Shilpa Iyer: “La situación de las mujeres en la ciencia ha mejorado, aunque sigue lejos de ser ideal”

Global Voices/Lova Rakotomalala

Como parte de una doble serie de entrevistas con investigadores médicos en África (aquí la primera parte), Global Voices ha contactado con la doctora Shilpa Iyer, que actualmente trabaja en Zambia.

Iyer creció en Pune, India, donde obtuvo su licenciatura y maestría en zoología y biología molecular, respectivamente. Después se trasladó a Estados Unidos, donde cursó un doctorado en microbiología en la Universidad de Pensilvania. Actualmente ejerce de asociada de investigación postdoctoral en la Universidad de Yale con una beca de investigación médica Fogarty Global para realizar su investigación en Lusaka, Zambia.

Como mujer de minoría que cuenta con experiencia en investigación en India, Estados Unidos y ahora Zambia, Shilpa ofrece su punto de vista particular en ciencia, ciencia y opinión pública y sobre lo que la ciencia puede llevar a África.

Global Voices (GV): ¿Qué le llevó a hacer carrera en ciencias?

Shilpa Iyer (SI): Crecí en India y cada año a la temporada del monzón le seguía un aumento de la incidencia de enfermedades derivadas de picaduras de mosquito, como la malaria, el dengue y la chikunguña. De niña, observé cómo intervenciones de distribución de mosquiteras e introducción de larvas de peces en charcos de agua para que se comieran las larvas de los mosquitos ayudaban en el control vectorial y a reducir la incidencia de la enfermedad. Me impresionó ver cómo las intervenciones en salud pública mediante tecnología impactan enormemente en la salud humana. Tras acabar la maestría en biología molecular, trabajé en un proyecto para identificar una nueva diana del medicamento para laMycobacterium tuberculosis en AstraZeneca, India. El programa de prácticas en la empresa me enseñó que los esfuerzos del equipo multidisciplinario, desde investigadores básicos de laboratorio hasta trabajadores de salud pública, son necesarios para encarar cuestiones críticas de salud global de manera sostenible. Tuve la oportunidad de pasar un año (entre 2008 y 2009) en Lusaka, Zambia, donde observé el impacto directo e indirecto del VIH/sida en todo los estratos sociales. Esto me impulsó a formar parte de la mejora de la sanidad en países con recursos limitados mediante la combinación de investigación básica y de habilidades en salud pública. Mientras vivía en Lusaka, hice de voluntaria en una ONG que ofrecía leche y bocadillos de mantequilla de cacahuate y mermelada a niños que visitaban la consulta con sus padres para obtener una terapia antirretroviral. Estos alimentos ofrecían nutrientes y una experiencia positiva para los niños que venían a la consulta, y les ayudábamos a estar sanos. Esta experiencia me sensibilizó acerca de lo variadas que pueden ser todas las intervenciones de ayuda, todas una con un beneficio y objetivo concretos. Supe entonces que quería dedicarme a estudiar enfermedades infecciosas y su traducción a la investigación médica global. Entender y seguir el método científico ha proporcionado un modo satisfactorio para saciar mi curiosidad de manera rigurosa y bien definida.

GV: En su opinión, ¿qué puede ofrecer la investigación médica a países en los que hay una mayor necesidad de atención primaria?

SI: La investigación puede ayudar a desarrollar recursos en países desfavorecidos. Esto incluye la introducción de la tecnología y de la instrumentación, el entrenamiento y el desarrollo de conocimiento entre los investigadores locales, la generación de oportunidades de empleo y educación (a través de programas de intercambio). El desarrollo de la capacidad de investigación puede conllevar alianzas y colaboraciones internacionales y tener como resultado el aumento de la reputación como organización. Los resultados con beneficios más directos incluyen terapias (vacunas y medicamentos), intervenciones en salud pública (mosquiteras, filtros de agua asequibles, consejos sobre violencia de género) y generar ingresos (medicamentos genéricos por ejemplo).

GV: Hasta hace poco, la investigación científica se concebía como un mundo de hombres. ¿Cree que esta percepción falsa ha cambiado y que ahora se reconoce más a las científicas por su contribución?

SI: Creo que la situación de las mujeres en la ciencia ha mejorado en los últimos años. Aún así, su papel en la sociedad científica sigue lejos del ideal. Incluso en países desarrollados, el salario de las científicas titulares no es comparable al de sus compañeros. Se las ignora con mayor frecuencia a la hora de ascensos y de puestos administrativos. La situación es aún peor en países en vías de desarrollo, donde los derechos de las mujeres y la idea de igualdad siguen siendo conceptos nuevos y extraños. Las mujeres con personalidad fuerte, segura y exigente se ganan una reputación poco favorecedora, que puede mermar sus posibilidades de ser titulares, realizar colaboraciones y atraer a los estudiantes de investigación. Sin embargo, sí se respeta y se admira a los hombres con este carácter. Al crecer en un mundo desarrollado, vi que a las mujeres se les pide que se ciñan a las indicaciones de su supervisor (aunque estén mucho más capacitadas), discriminadas por ser mujeres y sujetas al acoso de los supervisores o docentes. En general, ser mujer científica se asemejaba a una ardua batalla, que no tenía nada que ver con asuntos neutrales en género como la financiación y las publicaciones. En Estados Unidos, me sentí mucho más segura de expresar mi opinión, defender mi investigación y postular a premios. Todo se debía en gran parte a mi mentora (y a otras docentes), quien me inspiró para creer que las mujeres pueden ocupar el mismo lugar que los hombres en el mundo de la investigación. Todavía queda mucho por hacer, pero la situación de las científicas es mejor que hace 50 años.

GV: Vivimos en una era en que parece que se cuestionan el razonamiento científico y los hechos por motivos políticos dudosos. ¿Cree que los científicos ejercen un papel a la hora de luchar contra la difusión de noticias falsas?

SI: Absolutamente, como científicos estamos preparados para considerar todos los hechos antes de emitir una opinión. Nos enseñan a evitar los prejuicios y a considerar todos los puntos de vista. Sobre todo, nos enseñan a no aceptar ciegamente una hipótesis, sino a investigar y, si resulta necesario, cambiar la nuestra. En estos tiempos, en que parece que los programas políticos pretenden ocultar los hechos y presentar información falsa, más que nunca se lo debemos nuestra enseñanza y debemos también ayudar a la gente a entender las falacias de las “noticias falsas” y a saber cómo realizar su propia investigación, y conocer la importancia de una decisión equilibrada e informada. No podemos ignorar los hechos que no nos gustan, es crucial que lo expliquemos a la gente. No podemos ser expertos en todo, si bien el método científico nos enseña a considerar todas las posibilidades, a determinar la respuesta correcta basada en hechos. Podemos aplicar este proceso a todos los ámbitos.

GV: En su opinión, ¿cuál es el potencial de la investigación científica en África? ¿En qué debería centrarse y cómo podemos ayudar a su desarrollo?

SI: Empezaré diciendo que yo soy una investigadora principiante en salud global, y que mi corta experiencia solo se limita a Zambia y Sudáfrica. Hay un potencial tremendo entre los investigadores locales para dirigir y desarrollar estudios de investigación, tanto básicos como traslativos. Pese a las limitaciones en tecnología y financiación, la gente es increíblemente creativa e innovadora, y trabaja muy duro. La participación de las comunidades y asesores locales (sobre todo en investigación en salud pública) es determinante y a la vez crítica en el éxito de un proyecto. Algunos de los ámbitos en los que se podría y debería centrar la investigación son la prevención y el tratamiento de enfermedades infecciosas, el conocimiento del tratamiento en salud mental, la salud materno-infantil y la prevención de la mortalidad, el desarrollo sostenible de la economía y la creación de puestos de trabajo por parte de empresarios locales y del exterior. La educación y el apoyo a mentores e investigadores locales ayudarán a fomentar el desarrollo de la investigación en África. Los científicos bien formados e inteligentes deberían quedarse con becas y oportunidades de financiación y contar con la posibilidad de avanzar en sus estudios mediante cursos de formación. Deberían ofrecerles las infraestructuras necesarias y el apoyo económico para desarrollar la investigación en su país, y no sentir que deben irse al extranjero para seguir con sus estudios.

Fuente: https://es.globalvoices.org/2017/10/17/la-situacion-de-las-mujeres-en-la-ciencia-ha-mejorado-aunque-sigue-lejos-de-ser-ideal/

Traducido por Antonio Iborra Rovira

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Estereotipos de género en la ciencia

Por: CONACYT

Los estereotipos de género, presentes en muchos ámbitos de la sociedad, consiguen hacer brecha en la igualdad de oportunidades y en la falta de desarrollo social. La educación y las ciencias no se escapan a esto y como ejemplo basta observar las cifras de la propia Academia Mexicana de Ciencias (AMC), la cual solo tiene 24 por ciento de participación femenina, ya que de los dos mil 570 integrantes, solo 615 son mujeres.

Estos datos fueron dados a conocer en la conferencia Ciencia y educación: hacia una enseñanza sin estereotipos de género, de la doctora Rosaura Ruiz Gutiérrez, bióloga, catedrática, investigadora y académica de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el marco del Foro Consultivo Internacional «Diseño de una Metodología para la Enseñanza de las Ciencias con Perspectiva de Género en Preescolar».

«Lágrimas en el laboratorio»

La investigadora destacó que los estereotipos sustentados en ideas preconcebidas aún se manejan en altas esferas de la academia, como ejemplo mencionó las declaraciones del Premio Nobel de Fisiología 2001, Tim Hunt, quien aseguró que la presencia de las mujeres en los laboratorios implicaba un enamoramiento y una reacción de lágrimas por parte de ellas si es que se sentían criticadas.

El estereotipo de la debilidad y la falta de validación como científicas se hizo presente en este desatinado pronunciamiento, aseguró la doctora Rosaura Ruiz, al destacar que la participación de la mujer en el ámbito científico no puede trivializarse sino que al contrario, tiene que ir acompañada de la destrucción de modelos tradicionales que también afectan la ciencia en sí misma.

“Tenemos estereotipos y hay que cambiarlos no solo en la escuela sino también en la casa. Podemos verlo en los propios juegos que se comercializan para niños y niñas. La problemática se agrava sí, con las niñas y más si son indígenas, pero en general también hay que combatir los estereotipos que sufre la ciencia en general, es decir, impulsarla y favorecer que los profesores y profesoras se eduquen mejor y no solo en ciencias, también en disciplinas como literatura o arte”.

La doctora Rosaura Ruiz se pronunció por un trabajo conjunto entre el núcleo familiar, la escuela, sociedad y, por supuesto, las políticas de gobierno para que se impulse el acercamiento de las niñas y las mujeres a las ciencias.

“En México, el primer acercamiento con la ciencia que muchos niños tienen es en la escuela, no en su casa. En este sentido, es de reconocer el arcaico esquema de la mujer en nuestra sociedad, reforzado por la educación, pues esto representa la domesticación de los papeles genéricos, los cuales han sido trascendentales en el desarrollo de las mujeres, particularmente, en cuanto a su papel en el ámbito científico. El sesgo que los docentes transmiten sobre las ciencias básicas como áreas propias del sexo masculino es parte también de los estereotipos que hay que erradicar”, mencionó.

Fortalecer la educación y las políticas públicas

La académica, quien también ha desempeñado cargos dentro de la política pública, reconoció que el problema de la discriminación sustentada en los estereotipos y la falta de participación femenina en ciertas áreas de las ciencias también se relaciona con estrategias inadecuadas.

“No hace falta una política de mayor desarrollo científico en general, empezando por tomar a las mujeres en cuenta para los puestos importantes, de lo contrario se tratará de una simulación. Este foro, dijo, también ha puesto en evidencia la cantidad de talento que se pierde en México por los niños y niñas que no son impulsados o por los profesionistas que luego de prepararse no encuentran plazas”.

Insistió en la necesidad de involucrar a los gobernantes en la importancia del desarrollo científico y tecnológico, pues aseguró que aunque el tema suele estar presente en los discursos, en la práctica ya no aterriza y muchas de las políticas de desarrollo científico se sustentan en acuerdos internacionales ya establecidos que poco abonan a la innovación.

“No hemos convencido a los gobernantes de la importancia de la ciencia y de la participación femenina. Creo que una de las razones tiene que ver con la formación de nuestros diputados, senadores, de quienes toman las decisiones, no han entendido la importancia de la ciencia. Por otra parte, están las políticas que dejan fueran a muchos mexicanos; políticas internacionales que capitalizan la ciencia y la generación de tecnología. Recordemos cómo al inicio del Tratado de Libre Comercio se criticó mucho el papel que tendría México en el ensamble de partes, su participación solo como maquilador, y esa política permaneció, ahora hay una oportunidad para cambiar eso y pensar en crear e innovar, por eso hay que fomentar la participación de los niños y niñas en la ciencia, evitar los estereotipos e introducir las perspectivas de género”, concluyó.

Fuente: http://www.conacytprensa.mx/index.php/sociedad/politica-cientifica/13937-estereotipos-genero-en-ciencia

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