Argentina: Masiva Marcha de las Antorchas contra el tarifazo y el gobierno macrista

Redacción: Kaosen la Red

La movilización fue convocada por centrales sindicales y organizaciones sociales y barriales para rechazar los aumentos dispuestos en los servicios y el transporte por la administración de Cambiemos. Cómo sigue el cronograma de protestas en el resto del país.

La marcha de antorchas que se había anunciado para resistir al tarifazo atravesó finalmente la ciudad con un mensaje desafiante, una suerte de advertencia que anticipa tiempos agitados. Convocada desde el ala más combativa del movimiento obrero, la movilización se extendió a lo largo de muchas cuadras en medio de una jornada laboral que, sin embargo, mostraba menos movimiento producto del almanaque y las vacaciones. Representantes de las organizaciones convocantes –con el protagonismo más visible de Pablo Moyano (secretario adjunto de Camioneros), Hugo Yasky (CTA de los Trabajadores) y Pablo Micheli (CTA Autónoma)- se subieron a un acoplado para terminar el acto sobre la avenida Entre Ríos, al pie del Congreso. “No damos por agotada, con esta proclama, la protesta contra el tarifazo y el ajuste brutal. Al contrario, llamamos a realizar marchas en todo el país”, aseguró la locutora que leyó el documento conjunto firmado por la CTA de los Trabajadores, el Movimiento 21F (moyanismo), Frente Sindical para el Modelo Nacional (del que forma parte el gremio mecánico SMATA), CTA Autónoma y las 62 Organizaciones.

El acto también se convirtió en una desmentida pública a una interpretación que circuló en los últimos días y que aseguraba que, como el 2019 es un año electoral, el sindicalismo había resuelto archivar la conflictividad en la calle y apostar exclusivamente a las urnas. “Que quede claro: no nos resignamos ni levantamos bandera blanca y seguiremos en las calles movilizados hasta derrotar la política de hambre y el ajuste. Decimos no a la Reforma Laboral. Decimos no a la Reforma Previsional. Decimos no al tarifazo. Basta de atropellos contra el pueblo argentino”, decía el último párrafo de la declaración conjunta.

En los alrededores del palco, una vez que concluyó la lectura del documento –porque no hubo discursos individuales-, se empezaron a escuchar dos consignas: “Las escuelas no se cierran” y “paro, paro, paro/ paro general”. En ese momento, en los primeros metros frente al Palacio Legislativo, confluían los trabajadores de la educación de la CABA con simpatizantes de la oposición que se muestran fastidiados con el rol de la conducción de la CGT.

Sobre el escenario, entretanto, se pudo ver a los gremialistas Beto Pianelli (Metrodelegados), Claudio Marín (telefónicos), Eduardo Berrozpe (La Bancaria), Gabriel Navarrete (secretario adjunto de Curtidores de Cuero), Eduardo López (UTE, docentes porteños), Horacio Valdéz (obreros del vidrio, SOIVA, y 62 Organizaciones). Había, también, dirigentes del ámbito político: eran el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi; el ex legislador porteño Gustavo Vera (La Alameda, cercano a los Moyano, del 21F); el secretario general de la Corriente Martín Fierro, Nahuel Beibe; el diputado bonaerense Lauro Grande (Unidad Ciudadana); la legisladora porteña Lorena Pokoik (UC); entre otros. Por el asfalto, caminando entre la gente, se pudo ver a los diputados nacionales Rodolfo Tailhade y Carlos Castagnetto (FpV-PJ)

La imagen puede contener: una o varias personas, multitud y noche

La imagen puede contener: 9 personas, personas sonriendo, personas de pie, autobús y exterior

La imagen puede contener: 5 personas

La imagen puede contener: 4 personas, personas de pie, multitud, cielo y exterior

La imagen puede contener: 2 personas, personas de pie, calzado y exterior

La imagen puede contener: 16 personas, incluido Christian Castillo, multitud y exterior

La imagen puede contener: 5 personas, personas de pie

La imagen puede contener: 2 personas

La imagen puede contener: 4 personas, multitud

La imagen puede contener: 4 personas, personas sonriendo, multitud y exterior

La imagen puede contener: 1 persona, de pie y exterior

La imagen puede contener: 3 personas, exterior

La imagen puede contener: 2 personas, personas de pie, multitud y exterior

La imagen puede contener: 6 personas, multitud y exterior

Fuente: https://kaosenlared.net/argentina-masiva-marcha-de-las-antorchas-contra-el-tarifazo-y-el-gobierno-macrista/

Comparte este contenido:

Ellos o nosotros

Por: Claudio Katz
Siempre se supo que Macri gobernaba para los ricos y que su modelo económico desembocaría en una gran crisis. La primera afirmación quedó corroborada por la redistribución regresiva del ingreso perpetrada en los últimos dos años. La segunda comenzó a verificarse con la corrida cambiaria de la última semana.Está temblando un modelo neoliberal asentado en enormes desequilibrios externos y fiscales solventados en el endeudamiento externo. Todos imaginaban que la financiación iba a durar hasta el 2019, pero el fin de la película se adelantó en forma imprevista.

Wall Street anunció en marzo que no aceptaría más bonos. El gobierno maquilló esa negativa con un engañoso anuncio de mayor financiación local, pero los capitales golondrinas captaron de inmediato el significado de la sequía. Emitieron la orden de retirada y comenzó la incontenible trepada del dólar.

La financiación se ha cortado por la desconfianza de los acreedores. Intuyen la futura insolvencia del deudor argentino. Por eso las calificadoras bajaron el pulgar, el riesgo país aumenta y la prensa especializada describe escenarios dramáticos.

UNA CONSECUENCIA DEL MODELO

La fragilidad del sector externo es el punto más crítico del esquema actual. Los bancos retiraron los créditos, al notar la ausencia futura de los dólares requeridos para sostener el endeudamiento. Observan la magnitud el déficit externo, que el año pasado superó los 30.000 millones de dólares (5% del PBI).

El bache central se localiza en la esfera comercial. El desbalance de 8000 millones del 2017 marcó un récord histórico. Ha sido generado por las fantasías librecambistas del oficialismo, que abrió el mercado a todo tipo de importaciones.

Mientras que en el mundo impera una dura negociación de aranceles, Argentina se ha transformado en un depósito de cualquier excedente. Para colmo, las exportaciones se frenaron, como resultado de la apreciación cambiaria que genera el ingreso de capitales especulativos.

El desbalance en el plano financiero es igualmente dramático. La salida de divisas acompaña a Macri, desde el mismo día que imaginó la incumplida la lluvia de dólares. La remisión de utilidades ha sido tan sostenida como la fuga de capital. Ese drenaje es congruente con la eliminación de todas las regulaciones a la actividad financiera. Los controles en el circuito bancario fueron desarmados, con la misma velocidad que se anuló la obligación de liquidar los dólares de la exportación .

En la misma desprotección se asienta la bicicleta financiera de los fondos que lucran con la altísima rentabilidad de los bonos argentinos. Las delirantes tasas de interés que aseguran ese negocio, destruyen cualquier posibilidad de inversión productiva. El malgasto de las divisas ha incluido también el despilfarro en el turismo. Esa hemorragia fue incluso celebrada por varios ministros como un maravilloso ejemplo del “retorno al mundo”.

El agujero fiscal es también impresionante. Bordea el típico porcentual del PBI (6-7%), que tradicionalmente precipitó los grandes terremotos de la economía. El gobierno resalta la envergadura de ese déficit y lo presenta como un mal ajeno que debe administrar. Con gestos de compasión, afirma que debió mantenerlo para financiar el gradualismo y evitar mayores sacrificios de la población. Pero oculta que todos los desequilibrios derivan del modelo en curso y no del ritmo de su implementación. Si hubiera apretado el acelerador del mismo combo neoliberal, el desastre sería infinitamente superior.

Cuando los funcionarios despotrican contra la costumbre de “gastar más de lo que ingresa”, ubican todas las desgracias en el primer componente. Olvidan que la recaudación quedó seriamente afectada por la reducción de los impuestos a los exportadores. Tampoco señalan que el blanqueo no revirtió la evasión. Argentina figura en el quinto puesto mundial de ese flagelo y la moda oficial de proteger patrimonios en empresas “off shore”, ilustra quiénes son promotores de la estafa al fisco.

El oficialismo también olvida registrar cómo el pago de intereses deteriora las cuentas públicas. Sólo en el primer trimestre del año esas erogaciones aumentaron 107% en comparación al 2017.

El modelo neoliberal genera descalabros que el gobierno no puede encarrilar. El desastre en curso no fue desencadenado por la nueva alícuota del impuesto a las ganancias sobre los títulos, sino por la aterrorizada reacción del Banco Central. En pocos días incineró varios manuales de política monetaria. Recurrió a todos los instrumentos conocidos para frenar una corrida y no acertó con ninguno. Incluso apeló infructuosamente al judicializado mercado del dólar futuro.

La crisis internacional no ha sido hasta ahora determinante del temblor argentino. Persiste la liquidez financiera global y n o se observa una repetición del “efecto tequila” sobre las economías latinoamericanas. Ciertamente el incremento de las tasas de interés de Estados Unidos altera todas las inversiones en el mundo. Pero ese reacomodamiento tiene por el momento efectos acotados.

Si Argentina padece ese resfrío como una grave neumonía es por el pánico que suscita su alocado endeudamiento. El país encabezó en los últimos dos años el tablero mundial de colocación de títulos y es penalizado por ese descontrol. Pero el grueso de la población no es responsable de ese desmanejo. El culpable es Macri y los CEOs de su gabinete, que engrosaron los caudales de la clase capitalista. Para ocultar ese delito los comunicadores del oficialismo achacan a todos los “argentinos”, un desfalco consumado por esa minoría de privilegiados.

RETORNO AL MISMO FONDO

Las cifras de mayo retratan la gravedad de la crisis: devaluación del 20%, tasas de interés del 40%, pérdidas de 8.000 millones de dólares de las reservas. El temor por un dramático desenlace se acrecienta, con algunos síntomas de traslado de esa tensión a los bancos.

El gobierno se burla de la población emitiendo mensajes de tranquilidad. Pretende crear la ilusión de una simple corrección de la flotación cambiaria, sin consecuencia alguna. Todavía repite que el nivel de endeudamiento es “bajo en comparación al PBI”, como si esos genéricos porcentuales (y no la capacidad efectiva de pago del deudor) determinaran la actitud de los acreedores.

Mientras el discurso oficial minimiza la crisis, los financistas del exterior no cuidan las formas, en sus convocatorias “a escapar de la Argentina” (Forbes). La tranquilidad del gobierno es una burda estrategia, para evitar el despertar colectivo frente a la grave situación.

La decisión de volver al FMI confirma el dramatismo de la coyuntura. Es una medida desesperada que sorprendió a los propios popes del Fondo. Ilustra el pánico de un gobierno que busca blindajes a cualquier precio para frenar la corrida. La decisión fue tan imprevista, que anunciaron el retorno sin programa, ni cambio de ministro.

Los funcionarios peregrinan por Washington desconociendo las condiciones de los préstamos que mendigan. En el contexto de bajas tasas internacionales y cierta recuperación de la crisis del 2008, muy pocos países recurren al FMI. Los que eligen esa salida no tienen otro refugio.

Es totalmente ridículo imaginar la existencia de “otro FMI”. Esa institución es manejada por los mismos expertos en demoler conquistas populares. Los países atados a su tiranía atraviesan por el peor de los mundos. Es el caso de Grecia que no pudo desembarazarse de la auditoría del Fondo.

Los helenos ya padecieron cuarto rescates de sus bancos y tres agudas recesiones que retrotrajeron un 25% la renta nacional. La tasa de desempleo bordea ese mismo porcentaje, la deuda pública ha trepado al 180% de PBI y las pensiones sufrieron 14 recortes.

Argentina afronta las mismas perspectivas. El FMI será durísimo con el país. De las tres variantes crediticias que tiene disponibles sólo ofreció la versión más intragable. Descartó la línea flexible (que recibieron Colombia y México) y la modalidad de precaución (utilizada por Macedonia y Marruecos). A la Argentina sólo le otorgarán el conocido stand by por un monto aún desconocido.

Los 30.000 millones dólares que pide el gobierno superan todo lo asignado a los 13 países con planes de estabilización. La suma final llegará igualmente a cuenta gotas, para evitar su rápida conversión en divisas fugadas al exterior.

Cada porción utilizada de ese crédito será rigurosamente auditada por los enviados del Fondo. Esa revisión simboliza el brutal retorno a los años 90. Los expertos del FMI volverán a desembarcar trimestralmente para constatar su insatisfacción y exigir mayores ajustes.

No hay ningún misterio en los reclamos inmediatos de esa delegación. En diciembre pasado elaboraron un detallado ultimátum de reducción del gasto social, con mayor flexibilidad laboral, reforma previsional y despidos de empleados públicos. La paulatina privatización del ANSES y el drástico recorte de los presupuestos provinciales figuran al tope de esa agenda. En las conversaciones actuales habrían añadido un nuevo blanqueo y sobre todo una mega-devaluación con recesión que permita efectivizar la mejora real del tipo de cambio.

El ritmo y la aplicación de ese paquete dependerán de la intensidad de la crisis, que será testeada el próximo martes. Ese día el Banco Central afronta un enorme vencimiento de títulos (LEBACS). El volumen total de esos bonos equivale al monto de las reservas y al total del circulante. Si una parte de sus tenedores resuelve liquidarlos para refugiarse en el dólar, la corrida puede alcanzar otro pico de tensión.

Si por el contrario esa emergencia queda superada con la aterradora tentación de cobrar un 40% de interés, las mismas disyuntivas reaparecerán en los próximos meses. Como la cotización de todos los bonos argentinos se encuentra en franca picada, ya es evidente la gran desvalorización de activos que sufrirán las instituciones oficiales (empezando por el ANSES), que atesoran esos títulos.

En cualquier escenario el pacto firmado con el diablo del FMI empuja a la economía argentina al precipicio. Ya se avizora el círculo vicioso de ajustes que contraen la actividad productiva, deterioran la recaudación, potencian el déficit fiscal y desembocan en nuevos ajustes. El espejo de Grecia está a la vista, con eventuales elementos de estanflación.

Los anticipos de ese cuadro despuntan en el nuevo piso de inflación anual del 30%. Si la tasa de interés no baja rápidamente la recesión será inevitable. El gobierno cortó 30.000 millones de pesos de la obra pública, pero el FMI exigirá una paralización total. En los próximos meses nadie recordará la ficción estadística de menor pobreza que difundió el gobierno. Basta observar la pavorosa expansión de la mendicidad en las calles, para observar cuál es el panorama social que afronta el país.

REACCIONAR A TIEMPO

El manejo de la bomba que ha plantado el gobierno dependerá de la memoria y capacidad de reacción popular. El rechazo total al acuerdo con el FMI fue anticipado por las encuestas previas a la negociación. Entre el 75% de los consultados que rechaza el convenio figura la gran mayoría de los votantes del Cambiemos.

El retorno al FMI tiene un significado emotivo enorme. Recrea todo lo sucedido en el 2001. Por eso ya se difunden tantas analogías con el blindaje De la Rúa. Es imprescindible trasformar ese bagaje en rechazo activo, movilización y propuestas alternativas.

El punto de partida es ganar la calle para generar una drástica reversión del curso actual. El clima de tácita aceptación de las desregulaciones -que propagan los grandes medios de comunicación- desguarnece a la economía. Para evitar el agravamiento de la crisis hay que reintroducir todas las regulaciones eliminadas por oficialismo. Son medidas básicas frente a la emergencia.

El control de cambios es tan urgente como la prohibición al libre ingreso y salida de los capitales. Los depósitos de los pequeños ahorristas deben ser protegidos, mientras los grandes bancos y tenedores cargan con las pérdidas de los bonos desvalorizados. Hay que erradicar todos los mitos sobre la adversidad de un “cepo cambiario”. Los dólares no son un bien privado de libre disponibilidad. Sin controles a su atesoramiento y circulación no hay forma de lidiar con las corridas.

En lugar de volver al FMI corresponde investigar la deuda contraída en los últimos años y enjuiciar a los responsables de esa aventura. Caputo, Dujovne y Sturzzeneger deberían estar desfilando por los Tribunales. Mientras se revisa el estado real de las cuentas públicas hay que frenar la hemorragia de divisas que impone el pago de los intereses. La crisis actual empezó con el sometimiento a los fondos buitres y no puede resolverse sin ajustar cuentas con los depredadores del tesoro nacional. El manejo estatal del sistema financiero es una condición para emerger de la delicada situación actual.

Sólo por ese rumbo el costo de la crisis recaerá sobre sus causantes y no sobre la mayoría popular. Ese camino requiere una frontal batalla de ideas con todos los economistas de la derecha que han copado la televisión. Ensalzan el acuerdo con el FMI como una nueva justificación del mega-ajuste y lo presentarán como una necesidad para “cumplir con el mundo”. El mismo atropello que el oficialismo preparaba para después del 2019 será expuesto como un acto de responsabilidad hacia los acreedores.

Pero la factibilidad de esa maniobra se ha reducido drásticamente. El escenario político ha cambiado y las elecciones han quedado situadas muy lejos de la urgencia actual. Macri intentará golpear con el garrote y la zanahoria. Prepara el veto a la ley de restricción al tarifazo y buscará copiar el modelo brasileño de gobierno para-institucional.

Pero es consciente de su debilidad y recurrirá a los gobernadores y al PJ para lograr el mismo aval hacia el FMI, que obtuvieron para concertar el acuerdo con los fondos buitres. Sus socios ya le tendieron una mano en el Congreso al negarse a repudiar el retorno al FMI, aprobando una ley de liberalización del mercado de capitales en plena tormenta financiera.

La intensidad de la movilización definirá quién gana la partida. En pleno desconcierto popular frente al temblor financiero, esa reacción es por ahora limitada. Está pendiente la reaparición de gran fuerza lograda en calles durante diciembre. Esa potencia de la lucha podría recuperarse en las batallas contra el tarifazo y el techo a las paritarias. Pero el rechazo al FMI ocupa ahora el primer lugar de cualquier demanda.

Es urgente frenar la mayor agresión contra las conquistas populares de los últimos años. El tan anunciado mega-ajuste finalmente se avecina. Frente a la artillería que prepara el gobierno, el FMI y los capitalistas hay que erigir las defensas populares a toda velocidad. Como ya ocurrió en el pasado nuevamente son ellos o nosotros.

*Fuente:  www.lahaine.org/katz

Comparte este contenido:

Argentina: “Se está montando una ingeniería de recolonización ideológica a través de la educación”

América del Sur/Argentina/03.12.2016/Autor y Fuente: https://desinformemonos.org/

En Argentina, el gobierno de Macri también pretende “revolucionar la educación” con las tendencias privatizadoras. A partir de los dichos del ministro de Educación, Esteban Bullrich, sobre una reforma profunda a la educación y la dificultad de sostener la escuela pública por otro lado, entrevistamos a Laura Marrone, pedagoga y legisladora electa de la Ciudad de Buenos Aires.

Desde el Ministerio de Educación, al igual que en diferentes medios de comunicación, intentan profundizar el déficit en el sistema educativo. “La intención es reestructurar todo a partir del trabajo desde las tecnologías digitales, pensando en un reemplazo creciente de docentes por programas administrados por la web”, afirma Laura Marrone.

De hecho, en la última semana, el diario Clarín le otorgó casi una página entera a una encuesta realizada en la última semana de octubre que señala que el 75 por ciento de la sociedad cree que el sistema educativo no está funcionando bien, y que responsabiliza a las políticas públicas y a la falta de capacitación docente. Debajo de la encuesta, se aclaraba que de todas maneras esta no era la principal preocupación de la gente, sino que lo son la inseguridad, luego la pobreza, la inflación, la desocupación, la suba de tarifas, el narcotráfico. Consultamos a la pedagoga y legisladora de la Ciudad de Buenos Aires al respecto.

¿Qué opinión te merece la encuesta?

La fuente de esta encuesta es de una consultora que se llama Management and Fit, que, por lo que investigué, no tiene historia, no se sabe cuándo empezó a funcionar, pero se dedica a brindarle a las empresas informes sobre personal que podría ser tomado para cuestiones laborales. Hacen una especie de filtro. Sus integrantes son personas que no tienen nada que ver con la educación, sí con la estadística y el management.

Es muy poco seria esta encuesta, porque incluso como diagnóstico está dicho de una forma que pretende justificar la necesidad de estigmatizar al sistema educativo ante una necesidad de reforma. Es una campaña que está haciendo Clarín, también La Nación, y va en consonancia con el Ministerio de Educación nacional que, como dijo Esteban Bullrich, pretende “revolucionar la educación en la Argentina”. Una revolución que más vale que no se haga porque va a arrasar el sistema educativo. La intención es reestructurar todo a partir del trabajo desde las tecnologías digitales, pensando en un reemplazo creciente de los docentes por programas administrados por la web.

¿Esto es lo que se está implementando España, con Google en el medio incluso?

Sí, y definen al docente como un curador, como el de un Museo, que lo que tiene que hacer es preparar el material para que las chicas y los chicos se auto administren las pruebas que están en los paquetes digitalizados en internet y que se compran a empresas.

Hay un proceso combinado; durante la época de Menem hubo un operativo para justificar la privatización de las empresas de servicios públicos a través de desacreditarlas en forma creciente por los medios de comunicación junto con periodistas como Neustadt o Grondona, que en aquel entonces se encargaban de esto. Eso es lo que están haciendo ahora con la educación. 

Escribí una nota sobre Lanata, que también está en esta línea, que se llama “No está bien hablar de lo que no se conoce”, porque con toda impunidad pretende desacreditar el trabajo docente diciendo que no queremos ser evaluados. Esto es falso, porque nosotros tenemos sistemas de evaluación, hacia los alumnos en forma sistemática, durante todo el año, y de nosotros mismos por los cuerpos directivos o por los cuerpos de inspectores y supervisores.

El sistema de evaluación está pensado en forma situada, a partir de las propias instituciones que tienen que ver con el proceso educativo. En esta consultora, sus integrantes están formados en dirección de empresas, magister en gerencia y servicios de salud y embajador para asuntos especiales en Europa y Estados Unidos, o sea, que de educación no saben nada y, por lo tanto, hacen un trabajo sumamente superficial.

“Se está montando una ingeniería de recolonización ideológica”

La misma empresa está participando también en la inscripción online. En una nota reciente, en el diario Tiempo Argentino se menciona que la empresa Sintagma resultó beneficiada con el desarrollo del software y su implementación, aunque arrancó con errores básicos como la falta de opciones para quienes tenían prioridad. Lo llamativo, dice, es que el Ministerio vuelve a llamar a licitación y siempre Sintagma resulta favorecida, junto a otra firma FDV Solutions S.A.

¿Crees que esta es una “línea de trabajo”?

Yo creo que esta es una línea de debate que tenemos que sostener, porque se está montando una ingeniería de recolonización ideológica a través de la educación de nuestra juventud mediante estas empresas, bajo el formato de consultoras y ONG, pero que son todas filiales de empresas estadounidenses centralmente, que importan recetas pero también importan todo un recorte del currículum de lo que a ellos les interesa. Por ejemplo, esta semana se aprobó en la Legislatura el pase a recinto de una declaración que presentó una asociación privada para que promueva, salude y recomiende el uso de paquetes de programas para trabajar en las escuelas el tema de desórdenes alimenticios que son hechos en empresas norteamericanas que harían una adaptación a nuestra particularidad regional. Como si no tuviéramos profesionales que encaran estos problemas y que generan estrategias de trabajo… Hay una invasión dentro de la escuela pública de este tipo de asociaciones.

Recientemente se sancionó en el Congreso nacional una Ley sobre dislexia, es gravísimo porque el concepto de la dislexia como una tipificación de origen neurológico de lo que pueden ser problemas de aprendizaje en la lecto-escritura, inclusive hasta en el habla por parte de niños, está cruzado por una trama de problemas que no tienen un origen necesariamente neurológico, sino que están entramados con un contexto social, histórico, emocional que requiere no la patologización de nuestra infancia y, por lo tanto, la derivación a tratamientos neuropsiquiátricos o medicalizantes, sino un enfoque que se hace desde la psicopedagogía, de la misma educación con un proceso paulatino donde se va logrando que esos chicos aprendan a leer, escribir  y expresarse sin errores.

Esta invasión de empresas y enfoques biologicistas anula los problemas sociales. Lo que se deriva de esta Ley de dislexia es que a los docentes nos van a llevar al Instituto de Facundo Manes para capacitarnos y poder detectar los problemas de la dislexia y transferirlos a tratamientos neurológicos y psiquiátricos.

¿Todo esto combinado con la medicalización de los niños y las niñas entonces?

Así es. Estados Unidos tiene un porcentaje muy alto de alumnado medicamentado y con serias consecuencias porque esos niños y niñas se vuelven adictos, si desde la primera infancia les están dando psicofármacos. Es un problema gravísimo. En este momento hay un alerta muy grande de los psicólogos e incluso de los psiquiatras para revisar esta situación. Pero todo lo que en Estados Unidos se está revisando y reevaluando, el PRO lo compra como la novedad.

Por otro lado, desde que se instauró el sistema de inscripción online hace 3 años, las autoridades reconocieron al menos que 23.432 chicos y chicas se quedaron sin un lugar

Eso es así. Este año como FIT pedimos un informe que nos entregaron en mayo más o menos, porque el Ejecutivo está obligado a responder y no sabemos si es exacto; mucha gente se fue a inscribir en octubre, noviembre, diciembre, febrero y marzo y no consiguió vacante y bajó los brazos, porque tiene que volver a trabajar. Entonces, lo que quedó como demanda insatisfecha fue esa cifra este año, unos 10.000 para nivel inicial, otros 500 en primaria y otros 400 para nivel medio.

Ese fue el paquete que el PRO reconoció en Legislatura en mayo, no sabemos si es así realmente, porque tengo constancia habiéndome parado en una esquina para juntar firmas en un barrio de zona sur y encontrarme en una hora con 20 pibes y pibas sin vacante.

El problema fue grave este año y lo va a ser también el siguiente, siguen creciendo las villas, hubo un debate por la urbanización de la Villa 20 que fue muy emocionante porque las familias lograron caminar hacia la urbanización. Pero estamos hablando de un plan en etapas de alrededor de 2.500 viviendas con una sola escuela, cuando el Distrito 21, que es la zona de Lugano y Villa 20 es uno de los distritos que viene sosteniendo una falta de vacantes gravísima desde hace 6 años. Se les ofrece un micro para llevarlos a la escuela en Zona norte con 3 horas de traslado diario y se desgranan, porque terminan no yendo.

Fuente: https://desinformemonos.org/argentina-se-esta-montando-una-ingenieria-recolonizacion-ideologica-traves-la-educacion/

Imagen: https://desinformemonos.org/wp-content/uploads/2016/11/Leandro-Guidii-10-640×300.jpg

Comparte este contenido:

Argentina está quedando fuera del sistema internacional de derechos humanos

América del Sur/Argentina/Noviembre de 2016/Fuente: Página 12

Recibimos una respuesta dilatoria», sostuvo Estela Díaz, secretaria de Género de la CTA e integrante del Comité por la Libertad de Milagro Sala, tras reclamar una vez más la liberación inmediata de la líder de la Tupac Amaru durante una reunión con el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, quien insistió con la invitación del Gobierno nacional a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el Grupo de Trabajo contra Detenciones Arbitrarias de la ONU.

Además, Avruj les entregó a los representantes del comité el decreto del gobernador Gerardo Morales, en el que ordena al fiscal de Estado provincial, Mariano Miranda, que transmitiera la resolución de Naciones Unidas a los juzgados donde se tramitan las causas contra la diputada del Parlasur, que ya habían sido notificados por el Gobierno nacional, el mismo día en el que se conoció la resolución.

Díaz –quien estuvo acompañada por los exlegisladores Aníbal Ibarra y María Elena Naddeo, el coordinador nacional de la Tupac Amaru, Alejandro Garfagnini, entre otros integrantes del comité– sostuvo que el pedido de «liberación inmediata» hecho por la ONU «es muy claro»,  y subrayó que «una resolución de estas características no debería llevar tiempo de vista». «El Grupo de Trabajo contra Detenciones Arbitrarias no le hace el pedido ni a la Justicia ni al Gobierno de Jujuy sino al Gobierno nacional. Cuando hay una vulneración de derechos humanos, el responsable de velar por los tratados internacionales es el gobierno nacional», sentenció la secretaria de género de la CTA en diálogo con PáginaI12.

En el encuentro, que se realizó en el Ministerio de Justicia, Avruj repitió el argumento de haber transmitido la resolución al Supremo Tribunal de Justicia de Jujuy y al gobernador Morales, y convocó al Comité a una tercera reunión la semana próxima. El primer encuentro con los representantes del Comité ocurrió en septiembre y la nueva convocatoria se demoró hasta hoy, luego de la visita del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, quien obligó al Gobierno a referirse al tema ante la presión internacional.

 «No tenemos ningún problema con la visita de la CIDH ni de la ONU, que verán la grave situación que se vive en Jujuy, pero eso no es excusa para que Milagro siga detenida», sostuvo Díaz, quien advirtió que con estas maniobras el Gobierno nacional está «quedando por fuera del sistema internacional de derechos humanos».

Por su parte, Avruj se encargó de resaltar que el titular de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, James Cavallero, consideró «una excelente noticia» la invitación realizada por el Poder Ejecutivo y adelantó que la visita tampoco será inmediata, ya que acordó  «confirmar la fecha de realización del viaje» en el encuentro que mantendrán en Panamá, a principios de diciembre.

Mientras tanto, el secretario de Derechos Humanos, en declaraciones a la agencia oficial Télam,  volvió a eludir el cumplimiento y se limitó a señalar que durante la visita de los observadores internacionales se «trabajará sobre éste y otros temas, ya que vienen pidiendo visitar el país desde 2013, cuestión que no fue atendida por el gobierno anterior».

Díaz, por su parte, lamentó que «la Secretaría de Derechos Humanos debe velar por la protección de los ciudadanos y no parece estar interesada en hacerlo, ni por el tono de sus declaraciones ni por la formalidad de sus intervenciones».

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/3888-argentina-esta-quedando-fuera-del-sistema-internacional-de-d

Comparte este contenido:

El giro “kirchnerista” de Macri

Por: Fernando Rosso

La realidad impone a Cambiemos avanzar hacia menos de lo mismo. El 2017 como la nueva madre de todas las incógnitas.

«El Presupuesto del año que viene no tiene grandes cambios respecto a la política populista de Cristina Kirchner», afirmó recientemente el economista Guillermo Nielsen en declaraciones a radio El Mundo.

Según varios analistas que reconocen granos de verdad en la sentencia del exsecretario de Finanzas de Roberto Lavagna, esta continuidad en el cambio se produce porque el Gobierno optó por subordinar la política económica a la contienda electoral de 2017. De ahí que el Presupuesto proponga más gasto en obra pública y un déficit fiscal similar al actual.

La realidad es que medido con su propia vara, el oficialismo está fracasando en todos los terrenos del plan original: no logró bajar el déficit fiscal, la inflación ahora moderada a golpes de enfriamiento terminará en un porcentaje alto cuando cierre el año y licuó parcialmente las supuestas ventajas “competitivas” de la devaluación, el salario real perderá alrededor de 10 puntos porcentuales promedio, pero la pauta fijada por el macrismo a principios de su gestión (25 %) fue superada. La principal medida de disciplinamiento fue el temor a los despidos, a partir de la campaña contra los estatales de principios de año y ataques varios en empresas privadas.

La propuesta más estratégica de un supuesto cambio de paradigma: del consumidor al inversor, fue un ostentoso relato que se desvanece con la realidad de los números crudos.

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, afirmó semanas atrás que desde la salida del default hubo anuncios de inversiones por más de 25 mil millones de dólares a desembolsarse en los próximos años.

El periodista del sitio Chequeado.com, Matías Di Santi, revisó ese dato en fuentes oficiales y constató que del ranking de los diez principales anuncios (que suman 17 mil millones de dólares), el 50 % se hizo antes del balotaje, el 23 % entre el balotaje y la salida del default y sólo el 27 % se produjo pos acuerdo con los buitres.

Para el consultor Dante Sica, cercano al macrismo, en Argentina «de 2008 a 2016, las inversiones promediaron 82.690 millones de dólares anuales, lo que representa el 16,4 % del PBI». Según Sica, el país necesita 131 mil millones de dólares para alcanzar un crecimiento más o menos equilibrado. Conclusión: faltan unos 50 mil millones anuales de inversiones nuevas. Lo anunciado es escaso para el “crecimiento equilibrado”. Último dato no menos importante: todavía son anuncios y todo el mundo conoce la distancia que puede separar a las palabras y las cosas en el universo del capital.

Cuando se apagaron las luces del esplendoroso Mini-Davos, se enciende el frío de la realidad argentina y cuando las promesas se pasan a valores se conoce la verdad que subyace al marketing.

Este contexto impulsó a Macri hacia un giro que configura un proyecto peculiar: la narrativa ortodoxa combinada con el reimpulso a una política económica “kirchnerista”, con la impronta de Cambiemos. Anclar el tipo de cambio, estimular el consumo y la obra pública como ariete para algún tipo de reactivación de una economía en recesión que acaba de ser confirmada por el propio INDEC (3,4 de caída del PBI en el segundo trimestre).

Esto da como resultado un déficit casi igual al de la administración anterior, con inflación más alta. La diferencia específica es que reemplaza la emisión monetaria por un violento endeudamiento. Toda semejanza con el plan de Daniel Scioli no es pura coincidencia (y ahí están sus asesores, Miguel Bein y Mario Blejer festejando los “éxitos” del plan de Cambiemos).

Hay cálculos que estiman que tras los canjes de deuda y luego de las sucesivas devaluaciones, en los últimos cuatro años la deuda pública total aumentó en 50.000 millones de dólares y subió de 38,7 % al 55,5 % del PBI. Nación, provincias y empresas iniciaron un nuevo festival de endeudamiento que hipoteca al país.

Para esto, Cambiemos usufructúa la “herencia recibida” de los pagadores seriales que entregaron cerca de 200 mil millones de dólares en una década y bautizaron el tremendo desembolso como un… “desendeudamiento soberano”. No se puede negar que fueron audaces en las licencias poéticas para hablar de economía.

Hay que tener en cuenta que este camino “al mundo” lo abrió el kirchnerismo a billetazo limpio con los acuerdos con el Ciadi, el pago indemnizatorio a Repsol y el acuerdo con Club de París. La “sintonía fina” (quita de subsidios para nuevos tarifazos) fue un intento frustrado de Cristina Fernández en 2012 y debió frenarlo por imposición de las circunstancias. En 2014, Axel Kicillof devaluó y produjo un alza inflacionaria y una pérdida del poder adquisitivo del salario (también despidos). Su ensayo de “lluvia de inversiones” se produciría en Vaca Muerta, para lo cual firmaron acuerdos secretos con Chevron.

El macrismo tomó el bastón de mariscal de las frágiles manos kirchneristas y aseguró al establishment que ellos sabían cómo hacer las cosas. Intentó una “sintonía gruesa” y la realidad le impuso una sintonía media (fallos judiciales mediante, que olfatearon el peligro del malestar social), pagó con generosidad a los buitres residuales, devaluó -como Kicillof en 2014- y congeló la economía con tasas por las nubes para controlar la inflación, que de todos modos superará el 40 % anual.

Otra diferencia específica es que abrió impetuosamente las puertas a las importaciones en los primeros meses y empujó a la crisis a una parte de la industria golpeada también por los tarifazos, la recesión, el bajón del consumo y el encarecimiento del crédito.

Incluso, el Estado “neoliberal” mantiene nichos de dirigismo estatal: un precio sostén para el petróleo (por arriba del precio internacional) y aprobó un aumento en el gas, mediante el método de una contabilidad creativa que dolariza la tarifa y triplica el valor real de extracción, producción y distribución. El Estado ausente está más presente que nunca a los pies de las petroleras.

El impasse y el 2017

Desde el punto de vista político, el macrismo aplica un clásico de los años kirchneristas: el bonapartismo de caja.

El republicanismo de Cambiemos utiliza el método de premios y castigos a los gobernadores e intendentes -además de la burocracia sindical-, quienes garantizan la gobernabilidad con la aprobación de leyes en el Senado y el control regimentado del conflicto social, que puede incluir o no un paro dominguero. La democracia del toma y daca, otra continuidad sin cambios.

Las causas de fondo que explican esta situación radican en que el kirchnerismo gobernó determinado por la impronta de la crisis y el contexto que dejaron las jornadas del 2001. Su intento de configurar un proyecto político que permitiese avanzar con el ajuste, cuando se agotaron las condiciones especiales que habilitaron su esquema, nunca pudo concretarse. Daniel Scioli fue el nombre de la última esperanza blanca que terminó en derrota.

Pero el macrismo tampoco pudo congregar las condiciones políticas para el ajuste que necesitan y exigen los dueños del país y el capital internacional. Cambiamos, pero no tanto.

Por eso, en la cumbre “económica” del Mini-Davos, la principal preocupación fue política: el mayor interrogante que invadía a los CEO que colmaron el Centro Cultural Kirchner, fue sobre la gobernabilidad y las eventuales alianzas para las elecciones del año que viene. El pliego de demandas patronales fue claro: ponerle el cascabel al gato del movimiento obrero y producir una baja significativa de las conquistas que garanticen una recomposición de la tasa de ganancia. El macrismo tiene proyectos para este objetivo, pero también debe ir con pie de plomo.

Para garantizar la continuidad de su proyecto político el año que viene y luego de varios traspiés, Cambiemos da un giro hacia menos de lo mismo.

La cuestión de fondo que expresa el debate sobre la gobernabilidad y las elecciones de medio término es que ni el kirchnerismo ni el macrismo, con las diferencias específicas por las fracciones empresariales que intentan representar, lograron cambiar cualitativamente la relación de fuerzas.

Por eso colocan al 2017 como la nueva madre de todas las batallas: unos (Cambiemos) para asentarse y apretar el acelerador del ajuste y los otros (los muchos peronismos) para “volver” con la promesa de terminar la tarea inconclusa.

El autor de la denuncia que encabeza esta nota (Nielsen) revista en las filas del Frente Renovador de Sergio Massa, de quien Cristina Fernández acaba de asegurar que “no es el enemigo” y mandó a borrar millones de tuits a todo el planeta K. Con su propuesta de amplia “nueva mayoría”, los nacionales y populares conducidos por la jefa llegan bancar hasta a los que corren por derecha a Macri.

Es claro que ninguna de estas dos opciones, de estos dos “partidos” expresados en diferentes coaliciones en construcción, será favorable a las mayorías obreras y populares que deben conquistar una alternativa, un “tercer partido” de la clase trabajadora, para evitar pagar los platos rotos de una crisis aún sin resolución.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/El-giro-kirchnerista-de-Macri

Comparte este contenido: