Violencia, feminicidio y salud mental

Por: Elisabeth De Puig

 

La poca atención en salud mental que padece una gran parte del pueblo dominicano en todas las etapas de su vida son bombas de tiempo que explotan cada vez más a menudo.

El auge de los feminicidios y sus últimas manifestaciones siguen sacudiendo el país.   Son parte de la  imperfecta socialización que nos caracteriza. Resolver los conflictos emocionales vía armas, matar y quitarse la vida como ocurre en varios de los casos son producto de comportamientos violentos permitidos en la sociedad donde suceden.

No solo es responsable la persona que comete el delito, también lo es la sociedad que por su misma organización social lo propicia y permite una cultura de desigualdades, inequidades, poder y violencia.

En todos los estratos sociales cualquier discusión casual y poco importante puede acabar en un asesinato, lo que es muy representativo de la violencia estructural , de un laxismo indiscriminado en el porte de armas de fuego  y de una carencia fuerte de herramientas de solución pacifica de conflictos.

Quién no se ha topado con un “tú no sabes quién soy yo”, haciendo referencia a lo que te pueda hacer o pasar, siendo otra demostración del ejercicio generalizado de la violencia incluidas las amenazas e intimidaciones.

No se puede negar que existe una violencia cotidiana difusa e impulsiva en muchos lugares de nuestro país. Su crisol,  pero no exclusivamente, son los barrios urbanos marginales donde la calle, la escuela, la familia son los principales espacios de sociabilidad.

La falta de confianza por parte de una parte de la población en el plan Mi País Seguro, ejecutado en Cristo Rey, como el voto de confianza de otros moradores, confirma la dificultad de luchar contra la inseguridad y la violencia con medidas más bien de tipo cosmético.

Para que los resultados sean sostenibles en el tiempo son necesarias medidas psico sociales multisectoriales, en las que participen diversos sectores del gobierno y organizaciones no gubernamentales o comunitarias, pero fundamentalmente la comunidad debe ser la protagonista de dichas intervenciones.

Tahira Vargas, en su artículo Niñez y armas de fuego,publicado en el periódico Hoy del pasado sábado, recalca que “la formación de la masculinidad en la niñez está permeada por la violencia”.

Muchos niños y niñas no necesitan de armas de juguetes o de juegos electrónicos para iniciarse en la violencia.

P…. , de 11 años, anda como chivo sin ley en un barrio de la capital. No piensa reintegrarse a la escuela en septiembre. Cuando tenía 3 años asistió a la ejecución de su padre, que mataron por querer salirse de una pandilla con todo que llevaba un yeso. P….  se quedó con la madrasta de su madre, que pasó a convivir con un joven que fue asesinado hace 2 años. Hace menos de 3 meses el tercer compañero de la dama fue ultimado en la misma acera frente a todos los transeúntes.  ¿Cómo evaluar los efectos psico sociales a los cuales ha sido sometido este adolescente que no recibió ningún tipo de apoyo psicológico? ¿Cómo canalizará sus miedos, odios, rabias, culpas y carencias afectivas?

No es casual que grupos de adolescentes de Villas Agrícolas pongan de relieve la discriminación, la falta de seguridad, la falta de acceso a la salud y a una educación de calidad como elementos que afectan su calidad de vida.

Un estudio de Berenice Pacheco Salazar, publicado en el 2019, Estar, ser y convivir en la escuela. Una mirada profunda a la violencia escolar en la RepublicaDominicana, señala la prevención y la erradicación de la violencia en los centros educativos como unos de los principales retos del sistema educativo para transformar las escuelas en entornos seguros y formadores y los alumnos y alumnas en personas con espíritu crítico y agentes de cambios.

Como hemos recalcado, la violencia está por donde quiera  desde la más tierna infancia  agravada por el consumo de alcohol y drogas ilegales, con muy escasas posibilidades de reales intervenciones psicosociales. Las mujeres asesinadas y los victimarios suicidas se encuentran en una dinámica social donde cotidianamente se propaga  la violencia de manera transgeneracional.

La poca atención en salud mental que padece una gran parte del pueblo dominicano en todas las etapas de su vida son bombas de tiempo que explotan cada vez más a menudo y a las cuales hay que prestar más atención que nunca por las nuevas situaciones que ha generado la pandemia de Covid 19.

 

Fuente de la información:  Acento

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Brecha universitaria

Por: lahora.com.ec

Como sucedió con el ‘Ser Bachiller’ hace menos de un año, de nuevo hubo inconformidad y sospecha de copia en el Examen de Acceso a la Educación Superior, administrado por el Senescyt la semana pasada. Casi 189.000 estudiantes rindieron la prueba que parece ser un nuevo indicador de la desigualdad que vive la sociedad ecuatoriana.

Durante años, el país clamó por la implementación de un examen de acceso a la educación superior estatal, en aras de premiar a aquellos que con esfuerzo lograban alcanzar un puntaje suficiente que les permitiera acceder a la carrera y universidad de su elección. Un premio ‘al mérito’, sí, asumiendo que todos los bachilleres de la República -hombres y mujeres- tienen similares oportunidades de acceso a educación de calidad, libros y herramientas tecnológicas, tiempo y condiciones para estudiar.

Sin embargo, la brecha entre los que ‘tienen’ y pueden educarse, y los que no, siempre existió y la pandemia revirtió su tendencia a la baja.

Hemos denunciado hasta el cansancio las visibles inequidades que ha causado y agravado la pandemia del Covid-19. “Apaguen sus cámaras, rindan con el celular; solo a los ‘giles’ les va mal en la prueba”, se leía en redes sociales. La página web del Senescyt publicó las guías de estudio e instructivos, pero cerca del 20% de familias en el país no tienen acceso a internet.

Un mal manejo de este examen por parte del Senescyt y los centros de educación superior puede no solo matar los sueños de miles de futuros profesionales, sino también contribuir a manchar la imagen ya maltrecha del proceso de acceso a las universidades.

Una vez dicho lo que nos es conveniente, la cuestión de si es verdad o no perdió importancia.” Alvin Plantinga (1932- ) Filósofo de la religión y metafísica; EE.UU.

La Nación no necesita simplemente lo que tenemos; necesita lo que somos.” Edith Stein (1891-1942) Mística y religiosa alemana.

Fuente: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102328302/brecha-universitaria

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Cuba-Dominicana: Academia y covid-19: el desafío de la desigualdad

Centro América/ Cuba-Dominicana/ 30.06.2020/ Fuente: rotativo.com.mx.

El aislamiento declarado en muchos países para controlar el contagio de la covid-19 puso en evidencia desigualdades ya existentes, también en el ámbito académico y educativo, coincidieron especialistas de Cuba y República Dominicana en un panel virtual, el 25 de junio.

Según la experiencia de la doctora Esther Hernández Medina, de Pomona College, en California, Estados Unidos, durante la emergencia sanitaria los hombres han aumentado en 50 por ciento su productividad enviando trabajos para publicar.

Pero “en el caso de las mujeres, ha ocurrido lo contrario, debido a la carga de trabajos de cuidado asignada históricamente a este sexo”, comparó la también fundadora de la Tertulia Feminista Magaly Pineda, durante el webinar “Academia y COVID, imponer una normalidad: visiones de Cuba y República Dominicana”.

En Cuba, en tanto, las profesionales académicas han sufrido también una sobrecarga durante el confinamiento, al combinarse las labores del hogar con las exigencias laborales, explicó durante la sesión virtual la doctora Yohanka León del Río, profesora del Instituto de Filosofía de la nación caribeña.

Esto sucede en un país donde las mujeres representan más del 60 por ciento de las profesionales y son mayoría de la fuerza laboral en la investigación científica y académica.

“En gran medida, ellas han sido protagonistas de esta batalla por la vida en el ámbito académico, en la investigación, en la docencia, en el servicio y en nuestras vidas cotidianas”, preciso León, también coordinadora del Espacio Feminista Berta Cáceres.

Dedicado a analizar cómo se adaptó la academia a la crisis sanitaria en diferentes contextos, el seminario web convocado por la Fundación Friedrich Ebert en el Caribe puso a dialogar a especialistas de Cuba y República Dominicana y confirmó que las nuevas circunstancias sacaron a la luz inequidades ya existentes, pero también nuevos desafíos.

En el caso de la enseñanza preuniversitaria, la experiencia del docente dominicano Dorian C. Tatem en un colegio privado bilingüe evidenció que la educación virtual cambió las dinámicas de los hogares, con marcadas diferencias entre chicas y chicos.

“Mayormente, fueron las madres quienes se involucraron más directamente en los procesos docentes de sus hijos”, comentó Tatem.

Además, explicó que en condiciones de virtualidad las niñas son menos tímidas a la hora de establecer contactos con los profesores para aclarar dudas, solicitar información y profundizar en los contenidos. Los varones, en tanto, se limitan a los espacios formales y esto marcó una diferencia en el acceso a la educación.

En Cuba, la academia también garantizó, desde la virtualidad, la permanencia de iniciativas feministas, narró la doctora Yuleidis González, profesora titular de la Universidad de Granma, a más de 600 kilómetros al este de la capital cubana.

“Con el distanciamiento tuvimos que suspender espacios presenciales, pero no paramos las labores en las redes sociales, apoyando campañas nacionales e internacionales por la lucha contra la violencia hacia las mujeres y la homofobia”, contó González, coordinadora de la Plataforma Feminista de Promoción Sociocultural “La Cuarta Lucía”, de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de ese plantel docente.

Desde esa plataforma también realizaron y publicaron sistemáticamente entrevistas a mujeres destacadas durante la pandemia, agregó la académica cubana.

La brecha tecnológica y otros retos
El aislamiento impactó en el sistema de enseñanza, formación y educación de muchas naciones. El curso presencial, base de la formación académica en casi todos los países, fue frenado de golpe y, en general, se pasó a la modalidad virtual, donde las tecnologías de la comunicación y la información asumieron una posición central.

A juicio de la cubana Yohanka León, la pandemia agudizó también la disputa de sentidos relacionada con la creación, la recreación y la transmisión del conocimiento.

“Al mismo tiempo, colocó el desafío de pensar alternativas que favorezcan la consolidación de la educación y formación pública, gratuita y de calidad, donde el conocimiento sea derecho humano y bien común”, reflexionó León.

El paso a modalidad virtual de muchos centros docentes tuvo diferencias marcadas en cuanto al acceso y la capacidad de las infraestructuras tecnológicas, no solo entre países o regiones, sino también en regiones de una misma nación, como ocurrió en el caso de la República Dominicana.

Allí la pandemia dejó ver que “aunque vivimos en el mismo contexto, hay una desigualdad social marcada: una parte de la población tiene acceso a la comunicación y la tecnología, mientras otra está en cero”, afirmó Elizabeth Reyes Feliz, maestra de media especializada en Ciencias Sociales en Barahona, a 180 kilómetros de Santo Domingo.

Según Reyes, en los liceos públicos de su región los estudiantes provienen de sectores pobres, tienen poco acceso a Internet y quienes cuentan con una computadora, la han usado durante apenas seis meses. En ese contexto, la educación virtual se complejizó bastante.

Muchas instituciones educativas no pudieron hacer nada durante el aislamiento, porque ni siquiera habían recibido las primeras ayudas del proyecto República Digital, una iniciativa que trabaja desde 2016 por informatizar la enseñanza dominicana, pero que ha demorado en llegar a las zonas más pobres.

“La pandemia nos ha obligado a echar a andar, aunque falta mucho por hacer. Necesitamos un país con las mismas oportunidades para todos los sectores”, apuntó Reyes.

Tatem coincidió con esta apreciación. “Los impactos fueron muy diferentes en colegios privados como el mío, con respecto a los públicos. Estos estudiantes tenían ya acceso a medios e internet, por lo que la transición fue más suave”, dijo.

Mientras, en Cuba, el acceso a las TICs también puso retos sobre la mesa. Según León, el país ha logrado generar una conectividad y acceso a redes sociales cada vez mayor, pero siempre restringido por el bloqueo impuesto por los Estados Unidos, que se ha agudizado en los últimos meses.

En tiempos de pandemia, buscar alternativas que igualaran el acceso de todo el estudiantado a la información y la educación a distancia fue una prioridad, aun cuando las clases virtuales fueron desestimadas, teniendo en cuenta que todos los estudiantes no podían acceder a Internet.

Pero, en busca de la equidad, en las universidades se puso a disposición del alumnado carpetas con bibliografía básica y complementaria, indicaciones claras y precisas para enfrentar las nuevas formas de estudio y cápsulas con la información asociada a cada asignatura, explicó la doctora Mely del Rosario Arostegui, profesora de la Universidad Central de Las Villas, a unos 260 kilómetros de La Habana.

En ese intento fue clave el trabajo previo en la enseñanza semi-virtual, a través de tutorías, nuevos programas y planes de estudio que centran atención en la autonomía de los estudiantes, precisó Del Rosario.

Además, se utilizaron las redes sociales para mantener un contacto sistemático con los estudiantes y el Ministerio de Educación Superior de la nación caribeña determinó que, cuando reinicien las clases, se dispondrá de 90 días para recapitular todo lo pendiente de este curso y que nadie quede rezagado.

La clave, según el equipo de especialistas que integró el panel digital, es buscar alternativas desde una perspectiva de equidad, pues la solidaridad y el compañerismo son claves de justicia social en tiempos de pandemia.

Fuente de la noticia: https://rotativo.com.mx/2020/06/29/mujer/cuba-dominicana-academia-y-covid-19-el-desafio-de-la-desigualdad-844637/amp/

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Iniciativas de apoyo a personas LGBT en Puerto Rico en medio del Covid-19

Centro América/ Puerto Rico/ 07.04.2020/Por: Milton Rodríguez Padilla/ Fuente: www.metro.pr.

En momentos en los que la pandemia del COVID-19 es aún difícil de predecir con exactitud, la salud de la población se convierte en la prioridad más importante para afrontar esta emergencia. A la par con el cuidado de la salud física, tomando medidas de distanciamiento físico y de higiene, la salud mental y los espacios seguros se vuelven aún más esenciales. Esto puede representar un gran reto para algunas poblaciones que han sido vulnerabilizadas por mucho tiempo.

Históricamente las personas lesbianas, gay, bisexuales, trans, queer, intersexuales (LGBTQI+) en Puerto Rico han sido desproporcionalmente afectadas por condiciones sociales que han causado inequidades en su salud. Estigma social, discrimen al recibir servicios esenciales de salud y rechazo en entornos familiares son solo algunas de las barreras que estas poblaciones han tenido que enfrentar para mantenerse saludables. La situación actual podría representar un riesgo mayor para estas, exponiéndolas a entornos familiares que no son seguros y a experiencias de discrimen en el momento de necesitar algún servicio esencial.

Luego de una búsqueda de servicios en Puerto Rico en respuesta al Coronavirus, se pudo identificar 10 iniciativas que están proveyendo apoyo a las poblaciones LGBTQI+. Estos proyectos están ofreciendo servicios directos, educación, suministros y otros tipos de apoyo durante esta emergencia.

También se incluyó un directorio en línea que recoge información de contacto de proveedores de salud sensibles a las poblaciones LGBTQI+:

Vaiventura

Iniciativa comunitaria que promueve la salud mental de las poblaciones LGBTQI+ y sus aliados. Su trabajo se concentra en las áreas sur y oeste de Puerto Rico. Mientras dure la emergencia de COVID-19, Vaiventura está trabajando talleres en línea y un Podcast. Los domingos están ofreciendo una sesión de meditación y relajación llamada Vamo’a Respirar.

Información de contacto:

vaiventurapr@gmail.com

Facebook: www.facebook.com/vaiventurapr

IG: www.instagram.com/vaiventurapr

La Sombrilla Cuir

Proyecto que busca empoderar a poblaciones desventajas creando contenido para las redes sociales y talleres educativos. En colaboración con la iniciativa Espicy Nipples, La Sombrilla Queer se encuentra levantando fondos y recolectando suministros para personas LGBTQI+ del área sur afectadas por los temblores de enero 2020 y que aún necesitan apoyo durante esta emergencia de salud pública.

Información de contacto:

lasombrillacuir@gmail.com

Facebook: https://www.facebook.com/lasombrillacuir/

IG: https://www.instagram.com/lasombrillacuir

Diversxs Puerto Rico

Diversxs es un proyecto de Amnistía Internacional para empoderar a jóvenes líderes para defender los derechos humanos de las poblaciones LGBTQI+ en Puerto Rico, Chile, Ecuador y Paraguay. Desde el comienzo de la cuarentena en Puerto Rico, Diversxs está colaborando con organizaciones queer de universidades y escuelas, adaptando sus actividades a formato virtual. Actualmente trabajan en intervenciones usando plataformas en línea, podcasts educativos y contenido en redes sociales.

Información de contacto:

+1(787) 763-8318

IG: https://www.instagram.com/diversxspr

Centro Ararat

Centro Ararat es una organización de atención primaria de salud inclusiva, con facilidades en San Juan, Juana Diaz, Arecibo y Ponce. Ararat provee servicios como cuidado primario, terapia de sustitución de hormonas, tratamiento para VIH, pruebas de infecciones de transmisión sexual (ITS), farmacia y Profilaxis Pre-Exposición (PrEP). La modalidad de los servicios a cambiado para prevenir la propagación del COVID-19. Muchos de los servicios pueden ser coordinados a través del teléfono incluyendo PrEP. Se están enviando medicamentos por correo para personas que no tengan acceso a su farmacia.

Información de contacto:

https://protegeloqueamas.com/

+1(787) 787-284-5884

Puerto Rico CoNCRA

Organización de base comunitaria especializada en servicios de VIH e ITS. CoNCRA ha creado un espacio seguro para empoderar a miles de personas que viven con VIH. Durante la pandemia, los servicios no se han detenido, proveyendo pruebas rápidas de VIH, pruebas de laboratorio y servicios de PrEP a todas las personas que lo necesitan.

Información de contacto:

info@PRCoNCRA.net

http://www.concra.org

+1(787) 753-9443

Coaí, Inc.

Coaí es una organización sin fines de lucro dedicada a promover la salud y prevenir enfermedades, desde una perspectiva de justicia social y derechos humanos con énfasis en las poblaciones LGBTQI+ de Puerto Rico. Ofrecen servicios de navegación para personas recién diagnosticadas con VIH, educación, consejería, referidos para pruebas de ITS y enlace a otros servicios. Desde su programa Aché TOP, se están enviando por correo kits de prevención con condones a personas elegibles.

Información de Contacto:

+1(787) 787-832-7500

coai05@gmail.com

http://coaipr.org/

Espicy Nipples

Colectiva transfeminista que visibiliza historias de personas LGBTQI+, mujeres, negras, inmigrantes, personas criando solas y poblaciones indígenas a través del arte en redes sociales. En colaboración con La Sombrilla Cuir, Espicy Nipples se ha dado a la tarea de identificar personas LGBTQI+ que fueron afectadas por los temblores de enero y con la emergencia de COVID-19 para proveer comida, suministros y ayuda económica de ser posible.

Información de contacto:

espicynipples@gmail.com

https://www.espicynipples.com/

+1(787) 457-4975

SAGE Puerto Rico

Sage es una organización sin fines de lucro que provee servicios y hace abogacía por las personas mayores LGBTQI+ de Puerto Rico. Se enfocan en servicios de vivienda, salud mental y educación a estas y otras poblaciones. Durante la pandemia de COVID-19, Sage ha estado trabajando realizando terapias a distancia, talleres educativos y contenido para las redes sociales. A su vez, cuentan con una línea telefónica que provee apoyo en crisis y consejería.

Información de contacto:

+1 (787) 940-8851

waves@wavesahead.org

Facebook: https://www.facebook.com/pg/SAGEPuertoRico

El Hangar en Santurce

El Hangar es una colectiva queer que creó un espacio seguro para personas LGBTQI+ y aliades en Santurce, Puerto Rico. Reconociendo la crisis social y económica, esta colectiva tiene como meta la transformación social y cultural utilizando arte y educación como herramientas. Actualmente El Hangar se encuentra trabajando con acercamientos de educación popular y capacitaciones de forma virtual y adaptando modelos globales de prevención al contexto de Puerto Rico.

Información de contacto:

elhangarensanturce@gmail.com

+1 (787) 245-1274

IG: https://www.instagram.com/elhangarensanturce

Directorio de Servicios LGBT de Puerto Rico

Esta iniciativa surge de la necesidad de recolectar información sobre proveedores de servicios que sean inclusivos a la población LGBTQI+. El directorio incluye información de servicios de salud, legales, de VIH y de vivienda identificados como seguros para compartir las identidades LGBTQI+ y sensibles a las realidades de esta población.

Información de contacto:

info@servicioslgbtpr.com

Atender nuestra salud y la de nuestra gente es clave en la lucha contra la propagación del COVID-19. Si necesitas apoyo o deseas colaborar con alguna de estas organizaciones, comunícate a la información de contacto provista. De tener algún síntoma relacionado a COVID-19, comunícate con el Colegio de Enfermeros y Enfermeras al +1(787) 650-6966 para orientación y lugares donde hacerte la prueba para identificar el virus. Para más información puede enviar un correo a salud.sexual@upr.edu

El autor es educador en salud en adiestramiento y estudiante del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico. 

Fuente de la noticia: https://www.metro.pr/pr/estilo-vida/2020/04/04/iniciativas-apoyo-personas-lgbt-puerto-rico-medio-del-covid-19.html

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Entrevista a María Jesús Izquierdo: Apunten contra el patriarcado

Por: Marta Dillon.

 

La catalana María Jesús Izquierdo, doctora en Economía y profesora de Teoría Sociológica por la Universitat de Barcelona, reconoce que las tareas de cuidado que quedan sobre las espaldas de las mujeres sin ser reconocidas y tampoco remuneradas son una forma evidente de explotación. Pero plantea a la vez, estratégicamente, que esta división sexual del trabajo desprotege a todas las personas que necesitan ser cuidadas. “Aun cuando no les importen las vidas de las mujeres, sepan que la cuestión del cuidado no está resuelta y es una ilusión breve pensar en individuos autónomos, todos vamos a necesitar cuidados alguna vez”, dice y señala como responsables las democracias liberales de las que “el patriarcado es constitutivo”.

Hay una idea que María Jesús Izquierdo insiste en subrayar: “El patriarcado no es un residuo, un remanente de otras épocas, el patriarcado es constitutivo de las democracias liberales”, por lo que un replanteo de las condiciones de vida de las mujeres, la eliminación de la violencia de género y de las inequidades económicas, políticas y culturales que padecen (padecemos) no pueden pensarse sin hacer una crítica profunda a estas democracias, sin volver a fraguar un pacto democrático que vea a las personas en su fragilidad e interdependencia y no desde la ilusión de la autonomía y la libertad, paradigma sobre el que se paran los hombres -blancos y heterosexuales, agrega esta redactora- aprovechando de la fuerza de trabajo invisible que aportan las mujeres a través de las tareas de cuidado y domésticas. Pero, dice Izquierdo, para eso es necesario que las mujeres reconozcan el lugar de poder que les otorga el ser cuidadoras. Doctora en Economía y profesora de Teoría Sociológica en el Universitat de Barcelona, Izquierdo tiene un discurso provocador fundamentado en años de investigación sobre la división sexual del trabajo. Las12 la entrevistó en Buenos Aires gracias al Ministerio Público de Defensa de la CABA, que la invitó a participar del lanzamiento de la campaña “Cuidar y ser cuidado ¿Quién se hace cargo?”

-Usted habla de la necesidad de un nuevo pacto constituyente como única posibilidad para terminar con la división sexual del trabajo, ¿Podría explicar a qué se refiere?

– Porque el pacto actual se basa en el entendimiento de un individuo autónomo que pacta con otros individuos autónomos las reglas de juego para la vida en común. La idea es de libertad, no de la necesidad del otro, entonces lo que se pone en juego es interés, conveniencia respecto de la relación con el otro, en masculino, porque el pacto constituyente se hace entre varones, las mujeres en este esquema son un objeto de reparto. Pero la autonomía es un deseo, apenas se realiza, y la duración del estado de autonomía es breve, transitoria, en ocasiones somos autónomos, pero lo definitorio en los seres humanos es la interdependencia. Ahora estamos aquí sentadas cómodamente porque hay alguien que ha venido a limpiar, que hace café, tu llegaste aquí porque hay transporte… cualquier cosa que hacemos ocurre con la concurrencia de muchas personas que lo hacen posible; eso da cuenta de que estamos en permanente estado de necesidad. Sin olvidar formas precisas de necesidad, por la edad, por dificultades físicas, psíquicas. Entonces mi planteo es que requerimos un pacto constituyente basado no en la noción de autonomía si no de que somos dependientes, y esto significaría que se sitúa en el centro del escenario la dependencia y no la libertad necesariamente.

-Es un pacto, que como usted dice, se hace entre varones.

-¡Y es delirante! Yo no sé cómo ha podido funcionar tanto tiempo. Pero es que el truco ha consistido en que los fenómenos atribuidos a la dependencia se han enclaustrado en el hogar, de tal manera que ese ciudadano que pacta con otros ciudadanos es en realidad un cabeza de familia: lo vemos en la constitución española, cuando acudimos a los elementos que definirían a la persona que ocupa la posición de ciudadano, en las constituciones liberales se hace a cuenta de la posición respecto de un trabajo remunerado y la defensa del territorio nacional. Si nos vamos a la constitución española, el artículo que se refiere al trabajo dice lo siguiente: los españoles tienen el deber de trabajar, es un deber de ciudadanía, y derecho al trabajo; pero es secundario el derecho al trabajo en relación al deber de trabajar. Tu no puedes ser ciudadano si no produces, es el objeto de ciudadanía. Pero luego plantea elegir libremente ocupación u oficio, y este elemento es muy relevante, para cubrir ingresos suficientes para las propias necesidades y las de la familia.

-Estamos poniendo sobre la mesa el pacto heterosexual y patriarcal.

-No sé si heterosexual, lo que es seguro es que se pone en primer plano a un patriarca. Diríamos que el ciudadano es un patriarca, alguien que encabeza una familia de la cual se ocupa a través de sostener los recursos financieros que le permiten funcionar pero fíjate cómo cabe el artículo: sin que pueda prevalecer discriminacion por razón de sexo. Por lo tanto el pacto constitucional es un pacto que consagra la figura del patriarca, lo cual quiere decir que las democracias liberales no funcionan sin el patriarcado. El patriarcado no es un residuo, un remanente que queda de épocas anteriores si no que es constitutivo de las democracias liberales, no pueden funcionar sin la existencia de un patriarca porque hay que quitar de la escena pública el problema de la dependencia.

-O sea que la dependencia queda adentro de la casa junto las mujeres para que se arreglen ellas.

-Exacto. Pero además de manera perfecta, porque mientras la constitución es transparente en relación a la existencia del patriarca, cuando habla del cuidado de las personas no lo hace refiriéndose a las mujeres o de las amas de casa, lo define en función de la familia, como si la familia fuera una entidad viva. Lo que es llamativo de la Constitución en este artículo es que resulta que el patriarcado es constitutivo de la democracia liberal pero no el sexismo. Es decir que nos da igual que el patriarca sea una mujer o un hombre pero necesitamos establecer un vínculo patriarcal.

-Lo qué pasa es que cuando hay un hombre cabeza de familia cumple un rol pero cuando hay una mujer difícilmente le toque uno solo.

-Está claro. Tal vez no fui fina al decir “da igual”, pero parece que para la constitución no es incompatible la eliminación del sexismo con el mantenimiento de la democracia liberal por lo que acá hay que tener en cuenta que vale cualquier cosa con tal de conservar el patriarcado.

-Y de sostener la idea de familia nuclear, y el encierro doméstico para que allí se oculte la interdependencia.

Las democracias liberales se caracterizan por una falta de responsabilidad y desatención con respecto a la gente. Con todas las críticas que podemos formular a los regímenes feudales, ahí había un vínculo de responsabilidad con los siervos. En cambio en el capitalismo se prescinde del otro. Entonces la familia es un requisito indispensable porque cumple la función antes entendida como colectiva. Estamos hablando de sociedades modernas, y por eso mi insistencia: el patriarcado no es remanente si no que es base fundamental, mira por ejemplo la política tributaria. Ahí te encuentras que la pérdida de ingreso que supone la declaración conjunta de la renta de la típica familia nuclear es de 2.600.000 euros, monstruoso, y esto significa que de otro lado se está financiando a la familia nuclear y también a la figura del ama de casa. Porque tener en casa un hombre que declara y una mujer que no tiene ingresos propios hace que pagues mucho menos impuestos.

-Es una forma capitalista de preservar la división sexual del trabajo.

-Claramente.

-Sin embargo los temas de cuidado tienen visibilidad intermitente en el feminismo a lo largo de los años y ninguna salida parece ser buena: ¿Salario para amas de casa? ¿Socialización de las tareas de cuidado? ¿Usted qué piensa?

-A mí no me resulta satisfactoria la corriente general que considera que se ha de visibilizar, reconocer y valorizar la aportación de las mujeres. Porque el implícito de esa necesidad de valorización y reconocimiento es que las tareas de cuidado que realizan las mujeres las realizan bien, son deseables y deben ser tomadas como modelo.

-Eso se escucha muy esencialista: las mujeres somos buenas porque sabemos cuidar.

-Bueno, pero es muy dominante, no sé acá, pero en España te aseguro que es muy dominante. Entonces creo que hay que trabajar en el sentido opuesto: evidenciando que en condiciones de división sexual del trabajo no se puede cuidar bien. Voy a hablar no de personas empíricamente hablando si no de tipos mentales que nos ayudan a pensar la realidad. Las mujeres son como sean, pero cuando lo digo en singular me estoy refiriendo a un tipo de persona que hace posible el patriarcado y es suficientemente frecuente e intenso como para que sostenga el patriarcado.

-Un estereotipo normativo.

-Normativo, sí, no universal si no propia del patriarcado. Hecha esta aclaración deberíamos pensar que la posición mujer genera una configuración psíquica consistente en desear ser deseada. Mientras que la configuración hombre ejemplifica el deseo de poseer aquello que se desea. Luego habrá personas más cerca o más lejos pero es la disposición propia del patriarcado. Entonces a mi modo de ver, cuando alguien pone en el centro del escenario la necesidad de ser querida significa que instrumentaliza a los demás para conseguir eso. Y esto significa que cuando provee de cuidados lo hace para ser valorada, no para que la gente esté bien. No es lo mismo que un niño o una niña estén bien cuidados que que una persona sea una buena madre. Si aspiro a ser una buena madre es una posición narcisista que requiere de reconocimiento. Cuando me preocupo por las criaturas mi orientación es hacia el objeto de amor, no a mí misma. Si damos por bueno que la orientación de la mujer patriarcal es a ser querida, creo que podemos dar por válida la afirmación de que el cuidado es una actividad instrumental que no está al servicio de las personas dependientes si no al servicio del reconocimiento de ellas mismas. Y eso pondría en discusión, al margen del respeto que se pueda tener por los derechos de las mujeres, aún cuando no interese que sean explotadas, no se tiene suficiente conciencia de que el problema del cuidado, basado en la división sexual del trabajo, es dañina para ambas partes: porque ahoga la posibilidad de su desarrollo personal a quien está al servicio del cuidado -porque no puede plantear su proyecto de vida-  y para quien recibe los cuidados porque es objeto instrumental. Y esa relación es una relación de poder.

-Pero tenemos también en el universo de cuidados tareas de sostenimiento de la vida totalmente invisibles como las que reclama para sí el patriarca.

-Estoy hablando de las relaciones de dependencia. Hay que diferenciar cuidado de servicio, porque el cuidado es a cuando provees de atenciones a quienes no se las puede librar por sí mismas, si la persona puede atenderse a sí misma hablamos de servicio.

-Pero si cuidado y servidumbre quedan dentro de la casa no parece fácil separar las tareas…

-Es que hay que ver la posición narcisista del cuidado, en el sentido de que parece que tienes unas cualidades especiales que yo asocio a la omnipotencia, que las mujeres no quieren tampoco dejar.

-Es un poco complicado cargar las tintas sobre la posición de las mujeres, como decir que les gusta su propia cárcel…

-Yo creo que la pregunta es otra, es cómo se rompe la posición omnipotente. Y se rompe cuando se sale de la idea de qué hay dos posiciones excluyentes: la de quien cuida y la de quien recibe cuidados, señalando que toda persona cuida y toda persona recibe o recibirá cuidados.

-Es lo que sucede entre padres y madres con respecto a hijos e hijas, aunque siempre las que cuidan a todos son las mujeres.

-Bueno, pero por ejemplo, entre una madre que cuida a su hija cómo se rompe la omnipotencia. Pues ella se va al cine con las amigas, por ejemplo, evidenciando que tiene sus propias necesidades y la madre evidencia su posición no queriendo que vuelva antes si no al contrario, diciendo: “¿ya estás aquí? ¡Pero qué pesada! No me puedes dejar en paz un rato”. La dependencia genera hostilidad y da lugar a muchas microviolencias: por ejemplo, si a la persona cuidada le gusta la sopa caliente y se la llevas siempre fría, pues es un daño grande.

-Micropolíticas de la crueldad.

-Sí, que tienen efecto acumulativo. O inversamente, si en lugar de concentrar todas tus demandas en un lapso de tiempo estás todo el tiempo demandando, eso también mina a la persona que cuida. La relación de cuidado puede ser una verdadera tortura. Y esto me hace pensar que las feministas deberíamos contemplar que una de las formas de la violencia de género es el maltrato a las personas dependientes.

-¿Por qué lo piensa como violencia de género?

-Porque se produce en una matriz de relaciones que se funda en la división sexual del trabajo. Es decir, es esperable que una persona encerrada en el lugar de cuidadora y si eso comporta que se la marginalice de la vida social o de sus planes de vida experimente sentimientos hostiles hacia quién cuida. Lo raro sería que no los experimentara. Por lo tanto es constitutivo de la división sexual del trabajo el maltrato a las personas dependientes. Yo pienso que las feministas deberíamos denunciarlo como violencia de género porque pienso que lo es y porque estratégicamente desde el punto de vista político nos conviene: pondría en cuestión la división sexual del trabajo, porque pueden pasar de las mujeres, pero si les preocupa la cuestión del cuidado, el cuidado no está resuelto.

-El tema que aparece aquí es la violencia de género que podrían ejercer las mismas mujeres. Que de hecho la ejercemos, cada vez que se encierra a las hijas para repartir con ellas las tareas domésticas o el cuidado de hermanos y hermanas más pequeñas, por ejemplo. Eso parece que es difícil de hablar..

-Eso tiene que ver con lo que planteo. Además de no reconocer las características del mundo que queremos cambiar, políticamente creo que es un error porque consolida la división sexual del trabajo, porque si no ponemos en cuestión que las mujeres también podemos cuidar mal, cristalizamos esa división.

-Sucede que se produce un encierro: ¿es necesario revisar si cuidamos bien o mal o evidenciar la explotación que significa dar por hecho que las tareas de cuidado son para las mujeres? ¿De dónde surge que cuidamos porque lo hacemos bien? A mí me parece más un destino impuesto que una habilidad.

-Bueno, ha habido todo un proceso de naturalización, de manera que se hace extensivo que si la mujer es fecunda y engendra criaturas hace extensivo el cuidado de las criaturas. Y además tiene una gratificación libidinal muy fuerte y entonces no hace falta forzar a las mujeres para que lo hagan. Donde se rompe la dinámica es cuando lo predominante no es cuidar criaturas si no de las personas viejas o enfermas. Porque claro, acompañar a estas personas es acompañar la decrepitud y acercarse a la muerte y hay una resistencia a asumir que somos mortales.

-Y por eso interdependientes y vulnerables.

-¡Claro! Tanta resistencia hay a pensar que somos vulnerables que cuando te pones enferma te sientes culpable de estar en la cama, te sientes más culpable que mal. Parece que la vulnerabilidad fuera un defecto moral. El componente culpa habla, justamente, de omnipotencia.

-Corriéndonos un poco de la cuestión subjetiva y volviendo a cómo salir del encierro, de si cuidamos bien o mal para ser relevadas de la tarea, este año en muchos países del mundo se hizo un paro, una huelga, que evidenció las tareas domésticas y de cuidado como trabajo. ¿Cómo lo viste vos?

-Creo que pensar en una huelga de mujeres es pensar en un paro en las tareas de cuidado que implicaría una valentía y un estómago muy fuerte. Dejar los niños en la puerta de la comisaría por ejemplo…

-Eso aquí, y supongo que en la mayor parte del mundo, no es una opción…

-Pero hay que encontrar un modo de denunciar la externalizacion de costes de producción de la vida humana a las mujeres. Porque es como lo que denuncian desde los grupos ecologistas, que las empresas externalizan costes al medio ambiente. Significa que sus actividades productivas son más costosas de lo que son para ellos porque son a costa del medio ambiente. Trasladado a las mujeres sería que el mundo funciona porque se carga sobre la espalda de las mujeres el cuidado de la vida humana y esto es una transferencia sistemática de los recursos. Cuando se produce una transferencia sistemática de recursos de quien los ha producido a quienes los han producido eso es una relación de explotación. O sea que las mujeres están en una posición de explotadas, por los hombres, por el Estado y por el mercado. Entonces, claro, esto significa que las relaciones de poder se dan porque el trabajo de las mujeres empodera a los hombres, al mercado y a las empresas.

-Por lo tanto, siendo explotadas, nos merecemos la huelga.

-¡Claro! Desde el punto de vista lógico es muy claro pero emocionalmente es muy complejo. Aunque en términos teóricos, analíticos es evidente: dejar de transferir recursos a los demás. Trabajar para una misma, no para los demás hasta que quede claro.

-Tal cómo está, si reconocemos la explotación que significa el cuidado, aunque es necesario pactar bienestar con quien se cuida y viceversa no parece suficiente; sería como dejar el problema en ese encierro privado.

-El punto de fuga es la eliminación de la división sexual del trabajo. El implícito de la división sexual del trabajo es la relación de complementariedad. Lo que venimos diciendo es el reconocimiento de relaciones de reciprocidad. La primera sería “tu aportas A, yo aporto B”, la segunda es “yo aporto lo que tú me das”, aunque no sea simultáneo. Dicho de otro modo: yo no te doy atención a la familia y tu me das dinero, yo te doy dinero y atención como tú me lo das a mí; relaciones de reciprocidad.

-¿Y qué posibilidades hay de pensar el cuidado por fuera de la familia? ¿Se puede pensar en salidas más comunitarias?

-Yo lo veo difícil porque no hay el nivel de confianza en lo social para que la gente se arriesgue a sacar la patita de la familia. Creo que hay que buscar alianzas con los trabajadores y trabajadoras asalariadas organizadas. Son cuestiones que tienen que ver con el cuidado, con sostener las jornadas de ocho horas, vacaciones pagadas y por enfermedad tiene que ver con el cuidado, cosas de cuidado propio. Lo que yo sugiero como posibilidad y no me parece delirante es que las personas reciban su paga cuando tienen que cuidar a personas dependientes, bueno, hay que generar fondos de reserva para quienes tienen que cuidar. Tiene que haber una elaboración colectiva, esto significa desprivatizar y socializar el cuidado, meterlo en el debate democrático.

-Entonces usted ve como estratégica la alianza entre las mujeres, los feminismos y los sindicatos.

-Es imprescindible, los dos colectivos sometidos a explotación se tienen que poner de acuerdo y estos dos colectivos son los asalariados y las mujeres. Y las mujeres asalariadas doblemente porque son explotadas por los varones asalariados. Los hombres traicionaron a las mujeres en su alianza con los empresarios para dejar a las mujeres en la casa. Es una alianza difícil.

-Resumiendo, podríamos decir que para eso hay que quitar al patriarcado de la base de la discusión democrática.

-¡Es lo que digo! No es residual si no la base de las democracias actuales y por eso no se piensa el cuidado, porque queda dentro de las familias. Fíjate que en Europa, con la sociedad envejecida, se han puesto a preguntar cuál sería la solución deseada para el problema del cuidado de adultos mayores y la respuesta es perversa: que se de recursos a los viejos y viejas para poder pagar a personas que se hagan cargo ellas. Es decir, buscan sostener la relación de poder a través de la posibilidad de pagar para que te atiendan. Pero no se escapa que es más importante tener poder que estar bien, pues es incompatible con estar bien, vamos.

-Esto que vos planteás no es solo sobre la división sexual del trabajo si no sobre los sujetos…

-¿Te imaginas la diferencia de pactos entre sujetos que se reconocen vulnerables, que reconocen la enfermedad y la muerte? ¡Cambia totalmente la noción de democracia!

-Mientras tanto, vamos a la huelga.

-(Se ríe) Y sí, pero ¿qué tipo de confianza social se tiene que generar para que las mujeres puedan poner en práctica una huelga de cuidados? La confianza de que comemos todos o no come nadie, la confianza de que detienen a todos o nadie. No vas a consentir que detengan a un compañero o compañera, no vas a consentir que mientras tú estás comiendo a alguien se le acabaron los recursos. Y esa confianza no se está dando en este momento. No estoy en delirium tremens pero soy consciente también de que solo a través de la huelga general indefinida se resuelve la relación de poder. Solo que emocional y prácticamente es muy difícil. Habría que prepararse con años de tiempo, con cajas de resistencia, mientras tanto es muy complicado porque no hay tejido social. Porque por ejemplo, lo primero que tendríamos que hacer las mujeres es dejar de tener hijos por lo menos por cinco años así ya no habrá bebes cuando empiece la huelga para dejar en la puerta de las comisarías.

Ella se ríe a carcajadas, y al instante siguiente, como se diría en el español ibérico, se la piensa.

Fuente de la entrevista: https://rebelion.org/apunten-contra-el-patriarcado/

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Especialización y Curso Internacional en Políticas Públicas y Justicia de Género

Por: CLACSO.

 

Modalidad: virtual
Coordinación Académica:
Magdalena Valdivieso Ide [Chile]
Doctora en Ciencias Políticas, Universidad de Chile
Luz Patricia Mejía [Venezuela]
Secretaria Técnica de Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belén do Pará (MESECVI) de la Organización de Estados Americanos (OEA)

Especialización: 52 créditos, 480 horas / cátedra | Curso Internacional: 12 créditos, 120 horas / cátedra
Duración: marzo de 2017 a febrero de 2018

Organizado por la OEACLACSO y Flacso Brasil

FUNDAMENTACIÓN
Las desigualdades de género, las inequidades y las barreras que persisten para el pleno desarrollo de la autonomía de las mujeres en América Latina y el Caribe constituyen situaciones de injusticia, vulneración de derechos e impedimentos para su incorporación plena y diversa al desarrollo económico, social, cultural y político. La precariedad laboral, los problemas de acceso y derecho a la salud, la violencia de género y la baja representación política persisten y dan cuenta de las dificultades de los Estados para garantizar el reconocimiento pleno y el ejercicio de derechos, así como la calidad de vida a las mujeres.

En ese sentido, los Estados -apoyados en convenciones y acuerdos internacionales y en las demandas de los movimientos de mujeres- han priorizado la incorporación transversal del enfoque de género en las políticas públicas, con el objetivo de visibilizar y corregir las desigualdades e inequidades y de promover el cambio cultural para eliminar los estereotipos de género.

Los Estados están obligados a observar, implementar y rendir cuenta del cumplimiento de las disposiciones contenidas en los acuerdos, convenciones, tratados y resoluciones internacionales que reconocen y protegen los derechos humanos y ciudadanos de las mujeres. Constituye un desafío para los Estados, para las organizaciones que trabajan por los derechos humanos y especialmente por los derechos de las mujeres y para las/los profesionales que se desempeñan en este campo elaborar, implementar, dar seguimiento y evaluar políticas públicas con pertinencia cultural y territorial, que permitan avanzar en la construcción de la igualdad y la equidad de género y cumplir con los objetivos que se ha propuesto la comunidad internacional para el pleno reconocimiento y garantía de los derechos humanos de las mujeres.

OBJETIVOS
La Especialización y el Curso Internacional en Políticas Públicas y Justicia de Género están diseñados para ofrecer un espacio integral de formación teórico y práctico donde se analicen las situaciones de desigualdad estructural y específicas de género a partir de las disposiciones contenidas en el ordenamiento internacional de los derechos humanos de las mujeres y de estudiar su abordaje desde las políticas públicas.

Se propone específicamente:

Realizar una formación de alto nivel dirigida a desarrollar capacidades para la formulación, gestión y evaluación de políticas públicas orientadas a la erradicación de las desigualdades e inequidades de género.
Aportar elementos conceptuales y herramientas teóricas que permitan la identificación de inequidades y desigualdades de género y su abordaje en los instrumentos y convenciones referidas a derechos de las mujeres.
Promover e introducir en la práctica enfoques integrales que permitan comprender la complejidad de las situaciones de vulnerabilidad de derechos de las mujeres que reconozcan su diversidad.
Formar y capacitar para el diseño, seguimiento y evaluación de políticas públicas dirigidas a garantizar los derechos humanos de las mujeres y las niñas con énfasis en la valoración de los resultados.
Analizar las convenciones, acuerdos y resoluciones internacionales que reconocen y resguardan derechos de las mujeres y las niñas y su debida observancia y cumplimiento por los Estados.
DESTINATARIOS
La Especialización está dirigida a estudiantes de posgrado; funcionarias y funcionarios públicos y del ámbito de la justicia; integrantes del poder legislativo; miembros y gestores de Organizaciones No Gubernamentales y profesionales interesados en políticas públicas de género; activistas y militantes de organizaciones y movimientos sociales; representantes de partidos políticos.
El Curso Internacional está dirigido, además de los destinatarios ya mencionados, a estudiantes de grado.

Fuente de la reseña: https://www.clacso.org.ar/red_de_posgrados/Politicas_Publicas_y_Justicia_de_Genero.php?idioma=ing

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