Holanda, el país que teme perder su idioma porque las universidades no lo usan

Europa/Holanda/01 Noviembre 2018/Fuente: BBC

Estamos en Holanda, en una universidad: los estudiantes se sacan las chaquetas y las bufandas mientras el profesor abre una presentación en Power Point sobre «emprendimientos innovadores» y se prepara para dar su charla, que será en inglés.

El idioma es elección del centro académico, apunta Frank van Rijnsoever de la Universidad de Utrecht.

El uso del inglés en las educación superior holandesa es tan extenso que un grupo de profesores predijo que habrá un «lingüicidio» inminente y exigió que el gobierno de La Haya imponga una moratoria que prohíba a las universidades crear nuevos cursos en inglés hasta que se realice un análisis de impacto oficial.

El 60% de los programas de maestría ofrecidos en la Universidad de Utrecht son en inglés. En el nivel educativo más alto prácticamente no se imparten cursos en holandés.

«A mí no me importa. La mayoría de los textos están en inglés«, dice el profesor Van Rijnsoever.

«Así que para mí, como docente, no es un gran problema porque también investigamos en inglés. Pero para los estudiantes, ves que tienen que cruzar una cierta barrera para expresarse adecuadamente».

Países Bajos tiene uno de los niveles más altos del mundo de dominio del inglés como segunda lengua, superado solo por Suecia, según el último Índice EF de Dominio del Inglés.

«Es algo que aprendí a lo largo de los años, principalmente mientras hacía mi doctorado en inglés académico», explica el profesor.

Para Oskar van Megen, quien se graduó con un título en desarrollo sustentable, realizar una maestría en inglés con orientación internacional tenía sentido ya que el tema era más amplio que en los Países Bajos.

Sin embargo, reconoce que tuvo su costo: «Me puso un poco en desventaja porque me tomó mucho tiempo entender y concentrarme en lo que decían los profesores, y entender los artículos y escribir mis propios artículos».

Sin embargo, aunque siente que está calificado para tener una carrera internacional, desde entonces ha luchado por encontrar trabajo en su país.

‘Úsalo o piérdelo’

Utrecht no es la única. Algunas universidades del país han borrado completamente el idioma holandés de su currículo. En Eindhoven, incluso los sándwich en las cafeterías dicen «cheese» al queso en lugar de la palabra holandesa «kaas».

Y no todos están contentos con la creciente anglicanización de las universidades.

«El holandés es nuestra identidad», se queja Annette de Groot, profesora de lingüística en la Universidad de Ámsterdam.

«¿Qué sucede con la identidad de un pueblo en un país en el que el idioma nativo ya no es el principal de la educación superior?».

«Los holandeses no son tan buenos con el inglés como ellos creen. No deberías utilizar un lenguaje más débil en la educación«, advierte la experta.

«Si usas el inglés en la educación superior, el holandés eventualmente empeorará. Es ‘úsalo o piérdelo’. El holandés se deteriorará y la vitalidad del idioma desaparecerá. Se llama bilingüismo desequilibrado. Agregas un poco de inglés y pierdes un poco de holandés«.

Mientras que el inglés puede ayudar a los estudiantes a ingresar al mercado global, otros sienten que su prevalencia los excluye de su país de origen.

Y el debate político aquí se está intensificando, a medida que más ciudadanos de Reino Unido se mudan porque sus empresas desean permanecer en la Unión Europea (UE) después del Brexit.

Es hora de que haya un debate honesto sobre el tema, dice la profesora De Groot.

«Estamos cambiando a una visión cada vez más anglosajona del mundo. Las universidades quieren diversidad, perspectivas diferentes. Lo que ocurre es exactamente lo contrario. La anglicanización significa que terminas con un mundo mucho más homogéneo».

Para ella la ironía es que las universidades holandesas simplemente están compitiendo para atraer estudiantes en un intento por sobrevivir.

El rector de la Universidad de Utrecht, Henk Kummeling, sostiene que avanzar hacia el inglés ha sido un proceso orgánico pero acepta que para competir internacionalmente tiene sentido utilizar un idioma mundial.

«No es que sea una publicidad para estudiantes internacionales», me asegura desde su oficina, con vista al campus repleto de bicicletas.

«La cultura holandesa permanecerá durante siglos. Cuando los holandeses hablamos entre nosotros, hablamos holandés».

Oskar está de acuerdo, diciendo que disfrutó entablando amistades con estudiantes de Reino Unido, Irlanda e Italia.

«Personalmente no tengo ningún problema en no hablar holandés o con la cultura holandesa, que tal vez esté desapareciendo un poco».

Pero él dice que tiene que haber un límite y considera que la Universidad de Groningen, en el norte del país, ha admitido a demasiados estudiantes internacionales.

«Hay tantos, que tienen que instalar carpas solo para que los estudiantes puedan tener un techo sobre sus cabezas», se queja.

El peligro para él es que las universidades están tratando de aumentar su perfil internacional al tiempo que buscan generar ingresos de estudiantes extranjeros, y hacen otras concesiones.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-46051675

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Colombia: Cuáles son los idiomas que están en peligro de extinción por culpa de la tecnología

América del Sur/Colombia/6 Mayo 2017/Fuente: Semana 

En el mundo se hablan más de 7.000 lenguas, pero no todas sobrevivirán a la era digital. Unas 2.500 de ellas están en peligro. Y gran parte de la culpa la tienen los smartphones.

BBC

El universo online, con sus más de mil páginas web, está creando toda una revolución idiomática potenciada por el uso de nuevas tecnologías en nuestra vida diaria, como el GPS o el uso de comandos de voz en el celular. Ha llegado incluso a imponer un nuevo lenguaje plagado de tecnicismos informáticos y anglicismos. Y el desarrollo de nuevos dispositivos y tecnologías que no reconocen todos los idiomas agudiza el problema.

El lingüista y matemático húngaro András Kornai lleva años investigando este fenómeno, que define como la «muerte digital de los idiomas». Internet tiene sus claras favoritas. Son las lenguas que dominan el escenario virtual y que Kornai llama «hiperconectadas». Hay una docena de ellas, como el inglés, el español, el japonés, el árabe y el portugués. Y, sobre todo, el chino mandarín -con sus mil millones de hablantes-, cuyo uso en el mundo digital superará al del inglés.

«Muchos de los idiomas que se hablan en el mundo no sobrevivirán a la sociedad de la información digital globalizada», explica la Alianza Tecnológica Multilingüe de Europa (META, por sus siglas en inglés) en su informe «Europe‘s Languages in the Digital Age» (lenguajes europeos en la era digital), de su serie de investigaciones «Libros Blancos», en la que trabajaron 200 expertos.

«Se calcula que al menos 2.000 idiomas se enfrentan a la extinción en las próximas décadas», dicen los analistas. «La brecha entre las lenguas ‘grandes‘ y las ‘pequeñas‘ es cada vez mayor».

Solamente en Europa encontraron «más de 20 lenguas en riesgo de extinción digital». Entre ellas, el croata, el gaélico irlandés, el letón, el maltés o el lituano. También el euskera, el catalán, el rumano, el búlgaro y el islandés, entre otras.

El caso del islandés 
Si eres una de las apenas 350.000 personas en el mundo que hablan islandés sabrás que se trata de una lengua compleja (tiene tres formas verbales diferentes y adjetivos para géneros y números). Por eso muchos smartphones ni siquiera la hablan. Además, el aumento del turismo ha fomentado el uso del inglés en el país, en detrimento del idioma oficial.

El uso del islandés en tecnología del lenguaje se volvió prácticamente inexistente en 1999. Todo lo que había era un corrector ortográfico y un sintetizador del lenguaje. Pero la situación apenas ha mejorado con los años.

Los navegadores GPS de los automóviles no detectan los nombres de calles y las autopistas islandesas, y asistentes digitales como Siri (de Apple) o Alexa (de Amazon) no comprenden el idioma, según explicó META en su informe.

Ásgeir Jónsson, profesor de economía en la Universidad de Islandia dice que la nación nórdica está experimentando una fuga de cerebros y que muchos sistemas informáticos están diseñados para reconocer el inglés, pero no el islandés. El lingüista islandés Eiríkur Rögnvaldsson dice que muchos niños en el país ya no lo aprenden.

«A mucha gente le preocupa el futuro de esta lengua debido a cambios radicales sociológicos y tecnológicos», le cuenta Rögnvaldsson a BBC Mundo. El especialista dice que la influencia del inglés es «enorme» debido a la explosión turismo, el aumento de trabajadores extranjeros y la influencia de smartphones, canales de YouTube y juegos online interactivos.

«El islandés está amenazado por la tecnología de la información», afirma el lingüista. «Todos los equipos y aplicaciones en el futuro serán comandados por tecnologías de voz. No poder usar islandés en este tipo de dispositivos significará que perdemos una parte importante del día a día a favor del inglés».

«Eso será probablemente el principio del fin para el islandés», afirma el experto. «Y, si eso ocurre, perderemos una conexión importante con nuestro pasado».

Quechua y otras lenguas latinoamericanas
Pero el problema es global. La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) creó un «Atlas de lenguas del mundo en peligro» en el que señala la «necesidad de salvaguardar la diversidad lingüística del mundo». Su lista incluye 2.465 lenguas de todos los continentes.

Uno de ellos es el quechua, a pesar de que lo hablan unos ocho millones de personas en Perú, Ecuador, Bolivia, Colombia, Argentina y Chile. Solamente en Brasil hay 190 lenguas en peligro (¿te suenan el kamá, dení o el javaé?), otras 143 en México (por ejemplo, el zacatepeco o el mazateco), 68 en Colombia (como el guayabero y el guajiro), 62 en Perú (el aymara es una de las más conocidas), 39 en Bolivia (bauré, chimané, acahuara…) y 7 en Chile (como el rapa nui, que solamente se habla en la Isla de Pascua).

Las posibles soluciones
Sin embargo, la tecnología también puede servir para «rescatar» los idiomas.

Georg Rehm, investigador de las lenguas en el mundo tecnológico, le dijo a BBC Mundo que es importante «hacer inversiones estratégicas en nuestras lenguas, sobre todo en tecnologías multimedia como máquinas de traducción». Wikipedia tiene un programa para el rescate de dialectos y Google lanzó en 2012 su proyecto «Idiomas en peligro de extinción», que ha ido ampliando con los años.

«Necesitamos concientizar sobre la amenazas de las lenguas y hacer que la gente se dé cuenta de que es importante usar el idioma en todas las esferas de nuestra vida diaria», dice Rögnvaldsson. «También tenemos que invertir en el desarrollo de tecnologías de voz o traducción automática», añade el experto.

«Los idiomas con pocos hablantes (como el islandés) que se hablan en sociedades modernas y dependen mucho de la tecnología de la información y de internet son muy vulnerables», dice el islandés. Pero Kornai tiene una visión algo más esperanzadora: «Si un idioma no está en web, no existe. Pero una lengua no muere del todo hasta que muere su último hablante».

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/idiomas-en-peligro-de-extincion-por-culpa-de-la-tecnologia/523881

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The Importance of Preserving and Promoting Languages: A Liberal Arts Perspective

Por: Michael Zimmerman

I recently wrote about what the death of the last thylacine (Tasmanian tiger) 80 years ago can teach us about the power the liberal arts has to solve wickedly difficult problems. That piece and its focus on extinction led to a discussion with my good friend and Russian language scholar Ben Rifkin about another serious extinction crisis: the dramatic loss of languages we are experiencing around the globe. What follows are our joint thoughts on that problem and the importance of promoting educational practices that encourage thinking across disciplines.

A frighteningly high rate of species extinction has become the defining characteristic of the Anthropocene era but species aren’t the only things being lost at an alarming rate. Languages are disappearing as well with equally serious consequences.

Linguists cannot say with certainty how many human languages are spoken today. One linguist’s language may be another’s dialect. For instance, some classify the “languages” of Danish, Norwegian and Swedish as “dialects” of a “Scandinavian language” because they share structures, vocabulary, cultural experiences and because they are generally mutually comprehensible. On the other hand, others classify the “eight dialects” of Chinese as “distinct languages,” because, for example, Cantonese, Shanghainese and Mandarin do not share vocabulary and are mutually incomprehensible, even though they share a common orthography. Thus, linguists speculate that there are as few as 5,000 and as many as 9,000 languages.

What’s not in question, however, is that the number of languages is decreasing rapidly. Languages, like species, may be characterized as endangered and they go extinct when the last speaker of a language dies. When that happens, the languageand culture disappear with little trace, typically because many of the languages we’re losing have not left written or recorded evidence behind. Indeed, many extinct languages were only spoken, not written.

Languages become endangered and die out for many reasons. Sadly, the physical annihilation of communities of native speakers of a language is all too often the cause of language extinction. In North America, European colonists brought death and destruction to many Native American communities. This was followed by US federal policies restricting the use of indigenous languages, including the removal of native children from their communities to federal boarding schools where native languages and cultural practices were prohibited. As many as 75 percent of the languages spoken in the territories that became the United States have gone extinct, with slightly better language survival rates in Central and South America, slightly worse survival rates in Australia.

Even without physical annihilation and prohibitions against language use, the language of the “dominant” cultures may drive other languages into extinction; young people see education, jobs, culture and technology associated with the dominant language and focus their attention on that language. The largest language “killers” are English, Spanish, Portuguese, French, Russian, Hindi, and Chinese, all of which have privileged status as dominant languages threatening minority languages.

While there are a few cases of language revival, such as Czech, Gaelic, Hebrew and Navajo, generally languages tend to move in one direction on the spectrum from thriving through endangered to extinct.

Why do these extinctions matter?

When we lose a language, we lose the worldview, culture and knowledge of the people who spoke it, constituting a loss to all humanity. People around the world live in direct contact with their native environment, their habitat. When the language they speak goes extinct, the rest of humanity loses their knowledge of that environment, their wisdom about the relationship between local plants and illness, their philosophical and religious beliefs as well as their native cultural expression (in music, visual art and poetry) that has enriched both the speakers of that language and others who would have encountered that culture.

While some argue that the world would be a better place if everyone spoke English, we believe that the world would be profoundly impoverished by the reduction of distinct languages and cultures.
As educators deeply immersed in the liberal arts, we believe that educating students broadly in all facets of language and culture, as well, of course, in the arts and sciences, yields immense rewards.

Some individuals educated in the liberal arts tradition will pursue advanced study in linguistics and become actively engaged in language preservation, setting out for the Amazon, for example, with video recording equipment to interview the last surviving elders in a community to record and document a language spoken by no children.

Certainly, though, the vast majority of students will not pursue this kind of activity. For these students, a liberal arts education is absolutely critical from the twin perspectives of language extinction and global citizenship. When students study languages other than their own, they are sensitized to the existence of different cultural perspectives and practices. With such an education, students are more likely to be able to articulate insights into their own cultural biases, be more empathetic to individuals of other cultures, communicate successfully across linguistic and cultural differences, consider and resolve questions in a way that reflects multiple cultural perspectives, and, ultimately extend support to people, programs, practices, and policies that support the preservation of endangered languages.

There is ample evidence that such preservation can work in languages spiraling toward extinction. For example, Navajo, Cree and Inuit communities have established schools in which these languages are the language of instruction and the number of speakers of each has increased. Speakers of Hawai’an, Quechua and Saami have also benefited from purposeful efforts to preserve their languages and cultures and to engage the younger generation in their native language and culture.

Simply put, when students have access to a world-class liberal arts education, they have a better chance at becoming citizens of the world, making it richer, more diverse and harmonious.

Tomado de: http://www.huffingtonpost.com/michael-zimmerman/the-importance-of-preserv_b_12088728.html?section=us_college

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