Por: Marcelo Colussi
Exclusión
Uruguay: Marcha contra el racismo
Redacción: Tercera Información
Marcha contra el racismo, por la Avenida 18 de Julio hasta la Plaza Libertad, este pasado 28 de marzo.
Convocada en repudio al mensaje racista del cantante del género tropical Alex Stella.
Este personaje le expresa a su productor en duros términos por su color de piel. “No me gustan los negros”, le dijo: “¿Sabes lo que pasa? Yo te voy a ser sincero, loco. A mí los negros no me gustan, loco. Los negros no me gustan. No me gusta el olor de los negros”-
Este hecho generó en las organizaciones afro, total repudio y convocó a una marcha en el día de hoy.
Fotografía Martha Passeggi
Tanzania: Día de la Niña: en estas escuelas las obligan a hacerse pruebas de embarazo y las expulsan si dan positivo
Redacción: CNN
Video: https://cnnespanol.cnn.com/2018/10/11/dia-de-la-nina-en-estas-escuelas-las-obligan-a-hacerse-pruebas-de-embarazo-y-las-expulsan-si-dan-positivo/
Nota de los editores: CNN está comprometida a cubrir la desigualdad de género en cualquier parte del mundo. Esta historia es parte de ‘As Equals’, una serie de todo un año.
Arusha, Tanzania (CNN) – Sucede dos veces al año en la Escuela Secundaria Arusha. Cada una de las 800 alumnas de la escuela es acompañada a un baño y se le dice que orine en un frasco. Fuera del cubículo, un profesor espera para asegurarse de que las muestras no se intercambian.
Las chicas están tomando pruebas de embarazo obligatorias. Y si salen positivas, la estudiante es expulsada de inmediato.
CNN visitó otras dos escuelas en las regiones de Kilimanjaro y Arusha donde se realizaron pruebas similares; tres escuelas más confirmaron las pruebas en entrevistas telefónicas.
A Elifuraha, a quien se refiere CNN por su primer nombre, le resulta difícil hablar de la vergüenza que sintió cuando las maestras de la Escuela Secundaria Moshono en Arusha la convocaron para una prueba de embarazo obligatoria.
«Llamaron a todas las estudiantes a una sala y las maestras comenzaron a inspeccionarnos… nos tocaban el estómago», dijo la madre de 19 años a CNN, mientras una lágrima rodaba por su mejilla.
Ella sabía que estaba embarazada, pero estaba tratando de ocultar su creciente estómago. Después de admitir su embarazo, fue expulsada de inmediato.
Tanzania utiliza una cláusula de moralidad en una ley de educación de 2002 para dar a las escuelas el marco legal necesario para expulsar a las estudiantes; la práctica se remonta a la década de 1960. La ley se ha aplicado más ampliamente desde que el presidente John Pombe Magufuli asumió el cargo en 2015.
En junio pasado, Magufuli, apodado «The Bulldozer», dio un paso más y anunció que a las estudiantes embarazadas no se les permitiría regresar a la escuela después de dar a luz.
No hay estadísticas oficiales sobre cuántas niñas embarazadas han sido expulsadas de las escuelas de Tanzania.
El Centro para los Derechos Reproductivos, un grupo de defensa internacional con sede en Estados Unidos, estimó en 2013 que más de 8.000 niñas embarazadas eran expulsadas o abandonadas de las escuelas de Tanzania cada año.
El decreto presidencial del año pasado va directamente en contra de los esfuerzos del gobierno anterior para introducir una política de reingreso escolar para madres adolescentes.
Anna Ulimboka, una enfermera que supervisa las pruebas de embarazo en la escuela secundaria de Arusha, dice que las pruebas son una buena cosa. Y muchas de sus alumnas están de acuerdo.
«Antes de comenzar a hacer la prueba, muchas niñas se embarazaban mientras estaban en la escuela, pero después de ver que se estaban haciendo pruebas antes y después de sus vacaciones, eso las hace evitar las relaciones con los niños», dijo Ulimboka.
CNN visitó la escuela acompañada por funcionarios del Ministerio de Salud de Tanzania y la oficina del gobierno regional. Hablando en presencia de los funcionarios, Ulimboka dijo que las pruebas y la política de expulsión de las estudiantes embarazadas eran necesarias.
Sin embargo, Ulimboka dijo que se sentía mal por las niñas que habían sido expulsadas.
«Siempre les aconsejo que incluso si se quedan embarazadas no es el final y que no deben rendirse».
Shilinde Ngalula, abogada del Centro Legal y de Derechos Humanos en Tanzania, dijo que obligar a las niñas embarazadas a abandonar la escuela viola la constitución de Tanzania, que incluye el derecho a la educación.
En julio de 2017, la diputada de la oposición Halima Mdee fue arrestada por denunciar al presidente por la prohibición de las alumnas embarazadas que, según ella, también es contraria a la Constitución. Su caso fue destacado por el informe del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre los derechos humanos en Tanzania como uno de los ejemplos de represión contra los críticos de Magufuli.
Junto a Tanzania, Guinea Ecuatorial y Sierra Leona también les niegan el derecho a estudiar en escuelas públicas a las niñas embarazadas y madres adolescentes, lo que los defensores dicen que va en contra de los tratados de derechos humanos que los tres países han firmado.
«Se encuentra dentro de la definición de una violación no solo del derecho a la educación, sino también de otros derechos de las niñas», dijo Elin Martínez, experta en derechos de los niños de Human Rights Watch.
Los tres países se han encontrado en repetidas ocasiones bajo la presión internacional para derogar la política.
CNN se ha comunicado con el gobierno de Tanzania para hacer comentarios, pero aún no ha recibido respuesta. Los gobiernos de Sierra Leona y Guinea Ecuatorial tampoco han respondido a las solicitudes de comentarios.
Debido a que la educación sexual no está en el plan de estudios nacional en Tanzania, muchas niñas no aprenden que tener relaciones sexuales puede llevar a quedar embarazada.
Lilian, de dieciocho años, fue una de ellas. Se quedó embarazada cuando tenía 16 años.
Alrededor de un cuarto de las niñas de Tanzania de entre 15 y 19 años son madres o están embarazadas. El matrimonio infantil sigue prevaleciendo en el país: el 37% de las mujeres de 20 a 24 años de edad habían estado casadas antes de cumplir los 18 años, según los datos oficiales de 2010, los últimos disponibles. Según la misma encuesta, más de una cuarta parte de las niñas casadas antes de los 19 años tienen esposos que tienen 10 o más años más.
Lilian ya estaba esperando a su bebé cuando el presidente Magufuli pronunció su discurso histórico sobre la expulsión de estudiantes embarazadas.
Le gustaba estudiar química, biología y geografía, y saber que no se le permitiría volver a la escuela era devastador.
«Quería alcanzar mis metas, pero me vi obligada a acortarlas, quedarme en casa y esperar otra oportunidad», dijo.
Lilian y su hija Favor ahora viven en el Centro Faraja, un refugio para mujeres vulnerables y madres jóvenes, muchas de las cuales han sido expulsadas de la escuela como resultado de su embarazo.
Al igual que el resto de las residentes del refugio, Lilian está aprendiendo costura y trenzado de cabello. Está muy lejos de estudiar ciencias, pero la ayudará a conseguir un trabajo después de que abandone el refugio.
Y ella todavía no ha abandonado completamente sus sueños. Ella ha guardado su cuaderno de física, envuelto en papel marrón liso. Espera que algún día se le permita regresar a la escuela.
Ninguna escuela pública puede volver a admitir a Lilian y la matrícula en las pocas escuelas privadas que todavía podrían aceptarla tienen un costo de alrededor de 800 dólares al año. Su única opción es encontrar un patrocinador u obtener un lugar en una de las pocas escuelas financiadas por ONG en el país.
Al igual que Lilian, Elifuraha también tenía grandes planes que dejó a un lado cuando quedó embarazada.
Elifuraha soñó con unirse al ejército de Tanzania, pero no completó la educación suficiente para cumplir con los requisitos antes de que fuera expulsada.
«Si las cosas no fueran como son, me encantaría volver a la escuela», dijo.
El proyecto de informes As Equals está financiado por el European Journalism Centre a través de su Programa de Subvenciones para la Innovación en el Desarrollo. Haz clic aquí para ver más historias como esta.
Fuente: https://cnnespanol.cnn.com/2018/10/11/dia-de-la-nina-en-estas-escuelas-las-obligan-a-hacerse-pruebas-de-embarazo-y-las-expulsan-si-dan-positivo/
Analfabetismo: condena a la pobreza y la exclusión
Autor: Agencia SINC
En el Día Internacional de la Alfabetización, el mundo vuelve los ojos hacia los más de 750 millones de personas -de las que casi 500 millones son niñas y mujeres- a las que el analfabetismo puede condenar a la pobreza y la exclusión.
El próximo 8 de septiembrese conmemora el Día Internacional de la Alfabetización, una jornada en la que el mundo vuelve los ojos hacia los más de 750 millones de personas -de las que casi 500 millones son niñas y mujeres- a las que el analfabetismo puede condenar a la pobreza y la exclusión.
A pesar de que el analfabetismo y, principalmente, el analfabetismo funcional (personas que tienen conocimientos básicos de lectura, escritura y cálculo pero que no son capaces de utilizar estos conocimientos de forma eficiente en las situaciones de la vida cotidiana) están presentes en todos los países del mundo, es en las naciones más pobres donde estas carencias se manifiestan con mayor intensidad.
Para Manos Unidas “la educación y, como primer paso, la alfabetización, es la principal herramienta para lograr que las personas puedan salir de la pobreza y para impedir que ésta se transmita de generación en generación”, asegura María José Hernando, del departamento de Estudios de Manos Unidas. Porque la educación, además de ser un garante para el desarrollo de las personas, “favorece la creación de conciencia crítica, es fundamental para acceder a mejores oportunidades de trabajo y contribuye al desarrollo de los países”, afirma Hernando.
El trabajo de Educación para el Desarrollo que lleva a cabo Manos Unidas hace hincapié en denunciar las estructuras sociales y culturales injustas que un alto porcentaje de la población acceda a la educación en sus diferentes niveles y, con ella, a la satisfacción plena de la mayoría de los derechos que, como seres humanos, les amparan.
Con este objetivo, en el año 2017, Manos Unidas aprobó 199 proyectos educativos por importe de 10,2 millones de euros, en Africa, Asia y América.
Mujer y analfabetismo
En el Día Internacional de la Alfabetización, Manos Unidas quiere denunciar, también, que el analfabetismo ahonda la brecha de género y reclama el acceso a la educación de las mujeres, en igualdad de condiciones con los hombres. En el siglo XXI, cuando la tecnología y los medios deberían favorecer el acceso a los conocimientos y a la información para todos “es inaceptable que casi 500 millones de mujeres y niñas continúen privadas del acceso al conocimiento y, con ello, de las oportunidades que conlleva la educación”, lamenta Hernando.
Es inaceptable que casi 500 millones de mujeres y niñas continúen privadas del acceso al conocimiento y, con ello, de las oportunidades que conlleva la educación”, lamenta Hernando.
Por este motivo, el componente de género, que está presente en todos nuestros proyectos, es un requisito fundamental en los educativos. “Porque nuestra experiencia, y los datos constatados por diferentes organizaciones e instituciones, avalan que la inversión en la educación de las niñas y la consiguiente capacitación de las mujeres se traducen directamente en una mejor nutrición, salud y rendimiento económico para sus familias, sus comunidades y, por último, para sus países”, explica María José Hernando. “Una mujer formada y educada tendrá las herramientas para cambiar el curso de su vida: probablemente se casará más tarde, tendrá hijos en edad adulta, llevará a sus hijos, y también a sus hijas a la escuela y transmitirá sus conocimientos en su familia y en su comunidad”, afirma Hernando.
Apoyamos la alfabetización de mujeres en Senegal
Según datos de la UNESCO, en África subsahariana hay cerca de 203 millones de personas de más de 15 años que no saben leer ni escribir. Además, en esta región del mundo, que alberga a la mayor parte de los países más pobres del mundo, casi la mitad de las mujeres son analfabetas.
“El analfabetismo es una de las causas de la marginación de las mujeres”, asegura Adela González, coordinadora expatriada de Manos Unidas en Senegal para el convenio “Agricultura, Refuerzo del tejido asociativo rural y Derechos socioeconómicos de mujeres y jóvenes en Senegal”, que la ONG lleva a cabo, con apoyo económico de la Cooperación Española (AECID), y que se conoce en la zona como Programa Karonghen (renacimiento en diola). Se lleva a cabo en la Baja Casamance, la región sur del país africano, castigada por años de conflicto y aislamiento.
El Convenio tienen como objetivo lograr el desarrollo socioeconómico de la población más vulnerable de la zona y, especialmente, de las mujeres. Además, se busca fortalecer el tejido social para mejorar la participación en la gobernabilidad, en una región caracterizada por un bajo nivel de desarrollo económico y por notables carencias en el ejercicio de otros derechos humanos, especialmente el derecho a la alimentación.
“Aunque el objetivo de mejorar la situación de la mujer esté presente en todas las actividades del convenio, el componente de alfabetización tiene una enorme relevancia dentro de la estrategia global de empoderamiento de la mujer”, informa González. “De hecho, este componente resulta elemental para que, entre otras muchas mejoras, la mujer pueda reclamar el respeto de sus derechos en su familia y en su comunidad”, explica.
Para Manos Unidas y su socio local, la Asociación CPAS, la alfabetización es indispensable para lograr la educación para todos y clave para erradicar la pobreza, alcanzar la igualdad de género y garantizar el desarrollo sostenible, la paz y la democracia.
“Aquí, en la Casamance, he podido comprobar lo difícil que es el día a día para una mujer que no sabe leer ni escribir o que no tiene nociones básicas de aritmética o de números”, explica González. “Estas mujeres, que son tantas veces el sostén de sus familias, pueden ser engañadas con las cuentas o los pesajes en el mercado, donde venden un elevado porcentaje de la producción de sus huertos”, afirma la cooperante de Manos Unidas. “Esta, entre otras causas, nos lleva a poner el énfasis en reducir las desigualdades mediante el acceso a distintas formaciones entre las que la alfabetización es fundamental, porque favorece su empoderamiento en el ámbito familiar, comunitario y público “, explica la coordinadora expatriada de Manos Unidas en Senegal.
En el marco del convenio se han formado a 1500 personas, un 90% mujeres, que han adquirido competencias básicas de lectura, escritura y cálculo, así como conocimientos de organización y gestión para el desarrollo de actividades que permitan mejorar sus ingresos. Esta alfabetización de hace en lengua local, el diola, ya que una gran mayoría de la población rural no habla el francés, el idioma oficial de Senegal.
Fuente: http://www.agenciasic.es/2018/09/06/analfabetismo-condena-a-la-pobreza-y-la-exclusion/
Estados Unidos: Trump cierra puertas a los más inteligentes del mundo
Estados Unidos/09 de Junio de 2018/Gestión
La xenofobia priva al país del talento que necesita para tener éxito. Si se les da la oportunidad, los inmigrantes de cualquier país del mundo se convertirán en estadounidenses patrióticos, al igual que sus descendientes.
El 6 de junio de 1944, soldados estadounidenses tomaron por asalto las playas de Francia, comenzando una campaña que revertiría el control de la Alemania nazi sobre Europa occidental. Fue una demostración sin precedentes del poderío militar y la destreza organizacional de Estados Unidos.
El hombre que dirigió ese heroico esfuerzo era de ascendencia alemana: el general y futuro presidente Dwight D. Eisenhower. La familia de Eisenhower, que cambió la ortografía del nombre original Eisenhauer (que significa «minero de hierro»), era originaria de un área llamada Nassau-Saarbrücken, irónicamente, uno de los territorios que el general liberaría.
Si EE.UU. hubiera sido en 1944 el mismo país que era en 1917, es posible que no hubiera habido un estadounidense de ascendencia alemana a la cabeza. Conforme EE.UU. se preparaba para luchar contra Alemania en la Primera Guerra Mundial, el sentimiento anti-alemán dominaba la nación.
Las escuelas dejaron de enseñar alemán, los ciudadanos germano-estadounidenses fueron hostigados y despedidos de sus trabajos y 6,000 alemanes y germano-estadounidenses fueron enviados a campos de detención. Parece inconcebible que se le hubiera permitido a un general de ascendencia alemana dirigir el ejército estadounidense contra la patria ancestral de su familia en 1917.
Y sin embargo, apenas 27 años después, esa imposibilidad se había convertido en realidad.
Esta anécdota ilustra un principio central de la historia estadounidense. Cuando EE.UU. acoge a personas de todas las razas y etnias, no solo es justo y equitativo, es eficiente.
La xenofobia priva al país del talento que necesita para tener éxito. Si se les da la oportunidad, los inmigrantes de cualquier país del mundo se convertirán en estadounidenses patrióticos, al igual que sus descendientes.
Desafortunadamente, muchos en EE.UU. nunca han incorporado esta lección. Por un tiempo, parecía que gran parte del país había dejado atrás la xenofobia, especialmente con la disculpa formal y las reparaciones por el internamiento de nipones-estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial.
Recientemente, sin embargo, el miedo irracional a los extranjeros parece estar regresando a la política de EE.UU. El arresto y detención de ciudadanos estadounidenses, en su mayoría de ascendencia hispana, por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) no es solo una injusticia, sino una señal ominosa para EE.UU.
Ahora, la administración del presidente Donald Trump anunció planes para restringir los permisos para que estudiantes chinos estudien en el país. Las visas de los estudiantes graduados chinos que trabajan en robótica, aviación y fabricación de alta tecnología estarán limitadas a solo un año y las autorizaciones para visas serán más difícil de obtener.
El objetivo aparente de estas restricciones es prevenir el espionaje industrial chino. China roba grandes cantidades de propiedad intelectual a las compañías estadounidenses, privando a esas cempresas de su ventaja competitiva, lo que tiene como resultado menos empleos y menores salarios en EE.UU.
Es un problema serio y representa una debilidad que enfrentan las sociedades abiertas cuando compiten con naciones cerradas y administradas de manera centralizada.
Pero mantener alejados a los estudiantes chinos es la forma incorrecta de enfrentar el problema. Como escribe mi colega deBloomberg Opinion Adam Minter, los inmigrantes chinos altamente calificados son un importante motor de la prosperidad estadounidense. En la última década, el número de estudiantes chinos en EE.UU. ha aumentado:
Estos estudiantes pagan altas tasas de matrícula que ayudan a subsidiar la educación de los estadounidenses nativos. También son investigadores increíblemente productivos, generando resultados científicos hasta un 30% más altos que otros estudiantes.
Y la gran mayoría de estos individuos brillantes tienden a permanecer en EE.UU. después de graduarse, trabajando para aumentar la prosperidad estadounidense y contribuyendo al talento de la fuerza laboral nacional.
La ofensiva de Trump contra los estudiantes chinos debe verse como parte de una iniciativa más amplia -y altamente contraproducente- de restringir la inmigración de personas altamente calificadas a EE.UU.
Pero más allá de los beneficios materiales que EE.UU. obtiene de los estudiantes y trabajadores chinos, permitirles el ingreso preserva los ideales básicos de la nación. China es una sociedad increíblemente represiva y eso aumenta cada vez más.
El país está tratando de implementar la vigilancia universal, y recientemente experimentó un sistema de «acreditación social» salido de un espectáculo de ciencia ficción distópico, negando a la gente viajes en tren y en avión e incluso entregando menor velocidad de internet si son identificados por mal comportamiento.
Ese tipo de opresión es lo que EE.UU., al menos en teoría, creó para oponerse. Escapar a eso, y disfrutar de más libertad personal en general, es probablemente una gran razón por la cual los chinos envían a sus hijos al extranjero.
Negar esa esperanza de escape y libertad no solo sería como dispararse en el pie en términos económicos para el país, sino que también mermaría la reputación de EE.UU. como un modelo de libertad y oportunidad.
En lugar de excluir a los estudiantes y trabajadores chinos, EE.UU. debería reclutar más y hacer todo lo posible para mantenerlos en el país permanentemente.
El robo de propiedad intelectual es un problema, pero el país debería atacarlo presionando directamente al gobierno chino, no a las personas que intentan escapar de ese gobierno.
Si Trump consigue cerrar las puertas, se arriesga a impedir la existencia de muchas futuras generaciones de chinos-estadounidenses patrióticos y brillantes, toda una legión de futuros Eisenhowers.
El espionaje es una ventaja de las sociedades cerradas, pero la inmigración es una ventaja aún mayor de las abiertas. A la larga, quedarse con las personas será más poderoso que quedarse con las ideas.
Fuente: https://gestion.pe/economia/management-empleo/trump-cierra-puertas-inteligentes-mundo-235200