México: Masculinidad hegemónica, presente al abordar la pandemia, señalan especialistas

Por: Valentina González

 

La masculinidad hegemónica es aquella en la que se sostienen las desigualdades y las violencias de género. La que impera en la actualidad es originada por el sistema patriarcal, un ordenamiento social en el que cada quien tiene su nicho de rol, explicó Yair Maldonado, coordinador de Posicionamiento Público de Gendes (Género y Desarrollo A.C.).

Durante el diálogo Masculinidad & Relaciones Internacionales, organizado por el estudiantado del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana, el especialista dijo que el mejor ejemplo de esta masculinidad son los discursos que legitimaron  la forma de abordar la pandemia en distintos países. Y también se observó en los tipos de liderazgo ejercidos y la manera en la que se abordó la emergencia sanitaria de forma diferenciada.

“Se reconoció mucho la forma en la que se logró controlar o contener la situación en países como Nueva Zelanda, Taiwán, Finlandia… mientras que se castigó el liderazgo de Estados Unidos, con Donald Trump al frente, así como de Brasil. Estos tipos de liderazgo y narrativa parten desde estas identidades fraguadas en la masculinidad hegemónica”, dijo.

Yair Maldonado recordó que el concepto, las teorías y el enfoque de las masculinidades nace a partir de los estudios de género y feminismo. Mientras que en las masculinidades se reconoce el rol que tienen los hombres en lo individual y como género en la lucha por la igualdad sustantiva.

“Hablar de masculinidades es un espacio del que tenemos que apropiarnos los hombres para comprometernos en el discurso y práctica de dolencias y culpas dentro de esta desigualdad y discriminación que existe. Si bien los espacios de feminismo son para las mujeres, la responsabilidad es retomar esos aprendizajes y llevarlos a los espacios de masculinidades o masculinizados”, agregó.

De acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, el concepto de masculinidad hegemónica se empezó a utilizar en 1985. Se presenta cuando un modelo de comportamiento masculino logra imponerse, originando una situación de desigualdad. Asimismo, al reproducir modelos donde hombres violentos se vuelven atractivos.

En ese sentido, Rafael Barceló Durazo, cónsul de México en Tucson, Arizona, recordó que las mujeres siempre han participado en la diplomacia, el problema es que se les marginaba.

Afirmó que el cambio generacional ha permitido crear áreas “como las unidades de género, así como la red de enlaces de género que existen por cada representación. Esto ha abierto el debate y las denuncias por acoso sexual, así como el lenguaje inclusivo”, añadió.

Fuente: IBERO

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Libro (PDF): Trabajo femenino, las nuevas desigualdades

Reseña: CLACSO

El objetivo de esta investigación es estudiar la incorporación de las mujeres en el mercado de trabajo, así como las diferencias y desigualdades con respecto de la situación masculina. Durante mucho tiempo, aun en los países más desarrollados, la desigualdad entre los sexos consistió, sobre todo, en que la mujer se topaba con la imposibilidad de acceder al mercado de trabajo. Hoy, la “nueva desigualdad” se observa en todos los aspectos y circunstancias que conforman el ámbito laboral.

Autor/a:                               Chapoy Bonifaz, Alma de María-  Chávez Hoyos, Marina – Rodríguez López, Patricia – González Marín, María Luisa Rueda Peiro, Isabel
Editorial/Editor: UNAM Universidad Nacional Autónoma de México IIEc
Año de publicación:  2010
País (es): México
Idioma: Español
ISBN :  978-607-02-1949-8
Descarga:   Libro (PDF): Trabajo femenino : las nuevas desigualdades
Fuente e imagen:

 

http://biblioteca.clacso.edu.ar/

 

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¿Por Qué Debemos Enseñar Estudios De Género?

Por: Sofía García-Bullé

No sabemos nombrar ni describir los desequilibrios sociales ejercidos sobre las mujeres y otros grupos de minoría social.

En Estados Unidos, miembros de la prensa describen a una candidata presidencial como “grosera”, “mala” e iracunda, por confrontar a un rival que expresa violencia racial y misoginia en su discurso y a un presidente que se burla de la herencia cultural de esa misma candidata. En México, un director de escuela culpa a las alumnas del acoso que se comete contra ellas. En Brasil, el presidente electo le declara la guerra a cualquier filosofía que se pronuncie a favor de los derechos de las mujeres y las minorías. El problema está muy claro: necesitamos Estudios de Género en las escuelas.

La perspectiva de género, como la define Susana Gamba, especialista en Estudios de Género, es la concepción epistemológica que se aproxima a la realidad a través de las miradas propias de cada género y su relaciones con el poder. Esta perspectiva es la base de la que parten los Estudios de Género.  Explicado de esa forma parece algo complejo y netamente académico, pero la perspectiva de género es algo simple, necesario y que nos atañe a todos como académicos, profesoras investigadoras  y responsables tanto de la producción como la distribución de conocimiento.

Perspectiva y Estudios de Género 101

La ideología de género es un término que ciertamente prende conversaciones acaloradas a todos los niveles, desde familiares y laborales en conversaciones casuales, académicos tratando de definir fenómenos sociales o hasta políticos cuya agenda es pronunciarse en contra o a favor. El tema es tendencia, y es algo de lo que hablamos constantemente, ¿pero sabemos qué significa?

La ideología de género es un conjunto de principios en las que académicas expertas en Estudios de Género han encontrado consenso, es la base del discurso de la perspectiva de género. Si queremos entender la ideología de género hay que hablar primero de los estudios que producen el conocimiento en el que se apoya esta ideología.

El concepto de género como plataforma social de la que se desprenden los roles atribuidos a cada sexo, comenzó a ser estudiado a finales de los años 40. La filósofa Simone de Beauvoir fue una de las primeras académicas que comenzó a conceptualizar la idea de género y cómo esta influye en la forma en que se construye socialmente a la mujer. Uno de los postulados más importantes del discurso de Beauvoir es que nadie nace mujer, sino que se hace mujer, refiriéndose no al sexo biológico de las mujeres, sino a la simbología social de la que que se desprende el cómo entendemos los modelos de comportamiento y jerarquía social de quien nace con el sexo biológico femenino.

En 1968, Robert Stroller, profesor e investigador de psiquiatría conocido por sus teorías sobre el desarrollo de la identidad de género, extendió el entendimiento de estos conceptos puntualizando la diferencia entre sexo biológico, el género y los roles propios de cada uno. Estos conceptos forman una estructura social compuesta de símbolos, representaciones, normas, valores y prácticas que se elaboran no solamente con base en las diferencias anatómicas, sexuales y fisiológicas, sino en los atributos que les asignamos. Esto es enteramente social y da sentido a las relaciones entre las personas sexuadas.

A raíz del trabajo de Stroller, los estudios de la mujer, posteriormente llamados Estudios de Género, comenzaron a hacer presencia en el currículum de las instituciones de educación superior. ¿Pero qué se enseña en las clases de Estudios de Género? La materia es muy amplia y quienes la estudian pueden aprender conceptos muy diversos relacionados con el género y cómo se dimensiona a nivel social, económico y político. En términos generales, casi todas las instancias que pretenden enseñar la disciplina lo hacen sobre la definición del género, sus diferencias y vínculos con el sexo biológico, así como las construcciones filosóficas, antropológicas y sociales con las que nos formamos la idea de masculinidad y feminidad.

Estos cursos también examinan las intersecciones del género con la raza, la etnicidad, la nacionalidad, la clase socioeconómica, el capacitismo, la sexualidad y otras dimensiones que establecen diferencias en la conceptualización y jerarquización de las personas en la escala social. El objetivo de un grado académico en Estudios de Género es que los estudiantes aprendan a identificar, articular y analizar prácticas culturales y nociones institucionalizadas que giran en torno al género, la sexualidad y la orientación sexual. Así como entender la forma en que el género es un factor influyente en la vida de las personas desde el punto de vista social, político y económico.

Este conocimiento es valioso si quieres adentrarte en la explicación de cómo las diferencias de género juegan un papel importante en el micro y macrocosmos de la sociedad. Pero hay valor en la idea de que los Estudios de Género necesitan dejar de ser una materia electiva e inyectarse en el tronco común de los planes de estudio en general. La razón es simple: no sabemos nombrar ni describir los desequilibrios sociales ni los ejercicios de invisibilización, a veces hasta de manera involuntaria, que ejercemos sobre las mujeres y otros grupos de minoría social.

La necesidad de una educación con perspectiva de género

En artículos anteriores hemos hablado sobre cómo las dinámicas sociales que atañen al género, la etnicidad o la raza, afectan negativamente el acceso a la educación, las oportunidades de trabajo, la validación y la producción de conocimiento de las mujeres en la academia. Aún dentro de la comunidad académica y científica existen casos de mujeres y personas de minorías raciales y LGBT que no tienen derecho al discurso, a la publicación de su trabajo y al debate, sin poner en riesgo su posición laboral, su integridad física o su permanencia en sus países.

La situación para los estudiantes es igual de preocupante. En Alaska, una adolescente fue descalificada de una competencia de natación por un accidente común con su traje de baño provisto por la misma escuela. El incidente fue acentuado por un juicio de carácter sexualizante por parte de los espectadores adultos. En el resto del país, 53% de las escuelas públicas tienen códigos de vestimenta que afectan desproporcionadamente a la población estudiantil femenina. En México, un grupo de estudiantes de secundaria tuvieron que manifestarse contra su propio director, quien justificó instancias de acoso sexual hacia ellas por parte de estudiantes masculinos, responsabilizándolas del incidente.

Bajo este contexto, es patente la urgencia de una intención educativa hacia una idea de género que nos permita liberar la conceptualización del género femenino como anómalo y secundario al masculino, así como inherentemente sexuado. Y el lugar para empezar no son las universidades, son las escuelas.

¿Estudios de Género y educación básica?

Las escuelas son el mejor lugar para hablar de la idea de género y sus implicaciones sociales de una forma amigable que ayude a los niños y jóvenes a formarse una concepción más igualitaria de cómo construimos lo que entendemos como masculino y femenino. No tienen que ser ideas complejas ni lecturas que involucren temas que podrían considerarse sensibles, como los que manejan de Beauvoir o Stroller. Un simple experimento como el realizado por la organización de Lifting Limits en cinco escuelas de Reino Unido, ha marcado la pauta de cómo se puede educar desde edad temprana para la equidad.

Acciones pequeñas, como cuestionar la cantidad de literatura de ficción disponible en las que las niñas tienen agencia y peso en la narrativa; los libros de texto y espacios en la institución que mencionan los logros históricos y científicos de mujeres a la par de la de los hombres; una intención consciente de liberar los discursos docentes de estereotipos que sean derogativos para los estudiantes femeninos o limitantes para los masculinos.

Estos son el tipo de medidas que preparan a niños y jóvenes, no solamente para tener una visión del mundo más balanceada y justa en lo que respecta al género, sino que los ayuda a construir las estructuras cognitivas para que en niveles educativos más avanzados, sean capaces de comprender los conceptos y temas que manejan los Estudios de Género, así como los problemas que esta disciplina pretende analizar, examinar, visibilizar, comunicar y, eventualmente, resolver.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/estudios-de-genero

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Libro: Existir en la No-Existencia (PDF)

Existir en la No-Existencia

Sujetos femeninos en los intersticios sociales

Olga Cabrera

En Cuba, la escritura concentra su interés en la identidad nacional. Sin embargo, esta obra remite a otras identidades omitidas por el discurso político y que tuvieron y tienen una gran importancia para pensar el proceso democrático cubano. La presencia de los intereses imperiales en el Caribe incidió en el fortalecimiento de la identidad nacional cubana. Las prolongadas guerras por la liberación contra España desarrollaron la idea de la nación independiente, mientras, el Caribe pasó a ser controlado por diferentes potencias imperialistas. Esa situación contribuyó a propiciar mayores vínculos con las naciones latinoamericanas, que en ese mismo período solidificaban la idea de la nación homogénea bajo el comando de la elite blanca, dejando fuera de la teoría (no de la práctica cotidiana) el concepto raza, favoreciendo la permanencia y desarrollo del racismo.

Mientras los países caribeños, con más del 90 % de raza negra, en la relación de las poblaciones, fueron reconocidos apenas como espacios coloniales, donde podía ser demarcada la frontera de la civilización, según llega a proponer J. A. Van Lier (1971). Cuba tuvo el mayor número 12 de negros y pardos del Caribe (en el siglo XIX llegó a representar más de la mitad y más tarde una tercera parte de la población total), con todo, pretendió oscurecer el perfil caribeño de la cultura y la presencia de la diferencia, favoreciendo el racismo y los intereses, no siempre legítimos, que se solapaban en algunas de esas posiciones.

Primera Edición 2019

Universidad de Guadalajara

Hermoso material sobre la lucha de la mujer negra por sus derechos a la libertad, a la vida digna, a su cultura, a su cuerpo y a su territorio.

Descargue el libro completo aquí: Existir en la No-Existencia

Autor: Olga Cabrera

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Entrevista: Alario propone esfuerzo, formación e investigación contra ‘techo de cristal’

23 Julio 2017/Fuente: lavanguardia/Autor: Adrián Arias

Después de más de seis años al frente de la Cátedra de Estudios de Género de la Universidad de Valladolid, María Teresa Alario aún cree que existe en la sociedad un «techo de cristal» que impide a hombres y mujeres ser iguales, y que solo se liquidará con «esfuerzo, formación e investigación».

Al poco de hacerse público el principio de acuerdo político para sellar un pacto de Estado contra la violencia de género, una de las voces más autorizadas en Castilla y León, que ha dedicado gran parte de su vida docente a la investigación de esta lacra social, reflexiona en una entrevista con Efe sobre la situación de la mujer.

De partida, subraya que la total eliminación de este mal social «es casi una utopía» que tardará en ser real «varias generaciones», pues ya la UNESCO estimó que harían falta unos trescientos años para que la mujer alcance un estatus paritario al de los hombres, aunque «la historia se caracteriza por no ser lineal y estable».

Por este motivo, Alario tiene claro que hay que ir ganando batallas poco a poco, pues la lucha contra la violencia de género debe ser entendida como «un proceso» en el que se especifiquen y materialicen las actuaciones, pues la «autorregulación lleva a la inacción», por lo que este pacto de estado ya es un «gran paso».

Son procesos y batallas que la Universidad de Valladolid comenzó ya a planear allá por el año 2000 cuando se puso en marcha la Cátedra de Estudios de Género, hoy está integrada por 42 investigadores de campos como el sanitario, jurídico, social o humanidades como es el caso de Alario, doctora en Historia del Arte.

Y es, desde este conocimiento de lo estético y artístico, de donde Alario bebe para indagar en sus estudios de género, convencida de que estas investigaciones deben ser un proceso que implique a muchas y diversas disciplinas del saber, pues la tarea y el objetivo es de «inmensas proporciones», ha advertido.

Este reto no es otro que el de acabar con la «concepción milenaria patriarcal» instaurada en todas las sociedades del planeta, unas por «consentimiento como en la nuestra», y otras por «coerción como en Arabia Saudí», ha puesto de ejemplos.

Habitamos una sociedad patriarcal donde se está comenzando a predicar que los hombres y mujeres «son iguales cuando es falso», ya que aún existe un «techo de cristal» por el que las mujeres pueden ver a través de él pero que no traspasar, y que provoca que, por ejemplo, ellas tengan «peores puestos y salarios más bajos».

Para quebrar este cristal de la desigualdad, Alario está segura de que la formación y la educación son las piezas angulares que sustentan la lucha contra la violencia de género, pues los niños y adultos deben comprender que «los hombres y mujeres son diferentes, pero esto no justifica la existencia de jerarquías en los géneros».

Esto es algo que hay que enseñar a los jóvenes, que en muchos casos cargan desde muy pequeños con los prejuicios y los estereotipos de género, y que luego acaban derivando en casos de agresiones y violencia que no siempre se manifiestan por igual en todo el territorio nacional.

Por ejemplo, en Castilla y León, en los últimos años los investigadores han detectado un descenso en el número de denuncias, sin embargo, el número de víctimas aumentó en dos de 2015 a 2016, de cuatro a seis mujeres asesinadas, lo que evidencia que bajo la punta del iceberg «hay una realidad que se nos escapa, oculta y que hay que investigar».

Hay que indagar, entre otros factores, por qué en comunidades más rurales como Aragón, Castilla-La Mancha y Castilla y León se producen menos denuncias, algo que está ligado al hecho de que en estas zonas las mujeres tienen «normalizados y asumidos» algunos comportamientos machistas, lo que hay que revertir, ha apuntado.

Para ello, la Universidad de Valladolid ofertará a partir de este curso y con «gran esfuerzo», pues la financiación «es escasa», el título de especialista en Estudios de Género y Gestión de Políticas de Igualdad, una formación «muy demandada» por profesionales como sanitarios, trabajadores sociales, educadores o periodistas.

Es en este campo de los medios de información, ha opinado, donde aún queda «mucho trabajo por hacer», pues se siguen cometiendo «errores y contradicciones» como una «falta de contundencia» a la hora de catalogar estos casos como «asesinatos» y eliminar de ellos la publicidad o zona de contactos, que no hacen más que «denigrar» la imagen de la mujer.

Son medidas necesarias, todas ellas, como la de crear una figura del gestor de la igualdad comarcal, encargado de velar por los derechos de la mujer de forma cercana en las comunidades autónomas, pues la forma más efectiva de que las mujeres denuncien y estén seguras es vivir «junto a ellas y conocer su situación», ha concluido Alario

Fuente de la entrevista: http://www.lavanguardia.com/vida/20170722/4313284754/alario-propone-esfuerzo-formacion-e-investigacion-contra-techo-de-cristal.html

Fuente de la imagen: http://static3.elnortedecastilla.es/www/multimedia/201707/18/media/cortadas/teresa-alario-kinH-U40375027567xPF-624×385@El%20N

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