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Como un enorme elefante blanco

 Por: Ilka Oliva Corado

 

Lleva apareciendo en mi televisor varias semanas, pero me hago la desentendida y busco películas por otro lugar, es un documental sobre la violencia que vivieron las comunidades indígenas en Guatemala en el tiempo de dictadura. Qué fácil poder cambiar de canal o fingir que una imagen no está en la pantalla de un televisor. Más de 200 mil desaparecidos, dice en letras grandes, pero yo no lo quiero ver, no ahora que estoy relajándome viendo documentales sobre cultura, gastronomía y cualquier otra cosa menos sobre lo que duele. Qué fácil, insisto, poder cambiar de canal y fingir que esa imagen no existe, por lo menos momentáneamente.

Decir, hoy no quiero ver tal cosa, poder elegir. Pero esas miles de familias que vivieron la violencia por parte del Estado en Guatemala no tuvieron opción de nada, fueron masacradas, torturadas, desaparecidas. ¿Cuántos fueron en realidad? Oficialmente acaso 200 mil, pero  cuántos fueron.  ¿A cuántas niñas, adolescentes y mujeres violaron?, ¿cuántas quedaron embarazadas de esa violación?, ¿qué fue de ellas?, ¿qué fue de todas esas familias que salieron al exilio, huyendo? Dejaron en el camino todo, muchas dejaron hijos, cónyuges, padres, hermanos desaparecidos, asesinados. Muchas nunca lograron el retorno y estas personas murieron en el exilio, no solamente lejos de su tierra, pero lejos de la justicia, una justicia que aún no llega.

200 mil, en letras grandes y yo cambio de canal. ¿Cómo le hicieron para sobrevivir todos estos años? Me refiero al dolor, al estigma, a la pérdida, con el delirio, con las ganas de gritar en una sociedad racista, clasista y haragana que se niega  a pronunciar  siquiera la palabra genocidio mucho menos a reconocerlo. A reconocer que en Guatemala hubo crímenes de lesa humanidad. Y el tiempo sigue pasando y la memoria histórica se empolva cada día más, abandonada, solitaria, despojada en el olvido colectivo. Porque nos empeñamos en hablar del presente sin atrevernos a pronunciar los nombres de los desaparecidos, sin hablar de justicia, sin leer de historia, sin devolver lo robado. Sí, sin hacer como sociedad que los que se robaron devuelvan lo que les quitaron a tantas comunidades que hasta el día de hoy siguen peregrinando porque las arrancaron de sus tierras. Tierras que hoy tienen las grandes franquicias de la estafa en contubernio con un Estado opresor, con la misma tiranía de siempre.

Cómo fue la vida de aquellos jóvenes que hoy son abuelos, el hilo emocional que traspasaron a las generaciones de hijos y nietos. Es fácil olvidar lo que nos cuestiona y encara como sociedad, tan fácil como cambiar de canal en un televisor. Pretender es lo más común, fingir que nada pasó, que otros fueron los culpables y que lo mejor será borrón y cuenta nueva. ¿Y los niños que desapareció el Estado en los tiempos de dictadura? ¿Cómo han vivido todos estos años, qué fue de ellos, de sus familias de sangre? La ausencia, el vacío, la búsqueda, la frustración, el dolor, la insistencia o la resignación. 200 mil, por decir un número pero, ¿y las fosas clandestinas? ¿Los que andan hoy en los 40 años viviendo en algún lugar del mundo con un apellido distinto, en otras familias, tendrán pesadillas o les habla el inconsciente acerca de un pasado en otro lugar, con otras personas? ¿Y los padres que perdieron a sus hijos?, ¿cómo vivieron todos estos años? ¿Los que sobrevivieron a las torturas? 200 mil, y cambio de canal.

Y la justicia ausente y la impunidad perversa. Retrocedemos en cada elección presidencial, siempre le apostamos al más ruin porque nos representa a cabalidad, al más machista, al más racista, al más clasista, al más pedante, al más estafador y lo aplaudimos porque es un espejo donde nos reflejamos. Porque no nos importa lo que les pasó a los otros, lo que viven los otros: los ultrajados, empobrecidos, excluidos que obligamos a emigrar. 200 mil hace 40 años pero vemos que hoy en día, grupos armados  que son enviados por las oligarquías se roban las tierras de poblaciones completas, entran a comunidades y les queman sus casas, sus siembras y los sacan de sus tierras como en los tiempos de aquella otra dictadura y no miramos pero ni soslayo para allá. Mejor cambiamos de canal, de página, de red social. Porque es mejor fingir, no ver, no saber, que hacer algo al respecto.

Por eso hundimos cada día más a Guatemala, porque permitimos con nuestra pasividad y desmemoria que los ruines hagan y deshagan con los más vulnerados. Podremos cambiar de canal, no ver documentales, no leer los libros que cuentan los testimonios o verlos, leerlos y ya cambiar de hoja, ignorar a los sobrevivientes aunque vivan en la casa siguiente, o limpien nuestras casas,  encerrarnos en nuestra pequeña y mísera burbuja de comodidad pero eso no elimina la realidad ni el pasado; estamos caminando sobre huesos de masacrados en las innumerables fosas clandestinas que hay a lo largo y ancho del país. Y esos huesos hablan, son la memoria histórica que aunque nos neguemos a ocultar está ahí como un enorme elefante blanco.

Y muy a pesar nuestro, de nuestra desidia, de cuando en cuando se producen encuentros entre familiares que la dictadura separó, muchos cuando apenas eran unos niños. Cada abrazo entre hermanos, entre padres e hijos, entre abuelos y nietos que tenían 40 años de no verse, de darse por muertos, es un triunfo de la vida ante la opresión, ante la injusticia, ante la desmemoria colectiva. Cada encuentro es  un botón  de la esperanza que nos dice que no importa qué tan poderosa sea la impunidad, siempre la honra de la vida florecerá.

Así nos lo mostró el reciente reencuentro entre las hermanas Teresa Pérez Ramos  y Teresa Pérez Rodríguez que después de 38 años separadas se volvieron a ver. La señora Teresa Pérez Rodríguez desapareció durante la dictadura cuando apenas tenía 9 años. El reencuentro se produjo en el departamento del Quiché, en el municipio de Chajul el 5 de agosto de 2020. El departamento de Quiché fue uno con los que más se ensañó el Estado en tiempos de dictadura, la mayor parte de su población es indígena. Este reencuentro debería tener a Guatemala entera brincando de felicidad.

Fuente e imagen: https://cronicasdeunainquilina.com

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Graciela Vizcay Gomez: Los niños de Hiroshima

Mi esperado viaje a Tokio, desde Buenos Aires, tuvo una duración de un día completo. Luego, para llegar a Hiroshima, el tren bala o Japan Railways Shinkansen, son unas cuatro horas más, por tal motivo dejé este viaje para los últimos días de mi estadía.

Desde la terminal de Hiroshima llegué en un tranvía que es toda una reliquia al Parque de la Paz, ubicado cerca de la zona cero de la explosión. Había viajado para eso y no pude evitar las lágrimas al estar frente al único edificio que quedó en pie, la Cúpula Genbaku.

El número de personas asesinadas por la bomba atómica no se sabe con precisión incluso hoy. Sin embargo, se estima que alrededor de 140.000 personas murieron a fines de diciembre de 1945 aun cuando el daño agudo causado por la radiación disminuyó.

A 1,2 km del hipocentro, donde estalló la bomba, casi el 50% murió ese día. Se estima que 80 a 100% murió en áreas más cercanas al hipocentro. Hasta marzo de 2014 Japón contó 192.719 personas como sobrevivientes registrados, según la cadena de noticias Asahi.

Al menos 70.000 personas murieron en la explosión inicial, mientras que aproximadamente 70.000 más murieron a causa de la exposición a la radiación. «El total de muertos en cinco años puede haber alcanzado o incluso superado los 200.000, debido al cáncer y a otros efectos a largo plazo», según la historia del Departamento de Energía sobre el Proyecto Manhattan.

¿Era necesario tal crimen contra la humanidad?

«Los japoneses empezaron la guerra desde el aire en Pearl Harbor. Ahora les hemos devuelto ese golpe multiplicado», fue una de las primeras cosas que dijo el presidente Harry Truman en el mensaje en el que informó al mundo del ataque contra Hiroshima.

La bomba llamada Little Boy fue lanzada, a las 8.15 de la mañana del 6 de agosto de 1945.Tenía 3 metros de largo y pesaba cuatro toneladas. Era de uranio 235.

«La usamos para acortar la agonía de la guerra, para salvar las vidas de miles y miles de jóvenes estadounidenses»,  dijo el presidente tres días después, en un mensaje transmitido el día del lanzamiento de una segunda bomba sobre la ciudad de Nagasaki.

La bomba, llamada Fat Man fue lanzada a las 11.02 a.m. del 9 de agosto de 1945 Tenía 3,2 metros de largo y pesaba 4,5 toneladas. Era de plutonio 239. Alrededor de 74-000 personas murieron en Nagasaki a fines de 1945.

Semejante genocidio no era necesario, EEUU solo quería demostrar su hegemonía ante el mundo y hacerle ver a la Unión Soviética sobre su poderío. Esa es la realidad, y por más que Hollywood lo quiera maquillar con películas donde siempre son las víctimas, lo cierto es que las víctimas no son los estadounidenses, quienes aprobaron tal decisión y la aplaudieron.

Los niños de Hiroshima

Fue el nombre de la primera película japonesa que trató la tragedia de la bomba atómica, producida siete años más tarde del bombardeo. Kaneto Shindo escribió el guión basándose en una colección de cuentos y poemas escritos por los jóvenes supervivientes de la bomba, y reúne testimonios compilados por el profesor Arata Osada. Se estrenó en 1952, y es evidente el claro espíritu antibelicista en la historia y la necesidad del director de acabar con la proliferación de armas nucleares; para ello, educaba a los jóvenes mostrándolos la devastación que producían las armas atómicas.

El triciclo de Shing

Su autor, el sobreviviente Tatsuharu Kodama escribió un libro para niños, publicado en japonés en 1992 y en agosto de 1995 en inglés, cuenta lo que le sucedió a un niño de 3 años llamado Shinichi Tetsutani.

La historia es narrada por el padre de Shin, Nobuo Tetsunani, quien describe la mañana poco antes del ataque como un día tranquilo y soleado. Shin y su mejor amiga, una niña llamada Kimi, se encontraban afuera de la casa, jugando con su juguete favorito, un triciclo con manubrio rojo.

La explosión arrasó todo, su padre lo encontró bajo los escombros, “Le sangraba el rostro y estaba hinchado”, dice el libro. “Estaba demasiado débil como para hablar, pero su mano aún sostenía el manubrio de su triciclo. Kimi ya no estaba, había desaparecido en algún lugar debajo de la casa”. El padre de Shin no soportó la idea de dejar el cuerpo del niño en un cementerio solitario. Por lo tanto la familia enterró a Shin en su jardín trasero, junto con su amiga Kimi y su querido triciclo. En 1985, 40 años después, el padre de Shin decidió trasladar los restos de su hijo al cementerio de la familia. Él y la madre de Kimi ayudaron a desenterrar la tumba del jardín. Ahí, según el libro, vieron “los pequeños huesos blancos de Kimi y Shin, de la mano como los habíamos colocado”.

“Esto nunca debería suceder a los niños. El mundo debería ser un lugar tranquilo donde los niños pueden jugar y reír” manifestó Nobuo. Al día siguiente el padre de Shin donó el triciclo al museo de Hiroshima. Ahí, el legado de un niño de 3 años sigue recordando a las generaciones futuras los horrores de la destrucción nuclear. El relato fue publicado por la CNN el seis de agosto de 2015, por Thom Patterson de la CNN.

 Las grullas de origami

La niña Sadako Sasaki tenía dos años cuando cayó la bomba en Hiroshima. Diez años más tarde, a la edad de doce años, por consecuencia a la exposición de la irradiación, los médicos le diagnosticaron leucemia.  “Es una enfermedad de la bomba atómica”, dijo su madre. Estando internada, no se sabe aún si fue una niña o una adulta llamada Chizuco, le contó una historia: “¿Conoces la historia de las mil grullas? Sadako nunca había escuchado esa leyenda.

Esta amiga le comentó de una antigua leyenda japonesa que promete que quien pliegue mil grullas de origami recibirá un deseo por parte de los dioses. “Pide el deseo de sanarte” le dijo Chizuco. Pero Sadako solo pudo armar 644, murió en octubre de 1955.

Esta ave habita la isla de Hokkaido Cuando alguien ve una grulla lo considera un buen augurio. Se la llama ‘el ave de la paz’ o ‘de la felicidad’.

El origami es un arte que consiste en el plegado de papel o papel de arroz, sin usar tijeras ni pegamento para obtener figuras de formas variadas son muy conocidas en Japón y su símbolo más característico es para dar suerte y traer paz a tu vida.

Según el libro que Eleanor Coerr, la escritora canadiense fallecida en 2010, para el día de su funeral, Sasaki Sadako fue enterrada con las mil grullas que doblaron los otros enfermos, quienes poco a poco murieron en los siguientes meses.

En el Parque de la Paz de Hiroshima se construyó una Estatua de los Niños de la Bomba Atómica, con forma de grulla dedicada a Sadako, pero también a todos los niños que fallecieron a causa de la bomba. Semanalmente, muchos visitantes llegan a dejar grullas como un símbolo de paz universal. En la base de la estatua se lee una leyenda: “este es nuestro grito, esta es nuestra plegaria: que haya paz en el mundo”.

Los niños por nacer también sufrieron la bomba en el útero de su madre

La creciente incidencia de microcefalia y discapacidad intelectual asociada con la exposición ya era evidente a fines de la década de 1950. Entre los sobrevivientes en el útero con una dosis estimada en menos de 0.005 Gy, (grados),  se encontró discapacidad intelectual severa en 9 de 1,068 (0.8%), mientras que los sobrevivientes en el útero con una dosis estimada en 0.005 Gy o más. 21 de 476 (4.4%) fueron diagnosticados con discapacidad intelectual severa. La probabilidad de desarrollar esta discapacidad intelectual severa está fuertemente relacionada con la dosis y la edad fetal en el momento de la exposición (especialmente en una etapa significativa de desarrollo). La aparición excesiva de discapacidad intelectual fue particularmente pronunciada en los expuestos entre las 8 y 15 semanas posteriores a la concepción, y menos en los expuestos entre las 16 y 25 semanas posteriores a la concepción. Por otro lado, no se observó en aquellos que estuvieron expuestos de 0 a 7 semanas o de 26 a 40 semanas después de la concepción Incluso si no se logró una discapacidad intelectual grave, los que estuvieron expuestos entre 8 y 25 semanas después de la concepción mostraron una disminución en el rendimiento escolar y el índice de CI con el aumento de la dosis, y la aparición de enfermedad paroxística, que produce episodios que imitan a una crisis epiléptica.

La resonancia magnética del cerebro fue realizado en seis personas con discapacidad intelectual grave, lo que sugiere que la exposición a los 3-4 meses después de la concepción causa anormalidades aparentes en la estructura del cerebro. Al igual que los sobrevivientes de la bomba atómica infantil, las mediciones corporales anuales de los sobrevivientes del útero también mostraron una reducción general de la altura y el peso en la edad adulta (18 años) en el grupo de dosis alta. En este caso, el sexo y la edad del feto en el momento de la exposición son irrelevantes. Todos estos datos pueden chequearse en el  Radiation Effects Research Institute (RERF),  una organización conjunta de investigación entre Estados Unidos y Japón que investiga los efectos de la radiación de la bomba atómica en la salud con fines pacíficos.

Docenas de bebés que habían estado en el útero de sus madres cuando explotó la bomba nacieron con microcefalia, cabezas anormalmente pequeñas. Desde alrededor de 1950, los casos de leucemia en Hiroshima se dispararon, y desde alrededor de 1955 aumentaron los cánceres de tiroides, seno, pulmón y otros. Persisten los temores de que el problema pasará generaciones.

Los huérfanos

Unos 23.500 niños (alumnos de escuela primaria de tercer grado y superior) habían sido evacuados con sus clases a pueblos y aldeas fuera de la ciudad. De estos, entre 2.000 y 6.500 perdieron a sus padres por  la bomba y quedaron huérfanos. Muchos otros niños de poblaciones vecinas,  que habían estado en Hiroshima en ese momento también perdieron a sus padres . Ambos grupos se conocían comúnmente como «huérfanos de la bomba atómica». Pero algunos de los ni;os, por diversas razones, no pudieron vivir en estas instalaciones. Vivían solos, sosteniéndose a sí mismos limpiando zapatos y haciendo trabajos pequeños.

Había un campamento para alojar a esos huérfanos, y se instalaron cinco más alrededor de la ciudad de Hiroshima a fines de 1955. Sin suministros ni fondos, asegurar la comida era la mayor preocupación. Como resultado, los huérfanos hicieron todo lo que podían hacer, como agricultura, redes de pesca, la excavación de mariscos y todo lo que podían comer.

El periodista Norman Cousins (1915-1990), visitó Hiroshima como uno de los principales autores de la famosa revista literaria «Revisión de literatura del sábado» de Nueva York,  en agosto de 1955, vio la devastación de la bomba atómica y se sorprendió al ver tantos huérfanos’

Después de regresar a los Estados Unidos, el Sr. Cousins anunció un informe titulado «Hiroshima en 4 años» en la misma revista, llamando a fomentar a los huérfanos como niños estadounidenses adoptados mentalmente. La respuesta fue enorme, con muchos estadounidenses esperando «padres espirituales» de huérfanos.

Para cuidar a los huérfanos de la bomba atómica y nutrirlos emocionalmente, Norman Cousins promovió un programa, alentando a los «padres espirituales» a enviar 20 dólares al año para el cuidado de sus huérfanos. El programa fue popular, y muchos estadounidenses se unieron al programa. Durante los diez años transcurridos entre 1950 y 1959, aproximadamente 500 personas enviaron un total acumulado de aproximadamente 20 millones de yenes para ayudar a mantener a los niños. recibió el título de Ciudadano Honorario de Hiroshima en 1964.

Él también tiene su monumento en el Parque Memorial de la Paz, para honrar los grandes logros de Norman Cousins, incluida la promoción del proyecto de adopción moral para la bomba atómica y los huérfanos de guerra, sus esfuerzos para ayudar a las mujeres sobrevivientes de la bomba atómica a recibir tratamiento queloide en los EE.UU. Y su continuo llamado al mundo para la eliminación de tratamiento de armas nucleares.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informo hace horas, de que sigue habiendo en el mundo más de 14.000 bombas atómicas y que muchas de ellas son decenas de veces más potentes que las arrojadas el 6 y el 9 de agosto de 1945 en Hiroshima y Nagasaki.

Japón fue un viaje muy turbador, como todos los que he realizado a zonas de desastre, ignorando la pandemia por coronavirus que se avecinaba a los pocos meses de mi regreso a Argentina.

Quiero dejarles la experiencia de este viaje resumida en una frase del sabio Noam Chomsky :

“Si algunas especies extraterrestres fueran recopilando la historia del homo sapiens, ellos podrían dividir el calendario: en Antes de las armas nucleares y en La era de las armas nucleares. Esta última era, por supuesto, se abrió el 6 de agosto de 1945, el primer día de la cuenta regresiva para lo que puede ser el final poco glorioso de esta extraña especie, que alcanzó la inteligencia suficiente para descubrir los medios eficaces para destruirse a sí misma”.

Fuente: https://rebelion.org/los-ninos-de-hiroshima/

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Un genocidio está sucediendo en Nigeria ante los ojos del mundo

África/ Nigeria/ 14.07.2020/ Por: Marleidy Muñoz  /Fuente: adncuba.com.

 

En Nigeria están ocurriendo atrocidades genocidas perpetradas por Boko Haram, un grupo terrorista de carácter fundamentalista islámico y las milicias fulani. Sus crímenes continúan sin denunciarse ante la comunidad internacional mientras mueren miles de personas

Después de las atrocidades genocidas que ha sufrido la humanidad en los últimos seis años, primero en Siria Irak, perpetradas por Daesh contra minorías religiosas como los yazidíes y los cristianos; y la segunda en Myanmar, cometidas por el ejército birmano contra los musulmanes rohingya y otros grupos religiosos: continúan las barbaries.

En Nigeria están ocurriendo monstruosidades masivas perpetradas por Boko Haram, un grupo terrorista de carácter fundamentalista islámico y las milicias fulani en el Cinturón Medio. Sus crímenes continúan sin denunciarse ante la comunidad internacional y disímiles interrogantes siguen vigentes mientras mueren miles de personas:

¿Cómo explicará el gobierno nigeriano los asesinatos en masa registrados en el país? ¿Qué está haciendo el gobierno nigeriano para garantizar que los actos sean investigados y los autores procesados?

Un reportaje publicado recientemente por Forbes, centra la atención en el destino que sufren los nigerianos afectados y totalmente desprotegidos ante los conflictos y el acercamiento a estas atrocidades que han tenido algunas entidades internacionales.

Según refiere la autora del texto publicado por la revista ForbesEwelina U. Ochab, defensora de los Derechos Humanos y cofundadora de la Coalición para la Respuesta al Genocidio, el Fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) abrió un examen preliminar sobre la situación en Nigeria, en noviembre de 2010. Luego la Oficina del Fiscal (OTP), recibió varias comunicaciones que sugerían hechos atroces de carácter masivo y que involucraban a militantes de Boko Haram con sede en Nigeria.

“Tras identificar múltiples problemas que requieren un escrutinio más detallado, la Fiscalía mencionó seis casos potenciales en los que Boko Haram había cometido crímenes contra la humanidad y dos casos en los que las fuerzas de seguridad de Nigeria cometieron tales crímenes”, señaló la revista Forbes y detalla que los seis casos incluyen:

1) Dirigidos a no creyentes que resultaron en varias muertes; 2) secuestros y encarcelamiento de civiles, asociados con asesinatos, torturas, tratos inhumanos y degradantes; 3) ataques a escuelas, otros edificios destinados a la educación y ataques contra estudiantes y maestros; 4) reclutamiento y uso de niños soldados; 5) ataques contra mujeres y niñas; 6) focalización intencional de edificios designados para prácticas religiosas, incluidas iglesias y mezquitas.

La consecuencia de no renunciar a su fe. Historia de una víctima

Leah Sharibu, una niña nigeriana de 15 años, fue una de las 110 colegialas secuestradas por Boko Haram de su escuela en Dapchi, Nigeria, en febrero de 2018. Forbes, precisó que a pesar de que la mayoría de las niñas han sido liberadas, Boko Haram se negó dejar ir a Leah.

Según una de las otras chicas, Leah se negó rotundamente a renunciar a su fe cristiana, razón que provocó que el grupo terrorista continúe esclavizándola.

“Atacar a mujeres y niñas es una táctica característica de Boko Haram. Somete a mujeres y niñas a abuso físico y mental, violación y violencia sexual, trabajo forzado y mucho más. Sin embargo, entre sus atrocidades, las que son de naturaleza religiosa también son importantes y no se pueden descuidar”, subrayó en su texto Ewelina U. Ochab.


Atrocidades masivas en Nigeria que requieren atención urgente

El 15 de junio de 2020, el Grupo Parlamentario de Todos los Partidos del Reino Unido para la Libertad Internacional de Religión o Creencia (APPG), publicó un informe sobre las atrocidades masivas perpetradas en Nigeria por la milicia Fulani.

En el documento «Nigeria: ¿Despliegue del genocidio?» se señala: “Se desconoce el número exacto de muertes. Sin embargo, se cree que miles de civiles fueron asesinados en ataques dirigidos por pastores fulani (un pueblo nómada mayoritariamente musulmán, que vive en el Sahel) y violencia periódica en represalia.

Los pastores fulani (también llamados fulas, peuls, fulbes) “van armados hasta los dientes, matan a mujeres embarazadas y niños y destruyen nuestras granjas”, declaró Mons. William Amove Avenya, Obispo de Gboko, en declaraciones para la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN). En su diócesis, ubicada en el estado nigeriano de Benue, mayoritariamente cristiano, desde el año 2010, los ataques por grupos pertenecientes a este pueblo se han saldado con miles de muertes, con asaltos provistos de numeroso armamento, que también están provocando la huida de la población hacia el sur del país.

“Los fulani se han cobrado en el año 2018, muchas más víctimas que Boko Haram, pero no se hace nada”, señala el prelado.

Por su parte, Humanitarian Aid Relief Trust informa que más de 1,000 cristianos fueron asesinados entre enero y noviembre de 2019, «además de las más de 6,000 muertes estimadas desde 2015». Amnistía Internacional estima que entre enero de 2016 y octubre de 2018 «al menos 3.641 personas pudieron haber muerto, 406 resultaron heridas y quemaron 5.000 casas. Grupos locales, como la Asociación Cristiana de Nigeria, reportan cifras más altas: entre enero y junio de 2018, más de 6,000 personas fueron asesinadas por pastores fulani», publicó Forbes.

La milicia fulani continúa perpetrando atrocidades masivas en el Cinturón Medio de Nigeria. Sus crímenes continúan sin denunciarse.

A principios de este año, Lord Alton de Liverpool, la baronesa Cox, el diputado Fiona Bruce y muchos otros parlamentarios británicos escribieron a la Corte Penal Internacional (CPI), enviando nuevas evidencias de las atrocidades para la consideración de la Fiscalía.

No obstante, aún no se tiene certeza si los casos serán considerados por la CPI. Sin embargo, está claro que el Gobierno nigeriano no abordará el delito de manera adecuada o en absoluto. De hecho, según una declaración del portavoz del presidente Muhammadu Buhari, Garba Shehu, las «falsas acusaciones de persecución de los cristianos» son «una campaña muy engañosa».

“Si el gobierno nigeriano es ciego al tema de la persecución religiosa en el país, está claro que el tema no será abordado”, concluyó Ewelina U. Ochab.

Hay varios pasos que deben tomarse para abordar atrocidades genocidas. El Grupo Parlamentario de Todos los Partidos del Reino Unido para la Libertad Internacional de Religión o Creencia (APPG), -según asegura Forbes– los mapea, incluidas investigaciones y enjuiciamientos exhaustivos. Sin embargo, la respuesta integral no sucederá hasta que reconozcamos, de una vez por todas, la naturaleza y la gravedad de las atrocidades. Los crímenes deben ser reconocidos por lo que son y «una campaña muy engañosa» no es ese nombre.

Fuente de la noticia: https://adncuba.com/actualidad/internacional/un-genocidio-esta-sucediendo-en-nigeria-ante-los-ojos-del-mundo

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Indígenas denuncian proyecto genocida y ecocida en Brasil

Redacción: VTV

Los líderes de 45 comunidades indígenas denunciaron ante el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, está poniendo en marcha un proyecto político de “genocidio, etnicidio y ecocidio”, reseñó portal web de Telesur.

Bajo el liderazgo del cacique Raoni Metuktire, de 89 años de edad, y un histórico defensor de los derechos de los pueblos indígenas, más de 600 indígenas avalaron el documento presentado, que deberá ser firmado la noche del viernes en la aldea Piaraçu (centro-oeste) y que deberá entregarse al Congreso Nacional de Brasil en los próximos días.

En la carta denuncian la escalada de violencia contra los aborígenes y rechazan la posibilidad de que el cultivo agrícola sea autorizado en las reservas indígenas. La propuesta fue defendida por Bolsonaro y se encuentra bajo discusión en el Congreso.

“No aceptamos la extracción mineral, agronegocio y arrendamiento en nuestras tierras; no aceptamos madereros, pescadores ilegales, hidroeléctricas y otros proyectos” que “nos impacten de forma directa e irreversible”, expresaron los líderes.

Recordaron en la carta que Brasil reconoce los derechos indígenas en la Constitución, por eso exigieron ser consultados sobre cualquier “proyecto y decisiones que puedan impactar y amenazar” el territorio en el que habitan.

“El Estado brasileño tiene que entender que tiene una deuda histórica con los pueblos indígenas. Nosotros somos los primeros habitantes de este país”, aseveró el cacique Raoni Metuktire.

Desde el 1 de enero de 2019, cuando asumió la Presidencia, Bolsonaro se ha mostrado partidario de la explotación económica de la Amazonía y ha afirmado que no pretende crear nuevas reservas indígenas, pues considera como una “exageración” que los pueblos originarios ya ocupen cerca de 14% de todo el territorio brasileño.

Fuente: https://www.vtv.gob.ve/indigenas-denuncian-proyecto-genocida-brasil/

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Escándalos de derechos humanos ‘Made in Asia’

Redacción: El País

Un resumen en cinco hitos de cómo ha sido 2019 en el continente, según Amnistía Internacional. Desde los campos de ‘chinificación’ hasta Roberto Duterte y su guerra contra la droga.

En Amnistía Internacional hemos seguido la situación en 25 países del continente asiático, pero, por si acaso no tiene tiempo para procesar la tonelada de información, resumimos en cinco hitos cómo ha sido el año 2019 en lo que se refiere a violaciones de derechos humanos.

1. Una Premio Nobel defendiendo un genocidio (Myanmar)

El 12 de diciembre de 2019 asistimos entre el horror y cierta fascinación malsana a la caída de un mito en directo retransmitido por nuestras pantallas. La gran Aung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz en 1991, que estuvo 15 años bajo arresto domiciliario por defender la democracia, que después arrasó en las elecciones de 2015, un símbolo mundial de la dignidad y de la resistencia pacífica, se subió a una tribuna en la Corte Internacional de Justicia en La Haya para defender a los militares genocidas de su país, Myanmar.

Con su voz pausada, Suu Kyi denominó «conflicto armado interno» la violencia étnica en el estado de Rakhine, al oeste del país, y explicó que el término «operaciones de limpieza» utilizado por los militares para las actuaciones de respuesta en Rakhine «ha sido distorsionado». «En mi país no se toleran las violaciones de derechos humanos”.

Amnistía Internacional ha documentado asesinatos (incluidas personas quemadas vivas), violaciones y agresiones sexuales a mujeres y niñas, torturas, inanición forzada, incendio selectivo de poblados rohinyás, uso de minas terrestres, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y trabajo forzoso. También hemos descrito cómo antes de que comenzara la última oleada de violencia la población rohinyá ya vivía en un estado de apartheid, y cómo el aproximadamente millón personas que consiguió huir a Bangladés, el país fronterizo, viven en campos de refugiados con inmensas carencias y sufriendo la creciente hostilidad de la población local azuzada por campañas de odio que pululan en redes sociales.

Personas refugiadas rohinyá hacen cola durante horas bajo la lluvia esperando la llegada de ayuda humanitaria.
Personas refugiadas rohinyá hacen cola durante horas bajo la lluvia esperando la llegada de ayuda humanitaria. ANDREW STANBRIDGE (AMNESTY INTERNATIONAL)

2. Un millón de personas en campos de adoctrinamiento para chinificarse

En 2017 detectamos un efecto paranormal en la región del Sinkiang en China. Miles de personas de etnias uigur y de otras minoritarias desaparecían como si las engullera un agujero negro. A lo largo de estos años, tras mucha investigación, y también con ayuda de imágenes de satélite y otras noticias que fueron surgiendo, se averiguó que el gobierno chino estaba internando a miles de personas de etnias minoritarias en unos campos de educación para asimilarlos a lo que consideran que es ser chino o china.

Personas que han conseguido salir de los centros los describen como sitios infernales en los que como poco tienen que aprender chino, cantar canciones patrióticas, dar vivas al presidente de China, y ya en otro nivel, sufren insultos, palizas, reclusión en régimen de aislamiento, tortura y privación de alimentos. Se puede acabar en uno de estos centros por cosas como llevar una barba “extraña”, cubrirse la cabeza con un velo o un pañuelo, rezar a menudo, ayunar, evitar el alcohol, o tener libros o artículos sobre el Islam. También por viajar al extranjero por motivos de trabajo o de estudios, en especial a países de mayoría musulmana, o por estar en contacto con personas fuera de China. Así que no es de extrañar que un millón de personas estén allí retenidas.

En 2017 detectamos un efecto paranormal en la región del Sinkiang en China: miles de personas de etnias uigur desaparecían como si las engullera un agujero negro

El gobierno chino se ha empecinado en negar la evidencia aunque sí acabó admitiendo en octubre de 2019 que existen, sí, pero que se trata de centros de formación “vocacional”, creados “para educar a personas influidas por el extremismo religioso” y evitar que se conviertan en terroristas.

La puntilla llegó un mes después, el 19 noviembre. The New York Times abrió su edición a toda página con 400 documentos filtrados del gobierno chino que describen el programa de detenciones masivas con mucho detalle aportando transcripciones de discursos del Presidente Xi Jinping y comunicación del gobierno que explican purgas de funcionarios que pusieron pegas al sistema represivo.

Un escándalo en toda regla que dado el estatus de China como potencia mundial pocos países musulmanes se han atrevido a criticar.

3. Avances a cuentagotas para el 51% de la población

En algunos otros países de la región, las mujeres parecen vivir directamente en el medievo. Otro año más, han salido a la luz casos de asesinatos y torturas a mujeres acusadas de brujería en Papúa Nueva Guinea y de lapidaciones y ejecuciones públicas en zonas de Afganistán controladas por los talibanes, por tener relaciones sexuales fuera del matrimonio.

Tenía miedo y con razón: su cuerpo fue encontrado a la mañana siguiente. La habían violado, asesinado y quemado

El enésimo caso que ha escandalizado India es el de una joven veterinaria de 27 años, que salió de su casa en las afueras de Hyderabad, al sur de la India, para ir a una cita con el médico. Después de la consulta, fue a coger su moto y se dio cuenta de que tenía una rueda pinchada. Llamó a su hermana menor para contarle lo que pasaba, que se hacía de noche y que un grupo de hombres se había ofrecido a arreglar su motocicleta. Tenía miedo y con razón: su cuerpo fue encontrado a la mañana siguiente. La habían violado, asesinado y quemado.

Las penas contra este tipo de violencia extrema se endurecieron en India a raíz de la violación en grupo y asesinato de una estudiante de 23 años en un autobús público en 2012. Ella estaba con un amigo que fue golpeado con una barra de hierro, la misma que se usó para penetrarla tan severamente que los intestinos de la víctima tuvieron que ser extirpados quirúrgicamente antes de su muerte trece días después del ataque. Cuatro hombres han sido condenados a muerte. Pero no hace falta ser una persona experta para darse cuenta de que esto no erradicará la violencia contra las mujeres.

Las mujeres toman las calles en Lahore, Pakistán, durante el 8 de marzo.
Las mujeres toman las calles en Lahore, Pakistán, durante el 8 de marzo. EMA ANIS (AMNESTY INTERNATIONAL)
Por acabar con una nota positiva, que muestra el largo camino todavía por recorrer: dos casos muy mediáticos que acabaron bien en Indonesia. Baiq Nuril Maknun, de 41 años y madre de tres hijos, estaba recibiendo llamadas telefónicas del director de la escuela en la que trabajaba, acosándola sexualmente. Comenzó a grabar estas llamadas que se hicieron virales, según ella, sin su consentimiento. Esto resultó en una condena por distribución de material pornográfico para Baiq. El otro caso es el de una niña de 15 años que fue condenada por aborto ilegal tras ser violada por su hermano. Esta niña fue absuelta por el Tribunal Supremo y Baiq recibió una amnistía del Presidente.

4. Un presidente sin complejos (Filipinas)

Al presidente de Filipinas, Roberto Duterte, le hemos visto admitir que había matado personalmente a drogadictos y traficantes de drogas mientras era alcalde de Davao, compararse con Hitler («Hitler masacró a tres millones de judíos. Ahora hay tres millones de drogadictos… estaría feliz de masacrarlos») y aclarar sus principios durante la campaña electoral que le llevó a la presidencia del país («Olvídense de las leyes sobre derechos humanos. Si llego al palacio presidencial, haré lo mismo que hice como alcalde. Vosotros, traficantes de drogas, atracadores y hacedores de nada, mejor que os vayáis. Porque os mataría. Os arrojaré a todos a la bahía).

Y del dicho al hecho. Su campaña de guerra contra las drogas ha provocado el asesinato de miles de personas —el Gobierno ha admitido 6.000 homicidios policiales— que pueden constituir crímenes de lesa humanidad, según Amnistía Internacional. El año pasado la Corte Penal Internacional anunció que iniciaría una investigación preliminar sobre Filipinas, pero ni aún así han cesado los asesinatos.

5. Todo lo demás…

Además de estos puntos, hubo muchos acontecimientos buenos y malos en la región:

– la represión con inmensa fuerza de las protestas en Hong Kong y en Cachemira donde a la detención de cientos de personas el gobierno indio sumó un férreo estado de sitio y corte de comunicaciones.

– el conflicto armado en Afganistán sigue cobrándose la vida de miles de civiles —a pesar de lo cual países europeos envían allá a solicitantes de asilo y refugiados—.

– la polución en Lahore (Pakistán) alcanzó límites tales que en Amnistía Internacional movilizamos a simpatizantes en todo el mundo para hacer campaña en favor de la población.

El año 2019 fue complicado, como lo fue el anterior y lo será el siguiente. Pero cuando no hay esperanza, es preciso crearla, como han demostrado una y otra vez el activismo de la región que a pesar de la represión, se ha mantenido firme en la defensa de sus derechos.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/01/30/planeta_futuro/1580383263_202805.html

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Gendarmería no educa

Por: Marcelo Musante

Es presentada como la institución encargada de educar a jóvenes de 16 a 20 años. Pero hace sólo dos semanas, fue sentenciada en un fallo histórico como responsable de un crimen de lesa humanidad contra el pueblo Pilagá, por la feroz Masacre de Rincón Bomba. ¿A quiénes les hablan en plena campaña electoral con la implementación del Servicio Cívico Voluntario? ¿Qué es la Gendarmería Nacional Argentina?

Si hay un grupo etario estigmatizado por el Estado Nacional, es el de los jóvenes de los barrios marginados. Un grupo social que es constantemente marcado negativamente, perseguido y encerrado por las fuerzas de seguridad, ente ellas, la propia Gendarmería Nacional. La definición descalificadora es contundente: “Ni estudian, ni trabajan”. Entonces, se vuelven “peligrosos”.

En ese marco, el Ministerio de Seguridad anunció la creación del Servicio Cívico Voluntario a cargo, nada más ni nada menos, que de la Gendarmería Nacional, la misma que hace dos semanas fue sentenciada como responsable de un crimen de lesa humanidad por haber sido ejecutora de la Masacre de Rincón Bomba en Formosa en 1947. ¿Por qué una fuerza de seguridad militar debe hacerse de un proceso educativo para jóvenes de 16 a 20 años?

Masacrar

A principios de mes -el 4 de julio-, el juez federal subrogante de Formosa Fernando Carbajal caratuló como Crimen de Lesa Humanidad a la masacre de Rincón Bomba perpetrada por la Gendarmería Nacional en 1947 durante el gobierno de Juan Domingo Perón.

La represión duró varios días e incluyó fusilamientos, violación de mujeres, asesinatos de niñas y niños, incendio de cuerpos en fosas comunes, entre muchas otras atrocidades. El terror institucional en su dimensión más totalizadora. Y el horror silenciado durante más de setenta años como manto protector de la responsabilidad estatal.

Ahí está el documental “Octubre Pilagá” y libro del mismo nombre de Valeria Mapelman para entender lo sucedido en profundidad a través del relato de muchos ancianos y muchas ancianas. Es material imprescindible para ver el accionar de la muerte que implementó la Gendarmería Nacional Argentina a partir de un 10 de octubre.

Ahí están los sobrevivientes pilagá en Formosa para contar qué sucedió a quien se acerque a escuchar sus historias llenas de dolor y de resistencia. Están en Las Lomitas, Ibarreta, Estanislao del Campo, en Pozo del Tigre y en cada comunidad indígena de la zona.

Ahí están Noole Palomo, Bartolo Fernández y la Federación Pilagá para contar una y mil veces los sucedido. No se cansaron nunca de hacerlo junto con muchos de los ancianos y ancianas sobrevivientes que fueron falleciendo en un proceso judicial que duró 14 años. Que no le importó ni al Estado Nacional ni al Provincial, que fue abandonado durante una gran parte de ese tiempo por los dos abogados que lo iniciaron y que debieron sostenerlo sin recursos económicos.
Pero ahora, ahí está la sentencia con carácter de verdad emitida por el Juzgado Federal N°1 de Formosa. Un reconocimiento único en nuestro país como crimen de Lesa Humanidad contra una población indígena y que será fundamental como precedente a otros similares, como el de Masacre de Napalpí ocurrida en Chaco en 1924.

A doce días del histórico fallo, el gobierno nacional del Presidente Mauricio Macri creó el Servicio Cívico Voluntario para jóvenes de 16 a 20 años como un sistema educativo de formación en valores y disciplina que puso a cargo de la propia Gendamería Nacional. Una paradoja que encierra otras.

Educar

La sentencia plantea la obligatoriedad de una serie de reconocimientos públicos. Dinero para obras, becas estudiantiles para jóvenes, declarar el 10 de octubre como efeméride de “La masacre de la Bomba”, la construcción de un monumento conmemorativo, y la obligatoriedad para el ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación de incluir los hechos sucedidos en la planificación académica.

Es decir, más allá de los resarcimientos económicos hay una fuerte apelación a la construcción de la memoria. A reconocer y resarcir en términos de verdad y justicia una masacre que había sido intencionalmente olvidada en la historia argentina.

Pero mientras el juez federal en Formosa sentencia la inclusión del crimen de Gendarmería Nacional en la currícula escolar, el ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro, se sienta al lado de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, durante la conferencia de prensa de anuncio del proyecto para defenderlo en beneficio de los “los chicos que hoy no están haciendo nada, que están en la calle”, con el “el objetivo principal es adentrar a los jóvenes en el sistema de responsabilidad de valores y la disciplina”.

Un proyecto educativo que desde sus primeros objetivos estigmatiza a jóvenes que son marginados de un sistema público y que los enmarca bajo una sigla conocida como “Ni Ni”. Un grupo etario y social en los que parece que son ellos los que no quieren trabajar ni estudiar.

Esos jóvenes saben bien lo qué significa esa marcación negativa y lo que habilita represivamente para las fuerzas de seguridad en los barrios. Esos jóvenes son los que llenan las comisarías, cárceles, quedan como mano de obra del narcotráfico o son utilizados por las propias fuerzas para delinquir.

El gobierno nacional pone al frente de un proyecto educativo para jóvenes que no pueden acceder a las escuelas ni al trabajo a una fuerza de seguridad militar.

Y la ministra de Seguridad se jacta de afirmar que los “gendarmes docentes” estarán sin armas durante las clases. Como si el ejercicio de la violencia requiera exclusivamente de armas y no tuviera que ver con posicionamiento ideológicos en términos de contenidos y prácticas pedagógicas.

Historial

Se podría responder que aquellos gendarmes de la Masacre de Rincón Bomba no son estos gendarmes. Que aquella fuerza era distinta que esta.

Pero esta Gendarmería Nacional fue la misma ejecutó el 1 de agosto de 2017 la represión ilegal que terminó con la desaparición de Santiago Maldonado y su violenta muerte en el Río Chubut.
Es esa misma Gendarmería Nacional a la que se la ve en muchas filmaciones bajando de camionetas disparando, tirando piedras y reprimiendo.

Es esa Gendarmería que participó del mega operativo contra la comunidad mapuche en el Lago Mascardi y que terminó con el asesinato por la espalda del joven mapuche Rafael Nahuel en el que está imputado y con prisión domiciliaria el Cabo Javier Pintos del grupo Albatros de la Prefectura Nacional. Es esa Gendarmería Nacional que hizo la pericia balística que intentó ocultar todo y simular la idea de enfrentamiento afirmando que había pólvora en la mano de Rafael.

Es la misma Gendarmería Nacional que el 13 de junio de 2014, dos de sus efectivos pararon a Andrés García Rampoy en un control sobre la Ruta 7 en Luján de Cuyo, Mendoza, y lo asesinaron de un tiro en la nuca en un caso de “gatillo fácil” sin resolver.

Es la misma que el 7 de septiembre de 2013 cuando cayó asesinado Kevin Molina en la Villa Zavaleta, y con apenas 9 años, encubrieron el enfrentamiento entre bandas narcos cuando tenían puestos de vigilancia a cien metros junto con la Prefectura.

Es la que se metió en la Universidad de Río Negro a fines del año pasado y desalojó una asamblea y toma pacífica que rechazaba los recortes presupuestarios.

Es la que actuó en acuerdo con la policía formoseña de Gildo Insfrán durante la represión del 23 de noviembre de 2010 en la Colonia La Primavera en Formosa y terminó con el qom Roberto López asesinado. Es la que en esa misma provincia amenaza a las comunidades pilagá que de Oñedié y Penqolé. En tierras donde ocurrió la masacre de Rincón Bomba y los gendarmes hace rondas nocturnas amenazando con desalojar.

En la misma Gendarmería Nacional que hace continuamente operativos violentos, requisas injustificadas y que son defendidas acríticamente por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich sin ningún tipo de costo político ni judicial.

Valores

¿Por qué una fuerza represiva del Estado debe hacerse cargo de un proceso educativo y no el Ministerio de Educación? ¿A quién le habla el gobierno nacional con esta implementación del Servicio Cívico Voluntario en plena campaña electoral? ¿Qué sentido educativo puede tener para los y las jóvenes que participen yendo apenas una hora por día?

¿Será una nueva forma que adquiere el control social sobre estos y estas jóvenes? ¿Es un guiño a un sector del electorado que todavía sigue pidiendo por la reivindicación del accionar de las fuerzas militares en la última dictadura? Muchos medios de comunicación hegemónicos salieron a cuestionar las críticas al proyecto apelando a dejar de atrás los reparos, la memoria, que organizaciones sociales, de Derechos Humanos y partidos políticos tienen sobre las fuerzas militares en nuestro país.

¿Qué podrá tener para decir esta Gendarmería Nacional sobre Rincón Bomba, sobre la represión el Lof Cushamen, sobre el asesinato de Rafael Nahuel o en cada caso de gatillo fácil y encubrimiento que participó y que aquí apenas se mencionaron algunos? ¿Alcanza con que den los talleres sin armas? ¿Qué tipo de conocimiento se pretende construir desde ese lugar?

El 4 de julio la sentencia del juez Carbajal afirmó que la masacre de Rincón Bomba debe recibir un “resarcimiento civil a consecuencia de la violación de derechos humanos por los Crímenes de Lesa Humanidad perpetrados por y a través de material y personal perteneciente a Gendarmería Nacional”.

Esta Gendarmería nunca reconoció la masacre ni pidió disculpas públicas. La ministra de ministra Patricia Bullrich afirmó que es la institución más valorada del país. De eso se trata, de valores. De valores y de jóvenes. Las fuerzas militarizadas en nuestro país no tienen que formar parte de ningún proyecto de educación pública. Nunca más.

Fuente: https://www.marcha.org.ar/gendarmeria-no-educa/

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