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Psicoanálisis: lecturas recomendadas para el verano 2021

Nada mejor que descubrir una buena lectura hacia el fin de este verano 2021. Aquí va una recomendación: el primer número de ABC La cultura del psicoanálisis (2017) tiene quince artículos repartidos entre la Presentación y las secciones Reportajes, Flashes y Diversidades, tanto este número como el segundo (sobre ambos informa esta columna), pueden leerse online o descargarse desde la página web del Colegio Estudios Analíticos. Los enlaces más adelante, en esta misma nota.

Iniciar y profundizar debates

Una serie se inicia pero también se interrumpe, se bifurca, se diluye, florece. María del Rosario Ramírez (Psicoanalista, Miembro de Colegio Estudios Analíticos, Directora de ABC), en la Presentación del primer número de ABC La cultura del psicoanálisis, abre y ordena el juego con una primera frase (o sentencia): “Freud y Lacan fueron dos hombres de una amplia cultura, cada uno en su época.” (2017:13). Dice sobre Freud: “Alteró el orden de lo que había hasta allí, subvirtiendo los prejuicios sobre el sexo, las concepciones románticas sobre el lenguaje y las nociones de inconsciente. El suyo fue un descubrimiento sin antecedentes.” (2017:13). Dice sobre Lacan: “Tales fueron las transformaciones que produjo que suscitó el interés en muchos otros campos de la cultura.” (2017:13). Y continúa respecto del psicoanalista francés “Por cierto, el desarrollo de su enseñanza fue el de una progresión geométrica, cuya incidencia llevó a la expansión del psicoanálisis en el mundo.” (2017:14). También expresa una dificultad: “(…) se ha producido una asimilación del psicoanálisis por parte de la psicología, tanto en la práctica como en la enseñanza.” (2017:14). Estos son los senderos por los que el lector o lectora podrá atreverse, siempre considerando que “La enseñanza del psicoanálisis atraviesa la historia de sus instituciones, la episteme y la praxis, forjadas en esta relación insistente a otros discursos.” (2017: 14).

Luego de la Presentación hay dos Reportajes, también a cargo de María del Rosario Ramírez, uno a Juan Pablo Lucchelli y otro a Gustavo Dessal, ambos psicoanalistas.

Aquí puede destacarse, de la intervención en lo Real que siempre supone la letra, que el primer número de ABC, presenta como nudo central una serie de textos que resultan de investigaciones sobre Shakespeare, las cuales despliegan algunas cuestiones: la política, la educación de los analistas. Sobre algunos puntos en contacto con estas ideas escriben: Germán García, María del Rosario Ramírez, Laura Bosco, Silvia Conía, Marcela Varela, Nora Caputo y Mirtha Benítez, eso en la sección Flashes.

En la sección Diversidades escriben: Leonor Curti, Nora Caputo y Sergio Nervi, allí discurren notas y comentarios sobre Hannah Arendt, Rosa Falcone y Diego Peller.

Click para leer o descargar la Revista ABC La cultura del psicoanálisis Número 1

S1-S2

En el segundo número de ABC, luego de la Presentación a cargo de María del Rosario Ramírez, se incluye una traducción al castellano de “Lo Real”, tal el título de la cuarta parte de Le Bovarysme (1902) de Jules de Gaultier (la primera traducción en nuestro idioma de este apartado). Gaultier fue referenciado por Lacan en sus Escritos (Acerca de la causalidad psíquica, texto de 1946) y en algunas clases de su Seminario. A continuación de ese texto fundamental, María del Rosario Ramírez junto a Gaultier, Flaubert y Rancière (o con su complicidad), traza vías para la reflexión sobre El Bovarismo en los personajes de Flaubert (la Primera parte del mismo estudio de Gaultier). “Hombres y mujeres disponen de un poder: el hombre se concibe a sí mismo como otro que no es. Tara, facultad esencial, ponen en circulación el bovarismo: un singular poder de metamorfosis.” (Ramírez, 2018: 46-47).

María del Rosario Ramírez (Psicoanalista)

“Si bien se conciben a sí mismos como otros que no son, los personajes de Flaubert están marcados por una impotencia que les impide igualarse al modelo que proponen… ¡Y tampoco admiten esa impotencia!” (2018:48). En este segundo número de ABC cuyo subtítulo es: El fin del bovarismo. La transformación de las mujeres en Argentina, se incluyen nuevos autores/as y se repiten otros/as. Completan la sección Flashes textos de Germán García, Silvia Conía, Ana Santillán y Gabriel Levy. Varios textos orbitan alrededor del bovarismo y ofrecen sobre el concepto diversas perspectivas. El conjunto cristaliza algunas advertencias sobre el bovarismo en psicoanálisis, al tiempo que profundiza los interrogantes sobre la formación de los analistas.

La sección Diversidades presenta textos de: Luciano Ducatelli, Mirtha Benítez, Verónica Knavs y Marcela Varela. Luego, Sebastián Bartel y Laura Bosco escriben en la sección Reseñas sobre libros de Germán García (Oscar Masotta y el psicoanálisis castellano) y Marcelo Izaguirre (Jacques Lacan: El anclaje de su enseñanza en la Argentina). También aparece una recomendación editorial: Informes para el psicoanálisis: una salida, de Germán García.

¿Por qué detenerse a leer la Revista ABC? Para aquellos que sin ser analistas se interesan por el psicoanálisis y para la formación de analistas, es más que interesante encontrar una política editorial que renueva el compromiso con la teoría al tiempo que interpela al campo de lo instituido. El psicoanálisis se repite, y en alguna medida se ve acorralado por otros discursos ¿cómo sobrevivirá? Quizás para sobrevivir deba retomar aquel gesto de incorporarse a la cultura de su tiempo, escucharla, criticarla, analizarla, ¿decir algo?

Clic para leer o descargar la Revista ABC La cultura del psicoanálisis Número 2

PD1

Al cuidado de la edición de ABC está Ana Santillán. El tercer número de la revista (2019), fue dedicado a la memoria de Germán García (asesor de ABC 2017-2018). En agosto de 2020 se publicó el cuarto número de ABC La cultura del psicoanálisis, con el subtítulo: Sexualidad: derivas y debates. Desde el año pasado la revista fue inscripta en Latindex, lo que sin lugar a dudas le suma prestigio. Todos los números de ABC se consiguen en formato papel en las más importantes librerías de Rosario, Buenos Aires, Córdoba, Tucumán y otras localidades. También pueden adquirirse por medios electrónicos.

El año pasado, año del inicio de la pandemia, fruto de la política editorial de Colegio Estudios Analíticos, a través de Ediciones RSI, fue publicado también Homenaje a Oscar Masotta, Versión Facsimilar (2020), un texto sobre el cual aquí no podemos más que sugerir al lector interesado en el psicoanálisis que, parafraseando a Freud, lo adquiera para poseerlo.

En febrero de 2021 Colegio Estudios Analíticos presenta un curso (vía Zoom) sobre Lacan y la psicología a cargo de algunos Miembros de la institución.

 

PD2 La Revista ABC en Rosario

Por la iniciativa de Miembros de Colegio Estudios Analíticos y bajo supervisión de María del Rosario Ramírez en 2019, tuvieron lugar en nuestra ciudad dos Lecturas de la Revista ABC. El 1ro de Noviembre de 2019 Julieta Morandi, Paola Valli, Florencia Fambrini y Fernando Gómez, leyeron fragmentos del Número 2 en la Biblioteca Argentina Dr. Juan Álvarez y el día 15to del mismo mes se leyeron fragmentos del tercer número en Oui Bar, participaron Paola Valli, Sol Páez Sosa y Fernando Gómez.

*Psicoanalista, Miembro de Colegio Estudios Analíticos

Fuente: https://redaccionrosario.com/2021/01/22/psicoanalisis-lecturas-recomendadas-para-el-verano-2021/

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Masculinidad y violencia

Por: Miguel Lorente Acosta

Sobre propuesta formativa y sensibilizadora hacia los hombres sobre masculinidad y violencia


El 95% de los homicidios del planeta son cometidos por hombres (ONU, 2013), el 93’2% de las personas en prisión son hombres (WPL, Universidad de Londres, 2018), el 75% de los suicidios son llevados a cabo por hombres (600.000 cada año)… Son ejemplos que reflejan una realidad objetiva que indica que “la violencia es cosa de hombres”.

Sin embargo, a pesar de esa evidencia, la respuesta de una sociedad androcéntrica ha ido dirigida a desviar la mirada de la realidad para ocultar ese protagonismo de los hombres en la violencia. Y lo ha hecho con dos argumentos contrapuestos, por un lado, afirmar que la violencia es multicausal, y por otro, reduciendo la violencia al peso de la biología bajo la influencia de la testosterona.

Y resulta llamativo, porque cuando se habla del protagonismo de los hombres en la creación literaria o en las grandes obras de arte, nadie dice que la creatividad, escribir o pintar son conductas multicausales. Todo lo contrario, se entiende que la amplia y variada “condición masculina” da para eso y para mucho más, y se rechaza que haya habido un sesgo en la crítica literaria, ni discriminación alguna de las mujeres para que no aparezcan en los grandes museos y catálogos. Todo obedece, según se dice, a esa mayor capacidad masculina.

Con ese tipo de argumentos y razonamientos lo que pretende el machismo es hacer desaparecer la voluntad de los hombres en el uso de la violencia, y en la creación de las circunstancias adecuadas para su utilización. De ese modo, dejan a los hombres como si fueran hojas flotando en el vendaval de los acontecimientos, para que luego se posen en la violencia como consecuencia de los elementos de esa multicausalidad, no de su voluntad. Sería como decir que la decisión de una persona al acudir a un restaurante con una estrella Michelin y pedir su plato favorito, en lugar de ser producto de la voluntad y decisión de quien lo hace, es la consecuencia del proceso de deglución, digestión, absorción y metabolismo. Nadie niega que todos esos procesos intervengan cuando alguien ingiere alimentos, sea en un restaurante de lujo o en uno de comida rápida, pero la decisión de ir a uno u otro lugar y pedir un plato u otro, depende de la voluntad.

Con la violencia que ejercen y protagonizan los hombres se actúa de modo similar; por una parte, se fragmenta entre los diferentes elementos que intervienen en la conducta (biológicos, psicológicos, ambientales…) y por otra, se esconde entre los procesos que forman parte de la neurofisiología o del contexto, para que desaparezca voluntad y todo quede como una especie de determinismo en algunos hombres, o como consecuencia de un escenario que esconde la intencionalidad.

Pero los datos son claros y la realidad muy nítida: los hombres protagonizan la violencia en cualquiera de sus formas y a lo largo y ancho de todo el planeta, y la ejercen contra otros hombres y contra las mujeres. El análisis debe partir de este hecho objetivo para avanzar en el estudio del resto de elementos que influyen en una conducta multicausal, como es la violencia, no perderse en las circunstancias teóricas.

La Universidad de Granada inicia un MOOC (Massive Open Online Course) gratuito, donde se analiza esta realidad de la violencia y el protagonismo de los hombres, y lo hace integrando las teorías biologicistas sobre la violencia en sus diferentes planos (genético, humoral, neurológico, psicológico, psiquiátrico…), y las teorías ambientalistas centradas en los elementos sociales y culturales que influyen en los contextos donde se desenvuelven las personas que recurren a la violencia.

Pero también se analiza la violencia como conducta, no sólo como resultado, y todos los elementos que le dan sentido como parte de una decisión elaborada desde una posición determinada y dirigida a lograr unos objetivos concretos, no como una especie de pérdida de control o accidente, como con tanta frecuencia se presenta.

En este sentido, el concepto de “violencia racional” desarrollado por Maxim y Whitehead, refleja esa construcción voluntaria e interesada de las conductas violentas, las cuales pueden verse facilitadas por diferentes factores y elementos de cualquiera de los dos grandes grupos comentados, el biologicista y el ambientalista. En el curso también se analiza esa instrumentalidad y “utilidad” de la violencia, y cómo su resultado encaja en un sistema social que integra los “beneficios de la violencia” en los propios circuitos de la sociedad. No hay una economía, ni un mercado, ni unas finanzas propias para canalizar las grandes sumas de dinero que se obtienen a través de la violencia criminal, todo se integra en mismo sistema androcéntrico liderado por hombres a nivel formal, y en el que son principalmente hombres quienes entienden que la violencia es un recurso válido para resolver problemas y conflictos, y con ello obtener beneficios de diferente tipo.

Esa congruencia entre el modelo de sociedad androcéntrico y la conducta individual de los hombres que recurren a la violencia para obtener beneficios y solucionar sus problemas, está relacionada con las referencias que establece la cultura para organizar la convivencia y articular las relaciones dentro de ella, así como con la definición de una identidad masculina en la que violencia se presenta como un recurso que refuerza la idea de hombre y virilidad.

En este sentido, el MOOC incide en esa construcción de la identidad masculina, y cómo esa doble referencia, violencia e identidad, es la responsable de una forma específica de violencia, como es la que se dirige contra las mujeres y las niñas a través de múltiples expresiones.

El curso finaliza con un estudio sobre los elementos capaces de cambiar esta realidad a través de la transformación de la masculinidad, es decir, de esa idea de hombre que ve en la violencia una opción válida para resolver los problemas y, al mismo tiempo, sentirse más hombre, tanto por la sensación personal como la percepción de reconocimiento por el resto de las personas, especialmente otros hombres, que forman parte de la misma sociedad y cultura. La transformación debe ser cultural, pero han de hacerla las personas que forman parte de la sociedad, de ahí la importancia del posicionamiento individual.

El MOOC ha sido muy bien acogido a nivel nacional e internacional, y en el momento de escribir este artículo ya se habían matriculado más de 3400 personas.

Fuente e imagen tomadas de: https://rebelion.org/masculinidad-y-violencia/

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Hombres, menores y abuso sexual

Por: Tahira Vargas García

El Sr. Montero “se llevó” a la adolescente con 14 años de su hogar, acto de abuso sexual de un adulto (27 años) contra una menor según establece el Código del menor.

El reciente caso de Yacaira Amarante Rodríguez de 19 años ha consternado a la sociedad dominicana. La joven se encuentra en estado de gravedad por las heridas y quemaduras causadas tras el arrojo de Acido del Diablo de dos individuos pagados por su ex pareja Willy Antonio Javier Montero con 33 años.

El Sr. Montero “se llevó” a la adolescente con 14 años de su hogar, acto de abuso sexual de un adulto (27 años) contra una menor según establece el Código del menor.

La promoción de las “menores” como atractivas para hombres adultos en su “conquista” está normalizado en nuestra sociedad. Los hombres tienen permiso para abusar sexualmente de una niña -adolescente desde la expresión “se la llevó”.

El hecho descrito muestra patrones culturales presentes en nuestra sociedad que afectan notablemente a las niñas y adolescentes quienes sufren acoso, abuso sexual y violencia de genero continuamente.

La promoción de las “menores” como atractivas para hombres adultos en su “conquista” que en realidad es acoso y abuso sexual está totalmente normalizado en nuestra sociedad y tienen  los hombres  permiso para llevarse a una adolescente cuando ya han abusado sexualmente de ella por su familia.

Detrás de esta trama cultural tenemos a hombres y adolescentes de sexo masculino que acosan y agreden sexualmente a las niñas y adolescentes sin identificar en esas acciones violencia ni violaciones de derechos

Las familias no identifican las relaciones sexuales entre hombres adultos y niñas-adolescentes como acoso sexual ni abuso. Por el contrario, culpabilizan a las niñas y adolescentes de tener relaciones sexuales con estos hombres y por tanto favorecen el que ellos “se las lleven” para salvar “su honor”. Se habla de salvar su honor porque han perdido su virginidad (entendido como honor en nuestra cultura por las raíces religiosas) y deben casarse para legitimar socialmente su estatus pues pasan de ser “señoritas” (vírgenes) a “mujeres” aun cuando son menores de edad.

La entrega de niñas y adolescentes por sus familias a hombres adultos es parte de la legitimación de las uniones tempranas que también están legalizadas. Actualmente existe  una propuesta legal de prohibir y sancionar el matrimonio infantil ( que es el caso de Yacaira) para evitar que muchas niñas y adolescentes sigan siendo víctimas de círculos de abuso sexual y violencia de género.

La erradicación de estas prácticas de abuso sexual, uniones tempranas y violencia de género contra niñas y adolescentes debe ser una prioridad en las políticas sociales y culturales en el país. Se necesita sensibilizar a la población en general sobre los derechos de la niñez y adolescencia, empoderar a la población infantil y adolescente sobre sus derechos sexuales y reproductivos y generar cambios en la masculinidad violenta existente en la población masculina que legitima y se hace cómplice del abuso sexual y la violencia de género.

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/opinion/hombres-menores-y-abuso-sexual-8868151.html
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“Estoy fallando como investigadora y madre”: la COVID-19 amplía la brecha de género en ciencia

Por: Cristina Sáez

El confinamiento ha puesto al límite a las personas a cargo de niños y familiares dependientes, y las mujeres se llevan la peor parte. También las científicas. Los primeros estudios señalan que ellas están publicando menos y arrancando menos proyectos nuevos que sus colegas hombres.

Hay señales tempranas de que las mujeres científicas, al estar dedicando más tiempo a cuidar y a la educación de los hijos en casa, están publicando menos. / Adobe Stock

“Cuando acabe esto los investigadores sin hijos tendrán escritos dos artículos o un capítulo de libro. Los padres, nuestro nombre con macarrones de colores”, se lamentaba en Twitter el profesor de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Pau Alsina, director de la revista sobre arte, ciencia y tecnología Artnodes.

La crisis del coronavirus está impactando en la vida diaria de millones de personas que cada día deben conjugar teletrabajo, productividad y eficiencia con cuidado de personas dependientes, de niños y escuela en casa; además, a eso hay que sumar tareas domésticas y un extra de cocina, lo que repercute en niveles elevados de cansancio, ansiedad y estrés.

Además de poner sobre la mesa el (poco) valor que se otorga a los cuidados en la sociedad, la situación está exacerbando la desigualdad de género en toda Europa, alertan algunos estudios preliminares

Esa situación, además de poner sobre la mesa el (poco) valor que se otorga a los cuidados en la sociedad, está exacerbando la desigualdad de género en toda Europa, alertan algunos estudios preliminares. Porque, aunque las consecuencias económicas y sociales de la pandemia son peores para aquellos que cuidan, tanto hombres como mujeres, son ellas las que se llevan la peor parte. Y eso está reforzando la brecha de género en todos los ámbitos, también en el de la ciencia y la investigación.

“Mi marido tiene un trabajo totalmente inflexible y se encierra en el despacho de 9 a 6, casi todo el tiempo con teleconferencias. Yo tengo el ordenador en la cocina y tres hijos pequeños que me interrumpen cada cinco minutos porque no entienden alguna cosa de los deberes, tienen hambre o quieren que juegue con ellos. Es imposible concentrarse así para escribir un artículo”, explica a SINC Roni Wright, investigadora posdoc en el laboratorio que dirige Miguel Beato en el Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona. “Estoy exhausta y me siento desesperada porque estoy fallando como científica y como madre”.

No son casos anecdóticos

El caso de esta investigadora no es aislado. En las redes sociales numerosas académicas, con más o menos humor, están denunciando que esta situación de crisis, con hijos pequeños en casa, está impactando en su investigación, algo que también han observado editores de algunas revistas científicas, que advierten que los envíos de estudios por parte de mujeres se han desplomado, mientras que los de hombres aumentan.

Aunque la mayoría de las revistas no piden a los autores de los trabajos ni a los revisores que identifiquen su género —según han alegado NatureSciencePlosOne y The Lancet a SINC—, recientemente un metaanálisis sobre artículos relacionados con COVID en PubMed mostraba que hay un desequilibrio entre la cantidad de estudios publicados por ambos sexos.

En este sentido, la editorial holandesa Elsevier ha anunciado que emprende un ambicioso análisis para saber el impacto real que el confinamiento está teniendo sobre la tasa de envíos de manuscritos y la actividad de revisión por parte de académicas en todas sus publicaciones.

La editorial holandesa Elsevier ha anunciado que emprende un ambicioso análisis para saber el impacto real que el confinamiento está teniendo sobre la actividad de las académicas en todas sus publicaciones

“Hay señales tempranas de que las mujeres, al estar dedicando más tiempo a cuidar y a la educación de los hijos en casa, están publicando menos, lo que a largo plazo impactará en el desarrollo de su carrera, puesto que la publicación de artículos es la clave para obtener financiación y promoción en la mayoría de ámbitos”, señala la investigadora Bahar Mehmani, que junto a otros tres miembros de PEERE, entre ellos Francisco Grimaldo, de la Universidad de Valencia, llevará a cabo esta empresa.

“Las revistas científicas deberían apoyar ciencia que progresa y eso no ocurrirá a plena capacidad sin introducir diversidad e inclusión”, subraya Mehmani, que explica que el proyecto de Elsevier persigue, por un lado, ayudar a concienciar a la comunidad académica y a los editores sobre esta cuestión; y por otro, empujar a las instituciones académicas, entidades financiadoras y legisladores a considerar este periodo excepcional en sus decisiones.

A falta de conocer los resultados de este proyecto holandés, los primeros análisis realizados muestran que ellas están publicando menos preprints y arrancando menos nuevos proyectos de investigación que ellos.

Menos artículos, menos dinero y oportunidades

La ecóloga de la Universidad de Toronto Megan Frederickson fue una de las primeras en dar la voz de alarma. Revisó los repositorios arXiv y bioRxiv y comparó los nombres de los autores de 36.529 estudios con la base de datos de la seguridad social de los EE UU, que registra nombre y género. Analizó el periodo comprendido entre el 15 de marzo y el 15 de abril de 2019 y 2020, y vio que el número de mujeres autoras había crecido un 2,7 %, en comparación con el 6,4 % de hombres.

Otro estudio posterior halló una tendencia similar: había un decrecimiento en la proporción de envíos de investigadoras autoras y la diferencia era más acusada cuando se trataba de primeras autoras, que suelen ser jóvenes que están empezando su carrera.

“La manera de evaluar a un científico es qué pública y dónde. Eso tiene un impacto enorme a la hora de que le concedan una beca o le den una promoción, o se coloque en el ranquin de investigadores punteros”, remarca Isabelle Vernos

“La brecha de género es muy importante en toda la carrera investigadora, pero sobre todo en las primeras fases en que tienes que despegar, que coincide con cuando tienes niños pequeños”, apunta a SINC Elisa López Álvarez, con dos niños de uno y tres años,  investigadora de ISGlobal que acaba de volver de Sudáfrica de realizar un posdoc en el Centro Desmond Tutu. “Trabajar con ellos en casa es muy difícil y es posible que en seis o siete meses no logre publicar lo que se espera, lo que hará que no obtenga financiación y no consiga mantener el track científico”, se lamenta.

“La manera de evaluar a un científico es qué pública y dónde lo publica. Eso tiene un impacto enorme a la hora de que le concedan una beca o le den una promoción, o se coloque en el ranquin de investigadores punteros”, remarca a SINC Isabelle Vernos, investigadora Icrea en el CRG, quien hasta hace poco presidía el grupo de trabajo de género en el Consejo Europeo de Investigación.

Un estudio más exhaustivo realizado por investigadores canadienses y estadounidenses analizó 307.459 preprints y proyectos enviados por más de 1,3 millones de autores, lograron asignar género al 92 % y comprobaron que durante los meses de marzo y abril menos mujeres habían enviado trabajos a esos servidores en comparación con los dos meses precedentes y ese mismo periodo en 2019.

En fase de supervivencia

Estos resultados se hacen eco de las conclusiones de otros informes que alertan que no solo las mujeres están publicando hasta un 20% menos sino que, además, están participando menos que los hombres en proyectos relacionados con la COVID.

“Mis compañeros están empezando investigaciones nuevas relacionadas con coronavirus. Yo no puedo, estoy en fase de supervivencia, y temo que esto afecte a mi carrera porque estoy dejando pasar oportunidades”, comenta, preocupada, Cristina Villanueva, investigadora asociada del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), que compagina el cuidado de sus hijas, de tres y siete años, con su marido.

“En los próximos meses tendremos un montón de artículos firmados por hombres y no por mujeres. Cuando compitan por financiación, por una promoción, habrá diferencia. Las investigadoras están perdiendo competitividad”, señala Staniscuaski

Que cuidar y criar pasa factura a los investigadores y sobre todo a las académicas no es nuevo. Fernanda Staniscuaski, investigadora de la Universidad Federal de Río Grande del Sur (Brasil), impulsó en 2017 un movimiento mundial, Parent in Science (paternidad en ciencia), precisamente para alertar sobre ello.

Un artículo en PNAS reciente mostraba que ambos padres se ven impactados, por supuesto, por la llegada de un hijo, pero en la academia casi el 50 % de las mujeres abandonan sus posiciones STEM tras ser madres, un porcentaje que en el caso de los hombres es del 23 %. Los hombres sufren un impacto, sí, pero no es comparable al de las mujeres”, afirma.

Medidas correctivas

Recientemente, Staniscuaski junto a otras investigadoras alertaba en una carta en Science de la situación de desventaja de las investigadoras durante esta crisis y reclamaba que se tomaran medidas para paliarla. “En los próximos meses tendremos un montón de artículos firmados por hombres y no por mujeres. Cuando esos investigadores compitan por becas, por financiación, por una promoción, habrá diferencia. Las investigadoras están perdiendo competitividad”, señala a SINC.

“La comunidad científica, las agencias financiadoras, tienen que pensar con carácter urgente formas de mitigar ese impacto”, reclama Christian Rutz, catedrático de la Universidad de Saint Andrews (Escocia) y editor sénior de la revista eLife.

“¿Cómo estimar cuántos artículos científicos no ha escrito un padre o una madre durante el confinamiento? ¿Es igual tener uno o dos hijos?”, cuestiona Rutz

“Se deberían permitir permisos por esta falta de oportunidades durante la pandemia en solicitudes de financiación, promoción, premios. Aunque soy consciente de que implementar esas medidas correctivas puede ser increíblemente difícil porque la productividad de los investigadores en condiciones ideales varía de forma natural. ¿Cómo estimar cuántos artículos científicos no ha escrito un padre o una madre durante el confinamiento? ¿Es igual tener uno o dos hijos?”, cuestiona Rutz.

Para Tània Verge, directora de la Unidad de Igualdad de Género de la Universitat Pompeu Fabra, “aunque aún es pronto y hace falta tener más datos para evaluar la situación y poder aplicar ponderaciones, una opción es hacer constar en los currículums la situación familiar, para que sea un indicativo de la productividad y que se tenga en cuenta en las evaluaciones. Los colegios no abrirán como mínimo hasta septiembre, lo que supondrá más de seis meses de parón, un tiempo suficientemente largo como para que tenga efectos importantes”.

Los centros de investigación y las agencias financiadoras también, reclaman los expertos, deberían ser muy flexibles a la hora de conceder extensiones para los proyectos. Habría que negociar los resultados que se esperan de las becas. Y revistas y congresos deberían implementar políticas activas correctivas, para que no haya colectivos infrarrepresentados.

Una acción en favor de la igualdad sería que científicos top explicaran que solo trabajan cinco horas al día porque “están cuidando a sus hijos, en lugar de limitarse a hacer declaraciones reconociendo que las mujeres están en desventaja”, dice Oertelt-Prigione

Porque al final, que las mujeres tengan menos presencia en ciencia no es un problema que les afecte solo a ellas. “Todos los actores del ámbito de la investigación y la ciencia deberían plantearse esta cuestión, porque si solo tenemos un tipo de científicos y un tipo de investigación, corremos el peligro de dejar de lado dimensiones esenciales de la sociedad, posiblemente las más vulnerables”, reflexiona Sabine Oertelt-Prigione, catedrática de género en medicina de la Universidad holandesa de Radboud.

Para esta investigadora, una manera eficiente de romper una lanza en favor de la igualdad y de poner en valor los cuidados sería que también científicos top hicieran público que solo trabajan cinco horas al día porque “el resto del tiempo están cuidando a sus hijos, porque sus parejas trabajan y su carrera es tan importante como la suya, en lugar de limitarse a hacer declaraciones reconociendo que las mujeres están en desventaja”, señala.

“Eso nos reduce a ‘pobres mujeres científicas’. Y yo no soy una pobre mujer científica. El sistema nos empuja a ciertos roles”, concluye.

Fuente e Imagen: https://www.agenciasinc.es/Reportajes/Estoy-fallando-como-investigadora-y-madre-la-COVID-19-amplia-la-brecha-de-genero-en-ciencia

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Pandemia académica: la cuarentena acentúa la desigualdad de género en la academia

Por: Sofía García-Bullé

La cuarentena ha puesto en evidencia el “muro materno” que bloquea el avance de las mujeres en la academia.

Conforme el periodo de cuarentena avanza, un fenómeno social regresivo sucede en los hogares de profesionistas que son madres. El desbalance de género se ha vuelto patente en las dinámicas de parejas con hijos que ahora se encuentran trabajando desde casa, con las mujeres compensando por el tiempo y las tareas que implican el cuidado del hogar y los hijos. Como consecuencia, los trabajos académicos escritos por mujeres se han reducido considerablemente. La realidad epistémica durante la pandemia está siendo escrita en su mayoría por hombres. ¿Cómo se explica que esto suceda en pleno siglo XXI?

Esta dinámica desbalanceada puede deberse a un viejo hábito que aún forma parte la socialización con base en el género. De acuerdo a los principios relacionados con las labores, el trabajo pagado o profesional, por definición, vale más que las labores del hogar, el primero puede ser monetizado y tiene un valor económico claro, el otro carece de una tabulación que le asigne un valor económico medible, sin embargo, sus resultados pueden tener más alcance y significación que un trabajo de oficina.

Tradicionalmente, el trabajo para el sustento de una familia se ha asignado a los hombres, aunque hoy en día la fuerza de trabajo se comprende de una presencia femenina competitiva, es común ver a los hombres como el sostén económico del hogar. Esto afecta seriamente la capacidad de las profesionistas para trabajar las mismas horas, dado que, a diferencia de sus equivalentes masculinos, se espera que asuman el rol principal en las tareas del cuidado del hogar y de los hijos.

La merma de género en la academia

A mediados del mes de abril, la doctora Elizabeth Hannon, Directora Asistente en The British Journal for the Philosophy of Science, comentó públicamente en Twitter sobre una dramática disminución en la presencia de artículos enviados por académicas mujeres. “Insignificante el número de propuestas para el diario por parte de mujeres durante el mes pasado. Nunca había visto nada así”.

El breve comentario de Hannon fue seguido por una avalancha de reconocimiento y empatía de una gran cantidad de académicas para las que el aislamiento ha sido una experiencia muy distinta a las de sus parejas y colegas masculinos. Las breves crónicas fueron muy variadas pero todas coincidían en una sola cosa: No hay tiempo de escribir cuando los cuidados de la casa y de los niños no son una responsabilidad compartida y se espera más de ellas que de ellos.

Hannon no es la única editora de revistas académicas que ha notado este paradigma, David Samuels, co-editor del journal Comparative Political Studies, respondió al hilo de discusión que abrió su colega en Twitter con sus propios datos. Samuels declaró que las propuestas por parte de mujeres a su revista alcanzaron el mismo número que en abril del año pasado, mientras que las de los hombres aumentaron en un 50 por ciento.

“Publish or perish”: productividad en la academia

Alessandra Minello, estadística y demógrafa social de la Universidad de Florencia, Italia, escribió un artículo sobre lo que la cuarentena revelará sobre el «muro materno» que bloquea el avance de las mujeres en la academia, un sector que ya está mostrando señales de advertencia y serias fallas ante la constante presión que tienen académicos y académicas por publicar. Para mantenerse relevantes, los académicos deben presentar un ritmo constante de publicaciones, la presión de ser constantemente productivo no toma en cuenta las circunstancias especiales que genera una cuarentena, y menos la acentuación de brecha de género que provoca.

Sam Giles@GilesPalaeoLab

The next person who tweets about how productive Isaac Newton was while working from home gets my three year old posted to them.

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Estando en casa, se asume que los académicos tendrán “más tiempo” para trabajar en sus artículos. Esta suposición no podría estar más errada, más aún para las académicas, que más que tiempo libre, tienen más trabajo. Sam Giles, paleobióloga de peces fósiles, advirtió en Twitter: “La siguiente persona que tuiteé acerca de cuán productivo era Isaac Newton mientras trabajaba desde su casa, recibirá a mi hijo de tres años».

Comentarios breves como estos pueden parecer instancias de catarsis graciosas por parte de académicas que solo están pasando un mal día, como sabemos, Twitter está lleno de este tipo de contenidos, pero de la misma forma, mensajes como este son la punta del iceberg de una problemática más compleja que afecta desde la salud mental de quienes producen el conocimiento hasta la cantidad y calidad del contenido producido.

Mary-Ann Stephenson, directora de Women’s Budget Group ejemplifica claramente el desbalance de género entre académicos durante el aislamiento. “En la mayoría de los casos, las mujeres realizan la vasta mayoría de las tareas de cuidados de niños pequeños y de la educación en casa… los hombres pueden encerrarse en un estudio, mientras que las mujeres trabajan en la mesa de la cocina o los comedores, al tiempo que tratan de educar en casa”.

Por su parte, Minello señala que desde que la universidad donde trabaja cerró por las medidas de contingencia ante el COVID-19, “ha visto más amaneceres que nunca antes en su vida. Ahora, debo trabajar antes del amanecer”. Esto se debe a que Minello tiene un hijo de dos años y para poder hacer su trabajo, ella necesita silencio y concentración. Las horas de madrugada, mientras su hijo duerme, son el único momento en que ella puede trabajar. Y esto es solo para la carga de clases que imparte en la universidad. Ahora, Minello señala que cuenta con menos tiempo para escribir artículos científicos. “En lugar de trabajar, mis colegas y yo tenemos un único objetivo que es superar el día a día”.

El trabajo dividido en cifras

La raíz de esta falta de artículos académicos escritos por mujeres en publicaciones académicas y la productividad en general de las mujeres en otros rubros laborales, se encuentra en una distribución desbalanceada de las horas de trabajo en casa y el cuidado de menores de edad cuando se trata de una familia con hijos.

¿Cuántas horas creen los hombres que pasan realizando tareas domésticas en comparación con las mujeres? Una encuesta realizada por Morning Consult para The New York Times sobre trabajo doméstico y educación en el hogar durante la cuarentena, reveló que la mitad de los padres varones con hijos menores de doce años encuestados dicen que hacen la mayor parte del trabajo de enseñanza en casa, solo 3 % de las mujeres estuvieron de acuerdo.

En promedio, las mujeres pasan de media hora a una hora completa al día más que los hombres en tareas del cuidado del hogar y de los hijos, de acuerdo al investigador Theun Pieter van Tienoven y una encuesta realizada por el grupo de investigación TOR. En una situación como la que vivimos hoy en día, en la que debemos permanecer en casa, en una familia, un hombre tendrá más tiempo libre, ya que se concentrará prioritariamente en el trabajo de oficina; mientras que la mujer verá su horario extendido al tratar de balancear su trabajo con las necesidades del hogar y los hijos. Sostiene van Tienoven.

Esta distribución es puramente social, no sirve a fines económicos ni de desarrollo global, es simplemente un recordatorio de la valorización, o más bien la desvalorización, que damos a las tareas de cuidado, crianza y mantenimiento del hogar, así como a las personas que tradicionalmente toman ese rol: las mujeres. Independientemente de si trabajan o no.

Claire Cain Miller, corresponsal en The New York Times, concluye en tan solo dos líneas la explicación de este patrón regresivo que bien podría ser un comportamiento social en estado latente que había esperado a una situación como la de la pandemia para manifestarse: “La razón por la que las mujeres hacen más trabajo no pagado durante el periodo de aislamiento es simple, siempre lo hacen”.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/academicas-pandemia-covid19

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España: Mujeres en la educación: aspectos en los que superan a los hombres

Europa/España/08-03-2020/Autor(a) y Fuente: www.educaweb.com

Las chicas obtienen mejores resultados académicos y presentan menor abandono escolar temprano que los chicos, según los informes Las cifras de la educación en España. Curso 2017-2018 e Igualdad en Cifras 2020, publicados por el Ministerio de Educación y Formación Profesional

Si bien la presencia masculina es mayor que la femenina en casi todas las etapas educativas, las mujeres destacan frente a los hombres en diversos ámbitos relacionados con la educación, especialmente en los resultados académicos. Así se desprende del anuario estadístico Las cifras de la educación en España. Curso 2017-2018 y del informe Igualdad en Cifras 2020, publicados por el Ministerio de Educación y Formación Profesional recientemente.

El informe muestra los aspectos más significativos de la educación en el país y proporciona información sobre aquellos puntos en los que las mujeres superaban a los hombres en ese curso escolar. Descúbrelos a continuación…

Los puntos fuertes de las mujeres en la educación

1. Las mujeres repiten curso en menor medida que los hombres

 Ya desde Educación Primaria las alumnas presentan mejores resultados académicos que los alumnos. Esto se comprueba al analizar los porcentajes de alumnado repetidor de Educación Primaria: los niños registran una tasa de entre el 2,2 % y el 3,2 %, dependiendo del curso; en tanto que en las niñas este porcentaje oscila entre el 1,6 % y el 2,4 %.

En la Educación Secundaria Obligatoria se repite esta dinámica: el porcentaje de alumnado masculino que repite curso siempre es mayor que el de las mujeres. Por ejemplo, en 4º de la ESO, la tasa de repetición es del 8,3 % entre los chicos, mientras que ellas registran un 5,3 %. En Bachillerato sucede lo mismo: el porcentaje de mujeres que debe volver a estudiar el segundo curso es del 9,4 %, frente al 12,9 % de los hombres.

Porcentaje de alumnado que repite curso. Curso 2017-2018

Imagen: Ministerio de Educación y Formación Profesional

2. Más chicas se titulan en las diferentes etapas educativas que chicos

 Si bien existe mayor presencia masculina en las diferentes etapas educativas obligatorias, más mujeres que hombres logran titularse. Prueba de ello es que la tasa bruta de graduados de la ESO es del 83,2 % para las mujeres frente al 72,7 % para los hombres.

Lo mismo sucede en el Bachillerato, donde el 63,4 % quienes obtuvieron el título eran chicas en el curso 2017-2018, mientras que solo el 48,8 % eran chicos.

3. Más alumnas que alumnos terminan la ESO con 15 años

 Si bien el porcentaje de estudiantes que se gradúa de la ESO con 15 años es en general del 68,6 %, entre las mujeres esta cifra es mayor: del 73 %, frente al 64,3 % de los hombres. Esto significa que ellas repiten menos todos los cursos de Secundaria que ellos, lo que conlleva a que logren titularse a la edad recomendada para hacerlo.

4. En el acceso a la universidad, ellas superan a los chicos

 Las mujeres también superan a los hombres a la hora de acceder a la universidad. La tasa bruta de población que ha aprobado la selectividad en España para el curso 2017-2018, era del 60,2 % en el caso de las mujeres, frente al 42,3 % de los hombres.

5. En la universidad, más mujeres que hombres estudian y se titulan

Hay más mujeres que hombres matriculadas en estudios universitarios: las chicas son mayoría porque representan el 55,2 % del alumnado en las universidades, mientras que ellos suponen solo el 45 %.

Además, el 52,3 % de los titulados universitarios eran mujeres en el curso 2017-2018, mientras que solo el 33,8 % eran chicos.

6. La formación permanente, mayor entre las mujeres

El 11,5 % de las personas de 25 a 64 años que continúan formándose son mujeres, mientras que el 9,5 % son hombres.

Asimismo, el porcentaje de ocupados que cursan estudios tanto reglados como no reglados es del 13,5 % en el caso de las mujeres, y el 9,9 % en el de los hombres.

7. El profesorado, más femenino en la educación obligatoria

 Las maestras y profesoras son mayoría en el sistema educativo españolsobre todo en la educación obligatoria, ya que representan el 66 % del cuerpo de docentes que imparten clases. Esta cifra se eleva al 72,1 % dentro del profesorado de enseñanzas de régimen general no universitarias, y al 97,7 % en la Educación Infantil.

No obstante, en las enseñanzas universitarias, el porcentaje de profesoras es del 41,8 %, frente al 58,2 % de los hombres, y en las Enseñanzas Deportivas tienen aún menor presencia, con tan solo el 8 %.

Porcentaje de mujeres en el profesorado. Curso 2017-2018
Imagen: Ministerio de Educación y Formación Profesional

Los aspectos educativos por mejorar en la educación de las mujeres

Al analizar los datos del informe también se puede concluir que, si bien las mujeres destacan en diferentes aspectos de la educación, hay algunos desafíos que se deben afrontar, tanto por parte de las mujeres como de la sociedad y las administraciones…

Contar mayor presencia femenina en la FP

Las mujeres superan en diferentes ámbitos educativos a los hombres, pero en el caso de la FP los hombres les llevan ventaja. Y es que ellos representan el 70,8 % del alumnado en la FP básica y ellas solo el 29,2 %.

Los chicos también son mayoría en los ciclos de formativos de grado medio:  el 56,7 % de los estudiantes matriculados eran chicos y el 43,3 % chicas en el curso 2017-2018; en la FP de grado superior, el 52,6 % eran alumnos y el 47,5 % alumnas.

Incrementar el número de mujeres en el Bachillerato de Ciencias

Existe mayor presencia de hombres en el Bachillerato de Ciencias, tanto presencial como a distancia: mientras que el 52,2 % del alumnado masculino opta por estudiar esta modalidad, el porcentaje es menor entre las mujeres, de un 43, 6 %.

Por lo contrario, las chicas superan a los chicos en el Bachillerato de Humanidades, con un 49,7 % frente al 43,3 % de ellos. Esto a su vez conlleva a que las mujeres estén menos preparadas para afrontar posteriormente una carrera universitaria STEM, en las que también tienen menor presencia.

Aumentar la presencia de chicas en los estudios STEM

En general la presencia femenina en FP es baja, pero lo es más aún en las ramas como el Mantenimiento de vehículos autopropulsados (3,2 %), Electricidad y Electrónica (4,8 %) o Fabricación Mecánica (9,4 %). No obstante, ellas son mayoría en las ramas de Imagen Personal (94,1 %), Servicios Socioculturales y a la Comunidad (87,1 %) o Sanidad (75 %).

En los grados y másteres sucede lo mismo: solo 28,5 % de mujeres estudian carreras relativas a Ingeniería, Industria y Construcción, y 12,9 % Informática. Sin embargo, son mayoría en Educación (77,7%) o Salud y Servicios Sociales (71,4%).

Que en las enseñanzas deportivas se sumen más chicas

La presencia femenina en las enseñanzas deportivas es mínima, con tan solo el 14 %, mientras que los chicos representan el 86 % del alumnado.

Descubre cómo se distribuye el alumnado femenino y masculino en las diferentes enseñanzas del sistema educativo español, a través de la siguiente tabla…

Alumnado matriculado en el sistema educativo por enseñanza, en el curso 2017-2018

Enseñanza Mujeres Hombres
Educación Primaria
48 %
52 %
Educación Especial
36 %
64 %
ESO
49%
51 %
Bachillerato
53 %
47 %
FP básica
29,2 %
 70,8 %
Ciclos formativos de grado medio
43,3 %
56,7 %
Ciclos formativos de grado superior 47,4 % 52,6 %
Enseñanzas universitarias * 55 % 45 %
Enseñanzas de régimen especial 61 % 39 %
Enseñanzas artísticas 58 % 42 %
Enseñanzas deportivas 14 % 86 %
Escuelas oficiales de idiomas 66 % 34 %
Formación permanente relacionada con el empleo actual (personas de 16 y más años que cursa estudios no reglados) 41,9 % 51,2 %
Formación permanente relacionada con un posible empleo futuro (personas de 16 y más años que cursa estudios no reglados) 35,6 % 30,9 %
Formación permanente no relacionada con el trabajo actual, realizada por interés personal. 22,4 % 17,9 %
* Incluye Grado, Máster Oficial y Doctorado
Elaboración propia a partir de datos del informe 
Las cifras de la educación en España. Curso 2017-2018.

¿Sabías que…?

  • Este 2020 se conmemora el 25 aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, que fue aprobada en 1995 en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing, China, y es reconocida como la hoja de ruta para empoderar a las mujeres y las niñas en todo el mundo.
  • El tema del Día Internacional de la Mujer de este año es «Soy de la generación igualdad: por los derechos de las mujeres». En este 2020, el objetivo del lema y la campaña es movilizar a los gobiernos y la sociedad civil para que «tomen medidas audaces y cumplan con las promesas hechas en la visionaria agenda por la igualdad de género», indica ONU Mujeres.

Fuente e Imagen: https://www.educaweb.com/noticia/2020/03/03/mujeres-educacion-aspectos-superan-hombres-19107/

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Yo confieso: 17 hombres relatan gestos machistas que aún cometemos a diario

Reseña/06 Febrero 2020/elpais.com

Si los hombres se miran al espejo una de las cosas que verán será su herencia machista. Un puñado de ellos (algunos rostros populares) cuentan sus deslices para así tener más clara la enmienda

Lo dijo John Lennon hace más de cuatro décadas: «No podemos tener una revolución que no involucre y libere a las mujeres». Sin embargo, sigue siendo un reto para la sociedad actual librarse de una herencia machista que aún impera en ámbitos culturales, políticos y cotidianos. La educación y el entretenimiento (series, películas, libros…) que el ser humano ha consumido a lo largo de los años han dejado mella. Hoy, la mayoría es consciente de las actitudes machistas más flagrantes. La dificultad está en acabar con esos gestos de discriminación (algunas veces sutiles, otras no) que llevan a cabo incluso los hombres más concienciados. «El género masculino está trufado de actitudes inapropiadas hacia las mujeres. Es un hecho objetivo que el tratamiento que ellas reciben no es el mismo que el que recibimos nosotros. Un ejemplo que yo veo clarísimo por mi experiencia es que no se le da importancia a la trayectoria profesional de las mujeres», explica a Icon Javier Royo, autor del libro Homo Machus. De animales a hombres (Lumen).

El ilustrador (Zaragoza, 1972) está convencido de que visibilizar el machismo y hablar de los abusos que se dan a diario es clave para acabar con él. En su libro confiesa que empezó a dibujar sobre la discriminación hacia la mujer «sin conocer realmente la profundidad de semejante océano». Royo, que entiende el machismo como un monstruo que educa en los estereotipos, que cosifica, que minusvalora y acosa a las mujeres, anima a los hombres a revisarse para perder el miedo a enfrentarse a él. «Me encuentro con muchos casos de chicos que me confiesan tener pavor a meter la pata al hablar con mujeres sobre feminismo. Cuando esto ocurre, lo que les aconsejo es que hablen con libertad, pero con un filtro previo para no soltar cualquier barbaridad», afirma este maño que empezó a dibujar estas viñetas a raíz del juicio de la manada. «Homo Machus surgió sin pretensiones de hacer un libro. Las ilustraciones me salieron de forma natural en un momento en que la sociedad empezó a culpabilizar a la víctima de esta violación múltiple», señala Javier Royo.

El resultado del ejercicio gráfico de Royo es un libro de ilustraciones que aboga porque el feminismo sea cosa de todos: mujeres y hombres. «Los hombres somos esclavos del machismo por culpa de los valores que se nos han inculcado. Somos nosotros los que debemos, por ejemplo, dejar de ver el cuerpo de la mujer como un objeto».

Tal y como ha comprobado el propio autor, su trabajo ha servido para remover a los hombres que lo leen. «Aunque no estén de acuerdo con todo lo que aparece, todos los chicos con los que he hablado, tanto en las presentaciones del libro como a través de las redes sociales, me han confesado que de una forma u otra se han quedado tocados y les ha hecho reflexionar», apunta.

La sexóloga Ruth González Ousset informa a Icon de que lleva una década encontrándose en su consulta con hombres que se bloquean cuando dan con una mujer liberada. «El hombre ve como una amenaza que la mujer demande cosas como el empleo de juguetes en la relación sexual. Creen que hay un problema y por eso siempre se ha tratado de apagar el deseo sexual de la mujer», señala la terapeuta, que en consulta ha lidiado con muchos hombres que se sienten amenazados por el feminismo. «No se dan cuenta de que el foco no es ese. La realidad es que las mujeres queremos a los hombres más cerca que nunca», defiende Ousset. Javier Royo coincide y afirma que el machismo es una epidemia mundial que, sin embargo, «no tiene ese tratamiento por el simple hecho de que no la sufren los hombres».

En Icon hablamos con 17 hombres que nos cuentan qué gestos son fruto de esa herencia machista en la que nos hemos criado como sociedad…

Yo confieso: 17 hombres relatan gestos machistas que aún cometemos a diario
Ilustración: Javirroyo

– Gonzalo Sierra (gestor, 52 años): «Yo estaba en contra de la paridad en principio. Tenía ese argumento que dice que lo importante es ser capaz, no hombre o mujer. Me cabreaba especialmente en el tema de los festivales de música ¿Por qué iba a haber los mismos hombres y mujeres en un cartel si los aficionados a la música no somos machistas? Si en los festivales había más chicos que chicas era simplemente, pensaba, porque hay más músicos que músicas. Estaba completamente equivocado. Cuando algunos festivales empezaron a implantar la paridad obligatoria, y tuvieron que esforzarse en encontrar grupos de chicas, la discriminación positiva nos demostró varias cosas que habíamos olvidado. Primero, que había tantas chicas como chicos que hacían música. Segundo, que además eran tan buenas como los chicos, si no mejores. Simplemente se las valoraba menos por ser mujeres. Por supuesto eso es extrapolable a cualquier otro ámbito laboral».

– Rayden (rapero, actuó en la última gala de los Goya, 34 años): «Noto que ahora cuido mucho más el uso del lenguaje. Eso y que antes era el primero en reír chistes machistas a amigos y ahora soy la persona que dice: ‘Oye, cortaos que esto no tiene gracia».

– Pedro Martínez (periodista, 26 años): «Llevo ocho años fuera de casa de mis padres, pero siempre que voy sigo consintiendo que sea mi madre la que haga las tareas de la casa. Ella se dedicó a los cuidados de la casa y de sus hijos mientras mi padre trabajaba porque fue un acuerdo que pactaron entre los dos. Pero ahora que todos somos mayores, no vivimos en casa y mi padre está jubilado, mi madre sigue encargándose de todo y me siento mal por actuar así de forma inconsciente cuando estoy con ellos».

– Nacho González (informático, 35 años): «Antes de ser padre no le daba importancia a que la baja paternal fuera obligatoria y no era consciente de cómo perjudica a las mujeres que el hombre decida no cogérsela. Tengo un hijo de casi un año y cuando avisé a mi jefe de que me iría las semanas que me correspondían de baja por paternidad lo encajó muy mal. El problema es que en mi trabajo ningún hombre se coge más de dos semanas cuando es padre. Noté que a mis compañeros les sentó realmente mal que no quisiera renunciar a mi derecho a estar con mi hijo sus primeras semanas y alguno incluso llegó a decirme que eso era cosa de las mujeres y que precisamente por eso preferían trabajar con otros hombres».

– Javier Gutiérrez (actor con dos Premios Goya, 49 años): «Los hombres antes éramos más permisivos con los chistes machistas y yo creo que con la cantidad de asesinatos machistas que hay la tolerancia, al menos por mi parte, debe ser cero. Y no solo con estos chistes sino con comentarios machistas. Creo que no soy el único y que ahora los hombres estamos más concienciados. Yo me lo tomo muy en serio y no consiento ningún comentario que pueda resultar ofensivo hacia la mujer».

Yo confieso: 17 hombres relatan gestos machistas que aún cometemos a diario
Ilustración: Javirroyo

– Julio García (abogado, 32 años): «Siempre que quedo para comer o tomar una copa con una mujer, aunque solo sea una amiga, pago yo. Nace de mí el instinto de pagar y me sale de forma automática. Sin embargo, cuando pienso en ello asumo que puede resultar ofensivo».

– David Moya (responsable de comunicación, 25 años): «Antes era incapaz de entender que por una simple mirada una mujer podía sentirse incómoda o acosada. Sin embargo, me abrió lo ojos algo que me pasó un día en el gimnasio. Allí otro chico no dejaba de mirarme de una forma bastante ansiosa y me preguntó si me iba a la ducha con él. Es triste, pero hasta que no sentí en mis propias carnes eso no fui capaz de entender lo que una mirada podía provocar. Yo creo que nunca he lanzado miradas con esa intención, pero recuerdo que antes de ser consciente del machismo en el que nos educamos estaba en fase de negación y una amiga me dijo: ‘¿Crees que las mujeres no nos sentimos inferiores por el simple hecho de serlo? Ve caminando por la calle y mira a los ojos a todos los hombres con los que te cruces y la mayoría te aguantaran la mirada, incluso muchos lo harán de forma desafiante. Haz lo mismo con las mujeres y la mayoría agacharán la cabeza’. Lo hice, y así fue».

– Leiva (músico, ex-Pereza, 39 años): «El rock es un género machista y hay que asumir que vivimos en una sociedad machista en general. El que crea que está limpio de cualquier expresión o chiste machista probablemente se equivoque. Yo mismo descubro que expresiones mías de canciones de hace años son machistas, aunque no fuera intencionado. Hay que hacer un ejercicio diario de no colaborar con los micromachismos».

– Javier Alonso (consultor de comunicación, 36 años): «A menudo, sigo cometiendo un micromachismo, ya sea en el trabajo o con amigas, de lo que obviamente no estoy orgulloso. Uso muchas coletillas del estilo ‘mira, bonita…’ cuando voy a reprochar algo y me gustaría corregirlo».

– David Negrín (músico, 36 años): «Hace unos meses, en un periodo de falta de ideas musicales, tiré de notas de audio antiguas para buscar un poco de inspiración. Estas notas son estrofas o estribillos que se me ocurren, ideas tarareadas e improvisadas en las que suelto lo primero que me viene a la cabeza. Pues entre estas notas tengo alguna improvisación que al escucharla el otro día me asustó bastante y sentí mucho alivio por no haberlas terminado y que quedaran en un cajón. No eran historias reales, pero me hizo reflexionar hasta el punto de reescuchar todo lo que he grabado y analizar todas mis letras. Después de hacerlo me he dado cuenta de que antes confundía el despecho con falsa superioridad, aunque por suerte creo que puedo seguir cantando el 90% de mis temas sin sentirme extraño».

Yo confieso: 17 hombres relatan gestos machistas que aún cometemos a diario
Ilustración: Javirroyo

– Quique González (músico, 46 años, último disco, Las palabras vividas): «Puede que mi canción Miss camiseta mojada me chirríe hoy porque es cierto que este tipo de concursos cosifican al personaje de la canción. Aunque el tema tiene un tono humorístico y creo que se entiende así. Lo que está claro es que es importante que todos hagamos el ejercicio de revisarnos un poco».

– Alberto Rodríguez (ingeniero, 30 años): «Hace unos años, cuando estaba con mi novia, experimenté un episodio de celos que no me gustó nada. Ella estaba hablando con un tío y fui allí a marcar territorio. Desde entonces controlo mucho no dejarme llevar por los celos. Creo que sobre todo ocurre por un tema de educación: nos han vendido un amor exclusivo y romántico que no es real».

– Raúl Jiménez (informático, 50 años): «Hay una cosa que hago mucho, aunque ahora que soy consciente trato de hacerlo menos. Siempre que coincido con otro hombre al que no conozco y con el que tengo que entablar algún tipo de conversación trivial empiezo sacando el fútbol como tema de conversación para romper el hielo. Lo hago asumiendo que por ser hombre le tiene que gustar este deporte, algo que por supuesto no hago cuando la persona con la que tengo que hablar es una mujer».

– Julián (filósofo, 37 años): «Durante un tiempo trabajé como camarero y hacía dos cosas que hoy veo claramente que eran fruto de la educación machista en la que todos hemos crecido. La primera es que cuando una pareja me pedía la cuenta siempre le llevaba el ticket al hombre para que pagara. La segunda es que cuando una pareja pedía una cerveza y un refresco automáticamente le ponía la cerveza al hombre, dando por hecho sin preguntar que era para él y no para ella. Si hoy trabajara en un bar, tengo claro que no volvería a cometer estos errores».

– Javier Royo (autor de Homo Machus, 48 años): «Yo ahora escucho más, pero antes practicaba un mansplaining de libro. Cuando tenía una conversación con una mujer le explicaba algo que ella ya me había dejado claro que sabía. Soy consciente de mi error desde hace bastante tiempo y hago el ejercicio de no dar lecciones».

– Abraham Boba (cantante del grupo León Benavente, 45 años): «Lo más importante es que se ha generado la posibilidad de repensar nuestra postura como hombres. Pongo un ejemplo. Cuando propuse poner el título a nuestro último disco, que se llama Vamos a volvernos locos. Pensé en poner: Vamos a volvernos locas. Creo que el mero hecho de plantearse esto me parece positivo» (nota: León Benavente lo forman cuatro hombres).

– Juan Pablo Cancho (profesor, 52 años): «Mi novia decidió hace unas semanas no depilarse las axilas. Al principio me sentó mal y decidí disuadirla. No lo concebía. Luego pensé que, por supuesto, no tenía derecho a exigirle nada».

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/02/04/icon/1580813417_292517.html

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