Tito Pineda, el músico venezolano que enseña a través de su cultura en esta escuela chilena

Venezuela – Chile / 16 de diciembre de 2018 / Autor: Lorena Tasca / Fuente: Elige Educar

Este profesor de 36 años de edad, que ha vivido entre instrumentos y partituras desde los seis y que ha sido bajista y productor de varios músicos venezolanos, está ahora aprendiendo de música chilena e intercambiando conocimiento y cultura con sus estudiantes, desde una sala en forma de hexágono.

En una sala de la escuela Francisco Varela, una imagen de John Coltrane da la bienvenida. Al fondo de un espacio con forma de hexágono y justo en el centro, está la imagen del famoso jazzista estadounidense; una en blanco y negro en la que aparece con la frente y ojos apretados, mientras toca el saxofón. Quizá una premisa de que en esa sala se viven constantes procesos de creatividad, como los que vivió Coltrane para estar a la vanguardia y pasearse entre tantos estilos de jazz… y tal como en el jazz, procesos llenos de improvisación, experimentación y libertad creativa.

En ese espacio, el encargado de que los estudiantes den rienda suelta a sus ideas, en torno a la música, es Juan Carlos Pineda, más conocido como Tito Pineda, un músico venezolano de 36 años de amplia trayectoria, nieto de Laudelino Mejías —nombre importante en la historia musical venezolana— y que en Venezuela es conocido por ser el bajista de artistas y agrupaciones tanto de jazz como de música popular, como Carota, Ñema y Taja (en el video). Un músico que ya suma tres años en Santiago de Chile, tras una larga trayectoria musical que inició a los seis años edad y que lo tienen ahora participando en varios proyectos musicales chilenos, mientras se mantiene como Miembro de la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación (Grammy Latino) y en constante creación con estudiantes de quinto básico hasta tercero medio.

 

 

“No me gusta hablar de los títulos que tengo, creo que no es tan importante como tratar de dar lo mejor de uno y eso es lo que intento hacer en la sala de clases. Me encanta dar clases, me encanta enseñar… creo que en la vida no hay que buscar la excelencia, pero sí ser excelentes todos los días”, dice este profesor oriundo de Trujillo y criado en Barquisimeto, ciudad ubicada al occidente de Venezuela y que él la describe como la “ciudad musical”.

Multiculturalidad musical

En esa búsqueda de dar lo mejor, son varios los cambios que ha planteado Tito con su llegada a la escuela en marzo de 2018. Este músico también es psicólogo y ya suma 10 años de experiencia como docente en colegios venezolanos. Lo primero que propuso es que las clases de música no se dieran en un aula tradicional. Por eso, todo pasa en este espacio circular que él mismo acomodó con la idea de que todos los estudiantes tuvieran posibilidad de moverse y verse las caras mientras estaban ahí, experimentando con las notas, con los instrumentos. “La música es dinámica, por eso la sala también tenía que serlo”, explica Tito. Bajo esa premisa, son pocas las clases en que los alumnos se sientan y miran la pequeña pizarra que está al fondo, con anotaciones de notas musicales, justo debajo de la imagen de John Coltrane.

Tito Pineda junto a sus estudiantes de segundo medio. Foto: Simón Díaz.

Lo primero que hizo con sus estudiantes, fue hacerlos elegir una canción y con esa base, desestructurarla, trabajarla, entenderla. “Es importante trabajar desde el interés de ellos y a partir de eso, aprender. Yo hago todos los arreglos y a partir de ahí aprenden los elementos de la música, la partitura, dicción de voz, todo. Yo les pregunté sobre sus intereses y en este colegio, particularmente, tienen muy buena base cultural, entonces no fue difícil filtrar canciones con letras inadecuadas”, comenta Tito.

Por eso, es regular que desde hace unas semanas, los jueves en la mañana lleguen algunos estudiantes de segundo medio y empiecen a tocar “Limón y sal”, de Julieta Venegas, pero con un ritmo más cargado de soul latino. Mientras que otros días, llegan los de sexto básico a ensayar su versión de “Tren al sur” de Los Prisioneros, a la que sumaron más instrumentos, como armónicas y variada percusión, como una caja flamenca.

Las conversaciones, las preguntas sobre cómo hacerlo mejor y si la nota era la correcta, es lo común después de de la práctica. Que se queden, intercambiando ideas, videos y otras canciones que se pueden ensayar, también es parte de la clase. “Algunas veces es difícil que se vayan de la sala”, dice entre risas el profesor. “Para mi es inspirador verlos a ellos, ver sus ganas. Ver cómo algunos no sabían tocar nada y poco a poco han descubierto sus destrezas en la música”, agrega mientras toma un cuatro, un instrumento clave en el folclore venezolano y que está siempre presente en su sala de clase.

El uso del cuatro, entre canciones de Violeta Parra, Victor Jara, Los Prisioneros, Congreso y más, es parte de la multiculturalidad por la que apuesta Tito con sus clases. “No es que me he puesto a tocar joropo aquí, pero ha sido grandioso para mi ir haciendo ciertas fusiones, ir aprendiendo sobre la música chilena, su historia (…) Yo no sabía mucho de música chilena, pero después de un concierto que tuve la oportunidad de hacer junto a Los del Maipo (una de las agrupaciones chilenas en la que toca el bajo) con Congreso, pude conocer al vocalista y aprender mucho más. Sigo aprendiendo, con los grupos musicales en los que estoy; con mis alumnos aprendo más sobre el repertorio chileno, con ellos me sumerjo más en la historia política, social. Ha sido un aprendizaje interesantísimo”, cuenta. En ese proceso de intercambio cultural, con uno de los cursos preparó la canción “Te recuerdo Amanda” de Victor Jara con un intro muy distinto, muy venezolano. “Eso para ellos fue interesante e igual para mi”.

 

 

El recuerdo tangible  

Inspirado en el entusiasmo de sus estudiantes y aprovechando que él también tiene experiencia como productor musical, con todos sus estudiantes está preparando la grabación de un álbum. La intención es grabar al menos un tema por curso. “También es una idea que surge porque cada vez que hacíamos el arreglo para un tema, lo ensayabamos, salía bien y pasábamos a otro tema y daba como pena que lo que hicimos antes quedó atrás y no se registró. La intención es apoyar y motivar a los niños, que se escuchen. Porque me imagino que en 40 años, ellos podrán escuchar ese disco y se acordarán de lo que hicieron, lo que aprendieron. La idea, además, es con el ramo de artes se haga una carátula del disco y una ilustración de cada canción. También nos planteamos que se pueda subir al sitio web de la escuela y que sea un disco que quede para toda la comunidad educativa”, explica.

Alumnos de segundo medio durante el ensayo de “Limón y sal” de Julieta Venegas. Foto: Simón Díaz.

Bajo esa misma premisa de motivarlos, en septiembre cada curso presentará un tema en un evento que realiza el colegio para mostrar a todos los que integran la comunidad educativa, parte del trabajo que hacen los estudiantes. “Es importante que muestren lo que hacen, que se sientan orgullosos de su trabajo”, dice Tito.

Así, Tito, un venezolano que antes de regresar a las salas de clase y de retomar la música como centro de su vida, pasó por varios trabajos que nada tenían que ver con su profesión. “Había que hacerlo, para nadie es un secreto que Venezuela está pasando por un momento difícil. Soy papá, soy esposo y bueno, tuve que irme de mi país para resguardar el futuro y la seguridad de ellos y la mía”, explica.

Por eso, ahora, debajo de la imagen de John Coltrane y frente a una partitura con un tema de Los Prisioneros, sonríe mientras toca el cuatro antes de que llegue otro curso. “La música para mi es todo. La música es un lenguaje universal. Una persona que sabe leer partitura, debería ser calificada como bilingüe, porque de verdad es un lenguaje, es una pasión, es disciplina, es una filosofía de vida (…) Y la música es importante en la educación, la música puede abrir muchas puertas, puede drenar emociones, puede aumentar tus capacidades matemáticas, te puede disciplinar. Al menos así me pasó a mí, yo era un niño bastante desordenado y la música me ha dado todas las herramientas, se ha convertido en mi vida y me gusta mostrarle una parte de mi pasión a los estudiantes. Me gusta poder enseñar todo lo que uno sabe, hacerlo de forma humilde y ver cómo ellos van aprendiendo”.

 

Fuente de la Noticia:

http://eligeeducar.cl/tito-pineda-musico-venezolano-ensena-traves-cultura-esta-escuela-chilena?fbclid=IwAR3jjMoYFeUyrxa3kRRdRSOUxi-Mnu5-1F-DYetSDviJ2bUWEU4_2FVpweE

ove/mahv

 

 

 

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 16 de diciembre de 2018: hora tras hora (24×24)

16 de diciembre de 2018 / Autor: Editores OVE

 

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 16 de diciembre de 2018. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

 

00:00:00 – Tito Pineda, el músico venezolano que enseña a través de su cultura en esta escuela chilena

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296699

01:00:00 – Libro: Experiencias de educación indígena en Colombia: entre prácticas pedagógicasy políticas para la educación de grupos étnicos (PDF)

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02:00:00 – Cuba ratifica ante Unesco compromiso con la educación (+Foto)

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03:00:00 – Aprendizaje basado en el fracaso. La asignatura pendiente. #innovacioneducativa (Artículo de Ángel Fidalgo)

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04:00:00 – Guatemala: El 90% de los estudiantes de 15 años no logra el nivel básico de conocimientos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296711

05:00:00 – Los 8 buscadores académicos que todo estudiante debe conocer

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296696

06:00:00 – Siete consejos de la UNESCO para favorecer la educación inclusiva de migrantes y refugiados

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296720

07:00:00 – 9 razones por las que No Cualquiera elige estudiar pedagogía (Artículo de Camila Londoño)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296758

08:00:00 – Costa Rica: Siguen los recortes a la educación superior

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296727

09:00:00 – Libro: Cómo mejorar las competencias de los docentes. Guía para la autoevaluación y el desarrollo de las competencias del profesorado (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296688

10:00:00 – Chile – Ecuador: La poesía de Mistral visitará las escuelas

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296730

11:00:00 – Fortalecer la vocación docente (Artículo de Daniela Leiva Seisdedos)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296761

12:00:00 – Canales de Youtube para maestros

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13:00:00 – 5 formas de usar Instagram en el aula

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296702

14:00:00 – Pepe Mujica insiste en que la educación es un camino para acabar con la desigualdad

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296737

15:00:00 – Una pedagogía para el aprendizaje profundo (Artículo de José Blas García Pérez)

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16:00:00 – UNESCO: Preparar a los docentes para el futuro que queremos

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17:00:00 – Libro: Educación y Comunicación. Del capitalismo informacional al capitalismo cultural (PDF)

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18:00:00 – Paraguay: Reforma educativa: Más protestas contra acuerdo con Banco Mundial

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19:00:00 – El INEE también… (Artículo de Alberto Arnaut Salgado)

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20:00:00 – Huelga en la educación primaria de Costa de Marfil

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21:00:00 – Historia De Las Organizaciones Revolucionarias En ALC Entrevista A Edgar Sánchez (2), Luis Bonilla-Molina en SoundCloud (Audio)

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22:00:00 – Ecuador: Trabajadores universitarios defienden presupuesto 2019

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23:00:00 – Embajador de Finlandia: “Antes de ser embajador fui profesor, un buen docente puede hacer milagros”

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En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

ove/mahv

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Educación musical: Ante el silencio gubernamental, carta abierta a los maestros

México / 1 de octubre de 2017 / Autor: Samuel Maynez Champion / Fuente: Proceso

  1. Pirécua Tsik Tsik Tsapiratiecha (florecita). Arreglo de Luis Sandi

2. Luis Sandi – Hoja de Albúm No. 2

3. Luis Sandi – Scherzando de la Sinfonía No .2

 

En nuestro texto anterior (Proceso 2128) abordamos un problema de extrema gravedad: el destierro de la música dentro de las aulas, argumentando con hechos concretos su papel crucial dentro de la formación del ser humano, sin embargo, no hubo desmentido ni refutación de parte del eximio Aurelio Nuño, titular de la Secretaría de Educación Pública, a quien sólo parece importarle su carrera política, en vez de hacer bien su trabajo para revertir la severa penuria educativa en la que se encuentra sumido el país.

Como era de preverse, la ausencia de diálogo nos compele a enunciar algunas aclaraciones pertinentes, amén de dirigir el soliloquio hacia los integrantes del magisterio quienes son, a fin de cuentas, las correas de trasmisión entre las directrices gubernamentales y el alumnado. Huelga decir que corresponde al maestro crear conciencia, primero dentro de sí mismo, y después hacia sus discípulos y sus familias sobre la imprescindible función formativa de las artes ‒y de la música en especial‒ para la equilibrada evolución del estudiantado. Es un inexcusable error seguir negándole al arte sonoro la preeminencia que le corresponde dentro de la curricula escolar (en otras épocas se situaba en el mismo nivel que las matemáticas, la geometría y la astronomía). Por no hablar de su penosa impartición, cual materia optativa, de la que se desprende que se recurra a música pedestre ‒con teclados electrónicos y sus deshumanizados ritmos y sonidos‒ para satisfacer la garrafal necesidad de “adornar” con tonterías ‒entiéndanse los violentos sonsonetes de nuestros perturbados jóvenes‒ el espacio acústico, so consigna de que hay que llenarse de ruido para que parezca que el ambiente está vivo.

Pero mejor cedámosle la palabra a una verdadera autoridad en estos relevantes asuntos, pues su larga trayectoria como educador la avala. Digamos, para dar un perfil somero de su estatura artística, que fue vicepresidente del Consejo Interamericano de la Música, presidente de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), columnista de El Universal, El Sol de México y El Nacional, Director de Bellas Artes, presidente de las Juventudes Musicales de México, Jefe del Departamento de Música de la SEP, miembro del Consejo Internacional de la Música de la UNESCO, maestro del Conservatorio Nacional, cantante, director de orquesta, fundador del Coro de Madrigalistas de Bellas Artes y, por supuesto, un compositor de sólida tendencia nacionalista. De su autoría son importantes partituras vinculadas al pasado indígena, junto a una ingente cantidad de transcripciones de nuestra música autóctona.[1] Tocante a su labor como maestro es de señalar que fue, nada menos, creador de los primeros métodos ‒hoy en desuso‒ de educación musical que incorporaron cantos en lenguas vernáculas y responsable de la elaboración de los primeros planes de estudio ‒para la enseñanza no profesional de la música‒ donde se incorporó el mejor repertorio coral que jamás hayan tenido nuestras primarias, secundarias y normales. La carta que reproducimos fue escrita en 1946 y a pesar de sus 7 décadas de vida sigue siendo de una atroz actualidad (va citada casi en su totalidad y con ligeras adecuaciones léxico-formales debidas al paso del tiempo).

 

A los Directores de Escuelas Normales y a los Maestros de Música

Muy estimables señores:

 

Uso este medio tan indirecto porque quiero hablar con ustedes largo y tendido, con más confianza que la que permite el documento oficial. Esta carta va además, sin envoltura, para que puedan leerla muchos a los que, a lo mejor, les interese sin yo saberlo, y sin ellos pensarlo.

Va, para comenzar, una revelación: la música es entre nosotros una miseria. Hay en el país muy pocas orquestas para la cantidad de habitantes que somos, la Ópera Nacional no tiene de nacional sino el dinero que la sostiene, no hay concertistas mexicanos de cartel internacional y hay unos cuantos compositores que ni siquiera pueden dedicarse en serio a componer.

Todos estos males tienen un origen común: no hay músicos en número y calidad satisfactorios porque no hay demanda para ellos y porque la cultura del mexicano es, en este sentido, ínfima.

¿Qué es lo que le gusta al mexicano medio? La vulgaridad, cursilería y vacuidad musicales. Tiene con relación a la música muchas supersticiones: cree que hay que saber de ella para poder gustarla, que es necesario entenderla, que es aburrida, que es innecesaria, lujo inútil de gente acomodada. Cree, en cambio, que la otra música, o la basura sonora de que se rodea, es música de verdad, buena para ser oída en toda ocasión, y paga cantidades crecidísimas a los que se la ofrecen, pero escatima para la que merece llamarse buena música.

El mexicano medio no debe preferir esta música de pacotilla a la otra hecha con todas las reglas del arte, por la misma razón por la que no debe preferir la hechicería a la medicina: porque debe gozar de los beneficios de la verdad y librarse de los males de la superstición. Con relación a la buena música, la verdad es que no se necesita ser músico para gozar de ella; no hay que “entender” a la música, ya que no va dirigida al intelecto sino a la sensibilidad, bastando sólo un par de orejas en buen estado y una mente libre de prejuicios para gustar de la buena música; misma que tampoco puede ser aburrida puesto que es de una variedad infinita.

Es necesario librar al pueblo de estas como de tantas otras supersticiones ilustrándolo con la luz del verdadero saber.

Y entramos con esto en los terrenos del maestro. Pero si el maestro puede enseñar a sus alumnos que no hace daño cortarse las uñas en viernes y que no pasa nada si se sale de casa con el pie izquierdo, no debe desconocer a quienes nos han legado el gran arte sonoro, porque en esto sería tan ignorante como sus discípulos.

Me apresuro a decir que la culpa de tal ignorancia no la tienen los maestros sino la escuela que los formó: el plan de estudios que no incluía la asignatura, el programa de la asignatura que no correspondía a su finalidad, o las enseñanzas del maestro de música que no correspondían al programa. De todo esto ha habido. Porque es opinión común que la música en las escuelas sirve para solaz vacuo o para nada; muy pocos ven su valor educativo y no le asignan un papel análogo, en la formación del futuro maestro, al de las matemáticas o al de la pedagogía.

Señores Directores, concedámosle a la música una categoría semejante a la de las otras asignaturas formativas e informativas, de la carrera de maestro. Si éste necesita saber pedagogía y psicología para poder llegar a la mente del niño, no necesita menos de la música para llegar a su sensibilidad y modelarla también formando su gusto y su juicio estético. Si el maestro necesita no tener vicios en su lenguaje para poder enseñar a hablar a sus alumnos, también necesita saber música y tener educado el gusto para iniciar a sus alumnos en el cultivo del arte sonoro.

La finalidad de la clase de música en las escuelas normales es dar cultura musical, lo más sólida posible, a los futuros maestros. Enseñarles solfeo que es la base del saber musical, historia de la música para que conozcan lo más importante que en este arte ha producido la humanidad, historia que no ha de consistir en una acumulación de datos, sino en el aprendizaje de la música de las distintas épocas y países: han de aprender canto coral con dos propósitos: ponerlos en contacto con la buena música y enseñarles los cantos que transmitirán posteriormente a sus discípulos.

Sólo después de que estas finalidades se hayan cumplido puede desempeñar la música en la escuela otras funciones. Es preciso que sea hasta haber llenado su papel de instrumento formativo, cuando la música empiece a ser fuente de sano y elevado deleite, porque sólo la buena música es la que ha de difundirse en la comunidad circundante para bien de nuestra cultura patria.

Es conveniente insistir en que sólo la buena música merece ocuparse de ella, porque es en la escuela donde suele colarse, sin tropiezos, la mala música. La educación supone siempre un esfuerzo; y el aprender a estimar la buena música también lo supone, pero no es tan grande como algunos temen, ni deja de tener compensaciones inimaginables.

Esta tarea de educar musicalmente se parece mucho a la de limpiar el idioma. En una y otra hay que hacer que los educandos puedan expresarse correctamente y que logren entender a los otros, a fin de que sean capaces de captar y valorar las excelsitudes del pensamiento humano.

Así, señores míos, no permitan que los alumnos flaqueen; no justifiquen sus faltas, no usen el tiempo señalado para la clase de música en otra actividad, piensen ustedes que la música no es fácil de asimilar y que el futuro maestro ha de aprenderla para ser un educador completo; no le pidan al maestro que enseñe a los muchachos ninguna canción de moda, ni que enseñe instrumentos “de oreja”. Pídanle, sí, que forme un coro, que enseñe algún instrumento, pero por nota, que colabore en los programas cívicos de la escuela con lo mejor del repertorio coral. No se alarmen si ven en el programa el nombre de Bach o de Mozart: no pasa nada si se cantan bien.

Les diré que mi propia experiencia me ha enseñado que los públicos sencillos gustan de las obras más exquisitas de manera extraordinaria. He recorrido el país con mi Coro de Madrigalistas y he hecho oír, por ejemplo, la distante pero maravillosa música del Renacimiento a niños de primaria, a muchachos de secundaria, a campesinos, a obreros, a indígenas, siempre con éxito.

Les ruego señores directores y maestros que hagan suyo mi propósito de desterrar de nuestras escuelas la música canallesca y el corito escolar bobo y mal hecho, y den forma a nuevas generaciones de mexicanos completos y de buen gusto.

Su respetuoso amigo

Luis Sandi

[1] Se recomienda la audición de algunas de sus obras más representativas. Audio 1: Pirécua Tsik Tsik Tsapiratiecha (florecita) Arreglo de Luis Sandi. (Coro L´Altalena Ensemble Vocal. NESTLÉ, 2003)

Audio 2: Luis Sandi – Hoja de álbum n° 2 . (Omar Hernández, viola. Mauricio Nader. Piano.QUINDECIM, 2007)

Audio 3: Luis Sandi – Scherzando de la Sinfonía n° 2. (Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México. Fernando Lozano, director. (CONACULTA, 1998)

Fuente del Artículo:

http://www.proceso.com.mx/500755/ante-silencio-gubernamental-carta-abierta-a-los-maestros

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