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Innovar en educación, ¿cómo lograr el cambio?

Por: www.lanacion.com.ar / Luis Dambra/ 18-04-2018

Hace muchos años que en nuestro país la crisis de la educación se manifiesta de diversas formas, en distintos niveles y en diferentes tipos de pruebas y tests.Si esta crisis se estuviera desarrollando en el siglo XIX, quizá las consecuencias no serían tan graves. Sin embargo, está ocurriendo en el siglo XXI, momento de la cuarta revolución industrial.

Para desarrollarse, las sociedades necesitan generar empleo. Y las empresas precisan ser competitivas, no sobre la base de una moneda débil o de protección aduanera, sino de propuestas innovadoras. Para concebir estas propuestas con claves la agilidad y la capacidad de adaptación. Para innovar no basta con incorporar herramientas, lo importante es entrenar a las personas en actitudes.

Innovar en educación ejecutiva implica aprender haciendo. Viviendo momentos al límite con el trabajo interdisciplinario, que haga desarrollar las actitudes de un innovador, esas que requiere la era de la cuarta revolución industrial. ¿Qué pasaría si esta forma de enseñar la lleváramos a todo el sistema educativo? Seguramente, las generaciones de innovadores crecerían exponencialmente.

Debemos cuestionarnos cómo hacemos las cosas. Si seguimos igual, nos hundiremos en un mundo que no nos esperará, ¡debemos cambiar la educación! En el ámbito ejecutivo lo estamos haciendo con entrenamientos disruptivos, que interconectan disciplinas y desafían a transformar la realidad. Esa es nuestra respuesta ¿Cuál es la tuya?

*Fuente: https://www.lanacion.com.ar/2125510-innovar-en-educacion-como-lograr-el-cambio
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Ángels Domingo: “Novedad e innovación no son lo mismo”

España / 15 de abril de 2018 / Autor: Andrea Giraldez / Fuente: Educación 3.0

La innovación es algo deseable en todos los ámbitos, entre ellos la educación. Sin embargo, desde hace algún tiempo la cantidad de propuestas parece haberse multiplicado a un ritmo tan vertiginoso que difícilmente hay tiempo y espacio para la reflexión.  Gamificación, flipped learning, aprendizaje basado en proyectos, aprendizaje servicio, design thinking, aprendizaje cooperativo, aprendizaje basado en problemas o aprendizaje basado en el pensamiento son algunas de las metodologías que integran un largo listado.

¿Es posible y positivo intentar probar con todas ellas? Y si lo fuese, ¿esto supondría una verdadera innovación? ¿No estamos cambiando mucho para no cambiar nada? ¿No sería más útil detenernos a pensar en qué y para qué queremos cambiar, y luego decidir el cómo? Estoy convencida de que la reflexión es necesaria y por ello, para responder a algunas de estas preguntas, invité a alguien que sabe mucho sobre este tema, Ángels Domingo, fundadora y directora de la Plataforma Internacional Práctica Reflexiva. Sus ideas seguramente podrán ayudarnos a repensar el tema de la innovación.

Eres una de las pocas personas especialista en Práctica Reflexiva (PR). ¿En qué consiste?

Àngels Domingo
Àngels Domingo es fundadora y directora de la Plataforma Internacional Práctica Reflexiva

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La PR es un modelo de aprendizaje profesional cuyos elementos de partida son principalmente las experiencias de la persona en su contexto profesional y la reflexión sistemática sobre su práctica para mejorarla.

¿Por qué es importante para los docentes?

Porque la experiencia es una fuente potentísima de conocimiento profesional y el exclusivo conocimiento teórico nos haría incompetentes para esta profesión de alta complejidad. Es una propuesta de formación permanente en el escenario profesional, extraordinariamente asequible a todos los maestros que están comprometidos con la mejora constante de su práctica educativa.

En los últimos años, hemos asistido a metodologías que prometen ser la solución a todos los problemas educativos. ¿Cuál es su opinión al respecto?

«Confundimos modelo pedagógico con metodologías docentes»

Confundimos modelo pedagógico con metodologías docentes; el modelo deja autonomía metodológica para que el profesor decida qué hacer en cada momento. En cambio, las metodologías que deciden otros son itinerarios rígidos que no siempre se adecuan al docente o a los alumnos. El marketing educativo ‘vende’ metodologías para ganar clientes, es decir, matrículas. Paradójicamente, el modelo pedagógico de una institución es lo que otorga valor y diferenciación en el modo de plantear el aprendizaje y la formación de los estudiantes.

¿Son realmente ‘nuevas’ estas metodologías?

Esta pregunta me permite comentar una de mis inquietudes como formadora de docentes. Hay que reconceptualizar el término innovación. Novedad e innovación no es lo mismo. He aquí unos cuantos ejemplos.

En primer lugar, innovar no es hacer cosas nuevas. Es hacer algo de una manera distinta a como solemos hacerlo, sea esto que hacemos algo nuevo o algo tan antiguo como el método socrático de la escuela griega de antes de Cristo.

«Hay que reconceptualizar el término innovación. Novedad e innovación no es lo mismo»

En segundo lugar, yo puedo innovar en mi aula utilizando la clase-paseo del gran legado de Freinet en el siglo pasado. ¿La clase-paseo es algo nuevo? ¡No! ¿Es innovación utilizar la clase-paseo freinetiana para una unidad didáctica en una escuela urbana del siglo XXI? Sí.

¿Es mejor maestro el que usa constantemente las llamadas metodologías innovadoras y si son varias mejor?

No. El mejor maestro es el que lograr generar aprendizaje en sus alumnos dentro y fuera del aula. No importa tanto qué medios utilice sino que logre el fin y se muestre competente cuando enseña. A mi entender, el mejor maestro es aquel que tiene un perfil creativo, siendo capaz de diseñar a medida y en contexto procesos de aprendizaje para adaptarlos y lograr el objetivo principal: que el aprendizaje se produzca.

¿Qué supone ser un profesor innovador en el siglo XXI?

No llevar el piloto automático puesto en clase y aprender a desaprender.

¿Por qué los docentes deberían desarrollar su competencia reflexiva?

Respondo glosando un sabio pensamiento de Confucio: “Aprender sin reflexionar es malgastar energía”.

¿Cómo podrían desarrollarla?

Existen distintas modalidades como la reflexión sistemática individual, la práctica reflexiva grupal y colaborativa, los métodos, y los modelos y herramientas para una reflexión sobre la práctica. En definitiva, se desarrolla cuando intencionadamente el docente decide integrar la reflexión sistemática sobre su práctica como sistema de desarrollo profesional.

¿Qué propones para iniciarse en la práctica reflexiva como metodología formativa?

Dos de los modelos que mayor efectividad formativa han demostrado en contextos de formación docente de diferentes países son el Método R5 de Práctica Reflexiva y El Modelo ATOM para indagar sobre la propia práctica docente. En la web que da soporte a la Plataforma Internacional Práctica Reflexiva están disponibles y son de descarga gratuita.

Fuente de la Entrevista:

Ángels Domingo: “Novedad e innovación no son lo mismo”

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Innovación educativa para la innovación social

España / 15 de abril de 2018 / Autor: José Blas García Pérez / Fuente: jblasgarcia.com

ESCENARIOS EDUCATIVOS

Que la escuela no es el único lugar de encuentro y de aprendizaje es algo que ya hemos asumido los docentes del siglo XXI. En una sociedad hiperconectada, los escenarios educativos reales y virtuales se multiplican como sitios de encuentro, de relación, de socialización y de aprendizaje de conceptos, de procedimientos y de habilidades para la vida.
La familia, el barrio e Internet se configuran como lugares de «extensa comunicación» en esta sociedad XXI. Una sociedad donde los centros educativos están mutando (necesitan transformarse) desde la posición de «centros de enseñanza» a «espacios estratégicos para el aprendizaje» y así no perder el rol de «escenario intensivo para desarrollo personal, convivencia y socialización de niños y adolescentes».

EDUCA LA TRIBU

Desde el siglo XX, con la universalización de la escolarización, a la ‘Educación’ se nos ha asignado responsabilidades «de constructores» de ciudadanía que hemos asumido sin rechistar. Paralelamente también se nos han achacado fracasos y problemáticas sociales que «debíamos resolver». Por contra, poco a poco, se nos ha restado profesión, se nos ha automatizado y burocratizado, se nos ha «estandarizado» como forma curricular «de control», y así se nos ha eliminando cualquier viso de ejercer una necesaria y responsable autonomía en la utilización de «herramientas las profesionales».

«Es decir, se nos pide que demos respuesta a unas problemáticas sociales, pero, al mismo tiempo, se nos «obliga» a desarrollar un currículo alejado de la realidad social, de sus problemáticas y sus necesidades.»

DE NUEVO, TRIBU

No es nuevo, (aunque lo parezca): «para educar a un niño siempre se ha necesitado a la tribu entera».
Por ello, es necesario ser de nuevo tribu. Es preciso, por un lado, que los diferentes subsistemas sociales recuperen sus propias responsabilidades y posibilidades; y, por otro, que en la escuela rompamos nuestra endémica balcanización y seamos capaces de tejer proyectos en formato tándem con los demás subsistemas, donde el pedaleo deba ser acompasado, cooperativo y entusiasta para buscar –entre todos– alternativas educativas que mejoren el desarrollo personal y social de todos los ciudadanos… utilizando todas las miradas y aprovechando todos los frentes. Es este un pilar básico de la construcción del bien común.

BIEN COMÚN

La búsqueda del bien común se intuye como una utopía necesaria para la trasformación social. Es más, se dibuja como el plan en el que la escuela puede tomar el papel cooperador para la mejora de la vida de los ciudadanos y por tanto, de la sociedad. Persevero en la idea de que la transformación social puede conseguirse a través de la educación y la escuela como constructor básico de del necesario concepto «bien común».
Para este fin, en otro artículo anterior me preguntaba si es posible diseñar centros educativos que se erigiesen como centros de innovación y mejora social de su comunidad o si hablamos de una utopía.

«¿es posible conseguir que cada escuela, cada centro de educación secundaria, cada facultad y centro universitario se convierta en «start-ups» social; en impulsores de una primavera sociocultural permanente; en diseminadores de las bases para asentar una sociedad innovadora, basada en valores y derechos humanos?»

Pregunto a directivos y líderes de centros educativos, a docentes de todas las etapas, si las escuelas pueden atraer en el entorno más próximo a su comunidad educativa iniciativas varias y así crear en el barrio «pequeños Silicon Valley» donde desarrollar propuestas, a modo de proyectos educativos de cultura social. Y si esto ocurre, me pregunto si las autoridades educativas pueden etiquetar a estos centros como Centros de Calidad en Educación, con grandes carteles en sus puerta que sean una forma de aplaudir estas inicativas.
La respuesta es rotunda:Sí se puede. Claro, siempre que consideremos que el desarrollo emocional y social es imprescindible como «contenido» curricular de la educación, especialmente en la básica y obligatoria. El problema es que no se puede evaluar, no se puede medir… ¡solo se puede sentir!… y los sentimientos se escapan del control estandarizado.
No es una utopía. En mi región, y en otras, ya se están desarrollando programas, como el de Educación Responsable, un programa desarrollado en colaboración con la Fundación Botín, que favorece el «crecimiento físico, emocional, intelectual y social de las personas, promueve la comunicación y mejora la convivencia en los centros escolares» a partir del trabajo con docentes, alumnado y familias.

INNOVACIÓN EDUCATIVA E INNOVACIÓN SOCIAL

¿Podemos desarrollar en la escuela las competencias tecnológicas y científicas necesarias para progresar y prosperar profesionalmente y abandonar las competencias necesarias para ser ciudadanos comprometidos con el bien común? ¿Pueden haber cientos de empresas que apoyen la digitalización de las aulas y muy pocas que aporten recursos y apoyen la humanización de las mismas?
¿Qué sucederá en la sociedad si continuamos la búsqueda de la excelencia desde la competitividad y descuidamos el potencial de la educación para el conocimiento de uno mismo, para promover la cohesión social, el respeto para todos y el reconocimiento de la diversidad como esencia humana?
Igualar innovación únicamente con el uso de medios tecnológicos es una forma reducida de entender la innovación en los centros educativos. Es una miopía de análisis de las necesidades del alumnado del siglo XXI. Es evidente que cada vez tenemos más medios, formación y conocimientos para, incluso, saturar de tecnología las aulas.
Si observamos, los cambios sociales están ralentizados, de hecho, si analizamos pareciera que van a peor:

  • La sociedad continúa albergando y consintiendo situaciones de injusticia.
  • Las brechas laborales, sociales y económicas son cada vez mayores.
  • La permisividad con la guerra que provocan exilio, terror y muerte en miles de ciudadanos, incluyendo niños, es cada día más invisible en nuestro paisaje.
  • Las disputas económicas, territoriales, de poder, de competición por ser mejor, por tener más, por vivir –supuestamente– mejor… son cada día más desgarradoras.
  • La utilización de la tecnología big data y los datos de facebook para conocer nuestra vida consumista, desarrollar mejor la industria, para dirigir los mercados, la intención de voto… sirven para diseñar nuevas formas de esclavitud… pero no las utilizamos para saber qué necesidades son acuciantes en grupos de personas, los sufrimos de medio mundo, qué nos provoca enfermedades incurables, qué cuestión esencial nos falta para completar de forma plena nuestra corta vida…

¡Cuánto cambiaría el mundo si las empresas tecnológicas se preocuparan de las personas y no del mercado!

Personas ≠ Mercado

A MODO DE EPÍLOGO

Tras este panorama –pelín catastrofista– dibujamos un escenario mucho más alentador: la innovación genuina en educación implica cambios estructurales y sustanciales en el qué y en el cómo de la educación y, como tal, muchos docentes somos conscientes de que nuestra actividad se debe orientar a la justicia escolar y social, y por ello estamos generando condiciones para que todos los sectores sociales y educativos, sin excepción, se puedan beneficiar del cambio educativo.
No es discutible que la innovación es uno de los retos de la educación el S. XXI, pero tampoco debería serlo la idea de que transformar la escuela implique, no sólo el desarrollo de innovaciones tecnológicas, sino, y esencialmente, que conlleve repensar interrogantes, a menudo, invisibles en los debates de los claustros educativos:
  • ¿Qué se hace en la escuela?
  • ¿Cuál es su papel?
  • ¿Por qué modelo social se apuesta?
  • ¿Cómo el centro educativo puede ayudar a construir una sociedad mejor?
  • ¿Cómo centrar la acción de la escuela para que repercuta directamente en la vida de las personas?
  • ¿Cómo elegir los conocimientos que son importantes para nuestra vida, para hacernos felices y para hacer felices a los que nos rodeen?
  • ¿Cómo implicar a toda la comunidad en estas decisiones que les afectan y darles voz?
La innovación educativa no debe ser superficial, no puede ser de lavado de imagen. Es preciso que la innovación implique promover cambios pedagógicos u organizativos concretos , que nos hagan mirar hacia una nueva lectura consensuada y un nuevo aprendizaje colectivo sobre los principales problemas que acechan la sociedad:
  • La falta de equidad y de consideración hacia lo diverso.
  • La falta de respeto por la naturaleza, los recursos de la misma y los seres vivos.
  • La desigualdad en la distribución de la riqueza, entre alumnos, familias y centros educativos.
  • El desequilibrio en la distribución de poder.
  • La falta de un diseño de alta atención, es decir, de acompañamiento, escucha y personalización de los procesos de aprendizaje constituye un acuciante problema.
Parece claro que el reto de la educación en el siglo XXI no consiste simplemente en el dominio de los contenidos del conocimiento científico o el uso de tecnologías, sino también el conocimiento de uno mismo y el control de los procesos que nos sirven para aprender y desarrollar valores que nos ayuden a entender el mundo como desarrollo del bien común. La ciencia y la tecnología sin humanidades no son relevantes para las personas.
 
«Los sentimientos se escapan del
control estandarizado»
La dicotomía entre ciencias y humanidades es ya un pensamiento del pasado.
En una sociedad cuya principal característica es el cambio tecnológico continuo, parece que la mayor innovación educativa sea prepararnos en habilidades básicas, personales y sociales que NO tengan obsolescencia programada.

«Ninguna innovación educativa deberá considerarse tal, a menos que sirva para enseñar a ser, para mejorar las relaciones humanas y para dejar un mundo mejor, más humano a nuestros hijos y nietos.» J. Blas Garcia

Fuente del Artículo:

http://www.jblasgarcia.com/2018/04/innovacion-educativa-para-la-innovacion.html

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Erik Assadourian: “Los temas tabú rara vez se incluyen en el currículo”

Por

Así era…

Erik Assadourian Director del Proyecto EarthEd, conferenciante y autor.

Recuerda la época del parvulario donde aprendió gracias al juego no estructurado, construyendo con tuberías, leyendo historias… Allí fue realmente donde le enseñaron las primeras habilidades para la vida que todavía tiene presentes. Una de las anécdotas que recuerda con especial simpatía fue cuando se “rompió la pierna”, pero que según dice, no fue más que un esguince que se produjo de forma intencionada.

Gran parte de nuestras enfermedades, tanto del planeta (cambio climático, pérdida de biodiversidad, contaminación plástica de los océanos…) como de las personas (obesidad, drogadicción, tabaco, alcohol…), provienen del consumo excesivo. Reducir el consumo de forma controlada podría solucionar muchos de nuestros problemas de salud y sociales así como las enfermedades planetarias. Por supuesto, en un nivel más profundo, si los maestros pueden encontrar la manera de discutir el decrecimiento, pueden explorar la era industrial, el aumento de la edad del consumidor, la psicología del marketing, la globalización de la economía, y mucho más, ya que el decrecimiento abarca todos los temas.

Son cada vez más los autores que plantean un muy cercano colapso, tanto medioambiental como social y económico. ¿Por qué cree que el sector educativo se sigue manteniendo ajeno a esta realidad?
Probablemente se debe a que se trata de un tema tabú. Hemos vivido durante generaciones con una creencia basada en que el crecimiento rápido y sostenido es el estado natural de las cosas. Si las economías no crecen, fallan. Por lo tanto, incluso hablar de controlar las emisiones de CO2 para evitar un cambio climático desbocado (un proceso que requeriría un decrecimiento económico) es tabú. En su lugar, hacemos planes para reducir las emisiones a partir de una transición de la energía renovable (sobre la base de tecnologías futuras que aún no se han identificado). El fracaso de los sistemas en los que hemos puesto esperanzas durante, al menos los últimos dos siglos, es todavía más tabú. Y los temas tabú rara vez se incluyen en el currículo.

¿Cuáles son los objetivos del proyecto EarthEd y de la educación Eco-social?
El principal objetivo es desafiar la educación actual. Vivimos en una sociedad centrada en la cultura del consumo, que causa cambios muy rápidos en el planeta. Necesitamos un conjunto de habilidades para poder sobrevivir y transformar nuestra realidad para estar en equilibrio con la Tierra. En los colegios no se enseña a ejercer el liderazgo, a trabajar la educación moral o a desarrollar un pensamiento crítico. No pretendemos renunciar a enseñanzas tradicionales como la alfabetización básica, la aritmética o el multilingüismo, pero hemos de formar y dotar de herramientas a los estudiantes para adaptarse a un planeta cambiante.

¿Cuál es el principal problema para promover la educación eco-social?
La concepción actual de muchas escuelas es enseñar a los alumnos a ser buenos consumidores y que en el futuro consigan empleos bajo los parámetros que marca la sociedad. Hay muchos colegios en Estados Unidos que están influenciados por la cultura  del constante crecimiento económico y no se cuestionan la situación crítica en que se encuentra nuestro planeta.

Ustedes definen seis principios básicos de la educación eco-social. ¿Podría describirlos brevemente?
El primero de ellos es La Dependencia de la Tierra y se encuentra en la base piramidal del EarthCore. Consiste en entender que la humanidad depende totalmente de la Tierra para su bienestar. El segundo es la Interdependencia, que se centra en promover la educación moral y la convivencia. Debemos asumir el reto de la distribución equitativa de recursos cada vez más limitados, y la educación debe cultivar el entendimiento con nuestros semejantes. Otro principio muy importante es la Creatividad, que debe actuar como una habilidad básica para enfrentarnos y buscar soluciones a todos estos problemas.

Los tres restantes…
El Aprendizaje Profundo para propiciar la capacidad de pensar críticamente y de manera sistémica sobre los desafíos globales. Los estudiantes han de aplicar un conjunto de conocimientos flexibles, adaptables y capaces de gestionar imprevistos. El quinto principio son las Herramientas para la Vida, nuevamente para ser resistente y ser aún más sostenible y desarrollar el pensamiento crítico, la inteligencia social y emocional y la creatividad. Por último, en el pináculo de la pirámide de EarthCore está el Liderazgo Centrado en la Tierra, que consiste en la actualización completa de la educación para empoderar a los estudiantes para que sean ciudadanos respetuosos, capaces de trabajar enérgicamente para construir un futuro sostenible.

¿Cómo podemos revertir la mentalidad consumista de la sociedad y, más concretamente, la de los más jóvenes?
El promedio de impactos publicitarios que reciben los niños es muy elevado. Esto influye en su mentalidad ya que desarrollan valores y necesidades en función de determinados productos. Debemos resguardar a los jóvenes de estos impactos y desde las escuelas se debe ralentizar la exposición. En este sentido, en Estados Unidos se ha puesto en marcha una campaña dirigida a los padres para mentalizarles de que sus hijos no deben tener un teléfono antes de los 13 años.

¿Cómo se puede alejar a los más jóvenes de su adicción a la tecnología?
Debemos “desengancharlos” de la dependencia hacia la tecnología, pero al mismo tiempo hemos de llenar ese vacío con alternativas, como dedicar más tiempo  a la comunidad, a realizar actividades al aire libre, a fomentar que interactúen con el mundo real y a conseguir que los estudiantes puedan hacer realidad sus pasiones. Hay muchos ejemplos en nuestro libro de jóvenes que hacen cosas geniales, como campañas para eliminar las bolsas de plástico o proyectos de restauración comunitaria. Debemos movilizar a los jóvenes para que este tipo de proyectos surjan de ellos mismos y que no esperen que sean promovidos por los adultos.

¿Es compatible el protagonismo de las TIC que propone la innovación educativa con el decrecimiento?
Lo más importante es determinar cómo las estamos utilizando. ¿Las aprovechamos para complementar el conocimiento de los maestros con videos de expertos, documentales y medios educativos y entrenamientos interactivos? ¿O los niños en su mayoría juegan a videojuegos, se “conectan” con sus “amigos”, son bombardeados con publicidad…? Tristemente, lo habitual es el segundo caso. En parte porque hay un fuerte ánimo de lucro que impulsa estos usos. Si podemos proteger a los niños de la parte más nociva de las TIC, entonces seguro que son una excelente herramienta para enseñarles acerca de la sostenibilidad, el decrecimiento y prepararles para los grandes cambios que enfrentarán en sus vidas.

¿Se están produciendo cambios? ¿Se está tomando el camino hacia la educación sostenible?
Hay muchos casos de escuelas y profesores que están introduciendo cambios, pero no a la escala necesaria. Un buen ejemplo sería el de la escuela SEEQC (School for Exploring Essential Questions) en Honolulu, donde a los niños de 12 años cada semestre se les  plantea una pregunta sobre la sostenibilidad. Por ejemplo ¿cómo reciclar? Los estudiantes deben investigar y encontrar soluciones y, para ello, cuentan con la ayuda de tutores y de la comunidad.

¿Qué tipo de escuelas son más sensibles a este sistema educativo?
Las escuelas infantiles tienen más opciones de hacer cosas alternativas (más libertad de innovación). Algunos parvularios tienen una estructura en la que los niños dedican sus primeros años a descubrir jugando, nadando, estando en la naturaleza. Esta innovación en parvularios nos plantea una pregunta, ¿cómo seguir incentivando estas medidas conforme los niños van creciendo?, ¿cómo mantener esta educación libre y ecológica? La educación debe ser reestructurada para ser más innovadora y holística.

¿Qué países están más avanzados en la implementación de una educación sostenible?
Se está empezando a innovar en todo el mundo. Si nos centramos en Europa nos encontramos con países como Finlandia donde se está demostrando lo importante que es el tiempo libre y el hecho de jugar. En sus escuelas se fomenta el juego obteniendo excelentes resultados, ya que los niños mejoran mucho a través de estas experiencias. Alemania cuenta con hasta 10.000 parvularios naturales y Suiza es un país puntero en sostenibilidad y en sistemas científicos en las escuelas.

Para finalizar, ¿cómo cree que debería ser la educación en 2030?
Ya se están tomando algunos caminos hacia donde creo que debería ir la educación. Existen escuelas que desarrollan proyectos en los que potencian el emprendimiento, el conocimiento del ecosistema que rodea a los estudiantes o las destrezas de la vida. Se trata pues, de enfocarse en la Educación de la Tierra y promover escuelas que se especialicen en la enseñanza local, conocimiento ecológico, activismo y liderazgo centrado en la Tierra.

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El método para leer tres veces más rápido, inventado por un profesor de Princeton

Sé un Usain Bolt de la lectura con este método. Es muy fácil y no lleva nada de tiempo

¿Cómo crees que podría cambiar tu vida si tu velocidad lectora aumentara en un 300%? Desde las tediosas facturas hasta el ladrillo que llevas leyendo más de un mes y no consigues acabar, leer tendrá unas repercusiones notables en tu vida cotidiana y tiempo de ocio. No esperes más a averiguarlo, si estás deseoso de poner a prueba tu mente y mejorar tu comprensión y rapidez lectora, este es tú método. El conocido como ‘Proyecto PX’ diseñado por Tim Ferriss, profesor de la Universidad de Princeton publicado en ‘Medium’, promete grandes resultados.

El proyecto consiste en un experimento cognitivo de 3 horas y fue probado con hablantes de cinco idiomas, e incluso se pidió a disléxicos que realizaran la prueba de leer material técnico a más de 3.000 palabras por minuto o, lo que es lo mismo, 10 páginas por minuto: 1 por cada 6 segundos. Suena increíble, ¿verdad? «Si atendemos a los principios básicos del sistema visual humano, podemos eliminar ineficiencias y aumentar la velocidad, a la vez que la mejora de atención», afirma Tim Ferriss. Para comprobar los resultados por ti mismo y llevar a cabo los ejercicios necesitarás tener a mano un libro de más de 200 páginas que pueda permanecer plano cuando está abierto, un bolígrafo y un temporizador. También te vale el típico cronómetro con alarma del móvil. A continuación, veremos los distintos pasos para conseguirlo.

Las personas vuelven sobre lo que ya han leído de forma inconsciente con demasiada frecuencia

1) Minimiza la duración del enfoque

No leas en línea recta, sino a partir de una secuencia de saltos. Cada uno de ellos finaliza con una fijación visual, es decir, una instantánea temporal del texto dentro de tu área de enfoque. Cada fijación durará de un cuarto a medio segundo en el sujeto que no está entrenado. Para demostrarlo, cierra un ojo, coloca la yema del dedo sobre el párpado y luego, con el otro ojo, escanea lentamente una línea recta horizontal.

 2) No retrocedas y lee en horizontal

Inconscientemente, las personas vuelven a leer lo que ya han leído en hasta un 30% de toda la lectura. También debes usar el alcance horizontal periférico de la visión, ya que los sujetos no entrenados solo utilizan el enfoque central, perdiendo hasta el 50% de la visión total de las palabras.

Foto: iStock.
Foto: iStock.

3) Protocolo de actuación

Llegó el momento de pasar a la práctica. A continuación, aprenderás técnicas para aumentar la velocidad y comprender lo escrito a la vez. El primer paso será cronometrar tu velocidad normal e intentar multiplicarla por tres. Para ello, coge el libro sobre el que vas a hacer el experimento y cuenta el número de palabras que hay en cinco líneas. Luego, divídelo entre 5 y obtendrás tu número promedio de palabras leídas por línea. A continuación, haga lo mismo pero con las líneas del texto. Cuente las que hay en 5 páginas y haz la división entre cinco para llegar al número medio de líneas por página. Multiplícalo por el número promedio de palabras por línea y obtendrás tu media de palabras por página.

El entrenamiento de la visión periférica puede aumentar tu velocidad en más de un 300%

Por ejemplo, si en 5 páginas hay 154 líneas, el dividendo será de 31 líneas por página. Luego, multiplicado por las 12 palabras de media por línea, el resultado será de 372 palabras por página. Léelas durante un minutos con temporizador sin prisas y poniendo especial atención en la comprensión. Después, multiplica el número líneas por tu media de la palabras por línea para determinar tu tasa actual de palabras por minuto.

4) El bolígrafo rastreador

¿Has utilizado un bolígrafo o el mismo dedo para contar el número de palabras o líneas en los cálculos anteriores? Si no lo has hecho, ya estás poniéndote a ello. Usa el bolígrafo como rastreador y marcapasos. Subraya cada línea, enfocando sobre la punta del boli. De momento, no te preocupes por la comprensión lectora. Ahora, lee cada línea empleando un segundo como máximo y aumenta la velocidad con cada página siguiente. Bajo ninguna circunstancia sobrepases el segundo por línea. Luego, repite la técnica durante tres minutos, pero esta vez emplea la mitad de tiempo, es decir, medio segundo por línea.

Foto: iStock.
Foto: iStock.

5) Adiós al enfoque central

El entrenamiento de la visión periférica puede aumentar tu velocidad de lectura en más de un 300%. Usa el bolígrafo para rastrear y marcar a una velocidad constante de una línea por segundo. Antes de abordar la lectura, intenta fijarte en la primera y última palabra de cada línea. A medida que vas leyendo, sube la velocidad, sin sobrepasar el segundo por línea. Después de unas cuantas, aumenta a dos palabras y lee en el mismo tiempo establecido. Para ponerlo un poco más difícil, prueba con fijar la atención en las tres primeras y las tres últimas palabras de cada línea y reduce el tiempo a medio segundo por línea. Repite este ejercicio todo el tiempo que quieras. Aunque el original dura tres horas, puedes tomártelo con tranquilidad y practicar un poco cada día. Cuanto más lo hagas, más pronto verás los resultados.

Fuente reseña: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-04-09/leer-rapido-metodo-tim-ferriss_1544793

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Bilbao Berrikuntza Faktoria: un ecosistema de aprendizaje, innovación y emprendimiento

Europa/España/ObservatorioITESM

Hace unos días tuve la oportunidad de conocer un lugar donde de manera integral, esta interacción se lleva a cabo diariamente. No era un bootcamp, congreso, fórum, feria universitaria o de empleo. Ni siquiera una escuela (en el sentido tradicional). Se trataba deuna fábrica donde conviven diariamente la formación universitaria y la comunidad emprendedora en un espacio transversal e interconectado, sin aulas ni oficinas, sin profesores ni alumnos.

Este espacio lleva el nombre de Bilbao Berrikuntza Faktoria (BBF) y existe físicamente en Bilbao, España, aunque la iniciativa es una red de emprendedores en equipo que se extiende a nivel mundial. Esta red es la Mondragón Team Academy, una comunidad internacional deteampreneurs y la unidad de emprendimiento de la Mondragon Unibertsitatea (Universidad de Mondragón).

Pero, ¿cómo funciona una escuela sin profesores ni alumnos? La BBF es un ecosistema de aprendizaje, innovación y emprendimiento donde los profesores se convierten en mentoresy los alumnos en emprendedores. Las “aulas” son más bien entornos laborales con grandes mesas de trabajo donde los alumnos llevan a cabo sus empresas y proyectos en colaboración con empresas y start-ups que están en el mismo edificio.

Entrar a esta fábrica de innovación fue para mí una experiencia distinta a lo que esperaba. Desde la llegada. El edificio que alberga la BBF, ubicado en pleno centro urbano de Bilbao, pasa casi desapercibido entre el resto de los edificios pues no parece para nada un campus universitario. La estética industrial del inmueble hace honor a su nombre y en el interior se pueden encontrar grandes espacios abiertos donde emprendedores, mentores y empresarios trabajan en colaboración.

La distinción entre alumnos, profesores y empresarios es casi imperceptible. Y es que en este lugar no se ven docentes escribiendo en una pizarra o mostrando slides de PowerPoint, ni alumnas sentadas pasivamente escuchando la clase. Aquí el trabajo colaborativo e interdisciplinario es la norma. Si bien este ecosistema se asemeja más a una incubadora, la BBF ofrece programas universitarios y de posgrado oficiales pero distintos a la oferta académica promedio.

“En la actualidad, los centros educativos y empresariales nos privan de la posibilidad de entender que pasión y educación o pasión y trabajo pueden ir de la mano”

.¿Cómo funciona Bilbao Berrikuntza Faktoria?

El modelo de BBF integra tres capas diferenciadas e interconectadas entre sí: Aprendizaje, Emprendimiento e Innovación.

  1. Aprendizaje. A través de la oferta académica disruptiva que ofrece la Mondragon Unibertsitatea: El grado universitario LEINN (Grado en Liderazgo Emprendedor e Innovación – LEINN) y los programas de posgrado, Máster internacional en Intrapreneurship e Innovación Abierta (MINN) y el Máster Profesional en Coaching de Personas y Equipos (TMINN).
  2. Emprendimiento. A través de la incubación, consultoría y desarrollo de proyectos en el ámbito de la innovación, el intraemprendimiento y la creatividad.
  3. Innovación. Una sede de empresas, con productos y servicios innovadores y un importante potencial de crecimiento.
Las claves del Grado LEINN Es el único grado universitario oficial e internacional sobre emprendimiento que existe en España. Está basado en el Modelo Educativo Finlandés el cual se basa en tres pilares básicos: aprender haciendo, emprender en equipo y viajes de aprendizaje internacionales. Es una carrera universitaria 100% práctica y real donde desde el primer curso los estudiantes crean una empresa real, diseñan y desarrollan productos y servicios reales, trabajan con clientes, y deben facturar para superar el curso.No hay profesores sino mentores y las aulas se sustituyen por entornos laborales actuales.Es el único grado universitario con un 100% de empleabilidad en España. Más de 1,000 jóvenes estudian LEINN en los laboratorios de la red internacional Mondragon Team Academy (MTA), con bases en Madrid, Barcelona, Bilbao, Irún, Oñati y Valencia (en España), México, Amsterdam, Shanghai (China) y Pune (India). “El LEINN es un viaje de cuatro años que te pone en situaciones y te hace vivir experiencias que en una universidad convencional es imposible que vivieras”— Ibai Martínez, egresado de LEINN. El BBF es un proyecto impulsado por Mondragron Unibertsitatea con la colaboración del Ayuntamiento de Bilbao. Para conocer más sobre esta iniciativa visita la página de la Bilbao Berrikuntza Faktoria.
Fuente: https://observatorio.itesm.mx/edu-news/bilbao-berrikuntza-faktoria-ecosistema-de-aprendizaje-innovacion-y-emprendimientoFuente:
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La educación de las preguntas

 Autor: José Blas García Pérez 

Es mejor conocer algunas preguntas que todas la respuestas
James Thurder
Wonder
La lección de August

 

 

Uno de las grandes frases que acompañan a la «nueva educación» es la que proclama como un precepto: «los docentes no estamos para dar respuestas, sino para provocar preguntas».

 Movere

 

Ya la psicología clásica descifró hace tiempo cómo aprendemos: En un esquema simplificado del  algoritmo que gestiona nuestro cerebro en un proceso de aprendizaje, podemos enunciar que se compone de tres fases

Aprendizaje = Equilibrio +Desequilibrio+Reequilibrio
El desarrollo de estas tres fases es, lo que de forma práctica, los docentes utilizamos (o podríamos utilizar) como base para crear las secuencias de aprendizaje:

conexión/información -conflicto/reflexión/investigación-creación/aplicación

Las «actividades» son el soporte físico con el que concretamos y hacemos tangibles estas tres fases.
El modo con el que las llevamos a cabo, es la metodología, que nos marca el camino o proceso a seguir para conseguir las metas que nos proponemos .
Las metodologías de corte activo también son una de las banderas de la nueva educación. En su objetivo no está tanto en la transmisión de conocimientos, como en la puesta en práctica de esos conocimientos con un fin determinado.
Se caracterizan por considerar al alumnado, no como  recipiente de información, sino como «agente» de creación de conocimiento, para lo que es necesaria la idea de la aplicación del conocimiento , poniendo el foco en «qué sé hacer con lo que sé». Además, convencidos que para construir conocimiento hay que «mover» la máquina. «Movere»  decían los latinos. Sorpresa, emoción, motivación hacia… comentamos ahora.

La creación de  conflicto cognitivo en el  alumnado

Sin un conflicto que nos mueva, emocione o sorprenda… es más complejo construir aprendizajes. Necesitamos un motivo. La neurociencia educativa  nos ratifica estos planteamientos.

Así de simple…¿o no?

Porque no es fácil crear el clima de duda para una generación de docentes cuya misión ancestral ha sido generar certezas.
En última instancia los alumnos están dispuestos a que les digamos sobre qué dudar, pero no están acostumbrados a dudar.
Llevamos muchos años sin guiar «con sistema» a nuestro alumnado hacia clasificación, registro, tabulación… de la información, así como las técnicas de análisis de la misma; sin provocar.la reflexión, la comparación y la duda sobre teorías que se dan por asentadas; sin alentar la curiosidad por indagar y descubrir; sin diseñar modelos de actividades para investigación; sin tradición de proporcionar técnicas de búsqueda de evidencias sobre un tema o concepto; sin valorar los procesos seguidos para extraer sus propias teorías o conclusiones (por erróneas que sean).
Llevamos demasiados años de educación sin promover la enseñanza de muchos aprendizajes esenciales…
Y, quizá este es el papel más ajeno asignado a los nuevos docentes de lo que hemos venido haciendo habitualmente, el rol más raro que se nos ha encomendado: no transmisores , sino orientadores o guías de los aprendizajes.
Estamos descolocados al saber que nuestra misión no es la de preguntar sobre aquello que explicamos momentos antes, o días anteriores. Ni tan siquiera responder a las preguntas sobre los conceptos que nos hacen los alumnos. Es difícil convencernos de que no es necesario tener respuestas exactas a las dudas del alumnado sobre cualquier contenido. Es complejo comprender que el primer investigador debe ser el maestro. Nos quedamos fuera de juego al entender que nuestra misión es «darles pistas» y promocionar caminos para que «aprendan a aprender».
La dificultad es cómo gestionar: saber, saber profundo y comprensivo, saber para qué, saber cómo y saber hacer. Para ello, sin duda, la interacción y práctica con otros, la perseverancia, la repetición y uso cotidiano… son aliados esenciales.

El reto está servido

Es un reto..atractivo. Pero qué difícil…¿verdad?
Un reto atractivo, fundamentalmente, por falta de experiencias, por falta de formación con modelos adecuados, por falta de compromiso para des-confortarnos de nuestro sillón de la enseñanza transmisora y para complicarnos con crear camas elásticas para el aprendizaje constructivo. Por falta de compromiso con la tarea de desarrollar el pensamiento crítico y creativo en nuestro alumnado como primera y esencial medida. Sin sobrevalorarlo pero, esencialmente, sin ignorarlo.

Y es que , aprender investigando exige, al menos, tres procedimientos constantes, sistemáticos, integrados y encadenados:

la participación activa, la interacción y la cooperación

Quizás esto tiene que ver con eso que hemos venido llamando durante muchísimo tiempo construcción social del aprendizaje. Aprender con otros, aprendizaje horizontal, aprenseñar (que acuña mi apreciado Durán). A lo mejor, esto tiene que ver con eso que algunos comparan con el humo : la educación centrada en el alumno y en aprendizaje.

 Metodologías innovadoras no son aquellas que incluyen preguntas, sino aquellas que respetan las respuestas.

José Antonio Fernández Bravo
¿Respetar las respuestas? ¿Eso significa que todas son …admitidas? ¿Significa romper la dicotomía acierto-error? ¿despenalizar el error y le darles la categoría de oportunidad de aprendizaje?
La perspectiva es completamente opuesta al enfoque clásico. Pero este tema del valor del error… lo dejaremos para otro día.
Fuente del Artículo:
http://www.jblasgarcia.com/2017/10/la-educacion-de-las-preguntas.html
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