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España: El debate sobre la relación con el PSOE protagoniza la Universidad de Verano de Podemos

España/ 11 de julio de 2017/Autor: Alejandro López de Miguel/Fuente: http://www.publico.es

El partido morado culmina cuatro jornadas de charlas, coloquios y talleres en Cádiz. Entre medias, la contraposición de posturas entre la dirección estatal y la cúpula de Podem sobre la consulta del 1-O, y las diferentes posiciones de Íñigo Errejón y Miguel Urbán en lo que respecta al trato con el Partido Socialista.

Podemos cierra la tercera edición de su Universidad de Verano, en Cádiz, con un homenaje al escritor Juan Goytisolo, y tras celebrar medio centenar de eventos en este marco. La Universidad ha servido para visibilizar las estrategias que dirigentes como el propio Pablo Iglesias, Miguel Urbán o Íñigo Errejón, contemplan en lo que respecta a la relación de su partido con el PSOE.

El viernes, en una jornada marcada por la contraposición de posturas entre la dirección estatal y Podem Catalunya sobre la consulta del 1-O, Iglesias pasaba de puntillas sobre el PSOE en sus dos intervenciones, pero en los últimos días ya había celebrado los pasos que está dando el partido de Pedro Sánchez para acercar posiciones con Podemos y desmontar políticas del Gobierno de Mariano Rajoy.

Un día después, el sabado, el secretario de Análisis Estratégico y Cambio Político, Íñigo Errejón sorprendía con su discurso con mayor contenido político y estratégico desde antes de Vistalegre II, y defendía mantener una relación de «competencia virtuosa» con el Partido Socialista, en la que sigan arrastrándolo hacia posiciones más cercanas a las de la formación morada.

Apenas cuatro horas después, el eurodiputado, secretario de Europa y rostro más visible de Anticapitalistas, Miguel Urbán, rechazaba el planteamiento de Errejón, y enmendaba también el discurso de la plana mayor del partido en lo que respecta al giro a la izquierda de Sánchez :»De momento no lo hemos visto», sentenciaba. Las relaciones con el PSOE han estado en todo momento bajo el foco, aunque en muchas ocasiones teóricamente no eran el tema central a debatir, salvo en el caso de la primera conferencia, en la que la coordinadora de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, pedía marcar distancias con el partido de Susana Díaz.

Dejando a un lado el prisma estrictamente político, el evento organizado por el Instituto 25-M, el think tank del partido, ha albergado debates sobre la situación de los medios -su precariedad, la alta concentración empresarial o el sesgo conservador mayoritario-, comunicación, creación de campañas electorales y feminismo -este último, abordado también por el público de una de las conferencias, en la que los ponentes eran tres hombres, para exigir paridad en las mesas-.

En cifras, según la organización, han contado con 120 ponentes, 80 voluntarios y 750 asistentes, que han pagado entre 25 y 15 euros, más las cerca de 500 personas que han podido pasar cuando las aulas no estaban llenas. Las jornadas arrancaban formalmente el jueves, y continuaban hasta el domingo en conferencias, talleres y conciertos en media docena de salas distribuidas entre dos facultades de la Universidad de Cádiz, a apenas unas decenas de metros del mar.

La secretaria general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, junto al secretario político de la formación andaluza, Jesús Rodríguez, y la consejera ciudadana, Ángela Aguilera.EFE/Román Ríos

La secretaria general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, junto al secretario político de la formación andaluza, Jesús Rodríguez, y la consejera ciudadana, Ángela Aguilera.EFE/Román Ríos

La ausencia de la portavoz parlamentaria de Unidos Podemos, Irene Montero, que tenía previsto participar en distintas charlas, ha quedado patente en varias ocasiones, en especial en la jornada del sábado, cuando iba a debatir con los eurodiputados Miguel Urbán (Podemos) y Marisa Matías (Bloco de Esquerda) sobre el Gobierno de Portugal. Por las aulas han pasado intelectuales como Boaventura de Sousa Santos o José Luis Villacañas; periodistas como Enric Juliana, Gregorio Morán, Olga Rodríguez o Fernando Berlín, y dirigentes de Podemos como la propia Rodríguez, el alcalde de Cádiz, José Manuel González (Kichi), o el secretario de Organización estatal, Pablo Echenique.

De hecho, Echenique tomaba parte en uno de los coloquios más distendidos, sobre series de televisión, en el que remarcaba la importancia del humor. En este y muchos otros eventos han colgado el cartel de aforo completo, y el público ha tomado la palabra en varias ocasiones para interaccionar con los ponentes.

El día que Monedero soltó el micrófono para subir «a hombros de un gigante»

Uno de los rostros visibles de Podemos más activos en esta edición ha sido el cofundador del partido y miembro del Gobierno en la sombra, Juan Carlos Monedero. Además de moderar algún coloquio, Monedero participó el sábado en la mesa del periodista Manuel Castells y el intelectual Boaventura de Sousa Santos. De hecho, el cofundador de Podemos copó menos tiempo de lo que acostumbra para favorecer que Boaventura, al que se refería como su «maestro», «el gigante» a cuyos hombros acostumbra a subir, hiciera una exposición más larga.

Celebrando la labor de este espacio para «acercar la universidad a la gente», el profesor de Ciencia Política de la Complutense de Madrid hacía un diagnóstico de la situación política retrotrayéndose varias décadas -parada en la Transición incluida-, para pedir a los simpatizantes de su formación, en especial aquellos que viven en zonas rurales, que no tengan «miedo»: «Instruios, porque tendremos necesidad de toda vuestra inteligencia. Agitaos, porque tendremos necesidad de todo vuestro entusiasmo. Organizaos, porque tendremos necesidad de toda vuestra fuerza», mitineaba citando a Antonio Gramsci, uno de sus pensadores de cabecera.

«Para ser demócrata hoy en día es necesario ser revolucionario, y a la inversa», apuntaba Sousa Santos al inicio de su intervención. «Nos falta información potable», decía, para después cargar contra la «falsa» que supone el neoliberalismo. Con el ejemplo del Gobierno portugués -«Aprendimos bastante de la Grecia, de rodillas tras la confrontación total con los burócratas de Bruselas»- el pensador portugués afirmaba que en España hay hoy «una potencialidad» de conformar un Ejecutivo de izquierdas que desmonte las políticas y los recortes del PP. «Si se va a realizar o no depende de mucha lucidez, mucha negociación», apuntaba.

Entre críticas a la «división» en movimientos sociales y organizaciones de izquierdas, a «los sectarismos, la división que impiden una articulación nueva», Sousa Santos pedía a los partidos que trabajen en su democratización a nivel interno. A Podemos, reconociendo que ha hecho «cosas maravillosas», le recordaba que su tarea «en este régimen de la postverdad» pasa por lograr otro tipo de «capilaridad social», por «reconstruir sociedades desde abajo».

Juan Carlos Monedero durante uno de los actos de la universidad de verano de Podemos./EUROPA PRESS

Juan Carlos Monedero durante uno de los actos de la universidad de verano de Podemos./EUROPA PRESS

Fuente de la Noticia:

http://www.publico.es/politica/debate-relacion-psoe-protagoniza-universidad-verano.html

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Contra la ideología

Alberto Benegas

He apuntado en otros escritos que el uso generalizado de la expresión ‘ideología’ no calza con la definición del diccionario de conjunto de ideas (también en el sentido utilizado primeramente por Antoine Destutt de Tracy en 1786), ni con la marxista de “falsa conciencia de clase”, sino de algo terminado, cerrado e inexpugnable; en otros términos, una pseudocultura alambrada. Como también he escrito, esta última acepción, la más común, es la antítesis del espíritu liberal, puesto que esta tradición de pensamiento requiere puertas y ventanas abiertas de par en par al efecto de incorporar nuevo conocimiento, ya que este demanda debates entre teorías rivales, puesto que el conocimiento es siempre provisorio, abierto a refutaciones.

Una vez precisado lo anterior, conviene enfatizar que, al contrario de lo que sostienen algunos profesionales de la economía en cuanto a que hay que “manejarse con los hechos”, en ciencias sociales, a diferencia de las físico-naturales, no hay hechos con el mismo significado de este último campo de estudio fuera del andamiaje conceptual que interpreta los diversos sucesos. Sin duda que las físico-naturales también requieren de interpretación, pero en un sentido distinto, debido a que, como decimos, los llamados “hechos” son de naturaleza distinta.

No es que se patrocine el relativismo epistemológico en ciencias sociales debido a la interpretación de fenómenos complejos. Muy por el contrario, quienes mejor interpreten esos fenómenos estarán más cerca de la verdad, lo cual se va puliendo en un azaroso camino que, como señalamos, es de corroboraciones provisorias y refutaciones. En un proceso abierto de competencia, los estudiosos que mejor interpreten y mejor explican esos fenómenos serán los de mayor rigor. Esto no sólo sucede con los economistas y los cientistas sociales, sino también con los historiadores.

Esta cuestión de confundir planos científicos en las ciencias sociales empuja a que se aluda a los “hechos” como si se tratara de constatar la mezcla de líquidos en un tubo de ensayo del laboratorio, puesto que, a diferencia del campo de las ciencias físicas, se trata de acción humana (las piedras y las rosas no tienen propósito deliberado).

El premio Nobel en economía Friedrich Hayek, en su ensayo titulado “The Facts of the Social Sciences” (Ethics, octubre de 1943, expandido en tres números sucesivos de Economica), explica que los llamados hechos en ciencias sociales “no se refieren a ciertas propiedades objetivas como las que poseen las cosas o las que el observador puede encontrar en ellas, sino a las visiones que otros tienen sobre las cosas […]. Se deben abstraer de todas las propiedades físicas de las cosas. Son instancias de lo que se suelen llamar conceptos teleológicos, esto es, se pueden definir solamente indicando la relación entre tres términos: un propósito, alguien que mantiene ese propósito y el objeto que la persona considera apropiado como medio para ese propósito”. Por eso, cuando el historiador “explica por qué se hace esto o aquello, se refiere a algo que se encuentra más allá de lo observable”, nos indica Hayek en el mismo ensayo en el que concluye: “La teoría social […] es lógicamente previa a la historia”. Es decir, prestamos atención a los fenómenos basados en un esqueleto teórico previo, ya que no se trata de cosas que se miran en el mundo físico, sino de nexos causales subyacentes e inseparablemente unidos a la interpretación de los sujetos actuantes.

Lo dicho en modo alguno permite suponer que el buen historiador interponga sus juicios de valor en la descripción de lo que interpreta. Ludwig von Mises destaca (en Theory and History, Yale University Press, 1957) que resulta impropio que en la descripción histórica se pasen de contrabando los valores del que describe. Entonces, una cosa es la subjetividad presente en la selección de los fenómenos y su respectiva interpretación, y otra bien distinta es incrustar juicios de valor, sin desconocer, claro está, que la declaración de esforzarse con seriedad y honestidad intelectual por realizar una interpretación adecuada constituye en sí mismo un juicio de valor.

Como se ha dicho, cuando se trasmite la noticia circunscrita a que fulano murió, esto corresponde al campo de las ciencias naturales (un fenómeno biológico), pero si se notifica que fulano dejó una carta antes de morir, estamos ubicados en el territorio de las ciencias sociales, donde necesariamente cabe la interpretación de la referida misiva y todas las implicancias que rodean al caso. En realidad, no cabe la refutación empírica para quien sostenga que la Revolución francesa se originó en los estornudos de Luis XVI, sólo se puede contradecir en el nivel del razonamiento sobre interpretaciones respecto a las conjeturas sobre los propósitos de los actores presentes en ese acontecimiento. En ciencias sociales, no tiene sentido referirse a “los hechos”, extrapolando la idea de las ciencias físico-naturales.

Todo esto nada tiene que ver con la objetividad del mundo que nos rodea, es decir, que posee una naturaleza, propiedades y atributos, independientemente de lo que los sujetos consideren que son. Es otro plano de debate. Lo que estamos ahora considerando son las apreciaciones y las evaluaciones respecto a las preferencias, los gustos y los propósitos de seres humanos.

Es por cierto también paradójico que resulte muy frecuente que los partidarios de sistemas autoritarios tilden de “ideólogos” a los que se inclinan por la sociedad abierta, que son, por definición, los que promueven procesos pluralistas en el contexto de debates en los que se exploran y contrastan todas las tradiciones en libertad, cuando en realidad aquellos, los autoritarios, son por su naturaleza ideólogos impermeables a otras ideas en libertad, debido a su cerrazón mental. Hay que distinguir con claridad los que reclaman que entre aire fresco a una habitación con un pesado tufo a encierro de los que pretenden mantener y acrecentar esa situación hasta la asfixia total.

Robin Collingwood (en The Idea of History, Oxford Univesity Press, 1946) escribe: “En la investigación histórica, el objeto a descubrir no es el mero evento sino el pensamiento expresado en él”. Y en su autobiografía (Fondo de Cultura Económica, 1939-1974) subraya que, a diferencia de la historia: “Las ciencias naturales, tal como existen hoy y han existido por casi un siglo, no incluyen la idea de propósito entre las categorías con que trabajan […] el historiador debe ser capaz de pensar de nuevo, por sí mismo, el pensamiento cuya expresión está tratando de interpretar” y, en ese contexto rechaza “la historia de tijeras y engrudo, donde la historia repite simplemente lo que dicen las ´autoridades´ [… ] El ser humano que, en su capacidad de agente moral, político y económico, no vive en un mundo de ´estrictos hechos´a los cuales no afectan los pensamientos, sino que vive en un mundo de pensamientos que cambian las teorías morales, políticas y económicas aceptadas generalmente por la sociedad en que él vive, cambia el carácter de su mundo”.

Por todo esto es que Umberto Eco (en su disertación “Sobre la prensa” en el Senado romano y dirigido a directores de periódicos italianos, en 1995) consigna: “Con excepción del parte de las precipitaciones atmosféricas [que son del área de las ciencias naturales], no puede existir la noticia verdaderamente objetiva”, en el sentido a que nos hemos referido en las ciencias sociales, a lo que agregamos que dado que en las ciencias sociales tiene un gran peso la hermenéutica, debe destacarse que la comunicación no opera como un escáner, ya que el receptor no recibe sin más el mensaje tal como fue emitido.

En resumen —y esto no es un juego de palabras— podrá decirse que la objetividad precisamente consiste en la adecuada interpretación subjetiva de los fenómenos bajo la lupa. Pero, insistimos, hay que tener bien en cuenta que no es objetiva en la acepción habitual del término, en cuyo contexto las deliberaciones en las que hemos incursionado aquí tal vez sirvan para poner en perspectiva las consecuencias y la importancia de separar metodológicamente las ciencias naturales y las sociales, al efecto de no confundir planos y no llegar a conclusiones apresuradas.

Entonces, es del todo inconducente mantener que el economista, el historiador o el cientista social “no hacen ideología” (en un sentido irónico y peyorativo) para referirse impropiamente al antedicho andamiaje conceptual, sino que se basan en “los hechos”, como si esto tuviera algún sentido en ciencias sociales, tal como subrayan Hayek y tantos otros filósofos de la ciencia.

El ideólogo es por naturaleza un dogmático clausurado a las contribuciones de nuevas ideas y teorías que explican de una mejor manera el fenómeno estudiado. Al ideólogo no le entran balas ni es capaz de contraargumentar, se encapricha en circunscribir lo que recita, sin someter a revisación ninguna parte de su verso, que machaca hasta el hartazgo.

Sólo a través del estudio crítico y el debate abierto es que resulta posible el progreso en el conocimiento, tal como lo han puesto de manifiesto autores de la talla de Karl Popper. Por su parte, cientistas sociales empecinados en “guiarse sólo por los hechos” demuestran su ignorancia supina en la materia que pretenden conocer, con lo que contribuyen a difundir un ejercicio metodológico incompatible con su propio campo y así, en definitiva, introducen una férrea ideología.

Fuente del autor: http://opinion.infobae.com/alberto-benegas-lynch/2016/06/04/contra-la-ideologia/index.html#more-1472

Fuente de la imagen: http://definicionyque.es/wp-content/uploads/2015/08/ideologia-e1439480304469.jg

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Universidades chinas acusadas de debilidad ideológica

China/27 de junio de 2017/Fuente: http://www.eleconomista.net

El organismo anticorrupción de China ha acusado a 14 de las mejores universidades de violaciones ideológicas tras una investigación de varios meses, conforme el gobernante partido comunista amplía su control político sobre las instituciones educativas.

«El trabajo ideológico y político es relativamente débil, y la aplicación de los sistemas ideológicos no es lo suficientemente fuerte», dice un informe de la Comisión Central de Inspección Disciplinaria (CCDI, por sus siglas en inglés), criticando a los comités del partido en cada universidad e instándolos a «responsabilizarse» de sus deficiencias.

La evaluación se produce después de que se despacharon equipos de inspectores de la CCDI a 29 universidades a comienzos de este año con la misión de «mantener el liderazgo y la construcción del partido» y erradicar el «sesgo político».

Algunas de las universidades castigadas, incluyendo la Universidad de Tsinghua y la Universidad de Pekín, tienen programas académicos y asociaciones de investigación con destacadas instituciones educativas occidentales. Otra, la Universidad de Wuhan, tiene una empresa mixta con la Universidad de Duke.

Denis Simon, vicecanciller ejecutivo de la Universidad de Duke Kunshan, dijo que la investigación no tendría ningún impacto directo sobre la empresa mixta de educación, pero observó: «Entre las universidades chinas, estas evaluaciones van a ser impactantes. Creo que van a tratar de modelar la evolución de la dirección de las universidades chinas de una forma que garantice un mayor acercamiento a la visión global de los actuales dirigentes chinos».

Y añadió: «Con el 19º Congreso del Partido a la vuelta de la esquina, éste es un importante punto de inflexión en la educación superior de China».

Desde 2012, China ha reforzado el control político sobre todas las esferas de la sociedad civil, incluyendo las instituciones educacionales, particularmente aquéllas con conexiones extranjeras.

Los funcionarios de educación han pedido a las universidades que dejen de utilizar libros de texto importados impregnados con «valores occidentales», y el presidente Xi Jinping les ha pedido a las universidades chinas que se conviertan en «bastiones del liderazgo del partido», con un mayor énfasis en el «trabajo ideológico».

Las inspecciones de la CCDI a las universidades también señalan una expansión del alcance del organismo anticorrupción conforme exhorta a las mejores universidades del país — normalmente reguladas por el ministerio de educación — a seguir a pie juntillas la línea ideológica.

«Es importante el hecho de que la CCDI aparentemente ha adquirido esta competencia porque normalmente se supone que estudie los casos de irregularidad financiera, corrupción y esas cosas», dijo Willy Wo-Lap Lam, profesor de política china de la Universidad China de Hong Kong. «La evaluación muestra que también le preocupa. . . si los comités del partido que dirigen nominalmente las universidades son eficientes en proporcionar un liderazgo ideológico».
El CCDI no respondió a las solicitudes de comentarios.

Supervisada por el gobernante Partido Comunista de China, la campaña anticorrupción del CCDI ha alcanzado a cientos de miles de miembros del partido, incluyendo a aliados de los oponentes políticos del presidente Xi Jinping.

Sin embargo, ha ido mucho más allá de sus blancos iniciales en el período previo a una importante reunión este otoño de las autoridades del partido comunista, el 19º Congreso del Partido. Wang Qishan, el férreo político encargado del CCDI, se considera ampliamente la mano derecha del presidente chino y ha crecido la especulación de que puede incluso convertirse en el nuevo premier del Sr. Xi.

En los últimos meses, el organismo anticorrupción ha lanzado una ofensiva contra el sector financiero con buenas conexiones políticas, en la que al menos cinco prominentes magnates y reguladores financieros han sido detenidos por infracciones de la disciplina política. La semana pasada, el presidente del conglomerado Anbang se convirtió en su última víctima después de ser detenido.

Fuente de la Noticia:

http://www.eleconomista.net/2017/06/26/universidades-chinas-acusadas-de-debilidad-ideologica

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La confesionalidad educativa sigue en España criterios del siglo XIX

Por: Mundiario

La presencia que le garantiza la LOMCE, en continuidad de un pasado privilegiado, no garantiza un  presente educativo mejor, de calidad compartida por todos.

Estábamos en los inicios de la Transición aquel 15.06.1977 y, con la Constitución sin aprobar, votamos libremente. Poco después, ya aprobada la Carta Magna, UCD decidió por Ley de 03.10.1979 y por una secuencia de resoluciones de la Dirección General de Enseñanzas Medias hasta el 24.10.1981, introducir su conocimiento en los Institutos.

A partir de un listado de aspectos principales, los profesores habían de formular el modo que debería tener en el aula. Al inicio  del curso 81-82 los más voluntariosos se animaron a explicar a sus compañeros de Historia la secuencia que entendían procedente, Fue de ver cómo, al alto grado de improvisación, le sobrevinieron las sorpresas. Como que, después del capítulo de libertades y derechos, y de la secuencia de Poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, propusieran que, para entender bien la Constitución de 1978, habrían de tratarse “los poderes fácticos”, es decir, la Iglesia y del Ejército.

Pero lo más sorprendente fue que, cuando un docente protestó por entender que en ninguna parte de la Constitución existía tal capítulo, contradictorio con el recién estrenado ordenamiento democrático, otro colega replicara muy airado diciendo: “Ya estamos aquí con la ideología”.

Acerca de “lo fáctico”

Vista desde ahora, 40 años después, esa anécdota no lo es tanto. Mostraba, de fijo, ignorancia de historia constitucional adobada de engrudo fascista, pero, al tiempo, cuando todavía el asalto al Congreso no había tenido lugar, revelaba profunda desconfianza hacia quienes habían detentado tan inmenso poder. En la distancia de estos 40 años, todavía cabe preguntarse en qué medida lo de “fácticos” haya quedado atrás. La transformación del Ejército parece, en general, aceptable por más que su capítulo presupuestario merezca más transparencia. Mas dudoso es, y más contradictorio, que no sea “fáctico” el papel que la Iglesia oficial pretende seguir queriendo ejercer.

Sucede como con el calor: que se habla demasiado del tiempo cuando estamos ante un cambio climático. El apaño hermenéutico que el Tribunal Constitucional se ha esmerado en buscarle al “aconfesionalismo” del art. 16.3 de la Constitución de 1978, se compadece mal con el partido que le saca la Iglesia a su relación con el Estado aunque la creencia religiosa sea otra. Con lo que percibe, a cualquier observador imparcial le costará entender la diferencia de trato que habría tenido si el antónimo “confesional” figurara en ese rango normativo.

El deslizamiento  semántico que percibirá violenta la sintaxis y, sobre todo, la economía de los bienes públicos. La simple atención a lo que sucede en Educación, fuente de abundantes recursos,  permite medir el lapso significativo que pueda haber entre ambos términos y, colateralmente, si la Iglesia sigue siendo poder “fáctico” bajo esta  “aconfesionalidad positiva” en sus pretensiones de amoldar esta sociedad actual según la imagen de su fe.

El sistema educativo español tiene dos aspectos de complementario interés al respecto. Lo que los eclesiásticos reciben por la enseñanza de la Religión en los centros públicos se añade a las cantidades que ingresa por ser titulares de centros concertados. En cuanto a lo primero, cuyo recorrido viene de antes de 1851, es un continuismo poco acorde con la pluralidad democrática. De ahí el título de un buen libro de Antonio Viñao: Religión en las aulas: Una materia controvertida (Morata, 2014).

En cuanto a lo segundo, la continuidad de los privilegios del pasado –y particularmente de la etapa franquista-  se contradice con una enseñanza pública urgida de recursos para atender mejor a sus estudiantes. Razonar que crezca  a cuenta de un pasado inexplicado y descontextualizado, tiene el inconveniente de que expande un código de conducta puramente imaginativo, inútil para afrontar este presente. Y más cuando, desde 2012, la disparidad de recursos ha sido a la inversa del número de colegiales en ambas vías del sistema.

Pretender que se alargue esta situación dispar es tratar de hacer normal  la amplia cobertura legal que el artc. 27 de la Constitución proporciona a la actividad eclesiástica en el sistema y, complementariamente, lo acordado con la Santa Sede en tiempos del democristiano Marcelino Oreja entre 1976 y 1979. Muy “fáctico” es que, en concordancia, Hacienda revise cada año, desde 2006, las cantidades que signan voluntariamente los ciudadanos en su declaración  del IRPF.

Esta vía de recursos del Estado -que sólo firma un 35% de declarantes- aporta unos 250 millones de € a la Iglesia; complementan los estipendios que percibe de sus fieles, y se añaden a diferentes exenciones y subvenciones de los ministerios, autonomías y ayuntamientos. En total,  y al margen de sus específicas actividades cultuales, los recursos públicos que extrae la Iglesia del Estado para sus actividades particulares rondan, según algunas estimaciones, los 11.000 millones de € anuales. A conciertos educativos corresponden –de “facto”- unos 5.010, de los que 600 sostienen las clases de Religión y otros 10 atienden a Seminarios menores.

Modernidad

A estas alturas, este peculiar “aconfesionalismo” económico o su posible variación  no son cuestiones de sagaz “clericalismo” o “anticlericalismo”. Ese enfoque apologético, con negativa carga melodramática añadida, está muy pasado. Sin contextualizar cómo esos ingredientes trufaron en el siglo XIX la pelea por la prepotencia sociopolítica, pretende un relato ahistórico ingenuo, que no explica la muy conflictiva y lenta transición a la modernización del Estado, ni cómo propició el Concordato de 1851 o la presencia episcopal en los debates parlamentarios. Tampoco aclara cómo condicionó la gran pugna del primer tercio del siglo XX en  que el mundo “clerical” salió victorioso tras la Guerra de 1936.

Y menos explica cómo aquel espíritu de “cruzada” impuso su patriarcal criterio “clerical” en lo educativo y cultural prácticamente hasta 1982.  Salvo que se recurra al providencialismo explicativo –antihistórico y azaroso- no se esclarece cómo en 1980 logró aprobar la LOECE, con una gestión peculiar e  idearios de colegios privados amoldados a sus intereses pese a las “subvenciones” que recibía del erario público. Otras tendrán que ser también las justificaciones de las añoranzas de cuando los tiempos eran otros, expresadas en la continuada oposición de las variadas organizaciones eclesiásticas a la LODE (1985) y a la LOGSE (1990) o a la propia LOE (2006), leyes donde puede seguirse la huella de sus protestas.

La dicotomía clericalismo/anticlericalismo tampoco dilucida, en fin, el activismo de 2005 -cuando varios obispos protestaron en la calle- ni el estatus logrado en la LOMCE (2013) para la Religión y la preeminente  “iniciativa social” –frente a la pública- para abrir colegios. A esa descontentadiza actitud permanente, siempre anhelante de presencia absoluta, ocupada en acrecentar su paternalismo social a cuenta de limosnear de lo público, puede llamársele “clericalismo”.  Aunque en el mundo liberal de los negocios temporales, en casos similares suelan usarse locuciones afines al monopolio.

En ese desinhibido ahínco por tejer redes de poder cultivando a grupos influyentes y dominio legal, se generan argumentos de novela negra, pero no existe ahí el “anticlericalismo” de estilo antiguo. Contarlo así es un resabio de poder “fáctico” frente a enemigos imaginarios. Que haya eclesiásticos que se apañan muy bien en ese mullido mundo no hace indispensable que la laicidad necesite voluntades concertadas o contubernios “anticlericales”. Más inteligente sería admitir -puesto que estamos en democracia- la necesidad de que existan ciudadanos interesados en la habilidosa voluntad de apostolado en educación de la Conferencia Episcopal (CEE).

Para una institución que pretende acreditarse por su atención a lo social -que sólo da a Cáritas un 2% de lo que percibe por el IRPF– debiera ser habitual justificar su particular acción pastoral -o, según a quien se dirijan, de “servicio”, “caridad”, ”solidaridad” y “acción social”- sin recurrir a los recursos públicos o, en caso de concesiones específicas, facilitando que el Estado pueda evaluar cómo hayan sido aplicados, pues tiene obligación de atender equitativamente y sin privilegios a todos sus ciudadanos.

En otro tiempo, se dio a entender que esto, por la simbiosis “fáctica” existente, no era relevante. Entre innumerables fetichismos mágicos, casi todos los españoles decían ser católicos y se ajustaban a lo que la Iglesia había oficializado en las costumbres. Pero sin que mediara ningún decreto, ambas realidades difieren mucho. En estos 40 años ha aumentado los que no se sienten católicos -como atestiguan las encuestas del CIS– y, en paralelo, creció la sensibilidad hacia la obligación del Estado –“aconfesional”- en preservar que la diferencial perspectiva de cada cual, religiosa o no, quede a salvo.

Todos los ciudadanos han de poder pensar, expresarse y actuar como entiendan, sin que ello sirva de pretexto discriminatorio que perjudique su expectativa de vida. Por tanto, proporcionar recursos sociales ha de seguir igual criterio en lo tocante al erario público.

Frente a esta democratizadora dinámica social, “cruzadas” y “misiones” ha habido, sobre todo en la etapa de Juan Pablo II y con  Rouco Varela al frente de la CEE, que depositaron expectativas restauradoras en neoclericales movimientos elitistas y herméticos más allá incluso del Opus Dei, como Legionarios de Cristo, Camino Neocatumenal, Renovación Carismática o Comunión y Liberación. El circuito católico de la educación, coordinado desde la Comisión Episcopal de Enseñanza, contabiliza ya 2.449 centros concertados y 15 universidades.

Su objetivo  privatizador dentro del sistema educativo español ha instrumentado su “acción social” –frente a la enseñanza pública que el Estado tiene obligación de gestionar bien- mediante la FERE, el Foro de la Familia, COFAPA, CECE, CONCAPA, EyG, “Libertad de enseñanza”, “Educación y Evangelio”, AESECE, otras organizaciones menores y empresas de carácter editorial como Edelvives, Edebé o SM,  las cuales aparentan la difuminación del cártel educativo logrado en estos 40 años.   Su amplia cobertura publicitaria  en medios como La Razón, ABC, 13TV y la COPE, amén de digitales de diverso alcance neoliberal,  no logra traspasar, sin embargo, el círculo de adeptos que tienden a reproducir “Escuelas católicas” o Universidades como la de Murcia o Pamplona. El afán de notoriedad, buenas relaciones y demostración social es una  línea de emprendimiento y negocio.

Pero no es procedente –en democracia y menos cuando la crisis ha puesto en cuestión este modelo- que los otros ciudadanos deban financiarla con recursos públicos. La caridad episcopal a coste cero no existe y habrá de demostrarse que las electivas afinidades de sus movimientos con los intereses del IBEX-35 o los manejos del partido más conservador, son muy beneficiosas para el común de la ciudadanía.

La búsqueda de estos mecenazgos y alianzas de la Iglesia desde el siglo IV d.C. tiene su lado oscuro. Después de tantos siglos, su gestión “confesional” de la temporalidad debiera haber beneficiado -sin cortapisas al conocimiento- a toda la población. Continuarla ahora con un “aconfesionalismo” opaco, indistinguible de aquel largo “confesionalismo”, es difícilmente sostenible. La diversa presencia estratégica de la Religión en la educación prolonga una conflictividad fronteriza incesante desde que, en 1789, perdió el enorme poder anterior. En Francia, claro, porque los españoles volvimos a revivirlo mucho entre 1936-1978, como si los derechos sociales no debieran existir y la caridad suplicante hubiera de suplirlos.

En Francia, de todos modos, la ley que independizó las relaciones de Estado e Iglesia es de 1905, como cuenta Fernando Álvarez-Uría en la “Introducción” a una reedición reciente de Halbwachs, M., Acerca del sentimiento religioso en Durkhem (Dado, 2017). Aquí, los Concordatos de 1851 y 1953 prolongaron aquel conflicto de intereses casi hasta hoy, en que la Constitución de 1978 -en combinación con los Acuerdos de 1979- solapa, bajo un supuesto “aconfesionalismo positivo”, la consolidación política del Estado Vaticano dentro de España.

Transparencia

Quienes pretextan resentimiento olvidan que el rencor al inevitable pasado no facilita un presente de dignidad y justicia. Favorece en cambio la esquizofrenia creer que el Cielo autoriza a algunos que amarguen a todos la vida en la Tierra. Crédulos de su omnisciencia, estos círculos eclesiásticos suelen caer en la confusión que, por razones que Bourdieu dejó estudiadas, no les deja distinguir -a conveniencia- entre el propter quem y el post quem, como si la causalidad fuera una mera continuidad temporal. De proseguir en el acomodado “aconfesionalismo” sobrevenido de que disfrutan les hará cada vez mas insociables. La alucinación política les hará ver que, por ejemplo, todos han de comulgar con su “libertad de elección de centro”, tan transparente que el gasto público ha bajado un 12% entre 2009 y 2012, mientras el de los conciertos educativos  -donde los colegios católicos son mayoría- no ha parado de crecer  privilegiando a casi el 30% de escolares.

Por otro lado, hacer creer que la situación de 2017 es como hace 40 años o anterior burla igualmente toda libertad y equidad democráticas. No sería la primera vez que confunden el propter quem con el mero post quem, pero las oportunistas posiciones de la jerarquía eclesiástica española, por melifluas que se presenten, no permiten olvidar que, a menudo, han sido intransigentes y ajenas a lo que muchos de sus fieles han vivido.

Historiadores como Willian J. Callahan lo han explicado luce meridiana y, para los últimos tiempos, merece la pena  leer a Ángel Luis López Villaverde: El poder de la Iglesia en la España Contemporánea: La llave de las almas y de las aulas (Catarata, 2013). En todo caso, ni el pasado se enmienda con “impactos”  tan epidérmicos como los que pretende alguna Memoria reciente, ni las supremacías de antaño son las de hogaño. Aquel pasado de prepotencia resiste ahora mal un complicado proceso interno de mutación, más difícil cuando la secularización es creciente.

Para un “pacto educativo” consistente no es buena noticia una CEE orgullosa de un pasado lleno de agujeros de los que no se siente responsable, olvidadiza de su presente sociorreligioso y hostil hacia quienes no compartan sus concepciones del mundo.

Sería una situación excelente, sin embargo, para la humilde coherencia. En Educación, olvidando reminiscentes privilegios como el de la catequesis doctrinal en el currículum: aferrarse a que, en horario escolar, lo faculta la legislación “aconfesional” no se ajusta a la Convención de los Derechos del Niño. O negándose a  la separación de niños y niñas en las aulas y mostrando que no es problema para nadie tener recursos económicos para poder estudiar en sus colegios.

Si con el ejercicio astuto de la presión y el intrigante cabildeo pierde crédito esta modalidad de presunta evangelización, gana puntos si derrocha empeño en zonas rurales, ante la niñez más abandonada o en los barrios humildes, como hizo el cura Millán Santos (+2010) en el barrio de Las Delicias (Valladolid).  Justo lo contrario de exigir al Estado conciertos para atender niños bien cuando en el último Informe de UNICEF  -que reafirma a Cáritas- abundan los pretextos para impulsar sus efectivos vocacionales hacia donde se necesitan.  Un designio educador que pretenda erradicar la pobreza y sus consecuencias es ininteligible que se empeñe en hacer pasar por democrático querer fidelizar a unos pocos –favorecidos- a cuenta del escaso dinero de todos.

En democracia, el inexplicado pretexto teocrático no puede suplantar a la Educación pública erosionando sus recursos. Esa pretensión de puro favoritismo, en cristiano desprecia la moral. Salvo que el P. Arregui se equivocara diciendo, en 1961, que “el monopolio, sobre todo de las cosas necesarias, fácilmente lesiona la caridad”, razón histórica de esa “pastoral”.

¿Conversión?

Los itinerarios educativos para selectos, parciales per se, no necesitan para su “libertad de elección” el recurso a los PGE (Presupuestos Generales del Estado) ni el auxilio de la CEE. La obligación del Estado es con todos, para que la educación sea un instrumento de conocimiento y de posible ascenso social, de cohesión moral y cívica de toda la ciudadanía. A esto ha de orientarse el propter quem o las razones de la acción educativa eclesiástica si no quiere ser una mera empresa de servicios.

Si quiere estar con su “pueblo de Dios”, el aggiornamento de Juan XXIII y su Concilio Vaticano II en los primeros sesenta fueron una auténtica novedad. Hoy, en el post quem de aquella historia esperanzada para muchos, que esas actividades se amparen en interpretaciones laxas de “aconfesionalismo” o en el puro marketing es cada vez más increíble.  Cuando en estos últimos 40 años ha pasado de todo, mejor será abandonar el tozudo cultivo de esos lastres de “lo fáctico” que seguir perdiendo credibilidad.

Fuente: http://www.mundiario.com/articulo/cultura/confesionalidad-educativa-sigue-espana-criterios-siglo-xix/20170622132953092738.html

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Educación contra la Globalización Neoliberal

Por: Enrique Javier Díez Gutierrez

Autores y autoras del PCE, junto con profesionales y expertas críticas y marxistas vinculadas al mundo de la educación, se adentran en profundizar sobre el papel que está jugando la educación y el sistema educativo público, ante este tsunami ideológico.

El último número de Nuestra Bandera, la revista teórica y de debate del Partido Comunista de España, fundada en 1937 y dedicada a análisis sociales, culturales y políticos desde un punto de vista marxista, publica un monográfico que busca analizar la situación actual de la educación ante la ola neoliberal que inunda nuestra sociedad y conquista nuestros deseos. En ella, autores y autoras del PCE, junto con profesionales y expertas críticas y marxistas vinculadas al mundo de la educación, se adentran en profundizar sobre el papel que está jugando la educación y, en concreto, el sistema educativo público, ante este tsunami ideológico. Pues la educación es uno de los pilares fundamentales que ayudan a construir y consolidar la cosmovisión de las futuras generaciones.

Necesitamos comprender los mecanismos que desde el sistema educativo están o pueden estar contribuyendo a afianzar y asentar el actual capitalismo neoliberal en la forma de pensar, actuar, organizarse y relacionarse de toda la población escolar que durante al menos una década puebla los centros educativos de nuestro Estado. Pues es necesario adentrarse en las raíces de un neoliberalismo que está consolidando en nuestro país el “síndrome social de Estocolmo” ante los responsables de la opresión, la guerra, la corrupción, la desigualdad social, la injusticia y la barbarie, mientras nos tienen entretenidos con el circo.

Pero también debemos reflexionar y descubrir aquellas grietas del sistema, aquellos elementos y experiencias que están o pueden estar apuntando en sentido contrario respecto a la inmersión en esa globalización neoliberal. No sólo prácticas concretas, experiencias determinadas o casos situados en determinados lugares geográficos, sino también estrategias y planteamientos que se pueden o se deben desarrollar en el conjunto del sistema educativo, de forma planificada y global, que permitan a las comunidades educativas, por supuesto, pero también a los responsables de las políticas educativas generar mecanismos y estrategias adecuadas para educar contra esta globalización neoliberal capitalista, consumista, individualista, insolidaria y destructora del planeta.

Los dos primeros artículos configuran el primer bloque de este monográfico. Nos adentran en el creciente proceso internacional de profundización de la mercantilización de la educación en el ámbito europeo y el impulso del mismo a través de los organismos y los tratados internacionales que ahondan en la privatización y conversión del derecho de la educación en una mercancía más, como cualquier otro producto de consumo. El texto de Enrique Galindo, profesor y activista de Mareas por la Educación Pública, analiza los mecanismos que están configurando la apuesta neoliberal del actual sistema educativo y las líneas fundamentales que rigen políticas educativas de la valorización del capital humano que impulsan esos organismos internacionales, fundamentalmente la OCDE y la UE, y que son obedientemente aplicadas por los gobiernos nacionales de todo el mundo dando lugar a un modelo de educación marcadamente neoliberal.

Complementariamente a este análisis, Elisa Gracia y Carlota Álvarez, estudiantes y activistas de la Unión de Juventudes Comunistas, se adentran en la privatización de la Educación y los efectos de los tratados de libre comercio que está negociando la Unión Europea y que suponen una etapa más de este proceso de liberalización de los mercados que buscan aumentar la tasa de ganancia de la burguesía internacional mediante la mercantilización también del sector educativo.

El segundo bloque se centra más en mecanismos y estrategias concretas que el neoliberalismo está introduciendo en la agenda educativa y que conforman un modelo férreo de estructuras y sistemas de sometimiento a los valores y principios competitivos, insolidarios y profundamente egoístas del capitalismo en el espacio escolar. Valores basados en la comercialización del espacio público educativo y la introducción de la empresa en el núcleo educativo, definiendo prioridades, contenidos y objetivos de los sistemas educativos; incluso introduciendo la empresa militar y sus valores guerreros o el modelo de capitalismo empresarial como finalidades fundamentales en los que educar a las nuevas generaciones. Pero también a través de estrategias más sutiles como la colonización cultural a través de un modelo de bilingüismo segregador o la innovación y la evaluación como sistemas de control y estandarización de este nuevo mercado educativo competitivo. Lo más alarmante es que estas estrategias, más o menos sutiles, más o menos publicitadas o más o menos consentidas, amparadas e incluso demandas por las Administraciones Educativas de corte neoliberal, están siendo casi asumidas y aceptadas también, sin prácticamente ninguna crítica ni oposición, por buena parte de la sociedad e incluso de sectores socialdemócratas y progresistas.

Este segundo bloque se abre, pues, con el artículo del Investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona Geo Saura, sobre el denominado filantrocapitalismo neoliberal que invade nuestra geografía educativa y social. Describe cómo nuevos actores privados como grupos filantrópicos, organizaciones económicas, corporaciones y think-tanks están participando junto a los gobiernos en los procesos de toma de decisiones de las políticas educativas, buscando producir y ampliar nuevo mercado educativo con el fin de maximizar beneficios del capital invertido en este campo y promoviendo nuevos procesos de gobernanza global cuyos efectos están desarrollando incluso nuevas formas de pensar la educación.

A continuación, el profesor y activista Rubén García, Cocoordinador del Área de Educación de Izquierda Unida de Castilla y León y el Profesor de la Universidad de León y Coordinador del Área Federal de Educación de IU, Enrique Díez, desarrollan cómo la educación se está convirtiendo en un campo de batalla para la introducción no solo de esos modelos de privatización y gobernanza neoliberales, sino también un territorio para conquistar espíritus militares en el currículum escolar y en la formación del profesorado, mediante contenidos, concursos, exhibiciones y formación financiada por las propias Administraciones Públicas, con la excusa del nuevo halo “humanitario” que pretenden vender de las actuales guerras de invasión y pillaje internacional. El profesor Díez desarrolla, en el siguiente artículo titulado “Educar en y para el capitalismo emprendedor”, la introducción en el currículum escolar de la filosofía del capitalismo made in Wall Street y el IBEX-35, mediante el arte de educar a las jóvenes generaciones en la “especulación financiera”, como nueva estrella transversal en los contenidos escolares, desde infantil hasta la Universidad. Parece ser que el gurú del neoliberalismo, Milton Friedman, se consagra como el alma mater de la educación actual y une el capitalismo con la invasión militar, aplicando en la escuela aquel principio de que la guerra es un mecanismo de extensión del imperio económico y de los nuevos negocios de las multinacionales: “Para que la globalización avance es imprescindible que Estados Unidos actúe con toda su omnipotencia. La mano invisible del mercado jamás funcionará sin el puño invisible. McDonald’s no prosperará sin McDonnell Douglas, constructor del F15. El puño invisible que garantiza un mundo seguro para Silicon Valley se llama ejército, aviación, marina y Cuerpo de Marines de los Estados Unidos” (Thomas Friedman, The New York Times, 28 de marzo de 1999).

A continuación, estos autores junto con Agustín Moreno, profesor de secundaria, activista de la Marea Verde de Madrid y miembro del Área de Educación Federal de IU, reflexionan sobre el actual modelo de bilingüismo escolar que está sirviendo no solo para segregar a buena parte de la población escolar, sino también para colonizar mentalmente y vitalmente las expectativas sociales y las esperanzas, orientando la educación de niños y niñas prioritariamente hacia un futuro laboral, como si el desarrollo fuera eso esencialmente, ser mano de obra, buscando ya desde infantil posibles ventajas competitivas en el posterior mercado de la precariedad.

Dentro de este bloque, se complementa este análisis crítico sobre el actual modelo de bilingüismo escolar con el artículo del profesor y experto Juan Mainer, Catedrático de Bachillerato de Geografía e Historia y miembro de Fedicaria, que nos muestra las otras caras de la enseñanza del inglés. Explica cómo la lengua inglesa, junto a la informática o la economía del emprendimiento, son fetiches sociales y educativos, auténticos caballos de Troya del pensamiento neoliberal hegemónico y de las políticas educativas que estamos padeciendo, detrás de las cuales hay todo un proceso civilizatorio, del que la escuela es un eslabón relevante. La lengua inglesa es un vehículo de ideologías, forma de estar, pensar e interpretar la realidad y el mundo que forma parte de una premeditada, calculada y muy bien organizada estrategia de colonización e imperialismo cultural angloamericano.

Este segundo bloque finaliza con dos textos, uno de Rosa Cañadell, Profesora de Secundaria, activista educativa y conocida como portavoz del sindicato USTEC·STEs, que reflexiona sobre la innovación y el texto de Enrique Díez sobre la evaluación del famoso informe PISA. Ambos artículos revisan cómo esta forma de concebir la innovación y este enfoque de la evaluación, de corte profundamente neoliberal, han cambiado radicalmente el sentido a la innovación y la evaluación pedagógica de orientación emancipadora y social, para convertirlas en herramientas al servicio de la privatización y la creación de un mercado educativo que se ofrece a la “clientela más exclusiva”, en donde ya pueden elegir entre las “mejores ofertas competitivas” en formato de rankings de centros, como si de una oferta de opciones bancarias o de productos de mercado se tratara.

El tercer bloque aborda dos aspectos cada vez más preocupantes de esta guerra ideológica que arrasa, sin dejar casi alternativas posibles al pensamiento único. Guerra que parece, al menos por los resultados electorales en el continente y en nuestro país y por lo que transmiten los medios cotidianamente, como si el neoliberalismo fuera ganando por goleada.

En primer lugar, se adentra en cómo este tsunami neoliberal está conformando nuestras conciencias y conformando un nuevo sujeto neoliberal a través de la “gestión emocional” y de la motivación, que se convierten en eficaces formas de lograr el consentimiento y sometimiento de la mayoría social a las nuevas configuraciones del mercado laboral. Y, en segundo lugar, la transformación que esto supone para los sistemas escolares, que ahora tienen la función de garantizar la “disolución de la lógica” y la entrega de los escolares a la servidumbre voluntaria a través de la manipulación emocional y la psicología positiva como métodos de control social, configurándose como una auténtica “escuela de la ignorancia”. Dos textos escritos por Enrique Díez, el primero de ellos, y por Enrique Galindo, el segundo.

En este bloque nos adentramos también en un análisis de género de esta guerra ideológica neoliberal que quiere convertir la vida en mercancía, incluso a los seres humanos. Eloina Terrón, Profesora y Coordinadora Provincial de Izquierda Unida León, junto con Cristina Simó, Maestra y Secretaria de la Mujer del Partido Comunista de España y el profesor Enrique Díez, analizan las consecuencias educativas y en la socialización de las nuevas generaciones, que tendría el regular la prostitución como una profesión y organizar el alquiler de úteros como una “opción para las pobres”. Explican cómo nos están socializando en el patriarcado del consentimiento con estas propuestas neocoloniales, amparándose en dos ideas complementarias: la libre elección y el consentimiento. Convirtiendo así toda relación de compra-venta en la economía neoliberal en admisible, si supuestamente hay consentimiento por medio de la víctima, incluso en estas formas de violencia contra las mujeres. Preguntándose ¿cómo podremos educar para la igualdad en esta sociedad neoliberal donde las niñas sabrán que su futuro puede ser la prostitución o alquilar sus úteros y los chicos sabrán que pueden usarlas si tienen el suficiente dinero para pagar por ello? No olvidemos que el sistema educativo, formal y no formal, es una herramienta de reproducción del sistema social.

El último bloque, el cuarto, pretende abrir un nuevo horizonte ante esta desolación del capitalismo neoliberal que asola nuestros corazones y nuestros sistemas educativos. En este bloque nos plantean cómo combatir, desde la educación, este modelo de globalización neoliberal que se asienta en el inconsciente colectivo y en la vida cotidiana. Se inicia con el texto del profesor de la Universidad de León, Juan Ramón Rodríguez, técnico de formación de la Consejería de Bienestar Social de Asturias que aborda alternativas socioeducativas críticas al discurso neoliberal. Alternativas que puedan contribuir al logro de sociedades más igualitarias y con mayores cotas de justicia social.

En este sentido es destacable también la colaboración de David Hill, Profesor de Educación de la Universidad de Anglia Ruskin (Inglaterra), hace un llamamiento al activismo en los ámbitos social y político en las instituciones formales de educación, exhortando a ser «educadores críticos», «pedagogos revolucionarios críticos», dentro y fuera de la educación oficial desde la teoría y la práctica marxista.

Teresa García, profesora de la Universidad de Almería, presenta una propuesta de formación inicial docente desde la pedagogía radical, que busca confrontar y dar respuesta ante la “nueva economía” del conocimiento, frente a la que permitirá iniciar y desarrollar procesos educativos radicalmente democráticos tanto en la universidad como en los contextos escolares. Consol Aguilar, Catedrática de la Universidad Jaume I de Castellón, además nos recuerda la importancia de la implementación del género en la formación inicial de maestras y maestros unida a una acción política educativa coherente con la igualdad, ligada a toda lucha por la democracia y contra el neoliberalismo, pues el capitalismo neoliberal y el patriarcado van inextricablemente unidos.

Finalmente, Maria Angeles Llorente, profesora y referente de los Movimientos de Renovación Pedagógica en el País Valencià, nos adentra en cómo desenmascarar las consecuencias del neoliberalismo en la educación para poder combatirlas. Planteando que la única alternativa ética ante tanta barbarie pasa por la reconstrucción de la Escuela Pública como un modelo educativo para la emancipación y la justicia social. Una Escuela Pública que ha de ser democrática, laica, inclusiva, coeducativa y con un currículo contra-hegemónico para la transformación social. Esta reconstrucción, considera, sólo será posible si una mayoría social se implica en su construcción y se crean las sinergias sociales necesarias para cambiar un imaginario colectivo hoy fuertemente neoliberal. Querer, saber y poder son tres elementos claves para esta revolución.

Esta es la finalidad de este monográfico. No solo contribuir a deconstruir un imaginario colectivo donde parece que el capitalismo y la globalización neoliberal es la única alternativa posible, que como dicen sus mentores “aunque no sea la mejor opción, no es posible ninguna otra”, sino descubrir y ofrecer alternativas que orienten otra educación posible.

Necesitamos hacerlo ahora. Ya. Una generación de jóvenes que ha dado lugar al 15M y al movimiento de los indignados, pero que simultáneamente apuesta por apoyar opciones políticas conservadoras o abstenerse políticamente, nos habla de la ambivalencia y las dos caras de un posible futuro de la sociedad que estamos construyendo.

Este es un momento crucial en nuestra historia social. En un momento en que los movimientos sociales y políticos de la América Latina están viviendo la crisis del proyecto del Socialismo del Siglo XXI que tanta esperanza hizo surgir en el sur, mientras en Europa y EEUU resurgen con fuerza los fascismos y sus rostros amables, los movimientos naranjas de cariz neoliberal, que incentivan con mayor fuerza si cabe las invasiones “humanitarias”, financian el armamento que mantiene en auge el “choque de civilizaciones” y controlan los medios de comunicación mundiales con su ideología, es crucial entender el papel que pueden jugar la educación y los sistemas educativos públicos, pues se convierten en una piedra angular para repensar e intentar reconstruir el mundo y la vida desde un enfoque radicalmente diferente con el horizonte anclado en el bien común y la solidaridad, en la inclusión y la justicia social, en el decrecimiento y el respeto por el entorno planetario. Esta es nuestra apuesta. Este es nuestro reto.

Fuente: http://www.mundoobrero.es/pl.php?id=7204

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El West Point chino

China/30 de mayo 2017/Autor: Javier Guillenea/Fuente: http://www.diariosur.es

La educación patriótica regresa a China. Las élites comunistas han creado escuelas militares para inculcar en los niños el espíritu de la revolución.

U no de estos niños de la Escuela Primaria Yang Dezhi que salen en la foto dirá que «el Ejército Rojo derrota a los demonios» y los demás lo repetirán sin dudarlo, porque para eso los educan y tampoco les queda más alternativa. A su edad no han visto mucho más que el comienzo de la infancia y el final de ella tras los muros de una de las 150 escuelas militares que en los últimos años han fructificado en China con el dinero de la llamada ‘nobleza roja’, una élite compuesta por veteranos comandantes comunistas y sus familias.

Estas escuelas son un ejemplo extremo de la ‘educación patriótica’ que el Partido Comunista chino promueve para reforzar su legitimidad y que los críticos consideran como un medio para lavar el cerebro de las nuevas generaciones del país. El origen de estos centros data de la represión de la protesta estudiantil de 1989 en la plaza Tiananmen. El entonces presidente chino, Jiang Zemin, pidió que en las escuelas primarias e incluso en los jardines de infancia se pusiera un renovado énfasis en la enseñanza de la historia nacional. La petición dio como resultado la creación de centros en los que se imparte una educación basada en el marxismo y en la que se refuerzan los conceptos de disciplina y patriotismo bajo un modelo militar.

La que aprenden es una historia a la carta en la que se silencian los episodios más oscuros, se blanquean los grises y se subliman los que convienen a la clase dirigente. La idea central que interiorizan los alumnos de las escuelas militares chinas es que «el Partido salvó al país». Bajo este paraguas ideológico, los niños, con sus uniformes azules y sus gorras con estrellas rojas al más tradicional estilo maoísta, cantan tras el descanso del recreo canciones con letras como «la estrella roja parpadea y nosotros haremos aún más fuerte a nuestra patria».

Muchas de las escuelas del Ejército Rojo llevan el nombre de viejos líderes del Partido Comunista y han sido erigidas en antiguas zonas que fueron cuna de la revolución. Entre los nombres de sus fundadores figuran las esposas de los exlíderes políticos Li Ruihuan y el mariscal He Long. La mujer de Deng Xiaoping donó 100.000 yuanes (16.000 dólares) al proyecto y Qi Xin, madre del actual presidente, contribuyó con 150.000 yuanes. Todo es poco para alcanzar el objetivo de «corregir el atraso de las condiciones educativas» en las áreas donde se han construido las escuelas y difundir al mismo tiempo «el espíritu del Ejército Rojo».

Por amor al pueblo

«El Ejército Rojo es bueno porque ama al pueblo», repiten los niños de Yang Dezhi. Ellos serán –al menos, es lo que se pretende– la vanguardia de la mayor fuerza militar del mundo, una masa humana sin igual que hace temblar al mismísimo Estados Unidos, el gendarme que prepara a sus propios patriotas en academias como la de West Point o en escuelas militares en las que, entre otras habilidades, se enseña a los jóvenes a ser obedientes.

Quizá todos esos niños que hoy saludan a la bandera y cantan himnos con letras similares acaben enfrentándose en un campo de batalla. La posibilidad parece lejana pero, por si acaso, y ante el aumento de la tensión en Corea del Norte, ambas partes se preparan para un choque que, en caso de producirse, sería demoledor para el planeta. El Ejército chino cuenta con más de 2,3 millones de personas en activo, un millón más que Estados Unidos.

Es cierto que el presupuesto norteamericano en defensa es mucho mayor que el chino, pero a veces se llega a un punto en el que unos miles de millones de dólares más o menos no van a ninguna parte. Sobre todo cuando los dos lados tienen una capacidad nuclear más que suficiente para destruir varias veces el mundo. Estados Unidos reconoce 6.800 ojivas y China solamente 260. La diferencia es grande, pero si se da la ocasión no habrá demasiado tiempo para notarlo. Como cantan los niños de la escuela militar Yang Dezhi, «marchamos hacia adelante con firmeza sin igual». Lo que nadie les dice es qué encontrarán cuando lleguen. Si es que alguna vez llegan.

Fuente de la Noticia:

http://www.diariosur.es/sociedad/201705/22/west-point-chino-20170522183059.html

 

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Desnutrición cultural

Por: Fernando Buen Abad

Algunas de las restricciones que el capitalismo impone a los seres humanos incluyen el acceso al conocimiento territorial y conceptual del mundo todo con sus realidades. Incluyen una especie de inanición de saberes y de experiencias necesarias para el crecimiento normal de la conciencia social y de la conciencia de especie. Incluyen el desabastecimiento de nutrientes intelectuales que son soporte de las habilidades mentales básicas como la capacidad de abstracción, la capacidad de organización, la capacidad de movilización y las habilidades del pensamiento crítico. Y como toda des-nutrición produce estragos. Acéptese ésta metáfora imperfecta provisionalmente. He aquí un problema Ético crucial para nuestro tiempo.

Reponerse de semejante despojo implica (además de conciencia de él) tiempos y estrategias de atención especial y prioritaria que, hasta hoy, no han podido resolver, por supuesto, los “modelos educativos” funcionales al capitalismo. Sigue intocado el flagelo que aqueja a millones de personas sin saber leer y escribir y sólo unos cuantos países gozan del “privilegio” de ser “territorios libres de analfabetismo.” (Cuba, Venezuela, Bolivia…) Es pasmosa la ignorancia generalizada en materia de geografía económica, política y social. Historia y crítica de la Cultura, de las Artes y de las expresiones populares. A población abierta se desconoce África y sus diversidades; Latinoamérica con sus raíces más frondosas y sus calamidades imperiales. Se trata de una “ignorancia de clase” que sirve para hundir en la confusión todo aquello que no pertenezca a los triunfos materiales y espirituales de la burguesía. Semejante “desnutrición cultural” no se resuelve con reformitas ni reformistas neoliberales. Ni con represión a los profesores críticos.

Para colmo, como en toda “desnutrición”, también ocurre el sobre-consumo de alimentos ideológicos “chatarra” que mientras engordan con banalidades consumistas a los usuarios, le destruyen el sistema nutricional basal. Acéptese ésta metáfora imperfecta provisionalmente. Así tenemos obesidades ideológicas mórbidas, producto de un mercado de valores mercantiles cuyo efecto reduccionista es engrosar sin control al capitalismo y sus “mass media”. Así, pues la desnutrición cultural proviene de la escasez tanto como de la saturación. En el centro del problema está el vació prefabricado por la burguesía, para tener seres humanos embriagados con felicidad de consumo, ignorantes pero agradecidos de no tener que saber tanta cosa sobre un mundo que se les vende como ajeno, peligroso y aburrido. Nos ganó “patolandia”.

Algunas estratagemas para maquillar el escándalo de la “desnutrición cultural” se fabrican rentablemente en el seno de la “industria del turismo”. Como dicen que “los viajes ilustran”, dan por verdad que viajar es una forma de combatir la ignorancia abrumadora que pesa sobre el mundo y que al mundo le pesa. Pero nada asegura que los viajantes sean, realmente, conscientes de los territorios que pisan. La “industria del turismo” ha creado modelos de estandarización que comprimen la experiencia a una sola decoración para comer tanto como para dormir. No importa si estamos en el desierto del Sahara o, en Alaska o cruzando el Río de la Plata en un transporte más parecido a un “supermercado” que a un barco. La “cultura” del “viajante” suele reducirse a unas cuantas fotos, unos mensajes en “redes sociales” y a las habilidades espurias para ganarse puntos o “millas” extra del “viajero frecuente”. Con las debidas honrosas excepciones.

El cuadro de la “desnutrición cultural” se completa entre malabares de computadora para conseguir hospedajes “buenos, bonitos y baratos”. Renta de autos, reservaciones de restaurantes y uno que otro lujo al alcance del salario de las masas turísticas. En la perspectiva general la experiencia residual de un viajante común, suele no contener información alguna sobre cómo se vive lo que se vive en cada lugar ni qué nos une a las mejores luchas que se desarrollan en cada sitio del planeta. Viajar debería ser otra cosa. “Gana la ignorancia”.

¿Qué puede esperarse en las escuelas donde se enseña, hipotéticamente, algo que sirva para conocer y entender al mundo, sin moverse de las aulas? Sin moverse del televisor, sin abrir un libro. (En el caso de que existan -a la mano- libros capaces de combatir la “desnutrición cultural”) National Geographic, por ejemplo, emprendió -como muchos lo han hecho- el trabajo de “mostrar al mundo” pero bajo sus reglas de mostración y con el paquete ideológico que a ellos conviene inyectado en cada lugar, en cada hecho, en cada situación por ellos elegida. Así, vemos un mundo expuesto de tal forma que ni los “locales” se reconocen ante los eventos cotidianos más próximos o más cotidianos. Muestran al mundo como antropólogos ingleses (ajenos, distantes y pasajeros) de esos que a ellos les encanta convertir en locutores de sus series televisivas. Hay lugares que tienen la colección completa de sus videos y ni una sola comprensión del planeta. La Ideología de la clase dominante.

Toda persona tiene derecho a conocer su realidad como especie y como grupo social sometido a las tensiones de la lucha de clases. Tiene derecho a comprender su lugar en el modo de producción dominante y su lugar en las relaciones de producción. Tiene derecho a conocer la Historia de las condiciones que se le han impuesto y las posibilidades reales para salir de ellas. Conocer las luchas de sus pueblos y las luchas de otros pueblos que han luchado y luchan por salir de un mundo secuestrado por el capitalismo. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la salud, a la vivienda y a la educación y eso implica el derecho a conocer el mundo, libre y críticamente, en contacto con otras persona que, a su vez, también tienen derecho a conocernos y reconocernos como iguales, fraterna y solidariamente. No contar con eso es una pérdida histórica difícil de reparar. No contar con eso es un daño terrible a la especie humana y a su futuro. Impedirlo es un delito de lesa humanidad también agravado por cometerse con alevosía, ventaja y premeditación. Desnutrición cultural programada. ¿Qué hacemos?

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