La educación, otra víctima más de la violencia en Haití

Por Milo Milfort/Puerto Príncipe (EFE).-

La educación es otra de las muchas víctimas de la violencia en Haití: las escuelas son objetivos de las bandas armadas, refugio de desplazados y los alumnos pierden decenas de días al año de horas lectivas.

Y, si hay algo en lo que creen los haitianos, es en la educación. Los padres prefieren pasar hambre para gastar el dinero en la educación de sus hijos, apuestan por ella para salir de la pobreza y contribuir al progreso de Haití, como queda patente con el dicho ‘Si la escuela vale algo, la nación lo vale todo’, pues se considera que, cuando la escuela no funciona, el país se paraliza.

En el pasado las escuelas se conservaban y respetaban, pero ahora se están convirtiendo en objetivo de bandas armadas. Profesores, alumnos y directores han sido secuestrados y asesinados y muchos centros educativos han sido blanco de tiroteos, saqueos e incendios.

En 2023, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) estimó que la violencia armada contra las escuelas deHaití se había multiplicado por nueve en un año.

Ejemplo de ello es una escuela cuyas paredes están plagadas de agujeros de bala de todos los calibres en el barrio de Cité-Soleil, en la zona de Brooklyn, centro de un conflicto entre dos coaliciones armadas que luchan por controlar el territorio.

“Se puede ver lo nueva que es nuestra escuela, pero tenemos que abandonarla y dar clase a los niños en un espacio estrecho”, dice la responsable de una institución humanitaria que trabaja en Cité-Soleil, donde miles de personas viven en la miseria extrema, lejos de servicios básicos como el agua, la electricidad y la sanidad.

Las escuelas se vacían

La educación en Haití ya no es la misma, se deteriora, por lo que las escuelas tienen que revisar su funcionamiento, reinventarse o desaparecer, lo que repercute en el rendimiento escolar.

Michelle, que se dedica a la enseñanza desde hace al menos diez años, puede dar fe de ello: “Hacemos muy pocos ejercicios. Solo nos centramos en lo esencial. Es como si preparáramos a los niños para los exámenes, mientras que antes la escuela preparaba a los niños para la vida”.

“Organizábamos días de recreo y días llenos de color. Dada la situación del país, ya no podemos hacerlo. Antes podíamos hacer visitas, llevar a los niños a sitios históricos, pero ya no podemos hacerlo. Ya no es posible por la inseguridad”, afirma Michelle, quien se queja de que hace dos semanas que no puede dar clase ni llevar a su hija a la escuela.

Educación en Haití, bloqueada por la brecha de desigualdad

Para suplir las carencias y seguir funcionado, algunas escuelas recurren a la tecnología, como los grupos de WhatsApp o las plataformas de aprendizaje virtual, pero en un país donde solo alrededor del 25 % de la población tiene acceso a la electricidad y donde la alimentación prima sobre otras necesidades lo que esto hace es crear desigualdades.

“Los deberes que se dan en la escuela exigen que los niños investiguen en internet. Se dan muy pocas clases. Ya no se trabaja los sábados”, explica a EFE Sandrine, una joven educadora.

La educación es otra víctima de la violencia en Haití: las escuelas son objetivos de las bandas armadas y refugio de desplazados.
Fotografía de personas refugiadas en una escuela tras abandonar sus hogares debido a la violencia de las pandillas en Puerto Príncipe (Haití). EFE/ Johnson Sabin

Además, las escuelas y también las universidades se enfrentan a una importante pérdida de alumnos en los últimos años, o bien disminuye la cifra de matriculados o bien el número de estudiantes que van a diario a clase se reduce jornada tras jornada. La culpa de ello la tienen los ataques de bandas que obligan a las familias a abandonar sus casas y los programas humanitarios que facilitan a los haitianos la salida del país

También escuelas y universidades se están vaciando de profesores que optan por abandonar el país. Además, unas familias cada vez más empobrecidas no pueden mandar a sus hijos al colegio.

El fracaso escolar

La vida ha cambiado para los alumnos, que pierden decenas de días al año de clase con el consiguiente impacto en el nivel escolar. Cuando no son las bandas las que ocupan los colegios, lo hacen los desplazados que huyen del terror de las bandas armadas (hay más de 300.000 desplazados, según las últimas cifras de la Organización Internacional para las Migraciones).

Tampoco se ven ya imágenes antes habituales, como cuando caía la noche a finales de año y los estudiantes se preparaban para los exámenes finales u oficiales bajo las torres eléctricas y en las plazas públicas. Ahora, cuando cae la noche, las calles se vacían.

Niños juegan en una escuela donde varias familias permanecen refugiadas tras abandonar sus hogares debido a la violencia de las pandillas, el 13 de marzo de 2024, en Puerto Príncipe (Haití). EFE/ Johnson Sabin

A ello se une unos alumnos cada vez menos motivados e interesados, lo que provoca un aumento del fracaso escolar.

La infancia ya no es la misma. Vive al ritmo de los disparos, los desplazamientos forzosos y la pérdida de sus padres. En la escuela, las calles y los barrios, los tiroteos forman parte de su vida cotidiana. Ahora los niños no necesitan estar enfermos o que lleguen los fines de semana para no ir al colegio, simplemente muchas veces no pueden acudir.

*Foto de portada:

Fotografía de la Escuela de Nacional de Guatemala donde varias familias permanecen refugiadas tras abandonar sus hogares debido a la violencia de las pandillas, el 13 de marzo de 2024, en Puerto Príncipe (Haití). EFE/ Johnson Sabin

https://efe.com/mundo/2024-03-20/la-educacion-otra-victima-mas-de-la-violencia-en-haiti/

 

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Transporte paralizado y aulas vacías por huelga contra reforma de pensiones en Francia

Redacción: El Universal

Policías, recolectores de basura, abogados, jubilados y transportistas y también los «chalecos amarillos», el potente movimiento social surgido en noviembre de 2018 en Francia, se sumaron a este paro.

Decenas de miles de franceses salieron este jueves a las calles de Francia para rechazar la controvertida reforma del sistema de pensiones impulsada por el presidente Emmanuel Macron, en una jornada de huelga masiva en los ferrocarriles, escuelas, hospitales y refinerías que busca poner al gobierno en la cuerda floja.

Las primeras marchas comenzaron después del mediodía en varias ciudades, incluyendo París, Marsella, Montpellier, Nantes y Lyon con más de 180.000 participantes, informó AFP.

«Pensiones por puntos, trabajo sin fin» rezaba una pancarta en el cortejo de Montpellier. «No habíamos visto nada semejante desde la movilización contra la reforma de las pensiones en 2010» durante la presidencia del conservador Nicolas Sarkozy, dijo Dominique Holle, una sindicalista.

El detonante de este estallido de indignación popular es una nueva reforma del sistema de pensiones que prepara Macron, una promesa de campaña que tiene como objetivo eliminar los 42 regímenes especiales que existen actualmente y que otorgan privilegios a ciertas categorías profesionales.

En su lugar se instaurará un sistema único, por puntos, en el que todos los trabajadores gozarán de los mismos derechos a la hora de recibir una pensión una vez que se jubilen.

Para el gobierno, se trata de un sistema «más justo y simple». Pero los sindicatos temen en cambio que el nuevo sistema atrase la jubilación, actualmente de 62 años, y disminuya el nivel de las pensiones.

Macron, que se ha marcado el objetivo de presentar la reforma ante el parlamento a inicios de 2020, dijo el jueves estar «determinado» a llevar a bien su proyecto y anunció que la semana próxima se revelará su «arquitectura general», ya que hasta ahora se conocen solo las grandes líneas.

«No hay nadie que nos informe» 

Mientras tanto, Francia funcionaba a medio gas. Alrededor del 90% de los trenes de alta velocidad fueron anulados, 10 de las 16 líneas del metro de París estaban cerradas, cientos de vuelos fueron cancelados y la mayoría de las escuelas y colegios no abrieron sus puertas.

Los sindicatos amenazan con prolongar la huelga de forma indefinida. Los transportes públicos parisinos anunciaron ya que prolongarán el movimiento al menos hasta el lunes.

Para evitar el caos, muchos franceses optaron por trabajar desde sus casas. «Pedí trabajar hoy desde mi casa, pero espero que la huelga no dure demasiado porque no podré hacerlo de manera indefinida», cuenta a la AFP Diana Silavong, ejecutiva en una empresa farmacéutica.

Muchos caminaron desde muy temprano desde sus casas a sus lugares de trabajo.

«¡Quería tomar una bicicleta pero creo que todos tuvieron la misma idea!», dice entre risas Guillaume frente a una estación de bicicletas de libre servicio completamente vacía en París. «Tendré que ir a pie hasta la oficina», añade resignado este treintañero.

El caos y la desinformación reinaban también entre los turistas, muchos de los cuales se vieron sorprendidos al ver cerradas las puertas del metro. «Ayer compramos billetes y hoy no hay nadie que nos informe», afirman Pedro Marques y Ana Sampaio, una pareja de portugueses que pretendían ir a visitar Montmartre.

Torre Eiffel cerrada

Tampoco pudieron visitar la Torre Eiffel, uno de los monumentos más populares de París, cerrada el jueves debido a que no había suficiente personal para «abrir en condiciones óptimas de seguridad y acogida al público».

El Castillo de Versalles, en las afueras de París, aconsejó por su parte a los turistas «posponer» las visitas el jueves y viernes.

También era casi misión imposible llegar al aeropuerto Charles de Gaulle, al noreste de París, debido a que la línea de tren que conecta París con los terminales funcionaba parcialmente y únicamente en las horas pico.

«¡No hay forma de llegar, vamos a tener que coger un taxi!», afirma irritado David, un turista madrileño que cruza los dedos para que su vuelo no haya sido anulado.

En efecto, el paro de una parte de los controladores aéreos obligó a la compañía nacional Air France a anular 30% de sus vuelos domésticos y 15% de sus vuelos europeos. La totalidad de los vuelos de larga distancia serán mantenidos.

Refinerías paradas 

Una gran parte de las escuelas y colegios del país no abrieron sus puertas debido a que 51% de los profesores de primaria y 42% se declararon en huelga.

Siete de las ocho refinerías francesas estaban también paradas. Algo «inédito», según el secretario federal del sector del petróleo de la CGT, Emmanuel Lépine.

Policías, recolectores de basura, abogados, jubilados, transportistas y los «chalecos amarillos», el potente movimiento social de protesta surgido en noviembre de 2018 en Francia, se sumaron también al paro.

El movimiento recibió también el apoyo de 182 artistas e intelectuales, entre ellos el economista Thomas Piketty, autor de un ‘bestseller’ sobre la desigualdad, así como de los partidos de izquierda.

Fuente: https://www.eluniversal.com/internacional/56956/transporte-paralizado-y-aulas-vacias-por-huelga-contra-reforma-de-pensiones-en-francia

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Crisis en Ecuador: huelga de transporte y escuelas vacías

Redacción:  Popular

El Gobierno de Lenin Moreno dictó el estado de excepción, acción que disminuyó las protestas en las calles.

La crisis social que se desató en Ecuador por la eliminación de los subsidios a los combustibles paralizó este viernes el transporte público y vació las escuelas por segundo día consecutivo, aunque las fuertes protestas en las calles parecieron amainar bajo el estado de excepción impuesto por el Gobierno.

Las autoridades locales detuvieron a un dirigente nacional de los taxistas y dos líderes transportistas regionales por afectar el servicio público, el cual seguía sin operar.

El mandatario Lenín Moreno ratificó en rueda de prensa que no dará marcha atrás a la decisión pero abrió la posibilidad de conversar.

“Dialogamos, con los transportistas que honestamente cumplen con su trabajo y que también con todo derecho están expresando su derecho a diferir las opiniones», destacó el mandatario.

Sin embargo, aseveró que no tienen derecho “bajo ninguna circunstancia» a “caotizar el país, a pensar que mediante la cotización del país van a lograr que se desestabilice el gobierno».

Cabe destacar que grupos de jóvenes protagonizaron enfrentamientos con piedras y palos con la policía, que los repelió con gas pimienta y vehículos antimotines en el centro norte capitalino, mientras que situaciones similares se desarrollaron en ciudades como Guayaquil, Ambato y Cuenca.

Autobuses y camiones militares, con custodia de uniformados, salieron a las calles de las principales ciudades para ofrecer servicio de transporte público y para despejar las vías con el propósito de normalizar la situación.

En Quito, las personas tuvieron que utilizar un atestado transporte municipal, o caminar hacia sus trabajos, mientras otros pedían el apoyo de gente con autos que los llevara.

El estado de excepción estará en vigor por 60 días en todo el territorio nacional.

En este país es más o menos usual que el gobierno utilice el estado de excepción. La última vez se decretó a mediados de año cuando riñas y protestas en las cárceles ocasionaron la muerte de varios presos.

Con el objetivo de equilibrar las cuentas fiscales, Moreno decidió esta semana eliminar los subsidios que significaban un gasto de 1.300 millones de dólares anuales, por lo que la gasolina de mayor uso en el país pasó de 1,85 dólares a 2,39 dólares el galón mientras que el diésel subió de 1,03 a 2,30 dólares el galón.

Moreno, que asumió en mayo de 2017 y debe gobernar hasta 2021, anunció además un paquete de reformas tributarias que crea nuevas contribuciones para grandes empresas y elimina o reduce otros impuestos, además de reformas laborales como contratos de empleo para quienes emprendan un negocio o contratos a plazo para estimular la economía nacional.

Fuente: https://www.diariopopular.com.ar/internacionales/crisis-ecuador-huelga-transporte-y-escuelas-vacias-n429442

 

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