Venezuela: Nuestro Quehacer Docente y la Ética Robinsoniana, como Modelo para enfrentar la Crisis Axiológica Actual.

Nuestro Quehacer Docente y la Ética Robinsoniana, como Modelo para enfrentar la Crisis Axiológica Actual.

Autor: Dioni Valladares

Bolívar, quien es uno de los más grande personajes de la historia y nuestro Libertador, mencionaba en el célebre Congreso de Angostura: “…Moral y luces son nuestras primeras necesidades, en esa frase el Padre de la Patria nos invitaba a la imperiosa necesidad de ser seres éticos para salvar la Patria en aquel entonces de la garras del imperio español; pero no solo eso, sino también de nosotros mismos.

Bien es sabido en las ciencias históricas que el Congreso de Angostura sentó las bases de una nueva República y esto se logró sólo, mediante la discusión de los motivos que habían conllevado al fracaso de las Repúblicas anteriores, y que habían nacido del proceso independentista. Uno de los problemas que Bolívar analizó e hizo referencia en ese magistral discurso, fue el problema moral que enfrentaban los ciudadanos de la nueva República, y para ello propuso la creación de un nuevo poder que se añadirá a los tres poderes tradicionales y que tenía como función principal velar por el correcto comportamiento de los funcionarios públicos y del comportamiento ético de la sociedad en general. La mención a este hecho histórico se hace para denotar la importancia que tiene la formación, en lo seres humanos, pues, Bolívar para lograr tal elocuencia debió transitar por un proceso formativo donde tuvo la oportunidad de encontrarse con varios maestros que fueron forjando su personalidad.

La historiografía resalta con especial valor a uno de ellos : Simón Rodríguez, de quien hay pruebas fehacientes de la influencia que ejerció sobre el Libertador de las naciones del continente Sudamericano, para demostrar el respeto y admiración que sintió Bolívar por quien fuese su maestro, basta remitirnos a una carta que este le dirigiera a Rodríguez y de la cual se extraerá el párrafo siguiente: “…usted maestro mío, ¡cuanto debe haberme contemplado de cerca, aunque colocado a tan remota distancia! ¡Con que avidez había seguido usted mis pasos, dirigidos muy anticipadamente por usted mismo! Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que usted me señaló. (Bolìvar, 1824).

La anterior frase sustraída de la aludida carta que fue escrita en Pativilca, Bolivia en 1824 denota el gran respeto y admiración que sentía Bolívar por Rodríguez, lo que hace pensar que es irrefutable lo que con la praxis docente de Simón Rodríguez logró con el Libertador, tal hazaña hubiese sido imposible sin que Rodríguez no tuviese la ética necesaria para conducir a aquel niño a convertirse en la persona que fue, años más tarde.

Es importante observar qué contexto histórico ocurrieron estos hechos ya finalizando el siglo XVIII , cuando imperaba una sociedad que estaba en crisis, una sociedad donde la falta de escrúpulo era tal, que se veía normal la esclavitud, el racismo, el desconocimiento a la mujer como sujeto igual al hombre, y  tantos otros males del colonialismo; por lo tanto la ética exigía que se debía vencer esos abusos para una mejor sociedad, y por lo tanto, maestros como Rodríguez, con su noble compromiso ético y moral, encontró en la docencia el medio idóneo para influir en los jóvenes de la época, entre ellos Bolívar, quien vio la necesidad de romper con los esquemas de aquella sociedad.

Como en la época colonial, hoy nuestra sociedad esta en crisis, los problemas éticos y morales son otros pero se hace necesario que emulemos a ese espléndido  docente que fue Bolívar, y que con nuestro ejemplo inspiremos a nuestros estudiantes a que se conviertan en los agentes de cambios que hoy la sociedad requiere; por supuesto ubicándonos en el momento histórico que vivimos, pues, la sociedad actual no es la misma del siglo XVIII y XIX en la cual vivió Bolívar, por lo que nuestro quehacer docente necesariamente debe adecuarse a los nuevos tiempos.

Ser Docente hoy en día implica una enorme responsabilidad, un compromiso formidable y esto debe ir acompañado de que seamos referentes éticos y morales para esta generación que estamos formando, que han estado influenciados por valores negativos que se transmiten como normales, pero que tiene como objeto crear un ser que, además de no practicar valores éticos, sea un ser no pensante, un ser no crítico y que actué según lo impongan los medios de comunicación.

Como Docentes, debemos ser capaces en nuestro quehacer pedagógico, de ser los sembradores de esa semillita que reclama con urgencia nuestra sociedad, pero ¿qué reclama la sociedad de hoy al Educador?, la respuesta puede tener muchas aristas pero la más clara, sin duda alguna, es que con nuestros ejemplo seamos lideres que transcendamos el modelo de la vieja escuela que aún predomina y de la que muchos niegan salirse; debemos dejar de ser simples dadores de clase, para mutar hacia un nuevo modelo docente que eduque al joven para ser sujeto activo en la construcción d una nueva sociedad.

Es menester que el educador transmita con su ejemplo la imperiosa necesidad se ser sujetos éticos y morales, que muy a pesar de la crisis que enfrentamos no nos corrompamos; esto sin duda es un punto difícil hoy en nuestro país, pues, podemos observar Docentes que debido a la situación salarial están desmotivados,  cuestión que representa una situación grave, aunque es entendible que el Docente como ser humano, está lleno de sentimientos, resulta terrible que en un aula estén Docentes desmotivados, ya que un docente bajo esas condiciones, difícilmente transmite actitudes positivas a sus estudiantes y aún mas difícil es que influyan en ellos para que cambien.

En referencia a esto la PhD. Emilia Ferrera en una entrevista realizada en mayo de 2018 manifestaba lo siguiente:” …cuando un maestro está convencido de que puede hacer algo termina descubriendo la manera de hacerlo, y si deja que el malestar general lo apabulle no va a poder hacer nada. Si acepta estar ahí es porque cree que algo puede hacer. Si forma parte de la desesperación colectiva, si se deprime junto con el ambiente, no va a poder hacer nada. Pero hay maestros creativos que consiguen llevar adelante algo que da esperanza.

Partiendo de lo que plantea Ferriera nuestro quehacer docente debe necesariamente tener la convicción necesaria para poder transformar nuestro medio, por eso es de vital importancia que nuestra moral y nuestra ética se mantengan en alto muy a pesar de las situaciones que se puedan vivir; como Maestros estamos llamados a cambiar esas condiciones que afectan a nuestra comunidad, existen diversas maneras de hacerlo y cada Maestro, siempre y cuando tenga la vocación, la moral, la ética y la praxis necesaria,  estará contribuyendo a ese cambio tan necesario.

Un maestro es un líder y un líder debe predicar con el ejemplo; el contexto actual  exige de nuestra parte que, como Simón Rodríguez en su tiempo, formemos a nuestros estudiantes para lo hermoso, para la justicia, para lo grande, para la libertad y para lo que Bolívar  señaló en su carta que había logrado su maestros.  Así que es grande el reto que nos corresponde.

Surge otra interrogante ¿cómo lograr esto en los tiempos actuales?, la respuesta a estas inquietudes no se debe tomar a la ligera; pero en primer lugar para poder cumplir con este objetivo es necesario que dentro de nuestras escuelas seamos un referente ético, moral y profesional: es de suma importancia cumplir con estos requisitos, ya que solo de esta manera nuestros estudiantes podrán tomarnos como ejemplo y de esta forma es que podemos influir en ellos.

Nuestro quehacer se enfrenta a un  poderoso enemigo como son los medios de comunicación en donde nuestros estudiantes  pasan muchísimas horas de su vida, y al decir medios de comunicación en la actualidad debemos referirnos necesariamente a redes sociales, internet, televisión por suscripción, etc., generalmente son influenciados por programas que están dirigidos al sector de la juventud y que precisamente, muchos de ellos, no están diseñados para fomentar,  valores positivos en el individuo; de allí que surge la necesidad que en nuestro día a día, si queremos luchar contra este flagelo, promovamos el pensamiento crítico y analítico en nuestros estudiantes, promover debates que finalicen con proceso reflexivo y que provoque en el estudiante la necesidad de cambiar esos valores negativos por valores positivos. Pero insisto, solamente esto lo lograrán los Maestros con la vocación docente, que sean ejemplos de ética y moral para sus estudiantes; no con esto digo que el docente debe ser especie de un santo, sino que con su ejemplo dentro de la labor educativa, pueda ser lo suficientemente digno de promover la ética y la moral en sus alumnos.

Nuestro quehacer docente exige igualmente que promovamos además de valores, la educación para la vida, que el sujeto que estamos educando aprenda a ser una persona que produzca para la sociedad, que sea útil, y en esto los docentes jugamos un papel fundamental, el mismo Simón Rodríguez fue un apasionado defensor de una escuela con docentes distintos; veía Rodríguez a la escuela como un centro de producción y de trabajo. La denominó Casa de Industria Pública y por sus propios esfuerzos conformó un medio de escuela experimental, Simón Rodríguez estaba convencido de que había que unir la cultura con el trabajo, la formación académica con la manual; esto era muy importante debido a que las nacientes Repúblicas ameritaban de carpinteros, albañiles, agricultores, en fin, obreros que sepan producir y respetar.

Nuestra sociedad actual amerita también de este tipo de personas, por lo tanto, como maestros, es nuestra responsabilidad formar a los estudiantes, no solo en lo académico, sino en algún oficio. Las escuelas en nuestro país están llenas de Docentes que saben hacer algún oficio, por lo que se puede aprovechar la oportunidad de enseñar a nuestros estudiantes distintas labores. En la actualidad existe dentro de la malla curricular de la educación media general los Grupos de Creación, Producción y Recreación que, sabiéndolo aprovechar, serian una oportunidad valiosa de lograr dicho objetivo; para ello se requiere de un compromiso enorme por parte del docente.

Para que se tenga éxito en la labor, es importante proyectarnos a futuro, de comprometernos con nuestra labor docente en este objetivo. En tiempos de Rodríguez las personas sin conocimientos eran blancos de convertirse en servidumbre de la clase dominante de la época, hoy un joven que no esté en la escuela, que no tenga buenos Maestros, que no sepa hacer oficios y que aparte tenga una muy mala base moral en el hogar, es sin duda una persona vulnerable en medio de la delincuencia; por ende que nuestro compromiso ético y moral es precisamente evitar eso; las herramientas las tenemos, pues, somos Docentes, lo que hace falta es que las utilicemos y que día a día crezcamos académica y moralmente a fin de que, como he venido insistiendo, seamos los ejemplos a seguir de los futuros Bolívar de nuestra nación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuentes de investigación

 

Calzadilla, Juan (2007). Moral y luces son los polos de una República. Primera Edición. Editorial el perro y la rana. Guarenas, Venezuela.

Cano, María del Carmen (2015). Ética social, profesional, profesoral y de la ciencia. Universidad de la Habana. Medisur vol.13 no.6, La Habana, Cuba. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1727-897X2015000600003

Ferreiro, Emilia. Entrevistada realizada disponible en: https://webdelmaestrocmf.com/portal/si-los-docentes-no-leen-son-incapaces-de-transmitir-el-placer-de-la-lectura/

Pérez Esclarin, Antonio (2010). Se llamaba Simón Rodríguez luces y virtudes americanas. Segunda Edición. Editorial Distribuidora estudios. Caracas, Venezuela

Prieto Figueroa, Luis Beltrán (2007) El concepto de líder, e maestro como líder. Decima quinta edición. Fondo editorial Ipasme. Caracas, Venezuela

Autor: Dioni Valladares

Fuente de la Información: OVE

Comparte este contenido: