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Argentina: Activaron las becas de transporte para 1.600 alumnos que comenzaron las clases

América del Sur/Argentina/16-08-2020/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

El beneficio otorga 42 pasajes gratuitos mensuales para movilizarse por el interior del departamento de cada estudiante.

En la mañana de este miércoles, justo cuando se celebra el Día Internacional de la Juventud y dos días después del reinicio de clases para alumnos del último año en 14 departamentos en medio de la pandemia por coronavirus, el Ministerio de Desarrollo Humano oficializó y activó las Becas de Transporte Estudiantil.

Las autoridades del área indicaron que el beneficio está destinado a estudiantes de Nivel Secundario que ya fueron inscriptos a través de distintos operativos realizados en los departamentos del interior en los que se comenzó la actividad (todos excepto los 5 del Gran San Juan).

En este contexto, el ministro de Desarrollo Humano, Fabio Aballay, indicó que son 1.600 los jóvenes beneficiarios, que reciben un total de 42 pasajes mensuales gratuitos para movilizarse en el interior de su departamento con el objetivo de asistir a la escuela. Estos están cargados en la Tarjeta Sube de cada uno de ellos.

Por su parte, el director de la Juventud, Emiliano Paradiso, destacó que “hoy se pone en alto el beneficio para brindar las herramientas para que los jóvenes puedan tener garantizada la educación”.

Y aseguró que, “la idea es ir extendiéndolo en cuanto las clases se habiliten en los otros departamentos”.

Fuente: https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/Activaron-las-becas-de-transporte-para-1.600-alumnos-que-comenzaron-las-clases-20200812-0025.html

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Kenia: las escuelas convierten las clases en casas de alquiler

Algunas escuelas en los asentamientos informales de la ciudad han convertido sus clases en casas de alquiler debido a la pandemia de Covid-19.

En la The Rock Academy en el barrio pobre de Mukuru-Hazina en Starehe, los inquilinos ya han ocupado las clases.

«Decidí alquilar las habitaciones para sostenernos», dijo la directora Christine Kathukya.

El gobierno anunció el cierre de todas las escuelas en marzo después de que el brote de Covid-19 azotara el país. Desde entonces, muchos profesores han perdido sus fuentes de ingresos.

Algunos propietarios de escuelas privadas están luchando para pagar los atrasos del alquiler.

El gobierno anunció que las sesiones de clases presenciales probablemente se reanudarán el próximo año.

Fuente: https://allafrica.com/stories/202008120123.html

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Cataluña pondrá a toda la clase en cuarentena 14 días si se detecta un positivo

Europa/España/14 Agosto 2020/elpais.com

Un colegio se cerrará si hay dos infectados en dos grupos diferentes del centro, si así lo decreta la autoridad sanitaria

Si durante el próximo curso se detecta un caso positivo de covid en un alumno o profesor, toda la clase se pondrá en cuarentena 14 días, incluso aunque el resto de los compañeros den negativo. Si el caso solo es sospechoso, hasta conocer el resultado de la PCR la cuarentena solo la realizará el afectado. Y una escuela se cerrará si se producen dos positivos en dos grupos diferentes del centro, si así lo decreta la autoridad sanitaria. Son algunas de las medidas que forman el protocolo diseñado por los departamentos de Educación y Salud para marcar los pasos a seguir cuando se detecten casos, ya sean sospechosos o positivos, en un centro escolar.

Será un curso con características extraordinarias. Habrá incidencias día a día y será necesario saber cómo dar respuesta”, incidió el consejero de Educación, Josep Bargalló, quien se refirió a la experiencia “positiva” de los casals y campamentos de verano como referencia sobre lo que puede suceder a partir del 14 de septiembre, cuando arranca el curso. “Hemos tenido 250.000 menores en casals y, aunque ha habido incidencias, has sido pocas y se han resuelto”.

El protocolo establece que, cuando se detecta algún síntoma compatible con la covid, el alumno será aislado y se avisará a la familia. De todas formas, los centros contarán con una enfermera de referencia de un centro de atención primaria —coincidirá con la que actualmente ya tienen asignada por vacunas o por programas educativos sanitarios—, con la que el director podrá contactar telefónicamente si tiene dudas ante la aparición de algún síntoma. Con todo, los directores recibirán una formación específica antes de que empiece el curso. Pero finalmente será el pediatra o en su caso el médico de cabecera del profesor el que valore si es necesaria la prueba PCR, que se realizará antes de 24 horas. La Generalitat también se ha comprometido a tener los resultados en ese mismo plazo. Mientras tanto, el alumno o profesor estará en aislamiento domiciliario, junto con las personas con las que convive, pero el resto del grupo escolar hará vida normal.

Si el resultado es positivo, toda la clase —o grupo estable— se pondrá en cuarentena durante 14 días. A todos se les practicará una PCR, pero deberán mantener el confinamiento sea cual sea el resultado, excepto aquellos que hayan pasado la enfermedad durante los seis meses anteriores. Los padres solo se pondrán en cuarentena si su hijo ha dado positivo. “La PCR da positiva a partir de cierto día de incubación, puede dar negativo y eso no significa que no esté infectado. La idea es frenar aquellos casos que se están incubando”, justificó Marc Ramentol, director general de Profesionales de la Salud. Cuando esto se produzca, Educación deja en manos de las direcciones la decisión sobre cómo seguir con las clases. “Los centros lo tendrán que haber previsto”, aseveró Bargalló.

El director general de Profesionales de la Salud, Marco Ramentol, el ‘conseller’ de Educación, Josep Bargalló, y el director general de Centros Públicos, Josep González-Cambray, en la rueda de prensa de este jueves. En vídeo, Bargalló anuncia nuevos protocolos de actuación para garantizar la seguridad en las escuelas.EUROPA PRESS

En todo este proceso, los llamados gestores covid y los servicios de vigilancia epidemiológica territoriales localizarán a los contactos de los afectados y evaluarán la situación sanitaria y el riesgo de rebrote. Además, todos los datos se introducirán en una aplicación, así que se podrán conocer en tiempo real los casos y su evolución de todos los centros escolares.

Solo se contempla el cierre total de una escuela, también por 14 días, si se detectan dos positivos en dos grupos diferentes del mismo centro ―y de dos espacios o edificios diferentes en caso de grandes centros— y si así lo decreta la autoridad sanitaria, después de evaluar la situación. “Este protocolo se ha hecho para mantener las escuelas abiertas, no para cerrarlas”, terció Ramentol.

A los profesores se les aplica el mismo protocolo cuando se trata del tutor y forma parte de ese grupo estable. En el caso de educadores que transitan por varios grupos, estos tendrán que llevar mascarilla y mantener la distancia. Si dan positivo, los alumnos no serán aislados porque no se consideran contactos estrechos.

Los familiares que conviven en el mismo domicilio que un caso sospechoso también deberán aislarse hasta conocer el resultado de la PCR. Si es negativo, los padres podrán volver al trabajo y los hermanos a la escuela. Pero si es positivo, todos serán sometidos al test, pero independientemente del resultado deberán realizar una cuarentena de 14 días.

El documento también recoge que los padres no podrán llevar a sus hijos al colegio si presentan una serie de síntomas, como una temperatura superior a los 37,5, tos, dolor de garganta o de cabeza, dolor muscular, vómitos o diarreas, entre otros. Tampoco si el alumno convive con un infectado. Podrán regresar cuando hayan pasado los síntomas o tras 24 horas sin fiebre, y en el caso de contagiados, tres días después de que haya desaparecido la sintomatología.

Salud tampoco descartó que se tuvieran que realizar cribajes masivos en las escuelas. “Para que los resultados sean fiables debe haber un contexto concreto. Si una escuela se encuentra en un contexto epidemiológico concreto, el cribaje puede ser una medida”, apuntó Ramentol.

Sin mascarilla en el aula

El protocolo no recoge las directrices sobre el uso de la mascarilla en los colegios, pero Educación apuntó que se mantienen las normas ya establecidas en julio. Las protecciones faciales no serán necesarias en caso de los grupos estables, es decir, en el aula. Pero sí será necesario llevarla en las entradas y salidas al centro, en los pasillos y en los espacios que se comparten con otros grupos y donde se pueden mezclar con otros alumnos, como comedor, laboratorios o el patio. Con todo, tanto Educación como Salud admitieron que la normativa es susceptible de cambiar si la situación empeora y no descartan establecer el uso de la mascarilla en las aulas con niños a partir de 10 años.

Fuente: https://elpais.com/espana/catalunya/2020-08-13/cataluna-pondra-toda-una-clase-en-cuarentena-14-dias-si-se-detecta-un-positivo.html

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Estados Unidos: «No quiero ir a la escuela y contagiarme de covid»: algunos niños están asustados mientras los adultos debaten sobre los riesgos de reabrir los centros educativos

Nota del editor: La Dra. Edith Bracho-Sanchez es pediatra de atención primaria, directora de telemedicina pediátrica y profesora asistente de pediatría en el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia.

(CNN) — Los maestros y los padres que actualmente están sopesando sus opciones cuando se trata de las reaperturas escolares en medio de una pandemia mortal pueden tener un desafío adicional por delante: que los niños teman regresar a la escuela.

Para algunos niños, las restricciones, lo que han escuchado en las noticias y su propia experiencia personal con el covid-19 han hecho que el mundo exterior se sienta como un lugar peligroso.

«Él es diferente ahora, puedo ver eso», dijo Rose Israel, cuyo hijo de 6 años Jeremiah Israel-James se ha negado a salir a la calle en las últimas semanas. En la rara ocasión en que Jeremiah acepta abandonar su hogar en East Harlem, primero debe mirar por la ventana, declarándolo seguro cuando «no hay mucha gente afuera».

Los CDC emiten nueva guía para reabrir las escuelas 0:39

Una vez fuera, Jeremiah quiere volver a entrar lo más rápido posible. «Antes, cuando estaba afuera, quería explorar, quería ver, ahora todo es ‘Regresemos, mamá’», agregó Israel.

«No hay duda de que esta ha sido una experiencia extremadamente estresante y en cierto modo traumática para muchos de nosotros», dijo la Dra. Barbara Robles-Ramamurthy, psiquiatra de niños y adolescentes del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio, UT Health San Antonio.

«Creo que la falta de información, la información errónea, la incertidumbre de cómo se verán las cosas en los próximos meses del año escolar es extremadamente estresante y difícil de manejar para las familias», agregó.

Durante estos meses de aislamiento, Robles-Ramamurthy ha estado alentando a los padres para que saquen a sus hijos mientras guardan el distanciamiento físico y usan máscaras. «[Los niños] necesitan ver los cielos azules y las nubes blancas y los árboles verdes y otros niños riéndose y jugando. Necesitamos esas experiencias cotidianas».

Pero el miedo a contraer covid-19 y la incapacidad de distanciarse adecuadamente una vez afuera ha mantenido a muchas familias adentro por períodos prolongados de tiempo, y algunos niños temen cada vez más al mundo exterior.

«¿Qué pasa con la escuela? Tienes que ir a la escuela», le preguntó Israel a su hijo. «No mamá, no quiero ir a la escuela, no voy a la escuela, me matará. No quiero morir», respondió Jeremiah.

Estados Unidos: medidas para poder reabrir las escuelas 0:49

Los niños luchan con la ansiedad

Jeremiah, como muchos niños, está luchando con ansiedad por el próximo año escolar, explicó Robles-Ramamurthy. «He estado escuchando a los niños decir cosas como ‘No quiero ir a la escuela y contraer coronavirus‘», dijo.

No ayuda que las decisiones sobre las aperturas escolares varíen según el estado e incluso por el distrito escolar, y algunos tengan clases por internet este otoño (boreal), que otras escuelas propongan un modelo híbrido de educación presencial y virtual, y algunas tratarán de comenzar con clases presenciales. Y, por supuesto, eso podría cambiar si aumentan las tasas de infección.

Para algunos niños puede ser más fácil hacer la transición a la educación en persona, dijo la Dra. Neha Chaudhary, psiquiatra de niños y adolescentes en el Hospital General de Massachusetts y la Escuela de Medicina de Harvard y cofundadora de Stanford Brainstorm.

«Incluso podrían estar emocionados de volver a la escuela y ver a sus amigos y volver a ese ambiente», dijo.

Pero para otros, especialmente aquellos que ya luchan con la ansiedad, la transición de regreso será difícil, agregó.

Niños como Jeremiah también traerán a la escuela una capa adicional de experiencia personal con el covid-19. En su caso, tanto su abuela como su tía, que viven en la misma casa de la ciudad de Nueva York, contrajeron casos graves de covid-19.

«Cada vez que mi madre sentía que no podía respirar, Jeremiah siempre estaba allí», dijo Israel. «Él dijo ‘Quiero ver, quiero ver qué está pasando, mamá’. Ya sabes, la ama, y fue entonces cuando comenzó a entender más sobre el covid», agregó.

Los diferentes niveles de miedo, ansiedad y experiencias personales de los niños con covid-19 pueden en última instancia dificultar el aprendizaje este periodo escolar.

«Cuando un niño está ansioso o temeroso, las partes de su cerebro responsables de la atención, el pensamiento y el aprendizaje simplemente no pueden funcionar tan bien», dijo Chaudhary.

«Los maestros pueden encontrar que algunos niños están más distraídos, aparentemente desconectados, no entienden el material tan fácilmente, o incluso ver que se molestan fácilmente o están más reactivos emocionalmente», agregó.

Tanto Chaudhary como Robles-Ramamurthy reconocieron la enorme tarea que les espera tanto a los maestros como a los padres, y aún así tienen esperanzas para este otoño, haciendo hincapié en la capacidad de recuperación y la capacidad de los niños para adaptarse a las circunstancias cambiantes.

«Los niños suelen ser más propensos a aceptar nuevas normas con gracia que los adultos, siempre y cuando les ayudemos a superar los obstáculos en el camino», dijo Chaudhary. «Y eso significa apoyar a los maestros para que puedan apoyar a nuestros hijos», dijo.

Fuente: https://cnnespanol.cnn.com/2020/07/28/algunos-ninos-estan-asustados-mientras-los-adultos-debaten-sobre-los-riesgos-de-reabrir-los-centros-educativos/

 

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Covid-19 en escuelas: qué tan peligroso es y otras preguntas para volver al aula

Por: Semana Educación

Cuándo y cómo reabrir las escuelas en tiempos de covid-19 es algo que, tarde o temprano, se debe debatir e implementar. Esto es lo que la ciencia ha aprendido en estos meses de pandemia.

La reapertura de escuelas es uno de los temas más debatidos a lo largo del mundo desde que la pandemia de covid-19 dejó a miles de millones de niños y adolescentes sin clases presenciales.

Solo en abril llegó a haber 194 países con los centros educativos cerrados. Eso afectó al 91 por ciento de los estudiantes de todo el mundo, según un artículo de Unicef publicado la semana pasada.

«Esto ha ocasionado una disrupción enorme en las vidas, el aprendizaje y el bienestar de los niños a nivel mundial», detalla el organismo internacional.

Pero la decisión de cómo y cuándo reabrir las escuelas, y si enviar o no a los niños, depende de numerosos factores a nivel nacional y local, así como de la realidad de cada núcleo familiar.

En América Latina, por ejemplo, Nicaragua es el único país que en ningún momento suspendió las clases presenciales, al tiempo que Uruguay es el único que logró implementar un regreso completo a las aulas.

Dado que varios países de la región se preparan para la reapertura o debaten la medida, puede resultar útil saber qué aprendió la ciencia en estos meses de pandemia sobre los riesgos de la vuelta a clases para la salud de los estudiantes, docentes y familiares.

¿Qué tan peligroso es el coronavirus para los niños?

«Los niños, incluidos los muy pequeños, pueden desarrollar covid-19», dice la Escuela de Medicina de Harvard con información actualizada al 4 de agosto.

Sin embargo, continúa, «muchos de ellos no presentan síntomas». «Aquellos que se enferman tienden a experimentar síntomas más leves, como fiebre baja, fatiga y tos. Algunos niños han tenido complicaciones graves, pero esto ha sido menos común», agrega.

Niña enferma
Aunque los niños no suelen desarrollar los síntomas más severos de la covid-19, sí puede ocurrir. Además, eso no impide que contraigan la enfermedad y la transmitan. Foto: Getty / BBC.

De acuerdo con un estudio de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, la tasa acumulada de hospitalización pediátrica por covid-19 en el país fue de 8,0 por 100.000 habitantes entre el 1.º de marzo y el 25 de julio.

Dicha tasa «es baja en comparación con la de los adultos», que asciende a 164,5 por 100.000 habitantes, apuntan los investigadores en el estudio publicado la semana pasada.

Por otra parte, en estos meses de pandemia se han registrado casos de niños que desarrollaron un síndrome inflamatorio similar a la enfermedad de Kawasaki, cuyos síntomas incluyen fiebre, dolor abdominal, diarrea y erupciones cutáneas.

Según aclara el hospital infantil Great Ormond Street (Gosh) de Londres, centro pediátrico líder de Reino Unido, al 22 de julio este síndrome ha demostrado afectar «solo a una pequeña cantidad de niños».

Incluso agrega: «Todavía no sabemos con certeza si este nuevo síndrome inflamatorio está directamente relacionado con la covid-19».

¿Pueden los niños transmitir el coronavirus a adultos?

Una revisión de estudios globales publicada a finales de junio por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical y el Colegio Universitario (UCL), ambos de Londres, descubrió que los niños tenían aproximadamente la mitad de probabilidades de contraer covid-19 que los adultos, lo que significa que es menos probable que lo transmitan.

Distancia social en niños pequeños.
La distancia social en las aulas es fundamental, pero cuando son niños pequeños, la creatividad puede ayudar a recordarles cómo mantenerla. Foto: EPA.

Sin embargo, como los niños también son menos propensos a presentar síntomas, todavía es difícil determinar qué tanto propagan el coronavirus o incluso si son capaces de iniciar un brote.

Según un estudio publicado el mes pasado basado en el análisis de más de 5.700 personas infectadas en Corea del Sur y sus más de 59.000 contactos, los niños de hasta 9 años transmiten la enfermedad a adultos con una frecuencia menor (5,3 por ciento) al promedio de la población (11,8 por ciento).

En cambio, aquellos con edades entre 10 y 19 años transmiten el virus por encima del promedio (18,6 por ciento).

Por otra parte, estudios recientes de brotes en grupos familiares en China y los Alpes franceses han concluido, basándose en el rastreo de contactos, que es probable que los niños no hayan sido la fuente de ninguna de las infecciones registradas.

¿Pueden las escuelas convertirse en focos de coronavirus?

La reapertura de las escuelas no solo aumenta el contacto entre niños, sino también de docentes y personal del centro, además de los padres que llevan y traen a sus hijos.

Una maestra toma medidas para separar pupitres.
Las aulas en tiempos de covid-19 pueden no parecerse a las de antes, pero igual tienen enormes beneficios para los estudiantes y la comunidad. Foto: Getty / BBC.

En este sentido, el mencionado estudio de UCL y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres sugirió que, sin un seguimiento de contactos adecuado, la reapertura de las escuelas en Reino Unido prevista para septiembre contribuiría a una segunda ola de infección más grande que la primera.

Si bien en su proyección incluyeron el dato de que los niños tienen la mitad de capacidad infecciosa que los adultos, también utilizaron modelos que incorporan cuántos padres volverán al trabajo o reanudarán otras actividades con el retorno de sus hijos a las aulas.

Otro estudio publicado la semana pasada por la revista científica «The Lancet Child & Adolescent Health» sobre la reapertura de las escuelas en Australia afirma que estas no fueron un foco importante de infección por coronavirus.

Entre el 25 de enero y el 10 de abril, de un total de 7.700 escuelas analizadas, solo 25 registraron casos, es decir, menos del 1 por ciento.

No obstante, la situación más preocupante fue la de profesores y personal del centro educativo. Aunque equivalían a solo el 10 por ciento de la población escolar, representaron el 56 por ciento de los casos de covid-19 registrados en las escuelas.

Escolar uruguaya con mascarilla y usando alcohol en gel.
Los protocolos de regreso a las aulas deben incluir normas de higiene para estudiantes y funcionarios, así como para los salones. Foto: Getty / BBC.

Los investigadores afirman: «Nuestros hallazgos proporcionan evidencia de que la transmisión de SARS-CoV-2 (nombre técnico del nuevo coronavirus) en entornos educativos puede mantenerse en un nivel bajo en el contexto de una respuesta eficaz a la epidemia«.

«En aquellos lugares donde las medidas de mitigación de la pandemia resulten en un fuerte control de la enfermedad, anticipamos que las escuelas pueden mantenerse abiertas de manera segura, para el beneficio educativo, social y económico de la comunidad mientras nos adaptamos a vivir con covid-19», agregan.

En otra investigación publicada el mes pasado por las agencias de salud pública de Suecia y Finlandia también se llega a la conclusión de que las escuelas no se convirtieron en focos de contagio de covid-19.

Suecia y Finlandia adoptaron estrategias diferentes durante la pandemia. Los primeros siempre mantuvieron abiertas las escuelas primarias, mientras que los segundos cerraron todas las instituciones educativas de marzo a mayo.

El informe asegura que, aun así, los resultados fueron similares: bajo número de contagios en personas de 1 a 19 años, escasas hospitalizaciones en cuidados intensivos y ninguna muerte.

Por el contrario, una investigación publicada el mes pasado en la «Revista de la Asociación Médica Estadounidense» sugiere que los menores desempeñan un papel importante en la propagación de enfermedades respiratorias durante las pandemias.

Adolescentes de una secundaria uruguaya.
El riesgo que supone el regreso a clases no es igual cuando se habla de niños que de adolescentes, según estudios. Foto: Getty / BBC.

«Los niños son, en general, importantes transmisores de epidemias virales como la influenza, porque pasan largos periodos cerca de otros niños en las escuelas y durante las actividades físicas», afirman los autores.

Tras el cierre de escuelas en 50 estados de EE. UU. entre marzo y mayo, en promedio hubo una caída en el número de casos del 62 por ciento y del 58 por ciento en defunciones, aseguran los investigadores, quienes aclaran que otras medidas complementarias contribuyeron a estos porcentajes.

¿Qué medidas ayudan a una reapertura segura?

Los CDC tienen guías actualizadas a finales de julio sobre qué deben hacer las escuelas para reabrir y qué han de sopesar los padres al momento de decidir si enviar o no a sus hijos a clases.

Sobre los centros educativos, se mencionan estrategias en cuatro áreas clave para reducir la propagación de la enfermedad: la conducta (distanciamiento social, lavado de manos, uso de mascarillas), los ambientes (ventilación, limpieza y desinfección de superficies), el funcionamiento institucional (horarios escalonados, grupos pequeños de alumnos) y los protocolos para cuando alguien se enferme.

Los padres o tutores, por su parte, tienen que evaluar el riesgo particular de que ese niño y su familia contraigan covid-19, dicen los CDC.

En cualquier caso, se trata de una nueva fase dentro de la pandemia en la cual, antes o después, los gobiernos tendrán que avanzar y los padres deberán decidir aunque, de nuevo, no existan recetas universales e infalibles.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/que-tan-peligrosa-es-la-covid-19-en-ninos-y-otras-preguntas-para-volver-al-aula/693430

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Franja de Gaza reabre las escuelas en medio del conflicto y la pandemia

Asia/Franja de Gaza/13 Agosto 2020/semana.com

Desde esta semana regresaron a las aulas unos 285.000 palestinos en 277 escuelas de esta población donde actualmente se reporta un incremento de casos de covid-19.

Centenares de miles de niños gazatíes volvieron el sábado a las aulas en la Franja de Gaza, después de cinco meses en que las escuelas estuvieron cerradas y en un momento en que aumentan los casos del nuevo coronavirus en el enclave palestino.

Ziyad Thabit, subsecretaria en el Ministerio de Educación de Gaza, donde gobierna el movimiento islamista Hamas, explicó que los alumnos seguirán un programa escolar adaptado y que las clases se limitarán a cuatro días a la semana.

«El Ministerio preparó un plan basado en distintos escenarios para acabar el año escolar», afirmó.

La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), que asiste a centenares de miles de niños gazatíes, indicó que regresaron a las aulas unos 285.000 palestinos en 277 escuelas.

La UNRWA precisó en un comunicado que «adoptaron medidas preventivas como la aportación a las escuelas del material sanitario necesario» y explicando al personal educativo cómo utilizarlo.

Para evitar los contagios, se cancelaron las reuniones de la mañana y los niños deberán quedarse en sus aulas durante el tiempo de recreo.

«Estas medidas serán revisadas una vez cada semana y mejoradas si es necesario», explicaron desde la agencia de la ONU.

El Ministerio de Sanidad gazatí informó que detectaron 78 casos de coronavirus en el enclave y solo un muerto.

Alrededor de un millón de personas, la mayoría de ellas pobres, viven en la Franja de Gaza, que sufre un estricto bloqueo de la parte de Israel desde 2007.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/franja-de-gaza-reabre-las-escuelas-en-medio-del-conflicto-y-la-pandemia/693052

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La pandemia potencia la brecha en la educación, también en Argentina

América del sur/Argentina/13 Agosto 2020/elpais.com

Estudiar sin clases presenciales es todo un desafío. El 44% de los alumnos que asisten a escuelas estatales no cuentan con dispositivos electrónicos para hacer las tareas. Las organizaciones de la sociedad civil son un respaldo para muchos estudiantes

“Muchas veces me amargué durante la cuarentena porque no podía hacer mis tareas”, expresa María Paz Bassi, una estudiante de 17 años, que vive en San Lorenzo, provincia de Santa Fe, Argentina. Ella cursa el cuarto año del secundaria en una escuela técnica y la razón por la que no puede cumplir con sus deberes escolares es porque no cuenta con una computadora ni Internet en su casa.

Bassi hizo algunos trabajos prácticos con el celular, pero no le resultó sencillo. “A veces, mi mamá me comparte datos móviles de su teléfono para conectarme con mis compañeros y consultarles mis dudas a través de las redes sociales. En algunas oportunidades fui hasta la casa de mi tía, que ella si tiene WiFi”, relata la adolescente.

En Argentina, el 16 de marzo se suspendieron las clases presenciales para evitar la expansión de la covid-19. Desde ese día, más de 10 millones de estudiantes y casi 900.000 docentes de nivel inicial, primaria y secundaria dejaron de encontrarse en las aulas de las escuelas. El sistema educativo no estaba preparado para enseñar y aprender en forma remota. La escuela, sin embargo, no dejó de funcionar: se recurrió a la modalidad virtual. El problema es que de esta manera no se pudo garantizar que todos tuvieran los recursos digitales necesarios y la posibilidad de contar con espacios adecuados para el aprendizaje en el hogar.

El 18% de los adolescentes entre 13 y 17 años no cuenta con Internet en el hogar y el 37% no dispone de dispositivos electrónicos para realizar las tareas escolares. Este valor aumenta al 44% entre quienes asisten a escuelas estatales. La encuesta desarrollada por Unicef permite advertir que aquellos que no cuentan con estos recursos enfrentan dificultades mayores para la realización de determinadas tareas escolares, para mantener el contacto con los docentes, así como también para poder recibir de estas correcciones sobre sus trabajos.

Los más aventajados de la sociedad tienen clases casi regularmente a través de plataformas donde se encuentran con sus docentes y compañeros de clase. Otros tratan de seguir el curso con el apoyo de organizaciones sociales que los acompañan. Un tercer grupo de niños pasó esta cuarentena sin la posibilidad de recibir su educación en casa.

“La pandemia nos complica la forma de estudiar. Extraño estar con los profesores y que me expliquen. En estos meses, nunca me preguntaron cómo iba con las tareas. Trato de googlear y entender los temas. También le pido ayuda a mi tutora de Cimientos”, cuenta Bassi.

Cimientos es una organización de la sociedad civil que desde hace más de 20 años implementa programas educativos diseñados para mejorar las condiciones en la que los jóvenes transitan la escuela secundaria. El director ejecutivo de la organización Marcelo Miniati resalta la importancia de que los estudiantes cuenten con un referente al cual acudir en este contexto. Dice: “Muchos padres no pueden acompañarlos y el tutor de Cimientos termina siendo un soporte para mantener el vínculo con la escuela. Una de las cosas que más extrañan los chicos es el contacto con el docente”.

A Miniati le preocupa que un grupo grande de jóvenes perdió el contacto con la escuela porque tienen mayores necesidades en las casas, tienen que hacer changas o hacerse cargo de tareas del hogar. “Cuando se retomen las clases presenciales, se van a tener que tomar medidas para que estos chicos vuelvan”, enfatiza el referente de Cimientos.

Petronila Yanayaco vive en el asentamiento informal conocido como el Playón de Chacarita, en la Ciudad de Buenos Aires. Ella se sienta junto a su hijo Daniel, de 15 años, cuando estudia, pero ella dice que no puede ayudarlo mucho. Más que nada lo acompaña. “Con los profesores, él no tiene contacto visual. Le mandan trabajos por mail o por WhatsApp. En casa no somos maestros. Cuando quedan dudas, lo ayudan mis hijos más grandes por videollamada. Con francés, lo ayuda una amiga mía. Si no fuera por ese seguimiento familiar estaría en la nada. Hay otros chicos, que los padres no pueden estar atrás y tienen que rebuscárselas. Hay jóvenes que no tienen seguimiento escolar ni apoyo psicopedagógico”.

Yanayaco cuenta que muchas veces en su barrio no funciona Internet. “Yo pago el servicio, pero acá la conectividad es precaria”, dice.

Desde la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) señalan que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no diseñó un plan para mejorar la conectividad de los niños y niñas. “Realizamos una demanda judicial porque observamos que en villas y asentamientos populares no se provee acceso a internet. Las compañías no quieren invertir en proveer ese servicio y el Gobierno de la Ciudad no genera una política pública de convenio con esas compañías. Hay cooperativas que proveen acceso a Internet, pero hay problemas porque no llegan a todo el barrio y es un servicio caro”, dice Francisco Rodríguez Abinal, integrante del área de Derechos Económicos Sociales y Culturales en ACIJ.

En la casa de Yanayaco hay una computadora que le prestó su sobrina. “Mi hijo y mi hija, que está en el primer año de la universidad, la comparten. El preceptor de Daniel, lo inscribió en la lista de espera para recibir una computadora, pero hasta ahora no tuvimos respuesta”, dice la mujer de 54 años.

Para Magdalena Fernández Lemos, directora ejecutiva Enseñá x Argentina, la escuela siempre trató de equiparar las condiciones de los estudiantes, pero en las casas eso no sucede. “Hay chicos que tienen que cuidar a los hermanitos, no tienen un lugar para sentarse a escribir o no tienen alguien que los acompañe. La escolaridad se transformó en un lujo, en lugar de un derecho”, opina.

Educación, pero también alimentos

En paralelo al acompañamiento de las medidas de continuidad educativa, es importante fortalecer las estrategias que garanticen la seguridad alimentaria para los chicos y las chicas más desfavorecidos que reciben sus viandas en las escuelas. Según el informe de Naciones Unidas, Covid-19 en Argentina: Impacto Socioeconómico y Ambiental, en el país, el 80% de las escuelas de gestión estatal ofrecen desayuno, almuerzo o refrigerio. En ese sentido, en el marco de la pandemia, el Ministerio de Educación Nacional y provinciales tuvieron que adecuar los protocolos para contener a aquellos sectores vulnerables que no pueden prescindir de su asistencia alimentaria.

En este sentido, Constanza Oxenford directora de la Fundación Germinare dice que el primer desafío complicado que dimensionó con la pandemia fue ver cómo acercar alimentos a las familias. “Nosotros trabajamos con familias de bajos recursos, que llegan a generar los ingresos para sostenerse. Con esta crisis comenzaron a pedir ayuda para alimentarse. En Argentina, hay una red de asistencialismo enorme, pero ellos no participaban y ahora muchos tuvieron que participar”, cuenta Oxenford.

Desde Germinare se tomaron diferentes medidas para poder seguir acompañando y sosteniendo a cada uno de los adolescentes y jóvenes que forman parte de la organización. Algunos de los beneficiarios no contaban con un dispositivo para poder participar de las clases, ni tampoco tenían wifi. Por eso, el primer paso fue gestionar computadoras para algunas casas y acercarse a organizaciones de asistencia social en cada zona. El objetivo fue ayudar a las familias que se encuentran en una situación más vulnerable a recibir lo que necesitan para transitar este momento.

En el nivel universitario, la pandemia también trajo dificultades. Ricardo Maidana tiene 20 años y vive en Pilar, provincia de Buenos Aires, con sus padres y dos hermanos. Él está cursando el tercer año de la carrera de Administración de empresas. “Cuando nos dijeron que no íbamos a tener clases presenciales fue rara la sensación. Lo tomé bien al principio, pero después se volvió cansador y abrumador. En casa, no tengo un lugar específico para estudiar, pero me arreglo bien. Tuvimos que mejorar el WiFi porque se cortaba y era un problema para rendir finales”, cuenta Maidana.

La familia Maidana tiene una computadora que comparten los tres hijos y el padre. Germinare le prestó una más para que puedan estudiar mejor. “Desde los 11 años la fundación me acompaña”, dice Maidana.

En relación con el desempeño de los estudiantes, Oxenford comenta: “Hay un par de casos más complicados porque empezaron su primer año en el secundario con mucha expectativa, tuvieron dos semanas de clases y se terminó el colegio. No llegaron a conocer a nadie. En esos casos les está costando más. No tienen grupo y les resulta más difícil sociabilizar”.

Mara Ferreyra empezó la universidad este año. A ella, Germinare también la acompañó durante la secundaria. La joven de 18 años vive con su mamá y dos hermanos. Ella está estudiando psicología. “La cuarentena me tiró abajo al principio. Tenía mucha expectativa de empezar. No pude conocer a los profesores y tuve que conocer a algunos de mis compañeros por WhatsApp. Armamos un grupo para darnos tips para estudiar. Con el tiempo, algunas personas empezaron a bajarse del grupo. Al despedirse nos decían que iban a arrancar el año que viene”, relata Ferreyra.

Antes de la cuarentena, Ferreyra no tenía WiFi en su casa. Dice: “Usaba los datos del celular para estudiar. Este año, Germinare me puso en contacto con otra fundación que me dio una beca y así pude contratar el servicio de Internet. También me prestaron una computadora. Eso me facilitó todo”.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/08/05/planeta_futuro/1596639463_535924.html

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