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La educación para descubrir al macho que llevamos dentro

Por: Carlos Aldana

Descubrir el macho que llevamos dentro es asumir, con alegría y novedad, las formas de relaciones y de ejercicio de poder que nos han sido negadas.

Los hombres hemos aprendido a conocer, sentir y vivir en el mundo desde el privilegio que nos ofrece nuestra propia condición biológica. Ser hombres nos ha brindado condiciones favorables (pero desiguales) en relación con las mujeres. Este privilegio nos ha impedido descubrir la injusticia de una vida patriarcal y nos ha deformado.
Todo hecho educativo tiene que representar descubrimientos de todo tipo. Siempre educar(nos) será hacernos descubridores. Por eso, postulo que llegar a sentir el macho que llevamos dentro constituye uno de esos descubrimientos maravillosos, aunque cargado de dolores, penas y vergüenzas, y lleno de relatos personales que no pueden negarse.
Este es un descubrimiento liberador, que nos abre ventanas a nuevas realidades, a relaciones novedosas, a quitarnos cargas. Aunque puede llenarnos de culpas y remordimientos, descubrir el macho que llevamos dentro es asumir, con alegría y novedad, las formas de relaciones y de ejercicio de poder que nos han sido negadas.
Insisto en que el descubrimiento de una atadura tan fuerte y tan ceñida, como es el patriarcado cuando lo llevamos muy adentro, empieza por el reconocimiento de los privilegios por ser hombres. También es el reconocimiento de que, hasta determinada edad y punto de nuestra vida, hemos sido parte de un sistema de influencias que pretende, precisamente, la introyección de esos rasgos machistas que ayudan, desde la cultura, a configurar el patriarcado, como una visión de poder económico, social y político. Sin embargo, acentúo “hasta determinada edad y punto de nuestra vida”, porque la educación también llega a representar una exigencia de responsabilidad y de transformación. Qué fácil y cómodo sería culpar siempre al sistema, a la sociedad, a nuestra madre o nuestra familia de lo macho que somos, cuando ya hemos descubierto los rasgos, las implicaciones, los efectos y otras variables que permiten la existencia del patriarcado. En la medida que nos sintamos más protagonistas de nuestra vida -y por tanto de nuestro propio proceso educador-, en esa medida descubrir el patriarcado en nuestra esfera íntima y personal, ya es una responsabilidad innegable. Sin excusas o justificaciones.
Una educación para el siglo XXI pasa por reconocer, descubrir, superar, transformar o destruir el patriarcado, en todas nuestras sociedades, ese que no nos deja construir un mundo mejor, donde hombres y mujeres seamos compañeros en igualdad de poder. Implica el cambio serio de estructuras y políticas, de prácticas institucionales, de modificación profunda de las relaciones de poder establecidas entre y para hombres y mujeres. Esta lucha, además, se compone de esas transformaciones en visiones, actitudes, interacciones, comportamientos y otros componentes culturales (como la simbología) que, en el día a día, representan la forma más potente y sutil de incorporar el patriarcado a través del machismo. Recordemos que el machismo constituye una cultura y el patriarcado un sistema que es producto y causa de esa cultura.
En países como los latinoamericanos, la educación como lucha para cambiar las condiciones injustas y excluyentes pasa por la transformación seria y permanente de las relaciones de poder en las cuales las mujeres (y toda expresión de diversidad en orientación e identidad sexual) son asumidas para y desde la subalteridad. Ese privilegio, que no pedimos pero que tampoco rechazamos los hombres, es el punto de partida para una educación que transforme el ejercicio de poder. Esta es una lucha compañera de la lucha contra las estructuras económicas globalizadas y acomodadas a los ejes de poder. Pretender una vida digna para pueblos enteros es también pretender la transformación de las condiciones de vida de las mujeres en esos pueblos, pues es en ellas que todas las variables de exclusión se agudizan.
Empecemos, pues, por educar(nos) para hacer este difícil, complejo pero maravilloso descubrimiento, que es la puerta de entrada para cambios personales, pero también colectivos.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/04/09/la-educacion-para-descubrir-al-macho-que-llevamos-dentro/

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Las nuevas políticas de retorno de la Unión Europea ponen a los niños en peligro

Bruselas / 08 de marzo de 2017 / Fuente: https://www.unicef.org

Las nuevas políticas de retorno de la Unión Europea ponen a los niños en peligro

La Comisión Europea aprobó ayer una Recomendación y un nuevo plan de acción dirigido a los Estados miembros de la UE sobre los procedimientos de devolución o expulsión de hombres, mujeres y niños que se encuentran de forma irregular en la Unión Europea, a sus países de origen o tránsito. En ellos se anima a los Estados miembros a efectuar retornos rápidos que limitan las garantías básicas y los derechos que todos los migrantes deberían tener garantizados. Estos procesos rápidos se aplican, incluso, en los casos que afectan a niños.

Las agencias de Naciones Unidas y las organizaciones en defensa de los derechos de los niños temen que estas medidas animen a los Estados miembros a llevar a cabo “devoluciones rápidas” de personas, incluyendo niños, lo que conlleva menos garantías procesales y que se recurra con mayor frecuencia a la detención. El nuevo enfoque pondría en peligro la vida de los niños y violaría la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, ratificada por todos los Estados miembros de la UE.

Acogemos favorablemente que el documento se refiera a la necesidad de evaluar el interés superior del niño en aquellas decisiones que tengan que ver con el retorno de menores no acompañados. Es esencial que se adopten procedimientos sólidos para determinar el interés superior antes de emitir ninguna decisión sobre el retorno de niños, incluidos aquellos que están acompañados de sus familias. A la hora de valorar si el retorno de un niño se está decidiendo de acuerdo a su interés superior, es imprescindible que sus opiniones hayan sido tenidas en cuenta. Las expulsiones forzosas y las detenciones son extremadamente perjudiciales para los niños y sus familias. Los niños nunca deben ser detenidos por causas relacionadas con la migración, ni siquiera como último recurso.

A principios de este año, tres niños afganos no acompañados se suicidaron en Suecia. Las personas encargadas del caso explicaron que los pequeños se sentían solos y eran incapaces de afrontar la ansiedad del proceso y la perspectiva de ser deportados a un lugar donde no se sentían seguros.

Los niños y familias retornados corren el riesgo de ser rechazados por sus familiares o comunidades en sus países de origen, así como de ver violados sus derechos. A menudo enfrentan graves discriminaciones y son vulnerables a la explotación, a ser reclutados por grupos armados o a ser empujados a realizar trabajos forzosos.

En lugar de enmendar los daños que las políticas de retorno de la UE y sus estados miembros ya han causado a los niños, el documento de la Comisión recomienda medidas que no harán sino agravarlos. Promueve menos garantías, devoluciones automáticas y más rápidas, más expulsiones forzosas y más detenciones.

Lejos de abordar los verdaderos desafíos migratorios que existen en toda la UE, estas propuestas sólo empeorarán la situación. Además, no hay evidencia de que la expulsión forzosa disuada a las personas de migrar. Obligarles a volver a situaciones insostenibles sólo aumenta el riesgo de nuevos ciclos de migración precaria e insegura.

Por encima de las decisiones políticas y del objetivo de hacer cumplir las normativas de retorno están las vidas de los niños y sus familias. La UE y sus estados miembros han liderado durante mucho tiempo la defensa de los derechos de los niños. Ahora les pedimos que respeten sus compromisos con ellos, independientemente de su situación migratoria.

Notas para los editores:
• Un estudio de UNICEF ‘Silent Harm‘ sobre el impacto psicosocial en los niños expulsados a la fuerza a Kosovo reveló que 1 de cada 3 mostraba signos asociados con el trastorno de estrés post-traumático, incluyendo perturbaciones del sueño, pesadillas, flashbacks, ansiedad derivada de la separación, aislamiento social y rabia o agresividad. Casi uno de cada dos adolescentes sufría depresión y uno de cada cuatro pensaba en el suicidio.

• Para testimonios de niños explicando cómo les ha afectado la experiencia de la expulsión forzosa (o el miedo a la misma), consultar los documentos ‘Silent Harm‘ (2012) Y PICUM ‘Hear Our Voices’ (2016).

• Una política de retorno voluntario bien implementada podría ser lo más favorable al interés de determinados niños, ya estén solos o en compañía de sus familias. Un procedimiento formal, sólido e individual para determinar precisamente cuál es ese interés superior del niño debe anteponerse siempre a los objetivos de control migratorio. Son necesarias numerosas garantías para asegurar que este procedimiento es correcto. No se puede retornar a los niños si los cuidados más inmediatos que se facilitan en el lugar de retorno pasan por la institucionalización.

• Más allá de cualquier decisión sobre retorno, independientemente de que afecte o no a los niños, debe permitirse el acceso efectivo de estas personas a información, recursos legales y asesoría legal. Para más información, consulte los Principios y Directrices recomendados sobre los derechos humanos en las fronteras internacionales del ACNUDH (2014).

• La detención nunca podrá coincidir con el interés superior del niño. Se ha demostrado repetidamente que el internamiento de los niños y las familias en centros de detención tiene un impacto profundo y negativo en su salud y bienestar, además de ser innecesario. Cada vez más normas de Derecho Internacional exigen a los gobiernos que pongan fin rápida y completamente a esta práctica. De hecho, todos los gobiernos de la UE se comprometieron a ello en la Asamblea General de Naciones Unidas, el 19 de septiembre de 2016. En lugar de efectuar detenciones, los estados deberían promover alternativas a la detención, facilitando a familias y niños alojamientos en entornos comunitarios. No sólo es una necesidad legal, es lo más eficaz y lo más barato.

Para obtener más información, sírvase dirigirse a:

Elisabeth Schmidt-Hieber, PICUM, +32 2 210 1780, elisabeth.schmidt-hieber@picum.org
Simon Ingram, Oficina de UNICEF, UE, +32 491 90 5118, singram@unicef.org
Irina Todorova, Oficina Regional de la OIM para el EEE, UE y la OTAN, +32 2 287 7113, itodorova@iom.int

Fuente noticia: https://www.unicef.org/spanish/media/media_95028.html

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