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Nuevas vertientes en la evaluación

Por: Pluma Invitada

LA RELEVANCIA DE LA EVALUACIÓN es fundamental para promover el desarrollo de la educación. La evaluación es parte constitutiva de la educación, en tanto guía y regula el proceso educativo, al obtener indicadores del desempeño, los cuales se integran, analizan y valoran, de modo que permita tomar decisiones que lleven al logro de los propósitos educativos y eventualmente mejorar.

De acuerdo con la agenda de la Oficina Internacional de Educación de la UNESCO, la evaluación debe ser un principio guía para mejorar y apoyar las oportunidades de aprendizaje. Entre los cambios más significativos en la concepción de la evaluación, es concebirla como reguladora del proceso educativo.

Philippe Perrenoud considera que la evaluación es central en el proceso educativo, porque si se cambia el enfoque, cambiará todo. El éxito de los aprendizajes se debe más a la corrección de los errores y a la autorregulación continua, que a la genialidad del método de enseñanza. La evaluación es un componente sustancial para reconocer los errores y detonar la explicación de estos, por lo que constituye un recurso en busca del logro de los propósitos educativos y no representa un fin en sí misma.

Nuevas vertientes en la evaluación

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Imagen: internet

Felipe Tirado*

LA RELEVANCIA DE LA EVALUACIÓN es fundamental para promover el desarrollo de la educación. La evaluación es parte constitutiva de la educación, en tanto guía y regula el proceso educativo, al obtener indicadores del desempeño, los cuales se integran, analizan y valoran, de modo que permita tomar decisiones que lleven al logro de los propósitos educativos y eventualmente mejorar.

De acuerdo con la agenda de la Oficina Internacional de Educación de la UNESCO, la evaluación debe ser un principio guía para mejorar y apoyar las oportunidades de aprendizaje. Entre los cambios más significativos en la concepción de la evaluación, es concebirla como reguladora del proceso educativo.

Philippe Perrenoud considera que la evaluación es central en el proceso educativo, porque si se cambia el enfoque, cambiará todo. El éxito de los aprendizajes se debe más a la corrección de los errores y a la autorregulación continua, que a la genialidad del método de enseñanza. La evaluación es un componente sustancial para reconocer los errores y detonar la explicación de estos, por lo que constituye un recurso en busca del logro de los propósitos educativos y no representa un fin en sí misma.

La evaluación permite estimar la actividad epistémica de los estudiantes, la regulación de los aprendizajes de forma activa durante el proceso educativo, establecer el diagnóstico como regulador de las prácticas educativas, guiar la reingeniería institucional, constituyendo así un proceso de evaluación formativa.

LA EVALUACIÓN EN MÉXICO se ha polarizado, se ha politizado, ha dado lugar a posiciones ideologizadas que frecuentemente no permiten la deliberación argumentada, y se llega a las descalificaciones ramplonas. El mal manejo político de la evaluación terminó en el desmantelamiento del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, con costos altísimos para el país.

La agenda educativa de la Oficina Internacional de Educación de la UNESCO, plantea la necesidad de garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad, que integre y no segregue, que incluya y no excluya, que asegure a cada persona una educación de calidad, pertinente a lo largo de la vida. Es importante subrayar que precisamente se reconoce a la evaluación educativa, como un instrumento regulador de las prácticas que permiten gestar procesos que apoyen y den viabilidad a la educación inclusiva.

En México se formó Métrica Educativa, que es una asociación civil con fines no lucrativos, que tiene por lema: Investigación científica e innovación al servicio de la evaluación educativa, con lo cual espera coadyuvar de manera significativa al desarrollo de la calidad de la educación en México. La asociación está constituida por profesores e investigadores universitarios de distintas instituciones, formados en diferentes disciplinas, como ciencias

cognitivas, estadísticas y de la computación; y cuenta con el Registro Nacional de Instituciones y Empresas Científicas y Tecnológicas del CONACYT (RENIECYT).

En Métrica Educativa se administra y desarrollan diversos instrumentos y procesos de evaluación. Entre ellos está el Examen de Competencias Básicas (Excoba), que constituye un instrumento de vanguardia puesto a disposición de los interesados, el cual es el único examen desarrollado en México de aplicación a gran escala, basado en los principios de la teoría de la cognición y constructivismo, a partir de plataformas digitales y análisis estadísticos integrales, con los cuales es posible evaluar a partir de la construcción de respuestas, y no en su simple selección, la cual se basa comúnmente en la memorización de información (conocimiento estático), como suele ocurrir en los exámenes tradicionales de opción múltiple. En el nuevo paradigma lo relevante es evaluar la actividad epistémica de los estudiantes, la movilidad de sus saberes, sus competencias para comprender y construir nuevo conocimiento.

El examen está concebido para hacer evaluaciones educativas de alta calidad, valiéndose de los paradigmas cognitivos y tecnológicos de vanguardia, para proporcionar indicadores válidos, confiables, estables y precisos, de manera de poder generar diagnósticos que permitan regular la función docente y pronósticos para la planificación educativa.

Hay dos principios fundamentales en la teoría de los procesos cognoscitivos de los que se parte. El primero es que el proceso de apropiación de conocimientos se da a partir de que el sujeto cognoscente construye sus propias estructuras de conocimiento. El segundo es que el conocimiento se integra en estructuras semánticas a partir de la asimilación y acomodación de las experiencias del estudiante, las cuales le permiten el entendimiento y faculta la operatividad cognitiva.

La operatividad cognitiva es lo que constituye el pensamiento, que da lugar a la reflexión crítica, creativa y propositiva. El paradigma cognitivo que se plantea es que el aprendizaje transita de datos, a información y conocimiento (comprensión), lo que permite el pensamiento crítico, creativo, propositivo y de innovación. Hay un planteamiento de este corte en la metodología de evaluación utilizada por PISA (Programme for International Student Assessment), donde se utiliza la diferenciación taxonómica de niveles de dominio del conocimiento en base a competencias, establecidos por criterios: acceder y recuperar, integrar e interpretar, reflexionar y evaluar.

Lo que se explora en el paradigma que da sustento al examen (Excoba), son los conocimientos básicos estructurales que permiten la asimilación (integración) de nuevos conocimientos con significación para el alumno, y que por lo mismo le da operatividad cognitiva derivada de la comprensión. Lo que importa es la comprensión y no la retención de información.

Prácticamente todas las personas que concluyeron la educación básica obligatoria recuerdan haber escuchado la palabra “pi”; si se solicita reconocer cuál es el valor de “pi”, más del 90% lo pueden hacer (3.1416); si se les pide que refieran, no que reconozcan, cuál es su valor, sobre dos tercios lo pueden decir; pero si se cuestiona de dónde se obtiene ese valor, menos de un tercio puede identificar la opción correcta (las veces que el diámetro cabe en el perímetro); ya no se diga cuando se les pide explicar 3.1416. La mayoría retiene por memorización datos e información (pi – 3.1416), conocimiento atomizado; sólo muy pocos tienen la comprensión (conocimiento) del pensamiento relacional que le da la operatividad cognitiva, para saber que se trata de una relación proporcional entre el valor del diámetro de una circunferencia y el valor de su perímetro. De aquí que sea muy distinto evaluar el valor de pi con reactivos de reconocimiento, a plantear reactivos que exploran la comprensión de dónde se obtiene 3.1416.

Esta enseñanza memorística ha dominado en el sistema educativo. También se puede apreciar cuando a los alumnos les es requerido aprender las funciones trigonométricas, sin comprender el principio estructural epistémico. Para comprender se requiere entender la lógica básica que estructura las relaciones que hay entre los lados y ángulos de un triángulo, comprender que sus variaciones constituyen cambios que modifican las relaciones de manera proporcional, dando lugar a funciones (al variar el tamaño de un lado o ángulo, hay variaciones proporcionales en otros lados o ángulos del triángulo). Lo que se observa es que los estudiantes comúnmente logran memorizar las razones trigonométricas, incluso pueden operar bien algebraicamente con ellas, pero sin entender los principios básicos del pensamiento relacional que las explican y les da la operatividad cognitiva de la comprensión. Un nivel taxonómico es saber cómo operar, y otro entender por qué se opera de esa manera. Para despertar interés en matemáticas, se requiere entenderlas.

El aprendizaje por memorización ha sido práctica común en todos los campos disciplinarios del conocimiento, por ejemplo, en historia se requiere saber fechas y personajes, sin estructurar el entramado que permite la comprensión de la concatenación de los procesos históricos. Si se le requiere a estudiantes universitarios reconocer en un listado de nombres de personajes que hayan gobernado en México, con su nombre y fotografía, la mayoría, reconocen (en orden descendente) a F. Madero, P. Díaz, V. Carranza, V. Huerta y A. Obregón. Pero si se les solicita que los estructuren históricamente en el orden en que gobernaron, sólo una minoría es capaz de establecer la secuencia correcta, lo que evidencia la falta de concatenación, ya que cada uno de estos personajes participó en la caída para remplazarlo, a excepción de P. Díaz. Si no se entiende la concatenación de los hechos y las circunstancias históricas que dieron lugar a esta serie de sucesiones en el poder, se evidencia que no se tienen elementos básicos estructurales de la historia de la revolución mexicana que permitan comprenderla. El poder sólo reconocer a los personajes sin concatenar a los acontecimientos, queda claro que se reduce a un conocimiento estático memorístico de información inconexa, que no tiene operatividad cognitiva.

Bajo el principio de la cognición situada, en el Excoba se busca generar procesos de evaluación auténtica con validez contextual, donde los contextos y circunstancias permitan construir respuestas más apegadas a lo que sucede en la vida real. Por ejemplo, en geografía, la estructuración geográfica de la división política constituye un andamiaje conceptual básico que todo alumno de primaria debería comprender, para poder entender los órdenes de gobierno (federal, estatal, municipal). Pero además, es importante entender que las entidades están interrelacionadas sobre una distribución geográfica que les da contextos específicos, lo que las hacen grandes o pequeñas, lejanas o cercanas, por lo que si se establecen estas interrelaciones bajo un mapa, permite la cognición operativa situada en un contexto que crea la Gestalt del conjunto. También, el conocimiento de la división política de las entidades de la federación y sus capitales, constituyen una red semántica que es básica para poder formarse una visión conjunta del país, de manera tal que se pueda comprender e interpretar los acontecimientos o sucesos relacionados dentro de su contexto. Por ello, en el Excoba, le es requerido al sustentante reconstruir en un mapa digital la localización de algunas de las entidades y capitales seleccionadas al azar. Lo mismo aplica para la geografía mundial.

El tipo de reactivos referidos son posibles de hacer gracias a las ventajas que ofrece la plataforma digital de Métrica, que consiste en un generador automatizado de exámenes (GenerEx), el cual puede producir una infinidad de versiones distintas de exámenes equivalentes, controlando su grado de dificultad. Todo esto con otra gran ventaja, dadas las bases de datos digitales que se generan, las cuales permiten hacer analítica de datos para proporcionar evaluación diagnóstica y pronóstica, pudiendo orientar al estudiante, profesores y padres de familia, dónde se encuentran los puntos de bajo o nulo dominio, y con este sustento poder tomar las mejores decisiones para orientar el proceso educativo. Además, la aplicación computarizada, permite evitar problemas comunes de las aplicaciones tradicionales de lápiz y papel, como distorsiones ocasionadas por el azar, la invalidación de preguntas por haber sido previamente utilizadas y conocidas, la distribución clandestina de preguntas, el fácil copiado de respuesta y la vulnerabilidad en la seguridad del examen.

LA INVESTIGACIÓN es una parte indispensable en la evaluación, para el reconocimiento de la obsolescencia, de errores, para estar siempre atentos explorando la búsqueda constante que permita encontrar alternativas que lleven a mejorar los procesos de evaluación. En Métrica, es esta visión la que crea condiciones progresivas en el sentido de poder siempre mejorar.

No hay duda de que una de las grandes transformaciones del siglo XXI es la revolución digital, que da lugar a un mundo globalizado de interacciones sin fronteras, en la sociedad contemporánea del conocimiento.

Randy Bennett afirmó hace más de dos décadas, que ningún tema se convertiría más importante para la innovación y la práctica futura de la evaluación educativa, que las computadoras y el Internet. Su predicción ha demostrado que fue correcta, ya que la evaluación está cambiando vertiginosamente dadas las nuevas posibilidades tecnológicas.

Hoy en día, entre los exámenes más acreditado de los EEUU, elaborados por el Educational Testing Service, como son el Test of English as a Foreign Language (TOEFL iBT) o el the Graduate Record Exam (GRE), trabajan en plataformas digitales. También el Programme for International Student Assessment (PISA), ya está computarizado.

Las nuevas tecnologías digitales ofrecen hoy en día oportunidades que apenas hace una década eran impensables, como rastrear el movimiento pupilar sobe una pantalla (eye tracking), registrar los clics, errores cometidos, cuánto tardaron los estudiantes en realizar cada tarea, analizarlos y dar respuestas guía en tiempo real, dando lugar a una nueva era en la evaluación educativa.

Uno de los logros más significativos del impacto en los aprendizajes mediados por tecnologías (eLearning), son las plataformas digitales de Sistemas de Gestión del Aprendizaje (en inglés Learning Management Systems), los cuales permiten enriquecer la enseñanza complementada por una evaluación progresiva, que es dinámica, adaptándose a los niveles de competencia de los alumnos (evaluación adaptativa).

De acuerdo con un estudio de la Oficina de Publicaciones de la Unión Europea, el cambio más significativo que traerán las plataformas digitales a la educación, es la capacidad de poder operar el manejo inconmensurable de datos en volumen, variedad, velocidad y veracidad, para poder supervisar en tiempo real los sistemas educativos.

Las nuevas teorías cognoscitivas y el gran avance de las tecnologías digitales, han permitido que se realice investigación sustantiva y se logren grandes innovaciones en materia de evaluación de los aprendizajes. Por ello, el lema de Métrica Educativa es: investigación científica e innovación al servicio de la evaluación educativa.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/felipe-tirado-evaluacion/

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Es la educación, estúpido

Por: Cristina Manzano

Este año el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional reconoce el trabajo de hombre que se empeñó en que todo el mundo puede aprender matemáticas. Y no solo matemáticas. “Tú puedes aprender lo que sea”, afirma la web de la Khan Academy. Tú, quien quiera que seas y donde quiera que estés.

Si más de 20 millones de estudiantes de todo el mundo han podido, nada impediría a los españoles hacerlo también, ¿no?

Sin embargo, siempre que se habla de educación en España, y sobre todo de materias STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) se extiende una sombra de pesimismo. Una conversación cada día más acuciante por su papel en el inminente futuro del trabajo.

Pese a los sostenidos avances de los últimos años, las cifras españolas de conocimiento y competencia de las materias más básicas no se corresponden con el desarrollo económico del país. España es el Estado de la UE con mayor tasa de abandono escolar temprano (un 17,9%), lo que a su vez explica en parte el nivel de paro estructural que sufrimos.

En las tres áreas del famoso informe PISA de la OCDE, que mide la aptitud y el conocimiento de los jóvenes de 15 años en más de 70 países, España obtiene resultados muy mejorables. Los mejores, en lectura (496, algo por encima de la media de la UE, pero lejos del 535 de Singapur); en ciencia ya no llegamos a la media de la UE (493, muy lejos de Singapur, 555 y de Finlandia, 531); y, lo peor, las matemáticas (486, con una media de la UE de 492, Singapur con 564 y Finlandia con 511).

Es cierto que dentro de España hay gran disparidad entre comunidades autónomas: Castilla y León, por ejemplo, ha dado un enorme salto cualitativo y obtiene resultados cercanos a los mejores. Pero el nivel nacional no parece suficiente para el mundo que viene.

En el debate académico sobre la educación global, diversos autores han analizado las diferencias nacionales en riqueza, bienestar, democracia, diversidad racial y su impacto en la educación, la inteligencia y la capacidad cognitiva de sus ciudadanos. Una de las obras más recientes es ‘Cognitive Capitalism’, de Heiner Rindermann.

Memorizar para entrenar el cerebro

Otro debate tiene que ver con la ‘batalla’ entre conocimientos y capacidades. La memoria está ampliamente denostada. ¿Sirve de algo retener un montón de datos cuando tenemos todo al alcance de un clic? Más vale aprender a hacer cosas, a buscar información, a relacionarse con otros… Los expertos alertan contra los efectos negativos de dicha tendencia: como cualquier otro músculo, el cerebro necesita entrenamiento, y la memorización es el mejor ejercicio.

Si uno se fija en los ‘campeones’ de PISA -o de cualquier otro estudio sobre educación mundial-, no hay patrones fijos ni fórmula mágica. Tomemos los dos que habitualmente sirven de principal referencia: Finlandia y Singapur.

En Finlandia, no hay estrés -la jornada escolar dura una media de cinco horas-; solo hay nueve años de escolarización obligatoria; no hay exámenes estandarizados –uno, voluntario, al finalizar la secundaria-, más bien cada alumno recibe un seguimiento personalizado; apenas hay deberes; el ambiente es relajado; se fomenta la cooperación, no la competencia; y el objetivo último es que la escuela sirva para reequilibrar la desigualdad social.

Singapur es todo lo contrario. El modelo educativo está férreamente orientado desde el Gobierno. Consciente de sus debilidades geopolíticas, la ciudad estado centró en la educación su apuesta por el futuro. Los valores primordiales son la meritocracia y el esfuerzo; toda la familia se vuelca en los estudios de los hijos, poniendo una gran presión por las expectativas generadas.

No está muy lejos de las experiencias que describe Leonora Chu en ‘Little Soldiers’, una obra que desgrana las virtudes -y los fracasos- del modelo chino/asiático de educación y que trata de explicar por qué gana cada día más adeptos también en Occidente.

Pero Finlandia, Singapur y China coinciden en un punto crítico: el papel y el cuidado de los profesores. Todos los docentes en escuelas finlandesas deben tener un máster; en Singapur, se busca atraer a los mejores graduados universitarios. El sueldo, claro, acompaña, igual que el prestigio social de la profesión. La formación continua es indispensable, con el fin de ir adaptando sus conocimientos y su forma de dar clase a las cambiantes necesidades.

Sea cual sea el modelo, la mayor parte de agentes sociales coincide en que España necesita un gran pacto de Estado por la educación, para poner al país en la senda del futuro. No parece que los tiempos políticos lo contemplen en un horizonte cercano. Pero es una tarea que no puede relegarse por mucho más tiempo.

Fuente: https://www.elperiodico.com/es/opinion/20191022/es-la-educacion-estupido-articulo-opinion-cristina-manzano-7696203

Imagen: https://estaticos.elperiodico.com/resources/jpg/1/6/ilustracion-maria-titos-1571770966561.jpg

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Entrevista a Javier Fernández Panadero. «La normativa se hace para socavar el servicio público: digo que no funciona y llevo a la gente a lo privado”

Por: Daniel Sánchez Caballero

Javier Fernández Panadero, profesor de instituto, licenciado en Física y autor de divulgación, docente de Secundaria, tiene algunas cosas claras sobre la situación del profesorado. Es necesaria una bajada de las ratios y otra de las horas de docencia directa para mejorar un servicio público cada vez más degradado.

“Soy Javi y hago cosas”, responde Javier Fernández Panadero cuando se le pregunta quién es. Profesor de instituto, licenciado en Física, imparte cursos, da conferencias, cuenta con siete libros de divulgación científica publicados y algunas otras cosas, en el orden que se quiera. Fernández Panadero se niega a que ninguna etiqueta le defina por encima de otras. Una cosa tiene clara: la vocación docente siempre ha estado ahí. “Llevo contando lo que aprendo desde chiquitito, enseñar es una actividad muy bonita, ver cómo aprende el otro, el brillo en los ojos…”, cuenta.

Fernández Panadero también se hace notar en las redes, donde cualquiera que le siga habrá observado que es una persona crítica con la situación que vive la educación y la falta de empuje de la profesión y de los sindicatos (“excepto honrosas excepciones”, matiza) en un momento en el que, dice, los funcionarios deberían ser la punta de lanza de las protestas sociales por la especial protección de que gozan.

Siempre se mira con lupa la vocación o no de los docentes. ¿Hace falta tener vocación para enseñar?

Esto es como en un trabajo, cuando te piden implicación ya puedes prepararte… que quieren horas gratuitas. En nuestro caso con la vocación pasa algo parecido. Es una trampa donde nos pillan, y lo digo siendo yo lo que podría definirse como profesor vocacional. Yo he sido profesor particular desde que tenía 16 años. Nos dicen que hay que tener vocación, pero nuestro trabajo es enseñar y se puede hacer un trabajo digno siendo profesional en el mejor sentido de hacer lo que te corresponde de una manera eficiente. ¿Se puede hacer nuestro trabajo sin que sea una vocación desde pequeño? Por supuesto, como todos. Mucha gente descubre que le gusta esto cuando se mete. Hay que buscar la profesionalización de lo que hacemos, y eso pasa por definir bien las tareas y hacerlas de forma eficiente. Lo otro puede ser un plus.

¿Cómo han cambiado, si es que lo han hecho, los alumnos en estos 20 años que llevas de docente?

Hablaba hace poco con una compañera que en 2003 era alumna. Yo ya era profesor. Y decía ella que los chicos eran más indolentes respecto de ella. Yo no noto este cambio desde 2003 hasta hoy. Pero respecto a cuando yo estudiaba, podría decir que sí. Lo hablamos muchos compañeros y creemos que hay un cierto sesgo. Cuando pienso en mi juventud pienso en mí y mi entorno. Entonces, comparo la media de mi entorno de entonces con una media general de ahora. Pero sí noto ciertas diferencias. En conocimientos, sí. Ha bajado el nivel. A veces nos cuesta reconocerlo, pero es así. Y estamos una sociedad donde se cuestionan cosas que antes no se cuestionaban. Si es un punto intermedio me parece bien, pero si es el final del camino no. Por ejemplo: antes se decía que hay que respetar a los mayores. Sí o sí. Ahora la gente se cuestiona: “¿Por qué tengo que respetar a alguien por ser mayor?”. El cuestionamiento me parece bien si es un proceso, pero si nos quedamos ahí y relajamos todo me parece mal. También creo que seguimos sacudiéndonos el polvo de la dictadura y aún decimos: “Los chicos tienen que trabajar por convencimiento, no porque se le impongan, etc”. Me parece muy bien. Yo hablo de cosas de enjundia humana en clase, qué es vivir en sociedad, etc. Es curioso, porque nosotros (los adultos) funcionamos con leyes que se cumplen por el uso de la fuerza o la amenaza de, es el contrato social. Pero los chicos no. Tienen que interiorizar todas las leyes, concienciarse. No decirles cosas en negativo. Ese grado de madurez no lo tenemos los adultos.

Dices que hay menos conocimientos, pero también hay quejas constantes de los profesores porque no llegáis a dar todo el currículum de lo inflado que está.

Es compatible. La explicación es que el papel lo aguanta todo. En 20 años dando Tecnología todavía estoy esperando a que el legislador se aclare qué quiere en el currículum de tecnología. La Tecnología en la que yo empecé era como la Pretecnología de antes, pero un poco más elaborada. Hacíamos proyectos, motorcillos… En Madrid hace unos años les dio una epifanía a la gente que estaba a cargo y decidieron que todo sería robótica. Llegué a pensar que me iban a despedir o cambiar de materia porque hay una especialidad que es Informática en el cuerpo de docentes. Lo natural es que si vas a hacer esa asignatura la den ellos. Al final hicieron una mezcla y no se entiende bien qué estamos dando ahora. Todavía estamos esperando a que se decidan. Para mí lo que dicen que dé es inabarcable. Hacemos lo que podemos. Estamos siempre en fraude de ley, por supuesto, porque no podemos hacer lo que nos piden. Me puedo acercar, obviar cosas que parecen menos interesantes, pero poco más. Tienes que dar muchísimas cosas y tienes 30 alumnos. A veces se me quejaban de que no les atendía. Si le dedico dos minutos a cada uno se acabó la hora.

¿Cuál es la solución para llegar?

Muy sencilla. Reducir la ratio. Es tan fácil de hacer que lo vemos muy frecuentemente: cuando hay excursiones o así y de repente te quedas con 15 chiquillos en clase y se da clase estupendamente. No es una cuestión de decir que hay que mejorar la formación de profesores. No, no. Es que hoy doy clase con la mitad de chavales que ayer y aprenden mucho más. Todas las demás variables son iguales, pero en vez de ser 30 son 15, y ni siquiera los 15 mejores. No hay secretos. Pero cuesta dinero. Se habla mucho de evaluar a los profesores también. Pero es muy difícil evaluar porque intervienen muchos agentes. Los estudios marcan que el principal factor de éxito es el socioeconómico. Nosotros aún creemos que podemos mover algo, pero somos un agente más. ¿Cómo se evalúa que alguien enseñe un poco más o un poco menos? ¿O que el chaval con el que te tenías que haber sentado pero no lo has hecho no ha aprendido algo? Ese adulto que tiene 30 años y está poniendo congelados a lo mejor podría haberse formado un poco más y tener un trabajo mejor. Nunca puedes medir esa diferencia. A veces lo sabe algún adulto al que alguien salvó. Alguien vio que tenía un trastorno de hiperactividad, por ejemplo, y le dio una solución. Pero esa medida fácil, con efecto de un minuto para otro, que es cortar la ratio, es muy tentadora al revés. Si recortas profesores hoy, el ahorro es inmediato. Es lo que hicieron en 2012.

¿Crees que realmente a los políticos no les interesa la educación o que es más una cuestión de ineptitud?

Existe el principio de Hanlon, que dice que “nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez”. Hay gente que lo intenta y, por falta de capacidad de llevarlo a cabo o por la dificultad de luchar contra un ambiente hostil, no lo consigue o no impone el bien tanto como debe. El político que siempre le da la vuelta a su favor, cuando siempre cae del mismo lado… Al inicio de la crisis le preguntaron a un economista mediático qué inversiones aconsejaba. Y respondió: “En Sanidad y Educación, es una buena oportunidad de negocio”. Me produce escalofríos. ¿Cómo puede ser, en un país donde la Sanidad y la Educación son un servicio de calidad, público y gratuito ser una oportunidad de negocio? ¿Yo voy a ofrecer un servicio de pago y es una oportunidad de negocio? Es imposible sin socavar el servicio existente. Cualquier observador ha visto cómo la normativa que se hace va a socavar. Socavo el servicio, digo que no funciona y llevo a la gente al servicio privado. En Chile, que privatizó la Sanidad y la Educación a lo bestia, pasan cosas como que la gente de mi generación está acabando de pagar ahora sus créditos universitarios. Aquí esa misma gente está pagando su casa. Con los mismos años, yo tengo carrera y casa, ellos solo carrera. ¿Dónde está el dinero de mi casa? Alguien se lo ha llevado. Tienes gente con intereses privados que está manejando el sistema público. Hay un problema de incompatibilidad. Antes a las universidades privadas no iba nadie, solo el que no tenía nota. No valía igual un título de una privada que el de una pública. Pero eso no pasa si no socavas lo público. Igual que de primeras atribuir a la maldad lo que explica la ignorancia es hostil con los que nos equivocamos, cuando hay un patrón es poco inteligente hacerlo. Este cambio de los grados a cuatro años y los máster después se resume muy fácil en poner la especialidad de pago. Se normaliza. Mañana normalizaremos pedir un crédito para estudiar, pasado lo otro. Es muy grave.

¿Dirías que os ‘la han clavado ya’? Te he leído lamentar que no se convoque una huelga indefinida…

Déjame que te interrumpa un momento. Creo que ese es el primer error, pensar que no podemos caer más. Nos puede costar la vida. Decimos, ‘puedo aguantar como estoy’. En todos los lados. Parece que no podemos caer más, pero podemos caer mucho más. Yo tengo tres hermanos, mi padre era militar de baja graduación, mi madre ama de casa. Pero estudiamos en la universidad y cogimos el ascensor social. Se han cargado bastante el ascensor social, pero no del todo. Aún se puede estropear más. Cada paso en una dirección es muy difícil de volver. Nos metieron los recortes en 2012 y no se han revertido aún. Y se ha acabado la crisis. Pero podemos caer mucho porque tenemos mucha renta y muchos derechos que podemos perder. Tener una casa en propiedad puede convertirse en un lujo. Se pueden normalizar los alquileres leoninos. Se puede perder una Sanidad de calidad. Se está transformando el modelo, en el que la concertada es la red del que se la puede permitir y se intenta convertir la pública en subsidiaria. Eso degrada el servicio y segrega. Son movimientos constantes, en serie y dirigidos a un objetivo. Mucha casualidad. Y el problema es que perdemos todos.

Decía: ¿Hay resignación entre el profesorado? Parece que hubo cierto movimiento al principio de la crisis, pero ya no.

Ese verano se convocó una reunión de profesores. Y se llena. Era inimaginable. En los primeros momentos había unas ganas de hacer muy fuertes. Nos reunimos en septiembre en los institutos, les decimos a los profesores despedidos (los interinos que llevaban diez años trabajando fueron despedidos) que vinieran, que el curso no se empezaba. Mucho movimiento en los claustros, en los institutos. Nos juntamos los representantes de los institutos con los sindicatos. Y nos dicen que no, que ellos creen que no hay que convocar una huelga, que realmente no representamos a los institutos porque no nos han elegido. No nos lo creíamos. Queríamos que no empezara el curso así, hasta que readmitieran a los despedidos. Nos dijeron que no, que no firmemos el horario no conforme, hacer ‘el día de la camiseta’… lo que yo llamo con falta de respeto “el folclore”, que está muy bien como complemento de una medida real, pero cuando es la medida única para el opresor es risible. Hicimos en total creo que 12 días de huelga, pero a saltitos. Había ganas y energía, pero nos llevaron a vías muertas. Yo defiendo el movimiento sindical, pero nos llevó a vías muertas. Se disipó mucha fuerza y se agotaron energías y la gente se hartó.

Es curioso que los funcionarios, que tenemos una protección laboral muy fuerte, que tenemos el sueldo asegurado, no nos podamos poner en huelga una semana o dos. Es alucinante, creo que estamos llamados a encabezar la lucha por mejorar la sociedad. Pero hay pocas ganas. Estamos cansados, desalentados, con unos sindicatos, salvo honrosas excepciones, que hablan de situaciones “intolerables” que toleramos todos los días. Con los padres —hablo de las AMPA sobre todo— también tuvimos nuestros desencuentros porque les preocupa mucho el daño inmediato a sus hijos. No lo critico, pero es así. También es verdad que los servicios mínimos que imponen juraría que rayan lo ilegal. Y nos impiden cerrar los centros. Sería interesante ver la deriva legal de que pasara algo cuando haya cinco personas encargadas de 400 menores. Yo, cuando me voy de excursión, no me puedo llevar más de 20 o 25. Pero en las huelgas se abre la puerta de los centros, se pastorea a los chicos y a las familias no les importa que no se dé clase mientras se cuiden, y cuidados están. Las huelgas no molestan. Si cerrásemos las puertas del centro, si hiciéramos una huelga de verdad, que parase el servicio, los padres no podrían ir a trabajar. No la soporta el país una semana.

¿Qué le falta a la profesión?

Hay mil cosas que mejorar. La profesión docente y aquí uno mismo. La formación técnica, por ejemplo. Con todo el respeto a los compañeros maestros, que se dejan la piel. Pero hay una queja común de que la formación específica de las materias concretas de los maestros deja que desear en ciertas asignaturas. Igual es porque tienen que saber de todo y no es fácil. A los licenciados igual nos falta formación pedagógica técnica, enseñanza basada en la evidencia, no cosas guays. Nos falta tiempo para trabajar juntos, que nos mentoricen, por ejemplo. Que entras a la profesión y no tienes quién te aconseje. Yo soy físico y doy clase. Sé explicar cosas bien, lo que quieras. Pero estoy con chavales con mil problemas y no tengo la formación para atender eso al nivel que debería. Adolezco de esa formación. ¿Que nos podrían evaluar? Por supuesto. Pero no para ponerme un negativo, sino para enseñarme lo que podría hacer mejor.

Creo que me he explicado mal. Quería preguntar más bien qué puede hacer la Educación (o los políticos) para mejorar la vida de los docentes.

Bajada de ratios y bajada de carga docente. Yo tengo 18 horas lectivas porque soy jefe de departamento (lo normal son 20). Antes daba 15. Tengo 300 alumnos. ¿Cómo puedo saber ya ni el nombre de los chicos? Reducir ratio, reducir carga docente. No digo que me dejes irme a casa, pero sí formarme, preparar cosas con mis compañeros. Ahora estoy dando cuatro asignaturas diferentes de dos horas, me tengo que preparar cada una. Si me quitas dos horas lectivas, me quitas una asignatura y 30 alumnos. A veces parece que hay que hacer todas las cosas a la vez, pero algunos defendemos que hay cosas muy claras que nos servirían a todos al día siguiente, como la ratio y la carga docente, que fue precisamente el recorte que nos hicieron. Lo podrían hacer mañana. Yo ahora mismo creo que lo que piden los tiempos es hacer una movilización de verdad, lo que ahora llamamos indefinida salvaje pero que en realidad es una huelga normal de siempre. Plantarse para esto y luego ya hablar de todo lo demás. Pero lo primero es esto porque se está degradando el servicio y eso lleva a una deriva muy grande.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/10/07/la-normativa-se-hace-para-socavar-el-servicio-publico-digo-que-no-funciona-y-llevo-a-la-gente-a-lo-privado/

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España: 10 ideas urgentes para mejorar la enseñanza (propuestas por los profesores)

Europa/España/29-09-2019/Autor: Ignacio Zafra/Fuente: elpais.com

Cientos de docentes proponen soluciones en el nuevo Foro de Educación de EL PAÍS.

La comunidad educativa está preocupada por el funcionamiento de la enseñanza en España y tiene, a la vez, abundantes ideas para mejorarla. La primera pregunta planteada por el nuevo Foro de Educación de EL PAÍS¿cuál es la mayor urgencia del sistema educativo?, ha recibido esta semana 750 respuestas, casi todas de docentes, a través de la web del diario. Estas son las 10 propuestas que más apoyos suscitan.

1. Dejar de dar bandazos. Centenares de docentes, como Teresa Simonet, maestra de Música y Primaria en Cádiz, reclaman un pacto educativo que dé estabilidad normativa al sistema, que ha tenido ocho leyes desde la restauración de la democracia.

2. Mayor autonomía. Muchos, como Antonio Solano, director del instituto Bovalar de Castellón, son partidarios de que sean los “profesionales de la educación” los encargados de diseñar los currículos. Y son numerosas las peticiones de más autonomía para los centros, siguiendo el camino tomado por Portugal.

3. Prestigiar la evaluación. Una parte del profesorado considera imprescindible revalorizar las notas de evaluación. Tanto las individuales —“sin evaluación, la escuela se convierte en un parque de atracciones”, dice el donostiarra Elías Goñi— como las colectivas —mediante pruebas de nivel comparables que permitan contrastar la eficacia de los métodos, señala José Luis Barba, jefe del departamento de Biología en un instituto canario.

4. Bajar las ratios. Una petición común es reducir el número de alumnos en las aulas. O, como alternativa, poner dos profesores en la misma clase. Después de 34 años dedicados a la docencia, parte de ellos en programas específicos para estudiantes con problemas para superar los ciclos, la profesora madrileña Mar Fernández concluye que los grupos pequeños “son el único modo de garantizar enseñanza personalizada y afrontar variadas dificultades de aprendizaje”.

5. Mejorar la formación del profesorado. Son muchos quienes, como Luis Carlos Contreras, catedrático de universidad en Huelva, creen que el sistema solo mejorará si lo hace la formación y selección de entrada de los docentes. Entre las medidas que proponen figuran establecer carreras —o especialidades en las titulaciones actuales— para ser profesor de Secundaria, aumentar la exigencia para ingresar en Magisterio, implantar un sistema de incorporación a la docencia mediante una residencia similar al modelo MIR de los médicos, y mejorar la formación continua.

6. Renovar la docencia. Un sector de los profesores —y también de padres y alumnos— creen urgente actualizar la práctica docente que, en palabras de Francesc Bosch, orientador en el instituto de Premià de Dalt (Baleares), abusa de “clases magistrales poco motivantes” y no conectadas con la realidad. “Por ejemplo”, afirma, “se está librando una batalla social, política, humana y económica sobre el cambio climático y se hace muy poco por abordar el tema y trabajarlo en profundidad en las clases”. Los docentes, por su parte, se quejan de que la creciente carga burocrática les resta tiempo y energía para preparar clases y atender a estudiantes.

7. Asistentes sociales. Diversas propuestas apuntan en la misma dirección: la enseñanza reglada es una herramienta clave para reducir la desigualdad social, pero con frecuencia no funciona porque el sistema no dispone de suficientes recursos específicos para compensar la gran desventaja con la que parten los alumnos de familias pobres, como ha constatado Ana Isabel Peltzer, profesora de Secundaria en Logroño. “Desde Infantil se puede percibir la brecha entre los niños con padres con formación que pueden prestarles atención y los que no. Tenemos que darles apoyo extra con especialistas”, afirma. Otras voces, como la de María Jávega, maestra en Sevilla, sugieren que los centros educativos cuenten de forma estable con asistentes sociales para afrontar, de forma conjunta a la educativa, las situaciones graves.

8. Diagnosticar las dificultades. En torno al 10% de los alumnos son disléxicos, y la falta de normas en la mayoría de comunidades para detectar pronto el problema conduce a menudo al fracaso. “Estamos diagnosticando tarde, cuando los problemas de autoestima y salud mental ya están creados. Dejamos sufrir a miles de niños, haciéndoles pensar que son tontos o vagos, por nuestra inacción”, lamenta Matilde Sánchez, que se presenta como madre y médica.

9. Repensar el espacio. La vertiente física del sistema también es una fuente de preocupación. No solo allí donde las instalaciones están deterioradas o consisten en barracones. Varias propuestas plantean cambios en el diseño de clases y patios. “Las aulas tendrían que ofrecer espacios diversos para distintas formas de agrupamiento: un ambiente para leer, una mesa de grupo para trabajar, un rincón tecnológico y de investigación, y un lugar donde estar cuando te apetezca estar solo”, opina Beatriz Serrano, maestra de Infantil en Las Palmas de Gran Canaria.

10. Más fondos. Prácticamente nadie reclama subir el salario de los profesores —aunque varios proponen vincular aumentos a resultados—. Pero la necesidad de una mayor inversión, sobre todo en la red pública, es la urgencia más señalada por la comunidad educativa.

El Foro de Educación de EL PAÍS planteará el lunes una nueva pregunta en su web: ¿Por qué es España líder en abandono escolar y cómo afrontarlo?

Fuente e imagen: https://elpais.com/sociedad/2019/09/26/actualidad/1569522809_943817.html

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7 exámenes en una semana: ¿Evaluamos?

España / 14 de julio de 2019 / Autor: Salvador Rodríguez Ojaos / Fuente: El Blog de Salvaroj

«Cuando los estudiantes hacen trampa en los exámenes es porque nuestro sistema escolar valora más las notas de lo que los estudiantes valoran el aprendizaje.» Neil deGrasse Tyson

Se acerca el final de curso. Como cada año es época de evaluaciones finales, es el momento de aprobar o suspender, Es tiempo de prisas, ansiedad, agobio, nervios. insomnio… para alumnos, pero también para profesores y familias.

Habitualmente es el momento de querer hacer en unos días lo que es trabajo de todo el curso. Es el sprintfinal, es como si tras los 42 kilómetros de una maratón, empezáramos a esforzarnos cuando solo faltan los últimos 195 metros…

Es época de exámenes. Y no, no estoy en contra de los exámenes. Un buen examen es un instrumento muy válido de medición del aprendizaje. Estoy en contra de los exámenes si facilitan que se pueda empollar unos contenidos en poco tiempo para que sean aprobados, olvidando por completo, o casi, todo lo memorizado en unos pocos días. Y es que aprobar es mucho más que calificar.

En estas fechas de evaluaciones finales son habituales las travesías de hacer un examen tras otro en unos pocos días. Siete exámenes en una semana (es un ejemplo real de un centro educativo cuyo nombre no voy a citar) es una cantidad de exámenes que más que medir el aprendizaje, ponen a prueba la capacidad de alumnos, docentes y familias para aguantar la presión, los nervios y la ansiedad. Y es que sin duda la evaluación no consiste en eso.

La evaluación no es un momento puntual, es un proceso; ni debería servir para etiquetar el aprendizaje con un número. La evaluación debe servir para que los alumnos y alumnas conozcan sus fortalezas y sus debilidades, para que puedan seguir aprendiendo mejorando su proceso de aprendizaje.

Evaluar es tan necesario como difícil. Porque, según Neus Sanmartí, es el motor del aprendizaje, ya que de ella depende tanto qué y cómo se enseña, como el qué y el cómo se aprende. Dime cómo evalúas y sabré qué tipo de docente eres. Ya es hora de entender que la nota no siempre es sinónimo de aprendizaje, ya es hora de valorar el aprendizaje.

Fuente del Artículo:

http://www.salvarojeducacion.com/2019/06/7-examenes-en-una-semana-evaluamos.html

ove/mahv

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 14 de julio de 2019: hora tras hora (24×24)

14 de julio de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 14 de julio de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

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Profesores: se impone el rechazo a la propuesta del gobierno en resultado parcial (Chile)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/315438

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Andreas Schleicher: “El futuro de la educación es colaborativo”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/315466

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Brasil: comenzó el Congreso de la Unión Nacional de Estudiantes universitarios con 18 mil delegados

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/315441

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Educación: Mexicanos Primero y Poderes Fácticos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/315434

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Universidades de todas las regiones del mundo declaran la emergencia climática

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/315444

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5 recomendaciones para usar internet en educación #infografia #infographic #education

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/315472

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Frente a las nuevas tecnologías, la escuela puede dejar de existir”: Mariano Narodowski

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/315494

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Las 16 frases más potentes del mejor profesor del mundo

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/315512

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Libro: Educación para otro mundo posible, Boaventura de Sousa Santos (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/315506

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Instagram para introducir el visual thinking en el aula

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/315481

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Libro: El desafío de las tecnologías educación 4.0 (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/315503

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La adicción a los celulares preocupa a estudiantes y docentes

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Argentina: Debate sobre la crisis del financiamiento de la educación: “Existe una deuda social educativa”

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Una guía para aplicar la tecnología a la educación (Infografía)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/315475

14:00:00

Holanda: La universidad destacada en ingeniería que solo contratará a mujeres

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7 exámenes en una semana: ¿Evaluamos?

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Estados Unidos: Google lanza recurso educativo para enseñar programación en las escuelas

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Marilú Martens: “La sociedad debe valorar más a los docentes” [ENTREVISTA]

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El mundo no cumplirá con los compromisos de la Agenda 2030 relacionados con la educación

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Organismo para la mejora continua de la educación

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¿Por qué cinco millones de niños mexicanos no van a la escuela?

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El último Nobel de Educación: «Un gran maestro debe creer siempre en el potencial de sus estudiantes»

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Los consejos de un gurú de la computación mundial para aplicar en la escuela

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23:00:00

Aulas en positivo: el humor como herramienta pedagógica

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/315497

En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

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¿Evaluamos o calificamos? Ideas para transitar desde la calificación a una cultura de evaluación

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Una mirada sobre las prácticas evaluativas del sistema educativo revela que, muchas veces, se reducen a la calificación. Se proponen algunas alternativas que puede resultar superadoras y que se originan de la reflexión sobre la finalidad de la evaluación y sus vínculos con los aprendizajes de los estudiantes.

Evaluar, calificar y acreditar son tres conceptos muy diferentes, en cuanto a su alcance y su sentido en educación. Sin embargo, dentro del ámbito escolar, muchas veces, se utilizan y aplican como sinónimos.

Desde los enfoques educativos más actuales, la acción de evaluar es un proceso que se aleja sustancialmente de la asignación de números (calificar) o de la certificación de estudios cursados (acreditar). Evaluar se acerca a andamiar, apuntalar, acompañar una trayectoria educativa, ofreciendo soportes para mejorar la calidad de los aprendizajes y de las capacidades necesarias para construirlos. En este proceso, además, se debe alentar el desarrollo de estrategias metacognitivas, destinadas a que los estudiantes puedan ser cada vez más autónomos en la regulación, adquisición y reflexión de sus aprendizajes. Por lo tanto, evaluar no puede reducirse a calificar, o dicho de otra forma, un número (calificación) no es capaz de suplantar procesos tan complejos. Sin embargo, y lamentablemente, es habitual en los sistemas escolares que la evaluación se identifique con la calificación.

Calificar y acreditar, cuotas de poder

Acreditar es una acción que los sistemas educativos, legitimados por el Estado, se encargan de regular y legalizar. Esto significa que, las instituciones educativas son las responsables de certificar el tránsito y egreso de los estudiantes, dando garantías de la apropiación de ciertos conocimientos, considerados significativos para la vida de los ciudadanos. La mayoría de los mecanismos administrativos y escolares de acreditación de cursos y ciclos escolares son altamente burocráticos y estructurados, prueba de esto último es su similitud a nivel mundial, aún en contextos sociales y educativos muy diversos.

Te invitamos a unirte a nuestra red. Queremos contar con todos los educadores, científicos y cooperantes dispuestos a compartir para mejorar la capacidad de los jóvenes de América latina y la península Ibérica

Las calificaciones constituyen la forma “objetiva”, que han encontrado los sistemas educativos para concretar la acreditación. Este poder convierte, a las calificaciones, en las estrellas de la escena, llegando a ser, incluso, de mayor relevancia que los aprendizajes que pretenden medir. Son utilizadas como un sistema de premio y castigo al ajuste de las normas y estándares escolares. En este contexto, funcionan como herramienta, en forma más o menos consciente, de demostración de autoridad para quienes dirigen y enseñan en instituciones educativas.

Entonces, puede afirmarse que el sistema de acreditación descansa sobre la asignación subjetiva de números o letras (calificaciones), en los que se confía como indicadores de la cantidad y calidad de los aprendizajes que los estudiantes. Esto significa que, algo tan arbitrario como la relación entre una escala numérica o alfabética y la apropiación de ciertos conocimientos, es lo que decide el progreso o estancamiento de los niños y jóvenes en el sistema escolar y, por lo tanto, define el éxito o fracaso en sus trayectorias escolares.

Pero hay algo más, muchas de las situaciones con las que se califica a los alumnos, constituyen experiencias completamente ajenas a las dinámicas habituales del aula, donde se ponen a prueba los conocimientos en espacios temporales acotados con dispositivos que intentan examinar cuantas respuestas acertadas se han realizado. ¿Quién alguna vez no ha sentido la incertidumbre y el nerviosismo ante exámenes que definirán la aprobación de una asignatura o incluso la posibilidad de acceder a estudios superiores?

Los problemas del error

– Profe, al final en las evaluaciones lo único que interesa son los errores y no lo que sabemos e hicimos bien.

Estas son las palabras de un estudiante al observar su calificación. Reflejan claramente que el centro de la atención de la evaluación está en el error y en lo que, en apariencia, aún no se aprendió. En esta tradición evaluativa donde calificar es el objetivo primordial, se valora el desempeño de los alumnos a partir de dispositivos evaluativos con actividades, generalmente, aisladas una de otras, que ponen a prueba cuanto el alumno estudió y aprendió. Por lo tanto, es indispensable, que el error sea señalado, sancionado y corregido por el docente.

Los alumnos conocen muy bien el mecanismo. Saben que ese error, difícilmente será retomado, quedará en la hoja pintado de rojo y nadie más se ocupará de él.

Las palabras del alumno movilizan a pensar con qué criterios evaluamos las producciones y que tratamiento le estamos dando al error. El error parece funcionar como un aprendizaje deficiente o no logrado. Sin embargo, esta puede ser una lectura apresurada y poco explicativa.

Del error se aprende, es una frase trillada, sin embargo es muy significativa desde los procesos de evaluación. Evidencia una concepción del aprendizaje como construcción de conocimientos, superando a la mera acumulación. En esta concepción constructivista, el error no debe sobrevalorarse, debe ser recuperado, cuestionado, discutido. El error constituye una base para generar conflictos cognitivos y buscar respuestas y explicaciones alternativas y superadoras.

El error merece una oportunidad de defensa, y en esa defensa está, quizás, la oportunidad que ofrece para aprender.

¿Cómo transformar la práctica de calificación en cultura de evaluación?

Para responder a esta pregunta no hay soluciones mágicas ni recetas, hay ideas que surgen de la reflexión de la práctica docente. Desde esta reflexión, surgen algunos principios, a modo de cimientos, a partir de los cuáles puede comenzar a edificarse una cultura de la evaluación.

El eje central consiste en entender que la finalidad de la evaluación no es la calificación, por lo tanto, debe trascender los enfoques meramente cuantitativos hacia enfoques más cualitativos. Esto significa, que la evaluación es un proceso integral, donde se evalúa al que aprende y al que enseña y existe retroalimentación, tanto para la enseñanza y como para el aprendizaje.

El punto de partida puede estar dar valor y recuperar los conocimientos de los alumnos. Para ello, primero debemos generar las situaciones que permitan expresar lo que conocen con libertad y sin temores. Los alumnos transitan los años de su vida escolar y, muchas veces, nadie se interesa por las ideas que han construido desde sus experiencias familiares, culturales, religiosas, etc. Es necesario dar lugar a que surjan saberes, intuiciones, creencias que les permiten desenvolverse en su vida cotidiana. A partir de estos conocimientos es posible cuestionar, profundizar, explicar, discutir, considerar otros puntos de vistas, reflexionar, compartir y ampliar la experiencia personal, para seguir aprendiendo.

Otro aspecto importante, es llevar el aprendizaje al centro de la escena. Dar un papel destacado a lo que se va modificando, transformando en el pensamiento, las ideas y las acciones de los estudiantes. Significa, considerar y entender al aprendizaje como una experiencia personal, que va mucho más allá de una calificación. Esto, tiene que ver con ejercer y desarrollar la capacidad de metacognición, para valorar lo que se aprende y las estrategias cognitivas que lo permiten. El docente debe dar oportunidad a que este proceso se haga consciente, y los propios estudiantes sean capaces de apreciar sus logros y progresos e incrementen, así, su autoestima y su entusiasmo por aprender.

En relación, a los instrumentos de evaluación, hay una idea que resulta particularmente interesante. Se trata del concepto de evaluación auténtica, que propone la elaboración de situaciones menos artificiales y más cercanas a las prácticas sociales reales. Es decir, que los estudiantes se enfrenten a escenarios que pueden ocurrir en la vida diaria, en sus hogares, en su barrio o ciudad, en el mundo laboral, etc. Resolver estas situaciones implicará utilizar conocimientos, desarrollar estrategias de acción e intervención y emplear la imaginación y creatividad. Lo anterior supone superar la noción de actividades por el planteo de problemas o tareas a resolver, para los que no hay respuestas únicas. De esta manera la evaluación se transforma en un desafío, en el que los conocimientos no son un fin en sí mismo, sino herramientas para la acción.

Estar inmersos en una cultura de evaluación significa tener un marco de referencia claro, donde estudiantes, docentes y padres, reconozcan y discutan el enfoque y la modalidad de evaluación del centro educativo. Para ello, tienen que establecerse criterios de evaluación claros y compartidos. Los alumnos deben saber que se espera de ellos y deben poder expresar sus necesidades, dudas, inquietudes y miedos. De esta forma, se puede involucrar y comprometer al estudiante en una mirada reflexiva sobre sus dificultades y obstáculos, sus progresos y avances, pero también sobre lo que puede lograr y porque vale la pena el esfuerzo.

El ingrediente final y esencial en la construcción de una cultura de evaluación es la retroalimentación de los procesos de aprendizaje y reflexión de los alumnos. Los docentes tienen un rol esencial en el acompañamiento de las trayectorias escolares. De su intervención oportuna depende en gran medida que los estudiantes puedan superar la mirada especulativa sobre la evaluación para centrarla en sus propios procesos de aprendizaje.

Como conclusión, es indispensable acercar las prácticas evaluativas a una visión de la educación como un proceso que tiene trascendencia, más allá del éxito en la trayectoria escolar, de continuar estudios superiores o de conseguir un buen empleo. La evaluación debe acompañar y sostener una educación que permita descubrir y desarrollar el potencial de cada estudiante, colaborar con su integración a una sociedad, en la que debe convivir y comprometerse con otras personas, construir conocimientos para entender mejor el mundo que lo rodea y generar empatía con su entorno humano y ambiental.

Fuente de la reseña: http://formacionib.org/noticias/?Evaluamos-o-calificamos-Ideas-para-transitar-desde-la-calificacion-a-una

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