Por: CLACSO.
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
Fuente de la reseña: https://www.clacso.org.ar/red_de_posgrados/Politicas_Publicas_y_Justicia_de_Genero.php?idioma=ing
Por: CLACSO.
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
Fuente de la reseña: https://www.clacso.org.ar/red_de_posgrados/Politicas_Publicas_y_Justicia_de_Genero.php?idioma=ing
Europa/España/10 Enero 2019/Fuente: El país
Fue en 2014 cuando la cadena de jugueterías Toy Planet sorprendió con la publicación de un catálogo navideño que rompía los estereotipos de género: había niñas con juguetes de construcción o bricolaje y niños con cochecitos de paseo o casas de muñecas. La campaña fue tan bien recibida por el público que la compañía ha continuado desde entonces, y año tras año, con la misma estrategia. No obstante, la realidad es que, todavía hoy, los catálogos de algunas jugueterías y grandes cadenas comerciales siguen diferenciando los juguetes para uno y otro sexo de una forma evidente —en ocasiones, excesivamente clara, tal y como denuncian algunos usuarios en las redes sociales—. Por este motivo, desde algunos ayuntamientos y comunidades autónomas españolas, se han lanzado campañas de concienciación para evitar los regalos exclusivos de género durante las fiestas navideñas.
Una de las últimas voces en unirse a esta demanda por eliminar las brechas de género en los catálogos de juguetes ha sido la analista en ciberseguridad Paula de la Hoz. La activista granadina de 22 años publicó hace unos días un hilo en Twitter en el que recopiló ideas tecnológicas para regalarle a las niñas en Navidad, con la intención de “romper un poco los esquemas impuestos en la mayoría de los catálogos”. La publicación se hizo viral rápidamente, y actualmente cuenta con más de 120 respuestas respuestas, 3.294 retuits y más de 5.000 me gustas. “El problema es que se hace mucho hincapié en diferenciar los modelos de juguetes para niños y niñas. Generalmente, los tecnológicos quedan más hacia el lado de los niños”, comenta De la Hoz en declaraciones a EL PAÍS Escaparate.
Su intención es recordar que “los padres y tutores tienen la responsabilidad de intentar difuminar esa brecha de género que se crea en la sociedad”. En su caso, en casa siempre le animaron a relacionarse con la tecnología, y por eso entiende que tener contacto desde pequeña con estas herramientas influyó mucho en su formación actual. “Al final, la primera vez que un niño descubre algo es a través de los juegos”, reitera.
En este sentido, a pesar de que la motivación original de su hilo era desmitificar la segmentación de los catálogos, la activista repara en que sus sugerencias son válidas tanto para niñas como para niños. Estas propuestas van encaminadas, principalmente, en herramientas que fomenten la comprensión de los fundamentos de la robótica y la programación. “Se ha avanzado mucho en electrónica libre en los últimos años”, explica. Como ejemplo, destaca el surgimiento de “microcontroladores diseñados específicamente para que los niños aprendan y monten sus propios juguetes”.
Su recomendación es que, más allá de considerar sólo la parte científica o tecnológica, se piense en proyectos personalizados según los gustos de cada niño o niña, aunque sin subestimar nunca sus capacidad ni sus intereses. Durante su experiencia impartiendo cursos de robótica y programación en niveles de preescolar y primaria, la activista se ha encontrado con niños muy pequeños que han sido capaces de montar por su cuenta algunos de estos componentes, así como con niñas que han aportado ideas para utilizar placas de programación aplicadas en la moda. “Los profesores estaban flipando, porque no habían visto que tuvieran interés en eso”, recuerda.
Al hilo que De la Hoz difundió en Twitter también se unieron muchos otros usuarios para aportar más ideas de juguetes con ese mismo concepto. A partir de esos tuits y con motivo del Día de Reyes, en EL PAÍS Escaparate hemos recopilado algunas de estas propuestas, que pueden convertirse en grandes regalos durante estas fechas para cualquier niña o niño desde los cuatro años hasta los doce en adelante.
Para enseñar a niñas y niños pequeños algunos de los fundamentos más básicos de la robótica y la programación, De la Hoz recomienda este proyecto español, que combina código y hardware libre —cuyas especificaciones son de acceso público y se pueden modificar a voluntad—. Sin embargo, el robot no puede comprarse en ningún sitio, sino que hay que hacerlo por cuenta propia, por lo que es necesario que sean los padres quienes lo construyan. Desde la página web oficial se pueden descargar gratuitamente los planos de impresión 3D de las partes y los archivos de programación, que se instalan en una placa Arduino. El resultado es un robot con el que los más pequeños pueden comprender la lógica de programación de órdenes tan sencillas como el movimiento hacia adelante, atrás, izquierda y derecha con sólo presionar unos botones. El reto, explica la activista, es que los niños “tienen que dar instrucciones sobre un tablero para llegar a un punto, y a base de ensayo y error, aprenden que tienen que diseñar un camino”.
A la pregunta de una usuaria sobre si para cuatro años había algo típico a beeboto similares, la analista en ciberseguridad respondía en el hilo que para esa edad “hay opciones de robots para aprender lógica de programación” como por ejemplo Cubeto o Dash&Dot. A partir de su recomendación, hemos encontrado el modelo Dash, que tiene capacidad de movimiento y es compatible con bloques de Lego. A través de la aplicación Wonder que se instala en un smartphone o en una tableta, los más pequeños podrán programar el robot para que se mueva, baile, haga sonidos o evite obstáculos, entre otras funciones.
El usuario de Twitter Loiro, sugería Geomax en el hilo de De la Hoz, que era un juguete para construir cosas con imanes. A lo que le respondía otro usuario que ahora existen productos que son como una fusión de Lego y Arduino, y que se conectan por imanes que a través de un código de colores indica si se pueden conectar o no. Los ejemplos que indicaba el usuario eran de la marca española LittleBits. Buceando en su catálogo en Amazon, hemos encontrado un kit para construir un brazo robótico basado en los superhéroes de Marvel mediante piezas que se conectan fácilmente por medio de imanes y que están identificadas por colores. Luego, a través de un móvil o tablet, pueden programar el funcionamiento de la luz y el sonido, así como superar retos de habilidad para ir desbloqueando actividades.
Premiado como uno de los mejores juguetes de 2016 por la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, este robot es un ecosistema educativo con un largo recorrido didáctico. Se controla mediante Bluetooth desde una aplicación gratuita, en la que hay disponibles distintos juegos y actividades que van desbloqueando nuevas funciones conforme se completan. Además, tiene una placa reprogramable para poder asignarle nuevas funciones, así como abrirlo para incorporarle nuevos sensores y llevar sus posibilidades más allá.
“Lego tiene robots de todos los precios y edades… Mindstorms, WeDo…boost…”, reza un tuit publicado por Isabel Cabezas en el hilo. Yes que la popular marca de construcción de juguetes con bloques no se ha quedado atrás en la promoción del aprendizaje tecnológico. El modelo EV3 cuenta con 550 piezas —incluido el centro de control, los motores y los sensores—, que permiten construir 17 modelos diferentes de robots. Ofrece tres modalidades diferentes de uso: control de movimientos mediante el móvil, programación básica en una tablet o programación avanzada mediante bloques en el ordenador. En la web de Lego hay tutoriales en vídeo para aprender a programarlo. Además, como apunta De la Hoz, los juguetes de esta marca tienen la ventaja de que “hay colegios donde hacen competiciones oficiales”.
Si los robots de aprendizaje han empezado a quedarse cortos para un niño o una niña, es momento de dar el salto a las placas de programación. En concreto, el proyecto micro:bit, impulsado por la BBC, ha sido desarrollado específicamente para el aprendizaje de los niños. En la web de la organización están disponibles una gran cantidad de guías y recursos para empezar desde cero con la programación, primero mediante un editor de arrastrar y soltar bloques, y luego por medio del lenguaje avanzado Python. Los proyectos son prácticamente infinitos y para todo tipo de intereses.
Tal y como señala de la Hoz en este tuit, hay varios kits para aprender a programar con Arduino, la plataforma de creación de electrónica de código abierto que permite crear microordenadores de una sola placa. Este pack supone una introducción a Arduino a través de sus conceptos básicos y la electrónica de una manera práctica. Se pueden crear hasta 15 proyectos -un teclado musical o un indicador de estado de ánimo, entre otros-, a través de sus sensores y otros componentes -en total, más de 100-.
Así como en su parte teórica la música está ligada con las matemáticas, en lo que corresponde a su práctica, la tecnología es elemental. Por eso, para los niños interesados en el mundo de la música, este kit -que recomienda el usuario Leolo Camaleone- para ensamblar su propio sintetizador será un regalo magnífico, puesto que no sólo les ayudará a comprender el funcionamiento electrónico de estos aparatos, sino que además podrán usarlo para crear su propia música cuando lo hayan terminado. La marca, Tech Will Save Us, también cuenta con diferentes juguetes de aprendizaje tecnológico para niños con otros intereses.
Más que una placa de programación, Raspberry Pi es una especie de miniordenador, ya que cuenta con un sistema operativo, puede almacenar datos y se puede conectar a una pantalla. Por lo tanto, es una de las opciones más completas para aprender programación a nivel más avanzado. Por sí sola, la versión básica ya puede ofrecer demasiadas posibilidades de proyectos, muchas de los cuales se encuentran en las comunidades en Internet. Sin embargo, la recomendación de De la Hoz es adquirir un kit acorde con los intereses de cada niña o niño, como esta cámara de circuito cerrado con forma de pulpo.
Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/01/02/escaparate/1546438642_004492.html
América del Norte/ México/ 19.11.2018/ Fuente: www.excelsior.com.mx.
Más de 250 estudiantes de cuatro países participaron en la competencia Girl Power Codefest Americas; el objetivo es motivar a las niñas a enfocarse en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas
Si analizamos temas específicos, como en ingenierías, en ciencias, etcétera, en Reino Unido como en México hay más chicos y chicas. Queremos romper estos estereotipos. Con eventos como el del día de hoy estamos pensando en estos temas una manera de igualdad, que (estas áreas) son para ambos”, afirmó Dominic Gould, gerente de Programas de educación, habilidades y políticas públicas de la Embajada del Reino Unido en México.
La competencia fue simultánea en los cuatro países, conectados a través de videoconferencias. En México tuvo sede en el Universum de la UNAM, con la participación de 50 alumnas de 10 secundarias, divididas en grupos.
Fueron electos tres proyectos ganadores que buscan ayudar a la sociedad en temáticas de ejercicio, nutrición y enfermedades que afectan la memoria y otras funciones mentales.
Presentamos este proyecto dirigido para enfermedades como el Alzheimer, que es una enfermedad neurodegenerativa, que va afectando las neuronas del cerebro e impide que estas hagan conexiones que forman el proceso de la sinapsis; también ayudamos, con este proyectos, a niños o personas con TDA y TDAH, que es un trastorno que en este caso les impide demasiado poder controlarse y es hiperactividad a la vez; pero también tiene la ventaja de que apoye a personas con alguna con alguna discapacidad visual, débiles visuales e hipoacusia”, explicó Guadalupe Estrella Salazar Calderón, estudiante de la Secundaria Técnica 66 y una de las ganadoras del concurso.
El proyecto, promovido por la Embajada Británica y el British Council con ayuda de instituciones civiles y académicas, consistió en que las 250 alumnas resolvieran un reto de codificación utilizando la tecnología Micro:Bit, que es un procesador diseñado por la BBC para la enseñanza de computación en Reino Unido.
Las alumnas se encargaron de diseñar y crear desde cero un prototipo que promueve una vida saludable y el bienestar en la comunidad en la que viven.
Fuente de la noticia: https://www.excelsior.com.mx/nacional/alumnas-rompen-estereotipos-de-genero-en-matematicas-y-ciencia/1279020
Por Stephanie Galliazzi
Especialistas reflexionan y advierten sobre lo dañino de los estereotipos de género que materializan la mayoría de los juguetes disponibles en el mercado
Entrevista/28 Junio 2018/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: El diario la educación
La socialización de género marca las decisiones de las y los jóvenes a la hora de estudiar en FP (aunque no solo), lo cual repercute en vidas laborales más inestables y en pensiones más bajas.
Profesor de FOL (Formación y Orientación Laboral) en Secundaria y profesor asociado en el departamento de Sociología de la Universidad de Valencia, Francisco Javier Cano se siente “muy cómodo” en torno a la Sociología del Trabajo y la Educación. Cano ha estudiado a fondo la FP y no trae buenas noticias. La segregación por sexo en cuanto a la elección de estudios lleva a las mujeres a las familias profesionales con menos (o peores) expectativas laborales, una situación que, como un efectó dominó, acaba traducida en pobreza en la tercera edad, cuando esta precariedad laboral se manifiesta en las pensiones recibidas, alerta. Cano —que aparte de investigar y enseñar lucha cada día por sus derechos laborales en la huelga que llevan a cabo desde hace dos meses los profesores asociados de varias universidades valencianas y catalanas, aunque esa es otra historia— también lamenta que la FP se siga viendo como la hermana pequeña de la Universidad, y anima a fijarse más en lo que está haciendo Euskadi con esta etapa educativa, que ha convertido en referencia mundial.
Según su análisis, la FP presenta una importante segregación por sexo en sus familias de estudios. ¿Cómo está la situación?
La FP históricamente se ha asociado a la figura masculina, cuando realmente, si se observan los datos de matrícula de este año, la presencia femenina está casi al mismo nivel. Hay casi un 55% de chicos frente al 45% de chicas, pero no es una diferencia para hablar de una etapa masculinizada. Cuando desagregamos los datos y analizamos las figuras profesionales, nos damos cuenta de la segregación de género que hay.
La UE califica de profesiones mixtas las que ocupan entre el 40% y el 60% de mujeres u hombres. Según este indicador, la FP es una etapa educativa mixta. Pero cuando se analiza la presencia de mujeres en las familias profesionales se observa una segregación horizontal de género, cuando menos, alarmante. Las mujeres se concentran en cinco familias: administración y gestión, imagen personal, sanidad, servicios a la comunidad y textil y confección (12). Estas cinco familias escolarizan a casi el 75% de las mujeres. Esto no pasa con los varones, que se dispersan por las familias profesionales, aunque principalmente se escolarizan en 15 familias profesionales. Hablamos de actividad física y deportiva, transporte y mantenimiento de vehículos, construcción, electricidad y electrónica sobre todo, informática y comunicaciones.
¿Qué consecuencias tiene esta segregación?
La consecuencia son menores opciones de empelo para las mujeres en general. Pero sobre todo mayor precariedad. Las familias profesionales en las que se encuentran son de una mayor precariedad laboral. Las chicas jóvenes se insertan en sectores de ocupación caracterizados por una alta temporalidad, un alto porcentaje de contratos a tiempo parcial, bajos salarios. Cogiendo el dato de la encuesta de estructura salarial, en el sector servicios, la brecha salarial es del 25%. Es un dato objetivo, del Instituto Nacional de Estadística. Esto impacta negativamente sobre las mujeres y no ocurre en el resto de sectores. En el sector industrial, por ejemplo, nos encontramos mayores salarios y mejores condiciones de trabajo en general. Esa misma encuesta dice que las mujeres de la industria cobran un 114% sobre lo que cobran las del sector servicios. Esto también abre una brecha intragénero entre mujeres y, como consecuencia final, hay que trasladarlo a la brecha futura de las pensiones. Si hay menos cotizaciones porque los salarios son inferiores, habrá pensiones más bajas. Si a estas menores cotizaciones por salarios [más bajos] les sumamos las entradas y salidas en el mercado por la maternidad, penaliza. Se estima que la brecha de género en las pensiones es de 6.000 euros anuales. Si además las pensiones en España no son las más generosas, vamos a la pobreza en la tercera edad.
¿Y cuáles son las causas de esta segregación? ¿Es una cuestión cultural?
A mí me gusta alejarme de la explicación de que la FP es para chicos. En origen a lo mejor, pero se ha producido un cambio social en España en los últimos 40 años que lleva a que esa explicación no sirve. Hay consenso en torno a dos situaciones. Una es la socialización de género. El proceso de socialización es un factor determinante en la orientación hacia los estudios. En este proceso dos agentes fundamentales son la familia y el sistema educativo. El otro sería la elección de estudios, que va a estar condicionada por este proceso de socialización. Las jóvenes, a la hora de elegir son muy pragmáticas, toman la decisión en función de las expectivativas laborales que creen que van a tener. Pero también aparecen los estereotipos. Me gusta reivindicar la elección condicionada. Es cierto que las jóvenes dicen que eligen lo que les gusta en mayor medida que los hombres, pero ese mayor gusto viene determinado por ese proceso de socialización, que ha generado una serie de estereotipos y al final interiorizan los gustos, las preferencias, como algo natural, cuando están condicionados por la identidad de género.
La identidad de género es la primera que se construye y es el momento en el que se van asumiendo roles sociales determinados. Aquí la familia tiene un peso importante, es el primer agente socializador. Esos roles, que se van asumiendo desde pequeños, van a pesar toda la vida. En ese proceso se dan cuenta de que existen empleos con género y elegirán en función de lo que espera de ellos. Hay que tener en cuenta también, cuando hablamos de elección de estudios, que hablamos de un momento vital de los jóvenes fundamental: la adolescencia. Y los adolescentes buscan ser aceptados por su grupo de iguales. Si toma una decisión que pueda trasgredir esa aceptación, que pueda generar cierto rechazo, le va a condicionar.
Elabore un poco más el rol de la familia y el sector educativo como agentes socializadores y su papel a la hora de determinar la elección de estudios.
Con la familia, en el momento en el que los hijos siguen el rol esperado, no hay problema alguno. En esa elección existen sanciones familiares y sociales para quienes se salen del rol esperado. Hay un estudio dirigido por Empar Aguado en el que otra compañera estudió el caso de mujeres que han optado por trabajar como mecánicas. Hablaban de una chica que había elegido seguir los pasos de su padre porque tenía un taller, y contaba que era su padre sobre todo el que se negaba en rotundo a que eligiese esta profesión. Estas sanciones sociales son más duras para las chicas que para los chicos. En esta socialización de género que realizan la familia, la escuela, las empresas es tan fuerte que creemos que lo que nos gusta es lo que hemos interiorizado, pero realmente vienen marcadas por el aprendizaje que hemos hecho, por esta socialización. Al final son estereotipos que harán que las mujeres tiendan a opciones laborales que van a ser una prolongación de las labores domésticas y de cuidados. De hecho, en la FP las mujeres tienen relación sobre todo con Sanidad, cuidado de enfermos, de dependientes… Los ciclos formativos de educación infantil podríamos decir que son los más feminizados, y al final también es cuidado de los niños.
El sistema educativo es femenino en su composición, podría decirse. ¿Cómo conjuga este hecho con que haya segregación por sexos?
Un poco contradictorio es, desde luego. Pero el sistema educativo es un reflejo de la sociedad en la que vivimos. Los problemas que se generan a nivel social se trasladan también. No por ser docentes estamos más concienciados con determinados valores o situaciones. También somos parte de una sociedad en la que nos vemos reflejados. ¿Es contradictorio que el mayor número de mujeres en el sistema educativo no reme en la dirección opuesta? No me atrevo a decirlo. Remar contra la corriente es complejo, aunque como docentes tenemos una obligación con la educación como elemento de transformación social.
¿Dónde está la solución?
Creo que la clave está en ir haciendo, visibilizando el problema, al menos. Que lo veamos y sepamos que hay que trabajar sobre él. Lo primero que tenemos que hacer es intentar romper esos estereotipos de género que casi toman las decisiones por nosotros. Yo soy partidario de visibilizar las aportaciones de las mujeres, pero no solo. También visibilizar a las mujeres que se salieron de la norma, que transgredieron y avanzaron contracorriente. En un curso reciente de emprendimiento social hablábamos de que la primera cooperativa en el mundo fue la de los pioneros de Rochdale en el Reino Unido, pero no. La primera cooperativa se había formado casi un siglo antes, una sociedad de hilanderas en un pueblo británico. Pero siempre se pone como ejemplo la de los pioneros de Rochdale. Hay que dar un paso más. El problema es que aquí queremos dejarlo todo en manos de los libros de texto, que reproducen el currículum, pero hay cierto peligro en esto porque hay unas empresas con su línea editorial, hay que tener cuidado con esto. También se pueden hacer campañas contra los roles de género. No tengo datos del impacto que tienen, pero que estas campañas estén en la calle, en los centros educativos, hay que valorarlo. Y también formación del profesorado. Tiene que tener muy claro la importancia de estas acciones. E igual que cuando en un aula de la ESO hablas de racismo o sexismo y se monta, tenemos que saber lidiar con esto. Trabajamos con adolescentes y es complicado, pero hay que formarse para hacerlo. También creo que es importante la orientacioón profesional para la igualdad o integral. Es fundamental, antes de que los chavales elijan, que tengan una orientación abierta, sin distinción o género. Tenemos los profesionales adecuados, no hay problema. También podemos promocionar la FP entre las jóvenes, en Valencia llevamos seis convocatorias de ayudas económicas para las jóvenes que entran en los ciclos más masculinizados. El que está haciendo cosas en esta línea es el Gobierno vasco. Se plantean por ejemplo el cuarto plan vasco de FP y en el objetivo 1 ya introducen una línea de actuación en la que hablan de romper la brecha de género en los estudios y de forzar que las alumnas se matriculen en los ciclos con mayor proyección profesional. Es destacable y básico, estaría bien mirar en aquella dirección.
¿Esto es una cosa española o pasa en otras partes?
En Bachillerato, si analizamos las modalidad, las chicas se ubican en Ciencias Sociales y Humanidades, y los chicos en Ciencias y Tecnología. Las diferencias no son tan grandes, de unos diez puntos porcentuales. Esto ya te marca cuando vas a la universidad y hay que tener en cuenta que los datos de rendimiento educativo son favorables a las mujeres. Esto lo trasladas a la universidad y los datos europeos se repiten. En matrículas universitarias, el 62% de las mujeres van a Ciencias Sociales y el 72% a Ciencias de la Salud. Si ponemos en comparación Ciencias de la Salud con las ingenierías, los datos se invierten con un 72% de hombres en ingenierías. Y esto se repite por toda Europa.
El sistema patriarcal marca la línea y no es solo en España, es a nivel europeo. De hecho, los datos de igualdad de los países nórdicos se dice que son mayores porque las tareas que tienen que ver con los cuidados las asume el estado, con lo que libera a las mujeres de esa carga que aquí no y entonces los asumen las mujeres.
Con estos datos no sé si tiene mucho sentido preguntar por la evolución en el tiempo de la FP en este aspecto.
La FP ha triplicado los alumnos en las últimas décadas. Como en todos los procesos de cambio o adelanto, se tenía que haber gestado ese cambio de mayor presencia de mujeres en todas las ramas profesionales, pero han pasado dos décadas y seguimos igual que al principio. Con los porcentajes que tenemos no vale la pena mirar de dónde venimos, mucho no ha cambiado. El ejemplo de la informática, una familia de nueva creación donde no se han invertido los números, dice mucho. En el caso vasco, la patronal, que no es sospechosa de ser feminista radical, tiene muy claro que no introducir a la mujer en la industria es perder el 50% del talento. Es una cuestión de competitividad. Cuando a veces oyes declaraciones de la patronal estatal en el sentido contrario da que pensar. Los vascos se están planteando temas serios y aquí no lo veo. También es cierto que el peso industrial de los vascos en el sistema productivo no se da en el resto de España.
¿La FP sigue viéndose como el sitio en el que acaban los que ‘no valen’ para la Universidad?
Desgraciadamente, sí. Seguimos teniendo ese estigma. Se revirtió un poco con la LOGSE, que puso la FP en valor, o al menos sentó las bases, principalmente porque exigía titulaciones para la entrada (Secundaria para el grado medio, Bachillerato para el superior). Esto significó que la gente que entraba lo hacía con cierto nivel. Pero yo doy clase en el instituto, y en el imaginario social, incluso dentro del sistema educativo, es que los buenos tienen que ir a la universidad. Yo tuve una alumna en el ciclo formativo de Integración Social, que venía rebotada de la universidad porque había elegido en función de la decisión de sus padres. Ella hizo lo que le dijeron, se metió en Telecomunicaciones y se encontró con un mundo ajeno a ella. Lo pasó bastante mal y lo dejó, pero no porque no pudiera. Luego entró en el ciclo, lo acabó, siguió estudios en las ramas sociales (vuelve a la feminización, sí, pero el ejemplo servía para el tema de alumnos buenos a la universidad). El estigma de ser una etapa educativa de segunda no nos lo quitamos. Hay que volver a mencionar a los vascos, que se están desmarcando. Y aplican el mismo currículum que el resto de España, pero están siguiendo un modelo y desarrollando unas líneas. En algunos ciclos están conectados con la universidad y les convalidan asignaturas si saltan de un ciclo formativo a la universidad. En el resto de España estamos peleando aún con las convalidaciones.
¿Qué tiene la FP vasca que es tan alabada por todo el mundo?
La están poniendo de modelo en toda Europa, vienen de EEUU a verla… No me atrevo a darte un secreto, pero creo que se creen lo que están haciendo y están apoyándolo.
Fuente e imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/06/28/los-estereotipos-haran-que-las-mujeres-elijan-opciones-laborales-que-van-a-ser-una-prolongacion-de-las-labores-domesticas-y-de-cuidados/
Licenciado en Psicología y Diplomado en Magisterio, Jesús Prieto ha ejercido los últimos seis años como orientador en el IES Parque Goya de Zaragoza y actualmente se encarga de la formación del alumnado que participa en los programas de convivencia ‘Alumnos ayudantes’ y ‘Ciberayudantes’. Vocal de TIC y webmaster en la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía, ha recibido un Premio Educaweb en 2016, una Mención honorífica a su labor profesional por parte del Gobierno de Aragón en 2017 y el premio especial a la convivencia en la convocatoria ‘Grandes profes, Grandes iniciativas’ de la Fundación Atresmedia. Recientemente ha protagonizado la ponencia marco de la jornada Retos IX. Propuestas a los retos de la Escuela de Hoy: acoso escolar, organizada por la Fundación Piquer, la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía, la Federación de Enseñanza de USO en Aragón e Ibercaja Obra Social.
¿En qué consiste el programa de alumnos mediadores del IES Parque Goya de Zaragoza?
Desde hace más de 6 años venimos aplicando en el IES Parque Goya una serie de programas preventivos que tratan de mejorar el clima de convivencia tanto en el entorno real como en el virtual.
Se trata de los programas ‘Alumnos ayudantes’ y ‘Ciberayudantes’. Ambos tienen como objetivo prevenir la aparición de comportamientos de riesgo que dañen la convivencia entre iguales, como el maltrato, el aislamiento, la exclusión social o el ciberacoso. Y lo hacen desde una perspectiva educativa frente una visión punitiva o de prohibición.
La puesta en marcha de estos programas se basa en modelos de mediación y de ayuda entre iguales con la finalidad de asistir a aquellos alumnos que se encuentran en una situación de debilidad, maltrato e indefensión. Pero también apoyado en valores prosociales de respeto, ayuda y solidaridad, desde el el diálogo y la empatía. Por esta razón tratamos de empoderar a nuestros adolescentes para que sean protagonistas y tengan una participación activa en estos programas.
¿Cómo seleccionan al alumnado mediador y qué responsabilidades asume?
El proceso de selección comienza en 1º de ESO. En colaboración con los tutores se realiza una campaña de sensibilización en cada aula para concienciar al alumnado de la necesidad de seleccionar a aquellos mediadores que cumplan con un perfil determinado. Esto es, alumnos con un carácter prosocial, empáticos, dispuestos ayudar, comprometidos, solidarios, y que lo ejerzan de forma voluntaria pero elegidos por su propios compañeros. Entre otras funciones, destacamos las siguientes:
¿Cómo se trabajan los prejuicios como «ser un chivato» y la actitud de los alumnos espectadores?
Lo que define a un acosador es la falta de empatía y el nulo sentimiento de culpabilidad, llegando a manipular a los espectadores, de tal manera que estos llegan a justificar su posición pensando que una persona se ha convertido en víctima porque está predispuesta a ello. En otros casos lo hacen simplemente por miedo a convertirse en víctimas.Por esta razón es importante abordar la intervención con los espectadores.
Creemos que desde la familia se puede ir desarrollando la empatía y se deben de desmitificar las falsas creencias sobre el prejuicio «el ser un chivato». Es necesario trabajar con los alumnos las diferencias que existen entre delatar una situación con la intención de fastidiar, y la de una persona que se erige como defensor de la justicia o simplemente ayuda a restablecerla.
Y esto es precisamente lo que hacen los alumnos ayudantes y ciberayudantes, ayudar y asistir a aquellos que están siendo maltratados injustamente y que se encuentran en una situación de debilidad e indefensión. Y esto es importante que todos lo sepan. Dinámicas, dilemas morales, estudio de casos, debates, espacios para la reflexión, son estrategias que ayudarán al cambio de actitud de los espectadores.
¿Cuáles han sido los éxitos conseguidos en los siete años/cursos en los que se ha desarrollado?
En general, y teniendo en cuenta la opinión de los propios alumnos, el clima de convivencia en el centro ha mejorado. En relación a los objetivos planteados podemos sacar algunas conclusiones:
¿Y los retos a los que se enfrenta actualmente?
En este momentos tenemos grandes retos a los que nos enfrentamos actualmente:
En primer lugar, queremos que las situaciones de acoso escolar y ciberacoso en el centro sean cero.
En segundo lugar, pretendemos desarrollar el espíritu crítico que les permita interaccionar de forma positiva, saludable y responsable con el uso del móvil y de las redes sociales.
Y finalmente, gracias en el proceso de transformación digital en el que está inmerso el centro en estos momentos, queremos fomentar la competencia digital de nuestro alumnado en la que familias y centro educativo colaboren activamente.
¿Cuáles son, a su juicio, las diferencias más significativas entre el acoso presencial y el virtual?
La diferencia principal reside en que el impacto del acoso virtual es mucho más dañino en la persona que lo sufre ya que generan secuelas psicológicas graves, daña la autoestima de las víctimas y su capacidad de relacionarse con los demás, incluso puede derivan en depresión . Y lo es por varios motivos:
¿Qué papel juega la orientación académica y profesional en la prevención, detección y erradicación del acoso escolar?
Abordar la orientación académica y profesional supone de alguna manera tener un proyecto de vida. Un proyecto de vida es útil por muchas razones, pero quizás la más importante sea porque le da sentido a nuestra existencia y nos permite enfrentarnos a las dificultades que nos presenta el mundo cada día, donde la socialización juega un papel importante. Y es en este aspecto donde la incidencia de la educación debe jugar su papel crucial, fomentando un valor colaborativo frente a un meramente competitivo. Y este abordaje debe ser conjunto, preferentemente desde los niveles básicos de intervención: padres, profesores y comunidad escolar.
En este sentido, la orientación académica y profesional como aspecto relevante de la formación integral de la persona debe superar algunos prejuicios y estereotipos, sobre todo relacionados con la discriminación de género. Por eso hemos de garantizar la igualdad de oportunidades para los alumnos y alumnas en el acceso a todas las formas de enseñanza y a todos los tipos de formación, con el fin de hacer posible que todas las personas desarrollen sus aptitudes y actitudes que la socialización diferencial de género a veces limita y compensando las carencias del proceso de socialización en ambos sexos y fomentando una actitud crítica hacia ello.
El día 30 de enero se ha celebrado el Día Escolar de la No Violencia y la Paz. ¿Hay algún mensaje que la escuela quiera lanzar a la sociedad?
Se me ocurre como mensaje para el día de la PAZ, el que la práctica educativa ha de sustentarse en los valores de respeto, tolerancia, diálogo y solidaridad. Y que estos valores no nos vienen dados, sino que hay que enseñárselos. Porque la escuela tiene buenas intenciones, pero el espejo en el que se mira, el de nuestra sociedad, en ocasiones no es un fiel reflejo de su realidad.
Por: Eva Bailén
Estamos permanentemente sometidos, entre otras cosas, a un bombardeo constante de publicidad, películas y series de televisión que resuman estereotipos de género y estamos tan habituados a ello que no nos damos ni cuenta de la cantidad de ideas absurdas que acaban por instaurarse en nuestra vida y que nos hacen actuar de manera sexista, seamos hombres o mujeres, tanto con niños como con niñas.
Yo he caído en muchas de esas costumbres que ahora creo que son horrorosas. Desde el momento de elegir la ropa de mis hijos cuando eran más pequeños, hasta decidir sobre la longitud de su cabello, o los pendientes en el caso de las niñas. Lo reconozco, algunas costumbres son más ridículas que otras, por eso intento ser cada vez más crítica con esto. Creo que son tantas las ideas sexistas y que están tan arraigadas que es prácticamente imposible librarse de ellas. Podemos intentarlo, pero para ello tenemos que ser muy conscientes de todo aquello que decimos y hacemos y que pueda estar condicionando a nuestros hijos en el sentido de seguir manteniendo dichos estereotipos. No debemos olvidarnos de que somos un modelo para ellos, y que todo lo que hagamos o digamos estará dejando huella en su educación.
Uno de los primeros obstáculos que nos podemos encontrar en la búsqueda de una educación no sexista son los juguetes. Hay juguetes para niños y para niñas, y es una lástima, porque las consecuencias de esta distinción entre juguetes para ellos y para ellas no son despreciables. Los juguetes que incitan a pensar, a resolver dificultades lógicas o matemáticas, potencian en los niños y niñas un tipo de razonamientos y pensamientos diferente a otro tipo de juguetes como los peluches o las muñecas. Si le damos los peluches a las chicas y los juegos de construcciones a los chicos, de manera similar a lo que hicieron los voluntarios de aquel experimento publicado por la BBC, y mantenemos ese tipo de juegos durante un largo periodo de tiempo de sus infancias, lo cual suele ocurrir a menudo, podríamos estar modelando el cerebro de las niñas en cierto sentido para que se interesen menos por las materias que tengan que ver con las matemáticas o la tecnología. ¿Explicaría esto que haya menos mujeres que hombres en ciertos sectores profesionales, como las ingenierías? ¿Hacemos creer a nuestras hijas que son menos inteligentes que los chicos?
La selección de las actividades extraescolares está también dominada por las ideas sexistas. Así, lo más típico es escoger fútbol o robótica, para los chicos, y baile o patinaje para las chicas. Algunas historias, como la de Billy Elliot e incluso la de Hugh Jackman, al que sus propios hermanos llamaron “nenaza” cuando dijo en casa que quería estudiar danza, nos demuestra lo gravemente afectados que estamos en general por las ideas machistas. Tampoco lo tienen nada fácil las chicas que juegan al rugby. ¿Qué problema hay en que una chica juegue al fútbol o en que un chico patine?
Por otra parte, creo que, como padres, deberíamos evitar decir frases tan perversas como la de “los niños no lloran”, porque son las que llevan a los chicos a tener que ser fuertes, a no mostrar sus sentimientos, y a asociar el llanto con una señal de debilidad, que, por otra parte, se hace propio de las niñas. Deberíamos eliminar las comparaciones despectivas hacia las chicas, porque si no se perpetúan ideas como la de que correr como una niña sea un insulto. Y también pegar como una niña se asocia a debilidad y cobardía. Así, las chicas llegan a la adolescencia habiendo idealizado la imagen del chico malote como referente masculino atractivo. En este sentido, recomiendo la lectura de un documento publicado por el INJUVE que analiza como los chicos y chicas conforman su identidad a través de los modelos machistas, para que nos demos cuenta de cuántos errores cometemos en la educación de nuestros hijos.
La ropa es otro factor que marca unas diferencias enormes, y del que es muy complicado escapar. Los uniformes de muchos colegios siguen manteniendo la falda solo para las chicas. Las faldas son solo para ellas, muchas veces obligatoriamente, aunque multitud de chicas las odien. La comodidad y la libertad de movimiento no importan, si no pueden jugar tranquilas sin enseñar la ropa interior, es preferible que no jueguen y que se queden sentadas con las piernas cruzadas. Creo que, como padres, podríamos ser más críticos con esto.
Así, además, permitimos a las niñas pintarse las uñas, pero no a los niños. Ellas tienen que llevar el pelo largo, y si no lo llevan pueden llegar a producirse situaciones como la ocurrida en el pasado sorteo de la lotería de Navidad, cuando alguien pensó que una de las niñas de San Ildefonso era en realidad un chicoporque llevaba el pelo corto. Ni siquiera la falda o los pendientes, otra de esas costumbres vinculadas al género, la salvaron. Al contrario, hubo quien pensó que era un valiente niño transgénero. Y que a ningún niño se le ocurra ponerse una falda, o un vestido, o un traje de princesa Disney, porque ya no sería un machote. Peor visto está incluso esto último que el hecho de que una niña se vista con prendas masculinas.
Por otra parte, tratar de liberarse de estos estereotipos puede suponer dejar a tu hijo o hija desprotegido ante una sociedad que sigue insultando sin pudor en público y en redes sociales al que es diferente, sin ningún escrúpulo, aunque sea un menor de edad. Hay que ser muy inconsciente o muy valiente para publicar una foto de tu hijo vestido de princesa. porque el sufrimiento al que se puede ver sometidos, las vejaciones y humillaciones pueden ser demoledores.
Dicen los expertos que es a partir de los 10 años cuando los niños interiorizan los estereotipos de género, pero también hay quien apunta que a los 6 años las niñas ya se perciben menos inteligentes que los niños. Así que en casa desde el primer momento debemos tratar de evitar someterlos a roles sexistas, que les hagan pensar que unos son más listos que otras, y por supuesto tenemos que estar pendientes de cómo educamos en lo referente a las diferentes tareas domésticas y actitudes relativas al cuidado de otras personas. Y por supuesto, tratar de ser muy críticos con las lecturas, las películas, las series de televisión o la música y videoclips que escuchan.
Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/02/13/mamas_papas/1518533893_460334.html