España: La inteligencia artificial nos engaña tanto como el ojo humano en la búsqueda de extraterrestres

Europa/España/16-02-2020/Autor(a) y Fuente: www.agenciasinc.es

Por: SINC

Una red neuronal artificial ha identificado una estructura cuadrada dentro de otra triangular en un cráter del planeta enano Ceres, una apreciación en la que han coincidido varias personas. El resultado de este curioso experimento visual, realizado por un neuropsicólogo de la Universidad de Cádiz, pone en entredicho la aplicación de la inteligencia artificial en la búsqueda de vida extraterrestre (SETI).

Aunque es el objeto más grande del cinturón principal de asteroides, Ceres es un planeta enano. Se hizo famoso hace unos años por uno de sus cráteres: Occator, donde se observaron unas manchas luminosas que levantaron todo tipo de especulaciones. El misterio se resolvió cuando la sonda Dawn de la NASA se acercó lo suficiente y descubrió que el origen de estos puntos brillantes está en emisiones volcánicas de hielo y sales.

Ahora investigadores de la Universidad de Cádiz se han fijado en una de esas manchas, llamada Vinalia Faculae, y les ha llamado la atención una zona donde parecen distinguirse formas geométricas. Esta peculiaridad les ha servido para plantear un curioso experimento: comparar cómo los seres humanos y las máquinas reconocen imágenes planetarias. El objetivo último era analizar si la inteligencia artificial (IA) puede ayudar a descubrir ‘tecnofirmas’ de posibles civilizaciones extraterrestres.

Tanto las personas como la inteligencia artificial detectaron una estructura cuadrada en esa zona de Ceres, pero la IA, además, identificaba un triángulo

“No éramos nosotros solos, algunas personas parecían discernir una forma cuadrada en Vinalia Faculae, así que lo vimos como una oportunidad para enfrentar la inteligencia humana con la artificial en una tarea cognitiva de percepción visual, pero no una cualquiera, sino una desafiante con implicaciones que se relacionasen con la búsqueda de vida extraterrestre (SETI), que ya no solo se basa en ondas de radio”, explica Gabriel G. De la Torre.

El equipo de este neuropsicólogo de la Universidad de Cádiz reunió a 163 voluntarios sin preparación en astronomía para ver lo que apreciaban en las imágenes de Occator. Luego hicieron lo mismo con un sistema de visión artificial basado en redes neuronales convolucionales (CNN, por sus siglas en inglés), entrenado previamente con miles de imágenes de cuadrados y triángulos para poder identificarlos.

“Tanto las personas como la inteligencia artificial detectaron una estructura cuadrada en las imágenes, pero la IA, además, identificaba también un triángulo”, destaca De la Torre, “y cuando se mostró la opción triangular a los humanos, aumentó significativamente el porcentaje que afirmaba verlo también”. El cuadrado parecía estar inscrito en el triángulo.

Vinalia Faculae_figuras

Otra perspectiva de la región Vinalia Faculae (girada 180º respecto a la que aparece arriba) tomada por la sonda Dawn. Los investigadores se han fijado en la estructura que aparece en su parte central, ampliada a la derecha, donde también se indican (abajo) las geometrías que detectaron las personas con más frecuencia (indicadas con números). / Foto original: NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA/PSI

Estos resultados, publicados en la revista Acta Astronautica, han permitido a los investigadores extraer diversas conclusiones: “Por una parte que, a pesar de estar de moda y tener multitud de aplicaciones, la inteligencia artificial podría confundirnos y decirnos que ha detectado cosas imposibles o falsas –dice De la Torre–, y por tanto esto compromete su utilidad en tareas como la búsqueda de tecnoestructuras extraterrestres. Hay que tener cuidado con su implementación y uso en SETI”.

«Hay que tener cuidado con el uso de la inteligencia artificial en la búsqueda de vida extraterrestre (SETI), porque podría confundirnos o mostrar cosas falsas»

“Por otro lado –añade–, si la IA identifica algo que nuestra mente no puede comprender o aceptar, ¿en el futuro podría ir por delante de nuestro nivel de consciencia y abrirnos puertas de la realidad para la que no estamos preparados? ¿Qué pasaría si el cuadrado y el triángulo de Vinalia Faculae en Ceres fueran estructuras artificiales?».

Por último, el neuropsicólogo señala que los sistemas de IA adolecen de los mismos problemas que sus creadores: “Habría que estudiar más en profundidad las implicaciones de los sesgos en su desarrollo mientras estén supervisados por humanos”.

De la Torre concluye reconociendo que, en realidad, “no sabemos qué es, pero lo más probable es que lo que ha detectado la inteligencia artificial en Vinalia Faculae sean solo juegos de luces y sombras”.

Referencia bibliográfica:

Gabriel G. De la Torre. “Does artificial intelligence dream of non-terrestrial techno-signatures?”. Acta Astronautica 167: 280-285, febrero de 2020.

(En esta misma revista el autor publicó en 2018 un estudio previo sobre el llamado efecto gorila cósmico).

Fuente e Imagen: https://www.agenciasinc.es/Noticias/La-inteligencia-artificial-nos-engana-tanto-como-el-ojo-humano-en-la-busqueda-de-extraterrestres

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Chile: Un millón de alienígenas

Por: Daniel Matamala. 

No necesitamos banderas”, cantaban Los Prisioneros en esa canción en que declaraban “romper de forma oficial / los lazos que nos pudieron atar alguna vez / a alguna institución / o forma de representación / que nos declare parte de su total”.

Esa es la emoción que se tomó Chile.

Es un contraste radical con la anterior marcha del millón: la del No. Si la de octubre del 88 era una multitud organizada por una dirigencia política bajo su discurso y sus banderas (las rojas del PS, las azules de la DC, el arcoíris…), la de octubre del 19 es una masa autoconvocada, definida desde las identidades: banderas de pueblos originarios, equipos de fútbol, diversidad sexual…

Si el momento generacional de 1988 tenía liderazgos, metas y plazos claros (la Concertación, el fin de la dictadura y el 5 de octubre), el de 2019 carece de todo ello. Por eso, pretender domesticarlo con una lista de supermercado es, de nuevo, no entender nada.

Esta no es una huelga de empleados descontentos, y no se acaba con un bono de término de conflicto. No es un movimiento reivindicativo. Es una energía. Una pulsión. Es un momento populista, en la correcta definición del término: la división de la sociedad entre una élite corrupta y un pueblo virtuoso. Los chilenos que se abrazan en las calles con sus camisetas de Colo-Colo, la U y la UC expresan el ideal de borrar las diferencias cotidianas para sumergirse en un colectivo que se define por oposición a todo lo que representa la clase dirigente.

Es ser parte de un horizontal, alegre y colorido millón de amigos.

En la marcha más grande de la historia de Chile brillaron los extraterrestres. Marcianos de todos los colores y diseños tocando cacerolas en referencia al célebre audio filtrado de Cecilia Morel (“es como una invasión extranjera, alienígena”).

“Es increíble”, dice sobre esa frase el académico de la Universidad de Chicago, James Robinson. “Es un reflejo de que la élite chilena está muy desconectada de la gente, el hecho de que uses ese tipo de lenguaje es indicativo de la brecha entre la élite y las masas chilenas”.

Los chilenos se cansaron de ser considerados alienígenas en su propio país.

En esta columna se ha repetido una y otra vez -majaderamente, es verdad- sobre la bomba de tiempo que representa una clase dirigente que ve al país como su club de amigos, atrincherada junto a sus compañeros de colegio en los directorios de las grandes empresas (53% viene de 9 colegios) y en el gabinete (67% de 6 colegios).

La respuesta estándar de esa élite fue desestimar la alerta como monserga de “odiosos” y “resentidos”. Para el decano Juan Ignacio Brito, una “machacona insistencia por identificar únicamente un odioso sesgo de clase (…) prejuicios profundos y resentimientos jamás confesados”. Para el director de empresas César Barros, el acceso al club del poder es “puro esfuerzo, riesgo y habilidad” y “cero amiguismo”. Para el empresario Jorge Errázuriz, la solución al peso de los apellidos es simple: “bastaría con cambiarse a Errázuriz para tener éxito. ¡Te llamaría primo!”

La realidad estaba disponible para quien quisiera verla, en cada reporte de la OCDE, cada estudio del Banco Mundial, cada ranking de competitividad, cada reflexión de economistas y sociólogos que, al mirar a Chile, advertían un país fracturado.

De hecho, los gritos de la calle y los informes de la OCDE dicen básicamente lo mismo: demasiada desigualdad, demasiado nepotismo, demasiados abusos.

“Lo estamos pasando muy bien”, contestaban desde el poder. ¿Se pegarán, al fin, el alcachofazo?

¿Escucharán ahora a las voces lúcidas que, desde dentro, venían advirtiendo de la crisis? Como el fundador de Cornershop, Daniel Undurraga: “basta contar las empresas del IPSA que tienen gerentes generales mujeres, homosexuales, mapuche o incluso que fueron a colegios públicos para entender lo enquistado que está todo el poder del sistema en un grupo cerrado y homogéneo”. O la directora de la Bolsa de Comercio, Jeannette von Wolffersdorff : “hay narcisismo de una élite a la que le cuesta conversar con voces críticas”.

Ahora, Evelyn Matthei pide un gabinete con “gente que venga de la clase media, que ojalá se haya educado en educación pública, que no veraneen en Zapallar o en Pucón”. Andrónico Luksic se allana a “pagar la cuenta” y a discutir un impuesto al patrimonio de los súper ricos. Mario Desbordes habla de pasar a una economía como la de “los países del norte de Europa”.

Ideas constructivas como los cabildos constituyentes o tributos más progresivos, que hace una semana eran resentidas, populistas o chavistas, hoy son súbitamente razonables.

El Congreso legisla bajo el ruido de las cacerolas. Si hace un siglo el ruido de sables obligó a los parlamentarios a aprobar en unas horas los proyectos sociales que habían bloqueado por años, hoy el eco de la calle opera un milagro similar. 40 horas, claro. Rebaja de dieta parlamentaria, por supuesto. ¿Regular precios de los medicamentos? Lógico. Las sesiones del Congreso son transmitidas en vivo por la televisión abierta con alto rating. ¿Será que, al fin, lo que debaten los representantes hace sentido a los representados?

Es un mar sin orillas que da para todo, por cierto. El gobierno anuncia un paquete de medidas totalmente desfinanciado, y grupos de presión como los camioneros presionan para sacar una tajada más de sus ya generosas prebendas.

Es un minuto de catarsis. Del “no vamos a esperar / la idea nunca nos gustó / ellos no están haciendo lo que al comienzo se pactó”.

Es la revancha de los alienígenas.

Fuente de la noticia: https://www.tercerainformacion.es/opinion/opinion/2019/10/28/chile-un-millon-de-alienigenas

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