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For the “Whole Student” – health, education UN Goals must be linked

27 de octubre de 2016/Fuente: ei-ie.org/en/news/

En un comunicado conjunto dado a conocer esta semana, Internacional de la Educación (IE) y ASCD comprometen a trabajar para «la alineación y la integración de la planificación, las políticas y procedimientos» para SDG 3 (Asegurar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades) y SDG 4 (garantizar la educación inclusiva y de calidad para todos y promover el aprendizaje permanente). «Los objetivos de desarrollo sostenibles tienen números», dijo Fred van Leeuwen, secretario general de la IE. «La pobreza, el hambre, la salud, la educación, la igualdad de género, y la administración de los recursos naturales del planeta son inseparables, como lo son los otros en el mundo se ha fijado para nosotros mismos. En ninguna parte es esto más evidente que en lo que respecta a la salud y la educación «.

Education International and partner organisation ASCD have pledged shared effort on numbers three and four of the UN’s 17 Sustainable Development Goals, acknowledging that significant progress on either depends upon realising their connection.

In a joint statement released this week, Education International (EI) and ASCD committed to work toward “alignment and integration of planning, policies, and procedures” for SDG 3 (Ensure healthy lives and promote well-being for all at all ages) and SDG 4 (Ensure inclusive and quality education for all and promote lifelong learning).

“The Sustainable Development Goals have numbers, but no goal is separately achievable,” said Fred van Leeuwen, EI General Secretary. “Poverty, hunger, health, education, gender equality, and stewardship of the planet’s natural resources are inseparable, as are the 11 other goals the world has set for ourselves. Nowhere is this more evident than in regards to health and education.”

The statement notes the rallying cry of EI’s global Unite Campaign that led up to adoption of the fundamental goal language on education: “Access is not enough. We must ensure a quality education for every student. A quality education is one that focuses on the whole child — the social, emotional, mental, physical, and cognitive development of each child regardless of gender, race, ethnicity, socioeconomic status, or geographic location.”

The EI-ASCD collaboration continues work undertaken by the organisations more than three years ago to advocate for the integration of the health sector into education. And it comes on the heels of the September release of the 2016 Global Education Monitoring report, which, adding new findings and emphasis to its work for the past several years, said education “makes a difference to a range of health issues, including early mortality, reproductive health, spread of disease, healthy lifestyles and well-being.”

ASCD’s executive director and CEO, Deborah S. Delisle called it “imperative that sectors work together. We must place the child in the centre of our work and decisions and array align resources around that child—and every child.”

Founded in the 1940s, ASCD is a global organization focused on teaching and learning and is the leading advocate of the Whole Child approach to education, fostering programmes to “keep all students healthy, safe, engaged, supported, and challenged.”

The joint statement notes, “The risk in forging ahead with 17 goals is that we forge ahead with 17 actions, 17 systems and 17 competing forces. It is time to put the child – and all students – at the centre and array resources – including systems, goals, and policies” around them. “The healthy child learns better just as the educated child leads a healthier life. Similarly, a healthier environment—physically as well as socially and emotionally—provides for more effective teaching and learning. Policies, starting at the SDG level, must be crafted and adapted to commit to alignment and integration.”

Said van Leeuwen, “Healthy bodies and minds and communities are a foundation for learning. And quality education is a direct indicator of survival and health sustainability. The Whole Child, the Whole Student, this is the direction of leadership on the SDGs and Education International is proud to join with ASCD in this work.”

Fuente: https://www.ei-ie.org/en/news/news_details/4151

Imagen: https://i.ytimg.com/vi/TTKzH3fyjNE/hqdefault.jpg

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Argentina: huelga de mujeres contra la violencia

América del Sur/Argentina/21 de octubre de 2016/www.dw.com

Las redes sociales estallaron tras el asesinato de la joven marplatense Lucía Pérez. Este miércoles, las mujeres argentinas se movilizaron para expresar su repudio y reclamar soluciones.

Buenos Aires Demonstration gegen die Gewalt gegen Frauen (picture-alliance/AP Photo/V. R. Caviano)

El asesinato de Lucía Pérez fue la gota que colmó el vaso. Esta joven marplatense fue drogada, violada y brutalmente asesinada la semana pasada. Su caso no fue el único ocurrido en los últimos días, pero el especial ensañamiento de los autores ha conmovido especialmente a la sociedad argentina, que este miércoles (19.10.2016) vuelve a movilizarse. Los lemas #NosotrasParamos #VivasNosQueremos y #NiUnaMenos  presiden las acciones de hoy, con un paro de todas las actividades entre las 13:00 y las 14:00 y marchas convocadas en diversas ciudades de todo el país. La convocatoria del colectivo #NiUnaMenos, junto a otras 50 organizaciones de mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis y trans en Argentina explotó en las redes sociales y obtuvo la rápida adhesión en más de quince países.

El caso de Lucía Pérez se inscribe en una triste serie de ejemplos de violencia contra las mujeres. En 2015 se produjeron 235 asesinatos y 2016 lleva camino de rebasar esa cifra. Argentina se moviliza desde hace tiempo para luchar contra el fenómeno, que, según Vanesa Vázquez Laba, docente e investigadora del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad de San Martín y miembro del Programa Contra la Violencia de Género de esta institución, hay que poner dentro de un contexto histórico. “La violencia contra las mujeres en Argentina tiene resabios de la dictadura militar, en la que las mujeres sufrieron desapariciones y, de manera especialmente brutal, torturas”, dice Váquez Laba.

“Política de Estado”

Por su parte, Carla Majdalani, directora de Comunicación del Consejo Nacional de las Mujeres de Argentina, organismo del Ejecutivo que da respuesta a temas relacionados con la violencia contra las mujeres, asegura que la institución ve “con suma preocupación el aumento de estos casos y de los femicidios en particular. A la vez, felicitamos a la sociedad civil por estar concientizándose y movilizándose y poniendo en la agenda pública la preocupación por la eliminación de la violencia contra las mujeres”.

“En Argentina, la erradicación de la violencia contra las mujeres es política de Estado”, prosigue Majdalani. “Entendemos que la movilización surge desde la indignación popular y que es necesario que se visibilice. El Consejo Nacional de las Mujeres ha logrado poner en la agenda política lo que la sociedad civil puso en la agenda pública. Destaca la adopción del primer plan de acción para la prevención, asistencia y erradicación de la violencia contra las mujeres”. Majdalani se refiere al plan que Mauricio Macri presentó el pasado 26 de julio para llevar a cabo políticas sobre el fenómeno y que se implementará entre 2017 y 2019. “El presidente argentino ha asumido como política pública definitoria de su gestión la promoción de la igualdad de género y así lo manifestó, por ejemplo, en su discurso inaugural en la Asamblea General de las Naciones Unidas”, dice Majdalani.

Buenos Aires Demonstration gegen die Gewalt gegen Frauen (picutre-alliance/AP Photo/V. R. Caivano)

Mujeres protestan en Buenos Aires durante el paro llevado a cabo al mediodía.

Plan ambicioso… en contexto económico inadecuado

Para la investigadora Vázquez Laba, “se trata de un plan muy ambicioso, está bien concebido y toca distintas dimensiones y me parece que, si se pudiese llevar adelante con un buen presupuesto y con una buena articulación con los distintos actores políticos, organizaciones sociales y gubernamentales, podría llegar a dar resultados. Pero, lamentablemente, Argentina está viviendo todo un retroceso desde el pasado 10 de diciembre en derechos hacia las mujeres y en derechos económicos”. Así, Vázquez Laba teme que los recortes que sufren ámbitos como la ciencia, la educación y la salud, lastren la implementación del ambicioso proyecto de Macri para erradicar la violencia contra las mujeres. “Con un Gobierno que está llevando a cabo políticas neoliberales, políticas que retiran a las mujeres del mercado laboral por la supresión de puestos de trabajo, y de las universidades, porque, cuando las familias se quedan sin ingresos, el estudio pasa a un segundo plano, es muy complicado”, argumenta. “Se recortan los programas vinculados a los derechos de las mujeres: educación sexual integral, salud sexual, planes sociales para las mujeres… Nuestro poder adquisitivo ha disminuido enormemente con la inflación que hemos tenido. Ahí es donde yo veo que el programa pueda llegar a fracasar. Porque, con una sociedad en estas condiciones, sin trabajo y sin calidad de vida, se genera más desigualdad de clase social y de género. La variable económica es fundamental para entender la violencia contra las mujeres. Cuanta más desigualdad, más violencia.”

 Tomado de:  http://www.dw.com/es/argentina-huelga-de-mujeres-contra-la-violencia/a-36094434
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Igualdad de género solo posible con nuevo orden mundial, afirma Cuba

Naciones Unidas / 12 de octubre de 2016 / Fuente: http://prensa-latina.cu/

Cuba afirmó hoy en Naciones Unidas que la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer solo serán posibles con la consecución de un nuevo orden internacional justo y equitativo.

En la continuación de las sesiones de la Tercera Comisión de la Asamblea General, la representante permanente alterna de la isla aquí, Ana Silvia Rodríguez, señaló que para alcanzar esas metas, resulta indispensable erradicar la pobreza y el hambre, poner fin a las guerras, privilegiar al ser humano por encima del capital y preservar el medio ambiente.

‘Tal convicción está fundamentada en que cerca del 90 por ciento de las víctimas de las guerras en la actualidad son civiles y de ellas la mayoría son mujeres, ancianos, niñas y niños. También lo son más del 75 por ciento de las personas refugiadas y desplazadas por los conflictos’ dijo.

Rodríguez advirtió además que las mujeres sufren de manera particular los fenómenos de la pobreza, el desempleo, la discriminación laboral, el tráfico humano y la violencia física y sexual.

De acuerdo con la diplomática, semejante escenario demuestra que 40 años después de la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer y a 20 de aprobada la Declaración y Programa de Acción de Beijing, los logros en la implementación resultan frágiles e insuficientes.

Respecto a la situación de Cuba, compartió los beneficios derivados de la voluntad política gubernamental de impulsar la igualdad de género y el empoderamiento de las féminas.

Las cubanas perciben igual salario que los hombres y tienen derecho a pensión por viudez, invalidez total o parcial, la tierra, recibir créditos bancarios, la educación y la salud gratuitas, y a licencia de maternidad retribuida hasta un año después de nacido el bebé, expuso en la Comisión de la Asamblea encargada de los asuntos sociales, humanitarios y culturales.

Asimismo, la embajadora mencionó la inserción de las mujeres en Cuba en el mercado laboral, con una tasa de desocupación femenina inferior a 3,5 por ciento, y la vida política, con casi la mitad de los parlamentarios (48,9 por ciento) y los miembros del Consejo de Estado (45,2).

‘Con sano orgullo, resaltamos el reconocimiento hecho por la Organización Mundial de la Salud a Cuba como el primer país del mundo en eliminar la transmisión materno-infantil del VIH/Sida y la sífilis congénita’, agregó.

Fuente noticia: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=32632&SEO=igualdad-de-genero-solo-posible-con-nuevo-orden-mundial-afirma-cuba

Foto: http://carlosmarioferrermejia.blogspot.com/2015/10/igualdad-de-genero.html

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UNICEF: Educación básica e igualdad entre los géneros

UNICEF/24 septiembre de 2016/Fuente: UNICEF

Los estudiantes trabajan en pupitres compartidos durante una clase de 4º curso de primaria de una escuela de la aldea de Kigeyo, Rwanda occidental.

La educación es un derecho humano fundamental, y es inherente a todos los niños y niñas. Es crucial para nuestro desarrollo como individuos y de la sociedad, y contribuye a sentar los cimientos para un futuro fructífero y productivo. Velando por que los niños y niñas tengan acceso a una educación de calidad, basada en los derechos fundamentales y en la igualdad entre los géneros, estamos creando una onda expansiva de oportunidades que incidirá en las generaciones venideras.

La educación contribuye a mejorar la vida y a erradicar el círculo vicioso de la pobreza y la enfermedad, allanando el terreno para un desarrollo sostenible. A través de una educación básica de calidad, los niños y niñas adquieren el conocimiento y las aptitudes necesarios para adoptar formas de vida saludables, protegerse del VIH/SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual, y asumir un papel activo en la toma de decisiones de índole social, económica y política a medida que transitan desde la adolescencia a la edad adulta. Los adultos que han recibido una formación suelen tener menos descendencia, están más informados acerca de las prácticas óptimas para criar a su progenie y se preocupan de que sus hijos e hijas comiencen la escuela a su debido momento y de que estén preparados para aprender.

Además, un método educativo basado en los derechos fundamentales puede abordar algunas de las desigualdades más arraigadas en la sociedad, debido a las cuales millones de menores de edad, en especial niñas, se ven condenados a una vida desprovista de una educación de calidad, y en consecuencia, a una vida de oportunidades perdidas.

UNICEF trabaja incesantemente con el fin de asegurar que todos los niños y niñas –con independencia de su género, etnicidad, su entorno y circunstancias socioeconómicas– tengan acceso a una educación de calidad. Nuestro objetivo primordial es lograr la igualdad entre los géneros y eliminar las disparidades de todo tipo. Nuestros innovadores programas e iniciativas van dirigidos a esos niños y niñas de todo el mundo que se hallan en situación de desventaja: los excluidos, los vulnerables y aquellos a quienes nadie ve.

Colaboramos con una amplia variedad de aliados a escala local, nacional e internacional al objeto de alcanzar las metas relativas a la educación y la igualdad entre los géneros previstas en la Declaración del Milenio 6 y en la Declaración sobre Educación para Todos, y de generar los cambios estructurales básicos necesarios para conquistar la justicia social y la igualdad para todos.

En el mundo hay demasiados niños y niñas desescolarizados o que reciben una educación intermitente o deficiente. Cada uno de estos niños y niñas tiene un sueño que quizás no se cumpla nunca y un potencial que quizás jamás se desarrolle. Garantizando que todos los niños y niñas tienen acceso a una educación de calidad sentamos los cimientos para el desarrollo, la transformación, la innovación, la oportunidad y la igualdad.

Sea en tiempos de crisis o de paz, en las ciudades o en aldeas remotas, nuestros esfuerzos se consagran a la consecución de un objetivo fundamental y de carácter no negociable: una educación de calidad para todos.

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¿La educación sigue siendo cosa de hombres?

El Salvador ha desperdiciado grandes oportunidades para lograr mayor equidad de género en la educación en las últimas dos décadas. Ni la reconstrucción de postguerra, ni las reformas a la educación, ni las nuevas instituciones han dado suficiente prioridad al problema de mejorar el acceso de las mujeres a la educación.

Por: Pauline Martin.

La política educativa recibió mucha atención nacional e internacional en el periodo de 1991 a 2005, recibiendo más de $552 millones en asistencia y préstamos de distintas fuentes internacionales, que se invirtieron en amplios esfuerzos para fortalecer el sistema educativo. Ante una necesidad grande de equilibrar la educación para mujeres y hombres, en el contexto de construir una sociedad de postguerra y con las miradas de recursos nacionales e internacionales puestos en educación, es sorprendente que no se logró consolidar una visión ni acciones concretas en materia de equidad de género en educación, aún con la formulación casi concurrente del Plan Decenal de Educación (PDE) y la Política Nacional de la Mujer (PNM).

En el periodo de 1993-1995, distintas fuerzas internacionales y nacionales contribuyeron a establecer el Plan Decenal de Educación como nueva visión educativa para un país democrático y posteriormente, el primer compromiso público formal en materia de equidad de género surgió con la formación de la Política Nacional de la Mujer. Los dos procesos fueron resultado de influencias internacionales y negociaciones nacionales, pero el impacto del segundo en el primero fue debilitado debido a la existencia de obstáculos técnicos, la falta de compromiso político y la falta de recursos económicos, situación a examinar acá.

En cuanto a la formulación, tres fuerzas distintas abogaron por una política de equidad de género en El Salvador en la década de 1990. En orden cronológico: la creación de la Secretaría Nacional de la Familia (SNF) en 1989 con el objetivo de desarrollar programas sociales para familias, incluyendo a las mujeres; el surgimiento en la post-guerra de movimientos feministas y reivindicativos de los derechos de la mujer; y la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer en Beijing en 1995. La SNF, institución pública tradicionalmente dirigida por la Primera Dama de turno, no tenía una agenda clara de equidad de género, pero fue clave en el compromiso político de apoyo a la población femenina, como veremos más adelante. (La SNF desapareció en el 2009 con el gobierno de Mauricio Funes cuando se transformó en la Secretaría de Inclusión Social.)

En 1993, de cara a las primeras elecciones postguerra, las recién formadas ONG nacionales de derechos de la mujer reunieron a 40 grupos de base que trabajaban en los ámbitos de derecho, salud, empleo y educación a favor de las mujeres. En un proceso participativo que duró un año, elaboraron una agenda de equidad de género para el país, llamada la Plataforma de las Mujeres Salvadoreñas. Entre las demandas socioeconómicas y reivindicativas, en materia de educación se expuso la necesidad de una educación no sexista, educación sexual y la enseñanza de técnicas de autodefensa en las escuelas, además campañas educativas para eliminar la violencia en contra de las mujeres. La Plataforma fue presentada estratégicamente en septiembre de 1993, justamente para las elecciones de marzo 1994.

En este mismo periodo se desarrolló el proceso de formulación del Plan Decenal de Educación y, a pesar de que la presentación de la Plataforma sucedió en medio del proceso y representantes de grupos de mujeres participaron en consultas educativas, cuando se publicó el PDE en 1995 no se encontró ni una referencia a la equidad de género en educación. Es evidente que se había generado conocimiento del tema de género y educación en este periodo, pero fue hasta la Conferencia Nacional de la Mujer de 1995 en Beijing, en un escenario internacional, que el gobierno adquirió un compromiso firme y tomó por primera vez acciones concretas a favor del desarrollo de las mujeres. La SNF entró al escenario porque participó en la Conferencia, con una representante del sector ONG de mujeres, y contribuyó a la formación de la primera instancia pública de apoyo exclusiva a la mujer: el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU).

El Salvador había participado en casi todas las conferencias mundiales de la década de 1990 sobre mujeres, derechos humanos, educación para todos, población y desarrollo social, en las cuales la equidad de acceso y calidad en la educación para las niñas y las mujeres se presentaba como una prioridad en la agenda internacional de desarrollo. Esta atención internacional impulsó al gobierno salvadoreño en el establecimiento de una agenda a favor de las mujeres, incluyendo la equidad en educación, espacio que la Plataforma de las ONG no pudo abrir por si sola.

Con el compromiso adquirido por la delegación salvadoreña de la plataforma de acción de Beijing se creó el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU), como una estructura independiente y transversal en todos los ministerios públicos relevantes, más representantes del sector ONG en sus junta directiva y consejo consultivo. En este sentido, el Ministerio de Educación (MINED) se volvió miembro de la junta y se le asignó un enlace técnico entre las dos instituciones para fortalecer la equidad de género en el sector educativo. El producto más tangible del ISDEMU fue la creación de la primera Política Nacional de la Mujer (PNM) en 1997, instrumento que en el tema educativo plantea un enfoque de igualdad y desarrollo de la mujer, con acciones como: la investigación sobre igualdad de oportunidades, aumento del acceso a la educación y capacitación y revisión curricular para promover igualdad de oportunidades en educación. Aunque hubo un proceso de consulta para elaborar la PNM, se encuentran en su enfoque y contenido marcadas diferencias con la propuesta más reivindicativa de la Plataforma del sector ONG.

En este sentido, el rol catalizador de la conferencia internacional en Beijing fue clave para estimular el diseño de una política porque generó un compromiso gubernamental, a pesar de ya tener una propuesta de Plataforma del sector ONG. La conferencia también acercó actores del sector ONG y OG por primera vez y, entre otros temas, delimitó una agenda oficial de equidad de género en educación.

Aunque la Política Nacional de la Mujer nació con algún grado de colaboración entre ONG y OG, no se encuentran evidencias de una implementación sistemática ni comprometida de equidad de género en el sector educativo. Los informes de tanto el ISDEMU como del MINED en el primer periodo de la Política Nacional de la Mujer y en el desarrollo del Plan Decenal de Educación presentan actividades aisladas y genéricas referentes a la equidad de género en educación, que en muchas ocasiones no respondían a los objetivos propuestos. La falta de una implementación seria y exitosa responde a aspectos técnicos, institucionales y políticos.

En lo técnico, el ISDEMU reportó en el ámbito educativo algunas actividades esporádicas, como investigaciones, capacitaciones y una revisión curricular. Sin embargo, los informes anuales del MINED del periodo 1997-1999 no solo omiten mención de la PNM y la relación con el ISDEMU, tampoco mencionan el desarrollo de actividades de equidad de género. Fue hasta el periodo 2000-2004 que el MINED reconoció a la PNM en sus informes de labores y detalló una serie de acciones implementadas, representando una mayor cantidad de actividades pero siempre desconectadas entre sí y dependientes de iniciativas y apoyos internacionales.

En lo institucional, el mecanismo transversal del ISDEMU no fue tan efectivo al principio y en el 2000 se conformó una comisión de seguimiento para fortalecer la implementación de la PNM en los procesos de planificación anual del MINED. Con la creación de la unidad de Educación para la Vida en el MINED se logró una instancia específica responsable por temas de equidad de género, sexualidad y otros y se fortaleció el vínculo entre el ISDEMU y el MINED. La capacidad institucional de implementación fue debilitada por la transferencia a otras instituciones de personal capacitado en la década de 1980 en población y género por las Naciones Unidas, dejando pocos especialistas en puestos clave en el MINED. Adicionalmente, no hubo participación de la población general, actores educativos u ONGs en los primeros años de implementación y no se consolidó una experticia en género al interior del MINED.

La falta de compromiso institucional se reflejó más fuertemente en el poco e inconsistente financiamiento de acciones de equidad de género, el cual provenía mayormente de fuentes internacionales, como USAID, AECID, y la Unión Europea en esfuerzos de fortalecer una agenda de poco interés nacional.

El bajo compromiso nacional fue y es evidente en la falta de planificación sistemática y asignación de fondos a favor de la equidad de género en educación, a pesar del momento estratégico de la formulación del Plan Decenal con visión de mediano plazo. El Banco Mundial identifica la poca motivación como resultado de muchas demandas y numerosas restricciones en el campo educativo que desplazaban el tema de género a un segundo plano. En la segunda mitad del PDE, sin embargo, se identificaron otros elementos que obstaculizaban la equidad de género en educación, como las creencias religiosas de funcionarios clave quienes sostenían los roles conservadores de género; aunque con los Objetivos de Desarrollo del Milenio de 2000, hubo un impulso internacional fresco para renovar compromisos y promover nuevas acciones.

Aunque los indicadores de paridad de acceso a la educación mejoraron para el final del Plan Decenal, no hay evidencia que la equidad de género tuvo una posición central o influencia en la reforma educativa de la postguerra por las razones técnicas, institucional y política expuestas aquí. Una oportunidad de oro, presentada en la reconfiguración de la sociedad después de la guerra civil, la Reforma Educativa, la elaboración de un plan educativo de mediano plazo, con una participación más amplia del sector ONG, la participación de El Salvador en procesos internacionales como la Conferencia de la Mujer en Beijing, la primera Política Nacional de la Mujer y los ODM no fueron suficientes para colocar la equidad de género como prioridad en educación.

Fuente: 

http://www.elfaro.net/es/201608/academico/19084/%C2%BFLa-educaci%C3%B3n-sigue-siendo-cosa-de-hombres.htm

Imagen: https://pbs.twimg.com/media/CqLEd4ZWgAQ13OX.jpg

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Libro: Igualdad de género en Educación Secundaria

Igualdad de género en Educación Secundaria

  • Autores: Antonia García Luque,  Matilde Peinado Rodríguez
  • Editorial: Octaedro
  • ISBN 978-84-9921-767-3
  • Nro. páginas: 128 pp.

Sinopsis:Investigar, desde la perspectiva de género, la influencia de la ideología y la cultura, así como su proyección social en el siglo XX, en el ámbito educativo español nos ofrece nuevas herramientas de reflexión para entender la pluralidad de caminos recorridos por las mujeres.

Las lagunas en el análisis de la historia del colectivo femenino son aún inmensas en el currículum escolar y, consecuentemente, en la sociedad. Por ello, el objetivo prioritario del presente trabajo es educar en igualdad de género al alumnado de la Educación Secundaria Obligatoria. Para ello ofrecemos al profesorado una propuesta didáctica centrada en el cine de ficción y el documental, por su potencial motivador y conceptual, además de su capacidad para generar análisis y debate en torno a la cultura e ideología de una sociedad determinada. Además estamos convencidas de que es una herramienta útil e idónea para la investigación histórica y el aprendizaje de las ciencias sociales fundamentado en la innovación educativa.

Fuente de la reseña: http://www.octaedro.com/OCTart.asp?libro=13151&id=es&txt=Igualdad%20de%20g%E9nero%20en%20Educaci%F3n%20Secundaria

Fuente de la imagen: http://www.octaedro.com/images/13151.jpg

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África: Sin mujeres no hay desarrollo

África/10 septiembre 2016/Fuente: El País

Se publica el nuevo Informe sobre Desarrollo Humano en África 2016 con una conclusión muy clara: la desigualdad de género ancla la pobreza y le sale cara al continente.

África no cumplirá sus aspiraciones de desarrollo si no cierra la brecha de género, causante de que más de la mitad de la población del continente las mujeres esté marginada social, económica y políticamente, según afirma el nuevo Informe sobre Desarrollo Humano en África 2016, titulado Acelerando la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en África. En él se explicita que solo en 2014 África subsahariana perdió unos 95.000 millones de dólares, lo que equivale a un 6% de su PIB, debido a la desigualdad de género en el mundo laboral. También que las mujeres no alcanzan los mismos niveles de desarrollo humano que los hombres, lo que pone en peligro la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), de Naciones Unidas, y de la Agenda África 2063, de la Unión Africana.

El documento, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) fue presentado el domingo 28 de agosto en el curso de la conferencia internacional sobre el desarrollo del continente, celebrada en la capital de Kenia, Nairobi. Su tesis principal es que reduciendo la brecha de género, África no solo conseguiría un gran desarrollo económico, sino que también contribuiría de manera significativa a alcanzar los objetivos de desarrollo nacionales e internacionales. Por eso la igualdad de género beneficia tanto a hombres como a mujeres.

El informe se centra en analizar los factores políticos, económicos y sociales que dificultan el avance de las mujeres africanas y propone estrategias, políticas y acciones concretas para cerrar la brecha de género en el continente.

El desarrollo humano no es posible sin igualdad de género

Este estudio llega en un momento en el que el continente africano está viviendo grandes cambios, incluyendo una fuerte transformación social y económica que han dado lugar a avances significativos en el desarrollo humano.

Sin embargo, el afrooptimismo que caracterizó al inicio de siglo ha ido decayendo arrastrado por varios factores:

  • Como la crisis económica que ha sacudido al mundo y que ha ocasionado que disminuyera la demanda de materias primas, como el petróleo, el gas o minerales, de la que las economías de muchos países dependen, afectado grandemente sus beneficios económicos.
  • Los disturbios políticos y las luchas civiles se han sucedido en varios países del norte, este y centro de África.
  • La epidemia de Ébola que puso de manifiesto la vulnerabilidad y fragilidad de muchas sociedades africanas ante una catástrofe y ha hecho retroceder los avances económicos y sociales de Guinea, Liberia y Sierra Leona.
  • La sequía que actualmente afecta al Sahel, Cuerno de África y sur del continente causa grandes dificultades a las personas de los países afectados.
  • Igualmente, la lucha contra el terrorismo y el extremismo religioso, puede tener efectos devastadores en el orden civil y social.

Todos estos ingredientes tienen dimensiones significativas con respecto al género porque las mujeres son las más afectadas por estas situaciones teniendo en cuenta los papeles que les vienen impuestos por la sociedad y que generalmente están relacionados con la provisión de alimentos y el cuidado de los más jóvenes, los enfermos y los ancianos mientras que tienen que hacer frente a la pérdida de los medios de subsistencia y al deterioro de la salud y la seguridad.

Según se desprende de los datos de UNDP, África tiene una de las tasas más rápidas de mejora en el desarrollo humano (salud, educación, empleo…) de las últimas dos décadas pero, no obstante, sigue manteniendo las tasas más bajas de desarrollo humano de todo el mundo. Es verdad que no todos los países africanos son iguales, pero hay algo que les unifica: la desigualdad de género está presente en casi todos ellos.

El nexo entre la igualdad de género y el desarrollo humano se basa en la superposición de tres elementos:

Económico: uno de los factores que determina la igualdad de género es la presencia de las mujeres en los lugares de trabajo y de toma de decisiones económicas. Las disparidades económicas y laborales entre hombres y mujeres siguen siendo la norma en muchos países africanos. Esta desigualdad se manifiesta en término de acceso a los bienes económicos, la participación en el lugar de trabajo, las oportunidades empresariales y el uso de los beneficios y de los recursos naturales y el medio ambiente.

Además, las mujeres suelen tener empleos vulnerables con una débil regulación y protección social limitada debido a las diferencias en la educación y la falta de correspondencia entre las capacidades de las mujeres y las demandas del mercado laboral. Esto empuja a muchas de ellas a la economía informal. Los datos apuntan a que fuera del empleo informal agrícola, el 66% de las mujeres africanas se mueven en este sector.

El aumento de la participación femenina en el mercado de trabajo no ha significado mayores oportunidades de empleo remunerado para las mujeres. La brecha salarial de género, fuera de la agricultura, es un fenómeno generalizado en toda África subsahariana, donde se estima en un 30%. Es decir, que por cada dólar que gana un hombre en las empresas, los servicios o el comercio, las mujeres solo consiguen 70 céntimos.

Si la situación económica de las mujeres mejora, también lo hace el nivel económico de sus familias, lo que contribuye a la reducción de la pobreza. Por eso la igualdad de género beneficia a toda la sociedad.

Social: el acceso a la salud y a la educación son factores determinantes de la igualdad de género y de la autonomía de la mujer. En general, la desigualdad de género en los servicios sociales se traduce en un menor número de oportunidades para las mujeres en particular y para la sociedad en general, para lograr el bienestar. En las últimas décadas muchos países africanos han visto como un mayor número de ciudadanos acceden a la salud, la educación u otros servicios sociales básicos. Estas mejoras incluyen a las mujeres y a las niñas. Sin embargo, todavía muchas de ellas se enfrentan a privaciones graves de salud debido a factores como el matrimonio infantil, la mutilación genital, la violencia sexual y física, la alta incidencia de la mortalidad materna…

En el campo de la educación, prácticamente se ha conseguido la paridad en la escolarización primaria. Sin embargo, la discriminación de género sigue siendo significativa en la enseñanza secundaria y terciaria. Las razones por las que las niñas no acuden a la escuela varían pero a menudo están asociadas a la pobreza, el origen étnico, la exclusión social, el vivir en zonas rurales o barrios pobres, la lejanía geográfica, los desastres naturales, los conflictos armados, la falta de servicios básicos y la mala calidad de la educación. Cuando estas barreras interactúan con el género crean mayores desventajas para las niñas.

Político: Cuantas más mujeres ocupan posiciones políticas y de liderazgo, más difícil resulta ignorar o silenciar sus derechos, prioridades, necesidades e intereses.

Mucho progreso se ha conseguido en este campo, tanto en el sector público como en el privado. Muchos países han visto a las mujeres llegar a los parlamentos u ocupar altos puestos de responsabilidad. Pero las estructuras sociales y políticas existentes todavía impiden que las mujeres desarrollen todo su potencial a la hora de participar en la agenda económica, social y política de sus países.

El impacto de las normas legales y sociales

Existe un alto número de normas internacionales que promulgan la igualdad de género, pero la desigualdad reinante pone de manifiesto que estas leyes y declaraciones por sí solas son insuficientes para alcanzarla, especialmente en África. Y eso a pesar de que este continente ha completado la legislación internacional con regulaciones propias adoptadas en el seno de la Unión Africana, entre las que cabe destacas el Protocolo de Maputo (2003) y la Declaración Solemne sobre Igualdad de Género en África (2004).

Sin embargo, hay que tener en cuenta que las normas sociales y culturales desempeñan un papel muy importante en este campo. Normalmente, se convierten en los principales obstáculos a la hora de conseguir la plena igualdad de géneros.

Según el Afrobarómetro de 2015, un cuarto de los africanos no aceptan el concepto de igualdad de género y rechazan cualquier intento de igualar la mujer al hombre. Esto es reflejo de la prevalencia de las normas sociales que asignan diferentes posiciones y privilegios a las mujeres y a los hombres. Cambiar estas tradiciones es prioritario para conseguir la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

En busca de soluciones

El informe también sugiere algunos programas y políticas con la intención de acelerar la igualdad de género y su inclusión plena en las agendas de desarrollo. Todos ellos pasan por apoyar:

  • La adopción de reformas legales y políticas y la aprobación de planes para promover el empoderamiento de las mujeres.
  • Los recursos nacionales para promover y aumentar la participación y el liderazgo de las mujeres en la toma de decisiones en el hogar, la economía y la sociedad.
  • La capacidad de aplicar enfoques multidisciplinares para mitigar los impactos de las prácticas de salud y educación discriminatorias.
  • A las mujeres para que obtengan la propiedad y la gestión de los activos económicos y medioambientales.

La idea detrás de estas propuestas es que solo asegurando que las mujeres reciben las mismas oportunidades económicas, sociales y políticas que los hombres, pasando de una igualdad jurídica a una sustantiva, pueden los gobiernos asegurar que su progreso en los campos del crecimiento económico y del desarrollo humano sea totalmente inclusivo de todos los ciudadanos y sostenible a largo plazo.

Fuente:http://elpais.com/elpais/2016/08/25/planeta_futuro/1472140824_389913.html

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