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«No disponemos de logística para cumplir con las tareas educativas de nuestros hijos»

Por: ABC

Las familias numerosas demandan más ayudas para que todos los miembros de estos hogares puedan cumplir el cometido que se les exige

Desde la Federación madrileña de familias numerosas (Fedma) manifiestan su preocupación ante lo que consideran un «abandono». Consideran que ante la situación actual de estar encerradas en el domicilio, y que en casi todas las familias tienen que teletrabajar tanto el padre como la madre, «no tenemos posibilidades de tener en casa un portátil o un móvil para cada miembro de la familia. No podemos teletrabajar y estudiar online en el seno de hogares con más de tres hijos o cuando las familias son de categoría especial, con 5 hijos o más, y todos estudiando en Primaria, Secundaria, Bachillerato o en la Universidad».

En un comunicado han reflejado que «en estos momentos de estado de alarma, absolutamente excepcionales, siguen sin considerarnos, sin tenernos en cuenta, sin valorar las necesidades que tenemos por ser muchas personas en la misma casa. ¿No pueden pensar en cómo las medidas que se han tomado —estar confinados en casa y teletrabajar y/o estudiar a través de internet, plataformas, zoom…— afectan en mayor medida a los que tenemos muchos hijos y no disponemos de la logística necesaria para cumplir con las tareas educativas de nuestros hijos?».

Se preguntan si es tan difícil pensar, considerar y valorar cómo afectan las medidas que se están tomando a estas familias numerosas. «También somos parte de la sociedad, es más —asegura María Menéndez, presidencia de la Fedma—, somos los que garantizamos el relevo generacional, la esperanza de futuro».

Por todo ello, solicita que «se nos tenga en cuenta en esta iniciativa de la Comunidad de Madrid de facilitar gratuitamente 1.000 tablets y 2.000 tarjetas SIM con conexión a internet para que también se beneficien los alumnos de familias numerosas. Así podrán continuar también con las actividades lectivas mientras estén suspendidas las clases presenciales por el Covid-19».

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-no-disponemos-logistica-para-cumplir-tareas-educativas-nuestros-hijos-202004021546_noticia.html

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Homeless people use Tippy-Tap hand-washing techniques in Windhoek, Namibia

Africa/Namibia/19-04-2020/Author(a) and Source: xinhuanet.com

Homeless children wash their hands using the Tippy-Tap hand-washing techniques outside temporary tents in Windhoek, Namibia, April 14, 2020. The Tippy-Tap is a common practice in informal settlements where people do not have access to running water. The technique is strongly advised as an attempt to assist the Namibian government with its lockdown efforts in the fight against the COVID-19 pandemic. (Xinhua/Jacobina Mouton)

NAMIBIA-WINDHOEK-INFORMAL SETTLEMENT-COVID-19

A local Himba mother takes her child out of a temporary tent in Windhoek, Namibia, April 14, 2020. These tents were donated by Mobile Telecommunications Limited (MTC) in an attempt to assist the Namibian government with its lockdown efforts in the fight against the COVID-19 pandemic. (Xinhua/Jacobina Mouton)

NAMIBIA-WINDHOEK-INFORMAL SETTLEMENT-COVID-19

Homeless people wash hands using the Tippy-Tap hand-washing techniques outside temporary tents in Windhoek, Namibia, on April 14, 2020. The Tippy-Tap is a common practice in informal settlements where people do not have access to running water. The technique is strongly advised as an attempt to assist the Namibian government with its lockdown efforts in the fight against the COVID-19 pandemic. (Xinhua/Jacobina Mouton)

Source and Image: http://www.xinhuanet.com/english/2020-04/15/c_138979302_3.htm

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Indígenas y campesinos proponen plan de contingencia en Perú

Por: Tercera Información

Ante la ausencia de un plan de contingencia nacional para atender a los pueblos originarios seis organizaciones indígenas y campesinas proponen un paquete de medidas de emergencia.

Una de ellas es implementar de inmediato un Programa Especial de Difusión Masiva dirigida a las comunidades nativas y campesinas por Radio Nacional y otros medios en lengua materna.

Asimismo, constituir una Comisión Nacional Intersectorial e interinstitucional integrada por diversos sectores del Ejecutivo y las organizaciones indígenas nacionales, para conducir el proceso de emergencia.

Piden también que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional garanticen la seguridad y auxilien a toda mujer, niña o adolescente huyendo o pidiendo ayuda por casos de violencia en cualquier momento y durante las 24 horas.

En consecuencia, deben habilitarse más centros de refugio y cumplir el Protocolo de Atención a la Víctima, haciendo entrega del Kit de Emergencia.

Otra petición es incluir a las familias nativas y campesinas en el Sistema de Focalización de Hogares (SISFOH) del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, para evitar exclusiones en la asignación del bono.

Del mismo modo, incluirlas en las listas de distribución de las canastas de alimentos a cargo de las municipalidades distritales.

Las organizaciones indígenas expresan su compromiso para colaborar y supervisar la implementación de las acciones a nivel nacional, regional y local.

Medidas para la etapa de reactivación económica 

El documento propone medidas para la etapa de reactivación económica como incorporar a las comunidades en los programas de compras públicas e implementar proyectos distritales de producción, comercialización y transformación de semillas.

También considera medidas para promover el emprendimiento indígena «fomentando modelos de asociatividad para una justa y adecuada participación en los distintos mercados».

Asimismo, un Programa nacional de forestación de las cuencas alto andinas, con enfoque territorial y en el marco del cambio climático, y un Programa nacional de forestería urbana en los entornos de las ciudades de la costa.

Consideran importante la masiva participación de hombres y mujeres de los barrios marginales, particularmente de las mujeres organizadas, «que garanticen su mantenimiento y gestión sostenible, en un contexto de cambio climático».

Dato:

El documento es suscrito por las organizaciones indígenas nacionales: Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep); Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú (CONAP), la organización de mujeres Fenmucarinap; la Confederación Campesina del Perú (CCP) y la Unión Nacional de Comunidades Aymaras (UNCA).

Acceda al documento completo con un clic en el siguiente enlace:

– Carta de Organizacipnes Indígenas y Campesinas de Perú (6 de abril 2020) PDF, 4 páginas

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/internacional/2020/04/13/indigenas-y-campesinos-proponen-plan-de-contingencia-en-peru

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Libro (PDF) Exclusión social y violencias en territorios urbanos centroamericanos

Reseña: CLACSO

El presente libro contiene los principales hallazgos empíricos y conclusiones analíticas del proyecto “Exclusión, violencia y respuestas comunitarias en las ciudades centroamericanas: explicando variaciones para orientar políticas”, que ha llevado a cabo un equipo compuesto por investigadores de la sede de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Costa Rica y el programa FLACSO-El Salvador. Dos objetivos que funcionaron como premisa fueron: generar una mejor comprensión de la relación entre violencia urbana, pobreza y desigualdades e identificar las estrategias más eficaces para hacer frente a estos desafíos y contribuir a la creación de los marcos teóricos y conceptuales y de los enfoques metodológicos que orientarán la investigación futura sobre estas cuestiones.

Autor/a: Salazar Sánchez, Karla – Zetino, Mario – Montoya, Ana Margarita – Brioso, Larissa – Calderón Umaña, Rodolfo –  Pérez Sáinz, Juan Pablo –  Pérez Sáinz, Juan Pablo.        

Editorial/Editor:  FLACSO sede Costa Rica

Año de publicación: 2015

País (es): Costa_Rica

Idioma: Español.

ISBN :   978-9977-68-286-0

Descarga:   Exclusión social y violencias en territorios urbanos centroamericanos

Fuente  e Imagen:    http://biblioteca.clacso.edu.ar/colecciones/saladelectura/index.php?a=q&r=1&hs=1&t=1&q=violencia&j=dl&c=general&fqf=TX&Submit=buscar+en+CLACSO

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Las desigualdades de producir desde casa

Por: Vladimir Garay

Internet siempre ha sido presentada como una tecnología democrática y democratizadora. Pero de la crisis emerge una fotografía de segregación social.

Esta semana, dos hospitales en Milán han comenzado a repartir tablets entre los enfermos terminales incomunicados y en aislamiento, para que puedan despedirse de sus familias y seres queridos, en un gesto que busca darle un poco más dignidad a una muerte espantosa. En los últimos años, el cine, la televisión y la literatura se han encargado de imaginar todo tipo de escenarios tecno-distópicos, pero nada así de desolador.

La crisis mundial desatada por la agresiva expansión del COVID-19 ha sido descrita como un evento que ocurre una vez cada cien años y cuando acabe, el mundo será probablemente muy distinto al que conocimos. Lamentablemente, parece que todavía falta mucho para ello. Italia ha superado a China y es ahora el país con más muertes producto del coronavirus, que a nivel mundial ascienden a casi diez mil víctimas fatales.

El llamado ha sido a quedarse en casa y reducir el contacto social, como una forma de ralentizar la propagación del virus y evitar que los sistemas de salud colapsen. El teletrabajo y la educación en línea se han convertido en los modos sugeridos para que las personas puedan seguir realizando sus rutinas productivas desde casa. Internet —que siempre ha sido presentada como una tecnología eminentemente democrática y democratizadora — aparece como una de las principales maneras de sobrellevar la crisis.

Pero lo que emerge es una fotografía de segregación social, una expresión más de las condiciones precarias en las que millones de personas viven en nuestra región y que muchas veces son invisibilizadas en las declaraciones públicas de autoridades que son incapaces de imaginar que hay gente que simplemente no tiene acceso a internet. Las últimas cifras disponibles de la CEPAL, de 2017, cuantificaba que tan solo el 45% de los hogares de la región estaban conectados a la red. Y aunque probablemente esos números han aumentado en los últimos años, muy seguramente el porcentaje de personas excluidas todavía es alto.

 Además es importante comprender que no todas las formas de conexión son iguales ni equivalentes; la velocidad es un factor determinante y más todavía el dispositivo a través del cual nos conectamos a internet. Hoy, la principal forma de conexión a internet en el continente es por medio de dispositivos móviles. Consecuentemente, no es lo mismo pedirle a una niña que resuelva una tarea escolar utilizando su propio computador, a que lo haga a través de su teléfono celular. Aunque en ambos casos se tenga acceso a exactamente al mismo material de estudio, la segunda experiencia es sustantivamente peor, simplemente porque ese dispositivo no fue diseñado ni construido para ello. Así, nuevamente el ejercicio de un derecho fundamental queda sujeto a las posibilidades económicas de una persona o su familia.

A ello hay que sumar las condiciones ambientales del trabajo: no todo el mundo tiene la posibilidad de convertir un rincón del hogar en una oficina casera; todavía peor, mucha gente habituada a convivir un par de horas al día con el resto de su familia se verá ahora forzada a tener que negociar espacios, horarios, necesidades y también ancho de banda, muchas veces en casas hacinadas o concebidas más como dormitorios que como lugares de convivencia familiar y mucho menos oficina multifuncional. Todo esto sin mencionar a aquellas personas que desempeñan funciones que no pueden ser realizadas a la distancia, por ejemplo, los trabajadores de la altamente precarizada “gig-economy, que reciben órdenes de una app y que deben verse en la disyuntiva de salir a trabajar arriesgando su salud o simplemente perder su fuente de ingresos en tiempos de alta incertidumbre.

Evidentemente estamos viviendo un momento inédito y particularmente difícil. Pero esta experiencia debería ser valiosa para cuando lo peor haya pasado. Hay dos reflexiones en las que creo que será necesario profundizar: primero, el teletrabajo ha sido una parte importante de los discursos de flexibilización laboral, pero no nos engañemos: para mucha gente tener trabajar desde su casa se convertirá en otra forma de precarización si es que no se toman medidas tendientes a asegurarle a los y las trabajadoras condiciones mínimas para el desempeño de sus funciones a distancia.

En segundo lugar, es errado pensar que internet es una tecnología eminentemente igualitaria. Sin embargo, existe en ella un potencial para ayudar a corregir algunas desigualdades de base. Ello dependerá del modo en que la tecnología se implementa y se usa. Si lo dejamos en manos del mercado y la capacidad individual de las personas, las cosas seguirán siendo tan injustas como antes y quizás, hasta peores.

Fuente: https://rebelion.org/las-desigualdades-de-producir-desde-casa/

Imagen: StockSnap en Pixabay

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Hacer de la necesidad virtud (II): Bibliotecas públicas y equidad educativa

Odian leer -así lo dicen algunos de ellos-, pero hay tres condiciones que, bien combinadas, pueden abrir espacios para la lectura: la prescripción escolar, el aburrimiento y el acierto en la elección. Estamos ante una oportunidad única para impulsar el hábito lector pero, para ello, necesitamos el concurso de las bibliotecas públicas.

¿Por qué, en tiempos de pandemia y coronavirus, se habla tan poco de libros? Vengo dándole vueltas a esta pregunta desde que iniciamos la cuarentena. ¿Por qué, si el principal problema educativo que hemos detectado es la exclusión escolar, las bibliotecas no se consideran un servicio de primera necesidad, como las tiendas de alimentación o las farmacias?

En tiempos de brecha digital -de brecha social y escolar-, los libros son el amortiguador más sencillo y más inmediato contra la inequidad educativa. Hubiera bastado que los profes nos hubiéramos puesto de acuerdo en recomendar un puñado de buenos libros -libros informativos y libros de ficción, libros cuya lectura acompañaríamos y libros de los que no habría que rendir cuentas- para que el tránsito entre la educación en la escuela y la formación en casa no hubiera sido ni tan brusco ni tan injusto. Tendremos que darle una vuelta a nuestra lentitud de reflejos, a por qué los libros han desaparecido, incluso, de nuestro imaginario docente. Del hegemónico, al menos.

Ni siquiera la brecha digital hubiera sido tan abrupta con buenas bibliotecas escolares. Estas, allá donde funcionan, se ocupan también de la alfabetización mediática de estudiantes y docentes y tienen, cuando menos, detectados los problemas: quiénes disponen de dispositivos móviles y quiénes no, quiénes disponen de conexión en casa y quiénes no; qué aplicaciones y plataformas son fiables y cuáles no. Eso, tan solo, como punto de partida. Porque las bibliotecas escolares hace tiempo que dejaron de ser tan solo un espacio físico donde se alojan los libros, y son el verdadero agente dinamizador -que impulsa y coordina- todas aquellas prácticas vinculadas a la alfabetización del siglo XXI: desde cómo distinguir noticias fiables de fake news a cómo seleccionar, elaborar y comunicar información, entre otras muchas cosas. Claro que estos contenidos conciernen al profesorado de todas las áreas, pero mientras las rutinas docentes y las evaluaciones externas miren hacia otro lado pocos parecen darse por aludidos.

Necesitamos responsables en nuestras bibliotecas escolares -con formación y recursos, lo hemos dicho ya muchas veces- que vertebren iniciativas, especialmente aquellas medulares y que, sin embargo, el currículo disciplinar orilla o desdeña.

Pero hoy quisiera centrarme en la lectura de libros: de papel o electrónicos, pero en los libros. Y en por qué creo que, cuando se atenúen las condiciones de nuestro confinamiento, las bibliotecas públicas podrían y aun deberían ocupar un papel central en el tramo final del curso. Hablaré de secundaria, que es lo que conozco de primera mano, pero la tesis de fondo de estas líneas es aún más pertinente si cabe para los tramos de infantil y primaria.

Todos los años, al empezar las clases, dedico una o varias sesiones a hablar con mis alumnas y alumnos acerca de sus hábitos lectores y sus libros favoritos. Y todos los años me encuentro con tres perfiles diferenciados, aunque enormemente porosos entre sí.

En primer lugar, los refractarios a la lectura: «No leo nada. Nunca he leído nada que me guste». «Una vez leí un libro. Y no me gustó». «Yo no leo nada. Y si me mandan leer algo en el instituto o me veo la peli o me leo un resumen». «Antes leía. Ya no». «Me tiene que llamar mucho la atención el libro; si no, no me lo leo. He intentado leer algún libro, pero no». «Profe, yo solo leo el Marca«.

Pero incluso estos nos dejan un resquicio abierto: «No me gusta nada leer, pero una vez me leí un libro por mi cuenta y me gustó. Se llamaba El niño del pijama de rayas«. «No leo mucho, pero me gustan las curiosidades que leo en Instagram. Lo de ¿Sabías que…? Eso sí me lo leo». «No leo nada. Y ya. Pero me gustaría tener disciplina. Dormirme leyendo un libro». «A veces sí que leo, depende de lo que me aburra». «Leo cuando tengo tiempo». «No es que no me guste leer, me gusta algún tipo de libros, como Juego de Tronos». «Leer no es que me emocione, pero los libros que me mandan en el instituto sí que me los leo». «Con los libros del instituto al principio no me gustan, pero luego me voy enganchando». «Me gusta mucho leer, pero no libros. Revistas, moda, cosas de actualidad».

Odian leer -así lo dicen algunos de ellos-, pero hay tres condiciones que, bien combinadas, pueden abrir espacios para la lectura: la prescripción escolar, el aburrimiento, y el acierto en la elección.

Luego están los lectores ocasionales, aquellos que leen a rachas. «No me gusta mucho leer. Mi libro favorito es El señor de los anillos«. «No es que no me guste leer, pero no suelo hacerlo». «Me gusta leer, pero no leo mucho». Añoran los tiempos en que sí eran ávidos lectores. «Cada vez leo menos». «Antes leía un montón». Son quienes sí leen lo prescrito en el instituto, pero poco más. Este grupo aumenta según nos adentramos en la adolescencia. Porque es entre los más pequeños del instituto donde encontramos los lectores más fervientes.

Y ahí están los lectores compulsivos: quienes se han leído todo Roald Dahl, Laura Gallego, Harry PotterPercy Jackson, John Green. Fans de un título, un autor, un género, cuesta sacarlos de ahí. Se nos perderán en cuanto no acertemos a establecer el tránsito entre las tramas fantásticas o adolescentes y otros géneros que los saquen de la espiral en que andan confinados. No podemos pretender que salten sin red de ahí al Poema del CidEl Lazarillo de Tormes o San Manuel Bueno Mártir. Hay literatura juvenil para la segunda adolescencia y hay clásicos universales para los jóvenes lectores. Solo hay que ir a buscarlos.

Pero es que, además, están los refractarios a la narrativa de ficción (aunque a lo mejor sí se atreven con la novela gráfica) pero sí son lectores ocasionales de poesía. Están también quienes no quieren saber nada de literatura pero les entusiasman las biografías; quienes, puestos a leer, prefieren hacerlo con un libro de historia o de ciencia o hasta con un título de economía. Están -y estos son lectores en auge- quienes buscan en los estantes lo que haya de feminismo o ecología, y lo devoran con fruición y no hacen sino recomendarlo.

Todos ellos, lectores y no lectores, lectores de literatura y de libros informativos, necesitan de la escuela para impulsar sus hábitos y ampliar sus itinerarios de lectura. Muchos -si no todos- dependen de las prescripciones de la escuela, tan denostadas -y es verdad que tantas veces hechas con muy poco acierto-. Contamos ahora con un momento excepcional para aprovecharlo. La lectura sostenida y continuada, la lectura por placer, es también factor determinante en la mejora de la competencia lectora, esa que luego tanto echamos en falta.

Pero para que ello sea posible, y para no abrir más brechas en la equidad entre quienes pueden acceder al préstamo electrónico de libros -porque tienen dispositivo, conexión, y carnet de la biblioteca municipal- y quienes no pueden hacerlo, necesitamos que las bibliotecas públicas vuelvan a abrirse cuando el cese el estado de alarma, puesto que los centros escolares seguirán probablemente cerrados mucho más tiempo. Abrirlas siquiera exclusivamente al préstamo; con ventanilla y distancia social, con guantes y mascarillas, pero abrirlas.

Y necesitamos -profes, esto va por nosotros- volver a poner los libros en el centro de nuestro imaginario pedagógico y pensar -¡colectivamente!- qué puñado de libros podrían conformar ese plan lector de urgencia para una cuarentena.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/04/07/hacer-de-la-necesidad-virtud-ii-bibliotecas-publicas-y-equidad-educativa/

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Tik Tok elimina TODOS los VÍDEOS de usuarios “pobres, gordos y feos”

Redacción: Radio Fórmula

Los documentos que detallan esta manera poco ética de proceder de Tik Tok, fueron publicados por el medio británico Intercept

La red social Tik Tok, tan de moda entre los jóvenes, tiene estrictas reglas a la hora de publicación.

Y es que Tik Tok instruyó a sus empleados a eliminar los videos de usuarios que, en su opinión parecen demasiado feos, pobres o que, incluso, tengan alguna discapacidad física.

Los documentos que detallan esta manera poco ética de proceder de Tik Tok, fueron publicados por el medio británico Intercept.

En el texto se detalló cómo la compañía instruyó a sus empleados a seleccionar los mejores videos de los usuarios para la sección del feed For You.

En cambio, la instrucción que les da la red social es que eliminen, al momento, aquellos videos de usuarios con “una forma corporal anormal, que son gorditos, obesos o demasiado delgados”.

Así como aquellos que “tienen aspecto facial poco agraciado o deformidades faciales”, y es que, según describe el documento, “si la apariencia del personaje no es buena, el video será mucho menos atractivo y no merece la pena recomendarlo a nuevos usuarios”.

Y si tu casa luce “pobre” también eliminarán tus videos

El documento también develó que Tik Tok también eliminará los videos “si el entorno de filmación está en mal estado”, y es que este tipo de grabaciones, en opinión de la red social “son menos elegantes y atractivos”. 

 

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