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María Dolores Merino, investigadora en psicología: «La inteligencia es uno de los mejores predictores de la longevidad»

Su equipo publicó recientemente un estudio sobre la personalidad de los centenarios que revela los recursos emocionales y psicológicos de quienes viven más y mejor.

España es uno de los países del mundo con mayor número de personas centenarias. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, la cifra total de personas que han soplado velas de la tarta más de cien veces es de 19.693. Y todo apunta a que este grupo de edad seguirá creciendo. Los datos de la ONU muestran que en las últimas tres décadas, el mundo pasó de albergar a 92.000 centenarios a contar con 621.000.

 

Este fenómeno se puede entender a partir de varios factores. Desde luego, los avances en la medicina y la tecnología han tenido mucho que ver con el hecho de que la población viva más. Pero a las circunstancias que condicionan la vida de las personas se suma otro factor sobre el que podemos incidir de forma más directa y del que no se habla tanto, que son los recursos psicológicos con los que contamos.

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María Dolores Merino, investigadora en psicología: «La inteligencia es uno de los mejores predictores de la longevidad»

VIDA SALUDABLE

Laura Miyara

LAURA MIYARA

La Voz de la Salud

María Dolores Merino es investigadora en la Universidad Complutense de Madrid.

María Dolores Merino es investigadora en la Universidad Complutense de Madrid.

Su equipo publicó recientemente un estudio sobre la personalidad de los centenarios que revela los recursos emocionales y psicológicos de quienes viven más y mejor

27 Jan 2024. Actualizado a las 09:43 h.

 

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España es uno de los países del mundo con mayor número de personas centenarias. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, la cifra total de personas que han soplado velas de la tarta más de cien veces es de 19.693. Y todo apunta a que este grupo de edad seguirá creciendo. Los datos de la ONU muestran que en las últimas tres décadas, el mundo pasó de albergar a 92.000 centenarios a contar con 621.000.

 

Este fenómeno se puede entender a partir de varios factores. Desde luego, los avances en la medicina y la tecnología han tenido mucho que ver con el hecho de que la población viva más. Pero a las circunstancias que condicionan la vida de las personas se suma otro factor sobre el que podemos incidir de forma más directa y del que no se habla tanto, que son los recursos psicológicos con los que contamos.

 

Para descifrarlos, un nuevo estudio publicado en Journal of Happiness Studies explora cómo afrontan su vida las personas que tienen más de cien años. A través de entrevistas en profundidad, el equipo liderado por María Dolores Merino Rivera, directora del grupo de investigación Bienestar Psicológico, Salud, Envejecimiento y Trabajo en la Universidad Complutense de Madrid, detectó ocho características positivas que forman parte de la vida emocional de los centenarios. En conversación con La Voz de la Salud, la experta revela los principales hallazgos y cómo podemos aplicarlos para vivir más y mejor.

 

—Los centenarios son una proporción muy pequeña de la población. ¿Por qué decidió investigar este grupo?

 

—Lo primero que hay que entender es que, en la longevidad extrema, como es el caso de los centenarios, los factores genéticos y ambientales cumplen un rol muy importante. Pero en este estudio, nos preguntábamos acerca de los factores psicológicos que influyen en esto. En concreto, queríamos saber qué ocurría con las características positivas de la personalidad, o recursos psicológicos, que no son lo mismo que los rasgos de la personalidad. Los recursos psicológicos son características de la personalidad que nos permiten una mejor adaptación al entorno y al cambio, porque promueven nuestro desarrollo, la consecución de nuestras metas y la satisfacción de nuestras necesidades. Todo esto se asocia a resultados favorables, como el bienestar y la salud.

 

—Por poner un ejemplo, ¿cuáles son algunos recursos psicológicos?

 

—Ejemplos de recursos psicológicos son la resiliencia, la autoestima, o la curiosidad.

 

—¿Qué diferencias hay entre recursos psicológicos y rasgos de la personalidad?

 

—Cualquier característica psicológica tiene parte de genética y parte de ambiente. Pero los recursos son más fácilmente entrenables que un rasgo de personalidad, que es algo más duro. Además, son características positivas de la personalidad, mientras que los rasgos pueden serlo o no.

 

—Obtener participantes mayores de cien años no ha de ser sencillo. ¿Cómo se diseñó el estudio?

 

—Queríamos indagar acerca de estos recursos y lo hicimos a través de investigación cualitativa. En esta modalidad se trabaja con grupos pequeños, de muy pocos sujetos, pero que sean muy buenos representantes de aquello que queremos investigar. Se analiza el discurso. Entonces, realizamos entrevistas en profundidad sobre su historia de vida a 19 centenarios saludables. Esto quiere decir que son personas que tienen preservadas sus capacidades cognitivas y, además, tienen una razonable autonomía. Son capaces de comer solos o de asearse. De todos los centenarios de España, que, según los últimos datos del INE, son más de 19.000, solo unos poquitos han alcanzado esa edad de esta manera.

 

—¿Cuáles fueron los principales hallazgos?

 

—Los agrupamos en ocho categorías. La primera es la vitalidad. Es algo importante, porque no solamente son personas que están vivas, sino que tienen un claro compromiso con la vida, quieren vivir. Son y eran personas activas. Aunque tuvieran esa edad avanzada, seguían involucrados en distintas actividades y participaban en distintas cosas que se les proponían. Si estaban en una residencia y había un bingo, eran los primeros en apuntarse. Esta vitalidad se reflejaba en sus voces, que no parecían las de una persona de más de cien años, sino que eran voces que parecían más jóvenes, con un lenguaje claro y rápido. Indudablemente, la voz es un reflejo de vitalidad. Cuando uno enferma, una de las primeras cosas que pasan es que la voz se apaga.

 

—¿Qué otros recursos hallaron en ellos?

 

—Otra característica que presentaban era el gusto por la interacción. Estos centenarios son personas sociables y las entrevistas con ellos fluyeron de una forma muy ágil. Desarrollan los temas sin ningún problema, porque son buenos conversadores. Son personas sociables y, lo que es tremendamente importante, se sienten queridos. Mantienen lazos estrechos y cálidos con sus familias o con sus cuidadores, en el caso de estar en una residencia para mayores. También han sido altruistas a lo largo de su vida. La mayoría de ellos han ayudado a otros cuando los necesitaban. Son personas comprometidas, responsables, buenos trabajadores, muy apreciados por sus jefes, honestos y perseverantes. Cuando tienen un objetivo, luchan por alcanzarlo. Por ejemplo, una señora se había roto la cadera con más de 90 años. Le dijeron que no volvería a andar y en poco tiempo estaba andando. Son personas con control, que llevan las riendas de su vida, que han sido autónomas, han tenido independencia de criterio y han sabido encontrar las oportunidades del entorno. No se han dejado desbordar por las demandas.

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María Dolores Merino, investigadora en psicología: «La inteligencia es uno de los mejores predictores de la longevidad»

VIDA SALUDABLE

Laura Miyara

LAURA MIYARA

La Voz de la Salud

María Dolores Merino es investigadora en la Universidad Complutense de Madrid.

María Dolores Merino es investigadora en la Universidad Complutense de Madrid.

Su equipo publicó recientemente un estudio sobre la personalidad de los centenarios que revela los recursos emocionales y psicológicos de quienes viven más y mejor

27 Jan 2024. Actualizado a las 09:43 h.

 

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España es uno de los países del mundo con mayor número de personas centenarias. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, la cifra total de personas que han soplado velas de la tarta más de cien veces es de 19.693. Y todo apunta a que este grupo de edad seguirá creciendo. Los datos de la ONU muestran que en las últimas tres décadas, el mundo pasó de albergar a 92.000 centenarios a contar con 621.000.

 

Este fenómeno se puede entender a partir de varios factores. Desde luego, los avances en la medicina y la tecnología han tenido mucho que ver con el hecho de que la población viva más. Pero a las circunstancias que condicionan la vida de las personas se suma otro factor sobre el que podemos incidir de forma más directa y del que no se habla tanto, que son los recursos psicológicos con los que contamos.

 

 

Para descifrarlos, un nuevo estudio publicado en Journal of Happiness Studies explora cómo afrontan su vida las personas que tienen más de cien años. A través de entrevistas en profundidad, el equipo liderado por María Dolores Merino Rivera, directora del grupo de investigación Bienestar Psicológico, Salud, Envejecimiento y Trabajo en la Universidad Complutense de Madrid, detectó ocho características positivas que forman parte de la vida emocional de los centenarios. En conversación con La Voz de la Salud, la experta revela los principales hallazgos y cómo podemos aplicarlos para vivir más y mejor.

 

—Los centenarios son una proporción muy pequeña de la población. ¿Por qué decidió investigar este grupo?

 

—Lo primero que hay que entender es que, en la longevidad extrema, como es el caso de los centenarios, los factores genéticos y ambientales cumplen un rol muy importante. Pero en este estudio, nos preguntábamos acerca de los factores psicológicos que influyen en esto. En concreto, queríamos saber qué ocurría con las características positivas de la personalidad, o recursos psicológicos, que no son lo mismo que los rasgos de la personalidad. Los recursos psicológicos son características de la personalidad que nos permiten una mejor adaptación al entorno y al cambio, porque promueven nuestro desarrollo, la consecución de nuestras metas y la satisfacción de nuestras necesidades. Todo esto se asocia a resultados favorables, como el bienestar y la salud.

 

—Por poner un ejemplo, ¿cuáles son algunos recursos psicológicos?

 

—Ejemplos de recursos psicológicos son la resiliencia, la autoestima, o la curiosidad.

 

—¿Qué diferencias hay entre recursos psicológicos y rasgos de la personalidad?

 

—Cualquier característica psicológica tiene parte de genética y parte de ambiente. Pero los recursos son más fácilmente entrenables que un rasgo de personalidad, que es algo más duro. Además, son características positivas de la personalidad, mientras que los rasgos pueden serlo o no.

 

—Obtener participantes mayores de cien años no ha de ser sencillo. ¿Cómo se diseñó el estudio?

 

—Queríamos indagar acerca de estos recursos y lo hicimos a través de investigación cualitativa. En esta modalidad se trabaja con grupos pequeños, de muy pocos sujetos, pero que sean muy buenos representantes de aquello que queremos investigar. Se analiza el discurso. Entonces, realizamos entrevistas en profundidad sobre su historia de vida a 19 centenarios saludables. Esto quiere decir que son personas que tienen preservadas sus capacidades cognitivas y, además, tienen una razonable autonomía. Son capaces de comer solos o de asearse. De todos los centenarios de España, que, según los últimos datos del INE, son más de 19.000, solo unos poquitos han alcanzado esa edad de esta manera.

 

—¿Cuáles fueron los principales hallazgos?

 

—Los agrupamos en ocho categorías. La primera es la vitalidad. Es algo importante, porque no solamente son personas que están vivas, sino que tienen un claro compromiso con la vida, quieren vivir. Son y eran personas activas. Aunque tuvieran esa edad avanzada, seguían involucrados en distintas actividades y participaban en distintas cosas que se les proponían. Si estaban en una residencia y había un bingo, eran los primeros en apuntarse. Esta vitalidad se reflejaba en sus voces, que no parecían las de una persona de más de cien años, sino que eran voces que parecían más jóvenes, con un lenguaje claro y rápido. Indudablemente, la voz es un reflejo de vitalidad. Cuando uno enferma, una de las primeras cosas que pasan es que la voz se apaga.

 

—¿Qué otros recursos hallaron en ellos?

 

—Otra característica que presentaban era el gusto por la interacción. Estos centenarios son personas sociables y las entrevistas con ellos fluyeron de una forma muy ágil. Desarrollan los temas sin ningún problema, porque son buenos conversadores. Son personas sociables y, lo que es tremendamente importante, se sienten queridos. Mantienen lazos estrechos y cálidos con sus familias o con sus cuidadores, en el caso de estar en una residencia para mayores. También han sido altruistas a lo largo de su vida. La mayoría de ellos han ayudado a otros cuando los necesitaban. Son personas comprometidas, responsables, buenos trabajadores, muy apreciados por sus jefes, honestos y perseverantes. Cuando tienen un objetivo, luchan por alcanzarlo. Por ejemplo, una señora se había roto la cadera con más de 90 años. Le dijeron que no volvería a andar y en poco tiempo estaba andando. Son personas con control, que llevan las riendas de su vida, que han sido autónomas, han tenido independencia de criterio y han sabido encontrar las oportunidades del entorno. No se han dejado desbordar por las demandas.

 

El secreto de la longevidad: «La primera persona que se va a tomar una pastilla antienvejecimiento ya ha nacido»

UXÍA RODRÍGUEZ

 

 

—Se podría decir que son resilientes.

 

—Desde luego, y esto es algo muy importante. La resiliencia es la capacidad para afrontar la adversidad, recuperarse e incluso salir fortalecidos de ella. A lo largo de una vida tan longeva, a los centenarios les ha pasado de todo. Desde vivir la guerra civil y la posguerra, hasta, en algunos casos, infancias muy duras y, por supuesto, la pérdida de amigos, parejas, en algunos casos, de hijos o nietos. En fin, la vida les ha dado golpes, pero han sabido afrontarlos y seguir adelante.

 

—¿Qué rol tiene la estimulación cognitiva en este envejecimiento activo y de pronóstico favorable?

 

—Lo que vimos es que los centenarios son personas inteligentes, porque las conductas que se extraen de su discurso lo reflejan. La mayoría no fueron a la escuela, pero han aprendido a leer y escribir, han tenido resultados académicos brillantes, han sido profesionales exitosos, han asumido retos para los que no tenían formación expresa y los han superado con éxito. Son personas con motivación intelectual. Grandes lectores, personas a las que les gusta aprender, personas con gran curiosidad. Muchos tienen grandes colecciones de libros. Hay que tener en cuenta que la inteligencia es uno de los mejores predictores de la longevidad, entonces, también es coherente que estas personas sean inteligentes.

 

—¿Cómo podemos incorporar estos recursos en el día a día?

 

—Una de las cosas más importantes que se pueden hacer es mantenerse activo, tanto física como intelectualmente. La investigación demuestra que el ejercicio físico no solo cuida tu cuerpo, sino también tu cerebro. A nivel intelectual, mantener tu mente activa explorando nuevas áreas de conocimiento, aprender a tocar un instrumento musical o una lengua extranjera, hacer juegos de memoria, todo esto es bueno empezar a hacerlo, incluso a edades avanzadas. En el caso del ejercicio físico, por supuesto, hay que adaptarlo a la edad y la condición médica. Es importante, en relación con esto, plantearse objetivos realistas a corto y medio plazo para tratar de alcanzarlos, pero no a muy largo plazo ni demasiado ambiciosos. Si tienes un objetivo muy a largo plazo, pártelo en pequeñas metas para establecer un orden e ir alcanzándolas poco a poco.

 

—¿Y en el plano de la gestión emocional?

 

—Ciertos hábitos de vida diaria son importantes para que las exigencias cotidianas no te agobien ni te desborden, sino que seas tú quien las controle. Por supuesto, hay que practicar la gratitud y esto aumenta el bienestar. Lo mismo ocurre con el disfrute, la capacidad de disfrutar de las pequeñas cosas que día a día nos ofrece la vida es fundamental y hay que aprovechar esas cosas, no dejarlas pasar por alto. Desde luego, desarrollar habilidades que nos permitan aceptar los eventos negativos y estresantes como parte de la vida es clave. En la medida de lo posible, es bueno extraer la esencia positiva de ese evento adverso.

 

—¿Desarrollar estos recursos puede ayudar a abordar mejor el envejecimiento?

 

—Sí. En otras sociedades, a las personas de más edad se las considera como gente experimentada, sabia, a la que pedir consejo y tener en consideración. En nuestra sociedad, es todo lo contrario. Pero la población está envejeciendo rápidamente y hay que desarrollar formas de alcanzar ese envejecimiento de forma saludable. Entonces, esto, entre otras cosas, podría ayudar. También hay, sin duda, un problema de edadismo en la sociedad actual. Pensamos que alguien a determinada edad es muy mayor para hacer ciertas cosas. ¿Por qué, si puede hacerlo? A lo mejor no es tan mayor para ello. Pero hay prejuicios hacia la gente de más edad y sería bueno que esto se fuera corrigiendo.

 

—¿Qué anécdotas te sorprendieron al hacer el estudio?

 

—Hay muchas. Una señora estuvo trabajando hasta los 98 años como modista. Otra, cuando llegué a su casa me regaló un pañito de ganchillo hecho por ella con más de cien años. Imagínate ser capaz de hacer ese trabajo tan preciso a esa edad. Otra señora me contó que empezó a viajar con más de 80 años, cuando falleció su marido, porque a él no le gustaba viajar. Y estuvo viajando año tras año a lugares lejanos. Otro señor era pastor y mientras cuidaba a sus ovejas, iba leyendo, porque es un lector infatigable. Las ovejas se metían en sembrados próximos y se comían la siembra, y le caían broncas porque él estaba entretenido leyendo en vez de estar pendiente de las ovejas. Eso demuestra su pasión por la lectura y el conocimiento. Otra señora dejó plantado al novio y se marchó a América, en concreto, a Washington, sin conocer siquiera el idioma, y volvió con 89 años haciendo ella sola la mudanza.

 

—¿Cuáles fueron los hallazgos más inesperados en estas entrevistas?

 

—Yo esperaba que aspectos como la calma surgieran, pero no necesariamente son personas calmadas. Hay algunos que sí, pero hay otras que dicen: «Qué va, yo todavía sigo siendo muy nerviosa y de hecho me pone nerviosa esta entrevista que estamos haciendo». Lo mismo pasa con la religiosidad. Hay otros estudios que señalan que una de las cosas que ayudan a los centenarios es su fe, y aquí no lo hemos encontrado como algo tan destacado. Hay algunos que son religiosos, pero otros son agnósticos o ateos. Eso me llamó la atención.

 

Fuente:https://www.lavozdegalicia.es/noticia/lavozdelasalud/vida-saludable/2024/01/25/maria-dolores-merino-investigadora-psicologia-inteligencia-mejores-predictores-longevidad/00031706196256032709697.htm

 

 

 

 

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«Un hijo no es responsable de que tú seas feliz, eso es una mochila demasiado grande para él»

Por: Laura Peraita

Silvia Álava Sordo, Doctora en Psicología y autora de ‘¿Por qué no soy feliz?’, asegura que «un hijo no llega para salvarte la vida ni tu relación de pareja. Convertirse en padres supone estar fuerte para poder atender bien al bebé»

Muchas parejas consideran que para sentirse felices como personas y lograr solidez en su relación deben tener un hijo, pero es importante no engañarse al respecto. Al menos así lo apunta Silvia Álava Sordo, Doctora en Psicología y autora de ‘¿Por qué no soy feliz?’. «Tú necesitas estar bien antes de tener un hijo», asegura. Explica que muchas personas que no terminan de sentirse del todo felices o perciben que su relación no funciona al 100% creen que la solución está en tener un hijo para unirse más como pareja, «pero en absoluto es así: ese hijo no te va a ayudar a sentirte mejor contigo mismo o en tu relación. No se le puede cargar a un hijo con la responsabilidad de lograr tu propia felicidad», matiza esta experta.

En su opinión, primero «tienes que trabajarte tú mismo, de manera individual y, después, cuando uno ya está bien, es el momento de plantearse ser padre o madre. Lo que no se puede pensar es que un niño va a venir a este mundo a reportar tu felicidad. Al convertirte en padre o madre, ya no se trata solo de tu vida, sino también de ocuparse de la de tu hijo. Es decir —insiste—, no se puede introducir un tercer elemento a la relación, como es un hijo, si no estamos bien. Un bebé es una fuente inagotable de alegrías, pero también de responsabilidad, atención, cuidados y cansancio. Cuando uno se siente fuerte puede atenderle correctamente física y emocionalmente. Pero, lo que está claro es que un hijo no es responsable de que tú seas feliz, eso es una mochila demasidado grande para él».

«Hay padres que anestesian emocionalmente a sus hijos. Desde muy pequeños les dan el chupete, el móvil…, lo que sea con tal de no contrariarles o verles infelices»

Aconseja, por tanto, trabajarse primero a uno mismo, de manera individual para alcanzar la felicidad deseada, y lanzarse después a ser padre o madre. «Un hijo no llega para salvarte la vida ni la de una relación de pareja. Convertirse en padres supone también estar fuerte para atenderle bien. La vida está llena de situaciones desagradables y los adultos tenemos herramientas para regular y gestionar esas emociones. La familia es el agente mejor posicionado para desarrollar la inteligencia emocional. Un niño, sin embargo, no dispone de estas estrategias, las irá aprendiendo de sus padres. Si los padres no disponen de ellas, no las podrán enseñar. Yo siempre pongo el ejemplo del bizcocho. Si un adulto no sabe la receta, difícilmente podrá enseñar a hacer este dulce a su hijo».

Nadie nos ha enseñado

El problema, según apunta Silvia Álava Sordo, es que muchos padres no saben gestionar emociones porque tampoco les han enseñado a ellos, «y se preguntan ¿cómo voy a estar bien si no me han enseñado? Es necesario aprender cuáles son, saber las características propias de cada emoción, bucear en la información que nos aporta porque si no las atendemos hay ocasiones, incluso, en que despuntan como una enfermedad somática. Entonces es cuando sí les damos importancia. Solo las atendemos cuando suponen una enfermedad física o mental. Se trata de no llegar a eso y prevenir enfermedades. Por eso es tan importante saber reconocer las emociones, identificarlas y saber gestionarlas».

Esta Doctora en Psicología reconoce que hay muchos padres que intentan dotar de felicidad absoluta a sus hijos y hacen lo posible e imposible para que no sientan lo que implica la tristeza, la frustración, el enfado… «Les anestesian emocionalmente. Desde muy pequeños les dan el chupete, el móvil…, lo que sea con tal de no contrariarles o verles infelices».

A los padres que actúan así, la autora de ‘¿Por qué no soy feliz?’ les sugiere que tengan en cuenta que no es positivo transmitir a los hijos que sentir una emoción es malo, «lo mejor es enseñarle porqué la siente y ayudarle a gestionarla porque, de lo contrario, se encontrarán a un adolescente y un adulto que tendrá pánico a sentirse mal, triste, enfadado, nervioso… Sentirá que es un fracaso cuando, en realidad, no lo es, puesto que son emociones que se sienten todos los días. Todos tenemos un mal día».

Explica que la forma de relacionarnos con nosotros mismos, con nuestros sentimientos y el entorno va a tener mucho que ver con cómo se han relacionado con nosotros nuestros padres. Recomienda, por tanto, ayudar a los hijos a comprender estas emociones para que comprendan qué les está pasando y no tomar una actitud victimista. «Si tú no estás bien no podrás ayudar a tus hijos a ser felices y a entender que no pasa nada si un día estás triste o enfadado», insiste.

Fuente de la información:  https://www.abc.es

 

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Este es el triángulo amoroso infalible para crear futuros lectores

Por: Carlota Fominaya

Si vinculan la lectura con alguien cercano, alguien a quien quieren, querrán leer cada vez más

Si hay un regalo que no debería faltar en niguna carta a los Reyes Magos ese es, sin duda, un libro. Los beneficios son incalculables. De hecho, tal y como explica el catedrático de Psicobiología e investigador del Instituto de Neurociencia de la Universidad Autónoma de Barcelona, Ignacio Morgado, para ejercitar el cerebro, no hay nada comparable a la lectura: «Leyendo ponemos en juego todas las partes de nuestro cerebro: la racional, la emocional, la receptiva… Pocas cosas estimulan más la mente que esto».

No hay que perder de vista, continúa Maribel Martín de Rosales, de Kumon, « el hecho de que por medio de la lectura construimos vocabulario y aumentamos nuestro conocimiento. Cuando reflexionamos, utilizamos palabras; por lo tanto, cuando los niños leen, desarrollan al mismo tiempo la capacidad de reflexionar, de tomar decisiones y resolver problemas».

Así lo corrobora también José Ramón Ubieto, profesor de Psicología de la UOC, psicólogo clínico y psicoanalista, para quién quedan fuera de toda duda las bondades de incluir una obra en la carta porque, «siguiendo esa visión instrumental y utilitarista, sabemos que la lectura permite aprender mejor a leer y a escribir, ayuda a reconocer y memorizar visualmente las palabras, mejora la ortografía… Y, por tanto, produce un aumento del aprendizaje».

Beneficios creativos

Además, añade Ubieto, «tiene incalculables beneficios de tipo creativo. Es cierto que las tablets también descubren nuevos mundos, porque los juegos tienen una gran capacidad visual y de transporte a escenarios desconocidos, pero los libros obligan un poco más a imaginar esos escenarios, puesto que solo hay palabras que los niños tienen que traducir en su imaginación. ¡Y funcionan sin batería!», bromea.

El papel de la familia

Pero para crear ese amor por la literatura, recomienda Martín de Rosales, «es imprescincible que la lectura sea una actividad agradable, sobre todo para los más pequeños. Si queremos lograrlo, lo primero es encontrar el libro perfecto para que se enganchen a la lectura y, para que eso ocurra, es muy importante que este sea acorde a su competencia lectora y a sus gustos».

Por último, no podemos olvidar el papel de la familia en todo este proceso (ya sea leyendo con ellos o delante de ellos), tal y como indican desde la editorial Flamboyant: «La implicación de la familia es tan importante que existe lo que se llama “el triángulo amoroso más poderoso para crear futuros lectores”. En la primera infancia, los libros son un medio ideal para crear vínculos afectivos. Gracias a ellos, los más pequeños pueden acercarse a la lectura, interactuar, jugar… Y lo disfrutarán mucho más en compañía de un adulto. Si vinculan la lectura con alguien cercano, alguien a quien quieren, querrán leer cada vez más. Este triángulo amoroso (niño, libro y adulto) es infalible, lo prometemos: solo así crearemos futuros lectores».

La lectura es una herramienta que aporta un sinfín de beneficios para el desarrollo cognitivo y emocional de los niños. Toru Kumon, fundador del método Kumon, decía que cuando los niños leen diversos tipos de libros, desarrollan su personalidad, definen sus perspectivas de futuro y se convierten en personas capaces de contribuir a la sociedad. No hay que perder de vista, prosigue Martín de Rosales, de Kumon, «de que por medio de la lectura construimos vocabulario y aumentamos nuestro conocimiento. Cuando reflexionamos, utilizamos palabras; por lo tanto, cuando los niños aprenden a leer, desarrollan al mismo tiempo la capacidad de reflexionar, tomar decisiones y resolver problemas».

Así lo corrobora también José Ramón Ubieto, profesor de Psicología de la UOC, psicólogo clínico y psicoanalista, para quién quedan fuera de toda duda las bondades de incluir una obra en la carta porque, «siguiendo esa visión instrumental y utilitarista, sabemos que la lectura permite aprender mejor a leer y a escribir, ayuda a reconocer y memorizar visualmente las palabras, mejora la ortografía… Y, por tanto, produce un aumento del aprendizaje». Además, añade Ubieto, «tiene incalculables beneficios de tipo creativo. Es cierto que las tablets también descubren nuevos mundos, porque los juegos tienen una gran capacidad visual y de transporte a escenarios desconocidos, pero los libros obligan un poco más a imaginar esos escenarios, puesto que solo hay palabras que los niños tienen que traducir en su imaginación. ¡Y funcionan sin batería!», bromea.

Fuente de la información e imagen: https://www.abc.es

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Consejos para motivar a nuestros hijos en el aprendizaje de idiomas en casa

El paso principal para que el aprendizaje sea efectivo es conocer la forma en la que mejor aprenden nuestros hijos.

Cuanto antes empiecen nuestros hijos a sumergirse en otros idiomas, más sencillo les será aprenderlos. Por ello, los profesionales de The English Montessori School (TEMS) quieren hacernos llegar algunos consejos para que, como padres, sepamos desempeñar nuestro papel fundamental motivando a nuestros hijos en el aprendizaje de idiomas:

1. Implicarse en su enseñanza y aprender con ellos: El paso principal para que el aprendizaje sea efectivo es conocer la forma en la que mejor aprenden nuestros hijos. ¿Cómo les gusta más y son más eficaces haciéndolo? ¿Realizando qué tipo de actividades y ejercicios? ¿En qué momentos? Cada niño es un mundo, por lo que debemos descubrir con ellos cómo les motiva más aprender y dejarnos guiar por sus propios intereses.

2. Aprender jugando: bajo la premisa de que los niños aprenden idiomas de forma natural si los adquieren en el entorno adecuado, el juego y las actividades lúdicas son capaces de crear ese entorno que les motiva desinhibiendo y disfrutando más de su aprendizaje.

3. Inmersión lingüística en diferentes contextos y mediante distintas actividades: Crear diferentes contextos para el aprendizaje de idiomas es muy efectivo. Por un lado, así los niños asimilan la utilidad del idioma en diferentes situaciones y, por otro, además, la enseñanza se convierte en algo más dinámico. Para ello, puede ser muy positivo intercambiar correspondencia, emails o mensajes con personas con las que nos comuniquemos en otros idiomas. Además, podemos organizar reuniones virtuales por temáticas, eventos en casa (cuando podamos hacerlo), etc.

4. Variar los recursos de aprendizaje: Una vez descubramos cómo le gusta más a nuestro hijo aprender e intercalemos las actividades, es importante que también variemos los recursos: mezclando juegos en papel con juegos y aplicaciones tecnológicas, la lectura de libros con el visionado de series, etc. Cuantos más recursos empleemos en el aprendizaje, ¡mejor!

5. Convertir el aprendizaje de idiomas en hábito y rutina: Por último, cuando consigamos que a nuestros hijos les guste aprender idiomas, serán ellos mismos los que busquen continuar aprendiendo. Además, si lo perciben como algo necesario en su día a día, y son conscientes de su utilidad, querrán implementarlo e incentivarlo por su propia cuenta de la forma que más les gusta hacerlo. Igualmente, podemos crear un calendario donde intercalemos las diferentes actividades e intentar cumplirlo siempre.

Fuente e imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-consejos-para-motivar-nuestros-hijos-aprendizaje-idiomas-casa-202104210111_noticia.html

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La música, elemento imprescindible en el desarrollo de los niños

Por: ABC

La maestra Pilu Hernández Dopico recuerda que la música, además de ayudar a ejercitar la mente, ayuda a los más pequeños a memorizar y a entender mejor las lecciones.

Con motivo del día de Santa Cecilia, patrona de los músicos este 22 de noviembre, y con el reciente debate de la aprobación de la LOMLOE, en la que todavía no ha habido ninguna mención a la asignatura de música, desde El Pupitre de Pilu quieren recordar su importancia. «La música es un elemento imprescindible en el desarrollo de los niños. A través de ella los pequeños se pueden expresar de diferentes maneras, les lleva a aprender diferentes estados de ánimo y gracias a ella pueden interpretar cómo se encuentran», explica Pilu Hernández Dopico, maestra y CEO de El Pupitre de Pilu.

La música, además de ayudar a ejercitar la mente, ayuda a los más pequeños a memorizar y a entender mejor las lecciones. Por ello, la experta en educación destaca: «La música nos gusta a todos y hace los contenidos mucho más amenos e interesantes. Para los alumnos sería más fácil aprender los contenidos, de historia por ejemplo, con una canción».

La experta lamenta que la educación en música para muchos niños no vaya más allá de tocar la flauta dulce en las aulas de Primaria, aunque ahora con la pandemia se ha dejado de hacer: «Puede ser que haya un problema de base. Si se les enseñara a los alumnos a leer partituras, ellos mismos podrían seguir perfeccionando en casa. Pero la realidad es que muchos niños no saben diferenciar una figura musical negra de una blanca. Considero interesante que en Primaria se introdujeran a los alumnos diferentes instrumentos, para que ellos eligieran entre ellos y pudieran profundizar su aprendizaje en los siguientes cursos».

La música representa una parte fundamental en el desarrollo y aprendizaje de los más pequeños, pero sus alcances y beneficios todavía son grandes desconocidos para muchos. «Es una pena que no se le dé la importancia que tiene, hay que dejar de verla como una ‘maría’. La música es esencial para el crecimiento de los niños, ya no solo por su riqueza propia, sino porque ayuda a mejorar muchos aspectos primordiales, como el aumento de la capacidad cognitiva», concluye la maestra.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/estas-son-las-claves-para-involucrar-a-las-familias-en-el-aula/

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Por qué escribir a mano hará que tu hijo sea más inteligente

Por: ABC

Una investigación comprueba que el cerebro es mucho más activo cuando se escribe con lápiz sobre un papel que cuando se hace en un teclado.

Un estudio llea evidenciado, tras analizar la actividad cerebral en doce adultos jóvenes y doce niños, qvado a cabo por investigadores de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología hue escribir a mano logra mejorar el aprendizaje y la memoria.

Los expertos, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista » Frontiers in Psychology«, pusieron una capucha con más de 250 electrodos conectados en la cabeza de los participantes. Cada examen duró 45 minutos por persona y los investigadores recibieron 500 puntos de datos por segundo.

Los resultados, informa Efe, mostraron que el cerebro de los adultos jóvenes y los niños es mucho más activo cuando escriben a mano que cuando escriben en un teclado. «Escribir a mano crea mucha más actividad en las partes sensoriomotoras del cerebro. Muchos sentidos se activan presionando el lápiz sobre el papel, viendo la letras que escribes y escuchando el sonido que haces mientras se escribe. Estas experiencias sensoriales crean contacto entre diferentes partes del cerebro y hace que se aprenda y se memorice mejor», han explicado los investigadores.

Por ello, y a pesar de que los expertos reconocen que el aprendizaje digital aporta muchos beneficios, han instado a que se fomente la escritura a mano de los niños y adolescentes. «Dado el desarrollo de los últimos años, corremos el riesgo de que una o más generaciones pierdan la capacidad de escribir a mano. Nuestra investigación y la de otros muestran que esto sería una consecuencia muy desafortunada del aumento de la actividad digital», han zanjado.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-escribir-mano-hara-hijo-mas-inteligente-202011010134_noticia.html

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Sí, tienes que leer (lo dice la ciencia)

Por: EDUCACIÓN 3.0

¿Sabías que los niños que leen por placer obtienen mejores resultados en todas las materias que aquellos que se limitan a las lecturas obligatorias? Descubre en este artículo este y otros beneficios de la lectura probados por estudios científicos.

Que las personas que leen tienen mejor vocabulario y expresión oral que las que no lo hacen es un hecho conocido desde hace décadas gracias a estudios como el de Keith Stanovich que, en la década de 1990, constató como esa capacidad aumentaba hasta en un 50%. En concreto, utilizó la Prueba de Reconocimiento de Autor (ART): una actividad en la que los participantes tienen que reconocer a los autores de una serie de láminas y nombres que se les presentan. Este es solo un ejemplo de todos los beneficios de la lectura.

El vocabulario no es lo único que se ve beneficiado gracias a los hábitos lectores: también lo hace la inteligencia. Así lo demostraron los investigadores Alice Sullivan y Matt Brown del Instituto de Educación (OIE) que afirmaron que los niños que leen por placer, obtienen mejores resultados académicos en todas las materias que los que solo dedican a la lectura el tiempo estimado en el colegio.

Los beneficios de la lectura sobre la salud

Otros estudios científicos han ido un paso más allá, y prueban los múltiples beneficios de esta práctica para la salud física y mental. Algunos como el llevado a cabo por investigadores del ‘Rush University Medical Center en Chicago’ y publicado en la revista ‘Neurology’ confirman que leer frena el deterioro cognitivo porque estimula la mente y, por tanto, evita que el cerebro se atrofie y se ralentice.

beneficios de la lectura sobre la salud
Little schoolgirl witn books. Studio shot.

También se ha estudiado su influencia en la salud física. Una investigación llevada a cabo por la Universidad de Yale que analizó este hábito en más de 3.600 adultos, avaló que aquellas personas que leyeron un libro durante al menos 30 minutos diarios a lo largo de su vida vivieron dos años más de media que los que solo leían revistas o periódicos.

Lee seis minutos al día y reduce el estrés

Además de los beneficios físicos del hábito lector, las emociones y el bienestar mental también se ven mejorados. En este sentido, el neurólogo Davis Lewis demostró con una investigación publicada en The Telegraph que solo son necesarios seis minutos de lectura diaria para reducir significativamente el estrés: hasta en un 68%. Además, afirmó que reduce el ritmo cardiaco, por lo que relaja y permite descansar.

Estas afirmaciones han llevado a que países como Reino Unido fomenten la lectura a todos los niveles, incluso autorizando a los médicos de familia a recetar libros, arte y cultura como remedio para la ansiedad y el estrés. Este nuevo proyecto, nacido de la unión de médicos, asociaciones de bibliotecarios y el Gobierno, recibe el nombre de ‘Social Prescribing’ y es capaz de relacionar cuadros de enfermedades y dolencias concretas con actividades culturales específicas. La asociación Reading Agency ha sido la encargada de seleccionar los títulos que, posteriormente, se recetan en las consultas. Algunos de ellos, específicamente seleccionados para mitigar trastornos depresivos, son ‘El manual para sentirse bien’ de David D. Burns o ‘Breve historia del mundo’ de Ernst H. Gombrich.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/los-beneficios-de-la-lectura-sobre-la-salud/118931.html

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