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México: Pandemia por Covid-19 acelera el trabajo infantil

América del Norte/México/18-10-2020/Autora: Cristina Hernández/Fuente: www.publimetro.com.mx

La pandemia y la crisis económica ha acrecentado la necesidad de que los niños apoyen en sus familias para ganar el sustento diario.

La actual pandemia y la crisis económica han amenazado el futuro de una generación de niños en todo el mundo debido al trabajo infantil.

Con las aulas cerradas y padres que pierden su trabajo, millones de niños han debido sacrificar la lectura, la escritura y las tablas de multiplicar jornadas de sudor, ampollas y cada vez más reducidas esperanzas de una vida mejor.

De acuerdo con AP, en Kenia, lugar de ir a la escuela los niños pican piedras en las canteras.

 

Trabajo Infantil
Foto: Getty Images
En la India, miles de menores se han volcado a los campos agrícolas y a las fábricas.

Y en Latinoamérica, los pequeños producen ladrillos, fabrican muebles o limpian los campos de maleza tiempo completo.

Si fuera poco, el trabajo de niños y adolescentes pagado apenas por centavos o, en el mejor de los casos, unos cuantos dólares al día para ayudar a llevar comida en la mesa.

“El trabajo infantil se convierte en un mecanismo de supervivencia para muchas familias”, refirió Astrid Hollander, directora de educación de UNICEF México.

Los gobiernos alrededor del mundo analizan cuántos estudiantes han abandonado sus sistemas escolares.

Tan sólo el cierre de las aulas afecta a casi mil 500 millones de niños en todo el mundo.

Expertos aseguran que es menos probable que los niños regresen a la escuela cuanto más tiempo estén suspendidas las clases presenciales.

Las repercusiones, especialmente para quienes ya están rezagados, pueden ser menores oportunidades laborales de por vida, menos ingresos potenciales y una mayor probabilidad de pobreza y embarazo precoz.

“Las repercusiones podrían percibirse en las economías y sociedades a lo largo de las próximas décadas”, advirtió en agosto Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF.

Para al menos 463 millones de niños, cuyas escuelas cerraron, no hay posibilidad de aprendizaje a distancia.

La doctora Alma Cosette Guadarrama, investigadora de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, explicó para Publimetro el panorama del trabajo infantil en México.

¿Cuál es el panorama del trabajo infantil en nuestro país?

– En cada una de las entidades federativas existen áreas específicas donde se ubica un mayor número de población en estado de pobreza y pobreza extrema donde se puede identificar el trabajo infantil.

Los índices de explotación del trabajo y trabajo forzado que son las dos formas de trata que existen en México en materia infantil, seguramente se iban a detonar como el caso de la violencia de género y otros problemas que aquejan a nuestra sociedad.

Trabajo InfantilFoto: Cuartoscuro

Lo importante de entender esto es que los niños y particularmente en México están desprotegidos, las condiciones de pobreza y la línea de pobreza y pobreza extrema, enmarca al estado mexicano como país, de tal manera que obliga al papá, mamá a enviar a los hijos a ayudarles a conseguir el sustento de la casa, evidentemente el hecho del confinamiento, quita la posibilidad de salir a trabajar y los que están en las condiciones de pobreza extrema, tener el sustento de todos los días porque viven al día.

Esto puede llevar a esta figura que es muy común en México en donde los padres llevan a los hijos al lugar en los trabajos que desarrollan, que generalmente son los trabajos informales, el comercio, etc. Puede caer en figuras de trata como el trabajo infantil o los trabajos forzados que están marcados en la ley para ganar el sustento en otros momentos que, a lo mejor, antes de la pandemia no era necesario.

¿Qué trabajos son los que desempeñan los niños y cuáles son las más peligrosas?

– La norma establece, desde el ámbito jurídico, que la minoría de edad se divide en dos etapas fundamentales, el niño o niña es aquel entre 0 y 12 años incumplidos, pero para cuestiones de trabajo serán 15 años, no pueden realizar labores consideradas como trabajo con alguna remuneración.

Esto está vedado en las familias mexicanas porque si bien el niño no recibe un salario, sí va y ayuda al papá, aquel que es comerciante, está vendiendo.

Lo que sale de este marco legal se convierte en trata de personas en dos modalidades, lo que es la explotación laboral (adolescentes entre 15 y 18 años) y el trabajo forzado (todos los demás).

Puede caer en los dos rubros, aquel adolescente que está realizando un trabajo o una actividad, pero no se le paga lo que marca la ley, no se le dan prestaciones, etc. Y ahí pueden caer los adolescentes entre 15 y 18 años incumplidos.

Todos los demás pueden caer en la segunda cuando se les obliga a través de alguna amenaza, amenaza psicológica, hacia un familiar de daño físico, para realizar una actividad.

El menor también puede caer en la mendicidad que, de acuerdo con nuestra ley, también constituye una forma de trata,

En el caso de comercio informal, como en apoyo de algunas cosas, en algunas ocasiones en las minas, al norte del país y fundamentalmente el comercio informal y en la mendicidad.

¿Cuáles son las consecuencias del trabajo infantil?

Trabajo InfantilFoto: Getty Images

— El niño empieza a conformar su personalidad, a entender la distinción entre bueno y malo, justamente en la primera infancia, es decir, entre los 0 y los 10 años de edad.

Si nos vamos a una cuestión más social, podemos decir que uno de los grandes efectos que puede tener el desarrollo del trabajo infantil, particularmente de los niños menores de 15 años, es la exposición a ciertos peligros, por ejemplo, los riesgos propios de la calle.

Cuando están ayudando en al comercio informal al comercio ambulante, en las ladrilleras, minas, exponerse a los riesgos de una sociedad donde el otro no considera y no valora a sus congéneres como persona, hay una deshumanización, una pérdida de valores como persona y esto conlleva a acciones que desde la psique del otro, a lo mejor son cuestiones normales, por ejemplo, los abusos sexuales, una persona que fue abusada lo considera normal y se convierte en abusador y eso conlleva una cadena.

Sobre todo las mujeres están expuestas a abusos sexuales, violaciones, todos los riesgos que son propios de la calle cuando no está el tutor o el padre al cuidado y protección de ese menor.

Esto conlleva a que nuestro tejido social se siga resquebrajando porque vamos a tener en un futuro comunidades conformadas por personas, por adultos, con traumas, con una serie de cuestiones que solamente están reproduciendo lo que vivieron en su infancia, eso conlleva a la construcción de sociedades totalmente fuera del marco de la ley.

Los parámetros y los estudios que ha hecho la OIT demuestran que un chico antes de la edad de 15 años se está formando y hay que proteger derechos básicos de él como es el juego, la diversión, que coadyuva a la conformación de adultos felices, de adultos conscientes, etcétera.

Fuente e Imagen: https://www.publimetro.com.mx/mx/noticias/2020/10/15/amenaza-trabajo-infantil-pandemia.html

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Entrevista a Tharanga Godallage: «El matrimonio infantil, la mutilación genital femenina y las prácticas nocivas en los cuerpos de las mujeres aumentan en pandemia»

Por:   Samira Sadeque

Los estudios han demostrado que cuanto más tiempo permanezca una niña en la escuela, es menos probable que se vea obligada a contraer matrimonio infantil. Con muchas escuelas cerradas actualmente y las niñas no van a la escuela, se espera un aumento en el matrimonio infantil. Crédito: Ahmed Osman / IPS

Se pueden esperar 5,6 millones de matrimonios infantiles adicionales debido a la pandemia de coronavirus, que resultó en un aumento a corto plazo de la pobreza y el cierre de las escuelas.

También se espera que la pandemia actual tenga un impacto masivo en el crecimiento proyectado de prácticas nocivas en los cuerpos de las mujeres.

Según un informe reciente publicado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), titulado  “ Contra mi voluntad: Estado de la población mundial 2020 ”, se producirán dos millones de casos adicionales de mutilación genital femenina (MGF) para 2030.

«Un gran factor de protección para prevenir el matrimonio infantil es la educación», dijo a IPS Richard Kollodge, asesor editorial principal del informe. “Los estudios han demostrado que cuanto más tiempo permanezca una niña en la escuela, es menos probable que se vea obligada a contraer matrimonio infantil. [Ahora] si las escuelas cierran y las niñas no van a la escuela, eso es una pérdida de un factor de cy eso podría contribuir a un aumento en los matrimonios infantiles «.

Otros factores que contribuyen incluyen la incapacidad de las personas para ir a trabajar, lo que a su vez está afectando los medios de vida. En tales circunstancias, algunos padres pueden sentirse alentados a casar a su hija ya que es una boca menos para alimentar o porque creen que podría ser más seguro, dijo Kollodge.

Es significativo entonces que este año el UNFPA comenzó su agenda de 10 años para poner fin a las prácticas nocivas para 2030 en todos los países. IPS habló con Tharanga Godallage, un asesor de gestión basada en resultados del UNFPA, sobre cómo la pandemia actual afecta esta agenda y cómo exacerba las crisis de la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil en todo el mundo.

Inter Press Service (IPS): Su informe dice: “Llegar a cero las prácticas nocivas requerirá un progreso mucho más rápido. Exige un esfuerzo de toda la sociedad, donde todos los que tienen un papel en detener estas prácticas dan un paso adelante para hacerlo ”. ¿Qué pasos pueden tomar los diferentes actores de una sociedad para abordar este problema?

Tharanga Godallage (TG): Las «prácticas nocivas» son un compromiso de múltiples partes interesadas porque ninguna parte interesada puede resolver este problema. En realidad, no es solo un problema a nivel de país: existen a través de las fronteras. Para la MGF en particular, la defensa transfronteriza de los interesados ​​es realmente importante.

En la erradicación de la mutilación genital femenina, y en general, el factor más importante es el fuerte compromiso político del gobierno. El segundo es la aplicación de la ley porque necesitamos crear nuevas leyes y políticas si realmente desea tener un cambio sostenido.

El tercero es la participación de varios ministerios, porque este no es un programa de un solo ministerio. El enfoque es involucrar a todo el gobierno.

Nuestra observación y recomendación es mirarlo de una manera más holística, especialmente el cambio sostenible.

También existe la necesidad de un cambio en las normas sociales, que también es el más crítico y el más difícil. Es por eso que necesita una gran campaña de defensa.

La norma social es la causa principal de la mayoría de estos casos, y eso requiere un compromiso a nivel comunitario, incluidos los líderes, que tienen un papel más importante que desempeñar, y los líderes comunitarios formales e informales.

Y luego hay un vínculo socioeconómico con el matrimonio infantil, la mutilación genital femenina y la preferencia del hijo. Necesitamos reunir a los responsables políticos y las partes interesadas y hacer que todo esto se traduzca en un cambio de políticas.

IPS: Su informe dice: «Si la pandemia causa un retraso de dos años en los programas de prevención de la mutilación genital femenina, los investigadores proyectaron que durante la próxima década se producirían dos millones de casos de mutilación genital femenina que de otro modo se habrían evitado». ¿Puedes analizar cómo tal retraso llevaría a dos millones de vidas afectadas? 

TG: Basado en la tendencia histórica y las proyecciones, sabíamos que los casos estimados de MGF para 2030 sin el impacto de COVID-19 serían de alrededor de 34 millones.

Luego observamos la reducción de los programas de ampliación y los nuevos casos para determinar a cuántos casos conducirían esos ajustes, y proyectamos 36 millones.

En general, este impacto de COVID-19 se ha observado de dos maneras: una es el efecto sobre la ampliación de los programas de prevención, ya que no podremos realizar programas de prevención de la manera que planeamos, y luego podrían surgir nuevos casos. de eso.

IPS: ¿Qué factores está contando al contabilizar este cambio en el número proyectado debido a COVID-19? 

TG: Las restricciones sobre las reuniones grupales y los viajes han reducido la disponibilidad de personal técnico y la demora de iniciar programas internacionales o programas de prevención.

El segundo es el impacto económico. En el impacto económico, según los datos que encontramos, hubo una reducción del 10 por ciento en el PIB en general y luego, debido a la caída del PIB, hubo un aumento en la pobreza. Por lo general, sabemos que el aumento de la pobreza tiene un impacto del 32 por ciento en el matrimonio infantil, está muy relacionado. Por lo tanto, debido al factor económico y al aumento de la pobreza a corto plazo debido a COVID-19 que se incluyó en el modelo, ahora habrá 5,6 millones de matrimonios infantiles adicionales.

IPS: Su informe dice «Poner fin a las prácticas nocivas para 2030 en todos los países y comunidades, un objetivo del UNFPA, requerirá cambios rápidos en la mentalidad que aún sanciona la violencia contra las mujeres y las niñas y niega sus derechos y autonomía corporal». ¿Cómo ha sido afectado este objetivo por la pandemia, y cómo pretendes avanzar en estas circunstancias?  

TG: Hasta ahora hemos realizado nuestro análisis interno de los desafíos generales. Por lo tanto, la investigación relacionada con la movilización de la comunidad va a ser un reto muy grande especialmente en lo que estamos tratando de ver cómo [dirección que], especialmente los compromisos relativos a la movilización de la comunidad como cambiar las normas sociales y las c programas de educación sexual omprehensive (educación ieinformal) . Ese tipo de programas se verá muy afectado, y la generación de datos será un desafío.

Las personas están acostumbradas a la nueva normalidad ahora y han ideado estrategias alternativas: centros de llamadas, telemedicina y reuniones electrónicas. Estas son nuevas alternativas innovadoras, por lo que tal vez con el tiempo podamos llegar a una nueva normalidad en nuestros enfoques para abordar estos problemas.

Fuente e imagen: http://www.ipsnews.net/2020/07/child-marriage-fgm-harmful-practices-womens-bodies-increase-covid-19/

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La escuela cerrada, costos pedagógicos desiguales

La experiencia indica que todas las catástrofes, tanto las naturales, como las sociales ( el Covid-19 combina ambos factores) perjudica más a los desposeídos. Eso sucede con los terremotos, las inundaciones, las sequías o las crisis económicas y financieras. Los que más pierden son los que menos tienen. Esto pasa en el caso de la suspensión generalizada del servicio educativo en casi todo el mundo.

Esta experiencia inédita hace evidente realidades que en tiempos normales no se ven a primera vista:
  • En la escuela las nuevas generaciones aprenden cosas que la familia no puede enseñar, porque no tiene los recursos necesarios para hacerlo, en primer lugar la competencia pedagógico/profesional y en segundo lugar el tiempo y otros recursos didácticos. Ojalá que la emergencia nos recuerde que hay cosas importantes que solo se pueden aprender en esas instituciones especializadas que llamamos escuelas, colegios o universidades.
  • La emergencia también permite tomar conciencia que la escuela no solo enseña, sino que también cuida de los niños y adolescentes, función que en una etapa anterior del desarrollo de nuestras sociedades correspondía a la familia y en especial a las madres. Cuando la escuela suspende su funcionamiento, la mayoría los niños quedan «abandonados a su suerte», ya que la mayoría de las madres se han incorporado al mercado de trabajo. Este fenómeno es particularmente relevante en las familias de los sectores populares. Esta constatación debería servir para valorizar el papel multifuncional de la escuela en los procesos de reproducción social.

El reconocimiento social del valor de la escuela debería favorecer un plan de inversión en su estructura física con el fin de garantizar un piso común de calidad e higiene del edificio escolar, objetivo pendiente en el sistema educativo nacional. Al mismo tiempo habrá que aprovechar la ocasión para mejorar los mecanismos de comunicación entre los ministerios, las instituciones escolares y las familias para potenciar el diálogo y la interacción entre estas instancias. Lo que se tuvo que hacer por necesidad deberá potenciarse y mejorarse en tiempos normales.

La situación excepcional que vive el mundo obligó a las instituciones y agentes escolares a desarrollar una oferta de educación a distancia, la mayoría de las veces en forma apresurada y con recursos insuficientes e inadecuados. El Estado argentino, en sus diversas instancias, desde los ministerios de educación a las propias instituciones desplegó una serie de iniciativas tendientes a ofrecer oportunidades de aprendizaje a través del uso de las nuevas tecnologías de enseñanza con el fin de garantizar una cierta continuidad en el trabajo escolar.

La necesidad de actuar en forma rápida obligó a utilizar diversos recursos disponibles (plataformas, medios masivos de comunicación, interacción directa de los docentes con sus alumnos usando distintos dispositivos, etc.). En muchos casos las circunstancias obligaron a improvisar, ya que no había tiempo para programar, desarrollar y luego implementar programas específicos. Más allá de estos esfuerzos dignos de apreciación, las condiciones objetivas conspiran contra los intereses de aprendizaje de los sectores sociales más desfavorecidos.

Es probable que para estos sectores lo más oportuno sea ofrecer materiales (audiovisuales, impresos, etc.) de interés para adultos, niños y adolescentes con el fin de fomentar la lectura recreativa, desarrollar el gusto por la misma, así como la realización de juegos. En relación con esto, sería bueno divulgar las 10 cosas que el pedagogo italiano Francesco Tonucci sugiere hacer a los padres con sus hijos. Cosas simples (como cocinar juntos, explicar cómo funciona el sistema eléctrico de la casa, construir muñecas o pelotas de trapo, reconstruir la historia familiar revisando un álbum de fotografías, leer juntos un periódico o un cuento, etc.) que «educan» más allá del curriculum escolar cuyo cumplimiento tanto desvela a muchos pedagogos formalistas. La emergencia obliga a utilizar la imaginación para darle una dimensión educativa a múltiples objetos, procesos y experiencias que se pueden vivir en el interior del hogar o en el barrio (allí donde en verdad no existe una vivienda digna de ese nombre).

El tiempo que vivimos nos debe inducir a reflexionar porqué las nuevas generaciones se sienten más atraídas por los ambientes virtuales que por los reales. ¿Por qué nos cuesta tanto que nos atiendan en la casa y en las aulas y dejen de lado su celular? La actual obligación de recurrir a la realidad virtual debería convertirse en una oportunidad para aprovechar sus potencialidades en el plano de la realidad, tan propicia para la creación, la modelación, la transformación, capacidad que muchas veces no tiene la realidad escolar preacondicionada, regulada, programada para recorrer un camino con etapas preestablecidas de desarrollo de determinadas competencias evaluables. En este sentido la emergencia puede ser una oportunidad para repensar la realidad escolar con sus tiempos y espacios fragmentados entre aulas, grados, materias, horarios preestablecidos, etc. etc. Estos son momentos en que ciertas transformaciones que en tiempos normales tardan mucho tiempo en concretarse, se pueden precipitar por la fuerza de la necesidad. Pasada la emergencia, habrá que analizar qué pudimos aprender de la improvisación, qué cosas debemos perfeccionar, qué cosas retener, qué cosas rescatar y cómo articular la realidad espacio-temporal de la escuela con las posibilidades que ofrece la realidad virtual.

Más allá de lo que se hace y pueda hacer en estas circunstancias y la creatividad desplegada por padres de familia, maestros y niños, es preciso ser realistas. Una vez más, los más perjudicados son los sectores desposeídos, ya que en su caso se conjugan dos pobrezas, la pobreza de la oferta de educación a distancia y la pobreza de los necesarios recursos familiares, de diverso tipo como el espacio habitacional precario, el hacinamiento, los ambientes insalubres e inseguros, la pobreza o ausencia de equipamientos tecnológicos, la conectividad a internet, el nivel clima educativo del hogar, la presencia de los adultos y su disponibilidad de tiempo para acompañar las actividades escolares de los niños y adolescentes, etc.

El sistema escolar también tiene sus amplias zonas de pobreza. Según un informe reciente del Banco Mundial que usa datos del programa PISA (2018), poco más de la mitad de los sistemas educativos encuestados dijeron que la mayoría de los estudiantes de 15 años están en una escuela sin una plataforma efectiva de apoyo de aprendizaje en línea. Este es el caso en todos los países participantes de América Latina y el Caribe. Por otra parte también existen limitaciones por parte de los docentes, ya que en la Argentina en opinión de los directores sólo el 55% de los docentes tienen «recursos profesionales efectivos para aprender cómo usar dispositivos digitales».

El mismo informe del Banco Mundial reconoce que existe una fuerte asociación entre los recursos tecnológicos y humanos del sistema escolar y el nivel socioeconómico de los alumnos. Esto implica que quienes más perderán en materia de aprendizaje serán los que ocupan las posiciones más desfavorecidas en las distribuciones de recursos sociales estratégicos tales como la propiedad, el ingreso, el poder y el conocimiento. Desde ya habrá reflexionar sobre el tiempo de post-emergencia y redefinir las políticas educativas tendientes a fortalecer la escuela pública para dejarla en mejores condiciones para contrarrestar la fuerza de las inercias que tienden a reproducir las desigualdades sociales de todo tipo que presenta la sociedad argentina actual.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/la-escuela-cerrada-costos-pedagogicos-desiguales-nid2358685

 

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Desescalada escolar incierta en todo el mundo

Redacción: La Vanguardia

Incertidumbre. Los grandes países europeos y Estados Unidos se debaten en cómo rematar el actual curso, si hacerlo por vía telemática o abriéndolas unas semanas. En Rusia los alumnos ya recibieron las notas y están de vacaciones. En Italia habrá aprobado general. En un segundo horizonte los distintos gobiernos ya piensan en el siguiente curso: cuándo empezará y, sobre todo, en qué circunstancias.

Alemania: el examen de selectividad se ha realizado con cierta normalidad

En Alemania, la desescalada escolar está en manos de los 16 länder (estados federados), titulares de las competencias educativas, si bien la labor de coordinación ejercida por la canciller Angela Merkel condujo a un pacto para un reinicio común el 4 de mayo. Aunque algunos länder incluso retomaron algunas clases antes, la mayoría arrancó ese día con alumnos de determinados cursos y en grupos reducidos. Los exámenes del Abitur (selectividad) se han realizado con relativa normalidad. El regreso escalonado aún no ha concluido; de hecho, hoy vuelven a las aulas en Schleswig-Holstein los alumnos de 1.º a 3.º de Primaria y los de 8.º, 9.º y 10.º de Secundaria. Pero todo indica que de aquí a fin de curso –que termina entre finales de junio y finales de julio, según el calendario de cada land– se alcanzará la voluntad de las autoridades de que cada menor vaya un día a la semana a la escuela.

Son, con todo, clases presenciales anómalas: un solo día a la semana, unas tres horas, solo asignaturas troncales (alemán, matemáticas e inglés), en grupos reducidos, y con estrictas reglas de higiene y distancia interpersonal (1,5 metros). De esta forma, los alumnos no pueden moverse de su pupitre ni salir del aula salvo para ir al baño. No hay deporte ni canto ni, claro, tareas en grupo.

Aunque en Alemania la mascarilla es obligatoria en el transporte público y dentro de las tiendas, no lo es para los escolares en clase. Algunos länder sí obligan a que la lleven en los pasillos y en el baño, y la mayoría de profesores se la ponen y la recomiendan.

Durante las siete semanas de cierre total por el coronavirus, imperó la enseñanza por vía digital, con resultados desiguales, pues Alemania tiene aún graves carencias en digitalización. También hubo quejas de las familias por la sobrecarga de deberes, mientras madres y padres estaban también teletrabajando.

A estas alturas, parece claro que en el próximo curso no habrá normalidad escolar. Todo apunta a que seguirán los grupos reducidos y solo las asignaturas clave, el resto se hará vía internet. Pero el curso comenzará, dependiendo del calendario de cada land, entre primeros de agosto y primeros de septiembre.

Francia: volver a clase, un medida para preservar la cohesión social

Francia decidió reabrir sus escuelas de manera gradual y voluntaria a partir del 11 de mayo, con un estricto protocolo higiénico y de distancia social. Los departamentos catalogados como verdes , los menos afectados por la pandemia, han podido ir más rápido que los rojos , la región parisina incluida. Los padres han tenido libertad para mantener a sus hijos en casa si lo preferían. Las clases de primaria y de la escuela intermedia han sido las primeras en reanudar la actividad. Los últimos serán los institutos. La capacidad de las aulas se ha limitado a 15 alumnos (10 para los más pequeños), lo que ha obligado a la rotación y a proseguir, en paralelo, las clases por internet. La casuística ha sido muy variada según el municipio. Los alcaldes han retrasado la reapertura de centros en virtud de las circunstancias. El retorno a la escuela ha provocado mucho debate, sin unanimidad, entre las ampas y los sindicatos de los docentes. El Gobierno ha creído necesario dar el paso para reinstaurar una cierta normalidad. Una de las prioridades era que volvieran a la escuela los alumnos de estratos sociales más humildes, pues para ellos era más complicado seguir el curso por vía telemática durante el confinamiento. No tenían ni la vivienda adecuada ni los mejores medios para hacerlo. Según el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, siempre es importante ir a la escuela, pero más en un periodo de crisis.

Italia: los estudiantes pasarán de curso automáticamente

Las escuelas y universidades no abrirán hasta septiembre. Así lo decidió el Gobierno, a finales de abril después de que todos los escenarios previstos por el comité de técnicos y científicos que lo asesoraba dibujaran “riesgos muy elevados de contagio” en el caso de una eventual reapertura. Todas las aulas están cerradas desde el 4 de marzo, y los estudiantes tienen que seguir clases desde sus domicilios, ayudados por internet. El Ejecutivo ya tenía previsto que, de no volver a abrir las aulas todos los estudiantes pasarán de curso automáticamente con el fin de terminar con éxito el año escolar . La recuperación del programa perdido se hará desde septiembre. Para ayudar a los padres a volver a sus trabajos presenciales el Gobierno ha dispuesto permisos extraordinarios y ayudas.

Reino Unido: reabrir las aulas el 1 de junio, un plan cogido con alfileres

Un 43% de los padres de niños de primaria, y un 54% de los de secundaria, tienen miedo al regreso a las aulas y consideran que es prematuro, según las encuestas, y la reticencia es aún mayor entre los profesores, los sindicatos que los representan, y las autoridades municipales. Pero aun así el primer ministro Boris Johnson sigue adelante con sus planes de una reanudación parcial de las clases el próximo dia 1 de junio.

El plan del Gobierno está cogido con alfileres. Solo parte de los alumnos de primaria reanudarán las clases in situ, y ello si sus padres quieren enviarlos al colegio, los profesores aceptan correr el riesgo de ir en transporte público a las escuelas y estar en contacto con decenas o centenares de niños, y los municipios dan el visto bueno. Más de mil quinientos centros educativos han advertido que no piensan atenerse por el momento a las instrucciones oficiales, y que van a seguir cerrados. Downing Street no les impondrá sanciones.

El Gobierno está ansioso de que los niños vayan a clase para que sus padres puedan volver a ir trabajar y la economía repunte, y usa el argumento del enorme daño educativo que sufren los alumnos más vulnerables. Las familias acomodadas, que se pueden permitir pagar tutores, son más reticentes a mandar a sus hijos al colegio. Las de clase trabajadora se muestran más favorables a la idea. En Escocia no habrá clases hasta el nuevo curso escolar que comienza a mediados de agosto.

Estados Unidos: en los territorios con menos pandemia, clases en agosto

La educación es una cosa de estados. Los gobernadores son los que tienen la llave en Estados Unidos para el regreso de universidades y escuelas a la actividad.

Todo depende de la relajación de las medidas de distancia social, que más o menos han iniciado los 50 estados que componen el país. En los territorios donde la pandemia ha tenido menos impacto, la vuelta de los colegiales se producirá a partir de agosto. Pero el sistema escolar estadounidense más grande, el de la ciudad de Nueva York, con más de 1.100.000 niños y adolescentes, todavía no ha concretado si realmente las puertas se abrirán a partir de septiembre.

La Gran Manzana ilustra a la perfección quién tiene las competencias. El alcalde Bill de Blasio se resistió en marzo a cerrar. Pero el jefe superior, el gobernador Andrew Cuomo, tomó la decisión. Los estudiantes no pisan las aulas desde el 16 de marzo. A las semanas, De Blasio anunció que el curso presencial se daba por acabado. Al momento salió Cuomo y, en un ataque de celos, dijo que esa decisión la debía tomar él y que aún no había decidido. A los quince día, Cuomo informó que no habría más clases físicas este curso.

La vuelta a la nueva normalidad ha llevado a anuncios concretos. En Indiana, la Universidad
de Notre Dame
, institución privada dependiente de la iglesia, ha comunicado que reabrirá el campus el próximo 10 de agosto, dos semanas antes de lo previsto.

La idea generalizada es que las aulas universitarias volverán en otoño, pero no queda claro en que condiciones.

Rusia: curso acabado, notas puestas y regreso en septiembre

Con la excusa del buen tiempo y las dachas, el curso escolar de primaria y secundaria suele terminar a finales de mayo. El coronavirus ha adelantado un poco más el final, y el pasado 15 de mayo ya estaban puestas las notas. Ahora el Gobierno confía en recuperar el ritmo normal el próximo curso. Se prevé comenzar, como es habitual, el 1 de septiembre y de forma presencial, abandonando el sistema online del último trimestre, que quedará recomendado para casos especiales. La decisión final queda en manos de los gobiernos regionales en función de la situación epidemiológica local, aunque la agencia de la salud pública estatal, Rospotrebnadzor, cree que habrá escuelas que retrasen el regreso.

Uno de los motivos de ese posible retraso es que, por exigencias de la pandemia, las nuevas medidas no estén listas en todos los centros. Además de las normas sanitarias y de desinfección, Rospotrebnadzor quiere llevar a la enseñanza el distanciamiento social. Uno de los momentos más esperados por los alumnos, el recreo, ya no será lo que era. La agencia recomienda elaborar horarios individuales para cada grupo de alumnos, de forma que no coincidan en los pasillos ni en el patio con los de otras clases, y que tampoco tengan contacto ni a la entrada ni a la salida del centro. Además, cada clase tendrá que reducir el número de alumnos y recibir sus lecciones siempre en una misma aula, algo habitual en primaria, pero no así en secundaria. La pandemia ha retrasado también la selectividad, de finales de mayo hasta finales de junio.

Suecia: la escuela primaria y secundaria no ha cerrado

El contrapunto lo aporta Suecia, que ha mantenido las aulas abiertas durante toda la crisis del coronavirus, excepto las de los dos últimos cursos de secundaria y las universidades, que a mediados de marzo iniciaron la enseñanza a distancia y la mantendrán al menos hasta final de curso. Ante algunas voces críticas que reclamaban al Gobierno sueco medidas más restrictivas, la Agencia de Salud Pública, organización independiente que ha liderado la gestión de la epidemia, ha argumentado desde el principio que cerrar las escuelas no habría tenido ningún efecto, o un efecto muy limitado, en la propagación de la infección, a la vez que habría obligado a muchos trabajadores esenciales a quedarse en casa para cuidar de sus hijos o a poner en riesgo a los abuelos. Las autoridades recomiendan, eso sí, que alumnos y empleados no vayan al colegio si tienen síntomas de la Covid-19, por leves que sean. Suecia se ha desmarcado de sus vecinos: tanto Dinamarca, como Noruega Finlandia cerraron las aulas a mediados de marzo, aunque los tres ya han empezado a reabrirlas de forma gradual.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/internacional/20200525/481374399795/ensenanza-educacion-curso-alemania-francia-estados-unidos-italia-suecia-reino-unido-desescalada-coronavirus-covidc.html

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Escuelas de Polonia continuarán cerradas hasta finales de junio

Europa/Polonia/04 Junio 2020/prensa-latina.cu

El ministro polaco de Educación, Dariusz Piontkowski, informó que la mayoría de las escuelas permanecerán cerradas al menos hasta el 26 de junio, como parte de las medidas para contener la propagación del coronavirus SARS-CoV-2.
Según el titular, es probable que los alumnos puedan retornar a las aulas en septiembre, después del período correspondiente a las vacaciones de verano.

Hasta que se retomen las clases presenciales, los estudiantes continuarán recibiendo los contenidos de las principales asignaturas mediante conferencias online, precisó.

Los centros educativos polacos cerraron el 12 de marzo, pero la semana pasada reabrieron sus puertas algunas escuelas primarias para atender a niños pequeños.

Hasta el momento, este país reportó 23 mil 987 casos positivos de Covid-19 y mil 65 fallecimientos debido a esa enfermedad.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=370633&SEO=escuelas-de-polonia-continuaran-cerradas-hasta-finales-de-junio
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Coronavirus en Haití: los peligros por la llegada del covid-19 a la nación más pobre de América

América Central/Haití/22-03-2020/Autor(a) y Fuente: acento.com.do

Por si no hubiera tenido suficiente con el terremoto de 2010, el cólera, el dengue, los huracanes, la falta de agua, la pobreza, la insalubridad, la desnutrición, la violencia, la inestabilidad política, la corrupción o la inseguridad, Haití se enfrenta ahora a un peligro desconocido: el nuevo coronavirus.

La nación más pobre del hemisferio occidental reportó en la noche del jueves 19 de marzo los dos primeros casos de covid-19 y decretó desde entonces el estado de emergencia para intentar frenar la expansión de una pandemia que en el mundo había dejado más de 11.000 muertos, según el Instituto Johns Hopkins de EE.UU.

«Las escuelas, centros de formación profesional, universidades estarán cerradas desde este viernes. El gobierno declara un toque de queda en todo el territorio nacional entre las 8 p.m. y las 5 a.m. a partir de este viernes», anunció el presidente, Jovenel Moïse.

El país caribeño, que todavía intenta levantarse de un sismo que acabó con lo poco que tenía en pie en 2010, había cerrado sus fronteras y cancelado casi todos los vuelos desde la pasada semana para intentar contener la llegada del virus.

Y mientras nuevos casos aparecían y se multiplicaban por casi todo el planeta, Haití aparecía sobre el papel como uno de los pocos lugares libre de covid-19. Era solo cuestión de tiempo.

«Sospecho que en realidad estaba allí desde antes y me temo que lo que viene es muy preocupante«, asegura a BBC Mundo Conor Shapiro, director general de Health Equity International, una ONG que lleva ayuda médica al país.

«Si para todos los países será muy difícil, creo que ya deberíamos estar alarmados por lo que pasará en Haití», agrega.

El país más pobre

Antes de la llegada del coronavirus e incluso antes del terremoto -que hizo de Puerto Príncipe una pila de escombros, mató a más de 316.000 personas y dejó a más de 1,5 millones sin hogar- Haití llevaba tiempo haciendo trágico honor a su fama de nación más pobre del hemisferio.

Antes del terremoto de 2010, unos dos tercios de sus 10 millones de habitantes ya vivían en la pobreza extrema y sin acceso a agua potable. Y tras el sismo, un brote de cólera que ya se ha vuelto endémico ha dejado unos 10.000 muertos.

Ahora, una década después y tras meses de inestabilidad social que han llevado incluso a la policía a enfrentarse a balazos con el ejército, la nación caribeña se enfrenta quizás a un problema mayor.

«Tanta gente viviendo hacinada, sin agua potable o jabón, sin poder abastecerse de comida y sin poder comer si no trabajan… creo que la epidemia de cólera fue predictiva (de lo que puede pasar ahora): Haití tuvo la peor que se ha dado en la historia. La pesadilla será peor que la de Italia», afirma Brian Concannon, fundador del Instituto para la Justicia y la Democracia en Haití (IJDH).

coronavirus

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Haití ha vivido meses de inestabilidad social.

Franciscka Lucien, directora general de IJDH y quien trabajó en Haití durante la epidemia de cólera, asegura por su parte que el panorama podría ser incluso peor que en otras naciones, dado los altos niveles de pobreza y de insalubridad.

«Estamos hablando de un país donde la mayor parte de la población vive muy por debajo de todos los estándares de pobreza, en una infraestructura prácticamente destruida», le cuenta a BBC Mundo.

«Otras epidemias han demostrado que las partes más afectadas son aquellas donde viven la gente que es más vulnerable y es por eso que el coronavirus es algo muy preocupante, porque la mayor cantidad de la población de Haití vive en la pobreza«, señala.

Shapiro, por su parte, indica que los altos índices de desnutrición o la elevada cantidad de personas inmunodeprimidas, con VIH o, incluso, tuberculosis, hace que la población de riesgo sea comparativamente más vulnerable que en gran parte de las naciones del mundo.

Haití es el país con mayor casos de sida en el Caribe y sus tasas de prevalencia del VIH se encuentran entre los más altos de la región, mientras tiene la mayor prevalencia de tubercolsis de todo el continente y el 22% de sus niños menores de 6 años sufre desnutrición severa.

Pero según Lucien, más allá de las estadísticas que lo potencian como un candidato perfecto para un desastre sanitario terrible con la llegada del nuevo coronavirus, uno de los mayores peligros es que la enfermedad se vuelva incontrolable en un país donde el sistema de salud no da abasto en circunstancias normales.

«Una de las cosas que más me preocupa es que la covid-19 acabe de hacer colapsar un sistema de salud que no alcanza para el día a día», señala.

Un sistema al límite

Shapiro, que ha coordinado esfuerzos humanitarios en Haití por casi dos décadas, coincide que para tener una idea del impacto que el coronavirus puede tener allí basta con recordar cómo eran los servicios sanitarios incluso antes de la llegada de la pandemia.

«Hasta ahora, recibir servicios médicos ha sido muy difícil para la mayoría de la población en general. Muchas personas tienen que viajar de un lado a otro del país por horas a los pocos hospitales que existen para recibir atención. Hay embarazadas que en los momentos del parto tienen que viajar de una ciudad a otra para poder tener una cesárea», señala.

No existen datos oficiales sobre el número de hospitales que funcionan actualmente en Haití ni de la cantidad de su personal médico, aunque reportes en medios locales aseguran que el número de ambos cayó considerablemente los últimos años.

Un informe realizado en 2018 por la Fundación St Luke y el Centro Médico de Maryland señalaban que para aquel entonces, en todo el país, con una población superior a los 10 millones, solo había 90 camas disponibles para cuidados intensivos.

De ellas solo 45 contaban con asistencia respiratoria, uno de los elementos esenciales para los casos más críticos de coronavirus.

haiti

AFP
El sistema de salud de Haití está entre los peores del continente.

«La atención médica no era una facilidad accesible. Si ahora le sumamos la covid-19 y si pensamos que se teme que los sistemas de salud de países desarrollados no den abasto, podemos imaginar que para Haití se trata de una situación extrema», afirma Shapiro.

Según un estudio del Banco Mundial de 2010 (última fecha disponible), el gobierno haitiano apenas cuenta con fondos para para operar la red de hospitales públicos de la isla y el presupuesto destinado a la salud bajó de 16,6% en 2004 a 4,4 en poco más de una década.

Y de ese total, según el informe, casi el 90% está destinado a pagar los salarios del personal médico.

Desde el Ministerio de Salud Pública de Haití afirman que el país está haciendo todo lo que está en sus manos para contener la epidemia.

«Ningún país estaba preparado para esto y nosotros tampoco lo estamos. Pero hemos tomado medidas y tenemos activado un plan de contingencia para intentar contener el virus», asegura un vocero a BBC Mundo.

«Cerramos las fronteras, estamos haciendo campañas de concientización para que la gente se lave las manos, para que conozcan sobre el virus, para que tomen medidas para su protección», agrega.

El gobierno haitiano anunció a inicios de semana el cierre de los pasos fronterizos con República Dominicana, canceló la mayor parte de los vuelos internacionales (con excepción de EE.UU.) y suspendió la mayor parte de eventos sociales.

Sin embargo, Etant Dupain, un periodista local, le cuenta a BBC Mundo que pese a que el gobierno decretó el estado de emergencia el jueves, los mercados y el comercio callejero, bases de la economía informal haitiana y fuente de subsistencia de miles de personas, continuaban funcionando como de costumbre este viernes.

La gran incertidumbre

Para Shapiro, la gran preocupación por la llegada del coronavirus a Haití trasciende la pobreza que hará multiplicarse los contagios como polvorín en llamas o la falta de infraestructura sanitaria que augura un número terrible de muertes.

«He trabajado en Haití desde 2003 y esta es la primera vez que el país corre el riesgo de quedarse solo en medio de una epidemia que está mermando a su población«, asegura.

Haití

AFP
Haití canceló la mayor parte de sus vuelos a inicios de semana y comenzó a realizar controles de salud en sus aeropuertos.

«Todos los países que se han acordado de Haití en los momentos críticos están ahora tratando de combatir la pandemia en sus territorios, por lo que me temo que Haití tendrá que hacerle frente al covid-19 por sí solo», señala.

Sus temores no terminan con lo que pueda pasar con los enfermos por el coronavirus.

El experto, quien dirige en el hospital St Boniface en el sur de Haití, cuenta que por años las instalaciones médicas en el país se han mantenido a flote a duras penas gracias a la colaboración internacional.

«Ahora estamos preocupados de que podamos continuar recibiendo el apoyo exterior y los suministros médicos que necesitamos, ya no solo para la covid-19 sino para seguir manteniendo los servicios que hasta ahora hemos podido ofrecer», agrega.

«No podemos minimizar las circunstancias. Haití se enfrenta a un desafío nunca antes visto», afirma.

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/2020/bbcnewsmundo/8796733-coronavirus-en-haiti-los-peligros-por-la-llegada-del-covid-19-a-la-nacion-mas-pobre-de-america/

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Cuando la guerra te saca del aula

Reseñas/África/Mali/30 Enero 2020/elpais.com

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Columpios sobre un trozo de red en el campo de desplazados. Medio centenar de familias viven en este lugar en casetas improvisadas.
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Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2020/01/22/album/1579696500_585444.html#foto_gal_10

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