra curiosidad insaciable. Nuestros deseos de vivir en paz son universales. Nuestra capacidad de crear sorprendente. Está en juego nuestra libertad y nuestra dignidad.

Si nos sentimos protagonistas de nuestro aprendizaje nadie será capaz de poner un punto final. La historia acaba de comenzar. Escribámosla.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/05/16/los-alumnos-protagonistas-de-su-aprendizaje/

Comparte este contenido:

Lo que PISA no ve

Por: educacionabierta.org.

 

Lo que PISA no ve” tendrá lugar el próximo 11 de mayo en Medialab-Prado de 10:00 a 14:00. Para inscribirte en el evento pincha aquí.

¿Es la evaluación importante para el proceso de enseñanza y aprendizaje? Y si es así, ¿qué evaluación necesitamos y qué evaluación no queremos? ¿Es evaluar un proceso objetivo? o, por el contrario, ¿cada vez que evaluamos estamos asumiendo unos valores determinados? ¿Somos conscientes del poder de la evaluación? ¿Sabemos cuáles son las consecuencias pretendidas de la evaluación? ¿Somos conscientes de sus consecuencias no pretendidas? ¿Somos conscientes de cómo condiciona cualquier evaluación al proceso enseñanza y aprendizaje?

¿Hemos pensado cómo influyen las evaluaciones de todo el sistema educativo sobre los aprendizajes particulares de cada alumno? Cuando evaluamos, ¿tenemos claro su finalidad principal? ¿Establecemos estos objetivos y fines de manera compartida? ¿Se ajusta nuestra forma de evaluar a esa finalidad? ¿Quién debe participar en el diseño de la evaluación? y ¿quién debe evaluar?.

¿Qué ocurriría si en lugar de medir la adquisición de  conocimientos que quedarán obsoletos rápidamente les evaluásemos por su capacidad de aprender a aprender y de aprender a ser? ¿Qué ocurriría si les permitiésemos poner en práctica estrategias de autoevaluación y coevaluación? ¿Qué ocurriría si les evaluásemos por su capacidad para evaluar y evaluarse? ¿Qué ocurriría si les evaluásemos por su capacidad para transformar sus entornos?; ¿por su capacidad para transformar la sociedad?¿Qué ocurriría si evaluásemos su capacidad para vivir y trabajar en la incertidumbre?

Solo exam. Xavi. cc 2.0 by https://flic.kr/p/aK5WYT

La manera más sencilla, y seguramente la más certera, de saber qué educación tenemos es ver cómo evaluamos a los alumnos. La manera más adecuada de decidir qué educación queremos, sin duda, es cambiar la evaluación. Pensar sobre la evaluación es la aproximación más directa y eficaz para pensar que perseguimos con la educación como sociedad; para qué hemos creado un sistema educativo costoso y complejo.

Al mencionar evaluación surge de manera automática las referencias a PISA y a continuación una batería de preguntas, desde las más sencillas del tipo ¿quién ha decidido qué es lo que deben saber los jóvenes de cualquier país? o, ¿por qué se paraliza el mundo educativo y se sobrecogen los gobiernos cada vez que PISA habla?, a las más complejas del tipo ¿qué mide realmente PISA? o ¿qué intereses o ideología hay detrás de las pruebas?.

A la hora de poner en marcha estas evaluaciones, es importante por tanto que reflexionemos si estamos midiendo lo que realmente valoramos o si, por el contrario, estamos midiendo aquello que es fácilmente medible (Gert Biesta), llegando a la situación en que valoramos solo lo que sabemos, lo que podemos medir o lo que ya se ha medido previamente.

Si no queremos entregar la responsabilidad de nuestros procesos y prácticas educativas a abstractos sistemas de medición y aspiramos a mantener un control democrático sobre nuestras iniciativas educativas y sobre las maneras en las que evaluamos su calidad, es sumamente importante que se lleve a cabo un debate sobre aquello que nuestros esfuerzos educativos deberían tratar de conseguir. Debemos recuperar el debate  sobre los fines de la educación.

Puede que los estados terminen haciendo sus políticas a la luz de las recomendaciones de PISA, pero puede también que PISA oculte lo que realmente está sucediendo en los centros, que desde su omnisciencia termine imponiendo que es lo verdaderamente importante para la educación.

Por mucha influencia que tengan, el tema de la evaluación no se agota en las pruebas externas al sistema educativo, ni siquiera se puede agotar en las pruebas certificadoras o selectivas de nuestro propio sistema educativo. ¿Qué ocurre dentro de nuestras aulas? ¿Cómo son nuestras prácticas de evaluación? ¿Cómo evaluamos a nuestros alumnos?

mukundvemuri. cc 2.0 by-nc-sa https://flic.kr/p/oBYpgd

Además de PISA al hablar de evaluación también surgen otras muchas palabras que con frecuencia son ignoradas o confundidas. Palabras como, calificaciónpersonalización, integración, notas, selección, EvAU, clasificación, certificación, éxito, fracaso, rendimiento, expediente, aprendizaje, rúbricas, profesionalidad y de manera especial alumno. Palabras que merecen ser pronunciada en alto, debatidas y revisadas.

Evaluar no es un proceso técnico sino ético. La evaluación no es neutra, tampoco lo es la educación, por cierto. No existe algo así como una evaluación objetiva. No podemos despojar a la evaluación, como algunos pretenden, de sus dimensiones éticas, políticas y sociales. “Es una actividad social marcada por valores y no hay nada que se parezca a una evaluación independiente de las culturas; la evaluación no mide objetivamente lo que hay, sino que crea y configura lo que mide: es capaz de componer personas; la evaluación influye directamente en lo que aprendemos y en cómo lo aprendemos y puede limitar o promover el aprendizaje”, sostiene Gordon Stobart en su recomendable Usos y abusos de la evaluación.

Exam hall. no partizan. cc 2.0 by-nc-sa https://flic.kr/p/5gYuK7

La evaluación no sólo mide los resultados, sino que condiciona profundamente lo que se enseña y cómo se enseña y, por tanto, determina qué aprendemos y cómo aprendemos. Hemos visto que la complejidad de la realidad educativa nos invita a alejarnos de procedimientos simplificados y retóricas fáciles. Nos invita a abandonar los instrumentos únicos a favor de métodos diversos, adaptables y sensibles a su complejidad. Nos invita a problematizar cualquier iniciativa de evaluación.

Para hablar de qué educación queremos, para reflexionar sobre estos y otros muchos temas que relacionan la educación y la evaluación, para discutir sobre lo que PISA no ve y para hacerlo con cualquiera que se sienta afectado, hemos organizado una nueva jornada de debate abierto dentro de la iniciativa Todos Educamos. Te inivitamos a venir el próximo día 11 de mayo de 10.00 a 14.00 a Medialab Prado. Si estás interesado en asistir puedes darte de alta en está página.

Hemos organizado la jornada entorno a dos momentos. Una primera parte de toma de contacto con tres breves intervenciones de expertos que nos harán poner a pensar, en la importancia de las evaluaciones, tanto del alumno, como del centro y del sistema.

World Café: El dato, más allá de la educación. Asociación Educación Abierta

En la segunda parte organizaremos el habitual World Cafe de la AEA en torno a 6 mesas de conversación que tendrán como temas:

  1. Evaluamos para la bondad y la libertad
  2. Evaluamos para la convivencia y los derechos civiles
  3. Evaluamos para la creación y el empleo
  4. Evaluamos para transformar el aula y el centro educativo
  5. Evaluamos para transformar la educación y la sociedad
  6. ¿Para qué evaluamos?

Si tienes interés en acudir, y si no también, te recomendamos que te leas antes de venir los siguientes documentos:

“Lo que PISA no ve” tendrá lugar el próximo 11 de mayo en Medialab-Prado de 10:00 a 14:00. Para inscribirte en el evento pincha aquí. El número máximo de asistentes de 80, cubierto este cupo se cerrará la inscripción en la página web.

Fuente de la reseña: https://educacionabierta.org/lo-que-pisa-no-ve/

Comparte este contenido:

Guiones para la observación de clase entre maestros: Material de descarga

Por: docentesaldia.com.

 

La observación de clase entre maestros, como herramienta para la mejora de la práctica profesional, tiene como objetivo el aprendizaje entre iguales. Para implementarla es necesario que previamente se definan los propósitos, los aspectos a valorar, así como organizar los tiempos para que todo se lleve a cabo de una manera óptima.

Una vez concluida la observación se establece un diálogo que permite el análisis y revisión del proceso llevado a cabo, en el que se reconocen aspectos que favorecieron o no el aprendizaje de los alumnos. Asimismo, se destacan aquellos que es necesario recalcar con el fin de mejorarlos, al ofrecer recomendaciones y propuestas en un diálogo en el que, tanto el observado como los observadores, aprenden a escucharse y asumir las aportaciones que se hacen para resolver la problemática motivo de la observación, en un ambiente de confianza y respeto mutuo entre profesionales.

Para cumplir con el propósito de la observación de clase, es conveniente determinar con antelación los aspectos que habrán de ser observados del maestro que la desarrolla. A continuación te muestro un primer ejemplo de guión de observación:

Como puedes apreciar, este guión se centra en seis aspectos principales: El diseño y la implementación de la planeación; las interacciones que propicia con los alumnos; los ambientes de aprendizaje; la preparación de los ambientes de aprendizaje; el o los instrumentos de evaluación utilizados; y finalmente la pertinencia del instrumento de evaluación que se utilizó.

A continuación te presento un segundo ejemplo de guión de observación:

Este segundo guión se enfoca en cinco aspectos, que son: El abordaje del contenido; la manera en que se desarrollan las actividades; interacciones de los alumnos y los ambientes de aprendizaje; aprovechamiento de los recursos didácticos; y finalmente se deja un apartado para incorporar algún aspecto que el observador considere importante.

Los anteriores guiones, son ejemplos de instrumentos que se pueden emplear en la observación de clase entre maestros. Es importante señalar que su diseño se puede ajustar dependiendo de los propósitos que se tengan contemplados. Así mismo, la información recogida con la implementación de estos instrumentos es fundamental. Ya que es el insumo para la posterior reflexión, análisis y realimentación.

Pautas para orientar el análisis y la reflexión:

a. Describir el aspecto por analizar, teniendo presente que no es el punto de vista personal o compartido con el observado. Evitar plantear preguntas que obliguen a decir lo que el maestro observado quiere; por ejemplo: “¿Cómo crees que estuvo tu clase?”.

b. Apoyar su descripción del aspecto con evidencias, ejemplos o argumentos registrados en su guión. Evitar dar por sentados estos elementos.

c. Considerar en su descripción las aportaciones o puntos de vista que ofrecen otros.

d. Parafrasear, cuando sea necesario, otros puntos de vista emitidos por otros colegas.

e. Verificar y, de ser necesario, corregir, supuestos o expresiones que se hayan presentado durante este diálogo.

f. Agrupar puntos de vista en común que contribuyan a disminuir los desacuerdos y diferencias, así como orientar al establecimiento de acuerdos de grupo.

g. Proponer ideas, experiencias y estrategias didácticas que favorezcan la transformación y mejora de la problemática de enseñanza y aprendizaje que ha sido difícil de solucionar en el aula.

Finalmente, conviene señalar que en una observación de clase entre maestros, se debe acordar con anticipación entre los participantes, que lo que se va a observar no es al docente, sino el proceso de enseñanza y aprendizaje que desarrolla. Ya que el principal objetivo de esta dinámica debe ser el obtener herramientas que nos permitan mejorar la práctica.

Espero que la información te sea de utilidad. Y que los guiones te den una idea acerca de los aspectos que se pueden considerar para una observación de clase. En otro artículo de este blog puedes encontrar recomendaciones de cómo presentar una clase como docente observado.

Fuente de la reseña: https://docentesaldia.com/2019/03/21/guiones-para-la-observacion-de-clase-entre-maestros-material-de-descarga/

Comparte este contenido:
Page 1 of 6
1 2 3 6