Una biblioteca virtual de ciencias sociales en formato digital y con acceso libre

El Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales lanzaron una colección de libros en formato digital y de acceso libre. La colección abarca por el momento un total de 17 publicaciones originales e inéditas del campo de las Ciencias Sociales que pueden ser descargadas a través de la biblioteca virtual de Clacso. Algunos de los temas posibles son reflexiones en torno al neoliberalismo, el arte, el fútbol, la ecología, la metodología, la movilidad social, las clases sociales, la desigualdad, la teoría política, el psicoanálisis, la historia latinoamericana, la cultura popular y el pensamiento de diversos autores, como Hegel, Simmel y Althusser.

La Colección IIGG-Clacso es una iniciativa conjunta entre el Instituto Gino Germani, que aporta todos los contenidos, y Clacso, que incorpora estos libros a su biblioteca virtual, con el objetivo de aumentar la difusión local e internacional de las producciones de las y los investigadores del instituto, valorizando la actividad científico-académica realizada en las universidades públicas.

El proyecto editorial se inició en 2013 y, al día de hoy, tiene en su catálogo 17 libros de los cuales 10 se publicaron durante 2020. La colección recorre distintas problemáticas de las ciencias sociales y cuenta con un amplio abanico de autores. Hay publicaciones tanto colectivas como individuales. Los libros son de acceso libre y se distribuyen en toda América Latina desde el IIGG y Clacso. Para recorrer virtualmente toda la colección hay que ingresar aquí.

Algunos de los títulos y autores que aparecen en la colección son los siguientes:

* Asedio del tiempo. Estudios políticos althusserianos, Carolina Collazo y Natalia Romé (compiladoras)

Georg Simmel, un siglo después, Esteban Bernik y Hernán Borisonik (editores)

La identidad se forja en el tablón. Masculinidad, etnicidad y discriminación en los cantos de las hinchadas argentinas, Javier Sebastián Bundio

Profesores, científicos e intelectuales. La Universidad de Buenos Aires de 1955 a su Bicentenario, Martín Unzué

La política y lo político. En el entrecruzamiento del posfundacionalismo y el psicoanálisis, Miguel Rossi y Elena Mancinelli (compiladores)

Políticas terapéuticas y economías de sufrimiento. Perspectivas y debates contemporáneos sobre las tecnologías psi, María E. Epele (compiladora)

El análisis de clases sociales. Pensando la movilidad social, la residencia, los lazos sociales, la identidad y la agencia, Ruth Sautu, Paula Boniolo, Pablo Dalle y Rodolfo Elbert (editores)

* Arte y ecología política, Gabriela Merlinsky y Paula Serafini (editoras)

Contraofensiva neoliberal. La Escuela Austríaca de Economía en el centro estratégico de la disputa, María Paula de Büren

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¿Por qué nos quedamos cortos al enseñar sobre racismo?

Por: .

“Todos somos iguales”, “el color no importa”, “la raza no importa”, solo existe una: la raza humana, estas son ideas que hemos escuchado repetidamente en los salones de clases a lo largo de nuestras vidas. En teoría, estas ideas suenan justas, ideales, un perfecto reflejo del deber ser. ¿Pero son hechos reales? ¿Comprobables?

Cuando hablamos de casos como los de George Floyd, Philando Castile, Breonna Taylor, Maxene Andre, Allen Locke y Ramona Bennet entre otros, existe un común denominador entre quienes ejercieron violencia contra ellos. Ninguno de los agresores era ciego al hecho de que el color de la piel de las víctimas los colocaba dentro de una minoría social.

Es muy posible que la situación que llevó a la muerte de estas personas hubiera sido muy distinta si ellos hubieran pertenecido a un grupo social diferente, o incluso, no habría sucedido tal cosa. La pertenencia al grupo social que los puso en la posición en la que fueron asesinados fue determinada exclusivamente por el color de su piel y características físicas asociadas a su grupo étnico o nacionalidad.

Afroamericano, Haitiano, Nativoamericano. Si podemos entender que el color de la piel y la etnicidad son el disparador de diversas situaciones de injusticia social, ¿por qué todavía pensamos que educar a los niños para que sean “ciegos al color de la piel” los hará capaces de ver las injusticias sociales ligadas a este atributo? ¿O que este tipo de enseñanza jugará un papel importante en desmantelar el racismo sistémico?

Buscamos educar para erradicar el racismo, retirando de la conversación el elemento más básico que lo genera: el color de la piel. Para cuando el estudiante se gradúa de educación básica, puede que sepa que el racismo existe y que está mal ejercerlo, pero no tiene las herramientas para entender las bases sobre las que el racismo se sostiene.

Una historia de racismo y ciencia

Es difícil enseñar sobre racismo cuando no tenemos la apertura y libertad en el aula como para hablar de su historia. Como maestros denunciamos el racismo como algo incorrecto y sin base científica, pero dejamos de lado todos los trabajos realizados a través de siglos que trataron de sustentar las diferencias raciales a través de la ciencia.

Aprender sobre la teoría de la evolución de Darwin es básico en las clases de ciencias naturales y biología, pero todos los contenidos y recursos educacionales cortan el programa antes de llegar al punto de cómo las teorías darwinistas fueron la base del trabajo de académicos como Arthur de Gobineau, Herbert Hope Risley y Ernst Haeckel, tres de los autores más importantes que promovieron el racismo científico.

Este grupo de académicos defendía la idea de que el color de la piel estaba ligado a características físicas e intelectuales jerarquizables. Sostenían argumentos que hoy vemos como absurdos, como por ejemplo, decir que las personas de raza negra estaban más cerca de los simios en un aspecto evolutivo porque los dedos de sus pies eran más fuertes y eso era reminiscencia de la estructura física del mono, que requería de pies más fuertes para balancearse en los árboles; también medían el tamaño del cráneo de las personas en la India para medir su inteligencia y ubicarlos en castas.

Estas teorías fueron refutadas y destacadas del repositorio científico por autores como Franz Boas, Margaret Mead, Zora Neale Hurston, Ella Cara Deloria Boas y Ruth Benedict, quienes sustentaron que no existen diferencias estructurales que afecten las capacidades físicas o intelectuales de ninguna persona con base en la “raza”. Pero el daño ya estaba hecho, la idea de raza y sentido común racial ya estaba incrustada en el pensamiento colectivo, cuando estas ideas ya no tenían una base científica de donde asirse, pasaron a un rubro de donde sería aún más difícil erradicarlas: la arena social.

El oxímoron de cultura y raza

La ciencia tuvo un rol importante en cimentar el concepto de raza y sus diferencias, y aun después de que el racismo científico fue expulsado de la comunidad académica de ciencias exactas, miles de antropólogos, filósofos, sociólogos y expertos del rubro cultural siguen combatiendo los efectos de la migración del racismo científico hacia las ciencias suaves. Como lo explica Antony Peterson, profesor adjunto de la Universidad Nazarena de Trevecca, “No existe la cultura en el atributo físico del color. No hay habilidades musculares o mentales relacionadas con el nivel de melanina. No hay características personales, ni virtudes, vicios o valores consecuentes del color de la piel”.

“La raza no existe, pero sí importa.”

Peterson deshilvana las bases sobre porqué la educación para la justicia racial no atiende realmente las raíces o problemas causados por el racismo. Además, sostiene que en las escuelas se les enseña a los niños que la raza existe, pero que no importa, cuando en la vida real hay una abrumadora evidencia de que es al revés. La raza no existe, pero sí importa.

Los profesionales de la educación son prisioneros de la creencia que la mera mención sobre el tema de las razas tiene un alto potencial de exagerar las diferencias entre los alumnos de diversos grupos étnicos, así como minimizar las similitudes, exacerbar los problemas interraciales y generar conflicto innecesario.

Esto nos lleva a una narrativa falsa y limitada que niega a maestros y estudiantes la oportunidad de reflexionar sobre cómo estas diferencias culturales fueron creadas como políticas impuestas para someter a grupos étnicos. La clave es no quedarse en la superficie de estos supuestos culturales. Por ejemplo, si se pretende hablar de por qué en Estados Unidos hay tantas personas negras que no saben nadar, la idea sería rechazar el prejuicio de que tienen menos habilidades físicas para esto y llamar a una conversación seria sobre la historia de las piscinas públicas, la segregación racial que mantuvo a la comunidad afroamericana fuera de las piscinas y de las clases de natación por décadas.

Todo lo que entendemos como diferencia racial tiene una raíz histórica que es importante analizar y entender para conocer las variables que generan la injusticia social con base en la raza. Puede que la ciencia ya haya confirmado que las razas no existen, pero tomar esa verdad científica como único argumento admisible para combatir el racismo, ignora la verdad social de los millones de personas que son devaluadas diariamente por un concepto sin validez científica, pero con un peso social tan grande que divide a la humanidad de acuerdo a un criterio tan absurdo como absoluto: el color de la piel.

Fuente del artículo: https://observatorio.tec.mx/edu-news/racismo-cientifico

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Libro: Etnicidad como estrategia en América Latina y el Caribe: Etnografía y bibliografía

Main Authors: Baud, Michiel, Koonings, Kees, Oostindie, Gert, Ouweneel, Arij, Silva, Patricio
Format: Libros
Published: 2016
Subjects:
Online Access: http://dspace.ups.edu.ec/handle/123456789/11733

Resumen: la etnicidad es sin duda uno de los temas centrales de nuestro tiempo. Ya se trate de política internacional o de la pro- blemática interna de cada sociedad, la tendencia a recalcar el ‘carácter propio’y los derechos étnicos ha adquirido unas dimensiones hasta hace poco inimaginables. Asimismo la etnicidad representa a veces una cruda realidad. Sobran los ejemplos: Ia sagrienta desintegración de la antigua Yugoslavia, Ias matanzas en Ruanda o la problemática de las minorías en Europa del Este y en cierto sentido también en Europa Occidental. Hasta ahora no existe unanimidad en cuanto a la pregunta de qué exactamente se entiende por etnicidad. Resulta muy dificil dar definiciones generalizadoras debido, en parte, a que este concepto posee una gran carga ideológica. En la vida cotidiana, y particularmente en los medios de comunicación, la etnicidad es presentada generalmente como algo natural que quizás se ha vuelto a ‘descubrir’ durante los últimos años, pero que ya existía potencialmente. En este libro intentaremos relativizar esta opinión respecto al carácter dado y fijo que tendría la etnicidad. Esto lo haremos tomando como base a un estudio sobre América Latina y el Caribe, regiones que ciertamente no ha estado libres de manifestaciones y conflictos étnicos.

Descargar: https://dspace.ups.edu.ec/bitstream/123456789/11733/1/ETNICIDAD%20COMO%20ESTRATEGIA%20EN%20AMERICA%20LATINA%20Y%20EL%20CARIBE.pdf

Fuente:https://dspace.ups.edu.ec/handle/123456789/11733

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Perú, Variable étnica en educación: un nuevo desafío para la comunidad afroperuana

América del Sur/Perú/Servindi.org/ Oswaldo Bilbao Lobatón

El Ministerio de Educación, por intermedio de la Dirección General de Educación Intercultural Bilingüe y Rural (DIGEIBIRA) y el Ministerio de Cultura, a través de la Dirección de Políticas Públicas para Población Afroperuana, vienen desarrollando una propuesta para incorporar la variable étnica en los registros administrativos en la educación peruana. Para tal efecto, se están desarrollando dos propuestas:

  • Incorporar una variable de etnicidad en el Censo Escolar 2018.
  • Incorporar una variable de etnicidad en la ficha de matrícula.

Una de las propuestas, para la incorporación de la variable étnica en el censo escolar, es lo formativo, para luego vincularla a una sesión de aprendizaje: los docentes, junto a los alumnos y padres de familia, realicen acciones de acuerdo a cada nivel de estudio.

El soporte de las respuestas serán las fichas de matrículas. Al final, se obtendrán un registro sobre la variable étnica de los estudiantes (respuesta brindada por los padres de familia), para garantizar el proyecto educativo, según la diversidad cultural.

La novedad de este censo, sería la incorporación, en las fichas de matrícula, de la variable étnica asiático-peruano, sumándose a las variables: afroperuano, moreno, mulato, negro, indígena, quechua, andino, aymara, blanco, mestizo, blanco.

Nosotros consideramos importante la realización de un censo escolar nacional, con el fin de incorporar, nuevamente, la variable étnica y conocer la diversidad cultural de esta población. Es lograr una mayor segmentación para políticas de inclusión.

Si bien las acciones de capacitación están planteadas, desde ambos ministerios, es necesario que la sociedad civil participe impulsando actividades de difusión y capacitación; teniendo como antecedente el Censo 2017. Como ejemplo se tiene el proyecto: “Sensibilización para el censo con incorporación de la variable étnica 2015”, desarrollado por CEDET.

Al final del trabajo piloto, se evidencia que los censos tienen un trabajo previo, siendo los responsables los grupos impulsores, en cada zona, para campañas sobre identificación. Sin ellos, no se lograría sincerar las cifras del censo oficial.

Fuente: https://www.servindi.org/actualidad-noticias/29/11/2017/la-variable-etnica-en-la-educacion-un-nuevo-desafio-para-la-comunidad

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Sudáfrica: la Universidad Stellenbosch responde al estudio de riesgo «bajo cognitivo» de Furore Over Colored Women

Redacción: Allafrica

Los hallazgos, opiniones, conclusiones y recomendaciones de un artículo que afirmaba que las mujeres de color en Sudáfrica tienen un mayor riesgo de funcionamiento cognitivo bajo, debido a los bajos niveles de educación y los comportamientos de estilo de vida poco saludables, son los autores, dijo el miércoles la Universidad de Stellenbosch. .

El estudio altamente criticado, titulado Efectos relacionados con la edad y la educación sobre el funcionamiento cognitivo en mujeres sudafricanas de colores, ha sido calificado de racista y ofensivo desde que circuló en las redes sociales durante el fin de semana de Pascua.

Según el resumen, el estudio evaluó la función cognitiva y su asociación con la edad y la educación en una muestra de 60 mujeres sudafricanas de color entre 18 y 64 años.

Su función cognitiva se evaluó mediante la Evaluación cognitiva de Montreal y una prueba neurocognitiva computarizada, encontrando que «presentan una función cognitiva baja y que está significativamente influenciada por la educación».

El profesor Eugene Cloete, vicerrector de investigación, innovación y estudios de posgrado, dijo que la institución no aprueba ni evalúa las opiniones a las que sus estudiosos llegaron como participantes en este debate académico.

Aunque la universidad reconoció la importancia de la «discusión académica rigurosa y el debate crítico» que siguió a su publicación, estaba «preocupada por el dolor y la ira» que el artículo ha solicitado dentro de la comunidad académica y la sociedad en general, dijo Cloete.

«Como institución, nos oponemos al racismo, incluido el racismo intelectual o la atribución de capacidades cognitivas como la inteligencia en términos de raza».

‘No se trata de inteligencia’

Después de un proceso de limpieza ética, como lo hace con todos los proyectos de investigación sobre seres humanos, el comité relevante que revisó el proyecto del cual emana este artículo aprobó una propuesta de estudio más amplia sobre los factores de riesgo para enfermedades cardíacas, actividad física, condición física y hábitos alimenticios y funciones cognitivas de las mujeres de color en Stellenbosch.

El artículo informó sobre el efecto de los factores ambientales en el desarrollo cognitivo dentro de uno de los grupos más vulnerables del país que fue marginado durante el apartheid y permaneció así durante la era posterior al apartheid, dijo Cloete.

«La Universidad Stellenbosch está comprometida tanto con la libertad académica como con el debate científico abierto y crítico, del cual la investigación académica revisada por pares es la piedra angular. Todos los académicos son conscientes de que la producción científica tendrá que resistir el escrutinio de otros investigadores, no solo para determinar su idoneidad para publicación en revistas acreditadas, pero también en el dominio público «.

News24 se acercó a la profesora de medicina y ciencias de la salud Elmarie Terblanche para hacer comentarios. Esto se añadirá una vez recibido.

Ella le dijo a CapeTalk que era «desafortunado» que el informe haya sido criticado por actuar en los tropos racistas. Ella dijo que los grupos raciales fueron especificados, ya que pueden presentar diferentes problemas de salud.

Terblanche dijo que no estudiaron la inteligencia, sino funciones específicas superiores del cerebro.

Petición lanzada sobre estudio ‘intelectualmente deficiente’

Barbara Boswell, profesora asociada de inglés en la Universidad de Ciudad del Cabo, también ha creado una petición en línea para solicitar la retirada del artículo, debido a sus «fundamentos ideológicos racistas, metodología defectuosa y su reproducción de estereotipos dañinos de ‘Colored ‘ mujer».

«Los autores ignoran un gran cuerpo de teoría de la raza poscolonial y crítica que muestra que la idea de ‘raza’ es un conjunto de relaciones políticas articuladas y que las categorías raciales son altamente inestables, fluidas y provisionales», escribió en una carta abierta a El consejo editorial de la revista que publicó el estudio.

«En su lugar, usan acríticamente la denominación racial de apartheid ‘de color’. Su definición de comunidades así clasificadas no problematiza la idea de ‘raza mixta’; sugiere incorrectamente que estas comunidades son una clase homogénea; combina ‘raza’ y etnicidad; y sugiere lo que solo puede leerse como porcentajes de herencia biológica por «raza» y «clan». Este último es similar a la eugenesia. «Ella argumentó que el informe tenía fallas científica y fundamental, señalando que el título, el resumen y la introducción infieren los resultados Son aplicables a todas las «mujeres sudafricanas de color».

«Sin embargo, los autores reconocen que se basan en un tamaño de muestra pequeño; que los 60 participantes eran de una sola comunidad geográfica; y admiten que su metodología produjo un resultado que» probablemente no sea totalmente representativo de la población de SA de mayor color»

El artículo fue publicado como una investigación científica, pero «se basa en los estereotipos coloniales de las mujeres africanas, y de las mujeres sudafricanas ‘de color’ específicamente, como intelectualmente deficientes», acusó Boswell.

«Sus propios datos no apoyan sus afirmaciones. No hay nuevos hallazgos aquí; solo un paradigma Verwoerdian reenvasado», continuó Boswell.

El miércoles a las 17:00, más de 2 000 personas habían firmado su petición.

Fuente: https://allafrica.com/stories/201904250178.html

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Etnicidad: inclusión y equidad

Por Gloria E. Trigos R.

En el Programa Sectorial de Educación 2013-2018, se señala que para garantizar la inclusión y la equidad en el sistema educativo, se deben ampliar las oportunidades de acceso a la educación, permanencia y avance en los estudios a todas las regiones y sectores de la población. Esto requiere crear nuevos servicios educativos, ampliar los existentes y aprovechar la capacidad instalada de los planteles, así como incrementar los apoyos a niños y jóvenes en situación de desventaja o vulnerabilidad.

También se establece que es urgente reducir las brechas de acceso a la educación, la cultura y el conocimiento, a través de una amplia perspectiva de inclusión que erradique toda forma de discriminación por condición física, social, étnica, de género, de creencias u orientación sexual.

En este contexto, consideramos que para poder contribuir al logro de algunos de estos ideales y en seguimiento al estudio de la diversidad identificada en nuestras aulas, se realizó un estudio longitudinal hacia atrás (de cohorte) a los estudiantes de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, que hablan algún dialecto.

Para guiar el desarrollo de este estudio se definieron los siguientes objetivos:

1.- Identificar a los alumnos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, que hablan algún dialecto, su procedencia y desempeño académico.

2.- Conocer cuáles son las lenguas indígenas presentes entre los alumnos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.

3.- Visibilizar a los alumnos que hablan alguna lengua indígena y contribuir a mejorar la atención brindada durante sus estudios universitarios.

En consecuencia, se solicitó el registro de alumnos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas con esa característica, al área administrativa responsable del registro escolar. Nos fue brindado un archivo con un total de 919 casos que, una vez analizados, se redujeron a 638 de los niveles de licenciatura, técnico superior o profesional asociado, posgrado y cursos de inglés; descartándose 281 por estar duplicados o bien, porque el alumno no reconoce hablar algún dialecto.

En dicha información se observa presencia de alumnos hablantes de algún dialecto desde el periodo 2004.3 hasta 2017.3, detectándose mayor presencia en los periodos 2008.3 a 2014.3. En los periodos previos y posteriores a los señalados, es menor el registro de casos.

Es importante señalar que dado que en la cédula de registro sólo se pregunta si el alumno habla algún dialecto, pero no se pide especificar cuál, se tomó el criterio de asignar un dialecto de acuerdo al municipio y estado de procedencia de quienes declararon que sí hablaban alguno. Debido a ello, puede haber alguna diferencia con el dato real, siendo ésta la explicación; no obstante, trabajarlo de esta manera nos permite contar con un primer escenario en cuanto a la procedencia y dialecto que habla una parte de la población estudiantil de esta Universidad.

En otro sentido, en algunos casos, con el dato relativo a municipio de procedencia, por ejemplo Nuevo Laredo, Ciudad Victoria, Reynosa, todos del Estado de Tamaulipas, surgió la idea de que es muy probable que entre ellos se encuentren alumnos que han tenido interés por aprender un dialecto y, que por lo tanto, no necesariamente forman parte de un grupo étnico determinado. Esto se tendría que comprobar mediante un estudio más profundo.

Efectuadas estas aclaraciones procedemos a presentar algunos de los resultados obtenidos.

Los dialectos identificados en la población estudiantil de la Universidad Autónoma de Tamaulipas son: Guaraní, Huasteco, Mixteco, Náhuatl, Otomí, Tepehua, Totonaca, Zoque, Mam, Zapoteco, Triqui, Pame, Yaqui y Huichol.

Los alumnos que los hablan son originarios de 14 estados de la República Mexicana y uno de Paraguay. Se detecta mayor presencia de Tamaulipas lo que probablemente se explique por la migración de jóvenes que vienen a estudiar y después llegan algunos hermanos o familiares, lo que les permite formar grupos que permanecen en estos lugares; en orden descendente, hay presencia también de Veracruz, San Luis Potosí, Hidalgo, Oaxaca, México, Guerrero, Puebla, Chiapas, Coahuila, Nuevo León, Itapua Paraguay, Jalisco, Sonora y Tabasco.

El grupo de edad predominante es de 18 a 24 años con un 90.6% que generalmente corresponde a estudiantes de nivel licenciatura; en el grupo de edad de 25 años o más (8.6%) se detecta presencia de los que estudian algún posgrado; y, en el resto (.8%) corresponde al grupo de menores a 18 años, que son de bachillerato.

Predomina la población masculina con un 53.4% en relación a la femenina, 46.6%.

Las carreras preferidas por los alumnos hablantes de algún dialecto son: Lic. en Enfermería, Contador Público, Lic. en Derecho, Lic. en Administración; Médico Veterinario Zootecnista, Arquitecto, Ing. Industrial, Lic. en Psicología, Lic. en Negocios Internacionales, Ing. Civil que reúnen un 60.3% de las preferencias de estos grupos estudiantiles. El resto se inscribió en carreras de diferentes áreas de conocimiento, predominando las de: ciencias sociales y administrativas e ingeniería y tecnología.

En cuanto al estatus académico que, actualmente, registran en nuestro sistema, se encontró lo siguiente:

Situación académica de alumnos de la UAT, hablantes de algún dialecto. Octubre 2017.

Situación Académica Actual N° Alumnos %
Egreso Oportuno 243 38.1
Egreso con Rezago 43 6.7
Baja Voluntaria 102 16.0
Baja por Sistema 52 8.2
Estudiando 185 29.0
PSS No Inscrito 13 2.0
Total 638 100.0

La causa principal de deserción es por reprobación y por agotar oportunidades de inscripción, lo cual equivale a baja por sistema, significando que ya no tienen oportunidad de inscribirse en esta universidad por lo que, de tener interés en continuar sus estudios, deberán inscribirse en otra institución educativa; sin embargo, en mayor medida se presenta también la baja voluntaria, que no responde a causas de tipo académico, sino más bien económico en la mayoría de los casos, en esta situación, el alumno conserva su derecho a volver a inscribirse en algún momento.

Es digno de mencionar que algunos alumnos cursan entre siete y nueve años de estudio antes de desertar ¿a qué se debe esa tenacidad, sin éxito? Caso contrario, se observa que algunos alumnos ocuparon entre siete y once años para concluir su carrera. Tiempo más que suficiente para haber cursado hasta dos carreras, en condiciones idóneas. ¿Qué se puede hacer para evitar esta permanencia tan prolongada en la Universidad?

Por otra parte, en este panorama, destaca el dato relativo a los prestatarios de servicio social (PSS). Y llama la atención porque quienes decidieron o necesitaron realizar el servicio social al final de todas las asignaturas del plan de estudios, no pueden inscribirse en la Universidad. Esta situación, los deja en otro tipo de vulnerabilidad en virtud de que, como ya se señaló, al no estar inscritos, prácticamente no son alumnos, sin embargo, tampoco son egresados, ni desertores, puesto que están realizando su servicio social.

Al respecto se puede comentar que si bien “en los años noventa la misma ANUIES sugería que el servicio social debería formar parte del plan de estudios, es decir, tener asignada una carga académica con una determinada cantidad de créditos, ello permitiría que su prestación tuviera un sentido social, una supervisión académica y un impacto integral sobre el estudiante, en estrecha relación con las funciones sustantivas de la educación superior”, es necesario vigilar que dicha disposición se concrete a través de las instancias involucradas en la operatividad del Plan de Estudios sin perjuicio de los alumnos que por alguna razón hayan optado o tenido que prestar su servicio social al final de su carrera. En este sentido, el reglamento respectivo sólo señala que lo puede realizar una vez que haya aprobado el 70% del total de créditos.

Desde hace varios años, durante la atención al programa PRONABES, se detectó que debido a esa situación, de no estar inscritos, no pueden optar o se les dificultar participar en Convocatorias de Becas, además de que tampoco cuentan con seguro facultativo, ni con seguro de vida.

En este estudio vuelve a surgir esta situación con alumnos que hablan algún dialecto y que provienen de otros estados de la República Mexicana como Veracruz, Hidalgo y del mismo estado de Tamaulipas.

En las circunstancias descritas, el estado de vulnerabilidad de los hablantes de algún dialecto por cuestiones propias de adaptación a nuevos ambientes, ¿no se agrava al estar fuera de su hogar y sin contar con las prestaciones propias de un alumno inscrito, como son atención médica, seguro de vida, además de poder participar en becas federales de servicio social u otras, que solicitan evidencia de su calidad como estudiantes, evidencia que sólo la otorga la ficha de pago por inscripción?

Considero que la medida de incorporar al servicio social con valor curricular dentro del plan de estudios, es buena por su propósito de fortalecer la formación integral del estudiante; sin embargo, es necesario vigilar que el alumno conserve su categoría como tal, al permitir la inscripción en la Universidad para realizarlo, aunque sea con una cuota simbólica, al margen de la fecha en que el alumno lo realice, recordando que forma parte del Plan de Estudios y que el Reglamento respectivo lo respalda.

De estos resultados surge una pregunta que amerita ser contestada con objetividad y profesionalismo. ¿Estamos preparados para tratar con equidad a nuestros alumnos? Ciertamente les abrimos las puertas de nuestras instituciones para que continúen estudiando, pero… ¿llegamos a conocerlos de tal manera que buscamos, oportunamente, la forma de retenerlos para que logren concluir sus estudios universitarios, sin prolongar su permanencia en la institución?

En el caso de los alumnos en estudio, ahora sabemos que forman parte de nuestra población estudiantil y que son miembros de comunidades indígenas que vienen a nuestra institución con un gran deseo de superación; sin embargo, cuando se emigra, se presentan problemas de adaptación. Y es donde las Instituciones Educativas tienen la oportunidad de trabajar para reducir, hasta eliminar, las barreras culturales propias de estos casos, para ayudarlos a lograr sus objetivos.

Como dato interesante también se menciona que de los 638 casos ya señalados, se pudo identificar que 150 tienen hermanos estudiando en la UAT y 488, no.

En el grupo de los alumnos que tienen hermanos estudiando en la UAT hay 21 generaciones que van del periodo de ingreso 2004.3 al 2017.3 donde se observa presencia de uno a diecisiete alumnos inscritos en distintas carreras de la UAT, siendo el mayor número de ellos en 2010.3  y el menor en 2004.3, 2005.1 y 2007.1.

El comportamiento de estos grupos dialectales en cuanto al promedio obtenido en tres momentos (inicial, al término del primer año y al final de sus estudios) de su trayectoria académica, es variable. Los de dialecto náhuatl no presentan relación significativa ni al ingreso ni al término del primer año, sin embargo, son los que obtienen promedios más altos que oscilan entre 9.5 y 10; los hablantes de huasteco presentan promedios entre 6 y 7 tanto al inicio de sus estudios, al término del primer año y al final de sus estudios, presentando también promedios reprobatorios y, en consecuencia, deserción; en los de habla otomí, se observa que al término de su primer año de estudios conservan el promedio del nivel inmediato anterior, no obstante en el promedio final se observa una baja significativa, sin deserción; los que hablan tepehua mejoran el promedio obtenido en el primer año  con relación al promedio inicial observándose una mejora significativa en el promedio final; los de habla guaraní presentan promedio alto al término del primer año conservándolo al final de sus estudios.

Los anteriores datos sugieren que los alumnos hablantes de los dialectos náhuatl,  guaraní y tepehua tienen mejor desempeño académico, en relación a los que hablan otomí y huasteco. Quizá esto se deba a que el proceso de adaptación para estos dos últimos grupos, resulta más difícil, por alguna razón que aún se desconoce.

También nos preguntamos ¿cuál es la situación académica de los estudiantes que hablan algún dialecto pero no tienen hermanos estudiando en la UAT, en relación a los que sí tienen hermanos? La respuesta encontrada se puede apreciar en la siguiente tabla.

Situación Académica de alumnos hablantes de lenguas indígenas de la UAT. Con hermanos y sin hermanos estudiando en la UAT. Octubre 2017.

Sit. Académica Con hermanos Sin hermanos
Egreso 70 46.60% 216 44.30%
Deserción 41 27.40% 113 23.20%
Estudiando 36 24% 149 30.50%
PSS 3 2% 10 2%
Total 150 100.00% 488 100.00%

Se puede observar que, en forma proporcional, el egreso es más alto en los alumnos que tienen hermanos estudiando en la misma institución que en los que no tienen. ¿Será acaso que ayuda el sentirse acompañado o ser modelo a seguir, en el caso de los que sus hermanos son menores?

En este tenor, me permito hacer las siguientes consideraciones:

Un estudio de esta naturaleza se complementaría muy bien con un trabajo de campo para realizar entrevistas a los hablantes de algún dialecto y obtener elementos más cualitativos para poder conocer y brindar opciones de atención a estos grupos.

Es importante recordar que somos protagonistas de la sociedad del conocimiento y para hacer un papel adecuado en ella, es necesario contar con información actualizada, confiable y oportuna. Y, aunque quizá en la mayoría de las instituciones no la hay con estas características, es tiempo de empezar a construir potentes bases de datos, hasta lograrlo.

Es necesario sistematizar la información institucional respecto de alumnos con características determinadas para aprovechar al máximo su análisis y verter sus resultados en programas de intervención específicos.

En forma paralela, valdría la pena fomentar el aprecio por el análisis de la información así como el uso adecuado de los resultados obtenidos para formular líneas de acción para el desarrollo institucional.

Por último, como me dice un querido y respetado amigo, sigo picando piedra en el tema de acercarnos a conocer a nuestros estudiantes en su enorme diversidad, porque lo asumo como la esencia misma de las instituciones educativas y también, por considerar que hay muchas acciones por desarrollar en beneficio del alumno que permitirían a las instituciones educativas, cumplir cabalmente con su responsabilidad social.

Con este planteamiento me sumo al canto de Mercedes Sosa cuando dice “Sólo le pido a Dios que el dolor no me sea indiferente, que la reseca muerte no me encuentre vacía y sola, sin haber hecho lo suficiente”.

Fuente del artículo:  http://www.educacionfutura.org/etnicidad-inclusion-y-equida

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