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Colombia: S.O.S de las universidades: ¿cómo sobrevivirán a la pandemia?

América del sur/Colombia/14 Mayo 2020/semana.com

Ante el riesgo de que la reducción de la matrícula supere el 50%, varias instituciones de educación superior pidieron al Gobierno el mismo apoyo dado a otros sectores.

Desde 2017 las universidades de todo el país encendieron las alarmas debido a la disminución de las matrículas. Esta preocupación creció el año pasado, después de conocerse el más reciente reporte del Sistema Nacional de Información de la Educación Superior, el cual indicó que para 2018 se matricularon 2.408.041 estudiantes, es decir 38.000 menos que el año anterior.

Si bien esta tendencia decreciente tiene varias explicaciones, como la salida del programa ‘Ser pilo paga‘ entre otros motivos, este 2020 el panorama es mucho más oscuro debido a la crisis generada por el coronavirus. Muchas familias ya no tienen la capacidad económica para seguir con el pago de la educación superior, y los que sí, aún son escépticos de la calidad de los programas presenciales que, debido a la situación, deben hacerse virtualmente.

Esta semana, los rectores de decenas de universidades privadas enviaron una carta al presidente Iván Duque, en la cual le piden que el sector educativo tenga el mismo apoyo que han tenido otros sectores debido a la pandemia. «Las universidades privadas no están solicitando auxilios, que además no son permitidos por la Constitución; solo piden, en igualdad de condiciones con el resto de los sectores económicos, acceso a créditos financieros, alivio en el plan de pagos de sus obligaciones», dice la misiva.

Retener a muchos universitarios será dificil por las condiciones económicas del país.

Señalan que de no recibir algunas medidas de alivio, el futuro de muchas instituciones que han tenido aportes al desarrollo académico y científico del país sería incierto, dado que por la incertidumbre generada por el coronavirus, podría haber una alta deserción o reducción de la matrícula universitaria, que podría llegar a ser superior al 50%. De darse esta situación, estaría en riesgo el empleo de miles de funcionarios administrativos y de docentes.

Por eso, al igual que la Asociación Colombiana de Universidades (Ascun),los rectores de universidades como la Tadeo, Central, EAN, Américas, entre muchas otras, pidieron que se extienda el plazo de los pagos de capital tramitados vía Findeter por dos o tres años más y que se abra una línea especial para créditos de capital, similares a los que se adjudican a empresas comerciales. Asimismo solicitan que se amplíen los cupos de créditos en el Icetex y que se acelere la entrega de recursos del programa Generación E.

Aunque aún faltan un par de semanas para iniciar los procesos de matrícula de cara al segundo semestre, las universidades se están anticipando a la posible deserción o al aplazamiento masivo de semestres, y están otorgando descuentos y becas. Por ejemplo, la  Universidad de América dará becas de hasta el 80 % para aspirantes a primer semestre en todos sus programas de pregrado y un subsidio económico del 40 % en su matrícula para los otros estudiantes. En La Salle entregarán un 30% de descuento en las matrículas de estudiantes nuevos y antiguos. En la EAN, el descuento será hasta del 25%.

¿Y las universidades públicas?

El caso de las instituciones públicas no es muy diferente. Aunque aún no hay un pronunciamiento oficial por parte del Sistema Universitario Estatal (SUE), la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles de la Educación Superior (Acrees) pidió al Gobierno doblar la base presupuestal de las universidades públicas con un desembolso adicional de 3.3 billones de pesos.

Adicionalmente, solicitan que el Gobierno destine 1,2 billones de pesos para el pago de matrículas de los estudiantes en las universidades públicas debido a las dificultades económicas que atraviesan miles de familias por la cuarentena decretada para prevenir la propagación del nuevo coronavirus.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/sos-de-las-universidades-como-sobreviviran-a-la-pandemia/669729

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España: Evaluar en tiempos de pandemia: la visión de una alumna de 4º de ESO

Europa/España/14 Mayo 2020/eldiariolaeducacion.com

Recogemos un texto escrito por Ángela Valverde, estudiante de 4º de educación secundaria en un IES de la Comunidad de Madrid. En él habla de este final de curso y la evaluación que se llevará a cabo en este último trimestre. Ella forma parte del alumnado que, voluntariamente, podría volver a las aulas en la fase 1 de la desescalada en el confinamiento.

Hace más o menos un mes y medio decretaron el estado de alarma debido al Covid-19, un virus que tuvo origen en China y que tiene una gran capacidad de transmisión, tanta que posteriormente ha desembocado en una grave pandemia. A todos nos parecía algo surrealista, algo impensable que sucediera en nuestras vidas, algo que nos ha “roto (literalmente) los esquemas”. A pesar de que al principio me alegré de descansar un poco con el no parar de la rutina de cada día, me he dado cuenta de que ir a clase es un privilegio.

Desde mi punto de vista, como estudiante de cuarto de la ESO, considero que esta situación nos ha afectado enormemente. El Ministerio de Educación y la Consejería de cada Comunidad han intentado poner en común ciertas medidas para el desarrollo del curso. Estas medidas han llegado un poco tarde, creando cierta incertidumbre a los estudiantes y profesores. En líneas generales estoy en desacuerdo con algunas de las pautas globales que se han establecido y pienso que ha habido una gran falta de organización. A continuación, me gustaría desarrollar varias ideas en relación a este tema en esta nueva situación.

En primer lugar, si nos centramos en los criterios de calificación que se podrían seguir para evaluarnos en este último trimestre, creo que deberían puntuarnos mediante trabajos, avanzando materia poco a poco, sin saturarnos. Aunque estemos dando clases virtualmente, tienen que entender que a veces nos pueda costar más asimilar el nuevo temario. En ocasiones algunos alumnos como yo tienen dificultades técnicas de acceso a la plataforma digital y no pueden dar las clases de ciertas asignaturas, aparte de que considero que hay una gran diferencia con respecto a dar las clases presencialmente. Esta evaluación siempre tiene más peso que las anteriores (50%) por lo que debido a estas circunstancias excepcionales yo lo repartiría también con lo que hemos hecho los dos trimestres pasados. Si en algunas asignaturas consideran necesaria la realización de exámenes, creo que deberían quitarle peso en la nota y alternarlo con otro tipo de tareas (trabajos, ejercicios, actividades de entretenimiento…) para así poder hacer la cuarentena más llevadera.

En segundo lugar, para mantener la misma igualdad de condiciones en los alumnos a nivel nacional, opino que todas las comunidades autónomas deberían aplicar las mismas medidas. De esta manera todos iríamos igual de preparados y con los mismos conocimientos el curso que viene. Si bien, aunque las pautas generales las marquen las Administraciones educativas, pienso que los profesores son los más cercanos a los alumnos y, por lo tanto, los que mejor los conocen, los que más saben acerca de sus necesidades y los que están al tanto de ciertos problemas personales. Por ello son los que tendrían que tener la última palabra a la hora de decidir si un alumno necesita otros recursos o ciertas actividades específicas.

El aprobado general no lo consideraría una opción. Sería injusto que a personas que no han trabajado se les aprueben las asignaturas

En tercer lugar, en cuanto al programa de cada asignatura en concreto, hay ocasiones en las que resulta un poco imposible llevar a rajatabla el currículo de las materias, y sin duda, considero que Lengua es una de ellas. Normalmente, el currículo es ya muy extenso de por sí, por lo que ahora es más complicado cumplir con él. Veo necesario intentar adaptar los contenidos, como he dicho anteriormente, utilizando otro tipo de actividades evaluables más llevaderas. Con esto, quiero decir que continuemos con los temarios de forma adaptada a esta situación y aunque algunos contenidos no se vean en profundidad, al menos tener una ligera idea de ellos, de forma que en el próximo curso, en el que supongo que se repasarán, podamos desarrollarlos más a fondo.

Por último, acerca del aprobado general, que diría que es lo que más polémica ha causado, no lo consideraría una opción. Sería injusto que a personas que no han trabajado durante todo el año se les aprueben las asignaturas y pasen de curso. Esto supondría una gran dificultad para ellos el curso siguiente, ya que no han adquirido los conocimientos necesarios para continuar avanzando y no podrían alcanzar el nivel exigido. Esto les puede crear frustración y desmotivación, ya que no tienen el nivel. Además, en muchas ocasiones perjudicarían a la clase haciendo que fuese más retrasada.

Por otro lado, están los cursos como cuarto de la ESO, que es un año en el que titulamos. En este caso, habría gente que recibiría el título sin merecérselo y sin haber adquirido los conocimientos básicos. Por el contrario, estoy de acuerdo en que a estudiantes de bachillerato que se supone que quieren seguir estudiando se les dé un empujón, especialmente a los de segundo, año que les resulta decisivo para su futuro. En este caso, a aquellos que tengan más dificultades con el temario, si el profesor considera que han trabajado, pero aún así no es suficiente, deberían ser un poco más flexibles con ellos y valorar también todo su esfuerzo.

En conclusión, esta situación requiere un esfuerzo especial por parte de las administraciones, el profesorado y los alumnos, quienes tienen que intentar aportar el máximo para llevar con la mayor normalidad posible esta situación, de forma que sea justa para todos. Esto no quiere decir que los que no trabajan se vean perjudicados, ni que los que sí trabajan salgan beneficiados. Simplemente pido una igualdad justa de condiciones con trabajos asequibles a la situación, ya que aunque no lo veamos así, una simple nota lo cambia todo.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/08/evaluar-en-tiempos-de-pandemia-la-vision-de-una-alumna-de-4o-de-eso/

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Las familias, preocupadas por la «vuelta a clase al 50 por ciento»

Por: Nieves Mira y Carlota Fominaya

El anuncio de la ministra Celaá respecto al inicio del próximo curso ha pillado por sorpresa a la comunidad educativa.

Aún quedan cuatro meses para el comienzo del nuevo curso escolar, pero el ministerio de Educación ya está estudiando con las comunidades autónomas cómo organizar la vuelta a clase «guardando las imprescindibles medidas de seguridad sanitaria» en el caso de que no pueda haber grupos de más de 15 alumnos por aula.

Fue la titular de Educación, Isabel Celaá, quien adelantó este lunes que «si no hay vacuna, los colegios tendrán la mitad del alumnado en las aulas», y recordó que no hay fecha concreta para el comienzo de dicho curso, ya que es cada comunidad quien fija su calendario. Mientras, la comunidad educativa ha reclamado a Celaá medidas claras y precisas, así como garantías sanitarias, tanto para volver a las aulas durante la desescalada (alumnos de 4º de ESO y 2º de Bachillerato, menores de 6 años y educación especial), como para iniciar el siguiente.

Más medidas

El anuncio de que será la mitad de alumnos los que puedan volver en septiembre ha levantado ciertas dudas entre las asociaciones de padres y las familias, muchas temerosas de que se pueda perder el ritmo de las clases online. «Valoramos como positiva cualquier medida que vaya destinada a garantizar la seguridad de los alumnos, pero creemos que es un poco pronto para concretarla, porque de aquí a septiembre hay que trabajar junto con las autonomías para valorar la situación y conjugarlo con la conciliación de la vida familiar», cuenta Miguel Ángel Sanz, presidente de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de la Escuela Pública de Aragón (FAPAR).

En principio, desde FAPAR están de acuerdo con esa reducción del aforo de las clases, insisten, pero entendiendo «que la medida debe estar recogida dentro de otras más amplias», sin descartar ninguna opción e, insisten, trabajando con las autonomías.

«Se pueden encontrar soluciones, el trabajo online se ha desarrollado a una velocidad supersónica, y hay gente que podrá quedarse en casa trabajando. Hay que procurar que se queden en casa los chicos con más autonomía para el trabajo online», cuenta Alfonso Aguiló, presidente de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE). Incide en que «hay chicos que pueden hacer el trabajo online bien y sus padres los pueden cuidar», pero habrá «otros que no y tendrán que estar de manera presencial. Y me parece que cada escuela tendrá que buscar la solución, sin pretender que sea todo en base a las grandes reglas generales para todo el país».

«Habrá que hablarlo y buscar una solución, porque habrá casas en las que el abuelo tenga que echar una mano y otras a las que pueda no importarle que el niño siga las clases a distancia, pero también alumnos con mayor dificultad a los que esto resulte imposible», cuenta el presidente de CECE. Respecto a la posibilidad de contratar a más profesores y establecer turnos, añade que «no es una cuestión tanto de recursos, pues a todos nos gustaría tener más, pero la pregunta es si el país lo puede financiar, busquemos soluciones buscando el bien de todos».

Incertidumbre entre familias y profesores

Mientras, las familias, se enteran de esta posible medida con escepticismo. Manoli, que tiene dos hijos mellizos en primero de ESO y en la misma clase, espera que, de tener que repartirlos, al menos les toque en el mismo turno. «Con su padre y conmigo trabajando y el hermano pequeño en la guardería, lo peor que nos puede pasar sería que cada día fuese uno al instituto. Si ya de por sí es complicado y tenemos que tirar de la familia para que no se queden solos, no quiero imaginar cómo será un inicio de curso al 50%».

«Si pones la mitad de alumnos en una clase me parece perfecto, es lo necesario. Lo que no es normal es, por ejemplo, una clase en Infantil con 25 alumnos. Si me pones 12 es lo suyo, pero claro, eso debería suponer que contrates a más maestros o habilites más aulas, porque ¿cómo vas a dejar al resto en su casa?», se pregunta Rocío, maestra de Educación Infantil.

En esta discriminación hace hincapié Javier Rodríguez, director general del Foro de la Familia: «Es injusto para los trabajadores que tienen cargas familiares y se ven en la tesitura de o bien renunciar a su puesto de trabajo, o bien a incrementar el gasto familiar para poder trabajar por el mismo (o menor, en la mayoría de los casos) salario». En su opinión, el Gobierno «debería escuchar a los expertos antes de anunciar medidas que transmitan seguridad y confianza, y no todo lo contrario, como hasta ahora», dice en referencia al anuncio que sorprendió de la ministra, que sorprendió a todos los miembros del sector.

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Francesco Tonucci: “El error es seguir como antes de la crisis: con lecciones y deberes para casa”

Por:  Susana Velasco

“La situación excepcional permite y favorece la experimentación y valoración de los resultados”. Francesco Tonucci, psicopedagogo y firme defensor de los niños, califica de “error” que la escuela siga funcionando como antes de la crisis, continuando con el currículo y mandando deberes que el alumnado debe realizar en su casa.

Ante la situación excepcional que estamos viviendo a causa de la pandemia, el pensador, psicopedagogo y dibujante italiano, Francesco Tonucci aboga por la introducción de cambios profundos en la escuela que estén encaminados a “desarrollar su personalidad (de los niños), sus aptitudes y su capacidad mental y física hasta el máximo de sus posibilidades”, según el artículo 29 de la Convención de los Derechos de la Infancia de 1989.

¿La pandemia que estamos viviendo marcará un antes y un después para la Educación?

Depende de cómo valoren, cada uno de los protagonistas de la educación escolar, su trabajo actual y el funcionamiento de la escuela. Si piensan que la escuela hoy en día funciona bien tal como está propuesta y reúne los objetivos que se propone y que la sociedad espera, yo diría que es razonable no hacer ningún esfuerzo por cambiarla. Bajo este punto de vista, continuarían desarrollando su programa con las lecciones de antes, utilizando los libros de texto y mandando deberes para casa.

Sin embargo, si piensan que la escuela no funcionaba y no conseguía los objetivos previstos por la ley, deberían aprovechar esta paradójica situación para proponer cambios profundos, para experimentarlos y después mantenerlos cuando finalice el estado de alarma. La situación excepcional permite y favorece la experimentación y valoración de los resultados.

Desde mi punto de vista la valoración del estado de salud de la escuela se debería hacer tomando como referencia el artículo 29 de la Convención de los Derechos de la Infancia de 1989 que dice: “Los Estados Partes convienen en que la educación del niño deberá estar encaminada a desarrollar su personalidad, sus aptitudes y su capacidad mental y física hasta el máximo de sus posibilidades”.

Esto significa que la escuela junto con la familia deberían ayudar a cada alumno a descubrir sus capacidades y vocaciones y ofrecerles los instrumentos adecuados para desarrollar sus posibilidades al máximo.

Habrá un antes y un después solamente en la segunda hipótesis.

Francesco Tonucci

El confinamiento ha pillado desprevenidos a docentes y familias. ¿Qué errores se están cometiendo? ¿Qué aprendizajes se pueden extraer de esta situación?

No ha sorprendido solo a docentes y familias sino a todos los ciudadanos y para todos la vida ha cambiado radicalmente. Yo mismo estoy viviendo en total soledad encerrado en casa sin hijos ni nietos. Cada uno de nosotros ha debido cambiar sus propias costumbres profundamente. Desde mi punto de vista y refiriéndome principalmente a la experiencia italiana, el error fundamental de la escuela es el de haber querido demostrarse a sí misma, a las familias y a los alumnos que nada ha cambiado, que se puede proceder como antes con lecciones y deberes para casa, continuando con el programa y utilizando los libros de texto. Lo único que ha cambiado es el medio y el lugar, ya no hay presencia del docente, ni de los compañeros, ni de la escuela y el aula, solo el ordenador e internet. Y naturalmente no funciona.

La escuela debería aprovechar esta paradójica situación para proponer cambios profundos, para experimentarlos y después mantenerlos cuando finalice el estado de alarma

¿Cómo podemos ayudar a los menores a sobrellevar con éxito esta crisis desde el punto de vista escolar y emocional? ¿Qué oportunidades ofrece esta situación?

He pensado que la escuela podría aprovechar esta ocasión para utilizar la casa, el mundo donde los alumnos están obligados a vivir, como laboratorio escolar y que los padres ejerzan de auxiliares de laboratorio. Podría ser una ocasión preciosa para recrear una magnífica colaboración entre la familia y la escuela y proponer a los alumnos, según los diversos niveles de edad, todo tipo de actividades familiares: desde cocinar a la fotografía, de la lectura en alta voz a las actividades artísticas con material que tengamos por casa, de la lectura del periódico al video. Además de fomentar experiencias para estudiar y explorar, según las exigencias de las diversas disciplinas escolares.

¿Qué cambios necesitará hacer la escuela tras la crisis?

Como decía, la escuela debería aceptar que la situación ha cambiado todas las condiciones de vida de los alumnos, debería aceptar la nueva situación y utilizarla para desarrollar sus competencias y propuestas de acuerdo con esta realidad. La esperanza es que si se consigue aprovechar este periodo excepcional correctamente, logrando la participación y satisfacción de las familias, cuando pase esta crisis esta actitud y esta metodología podrán ser aplicadas al mundo real de los alumnos, en su barrio, su ciudad, su mundo y nunca más en los libros de texto.

Poner sus competencias al servicio de sus alumnos para interpretar su mundo de acuerdo con el correcto nivel cultural y ser capaces de promover una colaboración real con la familia.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/francesco-tonucci-el-error-es-seguir-como-antes-de-la-crisis-con-lecciones-y-deberes/

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Apps para divertirse aprendiendo ciencia

Por: Educación 3.0

Recogemos algunas aplicaciones sobre ciencia que, instaladas en smartphone y tabletas, pueden convertirse en un aliado perfecto para fomentar el aprendizaje de las materias relacionadas con la ciencia entre los estudiantes de distintos niveles educativos.

Aprender más sobre estrellas y constelaciones, descubrir secretos sobre los animales o realizar experimentos científicos. Estas son algunas de las opciones que permiten estas apps sobre ciencia, ideales para fomentar el aprendizaje de ciencias entre los estudiantes de distinto nivel educativo.

1 Experimentos con Ciencia

Propone experimentos fáciles de realizar para el alumnado de Primaria y Secundaria. Están divididos en categorías: química, biología, física… Cada uno de ellos dispone además de una introducción con información, un objetivo para averiguar el resultado, los materiales necesarios y el procedimiento para realizarlo, lo que simplifica la tarea para los estudiantes, que aprenderán cómo ejecutarlos paso a paso.

2 Star Walk 

Cuando se instala esta app en un smartphone y se apunta con él al cielo, la aplicación señala la ubicación de las estrellas y sus respectivas constelaciones. Para utilizarla no es necesaria conexión a Internet y, además, incluye información y curiosidades de todas ellas.

3 Ciencia

Reúne una serie de preguntas tipo test relacionadas con temas científicos y adaptadas a distintos niveles de dificultad. Cada cuestión ofrece cuatro respuestas posibles, siendo una de ellas la correcta: gracias a un entorno gasificado, cada vez que se acierta se suman puntos en el perfil del estudiante, motivando su aprendizaje.

4 Fungipedia Lite

Dedicada al estudio de los hongos y las setas, detecta los setales cercanos y permite identificarlos correctamente, sin necesidad de conexión a Internet, añadiendo información sobre sus características y su toxicidad. Con su buscador es fácil encontrar un tipo de seta que se ha localizado en una excursión al campo y conocer sus propiedades y particularidades para aprender sobre este tipo de seres vivos.

5 Ciencias naturales

Ayuda a trabajar contenidos relacionados con la materia de Ciencias Naturales de 4º de Primaria, entre los que se encuentra el estudio de animales, plantas y otros seres vivos. Tras las explicaciones, es posible realizar un cuestionario que permite poner a prueba lo que han aprendido.

6 Orbit

Simula los efectos de la gravedad de los planetas a modo de juego: hay que lanzarlos alrededor de agujeros negros hasta conseguir que alcancen una órbita estable alrededor de ellos. Y, por supuesto, intentando evitar que colisionen. Gracias a él, los estudiantes podrán comprender con facilidad las posibilidades gravitacionales de los cuerpos celestes. Está disponible para dispositivos Android, iOS, Windows y Mac.

Para superar la prueba de este rompecabezas, es necesario ir combinando átomos tan rápido como se pueda hasta crear moléculas. Es adecuado para aprender formulación química y compatible con smartphones y tabletas iOS y Android.

Además de ser una aplicación de astronomía que permite observar las estrellas y tener información de qué se está mirando en cada momento (constelaciones, estrellas, planetas…), ofrece una visita virtual al universo permitiendo andar por la superficie de la Luna o de Marte. Incluye funciones de realidad aumentada si se utiliza con unas gafas adecuadas.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/apps-aprender-ciencia/

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China: Estudiantes de la Universidad de Nanchang comienzan a regresar a la escuela

Asia/China/10-05-2020/Autor(a) y Fuente: spanish.xinhuanet.com

CHINA-JIANGXI-ESTUDIANTES-REGRESO A LA ESCUELA

 NANCHANG, 7 mayo, 2020 (Xinhua) — Estudiantes ingresan a la Universidad de Nanchang luego de escanear su código QR de salud, en Nanchang, provincia de Jiangxi, en el este de China, el 7 de mayo de 2020. Los estudiantes de la Universidad de Nanchang comenzaron a regresar a la escuela el jueves. La universidad ha tomado diversas medidas de prevención epidémica en el campus para garantizar la seguridad de los estudiantes. (Xinhua/Peng Zhaozhi)

CHINA-JIANGXI-ESTUDIANTES-REGRESO A LA ESCUELA

NANCHANG, 7 mayo, 2020 (Xinhua) — Un estudiante recibe un control de temperatura corporal previo a ingresar a la Universidad de Nanchang, en Nanchang, provincia de Jiangxi, en el este de China, el 7 de mayo de 2020. Los estudiantes de la Universidad de Nanchang comenzaron a regresar a la escuela el jueves. La universidad ha tomado diversas medidas de prevención epidémica en el campus para garantizar la seguridad de los estudiantes. (Xinhua/Peng Zhaozhi)

CHINA-JIANGXI-ESTUDIANTES-REGRESO A LA ESCUELA

 NANCHANG, 7 mayo, 2020 (Xinhua) — Un estudiante recibe un control de temperatura corporal previo a ingresar a la Universidad de Nanchang, en Nanchang, provincia de Jiangxi, en el este de China, el 7 de mayo de 2020. Los estudiantes de la Universidad de Nanchang comenzaron a regresar a la escuela el jueves. La universidad ha tomado diversas medidas de prevención epidémica en el campus para garantizar la seguridad de los estudiantes. (Xinhua/Peng Zhaozhi)

CHINA-JIANGXI-ESTUDIANTES-REGRESO A LA ESCUELA

NANCHANG, 7 mayo, 2020 (Xinhua) — Un estudiante escanea un código QR de salud con su teléfono móvil previo a ingresar a la Universidad de Nanchang, en Nanchang, provincia de Jiangxi, en el este de China, el 7 de mayo de 2020. Los estudiantes de la Universidad de Nanchang comenzaron a regresar a la escuela el jueves. La universidad ha tomado diversas medidas de prevención epidémica en el campus para garantizar la seguridad de los estudiantes. (Xinhua/Peng Zhaozhi)

Fuente e Imagen: http://spanish.xinhuanet.com/photo/2020-05/09/c_139039253.htm

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OVE Entrevista a René Unda «La defensa de los derechos de la niñez es primordial, dentro del conjunto de causas por las que la humanidad se pronuncia y moviliza»

Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina entrevistan en exclusiva para Otras Voces en educación

 

Cuando retomamos los estudios sobre niños, niñas y jóvenes institucionalizados nos encontramos con una abundante producción intelectual de René respecto a cómo pensar las infancias en América Latina, la condición juvenil indígena, las representaciones y expectativas sociales de los jóvenes, la feminización de las migraciones, la socialización escolar y otros importantes tópicos. Tuvimos la oportunidad de escucharlo en un par de oportunidades y nos encontramos con un magnífico comunicador de sus puntos de vista, siempre vinculados a las causas sociales más importantes en la región. Su trabajo trasciende las fronteras del Ecuador y es hoy una de las voces más calificadas del derecho a la educación y la inclusión de los más pobres, los olvidados, los invisibles para el sistema.

René Unda Lara es desde hace 25 años Profesor de Sociología y Teoría Política, Universidad Politécnica Salesiana. Cuenta con un Doctorado en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud y un PhD otorgado por la Universidad de Manizales y CINDE. Es licenciado en sociología y ciencias políticas, con especialización en sociología del desarrollo, Máster en Educomunicación, postgrado en educación y nuevas tecnologías. René es el Coordinador del centro de Investigación sobre Niñez, Adolescencia y Juventud (CINAJ) de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador. Además editor de la Revista Universitas, dedicada a los estudios de Ciencias Sociales y Humanas.  Pertenece al Grupo de Trabajo (GT) Juventudes e Infancias de CLACSO.

En el 2018 tuvimos un encuentro con él para conversar sobre su trabajo y perspectivas. Un encuentro que marcó una agenda común de trabajo por realizar en los temas de niñez. En otras Voces en Educación consideramos que sería de especial valor para nuestres lectores acercarse mucho más a su trabajo y mirada, por ello le hicimos esta entrevista.

 

René, cuéntanos un poco tu historia personal, como llegaste a las pedagogías críticas, a las educaciones populares?

Toda historia personal es, de varios modos, una historia social y ello supone considerar un conjunto de factores tales como la biografía familiar. Mi abuelo materno fue un inquieto profesor de escuela primaria, apasionado por la fotografía, la poesía y por todo lo que signifique archivo histórico.

Mi madre, es una lectora infatigable y melómana muy identificada con expresiones estéticas populares. Y mi padre, sociólogo de la ruralidad que ha trabajado casi toda su vida directamente con población indígena, a través de quien, desde muy chicos, fuimos mirando la sociedad como un espacio de luchas y conflicto en el que la educación ocupa un lugar central en varios sentidos.

Un aspecto esencial en cuanto al carácter crítico con el que crecí desde mi formación temprana en el hogar y en la escuela tiene que ver con el interés por lo que sucedía en nuestro entorno, en sus múltiples ámbitos. El interés por la política, a partir de la implicación directa de mi padre en la dinámica partidista, fue siempre una característica desde la cual se propició un ejercicio crítico acerca de casi todo lo que ocurría en nuestro entorno.

De tal forma que la socialización primaria representa, en mi caso, una primera aproximación a las pedagogías críticas y, posteriormente, a las educaciones populares en tanto proceso con un cierto carácter programático.

En rigor, a las pedagogías críticas accedo durante mi formación como sociólogo a través de las lecturas de Freire, Giroux, Mac Laren y cía, lo cual me devuelve al trabajo que en varias ocasiones vi desarrollar a mi padre en encuentros, reuniones y asambleas con campesinos e indígenas, especialmente en la Provincia de Chimborazo desde mediados de los años setenta en pleno proceso de Reforma Agraria.

Ahí también, creo, se marca el punto de referencia inicial de mi aproximación a las educaciones populares, aún sin poseer un cierto grado de conciencia sobre aquello, debido, sobre todo, a que cursaba aún la escuela primaria.

De las cosas que más me llamaba la atención y que actualmente considero una potente modalidad de educación popular, era la misa del domingo que daba Monseñor Leonidas Proaño en la Catedral de Riobamba, ciudad en la cual, por el trabajo de mi padre, viví entre los 6 y 13 años, mi infancia. Fui pocas ocasiones, por decisión directa de mi madre, pero lo que decía el obispo de los pobres me movilizaba, pues guardaba directa relación con los temas sobre los que se conversaba en la casa paterna, lo cual contribuyó a generar una temprana inquietud por cuestiones como la injusticia, la pobreza, la dominación y la transformación social.

Creo también que en la adolescencia y juventud temprana se desarrollaban múltiples experiencias de educación popular en la calle y en las canchas de futbol con los vecinos y amigos de barrio, siempre que existió relatos acerca de lo que hacíamos y en los que, sin mencionar explícitamente, quedaban planteados, cuestionados o cimentados ciertos principios y valores relacionados con las ideas de equipo, de ganar o perder, de las actitudes y, sobre todo, de un apabullante sentido lúdico de las cosas.

En una perspectiva más programática, planificada y pensada, mi aproximación inicial a las educaciones populares se produce durante los años de formación universitaria al participar en varios proyectos orientados hacia el trabajo con niños y adolescentes inmersos en procesos de callejización.

Pero quizás la experiencia más significativa la viví al conocer y compartir el modelo de educación popular del Movimiento Nacional de Adolescentes, Niños y, Niñas Trabajadores Hijos de Obreros Cristianos, MANTHOC, de Perú, que, a la fecha bordea los 50 años de existencia, impulsado y liderado por el maestro Alejandro Cussianovich y varias cohortes de NNA trabajadores formados en los principios de un modelo de educación popular crítico, contextualizado y que propone la valoración crítica del trabajo y su dignificación.

En la misma línea, pude conocer el enorme trabajo y aporte para la educación popular que también en Perú desarrolla por más de 25 años Casa Generación, cuyo trabajo se enfoca hacia la recuperación de la dignidad y escolarización alternativa de adolescentes y jóvenes que han crecido en la calle.

He tenido el privilegio de compartir experiencias con el movimiento de niños/as trabajadores de Paraguay y Bolivia que, junto al caso peruano, comparten principios de acción pensados desde varios de los ejes estructurantes de la educación popular freiriana pero con especificidades que respondan a sus contextos particulares y a su condición generacional.

En el caso ecuatoriano he tenido la suerte de participar en varias experiencias y proyectos realizados en la línea de las educaciones populares con el Proyecto Salesiano Chicos de la Calle y con el Centro del Muchacho Trabajador (Jesuitas).

Creo, finalmente, que una de las experiencias más significativas, en la dimensión afectiva e investigativa, fue haber sido invitado a conocer y participar en el proyecto con niños/as adolescentes y jóvenes de la Fundación Creciendo Juntos, programa de educación popular que se desarrolla en barrios y veredas de la periferia de la ciudad colombiana de Cúcuta, en la frontera con Venezuela, donde las problemáticas de movilidad, desplazamiento forzado, tráfico de drogas ilícitas, trata de personas y sicariato plantean novedosas maneras de encarar y proponer mecanismos de contención y resiliencia desde la educación popular.

 

 

Has estado muy vinculado a la defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Que nos puede comentar sobre la realidad actual al respecto

En realidad, la defensa de los derechos de NNA es una lucha que viene de lejos y que alcanza mayor visibilización social a partir de la aprobación de la Convención Internacional de Derechos del Niño el 20 de noviembre de 1989.

En el momento actual considero que la defensa y promoción de los derechos de NNA es una lucha primordial, dentro del conjunto de causas por las que la humanidad se pronuncia y se moviliza.

Defender los derechos de los NNA supone la defensa de los derechos de todos/as. En el plano de la acción pública, tanto el Estado como la sociedad tienen la responsabilidad de precautelar y garantizar el interés superior de NNA. Más que declarar y legislar sobre los derechos de NNA, el Estado debe procurar generar las condiciones sociales necesarias para el ejercicio efectivo de derechos.

 

Precisamente, esa sensibilidad por los asuntos sociales y pedagógicos, nos permite preguntarte ¿Cuáles consideras que son los elementos más significativos de la crisis educativa en el Ecuador?

Un primer problema, de carácter estructural y persistente, en la historia republicana del Ecuador es el lugar que ocupa la educación en la escala de prioridades del país. Ni la educación ni la salud constituyen ejes alrededor de los cuales se piense un modelo de país o, incluso, un modelo de desarrollo.

Considero que el conjunto de elementos que configuran la crisis educativa deriva de este problema matriz. Si la educación no es el eje central de un modelo de desarrollo estará siempre en una posición subordinada con respecto a otras dimensiones de la dinámica social.

Colocar a la educación en un lugar secundario dentro de la organización de la sociedad, expresa no solo una especie de miopía social, sino que también una degradación de la escala valórica de un Estado o de un proyecto societal.

La insuficiente o escasa asignación presupuestaria por parte del Estado para el sector educación es una consecuencia, cabalmente, de los modos de pensar la educación. De igual forma, pensar la educación como una plataforma para la movilidad social significa reducirla a su condición más instrumental y despojarla de su sentido esencial como potencia transformadora de realidad, así como de su sentido lúdico y creativo, finalmente emancipador. En esta dirección, otro de los elementos significativos que convergen en la actual crisis educativa del Ecuador y que, sorprendentemente, atraviesa a buena parte del profesorado es suponer que la educación no es un campo configurado por lo político, ni que deba pensarse políticamente.

Y de manera evidente, un grave problema en la actual crisis educativa del Ecuador es la lamentable conducción y gestión gubernamental del Estado cuyos principales responsables son los funcionarios ubicados en la esfera decisional y en la estructura de autoridad, quienes no solo han subordinado lo público a intereses particulares, sino que lo público ha sido objeto ha estado siendo devastado.

 

René , ¿consideras que la formación docente se corresponde a los actuales retos que enfrentan los y las docentes? ¿Cuáles deberían ser las reelaboraciones en materia de formación inicial y continua de les educadores en la actualidad?

Si bien se ha dado pasos que pueden resultar interesantes en la formación docente, sobre todo en cuanto a lo pedagógico, didáctico e, incluso, al uso de recursos tecnológicos en ciertos contextos, considero que entre las cuestiones fundamentales y prioritarias a trabajar radica en la comprensión de que la formación docente en todos sus niveles tiene como punto de interés central a la persona.

Esta primera consideración comporta la responsabilidad de comprender la persona en su contexto, como producto de unas determinadas condiciones históricas. Pero de modo previo, la formación inicial debe incluir en su trayecto formativo el reconocimiento histórico de la sociedad y de las condiciones que han hecho posible el tipo de relaciones sociales que vivimos.

Solo así se reconocerá el conjunto de problemas que configuran la sociedad ecuatoriana. En un nivel formativo intermedio, se requiere ciertas claridades con respecto a las especificidades de cada etapa del proceso educativo, lo cual significa comprender las finalidades de cada etapa, sus características y procesos, además del sujeto con el que trabajará.

La formación continua, en la medida que responde a la necesidad de reciclajes o reforzamientos cognitivos, deberá pensarse y plantearse de acuerdo con las necesidades y demandas contextualizadas de los/as docentes

 

¿Qué ha significado la crisis del COVID-19 para el magisterio ecuatoriano? ¿Considera que el COVID-19 y las medidas que se adoptaron en materia educativa afectan al derecho a la educación?

No podría señalar con un alto nivel de precisión que ha significado el COVID-19 para el magisterio ecuatoriano, pero desde la información que ha sido difundida, el magisterio ha debido enfrentar el peso y consecuencias de una crisis que ya estaba instalada antes de la emergencia sanitaria como resultado de una serie de medidas gubernamentales.

A ello, debe agregarse las afectaciones producidas por el COVID-19 en sus distintos aspectos y ámbitos, una de los cuales representó un flagrante y brutal ataque a sus derechos y que fue el despido de 1500 maestros.

Y, en este ya de por sí catastrófico escenario, la necesidad imperiosa de adaptarse abruptamente a las condiciones que impone la crisis en cuanto a una particular modalidad de estudios que, en rigor, no es presencial ni virtual pero que exige la combinación de estas dos modalidades, a lo cual se suma el agravante de que sus ingresos serán mermados por las medidas propuestas por el gobierno en pleno desarrollo de la emergencia.

Lo que ha significado todo este cúmulo de problemáticas para el magisterio, supongo que requiere un procesamiento ritmos algo más pausados que el vértigo de los hechos desencadenados con la crisis del COVID-19.

Y, por supuesto, casi todas las medidas adoptadas en materia educativa significan afectación al derecho a la educación; recortes presupuestarios, decisiones que no consideran las condiciones materiales de acceso al proceso educativo virtual (conectividad, infraestructura, equipamiento, aspectos pedagógicos y didácticos).

Quizás la única medida acertada, más por las características de la pandemia que por mérito de las decisiones gubernamentales, ha sido la de disponer que estudiantes y profesores trabajen desde su casa.

 

 

A partir de su experiencia docente y social ¿cuales serían algunas de las propuestas alternativas en la actual coyuntura del magisterio ecuatoriano?

Más que para el magisterio ecuatoriano, serían propuestas para el sector de la educación superior que es el espacio en el trabajo. En el ejercicio docente una propuesta alternativa pasa por un replanteamiento del tratamiento analítico de los contenidos curriculares no necesariamente para modificarlos sino para ponerlos en relación con la crisis, con sus múltiples aspectos y los escenarios futuros.

La función docente debe, necesariamente, adoptar una actitud alternativa en el contexto de la pandemia y vincular en su proceso de relación con la ciencia las condiciones contextuales y problemáticas relativas a la crisis y emergencia sanitaria.

Se impone, por lo tanto, la activación o fortalecimiento de una comunidad académica que debate y propone la adecuación de contenidos de cara a la circunstancia actual y a lo que se viene.

Los proyectos y programas de investigación, me parece que tienen un prometedor campo de posibilidades para producir conocimiento pertinente, actual y útil en un sentido bien distinto de aquello que sitúa a lo útil como sinónimo de económicamente rentable.

Dotar de significados distintos a significantes cuya lectura e interpretación han funcionado de una cierta manera en la universidad de las tres últimas décadas, será un desafío interesante en la medida en que se abren posibilidades de pensarle al mundo de manera diferente a como lo ha venido haciendo una matriz discursiva hegemónica que ha propiciado una marcada instrumentalización de la educación superior.

Y en cuanto a la vinculación de la universidad con la sociedad, el establecimiento de redes de apoyo mutuo sobre recursos estratégicos desde la perspectiva de sectores populares deviene, a mi juicio, inevitable.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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