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Unesco reconoce labor de Turquía al escolarizar a menores refugiados

Asia/Turquía/22 Noviembre 2018/Fuente: Prensa Latina

La agencia de Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura (Unesco) elogió el esfuerzo de Turquía por tratar de escolarizar a los niños sirios, en un documento presentado hoy.
‘Turquía acoge a un millón de refugiados en edad escolar y se ha comprometido a incluirlos en su sistema nacional de educación para el año 2020’, explicó el informe sobre Educación Global 2019 de la Unesco.

De acuerdo con los datos del Ministerio de Educación, el número de menores creció gradualmente en los últimos años, pues de 833 mil en 2016 se llegó en septiembre de este año a un millón 50 mil niños sirios, de los cuales 600 mil están inscritos en el sistema educativo para el curso 2018-2019.

El mayor problema es la financiación de estos programas, pues según la Unesco ‘los salarios de los maestros son la parte más costosa de cualquier proyecto’, y en el caso de Turquía el informe señaló que se necesitan ‘dos mil maestros adicionales para enseñar a todos los refugiados actuales’.

Los menores están matriculados en escuelas públicas o en centros de educación temporal repartidos por todo el país, y en un intento por fomentar la integración entre los niños turcos y sirios el gobierno busca cerrar gradualmente los centros provisionales y transferir a todos sus estudiantes a colegios estatales para 2020.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=230425&SEO=unesco-reconoce-labor-de-turquia-al-escolarizar-a-menores-refugiados
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Bruselas destinará 500 millones de euros para escolarizar niños refugiados en Turquía

Unión Europea/05 Julio 2018/Fuente: Burgos conecta

El dinero servirá para pagar los salarios de más de 5.000 profesores y se suman a los 50 millones de ayuda humanitaria

Refugiados sirios llegan a Lesbos prodecentes de Turquía. /EFE/ORESTIS PANAGIOTOU
Refugiados sirios llegan a Lesbos prodecentes de Turquía. / EFE/ORESTIS PANAGIOTOU
El Pleno del Parlamento Europeo ha dado este miércoles su visto bueno al desembolso de 500 millones de euros para asegurar que la educación y escolarización de más de 300.000 niños refugiados en Turquía continúe sin interrupción.

Estos 500 millones, aprobados por 548 votos a favor, 70 en contra y 61 abstenciones, servirán para pagar los salarios de más 5.000 profesores y se suman a los 50 millones ya asignados en el presupuesto de ayuda humanitaria.

Se trata del primer pago del nuevo tramo de 3.000 millones de euros previsto por el Mecanismo para los Refugiados en Turquía (FRT, por sus siglas en inglés) para el periodo 2018-2019. Sin embargo, la Eurocámara ha incidido en que no ha habido ninguna negociación con el Consejo sobre esta extensión y que el desbloqueo de estos fondos para educación se realiza con cargo al presupuesto de la UE «sin perjuicio de su posición sobre la parte restante del segundo tramo» del mecanismo.

Además, los eurodiputados han protestado por no haber estado involucrados en la decisión de prolongar el FRT, teniendo en cuenta que representan «una autoridad presupuestaria» y que parte del mecanismo se nutre del presupuesto comunitario.

Acuerdor migratorio con Ankara

El FRT fue establecido en noviembre de 2015 en virtud del acuerdo migratorio con Ankara, como instrumento de financiación de la ayuda europea a los refugiados en Turquía. En 2016-2017 contó con 3.000 millones de euros procedentes de las cuentas de la UE y de las contribuciones de los Estados miembro. En marzo de 2018 fue aprobada una extensión para los siguientes dos años de otros 3.000 millones.

Fuente_: https://www.burgosconecta.es/internacional/union-europea/bruselas-destinara-millones-20180704160850-ntrc.html

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La generación perdida de Siria entra al cole en Turquía

Asia/Turquía/09 Diciembre 2017/Fuente: El país

Las autoridades turcas escolarizan con la ayuda de la UE a 600.000 refugiados a los que la guerra mantuvo lejos de las aulas

Husein observa absorto el molinillo que acaban de entregarle. Cómo giran y giran sus estrellas amarillas sobre fondo azul. En el aula, un barracón instalado en el patio de la escuela Hürriyet (Libertad) de Kilis (Turquía) sus compañeros recitan una versión en turco de la canción infantil Frère Jacques: “Soy el dedo pulgar, ¿dónde estás? / Aquí estoy / ¿Cómo está usted, señor? / Estoy bien, gracias”. Husein tiene cuatro años y es sirio, como uno de cada tres niños de su clase. Quedó huérfano en la guerra que se desarrolla a unas decenas de kilómetros y este es su primer año en un colegio turco, un curso preescolar financiado por Unicef y la Unión Europea.

“La mayoría de estos niños no tiene recuerdos de Siria, porque se fueron siendo bebés o nacieron ya en Turquía, pero algunos sí tienen traumas. Por ejemplo, cualquier sonido fuerte les asusta, les recuerda a las bombas”, explica la maestra, Mugde Aktug. “Los primeros días en clase tienen cierto miedo. Están en un ambiente nuevo, con unos profesores y unos compañeros que hablan una lengua que desconocen [el turco], pero tratamos de hacerles sentir en casa y participar en clase como el resto de alumnos. Y al final de curso, sí se notan algunos progresos”, explica.

De los más de tres millones de sirios refugiados en Turquía (es el país que más acoge), casi la mitad son menores y en torno a un millón está en edad escolar. Hasta hace poco, los niños como Husein estudiaban —si es que lo hacían— en escuelas provisionales instaladas en los campamentos de refugiados. O en cursos organizados por maestros voluntarios. O en clases impartidas por ONG (algunas de ellas de ideario salafista). Pero el Gobierno turco decidió integrarlos en el sistema educativo público, mezclados con el alumnado. En apenas dos años, ha triplicado el número de sirios escolarizados a más de 600.000.

En dos años y con la ayuda de la UE, el Gobierno turco ha escolarizado a más de 600.000 niños sirios

“El Gobierno turco y la UE hemos entendido que no educar a los niños sirios es un grave riesgo estratégico, no solo un problema para hoy, sino para los próximos 20-30 años”, afirma el jefe de la delegación europea en Turquía, Christian Berger, en una visita organizada por esta institución a proyectos en Gaziantep, Osmaniye y Kilis. Por eso, de los 3.000 millones de euros que Bruselas está entregando a cambio del criticado pacto para frenar la inmigración, más de 650 millones van a proyectos educativos. “Cuanto más tiempo pasen los niños sirios fuera del sistema escolar, mayor probabilidad de que formen parte de la generación perdida. Y al sentir que no tienen futuro podrían caer en manos de personas equivocadas”, añade el embajador Berger. Unos 350.000 niños sirios siguen sin escolarizar en Turquía, lo que, según UNICEF, los convierte en “especialmente vulnerables a la discriminación, a la explotación sexual y económica y al matrimonio infantil”.

La generación perdida de Siria entra al cole en Turquía

“Hacemos campañas de concienciación para que los refugiados envíen a sus hijos a la escuela”, explica un funcionario del Ministerio de Educación turco. Hay inspecciones de trabajadores sociales e incluso un programa financiado por la UE de incentivos económicos para los padres que envían a sus hijos a clase. Pero aun así no basta: “Hay familias que no quieren que sus hijos estén tanto años en la escuela, otras que necesitan que contribuyan a la economía familiar”, prosigue el funcionario: “Pero la mayor barrera es la idiomática. Cuando se soluciona este tema, mediante clases de apoyo en lengua turca, aumenta la escolarización”. Hay un dato para la esperanza: el 90 % de los sirios en edad de primaria ya están escolarizados.

Los Ayuntamientos de las provincias donde se concentran los sirios tambiñen reciben ayudas de la UE. “Antes recogíamos 40 toneladas de basura al día, ahora 160. Y el consumo de agua potable se ha incrementado en un tercio”, asegura Hasan Kara, alcalde de Kilis, una ciudad de 90.000 habitantes que ha visto instalarse en ella a 130.000 sirios. Pese a los recelos de la población local —los profesores reconocen que cuesta convencer a los padres turcos de que sus hijos deben compartir las aulas con los sirios— en Kilis no se han producido mayores incidentes y la convivencia es correcta. “Hemos recibido, de repente, a una cantidad de personas que nos supera en número. Que tienen una cultura y una lengua diferentes de la nuestra. Pero, a pesar de todo, compartimos lo que tenemos», sostiene el primer edil. «Conocemos las necesidades de nuestros huéspedes sirios porque nuestro personal los visita en casa. Podemos atenderlos por menos dinero que en Europa. Pero sin apoyo no podremos continuar dándoles servicios. Y si eso daña la convivencia en Kilis, los conflictos se extenderán por toda Turquía y no importarán los muros que pongáis… los sirios escaparán a Europa”, remata.

Masificación escolar

Asumir tantos cientos de miles de nuevos estudiantes en un sistema ya de por sí saturado (con 30-40 alumnos por aula) ha supuesto dificultades adicionales. En las provincias con más refugiados se hacen hasta tres turnos en los colegios. De ahí que otro de los proyectos financiados por la UE sea la construcción de 155 escuelas con capacidad para 110.000 alumnos. Las obras se iniciaron el pasado 16 de noviembre en la provincia de Osmaniye, bajo la atenta observación de un nutrido grupo de autoridades locales y de varios adolescentes sirios. Uno de ellos era Luey Abdulá, de 17 años, que sueña con estudiar para convertirse en actor en Turquía pero también desea volver a su país.

– ¿Qué extrañas de tu vida antes de la guerra?

Unos 15.000 jóvenes sirios asisten a las universidades turcas de forma gratuita y, de ellos, 500 tienen becas de la UE

– Echo de menos la libertad de vivir —dice Luey, señalando hacia las vallas del campamento de refugiados en el que vive—. Aquí, en el fondo, eres un extranjero. Y no porque los profesores, los compañeros, la sociedad turca, te lo haga sentir, no, yo estoy muy agradecido a ellos, que Dios los guarde. Pero es algo que no puedes evitar sentir. Y por eso echas de menos tu tierra, el lugar donde has nacido, donde están enterrados tus antepasados.

Adolescentes sirios ensayan canciones de su país en un centro social de la Media Luna Roja en Kilis, sostenido por la UE.
Adolescentes sirios ensayan canciones de su país en un centro social de la Media Luna Roja en Kilis, sostenido por la UE. A. M. EL PAÍS

Esa es una de las cuestiones más importantes: ¿Qué será de los sirios una vez termine su escolarización? A muchos, incluso antes de la mayoría de edad, les esperan empleos deplorables en talleres y fábricas de Gaziantep y Estambul, pero otros desean proseguir sus estudios. Al menos 15.000 sirios asisten de forma gratuita a la universidad. A 500 de ellos los beca la UE con 167 euros al mes para que puedan centrarse en sus carreras, formarse y poder contribuir en el futuro a la reconstrucción de Siria. Sin embargo, Besima, una joven siria que trabaja en Kilis, cree que, aunque termine la guerra, la mitad de refugiados permanecerán en Turquía, “especialmente aquellos que han abierto negocios o han recibido la nacionalidad turca”.

Tampoco es factible para otros regresar mientras siga al frente de Siria “la razón de la guerra”, es decir, el régimen de Bachar el Asad, dice Jadija Shendi, una universitaria y madre de dos hijos. A otros en cambio les puede la nostalgia de su tierra y el hastío del exilio, como a Yumana, que huyó a Turquía hace cinco años, mientras su familia permanecía en la asediada Alepo (su hermana pequeña murió en un bombardeo mientras se dirigía a la universidad).

– Yo agradezco mucho a Turquía lo que ha hecho por nosotros, pero quiero regresar y ayudar a reconstruir mi país.

– Pero para ello hace falta reconciliación. ¿Podrás perdonar a quienes mataron a tu hermana?

– No sé quién la mató, porque en Siria hay muchos actores implicados —dice con gesto resignado—. Lo que deseo es que termine la guerra y poder regresar a casa. Yo creo que podemos perdonarnos y vivir en paz.

Fuente: https://elpais.com/internacional/2017/11/28/actualidad/1511847304_407768.html

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Irán ofrece educación gratuita a niños refugiados afganos sin papeles

Asia/Irán/28 Octubre 2017/Fuente: Euronews

Abrir las escuelas a todos los niños refugiados, incluso a los sin papeles.

Abrir las escuelas a todos los niños refugiados, incluso a los sin papeles. Irán lo ha hecho, y en solo dos años llevó a decenas de miles de estudiantes nuevos al aula.

La violencia del radicalismo talibán en Afganistán obligó huir a dos millones y medio de afganos ahora en diáspora por todo el mundo. Afganistán se convirtió en el segundo país en número de refugiados.

Casi un millón de esos refugiados están en Irán, donde se estima que unos dos millones de afganos indocumentados viven sin el estatuto de refugiados

Kerman es la provincia iraní con la mayor proporción de inmigrantes residentes. Casi el 10% de los tres millones de habitantes son afganos. Algunos de estos 300.000 inmigrantes se establecieron por primera vez en la provincia hace cuarenta años.

Se estima que alrededor de 130.000 afganos en Kerman están indocumentados, es decir, sin derechos, sin importar cuánto tiempo lleven en Irán.

Hemos conocido a Saeed, de 13 años, nacida en Irán. Es un niño sin papeles. Esto significaba no tener derecho a ir a la escuela hasta 2015, cuando Irán promulgó un decreto que abrió las escuelas públicas a todos los niños refugiados.

Fue un logro para la infancia que sufre desplazamiento forzoso. Significó todo un mundo para miles de niños que iban a poder aprender.

La aplicación del decreto de 2015 significaba, en primer lugar, asegurar a las familias indocumentadas que matricular a sus hijos no les arrastraría a un proceso de deportación. Luego, adaptar las escuelas a la presión de miles de nuevos alumnos. A partir de ese momento la Unión Euroepa aumentó su apoyo financiero a través de sus socios sobre el terreno.

Para el director del Consejo Noruego de los Refugiados Olivier Vandecasteele “Hemos mantenido en el país unas cuarenta escuelas, esencialmente con aportaciones en equipamiento, algunas reahabilitaciones para que las escuelas pudieran reaabrir, esta por ejemplo estuvo cerrada durante muchos años y también con programas de acceso a la educación de niños desescolarizados durante años. Necesitan formación intensiva para poder reintegrarse a la escuela”.

La Unión Europea ha asignado casi diez millones de euros en 2017 a ayuda humanitaria a los refugiados afganos en Irán. El Comisario Chrístos Stylianídis estuvo dos veces en Irán. Para la UE es crucial el apoyo que Irán brinda a los refugiados afganos, y todo ello en un más que delicado contexto político.

La responsable de la ayuda humanitaria de la UE, Caroline Birch, explica: “Creo que las cosas han cambiado mucho desde que los afganos llegaron por primera vez hace ya más de treinta años. Ahora no buscamos solo la supervivencia básica, la idea es mantenerlos matriculados en la escuela primaria para que puedan acceder a secundaria y posiblemente incluso a la universidad”.

El Ministerio iraní responsable de los refugiados calcula que en la provincia de Kerman hay diez mil niños no escolarizados. Algunos necesitan cursos preparatorios. Saeed mismo podría inscribirse en su nivel después de asistir a los cursos de verano. Las restricciones financieras hacen el resto.

Fuente: http://es.euronews.com/2017/10/26/iran-ofrece-educacion-gratuita-a-ninos-refugiados-afganos-sin-papeles

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La escolarización de los refugiados sirios en Turquía, asignatura pendiente

Por: Núria Vilà

Las cifras oficiales del pasado año académico muestran que los 833.039 refugiados que se encontraban en edad escolar -entre los 5 y los 18 años-, sólo 492.544 fueron escolarizados en diferentes tipos de centros

Comienza un nuevo curso escolar en Turquía, aunque el reto de aumentar el número de escolarizados sirios sigue siendo todavía una asignatura pendiente. Casi la mitad de los más de 800.000 refugiados sirios en edad escolar en Turquía no va a las aulas, a pesar de los esfuerzos del gobierno turco para aumentar su asistencia. Las cifras oficiales del pasado año académico muestran que los 833.039 refugiados que se encontraban en edad escolar -entre los 5 y los 18 años-, sólo 492.544 fueron escolarizados en diferentes tipos de centros. Recientemente, el gobierno de Turquía ha anunciado la voluntad de integrar en las escuelas públicas oficiales a todos los estudiantes sirios que reciben la enseñanza en centros temporales. El trámite se debería dar por concluido en un período máximo de tres años.

El idioma constituye un impedimento en la educación de los pequeños. Rawa es una niña de 11 años que participa en las actividades de la ONG Small Projects Estambul, que se dedica a promover proyectos y prestar apoyo pedagógico a niños sirios refugiados en Turquía. Procede de Damasco, la capital siria, y llegó a Turquía hace tres años escapando de la guerra. «Al principio fui dos o tres meses en una escuela turca, pero debido a los abusos de otros estudiantes y por el hecho de que nadie me enseñaba turco, mi madre decidió ponerme en una escuela siria». Pasado un tiempo, cuando su nivel de lengua turca mejoró, Rawa volvió al colegio anterior. La relación con el resto de estudiantes también ha mejorado, dejando atrás los insultos que asegura que recibía en los inicios. «Actualmente hay muchos sirios en las escuelas turcas, por eso los otros estudiantes han visto que es normal, no como hace unos años. Ahora me gusta ir a la escuela turca», explica.

Rawa se ha adaptado como ha podido a la vida en Turquía, ya que en Siria no le queda nada. «Me encantaba Siria cuando mi padre estaba con nosotros, hasta que lo encarcelaron hace cinco años. He perdido mi hermano y dos hermanas. Después de esto, odio la vida en Siria», explica con la mirada baja. Rawa tardará un rato a recuperar la sonrisa para volver a jugar con los compañeros, que pintan un mural que quedará exhibido en la asociación.

Trabajo vs estudios

Además del idioma, otro de los obstáculos en la inserción escolar de los pequeños es la necesidad de las familias de obtener ingresos económicos, un hecho que conduce a muchos niños a trabajar en vez de ir a la escuela. «Si empiezas a trabajar a los 10 años, o empiezas a ir a la escuela a esa edad, la posición donde acabarás será muy diferente», explica Naz, coordinadora de programas de la ONG en Estambul. «Los niños no deberían estar en la calle vendiendo cosas. Si empiezan ahora en las calles, lo más probable es que sigan estando allí cuando sean mayores», considera Naz, que pone todos sus esfuerzos para conducir a la escuela a los 120 niños que atiende su asociación. Aparte, la ONG donde trabaja se dedica a localizar a niños sirios que se encuentran fuera del sistema educativo con el fin de ayudarles a registrarse para ir a la escuela.

Para muchos niños nacidos durante la guerra siria, la enseñanza en Turquía ha constituido su primer contacto con las aulas. El cierre de las escuelas en Siria y la peligrosidad de desplazarse por las calles han impedido la educación a miles de niños en su país. El idioma, en estos casos, no es el único impedimento. «Asistí a una reunión entre el maestro y los padres de uno de los estudiantes sirios. El maestro dijo que su nivel de turco era muy bueno, pero para otras asignaturas no es fácil. Se utilizan muchos términos nuevos, en Matemáticas o Historia, por ejemplo. Todo es nuevo, es otra cultura con la que no están familiarizados, y han estado mucho tiempo sin ir a la escuela «.

A pesar de las dificultades, los niños y niñas que participan en la ONG tienen clara la importancia de la enseñanza que reciban para su futuro. «Si no vamos a la escuela, no podremos hacer realidad nuestros sueños», afirma Mohammed Nour Aldeen, de 12 años de edad y procedente de Alepo. Su hermano, Osama, tiene 10 años y hace sólo uno que ha empezado a ir a la escuela por primera vez en su vida. «Si no aprendemos nada, al final no podremos trabajar en nada», explica Osama, con todo el futuro por delante.

Fuente: https://www.telesurtv.net/opinion/La-escolarizacion-de-los-refugiados-sirios-en-Turquia-asignatura-pendiente-20170926-0033.html

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HRW denuncia que ayuda escolar prometida a refugiados sirios no ha llegado

Asia/Siria/15 Septiembre 2017/Fuente: aguasdigital/Autor: EFE

Los millones de dólares prometidos el año pasado para la educación de los niños sirios refugiados no han llegado, lo hicieron tarde o no pudieron ser localizados debido a la falta de transparencia, denunció hoy en un comunicado Human Rights Watch (HRW). «Se necesita información más detallada y completa sobre la ayuda a la educación para evaluar si los donantes han cumplido sus promesas y han prestado asistencia de manera adecuada», indicó la organización que lucha por los derechos humanos.

En un informe de 55 páginas titulado «Rastreando el dinero: la falta de transparencia de los donantes para financiar la educación de los refugiados sirios», HRW adujo que «de la financiación para la educación que se envió, mucha no llegó hasta después del comienzo del año escolar», es decir, «demasiado tarde».

«Los donantes y países de acogida han prometido que los niños sirios no se convertirán en una generación perdida, pero esto es exactamente lo que está sucediendo», afirmó Simon Rau, miembro de la fundación Mercator en HRW. Rau instó a que haya «más transparencia en la financiación» para comprobar si se está respondiendo realmente a las necesidades, pues algunos fondos internacionales no han aportado ni siquiera detalles sobre dichas transferencias que, según HRW, no han llegado.

La Unión Europea fue el mayor donante para la educación en Jordania, el Líbano y Turquía en 2016, ya que ofreció más de 776 millones de dólares (739 millones de euros). Este dinero fue entregado por medio de tres vías, pero una de ellas, concretamente el fondo fiduciario regional en respuesta a la crisis siria, no ha aportado detalles sobre su financiación. Al igual que Estados Unidos, que aseguró a HRW que aportó 1.400 millones de dólares en ayuda humanitaria para Siria y la región en el año fiscal de 2016, pero «no queda claro cuánto dinero fue destinado para la educación de los niños refugiados». HRW señaló además que más de 530.000 niños sirios en edad escolar en el Líbano, Turquía y Jordania -los tres países que más refugiados acogen- no asistieron a los centros educativos a final del pasado curso académico.

Recordó que los seis principales donantes -Unión Europea, EEUU, Alemania, Reino Unido, Japón y Noruega- prometieron 1.400 millones de dólares para una «educación de calidad» para los niños que se encuentran en Siria y en los Estados donde están refugiados. «A pesar de la preocupación mundial sobre los niños refugiados sirios, todavía es imposible encontrar respuestas a preguntas básicas sobre si se responde a sus necesidades educativas (…) Los niños sirios no pueden esperar más para regresar al colegio», concluyó Rau.

Fuente de la noticia: http://aguasdigital.com/actualidad/leer.php?idnota=13363902&t=e

Fuente de la imagen: http://aguasdigital.com/fotos/efe/13363918w.jp

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Grecia: Un hogar para niños refugiados en Atenas: Apoyo emocional y didáctico para su desarrollo personal

Grecia/24 abril 2017/Fuente: Voz Populi

Es un tercer piso, una antigua clínica en la que cuidan de más de 15 niños que han tenido que escapar de las bombas.

Mantener una conversación en el tercer piso del edificio que alberga el centro de acogida Welcommon, en Atenas, resulta casi imposible. Mientras afuera cae la noche, más de 15 niños corretean por los pasillos de esta antigua clínica, formando un escándalo atronador de gritos y forcejeos que, si no fuera por la falta de derrumbamientos, podría ser categorizado de cataclismo.

«Y así siempre, son un auténtico terremoto«, admite con una sonrisa el director del centro, Nikos Chrysóyelos, tras mandarles bajar el tono por cuarta vez en menos de un minuto.

Son refugiados sirios, criaturas de entre cinco y siete años que han crecido rodeados de fuego y miseria, entre el estruendo de las bombas y las ráfagas de disparos. Chavales cuya casi única referencia es la guerra, la angustia y la violencia.

Dentro de una de las salas, trabajadores y residentes del centro prestan atención a una proyección que muestra las actividades culturales recientemente organizadas. Una de ellas acaba de tener lugar en el mismo espacio de la proyección. Colgados de las paredes lucen a modo de exposición dibujos, fotografías y murales realizados por algunos de los jóvenes que, junto a sus familias, viven en este edificio.

«Con esta actividad, por ejemplo, hemos querido que los chicos expresen lo que sienten, lo que desean o lo que recuerdan de la huida de sus países de origen y su travesía hasta aquí», explica el director Chrysóyelos. Varias de las pinturas son obra de las hermanas Malva y Heba Suleiman, que llegaron a Welcommon hace nueve meses tras un año de viaje en el que dejaron atrás su Siria natal.

Las hermanas Malva y Heba Suleiman, del centro de acogida a refugiados de Atenas
Las hermanas Malva y Heba Suleiman, del centro de acogida a refugiados de Atenas Miguel Ruiz de Arcaute (EFE)

«El presente es sombrío, pero nunca perdemos la esperanza», comentan delante de una composición acrílica elaborada por ambas. Sobre el lienzo, la silueta negra de una pareja se resguarda de una lluvia policromática de mil tonalidades.

Justo al lado, otro dibujo, este a lápiz, retrata su viaje por el Egeo hasta llegar primero a Turquía y después a Grecia. De aspecto gris, la única nota de color la ponen unas gotas rojas que caen debajo de una lancha que surca los mares. En el cielo, un versículo del Corán y decenas de marcas que simbolizan las almas de los caídos en el fatal periplo.

Un periplo que para ellas acabará, al menos en términos espaciales, cuando sean reubicadas en Dinamarca, país en el que se les ha concedido su petición de asilo y donde planean estudiar Bellas Artes.

Apoyo didáctico y emocional, necesarios para su desarrollo

«Las tareas de educación y socialización con los chavales es fundamental para su desarrollo personal y su porvenir«, cuenta Jordi Tolra, responsable de un equipo de jóvenes voluntarios que ha viajado de Barcelona a Atenas para brindar su apoyo a los refugiados del centro en una estancia de 10 días.

Durante ese tiempo, los voluntarios interactúan con los refugiados sentándose a comer con ellos, colaborando en actividades y, en definitiva, ofreciéndoles soporte emocional y didáctico.

«La mayoría de estos chicos lleva muchísimo tiempo sin estudiar, algunos incluso años. Si pierden completamente el hilo educativo a la larga pueden ser pasto de un futuro gris, caer por ejemplo en las drogas o en la delincuencia», añade.

Tolra insiste en la importancia del aspecto psicológico en el tratamiento sanitario de los refugiados y critica la falta de recursos dedicados a algo muy necesario. «Llegan en condiciones terribles después de haber vivido un auténtico infierno y apenas hay nadie que atienda estas necesidades», lamenta.

Además de los talleres de pintura, el centro organiza cursos en inglés, árabe y griego, visitas a museos, excursiones y hace especial hincapié en un aspecto: enseñar a los pequeños a jugar sin violencia.

Pequeños jugando con uno de los colaboradores del centro
Pequeños jugando con uno de los colaboradores del centro Miguel Ruiz de Arcaute (EFE)

«Tienen mucha tendencia a destrozar cosas, sea lo que sea. En este sentido intentamos que aprendan a ser respetuosos con los demás y que rectifiquen costumbres y hábitos que han adquirido por las experiencias vividas y la falta de educación recibida», hace saber Chrysoyelos. Mientras lo cuenta, un puñado de chiquillos se empujan entre ellos a voz en grito. La escena es típica teniendo en cuenta su edad, pero el excesivo bullicio permite deducir algo: el trabajo será largo y difícil.

Fuente: http://www.vozpopuli.com/actualidad/internacional/cuidadores-ayudar-desarrollo-ninos-refugiados_0_1019598463.html

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