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Entrevista: Gabriel Heller Sahlgren. El hombre que ha desmontado la educación finlandesa: “Es un peligro imitarla”

Por: Héctor G. Barnés

El país nórdico se ha convertido en una referencia educativa global, pero un investigador sueco mantiene que estamos totalmente equivocados sobre los motivos de su éxito.

En 2001 se hicieron públicos los resultados del primer examen PISA. Entre decenas de países, destacaba por encima del resto uno en el que nadie había reparado aún: Finlandia, que se encontraba en los primeros puestos en matemáticas, lectura o ciencia. Desde entonces, y durante más de una década, expertos educativos, profesores, periodistas y sociólogos se lanzaron a glosar las excelencias de su sistema educativo. Eliminación de exámenes y deberes, educación centrada en el alumno, exigente formación de profesores, autonomía de los centros… El número de lecciones que el resto de países debían aprender de los escandinavos era innumerable. Finlandia, en definitiva, era un milagro. El modelo a imitar.

A partir de 2009, no obstante, la situación comenzó a cambiar, y la línea ascendente comenzó a caer en picado. En matemáticas, por ejemplo, pasaron de 544 puntos en 2003 a 519. ¿Qué estaba ocurriendo? Algunas respuestas pueden encontrarse en ‘Real Finnish Lessons’, un pequeño libro escrito por el sueco Gabriel Heller Sahlgren, director de investigación del Centre for Education Economics londinense en el que intenta desmontar dato a dato las leyendas sobre la educación finlandesa. Un proceso de deconstrucción que podría resumirse en una idea: el éxito escandinavo no fue consecuencia de sus reformas educativas, sino a pesar de ellas. En todo caso, pueden explicarse a partir de sus particularidades históricas.

La importancia de la educación, el crecimiento económico y sus métodos tradicionales fueron la base para los resultados de 2000

Heller Sahlgren sugiere que fue el tradicionalismo del sistema educativo finlandés, centrado en el profesor y con una gran centralización organizativa, lo que le disparó a lo más alto de los ‘rankings’ educativos. “El análisis de sus resultados a lo largo del tiempo muestran que su ascenso empezó mucho antes que sus políticas estrella entrasen en vigor”, recordaba. En otras palabras, no solo esos conocidos ingredientes del éxito no habían tenido nada que ver con su ascenso en PISA, sino que el experto en economía de la educación recordaba que eran la causa del posterior desplome en los ‘rankings’. Analizamos estos mitos de mano del analista sueco.

PREGUNTA. En su monografía defiende que los buenos resultados obtenidos por Finlandia en PISA en 2000, el año del “milagro”, no se deben a los factores que suelen señalarse, sino a otros que se han ido dejándose de lado. ¿Cuáles?

RESPUESTA. En el libro destaco dos factores. El primero es que Finlandia tradicionalmente ha dado gran importancia al rol de los profesores, no solo en el colegio, sino también en la sociedad. Es una nación muy joven, y por lo tanto, necesitaba inocular esos nuevos valores a través de una educación que llegase a todos los niños y al resto de la población. Antes de la Segunda Guerra Mundial ya se puede ver que había una gran proporción de profesores bien formados, lo que muestra el estatus del que gozaban durante los años 20 y 30, así que no es nada nuevo. Sin embargo, no iban a la universidad, sino a seminarios. Mantener que se trata simplemente de una cuestión de formación de los docentes es simplista.

Finlandia fue plantando las semillas de su éxito a lo largo de la historia. Hay que recordar que era un país muy pobre: en los años 50, aún se encontraba en un 60% del PIB de Suecia y Dinamarca. Entonces algo ocurrió, y se desarrolló económicamente de una forma similar a la del este de Asia, con un crecimiento tan rápido entre los 50 y finales de los 80 que hizo que el cambio de valores no fuese al mismo ritmo. Suecia, Noruega y Dinamarca se convirtieron en países postindustriales, más progresistas en sus actitudes, que se centraban en la felicidad de los niños, su autoexpresión y demás. Pero si comparas la educación sueca y la finlandesa, verás que no se parecen, porque Finlandia siguió siendo muy tradicional hasta finales de los años 90 y principios de siglo.

Un país pobre que experimentó un rápido crecimiento económico. (Cordon Press)
Un país pobre que experimentó un rápido crecimiento económico. (Cordon Press)

Esas costumbres que cimentaron la importancia de la educación, un rápido crecimiento económico que facilitó que los padres estuviesen mejor formados (lo que influye positivamente en los niños) y la retención de este método tradicional de educación, que no está muy de moda, son los tres ingredientes que produjeron sus buenos resultados a principios del siglo XXI.

P. Por lo tanto, es un error intentar imitar el modelo educativo finlandés moderno.

R. Es importante recordar que sus puntuaciones en las pruebas comenzaron a mejorar mucho antes de que el sistema actual fuese implementado. Si miras los datos, ha sido con este cuando las notas han empezado a caer. Su descenso entre 2006 y 2015 es el mayor entre todos los países nórdicos. Pero también puedes fijarte en los años 90, cuando Finlandia participaba en el TIMSS, que se centra en Ciencias y Matemáticas. Entre 1990 y 2011, los alumnos de séptimo grado (13 años) bajaron 38 puntos, que equivalen a más de un año entero de escolarización. Cuando vimos las puntuaciones del año 2000 y dijimos “Finlandia lo está haciendo muy bien”, en realidad las notas ya estaban cayendo.

Copiar a Finlandia tendría un efecto negativo. Es un peligro imitar otros sistemas educativos en general, aún más cuando las investigaciones sugieren que fue el sistema antiguo el que produjo buenos resultados y el nuevo, el que tanto le gusta a todo el mundo, es el que está haciendo bajar las notas. Es una lección importante.

P. Entonces, ¿qué cambios se han producido para que el rendimiento haya descendido?

R. Es difícil decirlo, pero hay distintos factores. El primero es que Finlandia es ya un país rico, por lo que en muchos sentidos se parece más a otras naciones occidentales. Es un poco más vago, considera que los niños no deberían estudiar tanto en el colegio… Lo que hemos visto entre 2002 y 2009 gracias a PISA es que la cantidad de tiempo que los niños dedican a la lectura ha descendido significativamente. Los valores relacionados con la educación están cambiando entre los jóvenes.

Su jornada escolar es más corta. Y eso, mágicamente, ha terminado convirtiéndose en que a los niños les va mejor si estudian menos

Desde principios de los 90 hay un movimiento en Finlandia para que la enseñanza sea como en Suecia, más centrada en los niños. Si miras los nuevos currículos, enfatizan que sean estos los que determinen cómo será la educación. Hay un cambio hacia la educación centrada en el alumno, pero históricamente la cantidad de niños que participan en su diseño ha sido muy baja, y esta se ha doblado entre 2009 y 2016. Hay evidencias de que la educación tradicional desaparece en Finlandia al mismo tiempo que bajan las notas.

P. Uno de los temas recurrentes al hablar de Finlandia es que hacen muy pocos deberes. Según argumenta, eso no tiene ninguna relación con el éxito educativo del país.

R. No, lo que ocurre es que la jornada escolar es más corta en Finlandia. Y eso, mágicamente, ha terminado convirtiéndose en que a los niños les va mejor si estudian menos. Si miras las investigaciones no es así. Si haces más deberes, obtendrás mejores resultados. Si vas más horas al colegio, también. Lo sabemos gracias a PISA y TIMSS. Es al revés: los niños finlandeses han sacado buenas notas a pesar de no hacer muchos deberes. No creo que sea en absoluto un factor positivo, pero es de esas cosas que se intentan imitar. Es lo que ha ocurrido en Escocia, que ha intentado copiar el sistema educativo finlandés, por ejemplo, eliminando exámenes estandarizados. Lo que ha ocurrido es que la educación escocesa está hundiéndose. Las investigaciones sugieren que los exámenes mejoran el aprendizaje. Es peligroso llegar a conclusiones basándose solo en lo que hace Finlandia.

P. ¿Qué rol jugó la equidad en esos buenos resultados?

R. Es difícil decirlo. Mucha gente resalta la importancia de la reforma de las escuelas comprehensivas en los años 70, pero los datos muestran que apenas tuvo impacto en los resultados de los niños. Lo que hizo fue incrementar el número de años de escolarización, así que la primera generación de PISA tenía padres que, gracias a ello, habían disfrutado de una mayor formación. Esos fueron los cimientos de la equidad, y quizá que más gente formase parte del sistema educativo tuvo un impacto positivo en los niños. A un nivel más general, es difícil decir nada sobre el rol de equidad como tal, porque hay pocos datos sobre ello. Históricamente, Finlandia lo hizo bien, pero una vez más, no es algo intrínseco al sistema educativo.

Niños jugando en un parque de Helsinki (Finlandia). (iStock)
Niños jugando en un parque de Helsinki (Finlandia). (iStock)

El nivel de educación especial aumentó sensiblemente entre los 70 y los 90, y eso pudo haber tenido algún impacto, al centrarse en los niños con peores notas. Pero cuando Finlandia mejoraba era porque tenía clases y estilos de enseñanza muy tradicionales, que estaban muy estandarizados en todo el país. En resumen, resulta poco probable que la igualdad de la que todo el mundo habla fuese el secreto para el éxito finlandés.

P. Ahora que Finlandia ha bajado su rendimiento, los periodistas y expertos educativos nos centramos en otros países: Estonia, Portugal, Canadá… ¿Hasta qué punto es peligroso crear “modelos estrella” cada pocos años?

R. Muy peligroso e inútil, porque no se puede aprender nada de ello. Estonia es un caso muy interesante, porque lo está haciendo muy bien. Si te fijas, en muchos sentidos se parece a Finlandia. Tienen una lengua parecida, crecieron muy rápido… Pero en su caso, tienen dos tipos de población: los que hablan ruso y los que hablan estonio. ¿Quién crees que lo hace mejor? Tienen dos tipos de sistemas educativos exactamente iguales, pero los rusos rinden al nivel de Suecia y los estonios, al de Japón. Así que un mismo sistema puede producir resultados muy diferentes, a causa del contexto cultural. ¿Cuál copiarías? ¿El ruso o el estonio? ¡Son iguales! Es muy difícil llegar a conclusiones. Nadie diría que Estonia no lo está haciendo bien, pero es complicado descubrir sus secretos, en cada país ocurren cosas que determinan sus resultados.

Si hay regiones de España que están al nivel de Finlandia, ¿por qué nos centramos en esta y no en esas zonas?

Mira Polonia, se supone que era un buen ejemplo, pero se desplomó 20 puntos en el último examen PISA. Vietnam también lo era y cayó. Antes de intentar mejorar nuestro sistema educativo, debemos analizar otros países, pero no simplemente para copiar qué están haciendo, sino para averiguar a través de investigaciones qué podemos aprender. Es peligroso hablar de “milagros” cada tres años.

P. Lo que explica de Estonia ocurre también en España, donde alguna regiones puntúan muy por encima de la media de la OCDE, a la altura de Finlandia, y otras están muy por debajo.

R. La pregunta, por lo tanto, es por qué debemos copiar a Finlandia cuando puedes analizar esas regiones de España, ¿no? ¡Jajaja! ¿Qué están haciendo diferente? Probablemente nada, son otros factores los que están en juego.

P. ¿No es un problema que se utilicen mediciones como PISA como criterio para juzgar el rendimiento educativo de un país?

R. La educación no puede medirse de un único modo, pero PISA tiene una fuerte correlación con otras matrices de rendimiento. No deberías centrarte únicamente en los resultados de las pruebas, pero es importante recordar que la evidencia sugiere que un rendimiento mayor es clave para el crecimiento económico. Los resultados ya no solo miden los conocimientos, sino otras habilidades como la conciencia social, la capacidad para trabajar duro, etc., que también son muy importantes para el futuro de los niños en el mercado laboral.

Suecia ha obtenido habitualmente resultados muy inferiores a los de Finlandia en PISA. (iStock)
Suecia ha obtenido habitualmente resultados muy inferiores a los de Finlandia en PISA. (iStock)

No deberíamos ser demasiado negativos con PISA. El gran problema no son los resultados en sí, que están bien, sino las recomendaciones de la OCDE u otras organizaciones que se preguntan qué deben hacer los países para obtener mejores notas, y que a menudo no se basan en nada. Como explico en el libro, muchas de sus conclusiones provienen de la mera observación, hay poca investigación detrás. Quizá ahora sea demasiado fácil ver los ‘rankings’ y decir “mira qué bien este país, vamos a copiar su sistema educativo”. .

P. ¿Qué cree que pasará en el futuro con Finlandia?

R. Es difícil decirlo, pero creo que seguirán bajando. Puede que se detengan, pero viendo cómo está su sistema educativo, se van a parecer cada vez más a Suecia. Es un país que ha mejorado en la última edición porque curiosamente ha empezado a hacer todo lo contrario que Finlandia, por ejemplo, recuperando las pruebas estandarizadas. Pero si tuviese que hacer una predicción, diría que no va a ir a mejor.

P. ¿Cuál es la moraleja de esta historia?

R. Que no hay lecciones fáciles. No hay ningún ingrediente que garantice el éxito. El peligro, como pongo de manifiesto en el libro, es que es imposible encontrarlo. No hay que llegar a conclusiones apresuradas sobre lo que un país debería hacer a partir de lo que ha visto en Finlandia, en Japón, en Estonia, o en cualquier otro país de moda.

Fuente de la Entrevista:

https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-04-04/educacion-finlandia-mito-gabriel-heller-sahlgren_1544856/

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Argentina: Educación: tiempo para avanzar, sin excusas

Argentina/03 de abril de 2018/Por: Gustavo Iaies /Fuente: https://www.clarin.com

Entre ánimo y frustración por los resultados de la prueba Aprender.

Y las clases empezaron… más allá de presiones, de algún día de paro, los chicos están en la escuela, la estrategia del paro fue débil y demuestra un cambio de época en nuestra sociedad. Pareciera que el temor a las acciones sindicales ya es cosa del pasado.

Los resultados de la prueba Aprender aportan algún ánimo y alguna frustración, en algún área se ven mejoras, en otras seguimos parados, incluso retrocediendo. ¿Hay alguna política que se esté implementando y explique la mejora en comprensión lectora? No parece y menos en alumnos de los últimos años de Escuela Media, serían impactos demasiado rápidos. Por otro lado, la mitad de los alumnos se siguen “cayendo” de las escuelas secundarias, pero el de las evaluaciones, es un camino en el que vale la pena insistir.

Parece un contexto más abierto, para avanzar con cambios, para ir a fondo en los temas en los que aparecen necesidades, urgencias, temas que demandan decisiones. El país parece haber arribado a condiciones que posibilitan pensar en cambios, mejoras, condiciones para discutir y trabajar en los temas que requieren iniciativas de cambio. Nadie parece estar en condiciones ni en actitud de parar la discusión, de trabar los cambios. Sin embargo, no aparecen esas decisiones, el Estado mira algunos temas, pero no parece definir una dirección de cambio, una transformación clara, profunda, estructural. Por momentos, parecería entretenido en seguir buscando rivales, enemigos, sin terminar de mostrar un plan, una iniciativa que le permita avanzar a la sociedad a una mejora educativa. Las declaraciones, exigencias, exclamaciones, no son una política, llegó la hora de hacer.

El mundo de los especialistas piensa estrategias difíciles de implementar, cambios de países avanzados que parecen complejos de implementar en estas condiciones. Pero no poder cambiar “todo”, no quiere decir no poder cambiar “nada”. Intentar transformaciones, ver que podemos, sería un gran mensaje.

El gran desafío es definir prioridades, tener claro por dónde empezar, lo posible, lo interesante, los cambios que se puedan y valga la pena realizar. Nos está haciendo falta un tiempo de acuerdos, de sentido común, de entender necesidades y posibilidades en este contexto.

Basta de frivolidades, terminemos con los modelos extravagantes, necesitamos una escuela que garantice un orden a los chicos, el aprendizaje de Lengua y Matemática y un cierto grado de equidad en esos logros. ¿Eso es todo? Quizás no, pero lograrlo sería un gran comienzo.

Se trata de trabajar con directores y equipos docentes, con pautas claras y ordenadas, y ministerios que les pueda dar condiciones para decidir, planificar y mejorar. Necesitamos pensar condiciones reales, posibles, con sentido común, definirlas y ponerlas en marcha.

Por otro lado, la sociedad debe abandonar su posición de “público que observa” y empezar a reclamar, participar, exigir. Los padres deben “abrazar a las escuelas”, estar cerca de los equipos docentes sin invadirlos. Las organizaciones de la sociedad civil que producen documentos, cambios en dos o tres escuelas, deben mutar en otras que capaciten padres y madres, que los ayuden a constituirse en actores de sus propias escuelas.

Debemos comprender las condiciones del cambio, parece que ha llegado la hora de hacer y de terminar con los deseos, los power points y los discursos. Parece hora de implementar, avanzar, dejar de buscar rivales, enemigos, excusas. Debemos dejar de mirar el calendario electoral y discutir los cambios.

Los chicos han perdido mucho tiempo, los adultos nos hemos dedicado a nuestras discusiones, y pasaron los años, pareciera que llegó la hora de una escuela ordenada, contenedora, capaz de enseñar lo importante, las bases que habiliten seguir aprendiendo en un futuro.

Es tiempo de cambios, de avanzar sobre una escuela posible, financiable, con posibilidades de crecimiento, que nos de satisfacciones, que les habilite a los chicos un futuro.

Fuente de la Noticia:

https://www.clarin.com/opinion/educacion-tiempo-avanzar-excusas_0_BymEunRcM.html

 

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Volvió la terca esperanza

Por: Manuel Gil Antón

Pasa cada año. Las jacarandas tomaron la decisión y han estallado con ese color tan suyo en la ciudad. Florecen, rompen el gris y se asocian con el verde de otros árboles. Son un signo, para quien sabe ver, de la contundente fuerza de la vida a pesar de todo. Al mismo tiempo, cientos de miles de jóvenes se registraron, han contestado, o están por responder un examen para tratar de seguir sus estudios en la prepa o la universidad. Muchos ya conocen el resultado.

En confluencia con la luz de las jacarandas —y de otros árboles en distintos lados del país— esos muchachos y chavalas que se preparan para la prueba, los que, quizás, en la pregunta 42 y faltando 3 minutos para que termine el tiempo, deciden marcar una opción, cualquiera, ya sea empleando el popular de tin-marín (o algo semejante que contribuya a atinar cuál es la opción correcta) reiteran la esperanza social en la educación.

Es la mejor herencia, dicen sus padres, y se esfuerzan por hacer posible y merecer ese legado. Son color, jacaranda simbólica que se cuela entre el cemento gris, agrietado, de un país deshecho por la violencia, la corrupción, el socavón cada vez más ancho y hondo de la impunidad, el cinismo de los que mandan, la soberbia con la que mienten, dicen que saben lo que ignoran, y pactan lo indecible para conservar el poder y, con él, la inmunda inmunidad de la que gozan. Desde el prescolar hasta el posgrado acabalan 37 millones de compatriotas en números redondos: 31% de la población total del país anda en la escuela.

Pura esperanza en la decencia, en medio de la decadencia ética de quienes han ngido gobernar durante décadas. La palabra más común en estos días es: ojalá. Y es preciosa y precisa, sin tener que referir a ninguna divinidad. Es una expresión que, incluso mal acentuada en el bien decir popular, ójala, sabe y tiene el color de quien anda buscando mejor futuro. Ojalá que haya quedado. Ojalá haya pasado. Ójala.

Ojalá esa muchacha que, a pesar de los 108 (de 120) aciertos en el examen de la UNAM, no entró a medicina, sepa que no reprobó: es una nota muy alta. El que reprobó es un sistema educativo avaro en lugares para estudiar, pero presto y manirroto en culpar a la víctima: tronaste, tienes que estudiar más, no la hiciste a pesar de darte la oportunidad. Malagradecido.

Ojalá, cuando se vayan los que están en el poder, podamos impulsar que haya más lugares, y no sólo pupitres, sino espacios para aprender: abiertos, exigentes, apasionantes. Y un montón de teatros y bibliotecas y balones. Ojalá sepamos exigir, y lograr, una reforma educativa digna de llevar ese nombre, pues la actual, así denominada, se ha arrastrado hasta la saciedad en comerciales vacuos, se ha saciado en “someter” a pésimos exámenes —no evaluar — a miles de maestras y profesores con fines laborales, y presume, sin pudor, que cuenta con un Nuevo modelo educativo, ya no basado en la memoria, sino en lo más actual: aprender a aprender.

Vaya novedad. Ojalá recuperemos la memoria, y acompañemos al profesor Roberto Rodríguez a la biblioteca para hallar que: “El título de maestro no debe darse sino al que sabe enseñar, esto es al que enseña a aprender; no al que manda aprender o indica lo que se ha de aprender, ni al que aconseja que se aprenda.

El maestro que sabe dar las primeras instrucciones, sigue enseñando virtualmente todo lo que se aprende después, porque enseñó a aprender”. Estas palabras las escribió Simón Rodríguez, maestro de Simón Bolívar, quien vivió de 1769 a 1854.

Ojalá, ójala de veras, un día estudiar valga más que robar dinero público, ya no sea mejor tener conocidos que conocimientos y haya más jacarandas, y nuevas universidades, que muertos y fosas en nuestra tierra. Para que sea así, es cosa de entrarle y no callar. Alzar la voz: tomar la palabra arrebatada.

Fuente del Artículo:

Volvió la terca esperanza

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México: El INEE, sin método para evaluar aprendizaje de alumnos indígenas: Consejera Schmelkes.

Por: Areli Villalobos. Proceso. 07/03/2018

La consejera del Instituto Nacional para Evaluación de la Educación (INEE), Sylvia Schmelkes del Valle, reconoció que actualmente no existe una forma de evaluar el aprendizaje de los alumnos indígenas y se desconoce qué aprenden en las áreas de Lenguaje y Comunicación y Matemáticas.

Esta tarde, en el panel “Diversidad lingüística de México y su relevancia para la educación y la evaluación” –que se efectuó en el contexto del Día Internacional de la Lengua Materna–, la funcionaria aseguró que el Instituto enfrenta un “serio” problema en materia de evaluación de la educación indígena porque las pruebas estandarizadas que se aplican actualmente no reflejan lo que los alumnos saben y aprenden en lengua materna y en español.

Schmelkes del Valle admitió que, pruebas como el Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes, mejor conocida como PLANEA –que mide el conocimiento en los campos de Lenguaje y Comunicación y en Matemáticas–, no consideran la población de alumnos que tienen al Español por segunda lengua y no como lengua materna.

Generalmente, los alumnos indígenas obtienen los resultados más bajos en estas pruebas. Sin embargo, es un error verlos como “reprobados”.

La consejera dijo que existe un vacío en la información que ofrecen estas pruebas estandarizadas, pues no es posible determinar si los bajos resultados de los alumnos indígenas se deben a que no entienden la instrucción en español o porque no poseen el conocimiento; tampoco se mide qué saben de su lengua.

“No estamos diciendo gran cosa acerca de lo que saben los alumnos indígenas, incluso en Español. Eso es muy importante porque estos niños aprendieron el Español como una segunda lengua y es algo que no se está considerando en las pruebas que estamos haciendo nosotros. Tampoco de Matemática sabemos si el problema de no responder es porque no saben Matemáticas o porque no entienden el Español de la prueba”, agregó.

“Tenemos un problema muy serio que nos lleva a la conclusión de que los niños indígenas están reprobados, lo cual es una conclusión que me parece totalmente falsa. Más bien lo que tendríamos que concluir es que no podemos decir cuánto saben los alumnos indígenas en Lenguaje y Comunicación y Matemáticas, aunque sabemos que ahí hay un problema y un rezago que tenemos que atender. Es muy difícil intentar con pruebas estandarizadas evaluar lo que saben los niños de la lengua indígena”, subrayó la funcionaria.

La también expresidenta del INEE añadió que otro obstáculo al medir el conocimiento en lenguas indígena es que la lengua no se está enseñando.

“Tenemos que decir que no es posible hacer esto porque las lenguas indígenas no se enseñan. ¿Cómo vamos a evaluar una lengua que no se está enseñando? Ahora, en los lugares donde sí se enseñan, no se escribe. ¿Cómo evaluar por escrito una lengua que no se ha enseñado a escribir? Finalmente, si se escribe, por la falta de normalización de las lenguas cuando llega una prueba a una manera de escritura específica, a lo mejor los niños no la pueden contestar por la manera en que está escrita”, explicó.

Según Sylvia Schmelkes “una evaluación externa no puede evaluar el avance en el conocimiento de la lengua indígena por parte de los alumnos indígenas en las condiciones actuales y tampoco podemos sacar conclusiones de los resultados de las pruebas en español”, refirió la funcionaria.

Evaluación de profesores

En materia de evaluación de profesores, la consejera del Instituto Nacional para Evaluación de la Educación (INEE), Sylvia Schmelkes del Valle, destacó que, actualmente, 53% de los maestros de primarias indígenas no hablan la lengua indígena o no hablan la lengua de la comunidad de donde son docentes.

Al respecto, indicó que desde el 2014, el INEE aplica a los profesores que quieren estar al frente de un grupo en escuelas indígenas un examen de dominio de la lengua; incluso, las listas de prelación se publican por el criterio de la lengua.

Sin embargo, admitió que las pruebas de Evaluación de Desempeño especiales para calificar a profesores de lengua indígena son otro rezago, pues éstas tampoco se adecuan a las condiciones de enseñanza de este sector.

“Actualmente estamos analizando los resultados de un estudio exploratorio con el fin de adaptar la evaluación de desempeño a las condiciones de los maestros bilingües indígenas. La preocupación es ver cómo adaptamos la evaluación de desempeño a las condiciones diferentes de enseñanza”, dijo.

Una primera propuesta, explicó, es que los profesores que no hablan una lengua indígena y que enseñan en una comunidad se comprometan a seguir estudiando la lengua indígena; incluso, que inscribirse a cursos para dominar la lengua pueda ser una condición para presentar la evaluación de desempeño.

Cuestionada respecto al papel del INEE ante este escenario, la consejera justificó que, mientras no exista una política lingüística en el país, el Instituto no puede evaluar “algo que no existe”. Por lo que soltó que deben ser los propios pueblos indígenas los encargados de decidir cómo debe ser esta evaluación.

“No puede adelantarse a la política porque no puede evaluar algo que no existe. Si no existe la enseñanza de una lengua indígena, ¿cómo vamos a evaluar el resultado de esa enseñanza en el aprendizaje? Esta es una verdad fundamental y por eso hay que favorecer que la política tenga lugar y esté operando”, agregó.

Mientras esta política lingüística se pueda dar en México, afirmó, “es posible que sean los propios pueblos indígenas los que decidan cómo evaluar si los niños están adquiriendo la lengua indígena e incluso del español como segunda lengua”.

La funcionaria insistió en la necesidad de contar con una política lingüística que planifique y estandarice las lenguas; que forme a maestros bilingües; que incentive el uso social de la lengua indígena de manera oral y escrita; además que se acompañe de una política educativa que fortalezca el aprendizaje de las lenguas.

En la mesa también estuvo presente la lingüista Regina Martínez Casas y la doctora promotora del proyecto de Doble Inmersión en dos lenguajes, Joan Marie Fletes.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/el-inee-sin-metodo-para-evaluar-aprendizaje-de-alumnos-indigenas-consejera-schmelkes/

Fotografía: Jacciel Morale

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SOAR: una gran estrategia para retroalimentar la escritura de tus estudiantes

Ser específico, es sólo uno de los instrumentos que puedes usar para explotar al máximo las capacidades de los estudiantes a al hora de escribir.

Escrito por: Camila Londoño

La retroalimentación es fundamental para nutrir el aprendizaje de los estudiantes y especialmente en el desarrollo de la escritura. Esta retroalimentación debe ser constante, solo de esta forma, el impacto en los estudiantes será mayor y el aprendizaje de la escritura será el esperado. Una de las estrategias que se pueden utilizar para esto se llama SOAR, una estrategia muy práctica en el proceso de formación de grandes redactores. Cada letra de esta sigla corresponde a una de las estrategias que se deben tener en cuenta para sacar el máximo provecho a la retroalimentación de los estudiantes. ¿Cuáles son estas palabras?

S: Ser específico

Muchas veces la retroalimentación se pierde porque los comentarios son muy vagos. En ese sentido, hay que ir más allá de frases como “buen trabajo”, y abordar palabras o frases mucho más específicas. La retroalimentación tiene dos variantes: el qué y el cómo. En el qué, se analizan los contenidos y por ende, los comentarios específicos acerca de la evidencia, las afirmaciones o el análisis del texto. Entonces, si los estudiantes están escribiendo ficción, puedes sugerir aspectos como añadir más diálogos para desarrollar el personaje o más aspectos del lugar de las escenas. En el cómo, se analiza la escritura en sí misma. Acá se incluyen aspectos a evaluar como la organización, las estrategias retóricas, el estilo y la voz.

O: Orientación continua

El mayor obstáculo de la retroalimentación continua es el tiempo, sin embargo no es imposible. Lo que se puede hacer es centrarse en una etapa particular de la escritura, pasando de una etapa a otra a lo largo del año. Para esto se pueden usar herramientas como Google o Kaizena, donde los profesores pueden dejar notas escritas o de voz sobre el documento creado por un estudiante. Las estaciones en el aula con preguntas auto guiadas también puede ser una buena forma de permitir que los estudiantes se muevan a través del proceso de la escritura a su propio ritmo. En esta actividad, el profesor puede ir de estación en estación dirigiéndose a los estudiantes de manera individual o grupal.

A: Orientación de la acción

Es común caer en centrar la edición y corrección de los textos de los estudiantes en los errores gramaticales. Sin embargo, lo más importante es hacer comentarios que les permitan seguir adelante en el proceso. Ayudar a los estudiantes para que sigan ciertos pasos es clave para construir la mentalidad de crecimiento en la escritura y para eso la retroalimentación debe estar orientada en favor de la acción.

R: Razonable

Para un estudiante, recibir un papel lleno de correcciones en color rojo puede ser algo desmotivante. Frente a esto, hay alternativas de corrección más razonable. En cada tarea, el profesor puede escoger un foco específico de retroalimentación. Por ejemplo, puede decirle a sus estudiantes: “en este trabajo me centraré en revisar la evidencia”. Con este punto establecido, la retroalimentación debe entonces centrarse en el qué y el cómo mencionado anteriormente. Esto es muy útil si el profesor quiere que sus estudiantes enfoquen la escritura en un punto específico. Otra estrategia para esto es simplemente resaltar áreas en las cuales el estudiante se desempeñó muy bien y otras áreas en las que necesita mejorar. Esta fórmula cumple dos funciones: celebrar y desafiar.

En inglés, SOAR significa “elevarse”, “dispararse alto”, una definición muy apropiada para el objetivo que cumple la estrategia de retroalimentación. Con estas cuatro estrategias simples, será muy posible permitir que ellos se eleven o lleguen alto en la escritura.

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Señal del cambio de la valoración social del peso del conocimiento

Por: Luciana Vázquez

La noticia es ésta: más allá de las evaluaciones del Estado, colegios privados de gamas media y alta están avanzando en la evaluación de los aprendizajes estandarizada y externa, a cargo de organizaciones independientes, como parte de su proceso cotidiano de mejora.

Me interesa comentar tres cuestiones sobre esta novedad. Primero, que es una señal interesante de un cambio de valoración social del peso del conocimiento. Ahora colegios privados de elite instalan en el centro de sus atributos de marca el rendimiento en competencias cognitivas básicas como las matemáticas y lingüísticas.

La cultura de la evaluación va de la mano de la cultura de la transparencia y del desarrollo de capital humano especializado en estadística educativa. En ambos casos, la Argentina tiene enormes deudas. Habrá que estar atento para distinguir las herramientas evaluativas serias de las que son pura cosmética; los rankings educativos genuinos -útiles a la hora de elegir el colegio de nuestros hijos- de aquellos que sólo ofrecen coartadas para ocultar gestiones educativas ineficientes.

Fuente noticia:  http://www.lanacion.com.ar/2046454-senal-del-cambio-de-la-valoracion-social-del-peso-del-conocimiento

Fuente imagen: https://www.republica.com/wp-content/uploads/2014/11/alumno-profesor.jpg

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Panamá: CCIAP opina que la educación es un asunto impostergable

Panamá/ 08 de agosto de 2017/Fuente: http://www.diaadia.com.pa

La Cámara de Comercio Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP), emitió el 7 de agosto su opinión sobre “Educación es un Asuntos Impostergable”.

El comunicado de la Cciap detalla lo siguiente:

«Las carencias que tiene nuestro sistema educativo se ven reflejadas en deserción, pobres calificaciones, escasez de mano de obra calificada, desempleo, informalidad y otros indicadores que inciden en el desarrollo nacional. Insistimos en que lo que no se mide no se puede mejorar, por tanto, se deben retomar las evaluaciones de competitividad y calidad de educación, como el Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), a la vez que se cumpla con la rendición de cuentas por escuela y educador que sustenten los rangos salariales que han afectado la educación privada.

La realidad es que el 60% de los puestos de trabajo que requerirá el país en los próximos 10 años son técnicos profesionales. Esa necesidad se espera sea resuelta articulando todos los esfuerzos en su formación. Por nuestra parte, en la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá, estamos impulsando la educación dual como una iniciativa de pronta ejecución, en la que el sector privado tiene un rol predominante en la capacitación de nuestra juventud.

Estamos convencidos de que, con este modelo, se benefician todos los involucrados. El joven porque recibe formación pertinente y actualizada, además que le permite poner en práctica sus experiencias con mayores probabilidades de insertarse en el mercado laboral. El sector académico, porque puede hacer ajustes en la preparación basadas en las necesidades del sector productivo.

Entretanto, el sector privado en su conjunto, al participar en este proceso asegura mayor talento acorde a las necesidades del mercado local e internacional, que cada día más competitivo.

Nuestra educación demanda y exige cambios trascendentales, en todos sus niveles. Quien presente y ejecute una estrategia nacional, realizable, medible, con metas a corto y largo plazo, que involucre a todos los sectores, será quien se merezca la simpatía de las mayorías y empuje el verdadero desarrollo de Panamá. Lo que no debemos permitir, es que mejorar el sistema educativo continúe siendo una decisión postergada, pues los más perjudicados, son nuestra niñez y juventud».

Fuente de la Noticia:

http://www.diaadia.com.pa/el-pais/cciap-opina-que-la-educacion-es-un-asunto-impostergable-321885

 

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