Formación permanente del profesorado

Xavier Besalú

Nadie discute la importancia de la selección y formación inicial del profesorado. En realidad el foco, tanto desde la academia como desde las administraciones, se ha puesto casi en exclusiva sobre este proceso, al menos desde la Ley General de Educación de 1970: la diferenciación entre la formación inicial del profesorado de educación infantil y primaria y el de educación secundaria; la existencia o no de especialidades en primaria y cuáles de ellas deben promocionarse; la potenciación o no de las áreas en detrimento de las materias en secundaria; la duración y el contenido de esa formación; el grosor y el valor del contacto con la práctica en escuelas e institutos; la necesidad o no de un periodo de inducción, y, en fin, las formas de acceso a un puesto de trabajo docente con carácter indefinido…

Sin embargo, estoy convencido de que, dando por supuesta la existencia de esa formación inicial, la formación permanente, el desarrollo profesional del profesorado a lo largo de los aproximadamente 35 o 40 años de ejercicio profesional que la mayor parte de ese profesorado tiene por delante es, si cabe, tanto o más determinante y necesaria. Es insostenible pensar que, en un periodo tan largo y a la velocidad en que se producen los cambios a todos los niveles, no sea del todo imprescindible actualizarse, ponerse al día: de los avances de las ciencias en general, también de las de la educación; conocer y dominar los nuevos recursos disponibles, las nuevas tecnologías al servicio de la educación; las técnicas y estrategias que la experiencia y la investigación concluyen que son útiles y eficaces; las necesidades emergentes del alumnado y las demandas más acuciantes de la sociedad; conectar con la sensibilidad y las preocupaciones de las nuevas generaciones…

Además, en la formación inicial ni cabe todo, ni mucho de lo que se ofrece en ella conecta con los intereses y necesidades de unos estudiantes que conocen poco el oficio, ni por supuesto nada garantiza que lo tratado pase a formar parte de su bagaje de saberes profesionales, aunque aparezca en los planes de estudio y en las mismas clases. Un ejemplo: es incontestable que la escolarización del cien por cien del alumnado, la educación inclusiva, debe formar parte de esa formación inicial. Es decir: las necesidades educativas, temporales o permanentes del alumnado, las distintas discapacidades y trastornos del desarrollo, las dificultades de aprendizaje, los diferentes tipos de apoyos y recursos (los universales, los adicionales, los intensivos). Ciertamente hay una demanda explícita por parte de los propios estudiantes en el sentido de trabajar todas y cada una de esas variantes… Pienso que no solo es imposible, sino también baldío. Ese saber especializado es probable que solo cuaje cuando la necesidad sea perentoria, cuando pueda ponerse en práctica de manera inmediata, cuando venga a resolver un problema real.

La ley vigente considera que esa formación permanente “constituye un derecho y una obligación de todo el profesorado y una responsabilidad de las Administraciones educativas y de los propios centros”. El enunciado es claro y taxativo, pero a menudo ese derecho y esa obligación han sido leídos en términos de opcionalidad a criterio del profesorado, o bien como mérito para obtener una retribución adicional u optar a determinados puestos de trabajo… Pero se trata de una lectura sesgada, pues parece evidente que, siendo un derecho, debe ser satisfecho de forma incondicional por parte de los empleadores, sean las administraciones, sean las empresas u otro tipo de entidades, y esa es su responsabilidad. Y como tal derecho debe ser ejercido, si nada lo impide, por sus detentadores: como ocurre con todos los derechos, sea a la salud, sea a una vivienda digna. Es, por otra parte, lo que ocurre en todas las profesiones, desde el mecánico que tiene que familiarizarse con los nuevos motores, al abogado que debe lidiar con los códigos vigentes y con la jurisprudencia de los altos tribunales, o con el médico que debe estar al tanto de los avances de la medicina, de los nuevos fármacos y las nuevas enfermedades… Como tal derecho deberá ser ofrecida con exigencia y calidad, no solo para cubrir el expediente; como obligación no puede ser recibida como una carga añadida, ni como una hipoteca molesta, ni como un mero trámite administrativo, ni como un obsequio sin contraprestaciones…, aunque las imposiciones nunca suelen ser bien recibidas…

Dice la ley que también es responsabilidad de los centros y aquí es mucho el camino por recorrer. No debería haber proyecto de centro, ni proyecto de dirección, sin un apartado relativo a la formación permanente de su profesorado. Y luego está la gestión de los tiempos laborales pero no lectivos: ahí caben tanto los primeros días de septiembre como los últimos de junio, por no hablar del mes de julio. Y las condiciones materiales y presupuestarias para poderla llevar a cabo con pertinencia, atractivo y funcionalidad. Y su engarce con la autoevaluación del propio profesorado y de los resultados obtenidos en relación a los objetivos priorizados y a cada una de las distintas áreas…

En cuanto al cómo de esa formación permanente, podríamos partir de la premisa de que la colaboración entre profesionales es una de las características esenciales de la práctica pedagógica. La actividad docente demanda que los docentes estén en contacto, que intercambien entre ellos y compartan experiencia, conocimientos, retos e innovaciones. Así pues, en primera instancia, es imprescindible potenciar, en las propuestas formativas, esa necesidad de intercambio y de colaboración entre el profesorado. Cabe revalorizar la autoformación a base de lecturas, cursos (presenciales o en línea), la experimentación… siempre acompañada de la posibilidad del contraste, del compartir con otros, de la comunicación y de la crítica… Por otra parte, habría que considerar la posibilidad, en torno a la mitad de la carrera profesional, de un periodo sabático, de una licencia para formarse, naturalmente retribuida (en este sentido, guardo un grato recuerdo de la forma como se organizó la adquisición de nuevas especialidades por parte de maestros en activo después de la aprobación de la LOGSE: maestros experimentados, sustituidos en sus aulas, mientras cursaban dicha formación; una intensidad y una exigencia, un agradecimiento y un aprendizaje de gran calidad). Y, por supuesto, los seminarios y los grupos de trabajo, más o menos estables, dentro o fuera del propio centro. Y las grabaciones de sesiones de clase para ser visionadas, analizadas y valoradas a posteriori. Y las asesorías externas, como desencadenante y dinamización de dinámicas internas; y las pasantías en otros centros de referencia donde poder aprender de la práctica de otros compañeros…

Xavier Besalú es profesor de Pedagogía de la Universidad de Girona

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Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/04/24/formacion-permanente-del-profesorado/

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La identidad profesional en la formación inicial docente

Por: Rogelio Javier Alonso Ruiz

Al revisar el Acuerdo Número 649 por el que se establece el Plan de Estudios para la Formación de Maestros de Educación Primaria, publicado en 2012, es posible advertir la importancia que tiene la identidad profesional como un elemento fundamental a desarrollarse en los futuros docentes. Dentro del documento señalado se observa, por ejemplo, que en el perfil de egreso se menciona que el profesorado debe reconocer “el proceso a través del cual se ha desarrollado la profesión docente, la influencia del contexto histórico y social, los principios filosóficos y valores en los que se sustenta, para fundamentar la importancia de su función social”. Asimismo, se incluyen cursos que impactan directamente en esta competencia, tales como: El sujeto y su formación profesional como docente, Historia de la Educación en México y Panorama actual de la Educación Básica en México. Así pues, pareciera que la identidad y el sentido crítico de la realidad son aspectos prioritarios dentro de la carrera normalista.

No obstante lo anterior, una revisión más profunda permite apreciar una diferencia sustancial entre los planes de estudio anterior (1997) y vigente (2012) de la Licenciatura en Educación Primaria en relación al desarrollo de la identidad, el conocimiento histórico y la capacidad de análisis: en términos de asignaturas, en el plan anterior existían siete materias que contribuían a tales fines, mientras que en el vigente sólo son tres; en cuanto a tiempo, el plan de 1997 destinaba el 9.30% del total de horas de la malla curricular a fomentar estos aspectos, mientras que en el actual sólo se destina el 4.30% del total. Así pues, se redujo a la mitad la cantidad de tiempo que los estudiantes construyen su conciencia profesional: de 24 horas pasó a sólo 12 horas actualmente.

Llama la atención que en el plan de estudio vigente para la formación inicial de profesores de Educación Primaria el conocimiento de la Historia de la profesión haya sido simplificado de una manera tan marcada, pasando de cinco materias en 1997 a sólo una en 2012. La reducción de los temas históricos tiene indiscutiblemente un impacto negativo en la identidad profesional de los futuros maestros, pues el conocimiento de éstos es el vehículo privilegiado para alcanzar una identidad no sólo individual, sino también colectiva, así como desarrollar la capacidad para leer el mundo real. Tal como lo menciona Prats (2001), el estudio de la Historia “facilita la comprensión del presente” (p.14), pues ofrece una perspectiva anterior a los hechos actuales que ayuda a su entendimiento; además, esta disciplina permite a quienes la estudian “la comprensión de sus propias raíces culturales y de la herencia común” (p.15), potenciando así un sentido de identidad que, a la postre, propiciará compartir valores, costumbres, ideas, etc. Reforzando lo anterior, Hervás y Miralles (2006) señalan que “el desarrollo del pensamiento crítico es uno de los procedimientos propios y tradicionales de la historia” (p. 34), lo cual se traduce en una creciente capacidad para resolver problemas, tomar decisiones y proponer ideas creativas.

Conocer la Historia de su profesión es en efecto una opción para que los alumnos normalistas desarrollen su identidad docente y su conciencia colectiva: ¿no sería, acaso, motivo de orgullo profesional analizar la vida del profesor morelense Otilio Montaño, aquel que escribió el Plan de Ayala, uno de los documentos insignia de la justicia social? ¿No sería inspirador para los futuros maestros conocer los relatos de profesores que participaron en las Misiones Culturales posrevolucionarias? ¿No les herviría la sangre al conocer los casos de mutilaciones y asesinatos cometidos por el clero a los maestros durante la Guerra Cristera? ¿No se indignarían los profesores en formación al contrastar el paulatino mejoramiento de las condiciones laborales del magisterio a mediados del siglo pasado con las modificaciones constitucionales que dieron lugar a la Reforma Educativa? Todo este cúmulo de reflexiones y emociones es posible despertarlas a través del estudio de la Historia y, consecuentemente, provocar un enamoramiento de la profesión.

Como se ha visto, el Plan de Estudios para la Formación de Maestros de Educación Primaria, en relación con su antecesor de 1997, ha perdido fuerza en cuanto a la formación de la conciencia profesional y el estudio de los momentos históricos que han configurado la situación magisterial actual privilegiando, en cambio, otras áreas como el aprendizaje de una lengua extranjera o el uso de herramientas tecnológicas para la enseñanza. Esto concretiza una de las críticas más frecuentes hacia la educación por competencias (recordemos que el plan normalista está orientado al desarrollo de éstas): la mercantilización de la educación, priorizando el desarrollo de elementos técnicos en detrimento de los aspectos humanos y sociales. De este modo, se puede suponer que con el plan de estudios vigente se está formando a profesores con menor capacidad para analizar críticamente la realidad educativa, con poco conocimiento del devenir histórico de su profesión y, por ende, con menor arraigo profesional.

La anterior es a todas luces una situación bastante riesgosa, pues provocará evidentemente un magisterio menos unido y, por tanto, vulnerable a embestidas que puedan afectar su bienestar profesional. Las consecuencias saldrán a la luz en los próximos años. Evidentemente, tras la implementación de la Reforma Educativa en 2013, que para muchos ha supuesto la lesión de derechos laborales de los docentes, a las autoridades no les conviene un magisterio unido, fuerte y crítico, pero sí individualista e indiferente, lo cual hace pensar que las fallas referidas sobre la formación profesional inicial de los maestros son totalmente intencionadas y con fines perversos.

En suma, es necesario reformar el Plan de Estudios de los futuros maestros mexicanos procurando que los estudiantes tengan oportunidades suficientes para desarrollar una capacidad crítica no sólo del panorama educativo actual, sino de los venideros,  así como la formación de una conciencia histórica más amplia de su propia profesión, generando en consecuencia una identidad profesional sólida. Para lograr lo anterior, sin duda debe haber cambios importantes dentro de la malla curricular: una comprensión apenas suficiente de la Historia de la profesión no cabe en una asignatura, mucho menos el análisis de los problemas educativos actuales de nuestro país (vaya que hay tela de dónde cortar); por lo tanto, se hace necesaria la aparición de más asignaturas que contribuyan a estos fines. Asimismo, es necesario que se intensifiquen los contactos que el alumno tiene con escuelas rurales y en contextos desfavorables, pues son en éstas donde puede apreciarse con mayor claridad la trascendencia de la función del docente; cabe recordar que en algunas instituciones normalistas los estudiantes tenían la oportunidad de practicar en escuelas multigrado rurales, experiencia que en muchos reforzaba su vocación e identidad profesional. De manera general, puede decirse entonces que se debe buscar un equilibrio entre los aspectos técnicos y humanos de la formación del profesorado.
*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Docente colimense de Educación Primaria (Esc. Prim. Distribuidores Nissan No. 61 T.V.) y de Educación Superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía. 
Twitter: @proferoger85

REFERENCIAS
DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN.  Acuerdo Número 649 por el que se establece el Plan de Estudios para la Formación de Maestros de Educación Primaria. México: autor, 2012.
HERVAS, Rosa y MIRALLES, Pedro. La importancia de enseñar a pensar en el aprendizaje de la historia. En: Educar en el 2000: revista de formación del profesorado, No. 9.Murcia: Consejería de Educación, Formación y Empleo de la Región de Murcia, 2006.
PRATS, Joaquín. Enseñar Historia: notas para una didáctica innovadora. Mérida: Junta de Extremadura, 2001.
SEP. Licenciatura en Educación Primaria. Plan de estudios 1997. México: autor, 1997.

Fuente del articulo: http://www.colimanoticias.com/la-identidad-profesional-en-la-formacion-inicial-docente/

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España: Educación propone un MIR de dos años para acceder a la docencia

España/ 30 de enero de 208/Por: EFE Santiago de Compostela/Fuente: http://www.diariovasco.com

El ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, ha anunciado que propondrá en el marco del Pacto Nacional por la Educación un nuevo modelo de acceso a la docencia que incluya un programa de «formación práctica tutorizada», una suerte de MIR de dos años de duración. Méndez de Vigo ha anunciado esa propuesta en su intervención en la Convención Nacional de Educación que celebra el PP en Santiago de Compostela y que es la primera con la que el partido pretende afrontar un «rearme programático».

Una reunión en la que ha avanzado igualmente que el presupuesto para becas se incrementará en 50 millones de euros en el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2018. El ministro ha resaltado la trascendencia de impulsar la tarea del profesorado en el Pacto Nacional por la Educación que se está negociando en el Congreso y ha defendido potenciar su formación permanente y darle instrumentos para desarrollar una carrera profesional fundamentada en el trabajo y que pueda estar ligada a diferentes posibilidades de especialización.

«Queremos mejorar la formación inicial y configurar un nuevo sistema de acceso a la función docente. Creemos -ha añadido- que es imprescindible que cuando se acceda la docencia se haga con una formación sólida». Y ha precisado que esa formación no debe limitarse a una especialidad concreta, sino también en técnicas pedagógicas, metodología, recursos y práctica supervisada.

Conocimientos y aptitudes

Por todo ello es por lo que ha defendido llevar al pacto por la educación un nuevo sistema de acceso a la función docente que sea «estable, permanente y previsible» y que tenga una carrera profesional fundamentada en los principios de mérito y capacidad y que esté sujeta a evaluación. En consecuencia, ha explicado que propondrá que para el acceso a la docencia se evalúen tanto los conocimientos como las aptitudes docentes una vez superada una fase de formación práctica.

Tras superar la formación inicial (Grado y Máster de profesorado), planteará establecer una primera prueba selectiva que evalúe los conocimientos de la especialidad así como otros aspectos relacionados con la organización curricular y escolar, la gestión de centros educativos, y la administración y la legislación educativa. Será, ha señalado, un «programa de formación práctica tutorizada, una especie de MIR de dos años de duración, en el que se trabajen todas y cada una de las funciones asociadas a la docencia».

Al terminar esa fase de formación práctica y siempre que se haya obtenido una evaluación positiva, habrá una segunda prueba práctica (oposición) que tendrá como objeto la comprobación de la aptitud pedagógica.

Fuente de la Noticia:

http://www.diariovasco.com/sociedad/educacion/educacion-propone-anos-20180127140129-ntrc.html

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¿Las escuelas normales están en vía de extinción?

Semana Educación

Estas instituciones formaron tradicionalmente a los maestros en el país. Sin embargo, hoy se habla poco de ellas, a pesar de su importancia en las regiones.

Las escuelas normales superiores fueron las primeras instituciones acreditadas para formar maestros en el país y, hasta 1934 con la creación de las primeras facultades de Educación, fueron las únicas en hacerlo. Pero con el tiempo, las normales perdieron protagonismo en su tarea de educar a los profesores. En 1997 y 2008 la ley les exigió pasar por diferentes procesos de acreditación que disminuyeron su presencia en el sector educativo. De más de 300, ahora solo quedan 137.

Según la Ley General de Educación, la idea es que estas instituciones cumplan un papel de “formación inicial de docentes”, lo que implica el primer paso en una educación posterior más completa en licenciaturas y otros estudios. Sin embargo, por las dificultades de acceso a la educación superior (especialmente en las zonas más aisladas del país, donde mayor presencia tienen las normales) muchos normalistas no pueden continuar su carrera.

Por esa razón, en las escuelas rurales y los pueblos apartados del casco urbano, estos profesores todavía cumplen un papel destacado en la educación. Además, porque en estas zonas hacen falta profesores. Según la revista Dinero, en el campo, el 51 % de las sedes educativas son multigrado (escuelas que tienen un profesor para varios grados).

De ahí la necesidad de tener más profesores de calidad en las zonas rurales y la relevancia que tomaron las normales superiores, de las cuales el 90% están en poblaciones con menos de 100.000 habitantes.

Lo cierto es que la formación de maestros es un aspecto fundamental para mejorar el desarrollo de estas regiones y para implementar la construcción de paz en los municipios que más sufrieron con el conflicto, un asunto particularmente relevante en este momento (de hecho, este será uno de los temas clave que se tratarán en la Cumbre Líderes por la Educación 2017).

Por otro lado, estas instituciones de formación inicial de docentes, “se conviertan en el foco para la formación de muchísimos proyectos de carácter cultural, social y ciudadano en las regiones. Son casi que un patrimonio de cada municipio”, según cuenta Eduardo Cortés, presidente de la Asociación Nacional de Escuelas Superiores de Colombia (Asonen).

¿Qué son las normales superiores?
Las normales superiores funcionan básicamente como una escuela secundaria regular, con una salvedad: después de grado 11, los alumnos pueden realizar un programa de formación complementaria en el que estudian cuatro semestres más  y salen calificados para enseñar en preescolar o primaria.

Actualmente hay 137 escuelas normales superiores en todo el país y se gradúan cerca de 7.000 estudiantes, según cifras de Asonen. Esto es casi la quinta parte de todos los graduados en Ciencias de la Educación, 37.000 cada año.

Aunque la proporción de normalistas que enseñan en instituciones oficiales no es tan alta (en el concurso docente de 2016, 8 % de los aplicantes fueron normalistas), las cifras generales ocultan la importancia de estos profesores en las zonas apartadas. Además, hay que tener en cuenta que muchos de ellos continúan su formación en programas de licenciaturas, por lo que no aparecen como normalistas, aunque las escuelas normales siguen constituyendo un eslabón importante en la formación de profesores.

Problemas de articulación
Sin embargo, las escuelas normales superiores pasan por un problema de normatividad bastante particular. Están cobijadas por la Ley 115 (que abarca a las instituciones de educación básica y media) y sus exigencias son, en su mayoría, las de una escuela de primaria y secundaria. Pero también cumplen funciones de una institución de educación superior, pues gradúan a personas calificadas para el trabajo docente.

Por eso, las condiciones de calidad no están niveladas con las que se les exige a los programas de licenciatura. En aspectos como la práctica pedagógica, los normalistas tienen una gran ventaja, pues su formación es práctica casi en su totalidad. Pero en otros temas, como la investigación o el aprendizaje de inglés están atrasadas.

“Los docentes vinculados a las escuelas normales les cobija la normativa de profesor de educación media. Esto significa que tienen un gran número de horas semanales y dentro de su actividad no está previsto la investigación, no hay presupuesto para eso”, opina Diana Soto, decana de Educación de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.

Esto lleva a que tengan problemas en la articulación con los programas de licenciaturas. Como las escuelas normales están definidas como instituciones de “formación inicial de docentes”, muchos normalistas optan por continuar sus estudios en una licenciatura, en universidades con convenios en las que pueden acreditar entre tres y cuatro semestres, dependiendo de la institución. Pero como los normalistas salen con otro perfil, es más difícil adelantarlos en ciertos aspectos, como el bilingüismo.

“Hay que repensar ciertos aspectos como este para que estos jóvenes no ingresen a las licenciaturas en condiciones descompensadas en relación con los que ya están en las universidades”, dice Soto.

Más reconocimiento
Solucionar este problema implica replantear la normativa que rige a las normales.  Actualmente, Asonen trabaja junto al Ministerio de Educación para definir una reglamentación particular para estas instituciones. “Queremos  una legislación propia para fortalecer las plantas de personal, mejoramiento de infraestructura. Hay normales en riesgo o con alto deterioro. También queremos recursos para la investigación que es muy importante para las normales”, dijo Cortés a Semana Educación.

Además de eso, con el mismo presupuesto que les asignan a las escuelas oficiales, las normales tienen que proveer su programa complementario de dos años más. “ Nosotros dependemos de unos recursos que gira el gobierno por estudiante, pero son los mismos que se giran para un estudiante de cualquier institución educativa sin programa complementario”, explica Cortés.

De ahí que para el presidente de Asonen, las normales requieren que se les reconozca más su importancia como educadoras de educadores. “Esa es una deuda pendiente del país”, concluye.

Este tema se tocará en la Cumbre Líderes por la Educación 2017.

 

Fuente del articulo: http://www.semana.com/educacion/articulo/formacion-de-maestros-la-importancia-de-las-escuelas-normales/536758

Fuente de la imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2017/8/17/536755_1.jpg

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Seminario Internacional Políticas de formación docente inicial y continua

América del Sur/Argentina/1 de noviembre de 2016/Fuente: buenosaires.iipe.unesco.org

El seminario se realizará los días 8 y 9 de noviembre de 2016 en el Centro Cultural de la Ciencia, Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Godoy Cruz 2270, Cdad. Autónoma de Buenos Aires, Argentina

La UNESCO y el IIPE vienen subrayando la prioridad de la temática docente en cuestiones vinculadas con la formación de calidad, el desarrollo profesional, las condiciones que definen la carrera y aspectos a ser tenidos en cuenta para el diseño de políticas en la materia.

El ejercicio del trabajo docente se halla, sin duda,  en un proceso de reestructuración que tiene a los docentes en el centro de la escena de las políticas. Por otra parte, la agenda educativa 2030, con acento en la educación inclusiva y equitativa de calidad promueve estrategias y metas específicas para la educación de niños, niñas, jóvenes y adultos. Para ello se deberá incrementar la dotación de docentes y promover un salto cualitativo en su formación con el fin de alcanzar los objetivos planteados en este marco.

La problemática de la formación docente, debe ser comprendida en marcos más amplios que contemplen los desafíos de escenarios complejos para la educación. En el caso de la formación continua o permanente, es menester conocer las distintas modalidades que pueden adoptarse en su diseño e identificar políticas que promueven la actualización de los docentes a lo largo de su trayectoria, como también otras que deben atender demandas de los sistemas educativos (como, por ejemplo, insuficiencia de docentes en algunas áreas, ausencia de docentes formados para nuevos espacios curriculares que se incorporan al currículo, etc.).

Es importante considerar que el colectivo docente está lejos de constituir un cuerpo homogéneo. Los matices que caracterizan cada subgrupo son múltiples y variados, especialmente si se toman en cuenta las características de la formación inicial y continua, sus trayectorias y la posición de los docentes en cada subsistema, las condiciones laborales en los diferentes niveles y modalidades y las culturas profesorales que los caracterizan, entre otros. Estos matices y singularidades deben estar presentes en el diseño de las  políticas de formación.

El seminario abordará los siguientes ejes:
– Políticas de formación docente inicial y continua en América Latina.
– Ser docente hoy en América Latina: Desarrollo profesional y carrera docente.
– El conocimiento requerido para la toma de decisiones: los aportes de la investigación.

El objetivo general del seminario es generar un espacio para la discusión informada sobre la formación docente continua e inicial en los contextos actuales incluyendo las instituciones encargadas de desarrollarla, así como el conocimiento producido a partir de investigaciones recientes.
En ese sentido, compartir experiencias desarrolladas en distintos países de la región permitirá conocer los avances producidos así como los problemas aún pendientes en esta materia.

El Seminario se desarrollará bajo la forma de seminario presencial abierto al público, con transmisión simultánea por Internet.

Fuente: http://www.buenosaires.iipe.unesco.org/seminario-internacional/?platform=hootsuite

Imagen: https://pbs.twimg.com/media/CwGb8ZrWgAAGEkG.jpg

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Venezuela: UPT de Trujillo inicia plan institucional de formación docente

/Fuente:Prensa Mppeuct/Autora:Belkis Torres

Avanza el desarrollo académico en la casa de estudios

El plan contempla dos componentes: Formación Inicial y Formación Permanente, y se desarrollará entre el 2 de junio y el 15 de julio, en el Núcleo “Robert Serra”, en La Beatriz, Valera

 Siguiendo lineamientos del Sistema Nacional de Formación Permanente del Docente Universitario impulsado por el Ministerio del Poder Popular para Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología (Mppeuct), en la Universidad Politécnica Territorial del estado Trujillo “Mario Briceño Iragorry” (Uptt) se desarrollará entre el 02 de junio y el 15 de julio el Plan Institucional de Formación Docente Universitario, con el fin de dar a conocer los aspectos y temáticas a estudiar dentro de los componentes de Formación Inicial y Formación Permanente de este personal académico.

Así lo informó Morella Daboín, jefa de la División de Investigación, Extensión y Postgrado y María Suárez, coordinadora del Comité Técnico de Formación Docente Universitario (Cofad) de la Uptt, respectivamente, quienes señalaron que de acuerdo al cronograma establecido se dictarán una serie de talleres que servirán para obtener herramientas que permitirán atender las necesidades territoriales, institucionales y personales de esta casa de estudios.

Explicaron que las actividades previstas tendrán lugar en el Núcleo Universitario de Educación Socialista (Nues) “Robert Serra” (La Beatriz, Valera), a partir de las 8:00 de la mañana.

En el Componente de Formación Inicial se atenderá todo lo relacionado al área de cultura universitaria. Para los docentes contratados y de nuevo ingreso (asistencia obligatoria), se impartirán un foro sobre el Modelo Educativo de los Programas Nacionales de Formación (PNF), a cargo de Hernán Rueda y Tania Abreu, previsto para el día 2 de junio. Para el miércoles 08 de junio, en el Departamento Académico de cada PNF, se ofrecerá el taller Lineamientos de los Proyectos Socio Integradores y Tecnológicos (PSI/T), Contenidos y Alcances. El jueves 09 de junio se impartirá el taller Gestión de Líneas de Investigación, por Carolina Materán.

Para los docentes que estén interesados se ofrece para el 03 de junio el foro Concepción del PSI/T, a cargo de María Herminia Peña y Carlos Ferrini. Para el 10 de junio, Armando Merchán  facilitará el taller: Gestión de Líneas de Investigación.

En lo que respecta al Componente de Formación Permanente, éste abarca dos aspectos y está dirigido a los docentes contratados y de nuevo ingreso (asistencia obligatoria) y a docentes interesados. El primer aspecto se refiere a la Teoría del Conocimiento e Investigación y Reflexiones Críticas sobre el Proceso Educativo. El 11 de julio, Iraida Mejías dictará el taller: Metodología de la Investigación, mientras que el segundo aspecto se enmarca en Reflexiones Críticas sobre el Proceso Educativo y para su estudio se brindará el 15 de julio el Taller: Motivación como Herramienta Pedagógica para la Enseñanza –   Aprendizaje, a cargo de Ysmenia González.

Fuente de la noticia: http://www.mppeuct.gob.ve/actualidad/noticias/upt-de-trujillo-inicia-plan-institucional-de-formacion-docente

Fuente de la imagen:Foto-Martin-Hidalgo.jpg

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