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Producción Científica China Bajo La Lupa

Por: Sofía García-Bullé

En tiempos de alta tensión internacional, el conocimiento puede volverse un arma y los académicos fuentes de información confidencial codiciada.

Las universidades son espacios donde se genera y comparte conocimiento y donde se llevan a cabo grandes descubrimientos científicos y tecnológicos a través de la investigación científica. El propósito de la investigación científica es aportar conocimiento y recursos que contribuyan al  avance de la humanidad. En algunas ocasiones, el proceso de investigación implica la producción y manejo de información altamente sensible y confidencial, por lo que se exige a los científicos evitar verse influenciados o comprometidos por intereses políticos o económicos ya que un caso de deshonestidad académica en este tipo de situaciones puede provocar incidentes internacionales.

En artículos anteriores hemos hablado sobre cómo el panorama geopolítico puede afectar el trabajo y hasta la integridad física de académicos de diversas áreas del conocimiento. Estas situaciones suelen darse ante el temor constante de los regímenes políticos del uso indebido de la información que pueda comprometer la seguridad nacional de países enteros. A continuación presentamos tres casos en los que malas prácticas y el manejo inadecuado de información confidencial, se extendieron más allá del rubro académico para convertirse en un conflicto entre naciones.

Un conflicto sobre declaración de fondos

El pasado martes 11 de febrero, autoridades federales estadounidenses arrestaron a Charles Lieber, uno de los principales expertos en nanotecnología a nivel mundial. El científico mantenía su posición como presidente del departamento de Química en la Universidad de Harvard cuando aceptó un puesto de asesor en la Universidad de Wuhan, China. El objetivo era apoyarlos como experto en la fundación de un laboratorio y crear propuestas de investigación estratégicas y visionarias.

De acuerdo a los reportes del Buró Federal de Investigación (FBI por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, el Dr. Lieber recibió 15 millones de dólares en fondos por parte de el Instituto de Salud y el Departamento de Defensa estadounidenses; a la vez  que sus empleadores en China, le pagaban 50,000 dólares mensuales para fondos para investigación, pagos que no habían sido reportados por el científico.

El conflicto se debe a que, en Estados Unidos, todo investigador debe revelar si recibe fondos de otros países. Tras encontrar este encubrimiento, el Departamento de Defensa cuestionó al Dr. Lieber al respecto, quien a su vez proporcionó información falsa. Actualmente Lieber se encuentra suspendido de su posición en Harvard y enfrenta cargos federales por mentir al Departamento de Defensa.

¿Un posible caso de espionaje exitoso?

Yanqing Ye trabajó como investigadora en el departamento de Física, Química y Bioingeniería Médica de la Universidad de Boston hasta abril del 2019, posteriormente la Dra. Ye regresó a China. Los problemas con su estancia surgieron recientemente cuando fiscales federales de los Estados Unidos denunciaron que en la aplicación para su visa, la científica ocultó su posición como teniente en el Ejército Popular de Liberación, el ejército nacional de la República Popular China. Sin embargo, el currículum que la investigadora presentó a la Universidad de Boston al aplicar,  incluía información sobre un grado académico obtenido en la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa, la institución de educación superior del Ejército Popular de Liberación.

Los fiscales además sostienen que durante su estancia de investigación en Estados Unidos, la Dra. Ye siguió recibiendo y llevando a cabo órdenes de sus superiores en la milicia china. El gobierno estadounidense levantó cargos contra la investigadora por fraude de visa, realizar declaraciones falsas y conspiración con un gobierno extranjero, pero no ha sido arrestada, dado que se encuentra en China.

Publish or perish”: un cáncer de la academia

Otro caso es el de Zaosong Zheng. El investigador afiliado a la Universidad de Harvard fue descubierto tratando de salir del país con 21 ampolletas robadas de un laboratorio del Centro Médico Beth Israel Deaconess, en Boston.

Las ampolletas contenían material de una importante investigación relacionada con el desarrollo del cáncer. Tras ser arrestado, el académico admitió haber intentado escapar con estas muestras para publicar la investigación bajo su nombre en China e impulsar su carrera científica. Zhen enfrenta cargos por contrabando y falso testimonio, y actualmente se encuentra bajo la custodia del gobierno estadounidense.

¿Qué pasa cuando solo es un error desafortunado?

Los arrestos y procesos mencionados anteriormente forman parte de un despliegue del gobierno estadounidense ante las sospechas y amenazas de espionaje y robo de información motivadas por las tensiones internacionales entre Estados Unidos y China. El gobierno estadounidense ha comentado repetidamente la necesidad de proteger agresivamente el conocimiento generado en el país que pudiera ser robado y utilizado por otras potencias mundiales. Casos como los anteriores podrían darle la razón, pero, ¿qué tan estrictos pueden ser en términos de colaboraciones internacionales académicas sin caer en un caso extremo de paranoia? y ¿Cómo afectaría esta práctica a la apertura científica y colaboración académica?

En agosto del año pasado, Feng Tao, quien trabajaba como químico en la Universidad de Kansas fue acusado de fraude por el supuesto fallo en comunicar una posición de tiempo completo en una universidad china, mientras recibía fondos federales estadounidenses. A diferencia del caso del Dr. Lieber, por ejemplo, el académico no proporcionó información falsa y aparentemente no mostró malicia ni dolo en la omisión de la información sobre su puesto en China.

Su abogado, Peter R. Zeidenberg, declinó comentar sobre el caso específico del Dr. Tao, pero sugirió que los fiscales estadounidenses podrían estar persiguiendo desmedidamente a académicos chinos con lazos internacionales que solamente cometieron un error de comunicación y no necesariamente son espías. “Los profesores tienen periodos libres en verano, a veces toman trabajos en China durante ese tiempo, y no creen que sea necesario reportarlo”, comentó el abogado. Zeidenberg agregó que el estar desinformados sobre la obligación de reportar asignaciones en el extranjero puede costarle muy caro a profesores y académicos, a los que se les pueden imputar cargos por fraude con penas de hasta 20 años, más aún si se levantan cargos por contrabando, espionaje o conspiración.

Una política de cero tolerancia

A partir del 2018, el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Session, inició una estrategia para enfrentar la posibilidad de espionaje internacional, especialmente de China. Hoy en día hay cientos de investigaciones abiertas involucrando el trabajo de académicos de procedencia china o de aquellos que tienen lazos con instituciones de este origen.

En muchos casos se investigan y persiguen conducta que ocurrieron hace muchos años, en los que los criterios de seguridad no eran los que se aplican hoy en día. Frank Wu, profesor de leyes y ex-presidente del Comité de los 100, una organización de chino-americanos prominentes, ha calificado estas nuevas estrategias como innecesariamente agresivas y potencialmente devastadoras para el desarrollo de la ciencia americana, debido a que el país asiático contribuye financieramente a la producción científica de Estados Unidos y, más aún, un enorme número de colaboradores académicos tiene conexiones con China.

El miedo al espionaje y al robo de conocimiento por parte de Estados Unidos, viene no solo de la noción de China como un enemigo potencial en la arena científica, sino en la idea de que solo en Estados Unidos se produce conocimiento tecnológico de punta, lo cual aumenta el peligro de que otras potencias mundiales intente apropiarse de este. Tomando en cuenta el panorama geopolítico actual, las medidas precautorias para proteger la información pueden ser útiles, pero es crucial que las autoridades y las instituciones de educación superior encuentren una forma de asegurar un buen uso de la información en las instancias de cooperación científica internacional sin dejar de habilitar las plataformas que hacen posible esta cooperación y generan el conocimiento científico en primer lugar.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/ciencia-china-bajo-la-mira-estados-unidos

Imagen: Gerd Altmann en Pixabay

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Chile: aumento de las amenazas a los derechos humanos y sindicales

América/Chile/19/02/2020/Autor y fuente: www.ei-ie.org

La crisis en los derechos humanos y sindicales en Chile se está profundizando, con líderes docentes acosados impunemente por los poderes del Estado.

La Internacional de la Educación (IE) y su regional de América Latina (IEAL) repudian los actos de espionaje y acoso contra tres dirigentes sociales, gremiales y sindicales en Chile, entre los que se encuentra Mario Aguilar, Presidente del Colegio de Profesores de Chile, organización afiliada a la IE.

Recientemente, el hackeo de páginas gubernamentales filtró información a los medios sobre actividades de espionaje por parte de los Carabineros de Chile, el cuerpo de policía que integra las Fuerzas de Orden y Seguridad. En esta información filtrada se encontraban detalles sobre el seguimiento al que han sido sometidos tres líderes sociales y sindicales, incluida la definición de los mismos como “blanco de interés” y la creación de “fichas de inteligencia” sobre ellos, cuyo contenido no ha sido revelado por el momento.

Aguilar, en declaraciones públicas, ha expresado su preocupación frente a este seguimiento en el marco de un Estado democrático de Derecho. La Internacional de la Educación América Latina ha descrito el espionaje dentro del contexto actual político de Chile, que se parecería cada vez más a “una dictadura, con persecuciones y hostilidad hacia quienes reclaman por sus derechos”. Por su parte, la IE ha expresado gran preocupación por la amenaza a los derechos humanos y sindicales recogidos en numerosos convenios internacionales.

Las personas afectadas por el acoso han presentado un recurso de amparo frente a la Corte Suprema de Chile, pero este recurso ha sido desestimado, para gran preocupación de las organizaciones sindicales, que se están planteando elevar la denuncia a nivel de instancias internacionales.

Fuente e imagen: https://www.ei-ie.org/spa/detail/16629/chile-aumento-de-las-amenazas-a-los-derechos-humanos-y-sindicales

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Guerra comercial: ¿cuánto dependen las universidades de EE.UU. de los estudiantes procedentes de China?

Redacción: BBC News Mundo

Estados Unidos es el principal destino de los jóvenes chinos que salen a estudiar al extranjero.

Los chinos representan al menos un tercio del alumnado llegado del exterior a las universidades estadounidenses, donde dejan considerables sumas de dinero.

Pero esto ya está empezando a verse afectado por la guerra comercial entre Washington y Pekín.

Y es que crece la presión en Estados Unidos para que se limiten las admisiones de extranjeros, particularmente chinos.

De hecho, cientos de jóvenes chinos no han podido obtener una visa para estudiar en EE.UU.

Mujer china leyendo

Aumenta la tensión

El gobierno de EE.UU. ha señalado a grupos específicos de estudiantes o académicos que sospecha que pueden representar un riesgo para la seguridad nacional o a los que señala de estar involucrados en robo de propiedad intelectual.

El año pasado, el Departamento de Estado de EE.UU. redujo la vigencia de las visas de estudiantes chinos que cursaban algunas asignaturas bajo el temor de que estuvieran espiando o robando propiedad intelectual.

Mujer china escribiendo sobre un cuaderno

Los republicanos en el Congreso están también introduciendo una legislación para prohibir que cualquiera que reciba financiamiento o haya sido empleado por las fuerzas armadas de China reciba visas de estudiante o de investigación.

Por su parte, la semana pasada China lanzó una advertencia sin precedente a sus estudiantes y académicos.

El gobierno pidió que elevaran su consideración de los riesgos luego de un aumento en los rechazos de visas de estudiantes en EE.UU.

Hay analistas que creen que China quiere disuadir a los estudiantes de ir a EE.UU. para aumentar la presión, como parte de la escalada de la guerra comercial.

Estudiantes rechazados

La tasa de rechazo de estudiantes chinos que buscan estudiar este año en EE.UU. con becas del gobierno chino fue del 13,5% en el primer trimestre de 2019, según las estadísticas oficiales. Cifra que se compara con el 3,2% en 2018.

Es un aumento significativo, pero cubre solo una fracción del número total de estudiantes chinos que van a estudiar a EE.UU.

Hombre chino mostrando su pasaporte

Durante la última década, el número de estudiantes chinos matriculados en universidades de EE.UU. se ha triplicado.

En el año académico 2017-18, había 360.000 estudiantes chinos inscritos en EE.UU.

Se convirtieron así en una importante fuente de ingresos para las instituciones académicas estadounidenses.

En general, la mayoría de las universidades privadas no cobran extra por los estudiantes internacionales, pero puede que haya costos administrativos adicionales.

En las universidades públicas, administradas por gobiernos estatales, los estudiantes extranjeros generalmente pagan lo mismo que los estadounidenses que son de fuera del estado.

En general, los extranjeros contribuyeron con el 28% de todas las tasas de matrícula a las universidades públicas en 2015, según Deserve, una compañía que brinda servicios financieros a los estudiantes.

Personas sentadas

Y aproximadamente un tercio de estos estudiantes extranjeros provienen de China, esa es una proporción considerable de los ingresos generados por esta fuente.

La cantidad de estudiantes chinos y sus familias que contribuyen a la economía de EE.UU. sigue aumentando.

Se estima que durante el periodo 2017-2018 la cifra fue de US$13.000 millones, una cifra que incluye las tasas de matrícula y los gastos de subsistencia, según NAFSA: Asociación de Educadores Internacionales.

Estudiar en EE.UU. sigue siendo una opción muy atractiva para los jóvenes chinos.

«Hay una percepción entre los padres chinos de que el sistema educativo no es tan bueno como en otros lugares», dice Mary Gallagher, directora del Centro de Estudios Chinos de Lieberthal-Rogel en la Universidad de Michigan.

A modo de comparación, el número de estudiantes estadounidenses que viajan a China es pequeño, con poco menos de 12.000 inscritos en 2017-2018.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-48629858

 

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La investigación científica está expuesta a un espionaje inesperado

Tendencias 21

Se puede descubrir lo que hace una máquina a partir del ruido que genera

 

Investigadores norteamericanos han sido capaces de descubrir lo que investiga un laboratorio de biotecnología analizando el ruido de las máquinas utilizadas. El método ayudará a prevenir el bioterrorismo, pero también podría ser utilizado para interceptar secretos biológicos.

Investigadores de la Universidad de California han dado la voz de alarma sobre una amenaza potencial que hasta ahora no había sido estudiada: los residuos físicos, la radiación electromagnética, el ruido acústico, revelan una información que puede ser utilizada por otras personas sin que nos demos cuenta.

En un artículo presentado en el Simposio sobre seguridad de redes y sistemas distribuidos, el grupo de investigación demostró que podían reconstruir lo que estaba haciendo un investigador con solo grabar los sonidos del instrumento de laboratorio utilizado.

Eso significa que los laboratorios académicos, industriales y gubernamentales están potencialmente expuestos a un tipo de espionaje que podría desestabilizar la investigación, poner en peligro el desarrollo de productos e incluso la seguridad nacional.

“Cualquier máquina activa emite un rastro de alguna forma. La cantidad de información en estos rastros es inmensa, y solo hemos golpeado la punta del iceberg en términos de lo que podemos aprender y hacer ingeniería inversa sobre la máquina que los generó «, dijo Philip Brisk, uno de los partícipes de la investigación, en un comunicado.

Caso práctico: sintetizador de ADN

Los investigadores se preguntaron si era posible determinar qué producía un sintetizador de ADN a partir de los sonidos que sus componentes creaban al pasar por su rutina de fabricación.

Los sintetizadores de ADN son máquinas que permiten a los usuarios construir moléculas de ADN personalizadas a partir de unos pocos ingredientes básicos. Los investigadores comúnmente construyen segmentos de ADN para insertarlos en el genoma de otros organismos, especialmente bacterias, para crear nuevos organismos. A veces, estos sistemas vivos se utilizan para fabricar nuevos productos farmacéuticos valiosos u otros productos.

Los autores de esta investigación colocaron micrófonos similares a los de un teléfono inteligente en varios lugares cerca de un sintetizador de ADN. Todo el ADN se construye a partir de solo cuatro bases, adenina (A), guanina (G), citosina (C) y timina (T), dispuestas en combinaciones casi infinitas. Los patrones específicos, o secuencias, pueden leerse como una pista de qué tipo de ADN es.

Los sintetizadores de ADN contienen componentes que se abren y cierran para liberar químicos a medida que fabrican cada una de estas bases, junto con los tubos y cámaras a través de los cuales fluyen. Estos mecanismos hacen sonidos distintivos a medida que funcionan.

Después de filtrar el ruido de fondo y realizar varios ajustes en el sonido grabado, los investigadores encontraron que las diferencias eran demasiado sutiles para que los humanos las notaran.

«Pero a través de una ingeniería específica y un algoritmo de aprendizaje automático personalizado escrito en nuestro laboratorio, pudimos identificar esas diferencias», dijo otra de las investigadoras, Sina Faezi. Los investigadores pudieron distinguir fácilmente cada vez que la máquina produjo A, G, C o T.

Cuando los investigadores usaron un software para analizar los patrones AGCT que adquirieron a través de las grabaciones, identificaron el tipo correcto de ADN con el 86 por ciento de precisión. Al ejecutarlo a través de un conocido software adicional de secuenciación de ADN, aumentaron la precisión a casi el 100 por ciento.

Método de espionaje

Usando este método, un observador experto podría decir si la máquina estaba fabricando ADN de ántrax, viruela o ébola, por ejemplo, o un ADN de valor comercial que pretendía ser un secreto comercial. El método podría ayudar a la policía a prevenir el bioterrorismo, pero también podría ser utilizado por delincuentes o terroristas para interceptar secretos biológicos.

Los investigadores recomiendan que los laboratorios que utilizan máquinas de síntesis de ADN implementen medidas de seguridad, como controlar estrictamente el acceso a las máquinas y eliminar los dispositivos de grabación de apariencia inocua que quedan cerca de la máquina.

También recomiendan que los fabricantes de máquinas comiencen a diseñar componentes de la máquina para reducir la cantidad de sonidos que hacen, ya sea rediseñando o reposicionando los componentes o envolviéndolos en material absorbente del sonido.

Casi todas las máquinas utilizadas en la investigación biomédica producen algún tipo de sonido, señalaron los investigadores, y el hackeado podría posiblemente aplicarse a cualquier máquina. «El mensaje para los bioingenieros es que tenemos que preocuparnos por estos problemas de seguridad cuando diseñamos instrumentos», concluyen los investigadores.

 

Referencia

Oligo-Snoop: A Non-Invasive Side Channel Attack Against DNA Synthesis Machines. Sina Faezi et al. Network and Distributed System Security Symposium.

Fuente: https://www.tendencias21.net/La-investigacion-cientifica-esta-expuesta-a-un-espionaje-inesperado_a45089.html
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ENTREVISTA | Edward Snowden «El Gobierno y las empresas se han aprovechado de nuestra ignorancia, pero ahora lo sabemos»

Cinco años después de la mayor filtración de documentos secretos de la historia, Edward Snowden no se arrepiente de nada. Estados Unidos lo tiene en la lista de personas más buscadas. Vive exiliado en Rusia. Sin embargo, se siente satisfecho con la forma en que sus revelaciones sobre vigilancia masiva han sacudido a gobiernos, agencias de inteligencia y las mayores empresas de internet.

En una entrevista telefónica con motivo del aniversario del día en que The Guardian publicó la noticia por primera vez, Snowden recuerda aquel día en que su mundo –y el de muchos otros en el planeta– cambió para siempre. Se fue a dormir en un hotel en Hong Kong y, cuando se despertó, la noticia de que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) había estado absorbiendo los datos de millones de móviles estadounidenses llevaba horas en los titulares.

Snowden supo en ese momento que su vida que conocía había acabado. «Me dio miedo, pero a la vez fue liberador», señala. «Tenía la sensación de que era algo definitivo. Ya no había vuelta atrás».

¿Qué ha pasado en los últimos cinco años? Snowden es uno de los fugitivos más famosos del mundo, se ha filmado con su historia  un documental ganador de un Oscar, una  película de Hollywood y se han escrito al menos una docena de libros. Los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido, a causa de sus revelaciones, han sido llevados a los tribunales para cambiar las leyes de vigilancia. Ambos países han tenido que aprobar nuevas leyes. Las empresas de internet, gracias a la reacción popular en torno a la privacidad, han hecho que el cifrado sea algo generalizado.

Snowden, evaluando los cambios, afirma que algunos activistas por la privacidad se han mostrado decepcionados con la forma en que se dieron los acontecimientos, pero él no está de acuerdo con eso. «La gente dice que no ha cambiado nada, que todavía hay vigilancia masiva. Pero así no es como se miden los cambios. Mira la situación previa a 2013 y mira todo lo que ha pasado. Todo ha cambiado».

Según él, el cambio más importante ha sido la conciencia pública: «El Gobierno y el sector empresarial se han aprovechado de nuestra ignorancia. Pero ahora lo sabemos. La gente es consciente. La gente sigue sin tener poder para detenerlo, pero lo estamos intentando. Las revelaciones han hecho que la lucha sea más de equilibrada», explica.

Snowden asegura que no se arrepiente de nada. «Si quisiera estar a salvo, no me habría ido de Hawái» (donde había sido destinado cuando trabajaba para la NSA, antes de marcharse a Hong Kong).

Su propia vida está marcada por la incertidumbre, quizá ahora más que nunca, dice. Su asilo en Rusia depende de un cambio de opinión del gobierno de Putin, y las agencias de inteligencia estadounidense y británica no le han perdonado. Para ellas, el asunto está más candente que nunca. Dicen que su traición les ha perjudicado a un nivel que el público no llega a comprender.

Esto se reflejó en una inusual declaración de Jeremy Fleming, director de la agencia de vigilancia británica  GCHQ que, junto con la estadounidense NSA, fue el principal objetivo de la filtración. Respondiendo a una pregunta de The Guardian por el aniversario de la filtración, Fleming alega que la misión de GCHQ era mantener Reino Unido a salvo: «Lo que hizo Edward Snowden hace cinco años fue ilegal y puso en peligro nuestra capacidad de proteger Reino Unido, provocando un daño real e innecesario a la seguridad del país y a nuestros aliados. Debería pagar por lo que hizo».

El peligro de lo no publicado

La furia de la comunidad de inteligencia en Estados Unidos y Reino Unido no es sólo por lo que se ha publicado –que representa poco más del 1% de los documentos– sino también por lo que no se ha publicado. Explican que han tenido que trabajar suponiendo que toda la información a la que tuvo acceso Snowden ha sido comprometida y la han tenido que desechar.

Las agencias tuvieron otro trabajo más. Al haber tenido que desechar tanta información, tuvieron que desarrollar e instalar nuevos y mejores sistemas, más rápido de lo planeado. Otro cambio llegó en el área de transparencia. Antes de Snowden, las preguntas de la prensa a la GCHQ se encontraban con respuestas de «sin comentarios», mientras que ahora tienen más voluntad de colaborar. El hecho de que Fleming haya respondido con una declaración demuestra ese cambio.

En su declaración, Fleming expresa su compromiso con la transparencia, pero deja claro que eso no es mérito de Snowden, porque el cambio es anterior a 2013. «Es importante que sigamos siendo tan abiertos como podamos y estoy comprometido con los cambios que hemos comenzado hace más de una década para lograr mayor transparencia».

Otras personas de los servicios de inteligencia, especialmente en Estados Unidos, admiten a regañadientes que fue por Snowden por lo que comenzaron a debatir sobre dónde se debía trazar la línea que separa la vigilancia de la privacidad. El exdirector adjunto de la NSA, Richard Ledgett, cuando se jubiló el año pasado, afirmó que el Gobierno debería haber hecho pública la información de que poseía una gran cantidad de datos telefónicos.

Manifestación a favor de Snowden frente al Congreso de EEUU en Washington en octubre de 2013.
Manifestación contra el espionaje por la NSA y a favor de Snowden frente al Congreso de EEUU en Washington en octubre de 2013. SCOTT APPLEWHITE / AP

El exdirector de la GCHQ, David Omand, está de acuerdo con la afirmación de Fleming sobre el daño causado, pero admite que Snowden ha contribuido a que se introduzca legislación nueva. «Ahora tenemos un marco legal mejor y más transparente para la recolección de datos de inteligencia. Por supuesto que esto habría sucedido de todas formas, pero indudablemente sus acciones aceleraron el proceso», señaló Omand.

El Congreso estadounidense aprobó la Freedom Act en 2015, que limita la recogida masiva de datos telefónicos. Un año más tarde, el Parlamento británico aprobó la polémica  Investigatory Powers Act (Ley de Poderes de Investigación).

Ross Anderson, un importante académico especializado en seguridad informática y privacidad, cree que las revelaciones de Snowden fueron un momento trascendental. «Las revelaciones de Snowden fueron uno de esos momentos luminosos que cambian la forma en que la gente ve las cosas», explica Anderson, profesor de Ingeniería de Seguridad en el laboratorio informático de la Universidad de Cambridge. «Quizá no cambiaron mucho en Reino Unido por nuestra cultura de idolatrar a James Bond y todo lo que hace. Pero en el resto del mundo hizo que la gente comprendiera realmente que la vigilancia es un asunto serio».

Los legisladores y gran parte de los medios de comunicación británicos no se han comprometido al mismo nivel que sus colegas en otros países europeos, en Estados Unidos, América Latina, Asia y Australia. Entre las excepciones está el diputado liberal demócrata Julian Huppert, que presionó por este tema hasta que perdió su escaño en las elecciones de 2015. «Las revelaciones de Snowden fueron un golpe tremendo, pero han hecho que logremos mayor transparencia en algunas de las agencias sobre su trabajo», sostiene.

«El contraataque acaba de comenzar»

Una de las revelaciones que más impacto tuvo fue sobre el nivel de colaboración entre las agencias de inteligencia y las empresas de internet. En 2013, las empresas estadounidenses aventajaban a la UE en las negociaciones sobre protección de datos. Las filtraciones de Snowden cayeron como una bomba en medio de las negociaciones y la ley de protección de datos que se aplicó el mes pasado es una consecuencia de ello.

Uno de los efectos más visibles de las revelaciones de Snowden fue la pequeña señal amarilla que comenzó a aparecer en el servicio de mensajería WhatsApp en abril de 2016: «Los mensajes y llamadas en este chat ahora están protegidos con cifrado de extremo a extremo».

Antes de Snowden, este cifrado lo usaba poca gente. «Si pudiera regresar a 2013», explica Jillian York, directora del departamento internacional por la libertad de expresión del grupo por los derechos digitales de la Fundación Electronic Frontier, «yo quizá en mi teléfono tendría TextSecure, la versión previa de la comunicación cifrada de la aplicación Signal. Tendría otra herramienta de cifrado de correo electrónico, PGP, pero no la usaría nadie». La única gran excepción era el iMessage de Apple, que ha estado cifrado de extremo a extremo desde su lanzamiento en 2011.

Los desarrolladores en las grandes empresas tecnológicas, escandalizados por las revelaciones de Snowden, comenzaron a ponerse en acción. Algunos, como los de WhatsApp, aplicación que fue comprada por Facebook un año después de que salieran a la luz las filtraciones, implementaron su propio cifrado. Otros, como Alex Stamos, de Yahoo, dimitieron antes que apoyar más espionaje (Stamos es ahora director de seguridad de Facebook, pero ha anunciado que saldrá pronto de la compañía).

«Sin Snowden», cuenta York. «no creo que Signal hubiera conseguido financiación. No creo que Facebook hubiera conseguido a Alex Stamos, porque se habría quedado en Yahoo. Estas pequeñas acciones provocaron acciones mayores. No es que estas empresas de pronto dijeran ‘nos importa la privacidad’. Creo que no tuvieron otra opción».

Otros cambios en el sector tecnológico demuestran que la influencia de Snowden ha sido limitada en muchos aspectos. El ascenso del «altavoz inteligente», ejemplificado en el Echo de Amazon, ha dejado perplejos a muchos activistas defensores de la privacidad. ¿Por qué, sólo unos años después de un escándalo mundial sobre vigilancia a manos del Gobierno, la gente acepta instalar en sus hogares micrófonos que permanecen siempre encendidos?

«El reciente dilema de privacidad que representa instalar un aparato que puede literalmente oír todo lo que dices es una escalofriante innovación en la era de las cosas conectadas a internet», escribió el año pasado Adam Clark Estes, de Gizmodo.

Hacia el fin de la entrevista, Snowden recuerda uno de sus primeros alias, Cincinnatus, en homenaje al romano que regresó a su granja tras servir a la sociedad. Snowden explica que él también siente que, una vez cumplido su rol, se ha retirado a una vida tranquila, pasando el tiempo desarrollando herramientas para ayudar al periodismo a proteger sus fuentes. «Creo que nunca me había sentido tan realizado», afirma.

Sin embargo, aclara que no celebrará el aniversario como un triunfo. Todavía queda mucho por hacer. «El contraataque acaba de comenzar», asegura Snowden. «Los gobiernos y las empresas llevan mucho tiempo en este juego y nosotros acabamos de comenzar».

Traducido por Lucía Balducci

Fuente:  https://www.eldiario.es/theguardian/gente-sigue-tener-poder-ahora_0_779372531.html

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La CIA en las universidades: cómo la inteligencia controla a profesores de élite

Por: Hector G. Barnés

El nuevo libro del periodista fundador de ProPublica desvela cómo los campus de las grandes facultades se han convertido en terreno de batalla para americanos, chinos y rusos.

A simple vista, pocos mundos chocan más que el de la inteligencia global y el de la academia, supuestamente aislada en su burbuja. Es un prejuicio equivocado, ya que el mundo académico sigue teniendo una gran importancia geopolítica, estratégica, científica y discursiva. Tanto es así que, como desvela un nuevo libro que será publicado este otoño, la CIA y el FBI llevan décadas invirtiendo millones de dólares para controlar, captar y financiar a profesores universitarios de todo el mundo, tanto dentro de sus propias fronteras como en el exterior.

El libro se llama ‘Spy Schools: How the CIA, the FBI and Foreign Intelligence Exploit America’s Universities‘ (Henry Holt) y ha sido escrito por el periodista Daniel Golden, editor de ProPublica y Premio Pulitzer en 2004. Como él mismo explica en el prólogo, la idea surgió mientras comía con un antiguo oficial del Gobierno. Ya que había pasado años estudiando este tema, el periodista deslizó sus temores de que los servicios de inteligencia estuviesen “invadiendo” el mundo académico. La respuesta fue reveladora: “Todos los bandos explotan las universidades”.

Los profesores, licenciados e incluso algunos estudiantes son codiciados por informantes de todos los bandos.

“En los últimos años, las universidades americanas se han convertido en el terreno de juego idóneo para las batallas secretas de espías contra espías”, escribe el autor en su flamante libro. “Aunque a menudo se los represente como enclaves de aprendizaje escolar y pericia atlética, o parques de juegos para adolescentes en las puertas de la madurez, se han convertido en una inquietante línea de fuego para el espionaje”. El espionaje es mutuo: agentes chinos, rusos o cubanos analizan a su enemigo desde las aulas de sus universidades, intentan reclutar aliados y acceden a material militar sensible. Los tiempos del Círculo de Espías de Cambridge no están tan lejos.

“El FBI y la CIA responden en consecuencia, buscando sus fuentes entre los estudiantes y profesores internacionales”, recuerda Golden. “Con conexiones estrechas con los gobiernos, los negocios y la tecnología, además de la pericia técnica que se necesita para competir en una economía basada en el conocimiento, los profesores, licenciados e incluso estudiantes son codiciados por informantes de todos los bandos”. Lo confirma un antiguo oficial del Pentágono, que reconoce las universidades como “el mejor terreno para reclutar”. La fórmula de campus abierto de las universidades occidentales favorece que se lleven a cabo trabajos de inteligencia.

Un nuevo contexto

Golden encuentra dos hitos que explican por qué las universidades han vuelto a jugar este rol, después del freno de los años sesenta y setenta, en los que la inteligencia era repudiada por el mundo académico. Por una parte, el acercamiento entre CIA, FBI y universidades al calor del resurgir patriótico después del 11 de septiembre, que realineó a muchos docentes. Por otro, la globalización de la educación superior, que ha favorecido “amistades y entendimientos entre países hostiles”. La movilidad de profesores es mucho mayor y, con ella, la posibilidad de deserción o espionaje.

“Soy de la CIA, y quiero que monte en un avión conmigo de camino a Estados Unidos”, le dijo el agente al científico iraní en su habitación de hotel.

¿En qué se traducen exactamente estas relaciones entre inteligencia y mundo académico? En muchos casos, como expone un fragmento del libro que reproduce ‘The Guardian‘, en conferencias más o menos amañadas, el entorno de captación por excelencia. A veces, simplemente envían sus propios agentes; otras veces, las organizan desde la sombra, a partir de empresas privadas (el principio es que el nombre de la CIA no aparezca por ninguna parte); y, en algunos casos, organizando reuniones ‘falsas’ con el único motivo de alcanzar a un potencial desertor de un país enemigo.

Ha sido así como la inteligencia americana ha conseguido entorpecer el programa nuclear iraní, desvela Golden. Expone el ejemplo de un científico de aquel país que una noche, tras una conferencia en un país neutral, recibió la visita de un agente de la inteligencia americana. “Soy de la CIA, y quiero que monte en un avión conmigo de camino a Estados Unidos”, le espetó. La operación se había preparado cuidadosamente durante meses. Entre otras cosas, montando una conferencia en la que ni ponentes ni asistentes sabían que estaban siendo parte de una charada cuya máxima motivación era conseguir acceder durante unos pocos minutos a dicho científico sin que nadie sospechase.

El contexto idóneo para hacer 'networking', y quizás algo de espionaje. (iStock)
El contexto idóneo para hacer ‘networking’, y quizás algo de espionaje. (iStock)

Como recuerda el periodista, “la importancia de una conferencia puede ser medida no solo por el número de ganadores del Nobel o de catedráticos de Oxford, sino por el de espías”. Los paneles de académicos son un lugar privilegiado donde se reúne la ‘crème de la crème’. Es ahí donde la inteligencia extranjera intenta atraer a los académicos americanos, lo que obliga a los servicios nacionales a mover ficha antes. El FBI llegó a advertir a los profesores sobre los peligros de las conferencias donde, bajo la apariencia de una tontorrona copia de archivos en una memoria USB, se podían sustraer investigaciones sensibles.

¿Cómo lo hacen?

El proceso de reclutamiento emerge directamente de la psicología aplicada por la CIA en muchas de sus operaciones de espionaje. Lo explica un antiguo agente de la compañía que había trabajado fuera de las fronteras americanas. Todo comienza con la selección de su candidato, revisando las conferencias programadas a medio plazo. No hace falta que esté confirmado; que haya acudido al menos dos veces antes es más que suficiente para saber que volverá a hacerlo. Entonces,sus asistentes crean un perfil del objetivo: el agente deberá saberlo todo sobre él, tanto para resultar creíble como para convencerle cuando sea necesario de que de verdad forma parte de la CIA.

Como la mayor parte de científicos e investigadores necesitan siempre nuevas vías de financiación, es fácil que caigan en la trampa. Ya no hay vuelta atrás

Es el momento de diseñar un personaje para el agente, probablemente un hombre de negocios al frente de una compañía ficticia y con una web diseñada para tal propósito. El primer contacto debe realizarse sutilmente, para no llamar mucho la atención. Poco a poco, hay que hacerse visible ante el objetivo; por ejemplo, alabando un ‘paper’ en concreto. El paso definitivo se da en la primera cita, cuando ese hombre de negocios se ofrece a financiar su siguiente proyecto. Ahí está el truco: como la mayor parte de científicos e investigadores necesitan constantemente nuevas vías de financiación, es fácil que caigan en la trampa. Una vez dan el paso, no hay marcha atrás, porque la revelación de que están siendo financiados por la CIA (aunque no lo sepan) puede acabar con sus carreras o incluso con sus vidas en su país natal.

¿Cómo trabaja la CIA con los profesores estadounidenses? Ante todo, ocultando sus huellas. En parte, porque la colaboración con la inteligencia ha estado mal vista desde hace décadas, por lo que puede suponer un estigma que trunque una carrera. Como recuerda Golden, la estima hacia la organización que “saboteó regímenes marxistas populares entre los intelectuales” no es precisamente alta. Pero aún más obvio es que de esa manera resulta más fácil obtener información sensible. La CIA organiza conferencias sobre política internacional para que sus agentes aprendan de los profesores que dedican su carrera a estudiarla por un honorario de apenas 1.000 dólares.

El autor, Daniel Golden.
El autor, Daniel Golden.

Financiada con alrededor de 200 millones por el Gobierno americano y la propia CIA, Golden desvela que Centra Technology, con sede en Arlington (qué coincidencia), es la intermediaria que organiza la mayor parte de estas conferencias. A través de ella se acercan a los organizadores, que no saben que están trabajando para la agencia hasta mucho más tarde —un profesor explica que lo descubrió al darse cuenta de que los asistentes no revelaban sus apellidos—, si es que llegan a hacerlo. La organización niega toda relación con la inteligencia, pero el periodista presenta el testimonio de varios académicos que saben quién está detrás.

Los resultados de estos trabajos de inteligencia se han dejado notar en forma de guerras. Por ejemplo, la de Irak. El premio Pulitzer explica que la decisión del Gobierno de George W. Bush de derrocar a Sadam Husein estaba muy influida por los movimientos de los profesores iraquíes, que se estaban especializando en química, biología o energías nucleares, algo que fue interpretado como un signo de que el programa nuclear seguía adelante. Golden no es, ni mucho menos, el primero que señala este peculiar encamamiento entre inteligencia y academia: ya lo hicieron previamente en primera persona agentes como John Kiriakouen ‘Doing Time Like a Spy‘ o Ishmael Jones en ‘The Human Factor‘. Las guerras de inteligencia siguen librándose no tan lejos de nuestros ojos.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-10-11/cia-universidades-daniel-golden_1458696/

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La CIA en las universidades: cómo la inteligencia controla a profesores de élite

Por: Hector G. Barnés

A simple vista, pocos mundos chocan más que el de la inteligencia global y el de la academia, supuestamente aislada en su burbuja. Es un prejuicio equivocado, ya que el mundo académico sigue teniendo una gran importancia geopolítica, estratégica, científica y discursiva. Tanto es así que, como desvela un nuevo libro que será publicado este otoño, la CIA y el FBI llevan décadas invirtiendo millones de dólares para controlar, captar y financiar a profesores universitarios de todo el mundo, tanto dentro de sus propias fronteras como en el exterior.

El libro se llama ‘Spy Schools: How the CIA, the FBI and Foreign Intelligence Exploit America’s Universities’ (Henry Holt) y ha sido escrito por el periodista Daniel Golden, editor de ProPublica y Premio Pulitzer en 2004. Como él mismo explica en el prólogo, la idea surgió mientras comía con un antiguo oficial del Gobierno. Ya que había pasado años estudiando este tema, el periodista deslizó sus temores de que los servicios de inteligencia estuviesen “invadiendo” el mundo académico. La respuesta fue reveladora: “Todos los bandos explotan las universidades”.

Los profesores, licenciados e incluso algunos estudiantes son codiciados por informantes de todos los bandos

“En los últimos años, las universidades americanas se han convertido en el terreno de juego idóneo para las batallas secretas de espías contra espías”, escribe el autor en su flamante libro. “Aunque a menudo se los represente como enclaves de aprendizaje escolar y pericia atlética, o parques de juegos para adolescentes en las puertas de la madurez, se han convertido en una inquietante línea de fuego para el espionaje”. El espionaje es mutuo: agentes chinos, rusos o cubanos analizan a su enemigo desde las aulas de sus universidades, intentan reclutar aliados y acceden a material militar sensible. Los tiempos del Círculo de Espías de Cambridge no están tan lejos.

“El FBI y la CIA responden en consecuencia, buscando sus fuentes entre los estudiantes y profesores internacionales”, recuerda Golden. “Con conexiones estrechas con los gobiernos, los negocios y la tecnología, además de la pericia técnica que se necesita para competir en una economía basada en el conocimiento, los profesores, licenciados e incluso estudiantes son codiciados por informantes de todos los bandos”. Lo confirma un antiguo oficial del Pentágono, que reconoce las universidades como “el mejor terreno para reclutar”. La fórmula de campus abierto de las universidades occidentales favorece que se lleven a cabo trabajos de inteligencia.

Un nuevo contexto

Golden encuentra dos hitos que explican por qué las universidades han vuelto a jugar este rol, después del freno de los años sesenta y setenta, en los que la inteligencia era repudiada por el mundo académico. Por una parte, el acercamiento entre CIA, FBI y universidades al calor del resurgir patriótico después del 11 de septiembre, que realineó a muchos docentes. Por otro, la globalización de la educación superior, que ha favorecido “amistades y entendimientos entre países hostiles”. La movilidad de profesores es mucho mayor y, con ella, la posibilidad de deserción o espionaje.

“Soy de la CIA, y quiero que monte en un avión conmigo de camino a Estados Unidos”, le dijo el agente al científico iraní en su habitación de hotel

¿En qué se traducen exactamente estas relaciones entre inteligencia y mundo académico? En muchos casos, como expone un fragmento del libro que reproduce ‘The Guardian’, en conferencias más o menos amañadas, el entorno de captación por excelencia. A veces, simplemente envían sus propios agentes; otras veces, las organizan desde la sombra, a partir de empresas privadas (el principio es que el nombre de la CIA no aparezca por ninguna parte); y, en algunos casos, organizando reuniones ‘falsas’ con el único motivo de alcanzar a un potencial desertor de un país enemigo.

Ha sido así como la inteligencia americana ha conseguido entorpecer el programa nuclear iraní, desvela Golden. Expone el ejemplo de un científico de aquel país que una noche, tras una conferencia en un país neutral, recibió la visita de un agente de la inteligencia americana. “Soy de la CIA, y quiero que monte en un avión conmigo de camino a Estados Unidos”, le espetó. La operación se había preparado cuidadosamente durante meses. Entre otras cosas, montando una conferencia en la que ni ponentes ni asistentes sabían que estaban siendo parte de una charada cuya máxima motivación era conseguir acceder durante unos pocos minutos a dicho científico sin que nadie sospechase.

El contexto idóneo para hacer 'networking', y quizás algo de espionaje. (iStock)
El contexto idóneo para hacer ‘networking’, y quizás algo de espionaje. (iStock)

Como recuerda el periodista, “la importancia de una conferencia puede ser medida no solo por el número de ganadores del Nobel o de catedráticos de Oxford, sino por el de espías”. Los paneles de académicos son un lugar privilegiado donde se reúne la ‘crème de la crème’. Es ahí donde la inteligencia extranjera intenta atraer a los académicos americanos, lo que obliga a los servicios nacionales a mover ficha antes. El FBI llegó a advertir a los profesores sobre los peligros de las conferencias donde, bajo la apariencia de una tontorrona copia de archivos en una memoria USB, se podían sustraer investigaciones sensibles.

¿Cómo lo hacen?

El proceso de reclutamiento emerge directamente de la psicología aplicada por la CIA en muchas de sus operaciones de espionaje. Lo explica un antiguo agente de la compañía que había trabajado fuera de las fronteras americanas. Todo comienza con la selección de su candidato, revisando las conferencias programadas a medio plazo. No hace falta que esté confirmado; que haya acudido al menos dos veces antes es más que suficiente para saber que volverá a hacerlo. Entonces, sus asistentes crean un perfil del objetivo: el agente deberá saberlo todo sobre él, tanto para resultar creíble como para convencerle cuando sea necesario de que de verdad forma parte de la CIA.

Como la mayor parte de científicos e investigadores necesitan siempre nuevas vías de financiación, es fácil que caigan en la trampa. Ya no hay vuelta atrás

Es el momento de diseñar un personaje para el agente, probablemente un hombre de negocios al frente de una compañía ficticia y con una web diseñada para tal propósito. El primer contacto debe realizarse sutilmente, para no llamar mucho la atención. Poco a poco, hay que hacerse visible ante el objetivo; por ejemplo, alabando un ‘paper’ en concreto. El paso definitivo se da en la primera cita, cuando ese hombre de negocios se ofrece a financiar su siguiente proyecto. Ahí está el truco: como la mayor parte de científicos e investigadores necesitan constantemente nuevas vías de financiación, es fácil que caigan en la trampa. Una vez dan el paso, no hay marcha atrás, porque la revelación de que están siendo financiados por la CIA (aunque no lo sepan) puede acabar con sus carreras o incluso con sus vidas en su país natal.

¿Cómo trabaja la CIA con los profesores estadounidenses? Ante todo, ocultando sus huellas. En parte, porque la colaboración con la inteligencia ha estado mal vista desde hace décadas, por lo que puede suponer un estigma que trunque una carrera. Como recuerda Golden, la estima hacia la organización que “saboteó regímenes marxistas populares entre los intelectuales” no es precisamente alta. Pero aún más obvio es que de esa manera resulta más fácil obtener información sensible. La CIA organiza conferencias sobre política internacional para que sus agentes aprendan de los profesores que dedican su carrera a estudiarla por un honorario de apenas 1.000 dólares.

El autor, Daniel Golden.
El autor, Daniel Golden.

Financiada con alrededor de 200 millones por el Gobierno americano y la propia CIA, Golden desvela que Centra Technology, con sede en Arlington (qué coincidencia), es la intermediaria que organiza la mayor parte de estas conferencias. A través de ella se acercan a los organizadores, que no saben que están trabajando para la agencia hasta mucho más tarde —un profesor explica que lo descubrió al darse cuenta de que los asistentes no revelaban sus apellidos—, si es que llegan a hacerlo. La organización niega toda relación con la inteligencia, pero el periodista presenta el testimonio de varios académicos que saben quién está detrás.

Los resultados de estos trabajos de inteligencia se han dejado notar en forma de guerras. Por ejemplo, la de Irak. El premio Pulitzer explica que la decisión del Gobierno de George W. Bush de derrocar a Sadam Husein estaba muy influida por los movimientos de los profesores iraquíes, que se estaban especializando en química, biología o energías nucleares, algo que fue interpretado como un signo de que el programa nuclear seguía adelante. Golden no es, ni mucho menos, el primero que señala este peculiar encamamiento entre inteligencia y academia: ya lo hicieron previamente en primera persona agentes como John Kiriakou en ‘Doing Time Like a Spy’ o Ishmael Jones en ‘The Human Factor’. Las guerras de inteligencia siguen librándose no tan lejos de nuestros ojos.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-10-11/cia-universidades-daniel-golden_1458696/

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