Page 92 of 117
1 90 91 92 93 94 117

España: El maestro César Bona defiende en la UCLM la necesidad de escuchar y hacer partícipes a los niños en la sociedad

España / 11 de marzo de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Noticias Ciudad Real

Quien está considerado entre los 50 mejores maestros del mundo ha impartido una conferencia en la Facultad de Educación de Ciudad Real

La Facultad de Educación de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en el Campus de Ciudad Real ha recibido hoy al que está considerado uno de los mejores maestros del mundo, el aragonés César Bona, quien a lo largo del encuentro que ha mantenido con profesores, estudiantes y ciudadanos en general ha defendido el rol que cumplen los niños en la Educación y ha invitado a la sociedad a escucharles. Hace un año que Bona pisaba este mismo centro y, en su nueva visita, colgaba el cartel de ‘completo’.

Lo prometido es deuda. El maestro aragonés experto en innovación docente César Bona, nominado en 2014 al Global Teacher Prize –el Premio Nobel de los profesores- como uno de los 50 mejores educadores del mundo, ha regresado hoy a la Facultad de Educación del Campus de Ciudad Real justo un año después de su primera visita que, según las palabras de la directora del centro académico de la Universidad de Castilla-La Mancha, Rosario Irisarri, “supo a poco”.

César Bona, que en aquel entonces se comprometió a volver, llegaba con la incertidumbre de saber si alguien respondería a su nueva llamada, puesto que aquel encuentro estaba aún cercano en el tiempo y fueron muchos los que se acercaron a escuchar sus palabras. Pero nada más atravesar la puerta del salón de actos del centro de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha comprobado la gran expectación que ha vuelto a generar su presencia –con público obligado a quedarse de pie al ocuparse todas las butacas- y se ha congratulado de que haya tanta gente interesada por “escuchar y hablar de Educación” porque ésta “da para muchas horas de conversación”.

“Recuerda que hacíais cuando erais niños”. Con este ejercicio con el que César Bona invitaba a los asistentes, en su mayoría estudiantes de los grados en Maestro, a compartir con su pareja de al lado una anécdota de su niñez, ha comenzado su intervención, centrada en la importancia que tiene la comunicación en el entorno educativo.

Bona ha advertido que la comunicación, la educación y la sociedad “son entes indivisibles”. “No se puede hablar de una cosa y dejar otras fueras”, ha sentenciado este mediático maestro, quien ha recordado a los futuros maestros que por sus manos pasarán cientos y cientos de niños a quienes “no van a educar para la escuela, sino para la vida, para la sociedad”. Y es aquí, ahora, en las primeras fases de la Educación, cuando “es preciso escuchar”. “Los niños y adolescentes tienen mucho que decir, por eso conviene que les invitemos a participar en la sociedad y les hablemos de compromiso social”, ha asegurado.

En esta idea ha insistido Bona a lo largo de toda su charla, repleta de ejercicios participativos con el público y de reflexiones. “La comunicación tiene un receptor y un emisor y estos no pueden ser siempre el mismo. Cuando se habla de escuchar, se habla de compartir. Es un verbo de ida y vuelta”, ha dicho.

César Bona es diplomado en Magisterio y licenciado en Filología Inglesa y lleva más de 16 años ejerciendo esta profesión. En 2014 fue nominado al Global Teacher Prize, del que quedó entre los 50 finalistas, siendo el único español candidato a este premio. En 2017 formó parte del jurado de los Premios Princesa de Asturias en la categoría de Comunicación y Humanidades. Ha recibido el Premio Magister de Honor por la Plataforma de la Escuela Pública, el Premio Crearte del Ministerio de Cultura en dos ocasiones por su estímulo de la creatividad. Entre sus libros destacan Las escuelas que cambian el mundo y La nueva educación: Los retos y desafíos de un maestro de hoy.

Fuente de la Reseña:

El maestro César Bona defiende en la UCLM la necesidad de escuchar y hacer partícipes a los niños en la sociedad

Comparte este contenido:

¿Por qué es necesario contrastar una visión formal de una innovación educativa con su visión informal?

España / 11 de marzo de 2018 / Autor: Angel Fidalgo / Fuente: Innovación Educativa

Para saber qué es una innovación educativa concreta nos solemos basar en las definiciones formales, académicas o científicas. Estas visiones, sobre todo en las innovaciones que tienen más éxito, suelen estar orientadas a un factor que llama la atención, que es fácil de entender, sobre las que se puede asociar metodologías educativas, justificar su necesidad y estimar las ventajas e impacto que tendrá en la educación.

La visión informal de una determinada innovación educativa suele estar enfocada a las personas que la van a utilizar, a sus actividades habituales, a su problemática, a sus necesidades y la realidad de las aulas. Con esta visión se pueden determinar los componentes conceptuales de dicha innovación. Dichos componentes son más fáciles de entender por el profesorado, sirven para valorar el esfuerzo que conlleva la aplicación de la innovación  y sobre todo para saber el alcance que puede tener la misma.

¿No queda claro? Pues para eso están los ejemplos. Vayamos con uno.

  • Visión formal sobre Flip Teaching (Flipped Classroom o Aula invertida).  Dicha innovación educativa se basa en la “inversión del modelo educativo”. Casi nada, la inversión del modelo educativo. Llama la atención por tanto seguro que queremos saber un poco más. Nos  dicen que es un método en que el alumno aprende la lección en casa y en clase hace los deberes. Bajo esta visión se justifican modelos pedagógicos, se identifican las innumerables ventajas del método y sobre todo nos permite soñar con lo que haríamos en clase si nuestro alumnado ya viniese con la lección aprendida. Seguro que ante este planteamiento no puede evitar querer saber más sobre el método y comprobar si lo puede aplicar.
  • Visión informal. Bajo este enfoque lo que se matiza es que no hay inversión “pedagógica” del modelo educativo, sino del lugar donde se realiza la actividad. La secuencia “pedagógica” sigue siendo la misma: Primero la lección y después los deberes. Lo que se invierte es el lugar donde se realizan las acciones (tradicionalmente la lección en clase y los deberes en casa, con este método sería la lección en casa y los deberes en clase). Desde un punto de vista conceptual hay dos actividades “realizar una actividad previa de conocimiento antes de ir a clase” y “en el aula realizar actividades que requieran una mayor participación del alumnado”.

Lo que para la visión formal es la “lección en casa” para la informal es “que el alumnado haga una actividad antes de comenzar la clase”. Lo que para la visión formal es “los deberes en clase” para la visión informal es “a cambio de que el alumnado venga con algo hecho, no imparto una lección magistral durante toda la clase, hago alguna actividad participativa”

Lo que para la visión formal es un método super-novedoso para la visión informal es un método super-antiguo (de pequeñitos siempre nos decían que lleváramos la lección leída).

Conocer las dos visiones (formal e informal) nos ayuda a tener una visión más realista de la innovación educativa, nos ayuda a conocer el verdadero alcance y sobre todo nos ayuda a valorar su aplicación en nuestras asignaturas.

En resumen la visión formal ayuda a entender “qué es” y la visión informal “qué no es” o como decía en otro post: hablar del techo para arriba y hablar del techo para abajo.

Fuente del Artículo:

¿Por qué es necesario contrastar una visión formal de una innovación educativa con su visión informal?

Comparte este contenido:

Reseña de libro: Evaluar para conocer, examinar para excluir

España / 11 de marzo de 2018 / Autor: Raül Solbes i Monzó / Fuente: raulsolbes.com

Mi última entrada se centró en la reseña del libro “Comunicación no violenta” y la entrada de hoy va en el mismo camino. Se trata del último libro que estamos leyendo en el seminario “Proyecto Roma“…

Es un libro enmarcado dentro de un modelo de evaluación de cuarta generación, también conocido como modelo alternativo o modelo constructivista. Este modelo es:

  1. Crítico con la evaluación tradicional, por su visión gestora y tecnócrata.
  2. Mantiene un gran apego al enfoque positivista.
  3. Propone cambios globales basados en que la evaluación es un proceso sociopolítico, de colaboración, de enseñanza-aprendizaje, continuo, recursivo, altamente divergente y emergente, en el que los resultados son impredecibles y que además “crea realidad” al influir en las percepciones de las personas.

J.M Álvarez Méndez no aporta recetas mágicas (¡vaya, lo que usualmente buscamos los docentes!) pero sí te hará reflexionar sobre tu práctica educativa y fundamentalmente replantearte el sentido y el diseño de los instrumentos de evaluación.

Evaluar para conocer, examinar para excluir” se estructura en un total de 8 capítulos:

  1. El campo semántico de la evaluación. Más allá de las definiciones
  2. Naturaleza y sentido de la evaluación
  3. La retórica de la evaluación
  4. La cara oculta de la evaluación: la cuestión ética y práctica
  5. La estructura de la evaluación
  6. La evaluación como actividad crítica de conocimiento
  7. De técnicas y recursos de evaluación: la importancia (relativa) de los métodos
  8. Aprender de los errores. Aprender de las preguntas. Sugerencias para la acción reflexiva y crítica

Álvarez Méndez empieza su libro con una cita de Juan Ammós Comedio que podría ser un perfecta síntesis de todo lo que viene después:

CitaCOMENIO

Veamos algunas de las anotaciones de mi cuaderno:


  • La evaluación educativa deberían caracterizarse por:
    • Ser democrática, negociada, transparente
    • Estar siempre al servicio de los protagonistas de la enseñanza y aprendizaje
    • Debe formar parte de un continuum: precesual, continua, integrada en el currículo y en el aprendizaje
    • Siempre formativa, motivadora y orientadora (NO sancionadora)
    • Conviene aplicar técnicas de triangulación: evaluación del profesorado, autoevaluación del alumnado y coevalución de los compañeros.
    • Todos los agentes deben ser responsables
    • Orientada a la comprensión y al aprendizaje y no al examen
    • Preocupada de la forma en que el alumnado aprende, sin descuidar la calidad de lo que aprende
  • Una enseñanza orientada al examen, distorsiona el currículo porque da o desplaza el interés hacía los factores de medición, otorgándoles un poder de control que realmente no tiene (uno de los principales problemas del bachillerato).
  • No podemos contemplar formas alternativas de vida porque continuamos valorando el orden, la eficiencia y la uniformidad por encima de los ideales de espontaneidad, reciprocidad, variedad y flexilidad. RIZVI (1989)
  • La evaluación educativa es esencialmente una actividad práctica que mira a la formación integral de las personas que participan en el proceso y por lo tanto es una cuestión ética y no solo académica. Si entre los aspectos técnicos preocupa la objetividad, entre los éticos la preocupación se centra en la acción justa, ecuánime, equitativa.
  • El diálogo puede ser el método de evaluación más potente para saber lo que las personas conocen. Solo hablando con las personas se pueden plantear los temas en términos inteligibles y en un lenguaje común, coloquial y directo, que no tiene por qué estar reñido con las exigencias intelectualmente más formales. (J.M. Álvarez Méndez cita en varias ocasiones a HABERMAS)
  • Quien evalúa quiere conocer, valorar, sospesar, discriminar, discernir, contrastar el valor de una acción humana, de una actividad, de un proceso, de un resultado. Evaluar es construir el conocimiento por vías heurísticas de descubrimiento. Quien evalúa con intención formativa quiere conocer la calidad de los procesos y de los resultados.
  • La evaluación debería ser el momento en el que quien enseña y quien aprende se encuentren con la sana intención de aprender. Evaluamos para conocer. Aprendemos de la evaluación. Solo asegurando el aprendizaje podremos asegurar la evaluación, la buena evaluación que forma continuamente, que sería además, significativa en cuanto catalizadora de nuevos aprendizajes. Evaluamos mientras aprendemos; aprendemos mientras evaluamos. Paradójicamente, el examen rompe de un modo artificial este proceso de equilibrio entre este momento de la recepción y el de la producción.
  • Emplear la comunicación y el debate como la base de la evaluación permite que la clase se centre en el analizar, el razonar, el argumentar, el criticar y en persuadir, más que en el memorizar procedimientos trillados y repetir respuestas automáticas.
  • El valor de la educación no está en el instrumento en sí mismo sino en el uso que de él se haga. Más que el instrumento, importa el tipo de conocimiento que pone a prueba, el tipo de preguntas que se formularán, el tipo de cualidades (mentales o prácticas) que se exigen y las respuestas que se espera obtener según el conocimiento de las preguntas o problemas que se formulan.
  • Como alternativa a los modelos y técnicas de evaluación tradicionales (conductivistas) es necesario afianzar, tanto al profesorado como al alumnado, criterios que orienten y que apoyen realmente la evaluación participativa y compartida. En base a este razonamiento se reconoce que quien es evaluado aplica y utiliza los conocimientos de un modo argumentado, participativo, creativo, compartido, para resolver las cuestiones que se le plantean en el ejercicio de la evaluación.
  • Se requiere un cambio de uso de las técnicas e instrumentos de evaluación disponibles (examen, entrevista, cuestionario,…), de forma que se informe al sujeto que ha respondido sobre la calidad de la respuesta, la forma de elaboración de la misma, la explicación de los fallos o errores, el proceso de comprensión y de elaboración del pensamiento. 
  • La calificación, que se acepta como inevitable, llegará como consecuencia de las conveniencias acordadas, en los principios de negociación establecidos. Cuando la evaluación se mezcla con la calificación, se confunde la parte con el todo.
  • Para recuperar el valor formativo de los exámenes es necesario hacer preguntas inteligentes (que estimulen, que no paralicen). Deberían buscar contenidos relevantes y significativos que inciten a la reflexión y que miren más allá de la inmediatez del examen
    • Aquellas preguntas que obtengan la misma respuesta entre alumnos se pueden descartar sin más (seguramente solo requieren de memoria).
    • Si son preguntas cuya respuesta pueden copiarse mecánicamente entre los alumnos, habrá que revisarlas.
    • Se deben formular preguntas que “obliguen” a argumentar de un modo creativo, crítico y autónomo.
    • Las preguntas deben estimular no adormecer y incitar a la obediencia.
    • La única forma de corregir un examen con este tipo de preguntas es hablando con el sujeto que las responde. La autoridad del profesor se ejerce por su capacidad de argumentar
    • Las preguntas con “truco” o “trampa” son una perversión del proceso de formación.

Generalmente la práctica docente obedece más a la inercia de la costumbre que a un quehacer reflexivo, por lo que usualmente los docentes confundimos evaluación con calificación y perdemos el objetivo de la misma.

Termino hoy con una serie de preguntas que también nos plantea Álvarez Méndez en el capítulo 7 de este libro:

¿Evaluación para reproducir, repetir, memorizar, crear, comprender?¿Evaluación para comprobar la capacidad de retención, ejercer el poder, mantener la disciplina? ¿Evaluación para comprobar aprendizajes, desarrollar actitud crítica, de sumisión, de obediencia, de credibilidad? ¿Evaluación para garantizar la integración del individuo en la sociedad o para asegurar el éxito escolar? ¿Evaluación en un sistema que garantiza el acceso a la cultura común y la superación de las desigualdades sociales por medio de la educación? ¿Evaluación para garantizar la formación correcta de quienes aprenden?…

¿Para qué evalúas tú? ¿Qué finalidad persigues?

Fuente de la Reseña:

Evaluar para conocer, examinar para excluir

Comparte este contenido:

Josep Maria Puig: “En la escuela se debe trabajar en favor de la comunidad”

España / 11 de marzo de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Tiching

Los valores, ¿se pueden aprender en el aula?
Yo creo que en parte sí se pueden aprender, pero no se puede restringir su aprendizaje a las aulas. Por ejemplo, podemos aprender a dialogar con los compañeros de clase sobre cosas que nos pasan, conflictos que tenemos en el colegio o fuera y nos preocupan. También se aprende a convivir, a trabajar en equipo, etc. Pero hay otras cosas que no se pueden aprender en clase porque las aulas no son espacios que proporcionen ciertas vivencias y experiencias.

¿Es una tarea específica de la escuelas la de trabajar los valores con los alumnos?
No, en absoluto, hay más actores implicados en ello. Es cierto que el aprendizaje “reglado” ha reservado tiempo para trabajar en el aula ciertos valores, como ya comentábamos: escuchar, dialogar, buscar soluciones, resolver conflictos… en definitiva, aprender a convivir. Lo que es evidente es que no podemos conformarnos solo con este trabajo.

¿El trabajo de los valores es un aspecto bien integrado dentro del currículum educativo de las escuelas?
El vaso se puede mirar medio lleno o medio vacío. Medio vacío porque estamos muy limitados en muchos aspectos, pero también medio lleno porque hay mucho profesorado que va integrando poco a poco el trabajo en valores dentro de sus materias y en el trabajo cotidiano de clase. Lo que nos preocupa especialmente en este momento es el tema legislativo. La actual legislación presenta un planteamiento de los valores que va fatal porque se hace escoger a los alumnos entre valores o religión, y esto es totalmente inadecuado. Tenemos una situación compleja que debe resolverse y blindarse, no puede ser que a cada cambio de gobierno se dicten unas normas distintas.

¿Son los profesores los que por iniciativa propia trabajan valores en el aula o son los currículums los que dictan el contenido en este sentido?
Hay mucho profesorado que está haciendo muy buen trabajo en el ámbito de los valores, al margen del currículum. Ya hemos dicho que este debería superar los problemas que tiene de una forma definitiva a nivel legislativo. La educación en valores debería ser una actividad para todos los chicos y chicas de la escuela y que quede bien incrustada en el día a día de los centros. Esto, hoy por hoy no es así. En estos momentos hemos retrocedido en un debate entre religión y valores que no nos lleva a ningún lado. Es un desconcierto que, aparte de ser impertinente, desanima bastante. La escuela debería ser laica, abierta a unos valores comunes a toda la ciudadanía.

¿Qué ejes cree que deberían trabajarse en la escuela?
Para empezar el diálogo sobre lo que nos pasa dentro y fuera del aula. También es importante transmitir consideración y respeto por los derechos humanos y, sobre todo, trabajar en favor de la comunidad. En este sentido trabajan muy bien los docentes que aplican el aprendizaje-servicio. También pienso que debería impartirse una asignatura sobre religiones, sobre todas las confesiones, para así aprender a respetarlas a todas, incluidas las posturas no creyentes. La formación y el trabajo confesional estricto debería estar fuera del tiempo curricular legal.

¿Qué implicación deben tener las familias y la sociedad en general sobre el trabajo en valores?
Los valores no son algo que se deba trabajar en exclusiva en un sitio u otro. La escuela tiene su trabajo, la familia tiene otro, y hay otros ámbitos que también trabajan en pro de valores y que realizan un trabajo de valores impagables. Otro ámbito que a veces lo hace es el deporte, el escolar y el no escolar, y es un espacio de educación en valores de primera. Esto es un trabajo de todos que necesita que se involucre toda la sociedad.

¿La sociedad está suficientemente implicada en la educación?
Suficientemente implicada no, pero hay de todo. No debemos imaginarnos que la sociedad y todas sus instituciones un día funcionarán bien, esto no sucederá nunca. A la sociedad se le debe pedir implicación, en las escuelas y desde las familias se debe fomentar el espíritu crítico respecto a cosas que se ven en televisión o en Internet.

Nos ha hablado del aprendizaje-servicio, ¿Es un buen sistema para trabajar valores?
Hablamos de aprendizaje-servicio como de prácticas de la ciudadanía. La escuela es un espacio de diálogo y de consideración de las cosas que nos pasan, y de movilizar a los chicos y chicas hacia la comunidad. Una forma de hacerlo es a través de los proyectos de aprendizaje-servicio. A la vez que haces un servicio cívico y participas en la vida comunitaria, hay que atarlo con el contenido del currículum. De esta manera ligamos aprendizaje curricular con aprendizaje de competencias. Yo creo que es una herramienta muy potente de contenidos y valores atados al currículum.

¿Cuál es la clave del éxito?
El profesorado debe hacer las cosas con pasión, ¡como siempre! Pero creo que hay algunos aspectos clave, más allá de técnica y metodología. La escuela y las entidades sociales que pueden ofrecer espacios de proyectos deben saber trabajar juntos. En la mayoría de los casos supone que la escuela se debe vincular con una entidad de la comunidad, una ONG, una asociación, etc. En esta vinculación está en juego la calidad del proyecto que llevarán a cabo los niños y niñas. Hay un camino importante aún por recorrer en este aspecto.

¿Qué pautas daría a los profesores que quieren iniciarse en este tipo de proyectos con sus alumnos?
En primer lugar les diría que miren lo que hacen, porque a veces ya se llevan a cabo proyectos en el aula que tienen que ver con el aprendizaje-servicio. A partir de estas actividades, desarrollándolas y mejorándolas pueden obtener resultados muy positivos vinculados a esta práctica. Esto del aprendizaje servicio no es un invento del que se parte de cero, tenemos tradición y experiencias difundidas. Por otro lado, es importante no trabajar solo. Es necesario trabajar en equipo, porque facilita el desarrollo y el arraigo en la propia escuela de este tipo de prácticas. Por último, que implique tanto como pueda a los alumnos.

¿Qué resultados se obtienen?
Lo que más destaca es que es una magnífica manera de trabajar competencias: es un instrumento perfecto para ello. Es imposible hacer aprendizaje servicio sin movilizar competencias. Otra cosa importante es la enorme satisfacción que aporta a todos los que intervienen en esta experiencia: a los profesores les da coraje; a los alumnos, aprendizaje; a las entidades, difusión. Todos los actores salen muy satisfechos. Los profesores son los que suelen valorar más positivamente estas actividades, ya que pese a que implica más trabajo para ellos, el resultado es satisfactorio para todas las partes.

¿Y para las entidades?
Cuando las entidades descubren que los alumnos pueden ayudar de verdad en su tarea, descubren posibles futuros voluntarios, jóvenes que difunden sus ideas, etc. Todo son ventajas. También implica un trabajo extra para ellos, puesto que deben desarrollar actividades en las que puedan participar los alumnos y no siempre es fácil. Ahí radica la necesidad de que la relación entre entidad y escuela sea estrecha y de confianza.

Fuente de la Entrevista:

Josep Maria Puig: “En la escuela se debe trabajar en favor de la comunidad”

Comparte este contenido:

Libro: Escuchar. 20 Reflexiones sobre música y educación musical

España / 4 de marzo de 2018 / Autor: Fernando Palacios / Fuente: Fernandopalacios.es

AgrupArte Producciones y Ediciones Fundación Orquesta Filarmónica de Gran Canaria
Primera edición, abril 1997, segunda edición, noviembre 1997, tercera edición, enero 1999, cuarta edición, noviembre 2002
300 pág

Resumen

Escuchar es la palabra clave del itinerario musical de toda sociedad. El silogismo que rige esta relación causa-efecto es muy sencillo: la música sólo existe si hay atención; si ésta no se da, tampoco es posible que se dé la capacidad de escuchar. Quien no posea, por tanto, esta capacidad se encontrará en una órbita distinta a la musical. Concretamente, en nuestro país, todo lo que se relaciona con esta idea se vive como enfermedad, como trauma, y su bacteria ataca incurablemente a la música.

Nuestro temperamento hispano, poco atento a lo que no sea directo y gritón, parece estar reñidos con los significados de la susodicha palabra; es ahí, y de ningún otro sitio, de donde nos llueven todos los males musicales. Si este libro lleva el escueto título de Escuchar es porque su contenido hace referencia continua a este grave problema que sufrimos, y por la absoluta convicción del autor de que es en este punto donde más se debe insistir.

Esta publicación es una selección recopilatoria de artículos de revistas, comentarios de discos y programas de mano escritos en estos últimos años. Algunos de los temas abordados son los típicos que, impertérritos siempre ante nosotros, suelen pasar inadvertidos; precisamente esta coyuntura es la que los convierte en imprescindibles para el estudio, a pesar de parecer elementales. Todos ellos tienen mucho que ver con el más entretenido espectáculo que se conoce, esa mezcla de oído y atención que enardece la imaginación y nos interna en un mundo tan cierto como fantástico: la escucha.

Índice

A modo de prólogo
Esto es música, por Carlos Santos

Pistas previas

Artículos en Revistas
Escuchar
Un asunto de gusto
El oído atento
SILENCIO, el silencio
La risa sonora
Música con cualquier cosa
La audición musical
Musica de verano
La música como afición
Ruido-Sonido

Notas a Programas, Discos y Otros
Música en familia
Cuentos con música – Música con cuentos
Música para todos
Entender la música
¿Se puede explicar la música?
¿Qué es una ópera?
Tiempo olvidado
Por salones y cafés
Un recital de silbido
Sonetos a la trompetilla de plástico

Link para la descarga:

https://fernandopalacios.es/wp-content/uploads/2014/08/Escuchar-Fernando-Palacios.pdf

Fuente de la Reseña:

ESCUCHAR. 20 Reflexiones sobre música y educación musical

Comparte este contenido:

Libro: El nuevo paradigma de la educación digital

España / 4 de marzo de 2018 / Autor: Abdelkader Es-slami y otros / Fuente: Fundación Telefónica

Los expertos coinciden en afirmar que el modelo educativo actual está desfasado para la era digital y debe enfrentarse a una importante transformación. Esta nueva era es compleja y requiere una educación flexible que potencie nuevas competencias, se trata de que permita sacar lo mejor de uno mismo y dote de las habilidades necesarias para desenvolverse en una época de cambios continuos y vertiginosos, en la que se impone el aprendizaje continuo.
Captura de pantalla 2015-04-15 a las 12.23.01

En este eBook hemos reunido algunos artículos de nuestros expertos sobre las nuevas tendencias en educación, como la gamificación, la integración de las TIC de forma holística o la importancia de fomentar la creatividad y los entornos colaborativos en la educación.

El libro puede descargarse gratuitamente en formato PDF:

https://aunclicdelastic.blogthinkbig.com/wp-content/uploads/El-nuevo-paradigma-de-la-educaci%C3%B3n-digital.pdf

Fuente de la Reseña:

eBook: El nuevo paradigma de la educación digital

Comparte este contenido:

Cine y educación. Una compleja relación de extremos.

España / 4 de marzo de 2018 / Autor: Oposiciones / Fuente: Preparadores Oposiciones

Cine y educación, terreno pantanoso el que nos proponemos pisar en este artículo. La interrelación entre ambas fuentes de cultura ha sido celebrada y criticada a partes iguales; todos recordamos el revuelo causado a finales de la década pasada con el lanzamiento del filme alemán La ola. Se la acusó de provocadora, morbosa e irrespetuosa con temas especialmente sensibles, y con pretensiones de provocar un debate más sociológico que cinematográfico. Lo que realmente molestó a muchos fue la sensación de sentirse insultados como individuos inteligentes y racionales, al mostrar con suma facilidad como se puede dirigir el pensamiento humano, en un momento en el que se supone la mente humana está más que alerta ante cualquier atisbo de movimiento autoritario, en base a las dramáticas experiencias del pasado.

Posteriormente, el cambio de década nos agasajó con la incipiencia de unos movimientos políticos radicales que cristalizaron a lo largo de la misma en varios países de la Europa ilustrada, por lo que quizás la película, y en general el movimiento de la tercera ola -en el que se enmarca- no estaba tan desencaminado.

En contraposición a esto, cualquier amante del cine recuerda con una mezcla de felicidad y melancolía ese “Oh, capitán, mi capitán”, dirigido al profesor Keating y que enmarca uno de esos finales de película. Es más; desde Preparadores de Oposiciones estamos seguros de que más de uno ha descubierto -o al menos reafirmado- su vocación como maestro imaginándose despertando y alentando las infinitas mentes de unos infantes al estilo del mejor Robin Williams que hayamos visto en una pantalla.

John Keating, paradigma del docente en cine y educación

Así pues, sensaciones encontradas, como en todo aquello que despierta inquietudes reales y profundas en el ser humano, las que nos aporta esta relación simbiótica entre el séptimo arte y la enseñanza. Y en este contexto vamos a intentar aportar nuestro granito de arena elaborando una lista de películas que tratan esta estrecha relación cine y educación, pero desde puntos de vista opuestos: por una parte de una manera idealizada, con películas en las que se muestra al espectador una relación profesor-alumno perfecta, con un maestro apasionado por enseñar y un alumno dispuesto a aprender, y por otra centrándonos en los extremos, cuando una de las dos vías entiende su parte del trato de manera disfuncional.

La idílica relación profesor-alumno en la mezcla cine y educación.

En esta primera subdivisión trataremos a los profesores modelo, centrándonos en películas cuya visualización retrotrae al espectador a su infancia, en busca de aquel profesor al que equiparar al héroe de la ficción.

Generalmente, y sin que esto se entienda como una crítica, todas siguen un patrón muy similar: profesor entrañable con métodos novedosos y apasionados -y por tanto mal vistos por una institución tradicional y estricta-, es puesto a cargo de un grupo de alumnos que son vistos como problemáticos, o en su defecto desencantados con el sistema educativo. Después de un breve período de aclimatación -partiendo de una inicial indiferencia hasta el momento en que la pasión del maestro hace mella en ellos-, retoman el interés por el aprendizaje, uniéndose ambos contra un elemento externo traumático -probablemente la institución antes descrita- que pone en riesgo los extravagantes, aunque efectivos, métodos del maestro.

Este paradigma lo cumplen a la perfección tres películas de las que hemos seleccionado: El club de los poetas muertos, El indomable Will Hunting y El profesor.

El club de los poetas muertos, de Peter Weir, es una película hermosísima, un canto al placer de enseñar y a cómo la pasión por la enseñanza, el don de comunicar y el carisma pueden transformar las vidas de unos alumnos desapasionados y acostumbrados a la rigidez de un mundo estricto y basado en lo normativo. La dirección del maestro Weir, con unos escenarios espectaculares y una representación de la amistad envidiable, es -como siempre- genial.

El argumento es sencillo: el nuevo profesor de literatura John Keating -un Robin Williams espectacular- llega a la Welton Academy, una prestigiosa a la par que tradicional institución norteamericana. Sus novedosos métodos de enseñanza calan en los alumnos, que comienzan a descubrir la belleza presente en la poesía y la importancia de disfrutar del ahora.

En El indomable Will Hunting repite Robin Williams -que ganaría aquí el Oscar- como un pintoresco terapeuta que ayuda a un joven genio, Will Hunting, a superar sus traumas infantiles y la impenetrable coraza que desde entonces carga consigo, así como a escoger la mejor opción para un futuro que se le presenta brillante. A destacar el guion escrito por unos jovencísimos Matt Damon y Ben Affleck, que también ganó el Oscar.

 

 

 

 

 

El profesor es un filme de Tony Kaye -al que recordamos de la magnífica American History X- que narra un extracto de la vida del profesor Henry Barthes -un carismático y desencantado Adrien Brody-. Henry posee un don natural para la enseñanza, pero sus constantes sustituciones en instituciones marginales lo han llevado a un permanente estado de nihilismo y negación de sus talentos, sin poder además pasar el tiempo necesario con sus alumnos como para llegar a desarrollar una relación con ellos. Además de esto, su encuentro con una joven que vive en la calle y su posterior relación también tienen mucho peso en la película.

Por último, hablaremos de dos películas que, si bien poseen menos categoría cinematográfica que las anteriores, resultan entrañables al espectador por la relación de paternalismo que se crea entre el profesor y unos alumnos adorables (hay que tener en cuenta que estamos hablando de niños de unos diez años).

Los chicos del Coro se ambienta en un internado para niños problemáticos de la Francia de mitad del siglo pasado. A ella llega Clément Mathieu, un músico reconvertido a profesor, quien gracias a la formación de un Coro termina desarrollando una estrecha y afectuosa relación con sus alumnos, entre los que destacan dos, el adorable Pépinot y Pierre Morhange, quien se convierte en el alma del Coro debido a su prodigiosa voz.

Por último, Escuela de rock es el exponente más gamberro de esta relación cine y educación. Ni el profesor es el típico de este tipo de películas -Jack Black en el papel de Dewey Finn, un fracasado guitarrista de un grupo de rock al que sus compañeros echan del mismo y que termina suplantando a su compañero de piso, profesor, en un colegio privado muy elitista-, ni tiene unas intenciones honestas -al principio solo piensa en el cheque a cobrar a final de mes, y posteriormente, al ver las habilidades musicales de los pequeños, en utilizarlos para ganar un concurso de bandas-.

Pero conforme avanza la película, se desarrolla una relación extraordinaria entre profesor y alumnos, y bajo el contexto de la cultura rock, Dewey enseña a los niños, demasiado cuadriculados y “adultos” por culpa de unos padres y una institución en extremo estrictos, a disfrutar y a dejarse llevar. Además, la banda sonora es maravillosa, y posee una escena que se queda en el corazón de todo aquel amante de la música que se precie.

 

 

 

 

 

 

Cine y educación, también una relación tóxica.

En el otro extremo del espectro nos encontramos a aquellos profesores que se pasan de la raya en su método. Antes hacíamos referencia a la “pasión” del maestro como algo bueno, ya que contagiaba a sus alumnos. Pero esta también puede írsele de las manos, y o bien ser mal entendida por el docente, excediéndose en sus límites, o bien contagiando y animando en demasía al alumno. Ambas vertientes suelen llevar a un mismo final, el descontrol fatal de la situación.

Cuando la mezcla cine y educación se convierte en abusiva. Terence Fletcher

La ola narra el bienintencionado y posteriormente descontrolado proyecto de un profesor alemán, creando una suerte de movimiento totalitario en clase, con la intención de mostrar su forma de actuación a los alumnos. Todo se descontrola cuando los adolescentes comienzan a tomárselo más y más en serio.

El filme francés En la casa nos trae la relación entre un profesor de literatura francesa, escritor frustrado y hastiado del mundo de la enseñanza, en el que sólo se encuentra con las mediocres y desganadas redacciones de sus alumnos, y uno de ellos, en el que descubre una brillante capacidad de observación. Prendado de esta, lo anima cada vez más y más en las descripciones que hace de la vida de unos de sus amigos, también compañero de clase, y de su familia, llegando a un punto en el que la línea existente entre realidad y ficción se difumina.

Por último, y como el más novedoso exponente hollywoodiense acerca de cine y educación, nos encontramos con Whiplash, de uno de los directores de moda norteamericanos, Damien Chazelle. Trata la demencialmente tóxica relación entre un joven baterista de jazz, Andrew Neiman -el incipiente Miles Teller- que aspira a una plaza titular en un Conservatorio de Música muy exclusivo, y su profesor Terence Fletcher -excesiva y maravillosa a partes iguales la interpretación de un J.K. Simmons que se llevó el Oscar sin oposición-. Los métodos de Fletcher incluyen el maltrato, tanto físico como verbal, la humillación pública y el obligar a sus pupilos a trabajar hasta la extenuación, y siempre bajo un ritmo de presión brutal, pues considera que sólo así se conseguirá algo realmente trascendente.

La película tiene su dosis de polémica, ya que los métodos deleznables de Fletcher terminan cristalizando en un final apoteósico, en el que el talento del joven Neiman desborda la pantalla, por lo que la lectura que se haga del filme puede llegar a ser muy errónea.

 

 

 

 

 

 

 

Finalizamos aquí este amplio artículo, esperando que os haya entretenido, y aún más importante, que os quedéis con alguna recomendación de las aquí mencionadas. Y ya sabéis, en vuestra carrera hacia convertiros en un docente -particularmente os animamos a seguir la corriente del maestro Keating-, contáis con nosotros para ayudaros en el camino.

¡Ánimo futuros docentes!

Fuente de la Reseña:

Cine y educación. Una compleja relación de extremos.

Comparte este contenido:
Page 92 of 117
1 90 91 92 93 94 117